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Inseguridad Ciudadana

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UNIVERSIDAD CATOLICA SANTA MARIA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS

PROGRAMA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO: Derecho Constitucional II

TEMA: Inseguridad Ciudadana en el Perú

PROFESOR: Carrasco del Carpio Benjamín Moisés

ALUMNO: Eduardo Salcedo Portugal

AREQUIPA
2018
Inseguridad Ciudadana en el Perú

Introducción
La Seguridad en estos últimos años ha cobrado vital importancia en las
Políticas de Estado, pues se está viendo afectada uno de los principales
derechos del hombre "el derecho de vivir en paz" en condiciones adecuadas
para su desarrollo. Pero quizá la problemática específica en este tema de
Seguridad Ciudadana esta en lo urbano más que en lo rural, vinculado
principalmente con el aumento de la delincuencia, alarmantes cifras de
homicidios, robos, afectando el normal desarrollo del Capital Humano.

Por esta razón nos parece interesante plantear un tema de esta magnitud,
realizando así un análisis de la Delincuencia Común, sus principales actores,
su dinámica, y sus consecuencias.

Con el presente trabajo pretendemos contribuir al mejor conocimiento de la


situación delincuencial en el Perú, a pesar de las limitaciones y posibles
errores de este proyecto de investigación.

Capítulo I
1.-TEMA: SEGURIDAD CIUDADANA EN EL PERU

1.2.- Descripción del Problema:

1.2.1.- Planteamiento del Problema:

La criminalidad y violencia en el mundo constituyen en la actualidad un


problema político social de primer orden, que exige la necesidad de
implementar medidas Concretas para disminuir la violencia urbana en las
principales ciudades del país, en particular contra la delincuencia común,
cuyos efectos los padece transversalmente toda la población.
Esta violencia obedece a muchos factores causales de índole socioeconómico
y cultural, donde la familia, la escuela, la comunidad y los medios de
comunicación constituyen espacios de socialización muy importantes; sin
embargo, éstos históricamente no han articulado una clara orientación de sus
objetivos, contribuyendo a una débil formación ciudadana.

La criminalidad y la delincuencia urbana es una de las manifestaciones más


notorias de la violencia contemporánea. Las ciudades enfrentan altas tasas de
delincuencia que amenazan los sentimientos de seguridad de la población.
Vernos libres de la delincuencia, gozar de un ambiente de tranquilidad, estar
protegido contra la violencia en el hogar y en la calle, lograr que las ciudades
sean más seguras son ingredientes indispensables para un desarrollo sostenido.

Históricamente las ciudades siempre han sufrido en mayor o menor dimensión


los avatares de la violencia, pero hoy en día, por la incidencia de muchos
factores estructurales como la desocupación, falta de empleo, las migraciones,
la pérdida de valores, etcétera, han elevando sus índices tornándose más
agresivas y temerarias.

1.3.- Formulación del Problema:

¿Cuál es el impacto de la participación de la ciudadanía en la seguridad


ciudadana en el Perú?

1.3.1.- Identificación de variables.

Variable Independiente: Participación Ciudadana

Variable Dependiente: Seguridad Ciudadana

1.4.- Objetivos:

1.4.1.-Objetivo General:

 Demostrar que a través de los nuevos enfoques de prevención del delito,


en los que prevalece la participación de la sociedad, existe una mayor
probabilidad de éxito en el combate a la delincuencia.
1.4.2.-Objetivos Específicos:

 Analizar si la participación ciudadana, forma parte de una nueva


política criminal.
 Comparar, los métodos tradicionales de procuración de justicia con los
nuevos modelos de seguridad ciudadana.
 Criticar, los modelos tradicionales de procuración de justicia.

1.5.- Justificación e Importancia:

Actualmente la participación en las estructuras sociales como lo es la


previsión contar la delincuencia es de vital importancia, ya que se trata de una
necesidad histórica pues refleja que el hombre es actor y artesano de su vida
social, pero sobre todo refleja el ejercicio de un derecho fundamental, sin el
cual no podrá hablarse de democracia.

Dicha participación ha traducido en la aparición de nuevos enfoques de


seguridad que se distinguen de los sistemas tradicionales de prevención y
represión, pues en los primeros se encuentra una participación activa de la
sociedad y en los segundos se trata de las soluciones clásicas establecidas
únicamente por las autoridades.

Por lo que es importante fomentar esta participación ciudadana como parte de


una política criminal, a fin de disminuir los índices de delincuencia y eliminar
el sentimiento de inseguridad pero principalmente para regular los alcances de
la participación ciudadana, evitando la justicia por propia mano, a fin de
reguardar los derechos fundamentales mediante la preservación de un estado
de derecho, beneficiando a todos y cada uno de los individuos ya que la
seguridad es pilar fundamental para la sobrevivencia y progreso de toda
sociedad civilizada y la razón de la existencia del estado.
CAPITULO II

Marco teórico

2.1.- En el mundo:

Con el advenimiento de la crisis económica en la década del ochenta, se cierra


una época, en la cual el crecimiento económico y las características del estado
de bienestar permitieron un incremento de la participación de ciertos
segmentos importantes de la población.

Hoy, la situación es diametralmente opuesta. Frente a la crisis económica, a


las políticas de ajuste implantadas, a los procesos de modernización estatal y a
la apertura económica, se observa el aumento de las violencias urbanas y el
deterioro ambiental, con lo cual no solamente se ha generalizado la
inseguridad social y económica, sino que también se ha incrementado la
inseguridad ciudadana y ambiental.

En este contexto, América Latina se ha convertido en uno de los continentes


más violentos del mundo, si nos atenemos a las tasas de homicidios.

La violencia crece en las ciudades a un ritmo superior a la urbanización,


convirtiéndose en uno de los factores más importantes de la calidad de vida de
la población urbana. No hay dominio de la vida citadina donde las violencias
no hayan penetrado dejando efectos devastadores.

El mundo urbano es el modo de vida fundamental para la mayoría de los


latinoamericanos y, en este contexto, la violencia comienza a marcar las
relaciones entre sus habitantes: inseguridad, desamparo, agresividad,
autodefensa, etc., con lo cual la población restringe su condición de
ciudadanía y la ciudad disminuye su cualidad de espacio público por
excelencia.

2.2.- América del Sur:

América del sur es la región donde se presenta un índice de criminalidad


bastante alto. Este índice se mide por la tasa de homicidios ya que es una cifra
relativamente fácil de registrar. La criminalidad alta, más de 10 homicidios
por cada 100.000 habitantes, se da en ciudades de El Salvador, Brasil,
Colombia, Guatemala, México. Otros de criminalidad baja, con 0.5 y 5
homicidios por cada 100.000 habitantes como las ciudades de Costa Rica,
Chile, y Uruguay.

2.3.- En el Perú:

En el Perú, como en el resto de América Latina, buena parte del debate


público acerca de cómo enfrentar la inseguridad gira en torno de cómo hacer
más eficaz y más severa la pena de los hechos delictivos. Como si la única
respuesta posible fuese encerrar a un número cada vez mayor de jóvenes;
como si las cárceles no estuvieran ya abarrotadas y sobre pobladas. No cabe
duda de que cualquier política de seguridad pública debe contemplar el
fortalecimiento del sistema penal, para hacer que las instituciones que lo
integran sean más eficientes. Pero restringir las políticas públicas de seguridad
al ámbito de lo penal, y, peor aún, pretender resolver los problemas
incrementando las penas para que el mayor número de conductas se castiguen
con cárcel (y con el mayor número posible de años de encierro), es un grave
error. Es el error al que conducen las llamadas políticas de "mano dura".

2.4.- Tres son las principales formas de prevención:

La primera, la situacional, tiene por objeto reducir los incentivos para el delito
al aumentar las dificultades y los riesgos para el delincuente. Un candado, una
reja, una alarma son los típicos instrumentos a través de los cuales se hace
prevención situacional. También se logran similares propósitos cuando se
ilumina una calle peligrosa, se clausura un local donde se expenden bebidas
alcohólicas ilegalmente y se restablece el orden en el escenario urbano

La segunda es la social, y persigue actuar sobre las condiciones que dan pie a
los hechos delictivos, los llamados factores de riesgo. Mientras que la
prevención situacional actúa sobre el entorno, la social lo hace sobre las
circunstancias que pueden llevar a alguien a delinquir. Los factores de riesgo
más conocidos son el alcohol, las drogas y las armas de fuego. El trabajo con
jóvenes o niños de la calle es otra forma de hacer prevención social. En el
Perú, Cedro tiene una experiencia muy rica y alentadora con estos grupos
especialmente vulnerables; sin embargo, la acción del Estado es casi
inexistente.

La tercera forma de prevención es la comunitaria, que combina aspectos de las


dos primeras, pero que lo hace desde el involucramiento de la comunidad. Es
gracias al papel que esta juega que se identifican las circunstancias del entorno
que favorecen el delito y los factores de riesgo, así como a los grupos
vulnerables que es necesario atender prioritariamente.

Para enfrentar estos problemas, tanto en lo social y preventivo cuanto en lo


represivo, se requiere no solo liderazgo, es decir, ganas de ejercer la autoridad
de que se está investido—, sino también más y no menos Estado. Por donde
uno va se encuentra con comisarías abandonadas, patrulleros malogrados,
policías desmotivados y desinformados, jueces desprotegidos y sobrecargados
de trabajo, maestros exclusivamente preocupados por la negociación del
próximo pliego de reclamos. Sin funcionarios e instituciones públicas no
puede haber políticas públicas; sin ellos no puede haber Estado, y sin este no
hay prevención y persecución posible del delito. Extremos, es decir, personas
que tienen un gasto per cápita superior al costo de la canasta de alimentos,
pero inferior al valor de la canasta básica de consumo.

La comparación de las cifras de la pobreza entre el 2006 y 2007, permite


constatar una disminución de la tasa de pobreza en 5,2 puntos porcentuales, al
haber pasado de una incidencia de 44,5% al 39,3%.

Durante estos años, la extrema pobreza se redujo en 2,4 puntos porcentuales,


al pasar de 16,1% a 13,7%.

2.5.- Situación actual de la delincuencia en el Perú

El Perú tiene un índice de criminalidad de 12,5 homicidios por cada 100.000


habitantes, menos que en Brasil que tiene entre 24 y 24.9 homicidios por cada
100.000, que en México que tiene entre 20 y 20.9 homicidios por cada
100.000 habitantes y que en Colombia que tiene el índice de criminalidad más
alto del mundo, con 77 a 77.9 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Tasa de criminalidad por cada 100.000 habitantes

La sensación de inseguridad que experimentamos por el aumento del crimen y


la delincuencia y por las dificultades de las autoridades para prevenir y
reprimir el delito, amenazan la calidad de nuestra vida personal y familiar, así
como a nuestras democracias.

2.7.-SEGURIDAD CIUDADANA:

2.7.1.-Origen y definición

2.7.1.1.- Origen:

El Termino "Seguridad Ciudadana", ha sido muy extraño en la doctrina


cristiana y legislación política, hasta la última Constitución Política del año
1999.

Esta expresión de Seguridad Ciudadana es originaria de España. Donde


existen normas y leyes como la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad
Ciudadana que tiene por objetivo la protección, prevención, garantía que se
tenga que dar a los ciudadanos para que puedan intervenir libremente, y con
las garantías correspondientes a fin de tener una tranquilidad, paz y seguridad
tanto de los bienes, como de las personas que representa la vida en la
comunidad.

En este País la policía tiene a su cargo la seguridad pública y la seguridad


ciudadana es parte de ella, donde tiene la responsabilidad, el control de
diversos problemas sociales.

2.7.1.2.- Conceptos:

El concepto de la seguridad ciudadana domina el debate sobre la lucha contra


violencia y delincuencia en América Latina. La expresión está conectada con
un enfoque preventivo y, hasta cierto grado, liberal a los problemas de
violencia y delincuencia. El término pone énfasis en la protección de los
ciudadanos y contrasta con el concepto de la seguridad nacional que dominaba
el discurso público en décadas pasadas y que enfocaba más en la protección y
la defensa del Estado.

Existen múltiples conceptos y nociones del término "seguridad ciudadana" y


su contenido concreto puede variar considerablemente dependiendo del actor
o autor quien lo utilice. Por ejemplo, no hay un consenso si la seguridad
ciudadana se refiere también a riesgos o amenazas de tipo no intencional
(accidentes de tránsito, desastres naturales) o de tipo económico y social. Un
punto en que sí concuerdan la gran mayoría de autores es que el término
referencia a dos niveles de la realidad:

Primero, se refiere a una condición o un estado de un conjunto de seres


humanos: a la ausencia de amenazas que ponen en peligro la seguridad de un
conjunto de individuos. En ese sentido, el término tiene un significado
normativo. Describe una situación ideal que probablemente es inexistente en
cualquier lugar del mundo pero que funciona "como un objetivo a perseguir
“por ejemplo, define la seguridad ciudadana como "la condición personal,
objetiva y subjetiva, de encontrarse libre de violencia o amenaza de violencia
o despojo intencional por parte de otros."

Segundo, se refiere a políticas públicas encaminadas a acercar la situación real


a la situación ideal, es decir, se refiere a políticas que apuntan hacia la
eliminación de las amenazas de seguridad o hacia la protección de la
población ante esas amenazas. En ese sentido, el término se refiere a prácticas
sociales empíricamente existentes.

2.7.2.- Causas:

"La causa por la cual se origina la seguridad ciudadana es por la misma razón,
ósea , inseguridad ciudadana se define como el temor a posibles agresiones,
asaltos, secuestros, violaciones, de los cuales podemos ser víctimas". Hoy en
día, es una de las principales características de todas las sociedades modernas,
y es que vivimos en un mundo en el que la extensión de la violencia se ha
desbordado en un clima generalizado de criminalidad. A continuación,
presentamos la vertiginosa transición de la delincuencia en el país y las causas
que originan esta incertidumbre en la sociedad.

Entre las causas de inseguridad que se detectan, está el desempleo que vive
una gran cantidad de personas; las personas que atentan contra los bienes y la
integridad física de los ciudadanos lo hacen, frecuentemente, por no tener un
empleo estable que les garantice ingresos suficientes para mantener a su
familia.

También, se identificó a la pobreza como otra causa que puede generar


agresividad y que causa, además, altos índices de delincuencia que,
generalmente, se ubican en las zonas marginales de la ciudad.

La falta de educación es otra causa. La escasa (y, muchas veces, inexistente)


educación de los ciudadanos genera delincuencia, agresividad y, por supuesto,
inseguridad en aquellas personas que se mantienen al margen, pero que son
los que sufren las consecuencias de esta situación.

Asimismo, la cultura tan pobre de nuestra población genera altos índices


delictivos y de agresividad contra las personas. Puede afirmarse que, cuanta
menos educación y cultura tengan las personas, más propensas a la
delincuencia y al crimen serán.

En conclusión, la inseguridad ciudadana puede ser superada si el Estado crea


un sistema educativo que disminuya las cifras de deserción escolar que
inciden en la criminalidad, y que, además, ofrezca oportunidades laborales a
todos los sectores de la sociedad.

2.7.3.- Limitaciones:

Una de las herramientas más importantes para controlar y prevenir la violencia


y la criminalidad, es una policía eficiente, cercana a la ciudadanía,
transparente y democrática, en este aspecto el gobierno ha venido trabajando;
sin embargo, en los actuales momentos no se cuenta con una Policía Nacional,
solamente poseemos el marco jurídico (Ley de Policía Nacional) y contamos
con una policía desarticulada distribuida en policía Estadal y Municipal
coordinada por el MPPRIJ, que presenta una serie de limitaciones en articular
los diferentes cuerpos policiales existentes en el país, entre estas limitantes
tenemos:

 Escasos recursos con los que cuentan algunos entes policiales.


 Altos niveles de corrupción dentro de los Organismos Policiales.
 Inadecuados mecanismos de rendición de cuentas.
 Falta de apertura a la comunidad.
 Malas relaciones con los gobiernos locales.
 Desconfianza de la ciudadanía en los cuerpos policiales.

El Gobierno consciente de esta problemática ha realizado una serie de planes y


programas dirigidos a minimizar esta situación tales como:

 Depuración de los cuerpos policiales.


 Dotación de armas y equipos.
 Coordinación entre los diferentes cuerpos policiales.
 Formación, capacitación e instrucción de los funcionarios.
 Unificación de criterios.
 Servicio telefónico del Sistema de Emergencia Nacional 171.
 Entrega de la Policía Metropolitana (PM), por parte de la Alcaldía
Mayor al Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y
Justicia

2.7.4.-Consecuencias por la falta de la seguridad social:

2.7.4.1.-Criminalidad y Delincuencia.

El registro, sistematización, procesamiento y análisis de información sobre


criminalidad y delincuencia, es parte del conjunto de elementos
fundamentales para el desarrollo de una política de Seguridad Ciudadana,
ya que sin informaciones de calidad, es imposible obtener un diagnóstico
serio de la magnitud del problema, ni planificar o evaluar las diferentes
políticas públicas. Por ello, un diagnóstico preciso de las condiciones de
seguridad y de los factores criminógenos en los diferentes Estados y
Municipios de Venezuela, debe tener en cuenta un amplio conjunto de
informaciones y variables, además de las estadísticas delictivas.

2.7.4.2.- LA INSEGURIDAD ES AHORA LA PRINCIPAL


PREOCUPACIÓN CIUDADANA

En una ciudad como Lima y Callao, lo previsible es que cuando se


pregunte en una encuesta de opinión pública cuál es el principal problema
que afecta a la ciudad, salga en primer lugar el desempleo o la pobreza.

Sin embargo, la inseguridad ciudadana ha desplazado a estos históricos


problemas en la preocupación de las personas según la encuesta aplicada
en junio del 2010. A la pregunta "¿Cuáles cree que son los tres principales
problemas que afectan a la ciudad de Lima ó Callao?" el 74% contestó

"La delincuencia/la falta de seguridad ciudadana", en tanto que el 60%


contestó:"El desempleo/La falta de trabajo". En nuestra opinión, este es
otro indicador del deterioro de la seguridad en Lima y Callao en los
últimos años.

Al respecto, el "Informe sobre seguridad ciudadana y derechos humanos"


de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) confirma
esta tendencia no sólo en el Perú sino también en América Latina: "Por
primera vez en décadas, en los países de América Latina, la delincuencia
ha desplazado al desempleo como la principal preocupación para la
Población".

2.7.5.- Participación Ciudadana

2.7.5.1.-Definición: La Participación Ciudadana es cuando nosotros los


ciudadanos intervenimos en la vida pública y privada del país en el ámbito
público deriva de una contradicción entre poderes. Se plantea en la medida
en que existe un Poder (Estado, Administración Pública) y un no poder
(ciudadanos) que quiere participar, es decir "tomar parte" o ejercer algún
aspecto de ese poder y, en definitiva, tener más poder (ya sea mediante la
información, el control, la participación en la gestión, etc.).

Algo que se "otorga graciosamente" por los que ostentan el poder. En


definitiva, un sistema es más democrático en la medida en que los
ciudadanos tienen, individual y colectivamente, verdadero poder como
tales, no son meros súbditos y son, por lo tanto, más sujetos.

2.7.5.2.- Objetivos:

El objetivo que persigue la participación de los ciudadanos en los asuntos


públicos no es otro, por tanto, que darle contenido y ampliar la democracia
(recordemos que democracia significa "gobierno del pueblo"), avanzando
en lo que se conoce como "democracia participativa". En contraposición,
cuando en un país sólo se practican algunas de las libertades básicas (voto
cada cuatro años, libertad de expresión) podemos hablar de "democracia
formal". En las sociedades complejas la participación persigue que los
habitantes de un lugar sean más sujetos sociales, con más capacidad para
transformar el medio en que viven y de control sobre sus órganos políticos,
económicos y administrativos. Requisitos para poner en marcha un proceso
de participación

Desde un órgano de gobierno, a cualquier nivel (ya sea una Comunidad


Autónoma, un Ayuntamiento, o, incluso, la Junta Directiva de una
Asociación) tenemos que tener en cuenta que, si queremos poner en
marcha un proceso participativo, para que la participación sea sostenible,
se dé a lo largo del tiempo, se deben de cumplir tres requisitos: poder,
saber y querer (Equipo Claves, 1994). Condiciones para la participación:

 Poder. Crear cauces que la permitan, normas, mecanismos,


estructuras, organización. Es el primer paso imprescindible para
poner en marcha cualquier proceso de fomento de la participación.
 Saber. Capacidad, conocer cómo, habilidades, destrezas, lo cual
exige aprendizaje, saber unas técnicas.
 Querer. Incentivar la participación, mostrar que participar es algo
satisfactorio, creativo. Explicar las razones, los motivos para
participar, qué es algo útil para la sociedad y para nosotros mismos.
Crear motivación, interés, deseo... es tal vez lo más difícil o lo que
más fácil se nos olvida de explicar a los que estamos acostumbrados
a participar en los asuntos públicos.

Por lo tanto y para que los ciudadanos quieran la participación, debe de ser
eficaz, que la ciudadanía la vea como algo que les es útil, que sirve en lo
concreto y que se tienen en cuenta sus opiniones y los compromisos
acordados, que hay resultados públicos verificables y evaluables.

2.7.6.-DEMOCRACIA Y PARTICIPACION

El principio de una "persona igual a un voto" es básico para todo sistema


que quiera ser democrático, para cualquier sociedad y, en la actualidad,
para cualquier lógica. Eso no quita que dicho principio haya sido utilizado
para eliminar la acción colectiva o, incluso, para evitar la discusión: si ante
un problema colectivo lo que se hace desde el ámbito del Poder (institución
pública o estructura administrativa) es forzar la votación, sin un debate
previo. Siempre que se vota se está eligiendo entre varias posibilidades,
siempre reducidas, escasas y excluyentes.

"Eso no evita que, ante un problema existente en la sociedad, que se puede


solucionar mediante una acción o una actividad, después del debate habrá
que optar y elegir cual es la actividad a realizar más adecuada, y para ello
el sistema más democrático es, en última instancia, votar". Por lo que no
existiría otra lógica más democrática diferente a ésta, a menos que se
obligue al voto sin más. Si se "obliga" ya deja de ser democrática, si se
impide el debate y la acción colectiva, no existe posibilidad de voto
democrático.
Democracia implica considerar a cada persona como un universo distinto
y, a la vez, con los mismos derechos y obligaciones que los demás (supone
también, una persona = un voto).

Históricamente podemos decir que las sociedades tienen su origen en una


organización local simple, con existencia sólo de sistemas autoritarios y/o
de democracia comunal, directa y participativa, sin necesidad de la
democracia representativa (que aparece con posterioridad). Pero esto ya es
historia.

También hoy en día puede existir la democracia "sin representantes" en el


interior de grupos y colectivos e, incluso, en núcleos de población
(comunidades y municipios pequeños) que se rigen por el sistema del
Concejo Abierto, reconocido por nuestra legislación, pero no son un
universo aislado del resto de la sociedad. Las sociedades complejas
necesitan mecanismos de representación para funcionar democráticamente,
más allá de la democracia directa que se puede dar para determinados
ámbitos y procesos concretos.

2.8.- La intervención del estado en la seguridad ciudadana

2.8.1.- El nuevo rol del estado local.

"La pobreza y la falta de oportunidades de trabajo se han convertido en


factor de permanente presan sobre el medio ambiente. La ampliación
innecesaria de la frontera agrícola, debido a la inadecuada distribución de
la propiedad territorial, ha aumentado alarmantemente el proceso de
deforestación y desertificación; el manejo inadecuado de recursos naturales
como la tierra y las fuentes de agua, han ido erosionando los suelos y
agotándolas fuentes hídricas, provocando el aumento en los costos de
producción agropecuaria y encareciendo el suministro de agua potable.
“Por su parte, la industrialización contaminante, principalmente en los
países más ricos (con el consiguiente aumento del parque automotor), han
incrementado la emisión de gases, los cuales han ido destruyendo la capa
de ozono del planeta, provocando serios desajustes en el comportamiento
del clima, lo que a su vez ha provocado el aumento de desastres naturales,
altamente costosos en términos económicos y sociales.

La respuesta a la relación entre pobreza y medio ambiente pasa, de acuerdo


a este enfoque, por la combinatoria de las capacidades y los recursos con
que cuentan los individuos y los grupos para procurarse sus medios de vida
y progresar, teniendo a las instituciones como los mecanismos básicos a
través de los cuales las capacidades y los recursos se actualizan en tanto
derechos: "Así, las personas cuentan con sus capacidades individuales y
con el acceso a los recursos, naturales y creados, como medios para vivir y
progresar, a través de diferentes instituciones que les dan derechos a hacer
valer sus capacidades o a utilizar los recursos"

Al respecto señalan Jordi Borja y Manuel Castells: "La dificultad para los
gobiernos locales es sin embargo, por un lado, su dependencia
administrativa y su escasa capacidad de recursos económicos; por otro
lado, el riesgo de derivar hacia el localismo político y el tribalismo cultural
si la defensa de la identidad se convierte en fundamentalismo. La
reconstrucción de un estado flexible y dinámico, articulado entre sus
diferentes niveles, parece la única posibilidad histórica de superar las
tendencias disolventes de la sociedad de la información inscritas en la
dicotomía entre los flujos de poder y el particularismo de la experiencia, al
introducir una nueva perspectiva en la gestión de las ciudades"

2.8.2.- La promoción económica local

Surge como una respuesta a la transformación productiva y tecnológica de


comienzos de los años 80 y particularmente como salida frente a la
intensidad del ajuste que incrementa notablemente el desempleo. Ante la
imposibilidad de influir en las políticas nacionales, condicionadas por los
flujos mundiales de poder, los estados locales, luego de aproximadamente
una década de inacción y actitudes solo reactivas, comienzan, en la década
de los 90, a implementar estrategias de cambio dirigidas por un lado a
implementar nuevos modelos de desarrollo económico local y por otro lado
a asociarse y conectarse para aumentar así su información y su potencial
protagonismo en la economía de flujos y redes

El esquema planteado requiere de los directivos locales la asunción de


nuevos roles

 Ser estrategas, lo que implica realizar un análisis de la situación local y


tener una visión sobre el futuro que permita el diseño de políticas
acordes a los objetivos estratégicos planteados. Esta actividad es la que
tiende a abrirse, en un abanico innumerable de posibilidades, a través de
la descentralización y la participación ciudadana.
 También se requiere el liderazgo y el consenso necesario para impulsar
la estrategia de cambio.
 Por último, se requiere que los gobernantes sean embajadores de la
localidad que representan, ello incluye las acciones de buena relación
con otros municipios, con el gobierno regional, con el estado nacional y
con organismos internacionales y también la capacidad para impulsar
acciones de marketing local.

2.8.3.-La participación ciudadana en la gestión municipal.

Desde los años setenta hasta hoy se refleja en la práctica algún tipo de
crisis de confianza ciudadana en el funcionamiento tradicional de las
instituciones de la democracia representativa. Por una parte se expresan
tendencias hacia la apatía política y el individualismo privatista conectadas
con algunas tendencias sociales de fondo: debilitamiento de identidades,
desprecio por lo público, decepciones por actos de corrupción,
desconcierto ante la caída de referentes políticos, despreocupación una vez
conseguidas unas condiciones de vida dignas, etc. Por otra parte empiezan
a expresarse nuevas demandas participativas enraizadas en una ciudadanía
mucho más formada, con elevadas capacidades críticas y altamente
reflexivas.
Demandas que no entran en contradicción con la democracia representativa
pero tampoco encuentran fácil acomodo en ella. Así la mayoría de los
autores coinciden en la formación de nuevos instrumentos de acción
colectiva que se distinguen notoriamente de la estructura tradicional de los
partidos políticos, donde el ejemplo más claro son las ONGs
(Organizaciones no gubernamentales), con el condimento de ser
organizaciones que tienen mayor facilidad de adaptación al intangible y
fluctuante mundo de los flujos de poder y la informatización.

Conclusiones
Una primera conclusión que salta a la vista es el desigual desarrollo de
criterios en torno a lo que es la seguridad ciudadana. En las entrevistas
realizadas tanto al personal de la Corporación Metropolitana de Seguridad
y Convivencia Ciudadana se evidencia una preocupación por superar el
concepto de seguridad pública y avanzar hacia el de seguridad ciudadana,
donde la Policía, juntamente con la ciudadanía, los órganos encargados de
la justicia, el sistema carcelario, los medios, instituciones municipales y
otras, confluyan en una visión integral del problema y participen
activamente en las soluciones. En cambio, en las personas entrevistadas de
la Policía predomina un concepto de seguridad pública: la seguridad está a
cargo de la Policía; la participación ciudadana no tiene otro propósito que
el de coadyuvar para que la Policía cumpla con su misión; la articulación
con otros sectores, como el Municipio, es una oportunidad desde el punto
de vista de la generación de recursos para la mejor dotación de equipos.

La Corporación de Seguridad y Convivencia Ciudadana incorpora el


concepto de seguridad ciudadana en sus planes. Sin embargo, no aparece
como una estrategia clara la formación del personal de Policía en esta
manera de ver la seguridad. No se entiende de otra manera el que el
Comandante General y otros altos oficiales que están en relación directa
con la Corporación sigan manteniendo discursos que tienen que ver más
con la seguridad pública.

La Corporación tiene clara la misión de dotar a la Policía de instrumentos


tecnológicos que permitan luego evaluar si es un cuerpo eficiente y
confiable. Hay una percepción en la Corporación de que la población ha
juzgado negativamente a una Policía desprovista de posibilidades para
realizar una labor eficiente, y que hay que darle la oportunidad.

SOLUCIONES
Hay cosas que se pueden hacer y que son razonablemente eficaces. En
primer lugar, hay que tener un buen diagnóstico y entender el problema.
Dejar atrás lo más emocional, lo más primitivo, lo más intuitivo; el
linchamiento, por decirlo de alguna manera.

Un segundo tema es que el Estado debe tener una política pública, y este
tiene que ser fruto de una discusión nacional; tiene que haber coherencia
entre el Congreso y el Ejecutivo; tiene que haber estrategias de largo y
mediano plazo; tiene que haber asignación de recursos acorde con
prioridad que se le quiera dar. Tiene que haber una política pública, y como
ciudadanos es necesario que tengamos capacidad de fiscalización de estas
políticas públicas. Y no estamos en cero: desde el Ministerio del Interior
avanzamos mucho al respecto, y esos avances podrían ser retomados.

En tercer lugar, se debe continuar y profundizar la reforma de la Policía


Nacional, hoy abandonada a su suerte.

La Policía no es la única institución importante para enfrentar el problema,


pero es sin duda clave. Si no es eficiente, cercana a la población,
profesional y honesta, todo lo demás se cae.
En cuarto lugar, hay que redefinir las prioridades internas en la Policía. Por
muchas razones, la Policía ha tenido como última prioridad la seguridad
ciudadana.

Con una aguda escasez de efectivos y dado lo imperioso de las amenazas o


el impacto político inmediato de los acontecimientos, sus prioridades han
estado vinculadas a otros temas; antes al terrorismo y hoy al
mantenimiento del orden público.

Bibliografía
Alberich,T. 2002, 2004) Ya S. R.Arnstein en 1969

Andrés Bello Seguridad Ciudadana, cuadernos universitarios de Rafael Blanco,


universidad, año 1997.

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BASOMBRÍO, Carlos. "¿Linchamientos o soluciones?" . En: Ideele, N° 176. pp. 51-54.

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De Joan Font y Ricard Gomá: La participación ciudadana: Diagnóstico, experiencias y


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