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Libro de Doris

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LIBRO DE DORIS

Este será algo tipo diario, pienso que es mejor hacerlo de esa forma e ir recordando poco a
poco lo que ha pasado a lo largo de los años.

Para no perderse en la historia hay que dejar varias cosas claras, una de ellas es que yo vivo
con mi familia paterna, tengo una madre que en realidad es mi tía y madrina al mismo
tiempo, siendo hermana de mi papá. Hermanos de padre y madre solo tengo uno, es
prácticamente una mujer ya, tiene 18 años y está estudiando contaduría como su bella
hermana solo que en la San Buenaventura (San Buenapachanga)

Cada capítulo estará compuesto por 10 años de mi vida y todo lo que ha sucedido en esos
tiempos hasta llegar a la actualidad, el hoy.

CAPITULO 0
Es poco lo que recuerdo de mi infancia, como muchas personas. No entiendo porque se
borra de la memoria cosas que pasan los primeros años de vida, es algo que debería estar
presente, al fin y al cabo la mente es muy rara. Lo que si recuerdo son cosas muy puntuales
y no del todo buenas. En ese entonces cuando nací mis padres biológicos vivían en la casa
de mi mamá (adoptiva), que de hecho era una casa gigante, me gustaba mucho como era;
tenía un patio enorme y una terraza súper amplia que hasta cuando llovía los niños del
barrio entraban a deslizarse de un lugar a otro como si estuvieran en un tobogán plano.

Recuerdo perfectamente cuando tenía 2 años y mis padres decidieron mudarse de la casa de
mi mamá, pero yo no quería irme con ellos y en la mete tengo grabado ese día donde me
despedí de ellos y querían convencerme hasta lo último pero yo me aferré en las piernas de
mi mamá para que no me dejara ir.

Si un niño de 2 años no quiere irse con sus padres deben haber tremendas razones para eso,
sé que se mudaron a dos cuadras de la casa y los veía poco, porque a pesar de eso tampoco
me iban a visitar, de pronto estaban resentidos con esa niño que no se quiso mudar, eso deja
claro que desde pequeña era súper terca y hacía lo que creía correcto, en resumen no hacía
caso.
Antes de mudarse, un día que mi madre bilógica me estaba bañando y como cualquier niño
estaba haciendo berrinche, me cogió fuerte que hasta alcanzó a arañarme el hombro, sangró
pero eso no le importó, hasta hace unos años todavía tenía la cicatriz pero luego de varias
cremas para esas cosas, funcionó y se borró por fortuna. En la casa de mi mamá había 3
habitaciones; una para ella, otra para mis padres y la última estaba vacía, lo cual quiere
decir que yo dormía con mis padres.

Hay algo que tampoco se me olvidará que cuando yo dormía con ellos y querían tener
relaciones, esperaban a que yo estuviera supuestamente dormida para hacer sus cosas, pero
no siempre lo estaba, o cuando un día colocaron una colchoneta para que durmiera en el
piso y ellos en la cama teniendo relaciones mientras veían una película porno, era de esas
que antes vendían en CD y las colocaban en un DVD (cabe resaltar que no me acordaba de
cómo se llamaba el aparato, me tocó buscar porque con la mente de pollo que tiene la
escritora, ni por ahí). Siguiendo con la historia, las situaciones descritas anteriormente
pasaban muy a menudo y mi mamá se dio cuenta de ello, por lo que desde ese entonces
empecé a dormir con ella, de verdad que se dormía con más tranquilidad.

Como a esa edad todavía no estaba en el colegio y mis padres se mudaron, no había quien
me cuidara mientras mi mamá trabajaba por lo que los días de semana me mandaban para
donde mi abuela para que me cuidara. Era chévere ir al pueblo y estar con ella, como era la
única nieta por el momento me consentían mucho y dormía con ella y mi abuelo,
justamente en la mitad de la cama que por cierto, era gigante, seguramente la mandó hacer
porque esas camas así no las venden. Mientras estaba con mi abuela en el pueblo veía TV
en uno de esos televisores viejitos que se pasaban los canales como con una ruedita, me
quedaba en la cama de ella o en la sala, y así pasaba los días, luego los fines de semana
regresaba a Cartagena para pasar tiempo con mi mamá.

Cuando tenía los 3 años se decidió que iniciara en el colegio, en el primero que estudié se
llamaba Los Coches y sé que quedaba cerca del barrio Getsemaní, ahí pasaba el día y al
final nos dejaban dormir hasta que nos fueran a buscar, de ahí sale otra historia interesante.
Cierto día después de salir del colegio una tía me fue a buscar y me quedé con ella en la
casa, era la que estaba encargada de cuidarme, me dio helado de merienda pero como a mí
nunca me ha gustado tener las manos sucias y las tenía llenas de helado quería lavármelas
pero yo solita, sin ayuda de nadie. Quería ir al baño sola a lavarme las manos yo sola, pero
mi tía no me dejó pero como buena terca que soy la convencí para que me dejara hacerlo
sola pero había un problema y era que no alcanzaba el lavamanos, desde pequeña pintaba
ser una pitufina, muy enana la niña. Mi tía quería cargarme pero tampoco la dejé, lo que
decidí hacer fue bajar la tapa del sanitario, montarme ahí y estirarme un poco para alcanzar
el lavamanos y así poder hacerlo sola, pero al afirmarme al lavado puse todo mi peso y se
partió, en todo ese momento de partirlo y caerme, pues me corté la mano y mi tía muerta
del susto porque estaba sangrando bastante, esa si ha sido una cicatriz que no se ha podido
borrar pero tampoco quiero hacerlo, me recuerda lo terca que puedo llegar a ser y vivencias
de la infancia.

Solo pasé un año en el colegio Los Coches y luego me cambiaron al Colegio Salesiano, en
el centro y donde trabaja mi mamá, me tenía más cerca y en las tardes me quedaba con ella
hasta irnos a la casa casi de noche. Ese año que entre al colegio solo habían 4 niñas en toda
la institución, 3 en pre jardín y yo en jardín, es decir, éramos las 4 primeras mujeres en la
historia del colegio. Era chévere eso porque en el cumpleaños de ese año salí súper
regalada, éramos las princesas de todos esos hombres.

Para ese mismo entonces nació mi hermana, se llama Mariana y era todo lo contrario a mí,
mientras yo me relacionaba con mi familia paterna, ella lo hacía con la materna, así que en
cierto punto estábamos un poco separadas.

Estar en ese Colegio ha sido una locura, ahí viví muchas cosas. Cuando vivíamos en el
Socorro teníamos que levantarnos súper temprano, de madrugada para poder llegar a
tiempo y regresábamos y casi de noche. Las tareas las hacía en la tarde con mi mamá, me
quedaba con ella todas las tardes estudiando o haciendo cualquier otra cosa.

Ya estando en transición entramos más niñas, más mujeres para poder jugar a pesar de estar
en diferentes salones, al final, teníamos la misma edad. Se formó un grupo de porrismo del
cual hice parte por varios años, primero solo fueron niñas y luego entraron hombres al
equipo y nos presentábamos en todas las actividades que se hacían en el colegio, lo que ha
sido costumbre es que se hagan varias en el mes y todavía sigue siendo así.

Otra locura que pasó ese año fue cuando un día decidí hacer desorden en el salón, le quité
un zapato a un compañero y en el forcejeo me tiró hacia el escritorio de la profesora y
pegué la frente en la punta, en resumen, me partí la frente por desordenada, tuvieron que
llevarme a que me cogieran puntos y no pude hacer más desorden por un tiempo. Desde
pequeña siempre con la locura, pero eso luego cambió luego de unos años, no era una loca
como antes o como la actualidad, el problema de mis padres biológicos fue más allá y me
terminaron llevando al psicólogo por eso, ya hablaba poco, solo me concentraba en el
colegio y ya. La última locura que hice en ese tiempo fue cuando tenía 6 años, estaba en el
patio de la casa, cogí una silla y me la puse en la espalda, no sé porque razón empecé a dar
vueltas como loca, perdí el equilibrio y me caí, de nuevo pegué la frente en un bordillo,
justo donde me la había partido la otra vez, tuvieron que cogerme puntos nuevamente.

La familia de mi madre biológica al yo decidir con tan solo 2 años quedarme con mi mamá,
no me trataban como debían y cuando iba de visita a la casa de abuela materna era una
tortura, siempre me hacían llorar, por suerte le contaban eso a mi papá y me mandaba a
buscar. Comentarios sobre eso llegaron a oídos de mi mamá y prohibió a que yo fuera a esa
casa sola, una razón más para que mis abuelos maternos no me quisieran, si es por mi
abuelo, cuando tenía 9 años dijo que no me quería ver más, así como yo también dije que
no quería ver más a mi madre bilógica.

Hace 13 años que no veo a mi madre biológica, la razón por la que yo no quise volver a
verla es sencilla. A dos cuadras de la casa había una señora que le arreglaba la ropa a mi
mamá, mientras ella se medía lo que le hacían, me cuidaba el esposo de ella, siempre me
mostraba sus partes y yo como niña, la inocencia no me dejaba interpretar que eso era algo
malo. Hasta que a los 7 años empecé a ver que eso no era correcto pero tampoco se lo
mencioné a nadie, solo no quería volver a esa casa y como normalmente cada vez que la
visitaba ella regularmente iba donde la señora, yo no quería visitarla. Ella lo tomó muy mal
y me pegaba mucho, siempre diciendo que ella fue la que me dio a luz y ni siquiera debería
estar visitándola sino viviendo con ella como debería ser. Me afectó y por eso terminé en el
psicólogo, no quería hablar con nadie de nada, y lo hacía pasar como si tuviera pena de las
cosas, ni siquiera la psicóloga pudo ayudarme. Lo hice yo sola a lo largo de los años que
pude superar todo eso y creo que por eso mismo ahora soy más abierta, todo lo que no pude
hacer antes.

En el 2004, justo cuando tenía 4 años, nació mi prima Yeisy. Tenía otros primos pero ya
todos tienen prácticamente la edad de mis papás, así que no nos primos, sino que les
decimos tíos. En resumen, ella fue mi primera prima, siempre hemos sido muy unidad,
prácticamente hermanas porque hemos vivido juntas desde siempre, solo que ahora vive en
Barranquilla por la universidad. En el 2009 nacieron mis otros primos, son mellizos y
tremendos, yo creo que por ellos es que también quiero mellizos, pero mi abuela dice que
tendré trillizos y eso sí que me asustó, los hijos quedan para dentro de unos años. Los
pequeños que ya no están tan pequeños, se llaman Sheisy y Jhiefred (pero yo le digo
David), es más sencillo y me gusta ese nombre. De hecho si tuviera un hijo le pondría Jesús
David, por un angelito que me está cuidando, de hecho ese si fue mi primer primo oficial
pero murió cuando yo tenía 2 años y él solo era un bebé, sería mi compañero en todo, ahora
mismo tendría 20 años y sería mi guardaespaldas, eso es lo que me imagino. En ese mismo
2009, conocí a mi otra madre, era mi profesora y amiga de mi mamá, pero se convirtió en
algo más, la extraño mucho, hace tiempo que no la veo.

CAPITULO 1
A los 10 años, ya estaba en 4°, e hice mi primera comunión. Algo muy curioso es que en
esa fecha me relacioné con quien sería una de mis mejores amigas pero aún no lo sabía, ya
que ella no estudiaba en el colegio pero hizo la primera comunión con nosotros.
En esos 2 últimos años de primaria todo fue tranquilo, solo concentrada en los estudios,
ganando todos los exámenes y siempre ocupando los primeros puestos, eso no me lo
quitaba nadie.

Todo cambió por obvias razones cuando inicié el bachillerato a los 12 años. Nos cambiaron
de salón a todos, revolvieron a los estudiantes con el fin de que nos relacionáramos con más
personas y no solo con los que conocíamos en primaria. Conocí a nuevos amig@s, me fui
desarrollando y los primeros meses todo genial. En el 2012 se supone que se acabaría el
mundo según yo no sé qué estudios raros, pero al final nunca se acabó. Por esa razón de los
4 salones que habían de sexto en los descansos era como si fuera uno solo, todos nos
relacionábamos con todos para supuestamente vivir la etapa del bachillerato al máximo
antes de morirnos.

Ya estando en séptimo inició la etapa de la locura, en un año estuve en dos salones, porque
en la primera mitad me tocó con uno súper desordenado, el peor salón de todo el colegio,
así le decían y a mi mamá no le gustaba eso, por lo que decidió cambiarme de salón a otro
supuestamente más tranquilo. Ahí me relacioné con mi primer enamorado, aunque a mí no
me gustaba porque en ese entonces no estaba para esas cosas, él siempre estaba ahí
molestando, porque eso sí, su gusto lo expresaba haciéndome la vida imposible y yo
siempre le iba a poner quejas a los profesores porque me tenía como loca. Me escondía el
bolso, los cuadernos, se sentaba en mi silla, se comía mi comida, hacía de todo con tal de
llamar la atención pero al final no me terminó gustando sino varios años después. Yo solo
empecé a ver otra persona con distintos ojos, pero no me di cuenta de que me gustaba sino
hasta el siguiente año que nos hicimos más amigos de lo normal. De hecho fue mi primer
novio, a los 14 años tuve mi primer novio y di mi primer beso, me sentía rara, era algo
nuevo para mí y de una forma bastante inocente.

Ese noviazgo justo inició el último día del colegio, ya cuando todos nos estábamos
despidiendo hasta el año siguiente, desde ahí la cosa pintaba rara, tanto tiempo y justo el
último día, es increíble. Como se pudo se mantuvo la relación, complicado porque mi
mamá no aceptaba novios, se volvía loca si se enteraba. Pero terminamos al poco tiempo,
apareció otra niña más bonita y el muchacho le gustó, ni modo, decidí terminar eso,
siempre muy centrada en lo que quería y a mí no me iban a engañar.

En el 2015, justo cumplía 15 años y desde enero se estaba planeando que se haría, me
querían operar la nariz, pero yo nunca quise eso, a pesar de que si debo hacerlo por el
problema que tengo al respirar pero me dan miedo los quirófanos, entonces esa opción no
era válida, decidí optar por una fiesta y desde esa fiesta cambió todo, absolutamente todo.
Mi ex novio fue porque justo era hijo de un amigo y profesor de mi mamá que para ese
entonces estaba estudiando Licenciatura, el amigo también fue invitado porque era novio de
una de mis mejores amigas y mala influencia en la vida. Se tomó mucho en esa fiesta, mi
mamá escondió la botella de Aguardiente que se tenía y con tremenda cara expresaba que
esa idea de la fiesta ya no le gustaba pero todo el mundo estaba feliz. La semana siguiente
de eso, todos nos volvimos más unidos que nunca, Mónica que ya era otra de mis mejores
amigas desde hace un año atrás y Sara que nos alejamos de ella más adelante. Había un
grupito de hombres que eran mis amigos; estaba Maicol que nos conocemos desde los 9
años, Santiago que era mi ex novio, Sebastián el novio de mi amiga, Luis que sería mi
futuro novio y no lo sabía, Jesús que siempre le gusté pero nunca le presté atención. Todos
los descansos nos la pasábamos juntos, obviamente eran más hombres que mujeres.

Hasta que cierto día, se pusieron a jugar futbol en la cafetería como cualquier atravesados y
yo me quedé viéndolos con Luis, que de un momento a otro me preguntó que si de verdad
había sido novia de Santiago porque no lo podía creer, pero yo obviamente le confirmé que
sí, pensaba que era un tema que ya no se tocaba, y desde ahí no me lo pude quitar de
encima, siempre me compraba la merienda, estaba pendiente de mí, me escribía para
ayudarme con las tareas, cabe resaltar que estábamos en diferentes salones pero los
profesores eran los mismos así que también me pasaba los exámenes, me buscaba por todos
lados. En un inicio yo dejaba que hiciera todo eso, me parecía chévere y no le vi algo más
allá de una amistad pero poco a poco fue cambiando. Regularmente todos los años se hacía
una feria científica y yo como buena estudiante estaba metida en todo eso, el muchacho se
volaba las clases en esos días para acompañarme en el stand mientras exponía, al final de
uno de esos días estábamos todos reunidos molestando un rato, y mi ex novio pregunta que
si nosotros teníamos algo y el muchacho le dice que sí y me besa, yo quedé en shock, no
pensé que lo haría y tampoco lo negué, desde ahí inició mi noviazgo con el otro y mi ex nos
apoyaba, nunca dijo algo malo al respecto porque eran amigos, al contrario, siempre nos
molestaba.

Tenía otro amigo que también gustaba de mi pero a él nunca le acepté algo más, pero
seguíamos siendo amigos y cuando se enteró del noviazgo con el otro por obvias razones se
molestó y no le cayó bien desde el principio el muchacho, ellos siempre tuvieron sus roces
y ahí fue donde me di cuenta que el novio que tenía se cargaba semejante actitud cuando se
molestaba pero como nunca se metía conmigo, no le prestaba atención. Pero en una de sus
discusiones con mi amigo, él se molestó y fue con el chisme para donde mi mamá que yo
tenía novio y la señora no se puso para nada contenta, enseguida me mandó a buscar y que
terminara eso que tenía pero yo nunca le hice caso, yo seguí con él pero ya era más difícil
porque mi mamá nos tenía vigilados y cuando yo decía que no podía salir o hacer algo, él
se molestaba mucho y hasta golpeaba la pared, una cosa que mi amigo también se dio
cuenta y fue de nuevo para decirle a mi mamá que yo no había terminado esa relación. Me
castigaron, me quitaron teléfono, me vigilaban, no me dejaban salir, solo me la pasaba en el
colegio pero en los descansos me perdía con mi novio y nadie sabía dónde estaba.

Durante 2015 y 2016 que estuvimos juntos, nunca la cosa pasó a mayores, de besitos y una
que otra tocadera pero hasta ahí, siempre me propuso tener relaciones pero no había
aceptado. En esos mismos años terminamos varias veces y volvimos un montón más,
siempre se comportó como una persona súper celosa, me celaba con todos mis amigos
porque decía que todos querían algo conmigo y cosa que no era sí, recuerdo una vez en el
día de la mujer todos se acercaban y daban uno que otro beso y abrazo pero sin pasar los
límites y eso fue una bomba, no me habló por varios días. A finales del 2016 terminamos
como de costumbre y tuve un enredo con mi otro ex novio y el amigo que ponía la paz
entre los dos guardó el secreto, creo que nunca se enteró de eso, pero seguía siendo virgen.

En el 2017, último año del colegio, volvimos nuevamente y mi mamá se enteró, le quedaría
dar algo y matarme, pero aun así seguimos, en la única clase que dábamos juntos era inglés
y siempre nos molestaban por ser la parejita del salón. Todos los profesores estaban
enterados pero no comentaban nada por mi mamá, como que le tenían miedo. Todos los
sábados íbamos al colegio para el pre-icfes y un día nos quedamos hasta después de
mediodía, estábamos solos y así como muchas veces me propuso tener relaciones ahí
mismo en el colegio, lo pensé, lo analicé y al final terminé aceptando, ese día fue cuando
perdí la virginidad y si pudiera retroceder el tiempo no lo haría. Y ahí empezó la obsesión
de hacerlo en cualquier lugar y si no aceptaba se molestaba, me dejaba de hablar y como
todo tiene un límite yo me fui alejando, ya no le daba tanto importancia a lo que en ese
momento era la relación y el muchacho al final se metió con otra persona del colegio de al
lado, y la pasaba de frente como si yo no estuviera ahí, eso me dolió mucho pero no
terminamos cometí un error que yo sé que no debí pagarle con la misma moneda pero fue
lo que ocurrió. Estaba en el preuniversitario después de clases y por ahí vivía un compañero
de nosotros, yo salí temprano porque nos tocaba simulacro y el me invitó a su casa, pasó lo
que pasó, estuvimos juntos y como en todo colegio las noticias se riegan, todo el mundo se
enteró de eso, solo que ese novio tóxico que tenía , no sabía si se hacía el loco o nunca se
enteró porque nunca dijo nada al respecto pero como la conciencia me estaba matando
porque a pesar de que él ya lo había hecho yo no podía estar tranquila con algo así y le
comenté lo que había pasado pero no le dio importancia, analizando la situación la razón
por la que no le importó era porque ya él estaba con la otra muchacha así que esa relación
se terminó una vez más. No todo el tiempo pasaron cosas malas, porque si yo acepté estar
con él era porque también habían cosas buenas a pesar de su toxicidad y cachos.

En medio de esos celos posesivos me ayudó en una etapa muy importante, mientras estaba
con él mi relación con mi mamá se fue acabando poco a poco y eso claro que me dolía
mucho, ya no me hablaba solo para cosas muy necesarias, si me veía llorando era algo malo
que no podía hacer, la única persona con la que hablaba era con mi otra madre que me
regaló la vida y el novio tóxico que tenía. Si lloraba me regañaban, si perdía algún examen
me pegaban, a pesar de que nunca dejé de ocupar los primeros puestos, solo por el hecho de
tener novio era la oveja negra de la familia y con la belleza de novio que me mandaba
menos lo aceptaban, mi papá lo aceptó por un tiempo pero mi mamá lo convenció para que
me prohibiera eso. Cuando estaba en la casa era como estar sola, nadie me hablaba, si me
pasaba algo malo tenía que estar callada porque tampoco me iban a prestar atención, hasta
esos extremos mi mamá llevó toda la situación y es que ella también pues como que siente
apatía hacia los hombres. Un día me enfermé, me sentía súper mal con mareo, fiebre y no
sabía que hacer o a quien decirle, y fue cuando también me dio mi primer ataque de
ansiedad, eso es horrible. Los pensamientos te comen el cerebro y yo en esos momentos
solo recordaba todo lo malo, todo lo que había pasado desde pequeña que no tuve una
familia normal muy normal, y yo quería algo así, recordaba que mi mamá no me hablaba y
al final decidí hacer algo que nunca debí hacer y que nunca nunca más nunca lo haría. Me
había tragado tantas pastillas que estaba peor que como ya estaba, yo le había comentado
eso al novio tóxico y obviamente me estaba convenciendo de que no hiciera una locura,
pero como la niña nunca hace caso, no le presté atención y a pesar de a él no lo recibían en
mi casa se apareció muy rápido, ventajas de que viviera cerca y me hizo vomitar todo. Yo
creo que ese es el secreto más oscuro de todos, y es algo que le agradezco a él porque a
pesar de todo lo malo, siempre estuvo pendiente de mí luego de eso y lo sigue estando
porque a veces se aparece y escribe solo que ignoro los mensajes porque también me busca
por otras cosas, en otro sentido. Y esa parte la cuento por encima porque no me gusta
recordarla.

Pensar mucho las cosas a veces si da ansiedad pero ya lo hago con más control, la última
vez que me dio uno fuerte fue cuando se me bloqueó el teléfono este año, pero ya esa es
otra historia en otro tiempo, eso sí, si me ven viendo lejos a un punto fijo con la mirada
súper perdida es mejor que me distraigan, yo creo que por eso también ando como loca casi
siempre, para no pensar casi.

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