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Compostaje 081800

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL
AGROINDUSTRIAL DEL TACHIRA
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION
MEDICINA VETERINARIA

Compostaje y permacultura

Autor:
Campos Contreras Adrian Arturo C.I. 19.768.814
Vega Angarita Andrea Karina C.I 21.001.174
Rivera Pineda Kevin Greicner C.I 29.985.532

San Cristóbal, noviembre de 2022


¿Qué es el compostaje?
El compostaje es una transformación de la materia orgánica en una forma
estable llamada compost. La transformación la realizan diferentes
microorganismos como bacterias, hongos, actinomicetos, entre otros. Durante
el proceso se genera agua, calor y dióxido de carbono.

El compostaje es también una forma de reducción de parásitos, patógenos y


malezas, debido a la temperatura que alcanza el proceso. Para que un
compostaje sea exitoso se necesita 3 componentes: nutrientes, agua y aire u
oxígeno. Bajo esas condiciones los micros organismos se multiplican y
proceden a degradar la materia orgánica de los residuos. La composición de
los residuos varía según su origen, la gran mayoría se componen de nitrógeno
(N) y carbono (C). Para que los micros organismos estén en las mejores
condiciones para trabajar, lo óptimo es formar una mezcla de residuos en la
cual el ratio entre la cantidad de carbono y la cantidad de nitrógeno es igual a
25.

Cuáles son sus etapas?

El proceso se divide en 3 fases:


- Mezcla de los residuos: La mezcla debe quedar suficientemente porosa
para que el aire pueda circular y aportar el oxígeno que necesitan los
microorganismos.

-Fermentación activa: Luego viene la degradación de las moléculas más


simples de los residuos. En esta etapa la temperatura aumenta mucho debido a
que las reacciones que ocurren son exotérmicas. Es necesario aportar oxígeno
a los microorganismos para que puedan seguir viviendo, además de agua para
obtener una humedad cercana al 50%. Actúan mayormente bacterias y su
duración depende de los residuos a tratar y de la técnica de compostaje
utilizada.

- Maduración: Es la última fase del proceso y consiste en la degradación de


las moléculas más complejas de los residuos como la celulosa. Acá se forman
los precursores del humus. Esta etapa es en general más lenta y necesita
menos oxígeno. Trabajan en particular actinomicetos y hongos. Luego de este
proceso el compost está listo para usar.

¿Qué residuos se pueden compostar?


Se pueden compostar los residuos vegetales de verduras, frutas, poda, carne,
huevos, bolsas de te, papel, cartón, pasto, y los residuos de comida en general.
No se puede compostar vidrio, plástico, envases, y metal. Teóricamente es
posible compostar cualquier residuo orgánico, el éxito del proceso depende de
la mezcla de residuos y la técnica. Lo que funciona mejor es mezclar distintos
residuos. También depende del uso posterior del producto.

Se ha dicho que no es posible compostar limones. Efectivamente, los limones


tienen en su cascara un aceite esencial antibacteriano que hace más lento el
proceso. Una solución es realizar el compostaje con muchos otros residuos, de
esa forma no debiera haber problema.

Materiales para elaborar un compostaje

Debemos tener claras tres ideas importantes antes de empezar:


1. Necesitaremos un compostador, donde hacer crecer nuestro compost
casero, un recipiente adecuado en el que ir añadiendo la materia prima que,
poco a poco, se convertirá en compost. Este recipiente lo podemos comprar o,
mejor todavía, construir uno propio reciclando y dando una segunda vida a
objetos que ya han cumplido su labor inicial como, por ejemplo, tiestos viejos,
palets de obra, cajas de fruta de madera, etc.

2. Nuestra mezcla de compost casero va a ir creciendo a partir de diferentes


tipos de materias primas: cáscaras de huevo, peladuras de frutas y de
verduras, pieles de patatas, ramitas, paja fresca, hierba húmeda, posos de
café… La clave está en combinar el azúcar, la celulosa y el nitrógeno de los
diferentes desechos orgánicos con el fin de preparar ese abono
orgánico que, en esencia, es el compost casero.

3. El riesgo más importante de preparar compost casero es que los


desechos se pudran y no consigamos nada más que una masa informe y
pestilente. Evitaremos ese riesgo de dos formas:

 Intercalando en capas alternas los desechos húmedos y secos.


 Ventilando periódicamente nuestra masa de compost.

paso a paso para la elaboración de un compostero

1 – Reconocé y separá los orgánicos.

Los materiales a compostar se dividen en  “húmedos” y “secos” y/o “verdes” y


“marrones”. Los primeros están conformados por cáscaras de frutas y
verduras,  restos de té, yerba y café, flores, plantas y hojas verdes. Entre los
“secos” encontramos, principalmente, papel sin tinta, hojas, flores y restos de
poda (ya secos), cáscaras de huevo, fósforos usados, pelos, uñas y tierra.

Es muy importante no agregar a una compostera domiciliaria restos de carnes,


materia fecal, pañuelos o gasas usados, aceites, ni lácteos. Estos residuos,
aunque son orgánicos, al ser más complejos en su composición, son más
difíciles de descomponer y pueden dar lugar a la aparición de malos olores o
patógenos en nuestra compostera.
2-  Incorporalos por capas.

Una  de las técnicas más recomendadas para el compostaje doméstico


consiste en colocar los materiales por “capas”. Esta metodología nos permite
llevar un control de la variedad y cantidad de residuos que estamos
compostando, lo cual hace más simple lograr el porcentaje ideal: 50% verdes y
50% marrones (en volumen).

De esta forma, empezamos incorporando un “piso”  de residuos secos,


formando una capa de dos o tres centímetros de espesor. Una vez alcanzado
este volumen,  continuamos colocando  la misma cantidad de “húmedos” y así
sucesivamente, hasta llenar la compostera.

3 – Asegurá humedad y entrada de aire.

Para que el compost se desarrolle de manera óptima es necesario garantizar


que la pila o mezcla tenga buena oxigenación y humedad. Estos dos elementos
resultan determinantes y son condición para llegar a cosechar tu compost.

Por esta razón, es muy importante colocar la compostera en un espacio


ventilado y, a la vez, protegido del sol directo que podría secar demasiado los
materiales. Si la entrada de aire no es suficiente, podemos hacer algunos
orificios extra a mano.  Y, para asegurar la cantidad de agua necesaria, se
recomienda regar la compostera día por medio.

4- Cortar en pedacitos, tapar y remover.

A fin de acelerar el tiempo de descomposición que tienen los materiales


orgánicos,  se sugiere trozar los elementos. Si  podemos picarlos o cortarlos en
pedacitos, que no superen los dos centímetros  de diámetro, estaremos
ayudando a los microorganismos a realizar su trabajo.

Además, es buena  idea mantener la compostera tapada (para evitar la llegada


de las pequeñas “mosquitas de la humedad”) y remover la mezcla, al menos
una vez por semana. De esta forma, vamos a encontrar que el compost se
madura de manera homogénea, rápido y sin ocasionar molestias.

6- Incorpora lombrices californianas. 


Las lombrices californianas son las estrellas del compost y están altamente
recomendadas ya que humifican la pila, devolviéndonos un producto mucho
más rico y nutritivo.  La lombrices californianas son las agricultoras del
compost. Lo que ellas hacen es aumentar varias veces la cantidad de bacterias
en el compost, acelerando la descomposición de los residuos orgánicos.

Si vamos a utilizar lombrices, no podemos olvidar que ellas necesitan también


algunos cuidados fundamentales como oscuridad y humedad. Además, como
suelen reproducirse muy rápido, debemos estar preparados para trasladar
parte de la población a una nueva compostera o regalarlas a algún amigo
compostador. El tiempo total de maduración del compost va a depender de la
época del año y la atención que le demos al proceso. Se estima que tres
meses en verano y cinco meses en temporadas más frías son períodos
normales para obtener muy buenos resultados y cosechar un rico fertilizante
natural que mejore la salud de nuestra tierra y plantas.

¿Qué aporte hace al medioambiente la compostación?

Compostar los residuos orgánicos permite evitar su disposición final en un


relleno sanitario, donde los residuos se encuentran sin oxígeno por lo que
realizan una fermentación anaeróbica que produce metano, gas de efecto
invernadero que va hacia la atmósfera. El proceso de compostaje no produce
metano, sí dióxido de carbono, el cual es un gas efecto invernadero 21 veces
menos contaminante que el metano. En resumen, el compostaje permite
disminuir la producción de gas efecto invernadero.

¿Cuáles son los beneficios del compost, el producto final?


El compost enriquece los suelos, ya que les entrega directamente materia
orgánica y nutrientes. Asimismo, mejora su textura con lo que las raíces
pueden crecer más fácilmente, aumenta la retención de agua en el suelo,
haciendo más eficiente su uso, lo que permite disminuir los riegos y el uso de
fertilizantes químicos susceptibles de provocar daños a las reservas de aguas
profundas.
El compost recupera suelos degradados para que vuelvan a ser productivos.
Se puede utilizar incluso en encapsulamiento de relaves mineros, plantando
vegetación endémica sobre los pasivos ambientales.

También se utiliza en viveros y plantaciones de cultivos como los arándanos.


Existe soluciones para que la planta crezca en bolsas rellenas con un compost
especialmente desarrollado como  sustrato idóneo para su crecimiento. Eso
permite utilizar suelos de mala calidad, ya que el arbusto no se planta
directamente en la tierra, sino que en las bolsas con compost.

Importancia del manejo del compost


La importancia del compost radica en que se reutilizan y valorizan los
materiales orgánicos que producimos en nuestro hogar o en emprendimientos;
y que esa materia orgánica estable, libre de patógenos y semillas de malezas
puede contribuir a la recuperación de suelos degradados, se puede incorporar
a la producción hortícola y ornamental, sirve de sustrato para plantines de
viveros u hongos comestibles, también sirve como biorremediación y control
biológico.

Para cada contexto hay que observar las condiciones precisas y necesarias al
buen desarrollo del compost. Se puede realizar tanto en un hogar como en un
establecimiento agrícola- ganadero. Posiblemente, el compostaje es una de las
aristas necesarias para lo que llamamos reciclaje, que tiene importancia
urgente para el tratamiento integral de residuos y, en la actualidad.

Permacultura, sus fundamentos y beneficios


La Permacultura es la creación y desarrollo de ecosistemas humanos
sostenibles, basados en un uso eficiente de los recursos de ecosistemas
agrícolas, integrando paisajes, energía y todo tipo de necesidades, materiales y
no materiales. No es un método fijo, sino un “modo de acción” que toma en
cuenta la biodiversidad de cada ecosistema y trata de garantizar un desarrollo
humano cultural, productivo y consecuente, promoviendo la vida en diferentes
formas. La idea clave de la permacultura es la cooperación entre las personas,
y la integración del paisaje y el medio ambiente, superando el concepto
competencia. Este modelo de agricultura natural fue teorizado en los años
1970 por los australianos Bill Mollison (biólogo), y David Holmgren (ensayista).
El término permacultura significaba inicialmente “agricultura permanente” , pero
fue rápidamente entendida como “cultura de permanencia”, porque los
aspectos sociales eran parte integral de un sistema verdaderamente
sostenible. La Permacultura es sostenibilidad, una forma de vivir y de sentir la
naturaleza que nos rodea, restaurando los desgastes producidos en la
naturaleza, y generando recursos de una manera sostenible para un beneficio
mutuo entre la especie humana y el planeta que habitamos. La Permacultura
puede llevarse a cabo en cualquier lugar, y en todo momento, en la ciudad y en
el campo, desde un pequeño huerto a una gran plantación, etc. La clave está
en adoptar responsabilidades. A modo de ejemplo, hay muchas posibilidades
en los balcones, patios, y jardineras en las ventanas, así como desarrollo de
grupos de acción, cooperativas de consumo, reciclaje de basuras,
organizaciones o grupos para dar uso a terrenos no explotados, plantación de
árboles y diferentes cultivos. La creatividad y la imaginación pueden desarrollar
la Permacultura de una forma prácticamente ilimitada.
La permacultura se divide en diferentes ramas: el diseño ecológico, el diseño
ambiental, la ingeniería ecológica, la construcción y la gestión integrada de
recursos hídricos. Esta última se autodiversifica en arquitectura sostenible y
sistemas agrícolas. En cuanto a los tipos de permacultura, nos encontramos
con una rural, que puede contribuir a una mejor conservación de recursos
como el agua y los suelos fértiles en las áreas rurales, y una urbana, con una
permacultura aplicada a las casas y ciudades, con el objetivo de rediseñar
estos espacios para generar un impacto positivo.
La permacultura, además, se rige por tres principios éticos básicos:
 El cuidado de la Tierra: lo que predomina es la conservación del suelo,
así como de los bosques y el agua.
 El cuidado de las personas: se hace referencia al cuidado de la propia
persona y de los otros, por lo que se ha de procurar satisfacer las
necesidades básicas a partir de los recursos existentes.
 La repartición justa: mediante una repartición justa, se redistribuyen los
excedentes, de modo que los residuos deben reciclarse
adecuadamente, con el fin de devolverlos al ecosistema de nuevo.

Entre los objetivos de la Permacultura, está el fomento de sistemas que sean


económicamente viables y sostenibles a largo plazo, saludables para los
habitantes de las superficies que los forman, que satisfagan las necesidades
humanas, que respeten el medio ambiente, y hagan un uso racional de los
recursos. En los parámetros de la Permacultura, la sostenibilidad de un sistema
se mide en función de que la energía producida sea superior a la consumida,
que mantenga un equilibrio entre la creación y la destrucción de bosques, el
reciclaje y producción de nutrientes.
Los productos que pueden generar un valor positivo para la Permacultura,
pueden venir de muchos elementos, desde setas que pueden desarrollarse en
terrenos no cultivados, en muebles rústicos, en uso de carbones vegetales para
la energía calórica, hasta el reciclaje del agua, con su recolección y
almacenamiento, recogiendo el agua procedente de nevadas, de la lluvia,
recuperando usos y tradiciones de la agricultura convencional. En el ámbito de
la energía, lo ideal es aprovechar la que aporta el viento, mientras la energía
solar puede captarse en paneles fotovoltaicos en los tejados de viviendas, o
infraestructuras de paneles en extensiones no cultivables. Como estamos
viendo, la creatividad es libre.

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