La (In) Quietud Del (Des) Conocimiento
La (In) Quietud Del (Des) Conocimiento
La (In) Quietud Del (Des) Conocimiento
PREFACIO
1. SECCIÓN 1: VIDA
2. SECCIÓN 2: MUERTE
3. SECCIÓN 3: (DES)COMPRENSIÓN
PREFACIO
“El peor mal es que nada acontezca. La derrota será no haber intentado la victoria”
F. Pessoa, el malestar del presente.
En este libro me he zambullido en los oscuros fangos de la enfermedad. Me atrevo a decir, sin
temor a equivocarme, que contiene la melancolía de una juventud desvergonzada en decir que ha
perdido la esperanza y con ella la cabeza, que a más de pensar que ya está todo dicho, piensa, por
sobre todo, que está todo hecho. Que los caminos han sido tanto construidos como destruidos por
la misma gente. Que hay enfermedades incurables, y que no se consideran sanos ni mucho
menos curanderos, pero sí pacientes cero.
Además, conforme envejezco voy comprendiendo por qué no avanzamos como país en el arte.
Los ecuatorianos leemos poco, y de hacerlo, partimos con una predisposición reacia hacia los
autores ecuatorianos. El ecuatoriano -y a quien le quepa el saco- abre el poemario, la novela o el
ensayo de su compatriota con una mueca delatora de un sesgo idiota. De modo que, de ser ese el
caso, hipócrita lector, le pido cierre este poemario de inmediato y vaya a buscar refugio y
comodidad en sus autores extranjeros preferidos. Refugiese en ellos, pero medite, medite sin
cesar, hasta que, con suerte halle sosiego en su espíritu. Y, tras haberlo hallado, vuelva a abrir
este poemario, sin una sonrisa, como es debido, pero sin mueca tampoco. Luego, empiece a leer
con la mirada, la mente y la sensibilidad en paz, pero no incólumes.
VIDA
“La ligera paloma, al surcar en libre vuelo el aire cuya resistencia siente, podría persuadirse de
que en un espacio vacío de aire le podría ir aún mucho mejor”
Immanuel Kant.
El acto de poetizar es, a todas luces, inefable. Sin embargo, se puede llegar a ilustrar. A mi ver,
es un acto de abstracción constante, perpetuo. Un vivir al límite del instante, y por tanto, un
deseo de eternizarlo. El poeta es aquel que vive al límite y no cae, sino lo habita, aquel no se
hunde, sino que lo sondea y hasta lo traspasa. Es por esto que la poesía ha de hacerse por
instantes. Uno no espera escribir un buen poema dialogando con un recuerdo -dependiendo,
claro, del tema-, por ejemplo: veo un jacinto caer en la superficie del lago, mientras lo veo
hundirse en mi mente estalla una metáfora, comparación, palabra, frase o poema ya en su
totalidad, como un frasco que se estrella contra el suelo y lo moja: esa sustancia es la poesía.
Y el nuevo frasco de aquella experiencia es el poema, por tal, hay que evitar a toda costa que se
seque, que se pierda.
Ahora trataré, rápidamente, aquellos poemas no escritos de esta manera. Es bien sabido que
nuestra memoria es artificiosa y, en ocasiones, los límites entre imaginación y recuerdo son
difusos. Entonces, cuando uno escribe un poema nostálgico, o algo que se apoye en el recuerdo,
no implica que aquel momento que se recuerda sea en el que cayó el frasco -reciclando la
antedicha analogía- sino que el frasco, precisamente, en los momentos en que se recuerda está
dispuesto, por uno mismo, a caer. Son procesos análogos, por sus resultados, pero no iguales. Por
último, lo dicho no es más que una forma de ver la poesía, si se me toma en serio se erra; si no,
también.
PARRICIDIO
No sé si gastar vocabulario
en decir lo mucho que te odio,
lo mucho que odio tu cabello, tus ojos,
tu ceño, tu sonrisa, sus dientes chuecos,
tu piel, tus manos,
esas con las que alguna vez estrangulaste a mi madre,
ante mís ojos de niño,
esas que luego desganadas me peinaron
(hubiese preferido que me dejes o que me odies,
a esa incertidumbre entre el amor y la indiferencia).
Han cambiado
fechas, gentes, estancias,
todo ha pasado,
todo menos este dolor.
Un dolor no extirpado
y en mi estirpe, por mí hallado.
Un dolor pendulante,
suspendido en la nada.
Un dolor que no es más dolor
sino manera de ser,
sino yo.
Dientes de angustia,
cuyo púrpura cáliz
me arrebató la soledad.
Allí, en la borrasca,
mis dientes ya no mascan tus voluntades
ni mis dedos se fijan ya en tus labios.
Tan sólo una súbita noche sin luna en el agua,
tan solo una súbita noche sin sentirte temblar.
Y, francamente,
no sé si hay lapsos sin tiempo
pero, de haber,
los pasaría todos junto a ti.
II
Descuida, querida,
algún día tendrá que curar esta herida.
Bien sabes que bien sé,
que las cosas caen por su propio peso,
y que aquel beso,
no fue más que pesadumbre y descenso.
III
Mi vida es esto,
es esto, mi vida,
que desemboca en recuerdo,
que desemboca en instante,
que desemboca en silencio,
que desemboca en poesía.
ESTA PATRIA YA NO ES MÍA
Señoras y señores,
esta patria ya no es mía.
Es todo un reto,
empuñar la daga con sabor a muerte,
y abrir la sangre de par en par, para
de sus labios, violetas de profundidad, dejar escapar
el murmullo
de aquello que no tiene un final.
Es todo un reto,
recomenzar el lóbrego lamento,
aceptar su finito tiempo.
Es tan difícil extrañar con un muerto en el pecho,
Es tan difícil exigir salvación a la penumbra del techo.
-A su miedo no lo vío,
que escapó o escupió,
dijo la lengua asfixiada-.
LA OTRA CARA DE LA MUERTE
Nadie sabe
de la vez que me tragué la muerte.
Nadie sabe
de las palabras que proferí, inerte.
No es bella
para quienes no la supieron ver de frente.
No me vuelvas a decir
que el río sigue su camino a pesar de ti,
no, no, no.
Yo no quiero seguir,
no soy un río, sino un hombre
lento y frío, herido de olvido.
SIN TÍTULO
La lengua se me gasta,
se me ensucia, a cada ranura que
con las papilas manoseo.
Saquenme,
hay tantos yoes y
tantos yases, que ya me asusta
el solo hecho de vivir.
NUEVE DE ENERO
“Il se répète sans cesse pour se rassurer : «Jusqu’ici tout va bien… jusqu’ici tout va bien…
jusqu’ici tout va bien…» Mais l’important c’est pas la chute. C’est l'atterrissage”
La Haine. (1995)
Y dime… señor,
¿Dónde estuviste en todo este poema?
¿Bajo qué palabra?
¿Sobre qué reflexión?
El verbo decrépito
suele arrancar esparcetas
de su hogar.
- Oh Esparceta, boga sin miedo hacia lo desconocido, profetas ya han hablado del río aquel
del olvido.
(suspiro).
- Oh Esparceta, no desgastes tu esencia en el vértigo de los años, ¿acaso no te han dicho
que no son más que segundos frente a la eternidad?
(vacío)
- Oh Esparceta, no desesperes ante la memoria, solamente castiga a los cobardes y sé bien
que has hecho del valor sustantivo tuyo.
(Sí)
- Ahora que no te vas, sino te llevan hacia la misteriosa bruma del siempre anunciado
lamento. Te pido, no desesperes Esparceta mía, en ti ya se ha hecho sentir el día.
MUERTE
RAMITA
Tu alma, dije?
No! Erré, me excuso:
tú no tuviste alma alguna,
fuiste como aquellas ramitas
en cuyas fortalezas canturrean los pajaritos,
fuiste tan sólo un ápice del pájaro,
tan sólo un lugar común.
Cielo, rasgate nuevamente el alma en mi pecho. Nube, rompe en llanto nuevamente en mí.
Lluvía, empápame nuevamente sin permiso, quiero volver a ser vulnerable ante ti.
Quiero volver a depositar mi confianza, y que la mezas por un tiempo, para luego arrojarla al
viento y sentir cómo asfixia de tu ventolera.
En la misma pendiente con aguacero, pienso, es hermoso bajar hasta el fondo del lago esperando
no ahogarse. Es hermoso desgarrarse el pecho esperando no desangrarse. Es hermoso dejarse
caer esperando que el peñasco, te ofrezca su mano.
POEMA DEL HOY
Hoy es el día del que más días se desprenden, bien podría la vida hoy acabar o iniciar y no
importaría. Es hoy el día en que absolutamente todo puede suceder. A las muchachas, hoy, les
crecieron flores en los ojos y en los pechos. A los muchachos, hoy, les bastó con ver y no tocar.
Sí, hoy, precisamente, es el día en que todo se resuelve y retorna al hogar para, hoy, quizá más
pronto que tarde, recomenzar. Hoy sabré bien qué piensas y lo olvidaré para volverlo a escuchar.
Y, hoy, escamotearás tu fondo y me lo mostrarás, para luego volverlo a cambiar. Es hoy, pues, el
día en que todo es y no es, y estamos tan felices como tristes estaremos después. Hoy es el día
más bello y trágico que pudo haber alguna vez.
¿BASTA CON SER?
Tinta atravesada de
dolor maltrecho.
Tanto dolor devenido
a hecho!
tanto
que pareciera que 2+2 es 2.
TODO, AUNQUE, PARTE
Flop,
flop,
flop-
Lo demás no importa
pero siempre cuenta.
NO SON PUENTES
Escande el pensamiento,
que ya es desición,
y nacimiento (y asesinato)
En tanto, su mente
parte la parte
que escandió:
la parte en mil pedazos!
En tanto, su mente,
parte la parte escandida.
Y fin! Pasó.
Ella cuida que nadie me toque, por desgracia sólo por la noche…
Sé que intuye en mis palabras cuando tengo un mal día,
dice, hablo sin orillas y escribo mejor poesía.
Cuando el límite
entre el símbolo y la carne
se traspasa,
ya no hay vuelta atrás.
Cuando el rompimiento
del fino trazo,
se vuelve empresa
de finos labios,
no hay pero que valga.
Un puñado de estrellas
danzan en torno suyo,
como yerto, encerrado
entre el sí y el no.
Está aterrado porque se soñó escribiendo y despertó con una pluma en mano.
(Estoy aterrado porque soñé que escribía y desperté con una pluma en mano).
SINRAZONES
Escribo porque no sé
amar.
Escribo porque no sé
hablar.
Escribo porque no sé
perdonar.
Escribo porque no sé
vivir.
Escribo porque no sé
escuchar.
Escribo porque estoy
vivo.
MI POESÍA
El tiempo es lento…
caro… contigo.
Tarde Veneciana,
llorosa de siempre.
Y no me pregunten de la mañana
desangrada, que con esta tarde
ya me basta. Ya está.
Y basta ya.
VACÍO
A, Aranza.
No. No te quiero.
Ni te deseo a muerte.
Miento.
Digo, en verdad no.
La soledad no tiene
fecha de caducidad.
La caducidad es una
cucaracha suicida.
La cucaracha es esta
mano que escribe.
Ramillete de verdad
con rosas de mentira:
es mi mal, es mi espiga
yéndose llena de dicha.
LENGUA
Cada segundo,
boca que nunca calla,
incendia, cambia.
He errado, nuevamente.
Me he acicalado hasta no verme.
Eliminando el odio: relevándolo,
revelándolo, relegándolo.
En un sueño
di vuelta al destino.
De nuevo,
Probé las delicias del tequiero,
como un ave, que en su viaje,
se detiene a tomar aire.