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Clasificacion de Las Normas Juridicas

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Clasificación de las Normas Jurídicas

Primeramente, habremos de definir que es una norma jurídica: Es una


regla o mandato que tiene por objetivo dirigir el comportamiento
humano en sociedad.

En concreto, la norma jurídica confiere derechos e impones


obligaciones a los individuos en sociedad. Esta norma debe ser
respetada por los individuos, de lo contrario supone una sanción.

Según García Máynez:

Desde el punto de vista del sistema a que pertenecen.


Desde el punto de vista de su fuente.
Desde el punto de vista de su ámbito espacial de validez.
Desde el punto de vista de su ámbito temporal de validez.
Desde el punto de vista de su ámbito material de validez.
Desde el punto de vista de su ámbito personal de validez.
Desde el punto de vista de su jerarquía.
Desde el punto de vista de sus sanciones.
Desde el punto de vista de su cualidad.
Desde el punto de vista de sus relaciones de complementación.
Desde el punto de vista de sus relaciones con la voluntad de los
particulares.

Por el sistema al que pertenecen: Todo precepto de derecho


pertenece a un sistema normativo. Tal pertenencia depende de la
posibilidad de referir directa o indirectamente la norma en cuestión a
otra u otras de superior jerarquía y, en última instancia, a una norma
suprema, llamada constitución o ley fundamental. Todos los preceptos
que se hallan mediata o inmediatamente subordinados a la
Constitución Mexicana, por ejemplo, forman parte del sistema jurídico
de nuestro país.

Desde el punto de vista de la pertenencia o no pertenencia a un


ordenamiento cualquiera, los preceptos del derecho se dividen en
nacionales y extranjeros. Pero puede ocurrir que dos o más Estados
adopten (mediante un tratado) ciertas normas comunes, destinadas a
la regulación de determinadas situaciones jurídicas. A esas normas se
les da entonces la denominación de derecho uniforme.

En principio, las que pertenecen al sistema jurídico de un país se


aplican sólo en el territorio de éste. Mas el citado principio posee
excepciones, como más adelante veremos. No solamente existe la
posibilidad de que las normas nacionales se apliquen en territorio
extranjero, sino la de que las extranjeras tengan aplicación en el
nacional.

Por su fuente: Los preceptos del derecho pueden ser formulados,


según hemos visto, por órganos especiales (poder legislativo); provenir
de la repetición más o menos reiterada de ciertas maneras de obrar,
cuando a éstas se halla vinculado el convencimiento de que son
jurídicamente obligatorias, o derivar de la actividad de ciertos
tribunales.
A las creadas por órganos especiales, a través de un proceso
regulado formalmente, se le da el nombre de leyes o normas de
derecho escrito; a los que derivan de la costumbre se les denomina de
derecho consuetudinario o no escrito; a los que provienen de la
actividad de determinados tribunales —como la Corte Suprema entre
nosotros— se les llama, por último, de derecho jurisprudencial.

Por su ámbito espacial de validez: El ámbito de validez de las


normas del derecho debe ser considerado desde cuatro puntos de
vista: el espacial, el temporal, el material y el personal.

El ámbito espacial de validez es la porción del espacio en que un


precepto es aplicable; el temporal está constituido por el lapso durante
el cual conserva su vigencia; el material, por la materia que regula, y el
personal, por los sujetos a quienes obliga.

Si nos colocamos en el primero de los cuatro, descubriremos que los


preceptos del derecho pueden ser generales o locales. Pertenecen al
primer grupo los vigentes en todo el territorio del Estado; al segundo,
los que sólo tienen aplicación en una parte del mismo. El Código
Federal de Procedimientos Civiles, por ejemplo, está integrado por
normas generales; el Civil del Estado de Chiapas, en cambio, tiene
carácter local, como su nombre lo indica. Si aplicamos el citado criterio
al derecho mexicano, descubriremos que en nuestro país existen,
desde ese punto de viste, tres categorías de leyes, a saber: federales,
locales y municipales.
Esta clasificación se basa en los preceptos de la Constitución relativos
a la soberanía nacional y la forma de gobierno. Las federales son
aplicables en toda la República; las locales, en las partes integrantes
de la Federación y del territorio nacional; las municipales, en la
circunscripción territorial del municipio libre.

Por su ámbito temporal de validez: Las normas jurídicas pueden ser


de vigencia determinada o indeterminada. Podemos definir las
primeras como aquellas cuyo ámbito temporal de validez formal se
encuentra establecido de antemano; las segundas, como aquellas
cuyo lapso de vigencia no se ha fijado desde un principio.

Puede darse el caso de que una ley indique, desde el momento de su


publicación, la duración de su obligatoriedad. En esta hipótesis,
pertenece a la primera de las dos categorías. En la hipótesis contraria
pertenece a la segunda, y sólo pierde su vigencia cuando es
abrogada, expresa o tácitamente.

Por su ámbito material de validez: Los preceptos del derecho


pueden también ser clasificados de acuerdo con la índole de la
materia que regulan. Esta clasificación tiene su fundamento en la
división del derecho objetivo en una serie de ramas.

Desde este punto de vista, los preceptos jurídicos se agrupan en


reglas de derecho público y de derecho privado. Las primeras se
dividen, a su vez, en Constitucionales, Administrativas, Penales,
Procesales e Internacionales; las segundas, en civiles y mercantiles.

Las que pertenecen a las llamadas disciplinas de creación reciente


(derecho del trabajo, derecho agrario) no siempre son clasificadas del
mismo modo. En nuestro país tienen el carácter de preceptos de
derecho público. La determinación de la índole, privada o pública, de
un precepto, así como la inclusión del mismo en alguna de las ramas
que hemos mencionado, no sólo posee interés teórico, sino enorme
importancia práctica.

Por su ámbito personal de validez: Desde el punto de vista de su


ámbito personal de validez, las normas del derecho se dividen en
genéricas e individualizadas. Se llaman genéricas las que obligan o
facultan a todos los comprendidos dentro de la clase designada por el
concepto-sujeto de la disposición normativa; reciben el nombre de
individualizadas las que obligan o facultan a uno o varios miembros de
la misma clase, individualmente determinados.

A diferencia de las genéricas, las individualizadas únicamente obligan


o facultan a uno o varios miembros, individualmente determinados, de
la clase designada por el concepto-sujeto de la norma genérica que
les sirve de base. Por ejemplo: la sentencia que condena a Juan Pérez
a veinte años de cárcel, por la comisión de un homicidio, es una norma
individualizada, ya que solamente es aplicable al acusado; pero el
fundamento del fallo reside en una norma genérica, según la cual,
quienes den muerte a un semejante en tales o cuales circunstancias,
deberán sufrir tal o cual pena. Mientras la disposición genérica se
refiere a todos los emprendidos dentro de la clase designada por el
concepto jurídico "homicida", la sentencia judicial sólo se aplica a un
miembro, individualmente determinado, de la misma clase.

Las normas individualizadas se dividen en privadas y públicas. Las


primeras derivan de la voluntad de los particulares, en cuanto éstos
aplican ciertas normas genéricas; las segundas, de la actividad de las
autoridades. Tienen carácter privado los contratos y los testamentos;
público, las resoluciones judiciales y administrativas (sentencias,
concesiones, etcétera). Los tratados internacionales deben
considerarse también como normas individualizadas de índole pública.

Por su jerarquía: Las normas pueden ser del mismo rango (código
civil – código penal). Las normas de menor jerarquía son aplicación o
consecuencia de las de mayor jerarquía.

El orden jurídico es una larga jerarquía de preceptos, cada uno de los


cuales desempeña un doble papel: en relación con los que le están
subordinados tienen carácter normativo; en relación con los
supraordinarios son un acto de aplicación. Las únicas normas que no
tienen ese doble carácter son la norma base o fundamental del
sistema que solo tiene carácter normativo, y la norma más inferior del
sistema de la que no puede derivarse otra norma y solo constituye un
acto de aplicación. (normas constitucionales, tratados internacionales,
leyes generales expedidas por el congreso, leyes federales y
estatales, y normas municipales.
Los preceptos que pertenecen a un sistema jurídico pueden ser del
mismo o de diverso rango. En la primera hipótesis hay entre ellos una
relación de coordinación; en la segunda, un nexo de supra o
subordinación. La existencia de relaciones de este último tipo permite
la ordenación escalonada de aquellos preceptos y revela, al propio
tiempo, el fundamento de su validez.

Por sus sanciones: Las normas pueden ser perfectas, leyes más que
perfectas, leyes menos que perfectas y leyes imperfectas.

Se da el nombre de leyes perfectas a aquellas cuya sanción consiste


en la inexistencia o nulidad de los actos que las vulneran. Se dice que
tal sanción es la más eficaz, porque el infractor no logra el fin que se
propuso al violar la norma. Algunas veces el acto violatorio es
considerado por la ley como inexistente para el derecho, lo que
equivale a privarlo de consecuencias jurídicas; otras, puede engendrar
ciertos efectos, pero existe la posibilidad de nulificarlos. Los autores de
derecho civil suelen distinguir tres grados de invalidez: inexistencia,
nulidad absoluta y nulidad relativa.

La sanción de las normas jurídicas no siempre tiende al


restablecimiento de las cosas al estado que guardaban antes del
agravio. Este se consuma a veces de modo irreparable, como ocurre,
verbigracia, tratándose de los delitos de ultraje a la bandera nacional o
de homicidio. En tal hipótesis, la norma sancionadora impone al
infractor un castigo y exige, además, una reparación pecuniaria. Los
preceptos sancionados en esta forma recibían de los romanos la
denominación de leyes más que perfectas.

Un tercer grupo de normas está integrado por aquellas cuya violación


no impide que el acto violatorio produzca efectos jurídicos, pero hace
al sujeto acreedor a un castigo. A los preceptos de esta índole se les
llama leyes menos que perfectas.

El último grupo de la clasificación está integrado por las leyes


imperfectas, es decir, las que no se encuentran provistas de sanción.
Las no sancionadas jurídicamente son muy numerosas en el derecho
público y, sobre todo, en el internacional. Las que fijan los deberes de
las autoridades supremas carecen a menudo de sanción, y lo propio
ocurre con casi todos los preceptos reguladores de relaciones jurídicas
entre Estados Soberanos.

Por su cualidad: Desde este punto de vista se dividen en positivas (o


permisivas) y negativas (o prohibitivas). Son positivas las que permiten
cierta conducta (acción u omisión); negativas, las que prohíben
determinado comportamiento (acción u omisión). Lo que determina la
cualidad de las normas jurídicas no es, como lo afirman algunos
autores, el hecho de que unas, a las que llaman preceptivas,
prescriban una acción, y otra" a las que llaman negativas, impongan
una omisión.

Las que ordenan la omisión de una conducta prohibida, por ejemplo,


no son negativas, porque la omisión de tal conducta es, a un tiempo,
obligatoria y lícita. La cualidad, positiva o negativa, de las normas
jurídicas no depende, pues, de que prescriban acciones o impongan
omisiones, sino de que permitan o prohiban, ya una acción, ya una
omisión. Esto equivale a sostener que las positivas atribuyen a un
sujeto la facultad de hacer o de omitir algo, en tanto que las
prohibitivas le niegan tal facultad. Objeto de las primeras es en todo
caso una conducta jurídicamente lícita (acción u omisión); objeto de
las segundas es, en cambio, un proceder jurídicamente ilícito (acción u
omisión). Las prescriptivas son positivas, pues es evidente que
permiten lo mismo que mandan, según lo expresa el siguiente principio
de la ontología formal del derecho: "todo lo que está jurídicamente
ordenado está jurídicamente permitido”.

Y como los procederes jurídicamente obligatorios pertenecen a la


clase de los jurídicamente permitidos, es obvio que las normas que los
prescriben son implícitamente permisivas.

Por sus relaciones de complementación:

Hay normas jurídicas que tienen por sí mismas sentido pleno, en tanto
que otras sólo poseen significación cuando se les relaciona con
preceptos del primer tipo. Cuando una regla de derecho complementa
a otra, recibe el calificativo de secundaria. Las complementadas, por
su parte, se llaman primarias. Las secundarias no encierran una
significación independiente, y sólo podemos entenderlas en relación
con otros preceptos.
Son secundarias:

Las de iniciación, duración y extinción de la vigencia;


Las declarativas o explicativas;
Las permisivas;
Las interpretativas;
Las sancionadoras,

Llamamos de iniciación de la vigencia a las que indican en qué fecha


entrará en vigor una disposición legal determinada. Los preceptos a
que aludimos son secundarios, porque se hallan referidos a otro u
otros que, por tanto, tienen el carácter de reglas primarias. Las normas
sobre iniciación de la vigencia suelen encontrarse contenidas en los
llamados "artículos transitorios".

Son secundarias también las que fijan el tiempo en que una ley estará
en vigor, así como las que extinguen la fuerza obligatoria de otra
norma.

Las de extinción de la vigencia pueden abolir todo un conjunto de


leyes, caso en el cual se llaman abrogatorias, o solamente algunas de
las disposiciones de un ordenamiento legal, y entonces reciben la
denominación de preceptos derogatorios. Tanto la abrogación como la
derogación pueden ser tácitas o expresas.

Las normas de que acabamos de tratar son especies de un mismo


género, al que correspondería el nombre de normas de vigencia.
Tienen igualmente carácter secundario las que explican o definen los
términos empleados en otros preceptos. En los códigos es frecuente el
uso de vocablos que poseen diversas significaciones, además de la
propiamente jurídica. La acepción en que el legislador toma los
tecnicismos de que se vale suele explicarse en nuevas normas, las
llamadas de definición, o declarativas.

Las permisivas tienen carácter secundario cuando establecen


excepciones en relación con otras normas.

Pertenecen también a la categoría de las secundarias las de


interpretación, o interpretativas. La interpretación de un precepto legal
puede ser hecha por el legislador mismo, en una nueva ley
(interpretación auténtica o legislativa). Las de interpretación se
refieren, por su misma esencia, a otros preceptos cuyo sentido y
alcance determinan. Éstos son, por consiguiente, frente a aquéllas,
normas primarias.

El grupo más numeroso e importante de las secundarias está


constituido por las sancionadoras. El supuesto jurídico de éstas es la
inobservancia de los deberes impuestos por la disposición sancionada.

Por sus relaciones con la voluntad de los particulares: Pueden ser


taxativas y dispositivas, las segundas, se pueden dejar de aplicar por
voluntad expresa de las partes. Las primeras, son aquellas que
obligan a los particulares, independientemente de su voluntad.
Son taxativas aquellas que obligan en todo caso a los particulares,
independientemente de su voluntad. Se llaman dispositivas las que
pueden dejar de aplicarse, por voluntad expresa de las partes, a una
situación jurídica concreta.

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