Pregunta 7 de La AO #2 Carlos Valderrama
Pregunta 7 de La AO #2 Carlos Valderrama
Pregunta 7 de La AO #2 Carlos Valderrama
Las enfermedades infecciosas se han perpetuado como parte importante del perfil de enfermedades en
Venezuela y en los años recientes, la incidencia de algunas de ellas ha aumentado
son la malaria, la enfermedad de Chagas, el dengue, la leishmaniasis, las enfermedades diarreicas, las
parasitosis intestinales, la esquistosomiasis, la oncocercosis y la lepra. Estas afecciones, con excepción
de la enfermedad de Chagas, son principalmente causa de morbilidad más que de mortalidad pero
disminuyen la resistencia a otros agentes nosológicos. Enfermedades que son prevenibles o tratables
como los trastornos diarreicos, la neumonía y el sarampión son causas importantes de mortalidad
infantil. Las parasitosis intestinales, que afectan a un gran sector de la población, contribuyen a esta
mortalidad por ser factores potenciales de desnutrición.
Los resultados de nuestros estudios epidemiológicos de las parasitosis intestinales en el estado Zulia,
durante cuatro décadas, utilizando los mismos métodos que permiten la comparación válida de los
hallazgos, son preocupantes y desalentadores ya que revelan la permanencia de tasas altas de infección
con una o más especies parasitarias en comunidades de bajos recursos económicos (1-6). La perennidad
de este problema es explicable por la relación entre la marginalidad social y estos agentes infecciosos y
evidencia que no han habido cambios fundamentales en el modo de vida de las comunidades afectadas
el cual, lejos de mejorar, se deteriora cada vez más con el incremento de la pobreza.
Indicadores
Soluciones
Una solución realista para el control de estas entidades nosológicas requiere un enfoque
multidisciplinario que incluya las ciencias relacionadas con el área de la infectología y las ciencias
sociales; la cooperación de los organismos de salud; y la aplicación, por parte de el gobierno, de las
medidas tradicionales de saneamiento ambiental y el mejoramiento del nivel educativo y económico de
las poblaciones afectadas. Sin embargo, estas medidas son difíciles de implementar. A pesar de los
grandes ingresos que ha tenido el país en los últimos años, las perspectivas de solucionar el problema
son desesperanzadoras. Ante la inflación galopante, es de esperarse un incremento de la pobreza que
afectará especialmente a los estratos sociales más bajos, lo cual favorecerá la proliferación y
diseminación de estos agentes infecciosos.
Conclusión