Cacao
Cacao
Cacao
Venezuela
Las investigaciones hechas al AND mitocondrial del cacao criollo
(o de fino aroma) revelan que su aparición surgió en Venezuela,
específicamente en el Sur del Lago, región compuesta por los
estados Zulia, Mérida, Trujillo y Táchira.
De visita por la
atrayente ruta del cacao de
Paria
Sucre
Se convirtió en el legado de familias que a pesar del auge petrolero y el paso del
tiempo, decidieron mantener a flote la experiencia acumulada en el cultivo de este
rubro, patrimonio cultural de la Península de Paria.
Ruta de ensueño
La ruta del cacao en Sucre la iniciamos en una de las poblaciones más hermosas y
acogedoras del Oriente venezolano: Río Caribe, en el municipio Arismendi. Hay
que viajar desde Caracas aproximadamente unos 530 kilómetros. Son ocho horas
de recorrido. Un viaje largo, pero vale la pena.
Aquí se pueden identificar dos ejes viales de importancia. El que viene de Carúpano
y sigue a Río Caribe; y el que inicia también desde Carúpano hasta la población El
Pilar, municipio Benítez. Ambos convergen en el pueblo de Yaguaraparo.
Allí se ofrecen visitas guiadas para conocer el proceso desde el cultivo hasta la
elaboración del chocolate. El paseo incluye una degustación de los diversos tipos y
finalmente los turistas pueden adquirir las deliciosas tabletas u otros productos
como bombones o licor de cacao.
Siguiendo por esta vía se distinguen otros sitios de interés como la tienda de Mabel,
que elabora ponches, helados y otros productos artesanales derivados del cacao; y
la Hacienda Paria Shakti (antigua Hacienda Bukare) que además de la producción
de cacao se ha erigido como un centro de bienestar basado en terapias holísticas,
yoga y masajes.
En Río Caribe funciona también la sede de la Fundación Proyecto Paria (FPP), que
desde 1989 se dedica a la reactivación de la economía del cacao a través de diversos
programas de capacitación y asesoramiento a los productores.
El de mayor producción
Vicente Franceschi, uno de los artífices de esta exitosa marca, lo explica: “la
Hacienda San José no es una hacienda tradicional, tenemos otra manera de ver las
cosas, hemos tratado por ejemplo que el cultivo no se haga por semilla sino por
injerto, tenemos diferente tecnología y una forma distinta de abordar la calidad del
cacao.”
Eje de interés
Pero aunque estas tierras poseen productos de gran calidad, los problemas de tipo
cultural e histórico sobre el cultivo del cacao prevalecen. De esto conoce muy bien
Carlos Guerra. “Se trata de individuos con edades comprendidas entre 60 y 65
años, que poseen entre 3 y 5 hectáreas, con una producción promedio de 300 kilos.
La mayoría realizan pocas labores de renovación y rehabilitación de las plantas y
por eso las haciendas se van quedando atrás. Los productores se acostumbraron a
administrarlas así y para ellos es más cómodo, pero están perdiendo muchos
beneficios económicos”.
Calidad genética
Además del mejoramiento de los cultivos mediante el apoyo técnico a los
productores, uno de los aspectos más valorados por la FPP es la calidad genética
del cacao. El objetivo es impulsar a los productores a injertar, como paso
importante para crear materiales de mayor calidad y así fortalecer la producción.
Para Carlos Guerra, a esto están orientados los productores más jóvenes, con
mayor conocimiento técnico al respecto.
Yaguaraparo estratégico
También hacia este territorio la FPP ha tratado de extender sus experiencias para
repetir las buenas prácticas con resultados satisfactorios en materia de producción.
Productores de sectores como El Bordal, Cachipal y Río Seco, son algunos de los
que ya se han iniciado en el tema de la capacitación. “Desde hace muchos años se
viene haciendo un trabajo para que haya un cambio de percepción de los
productores sobre el cacao, cuando llegamos aquí se estaban yendo y vendiendo las
haciendas, ahorita buscas comprar una y no consigues”, comenta Carlos Guerra,
destacando el arraigo por el cacao que ahora nota entre ciertos productores. “La
presencia del productor ya no es transitoria, por el contrario hay una mayor
permanencia en las fincas y esto poco a poco está mejorando la producción”.
Cacao y conuco
Al igual que ocurre con otras zonas cacaoteras del país, algunos productores
combinan el cultivo del cacao con otros rubros. Yuca, ocumo o plátano, entre otros,
son cosechados para aliviar la actual situación económica de Venezuela
caracterizada por la escasez de alimentos. En algunos casos, agrega Carlos Guerra,
“este conuco se maneja de forma anárquica, originando la tala de extensiones de
tierra cercanas a las cuencas de los ríos, con terribles consecuencias ambientales”.
Pese a estas potencialidades, en Paria aún hay mucho por hacer. Mejorar la calidad
de vida de los habitantes, impulsar iniciativas para favorecer nuevas opciones
turísticas y con ello generar fuentes de ingreso que reduzcan los índices de pobreza;
son algunas de las asignaturas pendientes. Y en todas ellas, es el cacao esa valiosa
semilla que, al igual que ocurrió en la época colonial: puede originar progreso,
desarrollo y bienestar para todo un país.