Discurso,: Ó Impugnacion Catolica Y Piadosa, A Algunas de Las Proposiciones
Discurso,: Ó Impugnacion Catolica Y Piadosa, A Algunas de Las Proposiciones
Discurso,: Ó Impugnacion Catolica Y Piadosa, A Algunas de Las Proposiciones
Y CONSEJOS UTILES,
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SEVILLA
IMPRENTA DE CARO HERNANDEZ,
1820,
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CIUDADANOS.
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y0ESnecesidad, y obligacion, en que me he consi
derado, á pesar de juzgarme tan escas o de conoc i-
mientos, me han obligado á tomar la «pluma para
,
presentarme á vosotros, cosa que nunca he hecho
haciéndome justicia, y conociendo mi poca ilustr a-
cion y disposicion: mas cuando llegó (quizá óporel
providencia) á mis manos el discurso, que recit
dia 6 de Noviembre anterior en la Socied pat rió-
tica, constitucional de esta ciudad el ciudadano, D.
osé Marchena, socio íntimo, que se titula de ella,
sobre la ley relativa 4 la extincion de monacales, y
reforma de regulares; cuando, repito, Jlegó á mis
manos tal discurso, me pareció muy bien que in-
teresase su talento, é instruccion en favor de lo dis-
puesto por el Gobierno, ya para cumplir con la
obligacion, que tiene todo buen ciudadano de con-
formarse con sus disposiciones, ya para acreditar
estas para con el pueblo ignorante, si se concep-
tuaba con opinion pública, y bastante para influir
en el vulgo, y ya finalmente para contrarestar por
favor del Gobierno á los que dice en su discurso
que opinan en contra, no obstante que no he oido
hablar 4 persona alguna contra la disposicion, aca-
“so porque vivo con demasiado retiro: mas cuando
para hablar de la citada ley, observé en su dis-
curso algunas expresiones, que nada tienen que ver
en
con la materia, 6 asunto de que principalmente
él se trata, y que por otra parte no me sonaba n
bien; despues de haber leido, y meditado sus €x-
54]
presiones con aquella detencion, que exige su mu-
cho peso, y gravedad, me pareció que no faltaria
quien las contradijera, é impugnara, habiéndose es-
parcido tantos egemplares: pero cuando despues del
mucho tiempo, que ha pasado desde que se recitó
en la Sociedad, he visto que nadie ha impugnado
algunas ó muchas de las expresiones, que contiene
el tal discurso, he dicho á mi pluma lo mismo, que
nuestro sabio español Cervantes de Saavedra dijo 4
la suya, cuando escribió su Sátira Caballeresca; á
saber;
Tate, tate, Folloncicos,
De ninguno sea tocada,
h Que aquesta nueva aventura
Para mí estaba guardada.
Sidron, Hosq. Verte gradum, juvenis, non est tua semita, verte
Hac periere omnes quot: quotiere via,
-:o::Mas no:siendo'
tal, ni:sintiendo lo que escribis-
te, en recompensa del buen afecto que me debes,
por ser hijo de un padre, y abuelo tan letrados como
buénos católicos, permíteme que te diga, que procu-
res parecer lo que eres, y detestes, aborrezcas, y
huyas ser lo que pareces; que otra vez para hablar
en público te detengas, y premedites un poco mas,
para que no desaires los no comunes talentos con que
fuiste dotado: te vuelvo á repetir,-que las expresio-
nes de tu papel las aborrezco, pero á tí te amo: y en
prueba de ello me despido de tí con aquel verso
del poeta Ovidio, cuando escribia á su muger des-
de el Ponto:
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yo consentimiento no se podrá reimprimir. |