La Filosofía de Alfred North /vhitehead: Una Breve Intervencion
La Filosofía de Alfred North /vhitehead: Una Breve Intervencion
La Filosofía de Alfred North /vhitehead: Una Breve Intervencion
PROLOGO
Los sistemas filosóficos se nos presentan como totalidades abiertas, o
cerradas, con un sentido que les es propio y que sólo se capta en su con-
junto. Al acercarnos a ellos tendemos a descubrir primero aquellas ideas
que nos son familiares; el tiempo y el trabajo puede llevarnos a encon-
trar el patrón que vincula la totalidad.
Una Introducción a una filosofía específica no debe intentar definir
este patrón : únicamente se nos da cuando lo descubrimos desempeñando
su función dentro del sistema. La Introducción debe buscar señalarlo,
apuntar hacia sus rasgos más característicos, abriendo una ventana que
nos permita ver algo del contenido interior, sin ir más allá.
La que hoy ofrecemos a la filosofía de Whitehead intenta seguir esta
pauta. No es, pues, un trabajo orientado hacia el especialista. Busca des-
pertar el interés del lector culto hacia un pensamiento filosófico actual
y enriquecedor casi desconocido, por desgracia, en nuestro mundo de habla
hispana.
He empleado principalmente como referencias las obras originales
de, Whitehead. De los trabajos críticos escritos sobre su filosofía me he
referido con más frecuencia a los de A. H. Johnson: Whiteheaá's Theory
of Reality; lvor Leclerq: Whitehead's Metaphysics; y N. Lawrence: Whi-
tehead's Philosophical Development. Hago frecuentes referencias al libro
editado por Paul Arthur Schilpp, The Philosopy of A. N. Whitehead, que
contiene una magnífica colección de ensayos escritos por los más desta-
cados especialistas whiteheadianos. Una de las mejores exposiciones de
la doctrina de Whitehead se encuentra en este libro. Me refiero al ensayo
de Víctor Lowe: The Development of Whitehead's Philosophy".
La Bibliografía que ofrecemos no es completa. De los libros de crí-
102 Boletín del Seminario de Derecho Político
1
COMENTARIOS SOBRE LA MET AFISICA
1 The Function of Reason, Beacon Press, cualquier mención posterior sólo se darán
Boston, 1958, p. 8. En la primera cita que las iniciales del libro y el número de pági-
se haga sobre cualquier obra de WHITE· na. He preferido usar los originales en len-
HEAD se ofrecerá la información bibliográ- gua inglesa.
fica pertinente a la edición empleada. En 2 FR. p. 4.
104 Boletín del Seminario de Derecho Político
II
5 Hasta donde sabemos, los libros tra- .:a de Whitehead"), de RISIERI FRONDIZI,
ducidos al español son, hasta el presente, en su traducción de Naturaleza y Vida. y
los que a continuación se ofrecen: Natura- un largo (172 p.) y bien documentado ca-
leza y Vida (Nature and Lije), Imprenta pítulo ("A. N. Whitehead o la Metafísica
López, B. A., 1941. Estudio preliminar, tra- dd Ser Actual") que Juan David García
ducción y notas de RISIERI FRONDIZI. Mo- Bacca incluye en su obra Nueve Grandes
dos de Pensamiento (Modes of Thought), Filósofos Contemporáneos y sus Temas,
Ed. Losada. B. A., 1944, traducción de Imprenta Nacional, Caracas, 1947, Vol. II,
JOAQUÍN XIRAU. Aventuras de las Ideas (Ad- pp. 187-359. Siento no disponer de mo-
ventures o/ Ideas), ed. Janés, Barcelona, mento del ensayo del Prof. FRONDIZJ, cuyo
1947, traducción de CARLOS BoTET. La trato y aliento me llevaron a interesarme en
Ciencia y el Mundo Moderno (Sciencie and la filosofía de Whitehead. Su lectura, años
the Modern World), Ed. Losada, B. A., atrás, me aclaró muchos puntos oscuros. El
1949, traducción de MARÍA ROSA LIDA. trabajo de GARCÍA BACCA es sumamente útil
Proceso y Realidad (Process and Rea/ity), p1ra entender la estrecha vinculación de la
Ed. Losada, B. A., 1956, traducción de J. filosofía de Whiteh~ad con la física mo·
RoVIRA ARMENGOL. Los Fines de la Educa- derna. Sólo alguien tan versado como lo
ción (The Aims of Education), Ed. Paidos, está el Prof. GARCÍA 8ACCA en filosofía y
B. A., 1957, traducción de DORA IVNISKI. física-matemática, pudo haber traducido
6 Los únicos estudios que sobre el tema con tanta sencillez y precisión las leyes bá-
conozco en español -sin considerar las sicas de la física contemporánea a las Ca-
menciones y explicaciones de las historias tegorías del sistem1 filo~ófico de Wbirehead.
y diccionarios de filosofía, necesariamente Ambos libros son extremadamente difíciles
simplificadas- son el Estudio Preliminiar de conseguir por haberse agotado las edi-
("Conceptos Fundamentales de la Metaflsi· ciones.
108 Boletín del Seminario de Derecho Político
9 Process and Reality, Ed. Toe Social Ed. Tudor Publishing Co, N. Y., 1951, p.
Science Book Store (Toe MacMillan Co.). 89.
N. Y., 1941, pref. p. X. 12 The Concept o/ Nature, Cambridge
10 PRICE, LUCIEN: Dialogues o/ A. N. University Press, Cambridge, 1955, p. 2.
Whitehead, The American Library, N. Y., IJ WHITEHE!AD, A. N.: "Autobiographi-
1956, p. 11. cal Notes". en: The Philosophy o/ A. N.
n "Whitehead's Philosophical Develop- Whitehead. 2.• Ed., Tudor Publishing Co,
ment", en: The Philosophy o/ A. N. Whi- 1951, p. 7.
tehead, Ed. por PAUL ARTHUR SCHILPP, 2.•
Boletín del Seminario de Derecho Político 111
21 Sciencie and the Modern World, The 27 Whitehead's Theory of Rea/ity, pp.
MacMillan Co., N. Y .. 1950, pp. 42-43. 132-135.
25 PR., pp. 145-146. 28 PR., pref., p. vii.
26 SMW., pref. p. xi.
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LA FILOSOFIA ESPECULATIVA
tos separados, creando con ello una imagen del mundo truncada y sin clara
interrelación. Esta dimensión imaginativa que nos permite vincular reali-
dades aparentemente distintas es el origen de todo progreso, pues la ca-
pacidad asociativa que nos presta hace posible, a priori, buscar en la ex-
periencia constancia de esas asociaciones. "Una de las principales leyes
que sustenta el progreso humano consiste en que, salvo en casos muy
raros, el pensamiento precede a la observación" 31. No quiere ello decir
que el pensamiento preceda a la experiencia, pues ya hemos visto que la
experiencia es la premisa de todo pensar.
El ámbito de experiencia desde donde Whitehead parte para proyectar
su sistema filosófico es el de la ciencia, concretamente el de la física con-
temporánea. Como bien señala l. Leclerq 35 , los problemas que Whitehead
encuentra al entrar en su etapa metafísica, o quizá mejor, los problemas
que le obligan a entrar en dicha etapa, están íntimamente vinculados a los
que se plantea en su filosofía de la ciencia, pero no son necesariamente
una consecuencia de ellos. En cierta medida, la etapa metafísica señala
hacia un cambio de interés en Whitehead, pero sería difícil defender que
no se planteó estos problemas hasta tanto de.cidió escribir sobre ellos. En
el fondo, no hay tal separación en el pensamiento de un filósofo: la pro-
blemática está, por lo general, dada desde un principio, implícita, por así
decir, en su gama de intereses. Así, Whitehead se ocupó de problemas me-
tafísicos mucho antes de escribir sobre ellos. Por otra parte, hay que to-
mar en cuenta que la física es el punto de referencia que emplea, su pre-
misa, refiriéndose a ella para ejemplificar su pensamiento metafísico una
y otra vez 3".
No ere.e Whitehead que la base desde donde se inicie el pensamiento
especulativo haya de ser determinante de sus límites. "El éxito del experi-
mento imaginativo debe comprobarse siempre mediante. la aplicabilidad
de sus resultados más allá del locus restringido donde se originó. A falta
de semejante aplicación extendida, una generalización que parta de la
física, por ejemplo, sigue siendo meramente una expresión alternativa de
nociones aplicables a la física. La generalización filosófica parcialmente
acertada que se derive de la física encontrará aplicación en campos de
experiencia que van más allá de la física" 37 •
Aunque aceptemos, con cie.rtas reservas, que Whitehead pueda partir
de la física mayormente, vemos ahora que, a su entender, ello no deter-
mina, o no debe determinar, los resultados finales de su metafísica. Si, co-
mo veremos después, el Universo es una totalidad orgánicamente estruc-
turada y cada una de las "entidades actuales" que lo componen está vincu-
lada de diversas maneras a todo lo demás, cada una de estas entidades es
una síntesis que refleja el universo mismo, o al menos, el adscrito a la
situación espacio-temporal de la entidad en cuestión. De esta premisa bá-
sica se deduce que las características metafísicas de una entidad actual
deben aplicar, en principio, a todas las demás entidades actuales 38 • Lo
mismo ocurre con las formas de relación -las llamadas "prehensiones"-
de las entidades entre sí y con los "objetos eternos", que son las otras en-
tidades fundamentales a que Whitehead se refiere.
No debe extrañarnos. pues, que Whitehead señale. que, en principio,
las consecuencias metafísicas derivadas de la física deban aplicar ideal-
mente a campos tan dispares como la ética, la estética, psicología, la so-
ciología, etc. Las consecuencias generales derivadas de un específico cam-
po de experiencia son aplicables a dicho campo, si además estas conse-
cuencias aplican a otros son también adecuadas. Un auténtico sistema me-
tafísico deberá mostrar al menos cuatro características: coherencia y lo-
gicidad, en cuanto a su estructura y aplicabilidad y adecuación en cuanto
a su capacidad instrumental. Un sistema es adecuado, según Whitehead,
cuando no hay elementos en la realidad que no sean dables a interpreta-
ción mediante el sistema 39 •
No debe entenderse que Whitehead mantiene que un sistema metafí-
sico pueda cab3lmente alcanzar este. objetivo de adecuación ID, y mucho
menos que el suyo lo haya alcanzado. La adecuación, en el sentido que
aquí se emple::i el término, debe ser la met:i de todo sistema filosófico, pero,
por motivos obvios, es siempre inalcanzable. No obstante, mientras mayor
adecmción a la realidad en su conjunto, mayor validez tendrá el sistem:i
en cuestión.
Mucho se ha hablado y discutido sobre la adecuación de la filosofía
del organismo; de si esta doctrina permite interpre.tar con utilidad los
diferentes ámbitos de la experiencia humana. Un número de especialistas
<le reconocida competencia en la materia opinan que sí 11 y creemos que
esta opinión puede aceptarse en términos generales.
Tampoco han faltado críticas muy severas contra la filosofía bajo es-
tudio. La mayor parte de ellas provienen de filósofos de. orientación cien-
tificista acaso un tanto estrecha 12• Muchos pensadores que fueron grandes
admiradores de Whitehead en su etapa de. filosofía de la ciencia, no le
perdonaron nunca su entrada en la met:\física, considerándola poco menos
que una traición producto de debilidad senil.
CIENCIA Y FILOSOFIA
que carezca de esta condición sine qua non no tiene para Whitehead sen-
tido. Es evidente que en la metafísica no puede nunca alcanzarse la exac-
titud que es dable a la ciencia. Esto se debe a que el instrumento que la
metafísica emplea es el lenguaje y éste no es un vehículo de expresión
exacto; al menos no en el sentido en que lo son las matemáticas 44. No ha
de extrañarnos la prevención con que buen número de los antiguos com-
p3ñeros y admiradores de Whitehe:1d miran y calibran su aventura me-
tafísica. Es mucho más cómodo limit3r nuestro pensamiento a problemas
concretos, fácilmente constatables y traducibles a un lenguaje exacto y
unívoco, que enfrentar generalizaciones de aparie.ncia ambigua e impre-
cisa, como son los valores, los objetos eternos, Dios, y otros muchos con-
ceptos que Whitehead ofrece.
Estos mismos filósofos no pare.cen haberse percatado de que la meta-
física de Whitehead- siendo metafísica en el sentido más estricto- no
sólo no contradice los principios y métodos de la ciencia, sino que los
supone. En el fondo, como señala W. Mays 45 , la metafísica de. Whitehead
se basa en dos nociones científicas de señalada importancia; una es el
método empleado por la lógica simbólica, con su especial hincapié en los
sistemas complejos relacionados; la otra es la field theory de la física
actual, con su énfasis en la historicidad de los sistemas físicos.
Apunta este autor 46 que el sistema abstracto que se nos ofrece. en
Proceso y Realidad puede identificarse. con el continuo extenso que emplea
cerno marco de referencia. Este continuo puede. limitadamente, interpre-
tuse como el "receptáculo" en donde los acontecimientos tienen lugar y
la actualinción del mismo -que supone unas propiedades en potencia-
da lugar a la cosmología completa. El contilluo extenso, con sus propieda-
des geométricas y matemáticas, no existe como tal hasta tanto se actualiza.
En esta función debemos entender también lo que Whitehead llama objetos
eternos. Debe. aclararse, sin embargo, que tanto los objetos eternos como
acaso también el continuo, reciben una actualidad a priori, un orden pres-
tablecido, a través de la Naturaleza Primordial de Dios, pero este pro-
blema de.be ser tratado separadamente.
Señala justamente Mays 17 que la lectura del ensayo On Mathematica/,
Concepts of the Material World, publicado en 1906 48 , revela que White.-
head intenta en él aplicar el sistema axiomático a la física, en forma muy
similar a lo que, muchos años después, en 1929, haría e.n Proceso y Rea-
lidad en relación a la cosmología.
Ello parece confirmar que la obra de Whitehead tiene una mayor co-
herencia lógica de lo que en un principio se creyó y que no hay una di-
ferencia básica, en cuanto a métodos y objetivos se refiere, entre su meta-
física y su obra anterior.
49 A1., p. 244.
,o PR., pp. 11 27.
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