Cartilla
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AMESE PARA AMAR
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Yo como cuidador
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AMESE PARA AMAR
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Yo como cuidador
• A equivocarse.
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P
ara la figura del cuidador es básico trabajar su capa-
cidad para gestionar los propios sentimientos y emo-
ciones de forma adaptativa e inteligente (Gázquez,
Molero, Pérez, Barragán, Simón y Matos, 2018). Los cuida-
dores pueden experimentar períodos de estrés, ansiedad,
depresión y frustración. Las siguientes sugerencias pue-
den ayudarle a no sentirse abrumado o agotado.
Reconozca los signos de estrés. Los siguientes son sig-
nos de estrés (Flores y Sánchez, 2012):
• Sentirse agotado todo el tiempo.
• Enfermarse más de lo habitual.
• No dormir lo suficiente.
• Sentirse impaciente, irritado u olvidadizo.
• No disfrutar de las cosas que antes le gustaban.
• Aislarse de las personas.
Sea amable y paciente consigo mismo. Muchos cuida-
dores tienen sentimientos ocasionales de enojo o frus-
tración. Luego se sienten culpables por tener estos sen-
timientos. Intente buscar formas positivas de sobrellevar
estos sentimientos difíciles (Pennung y Zheng, 2015).
Cuide su cuerpo. Separe tiempo para hacer ejercicio,
aliméntese de forma sana, manténgase hidratado y duer-
ma el tiempo necesario. Controle su propia salud. El estrés
de cuidar a un paciente puede llevar a algunas personas a
desarrollar o aumentar hábitos perjudiciales para la salud,
como fumar, beber demasiado alcohol o utilizar indebi-
damente medicamentos recetados. Si no puede hacer los
cambios necesarios por su cuenta, busque ayuda profesio-
nal (Flores y Sánchez, 2012).
Busque nuevas opciones de asistencia financiera. Los
costos que debe pagar de su bolsillo como estacionamien-
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AMESE PARA AMAR
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Reconociendo mis emociones
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E
n la comunicación con el paciente, debemos con-
siderar especialmente (Herrera, Flórez, Romero y
Montalvo, 2012):
La comunicación verbal. Se da cuando usamos la voz y
las palabras.
Comunicación no verbal. Es la información que trans-
mitimos mediante los gestos, las expresiones de la cara, el
contacto visual, el contacto físico, la distancia que mante-
nemos con el otro, la postura que adoptamos, etc.
Ventajas de una buena comunicación para las personas
cuidadoras (Herrera, Flórez, Romero y Montalvo, 2012):
• Favorezca el bienestar y la salud.
• Potencialice los vínculos afectivos y las relaciones
satisfactorias.
• Reduzca la aparición de posibles conflictos con fami-
liares, amigos o personas cercanas.
• Favorezca la resolución de los problemas.
• Refuerce la motivación frente las dificultades.
• Posibilite acuerdos y entendimientos de manera más
sencilla y satisfactoria.
La escucha activa es una técnica de comunicación que
nos permite comprender plena y adecuadamente lo que la
otra persona nos está comunicando.
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Comunicación paciente - cuidador
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E
n el cuidado de un paciente se debe intentar mante-
ner el más alto grado de autonomía personal. Nunca
debemos realizar las actividades o acciones que la
persona aún puede hacer por sí misma (Zabalegui, Cna-
lias, Fornas y Robles, 2012).
• La ayuda debe limitarse solo a aquellas actividades
que la persona cuidada ya no sea capaz de realizar
por sí misma.
• Observe para conocer todo o que puede hacer por sus
propios medios y así ayudarle tan solo en lo necesario.
• Mantenga su privacidad física y emocional.
• Permitir, si es posible, que tome sus propias decisio-
nes e incluso tome la iniciativa. Que asuma responsa-
bilidades por mínimas que sean.
• Favorecer su autonomía y potenciar que se sienta útil.
Plan de Cuidados
El equipo de salud rural (2015), afirma que las mejores
estrategias para minimizar los problemas que encontrare-
mos como cuidadores mientras adquirimos las destrezas
necesarias es elaborar un plan de cuidados desde el pri-
mer momento en que tenemos que abordar éstos. A con-
tinuación se describirán las ventajas de realizar un plan de
cuidado:
• Gestionar el tiempo adecuadamente.
• Satisfacer las necesidades de nuestro familiar.
• Sacar tiempo para nosotros mismos.
• No desatender los cuidados y el mantenimiento fun-
damental del hogar.
• Tomar decisiones acertadas respecto del cuidado
del familiar.
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AMESE PARA AMAR
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Conociendo las necesidades del paciente
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E l éxito en una situación de cuidados exige:
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AMESE PARA AMAR
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¿Cómo acompañar al paciente?
APOYO PRÁCTICO:
• Coordinar las citas médicas.
• Conducir a las citas.
• Defender los intereses de la persona con cáncer.
• Manejar problemas con el seguro y la facturación.
• Surtir recetas de medicamentos.
APOYO EMOCIONAL:
• Escuchar.
• Proporcionar compañía y aliento.
• Mantener informados a los amigos y familiares.
• Reconocer y entender las emociones del paciente.
Recomendaciones NO médicas para controlar los sínto-
mas secundarios del tratamiento:
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¿Cómo acompañar al paciente?
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S
e sabe que el cuidador, se ve oprimido por el estrés y
carga de la enfermedad, por lo que muchas veces su
comunicación no es la mejor y no sabe expresar sus
necesidades y la situación por la que esté pasando, por
lo que es recomendable tener una buena comunicación,
disposición de escuchar y mostrar una actitud empática,
lo que llevará a que el paciente y el cuidador puedan ex-
presar sus emociones, sentimientos y necesidades, anti-
cipándonos a una mala relación; lo que ayudará a descu-
brir, aceptar y conocer los recursos y necesidades del otro
(Ruíz- Fernández, 2014).
Es importante crear un espacio de confianza en el que
puedan hablar acerca de lo que la persona quiere hacer
o los deseos a realizar en el transcurso de la enfermedad,
asimismo, asegúrese de que los demás integrantes de la
familia lo sepan (Alvarado & Barrón, 2009).
Asertividad
Es el equilibrio entre la pasividad y la agresividad, es el
estado perfecto donde se respetan opiniones de terceros,
aunque también se defienden derechos propios. La habi-
lidad y capacidad asertiva nos lleva a lograr hacernos en-
tender con claridad y exactitud sobre lo que queremos y
necesitamos. Implica mucha honestidad y sinceridad tanto
hacia nuestra persona como con los demás.
Cómo aplicar la asertividad en los cuidados
• Expresémonos de manera sincera y clara.
• Mantengamos una voz relajada y un tono firme cuan-
do nos expresemos.
• Mantengamos contacto visual con la persona con la
que hablamos.
• Mostremos un trato amable y cordial en todo mo-
mento hacia la otra persona.
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La empatía
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Construyendo confianza
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A
lgunas personas que pasan por una enfermedad
pueden enojarse contra el malestar físico que siente
o por la impotencia al no poder curarse de forma
inmediata. También los cuidadores pueden sentirse moles-
tos ante las demandas del familiar que está enfermo.
Si esto ocurre, puede necesitar algunas recomendaciones:
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AMESE PARA AMAR
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Resolviendo el conflicto
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P
ara el paciente que está atravesando una enfermedad
como el cáncer, su familia es el mejor apoyo que pue-
de tener, ya que le ayuda a mejorar la calidad de vida
durante todo el proceso de la enfermedad, tales como el
diagnóstico; de igual forma es un gran apoyo en el estado
emocional del paciente lo que puede mejorar la respuesta
terapéutica del paciente (Sociedad Española de Oncología
Médica, 2013).
Las personas a cargo de atender a un paciente tienen
una tarea muy difícil y es normal que necesiten ayuda.
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AMESE PARA AMAR
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¿Cómo buscar apoyo?
• Es flexible.
• Predispone a la otra persona a su favor, desarmándo-
la con un cumplido o un reconocimiento de su labor,
de su persona o de su tarea, para después pasar a
expresar lo que necesita.
Si la otra persona, en principio se niega:
• Inténtelo de nuevo haciendo ver la importancia que
tiene para usted.
• Sugiérale que se tome un tiempo para pensarlo.
• Piense qué otras personas podrían ayudar.
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E
l tiempo libre del que dispondremos cuando cuide-
mos a nuestro familiar será menor del que disponía-
mos antes de comenzar los cuidados. Igualmente
puede darse la situación de que todo el tiempo libre del
que antes contábamos, deba ser invertido ahora en los
cuidados, dejándonos sin la posibilidad de disfrutar de
este tiempo en la forma en que deseamos y necesitamos.
El tiempo libre es un elemento importante en la vida de
todas las personas:
• Permite realizar tareas que nos divierten y son de
nuestro agrado.
• Posibilita descansar y relajar el cuerpo y la mente.
• Juega un papel fundamental en nuestro desarrollo
personal.
• De su disfrute depende en buena medida nuestro es-
tado de salud.
En ocasiones, es común que algunos cuidadores no pue-
dan disfrutar plenamente de su tiempo libre aun dispo-
niendo de éste. Los sentimientos de culpa son uno de los
mayores obstáculos para que los cuidadores aprovechen
sus ratos de tiempo libre:
• Disfrutar del tiempo libre es desatender a mi familiar.
• Puedo invertir mi tiempo libre en cuidar mejor a mi
familiar.
• Siento culpabilidad por disfrutar.
• No debo dejar a mi familiar al cuidado de otros por
que no le cuidan tan bien como yo lo hago.
Es recomendable tener en cuenta estos aspectos a la hora
de abordar la organización y gestión de su tiempo libre:
• El tiempo libre es esencial, no puede prescindir
de él.
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AMESE PARA AMAR
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U
n día tiene 24 horas y usted múltiples obligaciones
y tareas que debería y/o le gustaría realizar. Si fuese
un “super-hombre” o una “super-mujer” sería capaz
de hacer todas y cada una de ellas en tiempo “record”,
pero como los “super-hombres” y “super-mujeres” solo
existen en las películas y no en el mundo real, puede que
una de sus mayores preocupaciones, fuente de tensión y
estrés, sea la falta de tiempo:
• Para sus propias necesidades (comer, dormir, etc.)
• Para cuidar a su familiar dependiente.
• Para atender a otras personas de la familia.
•
• Para sus responsabilidades laborales.
• Para estar con amigos.
Plan de actividades
Priorice actividades
• Haga una lista, diaria o semanal, de todas las tareas
que tenga que realizar.
• Ordene con puntuaciones del 1 (nada importante)
al 10 (imprescindible), las tareas de la lista según la
importancia que tengan para usted.
• Estime el tiempo necesario para realizar cada tarea.
• Haga otra lista de actividades que le gustaría rea-
lizar y anote también, para cada actividad, el tiempo
aproximado que necesita para realizarla.
• Haga finalmente una única lista con las tareas que
debe realizar y las que le gustaría realizar según or-
den de importancia y teniendo en cuenta el tiempo
estimado.
• Empiece con las primeras actividades de la lista (las
más importantes).
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AMESE PARA AMAR
Sea realista
• Las actividades diarias que usted programe no pue-
den superar las 24 horas que tiene un día.
• Tiene que incluir como prioritarias sus propias ne-
cesidades personales de alimentación, sueño, tiem-
po para sí mismo, etc. Si no lo hace, enfermará.
• No olvide la diferencia entre una tarea imprescindible
y una que puede aplazase.
• Para establecer la diferencia, puede ayudarle pregun-
tarse “¿hasta qué punto es necesario hacer esto?”,
“¿qué graves consecuencias tendría si no lo hago?”.
• No todas las tareas se tienen que realizar diaria-
mente. Las hay que pueden llevarse a cabo cada dos
días, semanalmente, quincenalmente, etc. Que hasta
el momento usted siempre haya realizado a diario
una determinada tarea no implica que este hecho no
pueda cambiarse. Desde este punto de vista, el que
antes limpiara el polvo a diario no significa que aho-
ra no pueda empezar a hacerlo cada dos días para
dar prioridad a otras tareas. Aunque inicialmente el
cambio le produzca malestar, se habituará a ello.
DELEGUE TAREAS
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Administraciòn del tiempo
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E
s posible que su familiar dependiente, debido al mal
afrontamiento de su enfermedad, exija más ayuda de
la que realmente necesita o “pague” su frustración
con usted, por ser la persona más cercana. Si éste es el
caso, será frecuente que:
• Le pida ayuda para tareas que es capaz de realizar
por sí misma.
• Le culpe a usted por errores que ella misma comete
de forma involuntaria.
• Finja síntomas para captar más atención.
• Le reproche cuando usted pone límites razonables
a sus peticiones.
• Culpe a otras personas de problemas causados
por ella.
• Rechace ayudas que facilitarían las tareas de cuida-
do (silla de ruedas, etc.)
• Le empuje o golpee a usted o a otras personas que
le atienden.
• Origine un gasto económico injustificado a la familia
(por ejemplo, en llamadas de teléfono).
• Se niegue a gastar su dinero en servicios necesa-
rios (por ejemplo, contratar a una persona para que
la cuide).
• Ante esto, es importante que diga que “no” a las de
mandas excesivas de su familiar, fomente su auto-
nomía y le pida cambios de comportamiento hacia
usted porque:
-- No es mejor persona cuidadora si hace todo lo que
la persona dependiente quiere. Al contrario, si cuida
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Poniendo limites sanos
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E
l padecer de una enfermedad crónica es uno de los
eventos que puede generar diferentes crisis familiares,
ya que se produce sufrimiento tanto en el paciente
como en la familia. El fallecimiento de un ser querido puede
parecer uno de los dolores más intensos que se puedan
sentir y tener la sensación que no se va a terminar. Es por
esto que se debe tener un proceso adecuado para el mane-
jo del duelo, es importante mencionar que para el duelo no
hay un tiempo establecido para superarlo ni para pasar por
cada una de las etapas (Sanchez, Corbellas y Camps, 2018).
• ¿Qué es el duelo?
“El duelo es la reacción psicológica, el dolor emocional
que sentimos cuando hemos perdido a alguien importante
en nuestras vidas. Por tanto, es un proceso normal por el
que pasamos cuando hemos perdido a un ser querido y en
el que tenemos que ir adaptándonos a una nueva realidad:
la vida sin él o sin ella” (Quiles; Bernabé; Esclapés; Mar-
tín-Aragón, y Quiles, 2007, p.11).
• ¿Cómo se vive el duelo?
El proceso del duelo se caracteriza por la aparición de
pensamientos, emociones y comportamientos a causa
de la muerte del ser querido, Quiles et al. (2007).
-- A nivel físico: Se viven momentos de confusión y
angustia. En las sensaciones corporales se siente
resequedad en la boca, presión en el pecho, in-
somnio, pesadillas, mareos, perdidas del apetito,
temblores, calor, tensión muscular, entre otros,
Quiles et al. (2007)
-- A nivel cognitivo: En ocasiones cuesta creer lo que
le pasó a la persona, se empieza a cuestionar “¿Por
qué?”, se experimentan dificultades para concen-
trarse, falta de interés por realizar actividades coti-
dianas, ideas repetitivas y olvidos frecuentes, Qui-
les et al. (2007)
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Manejo del duelo
Hablar de la muerte
Cuando nos enfrentamos a una persona a quien se le ha
dicho tiene una enfermedad terminal, debemos encontrar
estos elementos (Según la Sociedad Española de Cuida-
dos Paliativos (SECPAL)):
• “Enfermedad de tipo progresiva, avanzada y, es-
pecíficamente, incurable. La cual, además, puede
presentar gran cantidad de síntomas intensos, múlti-
ples y cambiantes”. Disminución en las posibilidades
de tratamientos posibles para dicha enfermedad.
• Impacto emocional, tanto en el paciente, como en
su familia, amigos, equipo médico, y más cercanos.
• Pronóstico de vida, menor a 6 meses (consideran-
do cáncer)”.
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AMESE PARA AMAR
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Manejo del duelo
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P
or lo general, es mejor hablar con sus hijos poco
después de conocer el tipo de cáncer (el diagnós-
tico). Compartir información desde el principio ayu-
dará a generar confianza. Cuando los niños saben que se
les mantiene informados, ayuda a que la experiencia sea
menos aterradora. Esto no quiere decir que hablar sobre
el cáncer sea fácil. Estos son algunos consejos para ha-
blar con sus hijos sobre un diagnóstico de cáncer (Cancer
Care, 2008):
Prepara lo que quieras decir. A muchos padres les re-
sulta útil practicar o escribir lo que quieren decir antes de
la primera conversación. Otros padres sienten que tener
a su cónyuge, pareja, amigo cercano o pariente con ellos
lo hace más fácil. Los padres también nos dicen que elegir
un momento tranquilo cuando ellos y sus hijos descansan
hace que la conversación sea menos estresante. Si tiene
hijos de diferentes edades, puede hablar primero con sus
hijos mayores. Tal vez, los niños mayores querrán ayudarte
a contarles a tus hijos más pequeños.
Trate de tener estas conversaciones lo más cerca posible
para que todos los miembros de la familia estén conscien-
tes de la situación y tengan la oportunidad de apoyarse
mutuamente.
Configurar el tono. Tan importante lo que dice es cómo
lo dice. Trate de usar una voz tranquila. Está bien si se pone
triste o siente ganas de llorar. Algunos adultos y niños que
piensan que el llanto es un signo de debilidad reprimirán
sus sentimientos, causando más angustia. Sin embargo,
llorar puede ser una buena manera de hacer frente. Cuan-
do un padre expresa tristeza a través del llanto, muestra a
los niños que está bien que ellos hagan lo mismo.
Recuerde que los niños, especialmente los jóvenes,
tienden a tener períodos de atención cortos. No hable
más de lo que pueden escuchar, pero asegúrese de pre-
guntarles si tienen preguntas. Si no sabe la respuesta,
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Hablando con los niños sobre cáncer
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Hablando con los niños sobre cáncer
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E
l cáncer puede ocasionar nuevas perspectivas sobre
la vida. Por eso muchos cuidadores piensan en lo que
tiene sentido en sus propias vidas. También piensan
en lo que les importa más. Usted y su ser querido tal vez
se pregunten por qué el cáncer ha entrado en sus vidas.
Posiblemente quieran volver al pasado, a la vida antes del
cáncer. Es normal ver aspectos tanto positivos como ne-
gativos de las enfermedades.
Si nos preguntamos si el cáncer supone un aprendizaje
y un cambio de vida en el cuidador, podemos indicar que
según el punto de vista que se plantee puede ser una afir-
mación o bien una negación. A partir de diferentes afron-
tamientos de los cuidadores que acompañan al paciente,
se podría decir que sí. ¿Por qué? Porque valora durante
todo este proceso si realmente su vida ha tenido significa-
do y sentido; durante este proceso el cuidador se olvida el
mismo, el cuidarse, el quererse, el dedicarse homenajes a
uno mismo, el poder saber y tener un objetivo en la vida,
que todo tenga un sentido. Así pues, nos encontramos con
la persona que entra en la consulta después de múltiples
pruebas, esperas interminables y le indican: “Usted tiene
cáncer”. Esas palabras suponen un inicio en la que será una
lucha por la vida. Unas palabras que quedan grabadas, re-
cordará la persona que se las dijo, cómo se las dijo..., en fin,
un episodio que se recordará siempre. Muchos pacientes
lo perciben, como el tener que pasar por una experiencia
impuesta, situación que no han escogido. A partir de este
momento empieza una experiencia de superación, expe-
riencia obligada, se revelan sentimientos ante el tabú de la
enfermedad (National Cancer Institute, 2018).
105
L
a entrega que muchos cuidadores realizan a los cui-
dados de su familiar les lleva en ocasiones a asumir
situaciones y riesgos excesivos que poco juegan en
favor de su bienestar y del éxito en los cuidados. Los
cuidados que nos proveemos a nosotros mismos son
tan importantes como los cuidados que nuestro familiar
necesita. De hecho, y como venimos repitiendo en esta
guía, cuidar de nosotros mismos es la mejor manera de
estar preparado y obtener y mejorar nuestras capacida-
des para cuidar apropiadamente de las necesidades de
nuestro familiar. El Autocuidado nos permitirá:
• Encontrarnos en mejor disposición física y mental
para realizar las tareas del cuidado.
• Tener fortaleza y capacidad para afrontar los mu-
chos problemas que supone cuidar a un familiar.
• Realizar los esfuerzos físicos y emocionales que pre-
cisan algunas tareas.
• Tener sensación de control de nuestra vida y reali-
dad cotidiana.
• Tener elevadas dotes resolutivas.
• Mantener un estado de serenidad y bienestar en
todo momento.
Sin embargo, es posible que encontremos muchas ba-
rreras para cuidar de su salud, algunas de ellas son:
• Realizan notables esfuerzos físicos y emocionales
de forma constante.
• El tiempo que dedican a los cuidados es muy elevado.
• Comúnmente, experimentan muchas dudas, con
flictos internos, sentimientos intensos de culpa, pen-
samientos erróneos, sensación de desesperanza,
etc. Ello tiene un impacto negativo muy elevado en
el estado psicológico y emocional.
• Los cuidadores tienden a descuidar su estado de sa-
lud y a subestimar la importancia de éste.
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• Aislamiento.
• Enfadarse fácilmente.
• Dar demasiada importancia a pequeños detalles.
• Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo.
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Autocuidado
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