Declaratoria de Patrimonio Mundial UNESCO
Declaratoria de Patrimonio Mundial UNESCO
Declaratoria de Patrimonio Mundial UNESCO
La imagen de Xochimilco como sitio patrimonial que ha sido construido a partir del uso
turístico de sus canales no puede aislarse del paisaje lacustre que lo vincula a Tláhuac por
contar con las mismas características valorativas. Su icono: la trajinera, colorida
embarcación de fondo plano, adornada con flores de papel, e impulsada por largas varas y
la destreza ancestral de los locatarios. Trascendiendo la imagen básica, Xochimilco y
Tláhuac son mucho más que canales y trajineras. El complejo ecosistema que conforman
los canales y remanentes lacustres de estos lugares, resguardan especies acuáticas
excepcionales y en peligro de extinción, como el Axolote, a tiempo de ser refugio de
decenas de aves migratorias. Sin embargo, el valor excepcional del sitio radica en la
creatividad y tecnología ancestral en el manejo de las aguas y la riqueza agrícola de su
tierra a través de la chinampa como unidad de producción. Pocos visitantes llegan a
conocer el Xochimilco de un valor excepcional universal, sus riquezas arqueológicas, su
centro histórico, barrios y pueblos tradicionales, lugares que guardan innumerables fiestas,
directamente relacionadas con su cultura agrícola de herencia prehispánica. Xochimilco y
Tláhuac son mucho más que canales y trajineras, es un complejo patrimonio donde
confluyen distintos intereses y múltiples presiones sociales y ambientales, que deben ser
equilibrados para asegurar la permanencia de sus valores patrimoniales excepcionales.
La “Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural”, adoptada por
la Asamblea General de la UNESCO en 1972, busca alentar a los “Estados Partes” fi
rmantes de la Convención, a identifi car, proteger, conservar y rehabilitar el patrimonio
cultural y natural con valor excepcional universal para su transmisión a las futuras
generaciones. La inscripción de un bien en la Lista de Patrimonio Mundial es el
reconocimiento de la comunidad internacional de los valores artísticos, históricos, culturales
o ambientales de un sitio patrimonial. Al mismo tiempo, desde el momento de la inscripción
del bien, el estado que lo propone y que tiene soberanía sobre el sitio, adquiere la
responsabilidad ante el mundo de su preservación y de la transmisión de sus valores.
Xochimilco, fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial como parte integral del bien
Centro Histórico de la Ciudad de México y Xochimilco, bajo los criterios culturales (1) (2) (4)
y (5). El último criterio, (5), es el que identifica a Xochimilco en la evaluación elaborada en
1987 por ICOMOS, como:”…un ejemplo destacado de la utilización de las tierras en la zona
lacustre del valle de México, representativo de una cultura que es vulnerable debido a
mutaciones irreversibles”.
Los paisajes culturales vivos no son sitios que pueden ser “congelados” en el tiempo,
mucho menos pueden ser convertidos en museo. Por ello, salvar Xochimilco como “Paisaje
cultural evolutivo vivo” solamente funcionará con un plan integral de manejo, con
participación de la gente del sitio y la incorporación de su cultura agrícola.
En 2003 el Gobierno del Distrito Federal en Xochimilco presentó una solicitud a la Oficina de
la UNESCO en México, para el desarrollo de un proceso de preparación y construcción de
la viabilidad social, política y económica del desarrollo de un Plan de Manejo y Estructura de
Gestión para la Rehabilitación Integral del Centro Histórico y la Zona Chinampera de
Xochimilco. El convenio estableció el aporte de recursos económicos y logísticos por parte
del gobierno local, y el apoyo de la UNESCO en asesores y promoción internacional del sitio
y del proceso de rescate. Ha sido un proceso de dos años y medio de gestión, donde la
UNESCO ha desarrollado en Xochimilco conceptos básicos de gestión participativa y se han
creado bases institucionales para generar una unidad y un sistema de gestión permanente,
con criterios de evaluación y seguimiento de las acciones a corto, mediano y largo plazo.
Desde las primeras etapas de este proyecto, la representación técnica de la Unesco evitó
que el proceso de definición y diseño de los instrumentos de acción se limitara a la relación
entre dicha instancia internacional y la delegación. Por el contrario, se privilegió un esquema
altamente participativo en el que se incorporara la opinión de los distintos grupos de
población de la demarcación con el fin de identificar con claridad los valores fundamentales
del sitio patrimonial, así como para reconocer aquellos aspectos problemáticos que
requerían una atención prioritaria (Caraballo y Ecenarro, 2006). Esto entraba en sintonía
con el discurso de las autoridades delegacionales que, asumiendo una postura de
legitimidad democrática, reconocían la importancia de la participación social en la
elaboración de este tipo de proyectos.
Como parte de esta dinámica, se instrumentaron múltiples diseños participativos que tenían
alcances diversos y que tenían por objeto nutrir el debate y los insumos para la elaboración
del plan de manejo del sitio. El más general de éstos fue la Encuesta sobre valores y
representaciones del patrimonio cultural en Xochimilco levantada en agosto de 2004, ya
durante la administración delegacional de Faustino Soto. A través de esta herramienta (en
la que se entrevistó a 633 habitantes de la delegación) se realizaron preguntas sobre los
valores y atributos fundamentales del sitio, los usos sociales del patrimonio y las actitudes
ciudadanas hacia la conservación patrimonial (López Lara, 2006a). A partir de esta primera
estrategia participativa fue posible reconocer de manera amplia la forma en la que la
ciudadanía percibía el patrimonio cultural de Xochimilco, así como la situación de la misma.
A pesar del alcance de este mecanismo, la encuesta solamente cumplió con un fin
informativo y no fortaleció las posibilidades deliberativas de los habitantes de la
demarcación.
Sin embargo, cuáles eran los puntos fundamentales que se buscaban definir a partir de este
esquema de colaboración interorganizacional. Con base en una serie de entrevistas
realizadas a actores participantes internos y externos a este proceso es posible identificar al
menos tres elementos esenciales: una nueva delimitación de la zona de monumentos
históricos, el reconocimiento de los valores y atributos fundamentales del sitio (y la forma en
la que éstos podían ser interrelacionados), así como establecer instancias de colaboración
interinstitucional permanentes que incorporaran la participación ciudadana durante la
implementación y seguimiento del plan de manejo.
Ante esto, si bien se optó por una estrategia comprehensiva en la que se reconocía la
importancia de los valores monumentales, ambientales, sociales, culturales, tecnológicos y
económicos del sitio, los atributos que finalmente se privilegiaron al momento de diseñar el
plan de manejo fueron tres: el manejo del agua de los manantiales y canales, la
recuperación de la zona chinampera y el ordenamiento territorial en las zonas colindantes
con los cuerpos de agua (Schulze y Caraballo, 2006).
Así las cosas, es posible observar que en el núcleo duro del proyecto de rehabilitación de la
zona de Xochimilco se encontraban los factores ambientales y urbanos relacionados con la
preservación de los canales y las chinampas, mientras que otros elementos (como la
rehabilitación estética de los poblados, la promoción turística del sitio y la difusión de las
tradiciones culturales) se ubicaron en la periferia del proyecto. Esta delimitación
argumentativa del problema público entra en concordancia con la delimitación de las zonas
de actuación arriba descritas (en el área núcleo de las tres delegaciones se privilegia las
zonas lacustres, chinamperas y de humedales).
Un tercer elemento que guió al PUX fue la definición de una instancia permanente de
colaboración intergubernamental y participación ciudadana que trascendiera el diseño del
plan y que formara parte de la implementación y seguimiento del mismo. Como producto de
los trabajos de la red se propuso, en un primer momento, la creación de una Comisión
Interdependencial para la conservación de la zona patrimonial de Xochimilco, Milpa Alta y
Tláhuac. Esta instancia es de corte fundamentalmente intergubernamental e integra de
manera formal a 16 agencias del gobierno central de la ciudad, así como a las tres
autoridades delegacionales dentro de las cuales se encuentra el sitio. De acuerdo con su
Decreto de Creación (2005) esta Comisión se encontraría presidida por la Secretaria del
Medio Ambiente del Distrito Federal e incluiría como invitados permanentes a algunas
dependencias federales, a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y a Unesco.
En cuarto lugar se encuentra el Fideicomiso del Sitio de Xochimilco que sería una instancia
creada ex profeso (con muchas similitudes al existente en el Centro histórico de la ciudad)
con el fin de captar recursos financieros, tanto dentro como fuera del gobierno, que puedan
contribuir a la implementación del plan de manejo.
Con este esquema complejo se busca que todos los órganos gubernamentales
responsables converjan en una sola arena de implementación que favorezca la
colaboración y la suma de esfuerzos. Por otra parte, con la creación de la Unidad de
Gestión también se tiene el propósito de que todas las dinámicas participativas que se
presentaron durante la fase de definición y diseño del Plan de Manejo persistan durante la
fase de implementación y que cumplan con funciones diferenciadas (ya sean de asesoría
técnica, de elaboración de nuevas propuestas y de vigilancia al trabajo de los Comités
Ejecutivos) de tal forma que se pueda alcanzar la consecución de los objetivos
originalmente propuestos.
Sin embargo, a pesar del éxito y de la naturaleza abierta del proceso de elaboración del
plan de manejo, la evaluación de esta experiencia en el mediano plazo resulta un tanto
paradójica ya que algunos meses después de la publicación del plan de manejo las
relaciones entre Unesco y la delegación se rompieron, además de que no había sido posible
poner en marcha ninguna de las instancias de implementación del plan.
Una primera razón que explica los resultados decepcionantes en la implementación del plan
de manejo es la frágil institucionalidad y autoridad que aún persiste en el diseño institucional
del Distrito Federal de las delegaciones políticas frente al gobierno de la ciudad. Si bien las
primeras cuentan con algunos márgenes de maniobra para el diseño de programas e
iniciativas locales, y gozan de cierta legitimidad política al ser electos por la ciudadanía, en
términos institucionales mantienen una fuerte subordinación política y administrativa a los
mandatos y políticas del gobierno central. Esta legitimidad contradictoria de las
delegaciones (elegidos democráticamente, pero subordinados políticamente al centro)
provoca que ante cambios en la agenda de políticas del gobierno central, las iniciativas y
programas delegacionales puedan ser descartados, imponiendo la lógica del gobierno de la
ciudad en las demarcaciones. Esto sucedió en la zona de Xochimilco con el inicio de la
administración de Marcelo Ebrard en el gobierno de la ciudad en 2006, quien tenía previsto
un proyecto de inversión (intrusivo, no excluyente e invasivo de los valores patrimoniales)
en la zona.
Estos son algunas razones por la que el 11 de diciembre de 1987, Xochimilco fue declarado
“Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura. (UNESCO) (Ciudades Mexicanas (Patrimonio Mundial),
2016). Actualmente la categoría oficial es la de Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la
Humanidad, con 3,743 Ha
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
La Delegación se encuentra ubicada entre los paralelos 19° 09’ y 19° 19’ de latitud norte; los
meridianos 99° 00’ y 99° 10’ de longitud oeste; altitud entre 2 275 msnm. Colinda al norte
con las delegaciones Tlalpan, Coyoacán, Iztapalapa y Tláhuac; al este con las delegaciones
Tláhuac y Milpa Alta; al sur con las delegaciones Milpa Alta y Tlalpan; al oeste con la
delegación Tlalpan (INEGI, 2015).
ORDENAMIENTO ECOLÓGICO
OROGRAFÍA
CLIMA
AGUA
La extracción de agua subterránea que por muchas décadas ha servido para satisfacer las
necesidades hídricas de la ciudad, ha ocasionado que con mayor frecuencia se observen
consecuencias que han derivado por ejemplo, en falta de agua en diversos puntos de la
ciudad, así como en hundimientos, fracturas y socavones en el suelo. Aunado a esto, se ha
documentado que con la pérdida de cobertura vegetativa en la zona cerril al sur de la
Cuenca del Valle de México, el agua que cae en la temporada de lluvias escurre sin ser
retenida y se pierde en escurrimientos que sólo erosionan el suelo (Gaceta Oficial del
Distrito Federal, 2005).
AIRE
Actualmente, el sistema lacustre es sumamente frágil debido a que los afluentes naturales
de ríos, arroyos y manantiales a nivel regional han sido degradados y en sus flujos en su
mayor parte interrumpidos. El sistema depende fuertemente de agua tratada provista por
diversas plantas de tratamiento, de las que destacan la planta del Cerro de la Estrella, en
Iztapalapa, que aporta alrededor del 90% del caudal tratado. Ejemplos recientes de su
vulnerabilidad son: (i) en el año del 2016 la interrupción del suministro de la planta del Cerro
de la Estrella debido a una fractura accidental de la tubería de aguas negras que nutren la
planta afectando su funcionamiento cerca del 50% de su caudal de operación y causando
afectaciones en los niveles de canales y la agricultura local; (ii) el terremoto del 19 de
septiembre del 2017 tuvo fuertes afectaciones en la zona patrimonial ya que se registraron
grietas y fracturas afectando el sistema lacustre, infraestructura hidráulica de la zona, así
como vivienda con importantes impactos sociales y económicos en comunidades como San
Gregorio y Santa Cruz Acalpixca, entre otras.
En 2013, la Ciudad de México (cdmx) fue elegida para formar parte de la Iniciativa 100
Ciudades Resilientes (100RC, por sus siglas en inglés), promovida por la Fundación
Rockefeller, la cual busca que dichas ciudades estén preparadas para la construcción de
resiliencia urbana en torno a los desafíos sociales, económicos y físicos del siglo XXI. La
resiliencia es definida como la capacidad de las personas, comunidades, empresas y
sistemas que se encuentran dentro de una ciudad para sobrevivir, adaptarse y crecer,
independientemente de los tipos de tensiones crónicas e impactos agudos que experimente.
-Mundial
De acuerdo a las reglas que debe seguir, se enfatiza que la protección y el manejo de un
sitio inscrito en la Lista de patrimonio debe asegurar que los valores excepcionales
universales, la autenticidad y la integridad del sitio sean mantenidos o mejorarlo. Para ello
se necesita una protección legal adecuada y un plan de manejo o su equivalente, que
permita controlar los impactos del sitio. El marco legal permite definir las condiciones
básicas que las autoridades puedan hacer cumplir, mientras que el plan de manejo sirve
como guía para definir principios de operación práctica y espacio para los acuerdos entre
autoridades, propietarios, habitantes y usuarios, a corto, mediano y largo plazo, dentro de
las posibilidades que ofrezca la ley
La Unesco ha implementado un Tratado Internacional denominado la “Convención sobre la
Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural”.
La Convención contiene 38 artículos, divididos en 8 cláusulas, y son determinantes para
salvaguardar el patrimonio mundial.
-Nacional y local
Esta institución considera a Xochimilco como parte de la cultura con resistencia, que aun
busca proteger y difundir los valores patrimoniales de la región y busca siempre involucrar a
los gobiernos locales y federales para que implementen más políticas culturales, programas
y proyectos.
Fuentes documentales
UNESCO
INAH
CONACULTA
Secretaría de Cultura de la Ciudad de México
Publicaciones especializadas sobre Patrimonio Cultural.