TP 18 (Interpr Flanco N) Trampas El Tordillo Arg, Condat
TP 18 (Interpr Flanco N) Trampas El Tordillo Arg, Condat
TP 18 (Interpr Flanco N) Trampas El Tordillo Arg, Condat
Paul Condat(1)
(1)
Tecpetrol S.A. paul.condat@tecpetrol.com
Abstract: Four conceptual trap models are proposed for the El Tordillo field, North Flank of the Golfo San
Jorge Basin. Out of which two belong to the combined structural-stratigraphic type, one to the stratigraphic type,
and the fourth to a kind of structural type that combines fracturation with a main fault. A fifth, yet not
demonstrated model is presented, consisting of a fringe of stratigraphic pinchouts encircling an old and persistent
structural high located in the southern part of the field.
INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente trabajo es ilustrar los diferentes modelos de entrampamiento presentes en el yacimiento
El Tordillo.
Dado que no se ha emprendido hasta la fecha una aproximación sistemática al tema, la información disponible
no está orientada a resolver sus incógnitas, y las ideas al respecto -aun basadas en fuertes evidencias de campo-,
se siguen manejando en el ámbito especulativo, en el cual se producen las correspondientes discusiones
existiendo un acuerdo general en cuanto a los posibles estilos de entrampamiento.
La evolución de la cuenca con un enfoque moderno ha sido descripta por Fitzgerald et al. (1990) y Chelotti
(1997); los sistemas petroleros por Figari et al. (1999), el origen y evolución de los petróleos por Villar (2002),
Villar et al. (2000) y las rocas reservorio del Flanco Norte por González et al. (2002); a ellos remitimos al lector
interesado en esos tópicos. En este trabajo se presenta solo una apretada síntesis de los mismos.
INFORMACIÓN GENERAL
El Flanco Norte de la Cuenca del Golfo San Jorge alberga un grupo de importantes yacimientos que comparten
Fig. 1: Localización del yacimiento El Tordillo; las áreas sombreadas definen Flancos Norte y Sur.
el marco estructural y estratigráfico de la región, y en buena medida los modelos de entrampamiento, a saber:
Campamento Central, descubierto en 1907; Diadema (1925); Manantiales Behr (1930); El Tordillo (1932); El
Trébol (1935); Cerro Dragón (1957), por citar algunos de los más importantes.
Entre ellos nos ocupa el yacimiento El Tordillo, localizado a unos 50 km hacia el OSO de la ciudad de
Comodoro Rivadavia (Fig. 1).
Desde el descubrimiento en 1932, se han perforado hasta el presente en sus 117 km2 más de 1320 pozos, a
profundidades entre 1000 y 3900 m. Con un ritmo intenso de perforación y de desarrollo de proyectos de
recuperación secundaria la producción acumulada hasta el presente supera los 38.100.000 m3.
INFORMACIÓN PARTICULAR
El modelo estático del yacimiento (Taboada et al. 2001) atestigua la existencia de al menos 240 niveles
arenosos. Muchos de estos niveles, dispuestos a lo largo de toda la columna estratigráfica correspondiente a las
unidades de interés, presentan comportamiento como reservorio en algunos pozos y muy malas condiciones
petrofísicas en otros.
Entre ellos se intercalan niveles pelíticos o tobáceos, según la profundidad, cuya eficiencia como sello se percibe
en el hecho de que muchas veces en un mismo pozo se atraviesan distintos reservorios cargados con diferentes
fluidos (diferentes tipos de petróleos, agua), que presentan comportamientos independientes entre si. Los niveles
agua-petróleo son independientes entre los distintos reservorios superpuestos.
Se acepta que la energía del reservorio proviene de gas disuelto, no existiendo recarga de los reservorios. Esto es
especialmente evidente en los reservorios ubicados en la Fm Mina El Carmen, en tanto que para reservorios
localizados en términos más altos en la columna se presentan algunos interrogantes respecto a la posible recarga
de agua en niveles que producen caudales altos y sostenidos de agua.
Fig. 2: Columna Estratigráfica generalizada para el Flanco Norte (Boll et al. 2000).
SISTEMA PETROLERO
Reservorio-Sello:
Tanto la roca madre como los reservorios, los sellos, los conductos y las trampas se encuentran comprendidas en
las rocas que estratigráficamente se conocen como Chubutiano (formaciones D-129, Mina El Carmen,
Comodoro Rivadavia, El Trébol) (Figs. 2 y 3).
Fig. 3: Corte Estructural S-N del Flanco Norte, en la longitud del yacimiento El Tordillo.
Se ha propuesto para el flanco occidental de la cuenca la existencia de un segundo sistema petrolero cuya roca
generadora está constituida por pelitas lacustres conocidas como Neocomiano o Megasecuencia I (Figari et al.
1999).
Las rocas reservorio son en general areniscas finas a conglomerádicas con matriz arcillosa a arcillo-tobácea y
porcentaje de cemento en general alto.
Los sellos corresponden a facies pelíticas depositadas en ambientes con predominio de procesos de decantación
asociados a planicies de inundación o a episodios sedimentarios más generalizados vinculados a alto nivel de
base.
Con diferencias a nivel textural, composicional y arquitectural, las tres formaciones comparten el origen
continental fluvial y existen semejanzas morfológicas entre los reservorios presentes en ellas. El carácter tabular
(alta relación ancho-espesor) a lenticular, evidente en secciones O-E, se evidencia en los gráficos
tridimensionales (Fig. 4) (Wavrek et al. 1997).
La particular configuración geológica del Flanco Norte hace que los cuerpos arenosos presentes en las tres
unidades se dispongan en la gran mayoría de los casos en sentido NS, como se observa en los mapas
estructurales-isopáquicos (Fig. 5).
Fm. Mina El Carmen (Aptiano - Albiano): Sedimentitas depositadas en ambiente fluvio-lacustre, sobre planicies
aluviales de escaso relieve y fuertemente controlado por la actividad volcánica. Con un espesor medio superior a
los 900 m en la zona, alberga hidrocarburos en areniscas finas a conglomerádicas, con importante proporción de
material piroclástico en bancos de 6,5 m de espesor promedio (González et al. 2002). La presencia de finos, la
intensa cementación en las texturas gruesas y la alta compactación de los niveles texturalmente más finos,
explican la baja calidad de estas litologías, situación a la cual han escapado los términos medianos. Los
reservorios se encuentran aislados entre si, con manifiesta desconexión hidráulica.
La profundidad media del tope se encuentra entre 1920 y 2180 mbnm.
La disposición de los cuerpos arenosos que alojan los reservorios es predominantemente NS, como surge de la
correlación de datos de pozos (Fig. 5).
Tanto en la localización de los reservorios como en su explotación, esta unidad es la que presenta mayores
dificultades. No es casual que albergue aun un importante volumen de reservas cuya explotación requiere de
pozos profundos y técnicas de estimulación en general innecesarias en las unidades suprayacentes.
Fm. Comodoro Rivadavia (Albiano - Coniaciano): Depositada en ambiente fluvial (Hechem 1996), como
lóbulos en sistemas efímeros, rellenos de canales o cuerpos tabulares extensos por amalgamación (Figs. 4 y 5).
La unidad alcanza un espesor medio de 900 m, con capas de 5,7 m de espesor promedio de areniscas finas a
conglomerádicas de condiciones petrofísicas muy superiores a las de la Fm Mina El Carmen. La profundidad
media del tope oscila entre 1070 y 1200 mbnm.
Por sus condiciones petrofísicas y por la extensión de las unidades mineralizadas, esta unidad es la que ha
registra mayor volumen de petróleo acumulado.
Roca Generadora:
Las pelitas lacustres de la Fm D-129 constituyen la roca generadora. Con buen desarrollo areal, espesores que
superan el centenar de metros, COT alrededor de 3% y materia orgánica algal que se va haciendo terrestre hacia
los márgenes de la cuenca.
La gravedad API de los petróleos entrampados fluctúa en un amplio rango: 44° los condensados de la sección
basal del Fm Mina El Carmen, livianos de 30° a 38°, no alterados, no biodegradados de la sección media de la
misma unidad, siempre con muy poca agua o secos; medianos a pesados de entre 20° y 25° en la Fm Comodoro
Rivadavia, con biodegradación leve a severa, y en el orden de los 20° para la Fm El Trébol.
La biodegradación de los petróleos mencionada es un proceso común a toda la cuenca. A el se suma la mezcla
de distintos hidrocarburos que a su vez presentan diferentes grados de degradación o ninguna (Jalfin et al. 1999).
Es sabido que los petróleos entrampados no pueden preservarse indefinidamente (Connan 1984); existen
procesos físicos y químicos que actúan en el reservorio y tienden a modificar su composición. Como resultado
de procesos físicos, los petróleos almacenados tienden a hacerse más pesados a medida que sufren evaporación
de la fracción liviana y remoción de los componentes más solubles por lavado por agua. La alteración térmica o
maduración es inevitable, en tanto que la biodegradación o alteración bacteriana es eventual, y ambos procesos
alteran al petróleo en sentidos opuestos.
Cualquiera de estos procesos, en función de su intensidad y duración dará lugar a diferentes calidades de
petróleo.
Un modelado térmico y cinético basado en datos de pozos del área El Tordillo y regiones vecinas permite dividir
la zona de S a N en cinco grupos de localidades de acuerdo a las edades de generación y expulsión (Villar
2002).
Los distintos grupos se disponen en bandas orientadas de O a E, de ancho variable entre 15 km y 20 km.
La más austral corresponde al Grupo 1, unos 30 km al S de El Tordillo; el proceso de generación de petróleo
hasta gas seco (madurez térmica entre 0.7 - 2.0 Ro%) se desarrolla desde el Aptiano y se prolonga durante el
Cretácico superior, en tanto que la expulsión de petróleo se extiende hasta los 80 millones de años. Estas edades
sugieren dificultades en la preservación de los hidrocarburos, dado que no se habían desarrollado aún los
principales reservorios (gran parte del petróleo fue expulsada antes de la depositación de la Fm Comodoro
Rivadavia).
Siendo la expulsión coetánea con el fallamiento extensional que acompañó a la depositación del Grupo Chubut,
la eficiencia de los sellos puede haber estado afectada, permitiendo la dispersión del hidrocarburo hacia
superficie y/o la remigración, además de favorecer el acceso a los reservorios de aguas meteóricas con la
consecuente biodegradación (Figari et al. 1999).
El Grupo 2 comprende una banda centrada unos 15 km al S de El Tordillo; la generación se extendió entre el
inicio del Cretácico superior y el Mioceno inferior; la expulsión se verificó hasta la base del Terciario. Ambos
procesos se inician sincrónicamente con el Grupo 1, pero una mayor posibilidad de preservación es producto de
la mayor extensión en el tiempo de ambos procesos.
El Grupo 3 comprende una banda centrada en el yacimiento El Tordillo. Aquí la generación abarca desde el
Cretácico superior hasta la actualidad, y la expulsión llegaría hasta el tope del Paleógeno, lo cual mejora su
perspectiva de conservación frente a los dos grupos precedentes.
El Grupo 4 comprende la banda situada unos 15 km al N de El Tordillo. En él se generó y expulsó petróleo
durante el Terciario. Forma las acumulaciones más externas del Flanco Norte, por aporte de hidrocarburos
frescos no alterados al sistema, con efecto rejuvenecedor sobre los petróleos más viejos ya biodegradados.
El Grupo 5 se ubica a 25 km hacia el N de El Tordillo, zona donde la roca generadora está inmadura o solo
marginalmente madura, incapaz de expulsar cantidades comerciales de hidrocarburos. Los yacimientos de esta
región fueron entonces cargados por migración lateral importante desde secciones más maduras localizadas
cuenca adentro.
Migración:
El llenado de los diversos tipos de trampas que se desarrollan más adelante demuestra la existencia de un eficaz
proceso migratorio.
La persistencia en el tiempo del proceso expulsión-migración, que habría comenzado hace unos 110 Ma continúa
en el presente, ha acompañado el desarrollo completo de la fase de subsidencia térmica de la cuenca (sag), y los
eventos posteriores reseñados más arriba.
A lo largo de esta evolución, las fallas maestras que afectan al Flanco Norte de la cuenca actuaron como canales
de migración para el hidrocarburo que expulsaba la porción correspondiente de roca generadora.
A medida que el petróleo asciende, llenando en ese proceso las unidades que se encuentran en condición
petrofísica apropiada, o sea los reservorios, la complejidad estructural se incrementa por la ocurrencia de
sistemas antitéticos al principal y consecuente subdivisión de los bloques mayores de falla en multitud de
bloques menores y por lo tanto de reservorios menores, proceso que evoluciona en el tiempo, mientras prosigue
el de expulsión-migración.
Hippler (1997), ha propuesto para el Mar del Norte un mecanismo por el cual las fallas pueden permitir la
migración de hidrocarburos durante períodos muy extensos y al mismo tiempo actuar como sellos en otras partes
de la columna. Basado en la medición de presiones capilares de entrada (capillary entry pressure) en muestras de
zonas deformadas y de zonas indeformadas, concluye que las zonas de falla requieren presiones mayores que las
zonas indeformadas pero menores que las rocas sello; por lo tanto, el petróleo migrando por vía de una falla que
alcanza un nivel con condiciones de reservorio, iniciará su llenado, hasta que la presión para continuar el proceso
de llenado supere a la necesaria para continuar el desplazamiento por vía de la falla hacia niveles superiores, y
eventualmente nuevos reservorios.
Trampas:
Se proponen cuatro modelos conceptuales de entrampamientos. El planteo es conceptual de momento que no se
ha encarado la definición de la trampa como procedimiento orgánico, con el auxilio de metodologías de
medición de presiones de reservorios, de presiones capilares o análisis del flujo en los reservorios o aún de
análisis de los distintos tipos de petróleos.
Fig. 6: Corte esquemático S-N ilustrando los modelos conceptuales de trampas descriptos en el
trabajo.
Surgen en principio cuatro tipos de entrampamientos, con distribución geográfica y en profundidad particulares
para cada caso, dentro del ámbito del yacimiento. Se encuentra pendiente de documentación un quinto tipo, que
se describe en último término.
En función de la frecuencia de ocurrencia, se identifican (Fig. 6):
Trampas generadas por interrupción de las unidades reservorio por fallas (Tipo A).
Clasificación Informal: Trampa combinada estructural-estratigráfica por interrupción de capas permeables por
falla.
Trampas combinadas en las que capas suave a medianamente basculadas por el fallamiento regional son
afectadas por una barrera de permeabilidad, en este caso representada por fallas (Figs. 6 y 7).
La falla actúa como sello superior al contactar litologías permeables con impermeables, o bien por su propio
carácter impermeable, y el cierre se completa, como en la mayoría de las trampas presentes en el yacimiento, por
la merma de las condiciones petrofísicas de la unidad reservorio que aloja al hidrocarburo o bien por
acuñamiento de la misma (Figs. 6 y 8). Ninguno de los supuestos en cuanto al comportamiento de las fallas ha
sido analizado en detalle, y con seguridad tales comportamientos no se extienden a la totalidad de la extensión
del plano de falla. Producto de este panorama, las trampas de mayor capacidad y desarrollo areal son las
comprendidas en la Fm Comodoro Rivadavia, y en segundo término las pertenecientes a la Fm El Trébol. Su
ocurrencia en la Fm Mina El Carmen es menos frecuente.
Fig. 7: Trampas por interrupción de unidades reservorio por fallas (Biddle et al. 1994).
No se han encarado estudios para determinar el comportamiento sellante de las fallas, lo que es un supuesto de
origen empírico; como resultado, se ignora el grado de probabilidad de que una falla que separa dos cuerpos de
buenas condiciones petrofísicas actúe siempre como sello o permita en algunas situaciones el pasaje de fluidos.
El sistema de fallamiento normal actúa en forma dominante en el campo. El rasgo principal es la falla ACN,
dispuesta con rumbo OE y plano buzante hacia el S. Esta falla, de geometría lístrica (Figs. 6 y 10), que despega
en el basamento; en las profundidades correspondientes a las unidades productivas se percibe todo un séquito de
fallas antitéticas y sintéticas propias de este ambiente estructural (Figs. 6 y 9).
La curvatura de los planos de falla (concavidad hacia arriba) es un fenómeno frecuente en las fallas menores
tanto como en la principal. El fallamiento extensivo sobre estas superficies cóncavas genera vacíos que deben ser
rellenados por material perteneciente al bloque colgante, mecanismo que produce abundante fracturación,
curvatura de las capas hacia abajo, y si el fallamiento es sinsedimentario, engrosamiento de las capas afectadas
por la rotura en las zonas vecinas al plano de falla (Bischke et al.,1999).
Si el proceso se verifica a la vez en una falla normal principal y en alguna antitética asociada, el resultado en un
corte transversal es una morfología abovedada, que en corte longitudinal no resulta tan evidente, sino que
depende del arqueamiento del plano de las fallas según el rumbo.
Los niveles reservorio afectados por estos procesos generan verdaderas trampas estructurales, con grado variable
en cada caso, de participación del factor estratigráfico.
Este tipo de trampa se desarrolla preferentemente en las zonas central y norte del yacimiento, preferentemente en
profundidades correspondientes a las formaciones El Trébol y Comodoro Rivadavia media y superior.
Fig. 8: Mapa estructural-isopáquico ilustrando contacto agua-petróleo en un caso particular de trampa tipo A en
la Fm. Comodoro Rivadavia.
Trampas por variaciones de la calidad del reservorio debidas a factores estratigráficos (Tipo C).
Se ha dicho más arriba que las unidades reservorio tienen forma lenticular aplanada con alta relación
ancho/espesor, especialmente en sentido NS (Figs. 4, 5 y 6).
En la profundidad correspondiente a la Fm Mina El Carmen, esa relación se reduce, no solo por la menor
extensión de las capas sino también por su mayor desarrollo en espesor. Las capas que alojan los reservorios
presentan desarrollo muy inferior a las localizadas en las unidades suprayacentes. También es menor su
abundancia.
Las trampas que integran este grupo comparten un origen netamente estratigráfico, vinculado a la reducción de
espesor permeable de la capa o a cambios faciales en el depósito. Como resultado de esta particularidad y de que
su espesor las pone por debajo de la percepción de la sísmica 3D, su prospección reviste más incertidumbres que
la de los dos tipos anteriores (Fig. 6).
Frecuentemente estos reservorios se encuentran mineralizados con petróleos livianos a medios, y al ser
punzados presentan fuertes arranques de producción con rápida declinación. Con menor frecuencia aparecen
reservorios que mantienen una buena conducta productiva durante tiempo prolongado, logrando acumuladas que
se destacan entre los valores de todo el yacimiento.
El denominador común de estas acumulaciones es la ausencia de agua en el reservorio.
La carga se habría producido a través de fallas menores que conectarían los niveles generadores con los
reservorios; tales fallas no son visibles en la sísmica 3D, por lo tanto el mecanismo propuesto es altamente
especulativo.
Trampa por procesos de fracturación-disolución asociada a la falla maestra ACN (Reservorios “No
Convencionales”) (Tipo D).
Clasificación Informal: Trampa combinada estructural. Zona de fractura vinculada a falla mayor y afectada por
diagénesis.
El pozo S-991, localizado en la parte central del yacimiento, fue perforado en el año 1990. En la terminación se
abrió un grupo de capas de la Fm Mina El Carmen, por debajo de los 2600 mbbp, que quedaron en producción
surgentes. Tal conducta se mantuvo ininterrumpidamente hasta el año 1996, acumulando casi 110.000 m3 de
petróleo y 18.600.000 m3 de gas sin agua. En 1996 se lo intervino repunzando capas y la producción surgente de
petróleo se duplicó, en tanto que el gas se triplicó.
Esta inusual conducta llevó a una campaña de intenso desarrollo de la zona, con la perforación de una serie de
pozos cuyas productividades destacan netamente del resto de los pozos del yacimiento.
El desarrollo del “play” se basó más en el análisis de la información sísmica y en correlación que en el
conocimiento o la aplicación de algún modelo de entrampamiento en particular.
Se extrajeron testigos corona en algunos de los pozos de la serie, y su estudio permitió visualizar fenómenos
actuantes en profundidad, que explican la existencia de ésta trampa.
La falla maestra ACN, mencionada más arriba (Figs. 6 y 10), puede seguirse en sísmica como un rasgo
netamente definido; en la zona que nos ocupa se hace evidente que la falla está compuesta por roturas menores,
que delimitan una zona fusiforme según un corte N-S. Dentro de esta zona se ubica un cuerpo rocoso aplanado
desarrollado de Oeste a Este, que en cada ocasión que fue tocado por un sondeo manifestó un fuerte potencial
productivo de petróleo y gas.
La rocas contenidas en ese volumen, según puede verse en los testigos obtenidos, son areniscas, areniscas
tobáceas, limolitas, todas de ambiente continental, y tobas con alteraciones diagenéticas (disolución) y
fracturación. La fracturación afecta especialmente a las tobas, por su carácter más frágil, en tanto que las
limoarcilitas más dúctiles se encuentran menos fracturadas. El paquete es altamente heterogéneo, haciendo
altamente complejo cualquier intento de correlación, mapeo o modelado.
La porosidad promedio del reservorio oscila entre 13% y 20%, la saturación de agua entre 12% y 36%, en tanto
que el espesor económico varía entre 1,4 m y 149 m según el pozo.
Acuñamiento de niveles reservorio contra los flancos del espolón (pendiente de demostración).
En la zona centro-S del yacimiento se desarrolla un espolón de orientación meridional. Las sedimentitas que
circundan a éste alto muestran adelgazamiento desde los flancos hacia la zona del eje (Fig. 11). No sería extraño
entonces que existieran acuñamientos y que éstos estuviesen mineralizados. No obstante haberse perforado la
zona y contar con evidencia sísmica y de geología de subsuelo sobre la existencia de un alto anterior a la
depositación de los reservorios, no se han encarado trabajos de análisis de los resultados de los pozos tendientes
a demostrar esta posibilidad.
Las rocas más afectadas por la existencia del alto son las pertenecientes a la Fm Mina El Carmen.
Fig. 10: Línea sísmica S-N ilustrando los elementos estructurales y los distintos tipos de trampas
asociados.
El trabajo “Traps, Trap types, and the Petroleum System” (Vincelette et al., 1999) se inicia con un serie de
definiciones que se aplican a los modelos descriptos. No se aportan aquí cifras referentes al cierre de las trampas
(closure), aunque esa información ha sido analizada en detalle a fin de establecer las reservas recuperables del
yacimiento y trazar un plan de depletación.
A título ilustrativo se presenta un plano estructural-isopáquico correspondiente a uno de los reservorios
localizados cerca del tope de la Fm Comodoro Rivadavia (Fig. 8). En él se indica la posición inferida para el
contacto agua-petróleo, basada en los datos de los ensayos individuales de los pozos de la zona.
Se informa además el dato estructural y el espesor de la capa. El dato de espesor de la capa indica los cierres
laterales por adelgazamiento de la misma, e inclusive áreas de espesor cero en la zona ocupada por la trampa.
El curveo estructural evidencia el ascenso de la capa hacia la posición de la falla TS, la cual interrumpe su
continuidad, conformando, junto con los elementos descriptos una trampa como las descriptas en el punto
“Trampas generadas por la interrupción de las unidades reservorio por fallas“.
En el proceso de cálculo de reservas, para cada reservorio mapeado en el modelado estático del yacimiento se
realizó la misma tarea, generándose una multitud de datos de volumen provenientes de la estimación más precisa
posible de las proporciones de cada acumulación.
Trampa combinada:
Trampa combinada:
Trampa Estratigráfica:
Sistema Estratigráfico
Régimen Depositacional
Clase Reservorios aislados
Subclase Reservorios en areniscas
Superfamilia Reservorios en areniscas aluviales
Familia Fluvial
Subfamilia Canales
Trampa por procesos de fracturación-disolución asociada a la falla maestra ACN (Reservorios “No
Convencionales”).
Trampa estructural:
AGRADECIMIENTOS
El autor agradece a Tecpetrol S.A. por la oportunidad y el estímulo para publicar estos conceptos, y a los colegas
del grupo de Reservorios del yacimiento El Tordillo por las enriquecedoras discusiones sobre el tema. El
geofísico L. Vernengo aportó además la mirada del Intérprete y algunas ilustraciones sobre lo que aquí se
informa.
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