Lilian Apaza CP2
Lilian Apaza CP2
Lilian Apaza CP2
El envasado de carne fresca como ternera, cerdo y aves de corral en una atmósfera
protectora presenta un reto interesante, debido a unos factores contradictorios. El tipo
de bacterias que tienden a provocar la descomposición de la carne se llaman bacterias
aeróbicas: necesitan oxígeno para sobrevivir. Por lo tanto, lo deseable sería una
atmósfera con bajo contenido en oxígeno. Sin embargo, en el caso de los productos
cárnicos, sobre todo la carne roja como la ternera, uno de los problemas principales de
almacenamiento es asegurarse de que la carne conserve su color rojo atractivo: la carne
tiende a volverse marrón cuando se expone al aire.
Entonces antes de sacar al mercado este producto se debe tomar en cuenta estas
observaciones.
• Un restaurante que está elaborando bocadillos de tortilla plantea que a los clientes
el cuajado de la tortilla les gusta poco hecho, pero que le han comentado que el huevo
debe estar completamente cuajado y el gerente lo justifica diciendo que sus huevos
proceden de gallinas saludables y no tienen salmonela y, por tanto, no tienen riesgo
de contaminación y él piensa servirlos así.
¿Puede el gerente al afirmar que sus gallinas no tienen salmonela?
No porque el gerente debe detectar si los huevos tienen salmonella a través del
procedimiento donde se combina las técnicas de Reacción en Cadena de la Polimerasa
(PCR) y el aislamiento bacteriológico. Además, que se debe tomar en cuenta que la parte
interior de huevos que parecen ser normales puede tener los microbios de la Salmonella
que pueden enfermar a las personas, en particular si los huevos se comen crudos o poco
cocidos.
También tomar en cuenta que el principal riesgo para la salud humana que presenta el
huevo es la posible contaminación con Salmonella. Esta bacteria no es demasiado
resistente a las condiciones ambientales, tales como concentraciones elevadas de sal,
luz solar, desecación o calor. Sin embargo, es la responsable de casi la mitad de los casos
de infecciones de origen alimentario que se diagnostican en España y en los países de
nuestro entorno.
¿O no es posible que el huevo esté contaminado porque la cáscara hace que sea
estéril?
La cáscara del huevo actúa de envase natural y de su estado dependerá en gran medida
que el consumo de este alimento sea seguro. Y es que la cáscara es, además de un
mecanismo de defensa, una de las vías de entrada de patógenos al producto,
especialmente de Salmonella, ya que el microorganismo puede llegar a la superficie por
contaminación desde la materia fecal. Controlar que no se produzcan grietas en la parte
externa del huevo constituye una de las medidas de prevención de la contaminación.
Al momento de comprar
• Evitar los huevos rotos, demasiado pequeños y deformes.
• Comprobar el etiquetado, ya que debe indicar la fecha de consumo preferente,
la categoría de calidad y el peso del huevo, la forma de cría, el lugar donde han
sido envasados y clasificados y las recomendaciones de conservación.
• Asegurarse de que la cáscara está limpia, entera y sin signos de humedad.
Al guardar en casa:
• Conservar los huevos en un lugar fresco, seco y a temperatura constante en el
refrigerador. El cambio de temperatura contribuye a la desintegración de la
cáscara y, por tanto, a su contaminación.
• Separarlos del resto de alimentos para evitar contaminaciones cruzadas.
• Lavarse las manos antes y después de conservar los alimentos.
• No separar las claras de las yemas con la cáscara.
• Una empresa de zumos ha decidido elaborar un zumo low cost al que va a añadir
agua del grifo (agua de consumo humano) para obtener mejor rendimiento. Y nos pide
que le informemos de qué parámetros son los que deben medirse en el agua del grifo
del consumidor para cumplir con la norma vigente en España.
¿Qué parámetros se deben analizar en el agua para validarla como agua de consumo
humano?