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La Inquisicion

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Concepto:

El término Inquisición o Santa Inquisición hace referencia a varias instituciones


de la Iglesia católica dedicadas a la supresión de la herejía. La herejía en la era
medieval europea muchas veces se castigaba con la pena de muerte y de esta
se derivan todas las demás.

Origen:
En los comienzos de la Iglesia, la pena habitual por herejía era la excomunión.
Cuando los emperadores romanos convierten el cristianismo en religión
tolerada en el siglo IV, los herejes empiezan a considerarse enemigos del
Estado. En su momento San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado
contra los herejes.
En respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produce en
el siglo XII en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida contra la doctrina
albigense, la cual no coincidía con los puntos de vista de la Iglesia católica con
relación a la salvación, al matrimonio y otras instituciones de la sociedad. Como
reacción, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra los albigenses
promulgando una legislación punitiva contra ellos. Sin embargo, los esfuerzos
iniciales destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y
fueron ineficaces.
Inquisición medieval:
Aunque el procedimiento inquisitorial como medio para combatir la herejía es
una práctica antigua de la Iglesia católica, la Inquisición episcopal, primera
fórmula de la Inquisición medieval, fue establecida en 1184 mediante la bula
del papa Lucio III Ad abolendam, como un instrumento para acabar con la
herejía cátara. El castigo físico a los herejes había sido dispuesto con
anterioridad por Federico II Hohenstaufen, la institución de la Inquisición se dio
para detener los abusos que estos procesos podrían sufrir por parte del poder
civil. Mediante esta bula, se exigía a los obispos que interviniesen activamente
para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y condenar a los
herejes de su diócesis.
En las siguientes décadas, el proceso de la Inquisición resultó intermitente y
contradictorio en muchas ocasiones. Un ejemplo fue el caso del primer director
de la Inquisición de Hungría, Paulus Hungarus, quien defendió a los chamanes
paganos húngaros valiéndose de su influencia con el papa Inocencio III.
Además, aseguró que estos al adorar al sol adoraban al ente supremo que era
el mismo Dios, así que no hallaba razón para condenarlos. Paulus Hungarus
fue uno de los primeros frailes dominicos, quien escribió importantes
documentos como la Suma de poenitentiae, tendiendo las bases de la nueva
orden a petición de Domingo de Guzmán. Sin embargo, Paulus fue destituido y
reemplazado por un religioso más estricto cerca de 1232, después de haberse
iniciado propiamente la Inquisición.
En 1231, ante el fracaso de la Inquisición episcopal, denominada así porque no
dependía de una autoridad central, sino que era administrada por los obispos
locales, Gregorio IX creó mediante la bula Excommunicamus la Inquisición
pontificia o Inquisición papal, dirigida directamente por el papa y dominada por
las órdenes mendicantes, especialmente los dominicos. El hecho de que
religiosos bajo el control directo del Papa tuvieran a su cargo los tribunales, fue
un freno a su expansión, ya que algunos obispos no querían ver limitado su
poder en una diócesis por la presencia de estos organismos papales

Inquisición española
La Inquisición real se implantó en la Corona de Castilla en 1478 por la bula del
papa Sixto IV Exigit sincerae devotionis con la finalidad de combatir las
prácticas judaizantes de los judeoconversos de Sevilla, uno de cuyos
condenados se llamaba: 'Yusif Franco', caso del que más tarde vieron
irregularidades procesales. A diferencia de la Inquisición medieval, la impulsó
directamente la monarquía, es decir, los Reyes Católicos. Tras una nueva bula
emitida en 1483, la Inquisición se extendió a los reinos de la Corona de Aragón,
incluyendo Sicilia y Cerdeña, y a los territorios de América (hubo tribunales de
la Inquisición en México, Lima y Cartagena de Indias), y se nombró Inquisidor
General a Tomás de Torquemada, de familia de conversos, el confesor de
Isabel, Espina, había sido rabino. La Inquisición se convirtió en la única
institución común a todos los españoles, con excepción de la propia Corona, a
quien servía como instrumento del poder real: era un organismo policial
interestatal, capaz de actuar a ambos lados de las fronteras entre las coronas
de Castilla y Aragón, mientras que los agentes ordinarios de la Corona no
podían rebasar los límites jurisdiccionales de sus respectivos reinos.

Inquisición romana:
La Inquisición romana, también llamada Congregación del Santo Oficio, fue
creada en 1542, ante la amenaza del protestantismo, por el Papa Paulo III. Se
trataba de un organismo bastante diferente de la Inquisición medieval, ya que
era una congregación permanente de cardenales y otros prelados que no
dependía del control episcopal. Su ámbito de acción se extendía a toda la
Iglesia católica. Su principal tarea fue desmantelar y atacar a las
organizaciones, corrientes de pensamiento y posturas religiosas que socavaran
la integridad de la fe católica, y examinar y proscribir los libros que se
considerasen ofensivos para la ortodoxia.
Al comienzo, la actividad de la Inquisición romana se restringió a Italia, pero
cuando Gian Pietro Caraffa fue elegido Papa como Paulo IV, en 1555,
comenzó a perseguir a numerosos sospechosos de heterodoxia, entre los que
se encontraban varios miembros de la jerarquía eclesiástica, como el cardenal
inglés Reginald Pole. En 1600 fue juzgado, condenado y ejecutado el filósofo
Giordano Bruno. En 1633 fue procesado y condenado Galileo Galilei, al
destierro a más de 50 km de Roma, suspendiéndole asimismo el abono del
dinero que recibía al modo de una beca moderna.
En 1965 el papa Pablo VI reorganizó el Santo Oficio, denominándolo
Congregación para la Doctrina de la Fe.
Inquisición portuguesa:
En Portugal, donde se habían refugiado numerosos judíos españoles luego de
la expulsión de 1492, el rey Manuel I, presionado por sus suegros, los Reyes
Católicos, decretó la expulsión de los judíos que no se convirtieran al
cristianismo en 1497. Esto produjo numerosas conversiones al catolicismo.
La Inquisición portuguesa fue establecida en Portugal en 1536 por el rey Juan
III. En un principio, la Inquisición portuguesa estaba bajo la autoridad del Papa,
pero en 1539, el rey nombró inquisidor mayor a su propio hermano, Don
Enrique. Finalmente, en 1547, el papa terminó aceptando que la Inquisición
dependiese de la corona portuguesa.
El primer auto de fe tuvo lugar en Lisboa el 20 de septiembre de 1540 y en
1560 se establece un tribunal de la Inquisición en Goa. Fue abolida por las
Cortes Generales en 1821.

Inquisición y brujería:
En 2004 se publicaron las "Actas del simposio internacional: La inquisición",10
11 gracias a la apertura de los archivos secretos de la Congregación para la
Doctrina de la Fe ordenada por Juan Pablo II en 1998. En estas actas se
recoge toda la posición católica en materia de documentación sobre los
procesos inquisitoriales en la Europa católica donde regía la Santa Sede en el
campo espiritual. De acuerdo a esta posición, es un mito hablar de genocidio
en países como España por brujería, en cambio, los protestantes exageraron
seguramente (ver Leyenda negra de la Inquisición española) para mejorar su
oposición al Imperio español de la época.
Primero es necesario comentar que la aparición de la figura de la bruja poseída
por el diablo surgió como una creencia o superstición popular, que
probablemente pudo originar prácticas de linchamiento por la población local.
En 1484, Inocencio VIII da por oficial la existencia de la brujería por medio de la
bula Summis desideratis affectibus:
“Ha llegado a nuestros oídos que gran número de personas de ambos sexos no
evitan el fornicar con los demonios, íncubos y súcubos; y que mediante sus
brujerías, hechizos y conjuros, sofocan, extinguen y hacen perecer la
fecundidad de las mujeres, la propagación de los animales, la mies de la tierra.”
Algunos autores[¿quién?] sostienen que el papa no podía saber lo que Kramer
y Sprenger iban a decir en el Malleus maleficarum y que solo había publicado
la bula para decir que compartía su inquietud por el problema de las brujas. Sin
embargo, la posición de la Iglesia con respecto a las brujas agravó la crisis de
las persecuciones. Las primeras grandes oleadas de caza de brujas son
consecuencia directa del Malleus maleficarum debido a la amplia distribución
que tuvo el libro. Aunque la Iglesia nunca aprobó oficialmente la caza de brujas,
en 1657 prohibió esas persecuciones en la bula Pro formandis.
En la Europa central, se vio especialmente agravada por varios motivos:
La difusión de la imprenta con la enorme difusión de obras como la Divina
comedia, en los años posteriores a la peste negra donde se hablaba de los
suplicios del infierno, el teatro donde se puso de moda incluir al diablo y sus
acólitos en sus representaciones.
Las tensiones religiosas, sobre todo en zonas afectadas por la Reforma, la
Guerra de los Treinta Años, la revuelta de los Países Bajos, el anglicanismo y
la aparición de movimientos religiosos radicales como los anabaptistas.
Entonces se puede hablar de dos regiones diferenciadas según la fuerza de la
brujería:
Alemania, Suiza, la Región del Jura, los Países Bajos españoles, Francia e
Inglaterra.
En los países nórdicos, orientales y mediterráneos especialmente, la caza de
brujas fue algo tardío, sin fuerza y poco importante demográficamente
Métodos de tortura empleados:
Los acusados eran interrogados, comúnmente, mediante torturas y finalmente
castigados si se les encontraba culpables, requisándose sus bienes durante el
proceso para sufragar las costas judiciales y los gastos de encarcelamiento.
Estos también se podían arrepentir de su acusación y recibir la reconciliación
con la Iglesia. A la ejecución de los suplicios asistían el inquisidor, el médico, el
secretario y el verdugo, aplicándose los mismos (excepto en el caso de las
mujeres) sobre el reo completamente desnudo. Los más conocidos métodos de
tormento fueron:
Garrucha: se alzaba a la víctima al techo con los brazos atados por detrás de la
espalda.
Potro: se ataba al reo a un bastidor y el verdugo apretaba hasta atravesar la
carne.
Tormento del agua: se ataba al reo, se le introducía un paño por la boca hasta
la garganta y se vertían jarras de agua de aproximadamente un litro.
Según la Iglesia católica, se adoptó el método de la tortura (lo cual era
socialmente aceptado en el contexto de la época) solo en casos excepcionales.
El procedimiento inquisitorial se regulaba minuciosamente en las prácticas de
interrogación. No todos los métodos de tortura aceptados civilmente eran
avalados por la Iglesia católica y para que un acusado fuese enviado a tortura,
debía ser perseguido por un crimen considerado grave, y el tribunal debía tener
también sospechas fundadas de su culpabilidad.
A pesar del uso de la tortura, el procedimiento inquisitorial representa un
avance en la historia de la legislación. Por un lado, definitivamente descartó el
uso de la ordalía, tradición germánica condenada hacía mucho por la jerarquía,
sin que tomasen medidas disciplinares contra ella, como medio de obtención
de pruebas, reemplazándola por el principio de prueba testimonial, el cual
todavía tiene vigencia en las legislaciones de la actualidad. Por otro lado, se
restablece el principio del Estado como fiscal o parte acusadora. Hasta ese
tiempo, era la víctima la que tenía que demostrar la culpabilidad de su agresor,
incluso en los procedimientos criminales más graves, esto frecuentemente era
muy difícil cuando la víctima era débil y el criminal poderoso. Pero en la
Inquisición la víctima no es más que un simple testigo, tal y como sucede en los
países donde se aplica un sistema inquisitivo. Era la autoridad eclesiástica
quien ahora tenía sobre sí la carga de la prueba. El resumen del 'Directorium
Inquisitorum', de Nicolás Aymerich, hecho por Marchena, anota un comentario
del inquisidor aragonés: 'Quaestiones sunt fallaces et inefficaces' -Los
interrogatorios son engañosos e inútiles-
Juicios contra animales:
Entre 1266 y 1586 se realizaron, solo en Francia, por lo menos sesenta juicios
contra animales en los tribunales de la Inquisición - aunque este tipo de juicios
tuvieron lugar en todo el Occidente cristiano - según lo que el historiador Michel
Pastoureau ha encontrado en los archivos de los documentos judiciales. Un
ejemplo citado por Pastoreau es el de la cerda que fue declarada culpable por
el asesinato del bebé Jean Le Maux y fue vestida como humana, torturada,
mutilada y condenada a muerte a pesar de que no confesó frente a ningún
cura, tras nueve días de juicio en Falaise, en 1386. Sin embargo, en 1457, en
Savigny-Sur, en Borgoña, el tribunal logró, bajo tortura, la confesión de otra
cerda que había asesinado a otro pequeño de cinco años. En otro caso la
condena fue más fuerte porque el cerdo cometió su crimen un viernes de
vigilia, pecado mayor. Los juicios contra animales incluían, al igual que los de
las brujas, exposición, acarreo, vejaciones, torturas para el castigo
ejemplarizante y la humillación pública y, finalmente la destrucción del cadáver
mediante el fuego.

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