Introduccion Al Marco Legal
Introduccion Al Marco Legal
Introduccion Al Marco Legal
SEXUAL INTEGRAL
La Ley 26.150 de Educación Sexual Integral, plantea en su primer artículo lo
siguiente:
ARTÍCULO 1.º: Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual
integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de
las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la
que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
Nos parece importante empezar a desarrollar este apartado de «marco legal»
recuperando el sentido primero de la ley, que es garantizar el derecho de alumnas
y alumnos a recibir ESI. Ese derecho de los educandos es responsabilidad del
sector educación, en todos sus niveles.
La inclusión de la educación sexual integral como un aprendizaje que debe ser
incorporado a lo largo de toda la escolarización obligatoria en cada una de las
instituciones educativas –cometido de la Ley N.° 26.150– reafirma la
responsabilidad del Estado en lo que hace a la protección de los derechos de los
niños, niñas y adolescentes y permite formalizar y sistematizar saberes que
históricamente habían quedado circunscriptos a la esfera de lo privado o a
iniciativas dispersas y/o asistemáticas.
De acuerdo con la normativa vigente, la escuela constituye el escenario
institucional que el Estado prevé para concretar el desafío de garantizar y proteger
los derechos de los niños, niñas y jóvenes brindando un marco común para abordar
los contenidos involucrados en esta temática.
En esta semana del módulo, vamos a introducir el marco legal que protege, limita y
orienta el accionar de los docentes en lo que hace a la Educación Sexual Integral.
En nuestro país, además de la ley específica, contamos con un amplio abanico de
leyes que legitiman el abordaje de la Educación sexual y que protegen la salud
sexual y reproductiva de todas las personas. A continuación, se describirán algunas
de ellas.
Se considera que para lograr una comprensión profunda de sus propósitos y
aplicaciones es necesario hacer un breve recorrido de las condiciones históricas
que les dieron origen.
En la Argentina, la llegada de la democracia permite el surgimiento de políticas
públicas referidas a la salud sexual y reproductiva.
La primera medida implementada en este sentido fue la derogación de los decretos
restrictivos de la dictadura militar en 1986. En ambos casos, los decretos
derogados se enmarcaban en una política pro natalista del Estado, que
consideraba el crecimiento poblacional como parte de las condiciones necesarias
para garantizar la soberanía y el fortalecimiento de la nación. Los medios para
lograrlo consistieron en limitar la libertad y autonomía de las personas en el control
de la natalidad, y en impedir el acceso a la información pertinente y a los métodos
anticonceptivos.
Desde el retorno a la democracia en 1983, entonces, la incursión del Estado en la
reivindicación y garantía de los derechos sexuales y reproductivos estuvo
acompañada también por el Decreto 2274/86 que explicita «el derecho de la pareja
a decidir libremente acerca del número y espaciamiento de los hijos», autorizando
a los servicios de salud estatales a proveer orientación y asistencia en asuntos de
procreación, y a promover acciones tendientes a mejorar la salud de la madre y del
niño. También fue relevante en este sentido la creación del Programa de
Procreación Responsable de la Ciudad de Buenos Aires en 1988.
Un estímulo y punto de partida para la sanción de leyes referidas a esta temática
fue la Reforma de la Constitución de la Nación Argentina, de 1994. En ella, se
incorporaron documentos sobre derechos humanos con jerarquía constitucional;
entre otros, los siguientes:
La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948).
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948).
La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948).
La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial (1965).
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966).
La Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de
Costa Rica (1969).
La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer (CEDAW) (1979).
La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes (1984).
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989).
La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994).
La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague, 1995).
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Pekín, 1995).
La Cumbre Mundial a favor de la Infancia (Estados Unidos, 2002).