Bobde Garcia Cap.23.T. Habitos Control de Impulsos....
Bobde Garcia Cap.23.T. Habitos Control de Impulsos....
Bobde Garcia Cap.23.T. Habitos Control de Impulsos....
OBJETIVOS
• Conocer los distintos trastornos de los hábitos y del control de los impulsos:
ludopatía, piromanía, cleptomanía y tricotilomanía.
• Conocer la etiología, epidemiología, evolución, diagnóstico y tratamiento de
estos trastornos.
• Establecer las pautas de actuación del profesional de enfermería en la atención
y cuidados de los pacientes que sufren este tipo de trastornos.
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• Ludopatía.
• Piromanía.
• Cleptomanía.
• Tricotilomanía.
De manera similar se encuentran clasificados en la tercera edición revisada del
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-III-R).
El motivo de este agrupamiento es meramente descriptivo, ya que su etiología es
poco conocida y la valoración que se establece en ellos para que puedan compartir un
apartado común radica fundamentalmente en las dificultades para incluirlos en otros
grupos patológicos más específicos. Es lo que el DSM-III-R llama "clase diagnóstica
residual", por lo que es previsible que se reubiquen en otros apartados conforme se vaya
avanzando en su conocimiento.
A excepción de la ludopatía, son fenómenos de escasa frecuencia y quizá por esto
poco investigados y conocidos. En su descripción prácticamente sólo se hace referencia a
su síntoma principal, que da nombre al trastorno por la marcada especificidad del objeto
al que va dirigido el acto impulsivo. La realización de este acto, a diferencia de otros, es
egosintónica, es decir que se experimenta como placentera y parte de un deseo
consciente de realizarla aunque posteriormente puedan aparecer sentimientos de culpa.
23.2. Ludopatía
Epidemiología
Etiología
400
– Hipótesis noradrenérgica, en la cual se establece un paralelismo entre
este trastorno y las adicciones, involucrándose al "arousal" o
activación junto al rasgo temperamental de "búsqueda de
sensaciones". Estos pacientes tendrían un bajo nivel de activación y
necesitarían estímulos externos intensos que los activen. Los datos
que sustentan esta hipótesis son el aumento de noradrenalina en
orina y de su metabolito MHPG en líquido cefalorraquídeo.
– Hipótesis serotoninérgica, que intenta establecer un nexo de unión de
este trastorno con otras conductas impulsivas, como el suicidio,
conductas violentas y la piromanía, ya que en todos ellos existiría un
déficit de serotoni-na central. En los pacientes ludópatas, este déficit
se ha detectado por la inhibición de la respuesta endocrina en el test
de la clorimipramina (CMI).
• Hipótesis conductuales. Para esta hipótesis la conducta adictiva es un
refuerzo positivo que acaba constituyéndose en componente estructural de la
vida cotidiana del individuo.
• Hipótesis psicoanalítica. Clasifica a los ludópatas como neuróticos
compulsivos con tendencias homosexuales latentes.
Aspectos sociológicos
Los ludópatas son más inestables desde el punto de vista tanto familiar como
laboral. El DSM-III-R considera como factores predisponentes una disciplina familiar
inadecuada, exposición al juego en la adolescencia y valores familiares que se centran en
lo material exclusivamente.
Evolución
Diagnóstico
Diagnóstico diferencial
Con el juego social, donde las pérdidas son aceptables, y también con conductas
antisociales y episodios maníacos, donde el juego está presente pero forma parte de una
psicopatología más abigarrada.
401
Tratamiento
23.3. Piromanía
Epidemiología
Diagnóstico
Etiología
402
Los estudios causales se han realizado fundamentalmente desde el campo del
psicoanálisis, buscando la relación simbólica del fuego con la líbido y pulsión agresiva,
asociándose esta conducta desviada con las disfunciones en las relaciones sexual y
agresiva.
En el campo de la investigación bioquímica, se han relacionado niveles bajos de
glucosa y monoaminas con la conducta incendiaria.
Tratamiento
23.4. Cleptomanía
Epidemiología
Etiología
403
Se desconoce la causa de la cleptomanía. La mayor parte de las hipótesis etio-
lógicas son psicoanalíticas y dan diferentes significaciones psicológicas a esta conducta:
Evolución
Diagnóstico
Diagnóstico diferencial
Debe establecerse con el robo ordinario, con los simuladores que pretendan pasar
por cleptómanos para rehuir la justicia. También debe descartarse otros enfermos
mentales en los que aparece el robo pero sin el significado de la cleptomanía y ocupando
un lugar secundario en la clínica de los mismos. Éstos son:
• Trastornos de conducta.
• Trastorno antisocial de la personalidad.
• Esquizofrenia.
• Episodios maníacos.
• Trastornos mentales orgánicos.
Tratamiento
404
23.5. Tricotilomanía
Epidemiología
Etiología
Diagnóstico diferencial
405
concretamente la tiña tonsurante y la alopecia areata, como patologías más frecuentes. Y
dentro del campo psiquiátrico, con el movimiento estereotipado, concretamente con el de
estirarse el pelo, que puede dar lugar a un cuadro similar.
Tratamiento
No deja de tener dificultades el hecho de establecer unas pautas específicas con las
que pueda ayudarse el personal de enfermería en la atención de estos enfermos, y esto se
debe fundamentalmente a lo poco específico y esclarecedor de una nosología que por el
momento no abarca mucho más allá de los límites de lo fenomenológico.
Sin embargo, esto no impide actuar desde una posición terapéutica, es decir, desde
una posición que no es esperable en alguien que no sea un profesional de la salud.
• La primera medida que hay que tomar hace referencia a los posicionamientos
precisamente, pues la mayoría de estos pacientes acceden a los centros
asistenciales presionados por la familia e incluso no faltan los que ya han
tenido problemas legales, incluido el encarcelamiento. La posición de la
sociedad y la familia es confusa y no exenta de conflicto, algo que no debe
ocurrir nunca en el profesional, ya que debe transmitir una referencia serena
y no recriminatoria (no por ello blanda o paternal) donde el paciente pueda
canalizar y reconvertir la ansiedad de la que es portador.
• En los casos de niños y adolescentes, es primordial una recogida de datos que
incluya un sondeo familiar en la búsqueda de puntos conflictivos, sobre todo
el cómo está estructurada la relación padres-hijos, si existen conflictos
matrimoniales, si la madre tiene tendencias de abandono hacia su hijo, si es
en exceso sobreprotectora o permisiva.
• Siempre que se pueda, hay que realizar entrevistas individualizadas con cada
padre. Esto permitirá obtener referencias a las que de otra manera no se
accedería.
• Igualmente, las preguntas directas sobre consumo de alcohol y otras
sustancias, así como posibles malos tratos, físicos o psíquicos, deben
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hacerse por encima de los condicionantes sociales que este tipo de
cuestiones suelen suscitar: unos padres que quieren a su hijo no deben
reaccionar con malestar porque un profesional se tome en serio su trabajo;
más aún, las reacciones desmedidas pueden aportar datos sobre la
personalidad de los entrevistados.
• A los padres a veces les cuesta aceptar que su hijo tiene un problema mental.
Esta "desgracia" vivida como tal dificultará la acción terapéutica. El
informarles sobre su significado y el hacerles comprender que su actitud
tiene que ver con el buen progreso del tratamiento, que son parte integrante
del mismo, puede ser determinante en la obtención de resultados.
• En todos los casos, la familia debe ejercer una acción de control del impulso.
Esto, además de evitar situaciones embarazosas y nuevas sensaciones de
fracaso por parte del paciente al realizar el acto, favorecerá que éste se
sienta obligado a buscar otras vías de resolución del conflicto.
• El profesional debe, por tanto, aconsejar unas normas que dificulten al
paciente que el impulso se lleve a cabo, como son el control del dinero, las
salidas de casa, que éstas se hagan acompañándolo o con conocimiento de
adónde va y el tiempo que puede tardar, etc. Esto debe hacerse de forma
sistemática y lo más inflexible posible, pues los pacientes tienden a utilizar el
engaño y los descuidos, por mínimos que sean, incluso son capaces de hacer
alegaciones en un discurso coherente acerca de lo innecesario de estas
medidas.
• Por último, debe prestarse atención a un momento especialmente delicado
por el peligro de recaída. Se trata de cuando los pacientes empiezan a
responder positivamente al tratamiento, produciéndose una tendencia a la
relajación por parte de la familia, del propio individuo, que va adquiriendo
una seguridad a veces temeraria, y del terapeuta, que mecánicamente va
restando la debida atención en las entrevistas, incluso espaciándolas más de
lo debido. Ante esto, el profesional de enfermería debe remotivarse
manteniéndose y manteniendo a los demás alerta. Precisamente, éste es el
momento en que se puede ahondar más en los conflictos que subyacen tras
el trastorno cuyas manifestaciones han sido temporalmente superadas.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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