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Declaratoria de Patrimonio Mundial UNESCO

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4.

- Declaratoria de Patrimonio Mundial UNESCO


Analizar la declaratoria de Patrimonio Mundial de la UNESCO

La imagen de Xochimilco como sitio patrimonial que ha sido construido a partir del uso
turístico de sus canales no puede aislarse del paisaje lacustre que lo vincula a Tláhuac por
contar con las mismas características valorativas. Su icono: la trajinera, colorida
embarcación de fondo plano, adornada con flores de papel, e impulsada por largas varas y
la destreza ancestral de los locatarios. Trascendiendo la imagen básica, Xochimilco y
Tláhuac son mucho más que canales y trajineras. El complejo ecosistema que conforman
los canales y remanentes lacustres de estos lugares, resguardan especies acuáticas
excepcionales y en peligro de extinción, como el Axolote, a tiempo de ser refugio de
decenas de aves migratorias. Sin embargo, el valor excepcional del sitio radica en la
creatividad y tecnología ancestral en el manejo de las aguas y la riqueza agrícola de su
tierra a través de la chinampa como unidad de producción. Pocos visitantes llegan a
conocer el Xochimilco de un valor excepcional universal, sus riquezas arqueológicas, su
centro histórico, barrios y pueblos tradicionales, lugares que guardan innumerables fiestas,
directamente relacionadas con su cultura agrícola de herencia prehispánica. Xochimilco y
Tláhuac son mucho más que canales y trajineras, es un complejo patrimonio donde
confluyen distintos intereses y múltiples presiones sociales y ambientales, que deben ser
equilibrados para asegurar la permanencia de sus valores patrimoniales excepcionales.

La llamada cuenca de México, un conjunto interconectado de lagos de poca profundidad,


rodeados por montañas y conos volcánicos, contaba con valiosos recursos naturales, lo que
atrajo grandes importantes migraciones provenientes del norte.

Uno de estos grupos, de lengua náhuatl se asentó en el sur de la cuenca, denominando


aquel lugar “Sementera de La propuesta de Plan y Unidad de Gestión de Xochimilco como
sitio inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial -presentado en esta publicación-, es un
documento construido y escrito por un equipo multidisciplinario. Soporta las apreciaciones y
las originalidades propias de un texto producto de pensamientos, prioridades y enfoques
diversos Flores”: Xochimilco. Allí se desarrolló un excepcional sistema agrícola sobre
pequeñas isletas artificiales construidas en las zonas menos profundas de los lagos de agua
dulce. Los autores difieren en la técnica de su construcción, pero algunos indican que
incrustaban varas de ahuejote para formar estrechas pero largas isletas, las chinampas
(Chinámitl-pan), las cuales eran cubiertas por capas de limo y tierra para utilizarlas como
superficie de cultivo, y así lograr el máximo aprovechamiento del espacio lacustre. Algunos
de estas chinampas tenían viviendas ocupadas por los mismos productores. Es difícil
estimar la antigüedad del sistema chinampero, algunos historiadores estiman que ya hay
antecedentes en Teotihuacan, sin embargo en la zona de Xochimilco 800 puede afirmarse
que logran su mayor apogeo entre el 1400 y 1600 de nuestra era.

El siglo XX estrecha la dependencia de la ciudad de México con Xochimilco, a través de un


tema esencial en su destino: el agua. Un ambicioso proyecto, con la más avanzada
tecnología de ese entonces, se apropia de los manantiales superficiales, al tiempo que un
sistema de bombeo y canalizaciones llevan el agua hasta la ciudad que crece sin parar.
Esta ruptura del proceso natural da lugar a una continua disminución del tamaño de los
lagos y la red de canales, iniciándose la pérdida paulatina del lago de Xochimilco – Tláhuac
y la pérdida de la capacidad productiva del sistema chinampero. Las chinampas que
existían en otros sectores del lago, como Iztapalapa, Iztacalco y Chalco desaparecieron en
la segunda mitad del siglo XX por la presión urbana por nuevas tierras, mientras que
Xochimilco y Tláhuac se convertían en relictos del sistema. Hoy estos importantes vestigios
de uno de los sistemas agrícolas y culturales de mayor riqueza están amenazados. El
presente “Plan de Manejo”, elaborado en forma participativa por múltiples instituciones y
grupos organizados de la comunidad, bajo la coordinación del Proyecto
UNESCO-Xochimilco, propone un conjunto de acciones y seguimiento para lograr su
conservación y uso sostenible.

Desde el 11 de diciembre 1987 quedaron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la


UNESCO el centro histórico de la Ciudad de México y Xochimilco, así como las zonas
chinamperas de Xochimilco y Tláhuac. Esta importante distinción constituye un orgullo para
la ciudad, pero también significa una responsabilidad hacia la comunidad mundial y las
futuras generaciones de mexicanos.

Durante la XXXIII Conferencia General de la UNESCO celebrada en el mes de julio del


2005, se aprobó la “Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las
Expresiones Culturales”, como importante paso para ratificar el derecho que tienen los
pueblos a la defensa, uso y disfrute de su herencia cultural. Desde el año 2002 se iniciaron
conversaciones entre la Delegación del Gobierno del Distrito Federal en Xochimilco y la
UNESCO-México, para buscar nuevos espacios políticos y económicos, que permitieran la
construcción del plan de gestión del sitio: participación social, responsabilidad y acuerdos
interinstitucionales, programas de apropiación cultural y de inserción del patrimonio en
programas económicos sostenibles. En el caso de México, Xochimilco ha pasado de ser un
patrimonio en riesgo, a la oportunidad de ser uno de los más contemporáneos ejemplos de
creación de condiciones para la gestión participativa de sitios patrimoniales.

La elaboración participativa de planes de manejo y gestión en sitios patrimoniales complejos


es uno de los retos más novedosos y atractivos en los trabajos para la conservación y el
uso sustentable de la herencia cultural. Se trata de navegar en aguas contradictorias: por
una parte la conservación integral del bien cultural, entendiendo por ella tanto su soporte
material, sino como su complejo y cambiante sentido social

Más allá de la conservación o rescate de la materialidad, integridad y autenticidad del bien


cultural, está el difícil proceso de integración de sus valores en la vida comunitaria actual,
más aún si esta reclama otros requerimientos primarios, como salud, alimentación, vivienda
o empleo. Xochimilco es quizá uno de los bienes de valor natural y cultural más complejos
de América Latina: un paisaje de cultivo intensivo, artificialmente construido, que generó la
consolidación de un centro histórico y poblados de valor tradicional a su alrededor, con
fuerte presencia de patrimonio inmaterial que relaciona en una sola unidad los bienes
tangibles y le dan sentido vivo.

La “Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural”, adoptada por
la Asamblea General de la UNESCO en 1972, busca alentar a los “Estados Partes” fi
rmantes de la Convención, a identifi car, proteger, conservar y rehabilitar el patrimonio
cultural y natural con valor excepcional universal para su transmisión a las futuras
generaciones. La inscripción de un bien en la Lista de Patrimonio Mundial es el
reconocimiento de la comunidad internacional de los valores artísticos, históricos, culturales
o ambientales de un sitio patrimonial. Al mismo tiempo, desde el momento de la inscripción
del bien, el estado que lo propone y que tiene soberanía sobre el sitio, adquiere la
responsabilidad ante el mundo de su preservación y de la transmisión de sus valores.

Xochimilco, fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial como parte integral del bien
Centro Histórico de la Ciudad de México y Xochimilco, bajo los criterios culturales (1) (2) (4)
y (5). El último criterio, (5), es el que identifica a Xochimilco en la evaluación elaborada en
1987 por ICOMOS, como:”…un ejemplo destacado de la utilización de las tierras en la zona
lacustre del valle de México, representativo de una cultura que es vulnerable debido a
mutaciones irreversibles”.

Los paisajes culturales vivos no son sitios que pueden ser “congelados” en el tiempo,
mucho menos pueden ser convertidos en museo. Por ello, salvar Xochimilco como “Paisaje
cultural evolutivo vivo” solamente funcionará con un plan integral de manejo, con
participación de la gente del sitio y la incorporación de su cultura agrícola.

En 2003 el Gobierno del Distrito Federal en Xochimilco presentó una solicitud a la Oficina de
la UNESCO en México, para el desarrollo de un proceso de preparación y construcción de
la viabilidad social, política y económica del desarrollo de un Plan de Manejo y Estructura de
Gestión para la Rehabilitación Integral del Centro Histórico y la Zona Chinampera de
Xochimilco. El convenio estableció el aporte de recursos económicos y logísticos por parte
del gobierno local, y el apoyo de la UNESCO en asesores y promoción internacional del sitio
y del proceso de rescate. Ha sido un proceso de dos años y medio de gestión, donde la
UNESCO ha desarrollado en Xochimilco conceptos básicos de gestión participativa y se han
creado bases institucionales para generar una unidad y un sistema de gestión permanente,
con criterios de evaluación y seguimiento de las acciones a corto, mediano y largo plazo.

Cuando un bien patrimonial es inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO,


uno o varios de estos valores son identificados como “valores excepcionales universales”, y
representan la razón que se argumenta para la inscripción de este sitio en la Lista. Los
valores pasan así a tener un significado de valor mundial, encabezando, como valor
universal, todos los otros valores identificados en el lugar.

Analizar los Planes de Manejo propuestos para el Lago de Xochimilco

Acceder a la declaratoria oficial de patrimonio mundial de la Unesco, hasta una recopilación


mucho más sofisticada de estudios y evaluaciones realizadas por universidades y
dependencias gubernamentales sobre el estado del patrimonio edificado, así como de la
zona chinampera y lacustre. De forma paralela, el gobierno delegacional estrechó los
vínculos con instituciones académicas en las que se realizaban este tipo de estudios
(particularmente la Universidad Autónoma Metropolitana campups Xochimilco y la
Universidad Nacional Autónoma de México).
Como punto culminante de este proceso de estructuración de la red, la administración de
Juan González propuso la formalización de un acuerdo de colaboración con la Unesco, a
partir de los principios estipulados en la Convención del Patrimonio Mundial (1972) para que
ésta coadyuvara con el diagnóstico de la zona, además de que elaborara un plan de manejo
del sitio patrimonial. Si bien en principio el organismo internacional accedió a involucrarse
en el proyecto, el proceso de negociación para su incorporación fue lento y no fue sino
hasta finales de 2002 que se firma un convenio de cooperación y se instala formalmente la
oficina de Unesco en Xochimilco, en la que queda al frente Ciro Caraballo. En términos
formales, el gobierno delegacional asumía funciones logísticas y de aportación de recursos
económicos para la elaboración del plan (Caraballo y Ecenarro, 2006). Cabe señalar que
dentro de este arreglo no se contemplaba la participación directa de ninguna autoridad
federal o de la ciudad, sino que las relaciones se regularían a partir de los vínculos que la
demarcación había establecido con las mismas en años previos.

Desde las primeras etapas de este proyecto, la representación técnica de la Unesco evitó
que el proceso de definición y diseño de los instrumentos de acción se limitara a la relación
entre dicha instancia internacional y la delegación. Por el contrario, se privilegió un esquema
altamente participativo en el que se incorporara la opinión de los distintos grupos de
población de la demarcación con el fin de identificar con claridad los valores fundamentales
del sitio patrimonial, así como para reconocer aquellos aspectos problemáticos que
requerían una atención prioritaria (Caraballo y Ecenarro, 2006). Esto entraba en sintonía
con el discurso de las autoridades delegacionales que, asumiendo una postura de
legitimidad democrática, reconocían la importancia de la participación social en la
elaboración de este tipo de proyectos.

Como parte de esta dinámica, se instrumentaron múltiples diseños participativos que tenían
alcances diversos y que tenían por objeto nutrir el debate y los insumos para la elaboración
del plan de manejo del sitio. El más general de éstos fue la Encuesta sobre valores y
representaciones del patrimonio cultural en Xochimilco levantada en agosto de 2004, ya
durante la administración delegacional de Faustino Soto. A través de esta herramienta (en
la que se entrevistó a 633 habitantes de la delegación) se realizaron preguntas sobre los
valores y atributos fundamentales del sitio, los usos sociales del patrimonio y las actitudes
ciudadanas hacia la conservación patrimonial (López Lara, 2006a). A partir de esta primera
estrategia participativa fue posible reconocer de manera amplia la forma en la que la
ciudadanía percibía el patrimonio cultural de Xochimilco, así como la situación de la misma.
A pesar del alcance de este mecanismo, la encuesta solamente cumplió con un fin
informativo y no fortaleció las posibilidades deliberativas de los habitantes de la
demarcación.

De forma paralela se estructuraron mecanismos de participación más focalizados a grupos


de población específicos u orientados hacia la discusión de aristas particulares del problema
patrimonial. En términos de la relación entre la delegación con otras instancias
gubernamentales, así como con instituciones académicas, se organizó un taller de Marco
Lógico para la elaboración de proyectos en 2005 y el Seminario Internacional sobre
revitalización de centros históricos (conocido como taller SIRCHAL) en ese mismo año.
Estas instancias de participación y de convergencia interinstitucional tuvieron un fuerte
componente técnico y se orientaron principalmente a tres temas prioritarios: los valores y el
patrimonio, el manejo del agua y el uso sostenible de los espacios chinamperos (López
Lara, 2006b).

En su relación con la ciudadanía, la estrategia de participación del PUX se articuló desde


diseños amplios (como la encuesta antes citada) hasta la organización de talleres con
grupos de interés específicos. En el ámbito general, hacia 2003 se conformó el Consejo
Consultivo Ciudadano de Xochimilco (que fue reconocido por la delegación como la
principal instancia de interlocución con la ciudadanía) en el que se incorporaron
representantes de distintas asociaciones civiles como Asamblea Xochimilca, Coordinadora
Ciudadana Xochimilco, Xochicopalli Milchihua A.C., entre muchas otras (López Lara,
2006c). En un nivel más particular, dentro del PUX se organizaron talleres específicos con
grupos chinamperos (principalmente de San Gregorio Atlapulco y San Luis Tlaxiatemalco),
con grupos empresariales (fundamentalmente de corte turístico y comercial), con
asociaciones ambientalistas y con organizaciones civiles y grupos de vecinos preocupados
por la protección de los monumentos históricos.

A partir de todo este complejo entramado de diseños participativos orientados hacia


instancias gubernamentales, académicas, empresariales, sociales y vecinales, es que
dentro del PUX se articuló una red de políticas amplia en la que en su centro permanecía la
autoridad delegacional y la representación técnica de la Unesco y alrededor de ellas giraban
una gran cantidad de grupos y organizaciones de distinta índole, y con intereses diversos,
que fueron nutriendo el proceso de definición y diseño del plan del manejo del sitio.

Sin embargo, cuáles eran los puntos fundamentales que se buscaban definir a partir de este
esquema de colaboración interorganizacional. Con base en una serie de entrevistas
realizadas a actores participantes internos y externos a este proceso es posible identificar al
menos tres elementos esenciales: una nueva delimitación de la zona de monumentos
históricos, el reconocimiento de los valores y atributos fundamentales del sitio (y la forma en
la que éstos podían ser interrelacionados), así como establecer instancias de colaboración
interinstitucional permanentes que incorporaran la participación ciudadana durante la
implementación y seguimiento del plan de manejo.

En relación con el primer punto, al interior de la delegación había un completo


desconocimiento sobre los límites que comprendía la Zona del Patrimonio Mundial de
Xochimilco. Si bien se asumía implícitamente que el sitio correspondía con la poligonal del
decreto presidencial de 1986, una revisión detallada a la declaratoria emitida por Unesco en
1987 mostraba que el área no correspondía y que era más pequeña que la protegida por el
decreto de 1986. A pesar de esto, e incluso reconociendo cualquiera de las dos
delimitaciones, las autoridades delegacionales consideraban que las dos zonas tenían
serias omisiones, ya que no incluían algunas áreas patrimoniales (tanto de carácter histórico
y arqueológico) y ecológicas que debían ser protegidas. El poco tiempo con el que contaron
en su momento las autoridades federales para delimitar las zonas patrimoniales y el poco
cuidado que se tuvo al momento de elaborar la candidatura ante la Unesco se aluden como
las principales razones que justifican dicho error.

Como resultado del proceso participativo incorporado en el PUX, y como respuesta al


problema de la delimitación, se definió una nueva zona patrimonial en la que se incorporaba
la poligonal propuesta por el decreto de 1986 y se incluían algunos nuevos perímetros.
Dentro de la delegación Xochimilco se propuso la incorporación de Ciénaga Chica, Laguna
del Toro y el Barrio de Cuahuilama, y en Tláhuac se agregó la zona de humedales. Con
estas adiciones la zona patrimonial aumentó en 686.38 hectáreas (Schulze, Correa y
Caraballo, 2006). De manera adicional, y con el fin de diferenciar las distintas áreas al
interior del polígono de actuación, se definieron tres zonas núcleo (con potencial de
recuperación y de amortiguamiento) dependiendo de los valores y atributos del patrimonio
incluidos dentro de las mismas. Si bien esta diferenciación solamente se hizo inicialmente
para reconocer espacios con una mayor densidad y calidad patrimonial, sí se observa una
concentración de instrumentos de intervención permanente dentro de las zonas núcleo.

En relación con el tema valorativo, tanto las autoridades delegacionales como la


representación técnica de Unesco reconocían la multiplicidad de valores propios del sitio
(históricos, arqueológicos, culturales, ambientales, económicos, etcétera) que
potencialmente podía llevar a dos escenarios poco deseables: por un lado, la centralización
de la definición y diseño del plan de manejo a uno solo de los atributos básicos (como
generalmente sucede en los centros históricos) o, por otro lado, que la amplitud de valores
llevara a que se estableciera una conceptualización ambigua del proyecto que no permitiera
la elaboración de instrumentos de acción concretos.

Ante esto, si bien se optó por una estrategia comprehensiva en la que se reconocía la
importancia de los valores monumentales, ambientales, sociales, culturales, tecnológicos y
económicos del sitio, los atributos que finalmente se privilegiaron al momento de diseñar el
plan de manejo fueron tres: el manejo del agua de los manantiales y canales, la
recuperación de la zona chinampera y el ordenamiento territorial en las zonas colindantes
con los cuerpos de agua (Schulze y Caraballo, 2006).

Así las cosas, es posible observar que en el núcleo duro del proyecto de rehabilitación de la
zona de Xochimilco se encontraban los factores ambientales y urbanos relacionados con la
preservación de los canales y las chinampas, mientras que otros elementos (como la
rehabilitación estética de los poblados, la promoción turística del sitio y la difusión de las
tradiciones culturales) se ubicaron en la periferia del proyecto. Esta delimitación
argumentativa del problema público entra en concordancia con la delimitación de las zonas
de actuación arriba descritas (en el área núcleo de las tres delegaciones se privilegia las
zonas lacustres, chinamperas y de humedales).

Un tercer elemento que guió al PUX fue la definición de una instancia permanente de
colaboración intergubernamental y participación ciudadana que trascendiera el diseño del
plan y que formara parte de la implementación y seguimiento del mismo. Como producto de
los trabajos de la red se propuso, en un primer momento, la creación de una Comisión
Interdependencial para la conservación de la zona patrimonial de Xochimilco, Milpa Alta y
Tláhuac. Esta instancia es de corte fundamentalmente intergubernamental e integra de
manera formal a 16 agencias del gobierno central de la ciudad, así como a las tres
autoridades delegacionales dentro de las cuales se encuentra el sitio. De acuerdo con su
Decreto de Creación (2005) esta Comisión se encontraría presidida por la Secretaria del
Medio Ambiente del Distrito Federal e incluiría como invitados permanentes a algunas
dependencias federales, a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y a Unesco.

En términos de la implementación del plan de manejo y de la vinculación de la participación


social en esta etapa del proyecto, otro producto del PUX fue la propuesta de creación de
una Unidad de Gestión de la zona patrimonial, que estaría compuesta por seis cuerpos
fundamentales. En segundo lugar, se crea un Consejo Técnico para la Gestión y el
Desarrollo del Sitio que fungiría como asesor desde el gobierno de las medidas que se irían
implementando.

Esta instancia se compondría de un conglomerado de actores gubernamentales de la


ciudad, además de que contaría con la presencia de algunas instancias federales y de la
Unesco como invitados permanentes. En tercer lugar se concibe la articulación de un
Cuerpo Académico de Asesores Técnicos que, como su nombre lo indica, apoyaría a los
Comités Ejecutivos en la toma de decisiones a partir del desarrollo de investigaciones
especializadas y la emisión de dictámenes técnicos. Este Cuerpo se conformaría con
investigadores de la UAM-Xochimilco y la UNAM, así como con miembros técnicos de
Unesco e ICOMOS (Consejo Internacional de Sitios y Monumentos) (Schulze, López Lara y
Caraballo, 2006).

En cuarto lugar se encuentra el Fideicomiso del Sitio de Xochimilco que sería una instancia
creada ex profeso (con muchas similitudes al existente en el Centro histórico de la ciudad)
con el fin de captar recursos financieros, tanto dentro como fuera del gobierno, que puedan
contribuir a la implementación del plan de manejo.

Con este esquema complejo se busca que todos los órganos gubernamentales
responsables converjan en una sola arena de implementación que favorezca la
colaboración y la suma de esfuerzos. Por otra parte, con la creación de la Unidad de
Gestión también se tiene el propósito de que todas las dinámicas participativas que se
presentaron durante la fase de definición y diseño del Plan de Manejo persistan durante la
fase de implementación y que cumplan con funciones diferenciadas (ya sean de asesoría
técnica, de elaboración de nuevas propuestas y de vigilancia al trabajo de los Comités
Ejecutivos) de tal forma que se pueda alcanzar la consecución de los objetivos
originalmente propuestos.

De esta manera, y en un esfuerzo de recapitulación del relato presentado en este


subapartado, se observa claramente que el proceso que guió al PUX, iniciado en 2002,
favoreció la articulación de una red de políticas muy amplia que trascendió la relación
pareada entre la delegación Xochimilco y el comité técnico de Unesco. En última instancia
se articuló un esquema de participación muy amplia y con distintos niveles de alcance
(intergubernamental, con instancias académicas y con grupos de interés organizados) que
condujo a una definición precisa del núcleo duro de la política (el problema ambiental del
agua y la chinampa) y de la zona de intervención del Plan, además de que estableció un par
de propuestas operativas para la implementación del Plan.

Sin embargo, a pesar del éxito y de la naturaleza abierta del proceso de elaboración del
plan de manejo, la evaluación de esta experiencia en el mediano plazo resulta un tanto
paradójica ya que algunos meses después de la publicación del plan de manejo las
relaciones entre Unesco y la delegación se rompieron, además de que no había sido posible
poner en marcha ninguna de las instancias de implementación del plan.

Una primera razón que explica los resultados decepcionantes en la implementación del plan
de manejo es la frágil institucionalidad y autoridad que aún persiste en el diseño institucional
del Distrito Federal de las delegaciones políticas frente al gobierno de la ciudad. Si bien las
primeras cuentan con algunos márgenes de maniobra para el diseño de programas e
iniciativas locales, y gozan de cierta legitimidad política al ser electos por la ciudadanía, en
términos institucionales mantienen una fuerte subordinación política y administrativa a los
mandatos y políticas del gobierno central. Esta legitimidad contradictoria de las
delegaciones (elegidos democráticamente, pero subordinados políticamente al centro)
provoca que ante cambios en la agenda de políticas del gobierno central, las iniciativas y
programas delegacionales puedan ser descartados, imponiendo la lógica del gobierno de la
ciudad en las demarcaciones. Esto sucedió en la zona de Xochimilco con el inicio de la
administración de Marcelo Ebrard en el gobierno de la ciudad en 2006, quien tenía previsto
un proyecto de inversión (intrusivo, no excluyente e invasivo de los valores patrimoniales)
en la zona.

En segundo lugar, el cambio de la autoridad delegacional en 2006 generó, también, un


cambio en la agenda de políticas de la delegación, dejando un tanto de lado el interés por
echar a andar el plan de manejo. Esta situación se agudizó debido a las tensiones que
comenzaron a surgir entre la delegación y la representación de Unesco en la zona, debido a
que esta última buscaba negociar un incremento sustantivo en los recursos financieros que
recibía de parte de la delegación para comenzar a operar el plan. Con esto, si bien el Plan
sigue operando de manera formal y normativa, sus resultados se han atenuado como
consecuencia del debilitamiento de las relaciones entre autoridades, representantes de la
UNESCO y organizaciones sociales.

Patrimonio Mundial Xochimilco se ha caracterizado por la preservación de sus orígenes


prehispánicos, arte y arquitectura colonial, así como la producción en chinampas de
hortalizas, plantas de ornato, y flores de diversas especies.

Estos son algunas razones por la que el 11 de diciembre de 1987, Xochimilco fue declarado
“Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura. (UNESCO) (Ciudades Mexicanas (Patrimonio Mundial),
2016). Actualmente la categoría oficial es la de Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la
Humanidad, con 3,743 Ha

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

La Delegación se encuentra ubicada entre los paralelos 19° 09’ y 19° 19’ de latitud norte; los
meridianos 99° 00’ y 99° 10’ de longitud oeste; altitud entre 2 275 msnm. Colinda al norte
con las delegaciones Tlalpan, Coyoacán, Iztapalapa y Tláhuac; al este con las delegaciones
Tláhuac y Milpa Alta; al sur con las delegaciones Milpa Alta y Tlalpan; al oeste con la
delegación Tlalpan (INEGI, 2015).
ORDENAMIENTO ECOLÓGICO

Según el Programa General de Ordenamiento Ecológico del Distrito Federal la Delegación


Xochimilco cuenta con 4,100 hectáreas de categoría “Agroecológica”, esta superficie se
ubica principalmente en zonas lacustres y de pie de monte. Las áreas de la categoría
“Forestal de Conservación” y “Forestal de Protección, representan el 7% de la superficie
total delegacional, es decir, 750 hectáreas corresponden a zonas de bosque. La categoría
“Agroforestal” ocupa 795 hectáreas de superficie, esta es considerada una zona de
transición entre la zona agropecuaria y la forestal. El “Área Natural Protegida” con categoría
de Zona Sujeta a Conservación Ecológica “Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco”
ocupa 2,404 Ha de la zona lacustre y chinampera de la Delegación; la de “Producción
Agropecuaria” y la superficie regulada por Programas Parciales de Desarrollo Urbano,
ocupan 1,200 Ha y corresponden en su mayor parte, en las superficies ocupadas por los
poblados rurales y por los asentamientos humanos recientes, tanto regulares como
irregulares (Gaceta Oficial del Distrito Federal, 2005).

El paisaje tradicional de las “Chinampas”, perteneciente a la zona lacustre de Xochimilco, es


representativo de un sistema único de cultivo en el mundo. Se trata de terrenos inmediatos
a la zona urbana que además albergan parte de la biodiversidad del sur de la Ciudad de
México. La situación actual de esta zona es de gran preocupación debido a que sufre
pérdidas de territorio, degradación del suelo y agua (Gaceta Oficial del Distrito Federal,
2005).

OROGRAFÍA

Se ubica dentro de la Cuenca de México, la provincia fisiográfica de la cual forma parte se


denomina Eje Volcánico Transversal, este es un sistema montañoso que rodea amplios
valles a los cuales llegaban las aguas de numerosos arroyos que descendían de los cerros
durante la época de lluvias formando una gran laguna. Xochimilco forma parte de la
Subprovincia llamada Lagos y Volcanes de Anáhuac. La parte sur de la delegación está
cruzada por la Sierra del Ajusco 60 GACETA OFICIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO 18 de
Septiembre de 2018 donde sobresale como elevación principal el cerro Teuhtli, ubicado en
el límite con la delegación de Milpa Alta. De este a Oeste se localizan los cerros de
Tlamaxcalco, Teoca, Tochuca, Zompole y Tlamapa. Hacia el noroeste, en el límite con
Tlalpan, se encuentran los cerros Tehuanpaltepetl, La Cantera, Texomulco y Xochitepec
(INAFED, 2016).

CLIMA

* Templado subhúmedo con lluvias en verano de humedad media (68%)

* Templado subhúmedo con lluvias en verano de mayor humedad (21%)

* Templado subhúmedo con lluvias en verano de menor humedad (8%)

* Semifrío subhúmedo con lluvias en verano de mayor humedad (3%)


CARACTERÍSTICAS AMBIENTALES

De acuerdo al Programa Delegacional de Desarrollo Urbano de Xochimilco (2005), el suelo


de conservación de la Delegación ha sido a lo largo del tiempo fuente de bienes y servicios
ambientales para los habitantes no sólo de la demarcación, sino también de la Ciudad de
México. El territorio destinado al suelo de conservación en la Delegación es de 10,112 Ha y
es en esta superficie donde se capta la mayor parte de la recarga de los acuíferos que
proveen el 42% del agua que consume la ciudad (Gaceta Oficial del Distrito Federal, 2005).

Un gran problema de hace varias décadas, es la alteración al medio ambiente en la zona


sur de la Cuenca del Valle de México, principalmente observado en la destrucción de los
ecosistemas y la ocupación por asentamientos humanos irregulares. Esto ha ocasionado
que al perderse los ecosistemas y con ello la cobertura vegetal, el suelo pierda la capacidad
64 GACETA OFICIAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO 18 de Septiembre de 2018 de infiltrar
agua a los mantos freáticos y promover la erosión y la pérdida del suelo. Pero no sólo es un
factor importante la pérdida de agua y su infiltración al subsuelo, sino también los servicios
ambientales que se pierden al removerse esta cobertura, como la aportación de oxígeno, y
la retención de contaminantes y de CO2. Paralelo a ello, la pérdida de cobertura vegetativa
también representa la pérdida de biodiversidad, que es muy representativa en el sur de la
Cuenca de México (Velázquez y Romero, 1999).

AGUA

La extracción de agua subterránea que por muchas décadas ha servido para satisfacer las
necesidades hídricas de la ciudad, ha ocasionado que con mayor frecuencia se observen
consecuencias que han derivado por ejemplo, en falta de agua en diversos puntos de la
ciudad, así como en hundimientos, fracturas y socavones en el suelo. Aunado a esto, se ha
documentado que con la pérdida de cobertura vegetativa en la zona cerril al sur de la
Cuenca del Valle de México, el agua que cae en la temporada de lluvias escurre sin ser
retenida y se pierde en escurrimientos que sólo erosionan el suelo (Gaceta Oficial del
Distrito Federal, 2005).

AIRE

De acuerdo al Plan de Desarrollo Urbano de Xochimilco, la principal contaminación


ambiental que afecta a la delegación se deriva tanto de fuentes naturales como culturales.
Las primeras se constituyen en los terrenos de montaña donde las emisiones por incendios
se dan en grandes cantidades. Por lo que toca a las fuentes de emisiones, se tienen como
principales fuentes de contaminación a las de industrias y a las móviles derivadas de los
transportes públicos y privados. Otra causa importante de contaminación es el uso intensivo
de leña y carbón, que se utiliza como combustible en la demarcación para cocinar
alimentos, principalmente en zonas rurales. También son no menos considerables las
emisiones producidas por desechos orgánicos agrícolas, así como los producidos por
establos y porquerizas. Pueden sumarse finalmente, las emisiones causadas por los
basureros clandestinos que se crean ilegalmente a cielo abierto en terrenos baldíos o en
barrancas (Gaceta Oficial del Distrito Federal, 2005).
REGENERACIÓN RESILIENTE PARA LA ZONA PATRIMONIAL DE XOCHIMILCO

El proceso de urbanización de la Ciudad de México y su zona metropolitana ha generado


una grave degradación hidrológica y ambiental en el sistema lacustre del Valle de México. A
pesar de la riqueza histórica, cultural, agrícola y ambiental, la Zona Patrimonial (zp) de
Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta no es la excepción, sufre un proceso de degradación
socio-ambiental importante.

Actualmente, el sistema lacustre es sumamente frágil debido a que los afluentes naturales
de ríos, arroyos y manantiales a nivel regional han sido degradados y en sus flujos en su
mayor parte interrumpidos. El sistema depende fuertemente de agua tratada provista por
diversas plantas de tratamiento, de las que destacan la planta del Cerro de la Estrella, en
Iztapalapa, que aporta alrededor del 90% del caudal tratado. Ejemplos recientes de su
vulnerabilidad son: (i) en el año del 2016 la interrupción del suministro de la planta del Cerro
de la Estrella debido a una fractura accidental de la tubería de aguas negras que nutren la
planta afectando su funcionamiento cerca del 50% de su caudal de operación y causando
afectaciones en los niveles de canales y la agricultura local; (ii) el terremoto del 19 de
septiembre del 2017 tuvo fuertes afectaciones en la zona patrimonial ya que se registraron
grietas y fracturas afectando el sistema lacustre, infraestructura hidráulica de la zona, así
como vivienda con importantes impactos sociales y económicos en comunidades como San
Gregorio y Santa Cruz Acalpixca, entre otras.

La resiliencia ofrece una oportunidad como principio rector en la planeación de la zona


patrimonial, para construir una visión integral de largo plazo entre desarrollo urbano y el
ordenamiento territorial con un enfoque hacia la gestión del agua. Esto incluye la
implementación de diversos proyectos de infraestructura verde, regeneración urbana y
socio-ambiental en la zona.

En 2013, la Ciudad de México (cdmx) fue elegida para formar parte de la Iniciativa 100
Ciudades Resilientes (100RC, por sus siglas en inglés), promovida por la Fundación
Rockefeller, la cual busca que dichas ciudades estén preparadas para la construcción de
resiliencia urbana en torno a los desafíos sociales, económicos y físicos del siglo XXI. La
resiliencia es definida como la capacidad de las personas, comunidades, empresas y
sistemas que se encuentran dentro de una ciudad para sobrevivir, adaptarse y crecer,
independientemente de los tipos de tensiones crónicas e impactos agudos que experimente.

Determinar la zona de la declaratoria


Reglamentación mundial, nacional y local sobre el patrimonio cultural

En México existen 57 zonas de monumentos históricos declaradas por el Ejecutivo Federal,


nueve de ellas inscritas en la Lista del Patrimonio mundial por la UNESCO, lo que coloca a
nuestro país en primer lugar como reserva patrimonial del continente americano.

-Mundial

De acuerdo a las reglas que debe seguir, se enfatiza que la protección y el manejo de un
sitio inscrito en la Lista de patrimonio debe asegurar que los valores excepcionales
universales, la autenticidad y la integridad del sitio sean mantenidos o mejorarlo. Para ello
se necesita una protección legal adecuada y un plan de manejo o su equivalente, que
permita controlar los impactos del sitio. El marco legal permite definir las condiciones
básicas que las autoridades puedan hacer cumplir, mientras que el plan de manejo sirve
como guía para definir principios de operación práctica y espacio para los acuerdos entre
autoridades, propietarios, habitantes y usuarios, a corto, mediano y largo plazo, dentro de
las posibilidades que ofrezca la ley
La Unesco ha implementado un Tratado Internacional denominado la “Convención sobre la
Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural”.
La Convención contiene 38 artículos, divididos en 8 cláusulas, y son determinantes para
salvaguardar el patrimonio mundial.

Instrumentos Internacionales para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural y Natural


Mundial.
Cuadro de: unich.edu.mx

-Nacional y local

La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos de 1972,


regula y protege el patrimonio cultural de la nación, establece la obligatoriedad para sus
propietarios de cuidarlos y conservarlos, así como establece las normas para su
restauración, demolición o reconstrucción, regula su comercio y exportación temporal; crea
el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricas y establece la
propiedad de la Nación sobre ellos.
En la actualidad, esta legislación está en proceso de revisión, en el entendido de que la
reforma a la Ley Federal de 1972 deberá adoptar conceptos universalmente aceptados y
contenidos en tratados suscritos por México.
También deberá considerar la repercusión de las reformas al Art. 27 constitucional sobre el
patrimonio cultural (al ser factible privatizar parcelas y solares); incluir el concepto de
patrimonio arquitectónico en las modificaciones a la ley; desconcentrar la Escuela Nacional
de Antropología e Historia, estableciendo campus regionales para darle un verdadero
carácter nacional; incorporar una adición al Artículo 36 de la Ley de Monumentos para que
la participación de las Iglesias en lo concerniente a la conservación de los bienes
patrimoniales que ocupan, se reduzca a tareas de mantenimiento o de conservación y
restauración, a condición de contar con auxilio técnico de los órganos competentes; evitar
que el concepto "monumento histórico" atienda sólo a criterios temporales (pues la
legislación actual privilegia los bienes arqueológicos en perjuicio de otros bienes culturales)
y reformular la ley en cuanto a la relación directa del INAH con los municipios.
México firmó la convención en 1984 y en 1994 obtuvo un lugar como miembro del Comité
del Patrimonio Mundial (Artículo 8 de la Convención). Existen otras convenciones que
resguardan el patrimonio inmaterial y el subacuático.

Instrumentos Legales Mexicanos para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural.

Cuadro de: unich.edu.mx

La legislación sobre este rubro se encuentra ligada a la creación y el funcionamiento del


Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INAH, fundado en 1938 por parte de la
Secretaría de Educación Pública, con personalidad jurídica y patrimonio propios. Desde el
decreto de creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, del 7 de diciembre de
1988, el INAH se encuentra bajo la coordinación de este Consejo.
El INAH concibió un estudio después de la declaración por parte de la Unesco con la
finalidad de integrarse al proyecto Xochimilco (2004-2006) en ese tiempo coordinado por
Ciro Caraballo Perichi

Esta institución considera a Xochimilco como parte de la cultura con resistencia, que aun
busca proteger y difundir los valores patrimoniales de la región y busca siempre involucrar a
los gobiernos locales y federales para que implementen más políticas culturales, programas
y proyectos.

Fuentes documentales
UNESCO
INAH
CONACULTA
Secretaría de Cultura de la Ciudad de México
Publicaciones especializadas sobre Patrimonio Cultural.

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