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Edwin Ferrufino Interpretacion

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Examen Final

Nombre: Edwin Gabriel Ferrufino Muñoz

CI: 10908602

1. IDENTIFICAR EL TIPO DE ACCION CONSTITUCIONAL PLANTEADA

Acción de constitucional abstracta

Promovida por Carlos Pablo Klinsky Fernández, Senado Suplente; Maida Paz
Callaú y Julio Grover Huanca Nina, Diputados Titulares; y, Horacio Poppe Inch,
Amilcar Bladimir Barral Cabero y José Carlos Gutiérrez Vargas, Diputados
Suplentes, todos de la Asamblea Legislativa Plurinacional, demandando la
inconstitucionalidad de los arts. 1, 3.2, 4.II, 7, 8, 9 en la frase “cambio de datos
de sexo”, 10, 11.II, 12.I y la Disposición Final Primera de la Ley de Identidad de
Género, por ser presuntamente contrarios a los arts. 8.II, 9.2, 14.I, II, III y IV,
58, 59, 60, 63, 64, 66 y 116 de la Constitución Política del Estado
2. BREVE RESUMEN DE LOS ANTECEDENTES QUE MOTIVAN

La Ley de Identidad de Género -Ley 807 de 21 de mayo de 2016-


reconoce las siguientes “situaciones sustantivas” refiere que el
reconocimiento de la personalidad y capacidad jurídica de las personas
tiene como base material el reconocimiento implícito de su dignidad
humana, la cual se constituye conforme a la doctrina constitucional como
fundamento de todos los derechos fundamentales, es decir, los atributos
de la personalidad que tradicionalmente el Derecho Privado denominaba
y que en la actualidad la Constitución los ha elevado a rango de
derechos fundamentales, precisamente porque se fundan en la cualidad
intrínseca a cada ser humano valorado como dignidad humana. Siendo
esta elevada a fin primigenio de protección del Estado por parte de la
Constitución Política del Estado, en su art. 9.2.
El valor dignidad humana, como fundamento de la intimidad, incorpora,
sobre todo, la afirmación positiva del libre desarrollo de la personalidad
del individuo, que se concreta en su total autodeterminación. La dignidad
de la persona se convierte, de este modo, en el elemento fundamental
para calibrar el alcance y el significado actual del derecho a la intimidad,
que atiende sobre todo al desarrollo de la propia individualidad, la cual
se hallaría amenazada si no se limitara la intromisión de otras personas
en la esfera de la intimidad.
En cuanto a la dignidad humana y su sustrato fáctico antropológico cual
es el ser humano, no puede ser escindido en forma artificial en relación
a las características tan intrínsecas como los datos de su sexo respecto
a su condición biológica sexual y que lo identifican en sus relaciones
frente a terceros, bajo riesgo de provocar error o fraude respecto a sus
congéneres en cuanto a la construcción de sus relaciones de confianza
y en el ámbito de sus relaciones públicas y jurídicas. Esto quiere decir
que la mentada separación artificial del dato de sexo con respecto a la
condición biológica sexual de la persona provocaría en el ámbito de sus
relaciones con terceros, distorsiones de conocimiento que pondrían en
riesgo los fines y funciones de una variedad de instituciones y
mecanismos jurídicos ideados con fines de salvaguarda de intereses
público.
Así, piénsese en el caso de un transexual que cambia sus datos de sexo
en los registros públicos y accede a un puesto laboral en que el
empleador exige por las características de su servicio a mujeres en esa
función, de manera que al emplear sin su conocimiento a una persona
que solo exhibe un dato de sexo femenino cuando en realidad su
“condición sexual” es masculina, le llevaría a defraudar las condiciones
laborales exigidas, así como defraudar la oferta de su servicio ante sus
clientes, quienes se sentirían engañados por el servicio contratado.
Desde luego la separación artificial que provoca el considerar el dato de
sexo como una opción posible de recambio indiferente a la condición
biológica sexual del individuo, supone un resquebrajamiento de la
identidad antropológica del ser humano, afectando con ella la base de su
dignidad humana y sobre la que se asienta no solo la emanación de sus
derechos fundamentales, sino también el ejercicio efectivo de los
mismos en relación con el ejercicio de los demás.
Además en el ordenamiento jurídico ha investido al matrimonio de la
calidad de un convenio jurídico celebrado entre dos partes que
sexualmente se complementen (hombre y mujer) en aras de alcanzar
uno de los fines humanos más imprescindibles para el desarrollo
humano y la perpetuación de su especie, siendo entonces la
complementariedad y pacto conyugal son los dos ingredientes
imprescindibles que fundamentan un matrimonio conforme a la realidad
y la 7 norma jurídica, de ahí que esta institución está orientada bajo los
principios de monogamia, heterosexualidad, libertad y solemnidad.
Surge en esta parte del análisis, la necesidad de delimitar los alcances
del concepto sexo o condición sexual, referido a su asignación como
masculino o femenino, a los fines de precisar qué se entiende por
matrimonio entre hombre y mujer, y sobre todo cómo lo entiende la
Constitución Política del Estado

3. IDENTIFICACIÓN DE LA VULNERACIÓN NORMATIVA QUE MOTIVA LA ACCIÓN

Se cuestiona la constitucionalidad de las siguientes normas: II.1.1. El art. 1 de la Ley de


Identidad de Género, señala: “La presente Ley tiene por objeto establecer el procedimiento
para el cambio de nombre propio, dato de sexo e imagen de personas transexuales y
transgénero en toda documentación pública y privada vinculada a su identidad, permitiéndoles
ejercer de forma plena el derecho a la identidad de género”. II.1.2. El art. 3.2 de la Ley de
Identidad de Género, dispone: “A efectos de la presente Ley, se entiende por: 2. Identidad de
Género. Es la vivencia individual del género tal como cada persona la siente, la vive y la ejerce
ante la sociedad, la cual puede corresponder o no al sexo asignado al momento del
nacimiento. Incluye la vivencia personal del cuerpo que puede implicar la modificación de la
apariencia corporal libremente elegida, por medios médicos, quirúrgicos o de otra índole” (el
subrayado fue agregado). II.1.3. El art. 4.II de la Ley de Identidad de Género, establece: 19 “II.
El cambio de nombre propio, dato de sexo e imagen será reversible por una sola vez, luego de
lo cual no podrán modificarse nuevamente estos datos. En caso de reversión se vuelve al
nombre, dato de sexo e imagen iniciales”. II.1.4. El art. 7 de la Ley de Identidad de Género,
indica: “El Servicio de Registro Cívico (SERECI), dependiente del Tribunal Supremo Electoral, se
constituye en la autoridad competente a nivel nacional, para el registro del cambio de nombre
propio, dato de sexo e imagen a personas transexuales y transgénero, en el marco de la
presente Ley y de la reglamentación específica que implemente el Servicio de Registro Cívico,
para estos casos”. II.1.5. El art. 8 de la Ley de Identidad de Género, determina: “I. Para solicitar
el cambio de nombre propio, dato de sexo e imagen, el o la solicitante deberá presentar ante
el SERECI, los siguientes requisitos: 1. Carta de solicitud de cambio de nombre propio, dato de
sexo e imagen, manifestando el nombre propio y dato de sexo inicialmente registrado, y el
nuevo nombre propio y dato de sexo elegido. 2. Examen técnico psicológico que acredite que
la persona conoce y asume voluntariamente las implicaciones de su decisión. 3. Certificado de
nacimiento original y computarizado expedido por el SERECI, que acredite la mayoría de edad.
4. Certificación de datos de personas emitido por el Servicio General de Identificación Personal
(SEGIP) sin observación. 5. Certificado de libertad de estado civil expedido por el SERECI. 6.
Certificado de descendencia expedido por el SERECI. 7. Certificado del Registro Judicial de
II.1.6. El art. 9 de la Ley de Identidad de Género, indica lo siguiente: “I. El cambio de nombre
propio, dato de sexo e imagen será de iniciativa y decisión voluntaria y personal de la o el
titular de los mismos. II. Toda persona que solicite el cambio de nombre propio, dato de sexo e
imagen deberá presentar ante la Dirección Departamental del SERECI correspondiente,
Direcciones Regionales o Delegaciones del SERECI que disponga el Tribunal Supremo Electoral,
los requisitos establecidos en el Artículo 8 de la presente Ley, de manera personal. En el caso
de bolivianas o bolivianos residentes en el exterior del país, se podrá efectuar el trámite por
intermedio de apoderado mediante poder específico, caso en el cual se procederá a cumplir el
proceso de peritaje dactilar definido por el SERECI. III. Una vez verificada la presentación de los
requisitos, la o el Director Departamental del SERECI tendrá un plazo de quince (15) días
calendario computables a partir de la recepción de la solicitud, para emitir Resolución
Administrativa que autorice el cambio con el nuevo nombre propio y dato de sexo en la partida
de nacimiento y la extensión de un nuevo certificado de nacimiento de la o el solicitante. A
dicho fin, el SERECI hará constar en sus registros el cambio efectuado. IV. En caso de existir
incumplimiento en la presentación de cualquier requisito, el SERECI notificará en Secretaría a
la interesada o el interesado para la subsanación del mismo. Una vez subsanado el requisito, el
SERECI emitirá la Resolución correspondiente. V. En un plazo de quince (15) días calendario
computables a partir de la emisión la Resolución Administrativa, el SERECI notificará de oficio
con ésta, el cambio de nombre propio, dato de sexo e imagen a las siguientes instituciones: 1.
Servicio de Identificación Personal – SEGIP; 21 2. Autoridad de Supervisión del Sistema
Financiero – ASFI; 3. Dirección General de Migración – DIGEMIG; 4. Servicio de Impuestos
Nacionales – SIN; 5. Derechos Reales; 6. Registro Judicial de Antecedentes Penales – REJAP; 7.
Sistema Nacional de Registro de Antecedentes Policiales – SINARAP, de la Policía Boliviana
(FELCC, FELCN y FELCV); 8. Dirección General de Régimen Penitenciario; 9. Contraloría General
de Estado – CGE; 10. Ministerio de Educación; 11. Ministerio de Defensa; 12. Cajas de Salud
Pública; 13. Servicio Nacional del Sistema de Reparto – SENASIR; 14. Autoridad de Pensiones,
Valores y Seguros – APS; 15. Otras que el SERECI o la o el solicitante consideren necesarias. VI.
Las instituciones señaladas en el Parágrafo precedente deberán realizar de oficio el cambio de
nombre propio y dato de sexo en un plazo no mayor a quince (15) días hábiles computables
desde su notificación, pudiendo, a través de la Máxima Autoridad Ejecutiva, pedir aclaraciones
del trámite; el plazo señalado sólo podrá excederse de manera fundamentada cuando el
trámite requiera la presencia física, a efectos de fotografía actualizada y huella dactilar. En un
plazo de treinta (30) días computables a partir de la notificación con la Resolución
Administrativa, el SEGIP deberá informar al SERECI los resultados de la actualización de la
Cédula de Identidad. VII. El cambio de nombre propio y dato de sexo en las partidas de
nacimiento de sus descendientes y de matrimonio o unión libre con sus ex cónyuges, serán
registradas únicamente en notas aclaratorias o marginales de cada partida, sin registrar 22 el
cambio de nombre propio y dato de sexo en los certificados correspondientes, ni en la libreta
de familia. VIII. Ninguna institución o autoridad podrá exigir resolución judicial, ni otro
requisito para el reconocimiento y registro del cambio de identidad de género, bajo
responsabilidad” (las negrillas y el subrayado fueron adicionados [se resalta la frase “cambio
de dato de sexo”, por ser la misma cuestionada a través de la presente acción]). II.1.7. El art.
10 de la Ley de Identidad de Género, señala: “I. El proceso administrativo de cambio de
nombre propio, dato de sexo e imagen es confidencial. II. Los documentos señalados en el
Artículo 8 de la presente Ley presentados como requisitos y la Resolución Administrativa no
podrán ser exhibidos, ni se podrá entregar testimonio, certificación, copia simple o legalizada a
terceras personas, a menos que exista Orden Judicial o Requerimiento Fiscal”. II.1.8. El art.
11.II de la Ley de Identidad de Género, determina: “II. El cambio de nombre propio, dato de
sexo e imagen, permitirá a la persona ejercer todos los derechos fundamentales, políticos,
laborales, civiles, económicos y sociales, así como las obligaciones inherentes a la identidad de
género asumida”. II.1.9. El art. 12.I de la Ley de Identidad de Género, indica: “I. Queda
prohibido el uso de documentos que consignen la identidad anterior al cambio de nombre
propio, dato de sexo e imagen en trámites públicos o privados y en cualquier otro acto
jurídico, se constituirá en delito contra la fe pública, pudiendo ser sancionado por la vía civil
y/o administrativa. Se exceptúa esta prohibición cuando se trate de sentencias ejecutoriadas,
actos administrativos firmes, procesos judiciales y administrativos en curso”. II.1.10. La
Disposición Final Primera de la Ley de Identidad de Género, indica: “La Presente Ley se sujeta a
lo establecido en el Artículo 63 de la Constitución Política del Estado y en la Ley N° 045 de 8 de
octubre de 2010, Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación”. Antecedentes Penales
(REJAP), con el fin de informar sobre el cambio realizado a la autoridad judicial competente en
caso de existir algún proceso en curso. 8. Fotografía actualizada de la imagen que corresponda
a la 20 nueva identidad. II. Las certificaciones del SERECI y del SEGIP presentadas, deben
guardar correspondencia en la información de nombres, apellidos, fecha de nacimiento, lugar
de nacimiento y si corresponde, datos de los progenitores y filiación. La correspondencia de
datos sólo se refiere a aquellos específicos de la interesada o el interesado”.

II.2. LAS NORMAS CONSTITUCIONALES QUE SE CONSIDERAN INFRINGIDAS son: 23 II.2.1. El art.
8.II de la CPE, cuyo contenido dispone: “II. El Estado se sustenta en los valores de unidad,
igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad,
armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en
la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución
de los productos y bienes sociales, para vivir bien”. II.2.2. El art. 9.2 de la CPE, cuyo contenido
es el siguiente: “Son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que establece la
Constitución y la ley: (…) 2. Garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la protección e
igual dignidad de las personas, las naciones, los pueblos y las comunidades, y fomentar el
respeto mutuo y el diálogo intracultural, intercultural y plurilingüe”. II.2.3. El art. 14.I, II, III y IV
de la CPE, cuyo contenido establece: “I. Todo ser humano tiene personalidad y capacidad
jurídica con arreglo a las leyes y goza de los derechos reconocidos por esta Constitución, sin
distinción alguna. II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en
razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura,
nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica,
estado civil, condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción,
discapacidad, embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda persona.
III. El Estado garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y
eficaz ejercicio de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados
internacionales de derechos humanos. IV. En el ejercicio de los derechos, nadie será obligado a
hacer lo que la Constitución y las leyes no manden, ni a privarse de lo que éstas no prohíban”.
24 II.2.4. El art. 58 de la CPE, cuyo contenido indica: “Se considera niña, niño o adolescente a
toda persona menor de edad. Las niñas, niños y adolescentes son titulares de los derechos
reconocidos en la Constitución, con los límites establecidos en ésta, y de los derechos
específicos inherentes a su proceso de desarrollo; a su identidad étnica, sociocultural, de
género y generacional; y a la satisfacción de sus necesidades, intereses y aspiraciones”. II.2.5.
El art. 59 de la CPE, cuyo contenido establece: “I. Toda niña, niño y adolescente tiene derecho
a su desarrollo integral. II. Toda niña, niño y adolescente tiene derecho a vivir y a crecer en el
seno de su familia de origen o adoptiva. Cuando ello no sea posible, o sea contrario a su
interés superior, tendrá derecho a una familia sustituta, de conformidad con la ley. III. Todas
las niñas, niños y adolescentes, sin distinción de su origen, tienen iguales derechos y deberes
respecto a sus progenitores. La discriminación entre hijos por parte de los progenitores será
sancionada por la ley. IV. Toda niña, niño y adolescente tiene derecho a la identidad y la
filiación respecto a sus progenitores. Cuando no se conozcan los progenitores, utilizarán el
apellido convencional elegido por la persona responsable de su cuidado. V. El Estado y la
sociedad garantizarán la protección, promoción y activa participación de las jóvenes y los
jóvenes en el desarrollo productivo, político, social, económico y cultural, sin discriminación
alguna, de acuerdo con la ley”. II.2.6. El art. 60 de la CPE, cuyo contenido determina: “Es deber
del Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y
adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir
protección y socorro en cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios
públicos y privados, y el acceso a una administración de justicia pronta, oportuna y con
asistencia de personal especializado”. II.2.7. El art. 63 de la CPE, cuyo contenido es el siguiente:
25 “I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos y se basa
en la igualdad de derechos y deberes de los cónyuges. II. Las uniones libres o de hecho que
reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un
hombre sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto
en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas. II.2.8. El art. 64 de la CPE, cuyo contenido
establece: “I. Los cónyuges o convivientes tienen el deber de atender, en igualdad de
condiciones y mediante el esfuerzo común, el mantenimiento y responsabilidad del hogar, la
educación y formación integral de las hijas e hijos mientras sean menores o tengan alguna
discapacidad. II. El Estado protegerá y asistirá a quienes sean responsables de las familias en el
ejercicio de sus obligaciones”. II.2.9. El art. 66 de la CPE, cuyo contenido dispone: “Se garantiza
a las mujeres y a los hombres el ejercicio de sus derechos sexuales y sus derechos
reproductivos”. II.2.10. El art. 116 de la CPE, cuyo contenido indica: “I. Se garantiza la
presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda sobre la norma aplicable, regirá
la más favorable al imputado o procesado. II. Cualquier sanción debe fundarse en una ley
anterior al hecho punible”.
4. REFERIR EL FALLO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DICTADO EN CONSECUENCIA

La Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, en virtud de la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.1 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, resuelve declarar:

1.- La CONSTITUCIONALIDAD pura y simple de los arts. 1, 3.2, 4.II, 7, 8, 9 en la frase “cambio de
datos de sexo”, 10, 12.I y de la Disposición Final Primera de la Ley de Identidad de Género.

2° La CONSTITUCIONALIDAD sujeta a la interpretación desarrollada en la presente sentencia


del art. 10 de la Ley de Identidad de Género, conforme lo desarrollado en el Fundamento
Jurídico III.4.5 del presente fallo constitucional.

3º La INCONSTITUCIONALIDAD del parágrafo II del art. 11 de la Ley de Identidad de Género en


su frase “…permitirá a la persona ejercer todos los derechos fundamentales, políticos,
laborales, civiles, económicos y sociales…”.

4° Disponer se notifique con la presente Sentencia Constitucional Plurinacional a la Gaceta


Oficial de Bolivia en cumplimiento del art. 12.III del Código procesal Constitucional.

5. ACCIONES A SEGUIR CON REFERENCIA A LA EXHORTACIÓN

Respecto que el ejercicio de identidad de género no significa el ejercicio absoluto de los


derechos primordiales como el derecho a contraer matrimonio o uniones libres o por cierto, es
identificado constitucionalmente solamente entre un hombre y una dama y no a los individuos
que ejerzan su derecho a la identidad de género cuyo alcance es sólo en el ejercicio de su
individualidad.

En aquel entorno se concluye que sobre este punto de apremia un debate democrático que
involucre a los actores e las instituciones de la sociedad en su grupo en otras palabras
institucionales sociales, civiles públicas como privadas y otras que de esta forma corresponda.

6. Ratio deciendi

Al respecto este Tribunal, infiere que la parte accionante asume que la dignidad
humana se encuentra intrínsecamente relacionada con lo que denomina “base
antropológica” o “unidad óntica”, la que resulta transgredida con la
“transformación artificial” que la Ley de Identidad de Género en su criterio
promueve, respecto de un aspecto exterior de la condición humana.

7. Obiter Dictum

Así, se tiene que: “El Tribunal Constitucional en la SC 0338/2003-R de 19 de


marzo, refiriéndose a la dignidad humana, estableció el siguiente
entendimiento:
‘...La dignidad humana, en su sentido moderno, designa un conjunto de
creencias, valores, normas e ideales que, de una manera u otra, asumen como
postulado que hay un valor intrínseco o una condición especial de lo humano,
lo que implica que hay una forma de existir superior que de hecho está
viviendo la gente. El respeto de todo ser humano, como un fin en sí, empieza
por el respeto a la vida y al reconocimiento de los múltiples derechos en los
que se despliega su dignidad, lo que presupone el reconocimiento de su
derecho a la existencia. De tal forma, se puede afirmar categóricamente que el
derecho a la dignidad humana es aquel que tiene toda persona por su sola
condición de 'humano', para que se la respete y reconozca como un ser dotado
de un fin propio, y no como un medio para la consecución de fines extraños, o
ajenos a su realización personal. La dignidad es la percepción de la propia
condición humana, y de las prerrogativas que de ella derivan’.

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