Geotecnia Aplicada A Túneles
Geotecnia Aplicada A Túneles
Geotecnia Aplicada A Túneles
A TUNELES
2021
GEOTECNIA APLICADA A TÚNELES
1.‐ Introducción
Si bien el túnel en sentido estricto se caracteriza por su marcado carácter lineal, aquí se
considerará, por extensión, el termino túnel en un sentido amplio, no sólo como obra lineal
sino como espacio subterráneo que incluye desde la caverna, la cueva natural hasta amplios
recintos subterráneos transitables dentro de lo que podría englobarse como urbanismo y
espacio subterráneo; en suma, el túnel como obra de tránsito y también como hábitat .
Los problemas geotécnicos que se presentan con mayor frecuencia en la construcción de los
túneles son los siguientes:
o Fallas.
o Estratificaciones.
o Anticlinales y Sinclinales.
o Filtraciones.
o Naturaleza de la roca.
o Rocas sometidas a esfuerzos (buzamientos).
o Altas temperaturas y gases.
El arte de los túneles se funde en sus orígenes con el arte de la minería. La mina más
antigua que se conoce en el mundo se localiza en el cerro de Bomvu, en Swazilandia, y data
del año 40.000 a.C.; en ella el hombre de Neandertal minaba hematites, piedra de sangre,
muy apreciada para ritos mortuorios; las herramientas no eran otras que piedras afiladas y
sus manos desnudas.
El primer túnel de la historia, allá donde ésta se difumina con el territorio del mito, fue el
que la leyenda dice mandara construir Semiramis bajo el Eúfrates para comunicar el
Palacio y el Templo de Belos en la Babilonia del 2200 a.C.. A este formidable trabajo se
refieren entre otros los historiadores Diodoro de Sicilia, Herodoto y Estrabon. En realidad,
se trataba de un falso túnel, por cuanto no se perforó en galería sino mediante zanja a cielo
abierto y posteriormente recubierta, para lo cual se desviaron las aguas del Eúfrates
aprovechando el período de estiaje.
El siguiente túnel construido bajo el cauce de un río se perforó cuatro mil años después de
aquel de Babilonia, obra de los Brunel padre e hijo quienes tras veinte años de lucha
denodada y arrojo lograron dominar las furiosas aguas del río Támesis que se resistía a ver
perforado su lecho.
Pero siguiendo con los principales hitos de la historia de los túneles merece especial
referencia el de la Isla de Samos, de un kilómetro de longitud y primero del que se tiene
noticia del ingeniero que lo construyó, Eupalinos de Megara, hijo de Naustrofo. Esta obra
construida hacia el 530 a.C., servía para el abastecimiento de agua a la capital de la isla.
Estuvo en funcionamiento durante un milenio y fue considerada y fue considerada como
una de las tres maravillas del Mundo Heleno.
También merece especial atención la época del Imperio Romano. Los romanos
construyeron túneles con muy diversos propósitos: galerías mineras, túneles para
abastecimiento de agua, para alcantarillado, para el drenaje de lagos volcánicos (emisario
de Fucino con 5500 m de longitud), en las calzadas romanas (como el túnel de Pausilippo,
cerca de Nápoles, con sus 1500 m de longitud), sin olvidar los túneles de propósito militar
y las catacumbas.
En la Edad Media, los túneles pierden esa potencia como obras vigorosas de ingeniería civil
y derivan en galerías y pasadizos en castillos y fortalezas, obras menores. Durante este
período, la minería se robustece y consolida, fundamentalmente en Centroeuropa,
surgiendo al filo del Renacimiento la obra maestra de la minería, De Re Metallica de
Georgius Agrícola publicada en el S. XVI. Dicha obra recoge con minuciosidad en su texto
y en sus grabados las prácticas y técnicas mineras, siendo un libro básico de consulta
durante los dos siglos siguientes a su publicación.
El Renacimiento marca el resurgir del hombre así como el de los túneles tras el letargo de
la época medieval. Leonardo da Vinci concibe niveles subterráneos en sus proyectos de
ciudades y piensa en la posibilidad de perforar túneles allá donde los canales se encuentran
con barreras montañosas.
En la historia de los Ferrocarriles, que se desarrolla a partir del siglo XIX, los túneles
tuvieron gran auge; en la historia de los túneles de ferrocarril se agolpan grandes hazañas
en una denonada lucha del hombre por dominar el arte de perforar la tierra; incorporando
progresivamente maquinaria y procedimientos constructivos a partir de los cuales el
esfuerzo manual va cediendo en pro de una incipiente mecanización.
En el siglo XVI existía ya el transporte por carriles cuya infraestructura estaba construida
de madera y se utilizaba para mover por ella vagones en las minas. Los avances técnicos
del siglo XIX, que surgen gracias a la Revolución Industrial hacen que aparezcan los
ferrocarriles. En 1803 se abrió el primer ferrocarril tirado por caballos del mundo en
Surrey, Inglaterra. Así, los raíles de hierro se extendieron al transporte de mercancías y
viajeros. Con las primeras locomotoras de vapor el desarrollo del tren estaba decidido. En
1825 se inauguró el primer tren traccionado por una locomotora de vapor creada por
Stephenson.
Durante este período también tiene lugar la gesta de la perforación del primer túnel bajo el
Támesis entre Rotherhithe y Wapping, el primero que se construye en terreno blando y con
enorme presencia de agua y en el que por primera vez se aplica la técnica del escudo que
pantentase Marc Brunel. Cuando la Reina Victoria inaugura el túnel en marzo de 1843 han
transcurrido casi veinte años de brutal lucha contra las inundaciones del Támesis (en cinco
ocasiones), contra la quiebra financiera, contra ese gran agujero del que casi todos
recelaban pero que los Brunel superaron enfrentándose a todas las dificultades con arrojo y
valentía sin límites.
También en Estados Unidos se van imponiendo los túneles en la segunda parte del siglo
XIX. Cabe recordar dos túneles bajo el río de Chicago abiertos en 1869 y 1871, que
sirvieron como la única vía de escape para los habitantes de la ciudad durante el feroz
incendio que redujo la ciudad a cenizas en octubre de 1871, sólo cuatro meses después de
inaugurarse el túnel de la calle La Salle.
El túnel Hoosac marca también sin duda un hito a nivel de avances tecnológicos, como el
de la utilización por primera vez de la nitroglicerina en este tipo de obras, y el túnel de
Saint Clair construido a finales del XIX bajo el río que le da nombre entre EE.UU y Canadá
mediante un escudo de 6.45 m dediámetro.
Los siguientes avances fueron debidos a diversas causas. Así, la electricidad y la potencia
eléctrica propició la aparición de los ferrocarriles subterráneos, el metro. Por otra parte , las
centrales de energía dieron lugar a los túneles para enfriamiento de agua y para conducción
de cables. La máquina de combustión interna, no sólo extendió la potencia de la ingeniería
sino que dio lugar al motor de explosión, lo que condujo al desarrollo de las carreteras y por
tanto a la demanda de un número creciente de túneles para vehículos a motor, no sólo
perforados bajo montañas sino también bajo colinas menores o incluso bajo los cauces de
los ríos.
Son innumerables los túneles construidos desde entonces hasta la actualidad, así como las
mejoras en las técnicas y elementos constructivos que poco a poco han alcanzado un grado
de eficacia inimaginable métodos nacionales de construcción de túneles que fueron
surgiendo desde la Era de los Canales y los Ferrocarriles hasta la actualidad y que, aún, hoy
día se utilizan en algunos casos concretos en los que el terreno no da otra opción.
El Método Inglés: recibe su nombre por haber sido aplicado en túneles a través del tipo de
terreno que usualmente se localiza en Inglaterra, como son las arcillas y areniscas.
Siguiendo el ejemplo establecido en la construcción del primer túnel bajo el Támesis, su
principal característica es proceder el avance de la perforación a sección completa del túnel,
en una sola operación.
El Método Alemán: este sistema fue utilizado por primera vez en 1803 para construir el
túnel en el Canal de San Quintín, y desarrollado por Wiebeking en 1814, siguiendo el
sistema de núcleo central, también empleado en la construcción de las amplias bóvedas de
cerveza de Baviera.
Se emplea cuando el terreno es muy malo o bien las luces del propio túnel son grandes, por
encima de 8 metros. El Método Alemán cambia las fases de ejecución del Método Belga. El
orden de excavación suele ser el siguiente: (1) hastiales, (2) bóveda, (3) destroza, (4) solera.
Para ejecutar los hastiales, se avanzan con dos galerías paralelas que se rellenan
posteriormente de hormigón. Una vez terminados los hastiales, se puede ejecutar la bóveda,
de forma que el anillo de bóveda apoya sobre los estribos hormigonados.
El Método Belga: se basa en los principios que permitieron la construcción, en 1828 del
túnel de Charleroi en el Canal que enlaza Bruselas y Charleroi.
Se basa en avanzar mediante la excavación de una pequeña sección (2,5 m. de largo por 1,5
de ancho y 1,8 m de altura) llamada galería de avance o clave que se entiba inmediatamente
para prevenir posibles desprendimientos, posteriormente se construye la bóveda,
ensanchando los laterales de la galería de avance y revistiendo igualmente con tablas para
posteriormente cimbrar y hormigonar la bóveda, mientras se ataca una nueva galería , por
detrás se excava en destroza, mediante maquinaria, con un cierto desfase respecto a la
sección de avance para realizar la excavación de los hastiales por bataches contrapeados y
situados de forma que soporten dos semianillos contiguos de bóveda, por último se excava
y hormigona la contrabóveda. De esta manera cada anillo de avance o pase suele ser de 2,5
m. o menor en función de la calidad y cohesión del terreno.
La selección del método constructivo de un túnel viene regida por una serie de factores de
diversa índole:
‐ Unos geotécnicos, en cuanto a las características del terreno, lo que puede condicionar el
aplicar un método u otro.
‐ La existencia de agua y/o gas a presión. Es necesario estimar esa presión y los caudales
previstos y el contenido de metano y exano de los gases (por si pueden originar
deflagraciones), ya que pueden hacer inviables algunos sistemas constructivos y obligan a
tratamientos especiales (perforaciones con obturadores diseñados a tal efecto). Sobre la
presión del agua se discute mucho y, en algunos túneles, se le llega a adjudicar alturas de
agua muy importantes y presiones elevadas que, después, son más pequeñas. De todas
formas, los golpes de agua y arena (como las inestabilidades en el albense en el Trasvase
Tajo‐ Segura) pueden enterrar maquinara importante.
En estos casos, la congelación previa del agua del terreno puede dar magníficos resultados.
Otra peculiaridad de las obras subterráneas, bien conocida por los ingenieros de diseño y
construcción, pero a la que no siempre se da suficiente importancia, es que muy a menudo,
la etapa en que la estructura está sujeta a más estrés no es la etapa final, cuando el túnel está
terminado y sujeta a las cargas externas previstas en la fase de diseño, si no en la etapa
intermedia de la construcción.
Este es un momento mucho más delicado, porque los efectos de la perturbación causada por
la excavación aún no han sido completamente aislada por el revestimiento final en esta
etapa, cuando el estado de las tensiones preexistente en el macizo rocoso se desvió por la
apertura de la cavidad y se canalizó a su alrededor (efecto arco) para crear zonas de mayor
estrés en las paredes de la excavación.
De manera similar a las líneas de flujo en la corriente de un río, que son desviados por la
pila de un puente y aumenta su velocidad cuando corren a su alrededor, las líneas de flujo
de tensiones en una masa de roca son desviados por la apertura de una cavidad y se
canalizan a su alrededor para crear una zona de aumento de tensiones alrededor de las
paredes de la excavación. La canalización del flujo de tensiones alrededor de la cavidad se
denomina un efecto de arco. El efecto arco asegura que la cavidad es estable y va a perdurar
en el tiempo.
El primer caso ocurre cuando el suelo alrededor de la cavidad soporta la tensión de flujo
desviado de tensiones alrededor de la cavidad, respondiendo elásticamente en términos de
resistencia y deformación.
El segundo caso ocurre cuando el suelo alrededor de la cavidad no puede soportar el estrés
y el flujo desviado de tensiones responde inelásticamente, plastificándose y deformándose
en proporción al volumen de tierra que participa en el fenómeno de plastificación. Este
último, que a menudo provoca un aumento en el volumen de la tierra afectada, se propaga
radialmente y desvía la canalización de los esfuerzos hacia el exterior en el macizo rocoso
hasta que el estado de tensión triaxial es compatible con las propiedades de resistencia del
suelo. En esta situación, el efecto arco se forma lejos de las paredes de la excavación y la
tierra alrededor de ella, que ha sido perturbada, sólo es capaz de contribuir a la estática final
con su propia resistencia residual y dará lugar a la deformación, que a menudo es suficiente
para poner en peligro la seguridad de la excavación.
6.‐ El medio
Tres zonas características pueden ser identificadas durante el avance del túnel en un túnel
sin revestimiento.
1. Una zona inalterada, donde la masa de roca todavía no está afectada por el paso de la
cara.
2. El frente del túnel o zona de transición, lo que corresponde al radio de influencia del
frente, en los que su presencia tiene un efecto considerable.
3. Una zona de estabilización, donde el frente ya no tiene ninguna influencia y la situación
tiende a estabilizarse (si es posible).
En consecuencia, esta es la zona más importante para el ingeniero de diseño. Es aquí donde
la acción de la excavación altera el medio y es en esta zona donde toda la atención del
ingeniero de diseño debe estar centrada para el estudio adecuado de un túnel. No es posible
lograr esto sin que se empleen tres métodos de análisis dimensional.
7.‐ La acción
Dentro de esta zona perturbada, el campo original de tensiones, que pueden describirse
mediante una red de líneas de flujo, es desviado por la presencia de la excavación y se
concentra en las proximidades, produciendo un aumento de la tensión, o, para ser más
preciso, un aumento en el flujo de tensiones. El tamaño de este aumento determina la
amplitud de la zona perturbada para cada medio (en el que el suelo sufre una pérdida de las
propiedades geomecánicas con un posible incremento en el volumen) y, en consecuencia, el
comportamiento de la cavidad en relación con la fuerza de la masa rocosa σgd.
8.‐ La reacción
Una respuesta como anillo o banda de plastificación, sobre todo cuando el fallo se genera
en el rago elastoplástico, que se extiende alrededor de la excavación y se produce a lo largo
de superficies helicoidales que se generan dentro del medio después de que haya
plastificado.
Considerando ahora las tres zonas características ilustradas en la Figura 13, se pueden
examinar cómo la situación de las tensiones y la deformación se desarrolla en cada uno de
ellos.
3) Zona estabilizada (si las especificaciones de diseño aplicado en la zona del frente eran
correctas) que se caracteriza por:
Si al pasar de un estado tensional triaxial a un estado de tensión plana durante el avance del
túnel, la disminución progresiva de la presión de confinamiento en la cara (σ3 = 0) produce
el estrés en el rango elástico por delante de la cara, entonces el muro que se libera por la
excavación ( la cara) se mantiene estable con una deformación limitada y absolutamente
insignificante. En este caso, la canalización de las tensiones alrededor de la cavidad (un
"efecto arco") se produce por medios naturales cerca del perfil de la excavación.
Si, por el contrario, la disminución progresiva de las tensiones en la cara (σ3= 0) produce
tensiones en el rango elasto‐plástico en el suelo delante de la cara, entonces la reacción
también es importante y la pared que se libera por la excavación, la cara, se deforma de
manera elasto‐plástico hacia el interior de la cavidad y da lugar a una condición de
estabilidad a corto plazo. Esto significa que, en ausencia de intervención, la plastificación
se activa, mediante la propagación radial y longitudinal de las paredes de la excavación,
produciendo un cambio del "efecto arco" de distancia del túnel de más en la masa rocosa.
Este movimiento que se aleja del perfil teórico del túnel sólo puede ser controlado por la
intervención para estabilizar el suelo.
Sin embargo, la conclusión más importante que puede extraerse es que la formación de un
efecto de arco y su posición con respecto a la cavidad (de la que sabemos que depende la
estabilidad a corto y largo plazo de un túnel) son dados por la calidad y el tamaño de la
"respuesta de deformación" del medio a la acción de la excavación.
Como veremos, la estabilidad del frente juega un papel muy decisivo en la regulación y el
control de los fenómenos de deformación y por lo tanto también para la estabilidad a corto
plazo y largo plazo de una construcción subterránea. Es en el frente cara (o de zona de
transición) en la que el ingeniero de diseño debe intervenir para regular y controlar la
respuesta de la deformación
1 Hormigón Proyectado:
Está constituido por un mortero de tamaño máximo de árido 8 mm, que se coloca contra el
interior de la excavación compactando el mismo mediante la energía de su proyección. Los
métodos de colocación de hormigón proyectado son:
2 Bulones:
Realización de empiquetados.
Realización de refuerzos en túneles ya sostenidos con otro sistema de bulones. En
esta situación y para mayor seguridad deben colocarse bulones autoperforantes con
longitudes mayores a las de los ya colocados.
Recalce de sostenimiento del avance.
3 Cerchas:
Son perfiles metálicos que se ajustan al diámetro de la excavación. Los tipos de perfiles
metálicos que se utilizan son:
Perfiles TH: se denominan por el peso por metro lineal. Permite la unión entre los
mismos mediante un sistema de grapa que permite acomodar el desarrollo de la
cercha.
Perfiles HEB: o de ala ancha. Se definen por el canto de perfil utilizado. La unión
entre los distintos tramos de cercha se realiza a tope, mediante placas atornilladas
situadas en ambos extremos de los tramos. En los apoyos de las cerchas en el
avance, en el caso de la existencia de suelos blandos, puede ser necesario la carga
transmitida por las mismas, para lo que se colocan patones o patas de elefante
retranqueadas hacia el exterior de la excavación de túnel.
Cerchar reticulares: cerchas tridimensionales por 3 ó más redondos formando una
celosía tridimensional. Las uniones entre tramos se realizan mediante placas o tope
unidas por tornillos o mediante sistema de bulón o anillo. L ventaja de este tipo de
viga es que permite contar con mucho mas canto y por tanto momento resistente,
manteniendo el peso reducido.
4 Chapa Bernold:
Placa troquelada de espesor 2 ó 3 mm que puede colocarse entre las cerchas con las
siguientes funciones: Equivales a una armadura de acero y pueden servir de encofrado. Las
dimensiones de suministro son de 1200 mm en altura por 1080 mm en longitud. No es
habitual el empleo de chapa Bernold salvo en dos situaciones:
5 Paraguas de Micropilotes:
Consiste en la realización en la clave del túnel de una protección mediante tubos continuos
o micropilotes que eviten la caída del material excavado y mejor la estabilidad del propio
frente.
La realización de un túnel con paraguas continuo que normalmente debe solapar de 1/3 a
1/5 de la longitud de los mismos, es un proceso muy lento, penoso y de coste elevado.
Para limitar los desvíos la longitud de cada paraguas se limita a 15-25 m. La separación
entre micropilotes suele ser dependiendo de la naturaleza del terreno de 0.40 a 0.80 m y al
menos debe abarcarse un arco de bóveda desde el centro de la sección de 120º.
6 Hormigón Encofrado:
El encofrado suele estar constituido por tres módulos deslizantes, de forma que pueda
retirarse y adelantarse el módulo en que anteriormente se hubiera realizado el hormigonado,
poniéndose por delante del que en ese momento se está hormigonado, lo que permite que
esta actividad constituya n proceso continuo sin interrupciones.