Trabajo Diplo PATRICIO ALEXIS CONTRERAS SANCHEZ
Trabajo Diplo PATRICIO ALEXIS CONTRERAS SANCHEZ
Trabajo Diplo PATRICIO ALEXIS CONTRERAS SANCHEZ
La inteligencia artificial sin duda ha revolucionado desde hace algunos años la ciencia,
generando avatares de preguntas, que van desde la autonomía de estas, la capacidad de
las mismas, sus límites, sus costos, miedos, entre otros. En relación a su uso y lo difuso de
sus fronteras en relación a los efectos que tiene, es que haré un esbozo breve pero
preciso.
Creo que la inteligencia artificial (IA) presenta, al igual que muchas tecnologías a lo largo
de nuestra Historia, ventajas como el hecho de automatizar procesos, hacernos más
eficientes, ayudarnos a evitar tiempo, una generación de datos para fluir rápido en las
decisiones (y el capital), teniendo en cuenta algo basal, y es que esta nace de la economía
de plataformas y lo digital. En definitiva representan una etapa más de la “revolución
industrial”. Siempre hemos querido ahorrar tiempo en definitiva a lo largo de la Historia.
Siempre en economía se dice que los limitantes definitivos son el tiempo y la información
y que, como seres corpóreos, todo nos limita a estar en solo un lugar a la vez. Contra eso
en, cierto sentido, es que la IA está avanzando. Un impacto en la economía (mercado
laboral), en el cambio climático, en educación, en salud (enfermedades) en tantos
ámbitos. Probablemente en materia de ciudad, creo que representa los mayores
beneficios dado que permitirá un mayor ordenamiento y agilidad, eficiencia, bienestar.
Sin embargo, depende de quienes sean capaces de utilizarla, y “de nuevo” viene el tema
de la gestión política/ética: el problema sería qué ocurre si se equivocan, y en qué niveles
de situaciones se equivocan (relevantes, delicadas, qué tipo de jerarquía social )y quienes
son quienes la gestionan. Y, como todo “recurso”, generará otro peligro más de polarizar
la sociedad entre quienes acceden a ella y quienes no (brecha)
Me interesa eso sí aplicar la reflexión en un punto bien concreto. Tal como en algun
momento de clases se discutió brevemente, pensemos lo que ocurre con la IA en el caso
de la seguridad. Pensemos recientemente en el caso de la Universidad de Chicago y la
Policia de Chicago. ¿Qué está ocurriendo? La Universidad de Chicago empleando IA
ocupan un algoritmo que vaticina con cerca de un 90% el acometimiento de un crimen en
la urbe. Nature Human Behavior ya señaló que esto se está probando en otras ciudades
del país del tio Sam. Eso suena una herramienta interesante. Pero el punto es, cuanta
ponderación le daremos a la IA. ¿Cuánta autonomía le daremos? ¿Bastará con los datos?
Incluso he estado leyendo que en Japón hay “candidatos” (sí, candidatos) en la política
que en realidad no son seres humanos.
Si ni siquiera sabemos bien absolutamente cómo funciona nuestro cerebro, difícil será
entender la inteligencia artificial. De un lado creo que es peligroso se invada nuestra
privacidad. Se crea además una burbuja que afecta la democracia, finalmente cuando
pinchamos o vemos, algo se crea inmediatamente un disfrute de algo que vamos
parcelando y nos va alienando. Sin dudas será importante discutir qué ocurre en materia
de neuroderechos, propiedad, privacidad, etc. Y que haya competencia y no un monopolio
de la generación de la misma. Asi como surgió el “Estado de Bienestar”, en el futuro creo
deberá surgir un “Estado de inteligencia artificial”, que regule todo lo anterior, porque de
lo contrario, en cuanto a competencia, ciberseguridad, errores por acaparar mercados,
ente otros tantos, se podría generar una crisis, como tantas en la Historia. Después de
todo, ya los celulares nos atraparon. La IA está en ellos, de cierta manera. Los celulares
son solo el vehículo. Creo que más adelante cambiará el vehículo, simplemente pero la
inteligencia artificial ya está acá. Un peligro concreto, sería que caigamos en los miedos
que son casi una crónica de una muerte anunciada: suplir la creatividad, el sentimiento, la
pregunta por la conciencia, ceder en la generación de leyes, creernos dioses y dar forma y
poder a droides y hacerlos casi humanos: sinceramente creo que lo mejor es que no se
parezcan a los seres humanos. Para ello se requiere prospectiva, cautela, sabiduría. Eso es
irremplazable. Primero más que la IA y su peligro, en el futuro, es el presente el que está
en riesgo, si no creamos profesionales adecuados y personas que tengan empatía,
paciencia, templanza. La IA puede ser muy buena, pero debemos preocuparnos de que las
personas no crezcan vacías, con sed de venganza, envidia, corrupción, y tantas más que
pueden hacer a la IA peligrosa, devastadora, terrorífica: ya tenemos suficiente con las
enfermedades mentales de la actualidad, y muchos vacíos humanos pueden ser
“llenados” con esta sensación de seguridad. Si “somos inteligentes” la inteligencia
artificial solo será un “fuego artificial” y no la vida entera. En síntesis, creo que representa
un peligro si la humanidad deja de ser “humana”, (suena extraño lo que digo, lo se),
“humanitaria”. Los beneficios son mayores. El miedo es más al presente en lo que somos y
nos estamos volviendo. Aún es posible ser más “humanos”/”humanitarios”, antes de que
entreguemos todo a la IA. El peligro es que no estemos preparados para manejarla:
necesitamos ser mejores personas antes. La tecnología no puede superar (no debe)
superar la emotividad.