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Mito de Amalivaca

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder Popular para la educación Universitaria

“Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas”

Núcleo Altagracia / Sección: A10200-CI

Carrera: Administración / Materia: Cultura Identidad Nacional Política

Estudiante: Leomaily Colina, C.I: 26894066

Ensayo#1: Cosmogonía indígena Venezolana “Mito de Amalivaca”

El principal héroe cultural de los Tamanacos, el pueblo indígena de lengua


caribeña, desapareció hoy. Los tamanacos viven en la parte norte del actual
distrito de Cedeño en el estado Bolívar y su lugar de residencia original también
está en la zona, no fue hasta mediados del siglo XVIII que fueron trasladados a La
Urbana (Edo. Bolívar) cerca de el pueblo de La Misión Jesuita en Encaramada. En
este momento, había relativamente poca gente de Tamanaco, lo que se debió en
parte al contacto directo o indirecto entre los lugareños y europeos, lo que provocó
una disminución de su población, lo que trajo guerras y epidemias a los indígenas.

En contacto con la civilización europea, los pueblos indígenas de la Cuenca del


Orinoco conformaron un amplio sistema regional de redistribución
interdependiente en el marco del nivel político, incluyendo las riberas y regiones
inter-fluviales de los grandes ríos, a saber, las actuales llanuras venezolanas y
Colombia, incluso se expandió a las Antillas. En este contexto más amplio, uno
debe entender las funciones de estas culturas indígenas, muchas de las cuales
tienen tradiciones regionales similares. En el caso de las religiones indígenas
estas exhiben una influencia mutua como lo demuestran las similitudes entre los
orígenes de los distintos universos.

En la cosmología Tamanaca Amalivaca es visto como una persona blanca, como


los primeros Tamanacos de la historia, el salvador de la raza humana de la
extinción. Tiene un hermano llamado Oshi, así como el hombre que según la
leyenda creó el mundo, la naturaleza y el hombre. Cuando se detuvieron para
crear el Rio Orinoco, comenzaron a argumentar que querían fluir tanto río arriba
como río abajo, para que el remero no se cansara durante la travesía; Pero al
final, ante una tarea tan difícil, abandonaron sus esfuerzos iniciales.

Finalmente, El Dios les dijo a los sobrevivientes:


- Vengo de un lugar al otro lado del río y quiero que ustedes vuelvan a poblar la
tierra

- ¿Cómo lo hacemos tan concurrido como al principio? - preguntó el joven.

- Toma el fruto de la única palmera de Moriche que queda, el Árbol de la Vida, y


tíralo.

La pareja obedeció. Tomaron las semillas y las esparcieron en la gran montaña, y


las arrojaron hacia el mundo.

De cada semilla que cayó al suelo, se formaron un hombre y una mujer. Nacido de
ellos nuevas generaciones .Luego de dar la orden de crear un mundo nuevo,
Amalivaca el padre original de los tamanacos, se embarcó otra vez en su curiara,
remontando la corriente de rio Orinoco y partió.

Se dice que Amalivaca vivió mucho tiempo entre los Tamanacos, en un lugar
llamado Maita, donde todavía hay una cueva rocosa en lo alto de un cerro llamado
Amalivaca Yeutipe (la casa de Amalivaca) por haber vivido allí; Y una gran roca
llamada Amalivaca Chamburai (Tambor de Amalivaca), sus tambores para ser
exactos. Según la tradición oral un día Amalivaca decidió regresar en canoa para
cruzar el mar, de donde venía y a donde van las almas de la humanidad después
de la muerte.

En la actualidad en nuestra hermosa ciudad de Caracas en el Centro Simón


Bolívar, el Silencio se encuentra una obra de arte realizada por nuestro gran
artista Cesar Rengifo el cual Invirtió horas de trabajo inspirado en su deseo:
agradecer y homenajear a los pueblos indígenas.

“El Mito de Amalivaca”, nombre de la célebre obra , es una copia de las poderosas
imágenes narrativas del pueblo indígena Tamanaco, representando al mismo
tiempo el nacimiento de la raza indígena. Es parte de la mitología de la creación
humana.

El historiador Luis Certain afirma que el autor ha realizado una profunda


investigación sobre los mitos de Amalivaca con el objetivo de confirmar el valor y
trascendencia histórica del mito perteneciente a esta cultura tamanaca. Aún sin
ser un propósito consciente de su autor, El mural contribuye a conformar un
símbolo de renovación ante la nueva identidad que se abría paso en el país con la
llegada de la Modernidad.

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