Francesco Borromini
Francesco Borromini
Francesco Borromini
Al contrario que Bernini, Borromini tan sólo se dedicó a la arquitectura, llegando hasta la obsesión
de encontrar nuevas formas espaciales. En sus edificios, el vacío y el lleno se combinan en una
culminación de la búsqueda barroca de espacios dramáticos y el uso de la luz para darle más claridad
a la obra.
Todas las formas de Borromini están hechas en función de su ilusionismo, no tanto de un punto de
vista, sino de una “luz particular”, y esto, evidentemente, solo puede ser determinado por la cualidad
plástica de las formas, por su modelado agudo y punzante, por la dureza de sus perfiles, pero
también por la manera con que se exponen a la luz, por su colocación de modo que resulten vivos
perfiles de luz precisos y profundos tajos de sombra.
Es ésta sin duda una de las causas del modelado nervioso de esas formas cortadas, concisas, pero
también de la frecuencia con que recurrió a planos flexionados y a curvas contrapuestas.
ORATORIO DE SAN FILIPPO NERI, Roma, 1637: construiría el nuevo oratorio al lado de la iglesia
Santa María in Vallicella. Borromini diseñó la distribución de un oratorio, una sacristía y una
biblioteca. La sacristía se situó entre un patio y un jardín. El propio artista definió el oratorio como
«un cuerpo humano con los brazos abiertos, como si abrazara a cada uno que entra.»
La fachada se estructura a partir de un telón rectangular y una trama neutra, con un eje vertical y un
entablamento central que divide la fachada en dos niveles distintos. El primero formado por
pilastras de capiteles lisos, entablamento continuo y una convexidad en el centro, y el segundo,
formado por pilastras que se prolongan sobre el entablamento y una forma cóncava en el centro.
Los dos niveles se curvan, formando una superficie cóncava, un espacio que es ocupado por la
convexidad del nivel inferior. Se adelanta el cuerpo central de tres
vanos y se cubre con un frontón que ocupa solo el cuerpo
adelantado.
GALERÍA DEL PALAZZO SPADA, Roma, 1652: La asombrosa galería diseñada por Borromini tiene 9
metros de largo, aunque parece tener casi 40. El efecto se consigue con la progresiva reducción de
todos los elementos: no sólo se estrechan las paredes, sino que se eleva el suelo y disminuye la altura
de la bóveda. La escultura que se ve en el jardín del fondo tiene en realidad 60 cm., aunque al
espectador le parece de tamaño natural.
Tienen muchas semejanzas con el escenario del teatro olímpico de Vicenza, diseñado por Palladio
e, incluso, retrocediendo un poco más, con las operaciones que hizo Bramante en su ábside de Santa
María presso San Sátiro
Todo ello queda explicado en un libro publicado por Heinrich Wölfflin: Renacimiento y Barroco
En su libro dice que se emplea el termino barroco para descubrir el estilo en el que el
Renacimiento se ha desintegrado, en el que el Renacimiento ha degenerado. La audacia de este
joven consistió en escribir que el barroco no era decadencia del estilo anterior, sino que poseía
su estilo propio.