Curso-Seguridad Ciudadana - Daniel Palomino Silva
Curso-Seguridad Ciudadana - Daniel Palomino Silva
Curso-Seguridad Ciudadana - Daniel Palomino Silva
TRABAJO APLICATIVO
TEMA:
Lineamiento Sectorial Vecindario Seguro
DOCENTE:
AUTOR(ES):
ST2 PNP Acuña Arce, Ana Lucia
ST3 PNP Mercado Oblitas, Robert
S1 PNP Ramos Ramírez, Karin
S1 PNP Mendoza Santos, Gladys
S2 PNP Serpa Saravia, Pamela
S2 PNP Palomino Silva, Daniel
LIMA – PERÚ
2022
DEDICATORIA
ii
AGRADECIMIENTO
iii
Índice de contenido
Caratula Pág.
Dedicatoria ii
Agradecimiento iii
Índice de contenido iv
Resumen vii
Abstract viii
I. INTRODUCCIÓN 1
VI. ANALISIS 10
VII. CONCLUSIONES 11
REFERENCIAS 12
ANEXOS
iv
Resumen
La percepción de inseguridad en el Perú, desde el año 2011 está por encima del
85%, llegando en el año 2016 a superar el 90%, mientras la victimización
disminuyó de 40% a 30% entre los años 2011 y 2015 y actualmente se encuentra
en el 25.5% (INEI, 2017). Existiendo una aparente contradicción entre estos dos
indicadores, que muestran una alta percepción de inseguridad mientras la
victimización se reduce. Lo que desde ya justifica que el Estado busque una
urgente solución que calme el reclamo ciudadano.
La tasa de homicidios a nivel nacional subió de 5.4 a 7.2 homicidios por cada
100,000 habitantes entre los años 2011 y 2015 (Consejo Nacional de Política
Criminal, 2015). El incremento en esta tasa es poco significativo, considerándose
que el Perú tiene una de las tasas más bajas de América, donde el promedio
regional es 20 homicidios por 100,000 habitantes. No obstante, en varias
ciudades del interior, especialmente en la costa norte y en la región central, los
homicidios han aumentado por encima del promedio nacional y de la región, como
ejm. Barranca con 33.5% o Tumbes con 41.2% (Estrategia Multisectorial “Barrio
Seguro”
2016).
b) Tasa de victimización
América Latina es la región del mundo con mayor índice de criminalidad, lo cual
genera una inseguridad en los ciudadanos. Se registra la mayor cantidad de
homicidios por cada 100,000 habitantes, en particular en ciudades como El
Salvador, Brasil, Colombia, Guatemala, México. Se registra que en el Perú hay
12,5 homicidios por cada 100,000. Esta cifra es menor que otros países, pero
tiende a crecer (INEI, 2017).
c) Victimización
El concepto de victimización se hace presente a partir de la idea de víctima y de
victimario. La víctima es una persona que sufre el ataque o la desidia de otra
persona. La víctima puede ser una víctima del maltrato físico, del maltrato verbal,
del maltrato psicológico. En el ámbito de la seguridad, se considera como
“víctima” a la persona de 15 y más años de edad del área urbana que haya
sufrido al menos un hecho delictivo durante el periodo de referencia. Se considera
como hecho delictivo a todo evento que atenta contra la seguridad, vulnera los
derechos de la persona y conlleva al peligro, daño o riesgo como: robo o intento
de robo de dinero, cartera, celular; robo o intento de robo de vehículo automotor,
robo de autopartes, moto taxi, motocicleta, bicicleta, amenazas e intimidaciones,
maltrato físico y/o psicológico, ofensas sexuales, secuestro e intento de
secuestro, extorsión, estafa y robo de negocio. Ferraro y LaGrange (1987)
sostuvieron que “La victimización y las tasas de los distintos tipos de crímenes
suelen ser medidos de manera objetiva a través de información recogida en los
centros policiales o de manera subjetiva a través de la respuesta sobre la
experiencia directa o indirecta de los encuestados, donde lo directo hace alusión a
la victimización del propio encuestado, y lo indirecto a alguien de su entorno
social. En el caso del miedo al crimen este puede recogerse en base a encuestas
o entrevistas a profundidad. Debido a que el miedo al crimen es un concepto
latente, los investigadores han utilizado distintas formas de recoger información
de este tipo. En atención a esta práctica en las investigaciones en no pocos casos
se ha conseguido información pertinente.”
d) Percepción de inseguridad
La Comisión Internacional de Derechos Humanos, en el 2009 manifestó que en
todos los países existe una incesante preocupación por el incremento de la
delincuencia. En el caso específico del Perú existe una información realizada por
LAPOP en el 2012, donde afirma que el desplazamiento de los problemas
económicos ha sido por el incremento del problema de la inseguridad y
victimización a niveles muy altos.
En una encuesta del 2013, realzada por la organización Lima Cómo Vamos,
encontró que el 80% de los encuestados limeños manifestaron que la afectación
de la calidad de vida se debe porque el principal problema de la ciudad es la
delincuencia.
Para (Costa y Romero en el 2010), la inseguridad ciudadana, se ha convertido un
tema eje de investigación, que se hace necesario, por los problemas que sufre la
ciudad de Lima. Además afirmó que inseguridad se puede medir a través de tres
consideraciones: la primera se refiere a la percepción de inseguridad, la segunda
se refiere a la victimización y la tercera consideración de medición es la
prevención de la inseguridad y amenaza por medio de los recursos institucionales.
Según la encuesta nacional realizada por el INEI (2016), a una población mayores
a 15 años de ambos géneros, en las zonas urbanas, los resultados reflejaron que,
la percepción de la inseguridad se incrementó del 2014 al 2015 de 85.8% al
88.4% respectivamente. También se encontró que las personas con mayor
percepción de inseguridad está en el rango de edades de 30 a 44 años con un
90.5%. De acuerdo al grado de instrucción, el 91.6% de los encuestados con
estudios superiores manifestaron su alta percepción de inseguridad. Estos valores
nos muestra que la percepción alta de inseguridad, lo cual acarrea en la población
el temor de ser víctimas de algún hecho delictivo en los próximos meses.
Los gobiernos locales, entre ellos el del distrito de San Miguel, participan en forma
activa a través del patrullaje integrado, uso de video cámaras en los distintos
puntos estratégicos, coordinando ´permanentemente con los comisarios de San
Miguel y Maranga.
Los factores de riesgos más comunes son la deserción escolar, violencia familiar,
el desempleo, el alcoholismo, la drogadicción, así como la carencia de programas
sociales para el deporte y la recreación.
Por lo tanto, se hace imperativo, trabajar la prevención con los protagonistas tanto
agresores y las víctimas, con el propósito de cambiar las conductas personales y
las acciones del entorno comunitario, según como lo afirmaron (World Health
Organization, (OMS) 2010), citado en el Peruano 2917. En tal sentido surge una
estrategia para la prevención integral multisectorial, que supone una coordinación
y un consenso entre las instancias gubernamentales, llamada “Barrio Seguro”.
Que además implica el involucramiento de la comunidad organizada, quienes
legitiman y dan sostenibilidad transparentando las acciones del gobierno en
asuntos de seguridad ciudadana.
c) Sobre el acceso fácil a armas, el medio propuesto tiene que ver con el accionar
de la SUCAMEC, y una política que combine incentivos para entrega de armas sin
licencia, emisión rápida y cabal de licencias, y la requisa de las armas en venta
por canales informales y/o delictivos.
ANALISIS
La diferencia entre el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana y el Plan de
Vecindario Seguro propuesto, radica en que el primero se enfoca a los resultados
de la intervención policial sobre los delitos los que se apoyan en la estructura
organizativa, los recursos logísticos existentes, mientras que el enfoque del nuevo
Plan de Vecindario Seguro, tiene carácter preventivo, que busaca la conformación
y mayor actuación de la policía comunitaria como agente de prevención que se
acerca a la comunidad, entabla relaciones de orientación y prevención de los
delitos con el apoyo de los demás sectores de la sociedad, como los municipios,
los comerciantes, la instituciones educativas, la iglesia entre otros.
CONCLUSIONES
2.- La implementación del Plan Vecindario Seguro pasa por varias acciones y
etapas: sectorización de la jurisdicción, fortalecimiento del trabajo coordinado con
la autoridad local, participación de la ciudadanía, monitoreo del patrullaje policial,
mejoramiento del trato en las comisarías, fortalecimiento de las capacidades en
derechos humanos del agente policial, capacitación al cuerpo policial en sus
funciones, registro y atención oportuna de los casos presentados por las víctimas,
articular estrategias con la municipalidad para reducir la victimización.
3.- El Plan Vecindario Seguro es una estrategia de prevención más que de
represión, porque los actores de la seguridad recaen no solo en el efectivo
policial, sino en la participación de la comunidad organizada, además el gobierno
local, lo que generaría la policía comunitaria.
REFERENCIAS
Albornoz, V. (2018). Condiciones laborales y habilidad del cuidado humanizado
en el enfermero/a del Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión, Lima 2018
[Tesis de licenciatura, Universidad Norbert Wiener]. Repositorio
institucional de la Universidad Norbert Wiener.
http://repositorio.uwiener.edu.pe/handle/123456789/2155
Amor, E., Baños, J. y Sentí, M. (2020). Prevalencia del síndrome de burnout entre
los estudiantes de medicina y su relación con variables demográficas,
personales y académicas. FEM: Revista de la Fundación Educación
Médica, 23(1), 25-33.
Apiquian, A. (2007). El Síndrome del Burnout en las Empresas. Recuperado el 10
de diciembre de 2020, de http:// www.anahuac.mx/psicologia/
Castro, Y., Orjuela, M., Lozano, C., Avendaño, B. y Vargas, N. (2012). Estado de
salud de una muestra de policías y su relación con variables policiales.
Divers.:Perspect. Psicol, 8(1), 53-71.