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Revolución Mexicana

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Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana fue un movimiento armado, encabezado por Francisco I. Madero en contra
de Porfirio Díaz quien permaneció en el poder más de 30 años.

 Para las elecciones de 1910 el Partido Nacional Antirreleccionista, con Francisco I. Madero como
candidato, se enfrentó a Diaz.

Diaz al ver que Madero podía Ganar lo manda encarcelar para el triunfar en las elecciones.

Madero escapo de la cárcel y huyo a Estados Unidos u lanzó el Plan de San Luis en el que invitaba al
pueblo a levantarse en armas el 20 de Noviembre de 1910 en contra de los abusos del gobierno y de
la falta de democracia.

El Levantamiento de Madero tuvo mucho éxito y en Mayo de 1911 cayo Ciudad Juárez en mando de
los rebeldes por lo que Diaz renuncia.

Triunfo de Francisco I. Madero en la Revolución Mexicana


Se convoca a nuevas elecciones y Madero triunfa, ocupando la presidencia en Noviembre de 1911.

El nuevo gobierno enfrentó numerosos problemas:

1. Injusticia en el campo
2. Enormes desigualdades sociales
3. Ataque de la prensa
El 9 de febrero de 1913 militares porfiristas se rebelaron contra Madero, se atrincheraron en el edificio
conocido como la Ciudadela y durante diez días palearon contra las tropas leales a Madero.

El general Victoriano Huerta encargado de defender al gobierno, traiciona a Madero y a Pino Suarez,
los hace prisioneros y los asesina.

Quedándose como encargado de la presidencia a estos se les conoce como: La Decena Trágica
desencadenando consigo la segunda etapa de la Revolución Mexicana.

Segunda Etapa de la Revolución


Victoriano Huerta enfrentó un fuerte rechazo por grupos de la sociedad que pensaban que por no
haber ganado una elección y haber asesinado al presidente, era incorrecto que dirigiera el país. Esta
oposición estaba encabezada por el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, quien sostenía en
el Plan de Guadalupe que el asesinato de Madero y Pino Suárez había roto la ley.

La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que inició en 1910, como consecuencia del
descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz, y que derivaría en una guerra civil que
transformaría radicalmente las estructuras políticas y sociales del país.

La revolución comenzó con el levantamiento liderado por Francisco I. Madero, que se oponía a la
reelección del general Porfirio Díaz a la presidencia, dictador que había gobernado el país por más de
treinta años.
Principales causas de la Revolución Mexicana

La desigualdad social y la concentración de la riqueza. Durante el Porfiriato, el país tuvo un


crecimiento económico importante. Sin embargo, la riqueza quedó repartida en unas cuantas manos
nacionales y en otras pocas extranjeras.

No existía la libertad política. El pueblo no podía elegir a ningún representante dentro de los poderes
estatales ni federales. Estos eran impuestos por Porfirio Díaz, quien, pese a estar en contra de la
reelección, permaneció en el poder más de 30 años.

Despojo de tierras a los campesinos. Díaz hizo una serie de reformas a la legislación que facilitaban la
entrada a compañías extranjeras para que se adueñaran de “terrenos baldíos” los cuales pertenecían
a indígenas, campesinos o gente muy pobre que no tenía el dinero para trabajar sus tierras y eran
despojados de ellas.

Creación de latifundios. Las haciendas de gran extensión pertenecían a unos pocos propietarios
mientras la mayoría de los mexicanos moría de hambre.

Disminuyó la calidad de la enseñanza popular. El 80% de la población era analfabeta.

No había libertad de expresión. La prensa tenía prohibido emitir cualquier tipo de opinión en contra del
gobierno y las huelgas estaban prohibidas para todos los sectores.

Obreros y campesinos carecían de protección laboral por lo cual estaban expuestos a la


sobreexplotación. La mayoría de los trabajadores debían cumplir con jornadas de más de 12 horas
por un sueldo miserable de 75 centavos.

Represión y uso de la fuerza. Las condiciones laborales eran pésimas, sin embargo, cuando los
trabajadores y campesinos trataban de manifestar su inconformidad, fueron reprimidos brutalmente.
Un ejemplo es el asesinato de obreros durante la Huelga de Cananea (1906) y de Río Blanco (1907).

Consecuencias de la Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana es una de las primeras revoluciones sociales del siglo XX y fue la
responsable de meter a México en el siglo XX. Entre sus logros y consecuencias podemos mencionar
los siguientes:

Renuncia de Porfirio Díaz

Promulgación de una nueva constitución en 1917

Nacionalización del suelo y subsuelo

Reforma agraria

Reforma a la ley de educación pública

Nacionalización del petróleo

Mejora de la situación laboral de los trabajadores

Creación del sindicalismo

Repartición de los latifundios entre el campesinado El Porfiriato


Conquista de México
La conquista de México fue un importante acontecimiento que se inició en 1519 y se consumó en
1521, cuando el pueblo mexica fue sometido por un reducido grupo de españoles que contó con el
apoyo de otros pueblos indígenas aliados.
Hernán Cortés fue el español que lideró la expedición, en representación de la corona de Castilla, y
quien persuadió a varias poblaciones indígenas enemistadas con los mexicas para conquistar a la
fuerza Tenochtitlán, la capital del Imperio azteca (también denominado Imperio mexica).
Se desconoce la verdadera magnitud de la invasión debido a que fue reconstruida con base en
crónicas escritas casi exclusivamente por españoles (conocidas como “crónicas de Indias”) y en unos
pocos vestigios que pudieron reunir los historiadores mucho tiempo después del acontecimiento.
Algunas fuentes ofrecen también la mirada de los indígenas vencidos, como la obra del misionero
franciscano Bernardo de Sahagún (1499-1590).
La conquista de México fue una de las consecuencias de los viajes de exploración que siguieron a la
expedición liderada por el navegante genovés Cristóbal Colón, quien gracias al patrocinio de los
Reyes Católicos llegó a América en 1492 cuando planeaba alcanzar el continente asiático por una
ruta alternativa.
Características de la conquista de México
Conquista de México
Cortés obligó a la tropa española que viajó con él a luchar contra los aztecas.
La conquista de México se caracterizó por involucrar negociaciones, alianzas militares y un
despliegue de violencia desmedida que tuvo como protagonistas a las tropas españolas comandadas
por Hernán Cortés, así como a sus aliados tlaxcaltecas y a sus enemigos mexicas. El resultado fue no
solo la conquista del Imperio azteca sino la aniquilación de buena parte de la población indígena de
Tenochtitlán.
Los españoles contaban con armas de fuego, armaduras y caballos además de lanzas, espadas y
ballestas. Los mexicas usaban lanzas, arcos, dardos, escudos y otros artefactos. A pesar de esta
ventaja tecnológica de los españoles, las razones de la victoria parecen vincularse también con el
aprovechamiento de conflictos preexistentes entre poblaciones del Imperio azteca, la introducción de
enfermedades y las decisiones estratégicas y tácticas de Hernán Cortés.
Este logró su objetivo de conquista mediante diversas estrategias:
Desobedeció las órdenes de su superior, el gobernador de Cuba Diego Velázquez de Cuéllar, y tomó
la iniciativa de la conquista.
Estableció alianzas con algunos pueblos indígenas que estaban descontentos o enemistados con el
gobierno del Imperio azteca, especialmente los tlaxcaltecas.
Forzó a otros pueblos indígenas a combatir contra los aztecas.
Obligó a su tropa española a luchar en el continente tras perforar sus barcos con el objetivo de evitar
cualquier deserción.
Aprovechó los conocimientos de lenguas y costumbres indígenas de “la Malinche”, una mujer de
origen nahua que actuó como su intérprete y consejera.
Causas de la conquista
Conquista de México
Cortés buscaba invadir territorios y quedarse con el oro.
Las exploraciones europeas de principios del siglo XVI solían estar motivadas por las ansias de
conquista territorial, de difusión del cristianismo y de adquisición de riquezas mediante la explotación
de recursos humanos (en ocasiones mediante la esclavitud) o la obtención de bienes preciosos
(especialmente oro y plata).
La corona española solía promocionar estos viajes, pero los conquistadores también actuaban según
sus propios intereses. Muchos de estos pertenecían a estratos menores de la nobleza europea y
buscaban oportunidades y aventuras en ultramar. En el caso de Hernán Cortés, posiblemente
buscaba tanto conquistar nuevas tierras para la corona y difundir la religión cristiana como obtener
gloria militar y riquezas derivadas de la explotación de mano de obra indígena en haciendas y minas
de metales preciosos.
La búsqueda de oro fue una de las motivaciones más frecuentes para este tipo de empresa. Cuando
Cortés recibió oro de Moctezuma como una forma de negociar o apaciguar sus deseos de conquista
el español, y sus tropas vieron, en cambio, una razón más para apropiarse de la ciudad. Uno de los
sucesores de Moctezuma, Cuauhtémoc, fue torturado tras la captura de Tenochtitlán por los
españoles, que querían que confesara dónde se ocultaba el oro que suponían que debía ser más
abundante del que habían hallado.
Historia de la Conquista de México
En octubre de 1492 una expedición comandada por Cristóbal Colón y financiada por los Reyes
Católicos, cuyo objetivo era alcanzar las Indias que se hallaban en Asia, arribó en cambio a territorio
americano. Este hecho significativo desencadenó una serie de transformaciones profundas en
Europa, América y otras partes del mundo.
Una de las consecuencias del descubrimiento europeo de América fue la realización de sucesivas
campañas de exploración y conquista que impusieron paulatinamente la dominación de tierras y
poblaciones americanas.
Algunos de estos territorios estaban habitados por sociedades indígenas con gobiernos centralizados
que ejercían su autoridad sobre amplios dominios, como fue el caso de los imperios inca y azteca.
Las campañas españolas eran legitimadas por la corona y conducidas por conquistadores que
actuaban simultáneamente como comandantes militares, como gobernantes y como administradores
de haciendas en las regiones que invadían. Uno de ellos fue Hernán Cortés, quien tuvo a su cargo la
conquista de México.
Primera Guerra Mundial
¿Qué fue la Primera Guerra Mundial?
El 1 de julio de 1916, las fuerzas de infantería británicas y francesas atacaron las líneas de defensa
alemanas en una extensión fronteriza de más de 40 kilómetros, cerca del Río Somme en Francia.
Pronto, la maquinaria alemana abrió fuego y su eficaz manejo de la tecnología industrial proporcionó a
los germanos una inigualable ventaja: 21 mil soldados ingleses perdieron la vida en tan solo un día.
Después de seis meses de guerra, Gran Bretaña únicamente había logrado avanzar ocho kilómetros
hacia el centro de Europa. El resultado: la muerte de más de 1 millón de militares alemanes,
franceses y británicos.
Soldados británicos vendados de la Primera Guerra Mundial en una trinchera del campo de batalla,
1915-1918
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue el evento histórico que definió el acontecer del siglo
XX; devastó el orden político, económico y social de Europa, y su dudosa conclusión sentó las bases
y preparó el camino para un escenario aún más destructivo: la Segunda Guerra Mundial. En aquel
entonces, los civiles −perturbados por la magnitud de las batallas y el escandaloso número de bajas−
la denominaron “la Gran Guerra”. Entre los europeos, la Primera Guerra Mundial era un
acontecimiento inverosímil, pues ocurría en el marco de la supuesta era del progreso. A pesar de los
estragos económicos y las serias crisis internacionales, Europa había logrado evitar guerras a gran
escala. La prosperidad material y una enorme confianza en el desarrollo tecnológico convencieron a
muchos de que los humanos estaban al borde de crear un paraíso terrenal. Al término de la Guerra,
no fue posible mantener las ilusiones sobre el progreso de la civilización occidental: los
enfrentamientos bélicos estuvieron seguidos de revoluciones, dictaduras militares, matanzas en masa
—entre las cuales destacó el genocidio de armenios—y la catástrofe sin paralelo de la Segunda
Guerra Mundial. Para entonces, era aparente que Europa y el Medio Oriente se habían convertido en
una pesadilla en la que la Gran Guerra representó el primer escenario de las crisis del siglo XX.
El 28 de junio de 1914, el heredero al trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando, fue
asesinado junto con su esposa, la duquesa Sophie Chötek, en Sarajevo. El evento sirvió como causa
inmediata de la Guerra; sin embargo, otros motivos políticos y de muy largo alcance, como el
expansionismo del Imperio austro-húngaro, la unificación alemana de Otto von Bismarck o el
imperialismo británico en las zonas norte de África y el Medio Oriente, tuvieron a los europeos en
constantes enfrentamientos desde finales del siglo XIX. La creencia liberal de que los Estados debían
organizarse bajo líneas nacionalistas para lograr la pacificación generó, más allá de cooperación,
competencia. De tal manera, las rivalidades imperiales en las colonias y en las rutas de comercio se
intensificaron con el expansionismo. Al mismo tiempo, las grandes potencias se dividieron en dos
bandos: Alemania, Austria-Hungría e Italia formaron la Triple Alianza en 1882, mientras que Francia,
Gran Bretaña y Rusia crearon la Triple Entente en 1907. Para el inicio de la guerra, el sistema de
alianzas permitió que el mundo se dividiera y que los antagonismos jugaran un rol decisivo: la crisis
económica en la Península de los Balcanes, así como la lucha por el dominio de los estados en el
suroeste europeo –mayoritariamente entre la Rusia Imperial y Austria-Hungría–, brindó la oportunidad
de que el Imperio otomano se insertara en el bando de la Triple Alianza, persiguiendo objetivos
similares.
1. Por progreso debemos entender un movimiento social desarrollado desde la década de 1830 que se
basaba en condiciones bosquejadas y sucedidas en la Revolución Industrial, confiándose en un
mundo que operaba mediante cánones surgidos alrededor de la utilización de “[...] la técnica, en la
ciencia, en el desenvolvimiento capitalista, en el aumento de la población, en el crecimiento de las
necesidades, en la apertura de nuevos ámbitos para el hombre que llevaban a considerar la vida
desde el punto de vista de la evolución, idea medular [...] para la prosperidad de los estados
nacionales”. Cfr. Weber, Alfred. 1997. Historia de la cultura: Fondo de Cultura Económica.
La Primera Guerra Mundial marcó el primer gran conflicto internacional del siglo XX. El asesinato del
archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austro-húngara, y de su esposa, la
archiduquesa Sofía, en Sarajevo el 28 de junio de 1914, dio inicio a las hostilidades, que comenzaron
en agosto de 1914, y continuaron en varios frentes durante los cuatro años siguientes.
Durante la Primera Guerra Mundial, las Potencias de la Entente -- Gran Bretaña, Francia, Serbia y la
Rusia Imperial (a las que más tarde se unieron Italia, Grecia, Portugal, Rumania y Estados Unidos) --
lucharon contra las Potencias Centrales: Alemania y Austria-Hungría (a las que más tarde se
incorporaron la Turquía Otomana y Bulgaria).
El entusiasmo inicial de todas las partes respecto a una victoria rápida y decisiva se desvaneció
cuando la guerra se empantanó en un punto muerto de costosas batallas y guerra de trincheras,
particularmente en el frente occidental. El sistema de trincheras y fortificaciones en el oeste se
extendió en su punto máximo a 475 millas (764 km), aproximadamente desde el Mar del Norte hasta
la frontera suiza, y definieron la guerra para la mayoría de los combatientes norteamericanos y de
Europa Occidental. La vasta extensión del frente oriental impedía una guerra de trincheras a gran
escala, pero la escala del conflicto era equivalente a la del frente occidental. También hubo intensos
combates en el norte de Italia, en los Balcanes y en la Turquía otomana. Los combates tuvieron lugar
en el mar y, por primera vez, en el aire.
En abril de 1917, se produjo un cambio decisivo en las hostilidades cuando la política de guerra
submarina irrestricta de Alemania sacó a Estados Unidos del aislacionismo y lo llevó al centro del
conflicto. Las nuevas tropas y el nuevo material de la Fuerza Expedicionaria Estadounidense
(American Expeditionary Force, AEF) bajo el mando del General John J. Pershing, junto con el
bloqueo en constante aumento de los puertos alemanes, a la larga ayudaron a cambiar el equilibrio
del esfuerzo bélico a favor de la Entente.
Apenas conseguida, esta ventaja para las fuerzas de la Entente fue compensada por los sucesos que
tuvieron lugar en el teatro de operaciones oriental de la guerra. Desde comienzos de 1917, Rusia, una
de las potencias principales de la Entente, había sufrido una gran agitación. En febrero de ese año, el
mal manejo de la guerra por parte del gobierno zarista había contribuido a inspirar un levantamiento
popular: la Revolución de Febrero. La revolución forzó la abdicación del zar Nicolás II y puso en el
poder un Gobierno Provisional de facciones liberales y socialistas, que a fin de cuentas estaba bajo el
mando del miembro del partido Socialista Revolucionario, Alexander Kerensky. Este breve
experimento con la democracia pluralista fue caótico y, en los meses del verano, el continuo deterioro
del esfuerzo bélico y una situación económica cada vez más calamitosa provocó disturbios por parte
de los trabajadores, los soldados y los marinos rusos ("Los días de julio").
Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto armado que tuvo lugar entre los años de 1939 y 1945, y
que involucró de manera directa o indirecta a la mayor parte de las potencias militares y económicas
de la época, así como a numerosos países del Tercer Mundo.

Se la considera la guerra más dramática de la historia contemporánea, debido a la cantidad de


personas involucradas, las enormes dimensiones territoriales del conflicto, la cantidad de armamento
bélico empleado y las desgarradoras consecuencias históricas para la humanidad.

La Segunda Guerra Mundial se desarrolló principalmente en tres escenarios distintos: el continente


europeo, el asiático y el africano. En ellos se enfrentaron las tropas de los dos bandos opuestos,
conocidos como los Países Aliados y las Potencias del Eje, así como de los países involucrados
voluntariamente o a la fuerza en un conflicto que no distinguió entre fuerzas militares y población civil.

En el contexto de esta guerra se produjeron eventos sumamente traumáticos para la civilización


humana, como las muertes masivas en campos de exterminio y de trabajos forzados (en particular de
ciudadanos de la etnia judía, que se denominó el Holocausto), o la utilización por primera vez en la
historia de armas nucleares de destrucción masiva sobre una población civil (las ciudades japonesas
de Hiroshima y Nagasaki).

Causas de la Segunda Guerra Mundial


La invasión alemana de Polonia fue una de las causas de la Segunda Guerra Mundial.
Como toda guerra, la Segunda Guerra Mundial se debió a razones variadas y complejas, que pueden
resumirse en:
Los términos del tratado de Versalles. La rendición de Alemania y sus aliados al término de la Primera
Guerra Mundial les impuso un tratado de rendición incondicional sumamente opresivo, que le impedía
a la nación devastada por la guerra volver a tener un ejército, le arrebataba el control de sus colonias
africanas y le imponía una deuda impagable con los países victoriosos.
El surgimiento del fascismo. Adolfo Hitler en Alemania (nazismo) y Benito Musolini en Italia (fascismo),
principalmente, aprovecharon el descontento popular y construyeron movimientos nacionalistas
extremistas, buscando recuperar las glorias nacionales mediante la militarización de amplios sectores
sociales, la instauración del totalitarismo y la expansión de las fronteras nacionales.
Las tensiones chino-japonesas. Después de la Primera Guerra Sino-japonesa (1894-1895), Japón se
había convertido en una potencia imperial que no veía con buenos ojos a China y la Unión Soviética.
Aprovechando en 1932 la debilidad en que la Guerra Civil entre comunistas y republicanos había
dejado a China, Japón inició una Segunda Guerra Sino-japonesa y ocupó Manchuria, expandiéndose
luego por el Asia menor hasta verse enfrentado por los Estados Unidos.
La invasión alemana de Polonia. Alemania inició su expansión territorial tomando Austria y parte de
Checoeslovaquia, sin que hubiera mayores conflictos. Cuando en 1939 Hitler estableció un pacto con
la URSS para repartirse el territorio polaco y procedió a invadirlo, las naciones occidentales europeas
le declararon la guerra, dando inicio al conflicto como tal.
Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial provocó entre 55 y 70 millones de muertes.
Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fueron particularmente atroces. Algunas de
ellas fueron:
Devastación casi total de Europa. Se dieron extensos y devastadores bombardeos aéreos de las
principales ciudades europeas, primero cuando los alemanes conquistaban el continente y luego
cuando los aliados lo liberaban, lo cual se tradujo en una destrucción casi total de las mismas. Esto
requirió luego grandes inversiones económicas para su paulatina reconstrucción, como el llamado
Plan Marshall propuesto por los Estados Unidos.
Inicio de un mundo bipolar. Las potencias europeas tanto Aliadas como del Eje quedaron, al final del
conflicto, tan debilitadas económica y políticamente que la conducción de la política mundial pasó a
las dos nuevas superpotencias: los Estados Unidos y la Unión Soviética, dando así inicio a la llamada
Guerra Fría.
División de Alemania. Una vez derrotada Alemania, su territorio pasó a control de los países aliados y
de la URSS, por lo que se dividió al país en dos naciones completamente distintas: la República
Federal Alemana, con sistema capitalista y bajo control norteamericano, y la República Democrática
Alemana, con sistema comunista y bajo administración soviética. Alemania volvería a unificarse en
1991, tras la caída del muro de Berlín.
Surgimiento de nuevas tecnologías. Tecnologías hoy comunes como la televisión, las computadoras,
el sonar, el vuelo a reacción o la energía atómica deben su descubrimiento a esta cruenta guerra.
Descolonización. La pérdida de poder político y económico de Europa llevó a la pérdida de control de
sus colonias en el Tercer Mundo, permitiendo así numerosos procesos de independencia.
La muerte de entre 55 y 70 millones de personas. Contando militares y civiles, indistintamente,
millones de los cuales lo hicieron en condiciones infrahumanas en campos de concentración y
exterminio.
Países participantes
Los dos bandos enfrentados fueron:
Las potencias del eje. Conducidas por la Alemania nazi, la Italia fascista y el Japón imperial, junto a
sus socios de Bulgaria, Hungría, Rumanía, y estados co-beligerantes como Finlandia, Tailandia, Irán e
Irak.
Los países aliados. Integrados por Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética, así
como Polonia, China, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Grecia, Yugoslavia,
Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia y, posteriormente, algunos países de participación
minoritaria pero apoyo diplomático a los aliados.
Guerra de los pasteles
La Guerra de los Pasteles comenzó el 21 de noviembre del año 1838, cuando un grupo de barcos
militares franceses atacaron el puerto de Veracruz y el fuerte de San Juan de Ulúa.
El gobierno mexicano le declaró la guerra a Francia y colocó al general Antonio López de Santa Anna
al frente de la batalla. Después de un conflicto en tierra entre soldados de ambos mandos, los
franceses se retiraron a sus respectivos barcos, aunque lograron herir a Santa Anna durante la
persecución.
Cuando parecía que iban a retirarse, los barcos franceses atacaron la ciudad y colocaron un bloqueo
que trajo fuertes repercusiones en la economía de México. Ante la falta de recursos, los mexicanos
trataron de contrabandear productos usando el paso de Texas pero el país se quedó sin alternativas
económicas.
Consecuencias de la Guerra de los Pasteles
La Guerra de los Pasteles trajo consecuencias no solo para México y Francia, sino para
algunos países involucrados indirectamente. Por ejemplo, Inglaterra se vio obligada a intervenir, dado
que México era uno de sus principales proveedores comerciales.
Francia tuvo que regresar la flota de barcos de guerra pertenecientes a la armada
mexicana, sin embargo, exigió a México el pago de 600 mil pesos para reparar los daños a aquellos
ciudadanos franceses con residencia en México.
Por su parte, México tuvo que pagar la indemnización lo cual hizo más lenta la
recuperación económica después del bloqueo económico de los últimos meses. Asimismo, a raíz de
su participación en esta guerra, Santa Anna ganó reconocimiento hasta convertirse en presidente de
México.
La Guerra de los pasteles, el conflicto bélico entre Francia y México llevado a cabo del 16
de abril de 1838 al 9 de marzo del 1839, surgió a partir del reclamo de un francés que poseía un
restaurante en México y pedía que se lo indemnizara económicamente porque en 1832, oficiales del
presidente Santa Anna, se habían comido unos pasteles en su local sin pagar. Claro está que, el
enfrentamiento no fue ocasionado por esa causa pero sí ese fue el hecho que motivó a Francia a
reclamar ventajas comerciales.
Según el portal Red Escolar, la situación entre México y Francia se tornó más difícil
cuando en Tampico, en 1837, fue fusilado un pirata francés. En el mes de febrero de 1838, una
escuadra de buques franceses hizo su primer acto de presencia en Antón Lizardo, Veracruz.
El 16 de abril de 1838, los franceses declararon el bloqueo al puerto de Veracruz,
incautando los barcos mercantes mexicanos. Los buques de los contrincantes dispararon contra San
Juan de Ulúa al conocer, por los oficiales nuestros, la negativa a sus reclamaciones en las que
exigían la exoneración de los préstamos forzosos al gobierno, entre otros planteos entendidos como
exagerados.
Por el conflicto, Francia bloqueó a otros países europeos el acceso a uno de los
mercados más importantes de América por lo cual, al mes de haber iniciado los combates en tierra y
con el propósito de mediar en el conflicto, la marina británica destacó a la Flota de las Indias
Occidentales y consiguió que Francia suspendiera su agresión. El mediador fue el inglés, Richard
Pakenham.
El 9 de marzo de 1839, con la mediación del embajador inglés, se firmó un tratado de paz
en el que México se comprometió a pagar las indemnizaciones pero no a mantener las garantías para
los extranjeros en el futuro. Por su parte, Francia retiró la flota invasora, la solicitud de indemnización
por gastos de guerra, las Declaraciones Provisionales de 1827 que pretendía firmar con México y
devolvió los buques incautados.
Batalla de puebla

La Batalla de Puebla ocurrió el 5 de mayo de 1862, después de que Juárez proclamara la suspensión
del pago de la deuda externa.
En ese momento, los países adeudados (España, Inglaterra y Francia) declararon la guerra a México.
Después, Juárez llegó a un acuerdo con dos de las potencias pero Francia estaba decidida a invadir.
Contra toda expectativa, una victoria inesperada llenó de gloria y honor al pueblo mexicano. El
Ejército Mexicano pudo vencer a las tropas más poderosas de ese entonces: las francesas.

¿Dónde y qué día ocurrió la Batalla de Puebla?


La batalla del 5 de mayo ocurrió en los alrededores de la ciudad de Puebla, en 1862.
Personajes de la Batalla de Puebla
 Ignacio Zaragoza Seguin
 Miguel Negrete
 Porfirio Díaz
 Charles Ferdinand Latrille
 Conde de Lorencez
Causas de la Batalla de Puebla
Para 1860, la situación de México era crítica. Recién se había perdido la mitad del territorio y acababa
de suceder la Guerra de Reforma. Debido a esto último, el país estaba dividido entre liberales y
conservadores; y Benito Juárez había llegado a la presidencia.
Después de la Guerra de Reforma, Benito Juárez llegó a la presidencia en marzo de 1862, pero se dio
cuenta de que el país estaba hecho un desastre. Debido a los conflictos, gran parte de México estaba
destruida y sumida en la pobreza.
Además, el 70% de los recursos económicos se iban como depósito al pago de deudas externas que
tenía con tres potencias europeas: España, Inglaterra y Francia.

Entonces, Juárez tomó una decisión peligrosa y determinante, México suspendería los pagos para
poder reconstruirse. El hecho no le hizo ni pizca de gracia a las potencias europeas por lo que,
movilizaron a sus mejores tropas hacia nuestro país. Estando aquí, Juárez invitó a los representantes
de esas naciones a dialogar y llegar a un acuerdo.
Por medio del Tratado o Acuerdo de la “Soledad”, España e Inglaterra optaron por retirar a sus tropas.
Sin embargo, los franceses decidieron permanecer en el territorio y concretar la invasión.
¿Quién ganó la Batalla de Puebla? El inicio y el final de una guerra cruenta
La movilización fue comandada por el Conde de Lorencez y el 27 de abril de 1862, las tropas
francesas llegaron a Acultzingo, Veracruz, en dirección a la Ciudad de México.
La tensión y olor a derrota eran respirados por el pueblo mexicano y el gobierno de Juárez. El
presidente optó por hacer un llamado a sus contrarios, los conservadores, e invitarlos a unirse por la
libertad de la Patria. A esta petición respondieron muy pocos, entre ellos el general Miguel Negrete.
Las fuerzas del ejército mexicano se concentraron en las comandadas por los generales: Ignacio
Zaragoza, Miguel Negrete y Porfirio Díaz. Sin embargo, es importante señalar que las tropas
mexicanas estaban conformadas por voluntarios.
El Ejército Mexicano estaba conformado en ese momento por personas que nunca habían utilizado un
arma y sin instrucción militar alguna. Por otra parte, el ejército francés estaba conformado por
veteranos de guerra que habían luchado en guerras tan trascendentales como la de Crimea.
El Ejército Mexicano es subestimado
Era evidente que el Ejército Mexicano, de creación improvisada, con pocas municiones y artillería
vieja, no tenía oportunidad contra semejante enemigo. Sin embargo, el peor error de Lorencez, fue
dar por sentado que ganarían.
Cuando Lorencez y sus tropas llegaron a Puebla, a sabiendas de que Zaragoza había fortificado los
frentes de la Ciudad, decidió, por mera prepotencia, atacar de frente a las fuerzas mexicanas. Esta
fue la razón principal de la derrota francesa y de la victoria mexicana.
Y es que, el ardor, el coraje y el valor nacional llegó a tal punto que cuando los mexicanos se
quedaron sin balas, atacaron a machetazos, pedradas y con lo que tuvieran a la mano. Incluso, hubo
quiénes utilizaron las balas de cañón para derrotar a sus contrincantes.
Poco tiempo después, Ignacio Zaragoza murió y la guerra contra Francia continuó hasta 1867, de la
cual también salimos victoriosos.
Consecuencias de la Batalla de Puebla
Aunque la victoria de la Batalla de Puebla no marcó el fin de la guerra, ya que después, la Ciudad de
México fue invadida por los franceses.
Lo que sí logró, fue inspirar sobremanera a los mexicanos para seguir luchando. Gracias a esto, la
lucha continuó hasta que finalmente las tropas francesas decidieron retirarse.
El porfiriato

El Porfiriato fue una etapa en la que el general Porfirio Díaz se mantuvo en la presidencia de México.
Esto a pesar de que, en un inicio, estaba en contra de la reelección. Posteriormente, él mismo se
reeligió varias veces e impuso un gobierno autoritario que no soportaba la crítica o el cuestionamiento.
Dicha dictadura, aunada a la desigualdad social, nula libertad de expresión y otros factores, ocasionó
que se desataran revueltas armadas en su contra y que, después, culminara con el estallido de la
Revolución Mexicana. Cabe señalar que esta etapa duró 35 años (de 1876 a 1911).
Porfirio Díaz gobernó al país durante casi 30 años, entre 1876 y 1911, en siete periodos
presidenciales distintos. Este controversial personaje, defendido por algunos por el desarrollo
económico e infraestructural que impulsó en el país, y condenado por otros por la falta de libertad
política y la desigualdad que provocó el modelo económico de su gobierno.
Un ejemplo de esto último son las fincas de henequén, en las que se practicaba el esclavismo sin
nombrarlo como tal, lo cual reporta el periodista norteamericano John Kenneth Turner en una serie de
artículos bajo el título de “México bárbaro” en 1909.
El Porfiriato
¡Conoce más sobre Porfirio Díaz, su historia y cómo llegó al poder, aquí!
En 1908, Díaz dio una entrevista al periodista norteamericano James Creelman, en la que declaró que
México estaba listo para la apertura política y que no se reelegiría. Muchos historiadores señalan este
punto como decisivo para el desarrollo político de los siguientes años.
Con la esperanza de participar en las elecciones de 1910, se consolidaron partidos de oposición,
como el Democrático, en el que participó Benito Juárez Mata, hijo del Benemérito de las Américas, el
Nacional Antirreeleccionista de Francisco I. Madero y el Liberal Mexicano de los magonistas.
Puede ser que las declaraciones de Porfirio Díaz ante la prensa extranjera fueron para dar una cara
distinta, democrática, ante el exterior, pero tal vez solo cambió de opinión al ver de cerca el momento
de dejar el poder.
Sea lo que haya sido, Díaz se postuló de nuevo a la presidencia, encarceló a Madero y ganó. La
gente estaba cansada y Díaz, además de las elecciones, se había ganado suficientes enemigos.
Porfirio Díaz: Presidente de México durante casi 30 años. Se le reconocen logros, sin embargo la
revolución comenzó por sus abusos de autoridad y la desigualdad económica de su régimen.
Se conoce como el porfiriato o porfirismo a un período en la historia política de México durante el cual
la nación estuvo bajo el control férreo y autoritario del militar oaxaqueño José de la Cruz Porfirio Díaz
Mori (1830-1915). Dicho período fue clave en el devenir histórico mexicano, especialmente como
preludio a la célebre Revolución Mexicana, y duró entre el 28 de noviembre de 1876 y el 25 de mayo
de 1911: fechas en que el caudillo Porfirio Díaz inició su primer mandato presidencial y en que
abandonó el poder huyendo hacia Francia, respectivamente.
El porfiriato fue una etapa particularmente difícil en la vida política mexicana, dado que un único jefe
político gobernó con puño de hierro la nación. Incluso cuando la presidencia de la nación fue ocupada
durante cuatro años por otro militar, el general Manuel González, fue Porfirio Díaz quien tiró de los
hilos del poder, retomando abiertamente el mandato enseguida.
Historia del porfiriato
La dictadura de Porfirio Díaz duró 31 años.
Porfirio Díaz había sido un destacado militar durante la Guerra de Reforma (1858-1861) y la Segunda
Intervención Francesa en México (1862-1867), especialmente en esta última, donde recibió honores
como héroe tras recuperar del dominio extranjero la Ciudad de México y Puebla. Gracias a ello tuvo
acceso a la política, compitiendo contra Benito Juárez en 1867 y 1871, derrotado en ambas
ocasiones, y posteriormente derrotado también por Sebastián Lerdo de Tejada, tras la muerte de
Juárez, contra quien se rebeló militarmente en un contexto de suma impopularidad. Gracias a este
golpe de Estado alcanzó la presidencia de la nación en 1876, y exceptuando los cinco años en que
gobernó nominalmente Manuel González, estuvo desde entonces a cargo del gobierno de México.
La dictadura de Díaz duró 31 años. En sus últimos tiempos reiteró que el país ya estaba listo para la
democracia, pero nunca hizo ningún intento real por abandonar el poder. Cuando en 1910, con 80
años de edad, presentó nuevamente su candidatura a la presidencia, el descontento de dichas
acciones desató la rebelión de Francisco I. Madero del 20 de noviembre de ese año, encendiendo así
la mecha de la Revolución Mexicana venidera. Habiendo sido derrotado militarmente y en el terreno
político, Porfirio Díaz renunció a la presidencia al año siguiente y abandonó el país para siempre,
poniendo así fin al período del porfirato.
Características del porfiriato
El porfirato fue una dictadura, y como tal, centralizó el poder en la figura de Porfirio Díaz, cuya
voluntad suplantó las garantías establecidas en la Constitución de la época, convirtiéndose en el
motor y el volante del país entero. Esto fue posible porque era sumamente popular entre la clase
militar, así que reformó a su antojo al ejército y subordinó a ellos a la policía federal y a una policía
rural con las cuales mantuvo el orden en todo el país. Esto no impidió que hubiera rebeliones,
levantamientos, protestas y conflictos, pero ninguno logró hacer tambalear el gobierno.
La continuidad del porfiriato se tradujo en un auge material, fruto de avances considerables en el
terreno de lo económico, fruto de la apertura a la inversión extranjera y de la liquidación de los
terrenos ociosos, vendidos al mejor postor, generalmente a quien menos las necesitaba. Los cultivos
(café, azúcar, algodón) aumentaron considerablemente, aunque no tanto como la actividad minera
(hierro, cobre, plomo) y la explotación petrolera. Al mismo tiempo, el gobierno insistió en la
modernización del país, invirtiendo en obra pública y en la expansión de la red ferroviaria, por
ejemplo, cuyas dimensiones alcanzaron los 23.000 km (en comparación con los 617 km que había en
1876).
Causas del porfiriato
El régimen de Porfirio Díaz tuvo como principal causante la Rebelión de Tuxtepec de 1876, en la cual
el caudillo se opuso a la reelección de Sebastián Lerdo de Tejada, motivada en parte por las
frustraciones acumuladas por Díaz en sus sucesivas derrotas electorales, así como por la
impopularidad reinante del presidente Lerdo, derivada del acaparamiento del poder por parte de
Juárez y sus seguidores durante la reinstauración de la República.
Durante el porfiriato en México rigió una filosofía positivista, que estimuló el estudio de la historia, en
parte como un discurso que permitiera la unión nacional. Díaz y González invirtieron enormemente en
la educación nacional, en términos muy modernos: laica, gratuita y obligatoria, tal y como la establecía
la Ley Reglamentaria de Educación promulgada en 1891. También se presentó la ley para crear la
Universidad Nacional de México, alejándose de la influencia de la Iglesia Católica y de la Real y
Pontificia Universidad de México, considerada símbolo virreinal. Muchos de estos cambios fueron en
realidad profundizaciones de la gestión previa de Benito Juárez.
Política durante el porfiriato
Como hemos dicho, la política durante el porfiriato fue un tema complicado, centralizado en la
voluntad del dictador y en su alianza con los militares. A pesar de que su llegada al poder se había
dado en el marco de un alzamiento contra la reelección de Lerdo, en 1890 el gobierno de Díaz
suprimió toda limitación a la reelección indefinida, lo cual no fue bien recibido por los sectores que lo
adversaban.
La represión fue un arma común del Estado en esos días, especialmente en el período que va de
1890 a 1908, en el que se acentuaron su centralismo, su paternalismo y su autoritarismo, todo en pro
de la pacificación forzosa del país.

La política exterior del porfiriato buscó siempre el reconocimiento de las instancias foráneas, siendo la
última en admitir su mandato Gran Bretaña (1884), ya que México había roto relaciones diplomáticas
con muchas de ellas durante la firma de la Convención de Londres, causante de la guerra de
intervención. Curiosamente, los capitales británicos y estadounidenses fueron los más abundantes de
la inversión extranjera durante el porfiriato.

¿Cuánto duró el porfiriato?


El régimen de Porfirio Díaz inició en 1876 y culminó formalmente con su renuncia en 1911. En total, el
caudillo duró 31 años formalmente en el poder y 35 dirigiendo el destino de México, 5 de los cuales
correspondieron al gobierno títere de Manuel González.

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