TEMA 2 - El Llamado A Abraham
TEMA 2 - El Llamado A Abraham
TEMA 2 - El Llamado A Abraham
Cada caso particular, en que una persona puede encontrarse a lo largo de su vida, es un
continuo peregrinar. Sin embargo, pocas veces se da cuenta de que es el mismo Dios que
va guiando todo su caminar, que es Él quien cuida cada uno de sus pasos, porque siempre
cumple su promesa: amarnos hasta el final.
2
»Haré de ti una nación grande,
y te bendeciré;
3
Bendeciré a los que te bendigan
y maldeciré a los que te maldigan;
4
Abram partió, tal como el SEÑOR se lo había ordenado, y Lot se fue con él. Abram
tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán. 5 Al encaminarse hacia la tierra de
Canaán, Abram se llevó a su esposa Saray, a su sobrino Lot, a toda la gente que
habían adquirido en Jarán, y todos los bienes que habían acumulado. Cuando
llegaron a Canaán, 6 Abram atravesó toda esa región hasta llegar a Siquén, donde
se encuentra la encina sagrada de Moré. En aquella época, los cananeos vivían en
esa región. 7 Allí el SEÑOR se le apareció a Abram y le dijo: «Yo le daré esta tierra a
tu descendencia». Entonces Abram erigió un altar al SEÑOR, porque se le había
aparecido.
2
Pero Abram le respondió:
—SEÑOR y Dios, ¿para qué vas a darme algo, si aún sigo sin tener hijos, y el
heredero de mis bienes será Eliezer de Damasco? 3 Como no me has dado ningún
[a]
4
—¡No! Ese hombre no ha de ser tu heredero —le contestó el SEÑOR—. Tu
heredero será tu propio hijo.
5
Luego el SEÑOR lo llevó afuera y le dijo:
—Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu
descendencia!
6
Abram creyó al SEÑOR, y el SEÑOR se lo reconoció como justicia. 7 Además, le dijo:
—Yo soy el SEÑOR, que te hice salir de Ur de los caldeos para darte en posesión
esta tierra.
—A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el
Éufrates.
15
También le dijo Dios a Abraham:
—A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino que su nombre será Sara. 16 Yo [c]
la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo. Tanto la bendeciré, que será
madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos.
17
Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rió de pensar: «¿Acaso
puede un hombre tener un hijo a los cien años, y Sara ser madre a los noventa?»
19
A lo que Dios contestó:
—¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo [d]
Abraham creyó y esperó contra toda esperanza, llegando a ser padre de muchas naciones, según
le había dicho: ¡Mira cuán numerosos serán tus descendientes! (Rom 4,18)
Abraham tuvo a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob también era llamado Israel . Israel tuvo varios
hijos uno de ellos era Jose
2
Esta es la historia de Jacob y su familia.
Cuando José tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño junto a sus hermanos, los
hijos de Bilhá y de Zilpá, que eran concubinas de su padre. El joven José solía
informar a su padre de la mala fama que tenían estos hermanos suyos.
3
Israel amaba a José más que a sus otros hijos, porque lo había tenido en su vejez.
Por eso mandó que le confeccionaran una túnica muy elegante. 4 Viendo sus
[a]
hermanos que su padre amaba más a José que a ellos, comenzaron a odiarlo y ni
siquiera lo saludaban.
José es vendido por sus hermanos
12
En cierta ocasión, los hermanos de José se fueron a Siquén para apacentar las
ovejas de su padre. 13 Israel le dijo a José:
—Tus hermanos están en Siquén apacentando las ovejas. Quiero que vayas a
verlos.
14
Israel continuó:
—Vete a ver si tus hermanos y el rebaño están bien, y tráeme noticias frescas.
16
—Ando buscando a mis hermanos —contestó José—. ¿Podría usted indicarme
dónde están apacentando el rebaño?
17
—Ya se han marchado de aquí —le informó el hombre—. Les oí decir que se
dirigían a Dotán.
José siguió buscando a sus hermanos, y los encontró cerca de Dotán. 18 Como ellos
alcanzaron a verlo desde lejos, antes de que se acercara tramaron un plan para
matarlo. 19 Se dijeron unos a otros:
—Ahí viene ese soñador. 20 Ahora sí que le llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo
en una de estas cisternas, y diremos que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en
qué terminan sus sueños!
21
Cuando Rubén escuchó esto, intentó librarlo de las garras de sus hermanos, así
que les propuso:
Rubén dijo esto porque su intención era rescatar a José y devolverlo a su padre.
23
Cuando José llegó adonde estaban sus hermanos, le arrancaron la túnica muy
elegante, 24 lo agarraron y lo echaron en una cisterna que estaba vacía y
seca. 25 Luego se sentaron a comer. En eso, al levantar la vista, divisaron una
caravana de ismaelitas que venía de Galaad. Sus camellos estaban cargados de
ismaelitas por veinte monedas de plata. Fue así como se llevaron a José a Egipto.
29
Cuando Rubén volvió a la cisterna y José ya no estaba allí, se rasgó las vestiduras
en señal de duelo. 30 Regresó entonces adonde estaban sus hermanos, y les
reclamó:
31
En seguida los hermanos tomaron la túnica especial de José, degollaron un
cabrito, y con la sangre empaparon la túnica. 32 Luego la mandaron a su padre con
el siguiente mensaje: «Encontramos esto. Fíjate bien si es o no la túnica de tu hijo».
33
En cuanto Jacob la reconoció, exclamó: «¡Sí, es la túnica de mi hijo! ¡Seguro que
un animal salvaje se lo devoró y lo hizo pedazos!» 34 Y Jacob se rasgó las vestiduras
y se vistió de luto, y por mucho tiempo hizo duelo por su hijo. 35 Todos sus hijos y
sus hijas intentaban calmarlo, pero él no se dejaba consolar, sino que decía: «No.
Guardaré luto hasta que descienda al sepulcro para reunirme con mi hijo». Así
Jacob siguió llorando la muerte de José.
36
En Egipto, lo vendieron a un tal Potifar, funcionario del faraón y capitán de la
]
guardia.