Matutina 2020 en
Matutina 2020 en
Matutina 2020 en
2018-01-01 - Jóvenes
“Si estás triste, todos los días son malos; si estás feliz, todos los días son de fiesta” (Proverbios 15:15).
El hombre caminaba alegremente de un lado a otro en una importante avenida de la ciudad. Vestía
unos pantalones oscuros desteñidos y una camisa que se asomaba tímidamente por una desgarbada
chaqueta. Una enmarañada mata de pelo sobre su cabeza dejaba ver unos ojos chispeantes que
irradiaban jovialidad y esperanza, ganas de vivir y optimismo. Su apariencia medio grotesca no le
impedía regalar una amable sonrisa a los transeúntes y un sonoro “¡Buenos días!” De vez en cuando,
recibía como respuesta un saludo, una sonrisa tímida o una mirada de gratitud. Pero la mayoría de la
gente pasaba de largo y lo ignoraba. Yo lo miraba sentado desde un banco con gran interés. De pronto,
alguien se acercó y le dejó una bebida y un bocadillo. El hombre se lo agradeció profundamente y
siguió ejerciendo su labor con gran entusiasmo. Entonces me pregunté: “¿Cómo es posible que este
hombre tenga una actitud tan positiva si no parece tener demasiadas razones? ¿Dónde está la fuente
de su motivación?”
¿Qué se necesita para ser feliz en este año que comienza? He conocido a mucha gente que cree que
la felicidad se encuentra en abundantes riquezas, placeres y diversión. Claro, no faltan quienes,
además de eso, anhelan poder, dominio sobre los demás y ser el centro de atención de todo el mundo.
Y así es como la vida se vuelve una desesperada y frustrante carrera en busca del “final del arcoíris”
que consume los mejores años de la vida.
El apóstol Pablo nos recuerda que la felicidad es una decisión personal: “No lo digo porque tenga
escasez, pues he aprendido a estar contento en cualquier situación. Sé vivir con limitaciones, y también
sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener
hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad; ¡todo lo puedo en Cristo que me
fortalece!” (Filipenses 4:11-13). Por su parte, Jesús aseguró que aquellos que aprenden a ser felices
con muy pocas cosas, disfrutarán plenamente las grandes bendiciones que Dios les dé cuando llegue
el momento.
Es verdad, la felicidad es una decisión al alcance de todos nosotros. No está condicionada por la raza,
nacionalidad o clase social. Ni siquiera padecer una enfermedad puede impedirnos tomar la decisión
de ser felices.
Este nuevo año decídete a ser feliz, regala una sonrisa y pídele a Dios que te ayude a sentirte contento
sin importar la situación que estés viviendo.
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02 enero
Peligros de la burla
2018-01-02 - Jóvenes
“¿Hasta cuándo, ingenuos, amaréis la ingenuidad?¿Hasta cuándo los burlones desearán burlarse y
los insensatos aborrecerán el conocimiento?” (Proverbios 1:22, RVR95).
2018-01-03 - Jóvenes
"El que procura el bien, es bien favorecido; al que procura el mal, el mal le sobreviene” (Proverbios
11:27).
Uno de los grandes secretos para triunfar en la vida es la actitud. ¿En qué consiste? La actitud tiene
que ver con la manera en la que enfrentamos las circunstancias que se nos presentan, es decir, la
disposición del ánimo. En realidad, nuestra actitud determina el enfoque de nuestra vida, así como
nuestra relación con los demás.
He conocido gente muy capaz e inteligente, pero con una pésima actitud, la cual echa a perder lo
mejor de sus dones. De ahí que el talento no sea suficiente; es necesaria una buena actitud para
enfrentar las adversidades y desafíos de la vida. Quienes tienen una actitud correcta, disfrutarán la
vida y aprovecharán los espacios de felicidad que Dios les da, conscientes de que no todo el trayecto
de su existencia será sencillo, pero con el mejor talante para superar los reveses.
Los seres humanos necesitamos cambiar de actitud respecto a Dios. Eso es lo que se conoce como
conversión. Muchas veces lo culpamos de nuestras desgracias y le atribuimos responsabilidades
erróneas, incluso le reclamamos cuanta nimiedad se tropieza en nuestro camino. Pero cuando
permitimos al cielo realizar el milagro de la conversión en nuestras vidas, se nos otorga un nuevo
corazón -un cambio de actitud hacia Dios- que transforma nuestra cosmovisión. Ahora vemos las cosas
desde otra perspectiva: Dios ya no es vengativo ni autoritario, sino un Ser amoroso que dio a su Hijo
para salvarnos; las adversidades son oportunidades, las amarguras se pueden transformar en
espacios para consolidar la esperanza.
Tú no necesitas que el mundo cambie para ser feliz. No puedes vivir a expensas de lo que otros
decidan. Eso es tanto como cederles tu libertad. Lo que necesitas es un cambio de actitud. Disfrutar
la vida radica en la manera en la que interpretas la realidad. Por eso eres tú quien debe cambiar. Y
ese cambio únicamente Dios puede hacerlo, pero nunca lo hará sin tu permiso (Apocalipsis 3:20).
Invítalo hoy a cambiar tus actitudes, y no tanto a librarte de problemas. Seguramente habrá alguien
que te hará una mueca o tratará de lastimarte, pero no logrará herir tus sentimientos sin tu autorización.
Tu actitud puede convertir tus dificultades en bendiciones.
¿Crees que no lo lograrás? Aquí viene lo mejor: ¡Dios lo hará por ti! Déjalo entrar en tu corazón y repite
con David: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu” (Salmo 51:10).
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04 enero
Nada de excesos de confianza
2018-01-04 - Jóvenes
“No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor y apártate del mal” (Proverbios 3:7).
La guerra es una experiencia sumamente dramática para la conciencia humana. Los ejércitos entrenan
a sus tropas con toda una psicología que los ayuda a superar los horrores de las vivencias de la lucha
armada. A pesar de que alguien se pueda sentir muy preparado para enfrentar una guerra, la
incertidumbre, el temor y la ansiedad se ciernen sobre la mente de cualquier soldado.
Después de haber conquistado la tierra de Canaán, algunas tribus de Israel tuvieron que enfrentarse
a varios pueblos que quedaban en la región. Bajo la dirección divina, habían visto grandes muestras
del poder del cielo. Incluso grandes ejércitos habían caído delante de ellos. A pesar de haber obtenido
memorables victorias y acumular experiencia en la batalla, no había por qué caer en excesos de
confianza. Así fue como las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés tuvieron que combatir
a los agarenos, a Jetur, Nafis y Nodab. Y aunque los hebreos contaban con una milicia de cuarenta y
cuatro mil seiscientos sesenta y seis soldados muy bien pertrechados, decidieron que su principal
arma sería otra: la oración. La Biblia dice que oraron al Señor mientras estaban en medio de la batalla,
y el Señor los ayudó a salir victoriosos (1 Crónicas 5: 20).
Una de las grandes tentaciones de un cristiano es el exceso de confianza; creer que la experiencia en
la iglesia, el conocimiento y las habilidades personales lo capacitan para salir victorioso en las luchas
espirituales. Es así como paulatinamente abandona la oración y el estudio de la Biblia. Entonces, la
derrota es inevitable. Luego vienen la frustración, el desánimo y las reclamaciones personales. Y
cuando uno se pregunta por qué se dan estas situaciones, es muy importante recordar las palabras
de Jesús registradas en Juan 15:5: “Separados de mí nada podéis hacer” (RVR95).
¿Estás en medio de una batalla contra la tentación? Es tiempo de orar. ¿Tienes fuertes conflictos con
tus padres? Es tiempo de orar. ¿Enfrentas graves dificultades en la escuela? Es tiempo de orar. ¿Tu
relación amorosa atraviesa por momentos caóticos? Es tiempo de orar. Así como Dios ayudó a las
tribus hebreas a derrotar a los cananeos, te ayudará a ti a superar tus dificultades. Pero recuerda el
secreto: la oración en medio de la batalla.
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05 enero
La recompensa de la humildad
2018-01-05 - Jóvenes
“El Señor recompensa a los que le temen con riquezas, honra y vida, si son humildes” (Proverbios
22:4).
Durante mi primer año como pastor me tocó ministrar a ocho congregaciones en la zona central de
México. Había llegado como un promisorio graduando de dos licenciaturas de la universidad adventista
a una zona donde el evangelio apenas echaba raíces. Ahí conocí a don Francisco Ávila y su amable
familia. Y como aún estaba soltero, pernoctaba en su hogar cuando visitaba Tejupilco, el pueblo donde
vivían.
Don Francisco era un hombre sencillo y con escasa preparación académica. Sin embargo, tenía una
fe verdaderamente admirable. Cada mañana, antes de salir el sol, se levantaba a orar y comunicarse
con el Padre celestial. Sus palabras, su semblante y sus actitudes revelaban que había estado con
Jesús al amanecer. Él me profesaba un enorme respeto, ya que yo era el pastor de la iglesia, pero no
por eso dejaba de expresar con gran convicción sus ideas. Asimismo, cada semana, junto con su
esposa, salía a impartir estudios bíblicos a vecinos y amigos. Su pequeña tienda de comestibles era
un verdadero centro misionero en el vecindario.
Junto a don Francisco, yo me sentía un hombre de poca fe. Seguramente, en mi cabeza había más
información que en la suya. No obstante, su experiencia espiritual era mucho más sólida. A su lado,
yo parecía un ratoncillo que temblaba ante la menor adversidad. En cambio, él permanecía firme como
un roble frente a cualquier tempestad eclesiástica. Así que en varias ocasiones le supliqué al Señor
que me ayudara a depender de su Palabra.
¿Te has preguntado si eres una persona de poca fe? ¿Acaso no dependes de Dios como te gustaría?
Es cierto que los ambientes seculares de esta época debilitan el desarrollo de la fe. Sí, a veces
pareciera que hoy Dios no es tan necesario para resolver los problemas de la vida. Por eso, es muy
importante seguir la fórmula bíblica para fortalecer la fe: “Así que la fe viene como resultado de oír el
mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” (Romanos 10: 17, CST).
No te dejes someter por el secularismo. Que nadie te convenza de que el devenir de este mundo
únicamente depende de los seres humanos. ¡Qué frustrante es pensar de ese modo! Mejor acércate
a Dios hoy mismo. Pídele que te ayude a vencer tu incredulidad y a depositar tu vida en sus manos.
Hazle formar parte de cada una de tus actividades y confía en su dirección. Te aseguro que eso te
permitirá disfrutar los espacios de felicidad que el cielo tiene para ti en este día.
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06 enero
Cómo enfrentar los temores
2018-01-06 - Jóvenes
“El impío es víctima de sus grandes temores; los justos reciben lo que más desean” (Proverbios 10:24).
Josafat, rey de Judá, tenía delante de sí un gran ejército dispuesto a destruirlo junto con su pueblo.
Así que, después de ponderar la situación, llegó a la conclusión de que no tenía la capacidad de
enfrentar a su enemigo. Su equipo de colaboradores esperaba las órdenes del monarca. Entonces, el
líder hebreo se postró de rodillas para decirle al Señor lo siguiente: 1) que le resultaba imposible
oponerse al ejército que venía contra él; 2) que no sabía qué hacer; 3) que su única esperanza estaba
en Dios (1 Crónicas 20:12). Esta fórmula suena muy atractiva. Entonces, Dios actuó derrotando a los
enemigos de su pueblo.
Es difícil escuchar una confesión de este tipo de parte de un monarca. Por lo general, la gente
poderosa es arrogante, poco previsible y testaruda. Incluso muchas de sus decisiones están
fundamentadas en simples caprichos ridículos. La situación se vuelve más dramática si están
rodeados de zalameros que se dedican a endulzar sus oídos, en vez de sabios que los orienten con
prudencia. La historia de la humanidad está llena de ejemplos de cómo se perdieron batallas
importantes debido a la necedad de quienes estaban al mando de los ejércitos. Posiblemente, Josafat
podría haber recurrido al nacionalismo y exaltar las glorias del pasado para levantar el ánimo del
pueblo y salir a luchar al frente de sus soldados. ¿Pero para qué? Solo habría encontrado una gloriosa
muerte y, de igual modo, habría perdido la guerra. Sin embargo, prefirió humillarse delante de Dios y
reconocer sus limitaciones y profunda necesidad del Padre celestial.
En esta parte, me gusta leer las palabras de Elena de White: “Puede parecer que Satanás triunfa y
que la verdad está abrumada por la mentira y el error. Pero Dios quiere que recordemos cómo en lo
pasado él salvó a su pueblo de sus enemigos. Siempre eligió para manifestar su poder los momentos
de extrema necesidad, cuando no parecían tener posibilidad de verse librados de la acción de Satanás.
La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios” (Consejos para la iglesia, p. 611).
¿Estás metido en graves problemas? ¿Has llegado a creer que tu situación no tiene remedio? Sin
importar cuáles sean tus dificultades, te invito a seguir la fórmula de Josafat: 1) confiesa que tus
problemas rebasan tu capacidad de enfrentarlos; 2) que no sabes qué hacer; 3) que has decidido
colocar tu esperanza en él. Dios no te dejará solo. Prepárate para ver su poder en tu vida.
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07 enero
Despreciar las raíces
2018-01-07 - Jóvenes
“A quien mira con desprecio a su padre y tiene en poco la enseñanza de la madre, ¡que los cuervos
del valle le saquen los ojos!, ¡que los aguiluchos se lo coman vivo!” (Proverbios 30:17).
Creció en el seno de uno de los hogares mejor establecidos de la Biblia. Sus padres representan una
de las parejas modelo de las Escrituras. Desde niño fue objeto de múltiples manifestaciones de afecto
de parte de sus progenitores; asimismo, presenció un inmejorable trato entre ellos. Esaú mostró
extraordinarias habilidades para la vida campestre, especialmente la caza. Cada vez que llegaba con
una presa, sus padres se llenaban de satisfacción al ver a su valiente hijo desarrollar sus destrezas.
Por si fuera poco, Esaú era el primogénito de su familia. Eso significaba que un día sería el líder de la
familia (incluyendo las responsabilidades de ser el sacerdote de los suyos). Además, recibiría una
herencia doble y sería objeto de una bendición particular de su padre. Y tomando en cuenta que Isaac
era un hombre muy rico, en realidad, era un chico con grandes oportunidades de progresar. No
obstante, este muchacho no valoraba lo que tenía: ni a sus padres, ni su fe, ni a su familia. Incluso
llegó a despreciar su derecho de primogenitura y la cambió por un plato de lentejas: “¿Y para qué me
sirve la primogenitura, si estoy a punto de morir?” (Génesis 25:32). Era el típico joven al que no le ha
costado nada todo lo que tiene, que no ha sufrido para vivir cómodamente, que vive una vida de
esparcimiento y diversión y rechaza rotundamente cualquier tipo de responsabilidad o compromiso.
Eso que Esaú despreciaba era anhelado por alguien que estaba junto a él. Ni siquiera se dio cuenta
cuando le arrebataron sus privilegios. Creyó que con un berrinche lograría sus objetivos, como cuando
era niño. Pero ahora eso no funcionaba. Ya era un hombre, aunque no quería actuar como tal. Nunca
pudo recuperar lo que perdió.
¿Te has puesto a pensar en todo lo que tienes? ¿Eres consciente de tus grandes privilegios? Tal vez
tienes un hogar, una escuela, una iglesia, alguien que se muere por una de tus sonrisas. ¿Te parece
poca cosa? ¿Lo desprecias? ¿Entiendes que hay otros jóvenes que no tienen tu misma fortuna y
anhelarían tener lo que tú rechazas? ¿Te has puesto a pensar que eso que hoy valoras tan poco se
puede esfumar en cualquier momento?
Es hora de asumir responsabilidades grandes en tu vida. Es tiempo de aceptar desafíos. ¡Agradece a
Dios el privilegio de asumir compromisos! No los rehúyas. Es muy probable que no vuelvas a tener las
mismas oportunidades.
Esta mañana pídele a Dios que te ayude a valorar todo lo que él te ha dado.
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08 enero
Cuando nada te basta
2018-01-08 - Jóvenes
“El justo come hasta calmar su apetito; los impíos tienen un vientre insaciable” (Proverbios 13:25).
A Lucifer no le faltaba absolutamente nada. Sin embargo, de manera inexplicable, dejó entrar en su
cabeza el germen que destruye la condición óptima de un individuo, a saber, la insatisfacción. De
pronto, le pareció poco todo lo que tenía. Ya no se sentía satisfecho en medio de aquel ambiente
perfecto, como parte de la sociedad modelo y disfrutando de mejores privilegios. Pero así es la
insatisfacción. Te hace sentir un miserable en medio de una situación muy agradable.
Lucifer perdió el propósito de su existencia. Ahora se sentía frustrado. Ya no era feliz. Las mismas
actividades que antes le producían una profunda complacencia ahora le resultaban decepcionantes.
La carencia de sentido lo fue llevando a sentirse incomprendido, menospreciado e ignorado por los
habitantes del reino de los cielos, especialmente por el Padre celestial y Jesucristo. En su corazón
empezó a crecer un fuerte resentimiento hacia algunas actitudes para con Jesús, que él interpretaba
como “injusticias”. Ahora ya no le bastaba su lugar privilegiado en la corte celestial, ni sus talentos, ni
la admiración que gozaba de ángeles, serafines y querubines. Ahora quería más. La presencia divina
empezó a ser fuente de incomodidad, inconformidad y críticas.
Aquel ser primoroso y lleno de belleza se convirtió en el adversario del Padre celestial. Su corazón se
llenó de odio. El resentimiento se convirtió en el motor de sus acciones. La insatisfacción pasó a ser
su principal característica.
A partir de entonces, trató de destruir la felicidad del resto de los seres creados.
Si él no era feliz, ¿por qué los demás iban a serlo?
Hoy se presenta a millones de jóvenes sembrando en sus corazones el germen de la insatisfacción.
Los convence de asumir actitudes que los hacen profundamente infelices, como lo es él. Los incomoda
con el color de su piel, las facciones de su rostro, su estatura; los hace sentir miserables por su origen
étnico; los motiva a despreciar todo aquello que antes les brindaba felicidad: su familia, sus amigos,
su iglesia. Además, les infunde una codicia obsesiva hacia lo que otros tienen: el dinero, los
automóviles, la ropa, el placer, la popularidad.
Incluso, hay a quienes viven obsesionados con el sexo. ¡Nunca es suficiente!
Siempre falta algo.
En este día, siéntete satisfecho con lo que Dios te da. Disfruta lo que tienes.
Acéptate como eres. La felicidad es un don de Dios, pero aceptarla es una decisión que está hoy en
tus manos. ¡No dejes que nadie te la arrebate!
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09 enero
Cuidado con el fanatismo
2018-01-09 - Jóvenes
“No hagas planes malvados contra tu prójimo; es tu prójimo y vive confiando en ti” [Proverbios 3:29).
Saulo de Tarso se había formado bajo una estricta disciplina hebrea. Para él, su religión era la única
que podía conducirlo a la salvación. No soportaba que alguien cuestionara o atacara sus creencias,
pues ante el menor alegato reaccionaba como una fiera en contra de sus detractores. Fue así como
su carácter comenzó a adoptar un marcado orgullo religioso.
Pero un día surgió un grupo de personas que pretendía predicar un mensaje diferente. Se trataba de
hombres y mujeres que se hacían llamar seguidores de un tal Jesús, un hombre que había sido
crucificado alrededor del año 31 d.C. Al igual que la mayoría de los fariseos y escribas, Saulo
despreciaba a los cristianos y los consideraba una cuadrilla de ignorantes, fanáticos y herejes del
judaismo. No obstante, el desprecio de Saulo pronto se convirtió en odio. No toleraba observarlos en
la sinagoga hablando a la gente del sacrificio de Jesucristo, ni soportaba verlos compartir sus
posesiones materiales y mostrar un afecto fraternal contrastando con la egoísta sociedad. ¡Y mucho
menos aceptaba que se atrevieran a predicar las grandes verdades del judaismo a los extranjeros!
En su corazón pronto empezó a crecer un odio fanático hacia los cristianos. Así que un buen día
decidió que no permitiría a estos “herejes” seguir menoscabando el judaismo. Entonces, para
complacencia de sus colegas, organizó un grupo paramilitar para perseguir y capturar cristianos. Así
fue como se convirtió en todo un héroe para sacerdotes, fariseos y escribas; todo un ejemplo de la
defensa de la fe hebrea y un paladín del judaismo.
No se sabe exactamente durante cuánto tiempo persiguió cristianos. Lo cierto es que destruyó muchas
vidas, separó a muchos padres de sus hijos y torturó a muchos otros. Se gozaba en ver cómo sufrían
los creyentes y exhalaban su último aliento. El odio se reflejaba en sus ojos y no vacilaba en golpear
y herir a quienes él creía miembros de una “secta”. Ahora, en el nombre de Dios estaba acabando con
personas cuyo único pecado era que tenían una perspectiva religiosa distinta de la suya.
La intolerancia religiosa es una peligrosa actitud que puede devenir en odio y, a su vez, en
persecuciones y ataques a quienes piensan distinto. Eso es inaceptable. El propio Dios respeta las
decisiones erróneas de sus hijos, los cuales darán cuenta de sus actos en el juicio final. El Señor ama
a los pecadores, pero desaprueba sus acciones equivocadas.
No hagas planes para dañar a tu prójimo, ni siquiera bajo el pretexto de defender tu fe. Esa actitud no
tiene la bendición de Dios.
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10 enero
Cómo destruir una carrera brillante
2018-01-10 - Jóvenes
“Esto es pecado: los ojos altivos, el corazón orgulloso y los planes malvados” (1 Proverbios 21:4).
Fue un joven entregado a Dios (2 Crónicas 26:4). Su madre le enseñó a amar al Señor y a conocerlo
a través de su Palabra. Además, tuvo el privilegio de que el profeta Zacarías lo instruyera en el camino
del Señor. A su corta edad, sintió un fuerte deseo de buscar a Dios de todo corazón, ¡y lo encontró!
En el año 792 a.C., con tan solo dieciséis años, Uzías fue proclamado rey de Judá como corregente
junto a su padre, Amasias. A pesar de su juventud, Uzías demostró un enorme liderazgo, pues decidió
enfrentar a los eternos enemigos de Judá: los filisteos. Gracias a sus efectivas estrategias militares y
a la ayuda divina, logró someter a sus rivales (2 Crónicas 26:6-8). Además, derrotó a los árabes e hizo
tributarios a los amonitas. El éxito empezó a sonreírle. Su fama como conquistador llegó hasta Egipto.
Uzías también fue un gobernante emprendedor: construyó y fortificó torres en Jerusalén, edificó
fortificaciones en el desierto, cavó un gran número de pozos (2 Crónicas 26:9,10). La economía del
país empezó a crecer. El joven rey acumuló mucho ganado. Además, se mostró como un “amante de
la agricultura”. Después de muchos años de pobreza, sometimiento y mediocridad, Judá volvía a vivir
la bonanza económica y el éxito en la guerra. Organizó uno de los mejores ejércitos de la historia del
reino de Judá, conformado nada menos que por 307.500 soldados muy valientes, más del doble de
las legendarias tropas de los madianitas con las que peleó Gedeón. El ejército estaba bien armado y
entrenado; además combatía organizado en escuadrones, algo nunca antes visto en la historia militar
hebrea. Uzías marchaba orgulloso a las batallas y hacía pedazos a sus enemigos.
La Biblia describe cómo este joven llegó a la cima del poder: “Con la poderosa ayuda de Dios, Uzías
llegó a ser muy poderoso y su fama se extendió hasta muy lejos” (2 Crónicas 26:15, CST). El monarca
había alcanzado los grandes objetivos de su vida de la mano de Dios: someter a los enemigos de
Judá, fortificar sus poblaciones, mejorar la infraestructura de su país, desarrollar la economía,
promover la fidelidad a Dios. No obstante, la Biblia dice lo siguiente: “Pero cuando se hizo fuerte, su
corazón se enalteció, y eso fue su ruina, porque se rebeló contra el Señor su Dios y hasta entró en el
templo del Señor para quemar incienso en el altar del incienso” (2 Crónicas 26:16).
El orgullo puede destruir la carrera más exitosa. Pide a Dios que te ayude a ser humilde.
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11 enero
Resentimiento hacia la religión
2018-01-11 - Jóvenes
“Cada corazón conoce su propia amargura, y ningún extraño participa de su alegría” (Proverbios
14:10).
En diferentes partes del mundo podemos encontrar un elevado nivel de secularismo. No obstante, en
algunas zonas de Europa existe un elemento que resulta muy revelador: el resentimiento hacia la
religión. Parece como si la gente guardara un peculiar rencor espiritual. Asimismo, da la impresión de
que no estuviera dispuesta a nada por cuestiones religiosas. Y es que Europa tiene un doloroso pasado
en cuestiones de luchas de esta índole. Así que hoy, cualquier tema religioso es visto con cierta
sospecha y hartazgo por parte de importantes sectores de la sociedad. La percepción es que la iglesia
(Católica) no ha defendido a la gente, más bien, hasta cierto punto, se ha visto como su enemiga.
La verdad es que cuando te obligan a vivir la religión de una manera radical, sin respetar tu
individualidad ni tus puntos de vista, además de exigirte luchar y dar la vida por causas que no
entiendes, bajo la amenaza de la ira divina o la perdición eterna, a la larga el resultado es muy
predecible: el resentimiento.
¿Alguna vez te has resentido con la iglesia? ¿Guardas en tu corazón rencor hacia algunos pastores o
líderes de tu congregación? Tal vez alguno de tus familiares ha tratado de imponerte la doctrina o las
normas cristianas de una manera tajante sin darse cuenta de que estaba invadiendo tu libertad. Sí, es
posible que haya pasado. Y no es agradable reconocerlo. El mismo Jesús advirtió que a veces el
ímpetu religioso rebasa los derechos de los seres humanos: “Os expulsarán de las sinagogas; y hasta
viene el día en que cualquiera que os mate pensará que está prestando un servicio a Dios” (Juan 16:2,
CST).
La experiencia ha revelado que no son las normas las que lastiman a los creyentes, especialmente a
los jóvenes, sino la manera en la que a veces se aplican. Personalmente, soy amigo de varios jóvenes
que ya no asisten a la iglesia. Se han ido por diversas causas, la mayoría llenos de resentimiento. Al
escucharlos, he visto el mismo patrón en su experiencia espiritual. El problema es que, al dar la
espalda a los principios cristianos, han tomado decisiones drásticas que han arrastrado sus vidas por
situaciones muy complejas. Y después ya nada vuelve a ser igual.
Hay que aprender de los errores del pasado. Las normas de la iglesia se pueden cumplir sin necesidad
de humillar a quienes las transgreden, enfatizando siempre el amor de Dios y su invitación al
arrepentimiento.
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12 enero
Cuidado con la discriminación
2018-01-12 - Jóvenes
“El falto de cordura menosprecia a su prójimo; el hombre prudente sabe guardar silencio” (Proverbios
11:12).
Mario Vargas Llosa, el lúcido escritor peruano, describe las brutalidades del colonialismo durante
finales del siglo XIX y principios del XX en El sueño del celta. El personaje principal, Roger Casement,
decide partir a África para colaborar en el “progreso” y el avance de estas tierras, convencido de que
Occidente está llamado a compartir su desarrollo con las regiones más atrasadas del planeta. Sin
embargo, con el paso de los años se da cuenta de una realidad muy distinta. El brillante literato deja
ver cómo una ideología radical puede conducir a seres civilizados a realizar actos de barbarie en contra
de pueblos con costumbres diferentes.
Visité el Museo del Holocausto de Dallas (EE.UU.) hace un tiempo. El lugar es pequeño pero muy
significativo. Ahí se narra cómo disidentes políticos, líderes religiosos, así como personas de cultura o
antecedentes judíos, fueron llevados a campos de concentración ubicados en diversas partes de
Europa para ser aniquilados por considerarlos un peligro para una supuesta raza superior, a saber, los
arios. La experiencia es escalofriante. El museo exhibe desde objetos personales que pertenecieron
a víctimas del Holocausto hasta un vagón donde se transportaron prisioneros a los campos de
exterminio. ¿Cómo es posible que un ser civilizado justifique tal barbarie? ¿En qué momento el cerebro
pierde el sentido del respeto para dar lugar al salvajismo? ¿Hasta dónde se tiene que llegar para que
la insensibilidad se apropie de las decisiones humanas? ¿Cómo se puede blindar la mente para
cometer atrocidades de esa naturaleza?
Cualquier ideología que nos conduzca a sentirnos superiores a los demás está fuera de lugar. Lo
anterior incluye las perspectivas políticas y religiosas. ¿Pero por qué es tan importante promover la
tolerancia? Porque los seres humanos somos proclives a repetir los errores del pasado. Preferimos
los extremos -o las imposiciones recalcitrantes que aplastan la dignidad de los demás con el pretexto
de “purificar” a una comunidad, o las innecesarias actitudes atrevidas que ponen en peligro nuestra
propia identidad- en vez de buscar el equilibrio. Tales circunstancias facilitan la polarización de una
sociedad.
No podemos aceptar la segregación de una minoría social, aunque estemos en las antípodas de sus
ideas. Su derecho a disentir garantiza el nuestro de conservar nuestras perspectivas religiosas o
políticas. Es mejor construir una cultura del respeto y la tolerancia hacia los demás, cuyo principio yace
en las palabras de Jesús, quien dijo: “Así que en todo tratad a los demás tal y como queréis que ellos
os traten a vosotros. De hecho, esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12, CST).
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13 enero
La protección de los animales
2018-01-13 - Jóvenes
“El justo sabe cuando su bestia tiene hambre, pero los impíos son crueles de corazón” (Proverbios
12:10).
Balaam había sido algunin embargo, la ambición, la avaricia y la constante ina vez un buen hombre y
un fiel profeta de Dios. Ssatisfacción por su situación económica lo habían llevado a convertirse en un
mercenario de la fé, un charlatán que aprovechaba sus conocimientos bíblicos para defraudar a sus
víctimas. Así fue como su fama llegó hasta Balac, el rey de Moab, quien lo contrató para practicarle un
embrujo al pueblo de Israel, a pesar de que Dios le advirtió que no lo hiciera. En el camino, un ángel
se le apareció para persuadirle de que no avanzara. Pero la tercera vez, la burra se echó sobre su
amo ante la estrechez del camino y la presencia del ángel. Entonces, Balaam reaccionó airadamente
y comenzó a golpear al animal. De pronto, de manera extraordinaria, el animal le dijo:
-¿Y yo qué te he hecho? ¿Por qué me has azotado tres veces?
Y Balaam le respondió:
-¡Es que te estás burlando de mí! Si tuviera yo una espada en la mano, ¡ahora mismo te mataría!
El asna le contestó:
-Pero, Balaam, ¿acaso no soy yo tu asna? Desde que me tienes, y hasta este día, tú has montado
sobre mí. ¿Acaso te he tratado así alguna vez? (Números 22:28-30).
En más de una ocasión he visto a individuos maltratando animales. De manera insensata, descargan
sobre estos seres sus frustraciones y amarguras. Lo cierto es que la forma en la que tratamos a los
animales revela nuestro carácter: “El que abusa de los animales porque los tiene en su poder, es un
cobarde y un tirano. La tendencia a causar dolor, ya sea a nuestros semejantes o a los animales
irracionales, es satánica. Muchos creen que nunca será conocida su crueldad, porque las pobres
bestias no la pueden revelar. Pero si los ojos de esos hombres se abrieran como se abrieron los de
Balaam, verían a un ángel de Dios de pie como testigo, para testificar contra ellos en las cortes
celestiales. Asciende al cielo un registro, y vendrá el día cuando el juicio se pronunciará contra los que
abusan de los seres creados por Dios” (Patriarcas y profetas, p. 420).
No permitas que haya crueldad en tu corazón. Trata con compasión a los animales. No es necesario
que tengas una mascota, pero si la tienes, no es correcto que la descuides y la maltrates. Eso influirá
negativamente en tu vida espiritual.
Los animales representan la única fuente de amor y alegría para mucha gente. Respeta su espacio y
aprende a convivir con ellos.
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14 enero
El impacto de la envidia
2018-01-14 - Jóvenes
“Un corazón apacible infunde vida al cuerpo, pero la envidia corroe hasta los huesos” (Proverbios
14:30).
Las primeras evidencias de presencia judía en lo que hoy es España datan de los siglos Vll y VI a.C.
El apóstol Pablo expresa su deseo de visitar la península ibérica para proclamar el evangelio de Jesús,
lo cual es un indicio de importantes comunidades judías establecidas en la región (Romanos 15:24-
28). A lo largo de los siglos, la comunidad hebrea logró consolidarse como un significativo pilar en la
economía ibérica, a pesar de sufrir ataques de intolerancia y odio popular en diversos momentos de la
historia.
La situación llegaría a ser cada vez más compleja durante el siglo XV. La animadversión popular contra
los judíos, considerados culpables por lo que sus antepasados habían hecho pasar a Jesús, era
fomentada desde los púlpitos de muchas iglesias, en especial durante la Semana Santa. Incluso se
dejaban correr rumores y calumnias en contra de los judíos (como que habían robado la hostia de
alguna iglesia o crucificado a un niño) que exacerbaban la rabia de los cristianos. Asimismo, se
criticaba su estilo de vida y se les envidiaba tanto por sus crecientes fortunas como por la influencia
que varios de ellos tenían en la corte real y con los grandes personajes del reino. Por si fuera poco, se
les aborrecía hasta por sus costumbres alimentarias, ya que profanaban las normas que daba la iglesia
sobre este particular (Manuel Fernández Álvarez, Isabel la Católica, Barcelona: Espasa, 2012, p. 380).
La conquista de Granada, en enero de 1492, consolidó el poder de Isabel de Castilla y Fernando de
Aragón. Así que el 31 de marzo del mismo año decretaron la expulsión de los judíos de la península.
Solo tenían seis meses para abandonar una tierra en la que habían vivido durante siglos. Entonces,
los odios, las envidias y los abusos se desbordaron en contra de esta comunidad, que fue despojada
de sus pertenencias y patrimonio. Más de cien mil judíos salieron de Castilla hacia diversos lugares,
en especial hacia Portugal. A menudo se vieron expoliados y maltratados dondequiera que iban.
Un verdadero cristiano no puede vivir con envidia y odio en su corazón. Mucho menos puede azuzar
a los creyentes a lastimar a otras personas que piensan diferente. “Si sembramos desconfianza,
envidia, celos, amor propio, amargura de pensamientos y sentimientos, cosecharemos acíbar para
nuestras propias almas” (Consejos para los maestros, p. 90).
¿Sientes malestar porque a otros les va mejor que a ti? Cuidado. No es bueno dejar crecer esos
sentimientos en la vida. Sus frutos pueden ser asombrosamente destructivos.
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15 enero
Ganas de portarte mal
2018-01-15 - Jóvenes
No abrigues en ti envidia por los pecadores, sino mantente siempre en el temor del Señor. Lo cierto
es que hay un futuro, y tu esperanza no se verá frustrada. Proverbios 23: 17,18
Sansón fue un joven lleno de talentos físicos, mentales y espirituales. Sin embargo, usó los dones que
Dios le dio para divertirse y pasarlo bien. Utilizó su fuerza para gastarle bromas a sus enemigos y
escapar de ellos cada vez que actitudes desafiantes hacia las autoridades; se sirvió de su vínculo
especial con el Señor para jugar con las cosas sagradas, dar un mal ejemplo a otros jóvenes y ejercer
una fe presuntuosa.
¿Por qué se comportaba de esa manera? En realidad, sentía una profunda admiración por los filisteos:
su estilo de vida, sus diversiones, su vestimenta, sus mujeres. Sansón soñaba con ser como ellos. Por
supuesto, despreciaba profundamente las costumbres hebreas, y casi no tenía amigos entre los
israelitas.
Un día Sansón se enfrentó con alguien más inteligente que él. Dalila supo someter muy bien al temible
guerrero israelita, quien podía luchar frente a un ejército bien pertrechado, pero sucumbía ante el llanto
y la adulación de una mujer: "Pues la mujer ajena habla con dulzura y su voz es más suave que el
aceite; pero termina siendo más amarga que el ajenjo y más cortante que una espada de dos filos.
Andar con ella conduce a la muerte; sus pasos llevan directamente al sepulcro" (Proverbios 5:3-5
DHH). Y así fue. Después de ser traicionado por su última conquista, fue torturado por los filisteos y
confinado a un molino. De vez en cuando, servía como un juguete a los alborozados enemigos de
Dios. El joven que había hecho de la diversión el centro de su vida se había convertido en la diversión
de los demás. En realidad, estaba pagando un alto precio a causa de sus pobres expectativas de vida.
Nunca se puso a pensar que un día tendría que pagar el coste de sus malas decisiones.
¿Alguno de tus amigos tiene un estilo de vida inmoral? ¿Has sentido envidia de sus excesos y
diversiones, de su vestimenta provocativa o de sus actitudes desafiantes? ¿Te gustaría ser como él o
ella? ¿Te das cuenta de que el desenfreno juvenil tiene un precio que cualquiera que lo practica un
día tendrá que pagar?
Cuando veas a un chico o chica que presume de sus aventuras sexuales y exhibe sus bajos valores
morales, no pienses en lo bien que lo está pasando hoy, sino pregúntate dónde estará el día de
mañana y cuáles serán los resultados de sus imprudencias.
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16 enero
Las alegrías del joven cristiano
2018-01-16 - Jóvenes
"La esperanza de los justos es su alegría; la esperanza de los impíos se esfuma" Proverbios 10:28
En cierta ocasión tomé un transporte público al sur de la Ciudad de México. De pronto, un anciano
abordó también el vehículo. el conductor se portó sumamente grosero con él e incluso le cobró el
equivalente a dos pasajes porque llevaba una enorme bolsa. A pesar de todo, el anciano no perdió la
sonrisa, pagó lo que se le pidió y comenzó a conversar ocn el antipático conductor. Ante tanta
insistencia por charlar, el conductor terminó cediendo al diálogo. En la charla salió a relucir que el
anciano era originario de la actual República Checa y que había llegado a México hacía cuarenta años.
Era maestro y sabía varios idiomas.
- A mí me gusta mucho México porque aquí la gente es buena y se respira paz por toda spartes -
aseguró el anciano.
- ¿De verdad lo cree así? ¿No le da miedo tanta violencia? -respondió el conductor.
- Amigo. Vosotros, los mexicanos, no sabéis lo que es la verdadera violencia México es una tierra
mayormente pacífica. En otros lugares hay guerra.
- ¿Por qué dices eso?
- Vosotros no sabéis lo que es un bombardero, que la ciudad sea destruida por un ejército extranjero.
Además, aquí la gente es pacífica, se diga lo que se diga. En la zona donde yo crecí se respira odio
por todas partes. La guerra está latente.
- ¿Entonces le gusta esta tierra?
-¡Por supuesto! Esta es una tierra llena de libertad, paz y oportunidades. No entiendo por qué no
disfrutáis lo que tenéis.
Mientras el anciano hablaba, puse a pensar en que la felicidad es una decisión personal. Cada día
Dios nos da la oportunidad de ser felices, pero nostros decidimos si aceptamos la alegría de vivir.
Somos nosotros los que nos complicamos la vida y nos angustiamos de manera innecesaria; los que
nos llenamos la cabeza de zozobra ante la menor inseguridad. Mientras tanto, hay otras personas que
han decidido aprovechar los espacios de felicidad que Dios les ha dado.
¿Cuáles son tus alegrías? ¿De qué depende tu felicidad? ¿En quién has depositado tu destino? ¿Te
das cuenta de que no hay necesidad de ir tan lejos para disfrutar la vida que el Señor te ha dado?
En este día te invito a ser feliz ahí donde estás y transmitir esa alegría de vivir a quienes te rodean.
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17 enero
¿Puedes ser campeón del mundo?
2018-01-17 - Jóvenes
“El impío huye sin que nadie lo persiga, pero el hombre justo vive tranquilo como un león” (Proverbios
28:1).
El 5 de junio de 1986, estaba sentado en una platea del estadio Cuauhtémoc de Puebla (México) para
presenciar el partido entre Argentina e Italia durante el Mundial de fútbol de aquel año. Justo frente a
mí estaba el túnel por donde salían los jugadores. De pronto, apareció Diego Armando Maradona
seguido del equipo argentino, y a su lado salieron los italianos. Yo me acerqué con otros chicos para
gritar de emoción a los modernos gladiadores. Pero los jugadores iban muy concentrados. Alessandro
Altobelli marcó para Italia a los seis minutos del partido. Un poco más tarde, Maradona anotaría el gol
del empate. En aquel torneo se consagraría como una leyenda del fútbol mundial.
Menos de diez países han logrado ganar el campeonato mundial de fútbol. Dichos equipos llegan a la
justa deportiva con la seguridad de que pueden ganar. Los demás tienen otro tipo de aspiraciones, por
ejemplo, se conforman con pasar a la segunda ronda o incluso llegar a semifinales. El punto es que
no creen que puedan ser capaces de ganar la copa, aunque tengan grandes jugadores y condiciones
favorables para lograrlo. Argumentan que su fútbol no tiene un gran nivel, tradición, historia, entre otras
cosas. Y ante tantos pretextos, terminan siendo perdedores. Pero hay equipos que sí creen que
pueden ganar, aunque su estilo de juego y preparación dejen mucho que desear. He ahí la gran
diferencia. Y aunque parezca simple, así es. Detrás de los grandes triunfos deportivos se encuentra la
certeza de que es posible ser vencedores.
En la vida sucede algo parecido. A pesar de contar con grandes ventajas, muchos jóvenes no creen
que van a tener un futuro promisorio. Más bien, se conforman con muy poco y exhiben actitudes
mediocres, participando en el juego de la vida sin ninguna esperanza de salir vencedores. Se
concentran en sus supuestas desventajas y alegan que no tienen dinero ni preparación académica ni
son físicamente atractivos. Y ese tipo de actitudes los condiciona para salir derrotados. Lo peor de
todo es que la derrota les parece algo completamente natural. ¡Ya la esperaban! ¿Por qué? Porque
así habían condicionado su mente y no hicieron nada para construir un futuro distinto.
La concentración en las metas, la preparación física, la consagración a Dios y la buena actitud pueden
hacer de un joven un campeón del mundo. Aquí no importa el color de la piel, la nacionalidad, la
estatura, la situación económica o social. Tú eres el constructor de tu propia historia.
¿Lo crees? En tu respuesta se revelará tu futuro.
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18 enero
El enemigo que derrotó al gran general
2018-01-18 - Jóvenes
"Beber vino o bebidas embriagantes te lleva a blasfemar y causar alborotos. No es de sabios errar por
su culpa" (Proverbios 20:1).
Alejandro Magno (356-232 a.C.) fue uno de los mayores líderes, jefes militares y conquistadores de la
historia. Filipo II de Macedonia, su padre, lo preparó para reinar bajo la disciplina militar y, además, lo
puso bajo la instrucción nada menos que de Aristóteles, el ilustre filósofo griego. A partir del 336 a.C.
fue rey de Macedonia, donde impuso su autoridad en la región para después lanzarse a la conquista
del poderoso Imperio medopersa. Su enorme visión, liderazgo, y capacidad para la guerra lo condujo
a infinglir varias derrotas a los medopersas, pero especialmente la de Gaugamela (Arbela), en 331
a.C., donde derrotó a sus enemigos con un ejército mucho menor al suyo gracias a sus tácticas de
combate. Así se convirtió en el soberano de toda Grecia, Anatolia, Egipto, Oriente Próximo y Asia
Central. Su ejército llegó hasta la India. Sin embargo, los soldados se negaron a seguir avanzando y
tuvo que regresar a Babilonia. El 2 de junio de 323 a.C., Alejandro participó en un banquete en el
palacio de Nabucodonosor II donde se embriagó con sus amigos. Tras la fiesta, empezó a sentirese
muy mal y días después murió, a poco más de un mes de cumplir los 33 años. Fue el final de na de
las carreras militares más brillantes de la historia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo 3,3
millones de personas a causa del nocivo consumo de alcohol, lo que significa un 5,9% de todas las
defunciones. Además, su uso es un factor causal en más de doscientas enfermedades y trastornos.
Por si fuera poco, provoca la muerte y discapacidad a una edad temprana. También hay relación entre
su consumo y varios trastornos mentales y de comportamiento, así como enfermedades y
traumatismos. Recientemente, se han determinado relaciones causales entre su consumo y la
incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el sida.
Hoy se sigue presentando al alcohol como una sustancia muy atractiva para los jóvenes. Pero con él
no se juega. El alcohol arruina la vida de quienes lo consumen. Vidas prometedoras, como la de
Alejandro Magno, se han destruido a causa del acohol. La advertencia bíblica sigue siendo hoy muy
importante: "Beber vion o bebidas embriagantes te lleva a blasfemar y a causar alborotes. No es de
sabios errar por su culpa".
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19 enero
La vida es bella
2018-01-19 - Jóvenes
"Un corazón alegre le hace bien al rostro, pero las penas del corazón abaten el ánimo" (Proverbios
15:13).
Roberto Benigni (1952) produjo en 1997 una de las películas más alecccionadoras que he visto: La
vida es bella. La historia está basada en el libro Al final derroté a Hitler, de Rubino Romeo Salmoni, y
cuenta la vida de Guido Orefice, un hombre de origen judío que vive en los tiempos previos a la
Segunda Guerra Mundial. Él no sabe de política ni de conflictos internacionales. En realidad, es un
tipo demasiado sencillo que vive enamorado de Dora, su mujer, y disfruta mucho la presencia de su
hijo. Sin embargo, la mancha nazi llega hasta Italia y, un día, tanto a él como a su hijo los llevan al
campo de concentración. Su mujer, que no es de origen judío, se niega a dejarlos partir solos a ese
lugar, así que obliga a los soldados a llevarla con ellos. Al llegar al lugar designado, la realidad rebasa
cualquier imaginación previa: tortura, sufrimiento, abuso, genocidio, trabajos forzados y destrucción.
¿Qué hacer? ¿Abandonarse a la depresión y a la desesperanza? No. El protagonista de la historia
toma otro camino.
La realidad no se puede cambiar, asi que el padre del pequeño termina por aceptar lo que está
ocurriendo. No obstante, trata de evitar que su hijio asimile todo el sufrimiento en el que se mueve, asi
que se esfuerza por hacerlo feliz cada día y le hace creer que, en realidad, todo es un juego: los
soldados nazis pertenecen a un equipo y ellos a otro; si ganan, obtendram un tanque de guerra. El
niño cree las palabras de su padre, y este logra su objetivo: el pequeño no se da cuenta de que está
en uno de los lugares más peligrosos del mundo. Más bien, disfruta el momento jugando con su padre,
ante la mirada atónita de los prisioneros. Lamentablemente, el padre es asesinado justo antes de que
un comando de las fuerzas aliadas tome el campo de concentración. El legado del padre a su hijo fue
aprender a ser feliz aunque las circunstancias sean adversas, porque a pesar de todo, ¡la vida es bella!
¿Qué te parece? ¿Crees que tu vida es bella? ¿O tienes mil problemas que te han hecho creer que tu
vida es un infierno? Por muy mal que te vaya, seguramente no estás en un campo de concentración
condenado a trabajos forzados. ¡Cambia esa cara! ¡Sonríe! La vida es bella. ¡Compruébalo!
Todo depende de tu actitud.
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20 enero
No te concentres en tus desventajas
2018-01-20 - Jóvenes
"Atiende al consejo, y acepta la corrección; así acabaras siendo sabio" (Proverbios 19:20).
Joás, el futuro rey de Judá, perdió a su padre (Ocozías) cuando apenas era un bebé. Al poco tiempo,
una revuelta política organizada por su propia abuela, la malvada Atalía, acabó con la descendencia
real; él salvó la vida gracias a la intervención de su nodriza, quien lo escondió durante seis años en el
templo.
Su infancia transcurrió entre las tragedias, las amenazas de muerte y la falta de sus padres. ¿Qué iba
a ser de un niño en semejantes condiciones de vida? La biblia dice que durante todo ese tiempo, Joás
recibió el afecto y la instrucción del sacerdote Joiada. Años después, el régimen de Atalía fue
derrocado y Joás, con apenas siete años de edad, ascendió al trono, donde permanecería cuarenta
años. El chico no se concentró en sus problemas ni se abandonó a la autocompasión ni se lleno de
odio contra los que habían enlutado su infancia. más bien, logró vivir a la altura de los desafíos que la
vida le presentó y sacó adelante a su pueblo en medio de condiciones muy complicadas. Al final de su
vida, él registro bíblico dice que él "hizo lo recto a los ojos del Señor" (2 Crónicas 24:2).
Más de una vez he visto jóvenes de ambos sexos marcados por la desgracia. Ya sea por la muerte de
sus padres, el lastre de alguna enfermedad que los acosa desde pequeños o la falta de recursos
económicos, les toca vivir situaciones dramáticas que los obligan a madurar a muy temprana edad.
¿Qué hacer en estos casos? ¿Buscar explicaciones? ¿Reclamar al Padre celestial por haber permitido
que viniveran a este mundo marcados por la tragedia? ¿Vivir para despertar la lástima de los demás
contando nuestras desgracias una y otra vez? Ese es u camino, pero no es el único. También podemos
asumir una actitud distinta, como hizo Joás, quien aceptó la orientación del sacerdote Joiada y se
preparó para gobernar dignamente a su pueblo.
Todos tenemos condiciones adversas en este mundo. Solo Dios sabe por qué ha permitido que las
padezcamos. Lo cierto es que, cualquiera que sea la dificultad que nos golpea, el Señor nos ha dado
la facultad de superarla: "Pero Dios es fiel, y no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo
que podáis aguantar" (1 Corintios 10:13, CST).
No te concentes en tus debilidades. Mejor acércate a Dios y pídele que te ayude a cumplir la misión
para que te ha traído a este mundo.
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21 enero
Las enfermedades y el cáncer
2018-01-21 - Jóvenes
"Un corazón alegre es la mejor medicina; un ánimo triste deprime a todo el cuerpo" (Proverbios 17:22).
Las enfermedades nunca anuncian cuándo van a golpear la vida de una persona. Es evidente que
nadie las espera ni las desea. Se presentan de manera repentina y fulminante. Algo así le sucedió al
rey Ezequías, uno de los grandes monarcas de la historia hebrea. Su liderazgo había logrado fortalecer
en la población la fe en el Dios verdadero. Además, junto con sus súbditos, había logrado pasar la
difícil prueba de soportar la amenaza del ejército asirio. Dios había hecho maravillas a lo largo de su
vida. Pero ahora estaba enfermo.
Ante la gravedad de la enfermedad del rey, el profeta Isaías se presentó para informarle de que había
llegado la hora de morir. Debía organizarsu vida de la mejor manera para pasar al descanso. La noticia
hizo que el soberano se derrumbara emocionalmente. No esperaba la muerte. Creía que todavía
podría vivir un tiempo más en este mundo. Así que lloró amargamente ante el Padre celestial y le
suplicó que restaurara su salud. El amoroso Dios se conmovió al ver al rey sumamente desconsolado;
a través de Isaías le comunicó que le concedería quince años más de vida. como prueba, hizo que la
sombra del sol retrocediera diez grados en el reloj. El rey estaba feliz.
No toda la gente reacciona de la mejor manera ante las bendiciones que Dios les concede en
cuestiones de salud. A pesar de que la mano poderosa de Dios se manifiesta en sus vidas, la respuesta
no siempre es la esperada. Parece que olvidan muy rápido las promesas que hicieorn en el lecho del
dolor. Y este fue el caso de Ezequías. La Biblia dice que, en cuanto se vio fuerte y sano, se llenó de
orgullo.
Fue así como un día recibió a unos embajadores de Babilonia que deseaban conocer más
detalladamente las razones por las que el rey había sido sanado. ¿Por qué la sombra del sol en el reloj
había retrocedido diez grados? La respuesta esperada era que se trataba de una prueba del poder
sanador del Dios de Israel.
Sin embargo, el rey les motró sus tesoros de manera arrogante.
La manera como enfrentas las enfermedades revela lo que llevas dentro de ti. Lo más importante no
es el cuerpo, sino el carácer. Todas las enfermedades son temporales. Un día desaparecerán. Lo
único que va a quedar es el carácter.
En este día, suplica al Señor que te ayude a tener una actitud correcta ante sus bendiciones.
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22 enero
Programados para la derrota
2018-01-22 - Jóvenes
“El perezoso arguye: ‘¡Hay un león en la calle! Si salgo, ¡seré hombre muerto!’ (Proverbios 22:13).
David, el muchacho que venció al gigante Goliat, desarrolló inusuales virtudes mientras cuidaba de las
ovejas: la bravura, el atrevimiento y la voluntad. Una combinación extraordinaria. David era un ser
sensible pero fuerte y valiente, un adolescente que se atrevía a pelear con leones y osos para defender
al rebaño que con paciencia y amor cuidaba (1 Samuel 17:34-36). En medio del campo, sus dedos
tañían las cuerdas de su pequeña arpa; al fondo se escuchaban los balidos de las ovejas que parecían
como nubes caminando por la tierra. De repente, se detenía para escuchar algún sonido que le era
desconocido y permanecía atento. A lo lejos, muy cerca de alguna indefensa y despistada oveja, un
oso esperaba el mejor momento para abalanzarse sobre su presa. Entonces, David se preparaba para
atacar al depredador antes de que pudiera caer sobre la oveja. Soltaba el arpa, levantaba los ojos al
cielo y clamaba a Dios para que lo ayudara en su hazaña. En varias ocasiones alejó a las bestias de
sus rebaños. Lo curioso es que ni su padre ni sus hermanos creían sus relatos sobre cómo había
vencido osos y leones defendiendo a las ovejas. Para ellos, David todavía era muy joven. Pero eso no
le afectaba; él sabía muy bien que tenía madera de campeón. Dios complementaba la fuerza y él
aportaba la actitud correcta.
Pero el libro de Proverbios comenta que hay jóvenes que parecen programados para el fracaso, que
caen derrotados antes de que el árbitro pite el inicio del juego, convencidos de su sombrío destino. Es
muy cómodo asumir ese tipo de actitudes, ya que te libra de clamar al Dios del cielo suplicando su
ayuda, te evita esforzarte al máximo para enfrentar tus desafíos, te exime de avanzar por la
accidentada ruta del camino estrecho. Es cierto. Es más fácil rendirse ante los cómodos ambientes e
intentar nuevas conquistas. Así se va conformando una actitud perdedora que invade la vida de
millones de jóvenes y los programa para la derrota en los distintos ámbitos de la existencia.
David rehusó ser un perdedor. Enfrentó sus grandes desafíos, que lo prepararon para el gran reto de
su vida: el gigante Goliat. Después de aquella victoria, su vida nunca volvió a ser la misma.
Pide hoy al Señor que te ayude a superar tus temores y te dé valor para enfrentar tus retos.
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23 enero
La antítesis de Hulk
2018-01-23 - Jóvenes
"Ser paciente es mejor que ser valiente; es mejor dominarse uno mismo que tomar una ciudad"
(Proverbios 16:32)
Robert Bruce Banner era un científico que trabajaba para el ejército de los Estados Unidos. Un día,
mientras probaba la bomba gamma, una de sus recientes invenciones, un joven llamado Rick se
introdujo en la zona de pruebas. Al darse cuenta, Bruce trató de salvarlo segundos antes de la
explosión arrojándolo a una zanja, pero eso lo expuso a la radiación emitida por la bomba. Una extraña
combinación de rayos gamma, junto con la incorporación accidental en el organismo de anticuerpos
artificiales, producto de ensayos provenientes de laboratorios de nanotecnología, dan lugar a Hulk, un
monstruo de una fuerza descomunal y de dimensiones morfológicas desproporcionadas, con una
tonalidad verdosa, en el que el joven investigador se transforma cada vez que se expone a situaciones
de furia, impotencia o miedo. Bajo ese estado destruye, arrasa y aplasta sin contemplación algua todo
lo que se encuentre a su paso. En contra de toda lógica, no solo conserva, sino que se manifiesta un
curioso sentido moral que lo ubica en el bando de los superhéroes que luchan contra el mal y le otorga
un asiento en el "Salón de la Justicia".
¿De verdad crees que la ira puede darte buenos resultados e la vida, hasta el punto de hacer de ti una
especie de superhéroe? ¿Puede un joven airado responder de la mejor manera a los retos que se le
presentan? ¿Es la ira el mejor camino para tomar las decisiones más oportunas? La cuestión es que
Hulk resuelve sus grandes dificultades a través de la alteración caótica de sus emociones. Sus historias
nos enseñan que la violencia, la irritación y el mal genio son una forma admirable para solucionar los
problemas cotidianos de la existencia.
La Biblia desaconseja el método de Hulk. Mas bien, asegura que eso agrava cualquier situación:
"Desecha la ira y el enojo; no te alteres, que eso empeora las cosas" (Salmos 37:8). Cuando estás
enojado, te incapacitas para tomar las mejores decisiones y no te expresas de una forma sensata.
Solo reaccionas ante las circunstancias. En más de una ocasión he presenciado lamentables escenas
de personas que, invadidas por la ira, actuaron de una manera impulsiva, lo cual les acarreó grandes
problemas. Por eso, es mejor ser paciente que valiente. Es mejor dominarse a uno mismo que
pretender jugar a los superhéroes. La ira tiene un altísimo coste físico, mental, espiritual y social en la
vida de una persona.
Hoy pide al Señor que te ayude a desarrollar la paciencia en tu vida y a dominar tus actitudes
impulsivas.
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24 enero
El manto de la prepotencia
2018-01-24 - Jóvenes
"Hay tres tipos de gente, y hasta cuatros, que son insoportables y hacen temblar a un país: el esclavo
que llega a ser rey, el tonto que tiene comida de sobra, la mujer despreciada que encuentra marido y
la esclava que toma el lugar de su señora" (Proverbios 30:21-23, DHH).
2018-01-25 - Jóvenes
"El perezoso se considera más sabio que siete sabios que sepan aconsejar" (Proverbios 26:16)
Un día, un periodista preguntó al famoso cantautor Jim Morrison (1943-1971), vocalista del legendario
grupo The Doors, acerca de sus problemas con el alcohol. El joven respondió:
-Cuando leí que el alcohol es un grave inconveniente para la salud, tomé una decisión muy drástica:
dejé de leer.
¡Qué brillante solución! Para él, la vía de escape a sus problemas consistía en ignorarlos, actuar como
si no existieran y despreciar las advertencias que se le daban acerca de un mejor estilo de vida. Pero
ese método no le dio muy buenos resultados. Jim no logró superar su adicción al alcohol y murió a los
27 años en París (Francia) debido a una probable sobredosis de heroína, aunque como no hubo
autopsia, las causas de su muerte quedaron envueltas en el misterio.
Baltasar Gracián (1601-1658), el gran escritor del Siglo de Oro español, dijo: "El primer paso de la
ignorancia es presumir de saber". Hay personas que se consideran más inteligentes que los médicos
más capaces: ¿Por qué deben seguir sus recomendaciones para cuidar la salud? ¿Qué saben esas
personas sobre lo que es mejor para ellos? ¿Por qué deben evitar las bebidas alcohólicas si sus
compañeros hablan maravillas de ellas? Incluso llegan a pensar que están exagerando o no conocen
lo suficiente el tema y no saben nada de la vida. ¿De verdad crees que este tipo de razonamiento tiene
algún sentido? También he conocido a jóvenes que creen que saben mucho más que los mejores
pilotos de coches, y te preguntan: "¿Por qué tenemos que obedecer las señales de tráfico si es muy
divertido ignorarlas?"
Uno de los rasgos de la gente ignorante es el orgullo. No desea escuchar consejos y menosprecia las
palabras de los sabios. Más bien, presenta todo tipo de argumentos ridículos para defender su actitud
irresponsable ante la vida y despreciar las oportunidades de trabajo que se le presentan. Por el
contrario, la gente sabia es sumamente sencilla y está lista para escuchar las recomendaciones que
se le dan, aunque vengan de las personas más humildes; además, tiene los ojos bien abiertos para
aprender de la naturaleza, de las vivencias cotidianas, la historia, la ciencia o el arte.
¿Y tú qué quieres ser? ¿Qué actitud asumirás ante los buenos consejos que recibes?
En este día pide al Señor que te ayude a asumir actitudes inteligentes ante la vida y te dé un espíritu
abierto al aprendizaje.
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26 enero
El Gran Capitán
2018-01-26 - Jóvenes
Gonzalo Fernández de Córdoba (1453-1515) fue un oficial del ejército servicio de Isabel de Castilla y
Fernando de Aragón, cuyos éxitos militares e varon a sus tropas a llamarlo el Gran Capitán. Después
de una muy destacada participación durante la conquista de Granada, en 1492, Fernández de Córdoba
fue designado para partir a Italia en 1495 y detener los ejércitos de Cali, VIII de Francia. Sin embargo,
el 21 de junio del mismo año sufrió una derrota en Seminara ante Eberardo d'Obigny. Aquel descalabro
hizo reflexionar al militar español, quien tomó con cautela el mal momento y decidió reformar su ejército
y adaptarlo a las nuevas estrategias bélicas. Sus tropas no podían hacer frente a los franceses,
quienes estaban bien pertrechados con artillería móvil e infantería con armas de fuego, con las viejas
virtudes del coraje y el honor, sino con la firmeza y la exactitud de un ejército modernizado. Y así fue.
Sus soldados no volvieron a ser vencidos por los franceses. En 1496 devolvió Nápoles a la casa real
aragonesa. Sin embargo, el éxito no lo envaneció y llegó a ser reconocido como un maestro de la
estrategia en el campo de batalla, dotado de templanza y capacidad de mando en el despliegue táctico.
Asimismo, su ánimo sereno transmitía a sus soldados una enorme confianza, ya que estos estabas
convencidos de que su líder era el mejor de todos y casi invencible.
A veces las derrotas pueden ser grandes detonantes de futuros éxitos. Todo depende de cómo asumas
las adversidades. Lo más fácil es insultar, reclamar y culpar a otros de las fatalidades; pero lo mejor
es hacer una autocrítica y evaluar qué es lo que hemos hecho mal y buscar la forma de corregirlo. De
esta manera, lo que parece un fracaso se puede tornar en una de las grandes lecciones de la vida.
Asimismo, es necesario tomar con mucha prudencia las victorias personales y no dejarse llevar por el
arrebato cuando las cosas comienzan a ir bien.
¿Has fracasado en alguno de tus proyectos personales? ¿Por qué ha salido mal? Es muy probable
que tengas que hacer algunos ajustes, que no siempre serán agradables, pero sí necesarios. Lo bueno
es que en la vida siempre hay segundas oportunidades y, con la ayuda de Dios, la próxima vez la
historia sera diferente.
Hoy ruega al Señor que te ayude a adoptar la mejor actitud ante tus fracasos y te permita aprender de
ellos y corregir tus errores.
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27 enero
El síndroma del hermano mayor
2018-01-27 - Jóvenes
"El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es un necio" (Proverbios 10:18,
CST)
En Lucas 15:11-32, Jesús narró la parábola del hijo pródigo para impartir grandes enseñanzas sobre
la salvación de los seres humanos. En esta historia destaca la desafortunada actitud del hermano
mayor cuando el hijo pródigo regresa a casa. En vez de mostrar gozo porque su hermano ha vuelto,
se molesta y manifiesta una enorme amargura. Además, es insensible al sufrimiento de su padre por
el hijo que estaba perdido y se resiste a participar de su alegría. Por si fuera poco, guarda un enorme
resentimiento hacia su padre porque le parece que su vida ha sido una rutina de servicio no
recompensado: "Tú nunca me has dado siquiera un cabrito para disfrutar con mis amigos" (vers. 29).
Él se considera irreprochable y justo, aunque su corazón esté lleno de envidia, especialmente hacia
su hermano, quien "sí ha gozado del mundo", mientras que él ha tenido que "reprimirse" todo el tiempo.
Más bien, esperaba que, si su hermano aparecía de nuevo, su padre le diera un castigo ejemplar para
que a nadie se le ocurriera seguir su ejemplo. Por lo tanto, se siente agraviado por causa de la
misericordia mostrada con quien se había perdido. ¡Incluso le molesta la música y el festejo en honor
de su hermano! ¿Por qué tiene que haber gente feliz?
El fantasma de la amargura, la insatisfacción y la infelicidad ronda a muchos creyentes que, a su juicio,
"nunca se han portado mal". A veces suponen que su "conducta irreprochable" los hace merecedores
de un bono extra en el reino de los cielos. Tristemente, a pesar de estar en la iglesia no son felices ni
disfrutan de las bendiciones del evangelio. A personas así nada las tiene contentas: ni su trabajo, ni
su familia, ni su iglesia. De manera preocupante, exhiben cierta indignación cuando alguien muestra
misericordia hacia los pecadores. "La justificación propia no solamente induce a los hombres a tener
un falso concepto de Dios, sino que también los hace fríos de corazón y criticones para con sus
hermanos" (Palabras de vida del gran Maestro, p. 165).
Es muy importante estar en la iglesia, pero no es menos importante el cómo estamos en ella. Una
mala actitud puede neutralizar el poder del evangelio de modo que, aun teniendo la posibilidad de vivir
en la presencia del Padre celestial, seamos presas de la amargura.
Pide hoy al Señor que te ayude a mejorar tus actitudes y aprender a disfrutar los espacios de felicidad
que Dios te da.
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28 enero
El lastre de la insatisfacción
2018-01-28 - Jóvenes
"El sepulcro y la muerte nunca se sacian, y los ojos del hombre jamás están satisfechos" (Proverbios
27:20)
2018-01-29 - Jóvenes
"El astuto ve el peligro y se pone a salvo, pero los ingenuos lo ven y no lo evitan" (Proverbios 27:12)
La indiferencia espiritual y la falta de consagración a Dios representan uno de los estados más
peligrosos para muchos jóvenes. Jesús lo explicó de la siguiente manera: "Cuando el espíritu impuro
sale del hombre, anda por lugares áridos en busca de reposo, y no lo halla. Entonces dice: 'Volveré a
mi casa, de donde salí'. Y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va y trae
otros siete espíritus peores que él, y entran y allí se quedan a vivir. ¡Y el estado final de aquel hombre
resulta ser peor que el primero!" (Mateo 12:43-45).
De acuerdo con las palabras de Jesús, podemos desterrar el mal de la vida, pero mientras estemos
en este mundo, no podemos destruirlo. El mal siempre estará buscando ocasión de contraatacar y
recuperar terreno perdido. Es cierto, podemos mantenerlo a raya, pero si nos descuidamos, puede
provocar un efecto desastroso en aquellos que han sido renovados por Dios.
¿Cómo se puede llegar a esa actitud? A través de la tibieza espiritual, como dice Apocalipsis 3:15, 16.
Es decir, no rechazas a Dios, pero no quieres asumir compromisos con él; además, crees que no te
falta nada y que no eres una mala persona, ya que "no le haces mal a nadie". Claro, una religión de
este tipo no puede satisfacer a nadie, por lo que tu corazón tiene "hambre de mundo". En tal condición,
eres una presa fácil de las tentaciones de Satanás. Por esa razón, el Señor reprende severamente a
quienes asumen dicha actitud (3:17) y recomienda adquirir oro refinado en fuego (amor genuino),
vestiduras blancas (la justicia de Cristo) y colirio (el Espíritu Santo) para superar la tibieza (vers. 18).
De ahí que sea muy arriesgado llevar una vida espiritual vacía y no disfrutar las bendiciones del
evangelio. En realidad, estamos llamados a vivir una vida de plena satisfacción espiritual.
¿Estás contento con tu experiencia espiritual? ¿Te sientes feliz asistiendo cada sábado a la iglesia?
¿Son la lectura de la Biblia y la oración hábitos bien consolidados en tu vida? ¿Disfrutas participando
en actividades misioneras o de servicio a la comunidad organizadas por tu iglesia? Si has respondido
negativamente a estas preguntas, debo decirte que te encuentras en una condición sumamente
vulnerable y debes buscar a Jesús y reorganizar urgentemente la forma en la que gestionas tu vida.
Pero si tu respuesta ha sido positiva, ¡vas por buen camino!
Pide este día al Señor que destierre el mal de tu vida.
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30 enero
El amor que se enoja pierde
2018-01-30 - Jóvenes
"El que fácilmente se enoja comete locuras; el hombre perverso es aborrecido" (Proverbios 14:17)
Patricia era una chica muy atractiva y talentosa. Sin embargo, casi siempre, estaba sola. El problema
es que, ante la mínima circunstancia, se airaba con mucha facilidad y comenzaba a gritar e insultar a
quienes la rodeaban. Para sus compañeros era una persona insoportable. Su pesimismo asfixiante y
sus palabras hirientes habían llegado a ser parte de su personalidad. Su rostro enfadado la mayor
parte del día opacaba sus delicados rasgos femeninos y transmitía una imagen agresiva a los demás.
El problema aumentó cuando comenzó a reñir cada vez más con sus padres y sus hermanos. Parecía
que no estaba cómoda en ninguna parte.
Son muchas las personas que han perdido una familia, un empleo, una carrera profesional o una
relación amorosa a manos de un arrebato de cólera. La ira perjudica la salud, nos vuelve menos hábiles
para utilizar nuestras facultades cognitivas, aleja a los demás de nosotros, contamina la comunicación
con los demás y, por si fuera poco, produce más ira. De ahí que Jesús advirtiera la importancia de no
enfadarnos con nuestros semejantes: "Pero yo les digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio, y cualquiera que a su hermano le diga 'necio, será culpable ante el
concilio, y cualquiera que le diga 'fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego" (Mateo 5:22).
¿Te das cuenta de lo peligroso que resulta no controlar tus impulsos? Por eso, Salomón dice en otro
de sus libros: "No dejes que el enojo te haga perder la cabeza. Solo en el pecho de los necios halla
lugar el enojo" (Eclesiastés 7:9). ¿Pero qué podemos hacer cuando detectamos que nos domina
nuestra ira y solamente reaccionamos ante las circunstancias? Al respecto, Elena de White dice: "Para
esta gente hay solo un remedio: un dominio propio positivo en toda circunstancia. El esfuerzo tendiente
a colocarse en lugares favorables, donde la voluntad propia no sea molestada, puede tener éxito por
un tiempo; pero Satanás sabe dónde encontrar a esas pobres almas, y las atacará en sus puntos
débiles una y otra vez. Se sentirán continuamente perturbadas mientras sigan pensando en sí mismas
[...]. Pero hay esperanza para ellas. Poned esta vida: tan tormentosa debido a sus conflictos y
dificultades, en relación con Cristo, y el yo no pretenderá más tener la supremacía" (Mente, carácter y
personalidad, t 2, p. 168).
En este día ruega al Señor que te ayude a dominar tus impulsos y a mantener la serenidad ante
situaciones complicadas,
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31 enero
No desprecies la felicidad que está delante de ti
2018-01-31 - Jóvenes
"Quien no tiene hambre, rechaza la miel; quien tiene hambre, halla dulce lo amargo" (Proverbios 27:7)
Arthur Schopenhauer (1788-1860), el gran filósofo alemán, dijo que la manera más segura de no ser
infeliz es no desear llegar a ser muy feliz y reducir drásticamente las exigencias personales en cuanto
al placer, las posesiones, los reconocimientos, entre otros. Además, agregó que es precisamente la
aspiración a la felicidad y la lucha por alcanzarla lo que atrae los grandes infortunios a la vida. Por otro
lado, Schopenhauer comentó que no era prudente condicionar la felicidad al cumplimiento de muchos
requisitos porque sería difícil de alcanzar.
Muchos jóvenes se marcan elevadas exigencias para alcanzar una supuesta felicidad. Las altas
exigencias incluyen sus proyectos de pareja, estudios, trabajo, vivienda, situación económica, entre
otros. Lo cierto es que son muy pocos los que alcanzan tales condiciones, ¡pero al final muchos de
ellos tampoco son felices! Y resulta que hoy tenemos una enorme cantidad de personas que viven
atrapadas en una asfixiante infelicidad.
Jesús indicó un principio bíblico para alcanzar la felicidad: hay que aprender a ser fieles en lo poco
(Mateo 25:21). Una persona que sabe disfrutar las pequeñas cosas de la vida gozará como es debido
cuando vengan las grandes recompensas. En cambio, una persona que para ser feliz pone tantos
requisitos no gozará el breve paso por esta vida con la pretendida ilusión de encontrar alegría y
felicidad al final de su frustrante recorrido por este mundo. Pero no las hallará. Más bien, "es la atención
concienzuda de lo que el mundo denomina 'cosas pequeñas' lo que hace de la vida un éxito. Los
pequeños actos de bondad, las pequeñas acciones abnegadas, el hablar palabras sencillas, útiles, la
vigilancia contra los pequeños pecados, todo esto es cristianismo. El reconocimiento agradecido de
las bendiciones diarias, un aprovechamiento sabio de las oportunidades cotidianas, el cultivo diligente
de los talentos confiados, esto es lo que el Maestro espera" (Mensajes para los jóvenes, p. 141).
Es probable que la persona que tú desprecias aporte una gran felicidad a otra persona con menos
exigencias. Tal vez, cuentas con ventajas que ni siquiera valoras, ni te pones a pensar que hay miles
de jóvenes que se sentirían dichosos de tenerlas. ¡Cuidado! Tantas exigencias te pueden conducir a
la infelicidad y a la frustración.
Pide hoy al Señor que te ayude a disfrutar de los espacios de felicidad que tienes a tu alcance.