Spanish Donkey Guide
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Guía de buenas prácticas de
bienestar animal para el
mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de burros y
sus híbridos.
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Guía de buenas prácticas de
bienestar animal para el
mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de burros y
sus híbridos.
Contenido
1. INTRODUCCIÓN 6
2. ALCANCE 6
3.1. Antepasados 7
3.2. Visión 8
3.4. Audición 9
5. ALOJAMIENTOS 14
6. HÁBITAT 15
6.1. Refugio 15
7. CUIDADOS 17
7.1. Conocimiento 17
7.2. Inspección 17
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Guía de buenas prácticas de
bienestar animal para el
mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de burros y
sus híbridos.
7.7. Alimentación 19
7.8. Agua 21
8. MANEJO Y ADIESTRAMIENTO 22
9. EQUIPAMIENTO 23
4
Guía de buenas prácticas de
bienestar animal para el
mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de burros y
sus híbridos.
ANEXO 1 30
Glosario 30
ANEXO 2 31
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Guía de buenas prácticas de
bienestar animal para el
mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de burros y
sus híbridos.
1. Introducción
En 2014 la Comisión Europea mantuvo una reunión sobre el bienestar de los équidos, a la que
asistieron tanto los Estados Miembros como las partes interesadas del sector equino. Las
conversaciones que tuvieron lugar en dicha reunión pusieron de manifiesto que existen desafíos en
lo que respecta al bienestar equino en la Unión Europea. Como consecuencia de esto, World Horse
Welfare y el Eurogrupo para los Animales elaboraron el informe “Removing the Blinkers” (Quitando
las anteojeras), que ilustró los retos del bienestar en más detalle.
El 14 de marzo de 2017, el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la tenencia
responsable y el cuidado de los équidos. En esta resolución, el Parlamento Europeo insta a la
Comisión Europea a desarrollar una Guía de Buenas Prácticas en el sector equino para diversos
usuarios y especialistas, elaboradas en colaboración con las partes interesadas y organizaciones del
sector equino basándose en las guías existentes.
La OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) elaboró un capítulo sobre el bienestar de los
équidos de trabajo para el Código Sanitario para los Animales Terrestres en mayo de 2016.
En base a los antecedentes anteriores y en el principio de que cada animal debe tener una “vida que
valga la pena” es necesario, en general, minimizar sus experiencias negativas y brindarles
oportunidades que les permitan tener experiencias positivas. Esta guía sobre el mantenimiento,
cuidado, entrenamiento y uso de los burros y sus híbridos, ha sido elaborada para ayudar a
conseguirlo.
En Europa, la intención del mantenimiento de burros cambia constantemente. Mientras que todavía
se emplean como animales de trabajo en algunas partes del continente, en otros lugares se usan
como mascotas, o se utilizan para el ocio, programas de terapia o para la producción de leche y carne.
Las disposiciones reglamentarias sobre el mantenimiento y el cuidado de los burros difieren entre
los Estados Miembros. Solo algunos de ellos han adoptado una legislación específica en la protección
de los burros y sus híbridos. En algunos Estados Miembros, las directrices se han elaborado bien por
parte de las autoridades competentes o por las partes interesadas. Se cree que las guías comunes de
la UE contribuirán a mejorar el bienestar de los burros en toda la Unión.
Es difícil evaluar con certeza el número de burros en la UE. En julio de 2018, la FAO estimó en
251.000 el número de burros. Dado que las bases de datos oficiales no informan de la especialización
(es decir, carne, leche) de las diferentes granjas, es casi imposible definir con precisión cuántos
burros se emplean para los diferentes propósitos.
2. Alcance
Esta guía está dirigida a toda persona que posea uno o más burros o híbridos o que de alguna manera
esté involucrado en el mantenimiento, cuidado o entrenamiento de dichos animales. Es la
responsabilidad del propietario o del cuidador de los burros o híbridos ser consciente de sus
requerimientos de bienestar y, por tanto, gestionarlos de una manera apropiada.
Aunque esta guía se puede aplicar, de manera general, a todo tipo de burros, no incluye a los burros
e híbridos de trabajo en detalle, ya que estos ya están contemplados en el capítulo 7.1 del Código
Sanitario para Animales Terrestres de la OIE. La guía tampoco comprende a caballos y ponis, ya que
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mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de burros y
sus híbridos.
pueden tener comportamientos y necesidades diferentes a las de los burros y sus híbridos (para
estos ver: “Guía de buenas prácticas de bienestar animal para el mantenimiento, cuidado,
entrenamiento y uso de caballos”.)
Esta guía aborda las áreas en las que no existe legislación específica de la UE sobre los burros y sus
híbridos. Esto significa que el transporte, métodos de eutanasia, incluyendo el sacrificio,
identificación y el registro, y los aspectos zootécnicos y genealógicos no se contemplan. Esta guía
tampoco se refiere a los burros o sus híbridos que se mantienen en condiciones salvajes o
semisalvajes.
En esta guía el término “burro” se usa para referirse tanto al burro como a sus híbridos (llamados
mulas o burdéganos) a menos que se indique lo contrario.
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El burro fue domesticado hace aproximadamente 6.000 años en el norte de África. Aunque ciertas
características como el tamaño, tipo, color o temperamento han cambiado, el burro ha conservado gran
parte del comportamiento de sus antepasados, por ejemplo, el comportamiento social y de alimentación.
El burro está, a través de la evolución, adaptado a una vida como animal de presa que vive en un terreno
montañoso y árido; esto se refleja en su comportamiento, fisiología, anatomía y en la manera en que sus
sentidos se han desarrollado.
3.2. Visión
Los burros tienen una visión amplia que les permite detectar prácticamente todos los movimientos a su
alrededor. Sólo hay una pequeña “zona ciega” justo detrás de ellos. También hay una pequeña área ciega
en forma de triángulo delante de la punta de la nariz, lo que significa que nos burros no ven lo que comen,
pero lo sienten con los bigotes.
En el área, en el que los burros ven con los dos ojos (visión binocular) son capaces de ver objetos con
claridad tanto de cerca como de lejos. Este tipo de visión hace posible que los burros identifiquen los
alimentos (vegetación) cerca, y al mismo tiempo detectar posibles peligros a distancia.
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establecidos en los burros que en los caballos. Esto puede conducir a conflictos entre los burros y otros
animales domésticos y puede llevar a una malinterpretación de su comportamiento cuando son
manejados. Los híbridos tienden a tener pautas comportamentales tanto del caballo como del burro, y
pueden cambiar rápidamente entre las reacciones de huida de un caballo y las de lucha de un burro,
haciendo que su comportamiento parezca impredecible para personas inexpertas.
3.4. Audición
Los burros poseen una excelente audición que ha evolucionado para ayudar a los animales solitarios a
interactuar a grandes distancias en su hábitat natural. Debido a su capacidad para mover las orejas de
forma independiente son capaces de localizar sonidos/ruidos, y de reaccionar frente a ruidos repentinos
o inusuales mediante un aumento de la alerta y una respuesta más tardía que la que uno podría esperar
típicamente en un caballo
Figura 3. El contacto social es particularmente Figura 4. El reflejo de Flehmen permite a los burros
importante para los pollinos. analizar un olor más detalladamente.
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Los burros se comunican a través de los sentidos de la vista, el oído, el olfato y la postura y el tacto. Por
ejemplo, los burros pueden mostrar el reflejo de Flehmen cuando examinan olores y sabores que les
provocan especial interés. El contacto puede ser tanto agresivo (cocear o morder) como amistoso (aseo).
Algunos de estos comportamientos son innatos, mientras que otros necesitan algún aprendizaje a una
edad temprana. Los burros jóvenes que se mantienen aislados pueden encontrar dificultades para
relacionarse con otros burros cuando se les introduce en un grupo a una mayor edad.
Los burros llevan a cabo diferentes tipos de comportamientos de confort. Este comportamiento sirve
para diferentes propósitos tales como la reacción al picor de la piel, para mantener alejados los insectos,
mantener el pelaje en buen estado o para un fin social. El comportamiento de confort se manifiesta
incluso en burros que son cepillados regularmente. Este comportamiento incluye mordisquear con los
dientes, rascarse con una pata (típicamente con una extremidad posterior), frotarse contra un objeto,
revolcarse en la arena, barro, nieve etc., el sacudido del cuerpo y la cabeza y el aseo mutuo, donde dos
burros se acicalan entre sí (típicamente en la cruz o en la espalda)
Aunque los burros son animales sociales, tienen un espacio social, que define la distancia que desean
mantener con otros burros. Esta distancia es individual y depende de la edad y de lo bien que se
conozcan entre sí y de si son parte de una pareja. En general, los burros son más tolerantes con la
proximidad que los caballos cuando se mantienen en grupos estables. Los burros pueden también ser
vistos juntos cuando intentan mantener alejados a los insectos. Los pollinos y burros jóvenes parecen
tener un espacio social muy limitado o menos desarrollado y pueden incluso ser vistos acostados
juntos. Cuando los burros son alojados en grupo, es importante tener en cuenta el espacio social a la
hora de decidir de cuánto espacio deberían disponer.
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Figura 7. Manteniendo una gran proximidad. Figura 8. Los burros necesitan acostarse de lado con
las patas, el cuello y la cabeza extendida para entrar
en sueño profundo.
Los burros tienen diferentes fases del sueño. En particular, requieren una fase de sueño durante cada
periodo de 24 horas, en la que permanecen tumbados de lado con los miembros extendidos y los
músculos relajados. Para lograr esto, necesitan sentirse seguros, tener suficiente espacio y un área de
descanso seco. Es importante tener esto en cuenta para establecer el tamaño y tipo de alojamiento
interior de los burros.
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Comportamientos anormales, como esterotipias, raramente o nunca se ven en burros que viven en
condiciones naturales. El desarrollo de comportamientos anormales es una señal de que el ambiente o
las condiciones donde se mantienen o se han mantenido los burros no satisfacen plenamente sus
necesidades. Comportamientos estereotipados comúnmente vistos en otros équidos como balanceos de
la cabeza o el vicio de morder son muy poco comunes en burros, que pueden exhibir un bienestar
comprometido de formas más sutiles como volverse apáticos y retraídos. Muchos comportamientos
exhibidos por los burros percibidos como “anormales” pueden ser comportamientos naturales, que
pueden ocurrir con una frecuencia normal o anormal como el comportamiento agresivo hacia otros
burros o humanos o atacando especies más pequeñas o desconocidas. El desarrollo de comportamientos
anormales va a diferir entre individuos.
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por la separación por una valla y en ocasiones dejar a un burro sin ver o sin tocar a un compañero puede
comprometer seriamente el bienestar y dificultar el manejo seguro de los individuos. El vínculo de
compañía en los burros es importante cuando se considera vender, trasladar (por ejemplo, para
tratamientos veterinario) o eutanasiar a un animal, ya que los animales separados pueden correr el
riesgo de desarrollar hiperlipemia; una enfermedad predispuesta por la angustia que tiene una alta tasa
de mortalidad en burros. Los burros híbridos parecen preferir la compañía de otros burros híbridos o
de las especies maternales y no parecen mostrar lazos de unión tan fuertes como los burros.
Es recomendable que los burros domésticos tengan contacto social directo con su propia especie
durante la mayor parte del día (se puede entrenar a los individuos para que acepten el aislamiento
durante las labores de trabajo). Esto hace posible el aseo social entre individuos, y permite el desarrollo
y la expresión de los patrones normales de comportamiento social.
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5. Alojamientos
5.1. Consideraciones generales
Los burros son una especie social. La necesidad de contacto con otros burros debería de tenerse en
cuenta cuando se diseñan alojamientos para burros.
Además, cualquier nave, establo o alojamiento debería de tener las dimensiones adecuadas que
permitan a todos los burros tumbarse y descansar al mismo tiempo en una posición natural
cómodamente. El alojamiento debe permitir el libre movimiento de cada burro, para que en todo
momento el burro sea capaz de girarse, tumbarse en una posición natural, levantarse sin impedimento,
y estar en una posición natural. En los sistemas de alojamiento en grupo debería haber la posibilidad de
aislar a los burros enfermos o lesionados. El diseño del sistema de alojamiento en grupo debería
asegurar que todos los burros son capaces de escapar de compañeros agresivos y acceder a la comida y
el agua en cualquier momento.
Aunque hay diferencias entre razas, la altura a la cruz y el peso pueden utilizarse como medidas
relevantes al diseñar alojamientos para burros. El alojamiento debería de ser construido y mantenido
de manera que no hubiese bordes afilados y protuberancias que puedan causar lesiones a los burros.
Los materiales con los que los burros puedan entrar en contacto no deberían de ser dañinos, incluyendo
tóxicos, para los animales y debería ser posible limpiarlos y desinfectarlos a fondo.
La zona de Descanso para los burros no debería de ser resbaladiza y debería proporcionar una cantidad
adecuada de material de cama apropiado, para asegurar una zona de descanso seca y cómoda.
Los pasillos no deberían de tener una superficie resbaladiza y deberían de ser lo suficientemente
amplios como para permitir a los burros cruzarse entre ellos con seguridad y sin dificultades. La altura
interior debería permitir a los burros permanecer en su posición natural y realizar los movimientos
normales de cabeza.
Si las burras son alojadas individualmente cuando se acerca el parto, deberían de ser capaces de ver,
oler e interactuar con otros burros. Cuando se alojan individualmente, los burros enteros deberían tener
al menos contacto visual y olfatorio permanente con otros burros y tener acceso a un pasto o a un
paddock que le permita pastar y moverse libremente.
Cuando los alojamientos de los burros son diseñados, construidos o renovados, el riesgo de incendio se
tendría que tener en consideración. Esto es especialmente importante con respecto a las instalaciones
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eléctricas. Los materiales usados deberían de ser, siempre que sea posible, a prueba de incendios. La
persona responsable de los burros debería de tener un plan de contingencia en caso de incendio u otros
desastres naturales (por ejemplo, inundaciones).
6. Hábitat
Los burros deberían estar protegidos frente a condiciones climáticas adversas, y, de la mejor manera
posible, protegidos frente a posibles depredadores.
6.1. Refugio
Los burros han evolucionado para vivir en ambientes semiáridos los estudios han mostrado que están
menos adaptados a condiciones húmedas que se dan en climas templados y utilizan el refugio con mayor
frecuencia que otros équidos bajo esas condiciones. Debería haber refugio adecuado todo el año; en el
verano para proporcionar a los burros sombra con la que protegerse del calor del sol y de los insectos,
y en invierno para protegerlos frente a las condiciones húmedas, frías y ventosas. El refugio debe ser lo
suficientemente grande como para proteger a todos los burros al mismo tiempo.
Figura 12: Una cabaña resistente es el refugio ideal Figura 13: Una manta es un complemento útil para
para burros en condiciones invernales. un refugio sobre todo en burros viejos o enfermos.
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Rara vez el entorno natural, como árboles y setos, proporcionan un refugio adecuado para los burros,
particularmente en invierno. Es por ello que se recomienda que los burros durante el año tengan acceso
a refugios construidos con un suelo seco y no resbaladizo y una zona de descanso con una cantidad
adecuada de cama. Cuando los burros son viejos o están enfermos, el uso de mantas impermeables y
transpirables puede ser beneficioso, dependiendo de las condiciones climáticas. Sin embargo, las mantas
no pueden ser usadas para reemplazar un refugio porque estas no proporcionan protección a las áreas
de los burros donde se produce la mayor pérdida de calor (por ejemplo, las orejas y la grupa). Si se usan
mantas, estas deberían de ser diseñada para la forma única de los burros y estar bien ajustada, revisarse
cada día y deben de ser de un tipo que se corresponda con la temperatura ambiente. Las mantas
diseñadas para proteger contra moscas y mosquitos pueden ser útiles para burros que están sufriendo
hipersensibilidad a la picadura de insectos, quemaduras solares o acoso de insectos, pero no sustituye
la necesidad de proporcionar un refugio durante todo el año.
Los paddocks y los pastos deben estar bien drenados para evitar el fango. De forma orientativa, debe
haber un mínimo de aproximadamente 0,25 hectáreas por burro para proporcionar pastoreo durante
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todo el año. Deben mantenerse alejados de objetos peligrosos y ser revisados regularmente en busca
de plantas venenosas, que deben ser retiradas cuidadosamente. Las cercas deben ser claramente
visibles para los burros, estar bien mantenidas y ser de un tipo y altura suficientes para evitar que los
burros se escapen. No se deberían utilizar alambres de púas. Si es necesario, se puede emplear una hebra
superior tensa de alambre liso. Los burros deberían ser introducidos en nuevos tipos de cercas durante
el día, y deberían ser supervisados durante un período de tiempo apropiado después de ser introducidos
en un nuevo tipo de cercas o después de haber sido trasladados a un nuevo paddock o pasto
Cuando los burros son presentados a nuevos compañeros, deben ser supervisados durante un período
de tiempo apropiado, hasta que las interacciones agresivas hayan cesado y los burros vuelvan a
alimentarse cuando se agrupen en un prado o en un pastizal.
No se recomienda atar a los burros, ya que restringe su libre movimiento y no permite el contacto social
con otros congéneres. Además, existe el riesgo de que los burros atados se enreden en la correa y se
lesionen.
El uso de trabones entre las patas esta desaconsejado.
7. Cuidados
7.1. Conocimiento
Los burros deben ser atendidos por un número suficiente de personas que posean la capacidad, los
conocimientos y la competencia profesional adecuada.
7.2. Inspección
Todos los burros, incluidos los que están en los paddocks y en los pastos, deben ser inspeccionados una
vez al día y preferiblemente más a menudo. Los burros enfermos o heridos, las burras en la última etapa
de la gestación, los pollinos recién nacidos, los burros recientemente introducidos, los machos enteros
durante la época reproductiva y los burros geriátricos, deben ser inspeccionados más a menudo.
Todo burro que parezca enfermo o herido debe recibir sin demora la atención adecuada. Si el burro no
responde a esos cuidados, o si siente dolor, se debería obtener consejo veterinario tan pronto como sea
posible. Es importante señalar que los burros muestran signos sutiles de dolor y enfermedad y, a menos
que los síntomas sean leves (por ejemplo, un pequeño rasguño), se debe solicitar asesoramiento
veterinario ante la primera sospecha de un problema. Cuando sea necesario, se debería separar a los
asnos enfermos o heridos en instalaciones adecuadas.
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se mantiene en condiciones húmedas y sucias, el pie de burro está predispuesto a problemas en el casco
como la enfermedad de la línea blanca y los abscesos.
Los cascos deben limpiarse y revisarse a intervalos apropiados para detectar signos de enfermedad o
lesiones, como podredumbre de ranilla, grietas o cuerpos extraños (piedras, por ejemplo). Si hay signos
de problemas en los cascos, como cojera, deben ser revisados inmediatamente. Es esencial que los
burros que viven en ambientes templados tengan libre acceso a una superficie dura y seca (por ejemplo,
hormigón) para asegurar que los cascos se puedan secar y no queden permanentemente empapados.
Los cascos de los burros mantenidos en condiciones de granja o como animales de compañía tienden a
crecer demasiado a menos que sean manejados con intervención humana. Se recomienda que sólo
profesionales capacitados con experiencia en la anatomía única del pie del burro recorten sus cascos. Se
recomienda que sólo se utilicen herraduras cuando los burros trabajen y usen excesivamente los cascos
y cuando se disponga de asistencia especializada de herradores. Cabe señalar que la mayoría de los
burros trabajan bien sin necesidad de herraduras. Los cascos deben ser recortados de acuerdo con el
tipo de trabajo del burro (según lo sugiera el veterinario o el herrador). Los cascos nunca deben ser más
largos de 2,5 cm de lo que serían inmediatamente después de ser recortados por un herrador
especializado. Los cascos sobrecrecidos deberían ser abordados por un herrador experimentado bajo la
supervisión veterinaria. El recorte debería ser guiado con radiografías.
Los burros, incluso con un recorte regular de los cascos, necesitan tener una cantidad adecuada de
movimiento para garantizar la adecuada circulación sanguínea del casco y un crecimiento corneo de
buena calidad.
7.7. Alimentación
Los burros deben ser alimentados con una dieta apropiada y en cantidad suficiente para mantenerlos
en condiciones normales (peso normal y un índice de condición corporal de 2,5 -3,5, medida mediante
un sistema de puntuación de condición corporal específico para burros, como en el anexo 2) y para
evitar que adquieran un peso inferior o superior al normal y permitirles expresar sus comportamientos
naturales.
Figura 15. La paja es una inestimable fuente de fibra
para los burros.
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Los burros son muy eficientes en la digestión de fibra de baja calidad nutricional. Poseen una eficiencia
digestiva superior a la de los caballos y los ponis al digerir forrajes altamente fibrosos como la paja.
Estas adaptaciones pueden ser beneficiosas para los burros de trabajo y les permiten prosperar con
fuentes de fibra que serían inadecuadas para caballos y ponis manejados de la misma manera. Sin
embargo, esta adaptación para sobrevivir con piensos de peor calidad puede provocar obesidad en los
burros de compañía cuando se les alimenta erróneamente de la misma manera que a los caballos y ponis.
La obesidad también es probable cuando los burros se mantienen junto con caballos o ponis y no se les
alimenta y maneja de manera diferente a sus compañeros. Un burro obeso tiene un alto riesgo de
desarrollar graves problemas de salud. La clave para la formulación de planes de manejo y dieta es la
conciencia de que los requisitos de los burros son muy diferentes a los de los caballos y los ponis. Si no
se maneja esto apropiadamente, pueden surgir problemas de salud y bienestar.
El burro debe ser alimentado con una dieta alta en fibra y baja en energía y carbohidratos no
estructurales (almidones y azúcares). La mayor parte de la dieta se suministra utilizando paja o rastrojo
(las hojas y tallos de los cultivos de campo como el maíz, el maíz o el sorgo) y se complementa con una
proporción variable de heno de calidad moderada, ensilado de heno y/o pasto según lo que esté
disponible localmente, la condición corporal del burro, la época del año y las condiciones climáticas
imperantes. Dar a los burros la oportunidad de explorar las ramas de los árboles y arbustos de forma
segura también contribuye a que puedan mostrar comportamientos de búsqueda naturales. Las
recomendaciones de alimentación se extrapolan a menudo de la nutrición de los caballos, sin embargo,
esto da lugar a una sobreestimación de las necesidades de nutrientes para el mantenimiento y para el
trabajo.
El burro debe ser alimentado con pequeñas raciones en varias tomas a lo largo de un período de 24
horas para asegurar un tiempo de masticación suficiente durante el día y la noche, ya que el sistema
digestivo del burro está adaptado a una ingesta más o menos continua de alimentos con alto contenido
de fibra. La masticación promueve la producción de saliva, que actúa como lubricante y neutraliza la
producción continua de ácido en el estómago. Para prevenir las úlceras estomacales y mejorar la salud
intestinal dependen del acceso continuo a forrajes. Se aconseja, siempre que sea posible y cuando la
salud dental de los burros lo permita, proporcionar paja ad libitum.
Una pauta para el suministro diario de forraje basto debería ser por lo menos el 1,3% del peso corporal
en materia seca (la mayor parte de la cual es normalmente paja) con un suplemento adecuado de hierba,
heno, ensilado, concentrados de fibra o paja, dependiendo de las circunstancias individuales.
El consumo de forraje se asemeja a los patrones naturales de alimentación de los burros en la medida
de lo posible. Los burros deben tener acceso a los forrajes cuando están estabulados, en los paddocks o
en el exterior sin hierba. Si el burro pasa un tiempo prolongado sin acceso a las fibras (3-4 horas),
afectará negativamente a su estado de salud general negativamente (aumentando el riesgo de cólicos,
úlceras gástricas e hiperlipemia) y puede alentar al burro a desarrollar patrones de comportamiento
anormales no deseados.
Aunque muchos burros pueden vivir con una dieta de paja complementada apropiadamente con hierba
y/o heno o ensilado con vitaminas y minerales suplementados según sea necesario, ciertos individuos,
como las burras gestantes y lactantes, los burros en crecimiento, los burros de trabajo o los burros
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mantenidos con fines de cría, tienen mayores necesidades energéticas debido a su nivel de ejercicio o a
sus necesidades de mantenimiento. Por lo tanto, es posible que necesiten ser complementados con
alimentos de mayor energía, fibra o aceite, como la alfalfa o el salvado de arroz. Esos alimentos más
energéticos deben darse en pequeñas raciones divididas a lo largo del día (por lo menos 2 ó 3 comidas
al día, dependiendo de la cantidad de alimento) y la cantidad debe ajustarse al nivel actual de trabajo
del burro. Se desaconseja el uso de alimentos a base de granos de cereal en los burros, ya que su uso
aumenta el riesgo de que desarrollen úlceras gástricas, laminitis y cólicos.
Todas las fuentes de alimentación deben ser de buena calidad higiénica y nutricional y deben
almacenarse en condiciones higiénicas: los alimentos polvorientos, mohosos o rancios deben eliminarse
siempre. El equipo de alimentación debe mantenerse limpio y colocarse de forma que se reduzca al
mínimo la contaminación.
Cualquier cambio de alimentación debe hacerse gradualmente durante un período de al menos dos
semanas.
En los alojamientos en grupo o en los paddocks deberá haber suficiente espacio para la alimentación
con el fin de evitar la competencia y la agresión entre los burros.
Se debe tener cuidado al hacer ajustes individuales del suministro diario de alimento en función de la
condición corporal del burro. Véase el Anexo 2 para las directrices de la puntuación de la condición
corporal.
7.8. Agua
La necesidad de agua de los burros depende principalmente del nivel de actividad, la temperatura
ambiente y el contenido en agua de su alimento. Los burros suelen beber entre el 5 y el 10 % de su peso
corporal diariamente. las burras lactantes y los burros con un alto nivel de actividad, como los burros
de trabajo, pueden necesitar más agua. En los hábitats naturales de los burros el agua normalmente es
escasa y está poco localizada. Esto ha provocado que los burros sean más tolerantes a la sed que los
caballos y puedan rehidratarse rápidamente sin efectos adversos. Esta tolerancia a la sed y las
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adaptaciones naturales para mantener el apetito cuando están deshidratados no deben confundirse con
una reducción de las necesidades generales de agua, que siguen siendo similares a las de los caballos.
Figura 17. Aunque los burros sean relativamente tolerantes a la sed, se les
debe proporcionar una fuente de agua limpia, apetitosa y potable.
Los burros pueden ser muy particulares a la hora de beber de fuentes de agua desconocidas o
contaminadas, lo que les lleva a tolerar una deshidratación excesiva, mientras mantienen un apetito
aparentemente normal. Esto puede predisponer a problemas de salud como el cólico por impactación.
Se debe procurar proporcionar agua limpia y sabrosa en recipientes adecuados. Además, parece que a
muchos burros no les gusta el agua muy fría y los animales geriátricos o vulnerables pueden beneficiarse
del agua más caliente en los meses de invierno para mantener niveles adecuados de hidratación.
Durante los periodos de frío, se deberán inspeccionar varias veces al día las fuentes de agua como
abrevaderos y cubos, para asegurarse de que no tienen hielo y proporcionan agua fresca.
Los burros deben tener acceso libre al agua, y en condiciones domésticas no deben permanecer sin agua
más de cuatro horas. Esto también se aplica a los burros en paddocks o en pastos. En los alojamientos
colectivos o en el pasto debe haber suficiente espacio para beber, a fin de evitar competencia y agresión
entre los asnos
8. Manejo y adiestramiento
Las personas encargadas del uso, manejo o adiestramiento de asnos deben tener los conocimientos, la
experiencia y las aptitudes adecuadas para conocer y comprender el comportamiento natural de los
asnos y sus expresiones específicas. Los burros pueden mostrar reacciones de miedo si no están
acostumbrados al contacto y la contención humana. Si solo tienen la posibilidad de interactuar con los
humanos en situaciones estresantes o dolorosas (por ejemplo, visitas del veterinario, cuidados dentales,
herrador), pueden mostrar reacciones peligrosas. El burro siempre ha tenido la reputación de ser terco
y poco obediente. Esto se debe a que a menudo muestra reticencia sin mostrar el lenguaje corporal del
caballo o el poni. La causa real del comportamiento es más probable que sea el miedo, el dolor, la falta
de motivación o la claridad de las instrucciones, más que la terquedad.
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Los burros deben ser manejados regularmente de manera delicada desde una edad temprana. Los que
han sido bien manejados, tienen más probabilidades de tener confianza y estar más motivados para
aprender cosas nuevas. Se puede entrenar a los burros para que mantengan la calma introduciéndoles
gradualmente y con suavidad elementos que puedan asustarlos. La habituación cuidadosa y delicada del
animal a vistas y sonidos extraños puede ayudar a prevenir accidentes. Los pollinos deben aprender a
ser guiados por una cabezada, a ser tocados en las distintas regiones corporales, a levantar las patas y a
permanecer tranquilos durante el recorte de cascos.
Los burros aprenden fácilmente los comportamientos más cercanos a su comportamiento natural. Los
métodos que se aplican normalmente en el entrenamiento de los burros son el refuerzo negativo y el
positivo. Los mejores resultados se obtienen con un refuerzo positivo o combinado. En el refuerzo
positivo, el burro recibe una recompensa (por ejemplo, darle un premio) inmediatamente cuando
responde correctamente. Con el fin de enseñar comportamientos más complejos, se puede recurrir a las
técnicas de modificación de conducta, que es el proceso de convertir el comportamiento final deseado,
como levantar las patas con calma, en pequeños y pasos progresivos.
Los métodos de aprendizaje inapropiados pueden tener un gran impacto negativo en el bienestar del
burro, y pueden conducir a un comportamiento agresivo o conflictivo que comprometa la seguridad de
los que manejan el animal. Además de los métodos bruscos, los métodos de adiestramiento inapropiados
también incluyen situaciones en las que el adiestrador es incoherente y da señales contradictorias al
burro. Nunca se deben dar recompensas por un comportamiento considerado inadecuado o agresivo.
La compañía de un burro tranquilo y confiado podría resultar beneficiosa cuando un burro tiene que
habituarse a un entorno desconocido, por ejemplo, al ser cargado para el transporte o frente a un objeto
novedoso, que el animal podría considerar peligroso.
El comportamiento de una mula refleja a ambos progenitores; el burro y el caballo. Las mulas pueden
ser menos tolerantes que los burros cuando se les acerca una persona desconocida, y su adiestramiento
debe comenzar desde una edad temprana para asegurar que no muestren comportamientos peligrosos
con los humanos.
9. Equipamiento
9.1. Guarnicionería, arneses, etc.
Todo el equipamiento utilizado para montar, dirigir o manejar de cualquier otra manera a un burro
(como la cabezada, la silla de montar y la cincha, la brida, el bocado, el arnés de trabajo, las botas y las
anteojeras) debe mantenerse limpio y en buen estado. Debe ajustarse correctamente para evitar
lesiones, dolor o molestia, y debe ser revisado antes de su uso. Se debe prestar especial atención a que
el equipo sea apropiado para los asnos, ya que la mayoría de los equipos diseñados para caballos y ponis
requerirán ajustes significativos para que se adapten de manera adecuada y segura en burros e híbridos
de los mismos.
Debe evitarse la restricción excesiva, por ejemplo, la presión de muserolas muy ajustadas. El uso de
serretas con protuberancias o "dientes" es altamente desaconsejado.
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Se utilizan equipos como bocados, cabezadas, fustas y riendas para proporcionar señales táctiles al
burro. Este equipo debe ser usado con cuidado y paciencia. Es responsabilidad del manipulador o del
jinete asegurarse de que tiene conocimientos suficientes sobre el equipamiento y el uso correcto del
mismo antes de aplicarlo en un burro.
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Como otros burros, es necesario satisfacer a estos animales de trabajo de sus necesidades básicas y
considerar apropiadamente su capacidad de carga de trabajo. Consulte el capítulo 7.12 de la OIE sobre
el bienestar de los équidos de trabajo para una evaluación detallada de las necesidades de bienestar del
burro de trabajo y del híbrido de burro.
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Las áreas que merecen especial atención en relación con el manejo y el bienestar de los burros en este
sector son: el manejo de las diferentes categorías de animales (es decir, de los machos, pollinos, burras
en ordeño y burras secas), la alimentación de las burras lactantes y sus pollinos y el tiempo de
separación de los pollinos de sus madres para permitir el ordeño.
Es posible que los turistas no tengan suficientes conocimientos sobre los burros para detectar
problemas de bienestar, que no vean el bienestar del burro como su responsabilidad, o que repriman
las preocupaciones sobre lo que ven porque quieren continuar sus actividades. Por lo tanto, es esencial
sensibilizar a los turistas sobre su responsabilidad en el bienestar de estos animales, asegurándose de
que las personas que cuidan de los animales tienen los conocimientos necesarios y la voluntad de
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asegurarse de que los burros no portan cargas por encima de su capacidad, que les faciliten el acceso a
sombra, agua y al descanso, y que se utilicen equipamientos de buena calidad.
Figura 22. El marcaje frío con nitrógeno líquido debe realizarse de forma
profesional.
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una mayor mortalidad de la burra y/o del pollino, por lo que la cría no debe comenzar antes de los dos
años y medio o tres. El comportamiento de celo en la burra incluye movimientos masticatorios con la
boca, orejas hacia atrás pegadas al cuello, eversión del clítoris, micción en pequeñas gotas, rebuznos, la
postura de monta y la monta entre las hembras.
Un burro entero puede llegar a cubrir de forma efectiva de 10 a 15 hembras. Existen dos estrategias de
cría: cría en pasto, donde un burro se mantiene libre en el mismo paddock con una o más burras; o cría
controlada, en la cual el macho y la hembra son manejados por personas preparadas. Se debe
proporcionar un espacio adecuado para que tenga lugar el comportamiento sexual, así como el tiempo
de reposo y ejercicio de los sementales.
Las burras deben ser siempre vacunadas regularmente de acuerdo con el protocolo de vacunas para
tener suficiente nivel de anticuerpos. La vacunación contra el Herpes Virus tipo 1 y 4 también debe ser
considerada dependiendo de la situación de la enfermedad en el lugar donde se encuentran los burros.
Los anticuerpos se transfieren al potro vía calostro (leche rica en anticuerpos disponible
inmediatamente después del parto).
Los corrales de parto podrían ser útiles para hacer frente a las dificultades que puedan surgir antes y
durante el parto. Deben ser lo suficientemente grandes para permitir el libre movimiento de la burra y
el recién nacido y para permitir la asistencia veterinaria si es necesario. La complicación de partos en
équidos es una urgencia veterinaria: el nacimiento debe ser vigilado para comprobar las etapas
normales de este y si se observa alguna anomalía durante el parto, se debe llamar a un veterinario. Los
pollinos recién nacidos deben recibir calostro de la madre en las primeras horas de vida. En caso de
rechazo del pollino, se debe obtener el calostro de la madre o de otra burra poco después del parto y
administrárselo al potro; el calostro de vaca no es lo ideal
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El destete puede ser una experiencia estresante tanto para la burra como para el pollino y se debe llevar
a cabo gradualmente. El destete no debe hacerse antes de que el pollino cumpla los seis meses de edad.
El burro destetado debe mantenerse preferiblemente en grupos con otros burros jóvenes o al menos un
burro adulto.
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Anexo 1
Glosario
A los efectos de esta guía, se utilizan las siguientes definiciones:
a) Burro entero se refiere a un macho no castrado.
b) Burra se refiere un asno hembra
c) Burdégano/a se refiere a un híbrido que es la descendencia de un caballo macho (semental) y
un asno hembra (burra).
d) Mulo/a se refiere a un híbrido que es la descendencia de un asno macho (burro entero) y una
yegua.
e) Paddock o corraleta se refiere a un recinto, donde se saca a los burros para hacer ejercicio con
o sin hierba.
f) Pasto significa una zona de tierras de cultivo con pastos, donde los burros pueden obtener todo
o parte de su suministro diario de alimento en función del tiempo que pasan en los pastos y su
calidad.
g) Bioseguridad se refiere a un conjunto de prácticas empleadas para prevenir la introducción de
organismos infecciosos en un rebaño o una manada, y su transmisión entre animales.
h) Sacrificio significa cualquier proceso inducido intencionalmente, que causa la muerte de un
animal, incluido el sacrificio de un animal para el consume humano.
i) Olfativo se refiere al sentido del olfato o el proceso de oler.
j) Separación por lesión significa una separación física temporal de un individuo lesionado para
evitar un mayor traumatismo por el contacto con otros individuos y para mantener al animal en
reposo. Para prevenir el estrés mental, el burro debe ser capaz de ver, oír y, si es posible, tener
un contacto físico parcial con otros burros.
k) Cuarentena significa un periodo de tiempo durante el cual un animal que podría tener una
enfermedad se mantiene alejado de otros animales, así la enfermedad no puede propagarse.
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Anexo 2
Índice de condición corporal
Fuentes:
- AWIN, 2015. AWIN Welfare assessment protocol for donkeys. DOI:
10.13130/AWIN_DONKEYS_2015
- The Donkey Sanctuary, 2018. The Clinical Companion of the Donkey. ISBN 978 1789013 900
El índice de condición corporal es un método estandarizado para evaluar la cantidad de grasa y músculo
en el cuerpo de un burro. La condición corporal puede verse afectada por una variedad de factores, como
la disponibilidad de alimento, actividades reproductivas, el clima, el rendimiento o las actividades de
trabajo, parásitos, problemas dentales, enfermedades o prácticas de alimentación.
Cómo evaluar
*Nota: los depósitos de grasa en el cuello y en las costillas se deben palpar cuidadosamente-los depósitos aquí no son tan
importantes si el burro tiene más de 7 años de edad o si elresto de la condición corporal es normal.
Cómo puntuar
Utilizar el Índice de Condición Corporal desarrollado por The Donkey Sanctuary. La escala se extiende
desde pobre (muy delgado) a obeso. Este sistema es usado para todas las razas de burros y para todos
sus usos.
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