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Homofobia Lengua

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HOMOFOBIA

TESIS:LOS HOMOFOBICOS JUZGAN A LOS DEMAS SIN PENSAR EN SUS PENSAMIENTOS

BIXESUALIDAD : Atracción erótico-afectiva y manera de autodefinición que se dirige hacia


hombres y mujeres por igual. Esto no implica que sea con la misma intesidad, al mismo
tiempo o de manera indiscriminada

diversidad sexual. Todas las posibilidades de asumir y vivir la sexualidad –distinta en cada
cultura y persona–, la práctica, la orientación y la identidad sexogenéricas. Suele referirse a
prácticas o identidades no heterosexuales.

Gay: Expresión alternativa a homosexual, que se prefiere por su contenido político y uso
popular

y uso popular. Se utiliza como sinónimo de la identidad de los hombres homosexuales,


aunque algunas mujeres también lo utilizan. Es una construcción

identitaria y resulta también una manera de autodenominación.

género. Conjunto de ideas, creencias y representaciones sociales de la diferencia sexual


entre hombres y mujeres. Establece relaciones desiguales de poder

y un orden jerárquico donde lo masculino (ser hombre) es superior frente a lo

femenino (ser mujer). Además, alude a las formas históricas y socioculturales

en que mujeres y hombres construyen su identidad, interactúan y organizan

su participación en la sociedad.

homo sex ualid ad. Deseo o práctica de relaciones sexuales-erótico-afectivas entre


personas del mismo sexo o género. Este término se acuñó en 1868 en Alemania durante
los debates en torno a la ley prusiana contra la sodomía; luego

se utilizó en Inglaterra como parte de ensayos históricos que apelaban a la

existencia de prácticas homosexuales desde la Antigüedad.

identid ad sexo genéric a. Concepto y sentimientos que se tiene de uno mismo

como ser sexual. Cada persona la define de acuerdo con su estilo de vida, sus
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prácticas y deseos sexuales, su adscripción de género, su preferencia sexual,

actitudes y manifestaciones de comportamiento.

intersex ual. Presencia en la anatomía de una persona de órganos sexuales que

corresponden a características de ambos sexos o estructuras que son difíciles

de definir o resultan ambiguas desde la lógica que reconoce sólo dos sexos.

lesbi ana. Mujer que se relaciona erótico-afectiva-amorosa-vitalmente con mujeres.

Se utiliza como sinónimo de la identidad de las mujeres homosexuales. Es una

construcción identitaria y resulta también una manera de autodenominación.

orient ación sex ual. Deseo o atracción erótico-afectivos hacia otras personas.

Existe a lo largo del continuo que va desde la heterosexualidad exclusiva hasta

la homosexualidad exclusiva e incluye diversas formas de bisexualidad. Puede

manifestarse en forma de comportamientos, pensamientos y fantasías o deseos sexuales,


o en una combinación de estos elementos.

sexo . Conjunto de diferencias biológicas, anatómicas y fisiológicas de los seres

humanos que los definen como hombres o mujeres. Esto incluye la diversidad

evidente de los órganos genitales externos e internos (primarios y secundarios) y las


diferencias relativas a la función de procreación.

transgénero. Condición humana por la que un persona tiene cualidades y


comportamientos de género (el ser masculina o femenina) que no coinciden con

su sexo de acuerdo con los patrones sociales y culturales, por lo que se identifica o adopta
los del género opuesto. El uso del atuendo del género opuesto es

la conducta más ostensible de la transgeneridad.

transex ual. Condición humana por la que una persona, habiendo nacido con un

sexo biológico determinado, tiene una identidad de género (sexo psicológico)

distinta a la que le “corresponde”. La condición de ser transexual no depende


de si se realiza o no la reasignación sexo-genérica.

¿Qué es la    homofobia y la discriminación por orientación sexual?

La definición de homofobia es el miedo, el odio, la incomodidad con o la desconfianza


hacia las personas que son lesbianas, gays o bisexuales. La bifobia es el miedo, odio,
incomodidad o desconfianza, específicamente hacia las personas bisexuales. De la misma
manera, la transfobia es el miedo, el odio, la incomodidad o la desconfianza hacia las
personas que son transgénero, genderqueer o que no siguen las normas tradicionales de
género.

Aunque la transfobia, la bifobia y la homofobia son similares, no son lo mismo. Tanto las
personas gay como las heterosexuales (hetero) pueden ser transfóbicas y bifóbicas, y las
personas pueden ser transfóbicas sin ser homofóbicas o bifóbicas.

TIPOS DE DISCRIMINACION :

La homofobia puede tomar muchas formas diferentes, incluidas actitudes y creencias


negativas, aversión (rechazo) o prejuicios contra las personas bisexuales, lesbianas y gays.
A menudo se basa en el miedo irracional y en no comprender. La homofobia de algunas
personas puede venir de creencias religiosas conservadoras. Las personas pueden tener
creencias homofóbicas si se las enseñaron sus padres, madres y familiares.

Las personas homofóbicas pueden usar insultos o un lenguaje grosero cuando hablan de
las personas lesbianas y gays. Las personas bifóbicas pueden decirle a las personas
bisexuales que "solo quieren llamar la atención" o que son infieles por naturaleza. En sus
formas más extremas, la homofobia y la bifobia pueden hacer que las personas hagan
bullying, abusen y usen la violencia contra las personas lesbianas, gays y bisexuales.

Algunas personas LGBTQ experimentan discriminación basada en su orientación sexual o


identidad de género. Esto puede ser discriminación de las instituciones religiosas,
empresas o de nuestro gobierno. Algunos ejemplos de esto son no permitir que las parejas
del mismo sexo se casen, ser despedidx legalmente solo por ser LGBTQ o no poder vivir en
ciertos lugares.

Las personas LGBTQ y sus aliadxs han luchado por la igualdad de derechos y continúan
haciéndolo, especialmente para el matrimonio, el empleo, la vivienda y la igualdad en los
servicios de salud, y la protección frente a los crímenes de odio (violencia contra las
personas LGBTQ por ser quienes son).

¿Qué es la homofobia interiorizada?


La homofobia interiorizada pasa cuando una persona es homofóbica pero también siente
atracción por personas del mismo sexo. A veces, las personas pueden tener actitudes y
creencias negativas hacia quienes sienten atracción por personas de su mismo sexo, y en
vez de aceptar sus propios deseos, vuelcan esas creencias negativas hacia sí mismas. Eso
puede significar que se sientan incómodas y desaprueben su propia atracción hacia
personas de su mismo sexo, que nunca acepten su atracción por personas del mismo sexo,
o que nunca se identifiquen como lesbianas, gays o bisexuales.

Las personas que tienen homofobia interiorizada pueden sentir la necesidad de "probar"
que son heterosexuales (hetero). También pueden sentir la necesidad de comportarse de
una manera muy estereotípica (cliché) de los hombres y mujeres heterosexuales (hetero),
o incluso de hacerle bullying y discriminar a las personas que son abiertamente gay.

¿Qué es sacar del clóset?

Sacar del clóset es el acto de revelar la orientación sexual de otra persona sin su permiso.
Si compartes información sobre la orientación sexual de otra persona en contra de sus
deseos, corres el riesgo de afectar su vida de manera muy negativa al hacer que se sienta
avergonzada, molesta y vulnerable.

También puedes poner a esa persona en riesgo de discriminación y violencia. Si alguien


comparte su orientación sexual contigo, recuerda que se trata de información muy
personal y es un honor que hayan confiado en tí lo suficiente como para contarte. Siempre
pregúntales qué puedes compartir con otras personas y respeta sus deseos.

ACA DARIAMOS EJEMPLOS O EXPERIENCIAS QUE TUVIMOS CON FAMILIARES O


CONOCIDOS:...

COMO SALIR DEL CLOSET CON LOS FAMILIARES ?

EXPERIENCIAS

EJEMPLOS

ETC

¿Dónde puedo conseguir ayuda si estoy lidiando con la homofobia?

Las personas que sufren acoso homofóbico, bifóbico o transfóbico a menudo se sienten
solas y tienen miedo de contarle a alguien lo que está sucediendo. Nunca deberías tener
que vivir el acoso.

Puedes obtener ayuda de:


otras personas LGBTQ

un centro comunitario LGBTQ cercano a ti

comunidades en línea de personas LGBTQ

Q Chat Space es un chat donde lxs adolescentes LGBTQ se pueden conectar a través de
discusiones grupales en vivo, sin importar dónde se encuentren.

adultos LGBTQ de confianza que quizás ya conozcas, como familiares o maestrxs

personas heterosexuales que son aliadas de las personas LGBTQ

una Alianza gay/hetero en tu escuela secundaria, si hay.

organizaciones LGBTQ como Human Rights Campaign (HRC), The Trevor Project, y Parents
and Friends of Lesbians and Gays (PFLAG) (sitios web disponibles en inglés)

No todas las personas viven en un lugar que tenga una Alianza gay/hetero en su escuela o
un centro comunitario LGBTQ. En este caso, Internet puede ser muy útil para encontrar
comunidades y apoyo para lidiar contra la homofobia y la discriminación.

Si eres una persona joven que está experimentando acoso en la escuela, es importante
que se lo digas a alguien, aunque te de miedo. Si no buscas ayuda y simplemente lo
aceptas, el acoso probablemente continúe o quizá empeore con el tiempo. Esto puede
hacer que sea difícil mantenerse al día con tus calificaciones, actividades y la escuela en
general.

Algunas escuelas pueden tener una política contra el bullying escolar y el acoso, y algunos
estados han adoptado una Ley de Escuelas Seguras (Safe Schools Law). Esto quiere decir
que la administración de tu escuela está legalmente obligada a detener el acoso. Si
puedes, busca y pídele ayuda a unx maestrx o adulto de confianza que apoye a los
estudiantes LGBTQ.

Si eres una persona joven que está lidiando con la homofobia y esto te está causando
depresión o pensamientos suicidas, el Trevor Project (sitio web disponible en inglés) puede
ayudarte.

¿Cómo puedo ayudar a detener la homofobia?

Ninguna persona tiene derecho a discriminar o a hacerle bullying a otra persona, ni a


herirla emocional o físicamente. Hay varias cosas que puedes hacer para ayudar a detener
la homofobia, la bifobia y la transfobia:
nunca uses lenguaje negativo u ofensivo para describir a las personas LGBTQ

ten cuidado con el lenguaje que usas normalmente, decir cosas como    "eso es tan gay",
puede herir a otras personas

no creas en los estereotipos sobre las personas LGBTQ ni hagas suposiciones sobre ellas

Se unx defensor activx de la comunidad LGBTQ, sin importar tu propia identidad y


orientación sexual. Esto se llama ser un aliadx

hazle saber a las personas LGBTQ que están en tu vida que eres unx amigx y unx aliadx

aprende sobre temas LGBTQ

respeta las decisiones de las personas LGBTQ sobre cuándo y dónde salir del clóset.

únete a la Alianza gay/hetero de tu escuela, o comienza una en tu escuela. La organización


GLSEN (sitio web disponible en inglés) puede ayudarte con eso.

recuerda que ser LGBTQ es solo una parte de la identidad y la vida compleja de una
persona.

muestra el mismo interés en la pareja de tus amistades o familiares LGBTQ, como lo harías
con la pareja de una persona heterosexual (hetero).

si te sientes segurx, habla cuando otras personas estén siendo homofóbicas o bifóbicas,
por ejemplo cuando estén haciendo bromas ofensivas, usando lenguaje negativo o
acosando o haciéndole bullying a alguien por su orientación sexual o identidad sexual.

Contra la homofobia: el colectivo LGTBI planta cara al odio

Miles de personas han salido a las calles para protestar contra la homotransfobia tras una
serie de agresiones de desmedida violencia. Una de ellas, la paliza mortal a Samuel Luiz,
ha conmocionado a la sociedad española. Voces de distintas generaciones analizan la
situación y reclaman vivir sin miedo

EJEMPLOS:

1-Era imposible ver venir aquella tarde todo lo que desencadenaría esa noticia. No se
sabía que Samuel Luiz, enfermero de 24 años, había muerto al grito de “maricón de
mierda” sin haber hecho nada más que una videollamada cerca del grupo equivocado de
personas fuera del local El Andén; no se sabía que había sido pateado a lo largo de 150
metros de calle por lo que la policía describiría como “una jauría humana”, en un muchos-
contra-uno en el que el uno nunca tuvo nada que hacer; no se sabía que Luiz era de origen
brasileño, que enseñaba la Biblia, que tocaba la flauta en la iglesia evangélica y que su
padre, Maxsoud, empleado de Zara, desconocía su orientación sexual (y pediría al país que
la ignorase junto a él); no se sabía que aquella muerte le convertiría en un símbolo, que
hasta Beyoncé tuitearía su foto reclamando justicia, que desataría una oleada de actos y
manifestaciones sin precedentes en la historia del colectivo LGTBI español, que sería un
hito cuyo futuro y potencial transformador resultan tan insondables hoy en día que se
diría que solo acaba de empezar. No se sabía nada de esto. Pero se sabía lo que sentía
Curro con la bandana en el bolsillo. Él y cientos de miles de gais, lesbianas, personas trans,
bisexuales e intersexuales a lo largo y ancho de España. Aquella muerte les tocaba a todos
de cerca, más que ninguna otra, y había despertado el temor primordial, soterrado pero
cada vez menos, de que este país, en realidad, no es un lugar seguro para ellos.

2-Mapi Boix (Alicante, 39 años), estilista, recuerda encontrarse por Madrid con un antiguo
compañero de clase. Hacía años que no se veían. Su pregunta: “Oye, ¿y tú cómo llevas eso
de que te llamasen 'la bollera'?”. Y así fue como descubrió que ese había sido uno de sus
motes del instituto. “Se equivocaban, no era 'bollera', soy bisexual”, corrige.

“Siempre he sido abiertamente bisexual. Soy evidentemente negra. He tenido que criarme
muy hacia afuera y defenderme mucho. Es un poco triste, pero creces asumiendo que ese
tipo de cosas van a ocurrir si decides ser visible y no esconderte”, explica. Con “ese tipo de
cosas” se refiere a las miradas insidiosas o a los comentarios en voz baja. También a las
frases o argumentos homotransfóbicos: “Esos que dicen: ‘Cada uno que haga lo que
quiera, pero en su casa’, o ‘yo no me meto con lo que hacen en su cama, pero fuera no lo
quiero ver”.

“Nunca me han pegado. Por suerte”, afirma. “Pero si vas con alguien de la mano o si te
besas, sí sufres pequeños ataques. Son cotidianos, prácticamente diarios, para todos los
miembros del colectivo”. Cree que ahora hay más comunidad y que las nuevas
generaciones vienen pisando fuerte: “Viven la sexualidad más abiertamente y salen a la
calle muy orgullosas de lo que son”.

Boix se describe como valiente, pero reconoce que ahora está más alerta: “Creo que es la
primera vez en mi vida que empiezo a tener miedo”. “No pienso que me vayan a matar en
la primera esquina, pero sí que voy a estar expuesta a situaciones incómodas que creía
superadas. Se hace más evidente que hay que tener cuidado. Y eso da muchísimo miedo”.
Texto de Elena Vierna Carrasco
La agresión a Samuel no es, trágicamente, ni de lejos, el único episodio de violencia con
tintes homófobos que sucede en España en los últimos años. Sí es el primero en provocar
una respuesta tan contundente por toda la comunidad LGTBI. ¿Qué ha cambiado? Uno de
sus artífices, Marco Laborda, artista visual barcelonés de 34 años, el primero en utilizar en
redes la etiqueta #YoMaricón la semana siguiente a la paliza, lo achaca no tanto al suceso
en sí como al contexto social. “El mensaje de odio está calando”, afirma. “El otro día vi
desde mi ventana en el barrio de Ventas [Madrid] a unos niños con banderas de España
que iban gritando: ‘¡Viva España! ¡Muerte a los maricones!’. No debían tener más de 11
años y eran las ocho de la tarde. Esto está pasando en 2021. No lo dicen por invención
propia, lo han escuchado en algún lado: estos niños tienen padres. Me quedé en shock. La
realidad me explotaba en la cara”.

La opinión más extendida entre los entrevistados para este reportaje es que la homofobia
ha saltado a la calle desde las instituciones. “Mientras sigamos normalizando la
homotransfobia y los discursos de odio como si fuesen una opinión legítima, cuando en
realidad son una clara violación de derechos humanos, seguirán creciendo las agresiones
homófobas. Frente a su odio, debemos construir comunidad y apoyo mutuo, lugares
seguros para que todo el mundo pueda ser quien es sin miedo”, aduce la ministra de
Igualdad, Irene Montero.

Al abordar la homofobia en otras personas:

Decide si es seguro abordar el problema. Algunas cosas que es bueno tener en cuenta son:
¿Confrontarás a una persona extraña en público? ¿Confrontarás a unx amigx o familiar en
privado? ¿Quieres hablar ahora o guardarlo para más tarde, cuando estés solx con esa
persona? ¿Sería más seguro para ti dejarlo así y salir de ahí?

Hazte estas preguntas y mantén la calma. A menudo, las personas no saben que están
usando un lenguaje ofensivo. Evita insultarlas y diles por qué sus palabras son ofensivas.

Mas argumentos

La sociedad contemporánea, y también la mexicana, ha mostrado cambios importantes


con respecto a la inclusión de sectores sociales antes rechazados violentamente (Moreno
2010). La homofobia se entiende como una actitud negativa que expresa odio, rechazo,
distancia o invisibilidad hacia los homosexuales. Para Rubio y Aldana (2002, 595): "La
persona homosexual puede ser definida como aquella que está motivada en la vida adulta
por una atracción erótica preferencia! por miembros de su mismo sexo". Conviene precisar
que hay hombres que pueden sentir esta atracción y tener vínculos sexuales, eróticos y
amorosos con otros hombres, pero sin considerarse homosexuales (Núñez 2000).

Para Castañeda, no es lo mismo homosexual que gay. El primero tiene prácticas sexuales
entre hombres, siente atracción por ellos, y puede vivir en conflicto por eso. El gay es la
persona que se asume como homosexual: "[...] si bien toda la gente gay es homosexual, no
todos los homosexuales son gay. La distinción es interesante porque refleja una fase de la
construcción de la identidad homosexual, tanto individual como socialmente" (2005, 30).
Agrega que la persona homosexual o gay no es sólo la que tiene rasgos o actitudes
femeninas, sino que sus variantes son numerosas: hombres bastante "masculinos" y
mujeres bastante "femeninas", que son homosexuales y lesbianas. A esto debe añadirse
un estilo de vida andrógeno aparecido en las últimas décadas, lo que ha provocado que se
eliminen las anteriores barreras femenino-masculinas. Entre la heterosexualidad y la
homosexualidad hay numerosas preferencias y prácticas sexuales: hombres que sólo han
tenido relaciones con mujeres; hombres que han tenido encuentros ocasionales o
frecuentes con hombres; también hombres que sólo se han vinculado con hombres. Lo
mismo se presenta para las mujeres (González 2001; Castañeda 2005; Núñez 2006; 2000;
s/f).

No obstante la heterogeneidad de expresiones sexuales y eróticas, continúa el rechazo


hacia las orientaciones no heterosexuales. Investigaciones realizadas en diversos países
demuestran que la homofobia permanece y que las formas violentas se combinan con
nuevas modalidades. Estas últimas son sutiles, de un rechazo más bien implícito; se
presentan como inclusión aparente, pero en determinadas circunstancias aparece la
exclusión. Si se asume que la persona estigmatizada es la inhabilitada para su plena
aceptación social (Goffman 1993), entonces la homofobia sutil o implícita es también un
estigma, porque no se acepta plenamente a los no heterosexuales.

Para conocer las expresiones de homofobia en diversos países, se realizó un rastreo de


artículos de investigación sobre éstas, manifestadas por los estudiantes universitarios. La
mayoría de ellos indicó que la homofobia continúa, pero ahora es velada o implícita, y que
hay circunstancias como la religiosidad, el género, la edad y la profesión que influyen en
ella. Por el contrario, los vínculos amistosos con homosexuales permiten su inclusión. Los
resultados encontrados motivaron la indagación sobre el tema entre jóvenes de
instituciones de educación superior de México. Aquí el objetivo es exponer los datos que
aparecieron en una asociación de palabras, cuyo término inductor fue homosexual,
aplicada a una muestra de 168 estudiantes de tres universidades públicas, ubicadas en el
centro, en el golfo y en el sureste del territorio mexicano, que tienen como principio la
inclusión del otro, el respeto a la diferencia, con el propósito de promover entre sus
alumnos la diversidad cultural.

La exposición se inicia con un apartado sobre la homofobia como problema, sigue otro que
la aborda en estudiantes universitarios. En los dos se destaca la situación que priva en
diversos países, y se apunta que el rechazo a los homosexuales y a cualquier otra
expresión no heterosexual es un problema actual; ya no se violentan derechos, sino que se
niegan. En muchos casos, ahora el rechazo no sólo es abierto, también se oculta. Después
se expone la metodología diseñada para la indagación de campo y análisis de datos, para
continuar con la exposición y discusión de resultados. Éstos indican que la homofobia
abierta o explícita no atañe a todos o a la mayoría de los integrantes de la muestra.
También se encontró que un sector de la población estudiada expresó, con palabras
compasivas su rechazo; una homofobia implícita.

La homofobia como problema

La homosexualidad es una "transgresión de los roles genéricos masculinos" (Cornejo 2012,


86). Las llamadas sexualidades periféricas o minorías sexuales son algunas manifestaciones
de la diversidad sexual: la homosexualidad, bisexualidad, lesbianismo, trasgénero,
transexualidad e intersexualidad, entre otras (Cornejo 2012; Seffner 2006; Núñez 2006;
Fonseca y Quintero 2009; Butler 2012). Sin embargo, como apunta Núñez (2011 y s/f), el
término diversidad sexual ha sido una bandera de lucha de los grupos no heterosexuales,
pero se usa con imprecisiones. Al considerarse una expresión de los que asumen de forma
clara y explícita una identidad no heterosexual, entonces se convierte en un bloque o zona
aparte de la sexualidad considerada normal, legítima o dominante. Las otras expresiones
son entonces, anormales e ilegítimas. Esa clasificación, agrega Núñez (s/f), también
excluye otro tipo de prácticas amorosas como las que se presentan entre "hombres que
tienen sexo con otros hombres en tanto que hombres" (Núñez 2006, 50), sin que éstos se
consideren homosexuales. La diversidad sexual para que tenga precisión debe ser
incluyente e integrar no sólo las manifestaciones que se apartan de una manera explícita
del modelo dominante, sino todas las variantes de relaciones sexuales y amorosas, sean
heterosexuales o no, abiertas y militantes, así como las secretas y ocultas; todas son parte
de ella.

Según la Encuesta nacional sobre discriminación en México (Consejo Nacional para


Prevenir la Discriminación, CONAPRED 2010), los datos acerca de la discriminación y
aceptación de personas no heterosexuales indican que cuatro de cada diez mexicanos
opinaron que las preferencias sexuales provocan conflicto, cuatro de diez no aceptaría en
su casa a una persona no heterosexual. Se encontró que la edad es un factor que
interviene directamente en la exclusión, porque los jóvenes son más tolerantes que los
adultos y los adultos mayores. En las grandes urbes hay más apertura para reconocer las
expresiones no heterosexuales, que en las zonas rurales y en las ciudades pequeñas.
Además, el nivel socioeconómico y la escolaridad influyen en el respeto de la diversidad
sexual. En resumen, 40 por ciento de la población mostró rechazo hacia las expresiones no
heterosexuales, y estuvo más marcado en las ciudades y localidades pequeñas, en los
adultos con menos escolaridad y menores recursos económicos.
Investigaciones específicas reportan que en México perdura una cultura de la sexualidad
dominada por el heterosexismo (González 2001; Parrini y Hernández 2012); por tanto, el
machismo y homofobia subsisten, como parte de esta cultura sexual dominante (Boivin
2014a y 2014b; Granados et al. 2009; Franklin 2004; Castañeda 2007 y 2005; González
2001). El resultado de esto es que al homosexual se le clasifica de una forma negativa, se
le ridiculiza, se le teme o se le agrede, lo que Goffman (1993) denominó estigma, una
marca que destaca un atributo considerado nocivo. Quien es estigmatizado llega a
convertirse en un ser despreciado, peligroso, débil, diferente, "inhabilitado para su plena
aceptación social" (Goffman 1993, 12). La persona inhabilitada se convierte en "objeto de
algún tipo de violencia cultural" (Arteaga y Dyjak 2006, 72). No se ve a un ser humano
total, entero, sino que se resalta sólo su peculiaridad o extrañeza.

Marichal y Quiles (2000) sostienen que el estigma está inmerso en un contexto histórico y
cultural, porque puede cambiar en cada sociedad. Agregan que las enfermedades y el
enfermo son un claro ejemplo: lepra, peste negra, sífilis, cáncer y ahora el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida. En la clasificación elaborada por Goffman (1993) se ubican
estigmas físicos, psíquicos y sociales; remiten a una invalidación de la persona, a un
descrédito, porque se es distinto; se estigmatiza a las minorías poseedoras de un atributo
que las mayorías consideran negativo. La homofobia ha tenido cambios a lo largo del
tiempo; la violencia física y verbal que la ha caracterizado se ha modificado, y ahora
coexiste con prácticas más sutiles y, aparentemente más ligeras, porque se encuentran
envueltas en un velo de tolerancia. La homofobia perdura, se presenta pero no como una
expresión explosiva, sino de integración aparente. La distancia hacia la persona con una
preferencia distinta sigue viva.

La homofobia y los estudiantes

La homofobia puede presentarse en las interacciones diarias tanto en el vecindario, el


trasporte público, el club deportivo, la escuela, el trabajo, en la familia, como en la
normatividad de las instituciones públicas o privadas, hasta formar parte de la cultura y la
legislación de una sociedad (Boivin 2014a; Ceballos 2013; Mercado 2009; Rodríguez 2008;
Cruz 2002). Se considera que el homosexual es persona indigna, que provoca repulsión,
miedo, desconfianza (Boivin 2014a; Ceballos 2013; Cornejo 2012; Mercado 2009; Cruz
2002; Cárdenas y Barrientos 2008). La homofobia puede ser abierta, mediante la violencia
física o verbal, o bien disfrazada con un velo que impide su reconocimiento. El estigma
hacia el homosexual se modifica de acuerdo con las sociedades, las comunidades y los
mismos grupos. La literatura especializada registra diversos tipos de homofobia que van
desde intentos de extinción, mediante la muerte, como agresiones físicas; el acoso
constante a través de actos verbales, que inhabilitan a la persona, pasan por la
desconfianza hasta llegar a una inclusión aparente. Esta última es propia de los tiempos
actuales, pero no se presenta a simple vista, sino que está velada.

Quiles et al. (2003) enfatizan que en España se encuentran dos tipos de homofobia, una
explícita o manifiesta y otra sutil. Asumen que el prejuicio racial ha sido más reconocido
por la sociedad y, por lo mismo más estudiado; agregan que es similar al de la homofobia.
Para estos autores, el prejuicio racial se expresa de una forma tradicional, caracterizada
por el pleno rechazo hacia la persona o grupo señalado, y por otra encubierta,
denominada moderna, simbólica y aversiva, entre otros. Serrano et al. (2012) y Quiles et
al. (2003) consideran que los cambios políticos y la complejización de la sociedad en las
últimas décadas han llevado a la aparición de un clima de igualdad y tolerancia. En su
investigación seleccionaron a 232 estudiantes de psicología de la Universidad de La
Laguna, España; los resultados les permitieron clasificar cuatro tipos de individuos: los
igualitarios (99), con puntuaciones bajas en homofobia manifiesta y sutil; los sutiles (46),
con puntaje bajo en homofobia manifiesta y alto en homofobia sutil. Los fanáticos (58),
con más puntos en ambas escalas y 26 tuvieron errores.

En Brasil, Newlands y Estermann (2008, 63) efectuaron una investigación para conocer los
límites de las acciones educativas, con el propósito de reducir la violencia y, en particular,
la homofobia en las escuelas. Se apoyaron en la perspectiva de género, porque mediante
esta propuesta pueden cuestionar o colocar paréntesis a las numerosas prácticas
derivadas del sexo, que se asumen como naturales. Consideran que la perspectiva de
género permite "desnaturalizar las verdades", y reconocer que la mayor parte de los actos
es producto de una construcción social compleja. La metodología empleada fue
cualitativa, combinaron la entrevista grupal con la individual. Los resultados indicaron que
el personal docente, formado principalmente por maestras, mostró distanciamiento hacia
los contenidos de la entrevista. Se presentó un pánico moral ante una supuesta
contaminación de la sexualidad y de reconocimiento de la homosexualidad, de manera
que varias profesoras señalaron que no aceptarían a un alumno homosexual en su clase.

En Colombia, Velásquez et al. (2013) analizaron las representaciones sociales de


estudiantes heterosexuales acerca de la homosexualidad. Su propósito central consistió en
aprehender las prácticas, informaciones y conocimientos incluyentes y excluyentes de
estos jóvenes hacia una persona con preferencia homosexual. Encontraron que el lenguaje
rutinario está plagado de actitudes y prácticas homofóbicas y lesbifóbicas, en mayor
medida en los de biología que en los de psicología. En cuanto a la convivencia con un
homosexual, se presentó una tolerancia aparente, sin embargo, ésta se convirtió en
intolerancia cuando se les preguntó si estarían conformes en que los homosexuales
disfrutaran de los mismos derechos que goza la población heterosexual.

Toro y Varas (2004) indagaron en el prejuicio y la distancia social hacia homosexuales y


lesbianas en la Universidad de Puerto Rico. Aplicaron una escala de distancia y otra de
prejuicio social a una muestra de 548 alumnos. Las puntuaciones más altas indicaron
mayor rechazo y a la inversa; los hombres obtuvieron más puntos que las mujeres. No
obstante, también apareció una diferencia entre quienes conocían a una persona gay o
lesbiana de quienes no, porque los primeros tuvieron un puntaje menor. Lo mismo ocurrió
con la religión, porque a mayor religiosidad mayor prejuicio y distancia.

Boivin (2014b y 2012) analizó la dinámica de los espacios públicos en las grandes ciudades,
donde las minorías sufren insultos, agresiones físicas, burlas de la población civil y
extorsiones por parte de policías. Producto del rechazo a las personas gay y a otras
minorías sexuales ha sido su agregación en un espacio casi exclusivo para ellas en las
grandes ciudades. Analizó el barrio de Marais en París, Francia, conocido como barrio gay.
Para Boivin (2012, 34), este espacio no es producto del empoderamiento de los grupos
gay, sino al contrario, es un territorio que los separa de aquéllos destinados para los
heterosexuales. Se trata de un repliegue o refugio para quienes son diferentes a la
mayoría.

Pulido et al. (2013) investigaron los niveles de homofobia en dos universidades religiosas
de la Ciudad de México; su hallazgo fue que a mayor religiosidad, mayor homofobia. Sin
embargo, cuando los y las estudiantes tienen algún conocido o amigo homosexual, el
puntaje disminuye de manera importante. Además, descubrieron que los hombres fueron
más homofóbicos que las mujeres.

Comprendiendo y definiendo la violencia contra las personas LGBTI

Los órganos internacionales de derechos humanos no han acuñado aún una definición
comprensiva de la violencia motivada por el prejuicio basado en la orientación sexual,
identidad de género o diversidad corporal.

Estas son las principales características y particularidades de la violencia contra las


personas LGBTI:
Castigar

Muchas manifestaciones de esta violencia están basadas en el deseo del perpetrador de


“castigar” dichas identidades, comportamientos o cuerpos que difieren de las normas y
roles de género tradicionales, o que son contrarias al sistema binario hombre/mujer.

Defensa por pánico gay/trans

En algunas ocasiones, la violencia contra hombres y mujeres ocurren como reacción ante
coqueteos o proposiciones por personas del mismo sexo. En algunas instancias, los jueces
han mitigado sentencias sobre la base de que las insinuaciones de esta naturaleza
supuestamente ocasionaron asco, lo que a su vez condujo a la violencia.

Limpieza social

Los malos tratos contra personas LGBT han sido utilizados para forzar a trabajadores
sexuales a abandonar ciertas áreas, en el marco de las llamadas campañas de “limpieza
social” o para desincentivar a personas LGBT de reunirse en ciertos lugares como bares o
discotecas.

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