Las Bodas de Cannán
Las Bodas de Cannán
Las Bodas de Cannán
Él, sabiendo que su madre se refería a su capacidad para hacer milagros, no quiso
involucrarse en un principio.
—Ese no es asunto nuestro, mamá —le dijo—, todavía no ha llegado la hora de que
revele ante los demás quien soy.
Sin embargo María, que aún quería ayudar a los novios, fue de todas maneras a hablar
con los sirvientes de la boda, que ya estaban inquietos por la falta de vino.
—No se preocupen. Vayan con mi hijo y hagan todo lo que él les ordene —les dijo.
Los criados fueron con Jesús y llevaron con ellos seis enormes tinajas. Cada una era
muy pesada y tenía capacidad para guardar hasta cien litros de agua en su interior.
Entonces Jesús les dijo a los sirvientes:
Los sirvientes hicieron lo que él les pedía y apenas estuvieron llenas, Jesús volvió a
hablarles:
—Ahora sumerjan una copa en una de las tinajas y llévensela al encargado de la fiesta,
para que pueda probarlo.
Así se hizo. Y cuando el encargado probó aquella copa, cuya agua había sido
convertida en vino, se quedó muy sorprendido, pues era delicioso y no tenía ni idea de
donde lo habían traído. Llamó entonces al novio para que lo probara y también él se
llevó una agradable sorpresa.
—Siempre se sirve el mejor vino al principio de las bodas y cuando ya los invitados han
bebido suficiente, se saca el vino corriente. Tú en cambio, decidiste dejar el mejor para
el final.
Prueba de aprendizaje
Responde a las siguientes preguntas: