America Buen Lugar Maturo
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Maturo, Graciela. “América, el buen lugar” [en línea]. Stylos, 13 (2004). Disponible en:
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AMERICA, EL BUEN LUGAR
GRACIELA MATURO'
por moviles politicos y asentada en la dudosa doctrina del buen salvaje, y la critica a
una Europa cansada y desviada del destino humanista, conducida hacia una etapa
progresivamente mas cientffica y tecnificada.
Figura inexcusable en el desarrollo del tema que nos hemos propuesto es Antonio
de LeOn Pinelo, autpr de una obra titulada E/ Paraiso en e/ Nuevo Mundo. Recordare
que los hermanos LeOn Pinelo, Antonio, Juan y Diego, luminarias de la vida colonial,
pertenecian a una familia portuguesa de judios conversos, como -se sabe hoy- muchos
de los peninsulares que vinieron desde Espana 0 Portugal. Uno de sus abuelos, Juan
Lopez, fue quemado por la Inquisicion de Lisboa. La familia paso de Portugal a
Espana, y en Valladolid habria nacido Antonio en 1595, aunque no falta quien diga
que era oriundo de Lisboa como sus padres. Las persecuciones a la familia,
repeticiamente acusada de relapso, determinaron el viaje al Rio de la Plata y luego a
Cordoba del Tucuman, donde nacio el menor de los hermanos.
todas SUS horas a escribir sobre el Nuevo Mundo, al que dio siempre este nombre.
Vivio sus ultimos aiios en Madrid, admirado y respetado como maxima autoridad en
asuntos americanos, y cultivo la amistad de Lope de Vega y del mexicano Ruiz de
Alarcon. Murio en 1660. Produjo Antonio de Leon buena cantidad de obras, que 10
califican como geografo, historiador, escritor y bibliografo. Galardonado con el titulo
de Cronista Mayor de Indias, nuestro primer bibliografo escribio obras importantes
como la Recopilacion de las Leyes de las Indias y la Epitome de la Biblioteca
Oriental y Occidental (1629), que hemos conocido aiios atras en la pulcra edicion
critica de Agustin Millares Carlo. En la importante tarea de recopilar y depurar la
legislacion indiana, Pinelo fue auxiliado por otro eminente jurista de la epoca, Juan de
Solorzano Pereira, autor de Politica Indiana
Pinelo trabaja varios aiios en esta obra, cuyo manuscrito en dos volfunenes,
seglin la Epitome, debio parar en la biblioteca de Barcia. Se sabe que de esta curiosa
obra Uego a publicar el fndice y "aparato" en 1656, seglin 10 ha consignado Juan
Larrea, y esto ha dado origen a datos confusos sobre la publicacion de todo ellibro.
Las fuentes mas conocidas de Pinelo son G6mara, Oviedo, Herrera, Acosta y el
Inca, pero cita tambien a un autor que se desconoce, y es Felipe de Pamanes, cuya
obra Notables del PerU esm registrada en su Epitome. Porras Barrenechea se refiere
asi allibro de Pinelo: "La obra consta de dos partes: una de disquisici6n y dialectica
pura, barroquismo mental y sutileza quintaesenciada de filosofos y ge6grafos antiguos;
y la otra, realidad viva y esplendorosa, visi6n radiante de un Nuevo Mundo visto con
los lentes de hiperbole de un cosm6grafo saturado de textos medievales".
Comienza esta obra monumental por el examen de una serie de hipotesis sobre la
ubicaci6n terrenal del Eden, las que son desechadas una por una con el apoyo de
in~das argumentaciones. Este tema ocupa el libro primero de los tres que
conforman el primer tomo. En ellibro segundo, considera y justifica las opiniones a
favor del Nuevo Mundo como lugar del Paraiso Terrenal. EI Arca de Noe, construida
en America, habria navegado de un continente a otro y asi 10 desarrolla tambien el·
libro que Ie sigue.
Tambien se dan en este mapa algunos nombres de las regiones y sus habitantes.
La region correspondiente al Norte del Brasil, Colombia y Venezuela se rotula:
Habitatio hominum y la costa del Pacifico Habitatio filiorum Dei. Es posible ver en
esto un reflejo del viejo tema de las puertas de la tierra, una reservada a los hombre:;,
otra a los dioses, tema que proviene del Antro de las Ninjas. Finalmente apuntare que
en las tierras del Peru figura dibujada el Arca de Noe, construida en el Mundo Nuevo
para ser luego llevada al resto del planeta..
Antonio de Leon Pinelo atribuye a Cristobal Colon el haber instaurado esta idea
del Eden, de antigua data, al reconocer el territorio americano, y menciona a otros
cronistas que 10 continuaron: Francisco Lopez de Gomara, Martin del Rio, Antonio de
Herrera, Juan de Solorzano, Joseph de Acosta, Fray Tomas de Maluenda, Laurencio
Beierluic ...
Juan Larrea, poeta penetrado del espiritu autenticamente surrealista, y por ello
capaz de aceptar realidades sobrenaturales que se superponen a las realidades
historicas, es quien ha otorgado a la obra de Leon Pinelo su estatuto poetico, mas alla
de la erudicion con que ha sido construido. Recordare, por si no fuera suficientemente
conocido, que el poeta espafiol vivio largos afios en la ciudad argentina de Cordoba,
donde murio en julio de 1980. Habia fundado en la Universidad de Cordoba el
Instituto del Nuevo Mundo, y asimismo el Aula Vallejo, donde canalizaba su
magisterio poetico-vivencial.
Lo notable en el poeta espanol es el modo casi natural con que acepta la imagen
paradisiaca del Nuevo Mundo y la incorpora a su propio pensamiento. Larrea practica
una operaci6n sobre esta ubicaci6n del Paraiso en America. La extrae de su aparente
condici6n de pasado, cientificamente demostrable 0 no, y Ie devuelve su caracter
mitico, intemporal, proyectandola al futuro. AI mismo tiempo aporta una justificaci6n
psicol6gica y teol6gica para esta razon imaginaria que -afmna- viene a compensar la
indigencia terrenal del hombre, dando sentido a sus pasos en la historia:
Observa Larrea: " ...Son muy numerosas las obras en que se refleja un mismo
aflin de encontrar explicaciones, de establecer nexos entre la lIamada revelaci6n
sobrenatural y esta otra revelaci6n revolucionaria de la historia, con su aporte de
presencias incontrovertibles" (Juan Larrea, en "Antonio de Le6n Pinelo; EI Paraiso en
America", 1943, p. 75) "...1a clara inteligencia de Le6n Pinelo y su tendencia al orden
y a ]a c]asificaci6n recogi6 todos los datos concordantes que Ia tradici6n religiosa y los
nuevos conocimientos Ie brindaban, someti610s a una trabaz6n rigurosa agrupados en .
series de coincidencias acusadas por ]a necesidad de comprender el todo de un modo
unitario" (p. 76)
Las fuentes mas conocidas de Pinelo son: Gomara, Oviedo, Herrera y el Inca,
pero cita tambien a un autor que se desconoce, y es Felipe de Pomanes, cuya obra
Notables del Peru esta registrada en su Epitome. Larrea justifica la utopia en la
tension inevitable que surge entre la temporalidad y la etemidad. "Los ojos nostalgicos
del hombre dejan de volverse hacia atras para mirar delante de el, en el sentido de su
marcha que asi se hace funcional, afirmativa y sin obstaculos. Bajo estos
determinantes se plasma el mito de un mundo futuro mas perfecto, el cual, cuando
toma cuerpo en una realidad de orden material, asume la especie de tierra prometida,
y cuando vencida aquella y vista su insuficiencia, 10 hace en una realidad de orden
espiritual, se proyecta mas alla de los confmes de la vida historica para corporizarse
no en la dimension longitudinal del tiempo sino en la altitudinal del destiempo 0 la
etemidad. De este modo se fragua la creencia en el mas alla celeste correspondiente a
la etemidad del alma que informa la religiones occidentales" (Larrea, 1943, p. 81).
En el Introito de la obra Marechal entrega algunas c1aves del libro (MG p. 25).
La Rapsodia Primera despliega el caracter del personaje y se detiene en sus nombres
(el Autodidacta. el Oscuro de Flores). EI plan de Megaf6n incluye el rescate del poeta
Samuel Tesler, en figura significativa, que sera esencial a la obra. En la Segunda
Rapsodia el heroe constata a su patria (encarnada en la Ciudad) como una realidad
vaciada. condenada a la perdida de su identidad. Este es el eje del mensaje
marechaliano, preparar la salvaci6n de sus connacionales sumidos en el pecado y el
olvido.
Samuel Tesler, hip6stasis de Jacobo Fijman que estuvo treinta anos de su vida
intemado en un manicomio, es presentado en la obra como deuteragonista, e inserta
en la obra distintos textos como Teoria y practica de la catastroje (Rapsodia IV) de
que se vale el autor para propagar su mensaje apocaliptico. En medio de una sucesi6n
de profecias sobre el Diluvio y el Fin de la Historia, Tesler expone su concepto sobre
la Trinidad (MG, p. 141) y el Hijo como manifestador (p. 142), temas que serlin
retomados al fmal dellibro. Otros momentos profundizan tambien la vision critica de.
los tiempos, por ejemplo el texto Nacimiento, pasion y muerte del transitivo Nadie, en
la Rapsodia Sexta, 0 las referencias a la Autopsia de Creso. una obra marechaliana
del ano 1966, en la Septima.
Entre alusiones a trajes, disfraces, etc. que acenruan el tono farsesco, Megaf6n y
sus compaiieros planean el rescate de la Venus Celeste: Lucia Febrero. Megaf6n,
nuevo Teseo, debenillegar al fondo del Lenocinio 0 "quilombo ecumenico", aventura
que se despliega en la Novena Rapsodia. El heroe y sus nueve camaradas entran a la
Espiral, dividida en cinco estancias. Tifoneades es Dedalo, custodio de la Espiral
Laberinto, Mundo, Caracol de Venus, donde hallan sucesivamente a falsas
representantes de la belleza, hasta el fmal encuentro con Lucia Febrero, la cautiva. En
la barroca representaci6n del triunfo de los heroes coincidente con el fm de los
tiempos se producira la muerte de Megaf6n y su despedazamiento simb6lico de
acuerdo al mito de Dionisos. La ultima rapsodia agrega un plus al desarrollo
narrativo, y un refuerzo al mensaje redentorista: es el show montado por el poeta
Tesler, con la complicidad de Leopoldo Marechal, su partenaire y empresario,
incluido en la obra.
fmal de la Historia hace seguir el Nuevo Genesis, que tiene como protagonista
profundo a Cristo manifestador, aludido en sus personajes Megaf6n y el poeta Tesler,
judio converso. Lo interesante en Marechal es haber planteado el descenso mismo como
posibilidad purgativa ascendente. Es la proftmdizaci6n estoica del vivir en el mundo el
camino propuesto por el autor, con su sentido de aceptacion del destino, mortificaci6n
espiritual, y redencion.
Marechal ha producido un mensaje que es legitimo leer como profecia para estos
tiempos de oscuridad, especialmente cuando se advierte que este mismo movimiento
se ha producido en toda una novelistica. Es una sefial individual y colectiva que marca
En ese panorama cabe preguntarse que lugar ocupan las comunidades mestizas
latinoamericanas, este pequeno universo de que hablaba Simon Bolivar, con su tiempo
propio, su historicidad lenta y envolvente, su peculiar manera de entrelazar la fe y la
razon. La circunstancia historica siempre defme el rumbo de la reflexion con una
prisa acuciante. Es este el momento de pensar en el hombre, en su supervivencia, su
destino, su condicion de hombre realmente humano sabre la tierra; pero todo pensar
genuino es un pensar situado, que se hace cargo de su propia historicidad. Es la hora
de pensar a America y pensar desde America, desde nuestra insoslayable identidad
Algunos filosofos del ultimo siglo transcurrido, muy escuchados por intelectuales
de este lade del mundo, nos han dicho que los mitos han caducado. Pretendieron
clausurar, al mismo tiempo, el mito, la narracion y la Historia. Sin embargo, para
Esto merece ser expJicado un poco mas para no dar lugar a confusiones: la
historia y el estudio de la cultura nos permiten afrrmar que la cultura mestiza
americana se reafrrma en el mito sin rechazar el trabajo de la ciencia y la tecnica. Por
eso hablamos de una America no- oriental ni totalmente occidental. La America
latina, hispanica, lusitana, indigena, africana, mestiza, es clave del nuevo humanismo
que no podria crearse sobre la destruccion del Occidente, ni tampoco sobre el olvido
del Oriente.
Por supuesto no es esta la linica posicion que toma la filosofia de la ultima mitad
del siglo ante el mito. Partiendo de una parcial interpretaci6n de la E 1t0Xll
fenomenol6gica, y del concepto de destruccion 0 deconstruccion utilizado por Martin
Heidegger, un grupo de fil6sofos que se titularon posmodemos auspiciaron la
abolici6n del mito, negando la cultura, el sentido y tambien el sujeto. Con ello
inevitablemente cayeron en la negaci6n de la historia como constructo de sustentaci6n
etico-mitica. Su gesto se transform6 en clausura de un futuro posible para la
humanic;lad, condenada a vivir el vaciamiento de los relatos-guias en un presente
dominado por la cibemetica. ·Michel Foucault, Jacques Derrida, Jacques Lacan;
Roland Barthes, Gilles Deleuze, y otros intelectuales marcados, en los anos sesenta,
por el descubrimiento del microchip, dieron por terminada la era del logos, la
vigencia de los grandes relatos, en suma, el imperio del mito como nucleo semantico
de la cultura y de la historia.
Subrayo el hecho de que tal revitalizacion no fue en modo alguno una instancia
folklorica 0 repetitiva sino que configuro una etapa singularmente lucida y
autoconsciente. De esta conciencia de identidad han emergido tambien, en sucesivas '
oleadas de expansion, unajilosojla latinoamericana, una teoria y una critica literaria
latinoamericanas, que para ser tales deben necesariamente hacerse cargo del ethos
humanista del subcontinente.
BIBLIOGRAFIA
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americano". Boletin Bibliogr4fico, Biblioteca de la Universidad de San Marcos
de Lima, ano VI, vol. III, nO 5, sept. 1928, pp.212-222.
RESUMEN
ABSTRACf
In this paper we try to study the subject of American utopia, to which we prefer
to give the name of eutopia, because it considers America 'a good place.' Particularly
we study, e. g., Antonio de Leon Pinelo (17th century); in the 20th century, the
Spanish Juan Larrea and the Argentinian Leopoldo Marecha!.