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ETICA

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ISIMA

DOCENTE: Jose Ramon Moreno Luna

ALUMNA:Lucia Hernandez Delgado

MATERIA: Etica Pedagogica

ÉTICA
La ética es un factor de influencia de vital importancia para garantizar la fidelidad de
los acontecimientos, el respeto a la verdad y la confianza en las ciencias, que de
respetarse repercutirá en toda la obra posterior que tenga como referentes teóricos
estos aportes distorsionados. Circunstancias no ajenas a las investigaciones
educativas, que por estar estrechamente relacionadas con una sensible esfera del
desarrollo social como lo es el proceso educativo adquiere singular importancia,
situándose en un escaño superior a otros tipos de investigaciones de acuerdo a lo
manifestado por Espinoza (2020a), y donde la integridad científica pasa a ser un
especial punto de interés para los especialistas e investigadores; por lo que la
observancia de los principios éticos es la base fundamental para la ejecución de la
actividad investigativa en la búsqueda de soluciones y alternativas a los problemas
relacionados con el ámbito educativo. Sin embargo, el respeto ético a la integridad
científica y académica se acrecienta cada vez más en todos los ámbitos de la
ciencia, lo que preocupa a los miembros de la comunidad científica, quienes buscan
consenso y alternativas para abordar este problema. En particular los académicos y
pedagogos encargados de la formación de los futuros profesionales están
enfrascados en el diseño e implementación de estrategias adecuadas para desde la
práctica educativa desarrollar competencias que permitan mitigar este problema y
sus consecuencias Antes de proceder a cualquier análisis es preciso establecer la
noción de ética y su presencia en el ámbito de las investigaciones educativas. La
ética está presente en cualquier ámbito de la vida del ser humano, es un aspecto
inherente a sus obligaciones morales; es el resultado de la praxis moral desde el
inicio de la historia humana y como tal, está sujeta a las normas imperantes en la
sociedad en un momento histórico concreto. Luego la ética puede ser entendida
como un constructo social que regula la conducta de los individuos en un contexto
dado. Para Sánchez (2009), “la ética constituye el modelo referencial de la moral; es
el patrón universal al que se remiten y con el que se conforman los distintos códigos
morales” (p. 17. Esta se enfoca en el estudio de las acciones humanas como acto
moral relacionado con el sistema de valores éticos del individuo y los códigos
morales de la sociedad, así como, la repercusión de su aplicación tanto en el plano
personal como social. Según Abreu (2017), la ética está relacionada con las
obligaciones del hombre y es sinónimo de filosofía moral. Las acciones del ser
humano son cuestionables y punto de partida del ejercicio reflexivo sobre el hecho
moral que constituyen, quiere esto decir, que todo acto parte del concepto moral que
el sujeto tenga, de ahí que estas acciones puedan ser calificadas de “malas” o
“buenas”, “correctas” o “incorrectas”, según los códigos existentes, lo cual justifica la
adopción de uno u otro sistema moral.

La doctrina ética evalúa la conducta del individuo y establece juicios de su


comportamiento, al poner en práctica con su accionar el sistema de valores éticos
aprendidos en el trascurso de la vida y las normas establecidas por la sociedad o
grupo al cual pertenece; entonces, en este orden de ideas se puede hablar de la
ética en las investigaciones científicas, como el conjunto de valores puestos en
función del proceso investigativo, al ser un asunto relativo al comportamiento y
responsabilidad del investigador. Aspectos que adquieren un matiz particular en el
ámbito pedagógico, donde la actuación del investigador involucra a los estudiantes,
razón que exige de él un comportamiento estrictamente ético, puesto que su
proceder constituye ejemplo de referencia para la formación integral de sus
educandos. Asimismo, se requiere de sólidos conocimientos y valores éticos por
parte del investigador, toda vez que, “la investigación educativa, son acciones
sistemáticas con objetivos propios, que apoyados en un marco teórico o en uno de
referencia, en un esquema de trabajo apropiado y con un horizonte definitivo,
describen, interpretan la realidad educativa, organizando nuevos conocimientos”
(Pinto & Sanabria, 2010, p. 2); “verdad” que es analizada e interpretada desde el
bagaje científico, epistémico y axiológico del que dispone, lo cual le confiere un
cierto grado de subjetividad a los hallazgos, que si bien su sesgo puede ser
minimizado con la aplicación de diferentes procedimientos y métodos como la
triangulación de datos, siempre estará la impronta de quien investiga, de aquí la
importancia del cumplimiento de los principios éticos de las investigaciones
científicas. Principios básicos y valores éticos de las investigaciones científicas. La
integridad científica no es más que la aplicación consciente y coherente de
principios básicos y valores éticos en la consecución y difusión del conocimiento, así
lo manifiestan Matos & Espinoza (2015).
El respeto a la integridad científica está presente en cuatro esferas de la
investigación.
la primera es relativa a la planificación, recolección, manejo, conservación,
procesamiento, análisis, calidad y divulgación de la información.
La segunda, está relacionada con la autoría y el proceso de revisión presente en
las prácticas de algunos medios de divulgación para la publicación.
Una tercera esfera es la asesoría, que en el ámbito educativo se establece entre el
investigador (docente) y los estudiantes y por último, la colaboración mediada por la
responsabilidad en el cumplimiento de las tareas asignadas a los colaboradores.
Ahora bien, para poder comprender en toda su magnitud el daño que causa la falla
ética a la integridad de las investigaciones científicas, es necesario el conocimiento
de los principios básicos que rigen esta actividad: a) la universalidad de la ciencia;
b) el rol de la ciencia en el ámbito de la comunidad científica y social; y c) el carácter
de objetividad, duda y contingencia de las verdades alcanzadas durante el proceso
investigativo.

a) La universalidad de la ciencia.

Las investigaciones científicas deben abordar problemas a los cuales la ciencia aún
no ha dado respuesta. Es un fallo ético retomar un problema ya resuelto
anteriormente 336 UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD | Revista Científica de la
Universidad de Cienfuegos | ISSN: 2218-3620 Volumen 12 | Número 4 | Julio -
Agosto, 2020 para adaptarlo a un contexto particular y presentarlo como una
solución original.

b) El rol de la ciencia en el ámbito de la comunidad científica y social.


La investigación científica perdería su esencia si las metodologías empleadas y los
resultados científicos obtenidos no son divulgados y compartidos con el resto de la
comunidad científica, quien podrá comprobar la valides de los mismos. El
reconocimiento científico está mediado por la ética predominante en un momento
dado, lo que puede convertirse en un escollo para el avance de la ciencia. No son
pocos los ejemplos que así lo demuestran, entre ellos el descubrimiento del agente
trasmisor de la fiebre amarilla por Carlos Juan Finlay, quien por más de 20 años
tuvo que sufrir el rechazo de su teoría y el posterior y eventual intento de robo de su
hallazgo, por mezquinos intereses, por sólo citar un caso. Sobre el papel de la
ciencia en el ámbito social, basta decir que los resultados de la investigación
científica tienen como principal destinatario a la sociedad; su aplicación en la praxis,
busca la superación de los problemas y satisfacción de las necesidades de la
humanidad. De igual forma, los investigadores son parte de la sociedad de la cual
se nutren y retroalimentan, a la vez que establecen relaciones mutuamente
beneficiosas desde el posicionamiento científico, ético y educativo.

c) El carácter de objetividad, duda y contingencia de las verdades alcanzadas


durante el proceso investigativo.

El proceso investigativo está conducido paradójicamente a través de un camino


subjetivo de dudas, escepticismo, incertidumbres y desconfianzas que han de irse
despejando hasta llegar a la objetividad y verdad científica (contingente y relativa,
que se transforma con los nuevos descubrimientos), siempre bajo la más estricta
imparcialidad (actitud del investigador que permite mantenerse libre de ideologías y
perjuicios ante la conclusión final), de otra forma sería un atentado a la ética. Razón
más que suficiente para que el investigador atesore valores éticos, entre los cuales
debe estar presente, la honestidad, la responsabilidad, la justicia, el compromiso
con la verdad, la perseverancia y la confianza. Además, debe tener un pensamiento
flexible, reflexivo, crítico y abierto al cambio y nuevas ideas, libre de desviaciones y
dispuesto a la rendición de cuentas. Como ya hemos apuntado, la ética es un factor
ineludible en cualquier ámbito y más en aquellos que están relacionados
directamente con el ser humano. El sector educativo debe ser privilegiado por la
actuación ética del investigador, de ello depende no sólo el desarrollo personal del
estudiante, también implica el beneficio de la sociedad, por ser éstos los principales
destinatarios de los resultados obtenidos en el proceso investigativo. De aquí la
necesidad de una sólida formación ética de los pedagogos, quienes desde su
magisterio son los responsables de diseñar e implementar investigaciones que
permitan el perfeccionamiento y transformación del proceso de enseñanza y
aprendizaje como vía para la constante búsqueda de la calidad educativa, así como,
de la divulgación y generalización de los resultados. Esta formación ética del
profesorado está mediada por los fundamentos epistémicos, metodológicos y
normativos concernientes a la moral y los valores, la que pone en práctica en la
consecución de la formación integral del educando.
Únicamente mediante una sólida formación ética del investigador y, del
conocimiento y cumplimiento de las normas establecidas que regulan el proceso
indagatorio, podrá evadir los constantes conflictos éticos que se presentan en la
praxis investigativa (Carrera, González & Coiduras, 2016), más cuando se trata de
investigaciones que involucran a las personas como objeto de estudio. Las
investigaciones educativas al realizarse con seres humanos se fundamentan en los
principios de respeto, beneficencia (no maleficencia) y justicia establecidos en el
Informe Belmont (United States. Department of Health, Education, and Welfare,
1979) y sobre los cuales emanan normas particulares de la actividad investigativa
educativa con el propósito de garantizar la ética. Principio de respeto. Se relaciona
con la voluntariedad de las personas a participar en un estudio; la cual debe partir
del conocimiento por parte del sujeto de los propósitos, beneficios y posibles riesgos
de la investigación.

Principio de beneficencia.

La nación de beneficencia está dada por la obligación de brindar protección a los


participantes contra cualquier perjuicio. Principio que orientan al investigador en el
cumplimiento de dos normas:

1) no causar ningún tipo de daño y 2) maximizar los beneficios minimizando los


posibles daños. Principio de justicia. Es relativo a la distribución equitativa entre la
carga y los beneficios.

La no aplicación de este principio puede generar injusticia, ocasionando que


algunos disfruten de los beneficios mientras que otros son excluidos sin razón
alguna. Posteriormente en el 2010, en la segunda Conferencia Mundial sobre
Integridad en la Investigación, se propusieron cuatro principios básicos para
salvaguardar la 337 UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD | Revista Científica de la
Universidad de Cienfuegos | ISSN: 2218-3620 Volumen 12 | Número 4 | Julio -
Agosto, 2020 integridad de las investigaciones:
1) Honestidad en todos los aspectos de la investigación;
2) Responsabilidad en la ejecución de la investigación;
3) Cortesía profesional e imparcialidad en las relaciones laborales
4) Buena gestión de la investigación en nombre de otros que garantice la
confidencialidad (World Conference on Research Integrity, 2010).

Igualmente, asociaciones relacionadas con las investigaciones educativas como la


American Educational Research Association (AERA) y la British Educational
Research Association (BERA), establecen principios y normas éticas para las
buenas prácticas investigativas. En tal sentido, la American Educational Research
Association (2011), establece que los principios básicos para la actividad
investigativa en el ámbito educativo son: competencia profesional, responsabilidad
profesional, científica y académica, respeto por los derechos, la dignidad y la
diversidad e integridad investigativa. Por su parte, la British Educational Research
Association (2011), considera que las investigaciones relacionadas con el ámbito
educativo deben cumplir con una ética de respeto a las personas, al conocimiento, a
los valores democráticos, a la calidad del proceso investigativo y a la libertad
académica. De esta forma y a modo de resumen, se pueden considerar entre los
principios de la actividad investigativa en el contexto educativo, respeto, honestidad,
responsabilidad, integridad, imparcialidad, justicia, beneficencia, confidencialidad y
competencia profesional.
No obstante, a la existencia de estos principios a los cuales deben ajustarse las
investigaciones educativas en la práctica se evidencian problemas o fallos éticos. Es
reconocido por los estudiosos del tema el incremento en los últimos años de fallos
éticos en los procesos investigativos en el ámbito educativo, lo que conlleva a
establecer cuáles son estos problemas éticos. Diversos autores como Abreu (2017);
Paz (2018), han realizado estudios sobre la deshonestidad académica,
identificando: • Problemas éticos respecto a los participantes. Esta falencia ética
está dada por el incumplimiento en las investigaciones educativas del principio ético
del respeto, quebrantando la autonomía de los participantes. • Problemas éticos en
el desarrollo del trabajo.

Estos están dados por los errores cometidos, tanto involuntaria como
intencionalmente en la planificación, desarrollo y/o divulgación de los resultados. Lo
que es provocado por la toma incorrecta de decisiones que se apartan de los
principios éticos que rigen la actividad o por el uso incorrecto de metodologías y
procesamiento de la información.
Problemas éticos del propio investigador. Son los errores inherentes a la falta de
valores éticos del investigador educativo, que puede conducirlo al fraude,
manipulando los datos e información para cumplir con las expectativas puestas en
los resultados.

• El plagio. Es uno de los problemas éticos más frecuentes, y que ocasiona más
daño a la labor científica. Está dado por la apropiación parcial o total de las ideas o
resultados de otros autores sin su debido reconocimiento. • Empleo de datos falsos.
Es un problema ético que guarda estrecha relación con los problemas éticos del
investigador. Los datos falsos ocasionan la vulneración de los resultados y la falta
de veracidad de las conclusiones. De igual forma, Díaz & Segado (2016), señalan
problemas éticos presentes en la socialización de los resultados, a saber: la
fabricación y falsificación de datos, el plagio, conflictos de intereses, conflictos
relativos a la autoría y consideraciones por el uso de personas. La fabricación y
falsificación de datos. Este problema se expresa a través de la falaz presentación de
los datos producto a la distorsión u omisión de éstos, por ser contraproducentes con
los resultados esperados.
El plagio. Este problema ético se presenta en la divulgación de los resultados de
una investigación, cuando el investigador copia textualmente un documento o parte
de éste (plagio literal), se cambian algunas palabras por sinónimos o se altera su
orden (plagio parcial) y la publicación en más de una ocasión de un mismo
documento o datos (réplica o duplicación). También existe plagio, cuando se omite
la autoría, no se emplean adecuadamente el entre comillado, o no se especifican las
páginas de la fuente original (Espinoza, 2020a). Conflicto de intereses. El conflicto
de intereses se presenta cuando existen relaciones personales entre los
participantes en el proceso de publicación (autor, árbitro o editor) o cuando entran
en contraposición los intereses propios del investigador y el carácter ético de la
investigación; como pueden ser los incentivos económicos o la filiación política o
religiosa. Conflictos de autoría.
En toda investigación en la cual participan varios investigadores, debe existir una
contribución intelectual significativa de cada uno, lo que amerita su inclusión en el
documento de divulgación (artículo, ensayo, tesis, etc.). Consideraciones por el uso
de personas. En todo trabajo investigativo se deben respetar los derechos de los
participantes. Frecuentemente se emplea el “consentimiento • Incumplimiento de los
principios éticos en la actividad científico-investigativa. Estos dos últimos aspectos
relacionados con la formación ética son un campo de estudio de las investigaciones
educativas que atañen en particular a las carreras pedagógicas; pero no sólo con la
intención de procurar solución a las falencias y limitaciones observadas, además, su
puesta en práctica con la participación activa de los estudiantes servirán de
alternativa para el fomento de los valores éticos.

Desafortunadamente, la literatura consultada da fe de las insuficientes


investigaciones realizadas relativas a este campo, a pesar del interés creciente por
especialistas y pedagogos. No obstante, los resultados de los estudios realizados
coinciden en significar que la práctica investigativa ceñida a los principios éticos que
la rigen, además de conducir a resultados confiables y válidos, impactan en la vida
personal y profesional del investigador, desarrollando en ellos una ética que
trasciende el plano académico e investigativo para convertirse en hábitos de la vida
cotidiana.
Por otra parte, han determinado que el cumplimiento de los principios éticos
contribuyen no sólo al enriquecimiento actitudinal del futuro docente, también se
logra su desarrollo en la esfera cognitiva y procedimental, lo que se traduce en
conocimientos, habilidades, métodos, procedimientos, técnicas y competencias
éticas (valoración, autovaloración, responsabilidad, respeto a la diferencia y
diversidad, decisión y resiliencia), todos puestos en función de estrategias
investigativas y a la creatividad de las prácticas educativas en el logro de una
educación de calidad.
Estos estudios evidencian que la incorporación de los estudiantes a los proyectos
investigativos de los docentes e instituciones escolares, tributan al desarrollo en
ellos de competencias investigativas y para la divulgación de los resultados; lo que
sin lugar a dudas, repercute en una mejor formación del egresado, ocasionando “un
círculo virtuoso entre las prácticas de investigación y la formación de
investigadores”. (Yurén, Saenger & Roja, 2014

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