La - Sociedad - de - La - Información
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TECNOLOGÍA COMPUTACIONAL 1
UNIDAD 1: TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD
Como ya lo habíamos expuesto en la clase anterior, en esta unidad nos interesa contribuir a la pregunta
acerca de cómo funciona la circulación social de las tecnologías de comunicación.
Sociedad de la Información
Desde la perspectiva de las ciencias políticas y socioeconómicas, la sociedad de la información es un
concepto de sociedad en la cual la captación, almacenamiento, transmisión y procesamiento de
información es la acción socioeconómica y política más importante (Castells, 1996, en Hilbert y Cairó, 2008,
p. 4)
En 1995, Manuel Castells sostenía que la Sociedad de la Información (SI) es una sociedad cuya base
material ha sido transformada por la revolución en las tecnologías de información que se conformó en la
década de los setenta (una era post-industrial). “La sociedad de la información no es, como se dice a
menudo, aquella en que la productividad económica depende del conocimiento y la información, esto
corresponde a la mirada económica propia de la era industrial. Lo que ha cambiado es el salto cualitativo
que permiten las nuevas tecnologías en la velocidad y capacidad en el tratamiento de la información: quien
tiene la información adecuada y la tecnología para utilizarla es más productivo y más competitivo. Este
simple hecho cambia el mapa económico del mundo y el futuro de los individuos” (Castells, 1995).
Castells estudió las mismas transformaciones tecnológicas en todas las sociedades posibles del mundo para
probar sus tesis de que la tecnología es una, pero los usos y efectos son diversos en funciones de las
instituciones y la cultura de cada sociedad.
La Sociedad de la Información organiza la comunicación, y por tanto la cultura, en un universo electrónico
audiovisual cada vez más diversificado y más adaptado a los diferentes públicos, y por tanto más
influyente. Pero al mismo tiempo que diversifica las imágenes concentra el poder de producirlas y la
capacidad de emitirlas, haciendo de su virtualidad nuestra realidad. La SI organiza el poder y la política en
torno a símbolos, más poderosos que cualquier programa, y por tanto personaliza el poder y lo somete al
escrutinio permanente y pluralmente sesgado de los medios de comunicación (Castells, 1995).
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La SI es aquella en la que el poder de las tecnologías amplifica extraordinariamente el poder de la mente
humana, a la vez que muestra toda la crudeza humana. Por ello no se puede desarrollar su dimensión
creativa y escapar a sus efectos potencialmente devastadores. En la sociedad de la información se hace
necesario el equilibrio del superdesarrollo tecnológico con el subdesarrollo social (Castells, 1995).
Para el investigador argentino, Guillermo Mastrini, la Sociedad de la Información es un concepto en
desarrollo que, impulsado fundamentalmente por los países centrales, reconoce el protagonismo de las
tecnologías de la información y la comunicación (info-comunicación) en la estructuración de las sociedades
contemporáneas. En este marco, la Sociedad de la Información halla vínculos con otros argumentos
tecnológicos de fuerte impacto estructural. En tanto fórmulas productivas, las tecnologías de info-
comunicación aspiran apuntalar las políticas de crecimiento económico, aunque ello no signifique que ese
crecimiento redunde necesariamente en un mayor bienestar social (2006, p. 13). Se creía que las “nuevas”
tecnologías de información y comunicación vendrían a democratizar la sociedad y a disminuir las brechas.
Pero esto no sucedió. “Lo que ha sucedido”, dice hoy Castells, “es que la brecha digital no existe. Lo que sí
existe es la desigualdad digital” (TecTv, 2016).
La Sociedad de la Información está articulada por el dominio de tres ideas fuerza: la desregulación, la
liberalización y la integración competitiva del planeta como escenario de realización de la economía de
mercado. A nivel económico, el proyecto de SI argumenta que la centralidad de la información y la
comunicación en la estructuración de las sociedades contemporáneas permitirá la obtención de mayores
beneficios y un salto en la productividad, con el consecuente crecimiento de las economías. En el plano
social, los organismos y gobiernos involucrados en su desarrollo enfatizan beneficios como consecuencia
de la diseminación y ubicuidad de las tecnologías convergentes de información y comunicación (Mastrini,
2006, p. 14). Sin embargo, la evidencia empírica demuestra que la liberalización a ultranza puede
contradecirse con la desregulación; que el desarrollo económico y la distribución social de los bienes y
servicios no tienen directa relación con el desarrollo infraestructural en el sector de la información y que, a
su vez, las medidas liberalizadoras y privatizadoras no suelen tener un impacto positivo en cuanto al acceso
de la mayoría de la población a mejores estándares de vida (p. 15).
Castells, M. (24 de febrero de 1995) La sociedad de la información. El país. [Entrada de blog] Recuperado de
https://elpais.com/diario/1995/02/25/opinion/793666808_850215.html
Hilbert, M. & Cairó, O. (2008) ¿Quo Vadis, Tecnología de la Información y de la Comunicaciones? Conceptos
fundamentales, trayectorias tecnológicas y el estado del arte de los sistemas digitales. Consultado de
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/1999/1/S384Q92009_es.pdf
Mastrini, G. & Califano, B. (Comp.) (2006). La Sociedad de la Información en la Argentina: políticas públicas y
participación social. Buenos Aires: Fundación Friedrich Ebert. Consultado de
http://www.fes.org.ar/PUBLICACIONES/Sociedad_dla_Informacion.pdf