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Adviento

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Tema: “ Adviento: esperar con alegría ”

Objetivo: Descubrir con los jóvenes el significado del Adviento como un tiempo
de preparación y espera gozosa del nacimiento de nuestro Salvador, para motivarlos
a una mejor viviencia del mismo por medio de charla, dinámicas y reflexión.

1.- Celebración Inicial. -


Motivación
Animador: En el tiempo de Adviento, la Iglesia nos invita a permanecer en una
espera gozosa, atentos y activos, preparándonos y llenarnos así de la verdadera
alegría que está por venir en la próxima Navidad. Sin embargo, en ocasiones
perdemos el sentido de la verdadera alegría, aparentemente llenándonos con todo
tipo de cosas, y olvidándonos de lo mas importante que es preparar el pesebre donde
Cristo nacerá: nuestro corazón. Y muchas veces terminamos todo este período de
fiestas tan cansados de tantas posadas tipo pachanga y tan acelerados que se nos
pasó la navidad en un abrir y cerrar de ojos, y al final no nos dejó mucho tanto
alboroto. En vez de sentirnos renovados y llenos de esperanza para seguir nuestra
vida cristiana, nos sentimos cansados y deseando otras vacaciones para descansar, es
por eso que hoy vamos a reflexionar en cómo vivir esta próxima navidad para
recibir a Jesús, quien nos da la alegría y felicidad verdadera.

(Se entrega una copia de esta celebración a los jóvenes)

ANIMADOR: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.


TODOS: Amén.

LECTOR: Escuchemos la Palabra del Señor del Evangelio que escribió San Mateo
(3,1-3).
“En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decía: -
Conviértanse, porque está llegando el reino de los cielos. A él se refería el profeta Isaías
cuando dijo: Voz del que grita en el desierto: “preparen el camino al Señor, enderecen sus senderos”.

ANIMADOR: Preparar el camino significa preparar nuestro corazón para llenarnos de la inmensa alegría
que nos da Jesucristo al descubrirlo en cada Navidad. Ésta es la invitación que nos hace San Juan el
Bautista. Es un tiempo para voltear a ver a Dios que viene buscando a los jóvenes que quieran ser justos
y de corazón puro. Preparar el camino del Señor en este adviento, es quitar todas aquella actitudes
negativas o superficiales que nos impiden vivir una auténtica Navidad en la que Jesús ocupe el lugar
central. En un momento de silencio dile a Jesús que necesitas su ayuda para preparar tu corazón como
una casa donde Él pueda vivir. (Deja un minuto de silencio).

Contesta en tu interior lo siguiente: (dejar un breve momento entre cada pregunta)


• ¿Qué piedras en tu camino tienes que quitar para que Jesús llegue más fácil a tu vida?
• ¿Qué le estorbaría a Jesús que le impida vivir más en ti?
• ¿Cuáles son los caminos que en tu propia vida crees que es necesario corregir?

ORACIÓN. (Invita a los jóvenes a unirse todos a una sola voz en esta oración.)
TODOS: Dios Padre bueno, que haz querido estar muy cercano a nosotros, gracias por habernos dado a
Jesús el Señor para que nos hablara de ti, de tu amor, de la fuerza de tu Espíritu Santo que nos sana y nos
transforma. Gracias, Padre, por tu amor. Te pedimos que nos prepares el corazón, que nos prepares para
la llegada de Jesús en ésta Navidad. Haz de nosotros colaboradores de tu amor, de tu gracia. Que
imitemos las actitudes de humildad, de pobreza y misericordia que nos enseña tu Hijo Jesús, al hacerse
humano como nosotros, igual en todo a nosotros menos en el pecado. Nosotros los pecadores, los que no
podemos caminar solos, nos ponemos en tus manos con humildad. Por el Señor Jesús que vive y reina
contigo y con el Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos.

2.- Identidad. (¿Cómo vivo este tiempo Adviento-Navidad...?)


Diálogo: En parejas deberán platicar como celebran las Posadas y la Navidad en sus casas o con sus
amigos?
¿Ocupa Jesús un lugar importante en nuestros festejos?
¿Cuál es el fondo de la Navidad, es decir, que es lo que celebramos?

Plenario: Lo mejor de este diálogo es el lograr compartir brevemente entre todos lo que platicamos y
descubrir lo mucho que nos dejamos llevar por el consumir, la publicidad, las fiestas y dejamos a un lado
lo mas importante: celebrar el nacimiento de Jesús.

3.- Utopía (¿Qué me dice Dios respecto a esto?)


Adviento: Una espera gozosa
Vivir el Adviento no es tan fácil. No muchos se dan cuenta que ha comenzado. Ni la palabra en sí y
mucho menos su contenido tiene gran sentido para su vida diaria.
Es necesario reivindicar el sentido pleno del Adviento como actitud cristiana
fundamental: esperar a Dios y esperarlo en Jesús; creer en su venida
progresiva, misteriosa pero real, a nosotros, al mundo. El Adviento es ese
tiempo concreto que rompe nuestra pasividad y apatía para ponernos en
camino de conversión, para centrar nuestra vida no en una fantasía, sino en la
realidad maravillosa de Jesús que se acerca a la vida de los hombres como
nuestro Salvador.

Adviento significa salir al encuentro de Aquel que viene a buscarnos y a


quien buscamos.
Es la época del ciclo litúrgico en que nos preparamos para la venida de Jesucristo. La venida de Cristo a
la tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos, con un Adviento
que duró cuatro mil años, alimentado con el anhelo de todas las almas santas del Antiguo Testamento
que no cesaban de pedir por la venida del Mesías el Salvador.

El año eclesiástico se abre con el adviento. La Iglesia nos alerta con cuatro semanas de anticipación para
que nos preparemos a celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús y, a la vez, para que, con el recuerdo
de la primera venida de Dios hecho hombre al mundo estemos muy atentos a su nueva venida.

El Adviento es tiempo de preparación y esperanza.


" Ven Señor y no tardes ". Este es un tiempo para hacer con ESPECIAL DETENIMIENTO EL
EXAMEN DE NUESTRA CONCIENCIA Y DE MEJORAR NUESTRA PUREZA INTERIOR PARA
RECIBIR A DIOS. Es el momento para ver cuales son las cosas que nos separan del Señor y quitarnos
todos aquello que nos aleja de El. Es por eso importante ir a las raíces mismas de nuestros actos, a los
motivos que inspiran nuestras acciones y después acercarnos al SACRAMENTO DE LA PENITENCIA
O RECONCILIACIÓN, para que se nos perdonen nuestros pecados.

Así cuando llegue el día de Navidad, nuestra alma estará dispuesta para recibir a Jesús. Es necesario
mantenernos en estado de vigilia para luchar contra el enemigo que siempre estará acechándonos para
alejarnos del bien. CUIDEMOS CON ESMERO NUESTRA ORACIÓN PERSONAL, evitemos la
tibieza y mantengamos vivo el deseo de santidad. ESTEMOS VIGILANTES CON
MORTIFICACIONES PEQUEÑAS, que nos mantengan despiertos para todo lo que es de Dios, y
atentos a evitar todo lo que nos desvíe del camino hacia El. PIDAMOS PERDÓN AL SEÑOR SI LE
OFENDEMOS Y PROFUNDICEMOS EN EL SENTIDO DEL ADVIENTO.

Ten presente "QUIEN ES EL QUE VIENE, DE DONDE VIENE Y PORQUE VIENE". Con el corazón
limpio salgamos a recibir a Nuestro Rey, que está por venir. María será nuestra ayuda y nos enseñará el
camino para llegar a Jesús.

El Adviento está tocado, de una forma muy particular, por la característica de la esperanza. La esperanza
como virtud que sostiene al alma, que consuela al ser humano. Teniendo en cuenta este sentido
esperanzador del Adviento, creo que cada uno de nosotros tendría que aprovechar con un nueva actitud
esta preparación tan oportuna a recibir a nuestro Salvador.

Ahora bien, la esperanza tiene dos facetas que debemos considerar de cara al Adviento. Hay una
primera, que es una faceta de dinamismo. La esperanza empuja, porque es como quien ve la meta y ya
no se preocupa de si está cansado o no, de si las piernas le duelen o no, ni de la distancia a la que viene
el otro detrás. Sabe hacia dónde se dirige, tiene una meta presente y corre hacia ella.

La esperanza es algo semejante a cuando uno está perdido en el campo, y de pronto ve en la lejanía un
punto que reconoce: un árbol, una casa, una parte del camino; entonces, ya no le importa por dónde tiene
que ir atravesando, lo único que le interesa es llegar al lugar que reconoce. La esperanza es algo que te
sostiene y te permite seguir adelante sin preocuparte de las dificultades que hay en el camino.

La segunda faceta de la esperanza es la purificación, que produce un efecto correctivo y transformador


en la persona. La esperanza, al mostrarme el objeto al cual tiendo, me muestra también lo que me falta
para lograr alcanzarlo. Por eso la esperanza se convierte no en una especie de resignación o de ganas de
hacer algo, sino en un fermento dentro del alma.

Si Cristo es mi esperanza, ¿qué me falta para alcanzarlo? Si la armonía de mi familia es mi esperanza,


¿qué me falta para conseguirla? Si mis amigos necesitan que yo le dé este o aquel testimonio, ¿qué me
falta para podérselo dar? La esperanza se convierte en aguijón, en resorte dentro del alma para que uno
pueda llegar a obtener lo que espera.

Es necesario que en nuestras vidas existan estas dos dimensiones de la esperanza: la dimensión dinámica
y la dimensión de la purificación. Si nada más te quedas en el sostenerte, nunca te vas a transformar,
nunca vas a llegar. Y si nada más te quedas en el transformarte, al ver lo duro, lo difícil y lo áspero de
esta transformación, puedes caer en la desesperanza.

Aprendamos, entonces, a vivir en este tiempo de Adviento con la mirada dirigida hacia Cristo, que es el
objeto de nuestra fe. Pidámosle al Señor que nos permita encontrarlo y recibirlo, y que nos otorgue la
gracia de sostener nuestro corazón en el arduo trabajo diario de santificación.

4.- Realización y Rupturas


Dinámica: Aprendamos de los que allí estuvieron...
Para realizar la siguiente dinámica es necesario dividir a los jóvenes en 5 equipos.

Objetivo: Queremos reconocer las actitudes de los que estuvieron en el nacimiento de Jesús en su
primera venida para imitarlos preparando su segunda venida.
Material: Dibujos de los personajes, hojas blancas, cinta adhesiva, sobres grandes.

Desarrollo:
1. Poner en un sobre grande cada uno de los Documentos de trabajo del 1 al 5, una hoja en blanco,
un plumón. Reparte a cada equipo una sola hoja.
2. Se escribe encima del sobre el nombre de una de las personas de los que pretendemos aprender;
guíate en el cuadro de apoyo. Si crees conveniente, escóndelos debajo de las sillas o las bancas del
lugar o si lo crees prudente fuera del lugar, pero no pierdas mucho tiempo, esto no es lo más
importante.

En la dinámica.
1. El grupo de los asistentes se divide en cinco equipos.
2. Cada equipo se llamará como una las personas de los que pretendemos aprender (uno “María”,
uno “José”, etc.). Si son pocos les pueden tocar dos por equipo.
3. Cada miembro del equipo deberá tener claro la persona en la que va a meditar.
4. Se escoge un coordinador de cada equipo.
5. Si se escondieron los sobres se invita a que busquen los sobres en el lugar o si no, se les entrega
directamente.
Cuadro de apoyo para quien dirige la dinámica.
¿Qué actitudes tenía ante el nacimiento de Jesús?
Persona María José Los Pastores Los ángeles Los reyes de Oriente
Actitud Disposición en el Obediencia Pronto Anunciaron a Búsqueda de Dios, no
sacrificio respondieron a Jesús colaboraron con el mal
Dios
Cita Lc 1,26-38. y Lc Mt 1, 18-25. Lc 2, 8-20. Lc 2, 10-14. .” Mc 2, 1-12. “¿Dónde
Bíblica 2, 6-7. “ Hágase en “Hizo lo que el “Fueran de “Vengo a está el Rey de los
mi tal cómo has ángel del prisa y comunicarles judíos?... que no
dicho… no había Señor le había encontraron a una buena volvieran donde
lugar para ellos” ordenado”. María, a José y noticia.” Herodes”
al niño
acostado en el
pesebre”.
Encontró Gozándose en la Obedeciendo Ante la Conociendo Su búsqueda los llevó
la voluntad de Dios. lo que Dios le llamada de quien era Jesús más allá de sus
alegría… pedía. Dios no se no pudieron creencias y
tardaron en guardárselo descubrieron y no
responder. solo para ellos. ayudaron a las obras del
mal.

6. Por equipos, van a leer el texto que se les asignó y el comentario. El coordinador preguntará ¿De
qué manera podemos imitar la actitud de ellos en nuestra Navidad? Después de compartir, todos con
una sola frase sintetizarán sus puntos de vista.

Documentos de Trabajo:

La Virgen María.
Actitud: Disposición incluso en el sufrimiento.
Texto bíblico. Lc 1,26-38 y 2, 6-7
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio
con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.
Llegó el ángel hasta ella y le dijo: <Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo>. María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba que
significaría tal saludo.
Pero el ángel le dijo:<No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios.
Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús.
Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará
el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará
jamás>. María entonces dijo al ángel: <¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?> Contestó el ángel: <El
Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra… Para Dios nada es
imposible>. Dijo María: <Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho>. Llegó para
María el momento del parto y dio a luz a su primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un
pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.

Reflexión
La virgen María entendió que para ser libre hay que estar sometido a la voluntad de Dios. Lo que Dios
quiere es que seamos libres y felices y nos incluye en su proyecto con esa finalidad: ser libres y liberar a
los demás. María nos enseña a amar con compromiso, incluso estar dispuestos a sufrir por lo que nos
comprometemos. El día que ella daría a luz a Jesús no tenía un lugar lujoso en donde llegar y eso no la
hace renegar: entendió que el amor implica compromiso, entrega, y sufrimiento por quien amamos y que
eso da alegría verdadera.

COMPARTIR
Ahora reunidos en grupo y conscientes de que todos tenemos mucho que “compartir” de nuestra riqueza
personal, responderemos la pregunta:
¿Cómo puedes llevar a tu vida en cosas concretas el ejemplo de la virgen María en tu búsqueda de la
verdadera alegría?

José, esposo de María.


Actitud: Obediencia a Dios.
Texto bíblico. Mt 1, 18-25.
El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su Madre estaba prometida a José y,
antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por acción del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en
secreto. Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en
sueños y le dijo: -José, hijo de David, no temas aceptar a María como esposa, pues
el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a la luz un hijo, y le podrás por
nombre Jesús, porque É l salvará a su pueblo de los pecados.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el Señor por el
profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrá por nombre Emmanuel (que significa:
Dios con nosotros). Cuando José se despertó del sueño hizo lo que el ángel del Señor le había mandado:
recibió a su esposa y, sin tener relaciones conyugales, ella dio a luz un hijo, al que José puso por nombre
Jesús.

Reflexión
La misión de José no fue la de los aparadores y sin embargo fue de suma importancia todo lo que hizo.
El Buen José supo renunciar a sus proyectos por tomar como suya los deseos de Dios. Dios nos respeta y
Él pudo haberse aferrado a hacer lo que Él quería pero no fue así. Supo sacrificar sus deseos, sus metas,
sus proyectos asumiendo la voluntad de Dios. Sacrificó un tesoro pequeño –su voluntad- por un tesoro
grande –la voluntad de Dios-, más no vivió enojado por esa renuncia, al contrario vivió agradecido
porque Dios lo había invitado a su proyecto.

COMPARTIR
Ahora reunidos en grupo y conscientes de que todos tenemos mucho que “compartir” de nuestra riqueza
personal, responderemos la pregunta:
¿Cómo puedes llevar a tu vida en cosas concretas
el ejemplo de SAN JOSÉ en tu búsqueda de la verdadera alegría?
Los pastores.
Actitud: Pronto respondieron a Dios
Texto bíblico. Mc 2, 8-14.
Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche en pleno campo
cuidando sus rebaños por turnos. Un ángel del Señor se les presentó, y la gloria
del Señor los envolvió con luz. Entonces sintieron mucho miedo, pero el ángel
les dijo: -No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para ustedes y
para que todo el pueblo: Les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador,
que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Y de repente se reunieron con el
ángel muchos otros ángeles del cielo que alababan a Dios diciendo: “¡Gloria a
Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!”
Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se decían unos a otros: -
Vamos a Belén a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado.
Fueron de prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que
el ángel les había dicho de este niño. Y cuando escuchaban lo que decían los pastores, se quedaban
admirados. María, por su parte, conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón. Los
pastores regresaron glorificando y alabando a Dios porque todo lo que habían visto y oído era tal como
les había dicho.

Reflexión
En la vida diaria escuchamos dentro de nuestro corazón la voz de Dios que nos dirige y nos orienta. Los
pastores recibieron la llamada de Dios por medio de los ángeles y aunque al principio se asustaron no se
quedaron quietos, con toda prisa se levantaron, fueron al encuentro de Ése que acababa de nacer como
hombre. Hicieron un acto de fe, creyeron sin querer entender a la primera todo el misterio de Dios. Los
pastores abren su corazón a ese Salvador que se les anunció y no se entretuvieron en cosas menos
valiosas. ¿Qué puede ser menos valioso que Dios? Ellos vencieron la tentación de confundir a Dios con
otras cosas y de responder rápido a su llamado.

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Ahora reunidos en grupo y conscientes de que todos tenemos mucho que “compartir” de nuestra riqueza
personal, responderemos la pregunta:
¿Cómo puedes llevar a tu vida en cosas concretas
el ejemplo de LOS PASTORES en tu búsqueda de la verdadera alegría?

Los ángeles.
Actitud: Anunciaron la llegada de Jesús.
Texto bíblico. Mc 2, 8-14.
Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche en pleno
campo cuidando sus rebaños por turnos. Un ángel del Señor se les
presentó, y la gloria del Señor los envolvió con luz. Entonces sintieron
mucho miedo, pero el ángel les dijo: -No teman, pues les anuncio una gran
alegría, que lo será para ustedes y para que todo el pueblo: Les ha nacido
hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto
les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en
un pesebre. Y de repente se reunieron con el ángel muchos otros ángeles
del cielo que alababan a Dios diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas y en
la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!” Cuando los ángeles
regresaron al cielo, los pastores se decían unos a otros: -Vamos a Belén a
ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado. Fueron de prisa
y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que el ángel les
había dicho de este niño. Y cuando escuchaban lo que decían los pastores, se quedaban admirados.
María, por su parte, conservaba todos estos recuerdos y los meditaba en su corazón. Los pastores
regresaron glorificando y alabando a Dios porque todo lo que habían visto y oído era tal como les había
dicho.

Reflexión
Los ángeles no se quedaron en el cielo viendo todo “desde una butaca cómoda”. Trajeron el mensaje de
Dios con alegría. No llevaron el mensaje de una manera triste como si no creyeran. Fueron a compartirlo
con los más pobres, con los apartados. Pudieron haber ido con el rey Herodes por ser el principal en el
pueblo pero Dios los mandó a los pobres. El deseo de anunciar parte de la fe. Quien no cree no anuncia,
no espera y no ama; si el mensaje se lleva con temor o sin alegría, el anunció es vacío.

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Ahora reunidos en grupo y conscientes de que todos tenemos mucho que “compartir” de nuestra riqueza
personal, responderemos la pregunta:
¿Cómo puedes llevar a tu vida en cosas concretas
el ejemplo de LOS ANGELES en tu búsqueda de la verdadera alegría?

Los reyes de Oriente.


Actitud: Buscan a Dios y no colaboran con el mal.
ºTexto bíblico. Lc 2, 1-12.
Jesús nació en Belén, un pueblo de Judea, en tiempo del rey Herodes. Por
entonces unos sabios de oriente se presentaron en Jerusalén, preguntando: -
¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto su estrella
en el oriente y venimos a adorarlo. Al oír esto, el rey Herodes se alarmó y
con él toda Jerusalén. Entonces convocó a todos los jefes de los sacerdotes y
a los maestros de la ley y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos
le respondieron: -En Belén de Judea, pues lo dejó escrito el profeta: Y tú,
Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres, la menor entre las ciudades
principales de Judá; porque de ti saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo,
Israel. Entonces Herodes llamó aparte a los sabios, investigó con exactitud el momento en que había
aparecido la estrella, y los envió a Belén con este cargo: -Vayan e infórmense bien sobre ese niño; y,
cuando lo encuentren, avísenme para ir yo también a adorarlo. Ellos, después de oír al rey, se pusieron
en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guió hasta que llegó y se detuvo encima de donde
estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño
con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo
oro, incienso y mirra. Y advertidos en sueños que no regresaran a donde estaba Herodes, regresaron a su
país por otro lado.

Reflexión
Estos sabios que popularmente son llamados “reyes magos” tuvieron que atreverse a cuestionar sus
creencias. Ellos no eran del pueblo del Señor, pero fueron más allá de lo acostumbrado. Dios les habló
en manera sencilla por medio de una estrella y ellos supieron escucharlo en ese signo sencillo. Dios no
se limita a llamar a los que la tiene seguros… Dios sale a las calles y busca a los que incluso han
entregado su corazón a otros dioses en búsqueda de alegría de verdad, de felicidad. Él entiende que el
hombre siempre busca su plenitud, su felicidad. Sólo que a veces no sabe donde buscar.
Además Dios les avisó que las intenciones de el rey Herodes no eran rectas y su aparente reverencia al
Mesías recién nacido era falsa. Ellos pudieron ir a Herodes incluso en contra de Dios pero no cooperaron
con el mal. El hombre y la mujer felices son los que no se dejan oprimir por lo que no los lleva al Bien y
a su plenitud como hijos de Dios.

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Ahora reunidos en grupo y conscientes de que todos tenemos mucho que “compartir” de nuestra riqueza
personal, responderemos la pregunta:
¿Cómo puedes llevar a tu vida en cosas concretas
el ejemplo de LOS REYES MAGOS en tu búsqueda de la verdadera alegría?
Temas de Formación para Grupos Juveniles Pastoral Juvenil Parroquial

5. Compromiso Personal: El camino al pesebre


En este momento, cada persona, reflexionará consigo misma, cómo va a vivir en
los nueve días antes del Nacimiento del
Señor, en la novena de la Navidad. Para
ello, está disponible el siguiente
documento, sacar las copias suficientes y
repártelas a los jóvenes.

Como preparación a la Navidad ponte


como meta algunas acciones que le
ofrecerás a Jesús como respuesta a su amor y búsqueda de la verdadera alegría que
viene de Él. Cuando tengas oportunidad en el día ofrece a Jesús esa acción con
esta oración. Ofrecimiento de las acciones. Jesús, yo sé que no tengo que ganar tu
amor. Que ya me amas. Te ofrezco…(dices la acción de tu itinerario) como
muestra de amor. Gracias por tu ejemplo de humildad y de misericordia. Te ruego
que me enseñes qué es y me dejes experimentar la verdadera alegría, la auténtica
felicidad. Como preparación de tu Navidad quiero ofrecerte… (Platícale con
Jesús. Dile con tus palabras, que necesitas de la alegría que viene de Él. Dile que
quieres ser su amigo y que necesitas que te ayude a serle fiel).

Celebración final. Oración en común.


I. Instrucciones: Realiza la siguiente oración para ello reparte el Documento de
trabajo
Monición: Somos parte del cuerpo de Jesús, el Hijo amado de Dios. Todos
nosotros somos sus miembros y Él representa nuestra cabeza. De alguna manera
cuando estamos con Jesús en oración no podemos separarnos de todos los demás.
La Iglesia, todos los hermanos y hermanas que viven a lo largo del mundo están
también allí. Pidamos por nosotros y por los que no conocemos pero Dios si
conoce. Hagamos nuestra esta oración. Esta oración no es una formula mágica.
Hay que unir la mente y el corazón a lo que se dice y ser concientes de a Quien se
lo decimos: a Dios.

Lector: Se acerca el tiempo de Navidad, te pedimos Señor nos envíe el don de la


esperanza.
Todos: Para que en estado gozoso preparemos nuestro corazón como pesebre y
nos llenemos de la verdadera alegría. Te pedimos que nazcas en cada uno de
nuestros corazones. ¡Ven Señor, sacia nuestra sed de la alegría y llena nuestro
corazón!
Lector: Señor los jóvenes a veces nos perdemos con el falso placer del dinero, el
placer de poseer.
Todos: Ayúdanos, que en este tiempo de adviento nos llenemos con el don de la
caridad. Que no nos perdamos en los caminos del consumismo. ¡Ven Señor, sacia
nuestra sed de la alegría y llena nuestro corazón!
Lector: ¡Señor óyenos! Recuerda a todos los que estudian para que en este tiempo
de adviento aprovechen sus vacaciones.
Todos: Que todos busquemos los verdaderos caminos que llevan a tu encuentro.
¡Ven Señor, sacia nuestra sed de la alegría y llena nuestro corazón!
Lector: Jesús, niño que nacerás en medio de nosotros! Bendice nuestros
ambientes, sánanos de nuestras heridas. Ve con amor a los que viven en
situaciones difíciles.

Etapa Uno: Despertando Corazones 9


Temas de Formación para Grupos Juveniles Pastoral Juvenil Parroquial

Todos: Ilumínalos en este tiempo de espera gozosa. Que distingamos claramente


la verdadera Alegría para superar los momentos de dolor que nos hacen
experimentar nuestra pobreza. ¡Ven Señor, sacia nuestra sed de la alegría y llena
nuestro corazón!
Lector: Muchos de tus hermanos, Buen Jesús viven perdidos en la calle sin
encontrar la felicidad verdadera en cosas que no llenan el corazón.
Todos: Da a nuestro corazón una gran capacidad de amar, de llevar a los demás la
paz que fluye del pesebre a donde has querido llegar. ¡Ven Señor, sacia nuestra
sed de la alegría y llena nuestro corazón!
Lector: Señor Jesús, hermano nuestro, amigo de bondad, ilumina nuestros
corazones para que encuentres listo nuestro corazón.
Todos: Recuéstate en nuestro interior, como un pesebre humilde y sencillo, con un
amor frágil que desea ser fortalecido por ti. María, Madre de Jesús, Discípula fiel
que guardas todo lo que te habla de Dios en tu corazón, pide a Jesús que nos
reciba nuestra pobreza.

Etapa Uno: Despertando Corazones 10


Temas de Formación para Grupos Juveniles Pastoral Juvenil Parroquial

Etapa Uno: Despertando Corazones 11

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