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CASACION

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PROGRAMA MAESTRÍA EN

DERECHO PENAL Y PROCESAL PENAL

INFORME SOBRE LA CASACIÓN:

CASACION N°60-2016

AUTORA:

Margot VALLEJO HUAMAN

DOCENTE:

Javier Gonzalo LUNA GARCIA

PERÚ – 2021
ANTECEDENTES:

NUMERO DE CASACIÓN: N°60 – 2016


LUGAR DE PROCEDENCIA: Departamento de Huancavelica, provincia de
Tayacaja, Distrito de Colcabamba
PROCESADO: Augusto Maraví Romaní
AGRAVIADO:
DELITO: Delito de colusión

ITINERARIO PROCESAL:
1. ACUSACIÓN FISCAL:

La Fiscalía sostiene que el acusado en la segunda mitad del año dos mil diez, en su
condición de alcalde de la Municipalidad Distrital de Colcabamba, suscribió la
Resolución de Alcaldía número seiscientos sesenta y siete guion dos mil diez, con
la que desagregó el dinero que la Dirección Nacional de Defensa Civil (en adelante
INDECI) transfirió a la comuna.
La suma ascendía a trescientos cincuenta y cuatro mil setecientos cuarenta y ocho
soles, y estaba destinada a la recuperación de la transitabilidad de la carretera
Pichiu-Andaymarca (en el distrito de Colcabamba), que fue declarada en estado de
emergencia debido a los desastres naturales ocurridos.
2. Causales de Casación admitidas indicando dispositivos infraccionados
• La aplicación indebida de una norma de derecho material.
• La interpretación errónea de una norma de derecho material.
• La inaplicación de una norma de derecho material

3. Determinación del problema jurídico conforme a lo resuelto por la Corte Superior


en su Sentencia.
La falta de claridad en la realización juicio oral por un juzgado distinto del que dictó
la sentencia anulada de primera instancia.

4. Opinión critica
La finalidad de la casación busca salvaguardar dos valores:
Principios
La igualdad jurídica
La seguridad jurídica garantizando así la existencia de una línea unitaria y constante
de aplicación e interpretación de las normas jurídica a nivel general.
CASACIÓN 60-2016, JUNÍN
Lima, ocho de mayo de dos mil diecisiete
VISTOS:
En audiencia pública, el recurso de casación concedido por la causa de «errónea
interpretación de la ley penal y manifiesta ilogicidad de la motivación, cuando el
vicio resulte de su propio tenor», a la defensa técnica del encausado don Augusto
Maraví Romaní. Se emite la decisión bajo la ponencia del señor juez
supremo Salas Arenas.

I. DECISIÓN CUESTIONADA
La sentencia de vista de seis de noviembre de dos mil quince (folios trescientos
setenta y tres a trescientos noventa y uno) expedida por los señores jueces de la Sala
Penal de Apelaciones, de la Corte Superior de Justicia de Junín. Esta, por mayoría,
confirmó la de primera instancia que condenó a don Augusto Maraví
Romaní como autor del delito de colusión, en agravio de la Municipalidad Distrital
de Colcabamba, a cinco años de pena privativa de libertad (a cumplirse en cuanto
sea puesto a disposición de las autoridades judiciales) e inhabilitación por el periodo
de un año.

Fijó, además, en cincuenta mil soles el monto que por concepto de reparación civil
deberá pagar de forma solidaria con sus coprocesados a favor de la entidad
agraviada, sin perjuicio de devolver lo indebidamente pagado a la empresa
contratista.
II. DEL ITINERARIO DE LA CAUSA EN PRIMERA INSTANCIA
2.1. Respecto a los hechos sometidos a juzgamiento
De conformidad con lo expuesto en el requerimiento acusatorio y los alegatos
finales del Ministerio Público, se imputó a don Augusto Maraví Romaní el delito
de colusión. La Fiscalía sostiene que el acusado en la segunda mitad del año dos
mil diez, en su condición de alcalde de la Municipalidad Distrital de Colcabamba,
suscribió la resolución de alcaldía número seiscientos sesenta y siete guión dos mil
diez, con la que desagregó el dinero que la Dirección Nacional de Defensa Civil (en
adelante INDECI) transfirió a la comuna. La suma ascendía a trescientos cincuenta
y cuatro mil setecientos cuarenta y ocho soles, y estaba destinada a la recuperación
de la transitabilidad de la carretera Pichiu-Andaymarca (en el distrito de
Colcabamba), que fue declarada en estado de emergencia debido a los desastres
naturales ocurridos.

Se llevó a cabo el proceso número cero tres guión dos mil diez (exonerado de
concurso público de licitación), por la suma de trescientos cuarenta y cinco mil
trescientos setenta y cinco soles, que consistió en el alquiler de un tractor oruga, un
cargador sobre llantas de cien guion ciento quince HP dos guion dos punto
veinticinco, un camión volquete de trescientos treinta HP de diez metros cúbicos y
una retroexcavadora de ciento veinticinco HP.
La empresa Construcciones e Inversiones Roger E.I.R.L. fue adjudicada con la
prestación del servicio e inició las labores el veintinueve de septiembre de dos mil
diez; no obstante, la única maquinaria (tractor oruga) que dio el servicio pertenecía
al Gobierno Regional de Huancavelica, la que con apoyo de los habitantes de la
zona permitió recuperar la transitabilidad de la vía luego de ocurrida la emergencia,
por lo que el servicio contratado no se prestó.

Fueron emitidas las resoluciones de alcaldía números seiscientos ochenta y cuatro,


y novecientos ochenta y ocho, con las que afirman fue creado un comité encargado
de llevar a cabo el proceso de selección, y otro cuya función fue recibir la entrega
de la obra acabada.
2.2. El imputado fue procesado penalmente con arreglo al nuevo Código Procesal
Penal. El señor fiscal provincial formuló acusación por el delito de colusión,
previsto en el artículo trescientos ochenta y cuatro, del Código Penal, en perjuicio
del Estado.
2.3. Efectuado el juzgamiento de primera instancia, el Juzgado Penal Colegiado
dictó sentencia el veinte de agosto de dos mil quince (folios ciento sesenta y cuatro
a doscientos siete) y condenó al casacionista como autor del delito de colusión, en
perjuicio del Estado. En efecto, argumentó que:
a. La obra no fue realizada, para ello, a escala plenarial, concurrieron en calidad de
testigos don Isidoro Carnica Parco, quien señaló que el derrumbe ocurrió
aproximadamente el veinte o veinticinco de enero de dos mil diez. Se solicitó apoyo
al Gobierno Regional de Huancavelica, el cual envió maquinaria; mientras que la
Municipalidad Provincial de Tayacaja apoyó donando combustible (la
rehabilitación terminó luego de tres semanas de labores, por lo que se recuperó la
transitabilidad de la carretera); en igual sentido declararon doña Zenaida Camasca
Trillo, don Julián Medina Coro y don Antonio Berrocal Pareja (pobladores de la
localidad de Andaymarca), quienes indicaron que el alcalde pidió apoyo al gobierno
regional, con lo que se pudo recuperar el tránsito por la carretera. Agregó que en la
obra no participaron ingenieros.
b. La no prestación del servicio se vio reflejada en los cuadernos de obra legalizados
por el Juzgado de Paz de primera y segunda nominación, donde se aprecia que el
supervisor de obra solo asistió en seis ocasiones durante el periodo de limpieza que
duró sesenta y un días. El alquiler de las maquinarias fue pagado por valorización,
no existiendo conformidad del servicio; tampoco existió anotación de los trabajos
realizados por el camión volquete de trescientos treinta HP metros cúbicos con las
horas trabajadas. No existen partes diarios de trabajos de maquinaria; el cuaderno
de obras es genérico, ya que no pone las características de la maquinaria empleada.
c. Existen otras irregularidades como lo consignado en los cuadernos de obra
suscritos por don Víctor Raúl Arzapalo en calidad de ingeniero residente; sin
embargo, en el plenario negó que haya firmado documento alguno a favor de la obra
debido a que no laboró en ella. Por otro lado, los informes números doscientos
cuarenta y dos guión JRE y doscientos veintidós de diez y dieciocho de noviembre
de dos mil diez, fueron negados por don Javier Rodríguez Espejo, quien señaló que
la firma que aparece allí no proviene de su puño y letra.

No obstante lo señalado en los considerandos citados, el señor juez Penal


Unipersonal de Huancayo, añadió:
Mediante Resolución de Alcaldía número seiscientos sesenta y siete guión dos mil
diez-MDC-A, de catorce de septiembre de dos mil diez, el procesado aprobó la
desagregación de los recursos aprobados en el Decreto Supremo número ciento
cincuenta guión dos mil diez-EF. El quince de septiembre, mediante Acuerdo de
Concejo número cero veinticinco guión dos mil diez-MDC-CM, de quince de
septiembre de dos mil diez, exoneró del proceso de selección de concurso público
para el alquiler de maquinarias en aras de lograr la recuperación de la transitabilidad
de la carretera Pichiu-Andaymarca, distrito de Colcabamba, provincia de Tayacaja,
departamento de Huancavelica. Para, finalmente, el veintinueve de noviembre de
dos mil diez, mediante Resolución de Alcaldía número novecientos ochenta y ocho
guión dos mil diez-MDC-A, formar el comité de recepción de la obra. Luego,
entrega a INDECI la documentación referida a la liquidación; la que fue devuelta
con observaciones, reiterándose el levantamiento de ellas, sin lograr su subsanación.
2.4. La defensa del sentenciado interpuso recurso de apelación mediante escrito de
folios doscientos treinta y ocho a doscientos cuarenta. Le fue concedido mediante
auto de veintiocho de agosto de dos mil quince (folio doscientos cuarenta y nueve).

III. DEL TRÁMITE RECURSAL EN SEGUNDA INSTANCIA


3.1. Culminada la fase de traslado de la impugnación, la Sala Superior Penal de
Junín lo emplazó para concurrir a la audiencia de apelación de sentencia. Realizado
el plenario en varias sesiones (cfr. folios trescientos cincuenta y seis y trescientos
sesenta y seis), el Tribunal de Apelación cumplió con emitir y leer en audiencia la
sentencia de seis de noviembre de dos mil quince (ver folios trescientos setenta y
tres a trescientos noventa y uno): El procesado dispuso la conformación del comité
seleccionador y el de recepción, y el sentenciado Solano Sacravilca (gerente de la
municipalidad) suscribió el contrato con la empresa ganadora, para recibir servicios
que ya habían sido realizados por los pobladores de la localidad afectada; lo que
denota palpablemente el carácter colusorio.
3.2. La sentencia de vista (ahora recurrida en casación), por mayoría, confirmó la
sentencia de primera instancia, al considerar que con la prueba actuada en el proceso
se acreditó la responsabilidad del encausado.

IV. DEL TRÁMITE DEL RECURSO DE CASACIÓN PLANTEADO POR


EL SENTENCIADO
4.1. Leída la sentencia de vista y dentro del plazo legal establecido, el sentenciado
formuló recurso de casación mediante el escrito de folios cuatrocientos trece a
cuatrocientos treinta y ocho.
4.2. Concedida tal impugnación por auto de catorce de diciembre de dos mil quince
(folios cuatrocientos cuarenta y cuatro a cuatrocientos cuarenta y ocho), se elevó la
causa a este Supremo Tribunal el cinco de enero de dos mil dieciséis.
4.3. Cumplido el trámite de traslados a los sujetos procesales por el plazo de diez
días, esta Suprema Sala, mediante Ejecutoria de treinta y uno de mayo de dos mil
dieciséis (folios ciento noventa y seis a doscientos cuatro, del cuadernillo formado
en esta Instancia Suprema), en uso de su facultad de corrección, admitió el trámite
del recurso de casación por las causas previstas en los incisos tres y cuatro, del
artículo cuatrocientos veintinueve, del Código Procesal Penal, para el desarrollo de
doctrina jurisprudencial.
4.4. Instalada la audiencia de casación, y realizada conforme el acta que antecede,
el estado de la causa es el de expedir sentencia.
4.5. Deliberada la causa en secreto y votada, esta Suprema Sala Penal cumple con
pronunciar la presente sentencia de casación, cuya lectura en audiencia pública –
con las partes que asistan– se realizará por la Secretaría de la Sala.
CONSIDERANDO
PRIMERO. SUSTENTO NORMATIVO
1.1. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional, se hallan
protegidas por el inciso tercero, del artículo ciento treinta y nueve, de la
Constitución Política del Estado; así como por el artículo ocho de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, aprobada y ratificada por el Estado peruano.
1.2. El numeral cinco, del artículo ciento treinta y nueve, de la Constitución Política
del Perú, establece que las decisiones judiciales deben ser motivadas.
1.3. En el artículo trescientos ochenta y cuatro, del Código Penal, se describe la
conducta del delito de colusión, así: «El funcionario o servidor público que, en los
contratos, suministros, licitaciones, concurso de precios, subastas o cualquier otra
operación semejante en la que interviene por razón de su cargo o comisión especial
defrauda al Estado o entidad u organismo del Estado, según ley, concertándose con
los interesados en los convenios, ajustes, liquidaciones o suministros».
1.4. El inciso uno, del artículo cuatrocientos veintinueve, del Nuevo Código
Procesal Penal (en adelante NCPP), prevé como motivos de casación: «3. Si la
sentencia o auto importa una indebida aplicación, una errónea interpretación o una
falta de aplicación de la ley penal o de otras normas jurídicas necesarias para su
aplicación. 4. Si la sentencia o auto ha sido expedido con falta o manifiesta
ilogicidad de la motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor».
1.5. El numeral tres, del artículo cuatrocientos treinta, del citado Código, establece
que: «Si se invoca el numeral cuatro, del artículo cuatrocientos veintisiete, sin
perjuicio de señalarse y justificarse la causal que corresponda, conforme con el
artículo cuatrocientos veintinueve, el recurrente deberá consignar adicional y
puntualmente las razones que justifican el desarrollo de la doctrina jurisprudencial
que pretende. En este supuesto, la Sala Penal Superior, para la concesión del
recurso, sin perjuicio de lo dispuesto en el numeral anterior, constatará la existencia
de la fundamentación específica exigida en estos casos».
1.6. El numeral dos, del artículo quinientos cuatro, del citado Código, establece que
las costas serán pagadas por quien interpuso un recurso sin éxito o se desistió de su
prosecución.
1.7. El artículo ciento cincuenta, del NCPP, al establecer los supuestos de nulidad
absoluta, ha señalado: «No será necesaria la solicitud de nulidad de algún sujeto
procesal y podrán ser declarados aun de oficio, los defectos concernientes: […] d)
A la inobservancia del contenido esencial de los derechos y garantías previstos por
la Constitución».
1.8. En el artículo ciento setenta y seis, del Código Procesal Civil, se precisa: «Los
jueces solo declararán de oficio las nulidades insubsanables, mediante resolución
motivada, reponiendo el proceso al estado que corresponda».
1.9. En la sentencia de casación número cuatrocientos ochenta y dos guion dos mil
dieciséis oblicua Cusco, la Suprema Corte precisó que la falta de motivación está
referida:
1. A la ausencia absoluta de análisis, probatorio y jurídico penal, en la resolución
judicial, esto es, a la carencia formal de un elemento estructural de la resolución
(motivación inexistente).
2. A la motivación incompleta o insuficiente, que comprende la falta de examen
respecto: a) De aspectos centrales o trascendentales del objeto del debate, puntos
relevantes objeto de acusación y defensa, esto es, pretensiones en sentido propio y
no meras alegaciones que apoyen una pretensión. b) De pruebas esenciales o
decisivas para su definición y entidad, sin las cuales pierde sentido la actividad
probatoria, y las postulaciones y alegaciones de las partes procesales. c) De la
calificación de los hechos en el tipo legal – tipicidad– y de las demás categorías del
delito relevantes, de la intervención delictiva, de las circunstancias eximentes o
modificativas de la responsabilidad en caso de haber concurrido. d) De la medición
de la pena y fijación de la reparación civil cuando correspondiera.
3. A la motivación aparente, que es aquella que incorpora razonamientos
impertinentes sobre los puntos materia de imputación o de descargo (objeto del
debate), o que introduce razonamientos vagos, genéricos o imprecisos, al punto que
no explique la causa de su convicción.
4. Aquellas sentencias que dan lugar a una imposibilidad de subsanación por
inexistencia de la premisa mayor. Esto es así: a) Cuando el detalle de los hechos y
sus circunstancias, gramaticalmente, resulte incomprensible. b) Cuando por la
omisión de datos o circunstancias importantes, esto es, extremos fundamentales del
relato fáctico –según el objeto del debate– no es posible conocer la verdad de lo
acontecido, qué fue lo que sucedió. c) Cuando el detalle de los hechos se describa
en términos dubitativos o ambiguos.
1.10. En la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente número
cero quinientos sesenta y nueve guión dos mil once PHC/TC-Callao, de seis de abril
de dos mil once, se estableció que: Respecto a la vulneración del derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales, es un principio que informa el ejercicio
de la función jurisdiccional y que, al mismo tiempo, es un derecho constitucional
de los justiciables. Mediante ella, por un lado, se garantiza que la administración de
justicia se lleve a cabo de conformidad con la Constitución y las leyes (artículos
cuarenta y cinco y ciento treinta y ocho, de la Constitución Política del Perú) y, por
el otro, que los justiciables puedan ejercer de manera efectiva su derecho de defensa.
La Constitución no garantiza una determinada extensión de la motivación, por lo
que su contenido esencial se respeta siempre que exista fundamentación jurídica
congruente entre lo pedido y lo resuelto, y que, por sí misma, exprese una suficiente
justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se presenta el
supuesto de motivación por remisión […].
1.11. En la Sentencia del Tribunal Constitucional, en el Expediente número cero
seiscientos dieciocho-PHC/TC, propiamente en el fundamento veintidós, se expresa
que: «El principio de libre valoración de la prueba en el proceso penal que
corresponde actuar a los jueces y tribunales; que la sentencia condenatoria se
fundamente en auténticos hechos de prueba, y que la actividad probatoria sea
suficiente para generar en el Tribunal la evidencia de la existencia no solo del hecho
punible, sino también la responsabilidad penal que en él tuvo el acusado y así
desvirtuar la presunción».
1.12. En el expediente número tres mil novecientos cuarenta y tres guion dos mil
seis-PA/TC, el Tribunal Constitucional sostuvo que el contenido
constitucionalmente garantizado del derecho a la motivación de resoluciones
judiciales queda delimitado en los siguientes supuestos:
a) Inexistencia de motivación o motivación aparente, cuando no se da cuenta de las
razones mínimas que sustentan la decisión o de que no responde a las alegaciones
de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un cumplimiento formal al
mandato, amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico.
b) Falta de motivación interna del razonamiento, que se presenta en una doble
dimensión; por un lado, cuando existe invalidez de una inferencia a partir de las
premisas que establece previamente el juez en su decisión; y, por otro, cuando existe
incoherencia narrativa, que a la postre se presenta como un discurso absolutamente
confuso incapaz de transmitir, de modo coherente, las razones en las que se apoya
la decisión. Se trata, en ambos casos, de identificar el ámbito constitucional de la
debida motivación mediante el control de los argumentos utilizados en la decisión
asumida por el juez o tribunal, ya sea desde la perspectiva de su corrección lógica
o desde su coherencia narrativa.
c) Deficiencias en la motivación externa; justificación de las premisas, que se
presenta cuando las premisas de las que parte el juez no han sido confrontadas o
analizadas respecto de su validez fáctica o jurídica.
d) La motivación insuficiente, referida básicamente al mínimo de motivación
exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho indispensables para asumir
que la decisión está debidamente motivada. Si bien, como ha establecido este
Tribunal, no se trata de dar respuestas a cada una de las pretensiones planteadas, la
insuficiencia, vista aquí en términos generales, solo resultará relevante desde una
perspectiva constitucional si es que la ausencia de argumentos o la «insuficiencia»
de fundamentos resulta manifiesta a la luz de lo que en sustancia se está decidiendo.
e) La motivación sustancialmente incongruente. El derecho a la tutela judicial
efectiva y, en concreto, el derecho a la debida motivación de las sentencias, obliga
a los órganos judiciales a resolver las pretensiones de las partes de manera
congruente con los términos en que vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto,
desviaciones que supongan modificación o alteración del debate procesal
(incongruencia activa). Desde luego, no cualquier nivel en que se produzca tal
incumplimiento genera de inmediato la posibilidad de su control mediante el
proceso de amparo. El incumplimiento total de dicha obligación, es decir, el dejar
incontestadas las pretensiones, o el desviar la decisión del marco del debate judicial
generando indefensión, constituye vulneración del derecho a la tutela judicial y
también del derecho a la motivación de la sentencia (incongruencia omisiva).
1.13. En el Acuerdo Plenario número uno guión dos mil seis/ESV-veintidós (Pleno
Jurisdiccional de las Salas Penales Permanentes y Transitorias), de trece de octubre
de dos mil seis, estableció en el fundamento cuarto de la Ejecutoria Suprema, los
presupuestos materiales legitimadores de la prueba indiciaria:
Respecto al indicio, (a) este –hecho base– ha de estar plenamente probado – por los
diversos medios de prueba que autoriza la ley-, pues de lo contrario sería una mera
sospecha sin sustento real alguno, (b) deben ser plurales, o excepcionalmente
únicos pero de una singular fuerza acreditativa, (c) también concomitantes al hecho
que se trata de probar; los indicios deben ser periféricos respecto al dato fáctico a
probar, y desde luego no todos lo son, y (d) deben estar interrelacionados, cuando
sean varios, de modo que se refuercen entre sí y que no excluyan el hecho
consecuencia –no solo se trata de suministrar indicios, sino que estén imbricados
entre sí– […]; que, en lo atinente a la inducción o inferencia, es necesario que sea
razonable, esto es, que responda plenamente a las reglas de la lógica y la
experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho consecuencia y que entre
ambos exista un enlace preciso y directo.
1.14. En el fundamento ocho, de la resolución emitida por los señores magistrados
del Tribunal Constitucional, en el expediente número seis mil trescientos cuarenta
y ocho guión dos mil ocho-PA/TC de dos de agosto de dos mil diez, señalaron:
La nulidad procesal es el instituto natural por excelencia que la ciencia procesal
prevé como remedio para reparar un acto procesal viciado, originado en la carencia
de alguno de sus elementos constitutivos o de vicios existentes en ellos, que lo
coloca en la situación procesal de ser declarado judicialmente inválido, el cual
puede ser declarado de oficio o a pedido de parte. La declaración de nulidad de
oficio se fundamenta en la potestad nulificante del juzgador, recogida en la parte
final del artículo ciento setenta y seis, del Código Procesal Civil (aplicable
supletoriamente conforme lo prevé el artículo IX, del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional).
1.15. En el artículo veintitrés, de la Ley de Contrataciones del Estado, se precisa
que: «Se entiende como estado de emergencia aquella situación en la cual la entidad
tenga que actuar de manera inmediata a causa de acontecimientos catastróficos
[…]».
1.16. Según el numeral b, del artículo veinte, de la Ley de Contrataciones del
Estado, están exonerados del proceso de selección las contrataciones que se
realicen: «Ante una situación de emergencia derivada de acontecimientos
catastróficos, de situaciones que supongan grave peligro o que afecten la defensa y
seguridad nacional».
Conforme con lo expuesto en el fundamento 3.8., del auto de calificación:
El Órgano Judicial Revisor no desarrolló adecuadamente los elementos de
intervención, el poder de decisión ni la concertación que tuvo con el interesado para
concluir que el ilícito está probado, por lo que mediante el desarrollo de doctrina
jurisprudencial que se pretende, este Supremo Tribunal se pronunciará por cada
elemento que debe concurrir en el delito de colusión, propuestos en el recurso de
apelación; tampoco se verifica que hubiera emitido pronunciamiento respecto del
tipo objetivo con los hechos, resultando por ello aparentemente atendible el
planteamiento en cuanto a la errónea interpretación de la ley penal y manifiesta
ilogicidad en la motivación; en consecuencia, se encuentra bien concedido el
planteamiento para el desarrollo de doctrina jurisprudencial, por la causa
establecida en los numerales tres y cuatro, del artículo cuatrocientos veintinueve,
del NCPP.
TERCERO. ANÁLISIS JURÍDICO FÁCTICO
3.1. El tema delimitado está relacionado al desarrollo de doctrina jurisprudencial,
por errónea interpretación de la ley penal y manifiesta ilogicidad en la decisión del
Colegiado Superior, lo que afecta, en apariencia, la garantía constitucional de
motivación de las resoluciones judiciales y valoración de la prueba para expedir
sentencia.
3.2. Corresponde verificar, conforme con lo alegado en el recurso de casación, si el
Colegiado Superior dio respuesta a los agravios planteados en el recurso de
apelación, y cumplió con las garantías mínimas del derecho a la motivación de
resoluciones judiciales; como se tiene indicado en las sentencias del Tribunal
Constitucional referidas en los acápites 1.9., 1.10. y 1.11., del sustento normativo.
3.3. Se cuestiona que el Colegiado interpretó erróneamente el artículo trescientos
ochenta y cuatro, del Código Penal, puesto que solo valoró la condición de
funcionario público del acusado (como alcalde de la Municipalidad de Colcabamba)
para concluir que infringió un deber especial y condenarlo como autor del delito
de colusión; sin tener en cuenta que no contaba con poder de decisión sobre las
contrataciones públicas en representación del Estado.
3.4. La sentencia de vista, con la confirmación de los fundamentos de primera
instancia, acordó que la responsabilidad del casacionista en el delito
de colusión está probada. La concertación con el extraneus para el otorgamiento de
la buena pro en la prestación del servicio, destinado a recuperar la transitabilidad de
la carretera Pichiu-Andaymarca, se vio reflejada en el aprovechamiento del estado
de emergencia que se vivía en la localidad de Andaymarca (debido a los desastres
naturales). Para ello suscribieron resoluciones dirigidas a otorgar la buena pro a la
empresa ROGHER E. I. R. L. Finalmente, luego de valorar las declaraciones
otorgadas por los pobladores de la localidad de Andaymarca se arribó a certeza
suficiente para emitir sentencia de condena.
3.5. En el punto dos punto tres de la sentencia de primera instancia (folio ciento
noventa y uno, del cuaderno de debates), se afirmó que la no realización de la obra
está acreditada con la falta de conformidad del servicio y de documentos que
acrediten la prestación de la maquinaria. Concluye que se pudo determinar que el
tractor oruga trabajó cincuenta y cinco horas, el cargador frontal veintinueve horas
y la retroexcavadora cuarenta y nueve días; pese a ello, las autoridades municipales
pagaron al contratista un exceso de ciento veintiún mil cincuenta y cinco soles.
Por su parte, en la parte resolutiva de la sentencia, en cuanto a la reparación civil,
se consigna que tal monto se honrará «sin perjuicio de devolver lo indebidamente
pagado en exceso a la empresa contratista».
3.6. En el acápite dos punto ocho (folio ciento noventa y cuatro, del cuaderno de
debates), se reafirmó que la responsabilidad del procesado está acreditada con la
suscripción del contrato de alquiler de maquinaria, y nuevamente se refiere el pago
en exceso, por lo que se infringieron los controles endoprocesal y extraprocesal,
creados como garantía para la debida motivación.
3.7. Al desarrollar Taruffo las funciones de la motivación, plantea dos razones
fundamentales:
1. El control endoprocesal que, a su vez, disgrega en:
1.a) Como aquel ejercido por las partes, cuando se les concede la oportunidad de
examinar la justificación de la decisión, con la finalidad de decidir si vale la pena
apelar el fallo y por qué razones realizarlo.
1.b) Como el ejercido por el juez de apelación, cuando la sentencia es recurrida por
las partes.
El objeto de este control sería la completitud y la logicidad de los argumentos que
el juez aduce para explicar racionalmente su decisión, así como si respetó el
principio de legalidad.
2. El control extraprocesal, que se configura como garantía constitucional de la
administración de justicia, que, en un Estado democrático fundado sobre la
Constitución, se legitima en tanto es posible conocer y evaluar las razones por las
cuales son adoptadas las decisiones judiciales.
3.8. La correcta motivación consiste en la estructuración lógica de un conjunto de
argumentos, formando la justificación racional de la decisión.
Refiere Castillo Alva que los vicios más frecuentes en la motivación se presentan
cuando existe contradicción lógica entre las diversas afirmaciones contenidas en las
sentencias. Por lo que la ausencia de justificación coherente que muestre el proceso
inferencial del juez es, en primer lugar, suficiente para determinar que la sentencia
no es constitucionalmente legítima.
Un supuesto de incongruencia en la sentencia se produce cuando la resolución
contenga contradicciones internas por errores manifiestos.
La ilegitimidad de la motivación se presenta cuando esta es inexistente; es decir
cuando la fundamentación de la sentencia no tenga ninguna relación con el fallo o
cuando esta es aparente, o la inferencia probatoria no es compatible con las leyes
de la lógica. La congruencia en la sentencia exige la coherencia interna del fallo y
la expresión correspondiente de sus términos en la motivación o redacción, esto es,
que respondan a las reglas del recto entendimiento humano.
El derecho a la motivación exige, además, que el juez tenga en cuenta las
alegaciones de las partes y las pruebas practicadas, lo que supone que dicte un fallo
congruente con estas, razonándolo debidamente con las pruebas practicadas y con
el ordenamiento jurídico. Esto entraña el cumplimiento de dos elementos:
congruencia (coherencia entre las alegaciones de las partes y las respuestas del juez)
y razonabilidad (el juez debe exponer los motivos por los que se inclina a favor de
acoger o no una petición, ciñéndose a las pruebas del proceso).
3.9. En la recurrida, se advierte un notable defecto en relación a la justificación
interna.
Así, el argumento principal se asienta en que el servicio objeto del encausamiento
se acordó en septiembre, cuando la emergencia ocurrió entre los meses de enero y
febrero de dos mil diez (acreditado con el Decreto Supremo número cero treinta y
cuatro guion dos mil diez PCM), y que la obra se contrató en setiembre, cuando ya
la habían ejecutado los lugareños con el apoyo de la región Huancavelica.
Contradictoriamente, se indica que existe un monto pagado en exceso (ciento
veintiún mil soles), información arrojada por la pericia de evaluación del acervo
documentario. Es necesario tener en cuenta que, si la obra no se hizo en el tiempo
al que se refieren esos documentos, no es entendible a qué pago excesivo se refiere
la decisión. La motivación de la recurrida es contradictoria en el ámbito fáctico,
puesto que se afirma un hecho (la obra no se hizo en setiembre u octubre) y, a
continuación, en el mismo relato, se afirma lo contrario (hubieron pagos en exceso;
de lo que se puede deducir que la obra sí se hizo), con lo que refuta implícitamente
lo que en la misma decisión se sostuvo.
Tal razonamiento incongruente presenta un supuesto de motivación aparente, por
ambigüedad (ver sustento normativo 1.8. de esta Ejecutoria).
3.10. Es pertinente anotar que, en abstracto, el primer supuesto (no se hizo la obra
en setiembre u octubre) connota un delito diferente al objeto de encausamiento. El
segundo supuesto (hay exceso de pago de la obra hecha en setiembre u octubre)
puede configurar la colusión atribuida, pero en este último el fáctico coherente sería
distinto al afirmado en la sentencia. Esa materia esencial, que constituye la base del
razonamiento jurídico pertinente (establecer idóneamente la premisa mayor),
merece atención técnica y responsable para derivar correctamente la conclusión
lógica a partir de lo acreditado en fase probatoria.
3.11. En consecuencia, se aprecia la configuración de la causa de nulidad prevista
en el inciso d, del artículo ciento cincuenta, del NCPP.
No se trata de un mero incidente de nulidad de actuaciones.
Por ser absoluta la nulidad, deviene en insubsanable; por ende, no cabe saneamiento
ni convalidación, puesto que no constituye la inobservancia de las formalidades
previstas en el Código, sino de una auténtica lesión al debido proceso legal. Se
muestran o existen de pleno derecho al vulnerar sustancialmente garantías
constitucionales, y pueden ser declaradas de oficio en cualquier estado y grado del
proceso.
En el marco de la pretensión impugnativa que está dirigida contra las sentencias de
mérito, se advierte una nulidad insubsanable, por motivación aparente, dada la
ambigüedad (incongruencia). La solución jurídica pertinente es anulatoria de todo
el proceso hasta el juicio oral (primera instancia), retrayendo la causa hasta dicha
fase.
DECISIÓN
Por ello, administrando justicia a nombre del pueblo, los integrantes de la Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, acordaron, declarar:
I. DECLARAR FUNDADO el recurso de casación por «errónea interpretación de
la Ley penal y manifiesta ilogicidad de la motivación, cuando el vicio resulte de su
propio tenor», interpuesto por la defensa técnica del encausado don Augusto
Maraví Romaní.
II. NULAS las sentencias de vista de seis de noviembre de dos mil quince (folios
trescientos setenta y tres a trescientos noventa y uno), expedida por los señores
jueces de la Sala Penal de Apelaciones, de la Corte Superior de Justicia de Junín; y
la de primera instancia, que condenó a don Augusto Maraví Romaní, como autor
del delito de colusión, en agravio de la Municipalidad Distrital de Colcabamba,
a cinco años de pena privativa de libertad (a cumplirse en cuanto sea habido) e
inhabilitación por el periodo de un año; y fijó en cincuenta mil soles el monto que
por concepto de reparación civil deberá pagar de forma solidaria con sus
coprocesados, a favor de la entidad agraviada, sin perjuicio de devolver lo
indebidamente pagado a la empresa contratista.
III. ORDENAR la realización de un nuevo juicio oral por un juzgado distinto del
que dictó la sentencia anulada de primera instancia, el cual deberá tener en cuenta
diligentemente lo señalado en la presente ejecutoria.
IV. DISPONER que la presente sentencia se lea en audiencia pública por la
secretaria de esta Suprema Sala Penal; y, acto seguido, se notifique a todas las partes
apersonadas a la Instancia, incluso a las no recurrentes.
V. MANDAR que cumplidos estos trámites se devuelva el proceso al órgano
jurisdiccional de origen, y se archive el cuaderno de casación en esta Corte
Suprema.
S.S.
SAN MARTÍN CASTRO
PRADO SALDARRIAGA
SALAS ARENAS
BARRIOS ALVARADO
PRÍNCIPE TRUJILLO

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