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MARCO NORMATIVO NACIONAL SOBRE PROPIEDAD INTELECTUAL

I.- Quién es autor?

1.1.Se considera autor a la persona natural que crea alguna obra


literaria, artística o científica. No obstante, las personas jurídicas se podrán
beneficiar de la protección que otorga la Ley en determinados casos que están
previstos en la misma.

Se presumirá autor, salvo prueba en contrario, a quien aparezca como


tal en la obra, mediante su nombre, firma o signo que lo identifique. Cuando
la obra se divulgue en forma anónima o bajo seudónimo o signo, el ejercicio
de los derechos de propiedad intelectual corresponderá a la persona natural o
jurídica que la saque a la luz con el consentimiento del autor, mientras éste no
revele su identidad.

Los derechos sobre una obra que sea resultado unitario de la


colaboración de varios autores corresponden a todos ellos. Para divulgar y
modificar la obra se requiere el consentimiento de todos los coautores. En
defecto de acuerdo, el Juez resolverá. Una vez divulgada la obra, ningún
coautor puede rehusar injustificadamente su consentimiento para su
explotación en la forma en que se divulgó. A reserva de lo pactado entre los
coautores de la obra en colaboración, éstos podrán explotar separadamente
sus aportaciones, salvo que causen perjuicio a la explotación común. Los
derechos de propiedad intelectual sobre la obra en colaboración corresponden
a todos los autores en la proporción que ellos determinen. Si no tienen nada
previsto, se aplican a estas obras las reglas establecidas en el Código Civil
para la comunidad de bienes.

Se considera obra colectiva la creada por la iniciativa y bajo la


coordinación de una persona natural o jurídica que la edita y divulga bajo su
nombre y está constituida por la reunión de aportaciones de diferentes autores
cuya contribución personal se funde en una creación única y autónoma, sin
que sea posible atribuir separadamente a cualquiera de ellos un derecho sobre
el conjunto de la obra realizada. Salvo pacto en contrario, los derechos sobre
la obra colectiva corresponden a la persona que la edita y divulga bajo su
nombre.

Y, por último, se considera obra compuesta la obra nueva que


incorpora una obra preexistente sin la colaboración del autor de esta última,
sin perjuicio de los derechos que a éste corresponden y de su necesaria
autorización. La obra que constituye creación autónoma se considera
independiente, aunque se publique juntamente con otras.

II.- Que es objeto de propiedad intelectual.

Es objeto de propiedad intelectual todas las creaciones originales o


derivadas.

Son originales las creaciones literarias, artísticas o científicas


expresadas por cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente
conocido o que se invente en el futuro, comprendiéndose entre ellas:

a.- Los libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y


alocuciones, conferencias, informes forenses, explicaciones de cátedra y
cualesquiera otras obras de la misma naturaleza.

b.- Las composiciones musicales, con o sin letra.

c.- Las obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías, las


pantomimas y, en general, las obras teatrales.

d.- Las obras cinematográficas y cualesquiera otras obras


audiovisuales.

e.- Las esculturas y las obras de pintura, dibujo, grabado, litografía y


las historietas gráficas, tebeos o comics, así como sus ensayos o bocetos y las
demás obras plásticas, sean o no aplicadas.

f.- Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y


de ingeniería.
g.- Los gráficos, mapas y diseños relativos a la topografía, la geografía y,
en general, a la ciencia.

h.- Las obras fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a


la fotografía.

i.- Los programas de ordenador.

El título de una obra, cuando sea original, también queda protegido


como parte de ella.

Son Obras derivadas y también son objeto de propiedad intelectual:

1.º Las traducciones y adaptaciones

2.º Las revisiones, actualizaciones y anotaciones.

3.º Los compendios, resúmenes y extractos.

4.º Los arreglos musicales.

5.º Cualesquiera transformaciones de una obra literaria, artística o


científica.

Son objeto de Propiedad Intelectual las colecciones de obras ajenas,


como las antologías, y las de otros elementos o datos que por la selección o
disposición de las materias constituyan creaciones intelectuales, sin perjuicio,
en su caso de los derechos de los autores de las obras originales.

No son objeto de propiedad intelectual las disposiciones legales o


reglamentarias y sus correspondientes proyectos, las resoluciones de los
órganos jurisdiccionales y los actos, acuerdos, deliberaciones y dictámenes de
los organismos públicos, así como las traducciones oficiales de todos los textos
anteriores.

III.- Cual es su contenido, esto es, ¿qué clases de derechos de autor


existen?
La propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica
corresponde al autor por el solo hecho de su creación y está integrada por
derechos de carácter personal o moral y patrimonial o de naturaleza
económica, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho
exclusivo a la explotación de la obra, sin más limitaciones que las
establecidas en la Ley. Son derechos independientes, compatibles y
acumulables con la propiedad y otros derechos que tengan por objeto la cosa
material a la que está incorporada la creación intelectual y con los derechos de
propiedad industrial que puedan existir sobre la obra.

A) Corresponden al autor como DERECHOS MORALES los siguientes


derechos irrenunciables e inalienables:

1º.- Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma.

2º.-Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo


seudónimo o signo, o anónimamente.

3º.-Exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra.

4º.-Exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier


deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga
perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación.

5º.- Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y


las exigencias de protección de bienes de interés cultural.

6º.-Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones


intelectuales o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los
titulares de derechos de explotación. Si, posteriormente, el autor decide
reemprender la explotación de su obra deberá ofrecer preferentemente los
correspondientes derechos al anterior titular de estos y en condiciones
razonablemente similares a las originarias.

7º.- Acceder al ejemplar único o raro de la obra, cuando se halle en


poder de otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o cualquier otro que
le corresponda. Este derecho no permitirá exigir el desplazamiento de la obra y
el acceso a la misma se llevará a efecto en el lugar y forma que ocasionen
menos incomodidades al poseedor, al que se indemnizará, en su caso, por los
daños y perjuicios que se le irroguen.

Al fallecimiento del autor, el ejercicio de los derechos mencionados en


los apartados 3.º y 4.º corresponden, sin límite de tiempo, a la persona natural
o jurídica a la que el autor se lo haya confiado expresamente por disposición
de última voluntad. En su defecto, el ejercicio de estos derechos corresponderá
a los herederos. Si estas personas no existen, o se ignora su paradero, el
Estado, las Comunidades Autónomas, las Corporaciones locales y las
instituciones públicas de carácter cultural estarán legitimados para ejercerlos.

B) Corresponden al autor como DERECHOS PATRIMONIALES el


derecho exclusivo de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial,
los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y
transformación, que no podrán ser realizadas sin su autorización, salvo en los
casos previstos en la Ley de Propiedad Intelectual.

1.- Derecho de Reproducción.

Se entiende por reproducción la fijación de la obra en un medio que


permita su comunicación y la obtención de copias de toda o parte de ella.

2.- Derecho de Distribución.

Se entiende por distribución la puesta a disposición del público del


original o copias de la obra mediante su venta, alquiler, préstamo o de
cualquier otra forma.

Cuando la distribución se efectúe mediante venta, en el ámbito de la


Unión Europea, este derecho se extingue con la primera.

Se entiende por alquiler la puesta a disposición de los originales y


copias de una obra para su uso por tiempo limitado y con un beneficio
económico o comercial directo o indirecto. Quedan excluidas del concepto de
alquiler la puesta a disposición con fines de exposición, de comunicación
pública a partir de fonogramas o de grabaciones audiovisuales, incluso de
fragmentos de unos y otras, y la que se realice para consulta in situ.

Se entiende por préstamo la puesta a disposición de los originales y


copias de una obra para su uso por tiempo limitado sin beneficio económico o
comercial directo ni indirecto, siempre que dicho préstamo se lleve a cabo a
través de establecimientos accesibles al público. No existe beneficio económico
o comercial directo ni indirecto cuando el préstamo efectuado por un
establecimiento accesible al público dé lugar al pago de una cantidad que no
exceda de lo necesario para cubrir sus gastos de funcionamiento.

3.- Derecho de Comunicación pública.

Se entiende por comunicación pública todo acto por el cual una


pluralidad de personas puede tener acceso a la obra sin previa distribución de
ejemplares a cada una de ellas. No se considera pública la comunicación
cuando se celebra dentro de un ámbito estrictamente doméstico que no está
integrado o conectado a una red de difusión de cualquier tipo.

Especialmente, son actos de comunicación pública:

a) Las representaciones escénicas, recitaciones, disertaciones y


ejecuciones públicas de las obras dramáticas, dramático-musicales, literarias
y musicales mediante cualquier medio o procedimiento.

b) La proyección o exhibición pública de las obras cinematográficas y


de los demás audiovisuales.

c) La emisión de cualesquiera obras por radiodifusión o por cualquier


otro medio que sirva para la difusión inalámbrica de signos, sonidos o
imágenes

d) La radiodifusión o comunicación al público vía satélite.

e) La transmisión de cualesquiera obras al público por hilo, cable, fibra


óptica u otro procedimiento análogo, sea o no mediante abono.

f) La retransmisión, por cualquiera de los medios citados en los


apartados anteriores y por entidad distinta de la de origen, de la obra
radiodifundida.
g) La emisión o transmisión, en lugar accesible al público, mediante
cualquier instrumento idóneo, de la obra radiodifundida.

h) La exposición pública de obras de arte o sus reproducciones.

i) El acceso público a bases de datos de ordenador por medio de


telecomunicación, cuando éstas incorporan o constituyen obras protegidas.

 En el caso de titulares que no hubieran encomendado la gestión de sus


derechos a una entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual, los
mismos se harán efectivos a través de la entidad que gestione derechos de la
misma categoría. Cuando existiere más de una entidad de gestión de los
derechos de la referida categoría, sus titulares podrán encomendar la gestión
de estos a cualquiera de las entidades. Los titulares gozarán de los derechos y
quedarán sujetos a las obligaciones derivadas del acuerdo celebrado entre la
empresa de retransmisión por cable y la entidad en la que se considere hayan
delegado la gestión de sus derechos, en igualdad de condiciones con los
titulares de derechos que hayan encomendado la gestión de los mismos a tal
entidad. Asimismo, podrán reclamar a la entidad de gestión sus derechos.

4.- Derecho de Transformación.

La transformación de la obra comprende su traducción, adaptación y


cualquier otra modificación en su forma de la que se deriva una obra
diferente.

Los derechos de propiedad intelectual de la obra resultante de la


transformación corresponden al autor de esta última, sin perjuicio de los
derechos del autor de la obra preexistente.

La cesión de los derechos de explotación sobre sus obras no impide al


autor publicarlas reunidas en colección escogida o completa.

5.- Derecho de participación.

Los autores de obras de arte gráficas o plásticas, tales como los


cuadros, collages, pinturas, dibujos, grabados, estampas, litografías,
esculturas, tapices, cerámicas, objetos de cristal, fotografías y piezas de vídeo
arte, tendrán derecho a percibir del vendedor una participación en el precio de
toda reventa que de las mismas se realice tras la primera cesión realizada por
el autor. Los ejemplares de obras de arte objeto de este derecho que hayan
sido realizados por el propio autor o bajo su autoridad se considerarán obras
de arte originales. Dichos ejemplares estarán numerados, firmados o
debidamente autorizados por el autor. El derecho de participación se reconoce
al autor de la obra y a sus derechohabientes tras la muerte o declaración de
fallecimiento y se aplicará a todas las reventas en las que participen, como
vendedores, compradores o intermediarios, profesionales del mercado del arte
tales como salas de venta, salas de subastas, galerías de arte, marchantes de
obras de arte y, en general, cualquier persona física o jurídica que realice
habitualmente actividades de intermediación en este mercado, excepto que la
obra que haya sido comprada por una galería de arte directamente al autor,
siempre que el período transcurrido entre esta primera adquisición y la
reventa no supere tres años y el precio de reventa no exceda de 10.000 euros
excluidos impuestos.

El derecho de participación de los autores nacerá cuando el precio de la


reventa sea igual o superior a 800 euros, excluidos los impuestos, por obra
vendida o conjunto concebido con carácter unitario. El importe de la
participación que corresponderá a los autores estará en función de los
siguientes porcentajes:

a) El 4 % de los primeros 50.000 euros del precio de la reventa.

b) El 3 % de la parte del precio de la reventa comprendida entre


50.000,01 y 200.000 euros.

c) El 1 % de la parte del precio de la reventa comprendida entre


200.000,01 y 350.000 euros.

d) El 0,5 % de la parte del precio de la reventa comprendida entre 350.000,01 y


500.000 euros.

e) El 0,25 % de la parte del precio de la reventa que exceda de 500.000 euros.
En ningún caso el importe total del derecho podrá exceder de 12.500 euros.
 El derecho de participación es inalienable, irrenunciable, se transmitirá
únicamente por sucesión mortis causa y se extinguirá transcurridos setenta
años a contar desde el 1 de enero del año siguiente a aquel en que se produjo
la muerte o la declaración de fallecimiento del autor y se hará efectivo a través
de las entidades de gestión que notificarán al titular del derecho cuya gestión
haya sido cedida que se ha hecho efectivo el pago, en el plazo máximo de un
mes desde que este haya tenido lugar y liquidarán el importe debido al titular,
en concepto de derecho de participación, en el plazo máximo de un año a
contar desde el momento del pago, salvo que en dicho plazo el titular reclame
la liquidación, en cuyo caso esta se efectuará en el mes siguiente a la
reclamación y cuando el derecho de participación se refiera a una obra creada
por dos o más autores, su importe se repartirá por partes iguales entre los
autores de dicha obra, salvo pacto en contrario.

6.- Derecho de compensación equitativa por copia privada.

La reproducción de obras divulgadas en forma de libros o


publicaciones, de fonogramas, videogramas o de otros soportes sonoros,
visuales o audiovisuales, realizada mediante aparatos o instrumentos técnicos
no tipográficos, exclusivamente para uso privado, no profesional ni
empresarial, sin fines directa ni indirectamente comerciales, originará una
compensación equitativa y única, dirigida a compensar adecuadamente el
perjuicio causado a los sujetos acreedores como consecuencia de las
reproducciones realizadas al amparo del límite legal de copia privada. Dicha
compensación se determinará para cada modalidad en función de los equipos,
aparatos y soportes materiales idóneos para realizar dicha reproducción,
fabricados en territorio español o adquiridos fuera de este para su distribución
comercial o utilización dentro de dicho territorio.

Los acreedores son los autores de las obras señaladas en el apartado


anterior, explotadas públicamente en alguna de las formas mencionadas en
dicho apartado, conjuntamente y, en los casos y modalidades de reproducción
en que corresponda, con los editores, los productores de fonogramas y
videogramas y los artistas intérpretes o ejecutantes cuyas actuaciones hayan
sido fijadas en dichos fonogramas y videogramas y será irrenunciable para los
autores y los artistas intérpretes o ejecutantes.
Los deudores del pago de la citada compensación son los fabricantes en
España, en tanto actúen como distribuidores comerciales, así como los
adquirentes fuera del territorio español, para su distribución comercial o
utilización dentro de este, de equipos, aparatos y soportes materiales.

Y serán responsables solidarios del pago de la compensación los


distribuidores, mayoristas y minoristas, que sean sucesivos adquirentes de los
mencionados equipos, aparatos y soportes materiales, con respecto de los
deudores que se los hubieran suministrado, salvo que acrediten haber
satisfecho efectivamente a estos la compensación.

La determinación de la cuantía de la compensación equitativa se


calculará sobre la base del perjuicio causado a los sujetos acreedores como
consecuencia de las reproducciones realizadas y para ello se tendrán en
cuenta, al menos, los siguientes criterios objetivos:

1.º La intensidad de uso de los equipos, aparatos y soportes


materiales, para lo que se tendrá en cuenta la estimación del
número de copias realizadas al amparo del límite legal de
copia privada.

2.º La capacidad de almacenamiento de los equipos,


aparatos y soportes materiales, así como la importancia de la
función de reproducción respecto al resto de funciones de
aquellos.

3.º El impacto del límite legal de copia privada sobre la venta


de ejemplares de las obras, teniendo en cuenta el grado de
sustitución real de estos por las copias privadas realizadas y
el efecto que supone que el adquirente de un ejemplar o
copia original tenga la posibilidad de realizar copias
privadas.

4.º El precio de la unidad de cada modalidad reproducida.

5.º El carácter digital o analógico de las reproducciones


efectuadas al amparo del límite legal de copia privada, o la
calidad y el tiempo de conservación de las reproducciones.
6.º La disponibilidad, grado de aplicación y efectividad de las
medidas tecnológicas.

7.º Las cuantías de la compensación equitativa por copia


privada que resulte de aplicación en otros Estados miembros
de la Unión Europea siempre que existan bases homogéneas
de comparación.

No darán origen a una obligación de compensación aquellas situaciones


en las que el perjuicio causado al titular del derecho de reproducción haya
sido mínimo.

IV.- Cuánto duran los derechos de explotación, esto es, ¿Cuándo nace y
cuándo se extingue el derecho de autor?

El derecho de autor sobre la propiedad intelectual de su obra nace en


el mismo momento de su creación, sin que sea necesario que medie un acto de
reproducción, comunicación pública, distribución o transformación y duran
toda la vida del autor y setenta años después de su muerte. A partir de ese
momento, pasan a dominio público y pueden ser utilizados libremente.

En cambio, los derechos de explotación reconocidos a los artistas


intérpretes o ejecutantes, a los productores de fonogramas y a los
productores de las grabaciones audiovisuales tendrán una duración de
cincuenta años, computados desde el día 1 de enero del año siguiente al de la
interpretación o ejecución. No obstante, si dentro de dicho período, se publica
o se comunica lícitamente al público, por un medio distinto al fonograma, una
grabación de la interpretación o ejecución, los mencionados derechos
expirarán a los cincuenta años computados desde el día 1 de enero del año
siguiente a la fecha de la primera publicación o comunicación pública, si ésta
es anterior. Si la publicación o comunicación pública de la grabación de la
interpretación o ejecución se produjera en un fonograma, los mencionados
derechos expirarán a los setenta años computados desde el día 1 de enero del
año siguiente a la fecha de la primera publicación o comunicación pública, si
ésta es anterior.
Asimismo, los derechos de explotación reconocidos a las entidades de
radiodifusión durarán cincuenta años, computados desde el día 1 de enero
del año siguiente al de la realización por vez primera de una emisión o
transmisión.

En cuanto a las fotografías, tendrán una duración de veinticinco años


computados desde el día uno de enero del año siguiente a la fecha de
realización de la fotografía o reproducción.

En cuanto al autor de la edición de obras inéditas que estén en


dominio público y sean divulgadas lícitamente, tendrá sobre ella veinticinco
años desde la divulgación lícita.

En los casos de bases de datos puestas a disposición del público, el


plazo de protección expirará a los quince años, contados desde el 1 de enero
siguiente a la fecha en que la base de datos hubiese sido puesta a disposición
del público por primera vez.

V.- Qué límites tiene la propiedad intelectual. ¿Cuáles son los límites del
derecho de autor?

En ocasiones, el derecho de autor puede entrar en colisión con otro


derecho reconocido como irrenunciable: el del acceso a la información y a la
cultura. Por ello, la ley española de propiedad intelectual impone algunos
límites al ejercicio de los derechos de autor, con el fin de conciliar el interés
particular del autor para que su obra sea reconocida y remunerada con el
interés general del público a conocer dicha obra.

Así, es posible utilizar una obra original sin autorización del autor,
dentro del marco de condiciones que señalan las leyes, en:

 Citas y reseñas

 Trabajos sobre temas de actualidad

 Utilización de bases de datos

 Obras situadas en vías públicas, como parques, paseos y similares.


 Préstamos en bibliotecas, fonotecas, hemerotecas, filmotecas y museos
de “titularidad pública o integrados en instituciones de carácter cultural
o científico”

 Con fines de investigación

 Parodias, etc.

VI.- Cómo se transmiten los derechos de propiedad intelectual?

1.- “Mortis causa” por cualquiera de los medios admitidos en derecho.

2.- "Inter vivos” quedando limitada la cesión al derecho o derechos


cedidos, a las modalidades de explotación expresamente previstas y al tiempo
y ámbito territorial que se determinen.

La falta de mención del tiempo limita la transmisión a cinco años y la


del ámbito territorial al país en el que se realice la cesión. Si no se expresan
específicamente y de modo concreto las modalidades de explotación de la obra,
la cesión queda limitada a aquella que se deduzca necesariamente del propio
contrato y sea indispensable para cumplir la finalidad del mismo.

Es nula la cesión de derechos de explotación respecto del conjunto de


las obras que pueda crear el autor en el futuro y las estipulaciones por las que
el autor se compromete a no crear alguna obra en el futuro y no alcanza a las
modalidades de utilización o medios de difusión inexistentes o desconocidos al
tiempo de la cesión.

Los autores menores de dieciocho años y mayores de dieciséis, que


viven de forma independiente con consentimiento de sus padres o tutores o
con autorización de la persona o institución que los tengan a su cargo, tienen
plena capacidad para ceder derechos de explotación.

Toda cesión debe formalizarse por escrito. Si, previo requerimiento


fehaciente, el cesionario incumple esta exigencia, el autor podrá optar por la
resolución del contrato. La cesión otorgada por el autor a título oneroso le
confiere una participación proporcional en los ingresos de la explotación, en la
cuantía convenida con el cesionario.

Puede estipularse, no obstante, una remuneración a tanto alzado para


el autor en los siguientes casos:

 Cuando, atendida la modalidad de la explotación, existe


dificultad grave en la determinación de los ingresos o su
comprobación sea imposible o de un coste desproporcionado con
la eventual retribución.

 Cuando la utilización de la obra tiene carácter accesorio respecto


de la actividad o del objeto material a los que se destinen.

 Cuando la obra, utilizada con otras, no constituye un elemento


esencial de la creación intelectual en la que se integra.

 En el caso de la primera o única edición de las siguientes obras


no divulgadas previamente, tales como Diccionarios, antologías y
enciclopedias, Prólogos, anotaciones, introducciones y
presentaciones, Obras científicas, Trabajos de ilustración de una
obra, Traducciones y Ediciones populares a precios reducidos.

Si en la cesión a tanto alzado se produce una manifiesta desproporción


entre la remuneración del autor y los beneficios obtenidos por el cesionario,
aquél puede pedir la revisión del contrato y, en defecto de acuerdo, acudir al
Juez para que fije una remuneración equitativa, atendidas las circunstancias
del caso. Esta facultad puede ejercitarse dentro de los diez años siguientes al
de la cesión.

La cesión en exclusiva debe otorgarse expresamente con este carácter


y atribuye al cesionario, dentro del ámbito de aquélla, la facultad de explotar
la obra con exclusión de otra persona, comprendido el propio cedente, y, salvo
pacto en contrario, las de otorgar autorizaciones no exclusivas a terceros.
Asimismo, le confiere legitimación, con independencia de la del titular cedente,
para perseguir las violaciones que afecten a las facultades que se le han
concedido. Esta cesión constituye al cesionario en la obligación de poner todos
los medios necesarios para la efectividad de la explotación concedida, según la
naturaleza de la obra y los usos vigentes en la actividad profesional, industrial
o comercial de que se trate. El cesionario en exclusiva puede transmitir a otro
su derecho con el consentimiento expreso del cedente. En defecto de
consentimiento, los cesionarios responden solidariamente frente al primer
cedente de las obligaciones de la cesión. No es necesario el consentimiento
cuando la transmisión se lleva a efecto como consecuencia de la disolución o
del cambio de titularidad de la empresa cesionaria.

El cesionario no exclusivo queda facultado para utilizar la obra de


acuerdo con los términos de la cesión y en concurrencia tanto con otros
cesionarios como con el propio cedente. Su derecho es intransmisible.

Las autorizaciones no exclusivas concedidas por las entidades de


gestión para utilización de sus repertorios son, en todo caso, intransmisibles.

La transmisión al empresario de los derechos de explotación de la


obra creada en virtud de una relación laboral se rige por lo pactado en el
contrato, debiendo éste realizarse por escrito. A falta de pacto escrito, se
presume que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva.

Salvo estipulación en contrario, los autores de obras reproducidas en


publicaciones periódicas conservan su derecho a explotarlas en cualquier
forma que no perjudique la normal de la publicación en la que se hayan
insertado. El autor puede disponer libremente de su obra, si ésta no se
reproduce en el plazo de un mes desde su envío o aceptación en las
publicaciones diarias o en el de seis meses en las restantes, salvo pacto en
contrario. La remuneración del autor de las referidas obras puede consistir en
un tanto alzado.
Los derechos de explotación de las obras protegidas en esta Ley pueden
ser objeto de hipoteca, pero no son embargables, sólo lo son sus frutos o
productos, que se consideran como salarios, tanto en lo relativo al orden de
prelación para el embargo, como a retenciones o parte inembargable.

El adquirente de la propiedad del soporte a que se ha incorporado la


obra no tiene, por este solo título, ningún derecho de explotación sobre esta
última. No obstante, el propietario del original de una obra de artes plásticas
o de una obra fotográfica tiene el derecho de exposición pública de la obra,
aunque ésta no haya sido divulgada, salvo que el autor hubiera excluido
expresamente este derecho en el acto de enajenación del original. En todo
caso, el autor puede oponerse al ejercicio de este derecho, mediante la
aplicación, en su caso, de las medidas cautelares previstas en esta Ley,
cuando la exposición se realice en condiciones que perjudican su honor o
reputación profesional.

VII.- A través de qué medios se trasmiten?

1º.- Contrato de edición

Por el contrato de edición el autor o sus derechohabientes ceden al


editor, mediante compensación económica, el derecho de reproducir su obra y
el de distribuirla. El editor se obliga a realizar estas operaciones por su cuenta
y riesgo en las condiciones pactadas y con sujeción a lo dispuesto en esta Ley.

Las obras futuras no son objeto del contrato de edición regulado en esta
Ley.

El contrato de edición deberá formalizarse por escrito y expresar en todo


caso:

1.º.- Si la cesión del autor al editor tiene carácter de exclusiva.

2.º.- Su ámbito territorial.

3.º.- El número máximo y mínimo de ejemplares que tendrá la edición o cada


una de las que se convengan.
4.º.- La forma de distribución de los ejemplares y los que se reservan al autor,
a la crítica y a la promoción de la obra.

5.º.- La remuneración del autor.

6.º.- El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la única o


primera edición, que no puede exceder de dos años contados desde que el
autor entregue al editor la obra en condiciones adecuadas para realizar la
reproducción de la misma.

7.º.- El plazo en que el autor debe entregar el original de su obra al editor.

Es nulo el contrato no formalizado por escrito, así como el que no


exprese los extremos exigidos en los apartados 3.º y 5.º. La omisión de los
extremos mencionados en los apartados 6.º y 7º produce acción a los
contratantes para compelerse recíprocamente a subsanar la falta. En defecto
de acuerdo, lo hace el Juez atendiendo a las circunstancias del contrato, a los
actos de las partes en su ejecución y a los usos.

Cuando se trata de la edición de una obra en forma de libro, el


contrato debe expresar, además, los siguientes extremos:

A) La lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra.

b) El anticipo a conceder, en su caso, por el editor al autor a cuenta de sus


derechos.

c) La modalidad o modalidades de edición.

La falta de expresión de la lengua o lenguas en que ha de publicarse la


obra sólo da derecho al editor a publicarla en el idioma original de la misma.
Cuando el contrato establezca la edición de una obra en varias lenguas
españolas oficiales, la publicación en una de ellas no exime al editor de la
obligación de su publicación en las demás. Si transcurridos cinco años desde
que el autor entregue la obra, el editor no la hubiese publicado en todas las
lenguas previstas en el contrato, el autor puede resolverlo respecto de las
lenguas en las que no se haya publicado.

Son obligaciones del editor:


1º.- Reproducir la obra en la forma convenida, sin introducir ninguna
modificación que el autor no haya consentido y haciendo constar en los
ejemplares el nombre, firma o signo que lo identifique.

2º.- Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto en contrario.

3º.- Proceder a la distribución de la obra en el plazo y condiciones


estipulados.

4º.- Asegurar a la obra una explotación continua y una difusión


comercial conforme a los usos habituales en el sector profesional de la edición.

5º.- Satisfacer al autor la remuneración estipulada y, cuando ésta sea


proporcional, al menos una vez cada año, la oportuna liquidación, de cuyo
contenido le rendirá cuentas. Debe, asimismo, poner anualmente a disposición
de autor un certificado en el que se determinen los datos relativos a la
fabricación, distribución y existencias de ejemplares. A estos efectos, si el
autor lo solicita, el editor le presentará los correspondientes justificantes.

6º.- Restituir al autor el original de la obra, objeto de la edición, una vez


finalizadas las operaciones de impresión y tirada de la misma.

Son obligaciones del autor:

1º.- Entregar al editor en debida forma para su reproducción y dentro


del plazo convenido la obra objeto de la edición.

2º.- Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la obra y del


ejercicio pacífico de los derechos que le hubiese cedido.

3º.- Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario.

Son derechos del Autor:

1º.- Durante el período de corrección de pruebas introducir en la obra


las modificaciones que estime imprescindibles, siempre que no alteren su
carácter o finalidad, ni se eleve sustancialmente el coste de la edición. En
cualquier caso, el contrato de edición puede prever un porcentaje máximo de
correcciones sobre la totalidad de la obra.
2º.- Ejercer el derecho de tanteo, si el editor sin consentimiento del
autor, vende como saldo la edición antes de dos años de la inicial puesta en
circulación de los ejemplares. Transcurrido dicho plazo, si el editor decide
vender como saldo los que le resten, lo notificará fehacientemente al autor,
quien puede optar por adquirirlos ejerciendo tanteo sobre el precio de saldo o,
en el caso de remuneración proporcional, percibir el 10 por 100 del facturado
por el editor. La opción debe ejercerla dentro de los treinta días siguientes al
recibo de la notificación. Si, tras el mismo plazo, el editor decide destruir el
resto de los ejemplares de una edición, debe asimismo notificarlo al autor,
quien podrá exigir que se le entreguen gratuitamente todos o parte de los
ejemplares, dentro del plazo de treinta días desde la notificación. El autor no
puede destinar dichos ejemplares a usos comerciales.

3º.- Resolver el contrato de edición en los casos siguientes:

 Si el editor no realiza la edición de la obra en el plazo y condiciones


convenidos.

 Si el editor incumple sus obligaciones, no obstante el requerimiento


expreso del autor exigiéndole su cumplimiento.

 Si el editor procede a la venta como saldo o a la destrucción de los


ejemplares que le resten de la edición, sin cumplir los requisitos
establecidos en el artículo 67 de esta Ley.

 Si el editor cede indebidamente sus derechos a un tercero.

 Cuando, previstas varias ediciones y agotada la última realizada, el


editor no efectúa la siguiente edición en el plazo de un año desde que
fuese requerido para ello por el autor. Una edición se considera agotada
cuando el número de ejemplares sin vender sea inferior al 5 por 100 del
total de la edición y, en todo caso, inferior a 100.

El contrato de edición se extingue por:

1ª.- Por la terminación del plazo pactado.

2ª.- Por la venta de la totalidad de los ejemplares, si ésta hubiera sido el


destino de la edición.
3ª.- Por el transcurso de diez años desde la cesión si la remuneración se
hubiera pactado exclusivamente a tanto alzado.

4ª.- En todo caso, a los quince años de haber puesto el autor al editor
en condiciones de realizar la reproducción de la obra.

Extinguido el contrato, y salvo estipulación en contrario, el editor,


dentro de los tres años siguientes y cualquiera que sea la forma de
distribución convenida, puede enajenar los ejemplares que, en su caso, posea.
El autor puede adquirirlos por el 60 por 100 de su precio de venta al público o
por el que se determine pericialmente, u optar por ejercer tanteo sobre el
precio de venta.

Cuando se trate de un Contrato de Edición Musical por el que se


conceden además al editor derechos de comunicación pública, es válido el
contrato aunque no se exprese el número de ejemplares. No obstante, el editor
debe confeccionar y distribuir ejemplares de la obra en cantidad suficiente
para atender las necesidades normales de la explotación concedida, de
acuerdo con el uso habitual en el sector profesional de la edición musical. El
incumplimiento por el editor de estos requisitos, faculta al autor o a sus
causahabientes para resolver el contrato, sin perjuicio de las
responsabilidades en que pueda incurrir el editor y los autores y editores, a
través de las entidades de gestión de sus correspondientes derechos de
propiedad intelectual o, en su defecto, a través de las asociaciones
representativas de unos y otros, podrán acordar condiciones generales para el
contrato de edición dentro del respeto a la ley.

Cuando se trate de un Contrato de representación teatral por el que


el autor o sus derechohabientes ceden a una persona natural o jurídica el
derecho de representar o ejecutar públicamente una obra literaria, dramática,
musical, dramático-musical, pantomímica o coreográfica, mediante
compensación económica, el cesionario se obliga a llevar a cabo la
comunicación pública de la obra en las condiciones convenidas y con sujeción
a lo dispuesto en la Ley y las partes podrán contratar la cesión por plazo cierto
o por número determinado de comunicaciones al público. En todo caso, la
duración de la cesión en exclusiva no podrá exceder de cinco años.
En el contrato deberá estipularse el plazo dentro del cual debe llevarse a
efecto la comunicación única o primera de la obra. Dicho plazo no podrá ser
superior a dos años desde la fecha del contrato o, en su caso, desde que el
autor puso al empresario en condiciones de realizar la comunicación. Si el
plazo no fuese fijado, se entenderá otorgado por un año. En el caso de que
tuviera por objeto la representación escénica de la obra, el referido plazo será
el de duración de la temporada correspondiente al momento de la conclusión
del contrato.

Son obligaciones del autor:

1º.- Entregar al empresario el texto de la obra con la partitura, en su


caso, completamente instrumentada, cuando no se hubiese publicado en
forma impresa.

2º.- Responder ante el cesionario de la autoría y originalidad de la obra


y del ejercicio pacífico de los derechos que le hubiese cedido.

Son obligaciones del cesionario.

1º.- A llevar a cabo la comunicación pública de la obra en el plazo


convenido.

2º.- A efectuar esa comunicación sin hacer en la obra variaciones,


adiciones, cortes o supresiones no consentidas por el autor y en condiciones
técnicas que no perjudiquen el derecho moral de éste.

3º.- A garantizar al autor o a sus representantes la inspección de la


representación pública de la obra y la asistencia a la misma gratuitamente.

4º.- A satisfacer puntualmente al autor la remuneración convenida.

5º.- A presentar al autor o a sus representantes el programa exacto de


los actos de comunicación, y cuando la remuneración fuese proporcional, una
declaración de los ingresos. Asimismo, el cesionario deberá facilitarles la
comprobación de dichos programas y declaraciones.
Los empresarios de espectáculos públicos se considerarán depositarios
de la remuneración correspondiente a los autores por la comunicación de sus
obras cuando aquélla consista en una participación proporcional en los
ingresos. Dicha remuneración deberán tenerla semanalmente a disposición de
los autores o de sus representantes.

VIII.- Qué son y cómo se regulan las obras cinematográficas y


audiovisuales y los programas de ordenador.

Las obras cinematográficas y demás obras audiovisuales, son las


creaciones expresadas mediante una serie de imágenes asociadas, con o sin
sonorización incorporada, que estén destinadas esencialmente a ser
mostradas a través de aparatos de proyección o por cualquier otro medio de
comunicación pública de la imagen y del sonido, con independencia de la
naturaleza de los soportes materiales de dichas obras y son conocidas en la
Ley como obras audiovisuales.

Son autores de la obra audiovisual: el director-realizador, los autores


del argumento, la adaptación y los del guión o los diálogos y los autores de las
composiciones musicales, con o sin letra, creadas especialmente para esta
obra.

Por el contrato de producción de la obra audiovisual se presumirán


cedidos en exclusiva al productor, los derechos de reproducción, distribución
y comunicación pública, así como los de doblaje o subtitulado de la obra. No
obstante, en las obras cinematográficas será siempre necesaria la autorización
expresa de los autores para su explotación, mediante la puesta a disposición
del público de copias en cualquier sistema o formato, para su utilización en el
ámbito doméstico, o mediante su comunicación pública a través de la
radiodifusión y salvo estipulación en contrario, los autores podrán disponer de
su aportación en forma aislada, siempre que no se perjudique la normal
explotación de la obra audiovisual.

Mediante el contrato de transformación de una obra preexistente


que no esté en el dominio público, se presumirá que el autor de la misma cede
al productor de la obra audiovisual los derechos de explotación sobre ella y
salvo pacto en contrario, el autor de la obra preexistente conservará sus
derechos a explotarla en forma de edición gráfica y de representación escénica
y, en todo caso, podrá disponer de ella para otra obra audiovisual a los quince
años de haber puesto su aportación a disposición del productor.

La remuneración de los autores de la obra audiovisual por la cesión


de los derechos y, en su caso, la correspondiente a los autores de las obras
preexistentes, hayan sido transformadas o no, deberán determinarse para
cada una de las modalidades de explotación concedidas. Cuando los autores a
los que se refiere el apartado anterior suscriban con un productor de
grabaciones audiovisuales contratos relativos a la producción de las mismas,
se presumirá que, salvo pacto en contrario en el contrato y a salvo del derecho
irrenunciable a una remuneración equitativa a que se refiere el párrafo
siguiente, han transferido su derecho de alquiler.

El autor que haya transferido o cedido a un productor de fonogramas o


de grabaciones audiovisuales su derecho de alquiler respecto de un
fonograma o un original o una copia de una grabación audiovisual, conservará
el derecho irrenunciable a obtener una remuneración equitativa por el alquiler
de los mismos. En todo caso, y con independencia de lo pactado en el
contrato, cuando la obra audiovisual sea proyectada en lugares públicos
mediante el pago de un precio de entrada, los autores tendrán derecho a
percibir de quienes exhiban públicamente dicha obra un porcentaje de los
ingresos procedentes de dicha exhibición pública. Las cantidades pagadas por
este concepto podrán deducirlas los exhibidores de las que deban abonar a los
cedentes de la obra audiovisual.

En el caso de exportación de la obra audiovisual, los autores podrán


ceder el derecho mencionado por una cantidad alzada, cuando en el país de
destino les sea imposible o gravemente dificultoso el ejercicio efectivo del
derecho.

Los empresarios de salas públicas o de locales de exhibición deberán


poner periódicamente a disposición de los autores las cantidades recaudadas
en concepto de dicha remuneración. Con el objeto de facilitar al autor el
ejercicio de los derechos que le correspondan por la explotación de la obra
audiovisual, el productor, al menos una vez al año, deberá facilitar a instancia
del autor la documentación necesaria.

Estos derechos son irrenunciables e intransmisibles por actos "inter


vivos" y se harán efectivos a través de las entidades de gestión de los derechos
de propiedad intelectual.

El derecho moral de los autores sólo podrá ser ejercido sobre la versión
definitiva de la obra audiovisual y queda prohibida la destrucción del soporte
original de la obra audiovisual en su versión definitiva.

En cuanto a LOS PROGRAMAS DE ORDENADOR, se entiende por


programa de ordenador toda secuencia de instrucciones o indicaciones
destinadas a ser utilizadas, directa o indirectamente, en un sistema
informático para realizar una función o una tarea o para obtener un resultado
determinado, cualquiera que fuere su forma de expresión y fijación y
comprende también su documentación preparatoria, esto es, la
documentación técnica y los manuales de uso de un programa gozarán de la
misma protección que este Título dispensa a los programas de ordenador.

El programa de ordenador será protegido únicamente si fuese original,


en el sentido de ser una creación intelectual propia de su autor. La protección
prevista en la presente Ley se aplica a cualquier forma de expresión de un
programa de ordenador. Asimismo, esta protección se extiende a cualesquiera
versiones sucesivas del programa así como a los programas derivados, salvo
aquellas creadas con el fin de ocasionar efectos nocivos a un sistema
informático.

Es considerado autor del programa de ordenador la persona o grupo de


personas naturales que lo hayan creado, o la persona jurídica que sea
contemplada como titular de los derechos de autor en los casos expresamente
previstos por esta Ley. Cuando se trate de una obra colectiva tendrá la
consideración de autor, salvo pacto en contrario, la persona natural o jurídica
que la edite y divulgue bajo su nombre. Los derechos de autor sobre un
programa de ordenador que sea resultado unitario de la colaboración entre
varios autores serán propiedad común y corresponderán a todos éstos en la
proporción que determinen. Cuando un trabajador asalariado cree un
programa de ordenador, en el ejercicio de las funciones que le han sido
confiadas o siguiendo las instrucciones de su empresario, la titularidad de los
derechos de explotación correspondientes al programa de ordenador así
creado, tanto el programa fuente como el programa objeto, corresponderán,
exclusivamente, al empresario, salvo pacto en contrario. La protección se
concederá a todas las personas naturales y jurídicas que cumplan los
requisitos establecidos en esta Ley para la protección de los derechos de autor.

X.- Asimismo regula OTROS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL,


esto es, los que corresponden a los artistas, intérpretes o ejecutantes, a
los productores de fonogramas; a las entidades de radiodifusión; a las
fotografías y a determinadas producciones editoriales.

Se entiende por artista intérprete o ejecutante a la persona que


represente, cante, lea, recite, interprete o ejecute en cualquier forma una obra.
El director de escena y el director de orquesta tienen los derechos reconocidos
a los artistas y corresponde a éstos el derecho exclusivo de autorizar la fijación
o la reproducción directa o indirecta de las fijaciones de sus actuaciones y
comunicación pública; autorización que deberá otorgarse por escrito,
pudiéndose transferir, ceder o ser objeto de la concesión de licencias
contractuales.

Los usuarios de un fonograma publicado con fines comerciales, o de


una reproducción de dicho fonograma que se utilice para cualquier forma de
comunicación pública, tienen obligación de pagar una remuneración
equitativa y única a los artistas intérpretes o ejecutantes y a los productores
de fonogramas, entre los cuales se efectuará el reparto de la misma. A falta de
acuerdo entre ellos sobre dicho reparto, éste se realizará por partes iguales.

Los usuarios de las grabaciones audiovisuales que se utilicen para los


actos de comunicación pública tienen obligación de pagar una remuneración
equitativa y única a los artistas intérpretes o ejecutantes y a los productores
de grabaciones audiovisuales, entre los cuales se efectuará el reparto de la
misma. A falta de acuerdo entre ellos sobre dicho reparto, éste se realizará por
partes iguales y se hará efectivo a través de las entidades de gestión de los
derechos de propiedad intelectual. La efectividad de los derechos a través de
las respectivas entidades de gestión comprenderá la negociación con los
usuarios, la determinación, recaudación y distribución de la remuneración
correspondiente, así como cualquier otra actuación necesaria para asegurar la
efectividad de aquellos.

Si la interpretación o ejecución se realiza en cumplimiento de un


contrato de trabajo o de arrendamiento de servicios, se entenderá, salvo
estipulación en contrario, que el empresario o el arrendatario adquiere sobre
aquéllas los derechos exclusivos de autorizar la reproducción y comunicación
pública.

Los artistas intérpretes o ejecutantes que participen colectivamente


en una misma actuación, tales como los componentes de un grupo musical,
coro, orquesta, ballet o compañía de teatro, deberán designar de entre ellos un
representante para el otorgamiento de las necesarias autorizaciones. Para tal
designación, que deberá formalizarse por escrito, valdrá el acuerdo mayoritario
de los intérpretes. Esta obligación no alcanza a los solistas ni a los directores
de orquesta o de escena.

El artista intérprete o ejecutante goza del derecho irrenunciable e


inalienable al reconocimiento de su nombre sobre sus interpretaciones o
ejecuciones (excepto cuando la omisión venga dictada por la manera de
utilizarlas) y a oponerse a toda deformación, modificación, mutilación o
cualquier otro atentado sobre su actuación que lesione su prestigio o
reputación. Será necesaria su autorización expresa, durante toda su vida,
para el doblaje de su actuación en su propia lengua y fallecido, el ejercicio de
estos derechos corresponderá sin límite de tiempo a la persona natural o
jurídica a la que el artista se lo haya confiado expresamente por disposición de
última voluntad o, en su defecto, a los herederos. Y a falta de estas personas o
de su ignorado paradero, serán el Estado, las comunidades autónomas, las
corporaciones locales y las instituciones públicas de carácter cultural las
legitimadas para ejercer los derechos previstos aquí.
PRODUCTORES DE FONOGRAMAS:

Se entiende por fonograma toda fijación exclusivamente sonora de la


ejecución de una obra o de otros sonidos y es productor de un fonograma la
persona natural o jurídica bajo cuya iniciativa y responsabilidad se realiza por
primera vez la mencionada fijación. Si dicha operación se efectúa en el seno de
una empresa, el titular de ésta será considerado productor del fonograma y le
corresponde al productor de fonogramas el derecho exclusivo de autorizar la
reproducción, directa o indirecta, y la distribución de los mismos. Este
derecho podrá transferirse, cederse o ser objeto de concesión de licencias
contractuales.

Los usuarios de un fonograma publicado con fines comerciales, o de


una reproducción de dicho fonograma que se utilice para cualquier forma de
comunicación pública, tienen obligación de pagar una remuneración
equitativa y única a los productores de fonogramas y a los artistas intérpretes
o ejecutantes, entre los cuales se efectuará el reparto de la misma. A falta de
acuerdo entre ellos sobre dicho reparto, éste se realizará por partes iguales y
se hará efectivo a través de las entidades de gestión de los derechos de
propiedad intelectual. La efectividad de este derecho a través de las
respectivas entidades de gestión comprenderá la negociación con los usuarios,
la determinación, recaudación y distribución de la remuneración
correspondiente, así como cualquier otra actuación necesaria para asegurar la
efectividad de aquél.

PRODUCTORES DE LAS GRABACIONES AUDIOVISUALES

Se entiende por grabaciones audiovisuales las fijaciones de un plano o


secuencia de imágenes, con o sin sonido, sean o no creaciones susceptibles de
ser calificadas como obras audiovisuales en el sentido del artículo 86 de esta
Ley y por productor de una grabación audiovisual, la persona natural o
jurídica que tenga la iniciativa y asuma la responsabilidad de dicha grabación
audiovisual y a éste le corresponde el derecho exclusivo de autorizar la
reproducción, directa o indirecta, del original y de las copias de la misma y la
comunicación pública y la distribución.

ENTIDADES DE RADIODIFUSIÓN

Las entidades de radiodifusión gozan del derecho exclusivo de autorizar:

a.- La fijación de sus emisiones o transmisiones en cualquier soporte


sonoro o visual.

b.- La reproducción de las fijaciones de sus emisiones o transmisiones.


Este derecho podrá transferirse, cederse o ser objeto de concesión de licencias
contractuales.

c.- La retransmisión por cualquier procedimiento técnico de sus


emisiones o transmisiones.

d.- La comunicación pública de sus emisiones o transmisiones de


radiodifusión, cuando tal comunicación se efectúe en lugares a los que el
público pueda acceder mediante el pago de una cantidad en concepto de
derecho de admisión o de entrada.

e.- La distribución de las fijaciones de sus emisiones o transmisiones.

LA PROTECCIÓN DE LAS MERAS FOTOGRAFÍAS

Quien realice una fotografía u otra reproducción obtenida por


procedimiento análogo a aquélla, goza del derecho exclusivo de autorizar su
reproducción, distribución y comunicación pública, en los mismos términos
reconocidos en la presente Ley a los autores de obras fotográficas.

LA PROTECCIÓN DE DETERMINADAS PRODUCCIONES EDITORIALES

Toda persona que divulgue lícitamente una obra inédita que esté en
dominio público tendrá sobre ella los mismos derechos de explotación que
hubieran correspondido a su autor.
XI.- Protección de los derechos reconocidos en esta Ley, esto es, como
proteger los derechos reconocidos en esta Ley, las acciones y
procedimientos.

El titular de los derechos puede, en primer lugar, instar el cese de la


actividad ilícita del infractor y exigir la indemnización de los daños materiales
y morales causados y además podrá solicitar con carácter previo la adopción
de las medidas cautelares de protección urgente.

El Cese de la actividad ilícita comprende:

a) La suspensión de la explotación infractora, incluyendo todos aquellos


actos o actividades a los que se refieren los artículos 196 y 198
b) La prohibición al infractor de reanudarla.

c) La retirada del comercio de los ejemplares ilícitos y su destrucción.

d) El comiso, la inutilización y, en caso necesario, la destrucción de los


instrumentos, con cargo al infractor, cuyo único uso sea facilitar la supresión
o neutralización no autorizadas de cualquier dispositivo técnico utilizado para
proteger un programa de ordenador. Las mismas medidas podrán adoptarse
en relación con los dispositivos, productos o componentes para la elusión de
medidas y para suprimir o alterar la información para la gestión electrónica de
derechos.

e) La remoción o el precinto de los aparatos utilizados en la


comunicación pública no autorizada de obras o prestaciones, así como de
aquellas en las que se haya suprimido o alterado sin autorización la
información para la gestión electrónica de derechos, o a las que se haya
accedido eludiendo su protección tecnológica.

El infractor podrá solicitar que la destrucción o inutilización de los


mencionados ejemplares y material, cuando éstos sean susceptibles de otras
utilizaciones, se efectúe en la medida necesaria para impedir la explotación
ilícita.
El titular del derecho infringido podrá pedir la entrega de los referidos
ejemplares y material a precio de coste y a cuenta de su correspondiente
indemnización de daños y perjuicios.

Esto no se aplicará a los ejemplares adquiridos de buena fe para uso


personal.

La indemnización por daños y perjuicios debida al titular del derecho


infringido comprenderá no sólo el valor de la pérdida que haya sufrido, sino
también el de la ganancia que haya dejado de obtener a causa de la violación
de su derecho. La cuantía indemnizatoria podrá incluir, en su caso, los gastos
de investigación en los que se haya incurrido para obtener pruebas razonables
de la comisión de la infracción objeto del procedimiento judicial y se fijará, a
elección del perjudicado, conforme a alguno de los criterios siguientes:

a. Las consecuencias económicas negativas, entre ellas la pérdida de


beneficios que haya sufrido la parte perjudicada y los beneficios que el
infractor haya obtenido por la utilización ilícita.

En el caso de daño moral procederá su indemnización, aun no


probada la existencia de perjuicio económico. Para su valoración se
atenderá a las circunstancias de la infracción, gravedad de la lesión y
grado de difusión ilícita de la obra.

b. La cantidad que como remuneración hubiera percibido el perjudicado,


si el infractor hubiera pedido autorización para utilizar el derecho de
propiedad intelectual en cuestión.

La acción para reclamar los daños y perjuicios a que se refiere este


artículo prescribirá a los cinco años desde que el legitimado pudo ejercitarla.

Se pueden también solicitar Medidas cautelares, en caso de infracción


o cuando exista temor racional y fundado de que ésta va a producirse de modo
inminente.

Asimismo el juez, a petición de parte, puede decretar:


1.- La intervención y el depósito de los ingresos obtenidos por la
actividad ilícita de que se trate o, en su caso, la consignación o depósito de las
cantidades debidas en concepto de remuneración.

2.-La suspensión de la actividad de reproducción, distribución y


comunicación pública, según proceda.

3.- El secuestro de los ejemplares producidos o utilizados y el del


material empleado exclusivamente para la reproducción o comunicación
pública.

4. El embargo de los equipos, aparatos y materiales.

5.- La suspensión de los servicios prestados por intermediarios a


terceros que se valgan de ellos para infringir derechos de propiedad
intelectual.

Las medidas cautelares de protección urgente son de tramitación


preferente y se adoptarán por los Jueces de Primera Instancia en cuya
jurisdicción tenga efecto la infracción o existan indicios racionales de que ésta
va a producirse o en la que se hayan descubierto los ejemplares que se
consideren ilícitos, a elección del solicitante de las medidas. No obstante, una
vez presentada la demanda principal, será único Juez competente para cuanto
se relacione con la medida adoptada, el que conozca de aquélla.
Asimismo, cuando la medida se solicite al tiempo de interponer la
demanda en el juicio declarativo correspondiente o durante la sustanciación
de éste, será competente para su resolución, respectivamente, el Juez o
Tribunal al que corresponda conocer de dicha demanda o el que ya estuviere
conociendo del pleito.

La medida se solicitará por escrito firmado por el interesado o su


representante legal o voluntario, no siendo necesaria la intervención de
procurador ni la asistencia de letrado.

Dentro de los diez días siguientes al de la presentación del escrito, del


que se dará traslado a las partes, el Juez oirá a las que concurran a la
comparecencia y resolverá, en todo caso, mediante auto al día siguiente de la
finalización del plazo anterior. El auto será apelable en un solo efecto.
No obstante lo anterior, en el caso de protección de los programas de
ordenador y antes de dar traslado del escrito a las partes, el Juez podrá
requerir los informes u ordenar las investigaciones que estime oportunas.
Cualquiera de las partes podrá solicitar la práctica de la prueba de
reconocimiento judicial, y si ésta fuera admitida, se llevará a efecto de
inmediato.
Antes de la resolución o en la misma, el Juez, si lo estima necesario,
podrá exigir al solicitante fianza bastante, excluida la personal, para
responder de los perjuicios y costas que se puedan ocasionar.

Si las medidas se hubieran solicitado antes de entablarse la demanda,


ésta habrá de interponerse dentro de los ocho días siguientes a la concesión
de aquéllas. En todo caso, el solicitante podrá reiterar la petición de medidas
cautelares, siempre que aparezcan hechos nuevos relativos a la infracción u
obtuviere pruebas de las que hubiese carecido anteriormente.

Las medidas cautelares podrán ser acordadas en las causas criminales


que se sigan por infracción de los derechos reconocidos en esta Ley.

XII.- Organización del Registro de la Propiedad Intelectual:

La inscripción conlleva la tutela administrativa. No es obligatoria, ni se


excluyen los derechos de autor por no registrar sus obras, sin embargo es una
garantía sin valor constitutivo. Otorga presunción de que los derechos
corresponden el titular que inscribe y es eficaz desde la fecha de la solicitud.
Nadie puede hacer otra inscripción sobre el mismo objeto y solo puede ser
sustituida por resolución judicial.

La forma de llevar a cabo las inscripciones viene regulada en el


Reglamento del Registro General de la Propiedad Intelectual de 14 de mayo de
1.993.
Podrán ser objeto de inscripción en el Registro los derechos de
propiedad intelectual relativos a las obras y demás producciones protegidas
por la LPI y el Registrador calificará las solicitudes presentadas y la legalidad
de los actos y contratos relativos a los derechos inscribibles, pudiendo denegar
o suspender la práctica de los asientos correspondientes. Contra el acuerdo
del Registrador podrán ejercitarse directamente ante la jurisdicción civil las
acciones correspondientes.

Se presume, salvo prueba en contrario, que los derechos inscritos


existen y pertenecen a su titular en la forma determinada en el asiento
respectivo.

El Registro es público y tiene carácter único en todo el territorio


nacional. Existe un Registro Central dependiente del Ministerio de Cultura y
los de las Comunidades Autónomas

XIII.- ¿Qué son y por qué son necesarias las entidades de gestión
colectiva de la propiedad intelectual?

Existen actividades en que la explotación de las obras no es efectuada


ni por el autor (o ejecutante, intérprete, etc.) ni por aquellos a quienes ha
cedido tal explotación (por ejemplo, el editor). Un ejemplo clásico es la difusión
por radio de una composición musical por parte de una empresa de
radiocomunicación. Por término general, puede decirse que esta actividad no
puede realizarse sin el permiso del autor, según aplicación de la ley.

Así, para emitir una canción, la empresa de radiocomunicación tendría


primero que obtener el permiso del compositor, el arreglista, el intérprete y la
casa discográfica, en su caso, que son los titulares del derecho. Y ello
sucedería para todos y cada uno de los temas musicales que pretendiera
difundir por las ondas. Es evidente que esta práctica haría inviable el
funcionamiento de la empresa para tal objetivo.
Las entidades de gestión colectiva responden a la necesidad de resolver
este tipo de conflictos.

En el ejemplo anterior, todos los titulares de derechos (compositores,


arreglistas, intérpretes, productores discográficos) pueden cederlos para un
determinado tipo de actividad (la emisión por radio) a una entidad de gestión
colectiva. Entonces, la empresa radiofónica tan solo tendrá que ponerse en
contacto con esta entidad para conocer si puede o no emitir las
composiciones,
y en qué condiciones.

Así pues, las entidades de gestión colectiva de derechos de autor:

 Actúan en representación de los titulares de derecho

 Son intermediarias entre el creador y el usuario

 Se dedican a la gestión de los derechos de carácter patrimonial


por cuenta del autor y en interés de varios autores u otros
titulares de derecho (no gestionan derechos morales)

Las entidades legalmente constituidas que pretendan dedicarse, en


nombre propio o ajeno, a la gestión de derechos de explotación u otros de
carácter patrimonial, por cuenta y en interés de varios autores u otros
titulares de derechos de propiedad intelectual, deberán obtener la oportuna
autorización del Ministerio de Cultura, que habrá de publicarse en el "Boletín
Oficial del Estado".

Estas entidades no podrán tener ánimo de lucro y, en virtud de la


autorización, podrán ejercer los derechos de propiedad intelectual confiados a
su gestión.

La autorización sólo se concede si concurren las siguientes condiciones:

a) Que los estatutos de la entidad solicitante cumplan los requisitos


establecidos en la Ley.
b) Que de los datos aportados y de la información practicada se desprenda que
la entidad solicitante reúne las condiciones necesarias para asegurar la eficaz
administración de los derechos, cuya gestión le va a ser encomendada, en todo
el territorio nacional.
c) Que la autorización favorezca los intereses generales de la protección de la
propiedad intelectual en España.

Para valorar la concurrencia de estas condiciones se tienen


particularmente en cuenta, el número de titulares de derechos que se hayan
comprometido a confiarle la gestión de los mismos, en caso de que sea
autorizada, el volumen de usuarios potenciales, la idoneidad de sus estatutos
y sus medios para el cumplimiento de sus fines, la posible efectividad de su
gestión en el extranjero y, en su caso, el informe de las entidades de gestión ya
autorizadas.

Las entidades de gestión, una vez autorizadas, estarán legitimadas, en


los términos que resulten de sus propios estatutos, para ejercer los derechos
confiados a su gestión y hacerlos valer en toda clase de procedimientos
administrativos o judiciales.

En los juicios, la entidad de gestión está obligada a aportar al proceso


copia de sus estatutos, así como certificación acreditativa de su autorización
administrativa. El demandado podrá oponer exclusivamente, acreditándolo
debidamente, la falta de representación de la actora, la autorización del titular
del derecho exclusivo, o el pago de la remuneración correspondiente.

Sin perjuicio de lo que dispongan otras normas que les sean de


aplicación, en los estatutos de las entidades de gestión se hará constar:

1. La denominación, que no podrá ser idéntica a la de otras entidades, ni tan


semejante que pueda inducir a confusiones.

2. El objeto o fines, con especificación de los derechos administrados, no


pudiendo dedicar su actividad fuera del ámbito de la protección de los
derechos de propiedad intelectual.
3. Las clases de titulares de derechos comprendidos en la gestión y, en su
caso, las distintas categorías de aquellos a efectos de su participación en la
administración de la entidad.

4. Las condiciones para la adquisición y pérdida de la cualidad de socio. En


todo caso, los socios deberán ser titulares de derechos de los que haya de
gestionar la entidad, y el número de ellos no podrá ser inferior a diez.

5. Los derechos de los socios y, en particular, el régimen de voto, que podrá


establecerse teniendo en cuenta criterios de ponderación que limiten
razonablemente el voto plural. En materia relativa a sanciones de exclusión de
socios, el régimen de voto será igualitario.

6. Los deberes de los socios y su régimen disciplinario.

7. Los órganos de gobierno y representación de la entidad y su respectiva


competencia, así como las normas relativas a la convocatoria, constitución y
funcionamiento de los de carácter colegiado, con prohibición expresa de
adoptar acuerdos respecto de los asuntos que no figuren en el orden del día.

8. El procedimiento de elección de los socios administradores.

9. El patrimonio inicial y los recursos económicos previstos.

10. Las reglas a que han de someterse los sistemas de reparto de la


recaudación.

11. El régimen de control de la gestión económica y financiera de la entidad.

12. El destino del patrimonio o activo neto resultante en los supuestos de


liquidación de la entidad que, en ningún caso, podrá ser objeto de reparto
entre los socios.

Asimismo, las entidades de gestión están obligadas a aceptar la


administración de los derechos de autor y otros derechos de propiedad
intelectual que les sean encomendados de acuerdo con su objeto o fines. Dicho
encargo lo desempeñarán con sujeción a sus estatutos y demás normas
aplicables al efecto.
La gestión de los derechos es encomendada por sus titulares a la
entidad mediante contrato cuya duración no puede ser superior a cinco años,
indefinidamente renovables, ni puede imponer como obligatoria la gestión de
todas las modalidades de explotación ni la de la totalidad de la obra o
producción futura.

Las entidades deben establecer en sus estatutos las adecuadas


disposiciones para asegurar una gestión libre de influencias de los usuarios de
su repertorio y para evitar una injusta utilización preferencial de sus obras.

El reparto de los derechos recaudados se efectúa equitativamente entre


los titulares de las obras o producciones utilizadas, con arreglo a un sistema
predeterminado en los estatutos y que excluya la arbitrariedad.

Además deben reservar a los titulares una participación en los derechos


recaudados proporcional a la utilización de sus obras y deben, directamente o
por medio de otras entidades, promover actividades o servicios de carácter
asistencial en beneficio de sus socios, así como atender actividades de
formación y promoción de autores y artistas intérpretes o ejecutantes y
asimismo dedicar a las actividades y servicio, por partes iguales, el porcentaje
de la remuneración compensatoria que reglamentariamente se determina.

Asimismo, las entidades de gestión están obligadas:

a) A contratar con quien lo solicite, salvo motivo justificado, la concesión de


autorizaciones no exclusivas de los derechos gestionados, en condiciones
razonables y bajo remuneración.

b) A establecer tarifas generales que determinen la remuneración exigida por


la utilización de su repertorio, que deberán prever reducciones para las
entidades culturales que carezcan de finalidad lucrativa.

c) A celebrar contratos generales con asociaciones de usuarios de su


repertorio, siempre que aquéllas lo soliciten y sean representativas del sector
correspondiente. En tanto las partes no lleguen a un acuerdo, la autorización
correspondiente se entenderá concedida si el solicitante hace efectiva bajo
reserva o consigna judicialmente la cantidad exigida por la entidad de gestión
de acuerdo con las tarifas generales.

Esto no es de aplicación a la gestión de derechos relativos a las obras


literarias, dramáticas, dramático-musicales, coreográficas o de pantomima, ni
respecto de la utilización singular de una o varias obras de cualquier clase que
requiera la autorización individualizada de su titular.

Por otro lado, están obligadas a hacer efectivos los derechos a una
remuneración equitativa y a ejercitar el derecho de autorizar la distribución
por cable.

Con la Ley 2/2019 han nacido los OPERADORES DE GESTIÓN


INDEPENDIENTE:

Se entiende por operador de gestión independiente a cualquier entidad


legalmente constituida y autorizada por un contrato de gestión para gestionar
derechos de explotación u otros de carácter patrimonial en nombre y beneficio
colectivo de varios titulares de derechos, como único o principal objeto, y
siempre que:

a) No sea propiedad ni esté sometida al control, directa o


indirectamente, en su totalidad o en parte, de titulares de derechos. A tal
efecto, los títulos acreditativos de la propiedad del operador de gestión
independiente deberán ser nominativos. Idénticos requisitos se exigirán a las
entidades que ostenten la propiedad o el control directo o indirecto, total o
parcial, del operador de gestión independiente, y a las entidades en las que el
operador de gestión independiente ostente la propiedad o el control directo o
indirecto, total o parcial.

b) Tenga ánimo de lucro. En ningún caso podrán ser considerados como


operador de gestión independiente los productores de grabaciones
audiovisuales, los productores de fonogramas, las entidades de radiodifusión,
los editores, los gestores de autores o de artistas intérpretes o ejecutantes, ni
los agentes que representan a los titulares de derechos en sus relaciones con
las entidades de gestión.

Los operadores de gestión independiente deberán cumplir, en los mismos


términos que las entidades de gestión autorizadas por el Ministerio de Cultura
y Deporte, con las obligaciones previstas en la Ley. Asimismo, deberán hacer
constar en su denominación la referencia «Operador de Gestión Independiente»
o, en su defecto, la abreviatura «OGI».

Los operadores de gestión independientes deberán publicar en su página web


de forma fácilmente accesible y mantener actualizada la siguiente información:

a) Sus estatutos.

b) Las condiciones para que un titular de derechos de propiedad


intelectual pueda celebrar con ellos un contrato de gestión.

c) El repertorio que gestiona y todas sus actualizaciones.

d) Sus tarifas por el uso de los derechos conferidos a su gestión,


descuentos incluidos.

e) Los contratos generales que tengan suscritos con asociaciones de


usuarios y los modelos de contrato que habitualmente se utilicen para cada
modalidad de uso de su repertorio.

f) Las reglas de reparto de los importes que deben abonarse a los


titulares de derechos.

g) Sus descuentos de gestión y otras deducciones aplicadas a los


derechos recaudados.

Los operadores de gestión independientes que pretendan prestar


servicios en España, deberán comunicar al Ministerio de Cultura y Deporte el
inicio de sus actividades en España. La comunicación deberá contener, al
menos, sus datos de contacto, incluyendo sus datos de identificación fiscal,
las características de los servicios que vayan a prestar y la documentación
necesaria. Asimismo, deberán comunicar cualquier variación respecto de los
datos contenidos en la comunicación de inicio dentro del mes siguiente al que
tengan lugar. Estos operadores solo podrán ejercer los derechos de propiedad
intelectual conferidos a su gestión por sus titulares mediante contrato de
gestión y en beneficio colectivo de todos ellos.

XIV.- Existe una Comisión de Propiedad Intelectual.


 Se creó, adscrita al Ministerio de Cultura y Deporte, la Comisión de Propiedad
Intelectual, como órgano colegiado de ámbito nacional, para el ejercicio de las
funciones de mediación, arbitraje, determinación de tarifas, control,
salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual y asesoramiento sobre
cuantos asuntos de su competencia le sean consultados por el Ministerio de
Cultura y Deporte, con dos secciones:

a) La Sección Primera ejercerá las funciones de mediación, arbitraje,


determinación de tarifas y control.

b) La Sección Segunda velará, en el ámbito de las competencias del Ministerio


de Cultura y Deporte, por la salvaguarda de los derechos de propiedad
intelectual frente a su vulneración por los responsables de servicios de la
sociedad de información y de comercio electrónico.

 La Sección Primera está compuesta por cinco vocales titulares, que
podrán delegar sus funciones en sus respectivos suplentes, todos ellos
elegidos entre expertos de reconocida competencia en materia de propiedad
intelectual y en materia de defensa de la competencia, entre los que el
Ministerio de Cultura y Deporte designará al presidente de la Sección, cargo
que debe recaer en uno de los vocales designados por el Ministerio. Los vocales
de la Sección serán nombrados por el Gobierno, mediante real decreto, a
propuesta de los titulares de los Ministerios de Cultura y Deporte, que
designará dos vocales; del Ministerio de Economía y Empresa, que designará
dos vocales, uno del ámbito Avance Digital y otro del ámbito Economía y
Apoyo a la Empresa; y del Ministerio de Justicia, que designará un vocal, por
un periodo de cinco años renovable por una sola vez.

 La Sección Segunda, bajo la presidencia del Ministro de Cultura y


Deporte o persona en la que este delegue, se compondrá de dos vocales del
Ministerio de Cultura y Deporte, de dos vocales del Ministerio de Economía y
Empresa, uno del ámbito Avance Digital y otro del ámbito Economía y Apoyo a
la Empresa, un vocal del Ministerio de Justicia y un vocal del Ministerio de la
Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, designados por dichos
departamentos, entre el personal de las Administraciones Públicas,
perteneciente a grupos o categorías para los que se exija titulación superior, y
que reúnan conocimientos específicos acreditados en materia de propiedad
intelectual. Sin perjuicio del cumplimiento del anterior requisito, en la
designación que realice cada departamento se valorará adicionalmente la
formación jurídica en los ámbitos del Derecho procesal, de la jurisdicción
contencioso-administrativa y de las comunicaciones electrónicas. Los
departamentos citados designarán, en el mismo acto, según los requisitos
señalados en el apartado anterior, un suplente para cada uno de los vocales, a
los efectos legalmente previstos en los supuestos de vacante, ausencia o
enfermedad y, en general, cuando concurra alguna causa justificada.

En cuanto a las funciones de la Sección Primera:

1.- MEDIACIÓN:

a) Colabora en las negociaciones, previo sometimiento voluntario


de las partes por falta de acuerdo, respecto de aquellas materias directamente
relacionadas con la gestión colectiva de derechos de propiedad intelectual y
para la autorización de la distribución por cable de una emisión de
radiodifusión entre los titulares de los derechos de propiedad intelectual y las
empresas de distribución por cable.

b) Presenta, en su caso, propuestas a las partes. Se considerará


que todas las partes aceptan la propuesta si ninguna de ellas expresa su
oposición en un plazo de tres meses.

2.- ARBITRAJE:

a) Da solución, previo sometimiento voluntario de las partes, a


los conflictos sobre materias directamente relacionadas con la gestión
colectiva de derechos de propiedad intelectual.

b) Fija, a solicitud de la propia entidad de gestión afectada, de


una asociación de usuarios, de una entidad de radiodifusión o de un usuario
afectado especialmente significativo, a juicio de la Comisión, y previa
aceptación de la otra parte, cantidades sustitutorias de las tarifas generales.

Todo ello, sin perjuicio de las acciones que puedan ejercitarse ante la
jurisdicción competente. No obstante, el planteamiento de la controversia
sometida a decisión arbitral ante la Sección impedirá a los Jueces y
Tribunales conocer de la misma, hasta que haya sido dictada la resolución y
siempre que la parte interesada lo invoque mediante excepción.
3.- DETERMINAR TARIFAS:

Establece el importe de la remuneración exigida por la utilización de


obras y demás prestaciones del repertorio de las entidades de gestión, la forma
de pago y demás condiciones necesarias para hacer efectivos los derechos, a
solicitud de la propia entidad de gestión afectada, de una asociación de
usuarios, de una entidad de radiodifusión o de un usuario especialmente
significativo, a juicio de la Sección, cuando no haya acuerdo entre ambas, en
el plazo de seis meses desde el inicio formal de la negociación. En el ejercicio
de esta función, la Sección Primera podrá solicitar informe previo de aquellos
organismos públicos que ejerzan sus funciones en relación con los mercados o
sectores económicos a los que afecten las tarifas a determinar, así como de las
asociaciones o representantes de los usuarios correspondientes.

En cuanto a las funciones de la Sección Segunda:

1.- SALVAGUARDAR LOS DERECHOS DE PROPIEDAD


INTELECTUAL frente a su vulneración por los responsables de servicios de la
sociedad de información a través de un procedimiento cuyo objeto será el
restablecimiento de la legalidad. El procedimiento de restablecimiento de la
legalidad se dirigirá contra los prestadores de servicios de la sociedad de la
información:

a)  que vulneren derechos de propiedad intelectual.

b)  que vulneren derechos de propiedad intelectual, facilitando la


descripción o la localización de obras y prestaciones que indiciariamente se
ofrezcan sin autorización, desarrollando a tal efecto una labor activa y no
neutral, y que no se limiten a actividades de mera intermediación técnica.

2.- ADOPTAR LAS MEDIDAS PARA QUE SE INTERRUMPA LA


PRESTACIÓN DE UN SERVICIO DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
que vulnere derechos de propiedad intelectual o para retirar los contenidos
que vulneren los citados derechos siempre que el prestador haya causado o
sea susceptible de causar un daño patrimonial.

3.- EL CESE DE LAS ACTIVIDADES DECLARADAS INFRACTORAS


del prestador de servicios durante un período máximo de un año.
XV.- Por último, determina el ámbito de aplicación de la Ley

1. Se protegen los derechos de propiedad intelectual de:

 los autores españoles.


 los autores nacionales de otros Estados miembros de la Unión
Europea.
  Los nacionales de terceros países con residencia habitual en
España.
 Los nacionales de terceros países que no tengan su residencia
habitual en España, respecto de sus obras publicadas por primera
vez en territorio español o dentro de los treinta días siguientes a
que lo hayan sido en otro país. No obstante, el Gobierno podrá
restringir el alcance de este principio en el caso de extranjeros que
sean nacionales de Estados que no protejan suficientemente las
obras de autores españoles en supuestos análogos.

2. Todos los autores de obras audiovisuales, cualquiera que sea su


nacionalidad, tienen derecho a percibir una remuneración proporcional por la
proyección de sus obras. No obstante, cuando se trate de nacionales de
Estados que no garanticen un derecho equivalente a los autores españoles, el
Gobierno podrá determinar que las cantidades satisfechas por los exhibidores
a las entidades de gestión por este concepto sean destinadas a los fines de
interés cultural que se establezcan reglamentariamente.

3. En todo caso, los nacionales de terceros países gozarán de la protección que
les corresponda en virtud de los Convenios y Tratados internacionales en los
que España sea parte y, en su defecto, estarán equiparados a los autores
españoles cuando estos, a su vez, lo estén a los nacionales en el país
respectivo.

4. Para las obras cuyo país de origen sea con arreglo al Convenio de Berna un
país tercero y cuyo autor no sea nacional de un Estado miembro de la Unión
Europea, el plazo de protección será el mismo que el otorgado en el país de
origen de la obra sin que en ningún caso pueda exceder del previsto en esta
ley para las obras de los autores.

5. Se reconoce el derecho moral del autor, cualquiera que sea su nacionalidad.

6.- Se protegerán los derechos reconocidos en esta ley a los artistas


intérpretes o ejecutantes españoles cualquiera que sea el lugar de su
interpretación o ejecución, así como los correspondientes a los artistas
intérpretes o ejecutantes nacionales de otros Estados miembros de la Unión
Europea.

7. Los artistas intérpretes o ejecutantes nacionales de terceros países gozarán


de los mismos derechos reconocidos en esta ley en cualquiera de los siguientes
casos:

a) Cuando tengan su residencia habitual en España.

b) Cuando la interpretación o ejecución se efectúe en territorio español.

c) Cuando la interpretación o ejecución sea grabada en un fonograma o en un


soporte audiovisual protegidos conforme a lo dispuesto en esta ley.

d) Cuando la interpretación o ejecución, aunque no haya sido grabada, se


incorpore a una emisión de radiodifusión protegida conforme a lo dispuesto en
esta ley.

8. En todo caso, los artistas intérpretes o ejecutantes nacionales de terceros


países gozarán de la protección que corresponda en virtud de los Convenios y
Tratados internacionales en los que España sea parte y, en su defecto, estarán
equiparados a los artistas intérpretes o ejecutantes españoles cuando estos, a
su vez, lo estén a los nacionales en el país respectivo.

9. Los plazos de protección serán igualmente aplicables a los mencionados


titulares que no sean nacionales de la Unión Europea siempre que tengan
garantizada su protección en España mediante algún Convenio internacional.
No obstante, sin perjuicio de las obligaciones internacionales que
correspondan, el plazo de protección expirará en la fecha prevista en el país
del que sea nacional el titular sin que, en ningún caso, la duración pueda
exceder de la establecida en el artículo anteriormente mencionado.
10. Los productores de fonogramas y los de obras o grabaciones
audiovisuales, los realizadores de meras fotografías y los editores de las
serán protegidos con arreglo a esta ley en los siguientes casos:

a) Cuando sean ciudadanos españoles o empresas domiciliadas en España, así


como cuando sean ciudadanos de otro Estado miembro de la Unión Europea o
empresas domiciliadas en otro Estado miembro de la Unión Europea.

b) Cuando sean nacionales de terceros países y publiquen en España por


primera vez o, dentro de los treinta días siguientes a que lo hayan sido en otro
país, las obras mencionadas. No obstante, el Gobierno podrá restringir el
alcance de este principio, en el caso de nacionales de Estados que no protejan
suficientemente las obras o publicaciones de españoles en supuestos
análogos.

11. Las entidades de radiodifusión domiciliadas en España, o en otro Estado


miembro de la Unión Europea, disfrutarán respecto de sus emisiones y
transmisiones de la protección establecida en esta ley. En todo caso, las
entidades de radiodifusión domiciliadas en terceros países gozarán de la
protección que les corresponda en virtud de los Convenios y Tratados
internacionales en los que España sea parte y los plazos de protección serán
igualmente aplicables a los mencionados titulares que no sean nacionales de
la Unión Europea siempre que tengan garantizada su protección en España
mediante algún Convenio internacional. No obstante, sin perjuicio de las
obligaciones internacionales que correspondan, el plazo de protección expirará
en la fecha prevista en el país del que sea nacional el titular sin que, en
ningún caso, la duración pueda exceder de la establecida en el artículo
anteriormente mencionado.

12. Estos derechos se aplicarán a las bases de datos cuyos fabricantes o


derechohabientes sean nacionales de un Estado miembro o tengan su
residencia habitual en el territorio de la Unión Europea y a las sociedades y
empresas constituidas con arreglo a la legislación de un Estado miembro y
que tengan su sede oficial, administración central o centro principal de
actividades en la Unión Europea; no obstante, si la sociedad o empresa tiene
en el mencionado territorio únicamente su domicilio social, sus operaciones
deberán estar vinculadas de forma efectiva y continua con la economía de un
Estado miembro.

XVI.- Qué entidades de Gestión existen?

Entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual de autores:

1.- SGAE: Sociedad General de Autores y Editores (editores y autores de obras


musicales, audiovisuales, literarias, dramáticas y coreográficas).
2.- CEDRO: Centro Español de Derechos Reprográficos (editores y autores de
obras impresas)
3.- VEGAP: Visual, Entidad de Gestión de Artistas Plásticos (autores de obras
plásticas y de la creación visual)

4.- DAMA: Asociación Derechos de Autor de Medios Audiovisuales (directores-


realizadores y guionistas de obras audiovisuales)

Entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual de artistas


intérpretes o ejecutantes:

1.- AIE: Artistas Intérpretes o Ejecutantes (musicales), Sociedad de Gestión de


España.

2.- AISGE: Artistas Intérpretes (actorales), Sociedad de Gestión.

Entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual de productores:


1.- AGEDI: Asociación de Gestión de Derechos Intelectuales (productores de
fonogramas).
2.- EGEDA: Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales

INTRODUCCIÓN A LOS DERECHO DE PROPIEDAD INTELECTUAL: DERECHOS


PATRIMONIALES Y CESIÓN DE DERECHOS

EXPLOTACIÓN DE LA OBRA LITERARIA Y CIENTÍFICA

• Concepto

• Características

• Elementos del contrato de edición:

• sujeto, objeto y causa


SUJETOS del contrato de edición:

• Autor o derechohabientes

• Editor

OBJETO del contrato de edición:

• Derecho de reproducción

• Derecho de distribución

• Derecho de comunicación pública

• Derecho de transformación

CAUSA del contrato. Remuneración.

• Proporción a los ingresos

• A tanto alzado.

• Dificultad para determinar los ingresos

• Carácter accesorio, no esencial

• Primera o única edición de: antologías, prólogos, ilustraciones traducciones, obras


científicas y ediciones populares a precios reducidos

Forma escrita. Contenido mínimo

• Exclusividad

• Ámbito territorial

• Máximo y mínimo de ejemplares de la edición

• Forma de distribución. Ejemplares reservados

Remuneración

• Puesta en circulación de los ejemplares

• Plazo para entrega del original

Edición en forma de libro. Contenido mínimo:

- Lengua o lenguas en que ha de publicarse la obra


- Anticipo a cuenta de derechos
- Modalidad o modalidades de edición
- Colección de la que formará parte, en su caso

Otras menciones

• Calendario de entregas parciales, en su caso

• Corrección de pruebas
• Control de tirada - regulación

• Liquidaciones. Tiempo y forma

• Idiomas – derecho de traducción – gestión del derecho

EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE EDICION

• Por terminación del plazo de duración convenido

• Por cumplimiento del objeto del contrato

• Por transcurso de diez años si la remuneración se pactó

a tanto alzado.

• Por transcurso de quince años desde que el autor puso al editor

en condiciones de realizar la reproducción de la obra.

EFECTOS DE LA EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE EDICION

• Salvo pacto en contrario, el editor podrá enajenar los

ejemplares que posea dentro de los tres años siguientes.

La enajenación queda sujeta a las condiciones establecidas

en el contrato extinguido.

• El autor podrá adquirir los ejemplares por el 60% del PVP

o por el que se determine pericialmente u optar por ejercer

tanteo sobre el precio de venta.

RESOLUCIÓN DEL CONTRATO DE EDICIÓN

Si el editor no realiza la edición en el plazo y condiciones convenidas.

Si el editor no mantiene una explotación continua y una difusión comercial conforme a


los usos habituales del sector de la edición.

Si el editor no satisface la remuneración estipulada. Debe liquidar al menos una vez al


año y certificar los datos relativos a fabricación, distribución y existencias.

RESOLUCIÓN DEL CONTRATO DE EDICIÓN

• Si el editor procede a la venta como saldo o destrucción sin respeta los requisitos del
artículo 67 TRPLI
• Si el editor cede indebidamente los derechos a un tercero.

• Si el editor no efectúa la siguiente edición en un año desde que fuese requerido para
ello por el autor.

• Supuestos de liquidación o cambio de titularidad de la empresa editorial si no se ha


iniciado la reproducción de la obra.

DERECHO DE OPCIÓN PREFERENTE

Otorga al editor preferencia para suscribir un contrato en iguales condiciones que las
que el autor haya convenido con un tercero:

* Extinguido el contrato de edición, para editar

nuevamente la obra.

* Vigente el contrato de edición, para explotar la obra en otras modalidades no


contempladas en el contrato

• Recomendaciones:

- Establecer el plazo del que dispone el autor

para comunicar al editor las condiciones convenidas

con el tercero.

- Señalar el plazo del que dispone el editor

para ejercitar el derecho de opción.

VENTA EN SALDO

• Procedimiento:

- El editor debe comunicar fehacientemente al autor su decisión

informando del precio y número de ejemplares a saldar.

- El autor, en los treinta días siguientes, podrá optar entre:


o Adquirir los ejemplares por el precio de saldo.
o Percibir el 10% del importe facturado por el editor.

Nota.- El autor puede destinar los ejemplares al comercio.

DESTRUCCIÓN DE EJEMPLARES

• La destrucción antes de dos años desde la puesta en circulación


de los ejemplares, requiere autorización del autor.

• Procedimiento:

• El editor deberá notificar al autor su decisión

• El autor, en los treinta días siguientes, podrá exigir

que se le entreguen todos o parte de los ejemplares.

Nota.- El autor no puede destinar los ejemplares al comercio.

EL CONTRATO DE EDICIÓN OBLIGACIONES DEL EDITOR

Reproducir fielmente la obra

• Hacer constar el nombre, firma o signo que lo identifique en todos los ejemplares.

• Someter al autor las pruebas de tirada, salvo pacto en contrario.

• Distribuir la obra en la forma y plazo convenidos

Abonar al autor la remuneración pactada

• Si la remuneración es proporcional:

- Certificado de los datos relativos a la fabricación, distribución y existencias de


ejemplares.
- Abonar al autor el resultado de la liquidación

• Restituir al autor el original de la obra

• Formalidades administrativas (ISBN y Depósito legal)

OBLIGACIONES DEL AUTOR

Entregar al editor la obra en la forma y plazo convenidos

• Responder de la autoría y originalidad de la obra y

del ejercicio pacífico de los derechos objeto de la cesión

• Corregir las pruebas de tirada, salvo pacto en contrario

CAUSAS DE NULIDAD DEL CONTRATO DE EDICIÓN

• Ausencia de forma escrita


• Falta del número máximo y mínimo de ejemplares de la edición o de cada una de las
que se convengan

• Falta de la remuneración del autor

• CONSECUENCIA: Liquidación de los efectos del contrato hasta la declaración de


nulidad.

OTRAS FORMAS DE EDICIÓN

Edición digital y Publicación electrónica.

- Edición en soporte digital


- El libro electrónico
- Explotación de obras on line

EXPLOTACIÓN DIGITAL. CESIÓN DE DERECHOS

• Concretar la forma y modalidades de explotación digital

• Contrato independiente del contrato de edición

• Contrato de edición y cesión de derechos para la explotación digital de la obra

LIBRO ELECTRÓNICO

• Objeto del contrato: Explotación de la obra mediante la comercialización de un


archivo digital.

• Cesión de derechos: Reproducción, distribución, comunicación pública y


transformación de la obra en formato digital para:

- digitalizar y reproducir la obra en otros formatos

* distribuir mediante venta el archivo digital

* autorizar su visualización, descarga, impresión

• Exclusividad de la cesión.

• Ámbito territorial:

• Países en los que el editor puede comercializar la obra.

• Duración de la cesión.

• Plazo de entrega de la obra por el autor.

• Plazo para iniciar la comercialización de la obra por el editor.

Remuneración:
% sobre PVP sin IVA

• Liquidaciones: Periodicidad y certificación de datos

• Sistema de protección del archivo digital

• Sistema de control de accesos y descargas

IMPACTO EN EL MODELO DE NEGOCIO EDITORIAL

Fijación del precio del libro electrónico vs. Libro en papel

• Negociación de derechos de autor para edición digital

• Canales de comercialización: venta directa, librerías virtuales, plataformas, licencias para


universidades, bibliotecas…

• Impresión bajo demanda

• Inversión: Digitalizar, DRM, Visibilidad en Internet

• Nuevos distribuidores de contenidos: Google, Amazon, Telefónica…

• Nuevas competencias para la librería tradicional.

• Venta de libro electrónico

• Impresión bajo demanda

PLATAFORMAS DIGITALES DE AUTOEDICIÓN

Permiten al autor:

• Independencia del editor

• Ahorro de costes – intermediarios –

• Mayor contraprestación

EXPLOTACIÓN DIGITAL ONLINE

• Relevancia de los derechos morales

• Derechos patrimoniales

• Reproducción

• Comunicación pública.

• Puesta a disposición a disposición del público

• Transformación

CESIÓN DE DERECHOS PARA EXPLOTACIÓN DE LA OBRA DIGITAL ON LINE

• Sujetos: Autor / Titular de derechos Editor / Titular del dominio – web /


• Objeto: puesta a disposición del público de la obra mediante la inclusión en bases de datos

• Causa: Contrato oneroso (remuneración) / gratuito (difusión)

• Ámbito territorial

• Duración de la cesión

• Garantías para el autor: Medidas tecnológicas de protección

• Extinción y resolución.

• Reglas generales de transmisión de derechos de propiedad intelectual.

LA RELACIÓN CONTRACTUAL ENTRE EL EDITOR Y LA PLATAFORMA DE SERVICIOS

• Sujetos: Editor o institución / plataforma de servicios

• Objeto: derechos de explotación para puesta a disposición de las

obras a los usuarios

• Causa: remuneración económica

• Duración

• Extinción

• Contratos de adhesión. Escaso margen de negociación

DIRECTIVA (UE) 2019/790 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 17 de abril de 2019
sobre los derechos de autor y derechos afines en el mercado único digital y por la que se
modifican las Directivas 96/9/CE y 2001/29/CE

Artículos 18, 19, 20, 21, 22 y 23

LA OBRA PLÁTICA Y LA GESTÓN DE SUS DERECHOS: VEGAP

LA GESTIÓN DE DERECHOS DE AUTORES Y EDITORES DE TEXTO: CEDRO

FOTOGRAFÍA Y OBRA FOTOGRÁFICA

LA PROPIEDAD INTELECTUAL DE LAS OBRAS ARQUITECTÓNICAS

LA PRODUCCIÓN TEATRAL

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