Uníclad 8

El mundo
nis­ La duda ha permitido a Descartes afirmar la existencia de una pri­
ilu­ mera sustancia, el yo pensante. Asu vez, el yo pensante descubre
ela una segunda sustancia, Dios, ser con todas las perfecciones, entre
im­ ellas la veracidad. ¿Y el mundo exterior, y mi propio cuerpo? ¿Pue­
'ec­ do hablar de él con certeza? Veámoslo.
, en
les­ Mi yo tiene plena conciencia de la diferencia entre la idea de yo pen­
de sante y la idea de cuerpo extenso. Tiene la idea clara y dístínta del
Jna yo pensante y no extenso y, por otro lado, posee la idea clara y dis­
tinta del cuerpo extenso y no pensante. Del yo pensante no puedo
dudar; del cuerpo, sí. Pero, si yo tengo una idea clara y distinta de
Jna
mi cuerpo extenso y existe un Días perfecto y veraz, este Dios, que Dualismo alma/cuerpo
,pia
me ha creado racional, no puede permitir que me engañe cuando 6. Descartes da nueva vida al dua­
en­ lismo antropológico de Platón,
hago uso adecuado de mi razón. Así, la bondad de Dios me garan­
ad, reactiva la separación entre el yo
tiza que la grandísima inclinación o tendencia natural humana a
bro pensante o alma (la mente en ter­
creer en la existencia de las cosas extensas no es engañadora.
, es minología actual) y la materia o
Así, además de la sustancia pensante (es decir, de mi yo), existe cuerpo. Esta teoría es un pro­
blema a la hora de concretar las
1tal otro tipo de sustancia finita y creada: la de los cuerpos, todos ellos relaciones entre los actos psí­
ffar con un atributo fundamental, la extensión. La materia o res extensa quicos y los actos físicos. El psi­
ad, (es decir, cualquier realidad material, incluido mi propio cuerpo) cons­ cólogo y filósofo norteamerica­
tituye la tercera sustancia de la metafísica cartesiana. Cualquier vida, no William James (1843-1916)
�as formuló la significativa pregun­
ás: la de mi propio cuerpo, la de los animales o la de las plantas no es
ta que muestra la vigencia del
ten nada más que un mecanismo, un conjunto de piezas articuladas y ex­
problema cartesiano: «¿Lloramos
er­ tensas que fabrican movimiento. El yo pensante y la materia perte­ porque estamos tristes o esta­
� la necen a órdenes diferentes, el pensamiento no tiene nada que ver con mos tristes porque lloramos?»
rey la realidad material, y la vída de estas realidades materiales es pare­ «Lloramos porque estamos tris­
cida a un reloj. Veamos cómo se diferencian las tres sustancias: tes» significa que la causa de mi
llanto (un acto físico) es la triste­
or­ za (un acto psíquico). «Estamos
Las tres sustancias
tristes porque lloramos» signifi­
ar­
MATERIA (cuerpo ex- ca que nuestra tristeza, un acto
Jti­ DIOS YO PENSANTE (alma) psíquico, tiene como causa el
les tenso y mundo extenso)
hecho de llorar, un acto de orden
m­ físico. La pregunta de James,es
Sustancia perfecta, con Sustancia imperfecta, Sustancia impetiecta.
:,te importante porque plantea, para
una razón también per- pero dotada de razón. Cualidades primarias y
:ia. los psicólogos actuales, las rela­
fecta.
secundarias. ciones entre el mundo psíquico
Sustancia infinita. y el mundo físico.
- ¿Cómo responderías tú a la
cuestión planteada por el nor­
Ahora bien, si el yo pensante y la materia son dos realidades o sus­
teamericano William James?
tancias independientes, ¿cómo se explica, por ejemplo, que mi yo
pensante decida ir a dar una vuelta y mi cuerpo a continuación rea­ - El dualismo antropológico psí­
quico/físico, ¿es comparable
lice la decisión? ¿De qué manera una idea (hecho mental) influye a! dualismo informático hard­
en una acción (hecho físico)? ¿Cómo se comu_nican entre sí estas ware o maquinario/software o
sustancias tan diferentes? Descartes resolvió estas cuestiones plan­ programario? Indica las dife­
teadas por su sistema filosófico dando la explicación siguiente: hay rencias y semejanzas de esta
un punto en nuestro cuerpo, la glándula pineal, que se encuentra comparación y señala si en:­
cuentras más diferencias o
en medio del cerebro, y en esta glándula se aloja el alma; desde allí
más semejanzas.
conecta con el cuerpo y modifica los movimientos de éste.

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