Meirieu, Philippe. Aprender Sí. Pero, Cómo Capítulo 2 y 3
Meirieu, Philippe. Aprender Sí. Pero, Cómo Capítulo 2 y 3
Meirieu, Philippe. Aprender Sí. Pero, Cómo Capítulo 2 y 3
Es necesario definir y clasificar los objetivos. Habrá objetivo general y objetivos específicos que tienen que
ver con las exigencias requeridas por cada asignatura. Estas exigencias pueden ser tantas o tan específicas
que el alumno podrá cumplirlas, hace todo lo que se le pide, pero no significa que sean resultado de un
aprendizaje ni que sepa aplicarlo posteriormente. Se pueden sumar objetivos lo que no significa que sume
en aprendizajes, por lo tanto, el aprendizaje no depende de los objetivos. La elaboración o aplicación de los
objetivos no implica aprendizaje. El aprendizaje no se reduce al comportamiento o a cómo deben
comportarse o a lo que deben hacer, por lo tanto, las operaciones mentales que establecen un aprendizaje
no dependen de los objetivos.
Los dispositivos didácticos no se generan por la definición de un objetivo, sino por la hipótesis de una
operación mental necesaria para alcanzarlo. Los dispositivos didácticos entonces, deben elaborarse, no
desde una especificación de los objetivos operacionales (que si bien son legítimas si son razonables en su
procedimiento, modesta y revisable en sus aplicaciones), sino con la definición de un objetivo general, es
decir, de un objetivo que pueda ser sometido a un análisis a partir de la operación mental a llevar a cabo y
permita construir una situación que solicite su puesta en práctica.
1. Facilidad de utilización: Las operaciones mentales deben ser sencillas, aplicables. Los cambios en
las prácticas de enseñanza deben hacerse para solucionar problemas y no para crear nuevos. La
resolución de problemas debe ser accesibles. La práctica de formación de los maestros debe
basarse en métodos de resolución de problemas, identificando las dificultades profesionales, las
causas y poner en marcha soluciones realistas.
2. Conformidad con las operaciones teóricas: Una operación mental que no tenga en cuenta
lo que sabemos de esta y que no fuera coherente con los principios del aprendizaje
conllevaría a una contradicción en los términos.
3. Fecundidad práctica: Debe ser operativa, susceptible a ser traducida a términos de
dispositivos didácticos.
Estas tres deben estar reguladas entre si y continuamente: es posible que sea fácil si no entra en
contradicción con lo que se busca o pretende y si genera practicas efectivas.
Las adquisiciones teóricas solo pueden ser tomadas en cuenta si arrojan conocimiento de lo real. No podrá
ser eficaz si la hipótesis de acción formulada no está de acuerdo a lo que sabemos de la realidad. Además,
deben ser claras y poco numerosas para que la reflexión estratégica no impida la acción.
La tipología, por lo tanto, no puede ser universal ni definitiva. Deberá ser provisoria y parcial. Indica hacia
donde ir y propone ejemplos, y cada asignatura la adapta.
Es el procedimiento didáctico lo que interesa más que la elaboración de los instrumentos. No consiste
solamente en determinar lo que sabe el alumno, sino en preguntarnos “que ocurre en su cabeza” para que
logre organizar el dispositivo que permite la operación mental. Lo importante es que el maestro tenga la
capacidad de transformar los contenidos de aprendizaje en procedimientos de aprendizaje. Transformar un
objetivo programático en un dispositivo didáctico. Ello solo es posible si se analiza la actividad intelectual a
ser desarrollada además de buscar las condiciones que permitan su éxito.
Un aprendizaje está constituido por una operación mental y por contenidos. Exige consignas y materiales,
cuya interacción debe crear una situación problema. Para el docente el punto de partida es el programa.
Estas nociones-núcleo deben posteriormente ser llevadas a un objetivo general que pueda ser
analizado en términos de operaciones mentales y de materiales. Plantearse la pregunta: ¿Qué
actividad mental debe desarrollar el alumno y en qué conjunto instrumental, para llegar a
apropiarse de las nociones? O ¿Qué consignas debo darles y qué documentos, objetos,
instrumentos, debo proporcionarles? Plantea la búsqueda de un conjunto instrumental (textos,
documentos, ejemplos, experiencias, observaciones, etc.) y la elaboración de consignas-metas que
orienten la actividad del alumno. Las consignas deben ser formuladas de forma precisa y su
ejecución debe ser general. Las consignas deben ser claras y deben ser pocas, las instrucciones no
deben opacar al objetivo, la propia finalidad del ejercicio o actividad. La consigna debe describir el
resultado esperado de la actividad, con el mínimo de instrucciones posibles. Se debe transformar
una “Noción núcleo” en una situación problema y proporcionar para ello, a los alumnos, un conjunto
de materiales manejables a partir de una consigna-meta que describa el resultado esperado de la
actividad.
Ayudaría plantearse preguntas que puedan surgir y el medio para encontrar o construir las
respuestas. También se pueden plantear un abanico de actividades para que escojan hacer de
acuerdo a su evolución o un cuadro de sugerencias y de ayuda. Se trata de elaborar herramientas
que permitan insertar en la dinámica de la situación problema, las adquisiciones necesarias en
función de la dificultad encontrada.
4-MENTALIZACIÓN Y EVALUACIÓN
Cada una de estas fases deben tomar en cuenta al alumno. Para 1) definir la noción-núcleo es necesario
conocer sus representaciones; Para 2) construir la situación-problema el alumno debe dominar los materiales
y comprender las consignas; Para 3) elaborar un cuadro de sugerencias y ayudas es necesario conocer las
adquisiciones anteriores de los alumnos, sus lagunas, sus estrategias de aprendizajes; Para 4) formalizar
sus adquisiciones se le debe ofrecer el medio que les permita conseguir mejores resultados.