20 Veinte A La Corte Kantuta OFICIAL
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Alberto Zuñagua
Florien Resurrección
GUERRA EN LA CIUDAD
A veces el tiempo y el espacio se mal cruzan para generar traumas imposibles
de borrar, a veces despierto en medio de la noche pensando en aquellas balas
que estuvieron a punto de terminar con mi vida, estos versos son fiel reflejo de
aquel suceso, aunque existe un punto positivo, pues el haber vivido de cerca
esos sucesos me ha hecho valorar más la vida y seguir haciendo arte
concientizador.
Te digo hasta pronto, hasta luego, cariño mío
bajo el cielo pintado de negro que cubre tus mejillas,
quisiera poder abrazarte, solo un poco más, dame un poco más.
¡Fusil y metralla! ¡Sonidos de guerra en ciudad! No hay más.
Se van cerrando mis ojos, pero no puedes quedarte aquí, deja de llorar,
tienes que salir de aquí, lleva a nuestro hijo pequeño y corre,
lo bueno es que al tocarte todavía pude sentir tu determinación,
así cierra nuestra historia y por siempre te amo, ¡te amo!
VIOLENCIA
Después de una charla bastante interesante con la coordinadora del proyecto
“La Corte Kantuta” se me ocurrió crear estos breves versos, creo que fue un
buen comienzo para una vida llena de arte.
La aguja y el hilo cambió por hoja y filo,
de moretones y gritos al fin se hartó,
se cansó de vivir a la sombra de ese hombre
se armó de valor y decidió volar libre.
Si tú quieres cambiaré,
tu ángel y protector seré,
las garras que tu piel dañaron las arrancaré,
mis colmillos ya no los verás, los tiré.
Tú ya no confías en mí,
sabes que te dañaré.
Ahora entiendo tu dolor.
¡No! Ahora sufriré como tú,
apartado de mi humanidad,
sin esperanza de volver a ti
lejos de ti, ese es mi fin…
MUNDO LLUVIOSO
Poema creado para aquellos artistas con las almas más sensibles del mundo,
las rupturas, los fracasos, las decepciones duelen, sin embargo, hay dos
opciones, levantarnos y seguir u optar por los siguientes versos, yo prefiero el
punto medio, descansar un rato en la melancolía y las siguientes palabras…
El domingo lluvioso llega,
Navidad poco a poco se acerca.
Las flores se marchitan, las flores mueren,
yo era feliz, sin ella, sin ella.
Ella:
Llegó un día él, con ese aroma irritante a tabaco, alcohol y desenfreno,
pan del día que recibí mientras mi cuerpo moría y mi mente se esfumaba
mirando quizá un escape en ese cristal en el que cayó un golpe fúrico…
Ese 22 de octubre porque aquella ensalada no era de su agrado…
Él:
Por las noches escuchaba gritos, les temía, me recordaban a mi padre
el cómo le acompañaba el aroma a wiski añejado junto con la rabia,
rabia provocada, según él, porque mamá miraba a aquel hombre de traje
en medio del griterío yo encerrado en la habitación temeroso componía…
Ella:
Sus ojos en fuego, sus miradas de depredador, me pregunto ¿qué dolía más?
¿Sus manotazos al viento? ¿Sus regaños? ¿O acaso su indiferencia?
¿El hecho de que quizá no me viera cómo mujer? Quizá eso, quizá…
¿Cuándo paso el suceso en que me volví un adorno, un tapete de casa?
Él:
Pero de esa casa de griteríos por las mañanas salía una voz dulce,
cantaba feliz, mi alma curiosa la veía, la nombre entre sueños sirena…
Estaba tan cerca y a la vez tan lejos de mí, quería, solo quería…
Pero esos gritos de varón encelado, todavía les temía.
Ella:
Cantar era mi escape algunas veces, olvidaba su existencia
mi mente se quedaba en el mejor recuerdo, el día de mi boda quizá
decían que sería feliz, que tendría hijos y un amor y para siempre eternos
linda y cruel mentira, ese sí, era una cárcel para mí.
Él:
Y a veces salía a espiar su mirada fija en el bosque
quizá añorando una vida pasada, ensimismada en sus pensamientos
sonriendo ilusionada en una vida diferente, una vida feliz
donde los golpes se los cambiaron por sonrisas y mimos.
Ella
Escapar, las primeras veces lo pensé, pero el tiempo lo impidió
de repente un niño nació, una pequeña criaturita tan tierna
tan diferente a quien lo concibió, tan tierno, tan frágil
ternura de madre, madre que daba la vida por esos ojitos.
Él:
Un día escuché gritos de la casa de la sirena
aumentaron junto con el llanto del pequeño tritón
y después un silencio, un silencio abismal
esa violencia, un accidente y el tritoncito cerró los ojos…
Ella
Me arrebataron lo que más quería y se fue mi última esperanza
se llevaron a mi ángel y se llevó mi último aliento de vida
en las noches todavía recuerdo su manito enlazado conmigo
y solo sé que está el silencio…
Él:
Quizá pude llevármela, correr, huir lejos
quizá bajo el mar, quizá en una casa lejos del ruido
lejos de ese hombre, formar una familia y amarla,
pero tuve miedo, miedo de él, de ese hombre…
Ella
A veces fantaseaba con aquel músico bohemio que vive al lado
soñaba quizá que un día llegaba cual príncipe a rescatarme
a sacarme de este calabozo que el esposo llamaba amor,
pero los cuentos solo son esos, cuentos nada más
Él:
Alarmantes ruidos se escucharon en la mañana del lunes
a aquella sirena le cortaron la voz, le arrancaron la alegría
y luego de tanto sufrimiento, de lágrimas, de ojos tristes
ya nunca más volví a escuchar el canto de la sirena
solo el silencio, el silencio de muerte, el silencio de cómplice
porque pude haberlo evitado, pero decidí callar…
Ella
Solo me hubiese gustado
Él:
Decirle que…
Juntos:
Te quería…
SCRIPTORES NE SOMNUM
Un experimento de palabras que se creó bajo una premisa surrealista en uno
de aquellos acontecimientos poéticos, incluso yo me pregunto, ¿cuál es el
significado correcto de este poema?
Delirios en una oscuridad que no existe
susurra tenue su dulce maquiavélica voz.
Caen del cielo espinas de la rosa muerta,
y su cama es la prisión, desfigurada te llamó…
Un discurso y le creían
“Buen hombre quiere lo mejor” decían,
con vehemencia un papel sostenía
nuestros recursos seguramente le vendían.
Intento de revolución,
ese hombre los calló,
destruyo para siempre su corazón
y sus protestas las calló.
¡Feliz Cumpleaños!
DONCELLITA
Los artistas también somos humanos, también cometemos errores por celos,
por cosas minúsculas, por sinsabores sin importancia, aun así, también me
parece poco práctico decir un perdón seco, gracias a “La Corte Kantuta” es
que aprendí a hablar a través de la poesía e igualmente a decir lo siento desde
lo más profundo de mi corazón.
Doncellita preciosa de ceño fruncido,
ojitos airados miran a un cielo ennegrecido
y observo con cautela aquel rostro lozano
mirándome mezclándose tristeza y enojo.