La Importancia de La Teoría de La Jungla en La Administración
La Importancia de La Teoría de La Jungla en La Administración
La Importancia de La Teoría de La Jungla en La Administración
MATRÍCULA: 05120965
ASIGNATURA: ADMINISTRACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
Este movimiento surge en los años sesenta como un conjunto de ideas sobre el
hombre, la organización y el ambiente, con el propósito de facilitar el crecimiento y el
desarrollo de las organizaciones. El DO es el desdoblamiento de la teoría del
comportamiento en dirección al enfoque sistémico. No es una teoría sino un
movimiento que reúnen a varios autores con el propósito de aplicar las ciencias de la
conducta a la administración.
3. La creación del National Training Laboratorio (NTL) de Bethel, que realiza las
primeras investigaciones de laboratorio sobre la conducta.
EL PROCESO DE CAMBIO
Cuando las fuerzas positivas son mayores que las negativas, el intento de cambio es
exitoso y ocurre en forma efectiva. Sin embargo, cuando las fuerzas negativas son
mayores que las positivas, el intento de cambio no tiene éxito y no ocurre,
prevaleciendo la situación anterior. El cambio sólo ocurre cuando se incrementan las
fuerzas de apoyo y soporte o cuando se reducen las fuerzas de resistencia y oposición.
En realidad, ambas deben ser influenciadas. La idea es incentivar a que el cambio se
acepte e integrarlo en las nuevas prácticas de la organización.
Para implementar el cambio se hace necesario analizar ambas fuerzas que actúan en
el cambio con la finalidad de removerse o neutralizar las fuerzas restrictivas que la
impiden e incentivar las fuerzas impulsadoras. La Teoría del campo de fuerzas es
indispensable en ese enfoque. El cambio ocurre cuando las fuerzas impulsoras y
favorables son mayores que las fueras restrictivas e impeditivas.
A continuación se mencionan las pautas para movilizar la cultura organizacional:
1. Trabajar sobre las condiciones culturales actuales. Construir una cultura
organizacional no es tan sencillo como cambiar un programa informático; para
hacerlo de la forma más efectiva, hay que entender primero cuáles son los
rasgos predominantes existentes y discernir en qué condiciones estas
características son una ayuda o un obstáculo para la compañía.
2. Modificar los comportamientos para voltear la forma de pensar. Repartir dípticos
con los valores o escribir los nuevos principios en la entrada del edificio no va a
hacer que la plantilla los asuma. El cambio cultural es más una cuestión de
hacer que de decir, así que implementar medidas tangibles y procesable,
repetibles, observables y medibles es un buen punto de partida.
3. Determinar los puntos críticos. La clave para el cambio cultural radica en
centrarse en los factores críticos, un pequeño número de comportamientos que
tendría un gran impacto si conseguimos que se pongan en práctica por un
número significativo de personas.
4. Implicar a los líderes formales. Si deseamos conseguir un cambio de
comportamiento en la plantilla, los directivos y ejecutivos de la empresa deben
ser los primeros en seguir las pautas marcadas, pues cuando el personal
aprecia una desconexión entre lo que promulga la compañía y la actuación de
los líderes formales, tienden a imitar a estos.
5. Identificar los líderes informales. Junto a los profesionales que ostentan la
autoridad, todas las compañías cuentan con miembros que presentan fuertes
capacidades de liderazgo y de influencia en el resto del capital humano,
independientemente de su cargo o posición jerárquica. Estos colaboradores son
un gran recurso para difundir los comportamientos críticos de abajo a arriba
dentro de la compañía.
6. Conectar las conductas con los objetivos. Al hablar de cultura organizacional, es
fácil caer en la abstracción, por lo que es recomendable aportar ejemplos
prácticos y datos sobre cómo el cambio va a repercutir en la mejora del
desempeño y de los resultados de la compañía.
7. Demostrar el impacto de los esfuerzos culturales en los resultados de negocio.
En el mismo sentido, y dado que la transformación en un proceso largo, hay que
evitar que los trabajadores se desanimen al no ver resultados inmediatos. Por
ello, los directivos deben aportar pruebas y evidencias de los efectos del cambio
lo más rápido posible. Un medio eficaz para ello es poner en marcha programas
pilotos que sirvan de referencia.
8. Difundir el mensaje por todos los canales posibles. Se trata de utilizar todos los
medios disponibles (redes sociales, incluidas) para expandir las nuevas ideas de
forma viral en todos los departamentos y funciones de la organización.
9. Alinear esfuerzos programáticos con los comportamientos reales. Es importante
que la organización formal e informal tengan los mismos objetivos. De este
modo, la primera proporciona una motivación racional para que los empleados
actúen de un determinado modo, mientras que la segunda insuflará el
compromiso emocional del capital humano.
10. Supervisar la cultura organizacional constantemente. El hecho de que hoy
tengamos una sólida cultura organizacional no garantiza por sí mismo que
también lo sea mañana. Por tanto, es necesario permanecer alerta a posibles
desviaciones o nuevas implementaciones dentro de la compañía.
CONCLUSIÓN Y REFLEXIÓN DE APRENDIZAJE