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TERMOSTATO

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TERMOSTATO

Hay tres tipos de termostato para coche, atendiendo al método que utilizan


para detectar la temperatura y controlar el flujo del líquido refrigerante.
En esencia son los mismos que en la mayoría de vehículos, así
que también podemos decir tipos de termostato automotriz:

Termostato electrónico

Estos son los termostatos que se utilizan en la actualidad y


están controlados por la unidad de control del motor. Dado que requieren
de varias conexiones y ciertos aislantes, son más grandes y aparatosos
que los antiguos. A pesar de esto, el mecanismo con el que abren y
cierran el conducto sigue siendo prácticamente igual en muchos casos.
Solo que está accionado generalmente por un solenoide.

Al estar controlado por la centralita del motor, la apertura y cierre del


termostato se puede gestionar en función de más factores. No solo la
temperatura del anticongelante en el propio termostato.
Otros sensores y termómetros repartidos por el motor y sus sistemas
aledaños envían los datos recogidos a la centralita y está abrirá el
termostato según esté programada. Por ejemplo, una gestión básica e
imprescindible es mediante el Sensor de temperatura del líquido
refrigerante, que se suele encontrar en el bloque motor. Otro algo más
sofisticado es mediante los modos de conducción, que en coches con un
enfoque muy deportivo, cambian la gestión del motor en los modos más
radicales.

Termostatos de cápsula

Estos termostatos eran los más frecuentes hace algunas décadas.


Funcionaban sin ningún tipo de electrónica, solo gracias a las propiedades
de dilatación de una cera que iba encapsulada. Cuando la temperatura
aumentaba la cera se dilataba y movía la compuerta que abría el
conducto. Cuando se enfriaba se contraía de nuevo cerrando la
compuerta.

Como podrás entender, esto solo tenía en cuenta la temperatura del


líquido anticongelante al llegar al propio termostato. Algo que limitaba
mucho la gestión de la temperatura, dejando el motor expuesto a cambios
mayores que con los termostatos electrónicos.

Termostatos de fuelle

En lugar de basarse en la dilatación de un líquido, el funcionamiento del


termostato de fuelle se basaba en que el alcohol es volátil. Cuando el
líquido refrigerante se calienta, el alcohol se evapora y expande el fuelle
para dejar pasar el líquido. Al bajar la temperatura, el alcohol vuelve a su
estado líquido y deja de expandir el fuelle.

Este tipo de termostatos tiene el mismo problema que los de cápsula con
cera: solo medían la temperatura en el propio termostato. Con lo que el
motor puede sufrir algo más en determinadas condiciones climatológicas
y/o de uso.

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