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Génesis 44-46

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Génesis 44-46

José toma prisionero a Benjamín


44 Después ordenó José al administrador de su casa diciendo: —Llena de alimentos los costales de estos
hombres, todo lo que puedan llevar. Pon el dinero de cada uno en la boca de su costal. 2 Pon también mi
copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, junto con el dinero de su trigo. Él hizo como le
dijo José. (c) 3 Cuando rayó el alba, fueron despedidos los hombres con sus asnos. 4 Cuando ellos habían
salido de la ciudad y antes de que se alejaran mucho, José dijo al que estaba a cargo de su casa: —
Levántate y sigue a esos hombres. Cuando los alcances, diles: “¿Por qué han pagado mal por bien? ¿Por
qué me han robado la copa de plata? 5 ¿No es esta la copa que mi señor usa para beber y por la que
suele adivinar? Han actuado mal al hacer esto”. (c) 6 Cuando él los alcanzó, les repitió estas palabras; 7 y
ellos le respondieron: —¿Por qué dice mi señor tales cosas? ¡Tus siervos jamás harían tal cosa! 8 Si el
dinero que hallamos en la boca de nuestros costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán,
¿cómo, pues, íbamos a robar plata u oro de la casa de tu señor? (c) 9 Aquel de tus siervos en cuyo poder
sea hallada la copa, que muera; y nosotros seremos esclavos de mi señor. 10 Él dijo: —Sea también
ahora conforme a lo que dicen: Aquel en cuyo poder se halle será mi esclavo. Los demás quedarán
libres. 11 Entonces ellos se apresuraron a bajar a tierra cada uno su costal, y cada uno abrió su costal.
12
Él buscó, comenzando por el del mayor y terminando por el del menor, y la copa fue hallada en el
costal de Benjamín. 13 Ellos rasgaron sus vestiduras, y después de cargar cada cual su asno, volvieron a
la ciudad. 14 Judá vino con sus hermanos a la casa de José, quien aún estaba allí, y se postraron a tierra
ante él. (c) 15 Y José les dijo: —¿Qué es esto que han hecho? ¿No saben que un hombre como yo
ciertamente sabe adivinar? (c) 16 Entonces dijo Judá: —¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué
hablaremos? ¿Con qué nos justificaremos? Dios ha descubierto la culpa de tus siervos. He aquí, somos
esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue hallada la copa. 17 Él respondió: —
¡Nunca haga yo tal cosa! Aquel en cuyo poder fue hallada la copa será mi esclavo. Los demás vuélvanse
en paz a su padre. (c)
Judá sale como fiador por Benjamín
18
Entonces Judá se acercó a él y le dijo: —¡Ay, señor mío! Permite que hable tu siervo una palabra a
oídos de mi señor. No se encienda tu ira contra tu siervo, puesto que tú eres como el mismo faraón. (c)
19
Mi señor preguntó a sus siervos diciendo: “¿Tienen padre o hermano?”. 20 Y nosotros respondimos a mi
señor: “Tenemos un padre anciano y un muchacho pequeño que le nació en su vejez. Un hermano suyo
murió. Solo él ha quedado de su madre, y su padre lo ama”. 21 Tú dijiste a tus siervos: “Tráiganmelo
para que lo vea”. 22 Y nosotros dijimos a mi señor: “El joven no puede dejar a su padre; porque si lo
deja, su padre morirá”. 23 Y dijiste a tus siervos: “Si su hermano menor no viene con ustedes, no verán
más mi cara”. 24 »Aconteció, pues, que cuando fuimos a tu siervo, mi padre, le contamos las palabras de
mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: “Vuelvan a comprarnos un poco más de alimentos”. 26 Nosotros
respondimos: “No podemos ir, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Porque no
podemos ver la cara de aquel hombre si nuestro hermano menor no está con nosotros”. 27 Entonces tu
siervo, mi padre, nos dijo: “Ustedes saben que mi mujer me dio dos hijos, 28 y que uno de ellos partió de
mi presencia y pienso que de cierto fue despedazado, pues hasta ahora no lo he vuelto a ver. 29 Si toman
también a este de mi presencia y le acontece alguna desgracia, harán descender mis canas con aflicción
a la sepultura”. 30 »Ahora pues, cuando llegue yo a tu siervo, mi padre, si el joven no está conmigo,
como su vida está tan ligada a la de él, 31 sucederá que cuando vea que no está con nosotros el
muchacho, morirá. Así tus siervos habremos hecho descender las canas de tu siervo, nuestro padre, con
dolor, a la sepultura. 32 Como tu siervo salió por fiador del joven ante mi padre, diciendo: “Si no te lo
traigo de vuelta, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre”, 33 permite ahora que tu siervo
quede como esclavo de mi señor en lugar del muchacho, y que el muchacho regrese con sus hermanos.
34
Porque, ¿cómo volveré yo a mi padre si el muchacho no está conmigo? ¡No podré, para no ver la
desgracia que sobrevendrá a mi padre! (Hay un cambio radical en la vida de Judá y de sus hermanos,
superaron la tercera prueba de José; no dejando a Benjamín como esclavo para su conveniencia como lo
habían hecho con él hace 22 años)

José se da a conocer a sus hermanos


45 José ya no podía contenerse más delante de todos los que estaban en su presencia, y gritó: —¡Que
salgan todos de mi presencia! Nadie quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. 2 Entonces se
puso a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón. (c) 3 José dijo a

1
sus hermanos: —Yo soy José. ¿Vive aún mi padre? Sus hermanos no pudieron responderle, porque
estaban aterrados delante de él. 4 Entonces José dijo a sus hermanos: —Acérquense a mí, por
favor. Ellos se acercaron, y él les dijo: —Yo soy José su hermano, el que vendieron para Egipto. (c)
5
Ahora pues, no se entristezcan ni les pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida
me ha enviado Dios delante de ustedes. 6 Ya han transcurrido dos años de hambre en medio de la tierra,
y todavía quedan cinco años en que no habrá ni siembra ni siega. 7 Pero Dios me ha enviado delante de
ustedes para preservarles posteridad en la tierra, y para darles vida mediante una gran liberación. 8 Así
que no me enviaron ustedes acá, sino Dios, que me ha puesto como protector (RV60 “padre”) del
faraón, como señor de toda su casa y como gobernador de toda la tierra de Egipto. 9 »Apresúrense,
vayan a mi padre y díganle: “Así dice tu hijo José: ‘Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a
mí; no te detengas. 10 Habitarás en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de
tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que tienes. 11 Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco
años de hambre; para que no perezcan de necesidad tú, tu casa y todo lo que tienes’ ”. (c) 12 »He aquí
que sus ojos y los ojos de mi hermano Benjamín ven que es mi boca la que les habla. 13 Informen a mi
padre acerca de toda mi gloria en Egipto y de todo lo que han visto. Apresúrense y traigan a mi padre
acá. 14 Entonces se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano y lloró. También Benjamín lloró sobre
su cuello. 15 Besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de esto, sus hermanos hablaron con
él. (c)
El faraón llama a Jacob a Egipto
16
Se oyó la noticia en el palacio del faraón: “Los hermanos de José han venido”. Esto agradó al faraón y
a sus servidores, 17 y el faraón dijo a José: —Di a tus hermanos: “Hagan lo siguiente: Carguen sus
animales y vuelvan a la tierra de Canaán. 18 Tomen a su padre y a sus familias y vengan a mí. Yo les
daré lo mejor de la tierra de Egipto, y comerán sus productos más preciados”. 19 Y tú dales la orden
siguiente: “Hagan esto: Tomen de la tierra de Egipto carretas para sus niños y para sus mujeres. Y
tomen a su padre y vengan. 20 No echen de menos sus pertenencias, porque lo mejor de toda la tierra de
Egipto será de ustedes”. (c) 21 Así lo hicieron los hijos de Israel. José les dio carretas (RV60 “carros”),
conforme a las órdenes del faraón, y les dio provisiones para el camino. 22 A cada uno de ellos les dio un
vestido nuevo; y a Benjamín le dio trescientas piezas de plata y cinco vestidos nuevos. 23 Para su padre
envió lo siguiente: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y otros
alimentos para su padre, para el camino. 24 Cuando despidió a sus hermanos, y ellos se iban, José les
dijo: —No riñan en el camino. (c)
Jacob y su familia van a Egipto
25
Subieron de Egipto y llegaron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob. 26 Y le dieron la noticia
diciendo: —¡José vive aún! Él es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Pero él se quedó pasmado,
porque no les podía creer. 27 Ellos le contaron todas las cosas que José les había dicho. Y al ver las
carretas que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió. 28 Entonces dijo Israel: —
Basta. ¡José, mi hijo, vive todavía! Iré y lo veré antes de que yo muera. (c)

1) DIOS ES SOBERANO INCLUSO SOBRE EL MAL


 Al hablar de la soberanía de Dios, nos referimos al atributo que hace que Él realice cualquier cosa
conforme a su santa, inescrutable, independiente, libre, agradable y perfecta voluntad, a fin de cumplir a
cabalidad todos sus propósitos divinos. Dios tiene la libertad absoluta para hacer cuanto a Él le plazca.
Siendo el Creador y Sustentador de todo lo que existe, Él tiene derecho para hacer de Su creación lo que
a Él mejor le parezca. Debido a que Él es el Altísimo, no hay nadie sobre Él a quien tenga que pedir
consejo, ni autorización, para hacer algo. Daniel 4:34-35 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé
mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para
siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.
 Dios es soberano sobre la maldad de los hombres. (Leer Gn. 45:5,7-8) Dios permitió el pecado que los
hombres cometen, sin ser Él el responsable del pecado ni el origen del pecado (v.5 ellos le vendieron;
v.8 Dios lo envió). Deuteronomio 32:4 El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos
son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. / Mateo 5:48 Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. / Santiago 1:5 Este es el
mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
 Hay un sentido en el cual es apropiado aun decir que la maldad es parte de Su decreto eterno. Él lo
planeó. No le tomó por sorpresa. No es una interrupción a Su plan eterno. Él declaró el fin desde el
principio, y sigue obrando todas las cosas para Su buena, agradable y perfecta voluntad Isaías 46:9
Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y

2
nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún
no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;

2) LA SOBERANÍA DE DIOS NOS HACE LIBRES PARA ACEPTAR Y PERDONAR


 Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados. José en un principio deseaba regresar a casa de su padre, en
la cárcel le pidió al copero que le hablara al faraón bien de él para que le dejara marcharse de regreso.
Pero cuando Dios le elevó a gobernador de Egipto, entendió quién estaba detrás de todas las
circunstancias injustas de su vida. Dios le puso primero sobre la casa de un oficial para aprender a
administrar y el idioma, Dios probó su integridad en la tentación y en el encierro de la cárcel probó su
fidelidad, le dio la interpretación de los sueños y probó su lealtad, si se daba la gloria a sí mismo o al
Señor. Todo fue encaminado para que Dios usara a José para salvar a su familia de morir de hambre y
vinieran a Egipto. José aprendió a contentarse en sus circunstancias al ver la soberanía de Dios sobre su
vida.
 Debemos igualmente entender que nuestras circunstancias, incluso las más dolorosas e injustas
estuvieron, están y estarán en manos de Dios. El negarnos a creer en esto nos llevará a amargura
interior, y a un resentimiento y dolor que no nos llevan a ninguna parte. No hay terapia, escape,
adicción, relación, ni ninguna otra cosa que nos de paz en este aspecto salvo entender que nuestro
omnisciente, sabio, todopoderoso, misericordioso y bondadoso siempre tiene el control de todo.
Hablando de nuestro temor y confianza en el Padre, Jesús dijo: Mateo 10:28-31 No teman a los que
matan el cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir tanto el
alma como el cuerpo en el infierno. ¿Acaso no se venden dos pajaritos por una moneda? Con todo ni uno
de ellos cae a tierra sin el consentimiento de su Padre. Pues aun los cabellos de ustedes están todos
contados. 31 Así que, no teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.
 Una consecuencia lógica de la confianza en la soberanía de Dios es también aceptar que el daño que
otros nos hicieron fue permitido por Él, y también ayudó para nuestro bien. Perdonar no es olvidar, José
recordaba que le vendieron, pero no tenía rencor, odio ni rechazo hacia sus hermanos; tampoco es
culpar a Dios del mal a otros. Más bien es una confiada resignación ante Dios.
 Ante esa verdad, somos libres para poder perdonar y hacerlo como Cristo nos ha perdonado a nosotros.
Colosenses 3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia,
de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros. El prerrequisito es haber experimentado lo que es ser perdonado por Cristo,
para de esa manera poder hacerlo con otros. Pero si no has venido a Cristo en arrepentimiento sincero,
¿cómo podrás saber lo que es ser perdonado por Él? No es hasta que contemplas tus terribles injusticias
contra Él de las que fuiste perdonado y veas Su incalculable e inmerecido amor, que tu podrás perdonar
las menores ofensas de tus semejantes. ¿Eres libre de perdonar o te falta ser perdonado por Dios?

46 Así partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, donde ofreció sacrificios al Dios de su padre
Isaac. (c) 2 Y Dios habló a Israel en visiones de noche y le dijo: —Jacob, Jacob. Y él respondió: —Heme
aquí. 3 Le dijo: —Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti
una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto y ciertamente yo también te haré subir de allí. Y la
mano de José cerrará tus ojos. (c) 5 Partió Jacob de Beerseba, y los hijos de Israel hicieron subir a su
padre Jacob, a sus niños y a sus mujeres en las carretas que el faraón había enviado para llevarlo.
6
Tomaron también sus ganados y sus posesiones que habían adquirido en la tierra de Canaán. Fueron a
Egipto Jacob y toda su descendencia con él. 7 Llevó consigo a Egipto a toda su descendencia: a sus hijos
y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos.
Lista de los que entraron en Egipto
8
Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos: Rubén, el
primogénito de Jacob; 9 y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. 10 Los hijos de Simeón:
Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la cananea. 11 Los hijos de Leví: Gersón, Cohat y
Merari. 12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zéraj (Er y Onán habían muerto en la tierra de
Canaán). Los hijos de Fares fueron Hesrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Jasub y Simrón.
14
Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Yajleel. 15 Estos fueron los hijos de Lea, que dio a luz a Jacob en
Padan-aram, y su hija Dina. El total de las personas de sus hijos y de sus hijas era treinta y tres. 16 Los
hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli. 17 Los hijos de Aser: Imna, Isva, Isvi, Bería y
su hermana Sera. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zilpa, sierva

3
que Labán dio a su hija Lea, y que dio a luz estos hijos a Jacob: dieciséis personas. 19 Los hijos de
Raquel, mujer de Jacob, fueron José y Benjamín. 20 A José le nacieron, en la tierra de Egipto, Manasés y
Efraín, que le dio a luz Asenat hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín fueron: Bela,
Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Eji, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22 Estos fueron los hijos de Raquel que le
nacieron a Jacob: catorce personas en total. 23 Los hijos de Dan: Husim. 24 Los hijos de Neftalí: Yajzeel,
Guni, Jezer y Silem. 25 Estos fueron los hijos de Bilha, la que Labán dio a su hija Raquel, y dio a luz estos
hijos a Jacob: siete personas en total. 26 Todas las personas que fueron con Jacob a Egipto, sus
descendientes directos, sin contar las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y
seis. 27 Los hijos de José que le nacieron en Egipto, fueron dos; así todos los miembros de la familia de
Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.
Reencuentro de José con su padre
28
Entonces Jacob envió a Judá delante de él a llamar a José para que viniera a encontrarlo en Gosén.
Mientras tanto, ellos llegaron a la tierra de Gosén. (c) 29 José hizo preparar su carro y fue a Gosén para
recibir a Israel su padre. Él se dio a conocer, y echándose sobre su cuello lloró mucho tiempo sobre su
cuello. 30 Entonces Israel dijo a José: —¡Ahora ya puedo morir, puesto que he visto tu cara, y que vives
todavía! 31 Después José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: —Subiré y lo haré saber al
faraón. Le diré: “Mis hermanos y la familia de mi padre que estaban en la tierra de Canaán han venido a
mí. 32 Los hombres son pastores de ovejas, porque poseen ganados. Han traído sus ovejas y sus vacas y
todo lo que tienen”. 33 Cuando el faraón los llame y les diga: “¿Cuál es su oficio?”, 34 entonces le dirán:
“Tus siervos hemos sido hombres de ganadería desde nuestra juventud hasta ahora, lo mismo nosotros
que nuestros padres”. Esto dirán para que habiten en la tierra de Gosén, porque los egipcios abominan a
todo pastor de ovejas. (c)

3) LA SOBERANÍA DE DIOS NOS LIBRA DEL TEMOR


 Gn. 46:3-4 Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una
gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto y ciertamente yo también te haré subir de allí. Y la mano de
José cerrará tus ojos. Había razones para que Jacob temiera descender a Egipto: 1) Dios se lo había
prohibido a su padre Isaac, por lo tanto no estaba seguro si era la voluntad de Dios que fuera (Gn. 26:2)
2) Mudarse de sitio, en especial a otro país con idioma, costumbres y cultura diferente, genera
incertidumbre.
 Dios le da razones a Jacob para no temer. 1) Él es Dios, el Dios verdadero 2) Es el Dios de sus
antepasados 3) Tiene planes con Jacob en Egipto y para después de Egipto 4) Dios estaría con él. En
esto mismo debemos descansar para no temer a lo por venir. El temor generalmente es ocasionado por
la falta de conocimiento del Señor o la falta de fe en Él.

RECONOCE Y CONFÍA EN EL DIOS SOBERANO.

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