Clase Oa 05
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RESPUESTAS
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Texto 1
El Halcón
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llega el amor paternal, sabrías excusarme. Yo tengo un hijo, lo cual me obliga
contra mi voluntad a pedirte un don que sé te es caro; y éste es tu halcón, del que
mi hijo se ha encaprichado de tal forma que si no lo consigo puede agravarse en
su enfermedad hasta morir. Por eso te ruego, por tu noble carácter; que me des
el halcón, para conservar la vida de mi hijo, y te esté eternamente agradecida.”
Federico, al saber que no podía complacer su pedido, se echó a llorar. Luego habló:
“Señora: desde que en vos puse mi amor, la fortuna me ha sido adversa; pero
todas mi penas son leves comparadas con la de ahora, cuando me pedís un don
que no puedo concederos: en cuanto oí que deseabais almorzar en mi casa, estimé
que sería digno agasajaros de la mejor manera, según mis posibilidades. Recordé
al halcón que ahora solicitáis, juzgándolo alimento adecuado; y en el almuerzo lo
habéis comido; y me duele terriblemente no tenerlo ya, y no creo volver a estar en
paz.” Y mandó traer las plumas, pico, y garras del ave, para mostrar que decía la
verdad. La señora, le reconvino primero por servirle tal ave, aunque agradeció su
generosidad, aún en la pobreza; después, recordando a su hijo, regresó a casa. El
hijo (al saber que no tendría al halcón, o porque su enfermedad no tuviese cura),
falleció días después, con gran dolor de su madre. Luego de mucho tiempo, recibió
Juana el consejo de sus hermanos de volver a casarse. Y aunque no fuese la idea de
su agrado, recordó a Federico, su valor, y su última magnificencia para honrarla,
y les respondió: “Aunque permanecería viuda, si consideráis que debo casarme,
no tomaré otro marido que Federico Alberighi”, ante el asombro de sus hermanos.
Agrega: “Es cierto que nada tiene; pues quiero a un hombre sin riquezas, que a unas
riquezas sin hombre.” Conociendo a Federico, consintieron en darle a su hermana
por esposa, junto con las riquezas que poseía. Y Federico, convertido en marido
de la mujer amada, y en poder de una fortuna tan grande como la quitada por la
fortuna, vivió alegremente el resto de sus días.
Giovanni Boccaccio.
1.- Sí tuviera la oportunidad de cambiar algún episodio del cuento del halcón, ¿que
sería lo que cambiaría?
A) La locura de Federico.
B) El sacrificio del becerrito.
C) La caza masiva de las mariposas.
D) El sacrificio del halcón.
E) La unión de Juana y Federico.
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El amor entre esta pareja ha podio florecer a pesar de los inconvenientes del pa-
sado, sin necesidad de sacrifica el halcón, que pudo haberlo disfrutado por el niño
enfermo y conservado por Federico, lo cual iba a favorecer el acercamiento de los
enamorados nuevamente.
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Texto 2
Juan Soldado
“Al día siguiente, don María de la Peña conferenciaba con don Justo de Cepeda en
el interior de la taberna de doña Clara Cortés.
-Ese soldadillo de Juan Díaz es temible- decía don María.
-Lo mismo digo yo- respondió don Justo.
-¡Insolentarse con todo un marqués... !
-Lo mismo digo yo. ¡Y con un cabildante también!
-Retarme, provocarme... ¡es caso inaudito!
-¡Vea qué atrevimiento!
-Y ahora me desafía.
-Lo mismo a mí.
-¿Estamos entonces los dos desafiados?
-Sin duda, pero yo no acepté. La prudencia está ante todo.
-Es usted muy prudente, mas volviendo al asunto de Juan Díaz...
-¿El soldadillo?
-Cabal. Yo lo tengo por un hombre peligroso.
-Y harto que sí- dijo un hombre que entraba al rondón de la taberna. Este era tuerto,
lisiado del brazo izquierdo, y arrastraba una pierna de palo, percances obtenidos
en las luchas que el rey había emprendido con sus enemigos en Italia.
-Si mi camarada no ha encontrado padrino, aquí estoy yo. Y no digo más, porque
ustedes, a pesar de las veneras que ostentan en sus pechos, no quedarán deshonrados
en manera alguna midiendo sus espadas con la de un soldado de honor como es la
de Juan Díaz.
Y diciendo esto, dio un puñetazo sobre el mostrador y salió, haciendo un ruido
infernal con su pierna de palo, y dejando a los retados sumergidos en la mayor
consternación.
Diez días después, el cura mosén Padín Morales, de acuerdo con el marqués María
de la Peña y don Justo de Cepeda, y concluida la misa mayor, dijo a su auditorio:
-Aunque no hace un año cabal que el pirata Sharp y sus compañeros incendiaron
esta ciudad, llenando de desolación a sus pacíficos habitantes, aún quedan entre
nosotros enemigos tan temibles como aquéllos. Uno de ellos ha desafiado al señor
marqués De la Peña y pretende liquidar también a don Justo de Cepeda-
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-¡Alto ahí señor cura; el soldado Castañeda responde por ese enemigo malo del que
usted habla!
Y el militar, haciendo resonar su pierna de palo en el pavimento de la provisional
Iglesia, avanzó algunos pasos en medio de la asombrada multitud, y continuó:
-Vosotros no entendéis de achaques de honor, per sépase que esta pierna y este
brazo, amén de un ojo que he perdido combatiendo por Su Majestad, me autorizan
para hablaros en cualquier lugar y ocasión. será no escuchar a este señor cura y sus
cómplices... !
Pero la influencia pudo más que la verdad. Ese mismo día el pueblo, amotinado,
expulsó de La Serena al soldado Juan Díaz, y éste al despedirse, camino a las
montañas, a su compadre Castañeda le dijo:
-Bueno, me destierran, pero no soy cobarde. No importa; arreglaré cuentas a mi
modo.
-¡Que me place, Juan!- respondió Castañeda- ¡Que me place! ¡Adiós, amigo, sabré
algún día de ti... !
Con el destierro de Juan Díaz todo volvió al sosiego primitivo. También los abusos.
Pero aconteció que una vez que salían de un fandango don María de la Peña y don
Justo de Cepeda, porque desde el reto habían convenido andar juntos, les salió al
encuentro sorpresivamente Juan Díaz.
-¿Qué sucedió?
Sucedió que los dos caballeros amanecieron muertos a estocadas. La desolación fue
grande. Solamente Castañeda con su pierna de palo decía, acariciando la empuña-
dura de su descomunal tizona:
-Bueno, y que se atrevan a insultar y ofender a un soldado que ha combatido por
Su Majestad. Ahora estoy contento. ¡Cuando yo decía que Juan Díaz saldaría esta
injusticia... !
El delegado del Santo Oficio, que a la sazón lo era don Martín de Riva, haciéndose
eco de la sociedad que con su fallo había condenado a Juan Díaz, y cumpliendo con
el sagrado deber de que estaba investido, hizo publicar un bando a son de trompetas,
en nombre de Su Majestad el Rey, ordenando, bajo severas penas, que todo estante,
habitante y transeúnte estaba obligado a aprehender al llamado Juan Díaz, alias
el Soldado, condenado a muerte por el delito de doble asesinato en personas muy
meritorias del gobierno y de Su Majestad.
Juan Díaz, por más empeño que se hizo, no fue aprehendido; se había ocultado en
un cerro al norte de la ciudad, y estaba dispuesto a vivir como ermitaño por el
resto de su vida. Pero el destino no quiso que así fuese.
En esta soledad Juan un día conoció y se enamoró perdidamente de la única hija
de un poderosísimo cacique de la zona. Al ver que a su romance se interponía
su condición de hombre blanco, y que el padre de la doncella también se oponía,
decidió raptar a la joven muchacha. Para luego casarse con ella en una capillita
muy oculta en los alrededores de La Serena, pues él era un ferviente cristiano.
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Y así fue. Un día el mozuelo irrumpió intrépidamente en el poblado indígena y
cogiendo a su amada del brazo, la montó en la grupa de su caballo y se dirigió con
ella a la ciudad.
Se cuenta que en el momento en que un cura amigo bendecía su matrimonio, gen-
tes de los alrededores llegaron hasta la capilla con gran alboroto, diciendo que el
cacique, a la cabeza de sus mocetones armados, se aproximaba a la ciudad, jurando
destruirla, después de matar a los enamorados. Por otra parte, al saber las autori-
dades que Juan Díaz estaba en la ciudad, organizaron una patrulla y se dispusieron
a aprehenderlo.
Nadie sabe lo que realmente pasó, pero lo cierto es que en los momentos en que el
cacique con sus guerreros pisó los suburbios, y los guardias enviados por la autoridad
llegaron a las proximidades de la capilla, ésta desapareció... ¿Qué sucedió? Dios,
que cultiva los grandes amores e imparte justicia divina, viendo que nada había más
grande que el amor de aquella pareja, y que se había cometido una grave injusticia,
envolvió las inmediaciones en un manto de luz que impidió ver la capilla a todo ojo
humano.
Ambos bandos recorrieron el campo por largo rato, pero la capilla había desapare-
cido como el vaho. Desde entonces y en ciertas noches, singularmente los Viernes
Santos, la capilla se hace visible a los que miran desde La Serena hacia lo que hoy
se llama el Cerro Juan Soldado, pero se borra poco a poco, ante los ojos de los que
pretenden llegar hasta ella".
3.- ¿Por qué el cacique amenaza con destruir la antigua ciudad de La Serena?
A) Es desafiado verbalmente por distintos ciudadanos españoles.
B) Se alía con los piratas ingleses para causar daño al poblado español.
C) Decide asaltar los dominios hispanos en busca de víveres para la subsistencia.
D) Los ciudadanos hispanos le declaran la guerra al poblado indígena al cual
pertenecía.
E) Desea vengar la traición de su hija, que escapa del poblado para desposarse
con Díaz, bajo una religión que no es propia de su cultura.
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para someterse a las formas culturales propias de la España colonial, lo que signi-
fica para su padre y los indígenas propios del poblado, una traición profunda a los
valores ancestrales de su sabiduría. Por este motivo, el cacique arremete en busca
de los enamorados para ajusticiarlos y posteriormente vengar este ardor causado
por el hispano, amenazando con destruir la localidad en la cual residiera con sus
conciudadanos. De esta manera buscaría desagraviar el decoro propio de su cultura,
roto por la acción emprendida de la doncella y su amado soldado Juan Díaz.
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Texto 3
Soneto 126
Lope de Vega
4.- ¿Qué efecto produce el uso de hipérbole en los tercetos del soneto?
A) Exagera y recrea el ambiente haciéndolo más amoroso.
B) Exagera y por tanto deforma la realidad como la conocemos.
C) Aumenta la captación de la idea dándole grandeza.
D) Se opone a la primera idea que se dio sobre el amor.
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5.- ¿Hay algo que le llame la atención en el uso de los adjetivos, dentro del soneto
126, de López de Vega?
A) Son mixtos
B) Son Símiles
C) Son contradictorios
D) Son escasos
E) Son demasiados
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Texto 4
¿Sabía Scrooge que estaba muetto? Claro que sí. ¿Cómo no iba a saberlo? Scrooge
y él habían sido socios durante no sé cuántos años. Scrooge fue su único albacea
testamentario, su único administrador, su único asignatario, su único heredero
residual, su único amigo y el único que llevó luto por él. Y ni siquiera Scrooge
quedó terriblemente afectado por el luctuoso suceso; siguió siendo un excelente
hombre de negocios el mismísimo día del funeral, que fue solemnizado por él a
precio de ganga.
6.- Imagina que reescribes el relato de Dickens. ¿Cuál de los siguientes tópicos
literarios podría ser reescrito a partir de la información entregada sobre la muerte
del socio?
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Texto 5
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Estés meciéndote en la cuna
O bien un día agonizando,
Más fiel que el vidrio del espejo
Y más sumiso que un esclavo.
Medita un poco lo que haces
Mira que Dios te está mirando,
Ruega al Señor que te perdone
De tan gravísimo pecado
Y nunca más la piedra ingrata
Salga silbando de tu mano.
7.- Según lo leído en el poema, ¿a qué hace referencia el hablante en los siguientes
versos?
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8.- ¿Qué elemento del género lírico se reconoce en los siguientes versos?
"Por qué te entregas a esa piedra
Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el árbol.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea sauce pensativo
Ya melancólico naranjo
A) El uso de rima consonante.
B) El uso de lenguaje figurado.
C) El uso de octosílabos.
D) El uso de versos con rima libre.
E) Uso de estrofas de diez versos.
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Texto 6
Sacrificio de carteros
9.- ¿Cuál de las siguientes opciones representa un hecho dentro del fragmento ante-
rior?
A) "He visto cómo se sacrifica bajo más de 300C en verano (...)".
B) "Yo soy hija de un cartero de Rancagua, que le ha dedicado más de 25 años a
Correos de Chile".
C) "Me parece una burla la forma en la que el señor Montané se refiere al reciente
conflicto en Correos de Chile".
D) "(...) me gustaría ver a este señor Montané en algún lugar concurrido de San-
tiago realizando la pega de algún cartero".
E) "De haber pensado en los trabajadores se habría aparecido al menos una vez
ante los trabajadores que hicieron huelga de hambre (...)".
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En la alternativa E), "De haber pensado en los trabajadores se habría aparecido al
menos una vez ante los trabajadores que hicieron huelga de hambre (...)", se propone un
pensamiento, una idea que tiene la autora del personaje al cual se refiere.
En la alternativa D), "(...) me gustaría ver a este señor Montané en algún lugar
concurrido de Santiago realizando la pega de algún cartero", la emisora da cuenta de un
deseo, el cual pertenece al ámbito de lo subjetivo.
En C), "Me parece una burla la forma en la que el señor Montané se refiere al reciente
conflicto en Correos de Chile", se expresa una apreciación de la emisora, es decir, emite
un juicio de valor sobre un hecho en particular, en este caso, los dichos del señor
Montané.
Finalmente, en la opción A), "He visto cómo se sacrifica bajo más de 300C en verano
(...)", la autora está señalando como hecho lo que verdaderamente es una opinión,
puesto que su trabajo no implica necesariamente un "sacrificio", verbo que funciona
como un calificativo en este caso.
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Texto 7
10.- ¿A qué hace referencia el verso: “morada de tus noches y tus días”?
A) El alma habita en el cuerpo mientras dura la vida.
B) El alma visita en algunos instantes el cuerpo.
C) El alma descansa en el cuerpo y además le da vida.
D) El cuerpo hospeda al alma, incluso después de la muerte.
E) El alma destruye al cuerpo con sus acciones.
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Texto 8
Tú me quieres blanca
Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!
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Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua;
habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.
Alfonsina Stroni.
11.- ¿A qué hace referencia la hablante con las palabras “blanca”, “nívea”, “nácar”?
A) A la frialdad.
B) A la pureza y la castidad.
C) A la blancura de la nieve.
D) A la ternura.
E) A la limpieza y la pulcritud.
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Texto 9
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.
(Anónimo).
GLOSARIO:
12.- ¿Por qué el hablante lírico no sabe cuándo es de día y cuándo es de noche?
A) Porque se encuentra con los ojos vendados.
B) Porque se encuentra en una tumba.
C) Porque se encuentra en una prisión.
D) Porque se encuentra con los ojos malheridos.
E) Porque no lograba despertar del sueño.
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Pregunta ID: 1034533
Autor: Aprendo Libre ..
SOLUCIÓN
La respuesta correcta a esta pregunta se obtiene observando la información
textual que se entrega, donde en los últimos versos de la primera estrofa, el
hablante lírico menciona que está en una prisión y que por eso no sabe cuándo es
de día o cuándo es de noche. Por esta razón, la respuesta correcta es la letra “C”.
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Texto 10
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13.- ¿Qué se puede interpretar de la siguiente estrofa?
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A) La niña negra fallece.
B) Las niñas se visten todas de blanco.
C) La niña negra descansa en un banco.
D) Las niñas van a descansar con la niña negra.
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Texto 11
1. NOVIA
¿Adónde me llevas?
2. LEONARDO
3. NOVIA(Sarcástica).
Llévame de feria en feria, dolor de mujer honrada, a que las gentes me vean con
las sábanas de boda al aire, como banderas.
4. LEONARDO
También yo quiero dejarte si pienso como se piensa. Pero voy donde tú vas.
Tú también. Da un paso. Prueba.
Clavos de luna nos funden mi cintura y tus caderas.
6. NOVIA
¿Oyes?
7. LEONARDO
Viene gente.
8. NOVIA
¡Huye!
Es justo que yo aquí muera con los pies dentro del agua,
espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas, mujer perdida y doncella.
9. LEONARDO
Cállate. Ya suben.
10. NOVIA
¡Vete!
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11. LEONARDO
Silencio. Que no nos sientan. Tú delante. ¡Vamos, digo!
12. (Vacila la NOVIA.)
13. NOVIA
¡Como quieras!
Si nos separan,
será porque esté muerto.
15. NOVIA
Y yo muerta.
16. (Salen abrazados).
17. (Aparece la LUNA muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se
oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados, y
se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la MENDIGA y
queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro como un gran pájaro
de alas inmensas. La LUNA se detiene. El telón baja en medio de un silencio
absoluto).
TELÓN
14.- Según lo que se indica en el párrafo cinco, esta escena se caracteriza por ser:
A) Triste y sangrienta.
B) Violenta y llena de gran sensualidad.
C) Romántica y de gran sensualidad.
D) Violenta y triste.
E) Romántica y sangrienta.
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Texto 12
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mí que volvamos después de haber conseguido aquello por lo que hemos venido
aquí en veloz, negra nave».
Así orando, realizó (ritualmente) todo y entregó a Telémaco la hermosa copa
doble. Y el querido hijo de Odiseo elevó su súplica de modo semejante.
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Texto 13
Julio: Buenas noches. Esta comedia se llama Los Papeleros. Aquí se encuentra,
entre otras cosas, la vida de los “recuperadores de basura”. ¿Los
conocen?...Seguramente ustedes nos han visto en la calle, con el saco o con el
carrito, recogiendo en los tachos. Me llamo Julio Galdames y vivo en un Basural.
Por ahora trabajo en la calle (Indica su saco lleno de basura). Bueno, ya que salí
temprano mejor empiezo a recorrer antes que pasen los camiones municipales.
Con permiso.
Va hacia el tacho y con destreza empieza a apartar papeles del tacho que va
echando en el saco. Se oye cantar a la doméstica. El tigre, un adolescente que vaga
por las calles, de lejos lo observa.
Doméstica: (Sale con escoba barriendo) ¡Ya llegaron mugrientos! Oiga, a usted le
digo. Cuidadito con dejarme el desparramo, mire que acabo de barrer la calle.
Laya de flojos. . . ¿por qué no trabaja, mejor?
Julio: ¿Y esto? ¿No es na’ trabajo, entonces?
Doméstica: Recogiendo papeles. . . ¿Qué no sabe hacer otra cosa?
Julio: ¡Mírenla! Oiga, yo a cualquier oficio le pego, pero cuando la desocupación
como anda ahora, hay que agarrar lo primero que uno pilla. (Saca un tarrito y se
lo tiende). ¿No tuviera unas sobritas que me convide?
Doméstica: Bah...ya se cebó, ya. Dése a santo que le permita escarbar. Mi
patrona es muy estricta con la caridad. Tiene sus obras sociales en poblaciones
con el señor cura, pero me tiene prohibido darle a los pordioseros que vienen a
pedir con el tarrito. Chrs. Después se acostumbran y no se mueven más de la
puerta. Ya, ya. . . ¡córrase! Mire el desparramo que me está dejando, son peor que
los perros. . . (El se acerca y ella retrocede asustada) ¡No me eche sus pulgas! Ya,
mándese cambiar o llamo a los pacos. (Lo amenaza con la escoba y él levanta su
saco y por divertirse finge que la va a perseguir, ella entra, desapareciendo).
Julio: Arranque, mi’ hijita, arranque! que se la come el cuco (Ríe al ver que ella
se asusta. Luego ve al Tigre que, serio, lo está observando desde hace rato) Y
vos. . . ¿qué me miráis? ¿También le tenís miedo al cuco? (El tigre continúa
mirándolo) ¿Qué miráis tanto hocicón?
Tigre: ¿No se recuerda de mí? Me dicen el Tigre.
Julio: ¡Ah, puchas!... No me digáis que sos el hijo de mi hermana Romalia. ¡Nunca
te hubiera reconocido!
Tigre: Yo tampoco, de primera, no lo reconocí.
Julio: (Riéndose de sus harapos). Es que con estos chirpes también, uno anda
como disfrazado. . . ¿No ves que me entré de ‘recuperador de basura’? Ha estado
muy embromá la cosa este invierno. Me tuve que abocar a los papeles. Bueno, que
por el invierno no más, Vos sabís que de oficio soy alfarero, pero siendo trabajo a
la intemperie, con la lluvia se termina. Este es oficio muy mortificante sobre todo
pa’ las piernas. Se camina mucho. Mira allí en esa colchonería me tienen ofrecido
unos fletes. Pero no he ido por la lesera de los documentos.
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Tigre: ¿No tiene documentos?
Julio: El carnet se me perdió y la Libreta del Seguro. . . te vas a reír, cabro, pero
fíjate que la hice pedacitos en un arrebato que me vino. Resulta que fui al seguro
porque andaba enfermo del estómago. Bueno, me dieron una obleas. Como al mes
tuve que volver porque me vino una ventolera a este oído, y ¿me vais a creer? me
dieron las mismas “idéunticas obleas”. Los desgraciados creyeron que no me iba a
dar cuenta. Total me bajó la furia y agarré la libreta ahí mismo, en la puerta, se
las desparramé. ¡Pa que aprendan a jugarse con los ahorros del pobre! (Siguiendo
la mirada del Tigre) ¿Qué me miráis, oh? ¿Los chirpes? (Ríe para disimular su
vergüenza). Si esta es la ropa de trabajo, pues iñor. ¡Qué terná guanta con este
oficio?
Tigre: (Indicando el sac) Debe ser embromado, ¿ah?
Julio: (Agresivo) ¿Qué cosa?
Tigre: Que lo vean a uno escarbando. . .
Julio: Bah. ¡Qué tanto miramiento con los papeles sucios! ¿De dónde creís vos
que sacan el papel nuevo? de aquí. ¿Y la fonolita y el cartón? de aquí. Esto
alimenta la industria, todito se aprovecha : la tira, el hueso, el “vidrio”, el metal.
Sin contar que es también la mina del pobre: con suerte te podís encontrar su
cucharita de plata, o su reloj de oro. ¡ahí tenís!.
Tigre: Chitas. . . ¿Así que ahora los futres echan a la basura sus relojes de oro?
Julio: (Ríe). No seáis aturdido. Mira, yo colijo que algún vivo se los embucha
(Gesto de escamotear) y en cuanto se ve en apuros, lo echa al tarro “adiós te
fuiste”. Y a la salida está este rotito esperándolo. La media farra que nos pegamos
con el Miguel Nuñez y el Pata pa-adentro cuando el Pata se encontró un
prendedor de este volado, ¡puro metal fino! Esa si que fue romolienda por la
madre. . .
Tigre: Total si usted está conforme. . .
Julio: (Cambio) ¿Conforme? Está loco, iñor. ¿Quién iba a estar conforme con
esto? (Pausa). Claro que es mejor salir a cogotear. Tampoco me gusta andar
estirando la mano en una esquina. Esto, sucio será, pero es trabajo honrado. No
hay que andar rogando a nadie ni mostrando documentos. Bueno, es que vos no
sabís de estas cosas, cabro, no has pasado urgencias. (Se toca el estómago). En el
campo, es otra cosa. (Pausa)
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Pregunta ID: 1415407
Autor: Puntaje Nacional ..
SOLUCIÓN
Para responder esta pregunta es formular un juicio valorativo con relación a la
información presente en el texto, al propósito, la forma del texto (registro,
estructura, pertinencia o calidad) y la posición del emisor y su intención
comunicativa. En este sentido, el propósito del texto y, con esto, el propósito del
subgénero de comedia, es presentar problemas de personas comunes que tienen
defectos, debilidades y vicios, lo que se respaldada a través de los mismos
personajes quienes tienen diferentes características y representan diferentes
cualidades de los humanos: Julio, el personaje pobre que se esfuerza por salir
adelante, pero que igual vive momentos de rabia y furia (momento en el que
relata cómo destruye la libreta del seguro) y Doméstica, que tiene un estereotipo
del “pobre flojo” juzgando y discriminando a Julio por su ocupación. El resto de
las alternativas se descartan por corresponder a propósito ajenos al que persigue
toda obra dramática.
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Texto 14
Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/hammurabi-conquistador-
mesopotamia_8932/6
17.- Con base en el relato de Hammurabi, el conquistador, ¿cuáles fueron los dones
que le concedieron los dioses mesopotámicos para alcanzar los triunfos?
I. La sabiduría de los dioses y la valentía de un guerrero.
II. El físico varonil y un cuerpo esculpido como el de un dios.
III. Agudeza e ingenio para usar las armas en los momentos indicados.
IV. Diplomacia y paciencia para no dejarse llevar cuando está luchando con armas.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo III
D) Solo I y III
E) Solo III y IV
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combinarlas con la diplomacia y la paciencia, que tan bien sabía administrar el
soberano, el predilecto del dios Marduk”. A partir de lo anterior, es posible
apreciar que los dones entregados por los dioses fueron: agudeza e ingenio para
usar las armas en los momentos indicados y diplomacia y paciencia para no
dejarse llevar cuando está luchando con armas. Por este motivo, la respuesta
correcta es la letra E.
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Texto 15
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quí’aprendi d’estas custiones de ánimas! Mira, la tía’e la Luchita dice qu’estas
custiones son re’mbromás, ¡re serias! No son inventos. Dice que las ánimas
son. . . difuntos que no se van ni al cielo ni al infierno porque’stán “reteníos”, eso
dijo.
INDALICIO: No entendí esa custión.
NANO: Es que. . . Yo te voy a’ecir. Parece que a la gente que se muere sin hacer lo
que más quería, el alma se les queda pegá en la tierra, esperando. Y parece,
tamién, que no pueen descansar hasta que se cumple lo qu’estaban esperando.
INDALICIO: ¡Ah!... Y en esta casa, ¿Por qué penarán? ¿Sabís tú?
NANO: Dicen que aquí vivían unas hermanas, eran seis, y se murieron toas
solteronas.
INDALICIO: Ah. . .
NANO: Y están las seis ahí, esperando. . . Oye, y tu primo, el Eulogio, ¿pá qué se
quiere comprar el terreno este?, ¿por qué no elige otro?
INDALICIO: Pero si entuavía no lo ha visto. Si ese no sabe ná. Algún vivo, por
ahí, se lo recomendó. . . .pero el güerto es güeno, güena tierra.
NANO: Los árboles ‘tan secos.
INDALICIO: ¿Cuántos años qu’está abandonao esto?
NANO: Unos quince serán. O más. . .
INDALICIO: ¿Y hai visto la casa por dentro. . . ?
NANO: ¿Tai chiflao? Pero si está lleno de ánimas, esto.
INDALICIO: Pero de día, digo yo.
NANO: ¡Puchas no querís entender! ¿no te digo que aquí hay ánimas hasta de día
claro. . . ?
INDALICIO: De toos moos yo voy a entrar cuando llegue el Eulogio. . . Oye, ya
m’está preocupando este; ya debía estar aquí.
NANO: Seguro que pajareando por aquí y por allá debe estar. Y ese animal que le
pasaste no corre ni a empujones.
INDALICIO: ¿El Ñato? Si ese es re corredor, oh. . .
NANO: Se nota. . . como no se ha demorao ná
INDALICIO: ¡Es que el Eulogio, es re calmao! Además que no le pega mucho al
galope, parece.
NANO: ¿No se habrá caído?
INDALICIO: Capacito.
NANO: Vamo’ a ver, será mejor.
INDALICIO: Parece que lo que tú querís es irte ¿ah? Si no se va a aparecer nadie,
oh. . . Y si aparece ¿Qué? Tú le tenís muchazo mieo ¿ah? A mí me tinca que son
puros cuentos. ¿Tú creís de verás en estas cuestiones. . . ?
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NANO: Más o menos.
INDALICIO: No seai, oh. Acerquémonos un poco a la ventana y le pegamos una
loreaíta pa’entro.
NANO: ¿Tú te atrevís?
INDALICIO: Claro, pus. Vamos.
(Se abren lentamente las ventanas y la puerta. Los dos amigos se quedan
estupefactos. Aparecen unas viejitas de unos 80 años, muy simpáticas. Los amigos,
con grandes gritos de susto salen corriendo, atropelladamente, hacia el camino)
BERTINA: ¡Oigan! ¡Oigan! Espérense. . . ¡Ay! ¡Qué gente más lesa! Too porque
una es ánima, se arrancan.
ZELMIRA: ¿Qué pasa que se van corriendo?
BERTINA: ¡Esta gente, pues, niña! Cualquiera creería qu’iuna se los va a comer.
Acérquense, chiquillas.
FLORIDEMA: ¿Pa que queri’s que nos acerquemos, niña?
BERTINA: No, si no’es ná. . . Ei’tan esas benditas tencas, de nuevo, pero ahora no
tienen ná que comerse.
ORFILIA: Antes que nos daba rabia, ¿te acordai? Too el día a pieirazo limpio pa
que no se comieran los damascos maúros y siempre volvían otra vez.
LUZMIRA: Y los gorriones. . . ¡No hay caso con los gorriones!
ZELMIRA: ¿De qué estábamos hablando?
ORFILIA: De los gorriones.
ZELMIRA: Ah, si pue’ los gorriones se ponen coloraítos cuando se le acercan las
gorrionas.
FLORIDEMA: ¿De qué estai hablando, niña? Ya empezaste a divariar.
ZELMIRA: No estábamos hablando de los... ¿de qué estábamo’ hablando?
FLORIDEMA: De cualquier cosa, menos de los gorriones con las gorrionas.
ZELMIRA: Eso es lo que tienen las gorrionas... Son como desmemoria’.
ORFILIA: Ya. Se callaron el par de lesas.
LUZMIRA: ¿Y la gente que salió gritando?
FLORIDEMA: Eran unos chiquillos.
ORFILIA: Y uno era re güen mozo.
BERTINA: Yo no sé porque si’arrancó.
LUZMIRA: De verte tan re fea, sería.
BERTINA: ¿Fea?
LUZMIRA: Es que’andai más vieja que nunca hoy día.
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BERTINA: ¿Ando vieja? Mira si seré lesa. . . No me di cuenta. Si vuelven, voy a
ponerme joven y los voy a recibir di’unos 50 años.
ORFILIA: Menos pues, niña. Como andai de 80 ahora, 50 te parece poco.
BERTINA: ¿De 20. . . ?
FLORIDEMA: Eso sí, pues.
BERTINA: Voy a estar de 20 cuando vuelvan. Me gustaría que volvieran.
LUZMIRA: ¿Pa qué?
BERTINA: Pa conversar y pa. . .
ORFILIA: ¿Queris qu’ese tipo te bese pa’irte al cielo?
BERTINA: No. No me quiero ir nál cielo toavía, ¿Qué voy a hacer yo allá arriba?
¡Hay tanto ángel! Y la tierra es tan re bonitaza. . . .Tan re bonita qu’es ¿no?...Oye
Chiquillas, si alguien me besa, ¿de veras que me voy a ir p’al cielo. . . ?
FLORIDEMA: Claro ¿Qué no era eso lo que más queriai? ¿Lo que nunca se
cumplió. . . ?
BERTINA: Es cierto. . . ¡Nunca nadie me besó! ¿Por qué sería?
LUZMIRA: No te pongai triste, no pensís en eso.
BERTINA: Pero me voy a quedar con las ganas, no pienso irme al cielo. Con lo
güeno que es Dios para perdonar, no ha de haber ni’una nube desocupá.
ZELMIRA: ¿Tú creís?
18.- Los personajes Indalicio y Nano son dos jóvenes campesinos, esto se aprecia en:
A) la descripción al comienzo del texto.
B) sus acciones.
C) el tema de conversación que sostienen.
D) el registro de habla que utilizan.
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Texto 16
LA RANA QUE QUERÍA SER RANA AUTÉNTICA
“Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se
esforzaba en ello. Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente
buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no,
según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el
espejo en un baúl. Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor
estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse
(cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás aprobaban y
reconocían que era una Rana auténtica. Un día observó que lo que más
admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se
dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y
sentía que todos la aplaudían. Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que,
dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se
dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír
con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.”
Augusto Monterroso
(http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/monte/ranaque.htm)
19.- ¿Por qué la Rana guarda el espejo en el baúl?
A) Porque para ella era más importante la opinión de los demás que su propio
reflejo.
B) Porque se dio cuenta que su único recurso era arreglarse y vestirse para verse
elegante.
C) Porque la imagen reflejada en el espejo dependía de sus estados de ánimo.
D) Porque quería ocupar su tiempo en desarrollar la belleza de sus piernas.
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Texto 17
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