LAS ESTRUCTURAS ELEMENTALES DEL PARENTESCO Parte 1
LAS ESTRUCTURAS ELEMENTALES DEL PARENTESCO Parte 1
LAS ESTRUCTURAS ELEMENTALES DEL PARENTESCO Parte 1
-Se puede intentar definir para cada actitud una causa de orden biológico o de orden social.
No siempre es fácil distinguir entre el estado de naturaleza y el estado de cultura (o estado social).
De hecho, casi siempre las conductas del sujeto humano resultan de una verdadera integración de
causas tanto biológicas como sociales.
a) Estudiar al niño recién nacido, y más concretamente en sus primeras horas o aún días, ya que se
supone que en ese periodo su conducta estará determinada por factores biológicos y no por
factores culturales o sociales. Este supuesto es, sin embargo, dudoso, ya que el niño pudo haber
adquirido condicionamientos culturales, y no tenemos la certeza que estos no hayan ocurrido.
Otra posibilidad es aíslar al neonato durante los primeros años, pero sin embargo, como señala
Lévi-Strauss, el entorno aislado no es menos artificial que el ambiente cultural al que se intenta
sustituír
b) Otra posibilidad consistió en estudiar casos reales de niños abandonados en lugares salvajes y
no habitados por otros humanos, como selvas o bosques. Sin embargo, estos casos especiales no
sirven porque se trató siempre de niños que fueron deliberadamente abandonados a su suerte por
ser deficientes mentales, con lo cual resultaba imposible discernir si su conducta o su condición
mental, una vez rescatados, se debía a su deficiencia mental o bien al hecho dehaber sido
abandonados en un medio puramente natural, sin influencia de la cultura.
En cualquiera de las dos investigaciones mencionadas, los niños aislados podrán ser
'monstruosidades' culturales, pero en ningún caso pueden ser considerados como la expresión de
un estado anterior, natural, con lo cual no son indagaciones que ayuden a dilucidar el componente
natural y el cultural de la conducta.
Ahora bien. Si no podemos estudiar niños 'salvajizados', cabría aún la posibilidad de estudiar
animales superiores donde podría haber indicios de cultura, tal como ocurre por ejemplo con La
búsqueda de signos de cultura tales como en el caso delos monos antropoides. En estos casos,
Lévi-Strauss nos indica que podemos encontrar algunos elementos del "modelo cultural universal"
propio del hombre. Por ejemplo, pueden articular palabras o monosílabos, improvisar
herramientas, estar en actitud contemplativa, ser solidarios o subordinados dentro de un grupo,
etc. Sin embargo, todas estas conductas resultan muy pobres comparadas con las humanas, y
además, algo muy importante, entre estos mamíferos superiores parece no haber normas que
regulen los comportamientos grupales tal como aparecen en la sociedad humana: los monos se
comportan un día de una forma, al otro día de otra, etc. Esta ausencia de reglas, sobre todo en lo
relativo a comportamientos sexuales, es lo que para Lévi-Strauss definiría mejor la diferencia entre
el animal y el hombre, entre la naturaleza y la cultura: en ésta última existen reglas que regulan el
comportamiento instintivo, mientras que en la naturaleza no es posible observarlas.
Estas reglas culturales tienen tres características: 1) son creadas por el hombre; 2) dependen de
cada época o de cada cultura (salvo la regla que prohíbe el incesto, que es universal); y 3) son
inconscientes. De las diferentes reglas del mundo humano, Lévi-Strauss centrará su atención en la
ley de la prohibición del incesto, ya que ha observado que es universal, propia de toda la especie
humana más allá de la época o la cultura, y que las excepciones son en realidad aparentes, porque
la regla se aplica de manera diferente en cada modelo cultural.
Lévi-Strauss justifica profundizar en esta ley de la prohibición del incesto, porque en ella está la
clave del problema de la distinción entre naturaleza y cultura. En efecto, esta ley es al mismo
tiempo natural y cultural: lo primero porque tiene la universalidad de los instintos, y lo segundo
porque tiene el carácter coercitivo de las leyes sociales.
Para Lévi-Strauss, la prohibición del incesto es el único fenómeno que tiene al mismo tiempo una
dimensión natural y una cultural: está en relación con la naturaleza porque tiene la universalidad
de los instintos, y está en relación con la cultura porque presenta el carácter coercitivo de las leyes
sociales. Constituye, para el pensador francés, el movimiento gracias al cual, por el cual, pero
sobre todo en el cual, se cumple el pasaje de la naturaleza a la cultura.
Una parte fundamental del trabajo del antropólogo es intentar explicaciones sobre ciertos
fenómenos que pueden observarse en las diferentes culturas. Uno de estos fenómenos, de
carácter universal, es la regla de la prohibición del incesto, al que Lévi-Strauss asigna particular
importancia en la medida en que es lo que constituye, según él, el movimiento fundamental del
pasaje de la naturaleza a la cultura. El problema de la prohibición del incesto tiene para Lévi-
Strauss un cáracter ambiguo y equívoco, ya que por un lado tiene un aspecto cultural, y por el otro
un aspecto natural: a) El carácter cultural reside esencialmente en que se trata de una regla
establecida por los hombres; b) el carácter natural reside en que, al mismo tiempo, es una
prohibición presocial en dos sentidos. En primer lugar por su universalidad, y segundo por el tipo
de relaciones que su norma impone: la vida sexual en en sí externa al grupo, no sólo porque
expresa el instinto animal de supervivencia del hombre, sino además porque sus fines trascienden
la sociedad o la cultura misma: satisface deseos individuales muchas veces contrapuestos con a las
convenciones sociales, y tiene fines que, aunque en otro sentido, van más allá de los fines propios
de la sociedad.
El instinto sexual, por ser natural, no constituye por sí solo el paso de la naturaleza a la cultura,
pero es el punto de partida para este pasaje a lo social porque de todos los instintos, solamente el
sexual necesita del estímulo del otro.
Inclusive más: Lévi-Strauss refiere que desde fines del paleolítico el hombre utiliza procedimientos
endogámicos de reproducción para mejorar especies, y no habría razón para que pensase distinto
respecto de la suya propía.
Finalmente, Lévi-Strauss cita una serie de investigaciones biológicas, donde en algunas de las
cuales se afirma que la prohibición del incesto evita la aparición de enfermedades en la progenie,
mientras que en otros estudios, dicha prohibición no determina por sí sola tales enfermedades,
sino que la aparición de estas dependerán de otras variables como el tamaño de la población, las
mutaciones, etc. El primer tipo de explicación justificarían la prohibición del incesto, pero las
segundas no.
b) La prohibición del incesto tiene un origen puramente natural.- Para muchos sociólogos y
psicólogos, y entre ellos Westermarck y Havelock Ellis, la prohibición del incesto no es más que la
proyección o el reflejo, sobre el plano social, de sentimientos o tendencias para cuya explicación
sólo es necesario considerar la naturaleza del hombre (sea esta fisiológica o psíquica).
Esta postura suele invocar un supuesto 'horror al incesto', derivado para algunos de una fuente
instintiva, fisiológica, y para otros derivada de la influencia negativa de las costumbres cotidianas
sobre la excitabilidad erótica (lo que es una explicación mas bien psicológica pero no aún social).
La primera opinión no puede sostenerse: el 'horror al incesto' no puede derivarse de una fuente
instintiva puesto que para que se manifieste es preciso suponer un conocimiento previo o
establecido posteriormente de la relación de parentesco entre los culpables, vale decir, presupone
un factor social.
La segunda opinión será también refutada por Lévi-Strauss, por cuanto para él está fundada en
una falacia denominada petición de principio. Sabemos que hay dos situaciones donde hay un
descenso del deseo sexual: a) en los matrimonios, donde uno termina por aburrirse del otro
cónyuge. Miller dice que el hombre tiene en común con los monos superiores esta tendencia
innata a cansarse de su pareja sexual (1), y b) en las familias, donde no se manifiesta en general el
deseo hacia los miembros de la misma.
Lévi-Strauss objeta que estos autores creen que en el caso de la familia la falta de deseo sexual
obedece también a ese aburrimiento verificado en los matrimonios (es como si dijéramos: "estoy
tan aburrido de ver a mi hermana en bombacha, que ya no me interesa más"). Así, no resulta
posible saber si la menor frecuencia de deseos sexuales entre parientes próximos se debe a un
simple acostumbramiento físico o psicológico, o es consecuencia de la prohibición misma del
incesto (la petición de principio consiste así en explicar la prohibición del incesto por el
acostumbramiento, el cual a su vez está dado... por la prohibición misma).
Lévi-Strauss hace aún otra objeción: no puede explicarse un fenómeno universal como la
prohibición del incesto recurriendo a un fenómeno que, como el menor deseo sexual entre
parientes próximos, no es universal, ya que existen casos de perversiones y otras anomalías. Más
bien deberíamos razonar como lo hizo el psicoanálisis, que ve como fenómeno universal no la
repulsa al incesto sino, por lo contrario, su búsqueda.
Por otro lado, tampoco es cierto que el acostumbramiento sea siempre fatal, porque en muchas
sociedades esto no se cumple: un proverbio azande dice que "el deseo de mujer comienza con el
deseo de la hermana". Y a propósito de estas objeciones, Lévi-Strauss formula una más grave aún:
si el horror al incesto resultase de tendencias fisiológicas o psicológicas congénitas, ¿por qué se
expresaría como una prohibición tan solemne, sagrada y universal? No habría razón alguna para
prohibir algo que, sin prohibición, no correría el riesgo de ejecutarse.
A este argumento pueden oponerse aún dos objeciones: a) Tal vez la regla de prohibir el incesto se
aplique a ciertos casos poco frecuentes. Pero, replica Lévi-Strauss, aun cuando la prohibición
apuntase a casos excepcionales, no hay relación entre la pequeña cantidad de estos casos de
violación de la prohibición con la importancia que tiene esta regla; b) Tal vez la regla del incesto se
aplique a conductas que causen algún perjuicio social, como por ejemplo la regla que prohíbe el
suicidio. En este último caso puede quedar claro porqué el suicidio afecta el interés social, pero
aún queda por encontrar qué tipo de perjuicio a la sociedad puede ocasionar el incesto.
c) La prohibición del incesto tiene un origen puramente cultural. - Este tercer grupo de
explicaciones ve en la prohibición del incesto una regla de origen puramente social, cuya expresión
en términos biológicos es un rasgo accidental y secundario.
Los partidarios de esta tercera postura dan especial importancia a la prohibición del incesto
concebida como una institución social que prohíbe relaciones sexuales entre un vasto número de
personas sin relación de consanguinidad, o al menos con relaciones de parentesco muy lejanas.
Con ello, procuran mostrar que la prohibición del incesto es un fenómeno esencialmente social, y
no de origen natural o biológico.
Dentro de esta tercera posición se pueden identificar dos grupos de interpretaciones: a) Las ideas
de McLennan, Spencer y Lubbock, que dejan abierta la posibilidad de hacer de la prohibición del
incesto una derivación de la exogamia, y b) las ideas de Durkheim, que afirman categóricamente la
existencia de esta derivación. Veamos brevemente ambas posiciones.
Para Lévi-Strauss, la falla de la teoría de Durkheim está no sólo en partir de un hecho que no se da
en todas las sociedades y explicar a partir de allí algo universal como la prohibición del incesto,
sino en que el pasaje de las creencias religiosas a la prohibición del incesto no está debidamente
fundamentado, y las conexiones que establece son frágiles y arbitrarias.
Todas las explicaciones del tercer tipo, en suma, presentan un vicio común y fundamental:
intentar fundar un fenómeno universal en episodios contingentes sobre los cuales no hay
garantías que se hayan repetido sin cambio en todas las sociedades humanas. Además, ¿cómo se
explica no sólo la universalidad de la prohibición del incesto sino además su persistencia, una vez
desaparecidas o debilitadas las creencias religiosas que le dieron origen? Para Lévi-Strauss
deberemos preguntarnos entonces por las causas profundas y omnipresentes que hacen que en
toda época y lugar, exista siempre una reglamentación de las relaciones sexuales como lo es la
prohibición del incesto.
Como todas las teorías planteadas y criticadas fallaron, los sociólogos decidieron quitarse el
problema de encima, diciendo que es algo que debe explicar la biología o la sociología. Lévi-
Strauss sostiene que el problema de la prohibición del incesto sigue siendo de la sociología porque
se trata de una regla impuesta culturalmente.