Clase 5 Comprension Lectora
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Clase 05 (I – 2011)
COMPRENSION LECTORA
La comprensión tal, y como se concibe actualmente, es un proceso a través del cual el lector elabora un
significado en su interacción con el texto ( Anderson y Pearson, 1984).
La comprensión a la que el lector llega durante la lectura se deriva de sus experiencias acumuladas,
experiencias que entran en juego a medida que decodifica las palabras, frases, párrafos e ideas del autor.
La interacción entre el lector y el texto es el fundamento de la comprensión. En este proceso de comprender,
el lector relaciona la información que el autor le presenta con la información almacenada en su mente; este
proceso de relacionar la información nueva con la antigua es, el proceso de la comprensión.
"Decir que uno ha comprendido un texto, equivale a afirmar que ha encontrado un cobijo mental, un hogar,
para la información contenida en el texto, o bien que ha transformado un hogar mental previamente
configurado para acomodarlo a la nueva información.
La comprensión es el proceso de elaborar el significado por la vía de aprender las ideas relevantes del texto y
relacionarlas con las ideas que ya se tienen: es el proceso a través del cual el lector interactúa con el texto. Sin
importar la longitud o brevedad del párrafo, el proceso se da siempre de la misma forma.
I. CONDICIONANTES DE LA COMPRENSIÓN
La comprensión de cada lector está condicionada por un cierto número de factores que han de tenerse en
cuenta al entrenar la comprensión:
El tipo de texto: exige que el lector entienda cómo ha organizado el autor sus ideas.
Los textos narrativos y expositivos se organizan de manera distinta, y cada tipo posee su propio léxico y
conceptos útiles. Los lectores han de poner en juego procesos de comprensión diferentes cuando leen los
distintos tipos de texto.
El lenguaje oral: un factor importante que los profesores han de considerar al entrenar la comprensión
lectora es la habilidad oral de un alumno y su capacidad lectora. La habilidad oral de un alumno está
íntimamente relacionada con el desarrollo de sus esquemas y experiencias previas.
El lenguaje oral y el vocabulario oral configuran los cimientos sobre los cuales se va edificando luego el
vocabulario lector, que es un factor relevante para la comprensión. Por tanto, el alumno carente de un buen
vocabulario oral estará limitado par desarrollar un vocabulario con sentido suficientemente amplio, lo cual, a
su vez, habrá de limitarlo en la comprensión de textos.
Las actitudes: las actitudes de un alumno hacia la lectora pueden influir en su comprensión del texto.
Puede que el alumno en una actitud negativa posea las habilidades requeridas para comprender con
éxito un texto, pero su actitud general habrá de interferir con el uso que haga de tales habilidades.
Las actitudes y creencias que un individuo se va forjando en relación con varios temas en particular pueden
afectar a su forma de comprenderlos.
El propósito de la lectura: el propósito de un individuo al leer influye directamente en su forma de
comprender lo leído y determina aquello a lo que esa persona habrá de atender (atención selectiva)
Dentro de las actitudes que condicionan la lectura consideramos la más importante la motivación, por ello le
dedicaremos una atención especial.
Ninguna tarea de lectura debería iniciarse sin que las niñas y niños se encuentren motivados para ello, sin que
esté claro que le encuentran sentido. Para esto, es necesario que el niño sepa qué debe hacer, que se sienta
capaz de hacerlo y que encuentre interesante lo que se le propone que haga.
La primera condición remite a los objetivos que presiden la lectura, las otras dos se pueden analizar
conjuntamente.
Un factor que contribuye a que se encuentre interesante leer un determinado material consiste en que éste le
ofrezca al alumno unos retos que pueda afrontar. Así, parece más adecuado utilizar textos no conocidos,
aunque su temática o contenido deberían resultar en mayor o menor grado familiares al lector; en una
palabra, se trata de conocer y tener en cuenta el conocimiento previo de los niños con relación al texto que se
trate y de ofrecer la ayuda necesaria para que puedan construir un significado adecuado acerca de él.
También hay que tener en cuenta que hay situaciones de lectura más motivadoras que otras; por ejemplo, la
práctica de una lectura fragmentada, muy frecuente en las escuelas, es más adecuada para trabajar la lectura
en determinados aspectos que para que los niños lean. En cualquier caso, este tipo de lectura nunca debería
ser utilizado en exclusividad.
Las situaciones de lectura más motivadoras son también las más reales: es decir, aquellas en las que el niño
lee para evadirse para sentir el placer de leer, cuando se acerca al rincón de biblioteca o acude a ella. O
aquellas otras en las que con un objetivo claro aborda un texto y puede manejarlo a su antojo, sin la presión
de una audiencia.
La motivación está estrechamente relacionada con las relaciones afectivas que los alumnos puedan ir
estableciendo con la lengua escrita. Esta debería ser mimada en la escuela, y mimados los conocimientos y
progresos de los niños entorno a ella. Aunque muchas veces se atiende sobre todo a la presencia y
funcionalidad de lo escrito en el aula, esta vinculación positiva se establece principalmente cuando el alumno
ve que sus profesores y las personas significativas para él, valoran, usan y disfrutan de la lectura y la escritura
y, por supuesto, cuando él mismo puede disfrutar con su aprendizaje y dominio.
Para que un niño se sienta implicado en la tarea de la lectura o simplemente para que se sienta motivado
hacia ella, necesita tener unos indicios razonables de que su actuación será eficaz, o cuando menos, que no va
a consistir en un desastre total. No se puede pedir que tenga ganas de leer aquel para quien la lectura se ha
convertido en un espejo que le devuelve una imagen poco favorable de sí mismo. Sólo con ayuda y confianza
la lectura dejará de ser para algunos una práctica abrumadora y podrá convertirse en lo que siempre debería
ser: un reto estimulante.
Motivar a los niños para leer, por lo tanto, no consiste en que el maestro diga: “¡fantástico!¡vamos a leer!”
sino en que lo digan o lo piensen ellos. Esto se consigue planificando bien la tarea de lectura y seleccionando
con criterio los materiales que en ella se van a trabajar, tomando decisiones acerca de las ayudas previas que
pueden necesitar algunos alumnos, evitando situaciones en las que prime la competición entre los niños, y
promoviendo siempre que sea posible aquellas que se aproximen a contextos de uso real, que fomenten el
gusto por la lectura y que dejen al lector que vaya a su ritmo para ir elaborando su propia interpretación
(situaciones de lectura silenciosa, por ejemplo).
A continuación, nos centraremos en los factores que condicionan la comprensión desde el punto de vista del
lector:
La intención de la lectura: determinará, por una parte, la forma en que el lector abordará el escrito y,
por otra, el nivel de comprensión que tolerará o exigirá para dar por buena su lectura. Desde este
punto de vista, Foucambert (1976) caracteriza las diferentes maneras de abordar el escrito según el
objetivo de lectura. Con una cierta mezcolanza de criterios, las divide en:
o lectura silenciosa integral: cuando se lee un texto entero con el mismo tipo básico de actitud
lectora.
o Lectura selectiva: guiada por un propósito ordenador o para extraer una vaga idea global. Se
caracteriza por la combinación de lectura rápida de algunos pasajes y de lectura atenta a otros.
o Lectura exploratoria: producida a saltos para encontrar un pasaje, una información
determinada.
o Lectura lenta: para disfrutar de los aspectos formales del texto, para recrear sus características
incluso fónicas aunque sea interiormente.
o Lectura informativa: de búsqueda rápida de una información puntual tal como un teléfono en el
listín, un acto en un programa, una palabra en el diccionario, etc...
Los conocimientos aportados por el lector: el lector debe poseer conocimientos de tipo muy variado
para poder abordar con éxito su lectura. La comprensión del texto resulta muy determinada por su
capacidad de escoger y de activar todos los esquemas de conocimiento pertinentes para un texto
concreto. Los conocimientos previos que el lector utiliza se pueden describir agrupados en dos
apartados:
o el conocimiento de la situación comunicativa-
o los conocimientos sobre el texto escrito:
conocimientos paralingüísticos.
Conocimientos de las relaciones grafofónicas.
Conocimientos morfológicos, sintácticos y semánticos.
Conocimientos textuales.
Conocimientos sobre el mundo: tal como afirman Schank y Abelson (1977). Por ejemplo, las noticias
del periódico son un buen ejemplo para constatar la necesidad de conocimiento previo, ya que casi
siempre apelan a la información que el lector ya posee sobre los conocimientos que tratan.
En el proceso de comprensión se realizan diferentes operaciones que pueden clasificarse en los siguientes
niveles:
1) comprensión literal, donde se recupera la información explícitamente planteada en el texto y se la
reorganiza mediante clasificaciones, resúmenes y síntesis;
2) comprensión inferencial, que permite, utilizando los datos explicitados en el texto, más las
experiencias personales y la intuición, realizar conjeturas o hipótesis;
3) comprensión crítica, mediante la cual se emiten juicios valorativos;
4) comprensión apreciativa, que representa la respuesta emocional o estética a lo leído.
5) comprensión creadora, que incluye todas las creaciones personales o grupales a partir de la lectura
del texto.
Los niveles que anteriormente se han descrito no son de desarrollo lineal, es decir, uno detrás de otro, sino
que avanzan en espiral incluso paralelamente, en el gráfico 2 se pretende mostrar este proceso.
1.- Nivel Literal
El primer nivel es el de la comprensión literal. En él, el lector ha de hacer valer dos capacidades
fundamentales: reconocer y recordar.
Se centra en las ideas e información que están explícitamente expuestas en el texto, por reconocimiento o
evocación de hechos. Decodifica los signos escritos de la palabra convirtiendo lo visual en sonoro y viceversa.
Recoge formas y contenidos explícitos del texto.
2.- Retención
Capacidad de captar y aprender los contenidos del texto.
– Reproducción de situaciones.
– Recuerdo de pasajes y detalles.
– Fijación de los aspectos fundamentales del texto.
– Acopio de datos específicos.
– Sensibilidad ante el mensaje.
4- Nivel Inferencial
Buscamos relaciones que van más allá de lo leído, explicamos el texto más ampliamente, agregando
informaciones y experiencias anteriores, relacionando lo leído con nuestros saberes previos, formulando
hipótesis y nuevas ideas. La meta del nivel inferencial será la elaboración de conclusiones. Este nivel de
comprensión es muy poco practicado en la escuela, ya que requiere un considerable grado de abstracción por
parte del lector. Favorece la relación con otros campos del saber y la integración de nuevos conocimientos en
un todo.
Este nivel puede incluir las siguientes operaciones:
. inferir detalles adicionales, que según las conjeturas del lector, pudieron haberse incluido en el texto para
hacerlo más informativo, interesante y convincente;
. inferir ideas principales, no incluídas explícitamente;
. inferir secuencias, sobre acciones que pudieron haber ocurrido si el texto hubiera terminado de otras
manera;
. inferir relaciones de causa y efecto, realizando hipótesis sobre las motivaciones o caracteres y sus relaciones
en el tiempo y el lugar. Se pueden hacer conjeturas sobre las causas que indujeron al autor a incluir ciertas
ideas, palabras, caracterizaciones, acciones;
. predecir acontecimientos sobre la base de una lectura inconclusa, deliberadamente o no;
. interpretar un lenguaje figurativo, para inferir la significación literal de un texto.
He aquí, a continuación, una pirámide invertida en la gradación de niveles y su relación con el texto y el
contexto, puntos de apoyo o referencia en todo este desenvolvimiento:
1. ANÁLISIS (Texto)
– Literalidad (Análisis de los elementos) TEXTUALIDAD
– Retención (Análisis de la organización) INTRATEXTUALIDAD
– Organización (Análisis de la organización) INTERTEXTUALIDAD
2. INFERENCIA
– Inferencia (Inducción) EXTRATEXTUALIDAD
3. SÍNTESIS (Contexto)
– Interpretación (Comparación) SUPERTEXTUALIDAD
– Valoración (Juicio) TRANSTEXTUALIDAD
– Creación (Práctica) TRASCENDENCIA
Texto es textura, tejido y entramado. Y así como hay redes lingüísticas hay diversidad de otras urdimbres que
entrelazan signos y símbolos como por ejemplo la naturaleza y en ella hasta la hoja de una planta o el pétalo
de una flor. Una calle o un paisaje son textos. Hasta la vida en sus múltiples manifestaciones.
En un texto escrito hay palabras articuladas formando oraciones, las mismas que se integran en otros valores
semánticos al engarzarse formando párrafos que tienen un orden, una jerarquía y estructura con su propia
secuencia. Comprender textos es también poder desmontar toda esta arquitectura.
Estos ejercicios cubren una fase de la lectura que se centra más en lo denotativo de un enunciado o un
conjunto de ellos. Lo connotativo está fuera del texto, con lo cual se establece una relación pero en donde lo
preponderante no es dicho vínculo. Lo connotativo más se da ya no en el texto sino en la mente y en el alma
del lector de manera expansiva y libre.
6. Análisis y síntesis
Tres son las operaciones intelectuales y emocionales básicas que apoyan el proceso de comprensión lectora,
cuales son: el análisis y la síntesis; y, entre ambas, la sutil y alada inferencia.
a) El análisis
Abarca el análisis en lectura tres niveles de comprensión lectora:
– Literalidad
– Retención y
– Organización
Interesa en él cada elemento del texto y la relación semántica que hacen una totalidad, la conexión entre las
partes, la coherencia al interior del texto, los vínculos entre los componentes y cómo estos se organizan.
El nivel de análisis no puede ni debe reducirse a la literalidad puesto que aquel engloba lo que es retención y
organización, y con ello la construcción y desconstrucción del universo textual.
Tampoco se ocupa de los segmentos del texto sin integrarlos ni dejar de interesarse por la totalidad. Abarca
las relaciones que se dan en aquel espacio que para el análisis es un mundo cerrado donde todo lo que se
asume está dentro y no fuera de él.
– Precisa la organización de los componentes.
– Subraya el fraccionamiento del todo en sus partes
– Destaca las relaciones prevalecientes entre dichas partes.
– Separa lo esencial de lo secundario, lo dominante de lo subordinado.
– Precisa la ubicación exacta de un elemento dentro de la estructura.
– Señala qué elemento es principal y cuál es secundario dentro del conjunto.
OPERACIONES
1. Análisis de los elementos.
2. Análisis de las relaciones.
3. Análisis de la organización.
b) La síntesis
Operación mental y anímica de la mayor importancia y hasta excelencia que une mundos y realidades
diferentes; fusiona contrarios y opuestos en una perspectiva nueva, vinculando lo estable e inconmovible que
ofrece el texto con la realidad inmediata, huidiza y efímera.
Junta el mundo del texto con la vida del lector y con la circunstancia inmediata que se vive e interesa
transformar.
La síntesis en lectura lo integran los niveles de:
– Interpretación
– Valoración y
– Creatividad.
Se dice que la historia avanza con una proporción de un océano de análisis y apenas un milímetro de síntesis,
queriendo significar con ello lo valioso y trascendente de la síntesis, que cuando se produce de modo
trascendente devienen aquellos cambios de paradigmas que hacen posible los saltos cualitativos que resultan
revolucionarios en la historia humana.
– La síntesis combina elementos o partes, hasta constituir una nueva estructura original e inesperada.
– Combina experiencias previas con el material nuevo integrándolo en un todo.
– Implica la posibilidad de estudiar un todo para llegar a comprenderlo mejor.
FASES Y OPERACIONES:
1. Comparación.
2. Generalización.
3. Abstracción.
4. Concepto.
5. Juicio.
6. Práctica y aplicación a la realidad
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.
Preguntas inferenciales:
1. ¿Cuál es el escenario natural de este poema? ¿Dónde ocurre? ¿Cuál es el paisaje que lo rodea?
2. ¡Qué aspecto tiene el combatiente muerto en la batalla? ¿Cómo lo describes?
3. El combatiente muerto en la batalla ha sido: a, ¿Valeroso? b. ¿Egoísta? c. ¿Cobarde?
4. ¿El cadáver, en el poema, escuchaba?
5. ¿El cadáver, en el poema, veía?
6. ¿El cadáver, en el poema, sentía?
7. ¿Qué emoción es la que une a todos los hombres que ruegan al cadáver que vuelva a la vida?
8. ¿En qué estaban de acuerdo y convencidos todos quienes rodeaban al cadáver?
9. ¿Los hombre que lo rodeaban amaban o no a la persona que yacía muerta?
10. Al abrazar al primer hombre ¿qué sentiría quien volvió a la vida por el ruego común de todos?
Y es que la lectura tiene inmersa en su corriente sanguínea, por así decirlo, una sustancia propia que influye en
cómo hacer para leer y comprender mejor; percepción y conciencia continua que se desarrolla paralela a la
lectura misma.
Ella sumerge al lector en una lucidez plena en relación a cómo se está llevando a cabo la lectura, cómo ella se
viene desarrollando y cómo entonces ir acomodando recursos, técnicas, estrategias y modos de leer para su
mejor logro y realización.
Provee e implementa la práctica continua de la lectura –sin que sean necesarios aprendizajes teóricos previos–
de metodologías y técnicas a la medida y manera de ser del lector a fin de que éste lea y comprenda cada vez
más.
Es la práctica de enfrentamiento entusiasta feliz y libre al texto aquello que resuelve el insumo de ir ganando
en competencia de comprensión, porque pese a su aparente simplicidad la lectura es una actividad compleja y
superior que en su ejecución misma trae implícita la metacognición práctica y eficaz.
Leer, en esta perspectiva, es una incitación a conocerse, a saber cada vez nuestro entorno, de cómo es, siente,
piensa y actúa la persona presente en el acto lector.
Es la lectura en tanto y en cuanto cultivo del lector, no solo en su intelecto sino en su ser integral, aquello que
interesa, y no tanto lo que sintió o pensó el autor. Leer, siendo así, se une más como acto al lector, quien a
través de la consulta de los textos ha de tomar decisiones, resolver problemas y hacerse trascendente.
Leer de ese modo ya no es situarse en un espacio ajeno, extraño e intemporal –el del autor– sino en el ámbito
interno, propio y temporal del lector.
Porque toda expresión lingüística –y los textos creativos lo contienen y lo son de manera principal– poseen un
carácter denotativo y otro connotativo, uno que nombra, indica y designa; y otro que evoca, sugiere y amplía.
Siendo así interesará más lo que connota, porque en ese ámbito es que ingresa henchida la realidad
circundante que es lo que nos interesa transformar.
Los niveles de comprensión lectora propuestos el año 1982 tienen esta principal virtud y quizá en esto radique
su aporte más significativo, cual es abarcar toda la gama de potencialidades que la lectura nos prodiga. No
están centrados ni cercados en la lectura del texto sino que da importancia mayor a las fases creativas,
trasladando la lectura del texto a la lectura del mundo y de la vida.
La relación lector y texto es íntima e imprescindible. Es el enamoramiento entre dos realidades que vienen por
diferentes vías o rutas pero que en un momento coinciden milagrosamente en un espacio y tiempo mágicos,
sorprendentes y hasta milagrosos.
Las alforjas o los atados que traen puestos uno al lado del otro, construyen improvisada pero gloriosamente
una nueva morada, o más propiamente una nueva casa. Así la relación lector y texto se abre incognoscible,
inabarcable e insospechable a ricas, sorprendente y maravillosas promesas.
Y esta es la verdadera comprensión lectora en donde de lo que se trata es de crear mundos nuevos.