Fallo 2
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ingreso, remuneración y la intimó para que le abone diferencias salariales y regularice la
relación laboral (v. fs. 6 vta./7); asimismo, remitió comunicación a la AFIP en los
términos de lo dispuesto por el art. 11 de la ley 24.013.
A partir de tales presupuestos, atento la discordancia existente entre las partes
con relación a las causales de la disolución del vínculo laboral, corresponde determinar
en primer lugar cómo sucedió dicha disolución, pues en este sentido la actora manifestó
que se presentó a trabajar pero su empleador, enojado por la intimación cursada el
14/8/2014, la despidió de manera verbal prohibiéndole el ingreso a su puesto de trabajo.
El demandado contestó mediante carta documento del 19/8/2014 desconociendo el
despido verbal y la intimó a presentarse a retomar tareas a su puesto habitual en el plazo
de 48 horas ante ausencias injustificadas.
En respuesta a dicho emplazamiento, el 21/8/2014 la parte actora ratificó sus
anteriores misivas e instó al demandado a rectificar su conducta, ajustarla a derecho,
solicitando se aclare su situación laboral en orden a la deficiente registración laboral,
además de intimarlo a abonar los salarios por jornada a tiempo completo. Ante el rechazo
efectuado por el accionado, mediante misiva del 25/8/2014 (v. fs. 8 vta.), la parte actora
remitió el 29/8/2014 una comunicación considerándose injuriada y despedida ante la falta
de regularización de la relación laboral y deuda salarial pendiente (v. misiva transcripta a
fs. 9).
En atención a la conclusión a la que se arribó la sede de origen, parece necesario
explicar que la justa causa, a los fines y efectos previstos por el art. 246, LCT, la
constituye el hecho de que ante un evento determinado, como sucede en las hipótesis del
despido verbal o negativa de tareas, donde el trabajador decide intimar a su empleadora a
fin de que aclare su situación laboral, vencido el plazo otorgado a tal efecto, ante el
silencio de la empleadora o como consecuencia de su respuesta extemporánea o evasiva
deviene justificada la decisión resolutiva adoptada por el dependiente de manera
indirecta.
Reiterada jurisprudencia del fuero ha dicho repetidamente que, ante un despido
verbal, su destinatario puede optar entre efectuar el reclamo de lo que se considera
acreedor y asumir la carga de probar el despido, o pedir que se esclarezca su situación
laboral. Y esta es la decisión que adoptó la actora en el caso bajo estudio, puesto
contrariamente a lo sostenido por la magistrada que me precede, no se ha considerado
despedida en función del despido verbal que invoca, sino que ha intimado a la demandada
a que aclare su situación laboral bajo apercibimiento de considerarse en situación de
despido y, ante la negativa formulada en relación a sus reclamos, es obvio que la
extinción del contrato de trabajo obedeció a la situación de despido indirecto formalizado
por la reclamante a partir del día 29 de agosto de 2014, resultando irrelevante la prueba
fehaciente en torno a la ocurrencia del despido verbal aludido, puesto que, como se
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explicó, resulta indiferente a los fines de la conclusión del vínculo laboral en los términos
del art. 246 LCT.
Sentado ello y toda vez que arriba firme e incuestionada a esta alzada la decisión
dictada por la juez a quo al determinar la irregularidad en que incurrió el demandado
Arichuluaga, al abonar a la accionante conceptos salariales al margen de la registración
contable (v. fs. 333), corresponde, en consecuencia, admitir los cuestionamientos
realizados por la apelante, y dado que existió al menos- uno de los incumplimientos
patronales denunciados, configurativo de una injuria laboral grave que impedía la
prosecución del vínculo dependiente (conf. Art. 242 de la L.C.T.), no surgen dudas que la
actora se colocó justificadamente en situación de despido indirecto mediante despacho
telegráfico de fecha 29 de agosto de 2014 (v. sobre de fs. 3, transcripción a fs. 9 e
informe del Correo Oficial a fs. 79) por lo que corresponde admitir el reclamo
indemnizatorio con sustento en los arts. 232, 233 y 245 de la L.C.T..
De esa manera, corresponde revocar el decisorio de grado y admitir las
indemnizaciones por despido incausado reclamadas (conf. arts. citados).
III. Asimismo, procede también la multa peticionada con fundamento en lo
normado por el art. 2 de la ley 25.323 en tanto que la accionante cursó sin éxito la
intimación fehaciente prevista por la norma (ver intimación efectuada en el telegrama de
fecha 29 de agosto de 2014, transcripto a fs. 9, que fue respondido por la ex empleadora
mediante carta documento 499069020 del 02/09/2014 (v. informe de correo a fs. 121) y
el demandado con su accionar la obligó a litigar.
Dicha disposición legal establece que: “Cuando el empleador, fehacientemente
intimado por el trabajador, no le abonare las indemnizaciones previstas en los artículos
232, 233 y 245 de la Ley 20.744 (texto ordenado en 1976) y los artículos 6° y 7° de la
Ley 25.013, o las que en el futuro las reemplacen, y, consecuentemente, lo obligare a
iniciar acciones judiciales o cualquier instancia previa de carácter obligatorio para
percibirlas, éstas serán incrementadas en un 50%.
Si hubieran existido causas que justificaren la conducta del empleador, los
jueces, mediante resolución fundada, podrán reducir prudencialmente el incremento
indemnizatorio dispuesto por el presente artículo hasta la eximición de su pago”.
Si bien la determinación de la justa causa del despido es en última instancia
judicial, esta decisión es declarativa y, por ende, de efectos retroactivos al momento de la
ruptura contractual. Por dicho motivo, en casos como el del sub lite, el derecho a las
indemnizaciones pertinentes y sus accesorios como los intereses o los recargos
resarcitorios como el establecido en el art. 2 de la ley 25.323 quedan subordinados a la
acreditación de la injuria invocada y todas las obligaciones se tornan exigibles
retroactivamente sin que se configure el supuesto previsto por el segundo párrafo de la
norma para eximir del pago de la multa en cuestión a la accionada.
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Por ello, no advierto fundamento alguno para excluir al demandado del pago de
la multa cuestionada por lo que postulo, en consecuencia, modificar la sentencia también
en este aspecto.
IV. Por otra parte, la apelante cuestiona la desestimación del reclamo por
diferencias salariales y, al respecto, principio por señalar que en lo relativo a las
diferencias pretendidas por el cumplimiento de una jornada completa, no existe un
agravio concreto que habilite su tratamiento en esta etapa del proceso (cft. Art. 116 LO).
En efecto, el agravio bajo estudio refiere genéricamente a diferencias salariales que
obviamente no comprenden las circunstancias alegadas en relación a la jornada
denunciada en el intercambio telegráfico, que fueron desestimadas por la sentenciante
que me precede, sin que se exponga al respecto una crítica concreta y razonada de los
fundamentos de la sentencia en dicho segmento, motivo por el cual puede colegirse que
arriba firme e incuestionado que la jornada de trabajo cumplida por la actora era reducida,
tal como lo registró su ex empleadora.
Ahora bien, en su recurso sostiene la actora que la prueba testimonial rendida en
autos resultaba idónea para acreditar las tareas, la categoría y las funciones laborales de la
actora. Señala que los dichos de los testigos Santilli, Fajka y Neira fueron conducentes
para probar la verdadera categoría laboral de la accionante y que del propio informe
contable, aun considerando el salario de media jornada, surge que le adeudaban
diferencias salariales.
En tales términos el escrito de inicio, la actora sostuvo que se desempeñaba en la
categoría “Administrativo F” del convenio mercantil (CCT 130/75), pero que le abonaban
el salario correspondiente a “Vendedora A”.
El referido convenio dispone en su art. 6º: “Personal administrativo. Se
considera personal administrativo al que desempeña tareas referidas a la administración
de la empresa. Dicho personal revestirá en las siguientes categorías: …. f) segundo jefe
o encargado de primera.”
Si bien de las declaraciones testimoniales de Santilli (fs. 226/vta.), Fajka (fs.
227) y Neira (fs. 262/vta.) surge que la actora estaba en la parte de venta y también
realizaba labores en el depósito, tareas administrativas como recepción de mercadería,
cargarla al sistema, planillas de stock, recibir a los proveedores y contacto con las
sucursales, ello no implica de modo alguno que la misma se desempeñara como segundo
jefe o encargada de primera.
En estos términos, coincido con el criterio de la sentenciante en cuanto a que no
se ha logrado acreditar que la índole de las tareas desarrolladas pudieran ser calificadas
como correspondientes a la categoría de “Administrativo F” del CCT 130/75, como
desempeñadas por un jefe de segunda o encargado de primera, en tanto este cargo
corresponde a quien secunda al Jefe de Sección en sus obligaciones y lo reemplaza en
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caso de ausencia (conf. Art. 13 CCT 130/75), cuestión que no se configura en el presente
caso.
En consecuencia, y dado que la apelante no se hace cargo de las conclusiones de
la jueza de grado considero que la queja, así expuesta, lejos está de constituir una crítica
concreta y pormenorizada de las razones dadas por la magistrada que me antecede (art.
116 de la L.O.) y debe ser desestimada.
Por dicha razón, sugiero confirmar lo decidido en la instancia de grado.
V. Con relación a la queja deducida por el rechazo de la multa perseguida con
fundamento en lo normado por el art. 10 de la ley 24.013, también corresponde confirmar
su rechazo.
En efecto, como es sabido el art. 47 de la ley 25.345 introdujo un requisito
adicional para la percepción de las multas previstas por la ley 24.013, esto es la
comunicación a la Administración Federal de Ingresos Públicos de la intimación cursada
al empleador en los términos de lo normado por el art. 11 inc. a) de la ley citada. En el
caso, la actora no ha acreditado haber dado cumplimiento con este requisito, en tanto que
si bien emitió carta documento a ese organismo (v. telegrama del 14/8/2014 en sobre de
fs. 3, transcripta a fs., 7), no surge de las constancias de la causa la recepción por parte
del mismo de la comunicación cursada. Nótese que la informativa producida por el
Correo Oficial a fs. 78/79, 133, 149 y 161, consentidas por la actora en los términos
previstos por el art. 403 del C.P.C.C.N., nada prueban en el sentido requerido ya que nada
se informó sobre la recepción del telegrama nro. 488654995. En este sentido, no debe
soslayarse la teoría del carácter recepticio de las comunicaciones lo que significa que sólo
se perfeccionan cuando entrar en conocimiento del destinatario, extremo que no puede
tenerse por cumplimentado con las constancias de la causa.
En ese contexto y de acuerdo al informe acompañado por el correo a fs. 146, el
telegrama colacionado enviado a la AFIP a los fines dispuestos en el art. 11, Ley 24013,
nro.488654995, sólo cuenta con el sello del remitente pero nada se informa acerca de las
circunstancias de entrega, ni en su caso, con las de aviso, todo lo cual imposibilita
conocer el resultado de la diligencia de su notificación al organismo destinatario.
Solo a mayor abundamiento, es dable destacar que la obligación de acreditar la
recepción por parte del organismo destinatario surge implícita de los términos de la ley
25.345 tomando en consideración que dicha norma tiene como finalidad la prevención
fiscal y la regularización del trabajo clandestino por lo que el objetivo buscado es la
efectiva toma de conocimiento por parte del organismo fiscalizador.
Por los fundamentos expuestos no resulta viable la aplicación de la multa
prevista en el art. 10 de la referida ley.
Sí en cambio tendrá favorable acogida la indemnización prevista por el art. 15 de
la ley 24.013 ello así toda vez que conforme se desprende del telegrama remitido con
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fecha 14 de agosto de 2014 (obrante en el sobre de fs. 3, copia a fs. 145 y cuya
autenticidad se encuentra corroborada con la informativa producida a fs. 79) la parte
actora dio cumplimiento con la intimación prevista por el art. 11 de la ley citada y para
su percepción no rige la exigencia prevista por el art. 11 inc. b, de la citada norma legal
(t.o. art. 47 ley 25.345) consistente en remitir copia del requerimiento a la AFIP (CSJN,
31/ 5/2005, “Di Mauro, José Santo c/ Ferrocarriles Metropolitanos S.A.”).
Por dicha razón, propiciaré modificar la decisión de grado en la forma indicada
precedentemente.
VI. En definitiva, de prosperar mi voto, de acuerdo a la remuneración
determinada por la juez de grado ($ 5.886,33, v. fs.333 vta.) la actora resulta acreedora a
los siguientes conceptos y montos: a) Indemnización por antigüedad: $ 29.431,65 ($
5.886,33 x 5 períodos computables; b) Indemnización sustitutiva de preaviso: $ 11.772,66
($ 5.886,33 x 2 meses); c) SAC s/ preaviso: $ 981,05; d) Integración mes de despido más
sac $ 411,40; e) multa art. 2 ley 25.323 $ 21.298,38; f) salarios agosto 2014 (29 días) $
5.506,56; g) SAC prop. 2º sem. 2014: $ 806,34; h) Vacaciones prop. 2014: $ 3.100,91; i)
multa art. 80 L.C.T.: $ 17.658,99; i) Multa art. 15 L.N.E. $ 42.596,76, en consecuencia,
la presente demanda asciende a la cantidad de $ 133.564,70, que devengará los intereses
dispuestos en la instancia anterior desde que cada suma es debida hasta su efectivo pago.
VII. La solución propuesta implica adecuar la imposición de costas y
regulación de honorarios de primera instancia (conf. art. 279 del C.P.C.C.N.) y proceder
a su determinación en forma originaria, lo que torna abstracto el tratamiento de los
recursos planteados en tal sentido.
Las costas de ambas instancias sugiero imponerlas a cargo de la demandada
vencida en lo sustancial (conf. art. 68 del C.P.C.C.N.).
Por otra parte, teniendo en cuenta la entrada en vigencia de la ley 27.423, la
observación del art. 64 del texto normativo sancionado por el Congreso de la Nación y la
promulgación parcial dispuesta por el decreto 1077/2017 (art. 7), corresponde
determinar cuál es la ley aplicable a los trabajos cumplidos con anterioridad a la entrada
en vigencia de dicho texto normativo.
Al respecto, recientemente la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha
establecido por mayoría –con arreglo a lo decidido por ese Tribunal ante situaciones
sustancialmente análogas- que en el caso de los trabajos profesionales el derecho se
constituye en la oportunidad en que se los realiza, más allá de la época en que se
practique la liquidación (Fallos: 321:146; 328:1381; 329:1066, 3148, entre muchos
otros). Por ello, concluyeron que “el nuevo régimen legal no es aplicable a los procesos
fenecidos o en trámite, en lo que respecta a la labor desarrollada durante las etapas
procesales concluidas durante la vigencia de la ley 21.839 y su modificatoria ley 24.432,
o que hubieran tenido principio de ejecución (arg. art. 7 del decreto 1077/2017,
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considerandos referidos al art. 64 de la ley 27.423 y doctrina de Fallos: 268:352,
318:445 –en especial considerando 7-, 318:1887, 319:1479, 323:2577, 331: 1123, entre
otros” (CSJ 32/2009 (45-E) /CS1, originario, “Establecimiento Las Marías S.A.C.I.F.A.
c/ Misiones, Provincia de s/ acción declarativa”, sentencia del 4 de septiembre de 2018).
Resulta necesario, entonces, ante la entrada en vigor de un nuevo ordenamiento
arancelario, discriminar aquellas tareas pasadas durante la vigencia del régimen anterior,
de las que se hicieron a partir de la operatividad del nuevo sistema.
De tal modo, en el caso, en tanto los trabajos profesionales por la labor
cumplida en primera instancia se realizaron estando en vigencia la ley 21.839, el art. 38
L.O., el art. 13 de la ley 24.432 y el decreto ley 16.638/57, habrán de utilizarse las
normas arancelarias allí contenidas.
A tal efecto, corresponde regular al patrocinio y representación letrada de la
parte actora (que incluye su actuación ante el SECLO), de la demandada y de la perito
contadora por su actuación en primera instancia en el 16%, 12% y 7%, respectivamente,
del capital de condena más intereses.
VIII. Sugiero regular los honorarios de la representación letrada de las partes
intervinientes en Alzada en el 30%, de lo que, en definitiva, le corresponda a cada una
de ellas por sus labores en la sede anterior (ley 27.423).
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Beatriz E. Ferdman Graciela Liliana Carambia
Juez de Cámara Juez de Cámara
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