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ESPAÑOL ACTUAL
revista de español vivo
98/2012
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ESPAÑOL ACTUAL
PUBLICACIÓN SEMESTRAL DE ESPAÑOL VIVO

DIRECCIÓN: Lidio Nieto Jiménez/Leonardo Gómez Torrego

SECRETARÍA: Carmen Cazorla Vivas (Univ. Complutense de Madrid)

COMITÉ EDITORIAL:
Santiago Alcoba (Univ. Autónoma de Barcelona)
Manuel Alvar Ezquerra (Univ. Complutense de Madrid)
Dolores Azorín (Univ. de Alicante)
Catalina Fuentes (Univ. de Sevilla)
Carmen Galán (Univ. de Extremadura)
Mercedes Sedano (Univ. Central de Venezuela)
Ana María Vigara † (Univ. Complutense de Madrid)

CONSEJO CIENTÍFICO:
Mª Ángeles Álvarez Martínez (Univ. de Alcalá de Henares)
María Vittoria Calvi (Univ. de Milán)
Norma Carricaburo (Univ. de Buenos Aires)
Salvador Gutiérrez (Univ. de León)
Humberto Hernández (Univ. de La Laguna)
Ángel López García (Univ. de Valencia)
Pedro Martín Butragueño (Col. de México)
Mª Antonia Martín Zorraquino (Univ. de Zaragoza)
José Álvaro Porto Dapena (Univ. de La Coruña)
Graciela Reyes (Univ. de Illinois, Chicago)
María Vaquero † (Univ. de Puerto Rico)

EDICIÓN Y DISTRIBUCIÓN: ARCO/LIBROS, S. L.


C/ Juan Bautista de Toledo, 28. 28002 MADRID
Tels.: 91 415 36 87 - 91 416 13 71. Fax: 91 413 59 07
E-mail: arcolibros@arcomuralla.com
ISSN: 1135-867X

Importante:
Los artículos recibidos en EA se someten al informe de dos revisores (o tres en caso de desacuerdo) y el Consejo de
Redacción decide la publicación o no de los trabajos. La Dirección de la Revista advierte a los posibles autores que
todos los originales deberán ajustarse a las normas tipográficas que figuran en el número 87 y en nuestra página
web: <http://www.arcomuralla.com>. Por otra parte, se hace constar que no se mantendrá correspondencia respecto
a originales no solicitados, salvo la comunicación de si han sido o no aceptados. A partir de este hecho, los origina-
les rechazados que no se retiren en el plazo de 60 días serán destruidos.

IMPRESIÓN: CIMAPRESS (MADRID). D. L.: M-14.916-1964


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ÍNDICE
Número monográfico dedicado al “Panorama de la sociolingüística hispanica”
coordinado por FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Págs.

PRESENTACIÓN. PANORAMA DE LA SOCIOLINGÜÍSTICA HISPÁNICA (Francisco Moreno


Fernández) ..................................................................................................... 5

ARTÍCULOS

PEDRO MARTÍN BUTRAGUEÑO: Variación y cambio lingüístico en el español mexicano. 11


JOSÉ ANTONIO SAMPER PADILLA: La sociolingüística en España ............................ 39
YOLANDA RODRÍGUEZ CADENA: Las investigaciones sociolingüísticas en Colombia..... 71
ORLANDO ALBA: Panorama sociolingüístico del Caribe hispánico insular ............... 97
MANUEL DÍAZ-CAMPOS y GREGORY NEWALL, El español en los Estados Unidos: una
perspectiva general de la demografía, la historia y las características lingüísticas
más relevantes ............................................................................................... 127
PAULO CORREA y LETICIA REBOLLO: Sociolingüística rioplatense: principales fenó-
menos de variación ......................................................................................... 161

PAPELETAS GRAMATICALES: USO Y NORMA

ANTONIO BRIZ: La constelación comunicativa coloquial. Hacia un modo más di-


námico de entender lo coloquial................................................................ 217
ANA Mª. CESTERO MANCERA: El Proyecto para el estudio sociolingüístico del espa-
ñol de España y América (PRESEEA) ........................................................... 227

RESEÑAS

Rebeca Barriga Villanueva y Pedro Martín Butragueño (dirs.), Historia so-


ciolingüística de México, vol. I: México prehispánico y colonial, El Colegio de
México, México, 2010 (LEONOR OROZCO).................................................. 237
Rebeca Barriga Villanueva y Pedro Martín Butragueño (dirs.), Historia so-
ciolingüística de México, vol. II: México contemporáneo, El Colegio de Méxi-
co, México, 2010 (DINORAH PESQUEIRA) ..................................................... 244
Manuel Díaz-Campos (ed.), The Handbook of Hispanic Sociolinguistics (JIM
MICHNOWICZ)................................................................................................ 253
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PRESENTACIÓN

PANORAMA DE LA SOCIOLINGÜÍSTICA HISPÁNICA

El dominio geográfico de la lengua española constituye una de las


áreas lingüísticas más extensas del mundo. Sus 12 millones de kilóme-
tros cuadrados (Moreno Fernández y Otero, 1998: 69) abarcan el hábi-
tat de una comunidad idiomática que supera los 400 millones de
hablantes nativos que se distribuyen entre el continente americano –su
contingente principal– el europeo, el africano y las islas Filipinas, junto
a diversos enclaves insulares (Moreno Fernández y Otero, 2007). Seme-
jante territorio viene perfilándose como comunidad desde hace 500
años, si bien cada periodo cronológico supuso la sucesión de aconteci-
mientos históricos particulares a cada parcela hispánica, especialmen-
te desde principios del siglo XIX, cuando comenzó a consolidarse la
emancipación de las repúblicas americanas. Al mismo tiempo, la histo-
ria hispánica ha conocido importantes movimientos poblacionales: de
España a América, de América a España, de otros países europeos a
América, de España y América a Filipinas y entre distintos territorios
americanos, de norte a sur y de sur a norte. Tales condiciones geográ-
ficas, históricas y demográficas permitirían deducir fácilmente la varie-
dad lingüística que atesora el español en la actualidad.
La diversidad más perceptible para los hispanohablantes de cual-
quier latitud es la geolingüística: los hablantes nativos de español
somos muy sensibles para la identificación de nuestros co-hablantes
por sus marcas dialectales, especialmente por las fonéticas, incluidas
las entonativas, y las léxico-fraseológicas. La geografía dialectal del
español incluye unas variedades muy fácilmente reconocibles por los
demás hablantes, por ofrecer características específicas o marcadas,
como la castellana española (con su distinción fonológica de s y z-c o el
uso de vosotros) o la rioplatense (con su rehilamiento y el uso vosean-
te), y otras variedades menos “peculiares”, –es decir, con rasgos más
generalmente compartidos– como la andina o la centroamericana,
aunque todas ellas siempre presenten algunos elementos que hacen
posible su localización geográfica.
Por su lado, las diferencias de origen social, en el español de cual-
quier territorio, no son tan reconocibles para el conjunto de los hispa-
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nohablantes, sino que suelen hacerse relevantes dentro de cada área


geográfica particular o, mucho más, dentro de cada región o comuni-
dad. Ocurre, además, que estas diferencias sociolingüísticas a menudo
ni son generales ni, cuando coinciden, se valoran o perciben de la
misma forma por parte de los hablantes de los diferentes dialectos his-
pánicos. Así, el voseo de vos tomás o vos decís, por ejemplo, no es gene-
ral en el español, pero se extiende por un amplísimo territorio que
alcanza desde el sur de México a la Patagonia; con todo, la distribución
sociolingüística y pragmática de sus usos y usuarios no coincide de un
país a otro y, en ocasiones, ni entre regiones de un mismo país. Algo
parecido podría decirse del tuteo y el ustedeo, de los patrones entona-
tivos, del sistema de pronombres átonos, del queísmo y el dequeísmo,
del uso de partículas discursivas como pues y entonces o, por supuesto,
del tabú y el eufemismo.
La lengua española, no obstante, muestra una homogeneidad rela-
tiva que también se evidencia en algunas tendencias de variación socio-
lingüística, reconocibles casi de forma universal. La proclividad a debi-
litar los segmentos consonánticos en posición silábica posnuclear pro-
duce un juego entre la conservación y la pérdida de las consonantes
implosivas que resulta más llamativo en el caso de /s/, aunque también
afecte a /r/, /l/, /n/ y, en el caso del español peninsular, a la inter-
dental fricativa sorda. Asimismo la tendencia panrománica a la leni-
ción intervocálica influye en la variación sociolingüística de /d/, sobre
todo en los participios, y, en general, en la distribución social de la pro-
nunciación más o menos tensa de las consonantes. Fenómenos de
variación sociolingüística y sociopragmática como los que acaban de
comentarse, asociados a procesos de cambio, son algunos de los que se
explican en los trabajo reunidos en el volumen 98 de Español Actual.
El título de este volumen es “Panorama de la sociolingüística hispá-
nica” y su contenido debe entenderse como tal: como una revisión
general de los principales aspectos sociolingüísticos –especialmente
sobre variedades, variación y cambio lingüísticos– que caracterizan a
nuestra lengua a lo ancho del territorio hispanohablante. Esta presen-
tación panorámica ha centrado la atención en algunas grandes áreas:
México y Centroamérica, el Caribe, la zona andina, el Río de la Plata,
Estados Unidos y España. Es cierto: no se atiende a todos los territorios
hispanos, peros las publicaciones periódicas imponen unos límites que
obligan a marcar prioridades y, en definitiva, a la selección. Unas áreas
hispánicas como la chilena, la venezolana o la andina meridional bien
podrían haber contado con trabajos monográficos en este volumen; lo
mismo podría decirse de muchos espacios dentro de los territorios
atendidos. Ante tal hecho, solo podemos decir que quedamos en
deuda; hemos creído, por contra, que la complejidad sociolingüística
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PRESENTACIÓN 7

del español en los Estados Unidos merecía ser explicada. Insistimos:


aspiramos a ofrecer un panorama de aspectos significativos, dado que
debemos renunciar a la exhaustividad.

Áreas atendidas en el panorama de la sociolingüística hispánica

Los artículos que aquí se incluyen explican los temas fundamenta-


les que han sido y son objeto de estudio sociolingüístico, así como los
principales trabajos que los abordan, en México, Colombia, el Caribe
hispánico, el Río de la Plata, Estados Unidos y España. El contenido de
estos artículos va complementado por las descripciones y referencias
de dos importantes proyectos de investigación, que han ocupado a los
especialistas de numerosos países durante los últimos años: el análisis
de la cortesía verbal y el proyecto para el estudio sociolingüístico del
español de España (de Europa, si se quiere) y de América (PRESEEA).
Además, se publican reseñas de dos obras colectivas, señeras y funda-
mentales en la sociolingüística hispánica contemporánea. Aun con
carencias, este panorama aspira a que cualquier lector interesado por
la situación actual de la lengua española pueda conocer su realidad
sociolingüística en amplios territorios de la geografía hispánica.

FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ


Universidad de Alcalá-Instituto Cervantes
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TENDENCIAS ACTUALES DEL ESPAÑOL EN EL CORREO ELECTRÓNICO 9

ARTÍCULOS
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO


EN EL ESPAÑOL MEXICANO

PEDRO MARTÍN BUTRAGUEÑO


El Colegio de México

RESUMEN
El propósito de este artículo es ofrecer un panorama acerca de los estudios
de variación sobre el español de México en los últimos años. En primer lugar, se
examina la etapa científica en el desarrollo de la sociolingüística mexicana. En
segundo término, se considera el estudio de la transmisión lingüística y en par-
ticular los recientes desarrollos en el análisis de la difusión (datos geolingüísti-
cos, modelos de distribución lingüística, papel de los factores sociales, resultados
comparativos en varias contribuciones actuales, etc.). Por último, se revisan algu-
nas obras de referencia, corpus lingüísticos, medios electrónicos y reuniones lin-
güísticas sobre aproximaciones al cambio y la variación.

PALABRAS CLAVE: Español de México, cambio y variación lingüística, difusión


lingüística.

LINGUISTIC VARIATION AND CHANGE IN MEXICAN SPANISH

ABSTRACT

The aim of this paper is to offer an overview about variation studies on


Mexican Spanish in the last years. First, the scientific stage in the development of
Mexican sociolinguistics is examined and also the concept of ‘Mexican Spanish’
is discussed. Second, the study of linguistic transmission and particularly the
recent developments in the analysis of linguistic diffusion (in geo-linguistic data,
models of linguistic distribution, role of social factors, comparative results in a
number of current contributions, etc.) are considered. Finally, some reference
works, linguistic corpora, electronic media, and linguistic meetings on approaches
to variation and change are reviewed.

KEY WORDS: Mexican Spanish, language change and variation, linguistic dif-
fusion.

Son muchos los problemas interesantes que pueden mencionarse a la


hora de presentar un panorama sobre la realidad sociolingüística de
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México, demasiados en realidad para una contribución breve. En ese


sentido, este artículo queda acotado de tres maneras: a) se hará referen-
cia solo a fenómenos en los que esté involucrado el español, sea en sí
mismo o en contacto con otras lenguas; b) el énfasis estará puesto en las
aportaciones e intereses de los años más recientes, aunque se mencio-
narán los antecedentes clásicos cuando se considere pertinente; c) aun-
que no de modo excluyente (ni exhaustivo, desde luego), el mayor hin-
capié recaerá sobre aquellos trabajos elaborados desde la perspectiva
conocida como cambio y variación. A grandes rasgos, estos límites corres-
ponden respectivamente a cada una de las tres secciones en que se divi-
de el texto (panorama, cuestiones actuales y obras de referencia).

PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO

Dado que ya existen diferentes visiones generales de los rasgos del


1 2
español mexicano (Lope, 1996 ; Moreno de Alba, 1994 ; Moreno
3 4 5
Fernández, 2009 ; Lara, 2008 ; Martín Butragueño, en prensa a) , la
sección se concentra más bien en la discusión reciente de ciertos
supuestos generales (infra se presentan de todos modos datos de algu-
6
nas variables específicas) .
Un problema general a la hora de construir elementos variacionis-
tas suficientes sobre un espacio geográfico y social determinado, en un
sentido descriptivo y explicativo, es que los análisis previos disponibles
no hayan agotado, ni mucho menos, la tarea que les correspondía en
su momento científico. En México, este problema se manifiesta en el
hiato surgido entre 1) las monografías dialectales que ya estaban incor-
porando elementos analíticos de corte social, moviéndose a fin de
cuentas dentro del paradigma del Atlas lingüístico de México, que tam-
1
Juan Manuel Lope Blanch, “México”, en Manual de dialectología hispánica. El español de
América. Dir. M. Alvar. Barcelona, Ariel, 1996, págs. 81-89.
2
José G. Moreno de Alba, La pronunciación del español en México, México, El Colegio de
México, 1994.
3
Francisco Moreno Fernández, La lengua española en su geografía, Madrid, Arco/Libros,
2009.
4
Luis Fernando Lara, “Para la historia de la expansión del español por México”, Nueva
Revista de Filología Hispánica, 56, 2008, págs. 297-362.
5
Pedro Martín Butragueño, “La división dialectal del español mexicano”, en Historia
sociolingüística de México. Vol. 3: Espacio, contacto y discurso político. Dir. R. Barriga y P. Martín.
México, El Colegio de México, en prensa a.
6
Entre los rasgos fónicos más conocidos se encuentran el debilitamiento vocálico y el
consonantismo tenso en coda, la asibilación de r y rr, las soluciones tensas para las obstru-
yentes oclusivas intervocálicas, la fricativización de ch (fenómenos frecuentes solo en ciertas
zonas, desde luego); en el nivel sintáctico, la organización de los tiempos de pasado, la rece-
sión del futuro morfológico, y el uso de se los y de hasta, son algunos de los procesos más
comúnmente citados.
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 13

bién incluye (programáticamente y en la colecta, pero subutilizados en


la publicación) estos elementos sociales, y 2) el desarrollo de un pro-
grama empírico variacionista descriptivo, explicativo y crítico, a partir
de mediados de los años noventa (por dar una fecha), que retoma y
respeta la investigación previa, pero que ha tenido que partir de
cimientos muy fragmentarios y llevar a cabo investigaciones básicas que
muy bien podrían o deberían haber estado hechas para esas fechas
(desde la creación de corpus sociolingüísticos propiamente dichos a la
existencia de monografías variacionistas, pasando por la disposición de
datos útiles detallados incluso para las variables sociolingüísticas con
mayor tradición de estudios en otros lados). Tal situación, como se
comprenderá, tiene más inconvenientes que ventajas, aunque no deja
de ser desafiante, en especial si se busca ofrecer una discusión apro-
piada del espacio histórico ocupado por el español mexicano.
De hecho, no es aún muy claro ni siquiera qué debemos entender
7
por español mexicano, más allá de delimitaciones básicas y de las más
respetables visiones perceptuales obtenidas en investigaciones con
8
diferentes estratos de informantes (Morúa y Serrano, 2004 ; Serrano,
9
2009, ms. ). A mi entender, puede concebirse como la proyección de
un modelo dinámico con un frente de avance (el desplazamiento de
las lenguas indígenas, proceso vivo desde el siglo XVI, pero frenética-
mente acelerado a partir del siglo XIX), una cauda de pérdida (en
Estados Unidos, primero por escisión territorial, luego por migración)
y un núcleo de homogeneización (la influencia del estándar capitalino
sobre el resto del territorio). Estas tres cuestiones pueden ser polémi-
cas y necesitan de más investigación; me gustaría, sin embargo, ampliar
mi punto de vista al respecto de cada una de ellas.
Que el desplazamiento de las lenguas indígenas no sea un hecho de-
seable y que cualquier persona sensata deba contribuir a la permanencia
de las lenguas vernáculas no impide que, en la escala general (pues los
casos específicos son muy diferentes entre sí, además de que existen no
pocas iniciativas de importancia), el proceso de desplazamiento no se
7
Como las geográficas o como los datos censales (<http://www.inegi.org.mx/>), por
mucho que estos sean los puntos de partida. Para algunos otros datos demolingüísticos,
véase <http://lef.colmex.mx/index.php/cursos-y-materiales/datos-demolinguisticos>. El
Censo de 2010, por cierto, señala una población total de 112 336 538 habitantes (54 855 231
hombres y 57 481 307 mujeres); ahora bien, de entre la población de tres y más años (104
781 265), se especifica que 6 913 362 personas hablan alguna lengua indígena.
8
Carmen Morúa y Julio Serrano, “Dos mil kilómetros de por medio: dialectología per-
ceptual contrastiva del español mexicano”, en Memorias del VII Encuentro Internacional de
Lingüística en el Noroeste, C. Morúa y R. M. Ortiz Ciscomani (eds.), Hermosillo, Universidad
de Sonora, t. 2, 2004, pp. 253-276.
9
Julio Serrano, “¿Cuántos dialectos del español existen en México? Un ensayo de dia-
lectología perceptual”. [Puede consultarse en <http://lef.colmex.mx.>], ms.
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14 EA 98/2012

haya frenado. Desde el punto de vista científico, es urgente llevar a cabo


más trabajos de bilingüismo tanto en comunidades tradicionales como en
10
situaciones de migración (véase Guerrero, 2006 para el contacto con el
11 12 13
otomí; San Giacomo, 2009 , 2011 , y San Giacomo y Peperkamp, 2008
14
con el náhuatl; Torres, 2012 con el tepehuano del sur en comunidades
15
tradicionales; y Martínez Casas, en prensa , para la inmigración urbana).
Casi sobra decir que es muy discutible sostener una visión dialectológica
sobre el llamado español indígena (Guerrero y San Giacomo, en pren-
16
sa ), problema que requiere un enfoque de lenguas en contacto, aun
cuando pueda haber rasgos regionales estabilizados que funcionan patri-
17 18 19
monialmente (como en Mérida, cf. Michnowicz, 2006 , 2008 , 2009 ,
20 21
2012 ; Rosado, 2012 ).
10
Alonso Guerrero Galván, “Hablamo(s) así todo(s) iguale(s): concordancia plural en
un contexto bilingüe”, en Líderes lingüísticos. Estudios de variación y cambio, P. Martín (ed.),
México, El Colegio de México, 2006, págs. 89-110.
11
Marcela San Giacomo, La présence de l’espagnol en nahuatl: une étude sociolinguistique des
adaptations et non-adaptations des emprunts, Tesis de doctorado, París, Universidad de París
VIII, 2009.
12
Marcela San Giacomo, “Habla espontánea y adaptación de préstamos”, en Realismo en
el análisis de corpus orales (primer coloquio de cambio y variación lingüística), P. Martín Butragueño
(ed.), México, El Colegio de México, 2011, págs. 171-190.
13
Marcela San Giacomo y Sharon Peperkamp, “Presencia del español en náhuatl: estu-
dio sociolingüístico de la adaptación de préstamos”, en Selected Proceedings of the Fourth
Workshop on Spanish Sociolinguistics, M. Westmoreland y J. Thomas (eds.), Somerville, MA:
Cascadilla Press, 2008, págs. 149-156.
14
Nadiezdha Torres Sánchez, “Sistema pronominal de los tepehuanos del sureste en
Durango y Santa María Ocotán”, ponencia presentada al III Coloquio de cambio y variación lin-
güística: estudios de geolingüística, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia -
Escuela Nacional de Antropología e Historia, 7-9 de noviembre, 2012.
15
Regina Martínez Casas, “De la resistencia al desplazamiento de las lenguas indígenas
en situaciones de migración”, en Historia sociolingüística de México. Vol. 3: Espacio, contacto y dis-
curso político, R. Barriga y P. Martín (dirs.), México, El Colegio de México, en prensa.
16
Alonso Guerrero Galván y Marcela San Giacomo, “El llamado español indígena en el
contexto del bilingüismo”, en Historia sociolingüística de México. Vol. 3: Espacio, contacto y dis-
curso político, R. Barriga y P. Martín (dirs.), México, El Colegio de México, en prensa.
17
J. Michnowicz, “Final -m in Yucatan Spanish: a rapid and anonymous survey”, en New
Perspectives on Romance Linguistics. Vol. 2: Phonetics, Phonology, and Dialectology. Selected Papers
form the 35th Linguistic Symposium on Romance Languages (LSRL), Jean Pierre Montreuil (ed.),
Amsterdam, John Benjamins, 2006, págs. 155-166.
18
J. Michnowicz, “Final nasal variation in Merida, Yucatan”, Spanish in Context, 5, 2008,
págs. 278-303.
19
J. Michnowicz,. “Intervocalic voiced stops in Yucatan Spanish: a case of contact-indu-
ced language change?”, en Español en Estados Unidos y otros contextos de contacto. Sociolingüística,
ideología y pedagogía, M. Lacorte y J. Leeman (eds.), Madrid - Frankfurt: Vervuert - Iberoame-
ricana, 2009, págs. 67-84.
20
J. Michnowicz, “Dialect standardization in Merida, Yucatan: the case of (b d g)”, Revista
Internacional de Lingüística Iberoamericana, 9, 18, 2012, págs. 191-212.
21
Leonor Rosado, Estudio sociolingüístico de la ciudad de Mérida, Yucatán. Tesis de maestría.
México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2012.
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 15

Frente a lo que se suele sostener en ciertos medios nacionales e his-


pánicos, me parece que, de nuevo en el saldo global, el español en
general, y el español mexicano en particular, se comporta en el ámbi-
to estadounidense como una lengua vernácula y minoritaria. De
nuevo, sería necesario matizar cada situación particular, pero el entor-
no bilingüe parecería implicar un área caudal para el concepto histó-
rico del español mexicano.
Por fin, aunque existen ciudades de importancia regional, es claro
también que el área de influencia de la ciudad de México llega a todo
el país, produciendo la retracción de ciertos rasgos locales, la acentua-
ción de otros (por desacomodación identitaria) y la producción de un
estándar de valor hispánico. Muchos de los fenómenos sociolingüísti-
cos más llamativos están motivados por el acelerado crecimiento urba-
no experimentado por el país en el siglo XX. En particular, la migración
ha motivado una gran cantidad de situaciones de contacto dialectal y
lingüístico. Las ciudades mismas forman una red de relaciones que
bien puede estar en la base de la distribución variable de numerosos
fenómenos lingüísticos: la megalópolis central; las áreas de influencia
respectiva de Guadalajara y Monterrey; las ciudades fronterizas con
Estados Unidos; las áreas turísticas pujantes (como Cancún o Puerto
Vallarta); las ciudades claves en la historia lingüística del país (como
Veracruz, Acapulco o Mérida).

CUESTIONES CANDENTES

Estudio masivo de la transmisión lingüística

La transmisión lingüística tiene lugar en el seno de comunidades


lingüísticas (por contraste con la difusión, que ocurre entre comuni-
dades). En la actualidad, existen diferentes proyectos sociolingüísticos
en curso (infra para las referencias a los corpus) en las ciudades de
México, Monterrey, Guadalajara, Puebla, Mérida, Culiacán, La Paz,
Acapulco, la Costa Chica y Veracruz, entre otros. Los proyectos de
mayor envergadura albergan en realidad una gran cantidad de estu-
dios diferentes, en los que se analizan las modificaciones en tiempo
real y aparente, el papel de los líderes lingüísticos y las actitudes, el
comportamiento de diferentes variables, la proyección en el discurso,
etc.
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16 EA 98/2012

Hacia el estudio de la difusión lingüística

La efervescencia de la dialectología tradicional había culminado en


la publicación del Atlas lingüístico de México a lo largo de los años noven-
22
ta (Lope Blanch, 1990-2000 ). Una de las más crudas paradojas es que,
siendo el Atlas el crisol formativo de una generación de hispanistas, la
renovación geolingüística ha quedado empantanada –por duro que
sea el término–; intentaré exponer las líneas maestras de cómo empie-
za a gestarse una cierta renovación. El punto es tanto más grave cuan-
do se considera la pretensión sociolingüística de la colecta original y
los pocos estudios que han empleado los datos disponibles.
Quizá un buen ejemplo del gran partido que puede sacársele a los
datos del Atlas sea el caso de /x/, que puede presentarse principal-
mente como velar [x], faríngea [£] o glotal (laríngea) [h]. Dada la
gran riqueza de la información, puede construirse un índice simple
que resume en una sola cifra el grado de velarización o de posteriori-
zación proporcionalmente presente en los informantes de cada uno de
los 193 puntos de la carta geográfica (Martín Butragueño, en prensa
23
b ). La figura 1 proyecta los resultados obtenidos en una curva en
forma de “S”.

1.500 y = 0.01.2x – 0.598


R2 = 0.9109

1.000

Zona fronteriza

0.500

0.000

–0.500

Zona velarizadora

–1.000
Zona posteriorizadora

FIGURA 1. Distribución de puntos según índice de LUGAR, distinción de zonas y línea


de tendencia lineal (variación fónica en geografía aparente)

22
Juan Manuel Lope Blanch, Atlas lingüístico de México, México, El Colegio de México,
Universidad Nacional Autónoma de México, Fondo de Cultura Económica, 1999-2000.
23
Pedro Martín Butragueño, Fonología variable del español de México. I: Procesos segmentales.
México, El Colegio de México, en prensa b.
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 17

La representación muestra un continuo de puntos de encuesta tal


como quedan clasificados en el espacio aparente, es decir, según se
ordenan desde un punto de vista lingüístico. A posteriori, se buscan
los correlatos geo- y sociolingüísticos. En la manifestación aparente,
es posible distinguir tres zonas, una superior, de naturaleza velariza-
dora, constituida por la sección cóncava de la curva; otra intermedia
en la parte más recta e inclinada, a la que puede llamarse fronteriza;
y una tercera o posteriorizadora, en el arranque convexo de la “S”. La
2
significación del gráfico es muy elevada (R = 0.9109). De hecho, en
especial las partes más extremas de la curva corresponden a zonas
delimitables con relativa claridad, como ocurre con los puntos más
posteriorizadores en cuanto al índice de resumen, tal como puede
apreciarse en la figura 2, que muestra una serie de áreas periféricas
desde el punto de vista geográfico, básicamente distribuidas en el
sureste del Golfo de México, en la costa sur del Pacífico y en la
Península de Baja California.

FIGURA 2. Mapa de las áreas más posteriorizadoras en la articulación de /x/

Quizá una de las discusiones más interesantes tiene que ver con
la discusión de la zona de transición en el comportamiento de un
fenómeno (la frontera en el espacio aparente). Uno de los cálculos
llevados a cabo ha consistido en establecer el comportamiento de los
informantes catalogables como NORMS (Chambers y Trudgill,
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 18

18 EA 98/2012

24
1994 ), es decir, las personas sin movilidad, de mayor edad, rurales y
masculinas, en la medida en que estos datos pueden desprenderse del
material considerado. Surge un patrón que quizá no carezca de interés
al observar el total de los datos, los datos de todos los NORMS y los datos
correspondientes solo al área fronteriza aparente.
0.700

0.600

0.500

0.400

0.300

0.200

0.100

0.000
velares faríngeas laríngeas

Norms total Norms frontera Total de datos

FIGURA 3. Distribución de hablantes NORMS en el total de los datos y en la frontera,


en comparación con la distribución del total de los datos

En el conjunto de los datos, el total de soluciones decrece brusca-


mente al pasar de las variantes velares faríngeas y más suavemente al
llegar a las laríngeas; esta brusquedad contrasta con el descenso lineal
experimentado en el total de los NORMS, entre quienes está más uni-
formemente distribuida el conjunto de soluciones posteriores. Por fin,
si se considera únicamente a los NORMS de la frontera aparente, el pico
distributivo lo muestran con mucho las soluciones faríngeas, precisa-
mente las intermedias en el eje antero-posterior.
Otra de las variables clásicas en relación con la configuración del
español mexicano es el debilitamiento de las vocales átonas, fenómeno
que también aparece en otras variedades del español, sin ser tampoco
propio de todo el país. La figura 4 ofrece una visión sintética a partir
de datos del Atlas lingüístico de México; para elaborarla, se ha estableci-
do un índice ponderado según cuatro variantes (vocales plenas, leve-
mente debilitadas, fuertemente debilitadas y elididas), que resume la
información presentada en los mapas sintéticos 5, 6 y 7, en referencia
a los 193 puntos de encuesta del Atlas.
24
J. K. Chambers y Peter Trudgill, La dialectología. Trad. C. Morán. Adaptación y anota-
ción E. Bustos, Madrid, Visor, 1994.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 19

VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 19

0.400 y = 0.0012x + 0.0077


2
R = 0.9296
0.350

0.300
Zona fuertemente debilitadora
0.250

0.200
Zona no debilitadora
0.150

0.100

0.050

0.000 Zona levemente debilitadora


41

170

191

103

93

25

43

33

461

168

129

35

153

115

15

64

57

67
FIGURA 4. Distribución global de puntos (mapas 5, 6 y 7) según el índice
de debilitamiento (variación fónica en geografía aparente)

Como puede apreciarse, el espacio aparente obtenido de esta mane-


ra proyecta los datos en una solución en forma de “S”, de manera que
la zona cóncava reúne los puntos no debilitadores, la zona recta los
levemente debilitadores y la región convexa los fuertemente debilita-
dores. En el espacio real, la proyección de los rasgos fuertemente debi-
litadores queda como se ve en la figura 5.

FIGURA 5. Zonas de difusión de los rangos superiores (7 a 10) del debilitamiento vocálico
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 20

20 EA 98/2012

El punto crucial es que el mapa de la figura 5 no define ni zonas


categóricas (las realizaciones son variables) ni exclusivas (existen pun-
tos con otros predominios que intersectan la zona más debilitadora) y,
sin embargo, las zonas quedan definidas con cierta regularidad. De
hecho, la comparación de la distribución de los patrones surgidos de
la curva en forma de “S” no deja demasiadas dudas acerca de estruc-
turaciones variables diferentes, como apunta la figura 6, en la que se
proyectan las cuatro variantes en las tres zonas y contra el índice de
debilitamiento promedio.

Levemente debilitada Fuertemente debilitada


Elidida Índice de debilitamiento
Plena (escala por la derecha)

0.300 0.960
0.940
0.250
0.920
0.200 0.900
0.880
0.150
0.860
0.100 0.840
0.820
0.050
0.800
0.000 0.780
Zona no debilitadora Zona levemente Zona fuertemente
debilitadora debilitadora

FIGURA 6. Proyección de los promedios de variantes por zonas y del promedio de debilitamiento
global (las variantes plenas se ordenan por la escala de la derecha)

Podría decirse entonces que sabemos que los datos están claramen-
te ordenados (no son aleatorios, libres o polimórficos), de modo que
un siguiente paso de la investigación tiene que consistir en la búsque-
da de los motivos de la estructuración. Se apuntan aquí dos posibles
vías.
25
1) La proyección geohistórica. Lara (2008 ) toma en cuenta propuestas
26
geográficas generales (García Martínez, 2008 ) para esbozar algunos
aspectos de la historia del español mexicano. Al proyectar ahora la idea
de nueve regiones geográfico-históricas sobre los datos del debilita-
miento vocálico, surge la distribución expuesta en el cuadro 1 y en la

25
Luis Fernando Lara, “Para la historia de la expansión…”, 2008, art. cit.
26
Bernardo García Martínez, Las regiones de México. Breviario geográfico e histórico, México,
El Colegio de México, 2008.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 21

VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 21

27
figura 7 (más detalles en Martín Butragueño en prensa b ); para ello,
se situó cada punto del Atlas en la región que le correspondía según el
28
planteamiento de García Martínez (2008) .

CUADRO 1
Distribución de las variantes de debilitamiento vocálico e índice de debilitamiento
en los mapas 5, 6 y 7 del Atlas lingüístico de México con respecto
a un modelo geográfico de nueve zonas

Levemente Fuertemente Índice de


Plena Elidida
debilitada debilitada debilitamiento

Baja California 0.942 0.040 0.002 0.002 0.050


Cadena Caribeña 0.934 0.038 0.013 0.014 0.107
Cadena Centroamericana 0.908 0.057 0.019 0.013 0.136
Golfo 0.908 0.060 0.021 0.014 0.144
México Central 0.890 0.074 0.022 0.011 0.151
Noreste 0.894 0.084 0.014 0.005 0.126
Noroeste 0.936 0.048 0.004 0.003 0.065
Norte Central 0.902 0.073 0.018 0.006 0.125
Pacífico 0.912 0.057 0.016 0.009 0.117

Levemente debilitada Fuertemente debilitada


Elidida Índice de debilitamiento
Plena

0.160 0.950
0.140 0.940
0.120 0.930
0.100 0.920
0.080 0.910
0.900
0.060 0.890
0.040 0.880
0.020 0.870
0.000 0.860
Baja California

Cadena Caribeña

Cadena
Centroamericana

Golfo

México Central

Noreste

Noroeste

Norte Central

Pacífico

FIGURA 7. Distribución de las variantes de debilitamiento vocálico e índice de debilitamiento


en los mapas 5, 6 y 7 del Atlas lingüístico de México con respecto a un modelo geográfico
de nueve zonas

Se realizó un cálculo de ANOVA univariante que resultó significativo


2 2
(F= 3.666, sign.= 0.001; R = 0.137 y R corregida= 0.100), por lo que
27
Pedro Martín Butragueño, Fonología variable del español de México, op. cit., en prensa b.
28
Bernardo García Martínez, Las regiones de México, 2008, op. cit.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 22

22 EA 98/2012

puede decirse que existe una distribución efectiva de una proyección


de geografía real sobre los datos lingüísticos. Divididas las regiones en
tres tercios, las tres áreas más favorecedoras del debilitamiento son el
México Central, el Golfo y la Cadena Centroamericama, y las tres
menos favorecedoras, la Cadena Caribeña, el Noroeste y Baja
California.
2) Los líderes del debilitamiento. Desde el punto de vista sociolingüísti-
co, los datos macrosociales ofrecen un perfil difuso; es más productivo
considerar a los individuos, en especial a los líderes, en el sentido de
que son quienes acumulan una mayor cantidad de capital debilitador.
La figura 8 muestra 2 263 registros (es decir, la suma de informantes
documentados en cada mapa: 754 en el mapa 5, otros 754 en el mapa
6 y 755 en el mapa 7); en el eje horizontal quedan situados los 2 263
registros, uno por uno en orden jerárquico, y en el eje vertical las can-
tidades alcanzadas a través del índice de debilitamiento.

1.000 y = 0.0002x – 0.0719


R2 = 0.7165
0.800

0.600

0.400

0.200

0.000
1 177 353 529 705 881 1057 1233 1409 1585 1761 1937 2113
-0.200

Índice de debilitamiento Lineal (índice de debilitamiento)

FIGURA 8. Proyección del índice de debilitamiento vocálico y línea de tendencia lineal


(sobre 2 263 registros en 3 mapas)

Como puede observarse, el índice de debilitamiento va creciendo


muy lentamente de izquierda a derecha, y solo al final del gráfico se
dispara hacia arriba y alcanza cotas muy marcadas con respecto al con-
junto de la muestra. La línea de tendencia corre muy próxima a la
mayor parte de la curva, hasta llegar a un punto de corte por el lado
derecho donde los datos se alejan francamente de la tendencia apun-
2
tada en general (R de 0.7165). Se va a llamar líderes del debilitamien-
to a aquellos informantes que en alguno de los registros sobre los
mapas sobrepasan la mitad del índice alcanzado. Así, en 63 ocasiones
se obtuvo un índice de 0.450 de debilitamiento o más (el registro de
debilitamiento máximo alcanzado fue de 0.900); en 2 200 ocasiones se
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 23

quedó por abajo del umbral de 0.450, es decir, en una proporción


enormemente mayor. Esto quiere decir que son muy pocas las perso-
nas que concentran, en realidad, el capital de debilitamiento, y que es
su efecto el que está causando una distorsión sobre los promedios. Los
hechos más sobresalientes acerca de los 63 registros superiores son los
siguientes:

a) Los contextos disponibles ordenan la expectativa de debilita-


miento de la siguiente manera: [Vs#] > [sV#], [C(no s)V#].
b) Los líderes se concentran en 44 localidades de 18 estados. Es
decir, aunque existe una cierta dispersión geográfica del lide-
razgo, también es cierto que ciertas zonas concentran un núme-
ro mayor de localidades con líderes. Existen cinco entidades con
más de dos puntos: se trata de Chiapas, el estado de México,
Puebla, Veracruz y Zacatecas. La concentración de los líderes
coincide bastante bien con las áreas expuestas en la figura 5.
c) Los líderes del debilitamiento tienen por lo general un nivel de
estudios bajo, aunque la significación del dato debe tomarse con
ciertas reservas.
d) Las diferencias en los promedios de debilitamiento son peque-
ñas por edades, quizá solo apuntando una ligera mayor tenden-
cia al debilitamiento entre los dos grupos más jóvenes.
e) La variable género, en cambio, muestra un comportamiento
bastante más claro. El género resultó una variable significativa
en el conjunto de los datos, y al considerar el perfil de los líde-
res puede decirse que la tendencia se acentúa, pues los hombres
son mayoritariamente los líderes; ocho de entre los diez líderes
más destacados son hombres. En apariencia, el género es la
variable social más importante y el debilitamiento vocálico sería
un rasgo básicamente masculino. La no transmisión por parte
de las mujeres podría explicar el relativo estancamiento de la
variable fónica.
f) Las ocupaciones desempeñadas por las personas que lideran el
debilitamiento son muy variadas, aunque parecen predominar
los oficios manuales: hay acomodadores de mercancía, afanado-
res, albañiles, amas de casa, barrenderos, campesinos, cocineras,
comerciantes, jardineros, jornaleros, lecheros, mecánicos, obre-
ros, policías, soldadores y vigilantes. No faltan, sin embargo,
algunos casos de trabajos no manuales: hay abogados, adminis-
tradores, dentistas, estudiantes, notarios, oficinistas y algún pro-
fesor.
g) La evaluación global del nivel sociocultural incluida en las bases
de datos del Atlas dibuja un retrato en el que el debilitamiento
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 24

24 EA 98/2012

se asocia ante todo a los niveles más bajos, aun cuando puedan
encontrarse registros de líderes en otros grupos.
h) No parece que el bilingüismo con alguna lengua indígena sea
particularmente relevante en los registros líderes, aunque sí se
29
documentan algunos casos . No se sugiere, en definitiva, que
estos datos proporcionen argumentos en especial para atribuir al
30
debilitamiento un origen debido al contacto lingüístico actual .
i) El examen del debilitamiento necesitará de la comparación de
diferentes estudios locales; el Atlas solo permite acceder muy
31
parcialmente a tal tipo de análisis .
j) ¿Quiénes son, entonces (o eran hace una generación), los líde-
res del debilitamiento vocálico? Se trata ante todo de hombres
que viven en especial en diferentes localidades situadas en las
tierras del interior, del centro y del sur del país, sin un patrón
claro de edad, con cierta tendencia a no tener ni demasiados
estudios ni en general un nivel sociocultural muy alto, mayori-
tariamente con oficios manuales, sin contacto en especial con
lenguas indígenas. Además del condicionamiento geográfico, el
rasgo social más claro es, sin ninguna duda, el género. Este
carácter masculino de la variable sugiere explorar en el futuro el
posible papel del debilitamiento vocálico como material útil en
la construcción de imágenes sociales y la posible indización de
peculiares significados asociados a las redes sociales fundamen-
tadas en hombres. La relativa indiferencia de las mujeres ante el
rasgo sugiere asimismo un particular comportamiento de la
variable, en términos de su falta de transmisión (en el sentido
32
de Labov, 2010 ).

29
Una mujer (cocinera, analfabeta, de Mérida) con conocimiento parcial de maya; un
hombre (jornalero, analfabeta, de Teziutlán) hablante de náhuatl como lengua materna;
otro hombre (trabajador social, culto, de Tetela) con “poco” conocimiento de náhuatl; una
mujer, con registros destacados en dos mapas (ama de casa, nivel sociocultural medio, de
Juchitán), con el zapoteco como lengua materna; y un hombre (comerciante, nivel medio,
también de Juchitán), hablante de zapoteco en un grado no especificado.
30
Otra cuestión es si puede discutirse un origen histórico que hubiera asentado en el
pasado variedades locales fruto del contacto.
31
Algunos casos, sin embargo, pueden ser especialmente ilustrativos, como ocurre con
Tepeaca (Puebla), donde los cuatro informantes del punto son líderes del debilitamiento.
Los cuatro son hombres, tres de ellos son jóvenes (16, 18 y 25 años) y solo uno es bastante
mayor (75 años); los cuatro tienen un nivel de estudios bajo, sus ocupaciones son modestas
(boleros, obreros) y no tienen contacto con ninguna lengua indígena.
32
William Labov, Principles of Linguistic Change. Vol. 3: Cognitive and Cultural Factors.
Oxford, Wiley-Blackwell, 2010.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 25

VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 25

Otro ejemplo de los resultados descriptivos obtenidos en los últimos


años es el conjunto de datos relacionados con la variación de /s/. El
cuadro 2 compara los resultados obtenidos en algunas investigaciones
recientes.

CUADRO 2
Variación de /s/ en coda en varios trabajos recientes, en frecuencia relativa

Inmigrantes Veracruz - El Ciruelo, La Paz, Baja Acapulco e


sonorenses Boca del Río Oaxaca California Sur inmigrantes
35
(Serrano (Ceballos 2006 ) (Espinosa (Gil Burgoin acapulqueños
33 34 36 37 38
2002 , 2008 ) 2008 ) 2011b ) (Reyes en prensa )

[s] 0.910 0.594 0.190 0.390 0.832/0.934


[h] 0.060 0.374 0.370 0.420 0.112/0.022
[Ø] 0.030 0.032 0.390 0.170 0.055/0.044

Todos estos trabajos se han llevado a cabo con una metodología


sociolingüística bastante parecida. A grandes rasgos, los resultados
podrían dividirse en tres grandes grupos. En primer término, los dia-
lectos debilitadores conservadores, como los de los inmigrantes sono-
renses en la ciudad de México (con 0.910 de [s]), los acapulqueños
(0.832) y los inmigrantes acapulqueños en la ciudad de México
(0.934); todos ellos muestran un orden [s] > [h] > [Ø], con bajos nive-
les de aspiración y elisiones esporádicas. En segundo lugar quedan los
materiales de la zona de Veracruz-Boca del Río, que conservan la
misma jerarquía de frecuencias, pero con niveles radicalmente dife-
33
Julio Serrano, Dialectos en contacto. Variación y cambio lingüístico en migrantes sonorenses.
Tesis de licenciatura. México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2002.
34
Julio Serrano, “Habla sonorense en la ciudad de México: procesos de variación y cam-
bio lingüístico”, en Estudios lingüísticos y literarios del Noroeste. Vol. I: Estudios lingüísticos,
Everardo Mendoza Guerrero, Maritza López Berríos e Ilda Elizabeth Moreno Rojas
(coords.), Culiacán, H. Ayuntamiento de Culiacán, Instituto Municipal de Cultura-Dirección
de Investigación y Fomento de Cultura Regional-Universidad Autónoma de Sinaloa, 2008,
págs. 49-76.
35
Rubí Ceballos Domínguez, “Hacia un mayor consonantismo en la zona conurbada
Veracruz-Boca del Río: el caso de la (s) implosiva”, en Líderes lingüísticos. Estudios de variación
y cambio, P. Martín (ed.), México, El Colegio de México, 2006, págs. 13-36.
36
Alejandra Espinosa Vázquez, “Variación del segmento /-s/ en El Ciruelo, Oaxaca”, en
Fonología instrumental. Patrones fónicos y variación, E. Herrera Z. y P. Martín (eds.), México, El
Colegio de México, 2008, págs. 107-128.
37
Carlos Gil Burgoin, El español del municipio de La Paz, Baja California Sur: variación fónica y
entonativa. Tesis de licenciatura. México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2011b.
38
Verónica Reyes Taboada, “La variabilidad del segmento /s/ en posición implosiva: estu-
dio comparativo entre residentes del puerto de Acapulco y migrantes a la ciudad de México”,
en Argumentos cualitativos y argumentos cuantitativos en sociolingüística (segundo coloquio de cambio y
variación), P. Martín y L. Orozco (eds.), México, El Colegio de México, en prensa.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 26

26 EA 98/2012

rentes de [s] y de [h], pues las primeras aparecen solo en seis de cada
diez casos, mientras que las segundas andan cerca de corresponder a
cuatro de diez casos; se mantienen también niveles bastante bajos de
elisión. Por fin, aparecen en el cuadro dos hablas francamente innova-
doras, muy distanciadas de las variedades mexicanas no relajadoras: los
datos de La Paz muestran el orden [h] > [s] > [Ø], con la aspiración
como variante predominante y un nivel notorio de elisiones y, por otra
parte, los datos de El Ciruelo dan incluso como predominantes las eli-
siones, de modo que [Ø] > [h] > [s]. Es decir, no basta hablar de varie-
dades debilitadoras y no debilitadoras, sino que entre las primeras es
posible encontrar soluciones radicalmente diferentes, quizá con oríge-
nes genéticos muy diversos y desde luego con manifestaciones socio-
lingüísticas actuales muy distintas entre sí.
39
Serrano (2002, 2008 ) consideró también, aparte de a los inmi-
grantes sonorenses instalados en la capital del país, dos grupos de con-
trol, uno de sonorenses grabados in situ y otro de capitalinos. Los sono-
renses grabados en origen arrojaban un 0.130 de debilitamiento de
/s/, considerado en conjunto como la suma de todos los casos de no
[s] plena, frente al 0.090 de la suma de los casos de debilitamiento por
parte de los inmigrantes. Los factores que resultaron probabilística-
mente significativos para el debilitamiento (aspiración o elisión) entre
los inmigrantes fueron el contexto subsiguiente, en especial cuando se
trataba de una consonante resonante líquida o nasal, seguidas por las
oclusivas sonoras y en mucha menor medida por las fricativas, la posi-
ción final de palabra, los hombres, las ocupaciones informales y el
hecho de ser sonorense de origen (más los del centro-norte que los del
sur) y no hijo de inmigrantes. Las modificaciones moderadas presentes
en los inmigrantes son también visibles en los acapulqueños estudiados
40
por Reyes (en prensa ), que pasan de 0.832 de plenas en el puerto a
0.934 en la ciudad de México. En consecuencia, con la ampliación de
[s], las aspiraciones y las elisiones se reducen, en especial las primeras.
En términos probabilísticos, los tres factores que favorecen la aparición
de [s] plena son el contexto consonántico (sobre todo ante fricativas),
la residencia (la probabilidad de una [s] entre los migrantes es el doble
que en Acapulco) y la posición en la palabra (en especial al final).
Puede decirse que los patrones de variación de /s/ experimentan cam-
bios en doble vía: por un lado, existe una evidente acomodación a la
comunidad receptora, pero al tiempo se conservan suficientes señas de

39
Julio Serrano, Diálogos en contacto, 2002, op. cit, y “Habla sonorense en la Ciudad de
México…”, 2008, art. cit.
40
Verónica Reyes Taboada, “La variabilidad…”, en prensa, art. cit.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 27

VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 27

identidad como para permitir en cierta medida el reconocimiento de


la variedad de partida.
41
Por otra parte, Ceballos (2006) encuentra para Veracruz-Boca del
Río que para [s] son favorecedores el carácter tónico de la sílaba sub-
siguiente, el contexto prevocálico y prepausal, la posición intermedia
en la palabra, las personas jóvenes (de 20 a 39 años), el nivel de ins-
trucción superior y las personas con mayores ingresos. La aspiración,
por su parte, es propiciada por el contexto preconsonántico, la posi-
ción final, las personas de más de 40 años, los hombres, los niveles de
instrucción bajo y medio y los ingresos bajos. Por fin, la elisión aparece
ante todo en el contexto prepausal y entre las personas de nivel bajo
de instrucción. Considerando en especial la edad, se asiste a un pro-
42
ceso de retracción lingüística (Martín Butragueño, 2008 ), de forma
que los más jóvenes favorecen más [s] que [h], mientras que las per-
sonas de más edad prefieren [h] sobre [s], esbozándose así un cambio
lingüístico en una dirección desdialectalizadora, fruto del cruce gene-
racional. Es posible situar este cruce entre los hablantes que tienen
más de 30 años y los que tienen más de 40 años, es decir, entre las per-
sonas que nacieron alrededor de 1970, bajo el efecto gravitatorio de las
variedades mexicanas más próximas a la norma ideal (Martín Butra-
43
gueño, 2010: 1067 ).
No menos interesantes son las variedades más innovadoras. Una de
las novedades del estudio de La Paz es que considera tres núcleos de
diferentes tamaños poblacionales: la cabecera municipal de La Paz
(con 189 000 habitantes), la localidad de Todos Santos (con unos 4 000
habitantes) y el poblado de El Rosario (una ranchería con unos 70 co-
lonos). De esta forma, el estudio está dotado de una dimensión socio-
lingüística, pero también de otra dialectológica, pues Todos Santos
dista de La Paz unos 80 kilómetros, aunque se trate del mismo munici-
pio. Para [s] plena, son significativos el contexto prepausal y el prevo-
cálico (y muy marginalmente el formado por las obstruyentes sordas),
la posición interior de palabra, la clase de palabra (los marcadores dis-
cursivos y las cópulas), el carácter tónico de su sílaba o el de la siguien-
te, el haber nacido fuera del estado o en la ciudad de La Paz, la esco-
laridad media o alta, el género femenino, la edad joven (de 20 a 35
años) y en menor grado los mayores de 50 años, trabajar o estudiar y la

41
Rubí Ceballos Domínguez, “Hacia un mayor consonantismo…”, 2006, art. cit.
42
Pedro Martín Butragueño, “Retracción lingüística”, en Teoría de la optimidad: estudios de
sintaxis y fonología, R. Gutiérrez Bravo y E. Herrera Zendejas (eds.), México, El Colegio de
México, 2008, págs. 159-196.
43
Pedro Martín Butragueño, “El proceso de urbanización: consecuencias lingüísticas”,
en Historia sociolingüística de México. Vol. 2: México contemporáneo, R. Barriga y P. Martín (dirs.),
México, El Colegio de México, 2010, págs. 997-1093.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 28

28 EA 98/2012

residencia en la cabecera de La Paz. La aspiración queda asociada a


solo dos variables lingüísticas, el contexto preconsonántico (sobre todo
ante obstruyente sonora, aunque también ante obstruyente sorda y
ante resonante) y a la clase de palabra (artículo, preposición y pro-
nombre, básicamente), pero a un gran número de variables sociales: el
nacimiento en algún lugar del resto del estado, la edad intermedia de
entre 36 y 50 años, el género masculino, ser jubilado o ama de casa,
residir en El Rosario o en Todos Santos, tener escolaridad baja y que
los padres sean de Baja California Sur. En último término, las elisiones
resultaron favorecidas por la presencia posterior de una resonante,
una obstruyente sonora y, en menor término, por una pausa; la posi-
ción final; el carácter átono de la sílaba; la clase de palabra (preposi-
ción y adverbio, en lo esencial); la baja escolaridad; el haber nacido en
el resto del estado; residencia en El Rosario o, más secundariamente,
en La Paz; el género masculino; la edad intermedia; el sector econó-
mico no laboral, sobre todo, aunque al tiempo no ser jubilado o ama
de casa; el origen foráneo al estado por parte de los padres.
El caso correspondiente a un mayor debilitamiento de la sibilante
44
corresponde a El Ciruelo, estudiado en Espinosa (2008) , comunidad
ubicada en la Costa Chica, en el estado de Oaxaca; se trata de una
población de poco más de 2 300 personas, en su mayor parte étnica y
racialmente afromestiza. Su estudio puede ser muy iluminador para
entender los procesos sincrónicos e históricos relativos al comporta-
miento lingüístico de la antigua población afroamericana. Los factores
significativos para [s] fueron su presencia en interior de palabra, el
contexto preconsonántico fricativo, rótico y africado, el carácter tóni-
co de la sílaba, las mujeres, los estudios concluidos de primaria o más
y algunos de los grupos de edad jóvenes (de 6 a 10 años, y de 15 a 24).
Las aspiraciones fueron propiciadas por los contextos preconsonántico
y prevocálico, y entre las consonantes, cuando eran sonoras y cuando
eran oclusivas, así como por la realización en sílabas tónicas y por los
grupos de edad más jóvenes, es decir, de entre 6 a 10 y de entre 11 a
14. Por fin, las elisiones resultaron asociadas a la posición final de pala-
bra, al contexto prepausal, al contexto preconsonántico sordo, a la pre-
sencia subsiguiente de consonantes fricativas, africadas, nasales y en
mayor proporción ante laterales, al carácter átono de la sílaba, a los
hombres, a la primaria no concluida o a la ausencia de instrucción y a
todos los grupos de edad mayores de los más jóvenes, es decir, a cual-
quier persona de más de 11 años. Cabe pensar que el tiempo aparente
sugiere también un cambio en curso, de manera que los más jóvenes
están adoptando en mayor proporción las variantes más cercanas al

44
Alejandra Espinosa Vázquez, “Variación del segmento…”, art. cit., 2008.
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 29

estándar. El proceso, sin embargo, se movería en el tiempo de una


generación después de lo ocurrido en Veracruz-Boca del Río, pues la
inversión se estaría dando, ya en tiempo real, alrededor del año 2000.
Probablemente, el desfase esté relacionado con el tamaño de la pobla-
ción, con su mayor nivel de aislamiento y con el menor nivel educativo
considerado en términos generales (la población analfabeta suponía
más del 25% de El Ciruelo y la escolaridad promedio no superaba los
tres años).
Otro de los terrenos que se ha empezado a explorar más intensa-
mente en los últimos años es el de la entonación y en general el de la
prosodia. Se trata de uno de los aspectos lingüísticos más reconocibles
por parte de los hablantes comunes, y al tiempo de los menos estudia-
dos en términos geo- y sociolingüísticos. Uno de los rasgos más llama-
tivos de las hablas populares y coloquiales del centro de México es la
llamada inflexión circunfleja nuclear, que consiste en la elevación del
F0 dentro del espacio de la última sílaba acentuada del enunciado,
hasta alcanzar un pico notoriamente elevado dentro de ella, sin que
necesariamente corresponda a un foco estrecho.

400

300

200

100
misa de ni ños

L + ¡H*

FIGURA 9. Entonación circunfleja del enunciado misa de niños

La característica principal de la entonación circunfleja propia de


algunos enunciados declarativos consiste en una notoria elevación de
la curva tonal (usualmente de entre 2.5 y 4.5 semitonos), que alcanza
su pico o elevación máxima alineado con el final de la última sílaba
acentuada o sílaba nuclear. Después de alcanzar esta cota, la línea tonal
desciende rápidamente al punto de partida en el material postónico.
Se ha estudiado en diferentes trabajos los subtipos de esta clase de
patrón tonal, así como los correlatos sintácticos, pragmáticos y dis-
45
cursivos y la proyección sociolingüística (Martín Butragueño, 2011a) .
45
Pedro Martín Butragueño, “Estratificación sociolingüística de la entonación circunfle-
ja mexicana”, Realismo en el análisis de corpus orales (primer coloquio de cambio y variación), P.
Martín (ed.), México, El Colegio de México, 2011a, págs. 93-121.
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30 EA 98/2012

Lo que interesa destacar ahora, en cualquier caso, es la existencia de


una cierta estratificación social en la distribución de los datos, cuyos
tipos más extremos y prominentes podrían estar incluso sometidos a
un proceso de retracción.
Al considerar una muestra de 54 informantes procedente del Corpus
sociolingüístico de la ciudad de México, los casos prosódicamente circun-
flejos constituyen el 40% del material considerado (debe precisarse
que hay casos más y menos prominentes). El cuadro 3 resume el efec-
to de tres variables sociales: la edad, el género y el nivel de instrucción,
en un cálculo de regresión logística.

CUADRO 3
Distribución frecuencial y probabilística, y significatividad del modelo logístico, para circun-
flexión según variables sociales. N= 217 de 540

Circunflexión F f (apl./ p de un p esca- log. de verosimilitud (sign.)


no apl.) nivel lonada
nivel 1 nivel 2 nivel 3

Nivel de 1 89 0.494 0.599 0.598 –354.269 –350.904 –


estudios 2 50 0.278 0.366 0.367 (0.000) (0.010)
3 78 0.433 0.537 0.537
Género H 123 0.456 0.558 0.558 –
M 94 0.348 0.442 0.442
Edad 1 65 0.361 0.456 – – –
2 69 0.383 0.480 –
3 83 0.461 0.564 –

El nivel de estudios resulta ser el grupo de factores con un mayor


efecto sobre la variable, pues ingresa al modelo desde el primer momen-
to; el grupo menos favorecedor, por otra parte, es el grupo de nivel de
instrucción intermedio, frente a las secciones más baja y más alta de la
escala educativa. De hecho, la posible retracción estaría asociada a la
hipercorrección del segmento social intermedio. El segundo grupo de
factores con mayor efecto sobre la presencia de circunflexiones es el
género, pues la prosodia marcada es bastante más favorecida por los
hombres. Aunque la edad no ingresó al modelo probabilístico, algunos
cruces entre esta y el nivel de estudios y el género sugieren que sí tiene
cierto papel en algunos grupos sociales específicos.
Son muchos más los fenómenos que relacionan la prosodia con la
variación y el cambio lingüístico, como las diferencias dialectales y el con-
tacto entre variedades (varios de estos aspectos se están abordando en el
marco de los trabajos del Seminario de prosodia de El Colegio de México:
<http://lef.colmex.mx/index.php/seminarios/seminario-de-prosodia>).
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VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 31

Existen, por supuesto, numerosos otros problemas en curso de inves-


tigación, o necesitados de investigación, entre los que se encuentran la
inflexión que experimentan muchos procesos lingüísticos (e incluso de
relación entre lenguas) durante los años setenta; el papel del español
mexicano en el mundo; la intensa situación de contacto en las fronteras
norte y sur; los fenómenos de migración y consiguiente contacto dialec-
tal y lingüístico; la presencia de redes urbanas formadas por diferentes
minorías. Su consideración va más allá de las posibilidades de este breve
informe.
Quisiera concluir el apartado señalando que, en mi opinión, estamos
a medio camino en lo que toca al desarrollo de una verdadera sociolin-
güística crítica a) de sus métodos y sus alcances, y b) respecto de su papel
sustantivo dentro de la lingüística teórica, descriptiva y aplicada.

OBRAS DE REFERENCIA
La obra de referencia más general que debe consultarse en primer
término es Lingmex. Bibliografía lingüística de México desde 1970. Tal base
46
de datos menciona, en su 13ª. actualización , 931 fichas básicas de
sociolingüística. Se trata, de hecho, de la segunda área de investigación
lingüística más poblada, como muestra la figura 10:

Morfosintaxis
Sociolingüística
Lingüística y Educación
Análisis del Discurso
Lexicología y Lexicografía
Historiografía Lingüística
Lingüística Aplicada
Psicolingüística
Lingüística Histórica
Semántica
Dialectología y Geografía Lingüística
Fonética y Fonología
Etnolingüística
Semiótica
Filosofía del Lenguaje
Pragmática
Tipología
Lingüística y Computación
Neurolingüística
Documentación Lingüística

0 500 1000 1500 2000 2500 3000


Número de fichas

FIGURA 10. Producción en lingüística de México en el período 1970-2012


47
Fuente: Barriga Villanueva, 2012

46
Consultada en septiembre de 2012.
47
Rebeca Barriga Villanueva (coord.), Lingmex. Bibliografía lingüística de México desde 1970.
a
13. ed., México, El Colegio de México, <http://lingmex.colmex.mx.>, 2012.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 32

32 EA 98/2012

La interpretación de las cifras, por otra parte, debe matizarse. Por


una parte, el término sociolingüística incluye, en este catálogo, actitudes
(180 entradas); bilingüismo (419); lectura y escritura (alfabetización: crea-
ción de alfabetos), con 244 fichas; políticas lingüísticas (676 trabajos). La
adición de las 931 iniciales a estas cantidades da un total de 2450 entra-
das, lo que viene a corresponder, en principio, a lo que se observa en
la figura 10; debe considerarse, con todo, que cada referencia puede
aparecer en varios campos de búsqueda temática, con lo que las cifras
reales de producción en sociolingüística pueden disminuir. En un sen-
tido amplio, también se podría considerar la etnolingüística (625 fichas)
como parte del campo, así como el campo dialectología y geografía lin-
güística (739). Más arduo es establecer en qué trabajos interviene de
alguna manera el español (pues en muchos trabajos sociolingüísticos
sobre lenguas indígenas se considera el efecto del bilingüismo). Por
fin, establecer una nómina de trabajos sobre variación lingüística del
español requeriría examinar entrada por entrada las áreas de sociolin-
güística, dialectología y geografía lingüística y lingüística histórica. Mi per-
cepción es que el volumen de investigaciones, publicaciones, proyec-
tos, tesis y creación de redes ha aumentado notoriamente en los últi-
mos 10 o 12 años, pero demostrarlo requiere un trabajo historiográfi-
co y de sociología de la investigación científica que no puedo llevar a
cabo en este momento.
Es posible actualmente sacar un mayor partido de varias obras clási-
cas. Es factible consultar el catálogo de informantes del Atlas lingüístico
48 49
de México (Lope Blanch, 1990-2000 ) en línea (Gil Burgoin, 2011a ),
en forma de una base de datos que permite llevar a cabo diferentes
correlaciones sociolingüísticas (véase algunas aplicaciones en Martín
50
Butragueño, en prensa ), tal como se pretendía en los planteamientos
originales del Atlas. A través del “Proyecto para la preservación y estu-
dio del corpus lingüístico oral del Centro de Estudios Lingüísticos y
Literarios”, y más allá de la disponibilidad de las transcripciones inclui-
51
das en Lope Blanch (1995) , El Colegio de México tiene la pretensión
de digitalizar las grabaciones originales en formato wav y proceder
luego a su transcripción masiva, idealmente mediante algún procedi-
52
miento que permita el alineamiento de audio y texto . También los

48
Juan Manuel Lope Blanch, Atlas lingüístico de México, 1999-2000, op. cit.
49
Carlos I. Gil Burgoin, “Datos de los informantes del ALM”, en <http://lef.colmex.mx/
index.php/investigaciones/atlas-linguistico-de-mexico>, 2011a.
50
Pedro Martín Butragueño, Fonología variable del español de México…, en prensa b. op. cit.
51
Juan Manuel Lope Blanch, El habla popular de la República Mexicana. Materiales para su
estudio, México, Universidad Nacional Autónoma de México-El Colegio de México, 691
págs., 1995.
52
Como ELAN (<http://tla.mpi.nl/tools/tla-tools/elan/>, del Max Planck Institute for
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 33

VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 33

materiales de la Norma culta y el Habla popular de la ciudad de México,


así como del Español del suroeste de los Estados Unidos han encontrado un
remozamiento digital, de forma que es posible descargar transcripcio-
nes y escuchar los audios correspondientes, además de acceder a dife-
53
rentes trabajos modernos vinculados con los materiales clásicos . Otra
importante fuente de datos ya disponible en línea es el Corpus del espa-
ñol mexicano contemporáneo (CEMC, <http://www.corpus.unam.mx:
8080/cemc/>), que incluye materiales de entre 1921 y 1974, reunidos
en principio para la elaboración del Diccionario del español de México
54
(Lara, 2010 ) y que permite llevar a cabo búsquedas de concordancias;
recopilaciones semejantes pueden establecerse a partir del Corpus his-
tórico del español en México (CHEM, <http://www.iling.unam.mx:
8080/chem/>), formado por una amplia colección de documentos
diacrónicos.
Entre los corpus sociolingüísticos, y sin ánimo de exhaustividad,
debe mencionarse El habla de Monterrey (<http://www.filosofia.uanl.
mx/posgrado/hablamty/index.html>), investigación iniciada en 1985,
así como el más reciente El habla de Monterrey-Preseea (<http://www.filo-
sofia.uanl.mx/posgrado/hablamty/corpus_Presea.html>), llevados a
cabo bajo el liderazgo de Lidia Rodríguez Alfano. También con la
metodología de Preseea (<http://www.linguas.net/Default.aspx?alias=
www.linguas.net/portalpreseea>) se han llevado a cabo levantamientos
en Culiacán (Sinaloa, coordinación de Maritza López Berríos y
Everardo Mendoza), Mérida (Yucatán, Leonor Rosado), Puebla (bajo
la coordinación de Niktelol Palacios y Laura Romero) y la ciudad de
55 56 57
México (Martín Butragueño y Lastra, 2011 , 2012 y en preparación );
esta última sección es uno de los módulos que forman parte del Corpus
sociolingüístico de la ciudad de México (CSCM, <http://lef.colmex.mx/
index.php/investigaciones/corpus-sociolingueistico-de-la-ciudad-de-
mexico-cscm>).

Psycholinguistics, The Language Archive, Nijmegen, The Netherlands; véanse las referencias
citadas en <http://tla.mpi.nl/tools/tla-tools/elan/citing_elan/>).
53
A través de la página <http://www.iifilologicas.unam.mx/elhablamexico/>, adminis-
trada por Julio Serrano para el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
54
Luis Fernando Lara (dir.), Diccionario del español de México, México, El Colegio de
México, 2010.
55
Pedro Martín Butragueño y Yolanda Lastra (coords.), Corpus sociolingüístico de la ciudad
de México. Vol. I: Hablantes de instrucción superior, México, El Colegio de México, 2011
56
Pedro Martín Butragueño y Yolanda Lastra (coords.), Corpus sociolingüístico de la ciudad
de México. Vol. II: Hablantes de instrucción media, México, El Colegio de México, 2012.
57
Pedro Martín Butragueño y Yolanda Lastra (coords.), Corpus sociolingüístico de la ciudad
de México. Vol. III: Hablantes de instrucción baja. México, El Colegio de México, en prepara-
ción.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 34

34 EA 98/2012

En el momento presente, el Seminario de Prosodia del Laboratorio


de Estudios Fónicos (<http://lef.colmex.mx/index.php/seminarios/
seminario-de-prosodia>) está trabajando en el levantamiento del
Corpus oral del español de México (COEM), en el que se recogen materia-
les de entre 8 y 12 personas por punto de encuesta; en esta primera
etapa, se está trabajando en una docena de ciudades repartidas a lo
largo de diferentes zonas dialectales del país, de forma que se obtenga
58
documentación con valor geo- y sociolingüístico . La disponibilidad de
diferentes corpus de lengua oral permite, en definitiva, la realización
de estudios cada vez más detallados en los términos de extensión cuan-
titativa que precisan buena parte de los trabajos de variación y cambio.
Los materiales disponibles han ido aumentando aceleradamente, y
cada vez son más, más confiables y más representativos.
El lector interesado en la gestación de los hechos lingüísticos actua-
les, tanto en lo que toca a la relación entre lenguas como al papel social
de diferentes fenómenos específicos, puede consultar la Historia socio-
lingüística de México, que se propone llevar a cabo un recorrido a lo
largo de la historia lingüística del país, tanto en términos de consenso
como en términos de conflicto. Los dos primeros volúmenes, ya publi-
59
cados (Barriga Villanueva y Martín Butragueño, 2010 ), junto con un
tercer volumen en prensa en este momento, abordan temas muy varia-
dos: la relación entre historia y lengua y la perspectiva sociolingüística
histórica; las migraciones y asentamientos remotos; las lenguas francas,
las lenguas locales y la estratificación prehispánica; la génesis del espa-
ñol novohispano, la diglosia colonial, la función social de la lengua lite-
raria, la codificación lingüística colonial, la expansión del español por
el norte del país y la política lingüística colonial; las transformaciones
lingüísticas del siglo XIX; la variación dialectal indomexicana, las diglo-
sias actuales, el desplazamiento y la vitalidad de las lenguas; el proceso
de urbanización, la enseñanza del español, los modelos culturales forá-
neos y el español en los medios; la política lingüística actual; la dialec-
tología del español mexicano; el contacto lingüístico urbano; el llama-
do español indígena; los mexicanos en Estados Unidos; problemas
sociolingüísticos en la frontera noroeste, el noreste, Oaxaca, Chiapas,
60
el sureste; el discurso político contemporáneo .

58
El proyecto es coordinado por Leonor Orozco y Pedro Martín Butragueño; se acaba
de sumar al COEM José Esteban Hernández, lo que permitirá incorporar materiales de las
ciudades de la frontera norte del país.
59
Rebeca Barriga Villanueva y Pedro Martín Butragueño (dirs.), Historia sociolingüística
de México. México: El Colegio de México. [Vol. 1: México prehispánico y colonial; vol. 2: México
contemporáneo], 2010.
60
Está en fase de planeación un cuarto volumen que se ocupe de los temas todavía pen-
dientes.
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 35

VARIACIÓN Y CAMBIO LINGÜÍSTICO EN EL ESPAÑOL MEXICANO 35

Aunque son muchas las reuniones y publicaciones pertinentes, me


gustaría referirme, por último, a la serie de coloquios de cambio y varia-
61
ción. El primero tuvo lugar en 2008 (Martín Butragueño, 2011b ), el
62
segundo en 2010 (Martín Butragueño y Orozco, en prensa ) y el ter-
63
cero en noviembre de 2012 (Guerrero y Orozco, en preparación ). El
tema rector de la primera reunión fue el realismo en el análisis de cor-
pus orales; el de la segunda, los diferentes pesos de los argumentos cua-
litativos y cuantitativos en sociolingüística; el tema del tercer coloquio
64
ha sido la variación geolingüística . El espíritu de las reuniones es aco-
ger trabajos de cambio y variación sobre cualquier lengua hablada en
México, así como contribuciones teóricas y críticas. Los temas han sido
diversos: variación fónica segmental y prosódica; variación léxica; varia-
ción morfosintáctica; análisis sociolingüístico del discurso.

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histórico, México, El Colegio de México.
61
Pedro Martín Butragueño (ed.), Realismo en el análisis de corpus orales (primer coloquio de
cambio y variación), México, El Colegio de México, 2011b.
62
Pedro Martín Butragueño y Leonor Orozco, Argumentos cualitativos y argumentos cuanti-
tativos en sociolingüística (segundo coloquio de cambio y variación), México, El Colegio de México,
en prensa.
63
Alonso Guerrero Galván y Leonor Orozco, Estudios de geolingüistica (tercer coloquio de
cambio y variación). México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, en preparación.
64
Se está gestando ya el cuarto coloquio, que tendrá lugar en la UNAM, sobre el tema de
lenguas y dialectos en contacto (2014).
02_Martín_Butragueño.qxd 22/10/13 12:28 Página 36

36 EA 98/2012

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38 EA 98/2012

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Antropología e Historia, 7-9 de noviembre.
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*
LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA

JOSÉ ANTONIO SAMPER PADILLA


Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

RESUMEN
En este artículo realizamos una presentación de los estudios sociolingüísticos
en España. Después de comentar algunas características generales y de trazar un
panorama sociolingüístico de la España actual, indicamos los temas fundamen-
tales que han sido y son objeto de estudio en nuestro país, así como algunos de
los trabajos que los abordan. Para ello nos hemos centrado esencialmente en los
objetivos y frutos del “Proyecto de Estudio Sociolingüístico del Español de
España y América”, la investigación colectiva más importante en el mundo his-
pánico actual en este campo.

PALABRAS CLAVE: sociolingüística, condicionantes sociales y estilísticos, condi-


cionantes lingüísticos, PRESEEA, variación y cambio lingüístico.

SOCIOLINGUISTICS IN SPAIN

ABSTRACT

This article provides an overview of the studies in the field of Sociolinguis-


tics in Spain. After discussing some general characteristics and outlining the
sociolinguistic panorama in contemporary Spain, we will point out the essential
issues that have been and still are a subject of research in our country, as well as
some of the studies that address them. To this end, we have mainly focused on
the objectives and findings of the “Project for the Sociolinguistic Study of
Spanish from Spain and America (PRESEEA)”, which stands as the most impor-
tant collective research in this field undertaken in today’s Hispanic world.

KEY WORDS: sociolinguistics, social and stylistic factors, linguistic factors, PRE-
SEEA, variation and linguistic change.

*
Esta publicación forma parte del proyecto de investigación Patrones sociolingüísticos del
español de España. Las Palmas de Gran Canaria (Referencia FFI2011-29189-C05-03), financia-
do por el Ministerio de Ciencia e Innovación y subvencionado con fondos FEDER.

Español Actual, 98/2012


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40 EA 98/2012

1. INTRODUCCIÓN

Hoy la sociolingüística se ha convertido en un campo de trabajo


bien conocido y reconocido en el terreno de la docencia y la investi-
gación universitarias españolas, de tal modo que la metodología de la
disciplina no solo se emplea en los estudios propiamente sociolingüís-
ticos, sino que se aplica a otros trabajos sobre la lengua, que cada vez
más incluyen consideraciones sobre la variación social en sus investiga-
ciones y recurren a los procedimientos de cuantificación empleados en
los trabajos de esta rama. Esto es notorio en algunos estudios de lin-
güística aplicada, como, por ejemplo, los realizados dentro del proyec-
to panhispánico de disponibilidad léxica, que incorporan como uno
de sus aspectos esenciales el análisis de la variación según factores
sociales como el sexo, el nivel sociocultural o la procedencia, con
importantes contribuciones sobre la incidencia de estos condicionan-
tes en los resultados de distintas comunidades de habla. En lo que con-
cierne a la docencia, hoy todas las universidades españolas incluyen
cursos y asignaturas de sociolingüística en sus diversos currículos de
grado, máster y doctorado.
Los efectos del reconocido retraso con que la sociolingüística empe-
1
zó su andadura en España se han mitigado, pues, en los últimos años
y, aunque es cierto que quedan aún parcelas poco exploradas, que
merecerían una mayor atención de los estudiosos, el avance ha sido
incuestionable y se ha manifestado en las distintas áreas de investiga-
ción. Por eso llama la atención, como han destacado Atkinson,
2
Bengoechea y Oliveira , que la amplia producción científica española
apenas haya tenido reflejo en las bibliografías internacionales de la
materia escritas en inglés, algo que también queda patente en el esca-
so número de sociolingüistas españoles que figuran en la Elsevier
3
Concise Encyclopedia of Sociolinguistics . No obstante, publicaciones como
los dos números de International Journal of Sociology of Language, coordi-
4
nados por Moreno Fernández , o el más reciente The Handbook of

1
Cfr. José Antonio Samper Padilla, “La investigación sociolingüística en España durante
los últimos veinticinco años”, LEA 26/2 (2005), págs. 125-149.
2
David Atkinson, Mercedes Bengoechea y Sandi Michele de Oliveira, “Sociolinguistics in
Spain and Portugal”, en Martin J. Ball (ed.), The Routledge Handbook of Sociolinguistics around
the World, Routledge, Oxford, 2010, págs. 341-358.
3
Ningún sociolingüista español aparece en la sección “Profiles of Sociolinguists”. Cfr.
Rajend Mesthrie (ed.), Concise Encyclopedia of Sociolinguistics, Elsevier, Oxford, 2001.
4
Francisco Moreno Fernández (ed.), International Journal of the Sociology of Language 184
(2007), Special Issue: Spanish in Spain: The Sociolinguistics of Bilingual Area; y Francisco
Moreno Fernández (ed.), International Journal of the Sociology of Language 193-194 (2008),
Special Issue: Spanish in Spain: Social History, Norm, Variation and Change in Spain.
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 41

5
Hispanic Sociolinguistics son una buena muestra de obras que pueden
contribuir a la difusión de los trabajos hechos en España dentro del
ámbito científico de habla inglesa, propósito en el que también cola-
bora muy eficazmente la revista Spanish in Context.
Otro aspecto que debe considerarse como un índice revelador de la
importancia que ha ido cobrando la sociolingüística en España, es el
número de libros de introducción a la disciplina con ejemplos españo-
les y pensados para un público de nuestra lengua. Recordemos que a
finales de los años setenta la bibliografía sobre sociolingüística en nues-
tro país se limitaba, en lo que se refiere a obras elaboradas en España,
a las páginas de López Morales para Lengua Española II editadas por
6
la UNED , y que a comienzos de los noventa solo se disponía de los
7 8
manuales, muy difundidos, de López Morales y Silva Corvalán . Ha de
resaltarse que estos textos, que ya pueden considerarse “clásicos”,
cuentan con ediciones posteriores que recogen las novedades más
sobresalientes de las últimas investigaciones: así, la tercera edición del
libro de López Morales se amplía con importantes reflexiones en torno
al estatus de la variación sintáctica y léxica; del mismo modo, el texto
de Silva Corvalán, publicado ahora por la Georgetown University
9
Press , incorpora aspectos novedosos en torno a la pragmática y al aná-
lisis del discurso. En esta labor divulgativa, ha de mencionarse el des-
tacado papel de Moreno Fernández en la última década. Su manual
10
Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje vio la luz de nuevo en
2005 con algunos cambios significativos y con la adición de un capítu-
lo dedicado a los fundamentos de la metodología sociolingüística
cuantitativa; Moreno Fernández también ha publicado una Historia
11
social de las lenguas de España , que aporta una perspectiva innovadora
en el estudio de la diacronía de nuestra lengua. Esta bibliografía fun-
damental se enriquece con la amplia visión que incorpora Blas Arroyo

5
Manuel Díaz-Campos (ed.), The Handbook of Hispanic Sociolinguistics, Wiley-Blackwell,
Oxford, 2011.
6
Humberto López Morales, “Sociolingüística”, unidades didácticas 4 y 5 de Lengua
Española II (para Filosofía y Ciencias de la Educación), UNED, Madrid, 1978, págs. 3-59 y 3-53,
respectivamente.
7
Humberto López Morales, Sociolingüística, Gredos, Madrid, 1989 (2ª ed., 1993; 3ª ed.,
aumentada, 2004).
8
Carmen Silva Corvalán, Sociolingüística: teoría y análisis, Alhambra Universidad, Madrid,
1989.
9
Carmen Silva Corvalán, Sociolingüística y pragmática del español, Georgetown University
Press, Washington, D.C., 2001.
10
Francisco Moreno Fernández, Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje, Ariel,
Barcelona, 1998 (2ª ed. actualizada, 2005).
11
Francisco Moreno Fernández, Historia social de las lenguas de España, Ariel, Barcelona,
2005.
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42 EA 98/2012

12
en Sociolingüística del español , con una detallada presentación de las
investigaciones que se han llevado a cabo en el ámbito hispánico, y con
las consideraciones de tipo metodológico que incluye el libro de
13
Hernández Campoy y Almeida . A todo ello hay que añadir la traduc-
14
ción de obras como el amplio trabajo de Labov sobre el cambio lin-
güístico, con el análisis de los factores internos y sociales que influyen
15
en él, o el de Penny , que incorpora muchos hallazgos de la sociolin-
güística británica y dedica una atención primordial a los mecanismos
del cambio aplicados al desarrollo del español.
No debemos pasar por alto, en este panorama de la investigación
sociolingüística en España, que hoy los estudios más relevantes se están
realizando a partir de materiales reunidos en corpus, recogidos con cri-
terios rigurosos, en los que el diseño metodológico de los trabajos con-
templa la diversidad social –con la incorporación tanto de los factores
sociales tradicionales (edad, sexo o grado de instrucción) como de
otros más novedosos (el modo de vida, por ejemplo)– y la estilística,
conseguida fundamentalmente a través de secuencias discursivas dife-
renciadas. Entre estos materiales destacan especialmente los que se
han reunido con la metodología acordada dentro del PRESEEA
(Proyecto de Estudio Sociolingüístico del Español de España y
América); a estos se añade el que recogieron Blas Arroyo, Navarro y
Casañ en Castellón de la Plana, con una metodología cercana a la del
16
proyecto citado . Los equipos que elaboran los corpus del PRESEEA
17
han conseguido, a través de distintas etapas , la adopción de un siste-
ma básico de etiquetas de documentación y de marcación que asegu-
12
José Luis Blas Arroyo, Sociolingüística del español. Desarrollos y perspectivas en el estudio de
la lengua española en contexto social, Cátedra, Madrid, 2005.
13
Juan Manuel Hernández Campoy y Manuel Almeida, Metodología de la investigación socio-
lingüística, Comares, Málaga, 2005.
14
William Labov, Principios del cambio lingüístico. Vol. 1: Factores internos (versión española
de Pedro Martín Butragueño), 2 tomos, Gredos, Madrid, 1996; y William Labov, Principios del
cambio lingüístico. Vol. 2: Factores sociales (versión española de Pedro Martín Butragueño), 2
tomos, Gredos, Madrid, 2006.
15
Ralph Penny, Variación y cambio en español (versión española de Juan Sánchez Méndez),
Gredos, Madrid, 2004.
16
José Luis Blas Arroyo (coord.), Beatriz Navarro Morales y Juan Carlos Casañ Núñez
(cols.), Corpus sociolingüístico de Castellón de la Plana y su área metropolitana, Universitat Jaume
I, Castelló de la Plana, 2009.
17
Cfr. Antonio M. Ávila Muñoz, Matilde Vida Castro y M.ª Cruz Lasarte Cervantes,
Propuesta de transliteración y etiquetado del macrocorpus PRESEEA, Universidad de Málaga,
2007 <http://www,linguas.net/preseea/contenido/Artículo_etiquetado_version: electróni-
ca.pdf.>. Asimismo, M.ª Cruz Lasarte Cervantes, José M. Sánchez Sáez, Antonio M. Ávila
Muñoz y Juan Andrés Villena Ponsoda, El español hablado en Málaga III, Sarriá, Málaga, 2008.
Por último, PRESEEA, “Marcas y etiquetas mínimas obligatorias”. Vers. 1.2. 17-02-2008
<http://www.linguas.net/preseea>.
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 43

ran la comparabilidad entre los materiales de unos y otros grupos de


investigación. Ha sido esta una intensa labor que permitirá alcanzar
con éxito uno de los objetivos básicos que se había planteado el pro-
yecto, esto es, el disponer los materiales reunidos en formatos adecua-
dos para su almacenamiento, tratamiento y análisis posterior.
Otra característica relevante de los estudios sociolingüísticos recien-
tes es la relación directa entre los lingüistas de España e Hispanoamé-
rica, con la programación y elaboración de investigaciones comunes en
las que se comparan las soluciones que han dado a los mismos fenó-
menos de variación las distintas comunidades de uno y otro lado del
Atlántico. El ejemplo más evidente de esta cooperación lo encontra-
mos precisamente en el PRESEEA, en el que están integrados investi-
gadores de 39 ciudades, tanto de España (Madrid-Alcalá, Málaga,
Valencia, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, etc.) como de
Hispanoamérica (México, D. F., San Juan de Puerto Rico, Caracas,
Santiago de Chile, Buenos Aires, Monterrey, etc.) y que se ha propues-
to como objetivo esencial reunir un macrocorpus sincrónico del espa-
ñol hablado en comunidades de los dos continentes. El proyecto, en
cierta medida continuador del conocido estudio hispánico de la
18
norma culta , se fundamenta en presupuestos declaradamente socio-
19
lingüísticos, en especial en los propios del variacionismo laboviano .
No hace falta insistir en la importancia que tienen estos estudios
conjuntos y los enormes beneficios que aporta la coordinación entre
investigadores, con la programación y realización de trabajos de alcan-
ce general. Es cierto que el estudio coordinado implica una notable
exigencia porque supone que se deben superar los inevitables desa-
cuerdos, pero ese hándicap inicial se ve compensado por las innume-
rables ventajas –en cuanto al alcance y la difusión de los trabajos– que
se pueden lograr aunando esfuerzos y perspectivas. En este sentido
debemos destacar cómo la codificación de las variables, que constituye
una norma metodológica básica en el PRESEEA, asegura una homoge-
neidad mínima e imprescindible en el análisis de los distintos equipos.

18
Cfr. Francisco Moreno Fernández, “El estudio coordinado de las hablas hispánicas
(PILEI-PRESEEA)”, en M.ª Victoria Camacho-Taboada, José J. Rodríguez Toro y Juana
Santana Marrero (coords.), Estudios en lengua española: descripción, variación y uso. Homenaje a
Humberto López Morales, Iberoamericana/Vervuert, Madrid/Frankfurt, 2009, págs. 547-566.
19
El proyecto, coordinado por Francisco Moreno Fernández, reúne a sociolingüistas muy
destacados de las dos orillas atlánticas. Por citar solo unos pocos nombres, recordemos los
de López Morales, Silva Corvalán, Lastra, Martín Butragueño, Bentivoglio, Elizaincín,
Villena, Gómez Molina, Molina, Cestero, Paredes o Moya.
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44 EA 98/2012

2. PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DE ESPAÑA

Al elaborar un mapa sociolingüístico actual del español de España,


ha de tenerse en cuenta que los procesos que hoy afectan a distintas
variedades dialectales, como ocurre también en el ámbito lingüístico
europeo general, suponen esencialmente un debilitamiento de sus ras-
gos más peculiares y su convergencia con las variedades ejemplares
nacionales. Se trata de procesos que conducen a una simplificación de
los repertorios verbales de las comunidades y que están directamente
relacionados con los cambios sociales acaecidos el pasado siglo en el
Viejo Continente; nos referimos a fenómenos como la movilidad
demográfica (que ha supuesto el contacto entre dialectos distantes
hasta ese momento y que ha sido propiciada, entre otras razones, por
la urbanización, la industrialización y la búsqueda de trabajo), el
aumento del nivel educativo de la población, con la práctica erradica-
ción del analfabetismo, o la importancia creciente de los medios de
comunicación social. Este enfoque, vinculado con la perspectiva pro-
20
pugnada por estudiosos como Auer, Hinskens y Kerswill , se relaciona
íntimamente con uno de los objetivos específicos del PRESEEA, el de
“indagar los procesos dinámicos de nivelación y permeabilidad en los
21
contactos de variedades dialectales” .
22
De acuerdo con Moreno Fernández , las dimensiones de Auer y
Hinskens se pueden aplicar a las variedades dialectales españolas del
siguiente modo:

a) En aquellos casos, incluidos en la dimensión dialecto-variedad


estándar, en los que las formas dialectales populares no coinciden con
23
las de la variedad prestigiosa , se producen movimientos tanto conver-

20
Cfr., entre otros, Peter Auer y Franz Hinskens, “The convergence and divergence of
dialects in Europe. New and not so new developments in an old area”, en Peter Auer y Franz
Hinskens (eds.), The convergence and divergence of dialects in Europe. Sociolinguistica 10, Max
Niemeyer, Tubinga, 1996, págs. 1-30; Peter Auer, “Dialect leveling and the standard varieties
in Europe”, Folia Lingüistica 32/1-2 (1998), págs. 1-9; y Peter Auer, Franz Hinskens y Peter
Kerswill (eds.), Dialect change: Convergence and divergence in European languages, Cambridge
U.P., Cambridge, 2005. Entre las aplicaciones más destacadas de estas perspectivas en el
mundo hispánico pueden citarse las de Francisco Moreno Fernández, “Introduction: a socio-
linguistic panorama of Spanish in Spain”, IJSL 193/194 (2008), págs. 13-20; Juan Andrés
Villena Ponsoda, “Sociolinguistic patterns of Andalusian Spanish”, IJSL 193/194 (2008),
págs. 139-194; y Juan Manuel Hernández Campoy y Juan Andrés Villena Ponsoda,
“Standardness and nonstandardness in Spain: dialect attrition and revitalization of regional
dialects of Spanish”, IJSL 196/197 (2009), págs. 181-214.
21
Francisco Moreno Fernández, “El estudio coordinado de las hablas hispánicas (PILEI-
PRESEEA)”, art. cit., pág. 563.
22
Francisco Moreno Fernández, “Introduction: a sociolinguistic panorama…”, art. cit.
23
Esta es la modalidad castellana, que es, como se sabe, la que goza de más prestigio
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 45

gentes como divergentes que dan lugar a una enriquecedora e intensa


variación sociolingüística y estilística. Esto es lo que se observa, por
24
ejemplo, en Andalucía y en Canarias, región donde es posible com-
probar que las realizaciones de -/s/ final de sílaba en los noticiarios de
la televisión regional son una manifestación de un proceso de conver-
gencia hacia el estándar, frente a otros fenómenos en que tal tenden-
25
cia no se produce .
b) Se documenta asimismo una tensión dinámica entre variedades
innovadoras y conservadoras en la relación entre las hablas populares
de dos dialectos (dimensión dialecto-dialecto): es lo que sucede, por
ejemplo, entre la variedad popular madrileña y la andaluza o extreme-
ña, como resultado de los movimientos migratorios dentro del país.
Este contraste es evidente en la variación observada en el uso de las
consonantes en la comunidad madrileña de Getafe, tal como muestra
26
perfectamente el estudio de Martín Butragueño .
c) La dimensión de los dialectos fronterizos, con interesantes fenó-
menos de variación en los que puede observarse la influencia de una
tercera modalidad o lengua, se manifiesta en España en las zonas mur-
ciana y extremeña, consideradas zonas de transición en dos niveles:
entre variedades conservadoras e innovadoras dentro del español y
entre variedades del español y de otra lengua ibérica (catalán y portu-
gués, respectivamente). Para Murcia, diversos trabajos de Hernández
27
Campoy ponen de manifiesto la obsolescencia de ciertos rasgos regio-
nales a favor del estándar y el mantenimiento de otros dialectales; ya
28
Jiménez Cano y Hernández Campoy habían analizado una serie de

social, la que se usa generalmente en los medios de comunicación y la que constituye la refe-
rencia normativa de la lengua.
24
Cfr., a este respecto, Juan Andrés Villena Ponsoda, “Patrones sociolingüísticos del espa-
ñol de Andalucía”, en Juan Andrés Villena Ponsoda y Antonio M. Ávila Muñoz (eds.),
Estudios sobre el español de Málaga. Pronunciación, vocabulario y sintaxis, Sarriá, Málaga, 2012,
págs. 27-66.
25
Los estudios realizados muestran que los locutores no evitan la velarización de -/n/ en
el contexto prevocálico. Vid. José Antonio Samper Padilla y Clara E. Hernández Cabrera, “La
variación de -/s/ en los programas informativos de televisión en las Islas Canarias”, en Pedro
Barros García, Gonzalo Águila Escobar y Esteban T. Montoro del Arco (eds.), Estudios lin-
güísticos, literarios e históricos. Homenaje a Juan Martínez Marín, Universidad de Granada,
Granada, 2007, págs. 349-361; y Clara E. Hernández Cabrera y Marta Samper Hernández,
“Rasgos fónicos regionales en los noticiarios de la televisión autonómica canaria. La velari-
zación de la nasal final”, en Raúl Ávila (ed.), Variación del español en los medios, El Colegio de
México, México, D.F., 2011, págs. 267-288.
26
Pedro Martín Butragueño, “El contacto de dialectos como motor del cambio lingüísti-
co”, en Pedro Martín Butragueño (ed.), Cambio lingüístico. Métodos y problemas, El Colegio de
México, México, D.F., 2004, págs. 81-144.
27
Cfr. especialmente Juan Manuel Hernández Campoy, “Sociolinguistic aspects of
Murcian Spanish”, IJSL 193/194 (2008), págs. 121-138.
28
José M. Jiménez Cano y Juan M. Hernández Campoy, “Quantifying the standardisation
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46 EA 98/2012

variables consonánticas en tiempo real, a través de muestras de pro-


gramas de radio, con el objeto de comprobar si aumentaba la difusión
de los rasgos castellanos en el español murciano y habían comprobado
que la pronunciación regional era más cercana al estándar en el año
2000 que en 1975.
d) Dentro de la dimensión de la migración a gran escala, la que pro-
29
cede de Hispanoamérica, especialmente del área andina , puede tener
importantes repercusiones lingüísticas que hoy todavía son difíciles de
predecir.

En relación con estos planteamientos, los equipos españoles que


integran el PRESEEA han reformulado los objetivos de su investigación
particular y se han propuesto como meta para los próximos años la ela-
boración del mapa sociolingüístico del español de España. Frente a la
visión tradicional que distinguía dos grandes conjuntos dialectales
(conservador e innovador) en el español de España, se concibe ahora,
a partir de los estudios de variación en ciertas comunidades urbanas, la
formación de un conjunto dialectal intermedio, que Hernández
30
Campoy y Villena han bautizado como “español común peninsular” y
que puede definirse como una variedad koinética surgida como resul-
tado de la aproximación entre las variedades orientales del español
andaluz, el murciano, el extremeño y las variedades manchegas y cas-
tellanas situadas al sur de Madrid. Este conjunto dialectal se caracteri-
za tanto por una serie de rasgos cercanos al estándar conservador (dis-
tinción /s/:/θ/, realización africada de /c/ o velar fricativa de /x/)
como por otros de carácter innovador (el debilitamiento y la elisión
del consonantismo distensivo, por ejemplo).
Esta propuesta significa, pues, un diseño del panorama dialectal y
sociolingüístico español que distingue tres conjuntos de variedades
diferenciadas: el español septentrional basado en el prestigio del dia-
lecto de Madrid, diacrónicamente conservador; el español meridional,
nacido a partir del prestigio del dialecto de Sevilla, diacrónicamente

process in a non-standard local community: The case of Murcia”, Spanish in Context 1/1
(2004), págs. 67-93; y Juan M. Hernández Campoy y José M. Jiménez Cano, “Broadcasting
standardisation: An analysis of the linguistic normalisation process in Murcia”, Journal of
Sociolinguistics 7 (2003), págs. 321-347.
29
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística que recoge Molina, en
España la inmigración más numerosa en el año 2006 procedía de Ecuador (29.6%); a este
país le seguían Colombia (17.6%), Argentina (10.1%), Bolivia (9.8%) y Perú (6.4%). Cfr.
Isabel Molina, “Inmigrantes latinoamericanos en Madrid: cortesía y género”, en Antonio M.
Bañón Hernández y Javier Fornieles Alcaraz (coords.), Manual sobre comunicación e inmigra-
ción, Gakoa, San Sebastián, 2008, págs. 51-60.
30
Juan Manuel Hernández Campoy y Juan Andrés Villena Ponsoda, “Standardness and
nonstandardness…”, art. cit.
03_Samper_Padilla.qxd 21/10/13 18:15 Página 47

LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 47

innovador; y las variedades intermedias, una “especie de colchón de


31
amortiguación” entre los dos modelos anteriores . En el proyecto espa-
ñol el dominio conservador está representado por Madrid/Alcalá y
Valencia; el innovador, por Las Palmas y el “convergente”, por Granada
y Málaga, con dos equipos en cada uno de los dominios, excepto en la
variedad innovadora, en la que figura únicamente la ciudad de Las
Palmas.

3. LOS TEMAS DE ESTUDIO

Para seleccionar las variables más atractivas para su investigación


sociolingüística en España nos basaremos en las elegidas por el grupo
de estudiosos que conforman el PRESEEA. El conjunto de investiga-
dores reunidos en torno a dicho proyecto ha sido decisivo en el
impulso de los trabajos sociolingüísticos en el mundo hispánico y por
ello han de valorarse especialmente sus decisiones en torno a aque-
llas variables que han considerado dignas de análisis en español.
Recordemos que la primera propuesta sistemática de fenómenos
sociolingüísticos que debían ser investigados en nuestro ámbito idio-
32
mático la hizo Silva Corvalán en 1992 y sirvió para orientar los tra-
bajos que se iniciaban en aquel momento; a otro estudioso del pro-
yecto, Martín Butragueño, le debemos también una detallada rela-
ción de los fenómenos gramaticales más relevantes para ser incorpo-
33
rados como variables sociolingüísticas .
Las variables que trabajan coordinadamente los equipos españoles
del proyecto PRESEEA son las siguientes:

(a) En el terreno fonológico se incluyen dos que coinciden con las


elegidas para ser investigadas en las dos orillas atlánticas: la /s/ disten-

31
Cfr., a este respecto, las conclusiones del trabajo de Lorenzo J. García Amaya, “Variable
norms in the production of /θ/ in Jerez de la Frontera, Spain”, en Jason F. Siegel, Traci
C. Nagle, Amandine Lorente-Lapole y Julie Auger (eds.), IUWPL7: Gender in Language:
Classic Questions, New Contexts, IULC Publications, Bloomington, IN, 2008, págs. 49-71.
García Amaya, al estudiar el seseo, el ceceo y la distinción /s/:/θ/, encuentra una situación
de cambio que supone que en este fenómeno la modalidad jerezana se acerca más a la
norma madrileña que a la sevillana. En este sentido, esta ciudad del occidente andaluz se
comportaría como las comunidades de Andalucía oriental.
32
Carmen Silva Corvalán, “Direcciones en los estudios sociolingüísticos de la lengua
española”, en Actas del Congreso de la Lengua Española. Sevilla 1992, Instituto Cervantes,
Madrid, 1994, págs. 399-415.
33
Pedro Martín Butragueño, “Hacia una tipología de la variación gramatical en socio-
lingüística del español”, Nueva Revista de Filología Hispánica 42 (1994), págs. 29-75.
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48 EA 98/2012

siva y la /d/ intervocálica. Junto a ellas, se han incorporado otros fenó-


menos variables, importantes para la elaboración del mapa sociolin-
güístico peninsular: la variación de /x/, de la que ya contamos con
34
algún estudio preliminar , y el análisis de la distinción de sibilantes, de
gran interés no solo para la zona andaluza oriental, sino para la socio-
lingüística hispánica y para la disciplina en general, como posible
35
manifestación de una ruptura del principio de Garde . También se ha
previsto la investigación de otros fenómenos más extendidos en el país:
la difusión –geográfica y social– del yeísmo, la neutralización de las
líquidas en la coda silábica y la realización de los grupos cultos en la
misma posición posnuclear.
(b) En el nivel gramatical, todos los equipos del proyecto están estu-
diando dos fenómenos que necesitan ser detenidamente reanalizados,
con nuevas formulaciones teóricas y metodológicas, para su cabal
conocimiento: la expresión del pronombre sujeto y el uso de haber per-
sonal, que, hipotéticamente, está ganando extensión en muchas comu-
nidades de habla españolas. Además de estas variables, los grupos espa-
ñoles continúan con el análisis del (de)queísmo y con otro fenómeno
destacado dentro del español peninsular e insular: el uso del subsiste-
ma de los pronombres personales átonos.
(c) En el campo pragmático-discursivo, algunos equipos vienen tra-
bajando desde hace unos años en la atenuación, tema de investigación
seleccionado también por el proyecto general.
(d) Una novedad de los grupos de nuestro país es la incorporación
del estudio de la variación social del léxico disponible, para lo que se
cuenta con la experiencia de muchos componentes del proyecto espa-
ñol en la investigación de esta parcela de la lexicoestadística.

34
Cfr. Sanja Zmijanac, “Estudio sociolingüístico y foneticoacústico de la variación de la
obstruyente velar /x/ en el español hablado en Málaga”, en Estudios sobre el español de
Málaga, op. cit., págs. 209-242. Esta es una variable cuyo estudio no presenta el mismo inte-
rés en otras zonas dialectales, por el predominio, casi absoluto, bien de la realización aspi-
rada (en el caso de Las Palmas), bien de la velar (como ocurre en las comunidades con-
servadoras).
35
Que implica que “si dos palabras han llegado a ser idénticas a través de un cambio
fonético, no pueden diferenciarse nunca por medios fonéticos”, ya que “en ningún momen-
to en la historia de las lenguas ha sido esa reversión [de una fusión] consumada por sufi-
cientes hablantes individuales como para restablecer dos clases originales de palabras en una
lengua dada en su totalidad”. Cfr. William Labov, Principios del cambio lingüístico. Volumen I, op.
cit., págs. 485-487.
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 49

4. ESTUDIOS SOBRE LOS TEMAS SELECCIONADOS

4.1. En el plano fónico, sin duda el ámbito más fecundo universal-


mente en los estudios variacionistas, la sociolingüística española dispo-
ne de descripciones cuantitativas precisas del consonantismo implosivo
en diversas comunidades de habla del centro-sur peninsular y de
Canarias; entre las investigaciones que se han ocupado de las conso-
nantes en la fase tensiva de la sílaba destacan las dedicadas al proceso
de debilitamiento de –/d/– intervocálica. En las próximas líneas ofre-
ceremos los resultados más destacados de los análisis sobre las dos
36
variables más estudiadas, –/s/ y -/d/– .
4.1.1. El grupo más numeroso de trabajos sociolingüísticos en
español se ha dedicado a la /s/ implosiva. En ello han influido la
importancia teórica de esta variable, por las repercusiones que la eli-
sión de la consonante conlleva en el terreno gramatical, y su papel
como isoglosa fundamental para establecer el límite entre las dos
macronormas tradicionalmente diferenciadas en nuestra lengua. El
estudio conjunto que emprende ahora el proyecto PRESEEA ofrecerá,
sin duda, nuevas posibilidades interpretativas de este fenómeno de
debilitamiento.
Hay un número relativamente elevado de investigaciones sociolin-
güísticas sobre -/s/ en el español de Canarias y de Andalucía; también
son de gran interés, especialmente porque analizan la zona limítrofe
de los fenómenos de aspiración y elisión de -/s/, los trabajos sobre el
español toledano y sobre Madrid. Mostramos en el cuadro 1 los resul-
37
tados cuantitativos generales de estas investigaciones .
A partir de los datos de este cuadro se pueden distinguir tres tipos
de comunidades: (a) conservadoras, con predominio de la sibilante:
modalidades madrileñas y Toledo capital; (b) intermedias, en las que
triunfa la aspiración: las variedades canarias, la comarca toledana de La
Jara y la capital cordobesa; y (c) avanzadas, donde la elisión es la reali-
zación mayoritaria: variedades de Andalucía oriental.
El análisis de los distintos factores lingüísticos y sociales contempla-
dos en estas investigaciones permite comprobar que en todas las comu-

36
Otros fenómenos consonánticos que también han recibido una atención especial, ade-
más de los procesos que afectan a /n, r, l/ en la distensión silábica, son el avance del yeísmo,
el rehilamiento de /y/ y la interdentalización de /k/ en el grupo –kt–. Junto a ellos, en
Andalucía se han realizado importantes estudios en torno a la fricatización de /c/ y la varia-
ción que afecta a /s/ y /θ/.
37
En la mayoría de estos estudios se han tenido en cuenta, además de las tres variantes
que suponen los pasos esenciales del proceso de debilitamiento –[s] sibilante, [h] aspiración
y [Ø] elisión–, la asimilación [A].
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50 EA 98/2012

CUADRO 1
38
Distribución de las variantes de -/s/ en diversas comunidades españolas

[s] [h] [A] [Ø] N

A Madrid -Barrio de Salamanca (Gil 26995 4607 710 556 32868


Peña, 2004) 82% 14% 2% 1%
9960 3916 290 646 14813
Alcalá de Henares (Blanco, 2004)
67% 26% 4% 2%
Nordeste de Madrid (Ruiz 9390 2121 911 2807 15229
Martínez, 2003) 62% 14% 6% 18%
2844 1881 277 353 5394
Getafe (Martín Butragueño, 2004)
53% 35% 5% 7%
14656 9391 901 2718 27666
Toledo (Molina, 1998)
53% 34% 3% 10%
3576 1293 991 959 6819
Toledo (Calero, 1993)
52% 19% 15% 14%
2465 15356 — 539 18360
B El Hierro (Pérez Martín, 2010)
13% 84% 3%
9384 18466 1569 5897 35316
La Jara (Paredes, 2001)
27% 52% 4% 17%
Santa Cruz de Tenerife (Almeida, 332 2695 — 339 3366
1990) 10% 80% 10%
428 12757 1228 5197 19610
Telde-Gran Canaria (Cabrera, 2009)
2% 65% 6% 26%
Las Palmas de Gran Canaria 815 16198 1827 9163 28003
(Samper, 1990) 3% 58% 6% 33%
564 10875 — 8830 20269
Córdoba (Iglesias, 2003)
3% 54% 43%
237 4227 441 7545 12450
C Linares (Gómez Serrano, 1994)
2% 34% 3% 61%
503 10404 59 22731 33697
Málaga (Vida, 2004)
1.5% 31% 0.2% 67%
Costa Granadina (García Marcos, 271 4087 — 11345 15703
1990) 1.7% 26% 72%
301 1425 130 6942 8798
Melilla (Ruiz Domínguez, 1997)
3% 16% 1.5% 79%

nidades la elisión es mucho más frecuente en final de palabra y que la


posición interior favorece la aspiración. En cuanto a los contextos, el

38
Los datos de estos trabajos figuran en las referencias bibliográficas finales. En relación
con la información aportada en el cuadro, los resultados de Getafe, en los que se incluyen
53 casos de realización [r], corresponden al estilo que Martín Butragueño recoge como
[Conversación] y las cifras de Melilla son las que resultan de la actuación de la población
monolingüe de la muestra.
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 51

preconsonántico es el que menos favorece la aparición de la sibilante,


con porcentajes de [s] marcadamente inferiores a los otros dos con-
textos (prevocálico y prepausal). En los momentos iniciales del cam-
bio, la aspiración y la elisión constituyen etapas conectadas interna-
mente y, por consiguiente, el contexto más favorecedor es el precon-
sonántico; ahora bien, conforme avanza el fenómeno, el factor con-
textual deja de tener un papel tan relevante porque adquieren más
importancia los condicionamientos funcionales, y la elisión va ganan-
do terreno en el contexto prepausal.
En estas investigaciones se ha revisado la hipótesis funcional, for-
mulada por Kiparsky, y se ha constatado que no se producen menos
casos de elisión cuando -/s/ es marca gramatical; no obstante, la cita-
da hipótesis puede ser reinterpretada en términos de eliminación de
información redundante, puesto que la consonante se elide más
cuando aparecen en el contexto otras marcas que evitan la posible
ambigüedad.
En cuanto a la incidencia de los condicionantes sociales, no se
observa en general una separación muy marcada entre el comporta-
miento de los hombres y el de las mujeres. Tampoco hay grandes dife-
rencias intergeneracionales, por lo que puede deducirse que la situa-
ción es relativamente estable en la mayoría de las comunidades estu-
39
diadas , si bien puede advertirse un comportamiento más alejado de la
norma prestigiosa entre los hablantes de la última generación (son los
que más eliden en las modalidades avanzadas en el proceso y los que
más aspiran en las variedades más conservadoras), mientras que los
jóvenes suelen presentar porcentajes más altos de aspiración en las
variedades más avanzadas y de sibilantes en las más moderadas. Los
datos indican, pues, que, dentro de la estabilidad general, podemos
estar asistiendo a un ligero retroceso del proceso de debilitamiento. El
análisis del nivel sociocultural, que sí tiene una relevancia notoria, nos
ofrece el patrón esperado: preferencia de los niveles más altos por las
variantes más prestigiadas (en unas zonas, [s], y en otras, [h], de acuer-
do con el avance del fenómeno), con descensos regulares de estas
según baja el nivel social de los hablantes.

4.1.2. El debilitamiento de -/d/- se ha considerado también una de


las variables prioritarias de la investigación sociolingüística hispáni-
40
ca y por ello los equipos españoles integrados en el PRESEEA la han

39
Cfr. Francisco Gimeno, “El cambio lingüístico estable. La elisión de -s final en español”,
Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana (RILI) 6/2 (2008), págs. 141-155.
40
Cfr. Carmen Silva Corvalán, “Direcciones en los estudios sociolingüísticos de la lengua
española”, art. cit., pág. 403.
03_Samper_Padilla.qxd 21/10/13 18:15 Página 52

52 EA 98/2012

elegido para su primer análisis conjunto. El estudio de este fenóme-


no es interesante desde la perspectiva intradialectal ya que la pérdida
de la dental actúa como un importante diferenciador social en
41
muchas comunidades de habla. Como señala Moreno Fernández , la
elisión está relacionada con los niveles socioculturales bajos en casi
todo el mundo hispánico mientras que la realización relajada queda
asociada frecuentemente con los grupos cultos. Además, hay zonas
donde el proceso de desgaste ha ido ganando terreno (es lo que suce-
42
de, por ejemplo, con los malagueños de estudios universitarios ),
mientras que en otras la presión normativa lleva a un retroceso en los
índices de elisión de la consonante (como muestran los datos de Las
43
Palmas en todos los niveles socioculturales ). Hoy el futuro del fenó-
44 45
meno parece incierto, como indican Moreno Fernández y Molina .
Por otra parte, la variable puede reflejar, como se observa en Las
Palmas, un diferente comportamiento masculino y femenino, en el
sentido, ya clásico en los estudios sociolingüísticos, de que las muje-
res usan las formas estándares, las prestigiosas, si tienen conciencia
de ellas, con más frecuencia que los hombres.
Los estudios cuantitativos previos muestran que este proceso de
lenición ha avanzado en las comunidades españolas de forma diferen-
te y a ritmos distintos. En el cuadro 2 se constatan el acusado debilita-
miento en las comunidades andaluzas orientales, con muy altos por-
centajes de la variante elidida, los relativamente moderados índices cas-
tellanos y la posición intermedia de Canarias, con la excepción que
representa el bajo índice de pérdidas de la isla de El Hierro.
En el marco del PRESEEA se ha trabajado con un modelo de codifi-
cación consensuado que contempla un total de 27 variables explicati-
vas (14 lingüísticas, 7 estilísticas y 6 sociales); en cuanto al contexto de
ocurrencia, se decidió analizar todas las apariciones de /d/ intervocá-
41
Francisco Moreno Fernández, “Cambios vivos en el plano fónico del español: variación
dialectal y sociolingüística”, en Rafael Cano (coord.), Historia de la lengua española, Ariel,
Barcelona, 2004, págs. 973-1009.
42
Cfr. Juan Andrés Villena Ponsoda, Francisco Díaz Montesinos, Antonio M. Ávila Muñoz
y M.ª de la Cruz Lasarte Cervantes, “Interacción de factores fonéticos y gramaticales en la
variación fonológica: la elisión de /d/ intervocálica en la variedad de los hablantes univer-
sitarios en la ciudad de Málaga”, en Yolanda Congosto y Elena Méndez (eds.), Variación lin-
güística y contacto de lenguas en el mundo hispánico. In memoriam Manuel Alvar, Iberoame-
ricana/Vervuert, Madrid/Frankfurt, 2011, págs. 311-359.
43
Cfr. José A. Samper Padilla, Clara E. Hernández Cabrera, Magnolia Troya Déniz, Ana
M.ª Pérez Martín y Marta Samper Hernández, “Un estudio de variación fónica en el marco
del PRESEEA: realizaciones de -/d/- entre los hablantes de nivel universitario de Las Palmas
de Gran Canaria”, LEA 32/1 (2010), págs. 5-34.
44
Francisco Moreno Fernández, “Cambios vivos…”, art. cit., pág. 1004.
45
Isabel Molina, “Geografía y estratificación social de un cambio fonético: la -d- en espa-
ñol peninsular”, Verba 28 (2001), págs. 81-99.
03_Samper_Padilla.qxd 21/10/13 18:15 Página 53

LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 53

CUADRO 2
46
Mantenimiento y elisión de -/d/- en distintas comunidades de habla españolas

[δ] [Ø] N
El Hierro (Pérez Martín, 2010) 2280 408 2688
85% 15%
Alcalá de Henares (Blanco, 2004) 3247 768 4015
81% 18%
Toledo (Molina, 1998) 4583 1152 5735
80% 20%
La Jara (Paredes, 2001) 4140 1100 5240
79% 21%
Madrid -Bº Salamanca (Gil Peña, 2004) 3643 994 4637
78% 21%
Nordeste de Madrid (Ruiz Martínez, 2003) 2778 819 3597
77% 23%
Telde, Gran Canaria (Cabrera, 2009) 2007 692 2699
74% 26%
Getafe (Martín Butragueño, 2004) 1224 567 1791
68% 32%
Las Palmas (Samper, 1990) 2791 1688 4479
62% 38%
Málaga (Villena, 1997) 9027 5499 14526
62% 38%
Melilla (Ruiz Domínguez, 1997) 819 774 1593
52% 48%
Jaén (Moya, 1979) 963 1764 2727
35% 65%
Linares (Gómez Serrano, 1994) 340 1206 1546
22% 78%

lica en interior de palabra, independientemente de su posición en la


misma y de su relación con el acento del vocablo. Esto supone una dife-
rencia con las investigaciones sociolingüísticas anteriores, en las que el
contexto comúnmente estudiado era aquel en el que /d/ interna sigue
a la vocal acentuada y precede a /a/ u /o/ (seguidas o no de con-
sonante), en palabras paroxítonas.
En el cuadro 3 se aportan los resultados relativos al nivel de educa-
47
ción universitario .

46
Los datos de estos trabajos figuran en las referencias bibliográficas finales.
47
Los resultados de todos los sociolectos, como cabía esperar, suponen unos índices más
altos de elisión: 14% en Valencia, 14% en Madrid, 18% en Las Palmas, 34% en Granada y
37% en Málaga. Los datos bibliográficos de estos trabajos se recogen en las referencias finales.
03_Samper_Padilla.qxd 21/10/13 18:15 Página 54

54 EA 98/2012

CUADRO 3
Distribución de las variantes de -/d/- en el nivel de instrucción universitario en las comuni-
dades estudiadas en el marco del PRESEEA

Valencia Madrid Las Palmas Granada Málaga


[ð] 2642 905 1439 1502 1714
88% 50% 51% 73% 70%
ð
[] 49 673 1008 74 124
1.6% 37% 36% 4% 5%
[Ø] 321 226 368 473 613
11% 12.5% 13% 23% 25%
N 3012 1804 2815 2049 2451

Según los datos anteriores, la elisión no es tan acusada en Las


Palmas como en Andalucía oriental (las ciudades de Granada y Málaga
casi duplican el porcentaje que se observa en la ciudad canaria) y es
ligeramente superior a las otras dos comunidades analizadas. El con-
tacto con el catalán ya hacía prever que el mantenimiento de la dental
iba a ser mayor en Valencia que en las zonas monolingües. Los datos
de Madrid, por su parte, muestran que en la capital de la nación se
reducen los índices de elisión que aportaban los estudios de otras
zonas centropeninsulares, como La Jara, Alcalá, el nordeste de la
48
comunidad madrileña, Toledo, etc .
Se ofrece una descripción más detallada del fenómeno y se abren
nuevas posibilidades para la comparación sociodialectal cuando se con-
sideran, además del contexto general, tres entornos en los que pro-
49
gresivamente se va concretando el foco de atención (ver cuadro 4):

CUADRO 4
Porcentajes de elisión de -/d/-, según entornos, en el nivel de instrucción universitario
en diversas comunidades

Las Palmas Valencia Málaga Granada


entorno general 13 11 25 23
entorno restringido 18 15 36 33
entorno bimorfémico 16 20 48 66
entorno -ado 47 39.5 85 85

48
No hay que descartar que podamos estar ante una manifestación de ese retroceso del
fenómeno que indica Isabel Molina, (“Geografía y estratificación social de un cambio fonéti-
co…”, art. cit.) en el español peninsular: en ese caso los datos de la capital del país no harían
más que confirmar tempranamente esa tendencia, que, de cumplirse, podría verse refrendada
con los datos futuros de las zonas aledañas, que serían influidas por el prestigio madrileño.
49
El entorno restringido es el que, como hemos indicado, ha sido contemplado en la
mayoría de las investigaciones sociolingüísticas: –úSdu(c). El bimorfémico limita el restrin-
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 55

Los resultados anteriores permiten afirmar que en Málaga o


Granada se produce una “casi categorización de la elisión en los sufijos
gramaticales (participio en -ado) y derivativos (adjetivos y nombres en
50
-ado) y, por otro, su detención en la raíz de las palabras” ; puede obser-
varse, sin embargo, que ese comportamiento tan marcadamente dife-
renciado no se produce en Las Palmas, comunidad donde lo que real-
mente destaca es la elevada elisión que sufre /d/ cuando forma parte
51
del determinante, y especialmente de todo , como muestra el cuadro
siguiente:

CUADRO 5
Elisión de /d/ en varios entornos en distintas ciudades (nivel educativo alto)

participios determinantes todo


N % N % N %
Valencia 602 26 197 28 190 30
Málaga 445 64 581 25 198 36
Granada 345 63 121 16.5 90 23
Las Palmas 294 26 281 36 244 41

Será importante verificar si en otras comunidades de habla se pro-


duce también la diferencia entre la generalización de la elisión en la
parte derivativa de la palabra y su fuerte restricción en la parte lexe-
mática que reflejan nítidamente los resultados del andaluz oriental.

4.2. En el campo gramatical, que, como es sabido, ha tenido un


desarrollo más tardío y limitado que el fonológico en la sociolingüísti-
52
ca variacionista , los equipos españoles del PRESEEA estudian, como ya

gido a los casos en que la /d/ forma parte de un morfema derivativo (perdiDo, alumnaDo,
robleDo). El cuarto entorno se refiere a la terminación -ado en los participios.
50
Cfr. Juan Andrés Villena Ponsoda et al., “Interacción”, art. cit., pág. 352.
51
Es su propia distribución sintagmática, cuando todo funciona como determinante, la
que facilita su elisión sin que se origine ningún contratiempo en la comunicación, ya que esa
pérdida no afecta nunca a la inteligibilidad oracional. Esa elevada elisión está favorecida
también por la frecuencia de la estructura sintáctica en que aparece. Cfr. Joan Bybee, “Word
frequency and context of use in the lexical diffusion of phonetically conditioned sound
change”, Language Variation and Change 14 (2002), págs. 261-290.
52
Las razones del retraso han sido muy bien señaladas por Carmen Silva Corvalán,
Sociolingüística: teoría y análisis, op. cit., págs. 98-100; cfr. asimismo Sociolingüística y pragmática
del español, op. cit., págs. 129-138. Hay que tener en cuenta también las consideraciones escla-
recedoras que en torno a este tema ha hecho Humberto López Morales en diversos trabajos.
Para este investigador es necesario comprobar si las diferencias semánticas o pragmáticas
que se señalan teóricamente, sin rigurosos análisis contextuales, forman parte de la compe-
tencia de los hablantes; su estudio sobre la preferencia por la estructura activa o la pasiva con
informantes canarios, levantinos y castellanos, arroja resultados muy elocuentes: los sujetos
03_Samper_Padilla.qxd 21/10/13 18:15 Página 56

56 EA 98/2012

indicamos, la expresión del pronombre sujeto, el (de)queísmo, el uso


de haber personal y el subsistema de los pronombres personales átonos.
Se trata de variables que ya habían sido incorporadas por Silva
53
Corvalán en la relación de aquellas que debían ser contempladas
prioritariamente en las investigaciones del PRESEEA y en la lista de los
18 fenómenos morfosintácticos elaborada por Moreno Fernández et
54
al. para ser abordados por el proyecto. Son variables que, según la
55
clasificación de Martín Butragueño , responden a los tipos morfoló-
gico (clíticos pronominales) y funcional (dequeísmo, haber y expre-
sión del sujeto). Algunos de esos temas se habían abordado previa-
mente en diversas investigaciones españolas, pero en general se cuen-
ta con un número de estudios claramente inferior al de los realizados
en América.
Si la presencia/ausencia del pronombre sujeto se está comenzando
a trabajar con los materiales del PRESEEA y por tanto todavía no pode-
56
mos aportar resultados , para el queísmo y dequeísmo se cuenta con
los análisis de los equipos de Valencia, Granada y Las Palmas, si bien no
57
todos han sido publicados. El estudio de Gómez Molina sobre el fenó-
meno en Valencia, el más elaborado y completo hasta el momento,
constata que el dequeísmo es muy poco frecuente (2.5%), mientras
que es mucho más general la eliminación de la preposición en casos en
58
que normativamente debería aparecer (46%) . Son resultados que

no distinguen significados, ni semánticos ni pragmáticos, entre estas estructuras. Cfr.


“Interacción de los factores diatópicos y diastráticos en la variación sintáctica”, en Miguel
Casas y Mª Ángeles Torres (eds.), V Jornadas de Lingüística, Universidad de Cádiz, Cádiz, 2000,
págs. 95-108; “Syntactic variation, revisited”, en Josep M. Fontana, Louise McNally, Mª Teresa
Turell y Enric Vallduví (eds.), Proceedings of the First International Conference on language varia-
tion in Europe, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2001, págs. 141-151; y Sociolingüística,
3ª ed., op. cit., págs. 68-92.
53
Cfr. Carmen Silva Corvalán, “Direcciones en los estudios sociolingüísticos de la lengua
española”, art. cit.
54
Francisco Moreno Fernández, Florentino Paredes García, Isabel Molina Martos y Ana
María Cestero Mancera, “La sociolingüística de Alcalá de Henares en el ‘Proyecto para el
estudio sociolingüístico del español de España y América’ (PRESEEA)”, Oralia 3 (2000), págs.
149-168.
55
Pedro Martín Butragueño, “Hacia una tipología…”, art. cit.
56
Sí se cuenta con datos sobre el fenómeno elaborados con los materiales de la norma
culta. Cfr. José Antonio Samper Padilla, Clara E. Hernández Cabrera y Magnolia Troya
Déniz, “Presencia /ausencia del sujeto pronominal de primera persona singular en la norma
culta de España”, en Concepción Company (ed.), El español en América. Diatopía, diacronía e
historiografía. Homenaje a José G. Moreno de Alba en su 65 aniversario, Universidad Nacional
Autónoma de México, México, D.F., 2006, págs. 87-109.
57
José Ramón Gómez Molina, “La preposición ‘de’ como mecanismo comunicativo en las
construcciones ‘Ø/de + que + verbo en forma personal”, Oralia, 14 (2011), págs. 345-376.
58
En los materiales del nivel de instrucción universitario de Las Palmas encontramos
algunos casos (un 3%) de queísmo, pero ninguno de dequeísmo. El estudio de Granada, rea-
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 57

confirman lo señalado en la investigación previa de Gómez Molina y


59
Gómez Devís , cuyo análisis de los factores sociales ya indicaba que
mientras el queísmo estaba muy consolidado y ofrecía sus porcentajes
más altos entre los más jóvenes en el habla espontánea y entre las muje-
res, que parecen actuar como propagadoras del fenómeno, el dequeís-
mo, claramente estigmatizado, era muy poco relevante y estaba favore-
cido por el nivel sociocultural medio en el habla espontánea y por el
sexo masculino.
El queísmo está favorecido por los verbos de entendimiento, los
pronominales, los simples, la fuente de evidencia “desde el hablante”,
la primera persona del singular y el tiempo presente. Por el contrario,
la presencia no normativa de la preposición se ve impulsada por los
verbos de estado, los copulativos, las estructuras atributivas, las formas
de tercera persona singular y de primera plural, y el tiempo pasado.
Estos resultados, que implican una correlación entre los factores expli-
cativos persona gramatical, tiempo verbal, deixis y evidencialidad, con-
firman el carácter distintivo funcional de la inserción u omisión de de
y permiten afirmar, de acuerdo con Gómez Molina, que queísmo y
dequeísmo pueden considerarse fenómenos de distinta índole.
El uso de haber impersonal cuenta ya con trabajos sobre la comuni-
dad valenciana y la grancanaria. Hay un porcentaje más elevado de for-
mas personales en Valencia (explicable por su contacto con el catalán)
que en Las Palmas. En esta ciudad llama la atención el escaso índice
(20.5%) que se documenta en el nivel universitario, si se consideran las
60
referencias bibliográficas que se tenían sobre el fenómeno en las islas .
61
En Valencia el porcentaje de formas plurales de haber llega al 46%;
sorprende que en el análisis de Gómez Molina solo resulten estadísti-
camente significativas dos variables sociales, la edad y el nivel sociocul-
tural, y ninguna de las lingüísticas. El uso plural está favorecido por los
jóvenes y por el sociolecto medio, que pueden ayudar a la expansión

lizado por Moya y Torres, revela también que los usos no canónicos son muy escasos en este
nivel, si bien allí es algo más alto el porcentaje que alcanza el dequeísmo (7%) que el que-
ísmo (solo un 3%). Son datos de los informes presentados en la reunión del proyecto cele-
brada en Las Palmas el año 2009.
59
José Ramón Gómez Molina y Begoña Gómez Devís, “Dequeísmo y queísmo en el espa-
ñol hablado de Valencia: factores lingüísticos y sociales”, Anuario de Lingüística Hispánica 11
(1995), págs. 193-220.
60
Cfr. José Antonio Samper Padilla y Clara E. Hernández Cabrera, “En torno a los usos
personales de haber en el español de Las Palmas de Gran Canaria”, en Tomás Jiménez Juliá,
Belén López Meirama, Victoria Vázquez y Alexandre Veiga (eds.), Cum corde et in nova gram-
matica. Estudios ofrecidos a Guillermo Rojo, Universidade de Santiago de Compostela, Santiago
de Compostela, 2012, págs. 743-754.
61
José Ramón Gómez Molina, “Pluralización de haber impersonal en el español de
Valencia”, Verba (en prensa).
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58 EA 98/2012

de la pluralización, frenada entre los hablantes de la tercera genera-


ción y los de nivel alto. Los datos correspondientes a la muestra se com-
plementan con los que ofrecen tanto un cuestionario de uso como un
test de aceptabilidad. Según el primero, las formas plurales represen-
tan un 39%; el segundo ofrece un índice de aceptabilidad del 37%
para las formas no canónicas, con unas proporciones que, como se ve,
reflejan un descenso del plural conforme aumenta el grado de aten-
ción del hablante.
En cuanto a los pronombres personales átonos, el estudio de
62
Paredes sobre el barrio de Salamanca (Madrid) permite calificar la
situación del leísmo, laísmo y loísmo en esa comunidad como un sistema
“dinámico e inestable”. Como había indicado Fernández Ordóñez, “la
capital del reino parece estar situada justo en el punto de colisión de
varios frentes de ola: aquel en que choca el sistema referencial “abulen-
se-toledano” con el sistema de transición “alcarreño”, e incluso, con el
sistema confundidor hablado al norte de la provincia, en Segovia y en
63
Burgos” . El fenómeno más extendido, como era de esperar, es el leís-
mo, perfectamente integrado en el habla de los madrileños y favorecido
especialmente por las mujeres. Paredes encuentra muy poco laísmo en
el habla de la capital, ya que supone solo un 10% de los usos de la, lo que
contradice la creencia general sobre el carácter eminentemente laísta de
la urbe; para el autor, esta percepción puede estar relacionada con la alta
probabilidad de aparición del laísmo en combinación con los verbos de
lengua, muy frecuentes en el discurso. Por su parte, el loísmo es un fenó-
meno irrelevante, si bien sorprende su resistencia a desaparecer.
Comparando sus datos urbanos con los de las zonas rurales de la pro-
vincia, Paredes constata la mayor tendencia de estas últimas hacia los
usos no etimológicos (más laísmo, leísmo y loísmo). El factor geográfico
se solapa con el nivel cultural: los hablantes cultos presentan menos
ejemplos de las soluciones no normativas. Al comparar los resultados del

62
Florentino Paredes García, “Leísmo, laísmo y loísmo en la lengua hablada de Madrid
(Barrio de Salamanca)”, LEA 28/2 (2006), págs. 191-219. El estudio de Paredes se suma a
trabajos previos como los de Antonio Quilis, Margarita Cantarero, Mª José Albalá y Rafael
Guerra, Los pronombres le, la, lo y sus plurales en la lengua española hablada en Madrid, CSIC,
Madrid, 1985; Francisco Moreno Fernández, Manuel Amorós, Javier Bercial, Francisco
Corrales y M.ª Á. Rubio, “Anotaciones sobre el leísmo, el laísmo y el loísmo en la provincia de
Madrid”, Epos 4 (1988), págs. 101-122; y Flora Klein-Andreu, Variación actual y evolución históri-
ca: los clíticos le/s, la/s, lo/s, Lincom Europa, München, 2000. También ha abordado el tema a
partir de los materiales del “Corpus de los medios de comunicación de Salamanca” Miguel Á.
Aijón Oliva, Variación morfosintáctica e interacción social. Análisis del paradigma de los clíticos verbales
españoles en los medios de comunicación, Universidad de Salamanca, Salamanca, 2006.
63
Inés Fernández Ordóñez, “Isoglosas internas del castellano. El sistema referencial del
pronombre átono de tercera persona”, Revista de Filología Española 74 (1994), págs. 71-125.
La cita corresponde a la pág. 99.
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LA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ESPAÑA 59

nivel universitario del PRESEEA con los de la norma culta madrileña,


64
estudiada en los años 80 por Quilis et al. , se comprueba que en este
estrato educativo ha avanzado el leísmo mientras que el laísmo muestra
una situación estable.

4.3. En el campo pragmático-discursivo, como ya señalamos, el PRE-


SEEA estudia las estrategias que persiguen minimizar el efecto de lo
dicho o lo hecho, es decir, los mecanismos de atenuación. Un reciente
65
artículo de Albelda y Cestero ofrece, a partir de la revisión de las cla-
sificaciones previas, un listado de los procedimientos atenuadores que
representan las operaciones comunicativo-cognitivas que los hablantes
emplean para atenuar sus mensajes; además de esto, las autoras anali-
zan la frecuencia de uso de los distintos procedimientos en los mate-
riales de Madrid y Valencia.
66 67
Basándose fundamentalmente en las aportaciones de Briz y Caffi ,
Albelda y Cestero proponen considerar las siguientes tácticas estratégi-
cas de atenuación: (1) minimizar o difuminar la cantidad o cualidad de
lo dicho, (2) rebajar la aserción expresándola en forma de duda o de
incertidumbre, (3) desfocalizar los elementos de la enunciación per-
sonales o temporales, (4) acotar o restringir lo dicho (la opinión, la
aserción, la petición), (5) justificar, (6) corregir o reparar, (7) realizar
concesiones, (8) implicar al tú en lo dicho por el hablante y (9) for-
mular actos directivos de forma indirecta. De ellas, solo la primera
68
estrategia corresponde a la atenuación del dictum , mientras que las
demás pueden ser consideradas como atenuación del modus.

64
Antonio Quilis et al., Los pronombres le, la, lo y sus plurales en la lengua española hablada
en Madrid, op. cit.
65
Marta Albelda Marco y Ana Mª Cestero Mancera, “De nuevo, sobre los procedimientos
de atenuación lingüística”, Español Actual 96 (2011), págs. 9-40. Cfr. asimismo Marta Albelda
Marco, “¿Cómo se reconoce la atenuación? Una aproximación metodológica basada en el
español peninsular hablado”, en Franca Orletti y Laura Mariottini (eds.), (Des)cortesía en espa-
ñol. Espacios teóricos y metodológicos para su estudio, Università Roma Tre y Programa EDICE, 2010,
págs. 41-70; e Isabel Molina, “Estrategias de atenuación en el habla de las mujeres madrileñas
(barrio de Salamanca de Madrid)”, Documentos de Español Actual 6-7 (2005), págs. 89-100.
66
Antonio Briz, “La atenuación en la conversación coloquial. Una categoría pragmática”,
en Luis Cortés (ed.), El español coloquial. Actas del I Simposio sobre análisis del discurso oral,
Universidad de Almería, Almería, 1995, págs. 103-122; “La estrategia atenuadora en la con-
versación cotidiana española”, en Diana Bravo (ed.), La atenuación de las divergencias median-
te la risa en negociaciones españolas y suecas, Biblioteca de la Universidad de Estocolmo,
Estocolmo, 2003, págs. 17-46; y “Para un análisis semántico, pragmático y sociopragmático
de la cortesía atenuadora en España y América”, LEA 29/1 (2007), págs. 5-40.
67
Claudia Caffi, Mitigation, Elsevier, Oxford, 2007.
68
Cfr. Antonio Briz, El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática, Ariel,
Barcelona, 1998.
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El análisis cuantitativo de los corpus de Valencia y Madrid muestra


que la más frecuente de las tácticas atenuantes es la desfocalización,
especialmente uno de sus procedimientos, la impersonalización; le
sigue, en cuanto a número de apariciones en los corpus estudiados, la
táctica de la corrección o reparación, estrategia estrechamente rela-
cionada con el deseo de salvaguardar la imagen social (del interlocu-
tor o del que habla) y con la que el hablante trata de minimizar el desa-
cuerdo. Por el lado opuesto, las tácticas menos frecuentes son las que
realizan concesiones, acotan o restringen lo dicho y formulan actos
directivos de forma indirecta.

4.4. No es muy abundante el número de investigaciones de varia-


69
ción léxica en España. Como indica Escoriza , la causa de tal pobreza
radica tanto en la propia indefinición teórica del concepto de variante
léxica como en problemas metodológicos. En relación con el primer
aspecto, el estudioso gaditano propone recurrir al concepto de identi-
dad parcial de significado, que permitiría considerar variantes léxicas
de expresión a conjuntos de unidades como cabrearse, mosquearse y enfa-
darse o como pirarse, largarse, irse y marcharse, ya que, a pesar de que no
exista un acuerdo absoluto acerca de los rasgos que las definen, su sig-
nificado es en gran medida coincidente, se pueden intercambiar en
numerosos contextos y en líneas generales suponen elecciones alter-
nativas para una mayoría de hablantes. En cuanto al aspecto metodo-
lógico, Escoriza señala la necesidad de utilizar una serie de pruebas
específicamente diseñadas para el estudio del léxico.
Como ya indicamos, los grupos españoles del PRESEEA han incor-
porado en su proyecto particular la elaboración de los diccionarios de
disponibilidad y el estudio de la variación social del léxico disponible
de las comunidades de habla urbanas. El primer trabajo ha sido reali-
zado por el equipo de Málaga, que ya cuenta con un libro dedicado al
70
tema .
A diferencia del proyecto panhispánico de disponibilidad léxica
encabezado por López Morales, cuyas ricas aportaciones se toman
como base de la investigación actual, ahora se parte de una muestra
con afijación uniforme y se tiene en cuenta a hablantes de las tres gene-
raciones contempladas normalmente en los estudios sociolingüísticos
(la investigación no se centra, pues, en los estudiantes preuniversitarios
que fueron los encuestados del proyecto panhispánico). Sí se trabaja

69
Luis Escoriza Morera, “La variación de expresión en el plano léxico. Dificultades y
perspectivas”, Lingüística 28 (2012), págs. 247-273.
70
Cfr. Antonio M. Ávila Muñoz y Juan A. Villena Ponsoda (eds.), Variación social del léxico
disponible en la ciudad de Málaga. Diccionario y análisis, Sarriá, Málaga, 2010.
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con los mismos centros de interés tradicionales en estas investigacio-


nes, es decir, los propuestos en los años cincuenta del pasado siglo por
71
Gougenheim et al. para la elaboración del léxico fundamental fran-
cés. El equipo de Málaga ha añadido a ese listado cuatro campos léxi-
cos, que se refieren a ‘Dinero y economía’, ‘Internet y ordenadores’,
‘Los colores’ y ‘El mar’. Los dos últimos han sido contemplados en
varios estudios españoles previos, del mismo modo que otros trabajos
hispánicos ya han considerado el vocabulario de la economía; es más
novedoso el centro de interés relacionado con el mundo de Internet y
los ordenadores.
Los investigadores malagueños parten de la hipótesis de que existe
un condicionamiento estratificacional, reticular e individual del voca-
bulario disponible de los hablantes que se manifiesta en el número, la
adecuación y la precisión de las palabras que aquellos evocan en dife-
rentes contextos conceptuales y semántico-situacionales. El orden de
aparición de las palabras en las listas depende de su accesibilidad, de
tal modo que en ellas figuran primero los vocablos más cercanos al
núcleo conceptual propuesto y luego aparecen los más alejados, si bien
es cierto que a lo largo de la prueba pueden producirse puntos de
reentrada que suponen un nuevo acercamiento al núcleo prototípico.
Se concibe la disponibilidad como un procedimiento de acceso a la
variación formal onomasiológica, de acuerdo con la distinción pro-
72
puesta por Geeraerts . Dado que las pruebas de disponibilidad permi-
ten conseguir representaciones onomasiológicas de redes léxicas indi-
viduales, se considera que este puede ser un procedimiento válido para
alcanzar un modelo abstracto de la competencia léxica individual, ya
que un sujeto con mayor capacidad léxica tendrá más probabilidad de
incorporar tanto el total del vocabulario prototípico como otros ele-
mentos menos nucleares. El estudio supone que ha de establecerse, a
partir del concepto matemático de “conjunto difuso”, el grado de com-
patibilidad entre los distintos vocablos aportados por los hablantes y la
caracterización conceptual colectiva de cada centro de interés. Los
resultados malagueños muestran, en relación con los factores sociales
contemplados, que los años de estudio cursados son un condicionante
esencial para la determinación de la capacidad léxica individual, pero
pierden su relevancia cuando se analiza la capacidad de comprensión
del léxico poco corriente que se adquiere después de los años de for-

71
Georges Gougenheim, René Michéa, Paul Rivenc y Aurélien Sauvageot, L’élaboration du
français fondamental (1er degré). Étude sur l’établissement d’un vocabulaire et d’une grammaire de base
(nouvelle édition refondue et augmentée), Didier, Paris, 1964.
72
Dirk Geeraerts, “Lexical variation in space”, en Peter Auer y Jürgen Erich Schmidt
(eds.), Language and Space: An international handbook of linguistic variation, 1: Theories and met-
hods, Mouton de Gruyter, Berlín/Nueva York, 2010, págs. 821-837.
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62 EA 98/2012

mación académica; en este caso, cobran mayor importancia la edad y


el sexo (con superioridad femenina).

CONCLUSIONES

En este artículo hemos querido centrarnos en unas líneas esencia-


les y hemos destacado algunos de los estudios que consideramos
importantes, renunciando desde un primer momento a la enumera-
ción exhaustiva –que siempre resultaría incompleta– de los trabajos
realizados en España en los últimos años. Nos hemos ocupado espe-
cialmente de las investigaciones que se realizan en el marco del PRE-
SEEA, puesto que este proyecto implica un esfuerzo de coordinación
de muchos sociolingüistas que ha producido frutos indudables en
España y en Hispanoamérica, dado su alcance general, y representa
una buena muestra de lo que hoy se investiga en nuestro ámbito.
La sociolingüística española actual, afortunadamente, ofrece una rea-
lidad muy distinta de la que se presentaba en la primera edición de uno
de los principales manuales de la disciplina publicados en nuestro país:

Si las introducciones, los manuales de acercamientos iniciales, las antologías


de textos clave y otros materiales afines son hoy tan escasos, si las asociacio-
nes lingüísticas apenas conceden atención a la disciplina, […] si la docencia
universitaria no se ha hecho eco aún de la pujante presencia de la disciplina
en el mundo actual, mal podríamos esperar la existencia de una proliferación
de estudios sociolingüísticos importantes (López Morales, 1989: 12).

Frente a ese retrato del pasado, hoy podemos esperar, con bases su-
ficientes, que en un futuro próximo la incorporación de nuevos estu-
diosos, la adopción de perspectivas de análisis novedosas y la formación
de equipos de investigación de distintas universidades contribuyan al
avance de los estudios de sociolingüística en España, un campo que
puede ofrecer puntos de vista originales y resultados rigurosos a la lin-
güística de nuestro país.

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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS


EN COLOMBIA

YOLANDA RODRÍGUEZ CADENA


Universidad del Atlántico

RESUMEN
Este artículo es un diagnóstico de las investigaciones sociolingüísticas en
Colombia que se centran en la variación y el cambio lingüístico. Se describen,
citan y sintetizan los resultados de trabajos independientes y principalmente los
que se han desarrollado al interior de proyectos específicos. De esta manera, se
demuestra que en Colombia, en las últimas décadas, se ha iniciado una tradición
de estudios sociolingüísticos que promete ser fructífera a nivel teórico, metodo-
lógico y empírico. Hoy en día, en el país se dispone de trabajos que pueden ser
comparados con investigaciones del resto del mundo hispano, especialmente en
las variables fónicas. Asimismo, se está avanzando en el análisis de las variables
morfosintácticas, léxico-semánticas y discursivas.

PALABRAS CLAVE: sociolingüística, variación y cambio lingüístico, variables lin-


güísticas y sociales.

SOCIOLINGUISTIC RESEARCH IN COLOMBIA

ABSTRACT

This article is a review of the sociolinguistic research in Colombia, specifical-


ly with regard to the topics of linguistic variation and change. A description, quo-
tation and synthesis of the independent works are made, especially those that
were developed in specific projects. In this study it is also verified how, in
Colombia, a tradition of sociolinguistics studies are beginning and how this tra-
dition promises to be fruitful at theoretical, methodological and empirical le-
vels. Today, in Colombia, there are works that can be matched with other
researches in the Hispanic area, especially in the phonic variables. There have
been advances in the analysis of discursive, lexical, morphological and syntactic
variables, too.

KEY WORDS: sociolinguistics, linguistic variation and change, social and lin-
guistic variables.

Español Actual, 98/2012


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72 EA 98/2012

La sociolingüística es una disciplina que, al definirse como el estu-


dio que relaciona el lenguaje y la sociedad, puede incluir una serie de
tópicos, líneas y métodos de investigación diversos. En general, pode-
mos elegir entre dos enfoques: uno que plantea una sociolingüística en
sentido estricto, centrada en la relación entre las estructuras lingüísti-
cas y la sociedad, en la que encontramos el variacionismo; y otro más
laxo, que incluiría investigaciones de la sociología del lenguaje, la etno-
grafía del habla y la sociolingüística interaccional, entre otros campos.
1
Trudgill (2000) denomina a la primera estudios con objetivos lingüís-
ticos, y a la segunda con objetivos sociológicos y lingüísticos.
En la tradición sociolingüística hispánica, la elección favorece la pri-
mera posición, por cuanto se considera que el énfasis debe estar sobre
2
lo lingüístico y no sobre lo social (López Morales, 1993 ; Moreno Fer-
3 4
nández, 1990, 2005 ; Silva Corvalán, 2001 ), pues este debe considerar-
se como factor independiente que influye en aquel. En este orden de
ideas, el diagnóstico que aquí haré sobre las investigaciones sociolin-
güísticas en Colombia, se ubicará en el enfoque lingüístico estricto, de
corte variacionista.
Otra precisión que es necesario hacer, ya no de orden teórico, sino
metodológico, se refiere a que solo incluiré los trabajos que siguen un
método riguroso, lo suficientemente explícito como para evidenciar
análisis cualitativos y cuantitativos, que permitan la comparación con
5
estudios en otras zonas del mundo hispánico . También se excluirán
trabajos cuyos autores pueden haberlos denominado como sociolin-
güísticos, pero no evidencian la relación con factores sociales; y bien
podrían ubicarse en el campo de la dialectología, la descripción de len-
guas o el análisis del discurso. Una aclaración metodológica final con-
cierne a la estructura de este artículo que clasificará y comentará los
trabajos sociolingüísticos en Colombia a partir de las variables lingüís-
ticas dependientes de tipo fónico, morfosintáctico, léxico-semántico y
discursivo.
Los estudios sociolingüísticos en Colombia, comparados con la tra-
dición de otros países, son escasos. En las dos últimas décadas se regis-

1
Peter Trudgill, “Sociolingüística y Sociolingüística”, en Estudios de Sociolingüística,
UNAM, México D.F., 2000, págs. 21-37.
2
Humberto López Morales, Sociolingüística, Gredos, Madrid, 1993.
3
Francisco Moreno Fernández, Metodología Sociolingüística, Gredos, Madrid, 1990, y
Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje, Barcelona, Ariel, 2005.
4
Carmen Silva-Corvalán, Sociolingüística y Pragmática del Español, Georgetown University
Press, Washington D.C., 2001.
5
Esta aclaración es pertinente, por cuanto en Colombia encontramos estudios que los
mismos autores pueden denominar como sociolingüísticos, pero terminan siendo descrip-
ciones asistemáticas, sin una rigurosidad en el método.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 73

tra un auge en esta área, debido a propuestas de investigación panhis-


pánicas que se están desarrollando al interior de los grupos de investi-
gación. Se trata del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de
España y América, que se lleva a cabo en las ciudades de Barranquilla,
Bogotá, Medellín y Pereira; el Proyecto de Disponibilidad Léxica desarro-
llado en Bogotá, Popayán, Valledupar y Barranquilla; y el reciente
Proyecto Atenuación en el Español y el Portugués, que posee objetivos
tanto pragmáticos como sociolingüísticos e incluye el corpus PRESEEA,
como parte de los datos de análisis. A partir de estos macroproyectos,
se están haciendo aportes en los campos de la variación fónica, morfo-
sintáctica, léxica y discursiva desde los diferentes equipos de investiga-
ción y en los programas de licenciatura maestría y doctorado de las uni-
versidades del país.
A continuación llevaré a cabo una descripción de dichos trabajos,
producto de los proyectos mencionados, y de trabajos individuales de
diferentes autores.

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS CON VARIABLES FÓNICAS

Los primeros trabajos sociolingüísticos en el Caribe colombiano


seleccionan el nivel fónico y toman la comunidad de habla de
6
Cartagena de Indias. Becerra (1980, 1985, 1991) analiza las conso-
nantes implosivas en el español urbano mediante una metodología en
la que establece la población y la muestra (60 informantes) y las técni-
cas de recolección de datos mediante cuestionario directo e indirecto.
La variable social es el estrato (alto, medio alto, medio, popular). Las
variables lingüísticas son: /s/, /n/, /d/, / R /, /l/. Pese a que el autor
señala “la correlación general de ciertas variantes fonéticas con los gru-
7
pos sociales de Cartagena” (Becerra, 1980 ), dicha correlación es muy
general, pues no se presentan datos cuantitativos que soporten el cruce
de variables lingüísticas y sociales. El autor hace énfasis en los procesos
fonológicos, las reglas involucradas en la variación de los segmentos
como la aspiración y la elisión de /s/, la elisión de /d/, la velarización
de /n/ y la asimilación total de /R/ y /l/ a los segmentos siguientes; y

6
Servio Becerra, “Consonantes implosivas en el español urbano de Cartagena de Indias
(Colombia): implicaciones sociolingüísticas”, en Dialectología Hispanoamericana, Georgetown
University Press, Washington, 1980, págs. 100-112; Fonología de las consonantes implosivas en el
español urbano de Cartagena de Indias (Colombia), Instituto Caro y Cuervo Bogotá, 1985 y
“Algunos aspectos morfológicos de /s/ y /n/ implosivos en el español de Cartagena
(Colombia)”, en El Español de América, Junta de Castilla y León, Castilla y León, 1990, págs.
937-946.
7
Op. cit., pág. 103.
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74 EA 98/2012

para la descripción de dichas reglas se toman los entornos fónicos, la


8
distribución y la tonicidad de la sílaba. Becerra (1985) es un trabajo
más amplio que el anterior, donde se describen de manera más com-
pleta y detallada la comunidad de habla cartagenera y los procesos
fónicos, mediante reglas generativas, de las consonantes implosivas
analizadas en el trabajo previo y los grupos consonánticos cultos. El
contenido social de este estudio es análogo al anterior, pero el autor da
más detalles sobre los criterios elegidos para establecer la estratifica-
ción social de Cartagena, dentro de los cuales están: el nivel educativo,
los ingresos económicos y el barrio de residencia; Becerra también tra-
bajó con informantes mayores de 20 años, con una residencia estable
en la ciudad. Además del estrato social, se tomó el estilo en tres tipos:
formal, informal y de lectura. El valor de la investigación de Becerra no
radica tanto en los resultados sociolingüísticos, pues no aparecen datos
cuantitativos que sustenten sus afirmaciones sobre la frecuencia de las
variantes en los diferentes estratos; el valor está en la interpretación y
discusión fonológica de los resultados, los cuales se formalizan desde el
modelo generativo de reglas fónicas. Esto incluye un análisis porme-
norizado de todos los contextos fónicos en los cuales ocurren las
variantes y las relaciones entre los procesos variables. Aunque están
ausentes los datos cuantitativos en todo el estudio, y solo aparecen
expresiones como “más y menos frecuente en X o Y estrato”, en la con-
clusión Becerra menciona sin detallar la aplicación de la prueba de χ
2

mediante la cual comprobó la relación de las variantes con el estrato


9
social. En Becerra (1991) , por el contrario, sí se ofrecen datos cuanti-
tativos. El autor analiza la /s/ y la /n/ implosivas en sus valores mor-
fológicos. Aunque no se menciona la distribución social de las varian-
tes, Becerra sí plantea su distribución lingüística, teniendo en cuenta
el valor morfológico, el estilo, la categoría gramatical, el acento, el
entorno fonológico y la posición en la palabra. Algunos resultados son
los siguientes: si la palabra es acentuada, se incrementa la elisión de
/s/ (81.8%), la aspiración y la elisión de /s/ son más frecuentes ante
consonante (90%); en cuanto a la /n/, se encontró que la elisión y la
velarización son las más frecuentes en final de palabra (43.4% y
47.3%).
10
Lafford (1988) ofrece resultados cuantitativos claros en la correla-
ción variable lingüística y variable social en la comunidad de habla car-
tagenera. Toma los factores edad, nivel educativo, clase social, sexo y
8
Op. cit.
9
Op. cit.
10
Bárbara Lafford, “La sincronía dinámica en el español de Cartagena”, en E. Luna Traill
(ed.), Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación de Lingüística y Filología de la América
Latina, México, UAM, 1988, págs., 509-526.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 75

los estilos espontáneo, semi-informal, y formal (lectura y lista de pala-


bras), para relacionarlos con las variantes de /s/, sibilante, aspirada y
elidida. Los resultados de la investigación son los siguientes: los jóvenes
(14-24 años) eliden más (39%), la retención de /s/ es más frecuente
en el grupo III (51 años-) (30%) y la aspiración es norma en el grupo
II (25-49 años), aunque es frecuente también en los otros grupos gene-
racionales (37% en el I y 36% en el III). En los estilos formales, los jóve-
nes evitan las variantes aspirada y elidida, lo cual indica, según Lafford
11
(1988) , una tendencia conservadora motivada por la instrucción y la
movilidad social, entre otros aspectos. En cuanto a la clase social, la
autora encuentra un patrón de hipercorrección en la clase media, pues
su porcentaje de retención de /s/ supera a los de los grupos alto y
medio alto. En estos resultados, Lafford considera que se puede plan-
tear un cambio lingüístico en marcha; no obstante, en lo que respecta
a la /s/ en el Caribe y en todo el dominio hispano, se ha establecido
que los procesos que le ocurren son más de variación estable, esto es,
asociada a la estratificación social, que de cambio lingüístico en mar-
cha; pues las variantes, plena, aspirada y elidida, se usan con frecuen-
cias relativas en toda la comunidad caribeña.
Los otros estudios sociolingüísticos hispanos de corte variacionista
12
corresponden al área de Barranquilla. Rodríguez Cadena (1997) , en
un ensayo global discute la caracterización de esta ciudad como comu-
nidad de habla, basada en argumentos históricos, sociales y lingüísti-
cos, que destacan las inmigraciones como elemento fundamental en la
configuración de la ciudad, la estructura social producto de dicho per-
fil diverso proveniente de las migraciones, y los rasgos lingüísticos del
español caribeño. La autora ofrece, además, las principales tendencias
de variación en los niveles fónico, morfosintáctico y discursivo. Este tra-
bajo actúa como un prospecto de investigación cuyas variables de aná-
lisis ya han sido investigadas y otras siguen siendo objeto de estudio.
Destaca también el ensayo la necesidad de indagaciones sociolingüísti-
cas que se ubican dentro del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del
Español de España y América (PRESEEA).
13
En Rodríguez Cadena , se presenta un resumen del proyecto de
investigación sobre la variación fónica en Barranquilla; se establecen
los objetivos, metodología de investigación, las hipótesis de trabajo y las
variables sociales como las redes sociales, los modos de vida, entre
otras. Algunos aspectos interesantes de este trabajo son: la fundamen-
11
Lafford, art. cit., pág. 516.
12
Yolanda Rodríguez Cadena “Tendencias de variación sociolingüística en la ciudad de
Barranquilla”, Polifonía, 1, Universidad del Atlántico, 1997, págs. 111-133.
13
2004.
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76 EA 98/2012

tación teórica de las variables sociales, las cuales se relacionan con los
otros estudios en el Caribe hispánico; la descripción de las variables lin-
güísticas y algunos datos sobre las evaluaciones subjetivas en
Barranquilla hacia los subdialectos caribeños.
La importancia sociolingüística de las migraciones en Barranquilla,
14
señalada en Rodríguez Cadena (1997) , se toma como objeto de estudio
en el trabajo “Las comunidades de habla en Barranquilla: Nativos e inmi-
15
grantes” (Rodríguez Cadena ) en el cual se plantean argumentos esta-
dísticos de los inmigrantes, y su papel en la configuración sociolingüísti-
ca de la ciudad. Se analizan aquí variables fónicas como la (-s) y (-R)
implosivas; se tienen en cuenta, para la primera, los factores, edad, sexo,
nivel de instrucción, etnia, estilo; y factores internos como el entorno
segmental y la tonicidad de la sílaba. Se demuestra en este trabajo que la
aspiración y elisión de la /s/ son normas características de Barranquilla
y poseen frecuencias análogas, frente a la asimilación total de este seg-
mento o su mantenimiento como dorsoalveolar fricativa sorda. En cuan-
to a los contextos, el interior favorece la aspiración, mientras el final, la
elisión; el prevocálico favorece la aspiración y el preconsonántico y pre-
pausal, la elisión; la /s/ plena también se favorece ante pausa. En cuan-
to a las variables sociales, es interesante ver que el nivel educativo 1
(Primaria) prefiere la elisión, el 2 (Secundaria) la aspiración y el 3
(Universidad), la /s/ plena. Los hombres usan más la elisión, mientras
las mujeres la plena seguida de la aspiración. En cuanto a las migracio-
nes, los resultados son los siguientes: los sanandresanos prefieren la /s/
plena, seguida de la aspiración; los de origen cordobés, en la pronun-
ciación de la vibrante simple implosiva /R/, prefieren la variante plena
en detrimento de la norma dialectal de origen, esto es, la asimilación
total al segmento siguiente, la cual registra una frecuencia baja en los
que llevan más de doce años de residencia en Barranquilla. De igual
manera, los inmigrantes de la zona de Bolívar con doce años de resi-
dencia en la ciudad, han abandonado la norma de asimilación y la han
cambiado por la variante plena, frente a los que solo llevan un año en la
ciudad, los cuales mantienen la asimilación de /R/, aunque la variante
plena también registra un alto índice. La comunidad sucreña es la que
presenta la más alta frecuencia en el uso de la /R/ plena, y el más bajo
de la asimilada, pese a que esta es la norma dialectal de origen.
Las variables (-s), (-R), (tS-) y (f-) son tema de investigación en la tesis
doctoral Variación y cambio lingüístico en el Caribe colombiano: estudio sobre
16
la ciudad de Barranquilla (2009a) . Parte de los resultados se sintetizan
14
Op. cit.
15
2005.
16
Yolanda Rodríguez Cadena, Variación y cambio fónico en el Caribe colombiano: estudio socio-
lingüístico sobre la ciudad de Barranquilla, El Colegio de México, México D. F., 2009a.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 77

en el trabajo “La incidencia de los factores sociales en el español de


17
Barranquilla” (Rodríguez, Cadena, 2011b) en un marco de análisis de
la teoría optimal. Se diferencian las variantes plenas como los candi-
datos fieles, las debilitadas como los pocos fieles y las elididas como los
no fieles. El estudio demuestra las tendencias de variación sociolin-
güística en Barranquilla con respecto a dichas variables. Se encontró
que los candidatos fieles (retención de /-s/, /-R/, /tS-/ y /f-/) apare-
cen con mayor probabilidad en el estilo formal, en los grupos medios
de 18 a 55 años, los grupos de instrucción alta, las clases media y alta,
y la etnia mestiza; mientras que los candidatos menos fieles (variantes
debilitadas) son preferidos por el grupo mayor de 56 años, la instruc-
ción baja, las clases bajas, la etnia negra y suelen aparecen en el estilo
informal. En conclusión, los primeros grupos tienden hacia las restric-
ciones de fidelidad, mientras que los segundos, hacia las de marcación.
En el artículo “Yeísmo en el Caribe colombiano: variación y cam-
18
bio en Barranquilla” (Rodríguez Cadena, 2013b) , se analizan las
variantes de la fricativa palatal sonora y los factores sociales que inci-
den en dicha variación; en los factores internos, se halló que para la
variante plena, el contexto posconsonántico y postpausal, la sílaba
tónica, el estilo formal (lectura de texto), las mujeres, el grupo de 56
años en adelante, son favorables; mientras que para la debilitada, el
uso es mayor en los contextos postvocálicos, átono, el estilo informal,
el sexo masculino y el grupo entre los 15 a 17 años. En este estudio
también se usan las variables red social y modo de vida; en el primer
caso, la red familia usa la debilitada; mientras la de amistad la plena.
En el modo de vida no se encontraron resultados claros ni significa-
tivos.
Otras variables han sido estudiadas en el marco del proyecto
PRESEEA, con lo cual se ha obtenido un perfil sociofonológico más com-
pleto en Barranquilla. Es el caso de la (x-), en la monografía de licen-
19
ciatura de Rueda y Navas (2009) ; las variantes analizadas son: la velar fri-
cativa sorda [h], la palatalizada [Æ] y la elidida [Ø], siendo la primera la
más frecuente y las dos últimas muy escasas en esta comunidad de habla.
Además de Barranquilla, también encontramos estudios sociofóni-
cos en otras ciudades del Caribe colombiano como Valledupar, en el

17
Yolanda Rodríguez Cadena, “La incidencia de los factores sociales en el español de
Barranquilla”, en Explorando el Caribe. Una visión de las ciencias humanas y sociales, Universidad
del Atlántico, Barranquilla, 2011b, págs. 329-358.
18
Yolanda Rodríguez Cadena, “Yeísmo en el Caribe colombiano: Variación y cambio en
Barranquilla, en Variación yeísta en el mundo hispano, Iberoamericana-Vervuert, Madrid,
2013b, págs. 141-168.
19
John Rueda y Lester Navas, Las fricativas en el español hablado en Barranquilla: Estudio
sociolingüístico, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2009.
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78 EA 98/2012

marco del proyecto PRESEEA. Se trata de la investigación “La aspira-


ción y la elisión de /s/ implosiva en la comunidad de habla de
20
Valledupar, Colombia” de Olmos Nassif y Gómez Bruno (2012) . Se
demuestra que la variante aspirada es la más frecuente seguida de la
elisión y de la plena. La primera es más usada por las mujeres y la pri-
mera y segunda generación, mientras que la plena por la tercera y el
nivel alto de instrucción.

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS CON VARIABLE MORFOSINTÁCTICA

El corpus de PRESEEA-Barraquilla también fue utilizado en otro


estudio con variable sintáctica; se trata de la tesis de maestría sobre las
perífrasis verbales en la comunidad de habla barranquillera de Liliana
21
Martínez (2007) . La investigación toma como variable de análisis
estas unidades, definidas como la unión de dos o más verbos que cons-
22
tituyen un solo núcleo del predicado (Martínez, 2007) . La autora
toma 36 informantes, y llega a los siguientes resultados: encontró 512
perífrasis verbales con infinitivo; las perífrasis más frecuentes en
Barranquilla son las de “ir a + infinitivo”, seguidas de las de “poder +
infinitivo”; las menos frecuentes son las de “volver + infinitivo” y “ter-
minar de + infinitivo”. En cuanto a las variables sociales, Martínez tra-
23
bajó con los factores sexo, nivel de instrucción y edad (2007) y obtu-
vo lo siguiente: en lo que concierne al sexo, las mujeres usan más las
perífrasis (53%) que los hombres (46%). En cuanto al nivel de ins-
trucción, el medio (Secundaria. Nivel 2) es el que más las usa (48.
24%), seguido del superior (Universidad. Nivel 3) (39.26%). Los que
menos usan esta unidad sintáctica son los hablantes del nivel 1
(12.50%). En cuanto a la edad, se aprecia que el grupo medio (gene-
ración 2) también es el que más usa perífrasis verbales (48.2%), segui-
do de la generación 3 (38.9%); la generación 1, de jóvenes, es la que
menos las usa (12.9%).
Otra variable morfosintáctica analizada corresponde al uso del sub-
juntivo en -ra, -se y -ría, en el español de Montería. Esta tesis de maes-
24
tría de Cardozo Jiménez (2011) toma una muestra de 54 informantes
20
Amparo Olmos Nassif y Tatiana Gómez Bruno, La aspiración y la elisión de /s/ implosiva
en la comunidad de habla de Valledupar, Colombia, Universidad Popular del César, Valledupar,
2010.
21
Liliana Martínez Martínez, La variación sintáctica en las perífrasis verbales con Infinitivo en
la Ciudad de Barranquilla, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 2007.
22
Idem, pág. 26.
23
Idem, págs. 56-62.
24
Jasmín Cardozo, Uso de formas verbales subjuntivas en -ra y -se en el habla de Montería,
Universidad Nacional, Bogotá, 2011.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 79

y sigue la metodología del proyecto PRESEEA, en cuanto a las variables


preestratificatorias y la entrevista semidirigida, pero incluye, además,
una prueba formal (test) con preguntas que conducían al informante
a elegir la forma verbal respectiva. Los resultados son los siguientes: en
el análisis del test (T) y las entrevistas (E), las formas en orden de fre-
cuencia son: -ra (T: 62.2%. E: 84.9%), -se (T: 22.2%. E: 15.1%). -ría (T:
15.6%). En cuanto al sexo, las mujeres superan a los hombres en el uso
de la forma en -ra, (T: 67%; 57.4%; E: 87.5%; 81.1 %; respectivamen-
te); pero éstos favorecen más el uso de la forma en -se (T: 27.8%; E:
18.9%; frente a T: 16.7%; E: 12.5%, en las mujeres); en cuanto a la
forma en -ría, analizada en el test, las mujeres la usan más (16.4%) que
los hombres (14.8%). En lo que respecta a la edad, se aprecia en el test,
un ligero aumento de frecuencia en el uso de la forma en -ra desde la
generación 1 (20-35 años. 66.7%), la 2 (36-55 años. 66.2%) hasta la 3
(56 años en adelante. 53.7%).
La forma en -se, por su parte, es más usada por la tercera generación
(29.6%); y la forma en -ría, por la segunda y tercera en igual propor-
ción (16.7%). En lo que respecta a la forma en -se, en el test, el orden
se invierte, pues los porcentajes aumentan conforme se incrementa el
nivel educativo (8.8% nivel 1; 25.9% el 2; y 31%, el 3). En cuanto a la
entrevista, los resultados son variados: la generación 2 usa más la forma
en -ra (87.4%), seguida de la 3 (86.3%) y la 1 (81.3%); las formas en -
se son más usadas por la generación 1 (18.7%). En lo concerniente al
nivel educativo, tanto en el test como en la entrevista, el mayor uso de
la forma en -ra, lo posee el grupo de primaria, nivel 1 (T: 70.84%; E:
96.4%). En la forma en -se, hay diferencias entre los niveles en los esti-
los, test y entrevista: para el primero, el nivel 2 de secundaria, y uni-
versidad, nivel 3, muestran resultados análogos (58% y 56%, respecti-
vamente); pero en la entrevista, el orden de frecuencias se invierte: es
mayor en el nivel 3 (26.6%), desciende en el 2 (13.7%), hacia el 1
(3.6%).
En el marco del PRESEEA-Valledupar se llevó a cabo un estudio
sobre la preposición para y su forma truncada pa (Serna Fragozo y
25
Madrid Batista, 2011) . Se seleccionaron 36 entrevistas de las 54 que
integran el corpus, del cual se extrajeron todos los enunciados que
contienen para/pa con la ayuda de Word-Pilot 2002. De la muestra se
determinaron 1159 casos válidos que se analizaron con el Paquete
Estadístico para las Ciencias Sociales –Statistical Package for the Social
Sciences (SPSS)–. Los resultados son los siguientes: la comunidad de
25
Yuneis Serna Fragozo y Dennys Madrid Batista, La alternancia para/pa en la comunidad
de habla de Valledupar, Colombia: análisis correlacional, Universidad Popular del César,
Valledupar, 2011.
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80 EA 98/2012

habla de Valledupar utiliza mayoritariamente para en forma abreviada


(714 casos: 53,12%); la forma completa tuvo una frecuencia menor
(630 casos: 46,88%). La forma truncada la prefiere el sexo masculino
(383 casos: 53.64%, frente a 276: 43,81%, en la forma completa); las
mujeres se inclinan por la forma completa (354 casos: 56,19%), frente
a los hombres que registran un uso menor (331 casos: 46.36%). En los
tres niveles de instrucción predomina el uso de para en forma abrevia-
da con 761 casos (54,82%) contrastados con 627 casos de para en
forma completa (45,18%). Pero al comparar los niveles entre sí, se
encontró una preferencia por la forma no truncada en el alto, y el por-
centaje va disminuyendo conforme desciende la escolaridad. En cuan-
to a la forma reducida, ocurre lo inverso; disminuye el uso conforme
aumenta el nivel educativo.
En cuanto a las variables lingüísticas independientes, se obtuvieron
resultados interesantes cuando la preposición se combina con catego-
rías y estructuras sintácticas; por ejemplo, para en forma completa,
cuando está seguida de un adverbio, tuvo una frecuencia de 29.61%,
con cláusula subordinada, muestra una frecuencia de 47.25%; con infi-
nitivo modificado, 29.61%; con infinitivo sin modificaciones, 76.15%;
con pronombre, 71.42%. La abreviada, por su parte, es menos frecuen-
te cuando va acompañada de un infinitivo sin modificaciones (23.85%);
pero cuando este se modifica, los valores se invierten (70.38%); con
adverbio y cláusula subordinada, aumenta su uso (70.38%, 52.75%,
respectivamente); con el pronombre, disminuye la frecuencia (28-
57%).
Otra variable morfosintáctica que se ha analizado en el español de
Colombia es la expresión del posesivo con el artículo definido, adjeti-
26
vo posesivo y perífrasis posesivas. Orozco (2009) , indaga este asunto
con base en una muestra de 40 informantes con 55 horas de grabación,
distribuidos entre el Corpus del Castellano Barranquillero (COrCaBa.
20 informantes) y el Corpus del Español Colombiano en Nueva York
(CEsCoNY. 20 informantes); ambos corpus están integrados por
hablantes nativos del español; en el primero, entre las edades de los 15
a los 85 años, de clase media y obrera, de Primaria, Secundaria y
Universidad. En el segundo corpus hay hablantes entre los 16 y los 70
años que emigraron a Estados Unidos en diferentes edades, de los tres
niveles educativos arriba mencionados.

26
Rafael Orozco no reside actualmente en Colombia y este trabajo lo llevó a cabo desde
Estados Unidos. No obstante, lo consideramos como parte de la sociolingüística en
Colombia, por cuanto es oriundo de la ciudad de Barraquilla y ha vivido la mayor parte de
su vida aquí. Véase “La influencia de los factores sociales en la expresión del posesivo”,
Lingüística, 22, (Santiago, 2009), págs. 34-60.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 81

Los resultados de este estudio son los siguientes: Barranquilla y


Nueva York se diferencian poco en cuanto al uso de los adjetivos pose-
sivos (47.8% y 42.3%, respectivamente) y los artículos definidos (45.7%
y 46.6%, respectivamente); en las perífrasis posesivas se aprecia una
diferencia, a pesar de que es la forma menos frecuente en ambas ciu-
dades (6.4% Barranquilla y 12.1%, para Nueva York). En cuanto al
sexo, se demuestra que las mujeres favorecen el uso de los adjetivos
posesivos (0.56); mientras que los hombres prefieren las perífrasis
(0.65). En lo que respecta a la variable estatus social, Orozco encontró
que tanto la clase media (0.56) como la obrera (0.61), favorecen el uso
de las perífrasis posesivas en los mayores de 40 años; mientras que los
jóvenes de esta clase (0.46) y los mayores de 40 años de la clase media
(0.36), desfavorecen el uso de esta forma.
27
Otro trabajo de Orozco (2007) toma como variable de análisis la
expresión de futuro a través del presente simple, el futuro sintético y el
perifrástico. El corpus está integrado por 20 informantes (10 hombres y
28
10 mujeres) de Barranquilla, con 55 horas de grabación en total . La
forma más frecuente del futuro es la perifrástica (45.9%), seguida del
presente simple (35.9%) y el futuro morfológico (18.25%). En cuanto al
sexo, las mujeres prefieren esta última forma (0.594), frente a los hom-
bres que presentan mayor probabilidad en el futuro perifrástico (0.541).
En lo que concierne a la variable clase social y edad, Orozco halló que la
clase trabajadora se inclina por el uso de la perífrasis verbal (0.536),
mientras que los individuos de la clase media, nacidos antes de 1960,
tienden a usar más el presente simple (0.620); pero los nacidos después
de este año, de la misma clase, muestran índices probabilísticos signifi-
cativos para el futuro perifrástico (0.555) y el sintético (0.621).

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS CON VARIABLE LÉXICO-SEMÁNTICA

Como se estableció al inicio de este artículo, los estudios sociolin-


güísticos léxicos corresponden en su mayoría, a los resultados del
Proyecto de Disponibilidad Léxica. Podemos citar las investigaciones
en Barranquilla, Bogotá y Valledupar.
27
Rafael Orozco, “Social constraints on the expression of futurity in Spanish-speaking
urban communities”, en Selected proceedings of the Third Workshop on Spanish Sociolinguistics,
Cascadilla, Somerville, 2007, págs. 103-112.
28
En otro trabajo, R. Orozco (“Distribution of future time forms in Northern Colombian
th
Spanish”, en Selected proceedings of the 7 Hispanic Linguistics Symposium, Cascadilla, Somerville,
2005, págs. 56-65), analiza los factores lingüísticos independientes, dentro de los cuales
incluye: la inminencia del evento futuro, el número del sujeto gramatical, la persona gra-
matical y el carácter animado del sujeto, la longitud de la inflexión del futuro morfológico,
la presencia de marcadores de tiempo, la longitud y el tipo de cláusula.
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82 EA 98/2012

En la comunidad de habla Barranquillera, la tesis de maestría de


29
Valdez Jiménez (2013) , cuya muestra es de 72 informantes distribui-
dos por tipo de institución (muy superior, superior y bajo), registró los
siguientes resultados: en el análisis cuantitativo se estableció que
mediante los 72 test de disponibilidad se pudo recabar un total de
6.847 palabras; de las cuales 1.672 equivalen a términos diferentes. El
análisis de estas cifras se hizo mediante la herramienta ofimática Excel;
a través de la cual se hizo la respectiva correlación. Los centros de inte-
rés alimentos y bebidas y la ciudad presentaron el mayor número de uni-
dades léxicas. Los datos totales en orden decreciente de frecuencia son
los siguientes: Alimentos y bebidas, 1.570 palabras; la ciudad, 1.426 pala-
bras; partes del cuerpo, 1.416 palabras; la escuela, 1.378 palabras; defectos
físicos y sicológicos, 1.057 palabras.
En lo que respecta a la variedad estándar, no estándar, eufemismos y
disfemismos, se evidenció que existe una fuerte inclinación hacia la
variedad estándar en todos los centros de interés. Pero en el que corres-
ponde a defectos físicos y sociológicos hubo presencia de eufemismos y dis-
femismos en mayor escala que en los demás centros de interés.
En la variable sexo, las mujeres superaron por poca diferencia a los
hombres en el promedio de palabras de todos los centros de interés. El
centro en donde se registró una diferencia más marcada fue Alimentos
y bebidas. Sin embargo, en el referido a defectos físicos y sociológicos, los
hombres se ubicaron por encima de las mujeres, pero debido a que la
diferencia entre unos y otros no fue marcada, se evidenció que existe
una igualdad en la disponibilidad léxica.
Otra variable estudiada por Valdez es la calidad de la enseñanza en
la cual se presentaron coincidencias con otras investigaciones de dis-
ponibilidad, pues los estudiantes de instituciones privadas con buena
calidad educativa superaban con mayor número de unidades léxicas a
los de las escuelas públicas. De la misma manera, los estudiantes de
nivel Superior y muy Superior de la ciudad de Barranquilla superaron
notablemente a los del nivel bajo. En cuanto a la variable nivel socio-
cultural, los datos se alejan un poco de la constante en este tipo de estu-
dios, pues los jóvenes escolares Barranquilleros mostraron su caudal
léxico de manera estandarizada.
El proyecto de disponibilidad léxica en Bogotá ha dado resultados
30
parciales, como el de Matéus Ferro y Santiago Galvis , quienes reco-
lectaron el corpus en 46 instituciones escolares (23 oficiales y 23 no ofi-

29
Wendy Valdez Jiménez, Características del habla de los jóvenes barranquilleros desde la dispo-
nibilidad léxica, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2013.
30
Geral Matéus Ferro y Álvaro Santiago Galvis, “Disponibilidad léxica en estudiantes
bogotanos”, manuscrito.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 83

ciales). El número de unidades léxicas (UL) obtenidas ascendió a un


total de 228.012. El promedio de UL por centro de interés (CI) es de
14.251; mientras que el promedio de UL por informante corresponde
a 250. De acuerdo con estos resultados, se puede apreciar que el CI
más productivo corresponde a Animales con un total de 22.402 unida-
des léxicas, (el 9,8% del total de unidades obtenidas); a continuación
se encuentra Alimentos y bebidas, que presenta 20.872 unidades léxicas
(9,2%). A estos dos centros de interés les siguen, en orden descenden-
te, Partes del cuerpo, La escuela/colegio y útiles escolares, La ciudad, El Campo,
Prendas de vestir y Profesiones y oficios, que se encuentran por encima del
promedio ya mencionado (14.521 UL).
Los centros de interés, Juegos y distracciones, La cocina, Medios de trans-
porte, Partes de la casa, Objetos colocados en la mesa para la comida, Muebles
de la casa, Trabajos del campo y el jardín e Instrumentos para iluminar, airear
o calentar un recinto, son los menos productivos, pues el número de UL
se encuentra por debajo de la media.
En lo que respecta a las variables sociales, los mayores (informantes
del grado once) presentaron más productividad que los menores, de
quinto grado. La diferencia es de 36.714 UL respecto a estos. Otro
aspecto trabajado por los autores es el índice de disponibilidad léxica,
en el cual hallaron que en ocho centros de interés (Partes del cuerpo,
Prendas de vestir, Partes de la casa, Animales, Instrumentos para iluminar,
airear o calentar un recinto, Muebles de la casa, Alimentos y bebidas, y Medios
de transporte), se registra un alto grado de concordancia (cercano al
90%).
El tercer trabajo de disponibilidad léxica es el de la comunidad de
31
habla de Valledupar (Pérez, 2008) ; se encuestaron estudiantes de últi-
mo año de bachillerato con base en 16 centros de interés y dos minu-
tos para tiempo de reacción por cada uno de ellos. Se seleccionaron
instituciones del norte, centro y sur de la ciudad. Al norte y al sur
(áreas rurales), 4 (2 y 2 respectivamente). Del centro que corresponde
al área urbana, se eligieron 6 colegios –tres oficiales y tres no oficiales–.
De las 259 encuestas se seleccionaron 200, es decir, 20 por cada insti-
tución educativa, atendiendo al criterio de calidad de las mismas. Los
resultados son los siguientes: en los 16 centros de interés, los infor-
mantes del contexto urbano superan a los del rural; se logran acercar
en los centros Iluminación, calefacción y medios de airear un recinto (9.71 %
y 9.26%) y Trabajos del campo y del jardín (12.7% y12.06%). El tipo de

31
Alder Pérez, “Disponibilidad léxica de los estudiantes preuniversitarios del municipio
de Valledupar según el tipo de centro educativo (oficial/no oficial) y la ubicación (rural/
urbano)”, en XXV Congreso Nacional de Lingüística, Literatura y Semiótica. Memorias,
Universidad de Antioquia, Medellín, 2008 [CD-ROM].
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84 EA 98/2012

centro educativo, oficial-no oficial, mostró resultados interesantes; en


los no oficiales el promedio de palabras en catorce de los dieciséis cen-
tros de interés es superior. En cuanto a la frecuencia de los centros de
interés, se distribuyen los de mayor uso, pero en orden descendente,
de la siguiente manera: animales (25.47%), alimentos y bebidas (21.46%),
cuerpo humano (20.34%), la ciudad (19.96%), el campo (18.59%), juegos
y distracciones (17.84%), profesiones y oficios (17.45%).
De los tres trabajos citados sobre disponibilidad, se pueden encon-
trar coincidencias que pueden estar marcando tendencias de variación
léxica en Colombia: los centros de interés donde se obtuvo la mayor
cantidad de unidades léxicas son: alimentos y bebidas, animales, partes del
cuerpo (cuerpo humano) y la ciudad. Entre Bogotá y Valledupar hay una
coincidencia en los tres centros: animales, alimentos y bebidas y partes del
cuerpo; en Barranquilla, por su parte, encabeza la lista el segundo,
seguido de la ciudad y el cuerpo humano.
Otra variable analizada desde la sociolingüística variacionista en
32
Colombia es la modalidad. Cárdenas y Cárdenas (2009) toman 15 de
las 44 entrevistas del corpus PRESEEA-Tunja. Los resultados son los
siguientes: en el factor sexo, las mujeres usan más la modalidad aléti-
ca (77.38%, frente a 22.32% en el sexo masculino); los hombres pre-
fieren la epistémica (55.56%; frente a 34.44% en las mujeres); el uso
de la deóntica es análogo en los dos sexos (50%). En cuanto a la edad,
la generación 2 es la que más usa las diferentes modalidades; la 1 y la
3 presentan frecuencias bajas. En cuanto al tipo de modalidad, la deón-
tica es la más usada por la generación 2, seguida de la epistémica.

ESTUDIOS SOCIOLINGÜÍSTICOS CON VARIABLE DISCURSIVA

En las variables discursivas, en Colombia encontramos investigaciones


33
sobre los marcadores discursivos. En Rodríguez Cadena (1999) se esta-
blece una tipología de estas unidades y se cuantifica la frecuencia de uso
en relación con las variables estrato sociocultural y estilo. Pese a que el
trabajo no define claramente la primera variable social, ofrece un análi-
sis detallado de las clases de marcadores discursivos usados en
Barranquilla, con sus respectivos ejemplos; y se establece, a su vez, que los
del tipo apelativo son los más frecuentes en el estilo informal; mientras
que los de apertura del discurso son los más usados en el estilo formal.

32
Nubia Cárdenas y Ofelia Cárdenas, “La modalidad en el español en Tunja: tendencia
y uso”, Cuadernos de Lingüística Hispánica, 13 (Tunja, 2009), págs. 67-80.
33
Yolanda Rodríguez Cadena, “Marcadores discursivos en Barranquilla”, Litterae, 8,
Bogotá, 1999, págs. 197-220.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 85

Los marcadores discursivos de Barranquilla también fueron anali-


34
zados por Vásquez (2006) en una tesis de maestría sobre el corpus
PRESEEA-Barranquilla; este trabajo es bastante exhaustivo en cuanto a
la cantidad y tipos de marcadores discursivos. La clasificación se basa
35 36
en la propuesta de Rodríguez Cadena (1999) y la de Portolés (2001) ;
las clases analizadas son: marcadores discursivos apelativos, preparado-
res, asentivos, concluyentes, persuasivos, explicativos, mantenedores de
atención, re-estructuradores, de apertura y cierre del discurso, causati-
vos, reafirmativos, conjuntivos y referenciales. A partir de esta clasifica-
ción, Vásquez ofrece los resultados de su análisis cuantitativo distribu-
cional, teniendo en cuenta los factores nivel de instrucción, edad y
sexo. El autor analiza detalladamente la función, ubicación y frecuen-
cia de los marcadores en tres tipos de discurso: narrativo, descriptivo y
argumentativo. En cuanto a los resultados de esta investigación, están
los siguientes, entre otros: el marcador más frecuente es “entonces”
con valor copulativo, seguido de “bueno”, con la función de apertura
del discurso; también presentan valores altos: “así” y “entonces” con sig-
nificado concluyente. Los hombres son los que usan con mayor fre-
cuencia marcadores, especialmente los jóvenes. Los tipos de discurso
donde hay mayor uso funcional son el narrativo y el argumentativo; esto
ocurre especialmente en géneros como la narrativa de experiencia coti-
diana con temáticas centradas en testimonios espirituales, anécdotas
personales y las argumentaciones con temas deportivos y políticos
37
(Vásquez, 2006) . De los resultados del trabajo de Vásquez también se
pueden extraer los siguientes resultados: la tendencia marcada hacia
los conjuntivos copulativos, los cuales permiten de manera sencilla pre-
sentar la secuencia de los eventos y acciones narrativas. También hay
una ligera tendencia hacia los re-estructuradores, cuya función no solo
es reorganizar la información sino también reformularla, para comple-
mentar la información o para cambiar de idea. De igual manera, los
referenciales locativos son preferidos por los barranquilleros, por cuan-
to ayudan a remarcar el lugar en o sobre el cual se está hablando.
La comunidad de habla de Cartagena también fue objeto de estu-
dio con esta variable marcador discursivo, a partir del corpus PRESEEA.
38
La investigación de maestría de Cuartas (2011) encontró lo siguiente:
los marcadores discursivos más recurrentes son entonce(s) con una fre-

34
Andrés Vasquez Cantillo, Marcadores discursivos en el habla de Barranquilla: estudio socio-
lingüístico, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 2006.
35
Op. cit.
36
José Portolés, Marcadores del discurso, Barcelona, Ariel Practicum, Madrid, 2001.
37
Op. cit., pág. 57.
38
Liliam Cuartas, Marcadores discursivos en el habla de la ciudad de Cartagena de Indias,
Universidad Nacional, Bogotá, 2011.
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cuencia de 799 (14, 64%), bueno con 699 (12,81%), ya con 563
(10,32%), ehh con 530 (9,71%), o sea con 467 (8,56%), eso con 376
(6,9%), de pronto 271 (5%), pues con 238 (4,36 %), así con 231 (4,23%),
pero con 223 (4,08%), porque con 201 (3,68%), aja con 98 (1,8%), la
verdá(d) es que con 61 (1,18%), ah con 51 (0,93), ahora y por ejemplo con
48 (0,88%), ombe con 43 (0,78%), hermano con 39 (0, 71%), este con 38
(0,7%), digamos y no con 37 (0,68%), la verdad con 33 (0,60%) y verdad
con 27 (0, 50%). Las variables sociales presentan el siguiente compor-
tamiento: para la generación más joven, los hombres y mujeres con
mayor nivel educativo de dicha generación tienen frecuencias más ele-
vadas frente a los otros jóvenes de menor formación (Hombres de
Nivel 1 - primaria: 424. Hombres de Nivel 2 - secundaria: 328; Mujeres
de N1: 217, MN2: 253). En cuanto a la edad, las mujeres y hombres de
la segunda generación de un nivel educativo medio superan a sus com-
pañeros de generación (HN2: 429, MN2: 458) (HN1: 185, HN2: 429,
HN3: 182). Las mujeres de formación superior (482) de la tercera
generación tienen mayor frecuencia que las otras de niveles educativos
inferiores (N1: 278; N2: 345). Este trabajo también incluye un análisis
cualitativo referido a las funciones discursivas de los marcadores y sus
relaciones con estructuras narrativas, descriptivas, argumentativas y
dialogales.
Otro estudio sobre esta variable marcadores es el de Grajales Alzate
39
(2009) en la comunidad de habla de Medellín, con el corpus PRESEEA
para esta ciudad. Se trata de un estudio sobre el uso del pues cuya fun-
ción más frecuente es la metadiscursiva (44,26%), es decir, que el infor-
mante demarca y ordena la conversación, señalando las partes del dis-
curso, y por otro lado, regula el discurso, retrasando la comunicación. La
función, en orden descendente de frecuencia, es la de comentador
(37,21%). En esta función pues introduce un nuevo comentario e inter-
venciones reactivas a preguntas, mandatos o aseveraciones. Las otras fun-
ciones menos usadas en la comunidad de Medellín son: reformulador,
conjunción, conector consecutivo, control de contacto y reforzador. Las
variables sociales seleccionadas son: edad (generación joven – 14 a 17
años, generación 1, 2, 3 del PRESEEA), sexo, nivel educativo y clase
social; los resultados son los siguientes: la generación joven y la 3 usan
más frecuentemente el pues como reformulador (38% y 20%, respecti-
vamente), la 1 con función metadiscursiva (32%) y la 2 como comen-
tador (25%); las mujeres llevan la delantera en el uso de todas las fun-
ciones del pues metadiscursivo, comentador y reformulador (64%,
66% y 74%, respectivamente); en cuanto al nivel educativo, el de
39
Róbinson Grajales Alzate, Análisis sociolingüístico de las funciones semántico-pragmáticas del
marcador discursivo pues en el habla de Medellín, Universidad de Antioquia, Medellín, 2009.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 87

secundaria presenta porcentajes altos para las tres funciones (42%,


37%, 45, respectivamente); mientras el de primaria acusa las frecuen-
cias más bajas (24%, 26%, 18%, respectivamente).
Otro estudio que incluye la variable marcador discursivo es el de
40
Rincón (2007) sobre el español de Bucaramanga; la autora analiza las
formas pues, o sea y entonces en una muestra de 70 informantes distri-
buidos en tres edades: jóvenes (18-34 años), media (35-54 años), mayo-
res (55 en adelante). El marcador pues es el más usado por los jóvenes
(16.16%) y el grupo medio (13.37%); los otros marcadores son menos
frecuentes.
El corpus PRESEEA-Barranquilla también ha sido analizado con
variables de tipo dicursivo-narrativo. La monografía de Licenciatura de
41
Sarabia, Bueno y Mejía (2010) estudia, entre otros aspectos, las partes
constitutivas de las narrativas de experiencia cotidiana que están con-
tenidas en el corpus. Estas son: el resumen, la orientación, la acción
complicante, la evaluación, la resolución y la coda. Este trabajo revela
que en el nivel de instrucción bajo son frecuentes las orientaciones, la
acción complicante y la resolución; este grupo tiende a evaluar y a resu-
mir menos sus narrativas cotidianas (6.38% y 6.38%). Si se comparan
estos resultados con los de los otros niveles de instrucción, encontra-
mos hechos interesantes. En efecto, el grupo bajo es el que menos sin-
tetiza su narración; los grupos medios y altos resumen más (11.90% y
14.28%). De igual manera, el grupo bajo es el que menos usa evalua-
ciones en su narrativa (6.38%), cercano al grupo medio (7.14%); los
del grupo alto, por su parte, evalúan más (12.5%). En cuanto a la reso-
lución, se observa que el grupo bajo (23.40%) lleva la delantera frente
al medio (19.04%) y el alto (17.85%). En cuanto al cierre final de la
historia, el grupo alto es el que más utiliza codas (14.28%), seguido del
bajo (12.76%), y el medio (7.14%) es el que las usa con menos fre-
cuencia.
Además de las estructuras narrativas, el corpus PRESEEA-Barranqui-
lla también ha sido analizado en sus estructuras argumentativas, en la
42
monografía de licenciatura de Ortega, Primo y Acosta (2010) . Los
autores han establecido una superestructura argumentativa de la
comunidad de habla barranquillera con base en un estudio minucioso
de 36 entrevistas de 36 informantes del total de 72 que contiene el cor-
40
Luz Mary Rincón, “Metodología para un estudio dialectal urbano: El caso del estudio
del español de Bucaramanga”, Forma y Función, 20, Bogotá, 2007, págs. 173-196.
41
Óscar Bueno, Donaldo Sarabia e Isis Mejía, Las estructuras narrativas en el habla de
Barranquilla, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2010.
42
Alex Ortega, Grace Primo y Verónica Acosta, La superestructura y las estrategias en el dis-
curso argumentativo de los hablantes de la ciudad de Barranquilla: estudio sociolingüístico, Univer-
sidad del Atlántico, Barranquilla, 2011.
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88 EA 98/2012

pus. Dicha superestructura tiene los siguientes elementos: 1. La delimi-


tación del tema referido a lo que se está hablando. 2. El Macroenunciado
evaluativo, categoría que según los autores es la más importante de
todo el proceso argumentativo; y que consiste en un argumento con
una opinión y grupo de razones, con evaluación previa sobre la reali-
dad basada en lo correcto o lo incorrecto. 3. La inducción, que puede
ser influenciada o no influenciada; en el primer caso, el entrevistador
induce el tema; en el segundo no hay inducción, el informante pasa de
una delimitación de un tema a otra sin una conexión discursiva. 4. La
opinión subordinada que se refiere a lo que se piensa del mundo, un jui-
cio no absoluto. 5. La justificación, atinente a lo que sustenta la opinión
subordinada, esto es, una fuente, una experiencia, un dato científico o
estadístico, entre otros. Los datos pueden ser antecedentes, basados en
situaciones concretas ya pasadas que no dejan duda; y precedentes,
basados en posibilidades. 6. La garantía, categoría que ancla el proce-
so argumentativo al mundo real, el mundo de quien intenta convencer
y quien es convencido. 7. El apoyo, cuya función es sostener o sustentar
el dato y la garantía. 8. La refutación o seudo-refutación, que consiste en
citar la opinión y las razones del interlocutor y refutarlas.
El análisis social ofrece el siguiente resultado: el nivel de instrucción
bajo es el que menor uso hace de las estructuras argumentativas
(12.78%); el nivel que mayor frecuencia presenta es el 2 (55.75%),
seguido del 3 o de instrucción alto (31.45%). Ahora bien, si se analizan
los datos del nivel 1, se observan varios detalles: el tipo de estructura
argumentativa más usada es el Macroenunciado evaluativo-opinión subor-
dinada-justificación-dato; seguido de la clase, Macroenunciado evaluativo-
opinión subordinada-justificación. Es interesante ver también que el tipo
Enunciado evaluativo-opinión subordinada-justificación-seudo/refutación-
refutación, que posee varios elementos, está ausente en el nivel de ins-
trucción 1. Finalmente, otro dato que vale la pena destacar de la inves-
tigación de Ortega et al. es que la comunidad de habla barranquillera
se caracteriza por el uso del tipo de estructura Opinión subordinada-jus-
tificación (180 casos), y el tipo Opinión subordinada-justificación-dato (98
casos).
Otra variable discursiva analizada en Colombia es la atenuación. El
43
trabajo de Torres Fontalvo (2012) con el PRESEEA-Barranquilla,
demuestra la incidencia de los factores sociales como la edad, el sexo y
el nivel educativo en este fenómeno. En lo que concierne a la primera,
la autora encontró que conforme aumenta la edad, disminuye el uso
de los atenuadores, siendo en este caso los hablantes de la primera

43
Yazmin Torres Fontalvo, La atención en el habla de Barranquilla, un estudio sociolingüístico,
Universidad del Atlántico, Barranquilla, 2013.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 89

generación (20-34 años), los que más atenúan. Mientras que los ha-
blantes de la tercera generación (55 en adelante) son los que menos
utilizan los operadores de atenuación. En cuanto al nivel de instruc-
ción, el estudio permitió determinar que a mayor nivel de instrucción,
mayor uso de atenuadores, es decir, que el nivel 3 (alto) los usa con
más frecuencia. Mientras que en el nivel 1 (bajo), el uso es menor.
Otro factor que analizó Torres Fontalvo es el pragmático “tipo de
interlocutor”; por ejemplo, cuando el interlocutor y el hablante perte-
necen al mismo sexo, aumenta el nivel de frecuencia de los atenuadores.
En lo que respecta a los tipos de operadores de atenuación, se desta-
ca el mayor uso de los pronombres de distanciamiento: uno, tú, se,
siguiéndole en el orden de frecuencia los diminutivos (11.17%), el
“como” atenuador (10.14%); mientras que en el caso de los marcadores
retardadores se encuentra con mayor frecuencia de uso el Bueno con
4.19%, el pues con un 3.53% y el O sea con un 3.49%. En este orden de
ideas, los operadores atenuadores con menor frecuencia de uso son el
marcador ahí con una frecuencia de 1.39%, los tecnicismos 1.35%, las
perífrasis verbales con un porcentaje de 1.27%, y el atenuador “no saber”
con 2.67%.
Finalmente, es necesario mencionar, dentro del diagnóstico de los
estudios sociolingüísticos que aquí se presenta, los trabajos teóricos y
empíricos que no estudian variables lingüísticas específicas en relación
con factores sociales, pero sí plantean aspectos importantes asociados
con la sociolingüística.
En este grupo podemos mencionar el artículo de González y Grajales
44
(2011) sobre el concepto de clase social en el marco del PRESEEA-
Medellín, en el cual se sintetizan los aspectos de la metodología socio-
lingüística seguidos en este proyecto, en especial, en lo que concierne a
las etapas de estratificación y postestratificación de los informantes.
Además de discutir la pertinencia del concepto nivel sociocultural en la
sociolingüística hispánica, muestra la necesidad de elegir una teoría
sociológica para establecer la clase social de los sujetos de la investiga-
ción. Los autores proponen un modelo de postestratificación de este fac-
45
tor, siguiendo la teoría de Macionis y Plummer (1999) .
Es menester también mencionar los trabajos de variación en el espa-
ñol colombiano que recientemente publicó Iberoamericana-Vervuert,
46
Colombian Varieties of Spanish (2012) , en el cual, si bien pocos trabajos
tratan la incidencia de los factores sociales en los fenómenos fonológi-

44
Maria Claudia González y Róbinson Grajales, “La clase social en el corpus PRESEEA-
Medellín”, Lenguaje, 39, 1, Cali, 2011.
45
J. Macionis y K. Plummer, Sociología, Prentice Hall, Madrid, 1999.
46
Este libro contiene diez artículos resultados de investigaciones sobre el español colom-
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90 EA 98/2012

cos y sintácticos seleccionados, sí muestra la influencia de variables lin-


güísticas independientes, las cuales constituyen un apartado obligado
en los estudios sociolingüísticos variacionistas.
Un tercer grupo de estudios en Colombia que considero importan-
te citar son los que tratan las situaciones de bilingüismo, multilingüis-
mo y diglosia en el país, especialmente en las comunidades de habla
indígena y criolla. Algunas de estas investigaciones, además de descri-
bir las situaciones de bilingüismo y diglosia, tratan el español en con-
tacto con estas lenguas en una variedad que podemos denominar espa-
ñol indígena y español criollo. Estos estudios se desarrollan desde las
perspectivas de la sociología del lenguaje y la etnografía del habla.
En los primeros se encuentran las indagaciones de Trillos Amaya
47
(1998) y (2007) . En su trabajo Bilingüismo desigual en las escuelas de la
Sierra Nevada de Santa Marta (1998), la autora analiza las situaciones y
problemas de bilingüismo y diglosia en el contexto educativo. En
Trillos (2007) se plantean los resultados estadísticos frecuenciales de la
aplicación de una encuesta de actitudes lingüísticas a los hablantes
bilingües de la región caribe, en los espacios gubernamentales como
las oficinas públicas, el puesto de salud, la escuela, el cabildo y las ofi-
cinas de organización.
En cuanto a los estudios sobre bilingüismo en las comunidades de
habla criollas, encontramos en San Andrés la investigación de Dittmann
48
y Forbes (1989) , quienes a pesar de llamar ‘análisis etnolingüístico’ a su
trabajo, exponen claramente los resultados de un estudio sociolingüísti-
co del uso de las lenguas, español-inglés-criollo, en la zona, y la diglosia
en la que coexisten dichas lenguas.
El segundo tipo de indagaciones sociolingüísticas sobre contacto de
lenguas son las que analizan el español en relación con lenguas indí-
genas y criollas (español indígena y español criollo).
En el Caribe colombiano podemos citar Los semihablantes bilingües:
49
habilidad e interacción comunicativas (Rodríguez Cadena, 1996) y un

biano y el criollo palenquero, con base en el análisis de corpora orales, recolectados en dis-
tintas comunidades de habla. Las temáticas que tratan estos artículos son fonológicas y mor-
fosintácticas, las cuales se comparan con otros estudios al respecto en las diferentes varieda-
des del español de América y España.
47
M. Trillos Amaya, Bilingüismo desigual en las escuelas de Sierra Necada de Santa Marta,
Barranquilla, Universidad del Atlántico, 1998. Véase también M. Trillos Amaya, “La coofi-
cialidad de las lenguas caribeñas frente al español”, en F. Ávila (comp.), El español del Caribe
colombiano, Cartagena, Espitia, 2007, págs. 7-37.
48
Marcia Dittmann y Okley Forbes, “Análisis etnolingüístico de la realidad sanandresa-
na”, en Estudios sobre el Español de América y Lingüística Afroamericana, Bogotá, Instituto Caro y
Cuervo, 1989, págs. 186-226.
49
Yolanda Rodríguez Cadena, Los semihablantes bilingües: habilidad e interacción comunicati-
vas, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1996.
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LAS INVESTIGACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS EN COLOMBIA 91

apartado que pertenece al capítulo “Colombia” del libro Español de


50
América. Contacto de lenguas (2008) . El primero analiza las estrategias
discursivas de los wayuu de La Guajira colombiana, los órdenes y com-
portamientos locutivos, el discurso elíptico y parafrástico, el manejo de
la referencia, la deixis y la anáfora y la coherencia discursiva. El segun-
do describe los fenómenos inter e intralingüísticos del español de las
diferentes comunidades indígenas en Colombia, en los planos fónico,
morfosintáctico y léxico.
En las otras regiones de Colombia encontramos investigaciones que,
además de hacer un diagnóstico del bilingüismo o multilingüismo, plan-
tean características morfosintácticas y fónicas del español en contacto en
dichas comunidades; podemos citar las siguientes: en la región
51
Amazonía meridional, el estudio de Rey Garzón (2001) en la Chorrera
52
(Amazonas), y de Fagua (2001) en la zona de los Lagos (Amazonas), en
los que se estudia el español en contacto con el Uitoto, el Muinane y el
Ticuna. En la región Orinoquia, encontramos los estudios del español
53
en contacto con el piapoco y el Sikuani, de Reinoso Galindo (1999) . En
54
la región Sur Andino, Pachón (1997) analiza el multilingüismo en el
que coexisten el Nasa Yuwe, el Guambiano y el español; Vásquez y
55
Molina (2002) estudian la situación sociolingüística de los guambianos;
56
Ávila Mora (2001) indaga sobre la comunidad indígena Kamëntsá de
Sibundoy, Putumayo y plantea fenómenos fónicos y morfosintácticos
productos del contacto entre el español y esta lengua indígena. En la
57
región Pacífica, hallamos el estudio de Bedoya y Restrepo (1998) sobre
la comunidad embera de Andágueda (Chocó), quienes establecen fenó-
menos de variación y de interferencia lingüística.
50
Yolanda Rodríguez Cadena, “Colombia”, en El español de América: contactos Lingüísticos
en Hispanoamérica, Ariel, Barcelona, 2008, págs. 135-160.
51
G. L. Rey Garzón, “Diagnóstico sociolingüístico de la Chorrera, Amazonas”, Forma y
Función, 13 (Bogotá, 2000), págs. 229-235.
52
D. Fagua, Diagnóstico sociolingüístico del Departamento del Amazonas Los Lagos (Periferia de
Leticia): Contacto y cambio, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2001.
53
A. Reinoso Galindo, “Pedagogía y Didáctica en el marco del programa de Licenciatura
en Educación Básica para maestros Piapoco, Sikuani y criollos del Medio Guaviare”, Culturas,
Lenguas, Educación, Universidad del Atlántico, Barranquilla, 1999, págs. 93-115.
54
C. X. Pachón, “El Nasa Yuwe, o la lucha por la supervivencia de una lengua domina-
da”, en Lenguas amerindias. Condiciones sociolingüísticas en Colombia, Instituto Caro y Cuervo,
Bogotá, 1997, págs. 269-319; cita de pág. 275.
55
B. Vásquez y M. Molina, “Proyecto: ‘El aprendizaje del español y del guambiano y su
enseñanza en resguardo de Guambía’”, en A. Trillos (ed.), Enseñanza de lenguas en contextos
multiculturales, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2002, págs. 251-261.
56
M. Ávila Mora, Descripción de la situación sociolingüística de la comunidad indígena Kamëntsá
de Sibundoy, Putumayo. Realización y transcripción del corpus hablado por bilingües, Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá, 2001.
57
Olga L. Bedoya y V. Marleny Restrepo, Interferencia lingüística entre la lengua Epera y el
español hablado en Chocó, Universidad de Córdoba, Montería, 1998.
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92 EA 98/2012

En cuanto al español en contacto con lenguas criollas, encontra-


58
mos el trabajo “El español palenquero” de Cáceres (2007) , en el cual
se plantean las transferencias morfosintácticas y léxicas del criollo
palenquero al español; además de citar algunos casos de alternancia
de códigos.
El panorama de las investigaciones sociolingüísticas en Colombia
promete ser alentador; los proyectos de investigación panhispánicos y
particulares de los diferentes grupos de investigación en las universi-
dades del país, han iniciado una tradición de estudios que en algunos
años dará sus frutos en la descripción sociolingüística de las variedades
del español colombiano en las diversas comunidades de habla que inte-
gran este país. Los trabajos de investigación aquí sintetizados son una
muestra fehaciente de la dinámica que estamos presenciando y que era
necesaria frente a los resultados en los otros países hispánicos. Hoy
podemos reconocernos y a la vez distanciarnos de las otras variedades
del español, en un diálogo científico en el que Colombia puede vis-
lumbrar sus procesos de variación y cambio lingüístico.

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58
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO
DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR

ORLANDO ALBA
Brigham Young University

RESUMEN
El presente artículo ofrece una visión panorámica del español en el Caribe
hispánico insular. Después de repasar brevemente los temas de investigación
más relevantes, se describen los puntos de contacto entre las tres Antillas y se
realiza una serie de precisiones sociolingüísticas. Estas puntualizaciones permi-
ten destacar las peculiaridades, poniendo en evidencia que, a pesar de las cono-
cidas semejanzas existentes en su modo de hablar, Cuba, la República
Dominicana y Puerto Rico mantienen su propia identidad dialectal. La perso-
nalidad lingüística de cada una de las islas se revela tanto por medio de un aná-
lisis de las diferencias objetivas, como de la evaluación subjetiva que hacen los
hablantes de su lengua en general y de ciertos fenómenos en particular. Por esa
razón, no se justifica plantear la existencia de un español del Caribe, sino de
varias modalidades caribeñas.
PALABRAS CLAVE: sociolingüística, dialecto, prestigio, estigma, norma culta, dis-
tinciones cuantitativas, distinciones cualitativas.

SOCIOLINGUISTIC SURVEY OF THE HISPANIC ISLANDS


OF THE CARIBBEAN
ABSTRACT
This article provides a conspectus of the Spanish spoken in the islands of the
Caribbean. Following a brief review of the relevant literature, it describes those
features shared by the three Antilles while also offering a number of sociolin-
guistic qualifications that underscore their differences. In other words, this study
makes clear that, despite the well-known similarities in the speech of the three
islands, Cuba, the Dominican Republic and Puerto Rico each maintains its own
linguistic identity. This discrete identity is revealed not just in an analysis of the
objective differences among the islands, but also in the subjective attitudes of
their speakers to the language generally, as well as to specific linguistic features.
For this reason it makes more sense to acknowledge the existence of different
varieties of Caribbean Spanish than to posit one single type.
KEY WORDS: sociolinguistics, dialect, prestige, stigma, educated norm, quanti-
tative differences, qualitative differences.
Español Actual, 98/2012
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98 EA 98/2012

INTRODUCCIÓN

El objetivo central del presente artículo consiste en mostrar un pano-


rama sociolingüístico de la zona del Caribe hispánico insular. Desde esta
perspectiva se podrá advertir que, a pesar de las conocidas semejanzas
existentes en su modo de hablar, Cuba, la República Dominicana y
Puerto Rico mantienen su propia identidad dialectal, que se revela tanto
por medio de un análisis de las diferencias objetivas, como de la evalua-
ción subjetiva que hacen los hablantes de su lengua en general y de cier-
tos fenómenos en particular. Por esa razón, no se justifica plantear la
existencia de un español del Caribe, sino de varias modalidades caribe-
1
ñas . La noción de un solo dialecto caribeño ha sido fomentada por el
estudio global de una amplia serie de fenómenos, cuya diversidad se des-
cubre mejor precisamente por medio del análisis sociolingüístico.
A lo largo de la historia de los estudios lingüísticos caribeños se
pone de manifiesto la existencia de una constante y de una variante
con respecto al nivel de análisis preferido por los investigadores. La
constante para las tres grandes Antillas ha sido en todas las épocas la
escasez de trabajos sobre la sintaxis, una situación que se puede enten-
der por ser este el nivel lingüístico con menor índice de variación y el
que probablemente requiere mayor preparación profesional para su
análisis serio y riguroso. La variante, en cambio, se presenta a través de
la alternancia de los otros componentes lingüísticos. El grado de aten-
ción otorgado por los investigadores a esos campos se ha invertido:
mientras en el pasado lejano fue notable la preferencia por la confec-
ción de inventarios y de recuentos lexicográficos (cubanismos, provin-
cialismos, indigenismos, dominicanismos), en las últimas décadas pre-
dominan los estudios sobre aspectos fonético-fonológicos. En este sen-
tido, se ha producido un significativo aumento cuantitativo de los tra-
bajos fonéticos y fonológicos, y también un visible avance en la solidez
teórica y metodológica de las investigaciones. La descripción impresio-
nista y atomista de otros tiempos ha dado paso a estudios que analizan
amplios conjuntos de datos de manera rigurosa por medio de la com-
putación electrónica y que al mismo tiempo consideran los hechos
como etapas que experimentan los procesos evolutivos en cuya realiza-
ción influyen factores lingüísticos y sociales.
1
Tradicionalmente, cuando se habla del español en el Caribe, no solo se alude a las
Antillas, sino también al modo de hablar de la mayor parte de Venezuela, de Panamá y de la
costa atlántica de Colombia, entre otros. En beneficio de la sencillez, la coherencia y la ade-
cuación del análisis, en este trabajo me limitaré al examen del español en las islas caribeñas,
que según la mayoría de los estudios, exhiben una gran homogeneidad y constituyen, ade-
más, el centro neurálgico de la zona. Agradezco al colega Lynn Williams la lectura crítica del
borrador de este artículo.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 99

En efecto, el área de investigación que, sin lugar a dudas, ha pro-


ducido frutos más abundantes es el análisis cuantitativo de la variación
fonológica. Los dialectos caribeños no solamente fueron las primeras
variedades hispánicas en ser objeto de investigaciones sociolingüísticas
en este terreno, sino que además han servido de base para el plantea-
miento de diversas posturas teóricas dentro del marco de las concep-
2
ciones generativistas y post-generativistas . Entre los temas objeto de
análisis cabe mencionar, por ejemplo, la importancia del acento en los
procesos de reducción del fonema /s/; el planteamiento, posterior-
mente rebatido por varios autores, de la ausencia de este segmento a
nivel subyacente en el habla popular de los dominicanos; y la perti-
nencia de factores gramaticales en la variación fonética, como es el
caso de la verificación realizada por diversos investigadores de la hipó-
tesis funcional, según la cual un segmento fonológico que transmite
información gramatical (por ejemplo, la /s/ en niños y en cantas, o la
/n/ en hablan) se elide con menor frecuencia que otro que no tiene
ese valor (como la /s/ en lunes o la /n/ en con).
Asimismo hay que consignar, en justicia, que en años más recientes,
los estudios léxicos han experimentado un importante adelanto con la
realización de rigurosos análisis estadísticos que trabajan con abun-
dantes materiales recogidos con las técnicas adecuadas. Aparte de la
elaboración de los léxicos básicos de Puerto Rico y de la República
Dominicana, realizados sobre la base de copiosos textos escritos, tam-
bién se han realizado varias investigaciones de campo sobre el léxico
3
disponible .

2
Entre esos trabajos, se encuentran: en Humberto López Morales (ed.), Corrientes
Actuales en la Dialectología del Caribe Hispánico, Editorial Universitaria, Universidad de Puerto
Rico, Río Piedras, 1978, el estudio de Tracy Terrell, “Aportación de los estudios dialectales
antillanos a la teoría fonológica”; y el de María Vaquero, “Hacia una espectrografía dialectal:
el fonema /cá/ en Puerto Rico”; en Rafael Núñez Cedeño y otros (comps.), Estudios sobre la
fonología del español del Caribe, La Casa de Bello, Caracas, 1986; el de Robert Hammond, “En
torno a una regla global en la fonología del español de Cuba”; el de Shana Poplack,
“Acondicionamiento gramatical de la variación fonológica en un dialecto puertorriqueño”;
y el de Tracy Terrell, “La desaparición de /s/ posnuclear a nivel léxico en el habla domini-
cana”; y en Robert Hammond y Melvin Resnick (eds.), Caribbean Spanish Dialectology,
Georgetown University Press, Washington, 1988, el de Nelson Rojas, “Fonología de las líqui-
das en el español cibaeño”; y el de Rafael Núñez Cedeño, “Alargamiento vocálico compen-
satorio en el español cubano: un análisis autosegmental”. Son también exponentes notables
de esta línea de investigación, el libro de Humberto López Morales, Estratificación social del
español de San Juan de Puerto Rico, UNAM, México, 1983; y el de Orlando Alba, Variación foné-
tica y diversidad social en el español dominicano de Santiago, Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra, Santiago, 1990.
3
Puerto Rico cuenta con la obra de Amparo Morales, Léxico básico del español de Puerto
Rico, Academia Puertorriqueña de la Lengua, San Juan, 1986; y con la de Humberto López
Morales, Léxico disponible de Puerto Rico, Arco/Libros, Madrid, 1999. En República
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100 EA 98/2012

Como es lógico, ha atraído igualmente la atención de los investiga-


dores la influencia del inglés en el español de la región. La mayoría de
los trabajos se concentran en la innegable presencia de los préstamos
léxicos que, como es bien sabido, se manifiestan en todas partes, pero
con especial intensidad en Puerto Rico. Aunque con menor frecuen-
cia, también se ha discutido la posibilidad del mismo influjo en la sin-
taxis. En este campo son fundamentales los trabajos de Amparo
Morales sobre la aparición redundante o no necesaria del sujeto pro-
nominal y otras estructuras sintácticas. La investigadora entiende que
“en cuanto a la sintaxis, la posible influencia del inglés es más difícil de
probar”, y que lo que parece estar fuera de duda es que “el inglés
puede haber servido de refuerzo a muchas de las tendencias internas
4
del sistema” .
Otro tema de interés para muchos investigadores ha sido, sin duda,
el de la polémica sobre la base del español caribeño. Con relación a
este asunto, está claro que la hipótesis andalucista es la que cuenta con
el apoyo mayoritario de la comunidad académica. A los cuantiosos
fenómenos lingüísticos que la zona del Caribe comparte con la región
sur de la Península, se suma también el dato demográfico proporcio-
nado por Boyd Bowman según el cual entre 1493 y 1508, el 60% de los
colonizadores eran andaluces; y entre 1509 y 1519, las sevillanas repre-
5
sentaban el 67% de las mujeres llegadas a las Antillas . Esta circunstan-
cia histórica es la razón, como señala Vaquero, de que ‘la primera nive-
lación lingüística sea de signo meridional’ y se pueda llegar a la con-
clusión de que el modo de hablar andaluz es la base y el punto de par-
6
tida del posterior desarrollo del español antillano . A este respecto,
también conviene considerar la importancia, ya apuntada por Alvar,
del papel jugado por las Islas Canarias. En ocasiones, el andaluz llega
7
a América adaptado ya en las Islas .

Dominicana se ha publicado el libro de Antonio González, S. Cabanes y F. García, Léxico básico


de la lengua escrita en la República Dominicana, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña,
Santo Domingo, 1982. Además, las investigaciones de Orlando Alba, El léxico disponible de la
República Dominicana, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Santiago, 1995, y
Observación del cambio lingüístico en tiempo real: el nuevo léxico disponible de los dominicanos, Banco
de Reservas y Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Santo Domingo, 2012.
4
Véase su trabajo “El español de Puerto Rico: panorama actual”, en Ana Mª Cestero
Mancera y otros (eds.), Estudios sociolingüísticos del español de España y América, Arco/Libros,
Madrid, 2006, pág. 174. Es muy importante su libro Gramáticas en contacto: análisis sintácticos
sobre el español de Puerto Rico, Editorial Playor, Madrid, 1986.
5
Peter Boyd Bowman, Índice geobiográfico de cuarenta mil pobladores españoles de América en
el siglo XVI, vol. I, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1964, págs. 1493-1519.
6
María Vaquero, “Antillas”, en Manuel Alvar (dir.), Manual de dialectología hispánica. El
español de América, Ariel, Barcelona, 1996, págs. 51-67.
7
Manuel Alvar, “Significación de las Islas Canarias”, en Norma lingüística sevillana y espa-
ñol de América, Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid, 1990, págs. 63-84.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 101

Pero sobre esta cuestión se ha planteado también una interpreta-


ción diferente según la cual el español antillano surge de un sistema
simplificado que se desarrolló desde el siglo XVI por el contacto con
8
lenguas africanas . Se trata de la hipótesis criolla, que supone la exis-
tencia en las Antillas hispánicas de una situación sociolingüística simi-
lar a la que se creó en el Caribe inglés o francés, que propició el desa-
rrollo de lenguas criollas. No son pocas las críticas hechas a esta hipó-
tesis, que atribuye origen criollo a fenómenos presentes en todas las
hablas innovadoras de España y de América (pérdida de la /s/, neu-
tralización de /r/ y /l/, velarización de la /n/ final, etc.), a pesar de
9
que en varias de esas regiones no hubo presencia africana .
Conviene advertir, por otra parte, que el desarrollo de los estudios
lingüísticos no ha corrido paralelo en las tres islas. Si bien es cierto que
correspondió a Cuba desempeñar el papel de pionera o decana de la
labor dialectológica en el Caribe, que se inicia allí a principios del siglo
XIX, entrado el siglo XX, Puerto Rico pasa a ocupar una indiscutible
posición de vanguardia. En efecto, basta un ligero acercamiento a la
bibliografía existente para comprobar que el español puertorriqueño
ha sido asediado de una manera más continua, sistemática, profesional
y científica que el de la República Dominicana y el de Cuba. Morales
(op. cit., 2006) puntualiza que esta situación privilegiada de Puerto
Rico tiene sus raíces en las contribuciones de Navarro Tomás, autor de
El español de Puerto Rico, el primer atlas lingüístico de Hispanoamérica;
de Augusto Malaret, pionero en la redacción de recuentos de america-
nismos; y de Manuel Álvarez Nazario, con sus trabajos sobre la historia
del dialecto puertorriqueño. Pero es incuestionable que a partir de esa
base inicial, posteriormente el estudio del español de los puertorri-

8
Se citan aquí solo algunos de los defensores de esta postura: Germán de Granda,
Español de América, Español de África y hablas criollas hispánicas, Gredos, Madrid, 1994; y del
mismo autor, El español en tres mundos. Retenciones y contactos lingüísticos en América y África,
Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, Valladolid, 1991. Entre los
trabajos de John Lipski, véase “Contactos hispano-africanos en el África ecuatorial y su
importancia para la fonética del Caribe hispánico”, en Robert Hammond y Melvin Resnick
(eds.), Caribbean Spanish Dialectology, Georgetown University Press, Washington, 1988, págs.
50-65; y El español de América, Cátedra, Madrid, 1994, (Cap. IV, La conexión africana).
Finalmente, Ricardo Othegy, “The Spanish Caribbean: A creole perspective”, en Charles-
James Bailey y Roger Shuy (eds.), New ways of analyzing variation in English, Georgetown
University Press, Washington, 1973, págs. 323-339.
9
Algunas de las refutaciones más importantes son: María Beatriz Fontanella de
Weinberg, “El español del Caribe: ¿rasgos peninsulares, contacto lingüístico o innovación?”,
Lingüística Española Actual, II/2, (Madrid, 1980), págs. 189-199; Humberto López Morales,
“Sobre la pretendida existencia y pervivencia del criollo cubano”, Anuario de Letras, 5,
(México, 1980), págs. 85-116; y María Vaquero, “Reseña a Caribbean Spanish Dialectology”,
Robert Hammond y Melvin Resnick (eds.), Lingüística, I, (Caracas, 1989), págs. 205-226.
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102 EA 98/2012

queños se ha desarrollado y ha prosperado profusamente con los tra-


bajos de, entre otros, la propia Amparo Morales, María Vaquero y, espe-
cialmente, Humberto López Morales.

RASGOS COMPARTIDOS

Es indiscutible que las islas del Caribe hispánico comparten muchos


rasgos lingüísticos. En el terreno fonético vale citar diversos fenóme-
nos de reducción consonántica, como la realización variable de la /s/
implosiva como sibilante, aspirada o elidida; la velarización de la /n/
final de palabra; la pronunciación aspirada de la jota; la neutralización
de /l/ y /r/ en el habla popular.
Con respecto a los fenómenos sintácticos, la coincidencia se revela en
la presencia constante del sujeto pronominal frente al verbo (Cuando tú
me llames, yo te digo); la no inversión del orden sujeto-verbo en la oración
interrogativa (¿Qué tú piensas? ¿Dónde usted va?); la preferencia por el
posesivo pospuesto (en el cuarto de nosotros); la difusión paulatina del leís-
mo, especialmente en estilos formales, como son las despedidas de car-
tas, presentaciones (Le saluda atentamente… Tengo el gusto de invitarle…).
En el campo léxico, suele destacarse el uso de arcaísmos peninsula-
res, como bravo (enojado), bregar (trabajar), dilatarse (demorarse), frisa
(manta). Tampoco falta la mención de los marinerismos, como amarrar
(atar), botar (echar, tirar), guindar (colgar), zafar (soltar). Como es natu-
ral, se insiste en la presencia de indigenismos: ají, batey, bohío, cacique,
caoba, cazabe, conuco, guanábana, güira, higüero, jaiba, maíz, maní. Entre los
afronegrismos, se incluyen bembe o bemba (labio grueso), cachimbo (pipa),
champola (refresco de guanábana), fucú (mala suerte, fatalidad), guarapo
(jugo de la caña de azúcar), guineo (banana), mofongo (plátano frito moli-
do con chicharrones), ñame (tubérculo comestible). Y, por supuesto,
abundan los anglicismos en el campo de la ropa: suéter, zipper, jacket, short;
de la casa: closet, pantry, freezer; de la alimentación: corn flakes, catchup, pan-
cake, fruit punch; del deporte: softbol, rally, béisbol, pitcher, strike.
En este sentido, no resulta extraño que prácticamente todos los
investigadores que estudian estos temas consideren que las tres Antillas
hispánicas exhiben un alto grado de homogeneidad y de unidad lin-
güística que hace posible y apropiado hablar del español antillano
como una entidad dialectal única.
En la obra de conjunto más completa sobre el tema, López Morales,
10
si bien de forma un tanto cautelosa, afirma lo siguiente:

10
Humberto López Morales, El español del Caribe, Editorial MAPFRE, Madrid, 1992, pág.
295.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 103

Aunque como en todas las comunidades de habla los rasgos lingüísticos no


son completamente homogéneos, el Caribe hispánico presenta una situación
de relativa identidad, sobre todo si se lo compara con sus vecinos insulares,
en los que lenguas europeas y criollas comparten el escenario en estructura
diglósica.

11
En el mismo sentido se expresan Moreno Fernández y Otero Roth ,
cuando declaran:

En términos generales, el español caribeño configura una de las grandes


áreas del mundo hispánico, caracterizada por su tendencia a favorecer los
usos más innovadores en el plano fonético (debilitamiento de consonantes
en posición final de sílaba), junto a ciertos rasgos particulares del área (por
ejemplo, orden del pronombre en las interrogativas: ¿qué tú quieres?).

Más adelante, sin embargo, los autores matizan esa afirmación al


indicar que a pesar de que el español caribeño comparte muchos ras-
gos, “cada isla y territorio continental tiene una personalidad lingüísti-
ca suficientemente marcada” (pág. 38).
En realidad, ha sido en trabajos escritos en fechas menos recientes
donde se ha insistido de forma más categórica en el carácter unitario
del habla antillana. Por ejemplo, todas las propuestas de zonificación
dialectal del español en América que han sido formuladas en el pasa-
do coinciden en situar a las tres islas antillanas dentro del mismo grupo
o zona dialectal. Uno de los primeros autores que esbozó una clasifi-
cación fue precisamente el filólogo dominicano Pedro Henríquez
12
Ureña . Curiosamente, sin embargo, el estudioso solo menciona los
países incluidos en cada zona, pero parece dar por supuestos los rasgos
lingüísticos que las caracterizan y no los señala ni los describe.
Inconforme con el análisis de Henríquez Ureña, el uruguayo José P.
Rona, después de criticar severamente la propuesta del dominicano,
plantea su propia división, sin duda mucho más objetiva y rigurosa,
pero basada únicamente en cuatro fenómenos que, obviamente, resul-
11
Francisco Moreno Fernández y Jaime Otero Roth, Atlas de la lengua española en el mundo,
Ariel, Barcelona, 2007, pág. 37.
12
Pedro Henríquez Ureña, “Observaciones sobre el español de América”, Revista de
Filología Española, VIII, (Madrid, 1921), págs. 357-390. El autor basaba su división en tres cri-
terios fundamentales: la proximidad geográfica, los lazos políticos y culturales, el substrato
indígena. A partir de esa base, planteó la existencia de cinco zonas dialectales: la del Río de
la Plata (Argentina, Uruguay y Paraguay), con substrato guaraní; la chilena (norte, centro y
sur de Chile), con substrato araucano; la andina (la mayor parte de Colombia y parte de
Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador), con substrato quechua; la mexicana (México, América
Central y el sudoeste de los Estados Unidos), con substrato nahua; y finalmente, la del Mar
Caribe (las tres Antillas españolas –Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico–, gran parte de
Venezuela y la costa atlántica de Colombia), con substrato arahuaco-caribe.
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104 EA 98/2012

tan insuficientes para poder establecer una tipificación válida de la


13
compleja realidad de los dialectos hispanoamericanos . Más tarde, J.
Zamora y J. Guitart consideran inadecuada esta clasificación y propo-
nen otra, por cierto muy similar a la de Rona, apoyándose ahora solo
14
en tres fenómenos: dos fonéticos y uno sintáctico . Una revisión críti-
ca de estas y otras propuestas de división dialectal del español en
15
América puede consultarse en un trabajo anterior de Orlando Alba .

DISTINCIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS

La visión unitaria que suele presentarse del español en la región es


producto de unos análisis dialectales globales que tienden a generali-
zaciones no cuantitativas. Es necesario puntualizar que a menudo no se
separan unos hechos de otros. No son pocas las ocasiones en las que se
mezclan, dentro de una misma lista, fenómenos heterogéneos, muy
desiguales según su uso y su valor sociolingüístico. Sin que se haga nin-
gún tipo de aclaración, se presentan hechos generales que tienen pres-
tigio dentro de la comunidad hablante, junto a otros que son regiona-
16
les o populares y están estigmatizados . Por ejemplo, en el campo foné-
tico, por un lado se menciona la pronunciación aspirada de la jota y la
velarización de la /n/ final de palabra, y por el otro, siempre se cita
la neutralización de las líquidas /r/ y /l/ finales de sílaba y de palabra.
13
José Pedro Rona, “El problema de la división del español americano en zonas dialec-
tales”, en Presente y futuro de la lengua española, Tomo I, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid,
1964, págs. 215-226. La división de Rona se basa en la presencia o la ausencia de cuatro fenó-
menos: uno fonológico (el yeísmo), uno fonético (el z&eísmo), uno sintáctico (el voseo) y
otro morfológico (la forma verbal que acompaña al vos). De acuerdo con eso, el autor pro-
pone la existencia de 16 zonas en Hispanoamérica. Una de ellas incluye nada menos que a
México (excepto Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo), las Antillas, la costa atlántica
de Venezuela y Colombia, y la mitad oriental de Panamá, ya que todas esas regiones coinci-
den en practicar el yeísmo y no tener z&eísmo ni voseo.
14
Juan Zamora y Jorge Guitart, Dialectología Hispanoamericana. Teoría-Descripción-Historia,
Ediciones Almar, Salamanca, 1982. Los fenómenos elegidos por los autores son la presencia
(o ausencia) sistemática de la /-s/ implosiva, la pronunciación velar (o la simple aspiración)
de la /x/, y la presencia (o ausencia) del voseo. La aplicación de esos criterios coloca en una
misma zona a las Antillas, junto a la costa oriental de México, la mitad oriental de Panamá,
la costa norte de Colombia, y a Venezuela, menos la cordillera. Esa amplia región geográfi-
ca coincide en el relajamiento de la /-s/ implosiva, la aspiración de la /x/, y el tuteo.
15
Orlando Alba, “Zonificación dialectal del español en América”, en César Hernández
(ed.), Historia y Presente del Español de América, Junta de Castilla y León, Pabecal, Valladolid,
1992, págs. 63-84.
16
Son ejemplos de publicaciones donde no se hace la debida distinción, la de Alonso
Zamora Vicente, Dialectología Española, Gredos, Madrid, 1970, págs. 413-417; y la de José
Moreno de Alba, El español en América, Fondo de Cultura Económica, México (segunda edi-
ción corregida y aumentada), 1993, págs. 166-167.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 105

Sin embargo, resulta evidente, incluso para un observador inexperto,


que en tanto los dos primeros fenómenos son generales y forman parte
de la norma lingüística culta y prestigiosa de las tres islas, el último es
un hecho estigmatizado, rechazado por la conciencia del hablante edu-
cado.
Sirven para ilustrar la pronunciación aspirada de la jota y la velari-
zación de la n final de palabra los siguientes textos, tomados de con-
versaciones espontáneas de dos hablantes cultos del Caribe: dominica-
no el primero (Cardenal y Arzobispo de Santo Domingo) y cubano el
segundo (Ministro de Relaciones Exteriores), que reiteradamente pro-
17
nuncian el fonema /x/ como [h] y /n/ final de palabra como [õ] :

Con tanta deficiencia y con tanta gente [hén2te], pasando calamidad, no, no,
no. Yo creo que el médico tiene que medir mucho más sus decisiones, y su
lenguaje [leõgwáhe] de, de paro, porque ¿a quién [kjéõ] está afectando? A la
población [poβlasjóõ].
Por eso estuvieron [ehtuβjéroõ] haciendo lo indecible para no juzgarlo
[huhγárlo]. Ahora, fíjate [fíhate] cuál eh el problema: si lo ponen [póneõ] en
[eõ] libertad, eøtá bien [biéõ], lo ponen [póneõ] en [eõ] libertad porque la
jueza [hwésa] ordenó que lo soltaran [soltáraõ], porque a un [uõ] mentiroso
no se le puede mantener preso tanto tiempo nada máh que por eso.

Ambas realizaciones relajadas de /x/ y de /n/ se escuchan en los


estilos más formales, como es el caso de la lectura de noticias de radio
y de televisión.
Por su parte, los dos siguientes trozos corresponden, respectiva-
mente, a un obrero cubano que participa en un reportaje noticioso de
la televisión de su país y a un empleado puertorriqueño que opina
sobre los candidatos en las próximas elecciones en la isla. En ambos
textos se observan repetidos ejemplos de lateralización de la /r/
implosiva, aparte de los frecuentes casos de reducción de la /s/.
Realizaciones similares se encuentran también en el habla popular de
varias regiones de la República Dominicana. En la actualidad se cono-
ce muy bien el carácter estigmatizado del fenómeno de la lateraliza-
ción en el Caribe, como indican diversas investigaciones sociolingüís-
18
ticas .

17
Estos ejemplos y todos los que se incluyen en el artículo proceden de grabaciones
hechas u obtenidas por el autor a lo largo de varios años.
18
En Cuba, el fenómeno caracteriza sobre todo el habla popular en la zona oriental de
la isla. Ver Luis Roberto Choy López, “Coordenadas del español de Cuba”, Encuentro de la cul-
tura cubana, 41/42 (La Habana, 2006), págs. 274-281; y Puica Dohotaru, “El segmento fono-
lógico –/R/ en el habla popular de la ciudad de La Habana”, en Marlen A. Domínguez
Hernández (ed.), La lengua en Cuba. Estudios, Universidad de Santiago de Compostela,
Santiago, 2007, págs. 101-146. Para Puerto Rico, ver Humberto López Morales, op. cit., 1983,
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106 EA 98/2012

Tenemo máh ambiente, aunque aún noh queda mucho por hacel y tenemo
que luchal pol seguil adelante. Hay que buøcal todo loh medio de que se sien-
taõ y se sientan bieõ y que en veø de que loh habitanteø de aquí salgan a tra-
bajal a otro lugal, que aquí mihmo sea donde se ehtabilice la fuelza del inge-
nio.
Esa eh mi duda, si él va a llegar a malzo del doh mil ocho con esa fuelza y
segundo, Pedro Roselló no sacará votoø fuera del Penepé, pero tiene un gran
sectol del Penepé con él. De eso no hay duda, y yo creo que el domingo
Foltuño va a sentir ese caliente y, eh como decíamoh ayel, que no le dé el
Helnán Padilla syndrom, que parece sel el escenario al que va a enfrentalse.

Una situación similar de falta de discriminación entre los hechos


del habla culta y de la popular se presenta en el campo de la morfo-
sintaxis. Regularmente se menciona como propio de la morfología
caribeña, la alternancia en la formación del diminutivo de los alomor-
fos -ito, -ico. Se puntualiza, con razón, que -ico solo aparece, por disi-
milación, cuando la última consonante de la raíz es una t-. Así, frente
a perrito, heladito y arbolito, por ejemplo, se encuentran con frecuencia
gatico, zapatico y ratico. Este uso variable de las marcas diminutivas, que
por cierto no forma parte de la norma puertorriqueña, es general en
el habla espontánea de todos los grupos sociales de Cuba y de la
República Dominicana. El siguiente texto corresponde a la conversa-
ción de una mujer dominicana de clase media alta:

Los Santos Reyes en ese entonces nos ponían un cariñito. Y nosotros hasta
decíamos, ay pero los Reyes siempre son muy pobres. Ya que a ellos también
les dejábamos cartitas. Entonces les poníamos ahí en las cartitas: ‘yo quiero
Santos Reyes que ustedes me dejen tal cosa, tal cosa’. Apenas les dejábamos
una cosita. Y además, les dejábamos con su cartita, bien sea el que tenía arbo-
lito, arbolito, pero el que no se lo ponía debajo de su camita de uno. Y les
dejábamos yerbas, una que le decían dizque yerba de guinea, que mi abueli-
ta salía con nosotros a buscarla por donde fuera. Entonces les dejábamos esa
yerba, ese poquito de agua para los camellos. Entonces, sí, hay muchos que
les ponían galleticas, yo no ponía galleticas, galleticas.

El texto anterior demuestra con claridad que el alomorfo regular


que utiliza esta hablante es -it, presente en todos los contextos: después
de ñ (cariñito), de s (cosita), de l (arbolito, abuelita), de m (camita), de k
(poquito). El único contexto donde aparece -ico es después de t, en alter-
nancia con -it (cartita, galletica). En ocasiones, esta variación podría atri-

págs. 77-103. Para República Dominicana, Orlando Alba, Cómo hablamos los dominicanos,
Colección Centenario-Grupo León Jimenes, Santo Domingo, 2004, págs. 88-89; y Carlisle
González, “Neutralización de los fonemas r y l implosivos en el dialecto hablado en Santo
Domingo”, en Actas del VII Congreso de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina,
Publicación de ALFAL, tomo II, Santo Domingo, 1987, págs. 19-34.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 107

buirse a razones estilísticas. Se descubre al principio del párrafo ante-


rior que -it aparece después de t en la palabra cartitas; sin embargo, al
final, cuando la persona habla con mayor rapidez y parece haber alcan-
zado más confianza, entonces utiliza la forma -ic (galleticas), que se con-
sidera más informal y espontánea que -it en este contexto. En todo
caso, lo importante aquí es saber que el empleo de la variante diminu-
tiva -ic no actúa como marca estigmatizada, que identifique de forma
exclusiva el habla del grupo social bajo, sino que aparece en la actua-
ción lingüística de todos los grupos sociales. En otras palabras, el uso
de formas como gatico o zapatico no permite reconocer la condición
social del hablante que las emplea.
Lo mismo ocurre con la consabida no inversión del orden sujeto-
verbo en la interrogación, que es una estructura normal en el español
de los diversos grupos socioculturales. Este rasgo sintáctico se descubre
incluso en los estilos formales de los hablantes cultos del Caribe. El
siguiente ejemplo forma parte de un spot publicitario que la Secretaría
de Educación en Santo Domingo patrocina en su campaña de promo-
ción de la carrera magisterial.

Mi hijo, por fin, ¿qué tú vas a estudiar? –Mami, yo quiero ser maestro.

Este uso se encuentra tan arraigado en la norma culta de la zona


caribeña que no solo aparece en los registros más formales del plano
oral, sino que también se manifiesta en la lengua académica escrita. En
un diario dominicano se reseña una investigación llevada a cabo en
una universidad del país sobre el problema de la violencia intrafami-
liar. Una de las preguntas del cuestionario que se usó para recoger la
información fue la siguiente:

¿Qué tipo de violencia usted ha sufrido?

Ambos ejemplos constituyen, sin duda, un indicio bastante seguro


del estatus prestigioso de este orden sintáctico que forma parte de la
lengua estándar en esta región del mundo hispánico.
Por su parte, frente a los fenómenos morfosintácticos anteriores, a
menudo se incluyen otros netamente estigmatizados, como el uso de
haiga (por haya), íbano (íbamos), yo no ha venido (yo no he venido) y me
se olvidó (se me olvidó), que solamente aparecen en el habla popular y,
en consecuencia, no tienen cabida en la norma culta de ningún lugar
de las Antillas. Los siguientes ejemplos pertenecen a conversaciones
efectuadas por un obrero puertorriqueño y otro dominicano, respecti-
vamente:
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108 EA 98/2012

Noh quedamo eh, en el, en el lugar má seguro, que era el negocio donde ehtá-
bano. Cuando salimo de ahí, la carretera etaba intransitable, entonce, pueh,
noh dimoh a la tarea de, de por lo meno sacar loh, loh ganchoh, los árbole
de la, de la carretera.
Nosotro cobrábano quince, ahora etamo cobrando trece peso.

De acuerdo con las consideraciones anteriores, resulta legítimo y


oportuno subrayar el hecho de que a la hora de realizar descripciones
y clasificaciones dialectales es necesario mantener un orden metodo-
lógico. Hay que colocar cada cosa en el lugar que le corresponde. Y
para el logro de esta meta es de trascendental importancia la adopción
de una perspectiva sociolingüística.

LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA CARIBEÑA

A pesar de las semejanzas que se señalan en el modo de hablar de


las islas antillanas, es posible argumentar en contra de la existencia de
un español del Caribe desde dos puntos de vista: el subjetivo y el obje-
tivo.

Perspectiva subjetiva

Desde el punto de vista subjetivo, está claro que los antillanos tienen
conciencia de su identidad lingüística nacional. La impresión de uni-
dad y hasta de uniformidad del español caribeño que tienen los inves-
tigadores y muchas personas que no residen en esta zona contrasta
patentemente con las creencias y las apreciaciones subjetivas de los
propios ciudadanos puertorriqueños, dominicanos y cubanos. Para los
hablantes de la región, sus respectivos dialectos resultan inconfundi-
blemente distintos. Y por eso, muchos dominicanos son capaces de
reconocer por su manera de hablar a un puertorriqueño o a un cuba-
no. Y cuando no logran identificarlos de forma positiva, al menos des-
cubren negativamente que no son dominicanos. Lo mismo ocurre,
naturalmente, en sentido inverso.
Un ejemplo de la percepción de la diferencia se encuentra en la
siguiente anécdota contada por un conocido humorista dominicano:

Lo dominicano somo una raza que no damo a conocer dondequiera que


vamo. El dominicano no tiene que ver para darse a conocer. Mira. Lo domi-
nicano vamo a Puerto Rico, y hablamo como puertorriqueño. Cruzamo pa
Miami y hablamo una mehcla de puertorriqueño con cubano. Y ponemo
vaina de aquí. Y te dicen, pueh nene, epérate un momento, que tengo que ir a che-
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 109

quear esa vaina, chico. Que eso e, etá del carajo. Porque se te meclan toda la cosa.
El caso e no quedar mal.

Resulta evidente que cuando dice y hablamo como puertorriqueño, y


más adelante, una mehcla de puertorriqueño con cubano, sin ambigüedad
alguna, el humorista manifiesta la percepción, compartida por muchos
de sus compatriotas, de que la forma de hablar de los dominicanos es
distinta a la de sus dos vecinos antillanos. En su caricaturización, enfa-
tiza especialmente el factor de la entonación y un elemento léxico
emblemático de cada isla: nene para Puerto Rico y chico para Cuba.
Otra muestra de la percepción de la propia identidad lingüística se
descubre en las expresiones de una señora dominicana de nivel socio-
cultural bajo que, por medio de un vídeo, le envía un mensaje a una
amiga norteamericana que se ha mudado a Puerto Rico:

Mira, rubia, tú sí ere mala, ni siquiera llama, ni te acuerda de nosotro. Te que-


remo, loca vieja. Mira, rubia, ¿cuándo viene, nena? Soy boricua ahora. Llama
a uno.

Luego de recriminarla por no haberse comunicado por teléfono, la


señora alude de forma festiva al hecho de que su amiga se ha ido a vivir
a Puerto Rico, llamándola nena, un vocativo que en las Antillas se con-
sidera típicamente puertorriqueño, y describiéndose irónicamente a sí
misma como boricua, es decir, puertorriqueña. Al hacerlo, intenta
hablar con vocabulario y entonación propios de Puerto Rico, revelan-
do así su creencia de que ambos modos de hablar son distintos.
En una encuesta realizada recientemente en Santo Domingo y en
Santiago, se solicitó a 235 estudiantes universitarios que manifestaran
su opinión acerca de la siguiente afirmación: La manera de hablar de los
dominicanos es diferente a la de los cubanos y los puertorriqueños. Según se
puede observar en la gráfica número 1, una aplastante mayoría del
97% de la muestra evalúa positivamente el enunciado. Y tres de cada
cuatro jóvenes no solamente aprueban la idea expresada en la oración,
sino que confiesan estar muy de acuerdo con ella. Estas cifras confirman
la hipótesis de que, al menos desde la perspectiva subjetiva de las cre-
encias que sostienen los hablantes, existe un modo de hablar típico de
los dominicanos.
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110 EA 98/2012

80%

60%

40%

20%

0%
muy de acuerdo de acuerdo en desacuerdo

Gráfica 1. La manera de hablar de los dominicanos es diferente a la de los cubanos


y los puertorriqueños.

Otro aspecto que permite establecer una diferencia sociolingüística


entre las tres Antillas desde la perspectiva subjetiva, es la presencia de
un sentimiento de inseguridad lingüística en la mente de muchos
dominicanos y su ausencia, o la presencia atenuada de dicha actitud,
entre los hablantes de los otros dos dialectos. A este propósito resulta
pertinente hacer referencia al fenómeno de la hipercorrección en la
pronunciación de la /s/ que se descubre en la actuación de los locu-
19
tores y reporteros de las noticias en la televisión dominicana . Los
datos del trabajo de Alba sobre este tema revelan que los presentado-
res y reporteros de Cuba, de Puerto Rico y de otros países no tienen
reparo en pronunciar variablemente la /s/, utilizando unas veces la
variante [s] y otras, la variante relajada [h]. En cambio, sus homólogos
dominicanos, en un obvio despliegue de inseguridad lingüística, pro-
nuncian de forma exclusiva la variante sibilante. Es como si se aver-
gonzaran del uso de la variante aspirada, a pesar de ser esta la forma
preferida por los hablantes cultos del país. No sería absurdo pensar
que el sentimiento de inseguridad lingüística, presente en la concien-
cia de muchos dominicanos y que conduce a una especie de menos-
precio del modo de hablar propio, sea el causante de una reacción
extrema, exagerada, de hipercorrección, de parte de los locutores, de
los reporteros, de los presentadores y, por qué no, incluso de los pro-
ductores de las noticias y los dueños de los medios orales de comuni-
cación. Si los comunicadores dominicanos piensan que el habla culta

19
El tema ha sido estudiado por Orlando Alba, “Hipercorrección en los programas de
noticias en la televisión de la República Dominicana”, en Raúl Ávila (ed.), Variación del espa-
ñol en los medios, El Colegio de México, México, 2011, págs. 165-192.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 111

de sus compatriotas no es correcta ni apropiada para usos formales,


resulta lógico que, consciente o inconscientemente, intenten distan-
ciar la manera de hablar empleada en la transmisión de las noticias, del
modo como se expresan ellos mismos y los demás miembros de la
comunidad en situaciones naturales. Y lo hacen utilizando como recur-
so la retención sistemática del segmento /s/, cuya eliminación muy fre-
cuente se ha convertido en emblema del habla popular (‘incorrecta’)
dominicana.

0,63%
[Ø]

[h] 0,32%

99,05%
[s]

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

Gráfica 2. Variantes de /s/ en el habla de presentadores y reporteros de noticias


en TV dominicana.

En la gráfica 2 se ofrecen los datos correspondientes a las varian-


tes de la /s/ final de sílaba y de palabra que aparecen en las inter-
venciones de 10 reporteros y presentadores de la televisión domini-
cana. La cantidad total de casos de /s/ registrados fue de 523. Según
se observa, las cifras de la gráfica son verdaderamente impresionan-
tes: revelan una pronunciación prácticamente invariable y uniforme
de la /s/.
Para ilustrar la realidad expresada por los porcentajes de la gráfica,
se muestran aquí los siguientes textos, correspondientes a sendos
reporteros de noticias:

Vamos a iniciar esta entrega con la autoridad metropolitana de transporte,


que ha detenido cerca de dos mil vehículos en dos días, por circular sin reno-
var las placas. Los apurados dueños reconocen sus faltas y realizan gestiones
tales como pagar la multa que encarece aún más el impuesto para renovar el
marbete. Los vehículos son quitados a sus dueños cuando cometen alguna
infracción…
Lanzaron escombros a la vía y obstruyeron el tránsito vehicular. Denunciaron
que las autoridades veganas han prometido varias veces la reparación de esa
importante vía en el Pinito y nunca han cumplido su promesa.
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112 EA 98/2012

Frente a los textos anteriores, resulta oportuno incluir el comenta-


rio que en un panel de televisión hizo un conocido abogado, ex rector
de la Universidad Autónoma de Santo Domingo:

Ninguna política de manera aislada resuelve el problema, eh, ni siquiera el,


la reforma del sihtema penitenciario y convertirlo en el mejor modelo peni-
tenciario, eso solo no resuelve el problema. Ahora, eh, tiene que haber una,
una cantidad de medidas y entre ellah el tema de la pena es correcto. Yo ehtoy
totalmente de acuerdo con que es saludable, como una de lah tantah medi-
dah que hay tomar para mejorar el sihtema de juhticia en la República
Dominicana, poner la pe, la cadena perpetua, simplemente, por el hecho de
que aquí nadie cumple la pena que le ponen. Voy a repetirlo: nadie cumple
la, la pena que le ponen. Al que, al que lo condenan a treinta, o lo indultan
o se va a loh quince, y así por el ehtilo. Pero en cadena perpetua, entonceØ
ahí no tiene ninguna posibilidad. EntonceØ hay crímeneh muy graveh que yo
creo sí que ameritan cadena perpetua.

Fácilmente se comprueba el visible contraste que revela el texto


anterior, en el que la aspirada [h] es la variante mayoritaria del fone-
ma /s/, con relación a los dos primeros, en los que dicho segmento es
realizado de manera constante y sistemática como sibilante [s].
Con su comportamiento, los periodistas que presentan las noticias
en la televisión dominicana marcan una neta diferencia con la norma
lingüística culta de su propio país que, incluso en los estilos más for-
males, incluye elevados porcentajes de la variante aspirada.
La gráfica 3, que se presenta a continuación, recoge las variantes de
/s/ producidas por 10 hablantes cultos dominicanos (abogados, médi-
cos, economistas, etc.) cuando participaban en entrevistas en distintos
programas de televisión. Según se puede observar, la variante aspirada
[h] aparece con una frecuencia casi tres veces mayor que la sibilante
[s], en un contexto comunicativo que, si bien es cierto que se puede
catalogar de natural, implica, sin embargo, un alto nivel de formalidad,
como es la situación de un programa de debate o una entrevista por
televisión.
05_Alba.qxd 21/10/13 18:16 Página 113

PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 113

63%

70%
60%
50%
22%
40%
30%
15%
20%
10%
0%
[s] [h] [Ø]

Gráfica 3. Variantes de /s/ en hablantes cultos


en entrevistas de TV.

Ese marcado distanciamiento de la pronunciación de los locutores


dominicanos con respecto a la de los hablantes cultos de su país, no se
percibe en la actuación de sus homólogos de Cuba y de Puerto Rico,
que parecen aceptar la variante aspirada de la /s/ como válida para el
uso en las transmisiones de noticias de la televisión. El primero de los
siguientes ejemplos corresponde a una reportera cubana y el segundo,
al presentador y a un reportero de un programa de noticias de Puerto
Rico. En ambos casos la /s/ aparece alternativamente bajo las varian-
tes [s] y [h], lo que resulta congruente con la pronunciación formal de
los hablantes cultos de sus respectivos países.

En la velada hizo entrega del original de ‘Canción de cuna para dehpertar


a un negrito’, una poesía ehcrita por Nicoláh Guillén, en mil novecientos
cincuenta y tres, y que se encontraba en los archivos del periódico Gramma.
La jornada de la prensa en Camagüey, prevé en su programación el inter-
cambio con ehtudiantes de periodihmo y organismos de la Provincia, la
colocación de una ofrenda floral a José Martí, entre otras acciones. Dehde
Camagüey, Judith Márqueh Díah, Sihtema Informativo de la Televisión
Cubana.
Chelsea Clinton reiteró en la ihla nena el compromiso de su madre de devol-
ver y limpiar lah tierrah que fueron ocupadah por la Marina. Rafael Elín
López noh tiene la noticia de primera plana. –En un acto estrictamente pro-
selitihta, en el que otra vez, en el caso de la campaña Clinton, la prensa no
puede preguntar, Chelsea Clinton caminó por lah calleh de Vieques y visitó
varios centroh comunitarios con loh lídereh localeh de la campaña de su
madre, la senadora por Nueva York.

En resumen, la actuación de los presentadores y reporteros de las


noticias televisivas constituye al menos un síntoma de que en la mente
de una parte de la población dominicana persiste un sentimiento de
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114 EA 98/2012

inseguridad lingüística o de falta de apego a su propio modo de hablar


que está ausente o, si existe, es muy discreto en el caso de los cubanos
20
y de los puertorriqueños .

Perspectiva objetiva

Desde el punto de vista objetivo, existen importantes diferencias


dialectales entre las tres Antillas. Los estudios de conjunto destacan la
unidad lingüística antillana porque se apoyan en la consideración glo-
bal de ciertos hechos: debilitamiento consonántico, elementos léxicos
de origen marinero, indígena, africano. Suponen que esos procesos
fonéticos están presentes en las tres islas con la misma proporción y
que el vocabulario arcaico, indígena, etc., está integrado por las mis-
mas unidades. Sin embargo, el análisis cuantitativo de varios fenóme-
nos evidencia distinciones lingüísticas notables entre las tres Antillas.
En realidad, todo depende de la amplitud o del alcance de la inves-
tigación. Lógicamente, el resultado de la comparación cambia según
los rasgos lingüísticos que se elijan para hacer el estudio. Es indudable
que el español hablado en las tres islas coincide si se toman en cuenta,
por ejemplo, el seseo, el yeísmo, la velarización de la /n/ final, la deno-
minación guagua para el autobús, la no inversión del orden sujeto-verbo
en la interrogación. Pero no sucede igual si en la comparación se tra-
baja con fenómenos como la variedad de realizaciones de las líquidas
/r/ y /l/ en posición implosiva, la pronunciación de la erre, el uso de
ciertos pronombres, la entonación, y una larga serie de unidades léxi-
cas, como los términos referentes a la cometa (o volantín), al autoestop, o
a la papaya, entre otros.

Diferencias cuantitativas

En muchas ocasiones, un dialecto o modo de hablar A se diferencia


de un dialecto B, no por la presencia frente a la ausencia de ciertos ras-
gos, sino más bien porque estos rasgos se encuentran con mayor o con
menor frecuencia en uno u otro modo de hablar. Un examen cuida-
doso permite descubrir distinciones fonéticas cuantitativas entre los
dialectos de Puerto Rico y de la República Dominicana. De acuerdo
20
Para más detalles acerca del sentimiento de inseguridad lingüística de los dominica-
nos, puede consultarse la obra de Orlando Alba, op. cit., 2004, págs. 314-325 (disponible en
Internet: <http://www.glj.com.do/home.php/biblioteca_virtual/como_hablamos_los_
dominicanos>). Además, Orlando Alba, “Nuestro español es peor, pero es nuestro español”,
Español Actual, 80 (Madrid, 2003), págs. 85-92.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 115

21 22
con los resultados de los análisis de López Morales y de Alba , el pro-
ceso de desgaste de la /s/ se encuentra en una etapa mucho más avan-
zada en la República Dominicana que en Puerto Rico. Los datos del
cuadro 1 ponen de manifiesto que en el español dominicano de
Santiago de los Caballeros, la elisión de la sibilante sobrepasa el 60%
de los datos globales y la variante aspirada apenas aparece alrededor
del 20% de las ocasiones. Sin embargo, en San Juan de Puerto Rico, los
índices de elisión se mantienen por debajo del 20% en posición inter-
na de palabra, y los de aspiración se elevan hasta alcanzar el 80%, con
lo que se revela el mayor conservadurismo de la modalidad puertorri-
queña.

CUADRO 1
Porcentaje de las variantes de /s/ implosiva, interna de palabra (esto)
y final de palabra (dos), en San Juan, PR, y en Santiago, RD

San Juan, PR Santiago, RD


interna final interna final
[s]: 7% 10% 10% 11%
[h]: 81% 44% 29% 20%
[Ø]: 12% 46% 61% 69%

Los textos siguientes, tomados de conversaciones libres de dos jóve-


nes universitarias, permiten ilustrar la situación que denuncian las
cifras anteriores. En cada caso, las realizaciones aspiradas aparecen
indicadas con el símbolo h, y las elisiones con ø.
Estudiante universitaria puertorriqueña:

El curso, la maehtra ha dicho ya variah veceh en el salón, que como eh un


curso panorámico, hay que leer de todo. Y muchah de lah cosah que vamoh
a leer, pueh no son precisamente, buena literatura, pero que hay que leerlah.
Y habíamoh leído dos obrah de teatro y lah dihcutimoh en el salón y eran
pueh máh o menoh pasableh, ninguna gran cosa, pero máh o menoh pasa-
bleh.

Estudiante universitaria dominicana:

Y a nosotroø loø ingenieroø, como ella dijo, se noø cataloga aquí, principal-
mente, en este país, de que privamoø que sabemoø mucho Cálculo, mucha
Física, y que todo lo sabemoø. No es así. Bueno, ella eøpecificó Ingeniería
Civil, pero quiero defender loø ingenieroø. Simplemente que a nosotroø noø

21
Ver Humberto López Morales, op. cit., 1983, pág. 42.
22
Orlando Alba, op. cit., 1990, págs. 58 y 77.
05_Alba.qxd 21/10/13 18:16 Página 116

116 EA 98/2012

dan tanta Física y tanto Cálculo que de alguna forma tenemoø que sacarlo en
cara, ¿uøted no cree?

Una rápida mirada a las breves muestras anteriores pone en evi-


dencia que mientras la estudiante puertorriqueña utiliza casi de forma
exclusiva la variante aspirada [h], la dominicana, en cambio, conserva
la sibilante [s] en unas pocas palabras, pero elimina completamente el
sonido en la mayor parte de los casos.
Cuando se considera el habla de los sujetos de clase social baja, se
manifiesta con mucha mayor claridad la situación del desgaste experi-
mentado por el segmento /s/ en la modalidad dominicana. En este
caso, la elisión alcanza unos índices extremos que se aproximan al
100% del total, como queda confirmado en los siguientes textos:
Ama de casa dominicana de clase baja:

Nosotroø, por ejemplo, mi papá se iba, una veh mi papá trabajaba en una
presa. Y cuando él se iba a trabajar, era como a las cinco o a laø cuatro de la
mañana, cuando nosotroø noø levantábamoø ya él se había ido y no lo veía-
moø en el día entero, haøta las seiø de la tarde o la siete que él llegaba. Pero
cuando él llegaba, nosotroø lo eøperábamoø, aunque no trajera nada, lo eøpe-
rábamos siempre, ¡ey!, para que él contara, eh, como, qué sé yo, lo que hizo
en el día. Que él siempre tenía algo que contar, aunque fuera una mentira.

Obrero dominicano:

Y necesitaban una persona para que trabajara como maquiniøta fijo, porque
un señor, lamentablemente, que fue el que me llevó, el padrino mío, diøcutió
con una persona y dijo que no iba a trabajar máø, y le tiró su puñetazo.
Lamentablemente salió el padrino y se quedó el ahijao. El ahijao atendió el
asunto. Resolví la máquina como ocho meseø. Me fijaron como maquiniøta.
A todo el mundo lo fijan como aparador, a mí me fijaron como maquiniøta.
Otra eøcala buena. Me guøtó esa. Luego me interesé, comencé punchando
con una llave, reparando cositaø luego. Eøtudié, eøtudié, eøtudié haøta que en
la graduación me dieron mi diploma, fui uno de loø mejoreø…

Diferencias cualitativas

Pero las diferencias fonéticas existentes no solo son de carácter


cuantitativo. Las realizaciones de otros fonemas permiten establecer
diferencias fonéticas cualitativas que, como se sabe, tienen un poder de
discriminación dialectal mucho mayor que las primeras. La distinción
no se basa en este caso en la presencia numérica desigual de las mis-
mas variantes de una variable en diversos dialectos, como pasa con las
realizaciones [s], [h] y [Ø] del fonema /s/, sino en la utilización de un
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 117

fenómeno típico o exclusivo de una zona geográfica o de un grupo


social determinado. Son ejemplos de esta situación, la pronunciación
velar de la vibrante múltiple /rr/ y la realización fricativa de la /cà/ en
el español de Puerto Rico, hechos que no aparecen de forma usual y
23
generalizada en la República Dominicana ni en Cuba .
Con relación al proceso de velarización de la vibrante múltiple,
López Morales (op. cit. 1983, pág. 139) indica que “Puerto Rico se des-
taca del resto del Caribe hispánico por este fenómeno que resulta prác-
ticamente desconocido en otros dialectos de la zona”. Por tal razón,
muchos hablantes de las islas vecinas utilizan este rasgo emblemático
de Puerto Rico para caricaturizar y hacer burla de sus habitantes. Los
análisis sociolingüísticos que se han hecho sobre el fenómeno dejan
ver que se trata de un caso con una fuerte estigmatización. Es produ-
cido por hablantes que pertenecen a todos los niveles del espectro
social, pero las diferencias de frecuencia son muy grandes. Las cifras
aumentan considerablemente a medida que se baja a los estratos infe-
riores.
A continuación se ofrecen algunas ilustraciones del fenómeno,
tomadas de conversaciones libres realizadas por hablantes de Puerto
Rico.
El tanque de oxígeno se usa para respirar. Y ¿quién te lo dio? ¿Tu abuelo? ¿Y
tu abuelo te dijo algo? Me dijo: No te lo lleves, no te lo lleves. Eso sería el
único chiste… que se me ocurre.
Se me atahcó aquí, eh, la carreta de bueyes.

Con respecto al relajamiento de la palatal /cà/, Vaquero (op. cit.,


1996: 59) señala que “las realizaciones del fonema africado /cà/ pre-
sentan gran variación: en Puerto Rico pueden organizarse en seis tipos,
con marcada tendencia a la fricación”. Esta propensión señalada por
Vaquero al describir la pronunciación puertorriqueña, no ha sido
documentada en el español dominicano ni en el cubano.
El siguiente ejemplo fue tomado de la conversación de una funcio-
naria del Gobierno en Puerto Rico:
Y realmente no sé, no sé realmente si esa es la deuda que tiene el muchacho,
o si el papá está mintiendo. Por cuarenta dólares es, es poco. Una vida vale
mucho, mucho más que eso.

Por su parte, la vocalización de las líquidas implosivas caracteriza de


forma cualitativa el español de gran parte de la República Dominicana:

23
En Cuba, solamente en Yateras, una pequeña población del oriente de la isla, parece
producirse el fenómeno de la velarización.
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comei (comer), paique (parque), aigo (algo). Se trata de un fenóme-


no fuertemente estigmatizado, convertido en emblema del habla
popular de la región norte dominicana, que no se encuentra en el
24
español cubano ni en el puertorriqueño . El texto que se muestra
corresponde a un obrero de la zona norte dominicana:
Y yo poi lo meno donde encuentro una peisona que me dice ‘vamo a tai
paite’, que yo veo poi lo meno que e una peisona que yo sé que no me puede
hacer un daño, poøque como etá la cosa ahora mihmo también.

Con respecto al español de Cuba, lo típico en el terreno fonético es


la asimilación de las líquidas a la consonante siguiente ([kobbáta] cor-
bata), originando un proceso de geminación muy minoritario en la
República Dominicana y en Puerto Rico, según atestigua la bibliogra-
fía correspondiente en cada país.
Los ejemplos siguientes pertenecen a dos cubanos: un obrero y un
profesor, respectivamente:
Lo que sí no puedo per[d]der[l] eh la ehperanza de lograr[l]lo.
Los cubanos estamos todos regados por el mundo preguntándonos el
por[k]qué de esta mal[d]dición de estar todos tan separados.

A las distinciones anteriores hay que añadir las notables diferencias


en las curvas de entonación propias de cada isla que, sin duda, consti-
tuyen la marca más visible que permite a los hablantes antillanos reco-
nocer la procedencia de sus vecinos. En el caso particular del español
dominicano, un rasgo muy peculiar de la entonación, que se ha gene-
ralizado sobre todo en el habla femenina, consiste en una subida con-
siderable del tono en enunciados con valor aclaratorio, tal vez enfáti-
25
co, en el interior de la oración . Estas secuencias alcanzan una altura
tonal propia de interrogaciones hasta llegar justo antes de la última
sílaba acentuada, para caer bruscamente en la sílaba final, como se
comprueba en el espectrograma 1, que reproduce la secuencia en el
Grupo médico Bolívar.

24
El hecho de que este y los demás hechos citados sean peculiares de una sola zona
geográfica o de determinado grupo social en una de las islas, demuestra precisamente que
ni siquiera dentro de un mismo país hay completa homogeneidad lingüística, reforzando así
la idea de la diversidad dialectal antillana que se defiende en este trabajo.
25
Sobre este y otros esquemas propios de la entonación dominicana, pueden verse los
trabajos de Erik Willis, “Tonal Prominence Relations in Dominican Spanish Declaratives
and Interrogatives”, Journal of Portuguese Linguistics, 5/6 1 & 2, (Lisboa, 2007), págs. 179-202;
y Erik Willis, “Dominican Spanish Absolute Interrogatives in Broad Focus”, en Timothy
Face (ed.), Laboratory Approaches to Spanish Phonology, Mouton de Gruyter, Berlín, 2004,
págs. 61-91.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 119

Espectrograma 1: “en el Grupo médico Bolívar”

El enunciado presentado en el espectrograma 1 forma parte del


texto siguiente, producido por una señora dominicana de clase media:

Me lo mandó a hacer el encefalograma, me lo mandó a hacer en el Grupo


Médico Bolívar, pero yo no se lo hice allá porque había que llamar para coger
cita. Y se lo hice en el Veinte-treinta. Luego se lo llevé, me dijo que ese estu-
dio no servía, que yo tenía que volvérselo a hacer al Grupo Médico Bolívar.

Para resaltar contrastivamente las diferencias, a continuación se


muestran los esquemas que caracterizan la curva de entonación propia
de la interrogación. La misma frase es pronunciada por un hablante de
cada una de las tres Antillas. Se trata de la pregunta ¿Llamó Helena?, que
proporciona como ilustración la Real Academia Española en la recien-
26
te obra que acompaña el tomo de Fonética de la Nueva Gramática .
Como es lógico, de la comparación de estos tres ejemplos no se pue-
den extraer conclusiones definitivas. Para ello habría que realizar una
investigación mucho más amplia, apoyada en una muestra representa-
tiva que incluya hablantes de ambos sexos y de distinta condición socio-
cultural. Pero las diferencias reveladas por el análisis al menos son un
indicio de la existencia de unos patrones peculiares que podrían corro-
borar la percepción que tienen muchos antillanos de la individualidad
dialectal de cada isla.

26
Real Academia Española, Las voces del español. Tiempo y espacio, Espasa, Madrid, 2011.
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120 EA 98/2012

La confrontación de las tres gráficas permite apreciar unas diferen-


cias importantes. En primer lugar, es notable el contraste que revela la
curva de entonación desde el punto en que comienza a subir, el valle,
27
hasta el lugar donde empieza a bajar, el pico final . En el caso de Cuba,
la diferencia entre ambos puntos es de 165 Hz (200 Hz en el punto
bajo y 365.3 Hz en el más alto). Estas cifras revelan un salto brusco que
representa más del doble del que se observa en la gráfica correspon-
diente a la hablante puertorriqueña, donde la diferencia es solo de 74
Hz (188.4-262.4 Hz). Pero la oposición es aun más apreciable cuando
se coteja la curva cubana con la dominicana. En esta ocasión, la dis-
tancia es cuatro veces mayor, ya que el hablante dominicano produce
un aumento de apenas 39 Hz entre el punto más bajo y el más alto de
la secuencia interrogativa (111 frente a 150 Hz). Por su parte, otro fac-
tor digno de mención es la duración de las sílabas tónicas, que marca
una diferencia muy destacada, especialmente entre Cuba y la
República Dominicana: 213ms frente a 141ms, respectivamente, para
la sílaba acentuada de la palabra Helena. Asimismo, merece subrayar-
se la colocación del pico culminante con relación a las sílabas tónicas.
En tanto las gráficas cubana y puertorriqueña manifiestan una corres-
pondencia entre el pico y la última sílaba acentuada de la frase, en la
dominicana el pico se sitúa justo antes de la sílaba tónica, en la He de
Helena.

Espectrograma 2. Cuba: “¿Llamó Helena?”

27
Dejo constancia aquí de mi agradecimiento al colega Scott Alvord, por su valiosa ayuda
en la confección e interpretación de las gráficas, realizadas con el programa computacional
Praat.
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 121

Espectrograma 3. Puerto Rico: “¿Llamó Helena?”

Espectrograma 4. República Dominicana: “¿Llamó Helena?”

En el terreno sintáctico también existen diferencias de tipo cualita-


tivo entre las tres Antillas. Por ejemplo, en el habla popular dominica-
na se dan fenómenos como la doble negación (No, todavía no ha salido
no) y el uso del pronombre ello ante verbos impersonales (Ello hay. Ello
no se sabía), que no se encuentran en el español de las otras islas. Por
su parte, en Puerto Rico es común el orden lo más que, en vez de lo que
más: Eso es lo más que me duele. Lo más que le ilusiona ahora a Juan es poder
regresar a su pueblo. A su vez, en la República Dominicana y en Cuba es
normal el uso del alomorfo diminutivo -ico cuando la última conso-
nante de la raíz es una t- (ratico, gatico), un fenómeno que no ocurre en
Puerto Rico.
Además, muchos elementos léxicos marcan una oposición entre las
tres Antillas. Aparte del tema de los anglicismos, que por razones
05_Alba.qxd 21/10/13 18:16 Página 122

122 EA 98/2012

obvias son más abundantes en Puerto Rico que en las otras islas, exis-
ten palabras distintivas de cada país. Dentro de la zona caribeña, son
exclusivos de Cuba los términos fruta-bomba (papaya), fula (dólar), gua-
najo (tonto), jelengue (desorden, discusión), marañón (anacardo), papa-
lote (cometa); de Puerto Rico, chango (bromista), chiringa (cometa),
coquí (pequeño sapo), monga (catarro, gripe), pon (autoestop); y de la
República Dominicana, chichigua (cometa), chin (poquito), concón
(arroz pegado a la olla), lechosa (papaya), yeyo (desmayo), yipeta (vehí-
culo todoterreno), yunyún (granizado). El cuadro 2 reúne algunos de
los términos distintivos de cada dialecto.
CUADRO 2
Algunos términos distintivos de cada isla del Caribe

Cuba Puerto Rico R. Dominicana


boniato (“batata”) ¡ay, bendito! (interjección) bola (“autoestop”; dar o pedir…)
botella (“autoestop”; dar o pedir…) chango (“tímido”) cajuil (“anacardo”, “marañón”)
cheche (“fanfarrón”) chavo (“centavo”, “dinero”) campuno (“rural” - despectivo)
chico (forma apelativa) chiringa (“cometa”) chichigua (“cometa”)
fruta bomba (“papaya”) coquí (“sapo pequeño”) chinola (“maracuyá”, “parcha”)
guajiro (“campesino”) monga (“catarro”, “gripe”) comparón (“orgulloso”)
guanajo (“tonto”) nene (forma apelativa) concho (“tipo de taxi”)
jelengue (“desorden”) pantalla (“pendiente”, “arete”) frío frío (“granizado”)
marañón (“anacardo”) parcha (“maracuyá”, “chinola”) lechosa (“papaya”)
papalote (“cometa”) piragua (“granizado”) pariguayo (“tonto”, “ridículo”)
sinsonte (“pájaro que canta”) pon (“autoestop”; dar o pedir…) yipeta (“todoterreno”, “SUV”)

CONCLUSIÓN

Alguien podría argüir que las distinciones señaladas resultan esca-


sas en relación con los múltiples rasgos lingüísticos comunes a las tres
Antillas. Y, lógicamente, las semejanzas no solo son, sino que tienen
que ser más numerosas que las discrepancias. No puede olvidarse que,
a fin de cuentas, en las tres islas se habla la misma lengua, por lo que
las diferencias entre el modo de hablar en una y otra quedan necesa-
riamente enmarcadas dentro del sistema español. Además, cuando se
establece una comparación, generalmente se parte de la premisa de
que los elementos que se contrastan son semejantes, homogéneos, es
decir, pertenecientes a la misma clase: comparten el mismo género o
naturaleza. Así, para que dos entidades sean confrontables, se espera
que haya entre ambas una base común de comparación. Por eso, pare-
ce normal que se compare un lápiz con un bolígrafo o con una pluma,
pero no con una gallina ni con la libertad, por ejemplo. En consecuen-
cia, dando por sentada la coincidencia general o básica de la mayoría
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PANORAMA SOCIOLINGÜÍSTICO DEL CARIBE HISPÁNICO INSULAR 123

de sus propiedades, unos pocos rasgos pueden resultar suficientes para


establecer la oposición entre dos realidades, ya sean dos novelas, dos
pinturas, dos personas o dos dialectos.
Aunque es obvio que el español de las tres grandes islas antillanas
comparte muchos rasgos, no muestra la homogeneidad lingüística
necesaria para poder ser considerado como una sola entidad dialectal.
Al contrario, cada isla posee y manifiesta su propia idiosincrasia lin-
güística.
Según se ha mostrado en este artículo, en el plano objetivo son muy
importantes las diferencias fonéticas cuantitativas y también las cualita-
tivas entre los dialectos de cada país. Asimismo, son distintas algunas
estructuras sintácticas, y una serie de unidades léxicas actúan también
como elementos distintivos. A todo esto se añade la entonación, posi-
blemente el indicador de mayor fuerza diferenciadora desde el punto
de vista dialectológico y sociolingüístico.
Por otra parte, las diferencias se revelan también desde la perspectiva
subjetiva. Hay evidencias de que los hablantes tienen plena conciencia
de su propia identidad lingüística nacional. Por esa razón, muchos no
solamente son capaces de distinguir por su manera de hablar a los ciu-
dadanos de las otras dos islas, sino que a veces incluso los caricaturizan y
se burlan de su variedad lingüística, porque son distintos en cada una de
las Antillas los juicios evaluativos y las actitudes de los hablantes ante
determinados hechos, como la entonación, variantes fonéticas peculia-
res, algunas formas sintácticas y ciertas unidades léxicas.
28
Por tanto, según la concepción de Labov , aun aceptando que las
coincidencias lingüísticas objetivas entre las islas hispánicas de las Anti-
llas son predominantes, hay que concluir que las tres pertenecen a la
misma comunidad lingüística (obviamente, en todas se habla español),
pero que no componen una misma comunidad de habla. Y esto equi-
vale a reconocer, en definitiva, que no comparten el mismo modo de
hablar, es decir, el mismo dialecto.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS RECOMENDADAS

HUMBERTO LÓPEZ MORALES (1002): El español del Caribe, Editorial MAPFRE, Madrid.
HUMBERTO LÓPEZ MORALES (1988): “Caracterización fonológica de los dialectos
del Caribe Hispánico”, en Actas del I Congreso Internacional de Historia de la
Lengua Española, vol. 2, Arco/Libros, Madrid, págs. 1401-1416.

28
William Labov, Sociolinguistic Patterns, University of Pennsylvania Press, Philadelphia,
1984, pág. 158. De acuerdo con el autor, una comunidad de habla no se puede concebir
como un grupo de hablantes que utilizan las mismas formas, sino como un grupo que com-
parte las mismas normas con relación a la lengua.
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124 EA 98/2012

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peninsulares, contacto lingüístico o innovación?”, Lingüística Española Actual,
II/2, págs. 189-199.
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Antropología en América Latina y el Caribe, Instituto de Investigaciones
Antropológicas y Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias,
UNAM, México, págs. 311-338.
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(Hispánico) (Insular) y la identidad”, Facultad de Artes y Letras, Universidad
de La Habana, Cuba.

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06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 127

EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS:


UNA PERSPECTIVA GENERAL DE LA DEMOGRAFÍA,
LA HISTORIA Y LAS CARACTERÍSTICAS
LINGÜÍSTICAS MÁS RELEVANTES

MANUEL DÍAZ-CAMPOS
GREGORY NEWALL
Indiana University

RESUMEN
El presente artículo ofrece un análisis del español en los Estados Unidos de
Norteamérica según sus más sobresalientes rasgos demográficos, históricos y lin-
güísticos. Sobre la base de los estudios elaborados acerca de esta variedad de
español se presentan evidencias para sostener que se trata de un dialecto con
características propias. El artículo en su concepción panorámica incluye temas
tales como el desarrollo de la comunidad hispanohablante estadounidense, el
estatus del español como lengua minoritaria, el contacto entre el español y el
inglés y sus efectos, la alternancia de códigos y las actitudes que contribuyen en
la conservación o la pérdida del idioma entre las diferentes generaciones de
hablantes. En la sección dedicada a las conclusiones se discuten algunas ideas
con relación al futuro del español en los Estados Unidos.

PALABRAS CLAVE: español, Estados Unidos, historia y demografía del español


en Estados Unidos, sociolingüística, actitudes, conservación, pérdida.

SPANISH IN THE UNITED STATES: A GENERAL PERSPECTIVE OF REVELANT


DEMOGRAPHY, HISTORY AND LINGUISTIC CHARACTERISTICS

ABSTRACT
In this article, we present an analysis of Spanish in the United States with an
emphasis on its most prominent demographic, historical, and linguistic charac-
teristics. Using previous analyses of this variety of Spanish as evidence, we claim
that U.S. Spanish is a dialect with its own characteristics. The topics addressed
include a panoramic description of the development of the U.S. Hispanic com-
munity, the status of Spanish as a minority language, contact between Spanish
and English and its effects, code switching, and the attitudes that contribute to
the maintenance or loss of Spanish among different generations of speakers. In
the conclusion section, we offer some ideas of the future of Spanish in the
United States.
Español Actual, 98/2012
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128 EA 98/2012

KEY WORDS: Spanish, United States, US Spanish history and demography,


sociolinguistics, attitudes, conservation, loss.

INTRODUCCIÓN
1
Lipski (2010) , en una ponencia sobre la lengua española presenta-
da en el Congreso de Valparaíso, describió la situación del español en
los Estados Unidos de la siguiente manera:

La lengua española en Estados Unidos ha logrado su autonomía lingüística


tanto en términos de una masa crítica de hablantes como en su propia natu-
raleza dialectal.

Las palabras de Lipski expresan el hecho de que el español en los


Estados Unidos no es un mero grupo de comunidades de habla aisla-
das, cada una con hablantes que mantienen los rasgos lingüísticos de
su dialecto original. Por el contrario, Lipski argumenta que el español
de los Estados Unidos tiene sus propias características lingüísticas y una
variación dinámica que se atribuye al contacto entre varios dialectos
del español y entre varios dialectos del inglés estadounidense con el
español.
El caso del español en los Estados Unidos se puede analizar desde
varias perspectivas, incluyendo aspectos tales como la demografía, la
historia y la lingüística. La perspectiva demográfica permite examinar
el crecimiento de la población hispana estadounidense y la distribu-
ción geográfica de la misma. La cuestión histórica es de considerable
importancia porque un porcentaje grande de los Estados Unidos fue
parte del territorio de México antes de ciertos tratados y cambios polí-
ticos, como el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, la Compra de Gadsden
(Venta de la Mesilla) y la historia de Texas como colonia española y
mexicana. El estado de la Florida y otras zonas en otros estados sureños
formaron parte del territorio español antes del Tratado Adams-Onis.
La historia del español en los Estados Unidos nos permite entender el
desarrollo de ideologías lingüísticas que podrían ser relevantes para
comprender la pérdida o conservación del idioma. La última perspec-
tiva, la lingüística, nos permite investigar cuestiones de uso y caracte-
rísticas sociolingüísticas que podrían atribuirse a la situación de con-

1
John Lipski, ¿Existe un dialecto estadounidense del español? Ponencia del Congreso
Internacional de la lengua española, Valparaíso Chile, 2010, <http://congresosdelalen-
gua.es/valparaiso/ponencias/america_lengua_espanola/lipski_johnm.htm>, consultado el
8 de enero de 2013.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 129

tacto con el inglés y el contacto entre dialectos del español, el uso del
idioma entre hablantes de herencia y la situación del español como
lengua minoritaria frente al inglés.
En este capítulo abordamos los temas anteriormente mencionados
con el propósito principal de describir la situación actual del español
en los Estados Unidos. Una revisión de la literatura sobre estos temas
demuestra que el español en los Estados Unidos se puede considerar
como una variedad autónoma con variación lingüística considerable,
una historia extensa y una demográfica creciente.

LA SITUACIÓN DEMOGRÁFICA

En las últimas décadas, se ha notado un aumento de la población


hispanohablante en los Estados Unidos. Este crecimiento hace que los
Estados Unidos sea el quinto país en número de hispanohablantes
según el censo del año 2000. En la Tabla 1 se puede apreciar que solo
México, España, Colombia y Argentina tienen más población de his-
panohablantes que los Estados Unidos de Norteamérica.
Según el Censo de los Estados Unidos del año 2010, hay una consi-
derable población hispana en varios estados del país. La figura 1 mues-
tra el porcentaje de la población total de hispanos por estado.
La figura 1 no menciona otros datos del Censo, entre ellos el hecho
de que entre el año 2000 y el año 2010, hubo un aumento en el por-
centaje de la población hispana en los Estados Unidos del 12,5% en el
año 2000 al 16,3% en el 2010. En algunos estados, la población hispa-
na aumentó más del 200%. Con una población tan alta, no cabe duda
de que el español es el idioma nativo de millones de estadounidenses
y de que no se puede considerar un idioma extranjero.

Otros 25%
California 28%

Colorado 2%
Nueva Jersey 3% Texas 19%
Arizona 4%

Illinois 4%
Nueva York 7%
Florida 8%

Figura 1. Porcentaje de la población hispana estadounidense por estado


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130 EA 98/2012

TABLA 1
Número de hablantes de español por país según
2
López-Morales (2006: 476)

Número
País
de hablantes
México 101.879.170
Colombia 40.349.388
España 40.037.995
Argentina 37.384.816
3
Estados Unidos 32.300.000
Perú 27.483.864
Venezuela 23.916.810
Chile 15.328.467
Ecuador 13.183.978
Guatemala 12.974.361
Cuba 11.184.023
República Dominicana 8.581.477
Bolivia 8.300.463
Honduras 6.406.052
El Salvador 6.237.662
Paraguay 5.734.139
Nicaragua 4.918.393
Puerto Rico 3.766.000
Costa Rica 3.773.000
Uruguay 3.360.105
Panamá 2.845.647
Guinea Ecuatorial 460.200
Total 348.876.228

Otra estadística importante se relaciona con el crecimiento de la


población hispana. Según el Censo del 2010, se calcula que hay un
poco más de 50 millones de hispanos en los Estados Unidos. Esta cifra
representa aproximadamente el 16% de la población actual. En com-
paración con los datos del año 2000, hubo un incremento de la pobla-
ción hispana de 15,2 millones. Este crecimiento hace que los hispanos
hayan adquirido prominencia y ejerzan su influencia en el futuro polí-
4
tico, económico y educativo del país. López-Morales (2006) señala que
2
Humberto López Morales, “El futuro del español”, en Enciclopedia del español en el
mundo, Madrid, Instituto Cervantes, 2006, pág. 476.
3
Esta cifra se basa muy probablemente en un aproximado del censo del año 2000.
4
Op. cit.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 131

el 60% de los estudiantes universitarios norteamericanos estudian


español, lo cual revela la importancia que tiene el español en la socie-
dad norteamericana contemporánea.
El español no tiene estatus como lengua oficial en los Estados
Unidos, pero hay normas en las constituciones de algunos estados que
otorgan derechos a los ciudadanos de recibir asistencia tanto en inglés
como en español. En California, la Constitución garantiza servicios
bilingües en los procesos legales de los acusados que no poseen las
habilidades lingüísticas necesarias para enfrentar un juicio en inglés.
En Nuevo México, las leyes y las enmiendas a la Constitución se deben
publicar en inglés y en español, según el Código de Nuevo México del
año 1981. El Gobierno de Texas exige que las agencias estatales pro-
vean información bilingüe a los ciudadanos que tienen un dominio
limitado del inglés.
En resumen, la población hispanohablante en los Estados Unidos
experimenta un considerable crecimiento en la actualidad y repre-
senta aproximadamente el 16% de la población total del país. Los his-
panos han alcanzado una posición de importancia como el grupo
minoritario más grande. Hay más hispanohablantes en los Estados
Unidos que en otros países hispanoamericanos. El español es un idio-
ma que adquiere cada vez más prominencia y es el idioma más estu-
diado en las universidades estadounidenses. El predominio de los his-
panohablantes ha hecho que ciertos estados les confieran derechos a
los ciudadanos con competencia lingüística limitada en inglés, tales
como libertades constitucionales e información legal en español.
Una nota curiosa es que existe una rama norteamericana de la Real
Academia Española. La existencia de la Academia Norteamericana de
la Lengua desde 1973 indica la importancia del idioma español en los
Estados Unidos.
En la próxima sección se describe la situación lingüística del es-
pañol en los Estados Unidos. Se trata de una dinámica lingüística en la
que se observa una riqueza de fenómenos. Entre los factores que expli-
can dichos fenómenos se pueden citar el contacto entre dialectos his-
panos, el contacto con el inglés y la evaluación social que reciben
ambos idiomas en las comunidades de habla estadounidenses.
Este brevísimo recorrido histórico nos ha permitido explicar el
papel del español en el contexto social estadounidense y las actitudes
como un factor fundamental para entender la situación actual de los
hispanos y su lengua.
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132 EA 98/2012

LA SITUACIÓN HISTÓRICA

La situación histórica del español en los Estados Unidos es de con-


siderable importancia debido a que regularmente se ignora el promi-
nente papel que ha tenido el español desde tiempos que se remontan
a la fundación del país. Por lo tanto, la presencia de hispanohablantes
no es un fenómeno reciente como se quiere hacer ver en fuentes desin-
formadas sobre el papel de los hispanos en Norteamérica. Claramente
en nuestros días el español se ha convertido en el segundo idioma más
5
hablado en los Estados Unidos. La investigación de García (1993)
incluye una discusión de la existencia de dos perspectivas históricas
sobre el español en los Estados Unidos: uno de estos enfoques presen-
ta el idioma como representativo de las clases trabajadoras y populares.
La segunda visión se orienta hacia una visión elitista que solo relaciona
6
el español con la cultura y las tradiciones europeas. García (1993) ilus-
tra su argumentación de una manera metafórica con la situación socio-
económica empobrecida de Washington Heights, una comunidad de
dominicanos en Nueva York. García reporta tasas altas de desempleo y
la dificultad de conseguir servicios sociales adecuados. Según la auto-
ra, esta podría ser la representación típica de los hispanos en el imagi-
nario colectivo de los estadounidenses. Se contrasta esta situación con
el hecho de que cerca de esta comunidad se encuentra la sede de la
Sociedad Hispana de Norteamérica (Hispanic Society of America), que
tiene un museo y una biblioteca centrados en la cultura española, por-
tuguesa y latinoamericana. En el museo hay una colección impresio-
nante del famoso pintor español Francisco de Goya (1746-1828).
García sugiere en su descripción metafórica que el contraste de las dos
visiones se ve perfectamente entre estos dos ejemplos. Las obras de arte
de Goya serían el reflejo de la cultura europea refinada y la situación
de pobreza de la comunidad es simbolizada por la autora a través del
único Goya que conocen los pobres de Nueva York: la marca comercial
de frijoles enlatados cuyo nombre es Goya.
En un recorrido histórico sobre las ideologías acerca del español en
7
el mundo anglosajón, García (1993: 71) presenta una discusión sobre
8
la leyenda negra. Díaz-Campos (en prensa) explica que: “La leyenda
negra se relaciona con la historia de intolerancia y persecución reli-
giosa a raíz del período de la Inquisición en España (1478-1834). En

5
Ofelia García, “From Goya Portraits to Goya Beans: Elite traditions and popular streams
in U.S. Spanish language policy”, Southwest Journal of Linguistics 12, 1993, págs. 69-86.
6
Ídem.
7
Ídem.
8
Manuel Díaz-Campos, Introducción a la sociolingüística hispánica, Malden, MA, Wiley-
Blackwell, 2014.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 133

EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 133

particular, la persecución de protestantes fue un tema tratado por inte-


lectuales europeos que retrataron de manera cruda los excesos come-
tidos por la Corona española en la defensa del catolicismo. García
9
(1993) establece una conexión histórica entre los estereotipos negati-
vos que se han asociado con la España de la Inquisición y los hispanos
en los Estados Unidos. La conexión que se hace entre ambos grupos
implica un origen cultural menor e incivilizado en comparación con la
cultura anglosajona”.
El resultado de tal asociación es que se ha estigmatizado el español
en los Estados Unidos y se ha desarrollado un sentimiento de hispano-
fobia, un tipo de miedo hacia la cultura y la lengua de los hispanos. En
10
el libro de Philip Wayne Powell (1971) , se explica la hispanofobia y se
indican sus repercusiones en el sistema educativo, la religión y las rela-
ciones internacionales de los Estados Unidos con Hispanoamérica.
11
Powell (1971) ofrece una definición de carácter histórico sobre la
12
leyenda negra que proviene del trabajo de Juderías (1954) , en el que
se plantea lo siguiente:
La leyenda negra es una atmósfera creada por los fantásticos relatos de
España, los cuales han sido publicados en casi todos los países; las descrip-
ciones grotescas que han sido hechas acerca del carácter de los españoles
como individuos y como colectivo; la negación o, por lo menos, la sistemáti-
ca ignorancia de cualquier cosa que sea favorable y merecedora de orgullo en
las varias manifestaciones de cultura y arte; las acusaciones que se hacen en
contra de España, basadas en hechos exagerados, mal interpretados, o com-
pletamente falsos; y, finalmente, la afirmación, contenida en libros de apa-
riencia respetable y auténtica, y muchas veces reproducida, comentada, y
ampliada en la prensa extranjera, que nuestro país constituye, desde el punto
de vista de la tolerancia, de la cultura, y del progreso político, una lamenta-
ble excepción entre las naciones europeas. En resumen, entendemos como la
leyenda negra la imagen de la España de la Inquisición: ignorante, fanática,
incapaz, ahora como en el pasado, de ser considerada entre las naciones civi-
lizadas, debido a que preferimos siempre la represión violenta y a que somos
enemigos del progreso y las innovaciones. O, en otros términos, la leyenda
que empezó a extenderse en el siglo XVI, bajo el auspicio de la Reforma
Protestante, y la cual desde entonces es infaliblemente empleada en contra
nuestra, especialmente en los momentos críticos de nuestra vida nacional.
13
García (1993) sugiere que la propagación y hasta la institucionali-
zación de la hispanofobia ha hecho que la comunidad estadounidense
9
Op. cit. 1993.
10
Philip Wayne Powell, The Tree of Hate: Propaganda and Prejudices Affecting Relations with
the Hispanic World, Fort Worth, Texas, USA, Stella Maris, 1971.
11
Ídem, pág. 11.
12
Julián Juderías Loyot, “La leyenda negra”, en Estudios acerca del concepto de España en el
extranjero, Madrid, Editora Nacional, 1954.
13
Op. cit.
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134 EA 98/2012

no aprecie las contribuciones artísticas e intelectuales de los hispanos


en el país. El predominio de la perspectiva anglosajona esencialmente
propicia que el sistema educativo de los Estados Unidos se enfoque
más en la cultura española peninsular y menos en la cultura hispana
estadounidense. García explica que este desarrollo histórico ha ocurri-
do en cinco etapas, cada una con una perspectiva política y social que
refleja el contexto estadounidense:
(1) Se utiliza el español para el beneficio de las élites que mantienen rela-
ciones comerciales con Latinoamérica (1699-1840).
(2) El gobierno emplea el español para fines políticos durante la expansión
y adquisición de los territorios que eran parte de México (siglo XIX).
(3) Hay restricciones en el uso del español en los Estados Unidos hasta la
declaración de los derechos civiles, lo que crea cierto ambiente de tole-
rancia. (1900-1968).
(4) En los años 80, reaparece la oposición al español encabezada por grupos
como Solo Inglés. Se promueven solo ciertos dialectos del español en los
Estados Unidos y la alfabetización con base en el español europeo en
detrimento de las otras variedades que se hablan en el país (1968-1980,
aproximadamente).
(5) No ha habido históricamente una asociación del español como un símbo-
lo positivo de afiliación étnica, lo que hace difícil la conservación del idio-
ma en las comunidades hispanas de los Estados Unidos (1980-presente).

Durante la primera época, el español era empleado como una he-


rramienta en las relaciones económicas entre los Estados Unidos y
Suramérica. García destaca el hecho de que en los Estados Unidos los
criollos latinoamericanos encontraron apoyo para imprimir propagan-
14
da política en favor de los procesos de independencia (García, 1993) .
García señala que los Estados Unidos se beneficiaron económicamen-
te a partir de la independencia de las colonias españolas en Lati-
noamérica, pues se revela un aumento en el comercio al finalizar la
dominación española. La autora también apunta que en este período
había una relación fluida que se evidencia en el hecho de que una gran
parte de las élites latinoamericanas dominaba el idioma inglés.
Sin embargo, después de abogar por la independencia política y
económica de las colonias españolas latinoamericanas, durante el siglo
XIX, ocurre la expansión geográfica del territorio estadounidense hacia
territorios que pertenecían a México. Se concretaron las firmas del tra-
tado Guadalupe-Hidalgo (1848) y el Gadsden Purchase o Venta de la Mesilla
15
(1853). Según García (1993) “los norteamericanos tienen contacto
directo con hispanohablantes sin poder ni riqueza y de piel morena

14
Ídem, pág. 74.
15
Loc. cit.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 135

(nuestra traducción)”. En esta época se necesitaba a profesores de


español y otros miembros de las fuerzas armadas competentes en espa-
ñol para poder relacionarse con las poblaciones en los territorios occi-
dentales recientemente adquiridos. Según García, se adoptó una posi-
ción eurocéntrica y con esta perspectiva se abandonaron las emergen-
tes relaciones sociopolíticas y económicas con Latinoamérica. Se utili-
zaba como modelo el español peninsular como instrumento de transi-
ción para fomentar la asimilación cultural de las poblaciones y no las
16
variedades locales de español. Según García (1993) , esta estrategia se
revela como una manera de estigmatizar la variedad local. Esta posi-
ción eurocéntrica se extendía al ámbito académico, ejemplificado por
el estudio exclusivo de la cultura y literatura españolas y la ausencia de
17
estudios sobre la literatura latinoamericana (García, 1993) .
Con el incremento de los intereses económicos en Latinoamérica
hacia finales del siglo XIX y durante el siglo XX, ocurren la apertura del
Canal de Panamá y la expansión del comercio en la región. Sin embar-
go, en los Estados Unidos se observa la continua estigmatización de los
grupos hispanohablantes. Estas actitudes negativas se expresaban en las
asociaciones profesionales como el MLA (Modern Language Asociation en
inglés) y la AATSP (American Association of Teachers of Spanish). Lawrence
Wilkins, el primer director de la AATSP, se opuso a la enseñanza del espa-
ñol en las escuelas primarias, a la contratación de profesores extranjeros
nativos y a la enseñanza del alemán. Aurelio Espinosa, el primer editor
de Hispania, la revista de la AATSP, manifestó una orientación eurocén-
trica con el objeto de distanciarse de las variedades de español propias
de los hablantes de herencia y de los inmigrantes en los Estados Unidos.
18
García (1993) también argumenta que durante este período la impor-
tancia de la enseñanza de las lenguas modernas sufre un declive frente
al estudio de las ciencias. De esta forma, el crecimiento de los intereses
estadounidenses en Latinoamérica y a escala global no se ven reflejados
en la capacitación de los norteamericanos para enfrentar estos nuevos
retos. En 1953, se observan intentos por establecer programas que intro-
ducen el español en la educación de niños hispanos de origen puerto-
rriqueño en la ciudad de Nueva York. No obstante, en términos genera-
les la enseñanza del español había perdido importancia en este período.
Durante la etapa que abarca desde 1968 hasta 1980, hubo bastante
inestabilidad social en el país debido a la lucha por la declaración de los
derechos civiles. En esta época, se inicia la asociación del español con la
identidad latina. La revista profesional Hispania refleja en sus publica-
16
Loc. cit.
17
Ídem, pág. 75.
18
Ídem, pág. 77.
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136 EA 98/2012

ciones el reconocimiento a la multiplicidad de variedades del español en


el país utilizadas por distintas comunidades. El resultado de esta asocia-
ción entre los hispanos y el español fue la propagación de la idea de que
los hispanos eran una población que no dominaba el inglés. García
sugiere que en esta época se consideraba el español como un estorbo
que causaba problemas educativos y económicos por lo cual era necesa-
rio aprender inglés para eliminar tales impedimientos. En esta época
también las asociaciones profesionales se mostraban a favor de la ense-
ñanza del español y adoptaban una perspectiva positiva según la cual el
español debía ser visto como un recurso y no como un problema.
En la época actual (1980~), se observa la continuación de movi-
mientos en contra del español que abogan por la oficialización del
inglés en los Estados Unidos (e.g. la Asociación Inglés de los Estados
Unidos). En 1981 el senador republicano Samuel Hayakawa (1906-1992)
introdujo una enmienda constitucional para hacer el inglés la lengua
19
oficial de los Estados Unidos. Zentella (1995) sugiere en su artículo, La
hispanofobia del movimiento inglés oficial en los Estados Unidos por la oficiali-
zación del inglés, que el movimiento de la oficialización del inglés ignora
el origen multiétnico de la población estadounidense. Se argumenta
que se requiere una sola lengua para garantizar la cohesión cultural y
nacional. Se presenta el idioma inglés como la llave para que los ciuda-
danos puedan tener éxito social, profesional y económico. En investi-
gaciones previas se ha observado que el proceso de asimilación y pérdi-
da del español se asocia con un mayor nivel socioeconómico y con la
20
integración a las redes sociales angloparlantes (Hudson et al., 1995 ).
No obstante, las posiciones intolerantes hacia el uso del español son
consideradas como un obstáculo que limita la educación de las minorí-
as, el suministro de servicios sociales y médicos así como la participa-
21
ción en los procesos electorales (Zentella, 1995 ). Según Zentella, este
tipo de actitudes propician la intolerancia lingüística y cultural que se
concreta en la aplicación de legislación como el ejemplo de la pro-
puesta 187 en California. El objetivo de esta legislación era negar servi-
cios médicos y educativos a los residentes ilegales en ese estado.
En el siglo XXI se observa una continuación de las actitudes negati-
vas hacia el español y la caracterización errónea de los hispanohablan-
tes como un grupo de inmigrantes recién llegado que no se puede
19
Ana Celia Zentella, “La hispanofobia del movimiento ‘Inglés oficial’ en los Estados
Unidos por la oficialización del inglés”, Alteridades 5(10), 1995, págs. 55-65.
20
Alan Hudson, E. Hernández-Chavez y G. Bills, “The many faces of language mainte-
nance: Spanish language claiming in five Southwestern states”, en Carmen Silva Corvalán,
Spanish in four continents: Studies in language contact and bilingualism, Washington, Georgetown
University Press, 1995, págs. 165-183.
21
Op. cit., pág. 56.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 137

comunicar en inglés, a pesar de que el 60 por ciento de los latinos en


los Estados Unidos tienen mayor competencia en inglés que en espa-
22
ñol (Porcel, 2011) . Estas actitudes se evidencian en los casos jurídicos
23
y en el sistema educativo. Potowski (2005) menciona el caso de una
madre hispana en el estado de Texas que fue condenada por abuso de
su hija menor por comunicarse con ella en español. Esta autora tam-
bién menciona el caso de una maestra en Arizona que castigaba física-
mente a sus estudiantes por hablar en español. La asociación de la
comunidad hispanohablante con la idea de que son inmigrantes recién
llegados ha resultado en la aprobación de legislación antiinmigrante a
niveles estatales. El gobierno de Robert Bentley firmó la ley HB 56 en
el estado de Alabama en el año 2011 con el objetivo de identificar el
estatus inmigratorio de una persona detenida aún cuando se trate de
24
una detención rutinaria (Fausset, 2011) . En Estados Unidos la aplica-
ción de las leyes inmigratorias es una competencia del gobierno fede-
ral constitucionalmente establecida. Este tipo de medidas a nivel esta-
tal, que violan el orden constitucional, han sido consideradas como
una manera de ‘aterrorizar a la comunidad latina de Alabama’. Esta
posición ha sido argumentada por Wade Henderson, director de la
Conferencia de Liderazgo en los Derechos Civiles y Humanos. Esta ley
es parecida a la ley de Arizona, SB 1070, denominada ‘Apoye a nues-
25
tras fuerzas policiales y el mantenimiento de vecindarios seguros’ . La
ley SB 1070 considera como ilegal no llevar documentos que prueben
el estatus inmigratorio de una persona y establece como obligatoria la
revisión de documentos oficiales de ciudadanía o residencia si se sos-
pecha que el individuo detenido no tiene estatus legal. Recordemos
nuevamente que esta es una competencia federal y que además son
leyes que se prestan a la discriminación según la apariencia física del
detenido. Este último aspecto es sumamente delicado debido a que
parece reminiscente de la triste historia de discriminación racial que
ha caracterizado a los Estados Unidos. Con esta legislación anti-inmi-
grante, se asocia y se estigmatiza a la comunidad hispana.
Esta ideología, que favorece el monolingüismo y el predominio del
inglés, se extiende al sistema escolar. Hay una escasez de programas bilin-
gües que fomenten la conservación de español. En su lugar encontramos
22
Jorge Porcel, “Language Maintenance and Language Shift among U.S. Latinos”, en
Manuel Díaz-Campos (ed.), The Handbook of Hispanic Sociolinguistics, Malden, Massachusetts,
Wiley-Blackwell, 2011, págs. 623-645.
23
Kim Potowski, Fundamentos de la enseñanza del español a hispanohablantes de los EEUU,
Madrid, Arco/Libros, 2005, pág. 31.
24
Richard Fausset, “Alabama enacts anti-illegal-immigration law described as nation’s
strictest”, Los Angeles Times, 10 de junio de 2011.
25
En inglés, el nombre es “Support Our Law Enforcement and Safe Neighborhoods Act”.
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138 EA 98/2012

los denominados programas bilingües de transición que utilizan el espa-


ñol como una herramienta para enseñar el inglés a los niños y ayudar a
su integración en programas estrictamente angloparlantes. La meta de
tales programas parece ser la asimilación de los niños a un sistema mono-
lingüe. El efecto de esta política educativa en la segunda generación es la
pérdida gradual de sus habilidades comunicativas en español.

LA SITUACIÓN LINGÜÍSTICA

Entre algunos de los fenómenos lingüísticos que caracterizan el


habla de los bilingües estadounidenses nos encontramos con la simpli-
ficación, la nivelación, la acomodación lingüística y la alternancia de
códigos. En esta sección se mencionan como ejemplos de simplifica-
ción diferencias morfosintácticas entre los dos idiomas, como la alter-
nancia entre subjuntivo e indicativo. En cuanto a la nivelación y la aco-
modación, se ejemplifican mediante los casos relacionados con fenó-
menos tales como la expresión del sujeto, la variación en la producción
de las formas de tratamiento y la pronunciación de la /s/, la /R/ y la
/n/ en posición final de sílaba.
Adicionalmente, se describen ciertos préstamos lingüísticos y calcos
del inglés al español que incluyen una producción con características
que reflejan la fonética del español. El contacto también ha generado
que un porcentaje significativo de la población tenga cierto dominio
lingüístico de los dos idiomas, lo cual les permite expresarse emplean-
do la alternancia de códigos.

La simplificación

A través de los procesos de simplificación las estructuras complejas


se reducen o se dejan de usar en los contextos esperados. Un ejemplo
de la simplificación tiene que ver con la distinción entre el subjuntivo
y el indicativo. En este caso la simplificación se puede definir como el
uso de la forma más común y frecuente (i.e. el indicativo) en lugar de
la forma menos común (i.e. el subjuntivo) en ciertos contextos espe-
ciales donde se esperaría el uso de esta forma menos frecuente. Silva-
26
Corvalán (1994) presenta una investigación en la cual estudia la pro-
ducción del subjuntivo en tres generaciones de hablantes mexico-
americanos en el español de la ciudad de Los Ángeles. Los grupos

26
Carmen Silva-Corvalán, “The gradual loss of mood distinctions in Los Angeles
Spanish”, Language Variation and Change 6, 1994, págs. 255-272.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 139

generacionales incluidos en el estudio eran diferentes según el lugar de


nacimiento del hablante o de los padres del hablante y también según
el tiempo que el hablante había vivido en los Estados Unidos. El grupo
clasificado como parte de la primera generación había nacido en
México y había llegado a los Estados Unidos cuando tenía once años o
más. Los participantes categorizados como parte de la segunda genera-
ción habían nacido en los Estados Unidos y eran hijos de padres mexi-
canos. El tercer grupo generacional había nacido en los Estados Unidos
de padres estadounidenses de ascendencia mexicana o de padre o
madre mexicana (o bien la madre o bien el padre). Silva-Corvalán
27
(1994) encontró que en el habla de estas tres generaciones de hispa-
nohablantes, hay un cambio en progreso en que los hablantes de la ter-
cera generación emplean el subjuntivo en menos contextos obligatorios
que los hablantes de la primera y segunda generación. Los hallazgos de
la investigación sugieren que debido al contacto con el inglés, cuya gra-
mática no requiere tal distinción modal a un nivel tan desarrollado
como en el español estándar, se observa una simplificación en el uso de
la distinción modal en los hablantes bilingües. En la tabla 2, se ilustran
las diferencias estadísticas encontradas en la producción del subjuntivo
entre los tres grupos generacionales incluidos en el estudio.

TABLA 2
Uso del subjuntivo según el grupo generacional
28
(adaptado de Silva-Corvalán, 1994)

Uso del subjuntivo %


Generación 1 376/886 42,4
Generación 2 225/849 26,5
Generación 3 171/986 13,3

Chi-cuadrado 146.73, p < .000

Cabe destacar que este mismo fenómeno de uso del indicativo en


contextos donde se esperaría el subjuntivo también se han documen-
tado en variedades monolingües. No obstante, en la investigación de
29
Silva-Corvalán (1994) se argumenta que las situaciones de contacto
podrían acelerar los cambios internos que ya existen.

27
Ídem.
28
Ídem, pág. 265.
29
Ídem.
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140 EA 98/2012

La nivelación y la acomodación

La nivelación dialectal, también conocida como convergencia dia-


30
lectal, koineización u homogeneización (Auer y Hinskens, 1996 ;
31 32 33
Chambers, 2009 ; Moreno Fernández, 2000 ; Trudgill, 1986 ; Tuten,
34
2003 ) es otro fenómeno que se observa en las comunidades hispano-
hablantes de los Estados Unidos. El término nivelación se emplea en
este caso para hacer referencia a la pérdida gradual de una distinción
en el uso de ciertas formas lingüísticas. En este caso, la variación en la
producción lingüística, ya sea fonológica o morfosintáctica, no es el
simple resultado del contacto entre el inglés y el español. Otheguy y
35
Zentella (2012) se refieren al contexto particular de los Estados
Unidos en donde conviven comunidades hispanas de distinta proce-
dencia. El contacto entre variedades diferentes del idioma español
también resulta una fuente de variación y cambio. El hecho de que
miembros de comunidades diferentes en términos de su procedencia
(e.g. puertorriqueños y mexicanos en Nueva York) compartan espacios
sociales comunes propicia la acomodación de diferencias fonológicas y
morfosintácticas particulares de cada variedad. En la tabla 1 de este
artículo hemos mostrado que hay hispanohablantes de distintas proce-
36
dencias en los Estados Unidos (López Morales, 2006) . La diversidad
de regiones dialectales que representan los países listados apunta tam-
bién a una serie de diferencias en cuanto a rasgos fonológicos y mor-
fosintácticos. Un ejemplo ilustrativo de la nivelación en el habla de las
comunidades hispanohablantes de los Estados Unidos se ve reflejado
en la producción de los pronombres de sujeto. Sobre este tema pre-
sentamos algunos datos que se originan de la investigación de Otheguy
37
y Zentella (2012) .
38
Otheguy y Zentella (2012) , en su investigación sobre la variedad de
español que se habla en Nueva York, analizan la producción del pro-
nombre de sujeto (e.g. mientras cantas, bailamos vs. mientras tú cantas,
nosotros bailamos). El corpus empleado procede de 140 entrevistas socio-
30
Peter Auer y Frans Hinskens, “The Convergence and Divergence of Dialects in Europe.
New and Not So New Developments in an Old Area”, Sociolingüística 10, 1996, págs. 1-30.
31
Jack Chambers, Sociolinguistic Theory, Oxford, Wiley-Blackwell, 2009
32
Francisco Moreno Fernández, “El estudio de la convergencia y la divergencia dialec-
tal”, Revista Portuguesa de Filología 23, 2000, págs. 1-27.
33
Peter Trudgill, Dialects in Contact, Oxford, Blackwell, 1986.
34
Donald Tuten, Koineization in Medieval Spanish, Berlin, Mouton de Gruyter, 2003.
35
Ricardo Otheguy y Ana Celia Zentella, Spanish in New York: Language Contact, Dialect
Leveling, and Structural Continuity, New York, Oxford University Press, 2012, pág. 18.
36
Op. cit., pág. 476.
37
Ricardo Otheguy y Ana Celia Zentella, Spanish in New York, op. cit., 2012.
38
Ídem.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 141

lingüísticas entre hispanohablantes de Nueva York en las que tanto


entrevistadores como entrevistados eran hablantes del mismo dialecto.
Esta decisión metodológica permitió que se recogieran muestras de
habla más auténticas sin el riesgo de que ocurriera acomodación lin-
güística hacia la variedad del entrevistador. Las muestras recogidas
representan dialectos de una variedad de países hispanohablantes
entre los que se incluyen Cuba, Colombia, la República Dominicana,
Ecuador, México y Puerto Rico.
Otheguy y Zentella analizaron la expresión del sujeto basados en
60.000 casos. Los hallazgos indican que la producción del sujeto nulo
alcanza el 66% de la muestra total examinada. Desde un punto de vista
más particular, se observan diferencias entre los hablantes según el ori-
gen dialectal. La Tabla 3 muestra la tasa de producción del sujeto explí-
cito según el dialecto del hablante. En la tabla 4 se presentan los deta-
lles en cuanto a las diferencias significativas entre los dialectos estudia-
39
dos (Otheguy y Zentella, 2012) .
TABLA 3
Expresión de sujetos explícitos según el dialecto del hablante.
40
(Otheguy y Zentella, 2012)

Grupo Tasa de sujeto


explícito
Dominicanos 41
Puertorriqueños 39
Cubanos 38
Colombianos 32
Ecuatorianos 28
Mexicanos 22

TABLA 4
Diferencias significativas entre los grupos dialectales en cuanto a la expresión
41
de sujetos explícitos (Otheguy y Zentella, 2012)

R. Dom. Puerto R. Cuba Colombia Ecuador México


Dominicanos X X X
Puertorriqueños X X
Cubanos X X
Colombianos X X
Ecuatorianos X X X
Mexicanos X X X X

39
Ídem, pág. 67.
40
Ídem, pág. 66.
41
Ídem, pág. 67.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 142

142 EA 98/2012

La tabla 3 muestra una clara diferenciación entre los hablantes domi-


nicanos, puertorriqueños y cubanos en cuanto a la expresión de sujetos
explícitos. De hecho, los investigadores argumentan que los resultados
revelan que hay dos grupos: los caribeños, por una parte, y los hablantes
procedentes de Suramérica y México, por otra. En general, no se encon-
traron diferencias entre los hablantes caribeños. La misma observación
es cierta para los datos de Ecuador y México. Sin embargo, sí se obser-
varon diferencias entre colombianos y mexicanos. Este hallazgo no es
necesariamente sorprendente, puesto que hay diferencias significativas
en la producción del sujeto explícito en lo que los autores llaman los lec-
tos de referencia, es decir, los dialectos que se hablan en los países de
donde provienen los hablantes o sus familiares. Sin embargo, cuando se
examinan las diferencias en la producción de sujetos explícitos según el
grupo generacional, se confirma la hipótesis de nivelación en esta comu-
nidad. Otheguy y Zentella interpretan la reducción de las diferencias
entre los hablantes de segunda generación como una indicación de que
ha habido un proceso de nivelación entre hablantes de distintos dialec-
tos. Los hallazgos indican que los hablantes de segunda generación,
independientemente de su procedencia dialectal, muestran una mayor
producción de sujetos explícitos. De igual forma, se observa que los indi-
viduos que mantienen contacto regular con hablantes de otros dialectos
muestran patrones semejantes de mayor producción de sujetos explíci-
tos. Otheguy y Zentella interpretan estos resultados como evidencia de
que en el caso de la producción de sujetos explícitos se observa una nive-
lación entre hablantes de diferentes dialectos, la cual podría estar moti-
vada por la influencia inicial que proviene del inglés.
Otro fenómeno que ha sido documentado en los dialectos del espa-
ñol que se hablan en Estados Unidos es la acomodación. El término
‘acomodación’ se refiere al hecho de que ciertos hablantes se ajustan
al interlocutor con el propósito de parecerse o diferenciarse. La pre-
sencia de patrones semejantes se interpretan como un deseo de esta-
blecer empatía con el interlocutor así como de obtener mayor aproba-
42
ción social. Potowski (2011) emplea la noción de acomodación para
hacer referencia a hablantes de dialectos distintos que adoptan rasgos
diferentes de su propia variedad en el desarrollo de actividades con-
juntas en un mismo espacio social. Este proceso de ajuste lingüístico se
explica como un deseo de demostrar respeto mutuo y solidaridad. La
acomodación pareciera compartir semejanzas con la nivelación. Sin
embargo, recordemos que el concepto de nivelación se enfoca en la
pérdida de una distinción, mientras que la acomodación es un fenó-

42
Kim Potowski, “Intrafamilial dialect contact”, en Manuel Díaz-Campos, (ed.), Handbook
of Hispanic Sociolinguistics, Malden, MA, Wiley-Blackwell, 2011, págs. 579-597.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 143

meno producto de la interrelación entre los interlocutores que buscan


preferentemente estrategias comunes de comunicación.
Un conjunto de investigaciones sobre las formas de tratamiento de la
segunda persona del singular (e.g. tú hablas, vos hablás, y usted habla) cons-
tituyen un excelente ejemplo que evidencia acomodación. Nos referire-
43 44
mos, en particular, al trabajo de Schreffler (1994) , Hernández (2002)
45 46
y Rivera-Mills (2011) . Schreffler (1994) es uno de los primeros trabajos
que investiga las formas de tratamiento de segunda persona entre los sal-
vadoreños que viven en la ciudad de Houston. Los datos de la investiga-
ción de Schreffler provienen de conversaciones contextualizadas que los
participantes completaron. De igual forma, se incluyó una encuesta escri-
ta en la cual se les pidió a los participantes que indicaran cuál forma se
utilizaría con ciertos interlocutores. Los hallazgos de Schreffler indican lo
siguiente: el vos es más común entre los hombres y cuando se habla a los
niños, a los esposos y a personas de origen salvadoreño. Sin embargo, se
nota una tendencia hacia la reducción en el uso de vos en general y un
47
mayor uso de tú en contextos menos familiares. Hernández (2002) ,
quien también investiga las formas de tratamiento de la segunda persona
del singular entre salvadoreños en Houston, consigue resultados que rati-
fican un mayor uso de tú y un menor empleo de vos en contextos públi-
cos. Tanto Schreffler como Hernández atribuyen este resultado al con-
tacto de los salvadoreños con hablantes del español mexicano. La varie-
dad mexicana se caracteriza como un dialecto no-voseante que tiene más
prestigio en la comunidad y una población más grande en la ciudad de
Houston. En este caso, los hablantes salvadoreños se acomodan al dialec-
to mayoritario de su comunidad: el español mexicano.
48
Rivera-Mills (2011) también investiga las formas de tratamiento de
segunda persona entre hablantes de origen hondureño y salvadoreño
en los estados de Washington, Oregon, California y Arizona en el oeste
de los Estados Unidos. La autora emplea una metodología variada que
incluyó encuestas, entrevistas sobre las actitudes e identidad y juicios
de aceptabilidad y gramaticalidad de ciertos usos del voseo. Se compara-
ron los resultados de los instrumentos entre sí y también se establecieron

43
Sandra Schreffler, “Second-person singular pronoun options in the speech of
Salvadorans in Houston, Texas”, Southwest Journal of Linguistics 13, 1994, págs. 101-119.
44
José Esteban Hernández, “Accommodation in a dialect contact situation”, Revista de
Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica 28.2, 2002, págs. 93-110.
45
Susana Rivera-Mills, “Use of Voseo and Latino Identity: An Intergenerational Study of
Hondurans and Salvadorans in the Western Region of the U.S.”, en Luis Ortíz-López (ed.),
th
Selected Proceedings of the 13 Hispanic Linguistics Symposium, Somerville, MA, Cascadilla
Proceedings Project, 2011, págs. 94-106.
46
Op. cit.
47
Op. cit.
48
Op. cit.
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144 EA 98/2012

contrastes con muestras de conversaciones informales que se habían gra-


bado antes. Los resultados de las encuestas indican que mientras la pro-
ducción reportada por los hondureños parece orientarse de manera
equilibrada entre el uso de dos formas: el voseo y el ustedeo, los salvadore-
ños admiten que utilizan un sistema que posee las tres formas: vos, tú y
usted. Para los hablantes de ambos dialectos la forma vos se emplea en los
contextos de intimidad familiar. El uso de tú en el caso de los salvadore-
ños se reserva para los ámbitos públicos. En relación con el análisis de
las conversaciones, se observa que hay más uso del voseo entre los salva-
doreños y hondureños de la primera generación que entre los hablantes
de segunda y tercera generación. Los grupos de la segunda y de la ter-
cera generación tienen más exposición a las normas de la comunidad
local en lugar de las normas que predominan en El Salvador o en
Honduras. Los hablantes de segunda generación muestran una tenden-
cia a la acomodación cuando interactúan con otros hispanos en ámbitos
sociales públicos. La autora argumenta que los resultados de su estudio
indican que tanto los salvadoreños como los hondureños poseen cierta
conciencia acerca del uso de vos como un rasgo particular que los dis-
tingue de la comunidad mexicana. En este sentido, el uso de vos se reser-
va como un marcador que indica la pertenencia al grupo en situaciones
de intimidad familiar y con amigos cercanos del mismo dialecto.
49
Nuevamente, en el trabajo de Rivera-Mills (2011) se hace referencia a
la acomodación de los hablantes centroamericanos en función de la
norma mexicana, la cual ha sido caracterizada como prominente y de
mayor prestigio en muchas áreas de los Estados Unidos. Estas observa-
50
ciones son consistentes con el trabajo de Hernández (2002) sobre las
comunidades hispanohablantes en Houston.
El tipo de acomodación que acabamos de ilustrar también se ha argu-
mentado en el caso de fenómenos de naturaleza sociofonológica. Aaron
51
y Hernández (2007) examinan la aspiración y elisión de la /s/ final de
sílaba en el habla de un grupo de salvadoreños que viven en la ciudad
de Houston. La investigación de Aaron y Hernández toma como
punto de partida trabajos previos sobre la acomodación de dialectos (e.g.
52
Chambers, 1992) , en los que se ha demostrado que la edad en la cual el
hablante se muda a una nueva área es fundamental para determinar la
adopción de la norma local. Aaron y Hernández argumentan que la edad

49
Idem.
50
Op. cit.
51
Jessie Aaron y José Hernández, “Quantitative evidence for contact-induced accommo-
dation: Shifts in /s/ reduction patterns in Salvadoran Spanish in Houston”, en K. Potowski
y R. Cameron (eds.), Spanish in contact: Policy, social, and linguistic inquiries, Amsterdam,
Benjamins, 2007, págs. 329-344
52
Jack Chambers “Dialect Acquisition”, Language 68(4), 1992, 673-705.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 145

EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 145

de llegada a la nueva comunidad también es relevante para explicar la


redistribución o reorganización de rasgos que ya están presentes en los
hábitos lingüísticos de los miembros de una comunidad. En particular, el
estudio investiga la variación en la producción de la /s/ final de sílaba, un
rasgo característico del habla salvadoreña. La aspiración y elisión de la
/s/ es un rasgo ausente en los dialectos del español del noreste mexica-
no, los cuales son comúnmente empleados por hablantes de origen mexi-
cano en Houston. De manera que se revela una situación de contacto dia-
lectal en la que el dialecto salvadoreño difiere del mexicano en relación
con la /s/ final de sílaba. El análisis sociolingüístico que se presenta en el
estudio se basa en los siguientes factores: la categoría gramatical, el acen-
to léxico, el contexto fonético (según las características de los segmentos
antes y después de la /s/, la naturaleza morfémica de la /s/ (i.e. si la /s/
es un morfema de plural, o de segunda persona singular, etc.), la edad de
llegada a Houston y la intensidad de la situación de contacto definida
según una serie de factores alternativos que incluye el contacto con fami-
lia, amigos y colegas de origen mexicano. La tabla 5 presenta los resulta-
53
dos obtenidos por Aaron y Hernández (2007) .
TABLA 5
Resultados del análisis de la regla variable para la reducción de /s/ final de sílaba
54
(Adaptado de Aaron y Hernández 2007)

Grupo de factores % Peso probabilístico % del total


Edad de llegada
26 o más 43 .92 25
15-25 13 .69 24
0-7 2 .22 16
8-14 1 .14 33
Rango 78
Segmento siguiente
Vocal 26 .70 27
Consonante/pausa 11 .43 70
Deslizada 8 .20 2
Rango 50
Segmento precedente
Diptongos 22 .58 6
[a]/[o] 18 .57 57
[e] 10 .40 31
[i]/[u] 4 .26 4
Rango 32
Log Likelihood = -332.552
53
Op. cit., pág. 340.
54
Loc. cit.
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146 EA 98/2012

Los resultados de la tabla 5 revelan que la edad de llegada de los


hablantes a la ciudad de Houston es el factor que muestra un mayor
efecto según la magnitud del rango (i.e. 78). De acuerdo con las ten-
dencias encontradas, los hablantes que llegaron a Houston con menos
de 14 años desfavorecen la aspiración y la elisión de la /s/ final de síla-
ba en comparación con los hablantes que llegaron a una edad mayor.
Este resultado se explica alegando, como hemos visto en el caso del
voseo, que los hablantes salvadoreños se ven forzados a acomodarse lin-
güísticamente a la norma mexicana predominante en Houston debido
a la numerosa presencia de mexicanos en esa área. Los hallazgos tam-
bién indican que el contexto fonético (i.e. tanto el segmento siguiente
como el precedente) condicionan la reducción de /s/ final de sílaba.
Se observa que una vocal siguiente y los diptongos o las vocales [a] y
[o] en posición precedente favorecen variantes aspiradas o elididas.
Los trabajos anteriormente descritos presentan evidencia de acomo-
dación entre hablantes hispanos de diferente procedencia. Un factor
obvio pero necesario para que se dé este proceso de ajuste es el contacto
entre estos hablantes en el ámbito público. También es cierto que el ori-
gen y el efecto de las características sociolingüísticas de la persona con
que hablamos es relevante para explicar la acomodación. El estudio de
55
Potowski (2012) analiza la /s/ y la /n/ final de palabra así como la
vibrante múltiple, la cual suele ser velarizada entre los puertorriqueños.
Esta investigación resulta un ejemplo interesante debido a que se inclu-
yen muestras de habla de tres grupos: un grupo de mexicanos, un grupo
de puertorriqueños, y un grupo de mexicano-puertorriqueños (de ascen-
dencia mixta). Tal como se esperaba encontrar, el grupo de puertorri-
queños se caracteriza por su producción de variantes elididas de la /s/ en
posición final de sílaba, así como de variantes velarizadas de la /n/ final
de sílaba y la producción de variantes lateralizadas de /R/. Potowski
56
(2012) reporta en sus resultados que cuando el entrevistador también
era de origen puertorriqueño, las variantes regionales de /s/, /n/ y /R/
eran más empleadas. En cuanto a los grupos generacionales, los puerto-
rriqueños pertenecientes a la primera generación produjeron variantes
asociadas con esa región dialectal. Por su parte, los hablantes de ascen-
dencia mixta (i.e. mexicano-puertorriqueños) produjeron variantes aso-
ciadas al dialecto mexicano. Sin embargo, se notaron excepciones a este
patrón en los hablantes de tercera generación cuya madre era puertorri-
queña. Potowski sugiere que los datos muestran cierta acomodación en
los grupos de segunda y tercera generación.
55
Kim Potowski “Phonetic outcomes of dialect contact: Variation among Mexicans,
Puerto Ricans, and ‘MexiRicans’ in Chicago”. Trabajo presentado en New Ways of Analyzing
Variation 41, Indiana University, 2012.
56
Idem.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 147

El conjunto de investigaciones discutidas anteriormente nos indica


una situación dinámica en la cual no solo ciertas variedades del espa-
ñol se ven influenciadas por el inglés, sino también se observan
influencias que obedecen al contacto entre dialectos diferentes del
57
español. Lipski (2007) sugiere en su trabajo que la situación socio-
lingüística variante de una comunidad a otra contribuye a explicar
que no haya homogeneidad en cuanto a la situación del español en
los Estados Unidos. Los ejemplos sobre los hablantes salvadoreños en
Houston apuntan a procesos de acomodación. Sin embargo, la acomo-
dación no es un fenómeno automático en cada situación de contacto
dialectal. Lipski nota que hay evidencia del mantenimiento de rasgos
fonológicos y morfosintácticos del español. Estos casos se pueden expli-
car por la presencia de una población poco numerosa y heterogénea.
Hasta ahora no se ha conseguido evidencia sólida de que exista un dia-
lecto de español estadounidense común a lo largo y ancho del país. En
la siguiente sección dedicamos atención a uno de los fenómenos lin-
güísticos fundamentales que distingue a la población hispana en los
Estados Unidos.

Alternancia de códigos

Un fenómeno lingüístico que se puede atribuir al contacto entre


58
inglés y español es la alternancia de códigos. Toribio (2011: 530) defi-
ne la alternancia de códigos como el uso de dos lenguas en un mismo
acto de habla. Este acto de habla se puede clasificar como un turno en
una interacción comunicativa. El turno es concebido como parte de la
estructura de la conversación, la cual se considera como una secuencia
en la que cada participante contribuye de manera coordinada en la
interacción (e.g. cada interlocutor habla en su respectivo turno, aun-
59
que esto puede variar según las normas culturales) (Crystal, 2008) . La
alternancia de códigos es entonces la utilización y producción de los
dos idiomas en un turno, y puede ocurrir entre y dentro de cláusulas,
como se muestra en los ejemplos siguientes tomados de la novela Yo-Yo
60
Boing escrita por Giannina Braschi (1998) :

57
John Lipski, “The evolving interface of U. S. Spanish: language mixing as hybrid vigor”.
Invited plenary lecture, American Association of Applied Linguistics annual meeting, Costa
Mesa, California, April 22, 2007.
58
Almeida Jacqueline Toribio, “Code-switching among US Latinos”, en Manuel Díaz
Campos (ed.), The Handbook of Hispanic Sociolinguistics, Malden, MA, Wiley Blackwell, 2011,
págs. 530-552.
59
David Crystal, Dictionary of Linguistics and Phonetics, Hoboken, NJ, John Wiley & Sons,
2008.
60
Giannina Braschi, Yo-Yo Boing!, Seattle, Amazon Encore, 1998.
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148 EA 98/2012

61
(1) Ay, qué risa me da. Te lo juro, I didn’t even notice .
(2) ¿De qué te ríes? Drácula poseído por una víbora. Hey, ¿qué hace esa
Sakura tirada in the middle of my room? No la quiero ver más en mi
62
casa. How many times have I told you?

Este fenómeno refleja una situación lingüística particular de los his-


panos en los Estados Unidos, la cual se relaciona con la identidad de
los hablantes que lo emplean. Estas personas tienen dominio de los dos
idiomas y pueden utilizar los dos con facilidad. El uso de ambos idio-
mas también sugiere una identidad bicultural, o como propone
63
Zentella (1997) , la alternancia de códigos constituye una herramien-
ta comunicativa que indica afiliación a dos culturas.
Además de la alternancia de códigos entre y dentro de cláusulas, se
observa el empleo de préstamos lingüísticos y calcos en el habla de los
hispanos en los Estados Unidos. El término ‘préstamo lingüístico’ se
refiere al uso de una palabra en español cuando se habla en inglés o
viceversa. Los calcos hacen referencia a la traducción literal de una
estructura o de una unidad de un idioma a otro. A continuación se
presentan ejemplos relevantes de estos fenómenos. El ejemplo en (3)
es ilustrativo del uso de un préstamo, mientras que el ejemplo en (4) es
representativo de un calco.
(3) Tráeme el check/el cheque (la cuenta).
(4) La máquina de contestar (la contestadora) no sirve.

Algunas perspectivas conservadoras y prescriptivas han calificado el


uso de la alternancia de códigos como representativo de un dominio
imperfecto de los dos idiomas. Este punto de vista muchas veces
encuentra eco en la opinión pública debido a la desinformación sobre
estos temas y al predominio de criterios puristas sobre el lenguaje. Las
investigaciones sobre la alternancia de códigos en Estados Unidos (e.g.
64 65
Toribio, 2011 ; Zentella, 1997 ) han concluido que los hablantes
emplean los dos idiomas con propósitos comunicativos determinados.
Se sostiene, además, que el uso de ambas lenguas implica que los
hablantes poseen un conocimiento avanzado que les permite automá-
ticamente alternar entre una y otra lengua dentro y entre cláusulas.

61
Ni me di cuenta.
62
Hey, ¿qué hace Sakura tirade en el medio de mi cuarto? No la quiero ver más en mi casa.
¿Cuántas veces te lo he dicho?
63
Ana Celia Zentella, Growing up Bilingual: Puerto Rican Children in New York, Malden, MA,
Blackwell, 1997.
64
Op. cit.
65
Op. cit.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 149

EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 149

66
Toribio (2011) plantea un continuo de habilidad lingüística según
el cual solo los hablantes con habilidades avanzadas en los dos idiomas
pueden emplear el cambio de códigos. Los hablantes considerados
monolingües de español o de inglés están en los polos del continuo y
en su habla pueden incorporar préstamos o marcadores discursivos del
otro idioma. Es decir, que estos hablantes con habilidades monolin-
gües no pueden emplear la alternancia de códigos.

Monolingüe Bilingüe Monolingüe


Español (E) Inglés (I)
i e
E Ei Ee E SE/ES I Ie Ie I
Préstamos Préstamos
Marcadores Alternancia Marcadores
discursivos de códigos discursivos

TABLA 6. Patrones de alternancia empleados según la habilidad lingüística


67
(adaptado de Toribio, 2011 )

De acuerdo con la evidencia presentada en las investigaciones sobre


el tema, la alternancia de códigos no es una mezcla errática de dos
idiomas sino un sistema de comunicación estructurado, con sus pro-
pias normas. Los hispanos bilingües que utilizan las dos lenguas lo
hacen de manera intuitiva y mantienen la estructura gramatical de los
68
dos idiomas. Poplack (2004) sugiere que una regla que describe la
alternancia de códigos es el principio de equivalencia. Este principio pro-
pone que cada unidad lingüística es gramatical en la lengua a que co-
69
rresponde. Toribio (2011: 538) aclara este principio con los siguien-
tes ejemplos:

(6) a. Pues, I can’t talk right now. Tengo un perro and I have to walk it ahori-
70
ta (Toribio, 2011: 534)
b. *Well, I can no hablar ahora. ∅ Have a dog and I tengo que pasear him
71
now (Toribio, 2011: 534)

En el primer ejemplo, 6a, I can’t talk right now ‘no puedo hablarte
ahora’ y and I have to walk it ‘y tengo que darle un paseo’ son cons-
trucciones gramaticalmente correctas en inglés. De igual forma, pues,

66
Op. cit.
67
Idem, pág. 536.
68
Shana Poplack, “Code-switching” en U. Ammon, N. Dittmar, K. J. Mattheir y P. Trudgill
(eds.), Soziolinguistik. An international handbook of the science of language, 2ª ed., Berlin, Walter
de Gruyter, 2004.
69
Op. cit., pág. 538.
70
Idem, pág. 534.
71
Loc. cit.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 150

150 EA 98/2012

tengo un perro y ahorita son elementos gramaticalmente bien formados


en español. En el ejemplo 6b, Have a dog es agramatical en inglés por
la falta del pronombre de sujeto, lo cual es obligatorio en la mayoría
de los contextos en inglés. Las frases I can no hablar ahora, and I tengo
que pasear him now violan la buena formación tanto del inglés como del
español y no representan casos que sean comunes o documentados. De
tal forma que el ejemplo 6a es una producción posible del fenómeno
y el ejemplo 6b no concuerda con el principio de equivalencia, por lo
cual se considera agramatical.
En los párrafos anteriores hemos descrito quiénes son los usuarios
de la alternancia de códigos y hemos discutido brevemente cómo se
estructura gramaticalmente. Los investigadores sobre este fenómeno
han propuesto también que la alternancia de códigos cumple funcio-
72
nes comunicativas y sociales. Específicamente, Toribio (2011) y Zente-
73
lla (1997) sugieren que hay razones por las cuales un hablante pro-
duce la alternancia de códigos; tales funciones se relación con el con-
texto comunicativo y social. Tomando en consideración los hallazgos
de una investigación de una comunidad puertorriqueña en Nueva
74
York, Zentella (1997) propone lo siguiente:

La alternancia de códigos es fundamentalmente una actividad de conversa-


ción mediante la cual los hablantes negocian el significado entre ellos (…)
Entre los niños del bloque la construcción de una identidad bilingüe Nueva
Yorkina/Puertorriqueña se ve facilitada por el uso de la alternancia que res-
ponde a factores del contexto que son observables como el lugar o los hablan-
tes y que reflejan el conocimiento de cómo comportarse durante las conver-
saciones. De importancia particular son las estrategias que permiten al
hablante realinear las bases de la comunicación, clarificar o enfatizar el men-
75
saje o controlar a los interlocutores (nuestra traducción ).

Se plantea de esta forma que la alternancia de códigos es una herra-


mienta comunicativa y social para clarificar o enfatizar ciertas ideas,
para ejercer cierto control de la interacción y también para expresar la
identidad bilingüe o bicultural de sus usuarios. Zentella nota que en las

72
Ídem.
73
Op. cit.
74
Ídem, pág. 113.
75
(Code-switching is, fundamentally, a conversational activity via which speakers nego-
tiate meaning with each other (…) Among el bloque’s children, the construction of a NYPR
bilingual identity was facilitated by switches that responded to parts of the micro context that
were ‘on the spot’ observable such as setting and speakers, and reflected ‘in the head’ knowl-
edge of how to manage conversations. Of particular importance were conversational strate-
gies that allowed speakers to realign their footing, to clarify or emphasize their messages, and
to control their interlocutors).
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 151

conversaciones, los hablantes producen la alternancia de códigos por


las siguientes razones: (1) para indicar las bases o cimientos del inter-
cambio comunicativo, (2) para expresar clarificación o énfasis y (3)
para remediar la falta de una palabra o de una estructura.
Funciones relacionadas con las bases o cimientos de la comunica-
76
ción (Zentella, 1997) :

(7) Vamos a preguntarle. It is raining!


(8) Ella tiene. Shut up! Lemme tell you!

77
Funciones de clarificación (Zentella, 1997) :

(9) ¿No me crees? You don’t believe me?

Funciones remediales (Zentella, 1997):

(10) You should not take that out because you are gonna stay mellá (tooth-
less o sin dientes).

En los ejemplos en (7) y en (8) observamos funciones relacionadas


con las bases de la comunicación porque el hablante intenta indicar
algún tipo de cambio. Por ejemplo, en (7) se ve un cambio de tópico.
En el caso del ejemplo en (8) la alternancia de códigos refuerza la
intensidad del mandato de acuerdo con lo que explica Zentella (1997:
95). En (9) percibimos un caso en el cual el hablante posee todos los
recursos para expresarse en ambas lenguas, pero emplea el cambio de
códigos como una estrategia de clarificación y/o énfasis. El último
ejemplo en (10) muestra una frase en la que el hablante ha olvidado
una palabra (i.e. toothless) y emplea la alternancia para usar el térmi-
no en español (i.e. mellá). La investigación de Zentella determina que
las participantes en su estudio tenían una habilidad lingüística alta en
ambos idiomas, por lo cual las funciones relacionadas con los cimien-
tos de la comunicación y las de clarificación y énfasis fueron las que
más comúnmente se observaron en la muestra. De igual forma, este
hallazgo refuerza las ideas presentadas anteriormente, según las cuales
la alternancia de códigos es un fenómeno exclusivo de hablantes con
una habilidad lingüística alta tanto en inglés como en español.
Las situaciones en las que se emplea la alternancia de códigos regu-
larmente están determinadas por las normas de interacción entre miem-
bros de la misma comunidad. Como hemos visto, la alternancia de códi-
gos suele ocurrir en comunidades en las que existe un bilingüismo pro-

76
Op. cit.
77
Ídem.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 152

152 EA 98/2012

longado. El cambio de lenguas es un recurso comunicativo y, en muchos


casos, se convierte en una forma convencional de comportamiento
(Toribio, 2011). Precisamente, Toribio (2011) señala que la convencio-
nalización y la asociación del uso de la alternancia de códigos entre la
población latina se nota en el hecho de que los medios de comunicación
emplean mensajes en los que se combinan el español y el inglés. El ejem-
plo en (11) muestra el texto de un comercial de los productos de belleza
Clinique publicado en la revista Latina dirigida a la mujer hispana.
(11) Even Better. Pareja Poderosa.

El comercial se refiere al producto Even Better que consiste de un


corrector de manchas de la piel en combinación con una base de
maquillaje. Resulta importante destacar que el mercadeo de productos
entre la población latina de los Estados Unidos muestre esta nueva ten-
dencia que apela a la identidad bilingüe de la población. De acuerdo
con Toribio, el uso de ambas lenguas en los medios revela una mayor
aceptación de la alternancia de códigos en los Estados Unidos.
El trabajo de Zentella (1997) provee algunos datos interesantes sobre
los niños bilingües que ella investiga en la ciudad de Nueva York.
Generalmente, los niños de la comunidad puertorriqueña de Nueva York
crecen escuchando español en el hogar. Las abuelas y las madres tienden
al uso del español en contextos de intimidad, tales como la casa y el vecin-
dario. Sin embargo, esta tendencia general varía en ciertos hogares
donde las personas a cargo de los niños hablan tanto inglés como espa-
ñol. Un patrón que indica la transición hacia el inglés se observa en los
niños que prefieren hablar en esta lengua entre ellos mismos. El estudio
de Zentella (1997) también revela que la figura masculina suele hablar
inglés con los niños. En muchos casos, la norma que emerge de los dife-
rentes modelos analizados en la comunidad indica que los niños relacio-
nan a las mujeres y, especialmente si son mayores, con el uso del español.
En resumen, hemos visto que la alternancia de códigos se define
como el uso de dos lenguas en un mismo acto de habla. La alternancia
suele ocurrir entre cláusulas o dentro de una misma cláusula. Las inves-
tigaciones previas indican que los hablantes siguen la gramática de
cada idioma cuando emplean la alternancia y que esta suele ocurrir en
ciertas fronteras lingüísticas. La población que emplea la alternancia
de códigos se ha descrito como una comunidad en la que existe un
bilingüismo prolongado y la cual posee una alta habilidad lingüística
en ambas lenguas. En cuanto a las funciones, hemos destacado los
78
hallazgos del estudio de Zentella (1997) , quien propone tres funcio-

78
Ídem.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 153

nes generales: (1) las que sirven para indicar las bases o cimientos del
intercambio comunicativo, (2) las funciones que sirven para expresar
clarificación o énfasis y (3) las que sirven para remediar la falta de una
palabra o de una estructura. Los usuarios suelen emplear la alternan-
cia de códigos cuando están con miembros de su propia comunidad en
contextos íntimos como el hogar y el vecindario. En estudios recientes
se plantea que la alternancia de códigos se ha convencionalizado y ha
ganado mayor aceptación en los medios de comunicación.

LA CONSERVACIÓN DEL ESPAÑOL ENTRE LOS HISPANOS EN LOS ESTADOS UNIDOS

Según las últimas cifras del censo estadounidense, hay considerable


evidencia de que el español posee una presencia importante en ciuda-
des grandes como Nueva York, Miami, Los Ángeles, Houston, entre
muchas otras. En tales ciudades, hay comunidades sólidamente esta-
blecidas de hispanohablantes, lo cual se observa en los letreros escritos
en español de los comercios que atienden a clientes hispanohablantes.
La verdad es que, a pesar de la política antihispana, hay comunidades
activas de hispanohablantes en muchas partes de los Estados Unidos.
De esta forma, la desaparición del español no es inminente. Algunas
79
investigaciones previas (Hudson, Hernández-Chávez y Bills, 1995 ;
80 81 82
Porcel, 2006 , 2011 ; Silva-Corvalán, 1994 , entre otras), presentan
hallazgos que nos permiten comprender los patrones de conservación
o pérdida del español en las comunidades de hispanos en los Estados
Unidos.
83
La investigación de Hudson, Hernández-Chávez y Bills (1995) exa-
mina cuatro indicadores de la conservación del español de acuerdo
con ciertas variables socioeconómicas y demográficas de la población
del suroeste de los Estados Unidos. Los cuatro indicadores del estudio
son: (1) la población total que habla español en casa, (2) la densidad
de la población en comparación con la población total del municipio,
(3) el porcentaje que habla español en casa comparado con el por-
centaje que reporta ser hispano y (4) el porcentaje de jóvenes entre 5
y 17 años que habla español en comparación con el porcentaje de per-
sonas con 18 años de edad o más que habla español. El último indica-
dor sirve para medir la transmisión del idioma entre las generaciones.

79
Op. cit.
80
Jorge Porcel, “The paradox of Spanish among Miami Cubans”, Journal of Sociolinguistics,
10, 2006, págs. 93-110.
81
Op. cit.
82
Op. cit.
83
Op. cit.
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154 EA 98/2012

La información social de los individuos proviene del Censo oficial de


los Estados Unidos del año 1980. Se consideraron aspectos tales como
el origen mexicano, la distancia de la frontera mexicana, el nivel de
educación, el sueldo, la ocupación, entre otros factores.
Según los resultados del estudio, la concentración más alta de his-
panohablantes se encontraba en Los Ángeles, pero había otras con-
centraciones significativas en el sur de California, el sur de Arizona, la
región centronorte de Nuevo México y algunas áreas de Colorado y
84
Texas (Hudson et al., 1995: 169) . El área con una población más
densa de hispanohablantes se localizaba en Nuevo México, con otras
zonas densas en el sur de Colorado y la región suroccidental de Texas.
En cuanto a la cuestión del porcentaje de hablantes de español entre
las personas de origen hispano, se determinó que las cifras más altas
pertenecen a las áreas en la frontera entre Texas y México. Respecto de
la transmisión del idioma, se nota más retención en Texas y menos
retención en el norte de Arizona y en la mayor parte de Colorado.
En lo que se refiere a la relación entre factores socioeconómicos y
la retención del idioma, los autores reportan que cuanto mayor sea el
nivel educativo del individuo, mayor será la integración de éste en la
sociedad norteamericana. En consecuencia, las probabilidades de con-
servación del español son menores. En general, los autores (Hudson et
85
al, 1995) sugieren que la conservación del español ocurre en aquellas
zonas donde hay mayor número de hispanohablantes (e.g. los munici-
pios fronterizos de Texas y Nuevo México) cuyas condiciones socioe-
conómicas no les permiten integrarse completamente en la sociedad
norteamericana. Un estudio más reciente sobre la población hispana
del suroeste de los Estados Unidos corrobora la persistencia de ten-
dencias similares sobre la base de los mismos factores sociales obteni-
86
dos del Censo del año 2000 (Jenkins, 2010) .
Una buena proporción de los hispanos nacidos en los Estados
Unidos representa grupos que han estado en la vida del país por gene-
raciones. De esta forma, la conservación del español en esos grupos es
ciertamente limitada. En cuanto a los grupos de primera y segunda
generación, se puede destacar que en las zonas urbanas se ejerce una
mayor presión hacia la pérdida del español, debido a los procesos de
asimilación favorecidos por el mercado de trabajo y las redes sociales
más variadas. En contraste, en las zonas rurales el relativo aislamiento

84
Idem, pág. 169.
85
Idem.
86
Devin L. Jenkins, “The state(s) of Spanish in the Southwest: A comparative study of lan-
guage maintenance and socioeconomic variables”, en Daniel Villa y Susana Mills (eds.),
Spanish of the Southwest: A language of transition, Madrid, Iberoamericana, 2010, págs. 133-156.
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EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 155

y densidad de las redes sociales contribuirían a la conservación del


87
español (Porcel, 2011) . Parece ser que la cohesión y la conservación
dependen de la densidad del grupo, la presión política de la región, la
situación geográfica y las actitudes.
Las actitudes y la región en la que se encuentran los hispanos en los
Estados Unidos también son factores que influyen en la conservación
88
del idioma. Por ejemplo, Porcel (2011) argumenta que el español
posee más prestigio en la ciudad de Miami por la existencia de un flujo
constante de inmigrantes, un comercio internacional activo, oportuni-
dades de educación bilingüe, representación política así como medios
de comunicación en español dirigidos a los hispanos. A pesar de todas
estas herramientas, que sugerirían una mejor posibilidad de conserva-
89
ción del idioma, Porcel (2006) reporta que en Miami el 89% de los
hispanohablantes nacidos en los Estados Unidos afirma que su lengua
dominante es el inglés. Porcel interpreta este hallazgo como una señal
que indica una situación de bilingüismo transitorio de acuerdo con el
cual las generaciones jóvenes están abandonando de manera gradual
el español a favor del inglés. No obstante, Porcel también considera el
efecto positivo que tiene la concentración de hablantes de la misma
variedad en la cohesión y la conservación del idioma. Tal es el caso de
los cubanos en el sur de la Florida y de los mexicanos en Texas.
La tendencia general que describe la situación del español en los
Estados Unidos parece ser la pérdida gradual del idioma en la segun-
da y tercera generación. Hay evidencia de que las generaciones más
jóvenes favorecen el inglés en una variedad de contextos sociales.
Hemos visto que hay una serie de factores que favorecen este resulta-
do. Las actitudes y la ideología del monolingüismo predominante, que
presenta el inglés como una herramienta para la cohesión sociocultu-
ral y el éxito económico de los inmigrantes, son una parte importante
90
que explican la pérdida del español (Porcel, 2011) .
Entre las estrategias para conservar el español se podría considerar
la creación de programas de educación bilingüe en las escuelas e infor-
mar a la población sobre los beneficios del bilingüismo. Estas iniciati-
vas podrían ayudar a mantener vigente el idioma y cambiar las actitu-
des negativas existentes. De esta forma se podría combatir la propaga-
ción de la ideología que favorece el monolingüismo y el bilingüismo de
transición. En Estados Unidos se observan contradicciones respecto de
la evaluación del bilingüismo: cuando un hablante perteneciente a un

87
Op. cit., pág. 631.
88
Ídem.
89
Op. cit.
90
Op. cit., pág. 263.
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156 EA 98/2012

grupo mayoritario es bilingüe se considera como una ventaja. En con-


traste, el bilingüismo de las minorías se considera una limitación para
la integración de las mismas en la sociedad norteamericana (Cashman,
91
2010) . El apoyo a las iniciativas que propicien la educación bilingüe
sería fundamental para luchar en contra de la estigmatización de las
lenguas minoritarias en el país.
En la actualidad, la crisis económica y el sentimiento anti-inmigran-
te que predomina en los Estados Unidos permite que se aprueben nor-
mas legislativas que atentan en contra de los derechos lingüísticos de
92
las minorías. Por ejemplo, la investigación de Cashman (2010) se
refiere al ataque contra el bilingüismo en el estado de Arizona. En
1988, se aprobó una enmienda a la Constitución para declarar el inglés
como la lengua oficial del estado. Esta legislación prohibió el uso del
español en el ámbito gubernamental. Aunque debido a la demanda
interpuesta por Yñiguez vs. Mofford se declaró tal enmienda anticonsti-
tucional (debido a que se violan la primera y decimocuarta enmiendas
de la constitución estadounidense), se volvió a ratificar la ley nueva-
mente en el 2006 con el propósito de declarar el inglés como la lengua
oficial del estado. En el año 2000, se aprobó la Proposición 203
mediante la cual se eliminó la educación bilingüe en Arizona. Esa legis-
lación prohibió el uso del español en las escuelas y permitió que los
padres pudieran demandar al distrito escolar en caso de incumpli-
miento de la ley. En lugar de programas de educación bilingüe, se crea-
ron programas para la enseñanza del inglés para integrar rápidamente
a los hablantes de español en el sistema monolingüe. Estas leyes pro-
mueven la ideología del monolingüismo y la deslegitimización del
español. Las políticas que se aplican en Arizona son reminiscentes de
los tiempos en los cuales los primeros anglosajones llegaron a los
recién adquiridos territorios mexicanos y discriminaban a la población
originaria de la región. La reacción frente a estas nuevas formas de
legislación que encubren un pasado de discriminación debe ser el
rechazo. La educación de la población en cuanto a los derechos de las
minorías y las ventajas del bilingüismo (o multilingüismo) son alterna-
tivas positivas frente a esta situación.

91
Holly Cashman, “Research, Responsibility, and Repression: Anti-Bilingualism in Latin
America”, en Susana Rivera-Mills y Daniel J. Villa (eds.), Lingüística Iberoamericana, Madrid,
Frankfurt, Iberoamericana Vervuert, 2010, págs. 319-336.
92
Ídem.
06_Díaz_Newall.qxd 21/10/13 18:17 Página 157

EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS 157

A MANERA DE CONCLUSIÓN

El presente artículo ha descrito diversos aspectos relacionados con


la población hispana de los Estados Unidos. Las cifras demográficas
más recientes revelan que los hispanos se han convertido en la mino-
ría más pujante del país. Este aumento de la población hispana le ha
otorgado mayor relevancia en la vida económica, social y política del
país. Estados Unidos se ha convertido en el quinto país hispanoha-
blante en el mundo según la cantidad de personas que manifiestan
hablar español como idioma nativo. La presencia del español es evi-
dente en los servicios al cliente, en las grandes ciudades y en otras áreas
menos tradicionales. De tal forma que el español se ha convertido vir-
tualmente en la segunda lengua del país y resulta difícil considerarlo
como un idioma extranjero.
Históricamente, la presencia del español en la vida del país es inne-
gable, a pesar de que se quiere presentar a la población hispana como
un fenómeno reciente. La verdad es que los territorios de estados tales
como Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, y una
gran parte de Wyoming y Colorado, siempre tuvieron población hispa-
na debido a que originalmente estos fueron territorios de México hasta
la firma del Tratado Guadalupe-Hidalgo en 1848. Cabe también desta-
car el caso de Puerto Rico, que conserva el estatus de Estado Libre
Asociado desde 1898 cuando Estados Unidos salió vencedor frente a la
guerra contra España. La historia estadounidense revela que el español
ha tenido un papel prominente. No obstante, la población hispana ha
experimentado diversas formas de discriminación y actitudes negativas
que continúan persistiendo en la actualidad. La ideología del mono-
lingüismo, según la cual la homogeneidad cultural del país depende
del dominio del inglés, se ha mantenido a través del tiempo. Este tipo
de mentalidad ha contribuido a la suspensión de los programas que
propician el bilingüismo para conservar el idioma y se han mantenido
los programas que favorecen la asimilación inmediata al sistema mono-
lingüe en inglés. Aunado al problema educativo, encontramos también
el sentimiento anti-inmigrante que se ha acentuado a partir de la crisis
económica que sufre el país y la situación que despertó el ataque terro-
rista a las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001.
En este contexto, la realidad es que los hispanos en Estados Unidos
han experimentado el mismo proceso que se ha dado con otros grupos
de inmigrantes en lo que respecta a la conservación de la lengua. Los
hallazgos de las investigaciones al respecto revelan que la mayoría de
los hispanos de segunda y tercera generación no hablan español o
poseen un conocimiento básico que se limita a situaciones de intimi-
dad familiar. En este artículo hemos descrito algunas de las caracterís-
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158 EA 98/2012

ticas más destacadas desde el punto de vista lingüístico de las varieda-


des de español que se hablan en los Estados Unidos.
A pesar de que el panorama no parece alentador en cuanto a la con-
servación del español, el monolingüismo no es necesariamente el
único resultado final que podría ocurrir entre los hispanohablantes en
los Estados Unidos. Hay un influjo constante de hispanohablantes
en varias regiones, lo cual mantiene viva la presencia y vigencia del
español. En ciertas áreas del país se mantienen programas bilingües en
las escuelas y se abren negocios que ofrecen servicios a los clientes his-
panohablantes. Sin embargo, como se ha discutido, todavía existe una
actitud negativa que es propagada por los gobiernos estatales y locales.
Hay que considerar la situación de multilingüismo que existe en otros
países del mundo, tal como el caso de España. Hoy en día la Cons-
titución de España considera como co-oficiales cuatro idiomas. En
Canadá, se reconocen el francés y el inglés como las dos lenguas co-ofi-
ciales del país. El futuro del español en los Estados Unidos depende
de la superación de las actitudes negativas hacia los grupos bilingües, de
la creación de políticas sociales y educativas que propicien el bilingüis-
mo y del mantenimiento de las habilidades comunicativas de los his-
panohablantes en sus comunidades.

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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE:
PRINCIPALES FENÓMENOS DE VARIACIÓN

PAULO CORREA
Universidad Federal Fluminense (Brasil)
LETICIA REBOLLO
Universidad Federal de Río de Janeiro

RESUMEN
El objetivo de este trabajo es mostrar un panorama actual de los principales
temas e investigaciones sociolingüísticas realizadas sobre el área rioplatense,
considerando sobre todo los ejes urbanos de Buenos Aires, Montevideo, Rosario
La Plata y Bahía Blanca. En definitiva, se tratan temas relacionados a la variación
léxica y a la variación fonética y fonológica, considerando elementos segmenta-
les como seseo, yeísmo, realización aspirada o elisión de /s/ y realización de la serie
oclusiva / b d g/. También se presentan con notación métrica autosegmental cur-
vas fonológicas de entonación para enunciados interrogativos: preguntas y peti-
ciones. Del punto de vista sintáctico destacamos estudios de variación sobre fun-
ciones informativas, clíticos y usos de tiempos verbales. Desde una perspectiva prag-
malingüística y conversacional son tratados los principales puntos de variación
en formas de tratamiento, la alternancia vos, tú, usted en esta región lingüística y
en la forma plural ustedes. Asimismo, presentamos algunas ilustraciones de estra-
tegias intensificadoras y mitigadoras de actos de habla, cuidando particularmente el
rol del uso de diminutivos y marcadores conversacionales, como indexadores de iden-
tidades regionales. Concluimos con una reflexión sobre contactos lingüísticos, his-
toria colonial, movilidad y globalización para contribuir a la descripción multicul-
tural de los hablantes que hoy viven e interactúan en esta región lingüística. No
se trata de un repertorio exhaustivo de trabajos y bibliografía, sino, más bien,
una selección de los principales temas de variación que podrían ilustrar los dis-
tintos ámbitos de la investigación sociolingüística, con una muestra de los temas
más estudiados y con otros sobre los que todavía queda mucho por decir, sobre
todo considerando los componentes sociolingüísticos que caracterizan el espa-
ñol rioplatense después de siglos de contactos.

PALABRAS CLAVE: español rioplatense, sociolingüística, variación, léxico, seg-


mentos y prosodia, sintaxis y discurso, sociopragmática, contacto lingüís-
tico.

Español Actual, 98/2012


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RIVER PLATE SPANISH SOCIOLINGUISTICS: SOME CASES OF DIALECTICAL


VARIATION

ABSTRACT
This paper is an updated overview of the research on Rioplatense or River
Plate Spanish, comprising Buenos Aires, Montevideo, Rosario, La Plata and
Bahía Blanca urban areas and their respective axes of influence. The data
include lexical, phonetic and phonological variation considering segmental
phenomena such as seseo, yeísmo, realization of aspirated /s/ or deletion and the
realization of the /b d g/ series of stops as well. We also discuss autosegmental-
metrical notation for interrogative sentences: questions and requests. In syntax, we
present linguistic variation studies on informative functions, clitics and the use of
certain verbal tenses. From conversational and pragmalinguistic point of view, we
deal with main language variation themes, such as treatment formulas, the alter-
nation vos, tú, usted in the region and the plural form ustedes. We also present
some examples of intensifying and mitigation strategies in speech acts, particularly the
role of diminutives and conversational markers as indicators of regional identities. We
conclude with a reflection on language contact, colonial history, mobility and
globalization, in order to contribute to a multicultural description of the speakers
that live and interact today in this linguistic area. This work is not intended to
be an exhaustive repertoire of works and bibliography, rather it is a selection of
main works on language variation in order to illustrate different areas of soci-
olinguistic research, showing the ones that received more attention and others
on which there is much to be said, especially considering sociolinguistic com-
ponents that characterize River Plate Spanish after centuries of contacts.

KEY WORDS: Rioplatense Spanish; Sociolinguistics; Lexical Variation; Segmen-


tal and Prosodic Variation, Syntax and Discourse Variation; Sociopragma-
tics; Contact Languages.

1. INTRODUCCIÓN: EL ÁREA RIOPLATENSE

El español rioplatense es un área geolectal regional, representada por


los usos lingüísticos de las ciudades y territorios más influyentes situados
geográficamente en lo que sería el territorio transnacional del Río de la
Plata. Se trata de una clasificación que toma a los centros urbanos como
referencia y que se basa en la propuesta de Henríquez Ureña de 1930.
Henríquez Ureña divide el español de América en cinco regiones
principales, a partir de fenómenos léxicos y considerando que “en su
configuración han incidido la proximidad geográfica, las relaciones polí-
ticas y culturales existentes en la época colonial y el contacto del español
1
de cada región con una lengua indígena principal (Fontanella, 1992) ”.

1
María Beatriz Fontanella de Weinberg, El español de América, Madrid, Mapfre, 1992, pág.
123.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 163

Aunque presente una seria de limitaciones importantes, y haya suscita-


do, en las décadas siguientes a su publicación sucesivas críticas, se trata
2
de una clasificación que alcanzó gran aceptación (Fontanella, 1992) .
En este intento de división, la quinta zona de Henríquez Ureña, o sea,
la rioplatense, área que tendría como lengua indígena principal el gua-
raní, corresponde a la Argentina, el Uruguay, el Paraguay y tal vez parte
del Sudeste de Bolivia.
Con un enfoque moderno, se ha retomado esta área general, en la
3
clasificación de Moreno Fernández (2000) , bajo el nombre de “Área
Rioplatense y del Chaco”, representada por los usos de Buenos Aires,
Montevideo o Asunción. Según esta clasificación, el sudeste de Bolivia
(Santa Cruz de la Sierra) y el Paraguay (Asunción) se orientan hacia
una división regional chaqueña (relacionada a la llanura del Chaco)
mientras que Argentina y Uruguay se orientan hacia una división regio-
nal rioplatense (relacionada al Río de la Plata).
El habla rioplatense en nuestro estudio corresponde a las varieda-
des de Buenos Aires, Montevideo, Rosario, La Plata y Bahía Blanca –y
a sus respectivas áreas de influencia concéntrica, en oposición a las
variedades de Asunción, La Paz, Santiago y Porto Alegre/São Paulo
(en el sur de Brasil) y a sus respectivas áreas de influencia, consideran-
do que estos centros urbanos configuran históricamente y en su actua-
lidad geopolítica, centros metropolitanos de Sudamérica que están en
constante expansión y conexión en términos de movilidad e intensifi-
cación de redes sociales, si se considera quién se comunica con quién
4 5
(Bortoni-Ricardo, 2011: 84-86 ; Milroy, 2002 )–.
El concepto sociolingüístico de norma urbana culta se ha relativiza-
do con las recientes investigaciones pragmáticas para las cuales un indi-
viduo, por más culto que sea, cambia su repertorio lingüístico en fun-
ción de las prácticas discursivas, de las situaciones comunicativas o de
los contextos de interacción. Asimismo, la sociología y el urbanismo de
nuestra época global introducen elementos de variación tales como
“movilidad” y “redes sociales” relacionándolos a las prácticas lingüísti-
cas de ciudades globales alfa (como Buenos Aires) o beta (como
Montevideo) que se identifican justamente por criterios sociológicos,
económicos y urbanos como población de la ciudad, población del
área metropolitana, porcentaje de nacidos en el extranjero, costo de

2
Idem, pág. 124.
3
Francisco Moreno Fernández, Qué español enseñar, Madrid, Arco/Libros, 2000, pág. 38.
4
Stella Maris Bortoni-Ricardo, Do campo para a cidade. Estudo sociolingüístico de migração e
redes sociais, São Paulo, Parábola, 2011, págs. 84-86.
5
Lesley Milroy, “Mobility, contact and language change – Working with contemporary
speech comunities”, Journal of Sociolinguistics, 6/1 (Special Issue: Mobility, Contact, and
Language Change, Oxford, Blackwell, 2002), págs. 3-15.
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vida, cantidad de pasajeros en metro, extensión del sistema ferroviario,


pasajeros por aeropuerto, número de billonarios y producto metropo-
6
litano bruto (Sassen, 1991) .
El conocimiento y familiaridad a nivel internacional de la ciudad, la
influencia y participación en eventos internacionales como grandes
reuniones deportivas, políticas o sociales, el hecho de ser centro de
una gran conurbación y poseer una gran población en el área metro-
politana, tener un aeropuerto que tenga un gran número de conexio-
nes aéreas con las grandes ciudades del mundo y un avanzado sistema
de transporte dentro de la ciudad y con otras ciudades, son algunos de
los criterios que forman parte de la realidad de ciudades globales,
sobre todo ciudades alfa globales. El impacto de la internacionalización
(inmigración o eventos culturales, económicos y políticos puntuales)
que atrae población foránea, de manera permanente o temporaria,
tiene consecuencias lingüísticas sobre los individuos que mantienen
sus identidades regionales (rioplatense, andina, gauchesca, caribeña,
amazónica), nacionales (argentina, uruguaya, chilena, venezolana),
étnicas (pueblos originarios, colonización europea, y/o inmigración),
además de sus identidades y afiliaciones internacionales (hispanismo,
lusofonía, francofonía) o globales (Panlanguages, World Englishes). Estas
son las tensiones entre identidades locales e identidades globales, que
se reflejan en los usos lingüísticos de los grandes centros urbanos hoy
día y en la vida cotidiana de millones de individuos del planeta (Mello,
7 8 9
2011 ; Couplan, 2012 ; Blomaert, 2010 ; Kachru, Kachru y Nelson,
10
2009 ).
Las clasificaciones que encontramos del español hablado en el
mundo no son excluyentes. Hablar de un español bonaerense o mon-
tevideano (en un ámbito local), o rioplatense (en un ámbito regional),
no invalida hablar de un español argentino o uruguayo (en un ámbi-
to nacional) o de hispanismo (en un ámbito internacional frente a
otras lenguas postcoloniales como inglés, portugués, francés) ni de
panhispanismo (en un ámbito global, referente a circulación de pro-
ductos relacionados a lógicas de mercados lingüísticos, como los edi-
6
Saskia Sassen, The global city: New York, London, Tokyo, Princeton, NJ, Princeton University
Press, 1991.
7
Heliana Mello, “Formação do português brasileiro sob a perspectiva da lingüística de
contato”, en Heliana Mello, Cléo Altenhofen y Tommaso Raso (eds.), Os contatos lingüísticos
no Brasil, Belo Horizonte, Editora UFMG, 2011, págs. 173-185.
8
Nikolas Couplan (ed.), The Handbook of Language and Globalization, Oxford, Blackwell,
2012.
9
Jan Blomaert, The Sociolinguistics of Globalization, Cambridge, Cambridge University
Press, 2010.
10
Bray Kachru, Yamuna Kachru y Cecil Nelson (eds.), The Handbook of World Englishes,
Oxford, Blackwell, 2009.
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toriales, musicales y cinematográficos, por ejemplo). Cada una de estas


clasificaciones establece un recorte específico. Al referirnos al español
rioplatense, estamos considerando en este trabajo la identidad regio-
nal que se establece en los quinientos años de historia colonial a partir
de los asentamientos urbanos supranacionales que se han realizado de
ambos lados de la cuenca del Río de la Plata.

2. LÉXICO Y VARIACIÓN

El léxico es un testigo de la historia de la lengua y registra los posi-


bles contactos lingüísticos y culturales de sus hablantes, forma parte de
procesos históricos de ocupación del territorio y de aproximaciones
sociales, culturales y políticas. Constituye lo que es culturalmente dis-
tintivo, como el vocabulario local referente a flora, fauna, tradiciones
religiosas, musicales y culinarias, así como a conocimientos y técnicas
11 12
compartidas por el grupo (Romaine, 2013 ; Petter, 2011 ).
13
Para tratar el léxico rioplatense, Fontanella (2004) presenta la clasi-
14
ficación de Moreno de Alba (1992 ), quien “determina que Buenos Aires
se agrupa con Santiago, Montevideo y Asunción en lo que sería una
región dialectal léxica” y que, “a su vez, dentro de esta región, Buenos
Aires constituye, un par estrechamente unido –el más cercano de toda
América– con Montevideo”. Entre los términos comunes a las cuatro capi-
tales mencionadas y exclusivos de ellas o compartidos por otras varieda-
des hispanoamericanas, se citan: carpeta, manicura, frazada, pala o palita,
lustrabotas, bocina, pomelo, pollera, vereda, discar, boletería y lapicera.
Además del importante caudal léxico procedente de taíno y del
15
náhuatl, para Fontanella (2004) predomina, en esta zona, el léxico
quechua, como en: cancha, chacra, choclo, mate, ojota, palta, pampa, poro-
to, papa, puma, quinua, chaucha, tambo y zapallo. Para Fontanella, la per-
tenencia a la región explica el predominio del influjo del quechua
sobre el náhuatl y el taíno en esta zona del español en América, lo que

11
Suzanne Romaine, “Contact and language death”, en Raymond Hickey (ed.), The
Handbook of Language Contact, Oxford, Blackwell, 2013, págs. 320-339; cita de pág. 326.
12
Margarida Petter, “A influencia das línguas africanas no português brasileiro”, en
Heliana Mello, Cléo Altenhofen y Tommaso Raso (eds.), Os contatos lingüísticos no Brasil, Belo
Horizonte, Editora UFMG, 2011, págs. 255-274; cita de pág. 266.
13
María Beatriz Fontanella de Weinberg, “El español bonaerense”, en María Beatriz
Fontanella de Weinberg (ed.), El español de Argentina y sus variedades regionales, Bahía Blanca,
Asociación Bernardino Rivadavia, 2004, págs. 45-73; cita de pág. 62.
14
José G. Moreno de Alba, El Español en América, México, Fondo de Cultura Económica,
1992, pág. 591.
15
Op. cit., págs. 62-63.
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puede observarse en la selección de términos como palta sobre agua-


cate (del náhuatl) o de choclo sobre elote. Sin embargo, sin duda, el cau-
dal léxico procedente del contacto con el guaraní es el más significati-
vo para la zona, aunque no lo haya mencionado Fontanella, no solo en
topónimos: Iguazú, Paraná, Uruguay, Paraguay, sino también en elemen-
tos de la flora y fauna locales: yaguareté, yacaré, ñandú, piraña, surubí,
tatú, coatí, ananá, guaraná, murucuyá, jacarandá, porongo, y su derivado
más vulgar poronga, o en léxico cotidiano: gurí, chiripá, maraca, tanga.
16
Fontanella (2004) recuerda que la existencia de población esclava
de origen africano en la región llega a casi un tercio de la población en
Buenos Aires, como lo demuestra el censo de 1778. Ese gran número de
esclavos se integraba en su mayoría a la vida familiar, a pesar de la dilu-
ción y de la invisibilidad de esa afrodescendencia en la historia argenti-
17
na (Secreto, en prensa a y b) . Entre las palabras de origen africano más
aceptadas, aunque no exclusivas de esa región, se encuentran según la
18
autora: mambo, conga, rumba, samba, banano o banana. Lipski (1994) des-
taca, además, batuque, candombe, milonga y mucama como léxico “afro-rio-
platense”. La forma nominal tía como forma de deferencia hacia los
mayores y el marcador conversacional ta, comunes al español del
Uruguay y al portugués de Brasil, aunque no se usen con la misma fre-
cuencia ni con la misma distribución de contextos, tendría un origen
común africano.
La mayoría de los datos encontrados en la bibliografía sobre variación
léxica se limita a la acumulación descontextualizada de unidades, sin
considerar colocaciones (combinaciones más frecuentes) y sus relacio-
nes asociativas o variantes significativas en función del registro, del domi-
nio o tipo de discurso o del género textual. El análisis del léxico regional
descrito se restringe al nivel de la palabra, sin considerar la dimensión
discursiva ni cognitiva del léxico, según la cual no almacenamos las pala-
bras en la cognición de manera aislada sino que las organizamos en
redes asociativas que se basan en un sistema fluido y dinámico (Gómez
19
Molina, 2004) . Desde un punto de vista cognitivo y discursivo, la canti-

16
Idem, págs. 170, 241.
17
María Verónica Secreto, “Algunas observaciones sobre el cambio de código alemán-
español en la comunidad alemana del Volga”, trabajo presentado en Hispanismo: Limites incer-
tos (Niterói, UFF, 18/10/2011), en prensa a y “Justiça na desigualdade: ações de liberdade,
papéis de venda e justo preço Rio da Prata 1776-1815”, trabajo presentado en Segundas Jornadas
de Estudios Afroamericanos del Grupo de Estudios Afroamericanos (Buenos Aires, GEALA,
29/10/2011), en prensa b.
18
John Lipski, El Español de América, Madrid, Cátedra, 1994 [trad. Silvia Iglesias Recuero],
págs. 143-144.
19
José Ramón Gómez Molina, “La subcompetencia léxico-semántica”, en Vademécum para
la formación de profesores: enseñar español como segunda lengua (L2)/lengua extranjera (LE),
Madrid, SGEL, 2004, págs. 491-510; cita de pág. 491.
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dad de asociaciones de cada palabra es variable y está en constante modi-


ficación, motivada por las nuevas informaciones que entran y que pue-
den modificar la información existente o establecer relaciones distintas.
Nos parece, por lo tanto, que en la descripción del léxico rioplatense
y su variación faltan estudios que consideren elementos de frecuencia y
colocación desde el punto de vista discursivo. Sin embargo, hay proyectos
en construcción, con equipos internacionales, como el proyecto Varilex,
Variación léxica del español en el mundo, coordinados desde Tokio por
Hueda, Tagakaki y Tinoco. Las listas de palabras que encontramos no
contemplan la variación semántica en función de enunciados, actos de
habla o tipos de texto. Asimismo, desde el punto de vista de la historia
20
social de los pueblos y sus relaciones ecolingüísticas (Mufwene, 2001) ,
faltan estudios que consideren los elementos económicos y sociales que
causaron la entrada de este léxico, considerando datos demográficos,
movimientos migratorios e interacciones. Faltaría relacionar más la emer-
gencia de sociedades multiculturales y el léxico, ante la experiencia de
conquista de nuevos territorios, considerando las prácticas lingüísticas y
los contextos sociales que determinaron pérdidas y ganancias en las varie-
dades lingüísticas resultantes de los contactos entre pueblos y lenguas.

3. FONÉTICA Y FONOLOGÍA
3.1. Variación segmental

La variación fonético-fonológica es sin duda uno de los niveles más


estudiados en la sociolingüística del español, juntamente con los casos
de variación sintáctica. A nivel segmental, los fenómenos fonológicos
de seseo y yeísmo son los más emblemáticos en la distinción de acentos
dialectales. Y a nivel fonético, la realización aspirada y la elisión del
fonema /s/, además de la variación en la realización de las oclusivas
–particularmente de la serie sonora /b d g/– están entre los dos fenó-
menos sociolingüísticos mejor descritos.
El español rioplatense es una variedad seseante, o sea, neutraliza la
oposición castellana /s/ x /θ/. El fonema resultante /s/ se realiza
21
como una “sibilante dorso dento-alveolar” (Fontanella, 2004) .
Igualmente, se trata de una variedad yeísta, o sea, que neutraliza la
oposición / λ / x / j /, siendo que el fonema resultante se realiza como
un sonido rehilado sonoro [Z] que se ha venido señalando como
22
sordo[S] en Buenos Aires desde 1930 (Fontanella, 2004) . La variación
20
Salikoko S. Mufwene, The Ecology of Language Evolution, Cambridge, Cambridge
University Press, 2001.
21
Op. cit., pág. 47.
22
Idem, pág. 48.
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entre este sonido rehilado sonoro o sordo se distribuye generacional-


mente de forma más conservadora en Montevideo que en Buenos
Aires, aunque la tendencia en las dos capitales sea hoy día a la realiza-
ción sorda.
23
Silva Corvalán (2001) señala dos estudios sociolingüísticos funda-
mentales para el rehilamiento del yeísmo argentino, el de Fontanella
24 25
(1979) y el de Wolf y Jiménez (1979) .
En su estudio de 1979, Fontanella presenta seis posibles realizaciones
para el fonema /Z/ en el Gran Buenos Aires: a) prepalatal, fricativa,
sonora, en sus realizaciones rehilada ensordecida y sorda y b) prepalatal
africada en sus realizaciones sonora, ensordecida y sorda. Este estudio y
26
también el de Wolf y Jiménez (1979) coinciden en que el ensordeci-
miento es un fenómeno relativamente reciente y en rápido avance. El
estudio de Fontanella, que consideró las variables edad, sexo y nivel edu-
cativo revela que en el grupo de mayores de 50 años, hay bajos porcen-
tajes de ensordecimiento, en el grupo de edad media (35 a 49 años) se
observa el ensordecimiento básicamente entre las mujeres y en el grupo
de 18 a 34 años, ya no se nota diferencia significativa entre hombres y
mujeres y hay un promedio de alrededor de 60% de ensordecimiento.
27
Barrios (2002b) “detecta la misma tendencia al ensordecimiento
en hablantes jóvenes, hombres y mujeres, de Montevideo” (Elizaincín,
28 29
2008) . Asimismo, Thun y Elizaincín (2000) , considerando la totali-
dad del territorio uruguayo, comprueban en el Atlas lingüístico, diatópi-
co y diastrático del Uruguay, “el avance de la innovación (es decir, ensor-
decimiento) en hablantes mujeres, y la perduración de la variante con-
servadora (es decir, sonora) en hablantes hombres en algunas zonas
30
especialmente delimitadas” (Elizaincín, 2008) .
Si bien dichos fenómenos fonológicos de variación segmental no
tienen connotaciones diastrácticas sino más bien diatópicas, los fenó-
23
Carmen Silva-Corvalán, Sociolingüistica y pragmática del español, Washington, Georgetown
University Press (Georgetown Studies in Spanish Linguistics series; Spanish Edition), 2001, pág. 262.
24
María Beatriz Fontanella de Weinberg, Dinámica social de un cambio lingüístico, México,
UNAM, 1979.
25
Clara Wolf y Elena Jiménez, “El ensordecimiento del yeismo porteño, un cambio fono-
lógico en marcha”, en Ana María Barrenechea et al. (eds.), Estudios lingüísticos y dialectológi-
cos, Buenos Aires, Hachette, 1979, apud María Beatriz Fontanella, 1992, pág. 185.
26
Idem.
27
Graciela Barrios, “El ensordecimiento del fonema palatal /?/”, en Graciela Barrios y
Virginia Orlando (eds.), Marcadores sociales en el lenguaje. Estudios sobre el español hablado en
Montevideo, Montevideo, Gráficos del Sur, págs. 29-41.
28
Adolfo Elizaincín, “Uruguay”, en Azucena Palacios (ed.), El español en América. Contactos
lingüísticos en Hispanoamérica, Barcelona, Ariel Letras, 2008, págs. 301-319; cita pág. 305.
29
Harald Thun y Adolfo Elizaincín, Atlas lingüístico, diatópico y diastrático del Uruguay, 2
vols., Kiel, Westensee Verlag, 2000, apud Adolfo Elizaincín, 2008, pág. 319.
30
Op. cit., pág. 305.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 169

menos fonéticos de variación segmental, popularmente conocidos


como comerse la ese o comerse la de, sí tienen connotaciones socioeduca-
cionales y distinguen a hablantes de variedades con más o menos pres-
tigio social, siendo que algunas realizaciones o contextos se consideran
más estigmatizadas que otras.
La realización variable del fonema /s/ en el español rioplatense
depende sobre todo de tres factores: la escolaridad, el registro más o
menos formal y el contexto segmental subsecuente (consonante, vocal o
31
pausa). En general, los estudios de Barrios (2002) , Colantoni y Kochetov
32 33 34 35
(2011) , Donni (1989) , Fontanella (1973) , Terrell (1978) parecen
coincidir que en Buenos Aires, Rosario, La Plata, Bahía Blanca y
Montevideo, hablantes con educación universitaria o nivel sociocultural
alto tienden a la realización aspirada de /s/ delante de consonante; la
aspiración es muy rara delante de vocal o pausa, contexto en el que pre-
domina la realización plena en oposición a las variedades más populares.
La aspiración o elisión del fonema /s/ seguido de vocal o pausa se consi-
dera una variante más estigmatizada o popular en esta variedad geolectal.
Los fonemas /b d g/ en el español rioplatense en posición intervo-
cálica se realizan dentro de un continuum de sonidos: oclusivos sordos
[p t k], sonoros [b d g], fricativos [β ð F ], aproximantes [w j] o, inclu-
sive, elisión (cero fonético Ø). La articulación más o menos tensa varía
según factores sociales, factores pragmáticos informativos o expresivos
y factores contextuales (posición intervocálica, tonicidad, sonoridad).
Más escolaridad, más distancia interpersonal, un débito más lento
(velocidad de habla, número de sílabas por segundo) favorecen reali-
zaciones más tensas. Contextos pragmáticos con más peso informativo
(foco, tópico, énfasis) o con más afectividad negativa, favorecen las rea-
lizaciones más tensas. Así, enunciados con actitudes emocionales nega-
tivas (ira, desprecio), tienden a realizaciones más ensordecidas; idiota
[i ‘d••jo ta] mientras que enunciados con actitudes emocionales posi-
tivas (amor, cariño, baby talk) favorecen las realizaciones más vocaliza-
das o elididas mi bebé [mi we ‘we]. Las realizaciones en contextos inter-

31
Obras citadas.
32
Laura Colantoni y Alexei Kochetov, “Weakening and Assimilation: An Electropalato-
graphic Study of Coda /s/ in Argentine Spanish”, trabajo presentado en Actas del 41st
Linguistic Symposium on Romance Languages, Ottawa, University of Ottawa, 2011.
33
Nélida Donni, “El segmento fonológico /s/ en el español de Rosario (Argentina)”,
Lingüística Española Actual, 11 (Madrid, Arco/Libros, 1989), págs. 89-115.
34
María Beatriz Fontanella de Weinberg, “Comportamiento de -s de hablantes femeninos
y masculinos del español bonaerense”, Romance Philology, 27 (Los Angeles, UCLA, 1973),
págs. 50-58.
35
Tracy Terrell, “La aspiración y elisión de /s/ en el español porteño”, Anuario de Letras,
16 (México D. F., UNAM, 1978), págs. 41-66, apud María Beatriz Fontanella de Weinberg,
1992, pág. 136.
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170 EA 98/2012

vocálicos, átonos o seguidos de segmentos consonánticos sonoros (ad-


vertir, hablar, cognición) favorecen una articulación menos tensa, ex-
cepto cuando están precedidos de sonidos nasales (ambos, donde, ángu-
36
lo). Según Lipski (1994) , las consonantes intervocálicas y particular-
mente el fonema /d/ tienden menos a la elisión en Montevideo y
Buenos Aires en contextos intervocálicos que en Santiago y Asunción,
salvo entre los estratos socioeconómicos más bajos, como lo demuestra
la representación literaria o musical del habla gauchesca, sobre todo
con el sufijo -ado: “Sosegao vivía en mi rancho / como el pájaro en su
nido, / allí mis hijos queridos / iban creciendo a mi lao... / sólo queda
al desgraciao / lamentar el bien perdido” [José Hernández, 1872, Martín
Fierro].

3.2. Variación prosódica

Los estudios sociolingüísticos de la entonación del español parten


37
del trabajo pionero de Sosa (1999) , en el que se postulan parámetros
fonológicos de variación dialectal de la entonación en español, sobre
todo en enunciados interrogativos, en cuyo núcleo, acento final, esta-
ría la carga melódica más importante de la variación dialectal. Sosa es
el primero en utilizar el modelo métrico autosegmental (H para tono
alto y L para tono bajo) para la descripción de las curvas melódicas de
distintos tipos de enunciados en distintas variedades dialectales. A las
notaciones de los dos tonos (alto H y bajo L) se le suman la notación
para sílaba tónica (*) y para tono de frontera (%), fin de enunciado.
Los estudios de la entonación rioplatense se han realizado por dis-
tintos equipos y nacionalidades; a pesar de las diferencias de notación,
en la pregunta o petición de información, los resultados más frecuen-
tes son los de un tonema con una pretónica baja (L), una tónica alta
(ascendente H*) y una postónica más alta (H), seguida de un tono de
frontera ascendente (H%) o, lo más frecuente en nuestros datos, des-
cendente (L%), como se muestra en la ilustración siguiente (Figuei-
38
redo, 2011) :

36
Op. cit., pág. 190.
37
Juan Manuel Sosa, La entonación del español, Madrid, Cátedra, 1999.
38
Natalia Figueiredo, “Análise da entoação em atitudes proposicionais de enunciados
assertivos e interrogativos totais do español argentino nas variedades de Buenos Aires e
Córdoba” (monografía de Máster en Letras Neolatinas), Universidade Federal do Rio de
Janeiro, Rio de Janeiro, 2011, pág. 92. <http://www.letras.ufrj.br/pgneolatinas/media/ban-
coteses/nataliafigueiredomestrado.pdf> [Fecha de consulta: 17/03/2013].
07_Correa_y_Rebollo.qxd 22/10/13 12:30 Página 171

SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 171

500 ba
Pich (Hz) la
ce
ce
Mar na
300

200

0
0 1.615
Time(s)

Figura 1. Pregunta: “¿Marcela cenaba?” en juego de roles.


Mujer, 25 años, Buenos Aires. Tonema: L+H* HL%

El contorno melódico más frecuente es el que presentamos y


describimos a continuación, ilustrándolo a partir de datos de dos
mujeres jóvenes, una de Buenos Aires y otra de Montevideo, que
realizan el acento nuclear L+H*HL%.

500

400

300

200
Pich (Hz)

100

0
Marcela Cenaba

mar ‘ce la ce ‘na ba

L+>H* L+>H* HL%

Figura 2. Pregunta: “¿Marcela cenaba?” Mujer, 25 años,


Buenos Aires. Tonema: L+H*HL%.
07_Correa_y_Rebollo.qxd 22/10/13 12:30 Página 172

172 EA 98/2012

500
400

300

200
Pich (Hz)

100

0
Marcela Cenaba

mar ‘ce la ce ‘na ba

L+>H* L+>H* HL%

Figura 3. Pregunta: “¿Marcela cenaba?” Mujer 24 años,


Montevideo. Tonema: L+H*HL%.

Ese tonema de pregunta se repite en peticiones corteses, pero esta


vez con el pretonema más alto que el tonema, lo que no altera la curva
fonológica de la pregunta, ni en Buenos Aires, ni en Montevideo, cuyo
tonema permanece: L+H*HL%. Las diferencias segmentales o el
número de sílabas tampoco alteran la implementación de este tonema
fonológico, en el sentido que distingue enunciados. En enunciados
más cortos (menos sílabas) el tonema está comprimido en el tiempo,
pero es reconocible. Ese pico de F0 sobre la primera parte del enun-
ciado, la primera tónica de la petición, más alto que el pico final del
tonema, podría ser la marca de cortesía (Rebollo, Sá y Figueiredo,
39
2010 ) que atenúa la solicitud:
500

400

300

200
Pich (Hz)

100

0
me trae un cerveza

me ‘tra e una cer ‘ve za

L+>H* L+>H* HL%

Figura 4. Petición cortés: “¿Me trae una cerveza?”. Mujer, 25 años,


Buenos Aires. Tonema: L+H*HL%.
39
Leticia Rebollo Couto, Priscila de Sá y Natalia Figueiredo, “Actitudes lingüísticas y ento-
nación: acentos tonales y enunciados interrogativos en el español de Buenos Aires y
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 173

500
400

300
Pich (Hz) 200

100

0
me trae hielo

me ‘tra e ‘hie lo

L+>H* L+>H* HL%

Figura 5. Petición cortés: “¿Me trae hielo?”. Mujer, 24 años,


Montevideo. Tonema: L+H*HL%.

Las preguntas rioplatenses, absolutas, son enunciados interrogati-


vos ya descritos, desde el punto de vista de la entonación por varios
estudios. Además del tonema circunflejo L+H*HL% descrito en las
figuras 4 y 5, también se encuentran tonemas ascendentes, L+H*
40
HH%, como en los trabajos de Barjam (2004) , Toledo y Gurlekian
41 42 43
(2009) , Gurlekian (2010a y 2010b) , Lee (2010) y Gabriel et al.
44
(2010) para el español de Buenos Aires, o en el trabajo de Dos Santos

Montevideo”, trabajo presentado en el II Coloquio de cambio y variación lingüística: Argumentos


cuantitativos y argumentos cualitativos en sociolingüística (México, D. F., El Colegio de México,
04/10/2010), en prensa.
40
John Patrick Barjam, “The Intonational Phonology of Porteño Spanish” (monografía
de Máster en Lingüística), University of California at Los Angeles, Los Angeles, 2004.
41
Guillermo Toledo y Jorge Gurlekian, “Amper-Argentina: tonemas en oraciones inte-
rrogativas absolutas”, Estudios de Fonética Experimental, 18 (Barcelona, Universitat de
Barcelona, 2009), págs. 401-415, <www.ub.edu/labfon/publi.htm> [Fecha de consulta:
17/03/2013].
42
Jorge Gurlekian, Hansjörg Mixdorff, Diego Evin, Humberto Torres y Hartmut
Pfitzinger, “Alignment of F0 model parameters with final and non-final accents in
Argentinean Spanish”, en Proceedings of Speech Prosody 2010, Chicago, 2010a <http://www.spe-
echprosody2010.illinois.edu/papers/100131.pdf> [Fecha de consulta: 17/03/2013] y
“Accent command model parameter alignment in Argentine Spanish absolute
Interrogatives”, en Electronic Speech Signal Processing 2010, Berlin, 2010b, págs. 77-93.
43
Su-Ar Lee, “The Intonation of Yes/No Questions in Buenos Aires” (monografía de cali-
ficación para Tesis de doctorado en Filosofía), Ohio, Ohio State University, 2010
<http://www.spp.osu.edu/studentinfo/grads/dissertations.cfm> [Fecha de consulta:
17/03/2013].
44
Christoph Gabriel, Ingo Feldhausen, Andrea Peskova, Laura Colantoni, Su-Ar Lee,
Valeria Arana y Leopoldo Labastía, “Argentinian Spanish Intonation”, en Pilar Prieto y Paolo
Roseano (eds.), Transcription of Intonation of the Spanish Language, München, Lincom Europa,
2010, págs. 285-317 <http://prosodia.upf.edu/home/arxiu/publicacions/prieto/transcrip-
tion_intonation_spanish.php> [Fecha de consulta: 17/03/2013].
07_Correa_y_Rebollo.qxd 22/10/13 12:30 Página 174

174 EA 98/2012

45
(2012) para la variedad de Montevideo. Aunque no todos estos auto-
res sigan el mismo criterio de notación coinciden que la tónica es más
alta que la pretónica, que el pico del enunciado está en la postónica,
seguida de un tono de frontera bajo.
46
Dos Santos (2012) trabaja con datos de habla espontánea y com-
para la entonación de interrogativas absolutas de Montevideo y la ento-
nación de interrogativas absolutas en Rivera. Los datos parecen señalar
que, mientras en Montevideo el pico del tonema está siempre en la
postónica, en Rivera el pico del tonema se encuentra con frecuencia en
la sílaba tónica, lo que podría marcar una diferencia en la entonación
entre el habla de Montevideo y la variedad fronteriza de Rivera.
Para los estudios de variación dialectal de la entonación, el proyec-
to en construcción Atlas interactivo de la entonación del español ya dispo-
47
ne de datos sobre Argentina (Prieto, 2013 ) y resultados de investiga-
48
ción (Gabriel et al., 2010) , anotados según el modelo Sp-ToBi (Estebas
49 50
Vilaplana y Prieto, 2008 ; Prieto, 2003 ).
Pasemos ahora a algunos estudios de variación sintáctica y discursi-
va relacionados a estructura informativa y a usos de tiempos verbales
en el español rioplatense.

4. VARIACIÓN, SINTAXIS Y DISCURSO

4.1. Orden de palabras y funciones informativas


51
Ocampo (1989) , en un estudio en el que describe datos del espa-
ñol rioplatense, muestra que el orden de palabras depende de funcio-
52
nes informativas y del estatus informativo (Prince, 1981) de los refe-

45
Glaucia Felismino dos Santos, “Análise interlinguística da entoação e da duração em
variedades de contato e de não contato do español do Uruguai e do português do sul do
Brasil” (tesis de Doctorado en Letras Neolatinas), Universidade Federal do Rio de Janeiro,
Rio de Janeiro, 2012.
46
Idem.
47
Pilar Prieto (ed.), Atlas interactivo de la entonación del español <http://prosodia.upf.edu/
atlasentonacion/presentacio/presentacio2.html> [Fecha de consulta: 17/03/2013].
48
Op. cit.
49
Eva Estebas Vilaplana y Pilar Prieto Vives, “La notación prosódica del español: una revi-
sión del Sp_ToBI”, Estudios de Fonética Experimental, 17 (Barcelona, Universitat de Barcelona,
2008), págs. 263-283, <www.ub.edu/labfon/publi.htm> [Fecha de consulta: 17/03/2013].
50
Pilar Prieto (ed.), Teorías de la entonación, Barcelona, Ariel, 2003.
51
Francisco Ocampo, “The pragmatics of word order in spoken rioplatense Spanish”
(Tesis de Doctorado), University of Southern California, Los Angeles, 1989, págs. 171-172.
52
Ellen Prince, “Toward a taxonomy of given-new information” en Peter Cole (ed.),
Radical pragmatics, New York, Academic Press, 1981, págs. 223-255.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 175

rentes presentes en un enunciado. Así, en contextos considerados como


pragmáticamente no marcados, en los que toda la sentencia es infor-
mación nueva, los sujetos tienden a ocupar la posición preverbal.
Por otro lado, en sentencias con verbos de existencia y aparición, hay
una importante variación entre los órdenes VS y SV. Los sujetos aparecen
en posición posverbal en 60% de los casos Apareció Juan o Llegó la policía,
frente a 40% de casos de sujetos en posición preverbal: Juan apareció o La
53
policía llegó. Sin embargo, como observa Silva-Corvalán (1993) , el orden
de palabras en ese tipo de construcción monoargumental depende estric-
tamente, una vez más, del estatus informativo del referente, ya que, como
54
lo señala la autora, en los datos de Ocampo (1989) , si el referente es evo-
cado o viejo, este es preverbal en el 96% de los datos y si es nuevo, apare-
ce en posición posverbal en el 97% de los casos.
Otros dos ámbitos de estudio en los que intervienen las funciones
informativas son el de las pasivas y el de la expresión/elisión de pro-
nombres sujetos.
En un estudio sociolingüístico comparado sobre las tasas de expre-
sión/elisión de pronombres sujetos en San Juan de Puerto Rico,
55
Buenos Aires y Madrid, Morales (1999) obtuvo los siguientes resulta-
dos: San Juan: 54% de realización de yo/tú y 35% de realización de
él/ella; Buenos Aires: 30% de realización de yo/tú y 18% de realización
de él/ella y Madrid: 28% de realización de yo/tú y 8% de realización de
él/ella. Dichos resultados muestran que los hablantes de San Juan rea-
lizan los pronombres sujetos más frecuentemente que los de Buenos
Aires y estos más que los de Madrid. En un estudio similar, sobre las
mismas capitales, con datos del Macrocorpus de la norma lingüística culta
56
de las principales ciudades de España y América, Soares da Silva (2011)
57
confirma los hallazgos de Morales (1999) , con los siguientes resulta-
dos totales para cada capital: San Juan exhibió una tasa de 59% de suje-
tos elididos, Buenos Aires, el 68% y Madrid, el 76%. Así, los resultados
58 59
de Morales (1999) y de Soares da Silva (2011) ubican la variedad
53
Carmen Silva-Corvalán, “On the permeability of grammars”, William J. Ashby,
Marianne Mithun, Giorgio Perissinotto y Eduardo Raposo (eds.), Linguistic Perspectives on the
Romance Languages: Selected Papers from the 21st Linguistic Symposium on Romance Languages
(LSRL XXI), Amsterdam/Philadelphia, John Benjamins, 1993, pág. 28.
54
Op. cit.
55
Amparo Morales, “Anteposición del sujeto en el español del Caribe”, en: LUIS ORTIZ
LÓPEZ, El Caribe hispánico: perspectivas lingüísticas actuales, Frankfurt/Madrid, Vervuert/
Iberoamericana, 1999.
56
Humberto Soares da Silva, “Evidências da mudança paramétrica em dados da língua-
E: o sujeito pronominal no português e no espanhol” (Tesis de Doctorado en Letras
Vernáculas), Universidade Federal do Rio de Janeiro, 2011, pág. 98.
57
Op. cit.
58
Idem.
59
Op. cit.
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176 EA 98/2012

culta hablada en Buenos Aires en el medio del continuum entre una


mayor tasa de elisión del sujeto (Madrid) y una mayor tasa de expre-
sión del pronombre sujeto (San Juan de Puerto Rico), lo que puede
sugerir que en esta última variedad el pronombre sujeto no vehicula
necesariamente funciones informativas.
Con respecto al uso de las construcciones pasivas, que aparecen vin-
culadas a estrategias tales como omisión del agente o tematización del
60
paciente (Barbeito y Miñones 2002) , el español rioplatense dispone
de pocos estudios detallados. Uno de los principales es el de
61
Barrenechea y Manacorda (1979) , con base a datos del corpus socio-
lingüístico de español oral de nivel culto de la ciudad de Buenos Aires
(también publicado posteriormente en 1987). En este estudio, se com-
prueba el carácter marcado de la voz pasiva con la baja frecuencia que
exhiben (el 2,18% de los casos totales). Dichas construcciones, a su
vez, se subdividen en pasivas reflejas (la mayoría de los casos, 72%) y
sintácticas (27%).

4.2. Clíticos duplicados y funciones informativas


62
Fernández Soriano (1999) presenta el doblado por clítico de
objetos directos no pronominales como muestra de variación del dia-
lecto hablado en la zona del Río de la Plata. “Este dialecto contrasta
con la variedad estándar del español en permitir el doblado de obje-
tos directos mediante el clítico acusativo lo/la (dado que se trata de
una variedad no leísta). En la variedad rioplatense son habituales
estructuras como: a) lo vimos a Juan; b) la encontré a mi hija. En varios
estudios sobre el tema se ha visto una generalización detrás de este
fenómeno según la cual el doblado se produce únicamente si el obje-
to canónico va precedido de a.
63
Para Ordóñez (2012) , los dialectos del español difieren según las

60
Vanina Barbeito y Laura Miñones, “Rasgos del paciente en las construcciones pasivas
con se”, en Magdalena Viramonte de Avalos (ed.), Actas del IX Congreso de la Sociedad Argentina
de Lingüística [CD-ROM], 2003.
61
Ana María Barrenechea y Mabel Viviana Manacorda de Rosetti, “La voz pasiva en el
español hablado en Buenos Aires”, en Estudios lingüísticos y dialectológicos, Buenos Aires,
Hachette, 1979, págs. 61-72.
62
Olga Fernández Soriano, “El pronombre personal. Formas y distribuciones.
Pronombres átonos y tópicos”, en Ignacio Bosque y Violeta Demonte (dirs.), Gramática
descriptiva de la Lengua Española, Madrid, Espasa-Calpe, 1999, cap. 19, págs. 1209-1273; cita de
1251-1253.
63
Francisco Ordóñez, “Clitics in Spanish”, en José Ignacio Hualde, Antxon Olarrea y Erin
O’Rourke (eds.), The Handbook of Hispanic Linguistics, Oxford, Blackwell, 2012, págs. 423-451;
cita de págs. 440-443.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 177

distintas posibilidades de duplicar un complemento directo. La varie-


dad rioplatense, así como algunas variedades andinas, presentan un
doblado opcional de complementos animados o específicos, como en:
64
(1) La vi a Mafalda (ejemplo de Ordóñez, 2012: 423-451 ).

65
Groppi (1997: 169) , al analizar el doblado de clíticos en el español
de Montevideo, destaca que “los textos que sancionan como superfluos
o redundantes estas duplicaciones ignoran que, desde el punto de vista
de la forma en que el hablante maneja la información, esas duplica-
ciones no solo no son superfluas sino imprescindibles, como resulta
del contraste entre los enunciados con y sin duplicación”.
Efectivamente, “la estrategia de usar un clítico acusativo correfe-
rencial con un complemento directo posverbal es considerada redun-
66
dante por la Real Academia en 1979” (Silva-Corvalán, 2001: 183) ,
como en los ejemplos:
(2) Yo la quería mucho a la señora María. Yo no le decía nunca suegra.
(3) Y yo lo encontraba un poco latoso el Quijote en ese tiempo. (ejemplos
67
de Silva-Corvalán 2001: 183) .

68
Silva-Corvalán (2001) demuestra en (3) que el doblado no se res-
tringe a SSNN encabezados por a, sino que pueden tener otras confi-
guraciones sintácticas. Además, para esta autora, aunque el clítico
duplicado sea referencialmente redundante, se justifica en la conver-
sación como una manera de facilitar el seguimiento de referentes topi-
cales que no son el sujeto gramatical. Así pues, el clítico acusativo
correferencial, con un complemento directo posverbal, ocurre más fre-
cuentemente cuando es humano y definido. A partir de este análisis
sociolingüístico y pragmático, Silva-Corvalán recuerda que aunque esta
estrategia del clítico correferencial sea frecuente en el Cono Sur,
donde ha sido estudiada cuantitativamente, se produce en numerosas
variedades del español, incluso en datos que ella misma ha recogido en
Madrid con ejemplos producidos por individuos de nivel sociocultural
medioalto. El clítico de acusativo duplicado se observa en numerosas
69
variedades del español oral y para Silva-Corvalán (2011) se trata de
una estrategia controlada principalmente por factores lingüístico-

64
Idem, pág. 441.
65
Mirta Groppi, “Pronombres clíticos en el español de Montevideo”, Pragmalingüística, 5-
6 (Cádiz, Universidad de Cádiz, 1997-1998), págs. 153-172.
66
Op. cit., pág. 183.
67
Loc. cit.
68
Idem.
69
Loc. cit.
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178 EA 98/2012

semántico-discursivos, de los cuales “desafortunadamente nada se puede


decir del status sociolingüístico de esa variable, ya que no se ha estudia-
do según factores sociales y estilísticos”.

4.3. Tiempos verbales: pretéritos, subjuntivo y condicional

La variación de los tiempos verbales es uno de los temas clásicos de


la gramática y de la dialectología que se han retomado con estudios
sociolingüísticos. En este apartado, seleccionamos tres tipos de datos
temporales cuya variación está descrita para el español rioplatense: la
oposición entre canté x he cantado; cantara x cantase y cantara x cantaría.
70
Según Blas Arroyo (2005: 116) , la alternancia entre las formas
canté y he cantado (pretérito compuesto y pretérito simple), es objeto de
atención “con anterioridad a la aparición de la sociolingüística varia-
cionista”, por parte de gramáticos:
Desde el punto gramatical se afirma que la forma he cantado expresa acciones
o estados pertenecientes al pasado, pero que de alguna forma se hallan rela-
cionados con el presente del habla. Relación esta que, por el contrario, esta-
ría ausente en la forma canté. El problema es, como señala acertadamente
Moreno de Alba (1997: 619) que no siempre resulta sencillo explicar ‘en qué
consiste esa relación con el presente’.

71
Blas Arroyo (2005) no niega que dicha oposición se mantenga en
algunos casos, pero señala que en otros casos “parece darse una amplia
especialización dialectal entre ambas formas”; algunas áreas dialectales
refieren el pretérito perfecto (centro y norte de España y área andina)
y otras, el simple (mayor parte de Hispanoamérica, Canarias y Galicia).
Esta preferencia por una de las dos formas actúa como una especie de
marcador regional y ha llevado a algunos lingüistas a concluir que la
oposición canté x he cantado y las diferencias aspectuales y temporales
entre ambas parecen sencillamente neutralizadas en algunas varieda-
des del español. La variación entre ambas formas estaría, en estos
72
casos, condicionada (Santos, 2009: 174-193 ) por factores pragmáticos
(como distancia interpersonal) o discursivos (tradiciones discursivas y
géneros textuales).

70
José Luis Blas Arroyo, Sociolingüística del español, Madrid, Cátedra, 2005.
71
Idem.
72
Cíntia Ferreira dos Santos, “Variação e mudança lingüística dos pretéritos simples e com-
posto, uma perspectiva sociolingüística e discursiva: amostras de Madrid, Cidade do México e
Buenos Aires” (monografía de Máster en Letras Neolatinas), Universidade Federal do Rio de
Janeiro, Rio de Janeiro, 2009, págs.. 174-193. <http://www.letras.ufrj.br/pgneolatinas/media/
bancoteses/cintiaferreiradossantosmestrado.pdf> [Fecha de consulta: 17/03/2013].
07_Correa_y_Rebollo.qxd 22/10/13 12:30 Página 179

SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 179

73
Ferrer y Sánchez Lanza (2000a, 2000b) , en un estudio basado en
conversaciones informales espontáneas y semidirigidas con hablantes
de nivel alto de español rioplatense constatan un avance en cuanto a la
preferencia del uso del perfecto simple sobre el compuesto.
Para el pretérito imperfecto de subjuntivo (cantara x cantase),
74
Nowikov (2004) analiza la frecuencia de uso de las variantes -ra /-se en
la prensa de seis países de habla hispana, entre ellos Argentina, y obser-
va que en los datos referentes a este país predominó la forma -ra a la
forma -se. Entre los 484 datos totales de imperfecto de subjuntivo, 398
(82%) presentaban -ra y 86 (18%), -se. Asimismo, Ferrer y Sánchez
75
Lanza (2000a) no distinguen en su estudio sociolinguístico sobre la
variedad rosarina la forma -ra de la forma -se porque esta última apa-
rece solo ocho veces en el sociolecto alto y una en el medio sobre un
total de 499 datos, recolectados a partir de un cuestionario que se apli-
có a 54 informantes a los que se agrupó por generación, sexo y niveles
socioculturales. Estos datos comprueban las observaciones de Kany
76
(1976) , quien “anota la preferencia de esta forma en la mayoría de los
países hispanoamericanos (Costa Rica, México, Bolivia, Chile y
Argentina), a tal punto que parece haber desalojado la forma -se en el
español coloquial”.
En cuanto a la variación del condicional, Ferrer y Sánchez Lanza
77
(2000a) presentan, también en el español rosarino, datos variables
referentes al uso de las correlaciones temporales -ra/-ría (cantara x can-
taría) y -ría/-ría (cantaría x cantaría). La variante -ra/-ría predomina
ampliamente en los tres sociolectos con un uso mayor en el nivel alto,
uso que decrece hacia los niveles medio y bajo, como en:
78
(5) Si tuviera plata me iría a otro país (Ferrer y Sánchez Lanza, 2000a ).

La combinación -ría/-ría, en cambio, aparece con una distribución


de ocurrencias que va disminuyendo a la inversa, es decir, desde el
nivel bajo hacia el alto, siendo además favorecida por el habla de hom-
bres y por las generaciones joven e intermedia:

73
María Cristina Ferrer y Carmen Sánchez Lanza, Discurso coloquial: el verbo, Rosario,
Universidad Nacional de Rosario, 2000a, págs. 92-101 y “Reflexiones sobre el uso de algunas
formas verbales”, Lingüística en el aula, 4 (Córdoba, UNC), 2000b, págs. 47-51; cita de pág.
48.
74
Wiaczeslaw Nowikov, “El valor doble de la forma en -se en el español peninsular y ame-
ricano”, Ibero-americana Pragensia, 18 (Praga, 1984), págs. 199-221, apud José Luis Blas Arroyo,
2005, pág. 734.
75
Op. cit., pág. 108.
76
Charles Kany, Sintaxis hispanoamericana, Madrid, Gredos, 1976, págs. 221-223.
77
Op. cit., pág. 109.
78
Idem, pág. 73.
07_Correa_y_Rebollo.qxd 22/10/13 12:30 Página 180

180 EA 98/2012

(6) Lo compraría si sabría que me va a resultar útil (Ferrer y Sánchez Lanza,


79
2000a: 49) .

80
Lavandera (1984) había observado datos de ese mismo tipo en un
análisis sociolingüístico sobre el español hablado en Buenos Aires:
(7) Si yo tuviera dinero y podría comprar una casa, sería feliz (Lavandera,
81
1984) .

Sin embargo, Lavandera comenta la posibilidad de que la forma


verbal tendría se entienda, en el ejemplo (6), sea como condición, sea
como consecuencia de tener dinero. A la primera interpretación (condi-
ción) la favorece el hecho de que podría estar coordinado con tuviera
en la prótasis, lo que supone una equivalencia entre las dos formas; a
la segunda interpretación (consecuencia) la favorece el hecho de que
tanto podría como el verbo de la apódosis sería están en condicional.

5. VARIACIÓN SOCIOPRAGMÁTICA Y CONVERSACIONAL


5.1. Formas de tratamiento
82
Según Fontanella (1999) , las formas de tratamiento se pueden
estudiar a partir de tres sistemas “que se encuentran relacionados de
forma muy estrecha” en cada variedad linguística: el sistema pronomi-
83
nal, el sistema verbal y el sistema nominal. Para Fontanella (1999) , el
sistema verbo-pronominal de las formas de tratamiento para la segun-
da persona del discurso “constituye, por su amplia variación regional,
uno de los aspectos más complejos de la morfosintaxis española”. Para
el español rioplatense vamos a tratar de resumir las principales corre-
laciones entre estos tres sistemas, a partir de los innúmeros trabajos de
sociopragmática y de lingüística histórica sobre el español bonaerense
y el español montevideano.
84
También, según Fontanella (1999) , para entender las relaciones
verbo-pronominales entre tú, vos, usted, en los diferentes sistemas de
tratamiento existentes en español, “resulta necesario partir de los usos

79
María Cristina Ferrer y Carmen Sánchez Lanza, Discurso coloquial: el verbo, Rosario,
Universidad Nacional de Rosario, págs. 92-101.
80
Beatriz R. Lavandera, Variación y significado, Buenos Aires, Hachette, 1984.
81
Idem., pág. 31.
82
María Beatriz Fontanella de Weinberg, “Sistemas pronominales de tratamiento usados
en el mundo hispánico”, en Ignacio Bosque y Violeta Demonte (dirs.), Gramática descriptiva
de la Lengua Española, Madrid, Espasa-Calpe, 1999, cap. 22, págs.1399-1425; cita de pág. 1418.
83
Idem, pág. 1401.
84
Idem, pág. 1411.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 181

del siglo XVI, en los que se plantea una serie de conflictos, que van a
desembocar en la multiplicidad de usos actuales”. Con la entrada de
Vuestra Merced en el sistema, los posibles resultados de la eliminación o
fusión de paradigmas de vos y de tú, ante el nuevo usted presentan ven-
tajas y desventajas, de ahí que “no haya habido una solución única en
85
todo el mundo hispánico” (Fontanella, 1999) .
86
Sobre el español bonaerense, Fontanella (1999) explica que: “Se
trata de un sistema con dos únicas formas para el singular que se opo-
nen por formalidad: vos y usted. La forma vos como trato de confianza
está totalmente generalizada y no existe ningún tipo de alternancia o
contraste con tú, que resulta una forma ajena a la comunidad”. Sin
87 88
embargo, Carricaburo (1997) , y sobre todo Rigatuso (2011) , mati-
89
zan esta afirmación. Para Carricaburo (1997) :
El voseo –sostenido por el prestigio social– contendió con el tuteo de la nor-
mativa académica hasta 1950, aproximadamente. En los años 60 se produce
el auge del vos en la literatura (…). En la década del 70 los libros de lectura
escolar y la numerosa literatura infantil obvian el tuteo. En los libros de texto
aparece el vos y el usted(es) junto al paradigma tradicional. El tuteo fue desa-
pareciendo poco a poco de la escuela, pero los niños lo irían aprendiendo en
la televisión. Las series dobladas [en un español comercial mexicano/latino
o a veces castellano/español], los dibujitos animados, y posteriormente los
programas de cable hacen que el niño aprenda un tú que llamamos ficcional,
pues está relacionado con la ficción o la lejanía. El niño argentino suele uti-
lizar el tuteo e incluso el futuro sintético durante el juego. Igualmente los
adolescentes relacionan el tuteo con los teleteatros (…).

90
Este fenómeno audiovisual también se estudia en Rigatuso (2011) ,
con resultados sobre actitudes de recepción/aceptación de formas
tuteadas y voseadas en el doblaje de películas infantiles. Los resultados
son que en doblajes como el de Los Increíbles, realizados con voces
argentinas y voseo, la aceptación es sorprendentemente negativa, pues
en el género se esperan las formas tuteadas, y el voseo resulta “moles-
91
to”. Asimismo, Rigatuso (2011) propone:

85
Idem, pág. 1413.
86
Idem, pág. 1406.
87
Norma Carricaburo, Las fórmulas de tratamiento en el español actual, Madrid, Arco/Libros,
1997.
88
Elizabeth Rigatuso, “De vos, de tú, de usted? Gramática, pragmática y variación: hacia
una reinterpretación de los pronombres de tratamiento”, en Leticia Rebollo Couto y Célia
Regina dos Santos Lopes (eds.), As formas de tratamento em português e em espanhol, Niterói,
Editora da UFF, 2011, págs. 381-407; citas de 391-394, 396, 401.
89
Op. cit., pág. 13.
90
Op. cit.
91
Op. cit., pág. 401.
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182 EA 98/2012

(…) reinterpretar en la consideración del sistema pronominal del español


rioplatense la forma tú, reinsertándolo dentro del sistema desde una pers-
pectiva connotativa. En tal sentido, cabría pensar si, en la variedad del espa-
ñol bonaerense, este pronombre no se encuentra afectado en este momen-
to de un proceso de pragmatización, en relación con su especialización fun-
cional.

Tal proceso de pragmatización parece inducir a la lexicalización de


algunos verbos afectados por el cambio de código en la conversación
cotidiana (de vos a usted), de formas como dime sobre todo, pero tam-
bién ¿qué dices? (en saludos, conversación de compra/venta, como res-
puesta amable a preguntas o peticiones para indicar buena predisposi-
ción al requerimiento afectado) y de formas con verbos de pensa-
miento como olvídalo, piénsalo, acuérdate, para marcar intensificación de
92
actos de habla (Rigatuso, 2011) .
Otro fenómeno de variación bastante estudiado en el español bo-
naerense es la oposición cantes x cantés, con dos formas de imperativo
negativo, una más cortés, que utiliza las formas graves (no llores) y otra
menos cortés o más familiar, que utiliza las formas agudas (no llorés); las
formas agudas tienen una función más intensificadora del acto de
habla, y una connotación más familiar o vulgar, según el verbo selec-
cionado. Esa connotación vulgar, de variedad subestandarizada de las
formas agudas del presente del subjuntivo está más acentuada en el
habla de Montevideo que en la de Buenos Aires. En Montevideo, las
formas agudas son más comunes en situaciones muy coloquiales o en
93
la variedad rural (Carricaburo, 1997) .
Asimismo, en la comunidad lingüística montevideana, al menos en
las capas medias de la población, hay un uso más diferenciado de vos y
94
tú que en la bonaerense. Según Fontanella (1999) , en el Uruguay se
distinguen tres niveles de formalidad: vos íntimo, tú de confianza y
usted en el uso formal: “Tanto vos como tú van acompañados de formas
voseantes monoptongadas: vos cantás, tú cantás”. Datos que se confir-
95
man en Márquez Reiter (2002) : en el español del Uruguay y en par-
ticular en el de Montevideo, se tiende a usar vos en interacciones infor-
males y al dirigirse al oyente de tú la forma verbal es la forma vosean-
te, así se producen enunciados como Tú tenés que entender lo que te estoy
diciendo en vez de Tú tienes que entender lo que te estoy diciendo. Bertolotti

92
Idem.
93
Op. cit., págs. 28, 31.
94
Op. cit., pág. 1415.
95
Rosina Márquez Reiter, “A contrastive study of indirectness in Spanish: Evidence from
Uruguayan and Peninsular Spanish”, Pragmatics, 12 (2) (Antuerpia, International Pragmatics
Association, 2002), págs. 135-151; cita de pág. 137.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 183

96
y Coll (2003) registran incluso casos de alternancia en una sola enun-
ciación, como en la intervención de esta juez durante una sesión de tri-
bunal: Tú tienes cara de inteligente: parecés una traga con esos lentes.
97
Asimismo, Rebollo y Moriondo (2011: 524) recogen el siguiente
enunciado en texto escrito digital: Debajo de esta imagen escribe algo que tú
y yo hayamos vivido juntos. No importa si me conoces poco o mucho, cualquier
cosa que recuerdes sirve. Después coloca esta misma imagen en tu perfil y obser-
va cuanta gente deja una memoria sobre vos. Si te elegí copate.
Conversacionalmente, el uso de tú en Montevideo tiene una fun-
ción pragmática muchas veces intensificadora de actos de habla tales
como reproches, órdenes, desacuerdos o disentimientos y se ve o se
oye, en la actualidad, con más frecuencia en el habla de mujeres mon-
tevideanas de clase media o media alta (observaciones personales).
Esta fusión de paradigmas y el uso más frecuente y en más contextos
del tú pronominal y/o verbal (con algunos verbos y contextos pragmá-
ticos específicos) es una marca indexadora de la variedad montevidea-
na/uruguaya frente a la bonaerense/argentina, como lo atestan Coll y
98
Bertolotti (2003) con el cómic de Fontanarrosa, en el que el perso-
naje gaucho Inodoro Pereyra le atribuye una identidad uruguaya a
Dios, porque en la historieta Dios lo tutea (cf. Apéndice 2).
Tanto en el español bonaerense como en el montevideano, la forma
de tratamiento plural es ustedes, sin marcas de distancia o proximidad.
El posesivo de ustedes en modalidades escritas o registros más formales
99
suele emplearse con vuestro/a/os/as. Así, Fontanella (1999: 1403)
señala para los posesivos con ustedes variación entre tres formas: sus, de
ustedes y vuestros:

(7) ¿Dónde están sus carpetas?


(8) ¿Dónde están las carpetas de ustedes?
(9) ¿Dónde están vuestras carpetas? (ejemplos de Fontanella, 1999: 1403)

El último caso, reservado casi exclusivamente a la lengua escrita


(Fontanella, 1999), también lo registran Bertollotti (2007: 21-22 apud

96
Virginia Bertolotti y Magdalena Coll, “A synchronical and historical view of the
TÚ/VOS option in the Spanish of Montevideo”, en Silvina Montrul y Francisco Ordóñez
(eds.), Linguistic theory and language development in hispanic languages. Papers from the 5th
Hispanic Linguistic Syposium and the 4th Conference on 4th Acquisition of Spanish and Portuguese,
Sommerville, MA, Cascadilla Press, 2003, págs. 1-12; cita págs. 2-5.
97
Leticia Rebollo Couto y Zulma Moriondo Kulikovski, “El voseo argentino y el voseo chi-
leno: diferencias sociolingüísticas y conversacionales a través de diálogos cinematográficos y
textos en Internet”, en Leticia Rebollo Couto y Célia Regina dos Santos Lopes (eds.), As for-
mas de tratamento em português e em espanhol, Niterói, Editora da UFF, 2011, págs. 407-531.
98
Op. cit., pág. 37.
99
Op. cit., pág. 1403.
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184 EA 98/2012

100
Steffen, 2010: 460) , para la variedad montevideana, y para la variedad
101
bonaerense Rebollo (2011) en “Para dejarnos vuestros antecedentes
usted puede dirigirse a nuestra dirección de e-mail. Agradecemos vuestro
interés en nuestra compañía”.

5.2. Actos de habla y uso de diminutivos

A lo largo del apartado sobre formas de tratamiento quedó eviden-


te la importancia de considerar elementos pragmáticos y conversacio-
nales en la variación de estas formas. Ya tenemos algunos estudios que
describen elementos de variación en el habla rioplatense consideran-
do estos dos niveles análisis, particularmente en el caso de la variación
de estrategias para la realización de determinados actos de habla.
102
Boretti (2001) analiza el estilo comunicativo de bonaerenses en
interacciones privadas, reuniones y cenas con amigos. En el estilo
comunicativo de estos hablantes, concluye, el fenómeno interaccional
de la cortesía es motivado por el deseo de equilibrio entre las necesi-
dades de imagen de autonomía y afiliación. Así, presenta en sus resulta-
dos que:

En el proceso de dar, mantener y ganar confianza dentro del grupo, ser cor-
tés en la petición es autoafirmar EGO con sinceridad, frontalidad y optimismo res-
pecto a la reacción de ALTER. Ser cortés en el ofrecimiento es estar dispuesto
a compartir y a comprometerse desinteresada y sinceramente en el contrato con-
versacional, aun haciendo valer la autoestima. Estos contenidos de las catego-
rías de autonomía y afiliación, confirman la ausencia de amenaza potencial a la
imagen y dan lugar a que la conversación sea un lugar de encuentro placen-
tero y cooperativo. El análisis muestra que la cortesía no siempre privilegia la
indireccionalidad (…) las actividades cooperativas expresadas directa y coo-
perativamente –aun a través de formas tradicionalmente codificadas como de
descortesía, como los imperativos– refuerzan la interacción intragrupo. Por
eso, tanto la petición como el ofrecimiento, que gozan de consideración
103
social, sirven a objetivos también sociales (Boretti, 2001) .

100
Joachim Steffen, “El tratamiento en el Uruguay”, en Bettina Martin Hummel Kluge y
María Eugenia Vázquez Laslop (eds.), Formas y fórmulas de tratamiento en el mundo hispánico,
México, D. F., El Colegio de México y Letras, 2010, págs. 449-464.
101
Leticia Rebollo Couto, “Mafalda y El laberinto del fauno: el uso de vostros en las cla-
ses de español lengua extranjera en Brasil”, en Leticia Rebollo Couto y Célia Regina dos
Santos Lopes (eds.), As formas de tratamento em português e em espanhol, Niterói, Editora da UFF,
2011, págs. 533-589; cita de pág. 542.
102
Susana Boretti, “Aspectos de la cortesía lingüística en el español coloquial de
Argentina”, Oralia, 4 (Madrid, Arco/Libros, 2001), págs. 75-102.
103
Idem, pág. 97.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 185

En este marco íntimo de reuniones y cenas entre amigos, los dos


actos de habla analizados, peticiones y ofrecimientos se realizan de la
siguiente manera. Para ofrecimientos realizados con imperativos y modi-
ficadores internos (enunciados interrogativos, diminutivos [mollejita],
marcadores conversacionales [a disposición]) el par adyacente reactivo
se constituye de agradecimientos, intensificados o no, y de fórmulas de
aceptación, marcadores conversacionales como dále o bueno:

(10) FITO: ¡Enzo, esperá!, no te olvidés, lleváte lo de Neruda


ENZO: ¡uy, gracias!, menos mal, eh, ya voy”
(11) VICKY: ¿Ayudo con el café, Ana?
ANA: Dále, gracias”
(12) VICKY: ¿a quién le sirvo? ¿mollejita?
ADRIANA: servíme un poquito, sí, pero poquito ¿eh?
(13) ROBERTO: Está mi casa en Roldán, a disposición
LILY: Dále! que lo aceptamos unos días, una semana, yo hago las cuentas
y las compras y vos (dirigiéndose a su marido) cambiá la carucha!

Para peticiones predominan las formas imperativas, en confianza,


frontalidad, atenuadas con marcadores conversacionales, o diminuti-
vos para cantidad, introducidos por elementos preparadores que ate-
núan la solicitación y en algunos casos en los que la petición se consi-
dera de más riesgo, vienen seguidos de modificadores externos, actos
de habla que tienen la función de intensificadores, como promesas (te lo
cuido, te lo agradeceríamos):
(14) FITO: una en- Leo, te pido una gauchada serví el vino
(15) ADRIANA: servíme un poquito, sí, pero poquito ¿eh?
(16) ANA: pasáme su plato
(17) PILAR: a mí también ponéme please
(18) ENZO: Fito, después mostráme las obras completas de Neruda
(19) ANA: Y hablando de gustos en vida, Vicky me dijo que vos conseguiste el
compact de Cage, prestámelo, lo escucho y claro que te lo cuido
(20) PILAR: ¡lo logramos! Y vos Enzo, servíme un vino
(21) VICKY: y vos ¿nos podrías dar esa receta exótica de mollejitas? Te lo agra-
deceríamos verdaderamente, va en serio.

104
Para Boretti (2001) en estas interacciones la petición directa no se
percibe como impositiva, ni siquiera la ausencia de mitigadores. El esti-
lo autoafirmativo, la cooperación y la confirmación del otro se expre-
san con diversos recursos: responden a contenidos afiliativos los usos
de formas de tratamiento vos, nosotros, las preguntas coletilla (tags) que
buscan aprobación, los diminutivos léxicos y de tratamiento (Fitito,
mollejita, poquito). Entre los recursos que responden a la esfera de la
104
Idem, pág. 93.
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186 EA 98/2012

autonomía señala el uso del yo, del ustedes, en tanto elementos focali-
105
zados que sirven para reforzar la intención del habla (Briz, 1998) o
usos como mirá, buenísimo, que confirman al hablante.
106
Rigatuso (2008) analiza la variedad bonaerense en conversaciones
de contacto (small talk) y presenta los temas como clima y cansancio
como disparadores de este tipo de interacción, el tópico del tiempo opera
como saludo de apertura cordial, y el tópico del cansancio opera en el
contexto interaccional universitario o en interacciones comerciales,
“en una gama variada de expresiones relacionadas al mismo”:
(22) Contexto: conversación de compra/venta en una verdulería, entre varón,
45 años, vendedor (V) y mujer, 48 años, cliente (C)
V: qué tal (.) qué te doy?
C: qué tal (.) tomates (.) un kilo (.) a cuánto están?
V: dos con noventa (.) qué más?
C: un kilo de frutillas por favor
V: (mientras coloca las frutillas en una bolsa) qué cansado estoy hoy (.)
la verdad NO doy más(.) re-cansado (.) es que arranco tan temprano
C: cla:::ro (.) ustedes empiezan tempranísimo en el mercado y todo el
dí::a (.) y con este calor (.) QUÉ cansancio
V: ayer estuve acá desde las seis de la mañana hasta las nueve y media
(.) imagínate
107
C: ay dios (.) qué cansancio (.) agotador (Rigatuso, 2008:148-149)
(23) Contexto: dos docentes se cruzan en el hall de un departamento acadé-
mio, dos mujeres de 48 años (A) y de 59 años (B), intercambian saludo
y beso inicial.
A: hola Teté (.) cómo andás?
B: hola Lili (.) qué tal?
A: REcansada (.) te juro NO doy más
B: ay (.) sí (.) estamos todos igual (.) viste todo lo que hay que llenar?
Estoy HARTA de llenar planillas
A: ay (.) sí (.) pura exigencia y estamos así desde comienzo de año (.) y
para colmo tengo mil cosas pendientes (.) y viene uno y te dice falta
poco para fin de año:::: si supieran todo lo que me falta hacer (.) veo
TAN lejos fin de año y las vacaciones
108
B: ah::: qué se va a hacer (.) ánimo (Rigatuso, 2008)

La autora señala que entre los elementos dinamizadores del fenó-


meno estudiado se encuentran: “las típicas fórmulas de saludo, con-
vencionalizadas para apertura y cierre de los encuentros interactivos,
105
Antonio Briz Gómez, El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmalingüística,
Barcelona, Ariel Lingüística, 1998, pág. 114.
106
Elizabeth Rigatuso, “¡Qué! ¿Tienen calor? Conversación de contacto en el español bona-
erense: de interacciones institucionales, de servicio y sociales”, Oralia, 11 (Madrid,
Arco/Libros, 2008), págs. 133-168.
107
Idem, págs. 148-149.
108
Idem, pág. 149.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 187

formas lexicalizadas para la misma función fática, formas de trata-


miento, cumplidos, expresiones en tono de humor, y comentarios
109
sobre cuestiones contextuales (Rigatuso, 2008) ”. Estos comentarios
ambientales, situacionales, institucionales o personales operan como
estrategias de expresión de cortesía y formas afiliativas. En lo relativo a
la variante sexo, el estudio pone de manifiesto “la existencia de formas
de expresión de comunicación de contacto de uso más frecuente y
característico por parte de las mujeres”.
110
Rigatuso (2011) , igualmente, señala como fenómeno conversa-
cional variable en el ámbito del español bonaerense cambios de códi-
go de vos a usted, en fórmulas de saludo en la apertura conversacional:
¿Qué dice mi amor cómo le va?, ¿Qué dice?, ¿Cómo anda?, ¿Qué dice usted?,
¿Cómo anda, doña?, bien como en la preparación de la terminación de
la interacción: Bueno señora la dejo; Bueno señora tengo que colgar (son
cambios de código muy frecuentes en interacciones cuya pauta habi-
tual es el nombre de pila o sobrenombre + vos).
111
En ese mismo estudio, Rigatuso (2011) identifica también el cam-
bio de código de vos a usted en conversaciones coloquiales, en instan-
cias centrales de la conversación, con dos funciones discursivas distin-
tas: asignación de turno por cambio de pronombre en coocurrencia
con la forma nominal que permite personalizar el mensaje y a la vez
atenuar la solicitud de la opinión: ¿Y usted señora qué piensa? O si no,
como connotación amable, simpática y afiliativa con el interlocutor y
aún cómplice con el interlocutor, en el cambio registrado en la pro-
ducción del verbo ver al final de emisión, en el cierre de la misma, a
través de la forma interrogativa vio: Es que a mí todo me queda lindo ¿vio?
112
Para el español montevideano, Márquez Reiter (2002) describe
peticiones según un experimento controlado para medir el grado de
indireccionalidad de estos actos de habla y sus estrategias discursivas,
en función de cuatro factores discursivos: indireccionalidad conven-
cional, intentos de peticiones, modificaciones internas al enunciado y
modificaciones externas. La autora analiza las tres realizaciones de
peticiones a seguir como indirectas:

(24) ¿Podés atender el teléfono mientras salgo a hacer un mandado?


(25) ¿Podés atender el teléfono por favor mientras salgo a hacer un manda-
dito?
(26) ¿Podrías atenderme el teléfono mientras salgo a hacer un mandadito?
(ejemplos de Márquez Reiter, 2002: 136)

109
Idem, pág. 161.
110
Op. cit., págs. 397-398.
111
Idem, pág. 399.
112
Op. cit., pág. 138.
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188 EA 98/2012

Son indirectas porque el hablante no le pide al oyente que contes-


te al teléfono directamente y la indireccionalidad es convencional por-
que se realiza con un sentido socialmente reconocido como conven-
cional (nadie reconocería los enunciados como un pedido de infor-
mación sobre las habilidades del oyente). Sin embargo, el hecho de
que el enunciado (25) se haya mitigado con un marcador conversacio-
nal de cortesía (por favor) y un diminutivo (-ito) hace que este enuncia-
do sea más un intento de petición que el (24), que se trata de un enun-
ciado de menos coacción y menos contundente. Del mismo modo el
enunciado (24) es menos un intento que el (25), pues el indicativo
expresa seguridad y compromiso con el estado de la cuestión, mientras
que el condicional expresa que la realización del evento depende de
otro factor. Asimismo, el clítico intensifica la petición, tratando de cap-
tar benevolencia, atenderme.
Para Márquez Reiter (2002) estos tres enunciados son indirecta-
mente convencionales, la diferencia entre ellos está en el grado de
intento que representan; el hablante gradúa la fuerza de coacción de
su acto, petición, asegurándose que su enunciado tendrá una inter-
pretación convencional y el impacto correcto sobre el oyente. En los
enunciados analizados los marcadores mire/mirá son los únicos utiliza-
dos para preparar el campo de la petición (Mire disculpe pero necesi-
to/Mirá disculpá que te moleste).

(27) Mire profesor disculpe pero necesito un libro para terminar un trabajo,
y la biblioteca está cerrada, y, no sé, quería saber si me lo podría prestar.
(28) Mirá disculpá que te moleste ¿te podría pedir un favor? (Márquez Reiter,
113
2002)

Las formas de disculpas preferentes que encabezan una petición


son, en un cien por cien de los datos, las que se formulan con el verbo
disculpar, y nunca perdonar (sentido como más coloquial por los infor-
mantes). Disculpar nunca encabeza solo una petición, sino combinado
con formas nominales o saludos. Las formas nominales intensifican la
petición como en (29), (30) y (31), y los relatos personales se activan
fácilmente para desarmar al oyente, como en (32):

(29) Mire profesor disculpe estoy buscando un libro sobre…


(30) Disculpe jefe le venía a plantear un problema
(31) Hola Sr. Gerente necesito hablar con usted
(32) Buenos días Sr. Gerente, venía a pedirle a ver si no me podía ayudar en
la situación en la que estoy. Me llegaron las cuentas de la luz, de la inten-
dencia y todo y tengo que pagar. Si no pago, la verdad que me echarían

113
Idem, pág. 143.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 189

de la casa y eso sería bravo porque no tengo a quién pedirle prestado.


Quería pedirle por favor si usted no me podría adelantar algo de suel-
114
do. (Márquez Reiter, 2002)

115
Para Márquez Reiter (2002) en la variedad uruguaya la fórmula
interrogativa negativa de petición aparece como una forma estándar,
la inclusión de la partícula negativa no cambia la fuerza ilocutiva de la
petición:
116
(33) Disculpe señor ¿no me cambia de asiento? (Márquez Reiter, 2002)

Lo que sí cambia la fuerza ilocutiva de la petición, y la hace más un


intento de petición, son los mitigadores que encabezan el acto de habla,
los más frecuentes son: no sé si, quería pedirte, quería saber, me preguntaba,
me gustaría saber, estaba pensando en si… Y también modificadores internos
del enunciado de solicitud, con adverbios de tiempo o lugar: un minuto,
un ratito, aquí a la vuelta, diminutivos, pronombres indefinidos algo y adje-
tivos poco. Los locutores uruguayos de este experimento mostraron más
tendencia a usar modificadores internos y externos de la petición y más
distancia interpersonal que los locutores españoles que realizaron el
117
mismo experimento de juego de roles (Márquez Reiter, 2002) .
118
Madfes (2006) analiza en interacciones telefónicas institucionales,
los mecanismos de reformulación más frecuentes en conversaciones
uruguayas y detecta, además de estrategias discursivas como repetición,
amplificaciones, reformulaciones perifrásticas y reajustes expresivos,
expresiones formulaicas del operador, estrategias comunicativas estan-
darizadas para la realización de sus tareas institucionales, que funcionan
como un marcador de indentidad, la del experto: “permítame la direc-
ción completa / nosotros no coordinamos / en la factura está arriba a la
119
izquierda en amarillo / yo se lo dejo ingresado” (Madfes, 2006) .
120
Orlando (2006) analiza en interacciones telefónicas instituciona-
les la gestión de tópico, considerando el despliegue estratégico que

114
Idem, págs. 144-146.
115
Idem, pág. 146.
116
Idem, pág. 144.
117
Idem, pág. 147.
118
Irene Madfes, “Estrategias comunicativas en interacciones telefónicas institucionales:
los mecanismos de la reformulación”, en Virginia Orlando (ed.), Mecanismos conversacionales
en el español del Uruguay. Análisis de interacciones telefónicas de servicios, Montevideo, Universidad
de la República/FHCE, 2006, págs.39-59.
119
Idem, págs. 114-115.
120
Virginia Orlando, “La gestión del tópico en interacciones de servicios”, en Virginia
Orlando (ed.), Mecanismos conversacionales en el español del Uruguay. Análisis de interacciones tele-
fónicas de servicios, Montevideo, Universidad de la República/FHCE, 2006, págs. 39-59.
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realizan los participantes en torno a ciertos elementos de la gramática


contextual, sistemas de poder, de cortesía, de distancia, y peso de la
imposición. El orden de los reclamos se presenta como llamada-res-
puesta-tópico, la contribución iniciadora performativa tiende a pre-
sentarse inmediatamente:
(34) OPERADOR: telegestiones de XX buenas tardes habla Martínez en qué lo
puedo ayudar
CLIENTE: sí buenas tardes para hacer un reclamo por falta de energía
121
(Orlando, 2006)

Las contribuciones iniciadoras están teñidas de un alto grado de


performatividad, como también lo demuestran en la misma obra los
122
datos de Gabbiani (2006) :
(35) hola sí mirá es para pasarte el consumo de luz
(36) sí buenos días para pasar el consumo de luz, porque tengo un problema
que me dice que está mal ¿cuándo lo pasó?
(37) sí buenos días de zona rural para pasar el consumo
(38) bu/buenas noches…mirá… eh… pasó el toma consumo hoy y no lo
pudo tomar
(39) ah buenos días para leerle un medidor la lectura de un medidor
(40) sí buenos días escúcheme ¿para pasar consumo?
123
(41) Ah buenos días este era para pasar el consumo (Gabbiani, 2006)

124
En estas interacciones (Orlando, 2006) la fórmula conversacional
del operador para pasarle el turno de habla al que llama por el recla-
mo es dígame y las fórmulas de recibimiento más frecuentes son los
marcadores conversacionales, bueno y ta (marcador conversacional
multiuso, tan característico de estilos conversacionales de montevidea-
nos frente al dale, común al bonaerense y al montevideano, pero que
en esta última variedad alterna con ta).

5.3. Marcadores conversacionales o partículas discursivas

Los marcadores conversacionales o las partículas discursivas que se


usan en conversaciones coloquiales han sido tema de algunos trabajos

121
Idem, pág. 81.
122
Beatriz Gabbiani, “La constitución de identidades institucionales en el reclamo telefó-
nico”, en VIRGINIA ORLANDO (ed.), Mecanismos conversacionales en el español del Uruguay. Análisis
de interacciones telefónicas de servicios, Montevideo, Universidad de la República/FHCE, 2006,
págs. 39-59.
123
Idem, pág. 73.
124
Op. cit.
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de investigación sociolingüística y pragmática. Asumimos la definición


125
de Boretti (1999) , que considera a los marcadores como “una clase
funcional de recursos verbales y no verbales que proveen coordenadas
para el desarrollo de la conversación, y que dan lugar a implicaturas”.
Estos elementos tienden a escapar de las redes de la gramática y de la
lexicografía y son el resultado de la presión pragmática que ejercen
ciertos factores como la intencionalidad en la lengua. La presión prag-
mática supone “un proceso de gramaticalización favorecedor de deter-
minadas inferencias y distribución de la expresión en la estructura con-
126
versacional, en contextos interaccionales específicos (Boretti, 1999) ”.
127
En el español bonaerense, Boretti (1999) se dedica a la descrip-
ción de marcadores conversacionales en su formulación interrogativa,
lo que constituiría de por sí un rasgo de emotional involvement, propio
de la retórica impersonal, una estrategia expresiva de naturaleza inter-
128
accional (Boretti, 1997) . Particularmente describe las funciones miti-
gadoras (recomendaciones, reconocimiento de dificultad) e intensifi-
cadoras (promesas, evaluaciones, creencias, expectativas compartidas)
del marcador ¿me entendés? y sus variantes ¿entendés?, ¿viste?, ¿me seguís?,
129
¿me captás? (Boretti, 1999) , su significado está relacionado con la dis-
tancia y permite la negociación entre los participantes de la interac-
ción y tiene que ver con el grado de tensión comunicativa creada en la
interacción.
Para el estudio del español montevideano, tenemos algunas des-
130
cripciones de variación conversacional. Madfes (2006) analiza entre-
vistas médicas con tres participantes: médico; paciente y acompañante:
(42) Contexto: tres mujeres, “la médica, la paciente, una chica joven y aparen-
temente tímida o cohibida por la situación de consulta, y su madre”;
médica (M), acompañante (A) y paciente (P)
A: Ella es como es nueva recién ¿no? Quería como un chequeo general
¿no?
M: Tá.
A: Para hacerle todo.
M: Sí no hay problema en hacerle estee recién tiene los derechos a par-
tir del 28 de setiembre ¿tá?
A: Sí yo ya pagué ahora estee
M: Pero después de 6 meses

125
Susana Boretti, “A propósito de ¿me entendés? en el español de la Argentina”, Oralia, 2
(Madrid, Arco/Libros, 1999), págs. 139-154; cita de pág. 139.
126
Idem, pág. 140.
127
Idem.
128
Susana Boretti, Estructuras interrogativas. Análisis de actos de habla coloquiales, Buenos
Aires, A-Z, 1997.
129
Op. cit., pág. 145.
130
Op. cit.
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A: Digo
M: Los derechos para an[álisis]
A: [Digo de] spués tá entonces tá
M: Así queee
A: Así que espero unos días
M: Estee yo no tengo problemas. Los dejo pedidos sin fecha y ya a par-
tir del 29 se lo pueden hacer.
A: [Tá] bárbaro
P: [Tá]
M: Eso no hay problema, tú. Estee, ¿hay antecedentes de alguna enfer-
medad en la familia? ¿gente diabética?
A: Sí, mi abue-mi madre
M: Sí
131
A: Esteee y yo estee problemasss: (Madfes, 2006)

132
Madfes (2006: 179) observa el uso de marcadores conversacionales
con la función de rellenar (fillers) como digo, entonces, tá, y en otras inte-
racciones de este tipo de operadores de atenuación como a lo mejor y
capaz. La médica esboza una forma de tratamiento con tú, lo que hace de
las formas de tratamiento y de los marcadores conversacionales verdade-
ras pistas indexadoras sobre el origen regional lingüístico de los hablan-
tes Los marcadores conversacionales en cuanto partículas discursivas
están en vías de descripción pragmática y dialectal. No hay que olvidar
que la misma unidad léxica tiene funciones conversacionales variables de
una variedad geolectal a otra y que dentro de la misma variedad, el perfil
melódico, y la configuración prosódica distinguen la misma unidad léxi-
ca como bueno, dale, che, ta, de acuerdo con su función discursiva. Cabe
señalar el proyecto en construcción, Diccionario de partículas discursivas del
133
español, coordinado por Briz (2013) y que ya tiene algunos resultados en
línea <http://www.dpde.es/>, con el mérito de reunir equipos interna-
cionales, uno de ellos representante de la variedad argentina.
El marcador conversacional más emblemático o indexador del habla
rioplatense es el che estudiado por Bertolotti (2010) a partir de su histo-
134
ria y etimología . También se encuentra en el Chaco y en la región gaú-
cha del sur de Brasil, pero con una distribución de contextos conversa-
cionales distinta; en el Chaco es marca de deferencia, al contrario que
en el área rioplatense y en portugués de Brasil en la variedad gaúcha es
marcador para cierre de intervención, y no para tomada de turno de
habla como en la variedad rioplatense.
131
Idem, pág. 177.
132
Idem, pág. 179.
133
Op. cit.
134
Virgina Bertolotti, “Notas sobre el che”, Lexis, 34 (1) (Lima, PUCP, 2010), págs. 57-93,
<http://www.historiadelaslenguasenuruguay.edu.uy/?page_id=414> [Fecha de consulta:
17/03/2013].
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 193

6. CONTACTO LINGÜÍSTICO Y VARIEDADES APROXIMATIVAS

En el campo de los estudios sociolingüísticos contemporáneos, los


estudios de contactos lingüísticos y las variedades aproximativas resul-
tantes de ese contacto, se han convertido, en las últimas décadas, en un
campo ineludible por varias razones. A lo largo de más de cinco siglos
después del descubrimiento, en el territorio americano convivieron,
comunicaron y se mezclaron poblaciones amerindias, europeas, africa-
135
nas y asiáticas (Mello, Altenhofen y Rasso, 2011) . Los contactos del
español en el continente americano, y en el área rioplatense, específi-
camente, se pueden tratar desde la clasificación de Altenhofen (Mello,
136
Altenhofen y Rasso, 2011: 10) , contacto entre español y lenguas alóc-
tonas (de inmigración post colonial, italiano, alemán, danés, gallego,
árabe, yidish, chino); español y prácticas lingüísticas afro-americanas
(lenguas bantúes, sudanesas), español y lenguas autóctonas (indígenas
guaraní, mapuche,); español y lenguas autóctonas coloniales (portu-
gués), contactos lingüísticos de frontera (Paso de los Libres/Uru-
guaiana; Bernardo de Yrigoyen/Dionísio Cerqueira; Rivera/Santana
do Livramento; Puerto Iguazú/Ciudad del Este/Foz de Iguaçu) y con-
tactos entre hablantes de variedades regionales de la misma lengua
(inmigración peruana, boliviana y paraguaya en Buenos Aires).
En este apartado trataremos específicamente de lo poco que sabe-
mos sobre contactos lingüísticos en el español rioplatense con lenguas
autóctonas, prácticas lingüísticas afro-americanas y contactos lingüísti-
cos de frontera.
El área rioplatense se reconoce y se identifica a partir de sus rela-
ciones con la inmigración europea de fines del siglo XIX, principios y
primera mitad del siglo XX; los resultados de estos contactos lingüísti-
cos (como por ejemplo con el danés en el centro y sur de la provincia
de Buenos Aires, con el alemán y el yidish en el suroeste bonaerense,
pero sobre todo con el italiano lunfardo, cocoliche) están abundante-
137 138
mente descritos (Rigatuso, 1983 ; Virkel de Sandler, 1977 ; Hipper-

135
Tommaso Raso, Heliana Mello y Cléo Altenhofen, “Os contatos lingüísticos e o Brasil.
Dinâmicas pré-históricas, históricas e sociopolíticas”, en Heliana Melo, Cléo Altenhofen y
Tommaso Raso (eds.), Os contatos lingüísticos no Brasil, Belo Horizonte, Editora UFMG, 2011,
págs. 13-56.
136
Idem, pág. 10.
137
Elizabeth Rigatuso, “Algunos aspectos de mantenimiento y cambio de lengua en la
colectividad dinamarquesa de la provincia de Buenos Aires”, Cuadernos del Sur, 15 (1983),
apud María Beatriz Fontanella de Weinberg, 1992, pág. 255.
138
Ana Virkel de Sandler, “El bilingüismo yiddish-español en dos comunidades bonae-
renses”, en Vicus. Lingüística, 1 (1977), págs. 139-160, apud María Beatriz Fontanella de
Weinberg, 1992, pág. 255.
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139 140 141 142 143


dinger, 1989 ; Fontanella, 1987 , 1992 , 1996 , 2004 ; Lipski,
144
1994) . Sin embargo, difícilmente se reconocen los contactos con
poblaciones indígenas o africanas, poco valorizadas: “la primera mani-
festación de esta desvalorización es el no reconocimiento de su exis-
145
tencia” (Acuña y Menegotto, 1996: 249) . En las últimas décadas algu-
nos trabajos de rescate se han empezado a realizar desde el punto de
vista histórico o antropológico, pensando en la historia social de estos
pueblos y su relación con la configuración del territorio rioplatense.
En lo que se refiere a las lenguas indígenas, mucho se ha escrito
acerca de la descripción del contacto español-guaraní en Paraguay
146 147 148
(Palacios, 2008 ; Gynan, 2012 , Melià, 2012 ), ya que la visibilidad
de los guaraníes argentinos y uruguayos es mucho menor, al igual que
fue o es la de los charrúas.
149
Abadía de Quant (1995) describe las relaciones español-guaraní
en el nordeste argentino, particularmente en Corrientes y Misiones:
(…) tierra de guaraníes, que compartió con Corrientes y Paraguay margina-
lidad y aislamiento y vivió una conflictiva situación territorial, política y admi-
nistrativa debido a la presión y presencia paraguayas, desmembramiento
territorial en favor de Brasil, dependencia del gobierno de Corrientes y par-
ticipación en la guerra civil argentina. (…) Lingüísticamente se caracterizó,
hasta fines del siglo pasado, por un monolingüísmo guaraní más extendido
aún que el de Paraguay y Corrientes ya que no contó con un centro político
administrativo de importancia que exigiera competencia en el código espa-
ñol. Este se fue imponiendo como consecuencia de su integración política, la

139
Yolanda Hipperdinger, “Algunas observaciones sobre el cambio de código alemán-
español en la comunidad alemana del Volga”, en IV Congreso Nacional de Lingüística (Bahía
Blanca, 1989), apud María Beatriz Fontanella de Weinberg, 1992, pág. 256.
140
María Beatriz Fontanella de Weinberg, El español bonaerense. Cuatro siglos de evolución lin-
güística, Buenos Aires, Hachette, 1987.
141
Op. cit.
142
María Beatriz Fontanella de Weinberg, “Contacto lingüístico: lenguas inmigratorias”,
Signo&seña, 6 (Buenos Aires, 1996), págs. 437-457.
143
Op. cit.
144
Op. cit., 199.
145
María Leonor Acuña y Andrea C. Menegotto, “El contacto lingüístico español mapu-
che en la Argentina”, Signo&seña, 6 (Buenos Aires, 1996), págs. 235-274.
146
Azucena Palacios, “Paraguay”, en Azucena Palacios (ed.), El español en América.
Contactos lingüísticos en Hispanoamérica, Barcelona, Ariel Letras, 2008, págs. 279-300.
147
Shaw N. Gynan, “Spanish in Contact with Guaraní”, en Manuel Díaz Campos, The
Handbook of Hispanic Sociolinguistics, Oxford, Blackwell, 2011, págs. 353-373.
148
Bartomeu Melià, “La interculturalidad y la farsa del bilinguismo”, Abehache, 2, (São
Paulo, ABH, 2012), págs. 89-94, <http://www.hispanistas.org.br/abh/index.php?option=
com_content&view=article&id=27%3Asumario-2&catid=21&Itemid=4> [Fecha de consulta:
17/03/2013].
149
Inés Abadía de Quant, “Guaraní y español”, Signo&seña, 6 (Buenos Aires, 1996), págs.
197-233.; cita de pág. 232.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 195

extensión de su escolaridad y los medios de comunicación. El nordeste argen-


tino es una zona de contacto intenso, con condicionantes históricos y demo-
gráficos que marcan esta variedad lingüística. Los resultados de los contactos
se observan en el isolecto de nativos argentinos bilingües, con guaraní como
primera lengua y contacto restringido con hablantes de español con alta com-
petencia en este código. Trascienden a hablantes monolingües de español del
sociolecto alto en contacto directo o ambiental con bilingües: el leísmo, la eli-
sión del objeto directo, la indistinción en las formas de tratamiento vos/usted
y correspondientes expresiones verbales en situaciones de respeto o la elisión
150
de /-s/, según Abadía de Quant (1995: 233) .

Los guaraníes también están presentes en el territorio noroeste uru-


guayo, en territorios fronterizos con Brasil y Argentina. El estado uru-
guayo tiende a no reconocer la presencia de estas comunidades que,
sin embargo, revindican su identidad, reconocida a partir de los movi-
mientos indígenas transnacionales en esta región del Cono Sur. Así, en
2007, se firma en Tacuarembó el documento “Acta Constitutiva-Gran
Consejo Territorial Permanente de la Nación Charrúa”, congregando
comunidades de Entre Ríos, Chaco y Santa Fe en territorios de
Argentina y en estados de Brasil y del Uruguay (cf. Apéndice 1).
Las situaciones de contacto lingüístico con lenguas amerindias, en
particular guaraní, y la visibilidad de sus poblaciones remanecientes
son temas políticos y lingüísticos pendientes, así como las conse-
cuencias del contacto del español con poblaciones africanas en este
territorio rioplatense que integra una realidad lingüística y cultural
de más de quinientos años de historia colonial y nacional, amalga-
mada a lo que hoy se conocen como territorios argentinos, urugua-
yos, paraguayos y brasileros. La historia de las poblaciones africanas
en este lado de la costa atlántica también está amalgamada a la his-
toria de sus economías y puertos principales, Buenos Aires y Mon-
tevideo.
“El primer buque negrero arriba a Montevideo, procedente de
151
Angola, en 1756, según de María (1957) , aunque la mayoría de los
africanos son traídos al hoy territorio uruguayo principalmente a prin-
152
cipios del siglo XIX” (Pereda Valdés, 1965: 31, apud Coll, 2011) .
Durante las invasiones portuguesas (1816-1825), sobre todo en los cen-
tros urbanos, el número de hogares montevideanos con por lo menos
un esclavo o esclava rondaba el 45%; según un censo realizado en 52

150
Loc. cit.
151
Isidoro de María, Montevideo antiguo: tradiciones, Montevideo, Ministerio de Instrucción
Pública, t. 1, Colección de clásicos uruguayos, 1976, apud Magdalena Coll, 2011.
152
Ildefonso Pereda Valdés, El negro en el Uruguay: pasado y presente, Montevideo, Revista del
Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, 25 (Montevideo, 1965), apud Magdalena Coll, 2011,
pág. 174.
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manzanas de Montevideo en 1819 había una población de 7.116 habi-


tantes, de los cuales 5.371 eran blancos y 1.745 negros esclavos. Para
Pereda Valdés: “es indudable que negros y pardos forman un núcleo
importante de la población de Montevideo desde 1777 a 1830, a veces
la tercer parte, y que su acción se hizo sentir en varios aspectos de la
153
vida de la ciudad” (Pereda Valdés, 1965: 47, apud Coll, 2011) .
Al principio del periodo colonial, España intentó esclavizar a los tra-
bajadores indígenas en minas y plantaciones. Esta práctica no tuvo
éxito, los indígenas diezmados por enfermedades europeas fueron
exterminados en algunas regiones, o inclinados a escaparse hacia el
interior, fueron desplazados en otras. A principios del siglo XVI, el go-
bierno español autorizó la primera importación de esclavos africanos a
las colonias del Nuevo Mundo. El Tratado de Tordesillas de 1494, basa-
do en una bula papal que trazaba la línea de demarcación entre los
derechos de conquista de España y Portugal, concedió a Portugal la
exclusividad de los derechos comerciales y coloniales en África, al igual
que la exploración atlántica de Sudamérica, de manera que la entrada
de España en el comercio de esclavos se realizó a través de mercaderes
154
portugueses (Lipski, 1994) .
El gobierno español autorizó a tres puertos americanos a recibir
esclavos: Veracruz (México), Cartagena de Indias (Colombia) y
Portobelo (Panamá). Pronto se añadieron a la lista La Habana y varios
puertos venezolanos. Aunque muchos esclavos fueron llevados de con-
trabando a otras localidades, esos puertos manejaron el grueso del
mercado hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando la liberación del
comercio hizo que se abrieran otros puertos, entre ellos Buenos Aires,
155
y, más tarde, Montevideo (Lipski, 1994) .
156
Según Coll (2011) , en cuanto a las regiones de procedencia de los
157
esclavos, las recientes investigaciones de Montaño (2008) aportan
datos más específicos sobre los troncos étnico-culturales de la pobla-
ción de origen africano que fue llevada a Montevideo. La información
es la siguiente:
Pueblos bantúes censados en Montevideo fueron 20: Congo, Mozambique,
Angola, Bamguela, Manguela, Lubulo (Bolo, Rebolo, Dubulo), Camundá,

153
Loc. cit.
154
Op. cit., pág. 113.
155
Idem, pág. 112.
156
Magdalena Coll, “Las formas de tratamiento nominales usadas por y para la población
de origen africano en Montevideo en los siglos XVIII y XIX” en Leticia Rebollo Couto y Célia
Regina dos Santos Lopes (eds.), As formas de tratamento em português e em espanhol, Niterói,
Editora da UFF, 2011, págs. 356-385.
157
Óscar D. Montaño, Historia afrouruguaya, Montevideo, Mastergraf, 2008, t. 1, apud
Magdalena Coll, 2011, pág. 206.
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Casnche, Muzumbi, Moncholo, Kisamá, Songo, Luango, Ngangela, Muñan-


buno, Quizambe, Maquá (…).
Pueblos sudaneses fueron 6: Mina Nago (Yoruba), Mina Magí (Fon), Mina
Santé (Ashanti), Guinea (Igbo, Edo e Ijaw), Carabalí (Efik) y Santo Tomé (…)
Pueblos islamizados serían 4 si incluimos juntos al Auzá, Folá, Moro y al
158
Monsoro (Montaño, 2008, apud Coll, 2011) .

Las tareas propias de los esclavos eran las de los trabajadores de


campo y del servicio doméstico. Aquellos que habían obtenido su liber-
tad trabajaban también en el servicio doméstico y en el ámbito rural.
Además, ejercían diversos oficios como el de pastelero, aguatero,
camunguero y pregonero. Las mujeres eran pasteleras, lavanderas,
cocineras, niñeras o nodrizas.
159
Según Fontanella (1992) , “en los siglos XVIII y XIX hay testimonios
que identifican importantes grupos negros que continuaban hablando
en América solo sus lenguas originales, sin manejar ninguna variedad
de contacto”. Esta situación provoca problemas de comunicación en
prácticas lingüísticas religiosas y jurídicas como lo atestan los dos testi-
160
monios señalados por Fontanella (1992 ):
(…) los sacerdotes, para cumplir su ministerio, debían aprender lenguas afri-
canas. Así, por ejemplo, el padre Chome, misionero jesuita, informa en una
carta de 1730 que había en Buenos Aires miles de negros que no sabían espa-
ñol, por lo que se vio obligado a aprender la ‘lengua de Angola’ (nombre con
que se conocían en la época las lenguas bantúes) para poder oír sus confe-
siones. Es evidente que si los esclavos hubieran traído de África un criollo de
base portuguesa, el padre Chome no se hubiera visto obligado a aprender
una lengua bantú –con las dificultades que su estudio plantea– para comuni-
carse con ellos. Muestran una realidad similar las diferentes afirmaciones de
que se requerían intérpretes en juicios para traducir a los testigos o acusados
negros, existentes en documentos bonaerenses de los años 1760, 1804 y 1806.
La pluralidad de las lenguas africanas habladas en Buenos Aires queda clara-
mente atestiguada en el segundo caso, en el que se afirma que se utilizó como
intérpretes a hablantes de ocho ‘diferentes nacionalidades’ y ninguno consi-
161
guió traducir al acusado (Granda, 1988) .

La presencia de unidades léxicas y la penetración de muchas tradi-


ciones musicales, religiosas y culinarias son una muestra clara de las
repercusiones de las comunidades africanas en esta sociedad. Los afri-
canos trabajaron como criados y en otros oficios que los pusieron en
estrecho contacto con la estructura familiar íntima de la sociedad

158
Idem, pág. 293 de Montaño, en pág. 175 de Coll.
159
Op. cit., pág. 247.
160
Loc. cit.
161
Op. cit.
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198 EA 98/2012

162
(Lipski, 1994) . En muchas familias de clase alta, los hijos estaban a
cargo de mujeres africanas y jugaban con los niños negros. Esta tem-
prana exposición al español africanizado a menudo se veía reforzada
en la adolescencia y en la madurez por el contacto cotidiano con sir-
vientes, vendedores y artesanos, entre los cuales estaban bien repre-
sentados los negros en muchas regiones de Latinoamérica.
En el extremo más alto de la escala social la resistencia a adoptar abierta-
mente africanismos formaba parte de una actitud elitista. Entre los grupos
socioeconómicos más bajos, los elementos africanos penetraron con mayor
facilidad en el habla popular, y, siguiendo la movilidad social ascendente típi-
ca de las unidades vernáculas, a la larga llegaron a figurar en el habla de las
clases superiores. La música y el drama popular fueron dos de los vehículos
más eficaces de transmisión, y las actividades carnavalescas constituyeron el
elemento más importante en la región del Río de la Plata. Hay ciertos indi-
cios de que el tango argentino tiene raíces afro-hispánicas. Aunque la palabra
misma aparece en Andalucía antes del comercio de esclavos, los primeros eje-
cutantes de este baile en el Río de la Plata eran afro-argentinos. Un fenóme-
no típico del Montevideo y del Buenos Aires del siglo XIX eran los candom-
bes, grupos musicales y teatrales afro-hispánicos que, en parte, extendieron
los primeros cabildos y cuyas actividades se concentraban en el carnaval pre-
cuaresmal anual. Estos grupos utilizaban canciones populares en las que se
163
conservaba la lengua afro-hispánica (Lipski, 1994) .

Desde una perspectiva ecolingüística, a diferencia de las especies


naturales, la evolución de las lenguas es un proceso acelerado, con
características de mutación observables de generación en generación
164
(Mufwene, 2009) . Y así, en el eje del tiempo, a través de los siglos, se
mantiene un mismo nombre para cada lengua en función de su conti-
nuidad genética (español, portugués, guaraní), desconsiderando en la
clasificación de las lenguas las variedades aproximativas que emergen
de los contactos entre varias lenguas en los diferentes contextos histó-
ricos, condicionados por factores económicos y militares en sus res-
165
pectivas sociedades (Mello, 2011) .
El contacto con el portugués en la región fronteriza con Uruguay
ha generado un conjunto de variedades que modernamente se cono-
cen como DPU, Dialectos portugueses del Uruguay (Elizaincín, Barrio y
166
Behares, 1987) , también llamadas por la denominación única de
167
fronterizo (como lo señala Lipski, 1994) , que resultan de la “fusión
162
Op. cit., pág. 141.
163
Idem, págs. 141-142.
164
Op. cit.
165
Op. cit., pág. 173.
166
Adolfo Elizaincín, Graciela Barrios y Luis Ernesto Behares, Nos falemo brasilero. Dialectos
portugueses en Uruguay, Montevideo, Amesur, 1987.
167
Op. cit., pág. 374.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 199

de las gramáticas de ambas lenguas que le dieron origen” (Elizaincín,


168
2008) . Se trata de dialectos de base primordialmente portuguesa,
con gran variabilidad entre sí y que constituyen la lengua nativa de
amplia proporción de habitantes fronterizos de diversas regiones a lo
largo de la frontera entre Uruguay y Brasil y del interior de Uruguay,
169
como lo muestra Rona (1965) a través de mapas.
Como comienzo quieren las cosas, hay que ubicar el inicio de la época colo-
nial en 1516, con el “descubrimiento del Río de la Plata, por parte de Juan
Díaz de Solís; la segunda fecha significativa para la región platense es la fun-
dación (la primera) de Buenos Aires por Pedro de Mendoza en 1536; en 1580
sucede la “segunda” (y definitiva) fundación por parte del gobernador de
Asunción, Juan de Garay (solo doscientos años después, a fines del siglo XVIII,
se establece el Virreinato del Río de la Plata con capital en Buenos Aires). En
este contexto, la “Banda Oriental” fue una zona lateral, aislada; su actual capi-
tal, Montevideo (“San Felipe y Santiago”), fue fundada desde Buenos Aires en
1726. Y como zona despoblada sin control por parte de la autoridad, fue esce-
nario de luchas entre españoles y portugueses que codiciaban esas tierras.
De manera que el relacionamiento –pacífico o no– de hispanohablantes con
lusohablantes en esta zona es un rasgo constitutivo y fundacional. Ello se da
no solo a través de la frontera con Brasil, sino como consecuencia de otros
dos hechos de indudable importancia, aunque de peso menor en compara-
ción con la situación fronteriza.
En primer lugar, la fundación de la Ciudad de Colonia de Sacramento en
1680 por parte de los portugueses. La ciudad pasó, en los siglos sucesivos, de
manos de portugueses a manos españolas, en un constante ir y venir motiva-
do por conquistas militares o tratados internacionales de distribución de estas
tierras.
En segundo lugar, en la población de Montevideo predominan familias cana-
rias o descendientes de canarios. Bien sabido es que el español canario, sobre
todo en su léxico, presenta una fuerte influencia portuguesa resultado del
intenso contacto a través de la navegación (Canarias era un puerto obligado
de los navíos portugueses). De manera que todo el ambiente lingüístico de la
Banda Oriental está imbuido de lengua y cultura portuguesas (Elizaincín,
170
2008) .

A estos dos datos históricos se le suman la principal zona de con-


tacto que es la frontera con Brasil, y a partir de finales del siglo XIX el
fuerte impacto de otras lenguas migratorias, entre ellas el gallego, lo
que acentúa, dada la magnitud del número de los inmigrantes, la fami-
liaridad con las variedades lusas, a varios niveles y momentos históricos
de la región.

168
Op. cit., pág. 313.
169
José Pedro Rona, El dialecto fronterizo del norte del Uruguay, Montevideo, Adolfo Linardi
Editor, 1965, apud Adolfo Elizaincín, 2008, pág. 319.
170
Op. cit., págs. 305-306.
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200 EA 98/2012

171
Carvalho (2003) considera que los DPU forman un continuum que
varía desde el portugués brasilero urbano hasta el portugués uruguayo
rural. El contacto de los DPU con el español de la región noroeste de
Uruguay (ERN) promueve una serie de características en esta variedad
de español, como las siguientes: tendencia a la llamada aspiración de
-s tanto en posición de coda como de ataque; pronunciación labio-
dental sonora de v; ausencia de alófonos fricativos para los fonemas
/b d g/ y l además, elevación de /o/ hacia /u/ en sílabas postónicas y
de /e/ hacia /i/ en pretónicas, como en:

(25) Nosotru vamu al caticismu;


(26) Me gusta ver las pilículas de convoy, vió (ejemplos de Elizaincín, 2008:
172
307) .

En morfosintaxis, se considera que el producto del contacto de esa


variedad del español con los DPU genera una variedad caracterizada
por mayor frecuencia de expresión de sujetos pronominales y cambios
en el régimen preposicional de algunos verbos, y emergencia del CI
como forma nominal, sin cliticización, como lo observa Elizaincín
(2008: 312):

(27) Yo dije para la señora


(28) Mañana voy en Artigas de ómnibus (ejemplos de Elizaincín, 2008).

Con base en estos ejemplos, Elizaincín concluye que el ERN es una


variedad de español de base portuguesa “con ropaje léxico del espa-
173
ñol”. Asimismo, Oliveira y Sturza (2012) relatan casos de contactos
en el marco del Projeto das Escolas Interculturais Bilíngües de Fronteira, y
recogen datos como: La cor de mi perro es vermelho.
En la región rioplatense, el gentilicio brasilero es de uso corriente,
174
como en la mayor parte del Cono Sur. Según Lipski (1994) , pudo
haber llegado a generalizarse por medio del influjo del portugués
sobre las variedades del español en contacto con esa lengua. El con-
tacto entre Argentina, Uruguay y Brasil es un contacto intenso y con-
solidado, y también la rivalidad, que sobrevive hoy día, sobre todo en
el fútbol, como lo atesta el estribillo del programa “Peligro: Sin Co-
dificar 2013”, en una emisión en la que se presenta el número “La cum-

171
Op. cit.
172
Op. cit., pág. 307.
173
Gilvan Oliveira y Eliana Sturza, “La cor de mi perro es vermelha. Mapeamento das
situações lingüísticas nass fronteiras”, en Eliana Sturza, Ivani Fernandes y Valesca Irala
(eds.), Português e espanhol: esboço, percepções e entremeios, Santa Maria, UFSM, 2012, págs. 237-
262; cita de pág. 237.
174
Op. cit., pág. 377.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 201

bia papal”: brasilero, brasilero, qué amargado se te ve, la misa no es con caipi-
rinha, comulgamos con fernet. El estribillo juega con lo amargo del fernet
(bebida alcohólica amarga de uva, elaborada a partir de varios tipos de
hierbas: mirra, ruibarbo, manzanilla, cardamomo y azafrán, originaria
de la cultura de inmigrantes italianos argentinos) y lo dulce de la cai-
pirinha (bebida alchólica destilada a partir de la caña de azúcar, origi-
naria de la cultura de plantaciones afroamericanas brasileras).
En este programa deportivo que sigue desde 2008 los resultados del
fútbol argentino con humor, y que pasa a ser emitido a partir de marzo
de 2013 por Telefe, se retoma –con el tema de la elección papal– el
contexto de la rivalidad entre argentinos y brasileros en el fútbol:
Tenemos a Pancho Primero, que es más grande que Pelé / Maradona y Pancho
Uno son más grandes que Pelé / Messi, Maradona y Pancho, son más grandes
que Pelé. Pero también se retoman los estereotipos históricos de un pue-
blo argentino blanco, italiano (Messi, Maradona y Bergoglio) origina-
rio del transplante cultural de una inmigración europea, frente a un
pueblo brasilero negro o mestizo (Pelé) originario de las plantaciones
de azúcar o café, o del sistema esclavista portugués y de su comercio
175
con África . También en Montevideo, el tradicional Café Brasilero, fun-
dado en 1877, en la Calle Ituzaingó y 25 de Mayo, Ciudad Vieja, atesta
la vigencia histórica y la preferencia popular por este gentilicio sobre
brasileño.
La importancia de las investigaciones sociolingüísticas en el campo
de los contactos se ha vuelto un tema fundamental en las últimas déca-
das, por la relevancia que los estudios históricos le han dado al contac-
to lingüístico en la formación de las lenguas; por la globalización y la
intensificación de contactos entre países lejanos. La internacionaliza-
ción y la globalización aumentan la complejidad y la dinámica de con-
tactos lingüísticos, evidenciando la dimensión del contacto cultural
vehiculado por las lenguas y los fenómenos migratorios masivos, que si
bien no son una novedad, se intensificaron e hicieron del contacto con
lenguas y culturas diferentes una experiencia cotidiana de millones de
176
individuos (Mello, Altenhofen y Rasso, 2011) .
Para este tipo de estudios es fundamental contextualizar, bajo una
perspectiva histórica y social, algunos aspectos demográficos y políticos
relacionados a los movimientos poblacionales en un territorio, las

175
Nótese que caipirinha, escrito con nh en los subtítulos de la emisión televisiva argen-
tina, así como brasilero, son marcas léxicas que atestan la intensidad de contactos entre las
dos culturas, o pueblos. Cualquier telespectador argentino reconoce la imagen gráfica por-
tuguesa de caipirinha, y del sufijo de diminutivo portugués usado en Brasil. “Peligro: Sin
Codificar 2013 - La cumbia papal”: (<http://www.youtube.com/watch?v=9FIIATmiCtU
&sns=fb>).
176
Op. cit., pág. 9.
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202 EA 98/2012

implicaciones políticas y educativas que se establecen entre una lengua


mayoritaria y lenguas minoritarias. Asumir premisas de pluralidad y de
contactos multiculturales como constitutivos de una variedad lingüísti-
ca implica el reconocimiento casi unánime de que el monolingüismo
es mucho más la excepción que la regla, y que algún tipo de relación
con más de una variedad lingüística es la realidad de la gran mayoría
177
de la población del planeta (Mello, Altenhofen y Rasso, 2011) .

7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El objetivo de este trabajo es mostrar un panorama actual de los


principales temas e investigaciones sociolingüísticas realizadas sobre el
área rioplatense, considerando sobre todo los ejes urbanos de Buenos
Aires, Montevideo, Rosario, La Plata y Bahía Blanca. En definitiva, se
trataron temas relacionados a la variación léxica y a la variación foné-
tica y fonológica, considerando elementos segmentales como seseo,
yeísmo, realización aspirada de /s/ y realización de la serie oclusiva
/b d g/. También se presentan con notación métrica autosegmental
curvas fonológicas de entonación para enunciados interrogativos, pre-
guntas y peticiones. Del punto de vista sintáctico destacamos estudios
de variación sobre funciones informativas, clíticos y usos de tiempos
verbales. Desde una perspectiva pragmalingüística y conversacional
son tratados los principales puntos de variación en formas de trata-
miento, la alternancia vos, tú, usted en esta región lingüística y en la
forma plural ustedes. Asimismo, presentamos algunas ilustraciones de
estrategias intensificadoras y mitigadoras de actos de habla, cuidando
particularmente el rol del uso de diminutivos y marcadores conversa-
cionales, como indexadores de identidades regionales. Concluimos
con una reflexión sobre contactos lingüísticos, historia colonial, movi-
lidad y globalización para contribuir a la descripción multicultural de
los hablantes que hoy viven e interactúan en esta región lingüística. No
se trata de un repertorio exhaustivo de trabajos y bibliografía, sino, más
bien, una selección de los principales temas de variación que podrían
ilustrar los distintos ámbitos de la investigación sociolingüística, con
una muestra de los temas más estudiados y con otros sobre los que
todavía queda mucho por decir, sobre todo considerando los compo-
nentes sociolingüísticos que caracterizan el español rioplatense des-
pués de siglos de contactos.

177
Loc. cit.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 203

APÉNDICE 1

Copia del documento “Constitución del Gran Consejo Territorial Permanente de


la Nación Mapuche” (texto cedido por José Ribamar Bessa, historiador y antropólo-
go indigenista brasilero).

Uruguay: Acta Constitutiva

Gran Consejo Territorial Permanente de la Nación Charrúa.


Los abajo firmantes, integrantes de las comunidades charrúas ubicadas en los
actuales estados de Brasil, Argentina, y República Oriental del Uruguay, acuerdan lo
siguiente:

Primero: Nacimiento
Que a partir del día 18 de agosto del año 2007, en la ciudad de Tacuarembó,
República Oriental del Uruguay, nos constituimos como el Gran Consejo Territorial
de la Nación Charrúa, siendo las comunidades presentes y sus integrantes quienes
avalan esta constitución de manera horizontal, como nuestro compromiso de vida
nos designa.

Segundo: Objetivo General


Que a partir de la fecha extendemos el actual Consejo Territorial de la Nación
Charrúa de Entre Ríos, Argentina, a los hermanos charrúas ubicados en otras provin-
cias como la Pcia. de Chaco, y de Santa Fe, y otras no presentes en este acto; pero que
en su momento darán la correspondiente conformidad; y a los hermanos charrúas de
las comunidades abajo firmantes de Brasil y República Oriental del Uruguay.

Tercero: Objetivos Particulares


Que procedemos a elegir por cada comunidad presente, un representante a los
fines de mantener una fluida comunicación entrelazando, intercambiando y fortale-
ciendo los principios charrúas, nuestra cosmovisión, nuestra lengua madre origina-
ria, y todo el hacer cultural y de rescate de nuestra identidad, tal como fuera en otros
tiempos la nuestra gran nación –debiendo gestar para la actualidad políticas indíge-
nas acordes a la realidad socio-política– cultural existentes en los tres países, armo-
nizándolas desde las legislaciones nacionales e internacionales.

Cuarto: Formas de actuación


Propiciar un encuentro anual de los integrantes a los fines de reafirmar el com-
promiso plasmado en el presente documento, asimismo lograr el reconocimiento de
los estados, propiciar la defensa de los derechos preexistentes de los pueblos-nacio-
nes originarias en los tres países, como asimismo, su legitimación y reconocimiento
por la legislación nacional e internacional, aunando criterios y comportamientos.

Quinto: Observador de la Gran Nación Mapuche


Que como observador que le da carácter formal a este Consejo se presenta el
hermano mapuche: Edgardo Curaqueo, lonko de la comunidad de Mongel
Mamuell de la actual Pcia de Róo Negro, Argentina, quien legitima el mismo por
pertenecer al Pueblo Nación Mapuche, nación siempre en pie, con cosmovision
originaria.
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204 EA 98/2012

Sexto: Estatuto
Conformar un estatuto interno del Consejo Territorial de nuestra Gran Nación,
a los fines de determinar la forma de admisión de las comunidades al Consejo Mayor,
criterios y pautas de comportamiento a seguir, permanencia de las comunidades en
el Gran Consejo, formas de sanción por incumplimiento de las pautas trazadas,
inconductas, egreso, etc. Por sobre todo establecer el eje Ético del comportamiento
de los integrantes del Gran Consejo de la Nación Charrúa, nuevamente en pie.

Séptimo:
Los hermanos de las comunidades charrúas deberán tomar como compromiso
de vida los principios de nuestros abuelos ancestrales, tales como la igualdad, la liber-
tad antes que la vida, y el valor de la palabra empeñada. Reconocimiento de la dig-
nidad que como pueblo originario nos corresponde, el valor como substancia fun-
damental de nuestro carácter, el compromiso social ineludible con la naturaleza, con
nuestro territorio, como parte de nuestro ser y nuestra cosmovisión.

Octavo:
Realizar las ceremonias originarias, desarrollar nuestra espiritualidad de acuerdo
a la tradición oral de nuestras familias charrúas, respetando a los abuelos como trans-
misores de nuestra cultura ancestral.

Noveno:
La organización interna de las comunidades charrúas actuales deberán funcio-
nar acordes a las pautas tradicionales establecidas por los ancestros, y con su guía.

Décimo:
A partir de este momento constitutivo se trazaran los lineamientos para la elec-
ción de miembros que tendrán la misión de elaborar un estatuto, el cual deberá ser
plasmado de acuerdo a lo que establezcan todas las comunidades integrantes, respe-
tando nuestra horizontalidad e igualdad.
Definir e identificar: Para entender el sentido actual de la palabra comunidad,
sabiendo que muchos pueblos se reorganizan luego de la diáspora producida por el
intento de etnocidio, se tomará como concepto la idea dada por el convenio 169 de
la OIT, propiciando que los países que no lo hayan ratificado lo hagan. Asimismo, las
comunidades integrantes pueden o no tener personería jurídica, al momento de
integrar el Gran Consejo Territorial Permanente de la Nación Charrúa.
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SOCIOLINGÜÍSTICA RIOPLATENSE 205

APÉNDICE 2

Roberto Fontanarrosa,
20 años de Inodoro
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PAPELETAS GRAMATICALES:
USO Y NORMA
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LA CONSTELACIÓN COMUNICATIVA COLOQUIAL.


HACIA UN MODO MÁS DINÁMICO
DE ENTENDER LO COLOQUIAL

ANTONIO BRIZ
Universidad de Valencia, Grupo Val.Es.Co. IULMA

Desde la propuesta extendida sobre variación diafásica del grupo


1
Val.Es.Co. (Briz, 2010 y 2013), lo coloquial se entiende como una cons-
telación comunicativa, esto es, como un conjunto armonioso de rasgos
como los que siguen, trazados de modo imaginario sobre un dibujo
que aparece en el cuadro resumen final:

Situacionales:

a) de mayor relación de igualdad social o funcional: entre los interlocu-


tores que participan en una interacción existe solidaridad y acer-
camiento;
b) de mayor relación vivencial de proximidad: entre los interlocutores
existen saberes, conocimientos y contextos compartidos;
c) de mayor cotidianidad temática del evento comunicativo: temas de
la vida cotidiana, no especializados;
d) en las que el marco o espacio interaccional es más cotidiano: relación
de cotidianidad de los participantes con el marco espacial en el
que se sitúa la interacción.

A esos rasgos situacionales de coloquialidad se asocian diafásica-


mente otros:
2
e) un fin más interpersonal (un fin comunicativo socializador) ;
f) un grado mayor de planificación sobre la marcha;
g) un tono más informal.

1
Véase la propuesta inicial, en Briz, coord. (1995: 25 y ss) y Briz y grupo Val.Es.Co. (2002:
17-27), y el desarrollo de esta, en Briz y Val.Es.Co. (2010) y Briz (2013).
2
Quizás, el rasgo de mayor proximidad y el de mayor fin interpersonal podrían dar razón
de la mayor “implicación emotiva” y del mayor “carácter subjetivo” de lo coloquial. En Briz

Español Actual, 98/2012


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218 EA 98/2012

Y diatópica y distráticamente:

h) una mayor presencia de rasgos dialectales y sociolectales de edad


y de sexo;
i) una mayor nivelación de los rasgos sociolectales de nivel socio-
cultural.

Todos estos rasgos son graduales en el sentido que pueden darse en


mayor o menor medida. Así, a “mayor” o “menor” presencia de estos,
respectivamente, “mayor” o “menor” grado de coloquialidad. Del
mayor grado resulta el prototipo de lo coloquial; del menor, la periferia
de dicha escala.
Lo mismo podría afirmarse del registro formal. En otras palabras,
cabe distinguir entre situaciones de mayor o menor coloquialidad y
situaciones de mayor o menor formalidad (entre la constelación comuni-
cativa +/-coloquial y la constelación comunicativa +/-formal, en los términos
con que se refiere a esta propuesta López Serena, 2007, o, en los tér-
minos de Oesterreicher, 1996, y Koch y Oesterreicher, 1990, situaciones
de más o menos inmediatez comunicativa).
Los cuatro primeros rasgos (+relación de igualdad social o funcional,
+relación vivencial de proximidad, +cotidianidad temática +marco o espacio
interaccional cotidiano) definen la situación que favorece el uso colo-
quial; son los que en la propuesta Val.Es.Co. se denominan rasgos colo-
quializadores, puesto que, además de favorecer la coloquialidad del dis-
curso, cualquiera de estos tiene la capacidad de neutralizar la ausencia
de los otros y, por tanto, de coloquializar una situación comunicativa,
en principio, menos coloquial o no coloquial.
En efecto, aun cuando el fin pueda ser transaccional y el grado de
cotidianidad temática sea menor, se puede hablar coloquialmente
durante una transacción comercial, por la relación de mayor proximi-
dad que pueda existir entre vendedor y cliente. Se puede hablar colo-
quialmente entre un profesor y un estudiante durante una cena de fin
de curso, aunque de partida haya entre estos desigualdad social y fun-
cional; a pesar del fin transaccional y de la distancia interpersonal, se
puede hablar coloquialmente en un congreso o durante una reunión
de negocios, en un momento de receso; asimismo, se puede hablar
coloquialmente el lenguaje de especialidad. Y a veces se escribe como
si se hablara (en cuanto a la construcción y progresión del discurso),
es decir, se puede “hablar” coloquialmente por escrito en situaciones

(1998) se hablaba también de grado de confianza y, es evidente, que la confianza entre los
interlocutores favorece que afloren con naturalidad las emociones y eso que se ha llamado
(mayor) expresividad.
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LA CONSTELACIÓN COMUNICATIVA COLOQUIAL 219

de +inmediatez, atendiendo, por ejemplo, al menor grado de planifi-


3
cación de ciertos discursos (un chat, una carta familiar) . La diferencia
en tales casos es solo de grado, esto es, de menor presencia de rasgos
coloquiales y, en consecuencia, de menor grado de prototipicidad colo-
quial. Los discursos resultantes se situarían en lo que hemos denomi-
nado la periferia de lo coloquial (son coloquiales o pertenecen a la cons-
telación comunicativa de lo coloquial, pero en menor grado).
Los tres rasgos siguientes (+fin interpersonal, +planificación sobre la
marcha, +tono más informal) están teóricamente vinculados con la varie-
dad lingüística resultante, con el registro coloquial, y están en correla-
ción con los anteriores.
Y los dos últimos, relacionados con las características socioculturales
de los usuarios (+presencia de rasgos dialectales y sociolectales de edad
y de sexo, +nivelación de los rasgos sociolectales de nivel sociocultural),
añaden perfiles lingüísticos a dicho registro. Las características de ori-
gen y procedencia, de edad y sexo afloran en mayor medida en las situa-
ciones de coloquialidad, al contrario de lo que sucede con las de estra-
to sociocultural, las cuales, en ocasiones, pueden llegar a nivelarse en
cierto grado (en el sentido de que pueden aparecer hechos lingüísticos
poco esperables desde la consideración de algunas variables sociales:
fenómenos extremos de fonética sintáctica: t’ol mundo; pérdida de soni-
dos, truncamientos sintácticos, anacolutos, etc.).
Los modos de habla se explican en virtud de esta variación situa-
cional escalar. La presencia mayor o menor de todos los rasgos que
constituyen la constelación comunicativa coloquial, que significa, como
venimos señalando, grados dentro de dicha escala, determinan y favo-
recen estilos comunicativos y géneros prototípicos o periféricos en
esta. Haría falta un dibujo que pudiera representar el conjunto de esta
variación situacional o pragmática. Hasta que los trazos de esa conste-
lación se unan para formar ese dibujo u otro, valga el cuadro que apa-
rece al final del trabajo.
La variación diafásica o situacional se explica a partir de estas dos
escalas, que son, además de graduales, dinámicas, puesto que están en
continuo movimiento. El dinamismo y el carácter gradual –y así pues
relativo– de esta definición de lo coloquial (y de lo formal) permite
explicar los movimientos y cambios que sufren los registros cuando
alguno de los rasgos citados se altera, incluso, en la misma interacción.
Tales grados de coloquialidad y de formalidad tienen, a su vez, corre-
latos en la actividad estratégica. En efecto, las formas lingüísticas –que,

3
Sobre la variación oral y escrito, véase Biber (1988); sobre el concepto de planificación,
véase Ochs (1979). Véase, asimismo, en Narbona (1996: 160 y Narbona, 2012: 9-13), el
esquema sobre la variación de géneros a partir de dos ejes, el de lo oral y lo escrito.
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220 EA 98/2012

pragmáticamente, se convierten en tácticas–, así como las funciones


–que son las estrategias para intentar lograr las metas previstas, el éxito
de la interacción–, van asociadas a estas escalas y se mueven y modifi-
can con los movimientos en estas. Así, una conversación coloquial espa-
ñola, caracterizada de modo estático como poco atenuante en sus
modos de expresión, presenta atenuación cuando en un momento
dado existen efectos de descortesía, como, por ejemplo, una posible
amenaza a la imagen de los interlocutores:

[Situación: Amigos, varones, menores de 25, nivel sociocultural: A, alto; B, C


y D, medio; interacción en el campo mientras comen. El interlocutor A se ha
comprado un ordenador Apple]

A1: un Maquintos§
C1: § ¿¡y por qué no te has comprao un- un Pecé!?
A2: ¡coño! cállate ya? hombre/ porque es el único que conozco
C2: pero ese no es el mejor
((…))
C3: vamos$ [yo es que todo el mundo=]
A3: [no/ pero da lo mismo]
C: = que conozco se compra Pecé/ no está tan caro

[Briz y grupo Val.Es.Co., 2002: H.38.A.1: págs. 70-71, líneas 803-807 y 814-816]

Como puede notarse, la intromisión de C (C1) en el territorio de A


y el enfado manifiesto de este en su segunda intervención (A2) desen-
cadenan las intervenciones ahora atenuadas (C2 y C3). Y, en general,
la estrategia de atenuación se activa cuando el fin lo requiere; por
ejemplo, una petición en España se puede realizar sin apenas atenua-
ción (oye, tráeme los papeles que te pedí) o con mayor grado de atenuación
(por favor, ¿puedes traerme los papeles que te pedí?, es que los necesito urgente-
mente). La elección depende de diferentes factores; uno de ellos tienen
que ver con el fin; de modo que a mayores obstáculos para lograr lo
pedido, mayor atenuación. Por supuesto, influyen también las diferen-
cias socioculturales de los participantes, el cambio de papeles en las
relaciones de igualdad, etc.
La alteración de esos rasgos situacionales provoca, asimismo, que
un género +formal como la entrevista se convierta por momentos en
una conversación coloquial, que una conferencia aumente su grado de
interactividad y oralidad o que una carta, como ya se señalaba antes,
disminuya su concepción escrita (escribir como si se hablara).
En consecuencia, los grados de coloquialidad aumentan o disminu-
yen en virtud del movimiento a veces continuo de los rasgos situacio-
nales. Y esos grados diferentes se asocian con haces de rasgos lingüísti-
cos. En general, puede afirmarse, tras los análisis practicados sobre
08_Papeletas_Briz.qxd 21/10/13 18:19 Página 221

LA CONSTELACIÓN COMUNICATIVA COLOQUIAL 221

varios géneros discursivos (Albelda, 2004; Briz, 1998, Briz, 2012, Briz,
2013) que, a mayor grado de inmediatez comunicativa, mayor relaja-
ción textual (en la construcción del discurso), mayor relajación prag-
mática (en la actividad estratégica) y mayor relajación social (en rela-
ción con las actividades de imagen y, en general, con las relaciones
interpersonales).
Sin duda, puesto que el texto coloquial se planifica sobre la marcha,
ese control menor de lo producido favorece una serie de hechos lin-
güísticos como la pérdida de sonidos, las vacilaciones, los reinicios y
vueltas atrás, la deixis y elipsis extremas (el contexto suple “lo que no
se dice”), un léxico menos preciso (empleo de proformas…), un orden
más pragmático de palabras (topicalizaciones, dislocaciones…), etc.
Del mismo modo, la interacción coloquial se relaja pragmática y
socialmente en el sentido de que el plan para lograr una meta se reali-
za sobre la marcha. Por ello se produce también una relajación de las
actividades que tienen que ver con las relaciones interpersonales, con
la imagen y el territorio, con los contratos conversacionales: se usan for-
mas de tratamiento cercano o familiar (tuteo, apelativos cariñosos),
hay menor presencia de actividad atenuadora, hay mayor presencia de
anticortesía (descortesía fingida), etc.
Además, la constelación comunicativa coloquial se envuelve con otra
serie de rasgos que son parte de la misma. Lo prototípicamente colo-
quial es +oral (en el sentido concepcional antes aludido), +actual (en
cuanto a su ejecución en una coordenada espacio-temporal: +ahora,
+aquí y +ante ti), +dialogal (hay una alternancia de turnos, de hablan-
4
tes, mayor), +dinámico y cooperativo (se obra juntamente con otro, gra-
cias a lo cual se retroalimenta y progresa, y hay mayor sucesión de inter-
cambios: de modo frecuente, el hablante pasa a oyente y el oyente, a
4
En Briz (2007: 18) se explica que la mayor presencia en un discurso de intervenciones
reactivo-iniciativas (Ir-i: intervención que es reacción e inicio a la vez; esto es, que viene pro-
vocada por una intervención anterior y provoca habla posterior) está en relación directa con
el grado de dinamismo en este. Más aún, en cuanto a su dinamismo, hay interacciones de
menor dinamismo donde predomina la estructura intervención iniciativa (Ii) /intervención reac-
tiva (Ir), sea el caso de una entrevista (la Ii es una pregunta y la Ir es la respuesta); otras, de
mayor dinamismo, donde aparecen una estructura algo más compleja, puesto que puede
reconocerse alguna intervención reactivo-iniciativa: Ii/Ir-i/Ir. Y, en fin, estructuras donde el
número de intervenciones reactivo-iniciativas es muy alto y, en consecuencia, también su
(n)
dinamismo: Ii/Ir-i /Ir.
Cierto es que este grado de dinamismo puede variar en el mismo discurso; así, el dina-
mismo de una conversación coloquial disminuye en las secuencias dialógicas narrativas (de
relatos dramatizados), en las cuales un participante puede intervenir en un turno de habla
de varios minutos con meras reacciones de paso del resto de interlocutores, con lo que el
discurso en este momento es –dialogal y –dinámico. Lo cual demuestra , como venimos seña-
lando, que los rasgos pueden modificarse en una misma interacción y, por tanto, el conjun-
to de la escala variacional.
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222 EA 98/2012

5
hablante) y, lo más importante, esa mayor alternancia de turno está
predeterminada (Briz, coord., 1995: 27-30). Es este, precisamente, el
rasgo definidor y exclusivo de la conversación, frente a otros géneros
orales, dialogales, retroalimentados, cooperativos y dinámicos como el
debate o la entrevista, géneros no tan libres en la conducta interaccio-
nal, ni en la progresión textual; la entrevista responde al esquema
general de pregunta-respuesta y en el debate, es un moderador el que
6
reparte la vez entre los varios asistentes, al menos dos . Dicho de otro
modo, estos son en la escala de la variación establecida géneros o rea-
lizaciones discursivas con menor grado de oralidad, menor dinamis-
mo… que la conversación cotidiana.
No extraña por ello que la conversación cotidiana sea la realización
discursiva donde más auténticamente se manifiesta la constelación
comunicativa coloquial y constituya el ejemplo o prototipo de dicha
escala.
En suma, los rasgos de situación de +inmediatez comunicativa, los
del registro informal (como conjunto de constantes lingüísticas y estra-
tegias asociadas a tal situación, incluidas como tales las derivadas, en
concreto, de las características dialectales y sociolectales de los usua-
rios), así como los de género discursivo (+/- oral, +/-dinámico…) son,
según nuestra concepción, piezas conectadas al eje y escala de lo colo-
quial, de la constelación comunicativa coloquial, partes, así pues, del
mismo engranaje. Un engranaje en continuo movimiento sincrónico y
diacrónico.

5
Hablante y oyente son dos de los diferentes tipos de participantes en una interacción. Se
trata de los artífices de la misma, de quienes hacen que una interacción avance y progrese.
El hablante(oyente) y el oyente(hablante) son emisores y participantes reconocidos como
tales, es decir, tienen adjudicado dicho papel por el que produce o recibe la emisión (en tér-
minos conversacionales, ocupan turnos de habla sucesivos). Pero en una conversación, por
ejemplo, no todos son hablantes y oyentes, no todos los participantes son reconocidos como
tales. Los hay también que solo son emisores y receptores en tanto que nadie les ha dado el papel
de agentes, es decir, estos pueden intervenir y emitir sonidos, pero sin ocupar turno de
habla. Recuérdense, por ejemplo, algunas intervenciones fáticas, de paso, que puede reali-
zar un participante al turno e intervención de otro (sí, claro), sin que sean atendidas y acep-
tadas por quien tiene la vez. En tales casos, hay un emisor, pero no un hablante. Así, los
hablantes-oyentes y los oyentes-hablantes intervienen y participan en la toma y alternancia
de turnos; los emisores intervienen, pero no participan en dicha alternancia.
6
Para la definición de género discursivo, véase Charaudeau (2004). Una caracterización
del género entrevista, en Méndez García (2003), y del debate, en Cortés y Bañón (1997).
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LA CONSTELACIÓN COMUNICATIVA COLOQUIAL 223


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224 EA 98/2012

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EL PROYECTO PARA EL ESTUDIO SOCIOLINGÜÍSTICO DEL


ESPAÑOL DE ESPAÑA Y AMÉRICA (PRESEEA)

ANA Mª CESTERO MANCERA


Universidad de Alcalá

1
En 1992, en el Congreso de La Lengua Española, Silva-Corvalán (1994)
presentó una propuesta de investigación sociolingüística de la len-
gua española que, a lo largo de los veinte años que han transcurrido
desde entonces, ha dado frutos de gran interés y trascendencia en el
marco del proyecto internacional conocido como PRESEEA :
“Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y
América”.
La dirección apuntada por Silva-Corvalán en su “titánica” (1994:
413) propuesta formulaba como objetivo prioritario la realización de
“un estudio sociolingüístico coordinado del español hablado en las
principales ciudades de España y de América” (1994: 400), con el que
se resolviera la dispersión teórica y metodológica propia de las investi-
gaciones sociolingüísticas de la época, que dificultaba o imposibilitaba
la comparabilidad de los hallazgos, y que ampliara el proyecto de la
2
norma culta (Lope Blanch, 1986) . Para llevarlo a cabo era necesario
“desarrollar una metodología científica adecuada que determinara téc-
nicas rigurosas de recogida, análisis e interpretación de los datos”
(Silva-Corvalán, 1994: 402) y establecer los objetivos y objetos de estu-
dio específicos. Tal ambiciosa tarea fue emprendida, en 1993, por los
miembros de la Comisión de Sociolingüística de la Asociación de
Lingüística y Filología de la América Latina (ALFAL), alentados por
López Morales, en su reunión en el X Congreso Internacional de
Lingüística y Filología de la América Latina (ALFAL), y fue presentada en
forma de proyecto de grandes dimensiones, denominado “Proyecto
para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América (PRE-
SEEA)”, coordinado por Moreno Fernández, durante la celebración del

1
Carmen Silva-Corvalán, “Direcciones en los estudios sociolingüísticos de la lengua espa-
ñola”, en Actas del Congreso de la Lengua Española, Sevilla, 7-10 de octubre de 1992, Madrid,
Instituto Cervantes, 1994, págs. 399-415.
2
Juan M. Lope Blanch, El estudio del español hablado culto, UNAM, México, 1986.

Español Actual, 98/2012


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228 EA 98/2012

XI Congreso Internacional de Lingüística y Filología de la América Latina


3
(ALFAL) .
PRESEEA tiene como finalidad realizar, de forma coordinada, una
serie de investigaciones sociolingüísticas de Latinoamérica y de España
para facilitar la comparabilidad de datos lingüísticos y el intercambio
de materiales e información básica. El proyecto está reuniendo el
mayor corpus existente de lengua española hablada a partir de la apli-
cación de una misma metodología sociolingüística en una amplia red
de ciudades hispanohablantes, y está llevando a cabo una serie de estu-
dios sociolingüísticos con iguales procedimientos analíticos. Forman
parte de él, en la actualidad, equipos de investigación de Argentina,
Colombia, Cuba, Chile, Guatemala, Ecuador, España, Estados Unidos,
México, Panamá, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.
Desde el punto de vista teórico, PRESEEA se asienta sobre una serie
de principios teóricos de carácter sociolingüístico y sociológico, que
tienen que ver con aspectos tales como la concepción del dialecto
como propiedad de una comunidad de habla, la variabilidad como
rasgo caracterizador de la lengua, la cuantificación como método ana-
4
lítico y la representatividad de las muestras de habla .

3
Los orígenes y el desarrollo del proyecto PRESEEA se describen ampliamente en
Francisco Moreno Fernández, “Metodología del ‘Proyecto para el estudio sociolingüístico
del Español de España y de América’ (PRESEEA)”, Lingüística, 8 (1996), págs. 257-287;
“Metodología del ‘Proyecto para el estudio sociolingüístico del Español de España y de
América’ (PRESEEA)”, F. Moreno Fernández (ed.), Trabajos de sociolingüística hispánica,
Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, 1997, págs. 137-
167; Principios de Sociolingüística y Sociología del lenguaje, Ariel, Barcelona, 2005a 2ª edición, e
Historia social de las lenguas de España, Ariel, Barcelona, 2005b. Véase también F. Moreno
Fernández, A. M. Cestero Mancera, I. Molina Martos y F. Paredes García, “La sociolingüísti-
ca de Alcalá de Henares en el ‘Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de
España y América’ (PRESEEA)”, Oralia, 3 (2000), págs. 149-168 y “El Proyecto para el Estudio
Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA): antecedentes, objetivos y esta-
do actual”, en Leonel Ruiz Miyares et al. (eds.), Actas del VII Simposio Internacional de
Comunicación Social, Centro de Lingüística Aplicada/Universidad de Málaga, Málaga, 2001,
págs. 45-47. Los equipos integrantes del PRESEEA han seguido reuniéndose, periódicamen-
te, en las siguientes ediciones del Congreso Internacional de la ALFAL y en Reuniones cien-
tíficas y Encuentros internacionales específicos del Proyecto PRESEEA subvencionados por la
AECI y patrocinados, en los últimos años, por la Fundación Comillas.
4
Algunos de estos principios fueron formulados por F. Moreno Fernández (1997) del
siguiente modo: Principio del dialecto: “el dialecto se manifiesta en una comunidad”;
Principio de la comunidad de habla: “una comunidad de habla está formada por un con-
junto de hablantes que comparten al menos una variedad lingüística, unas reglas de uso, una
interpretación de ese uso, unas actitudes y una misma valoración de las formas lingüísticas”;
Principio de la variación lingüística: “los usos lingüísticos variables –fonéticos, gramaticales
o léxico-semánticos– pueden covariar con otros elementos lingüísticos o extralingüísticos”;
Principio de la cuantificación: “para establecer relaciones entre variables lingüísticas y varia-
bles sociales se requieren métodos cuantitativos”; Principio de la representatividad: “el habla
de una muestra debe ser representativa de un grupo social o de una comunidad”.
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PRESEEA 229

Los objetivos generales apuntados por Silva-Corvalán en la pro-


puesta de investigación coordinada (1994: 401) han guiado el desarro-
llo del PRESEEA desde sus orígenes, quedando formulados de la
siguiente manera:

1) Creación del Corpus Sociolingüístico del Español (Corpus PRESEEA).


2) Estudio sociolingüístico coordinado del español hablado.

El Corpus Sociolingüístico del Español se está creando a partir de una


serie de requisitos mínimos que favorecen la homogeneidad en la reco-
5
lección de materiales de lengua hablada ; responde, así, al desarrollo
de técnicas rigurosas de recogida de material en pro de una metodo-
logía científica adecuada:

– Los hablantes seleccionados pueden ser monolingües o bilingües


6
con un dominio del español equivalente al de un monolingüe .
Se trabaja, pues, tanto con comunidades monolingües como con
comunidades bilingües o plurilingües, de manera que pueden
encauzarse dos vías de investigación diferentes: una centrada en
el estudio de variedades del español sin considerar el contacto
entre variedades diatópicas y otra centrada en el contacto, tanto
entre dialectos como entre lenguas diferentes (Silva-Corvalán,
1994; Moreno Fernández, 1997).
– Los núcleos de población investigados son comunidades con una
población asentada, con conciencia de comunidad de habla.
– El muestreo es representativo del universo que sirve de base al
estudio sociolingüístico. Se trabaja con muestras por cuotas con
afijación uniforme. La estratificación de la muestra se hace
teniendo en cuenta tres variables: sexo (hombre y mujer), edad
(Generación 1, de 20 a 34 años; Generación 2, de 35 a 54 años, y
Generación 3, de más de 55 años) y nivel de estudios (Grado de
Instrucción 1: Enseñanza Primaria; Grado de Instrucción 2:
Enseñanza Secundaria; Grado de Instrucción 3: Enseñanza
Superior). Es posible añadir otras variables en la posestratifica-
ción de la muestra, en función de las características del núcleo
estudiado, tales como ingresos económicos, profesión o modo de
vida.

5
Véase F. Moreno Fernández (1997).
6
El bilingüismo que se tiene en cuenta es el derivado del uso habitual de dos lenguas
dentro de una comunidad. Esto quiere decir que se puede trabajar con individuos bilingües
en ciudades como Barcelona (España) o Asunción (Paraguay). De hecho, se ha trabajado sis-
temáticamente con individuos bilingües hasta ahora en Barcelona, Guatemala, Lérida,
Palma de Mallorca, Santiago de Compostela y Valencia.
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230 EA 98/2012

– El tamaño de la muestra se ajusta a los niveles de representativi-


dad que se consideran adecuados en los trabajos de sociolingüís-
tica. El tamaño-tipo con el que se está trabajando es de 54, 72 o
108 informantes.
– La recogida de datos se hace por medio de conversaciones semi-
dirigidas de no menos de 45 minutos de duración, grabadas con
magnetófono a la vista. Para obtener una información adecuada
sobre los usos lingüísticos de nuestras comunidades, se propuso
una encuesta que tuviera en cuenta, de forma especial, discursos
de distintos tipos (descripciones, argumentaciones, narraciones,
7
discurso hipotético, transacciones conversacionales) , que dieran
acceso a variables fónicas, morfosintácticas y léxicas, y a aspectos
de la variación lingüística que generalmente quedan en un
segundo plano o no se tratan en otras investigaciones sociolin-
güísticas: variación pragmática y discursiva. PRESEEA controla, así,
el tema y consigue géneros discursivos diversos; tiene en cuenta,
además, el paso del tiempo en la entrevista y la acomodación de
conducta lingüística.
– La transcripción de los materiales se realiza siguiendo las con-
venciones internacionales de la TEI (Text Encoding Initiative) y uti-
lizando un sistema de etiquetado mínimo establecido por con-
8
senso (PRESEEA, 2008) .

Con estos presupuestos metodológicos de base, 40 equipos de inves-


tigación han unido esfuerzos para reunir el mayor corpus sociolingüís-
tico de lengua hablada existente en España y en América, en un corte
9
sincrónico que abarca desde 1995 hasta 2010 , en una primera etapa.
Se dispone ya de los corpus correspondientes a las siguientes comuni-
dades urbanas hispanohablantes: Alcalá de Henares (España),
Barranquilla (Colombia), Caracas (Venezuela), Granada (España), La
Habana (Cuba), Las Palmas de Gran Canaria (España), Lima (Perú),
Madrid (España), Málaga (España), Medellín (Colombia), Mérida
7
La entrevista se estructura a partir de módulos temáticos: el tiempo, lugar donde se
vive, familia y amistad, costumbres, peligro de muerte, anécdotas importantes en la vida,
deseo de mejora económica. Las grabaciones se han transcrito íntegramente. La trans-
cripción y almacenamiento de los materiales se realiza siguiendo las directrices marcadas
por F. Moreno Fernández (1997) para los materiales del macroproyecto PRESEEA. Véase
<http://preseea.linguas.net>.
8
Preseea, “Marcas y etiquetas mínimas obligatorias”, Versión 1.0. 31-01-2008.
<http://preseea.linguas.net>.
9
Para ampliar la información relativa a estos proyectos así como para consultar algunas
muestras de los materiales y otros trabajos de investigación puede verse <http://preseea.lin-
guas.net>.
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PRESEEA 231

(Venezuela), México (México), Monterrey (México), Montevideo


(Uruguay), Santiago de Chile (Chile), Valencia (España). Están en dis-
tintas fases de elaboración –revisión, transcripción o recogida de mate-
rial– los corpus de Asunción (Paraguay), Barcelona (España), Bogotá
(Colombia), Buenos Aires (Argentina), Cádiz (España), Cartagena de
Indias (Colombia), Cipolletti (Argentina), Culiacán (México), Gijón
(España), Guatemala (Guatemala), Lérida (España), Mérida (México),
Miami (Estados Unidos), Oviedo (España), Palma de Mallorca (España),
Pereira (Colombia), Quito (Ecuador), San Juan de Puerto Rico (Puerto
Rico), Santiago de Compostela (España), Sevilla (España), Tunja
(Colombia), Valledupar (Colombia), Valparaíso (Chile) y Zaragoza
(España). Con ellos, en un plazo muy corto de tiempo, el Corpus PRESEEA
estará completo y disponible para la comunidad investigadora.
Una muestra de estos corpus pasará a formar parte, en breve, del
Corpus del Español del Siglo XXI, de la Real Academia Española; mientras,
los equipos de investigación que participan en el PRESEEA avanzan en
el estudio sociolingüístico del español, con una misma metodología de
análisis e interpretación de datos, en un afán por alcanzar las metas ini-
ciales del proyecto y conocer en profundidad el funcionamiento de las
principales variables sociolingüísticas de nuestra lengua.
Hace ya unos años que se emprendió el estudio sociolingüístico de
diversos fenómenos variables del español en distintos puntos de España
e Hispanoamérica. Los objetivos específicos que están en la base de esta
investigación coordinada entroncan directamente con las metas especi-
ficadas por Silva-Corvalán (1994: 401) en su propuesta pionera, y son,
según los estableció Moreno Fernández (1997: 161), los siguientes:

1. Descripción sociolingüística de los procesos de variación más relevantes


en el español.
2. Identificación de fenómenos de variación lingüística que constituyan
cambios en marcha.
3. Descripción de la forma y uso de la lengua en diversos tipos o géneros de
discurso.
4. Descripción de patrones de variación pragmático-discursivos característi-
cos de las diversas variedades del español.
5. Redacción de estudios gramaticales del español hablado.
6. Revisión y esclarecimiento de aspectos fundamentales para el avance de la
teoría sociolingüística, tales como la validez de constructos sociales
empleados hasta ahora en el estudio de la variación lingüística.

Sin perder los objetivos de vista, se han ido señalando, de forma pro-
gresiva, los objetos de estudio específicos del proyecto, teniendo presen-
tes los apuntados por Silva-Corvalán (1994: 402 y siguientes) que esta-
blecían una priorización de investigación de determinados fenómenos
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232 EA 98/2012

lingüísticos que posibilitara la comparabilidad entre las distintas comu-


nidades y, con ello, el avance en los patrones sociolingüísticos en el
mundo hispánico. Los fenómenos destacados por la investigadora fue-
ron los siguientes: con respecto a la variación fónica, variables con alta
funcionalidad y/o correlaciones morfosintácticas, a saber, elisión de /d/
en contextos intervocálicos y variables que presentan entre sus variantes
el cero fonético en posición final de palabra (/s/ /n/ y /r/); en relación
a la variación morfológica y sintáctica, la expresión del sujeto, nominal y
pronominal, el orden de los argumentos, las formas de tratamiento
(especialmente el uso de tú-vos y ustedes-vosotros) y valores y usos del sis-
tema verbal, y en atención a conjuntos léxicos gramaticales o cerrados,
determinadas locuciones adverbiales, la preposición hasta y la conjun-
ción que.
En el marco del PRESEEA, varios equipos de investigación han con-
cluido ya estudios sociolingüísticos coordinados que han revelado resul-
tados de gran relevancia sobre fenómenos tales como la elisión de /d/
intervocálica (Granada, La Habana, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid,
Málaga o Valencia), variación de la /s/ implosiva (Barranquilla, Caracas,
Granada, Madrid, Málaga o Medellín), yeísmo (Barcelona, Granada o
Madrid), variación en las formas de tratamiento (Alcalá, Bogotá, Mérida-
Venezuela o Valencia), dequeísmo y queísmo (Caracas, Granada, La
Habana o Valencia), funcionamiento de haber (Caracas, La Habana o
Valencia) o la expresión del sujeto nominal y pronominal (Caracas,
Granada, La Habana o San Juan de Puerto Rico). Además, de forma
novedosa, el proyecto ha emprendido el estudio de la variación socio-
pragmático-discursiva con un tema básico: la atenuación, que ha ofrecido
ya conclusiones muy interesantes para Madrid, Valencia y Las Palmas de
Gran Canaria. Está en marcha, en estos momentos, el estudio de los fenó-
menos mencionados en otras muchas comunidades del PRESEEA.
Por otro lado, los investigadores miembros de los diversos equipos
que integran el PRESEEA, en atención a sus intereses personales, han
llevado a cabo trabajos sobre temas diversos en los subcorpus del pro-
yecto. Gracias a ellos, además de contar con estudios generales sobre
variación sociolingüística en algunos niveles y comunidades de habla,
tenemos datos importantes sobre el funcionamiento, en puntos geo-
lingüísticos determinados, de diversas variables fónicas (variación de
/-r/, /f-/ y ch, variación acentual, realizaciones de /x/, distinción o
escisión de sibilantes, ataques y codas silábicos; acústica de las vocales),
morfosintácticas (perífrasis verbales de infinitivo, cláusulas relativas-
adjetivas de preposición más (artículo) más que, pronombres posesivos,
tiempos verbales del pasado, oraciones subordinadas de finalidad, dis-
curso directo e indirecto, usos preposicionales, construcción sino más
(que) más verbo, variación en el uso de diminutivos y de apreciativos,
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PRESEEA 233

variación proposicional en estructuras biactanciales estativas, orden de


palabras, estructuras hipotácticas adverbiales, futuros morfológico y
perifrástico, oraciones hendidas, oraciones pasivas, variación de ser
y estar con adjetivos de edad, laísmo, loísmo y leísmo, perífrasis deber y
deber de y expresión de la futuridad), léxico-semánticas (anglicismos,
regionalismos, neologismos, fraseología, variación unidad lingüísti-
ca/unidad fraseológica (solo/nada más) e intensificadores (mucho/un
huevo, una barbaridad...”, variación en el léxico de los colores, disponi-
bilidad léxica, estratificación y frecuencias léxicas, transferencias y
cambios de código) y pragmático-discursivas (fenómenos estructurales
tales como el intercambio de turnos de habla, la interrupción y la pro-
ducción de apoyos, estructura de la información, recursos lingüístico-
discursivos de función fática, signos paralingüísticos como la risa, mar-
cadores discursivos, reformulación, intensificación, ironía, recursos
para expresar desacuerdo y actos disentivos, expresión de la imperso-
nalidad, expresión de la evidencialidad, restricciones pragmáticas y
sociales en la expresión de futuridad, estructuras narrativas, argumen-
tación, modalización, secuencias descriptivas, cortesía y descortesía).
Además, desde una perspectiva aplicada, se ha comenzado a trabajar
en el aprovechamiento de los corpus orales, concretamente el de PRE-
SEEA-Monterrey, en la enseñanza de lenguas extranjeras, para aspectos
tales como enseñanza del adjetivo calificativo, de lengua oral, de fenó-
menos fonéticos y paralingüísticos y de actos de habla o para favorecer
el desarrollo de competencia comunicativa e intercultural.
Todas las investigaciones realizadas están permitiendo caracterizar
variables lingüísticas y describirlas como fenómenos en variación con-
tinua o estable. Además, ofrecen la información necesaria para señalar
los factores internos y externos a la lengua que determinan o inciden
en la variación. Estamos en un excelente momento para seguir, poco a
poco, cumpliendo metas y ampliando la nómina de fenómenos lin-
güísticos objeto de estudio.
Por último, se está poniendo en marcha un servicio de documenta-
ción sociolingüística, que contendrá las publicaciones de estudios rea-
lizados en el marco del PRESEEA, de manera que el intercambio de
información sea constante, tal y como estaba previsto desde los oríge-
10
nes del proyecto bajo la denominación de CIMAS .

10
En las primeras presentaciones del PRESEEA, se apuntaba al funcionamiento de un
“Centro de Información y Materiales Sociolingüísticos” (CIMAS), con sede en la Universidad
de Alcalá y coordinado desde dicha Universidad (Moreno Fernández 1997). El CIMAS está
siendo puesto en marcha en estos momentos, pero en él se almacenarán únicamente los tra-
bajos realizados en el marco del PRESEEA.
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234 EA 98/2012

PRESEEA es hoy el proyecto de estudio sociolingüístico del español


de mayores dimensiones que existe y a todos los que en él participamos
nos complace enormemente comprobar que, como anhelaba Carmen
Silva-Corvalán (1994: 413), y gracias al empuje continuo e incansable
de Francisco Moreno Fernández, veinte años después, “no hemos deja-
do desvanecer el entusiasmo que nos mueve a reunirnos y conjunta-
mente estamos llevando adelante los estudios del español en sus varie-
dades sociolingüísticas más representativas”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
LOPE BLANCH, JUAN M. (1986): El estudio del español hablado culto, UNAM, México.
MORENO FERNÁNDEZ, FRANCISCO (1996): “Metodología del ‘Proyecto para el estu-
dio sociolingüístico del Español de España y de América’ (PRESEEA)”,
Lingüística, 8, págs. 257-287.
MORENO FERNÁNDEZ, FRANCISCO (1997): “Metodología del ‘Proyecto para el estu-
dio sociolingüístico del Español de España y de América’ (PRESEEA)”, F.
Moreno (ed.), Trabajos de sociolingüística hispánica, Servicio de Publicaciones
de la Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, págs. 137-167.
MORENO FERNÁNDEZ, FRANCISCO (2005a): Principios de Sociolingüística y Sociología
del lenguaje, Ariel, Barcelona, 2ª edición.
MORENO FERNÁNDEZ, FRANCISCO (2005b): Historia social de las lenguas de España,
Ariel, Barcelona.
MORENO FERNÁNDEZ, FRANCISCO, ANA M. CESTERO MANCERA, ISABEL MOLINA
MARTOS y FLORENTINO PAREDES GARCÍA (2000): “La sociolingüística de Alcalá
de Henares en el ‘Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de
España y América’ (PRESEEA)”, Oralia, 3 (2000), Madrid, Arco/Libros, págs.
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MORENO FERNÁNDEZ, FRANCISCO, ANA M. CESTERO MANCERA, ISABEL MOLINA
MARTOS y FLORENTINO PAREDES GARCÍA (2001): “El Proyecto para el Estudio
Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA): anteceden-
tes, objetivos y estado actual”, en Leonel Ruiz Miyares et al. (eds.), Actas del
VII Simposio Internacional de Comunicación Social, Centro de Lingüística
Aplicada/Universidad de Málaga, Málaga, págs. 45-47.
PRESEEA (2008): “Marcas y etiquetas mínimas obligatorias”, Versión 1.0. 31-01-
2008. <http://preseea.linguas.net>.
SILVA-CORVALÁN, CARMEN (1994): “Direcciones en los estudios sociolingüísticos
de la lengua española”, en Actas del Congreso de La Lengua Española, Sevilla,
7-10 de octubre de 1992, Madrid, Instituto Cervantes, págs. 399-415.
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RESEÑAS
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RESEÑAS 237

REBECA BARRIGA VILLANUEVA y


PEDRO MARTÍN BUTRAGUEÑO (dirs.),
Historia sociolingüística de México, Vol. 1.
México Prehispánico y Colonial,
México, El Colegio de México, 2010.
[Índices analíticos:
Carlos Ivanhoe Gil Burgoin].

Rebeca Barriga y Pedro Martín Butra-


gueño, directores de esta obra, se plantean
como objetivo “narrar y describir las relacio-
nes lingüísticas y sociolingüísticas establecidas
en lo que hoy es México a lo largo del tiempo”, tarea difícil pero bien
lograda gracias a la participación de diversos especialistas en esta obra
constituida por tres volúmenes, dos de ellos publicados en 2010 y el ter-
cero aún en prensa.
En este primer volumen –antes de narrar la compleja situación
sociolingüística del multilingüe territorio mexicano prehispánico y
colonial–, se define qué es una historia sociolingüística. En el Prólogo
titulado “Historia, sociedad y lengua” (págs. 27-39), Francisco Moreno
Fernández describe la importancia que la historia social del lenguaje
ha cobrado en los estudios históricos y en la lingüística. Desde dife-
rentes perspectivas que podemos llamar sociolingüísticas, en el sentido
más amplio del término, se han sentado las bases para estudiar el len-
guaje en su contexto social. Esta afortunada confluencia posibilita
hacer historia sociolingüística, entendida como aquella que se ocupa
de la historia social de las lenguas y de las comunidades de hablantes.
Este aspecto es desarrollado ampliamente en el capítulo 1, “Perspectiva
sociolingüística de la historia” (págs. 41-96), en el que Pedro Martín
Butragueño enfatiza que una historia sociolingüística debe centrarse
en los hablantes y las comunidades de habla, dado que los hechos his-
tóricos afectan sobre todo a los primeros y de manera indirecta a las
lenguas. Además, debido a que México es una nación plurilingüe es
necesario describir la historia de la sociedad en términos de conflicto
y de consenso. De igual manera es indispensable enfocarse en la diver-
sidad lingüística, y en la variación que esta conlleva, y no en las lenguas
aisladas. En su opinión, se requiere que en una historia sociolingüísti-
Español Actual, 98/2012.
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238 EA 98/2012

ca, al menos, sean considerados los aspectos históricos, es decir, la


situación social, política, demográfica y geográfica en que se inserta un
evento. También deben tomarse en cuenta las relaciones sociolingüís-
ticas; esto corresponde a la manera en que los hablantes se relacionan
entre ellos y con las lenguas, en cómo los hablantes resuelven sus nece-
sidades comunicativas, en la evaluación subjetiva de los hablantes y en
su repercusión en el devenir de las lenguas.
Los capítulos 2 a 4 tienen como hilo conductor la historia de las len-
guas indígenas en la época prehispánica y en la Colonia. Se enfocan en
la situación de multilingüismo del territorio mexicano antes de la
Conquista, en la existencia de lenguas francas y lenguas de contacto y
en el náhuatl clásico. En el capítulo 2, “Historia y lingüística: migra-
ciones y asentamientos. Relaciones entre pueblos y lenguas” (págs. 97-
160), Leopoldo Valiñas deja en claro la imposibilidad de hacer una his-
toria de las lenguas que ignore los factores sociales, a la vez que señala
certeramente algunos problemas de índole lingüística y extralingüísti-
ca presentes en los trabajos que describen las familias lingüísticas y las
lenguas que se hablaban en el México prehispánico. El autor cuestio-
na los métodos empleados para esta labor.
Después de revisar la historia de las familias totonacana, mixezo-
queana, maya, tequistlateca, otomangue y yutoazteca, el autor desbro-
za detalladamente algunos aspectos sociales e históricos que a su juicio
no deben soslayarse: el modo de vida nómada o sedentario, el comer-
cio como factor de contacto, el control estatal, la religión y las prácti-
cas agrícolas, así como la migración y expansión poblacional, el tipo de
asentamientos en el homeland y la velocidad y características del movi-
miento poblacional, por mencionar algunos. Valiñas agrupa los pro-
blemas lingüísticos en a) la necesidad de identificar las lenguas en un
eje temporal y espacial y siguiendo criterios lingüísticos; b) el inconve-
niente de asociar datos arqueológicos a una etnia y, por ende, relacio-
nar una lengua hablada en una localidad a un grupo étnico; c) la falta
de estudios en profundidad en algunas lenguas para explicar fenóme-
nos de filiación lingüística o de área; d) servirse de la glotocronología
como una técnica válida para fechar la separación de lenguas y e) la
escasez de material lingüístico.
El Capítulo 3, “Lenguas francas y lenguas locales en la época prehis-
pánica” (págs. 161-183), está a cargo de Karen Dakin, quien discute la
posibilidad de extrapolar datos de la Colonia para plantear hipótesis
sobre la existencia de lenguas francas en la época prehispánica, pues si
bien el multilingüismo y la presencia de grupos dominantes hace supo-
ner su existencia, no hay datos concretos que indiquen quiénes y cómo
las aprendían.
En este sentido, la autora asume que solo es posible basarse en
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RESEÑAS 239

documentos escritos para aseverarlo, y si bien en la Colonia se tiene


información del uso del purépecha, mixteco, zapoteco y náhuatl como
lenguas francas, ella se centra en el náhuatl y parte de la hipótesis de
que este servía de lengua franca desde el Posclásico. A partir de docu-
mentos Coloniales de la zona mixe de Oaxaca, de Chiapas, Guatemala
y Honduras, plantea que los rasgos lingüísticos comunes en estos sugie-
ren que la variante que funcionó como lengua franca en el sur era el
náhuatl occidental que se difundió antes de que el contacto entre
variantes orientales y occidentales diera lugar a una especie de koiné
innovador que es el que conocieron los españoles a su llegada.
En el capítulo 4, “Hacia una historia sociolingüística mesoamerica-
na: explorando el náhuatl clásico” (págs. 185-205), José Antonio Flores
Farfán se sirve del concepto de diglosia en el sentido fergusoniano del
término para dar cuenta de la compleja situación sociolingüística en
que se inserta el náhuatl en la Colonia y particularmente el náhuatl clá-
sico. Un problema de partida para definir al náhuatl clásico es el de los
criterios usados por los estudiosos de esta lengua; algunos se basan en
criterios diatópicos, restringiendo al náhuatl clásico al registro escrito.
Otros lo ubican en términos diacrónicos hasta el siglo XVII (sin dife-
renciarlo del náhuatl colonial) y algunos más, en función de rasgos dia-
lectales, como aquel ligado a la variedad hablada en México
Tenochtitlan. Farfán relaciona datos históricos y rasgos lingüísticos
para mostrar que este es el extremo de un continuo heteroglósico en
el que conviven diferentes variedades del náhuatl en un estado de
flujo. Asimismo, indica que en Molina ya se alude a la diglosia interna
existente en la época prehispánica, la cual se manifiesta en la distin-
ción expresada mediante los términos pillato#lli o lengua de la élite y
ma#ce#hualato#lli o lengua de los plebeyos y la existencia de géneros como
el hue#hue#tlato#lli.
La intención de Flores Farfán de describir algunas características
del náhuatl clásico “como telón de fondo para entender la historia
sociolingüística de las lenguas mesoamericanas” se logra. Gracias al
concepto de diglosia, distingue variedades altas –como se sabe la varie-
dad alta es una variedad gramatical y estilísticamente más compleja que
se emplea en ámbitos más formales– y bajas (e intermedias) del
náhuatl clásico. Muestra que algunos rasgos lingüísticos no son exclu-
sivos de una variedad y que lo que algunos autores definían como varia-
ción libre (por ejemplo, la formación de plural) se explica porque las
variedades altas suelen emplear más formas (léxicas o morfológicas)
en su repertorio y, en mi opinión, por un principio variacionista bási-
co: la variación sociolingüística no suele presentarse en términos de
presencia-ausencia, sino en diferencias de frecuencia.
En los siguientes tres capítulos de esta historia sociolingüística (5
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al 7) el español entra en escena. En ellos se aborda la génesis del espa-


ñol de la Nueva España, la compleja situación de diglosia y bilingüismo
que se vivía en la Colonia y el auge de la poesía escrita en español en
este mismo periodo. En el capítulo 5, “Del choque intercultural a la
génesis del español novohispano” (págs. 207-286), Sergio Bogard parte
de la historia previa a la Conquista; para dar cuenta cabal del choque
que se produjo, se centra sobre todo en describir las características de
los pueblos que se encontraron en 1519. Define a los españoles llega-
dos al territorio mexicano como un pueblo acostumbrado al enfrenta-
miento, por los ocho siglos transcurridos durante la Reconquista de los
territorios en la Península. Por su parte, los antiguos mexicanos eran
los constructores de un vasto imperio y a la llegada de los españoles
dominaban la región. Aunque ambos pueblos tenían una fuerte tradi-
ción religiosa en la que basaban sus creencias y habían experimentado
historias de dominación parecidas, los españoles eran más fuertes en
términos de armamento. Además, tenían a su favor el descontento de
los pueblos oprimidos por el imperio azteca. Bogard analiza también el
papel decisivo que durante la conquista jugó la personalidad de Cortés,
a quien define como “un digno ejemplo del español del siglo XVI que
encarna la dimensión imperativa de la persona”. Al final del capítulo,
caracteriza al español que llegó a México como una variante de quie-
nes ya habían pasado un cuarto de siglo en las islas del caribe, y que
había adquirido rasgos propios, como el léxico taíno y caribe que
incorporaron para describir el nuevo mundo.
Claudia Parodi, en el capítulo 6, “Tensión lingüística en la Colonia:
diglosia y bilingüismo” (págs. 287-345), analiza el contacto de lenguas
en la Colonia desde el enfoque de la semántica cultural, mediante la
cual distingue tres etapas. En la primera se introducen préstamos léxi-
cos y se empiezan a dar cambios semánticos en las lenguas al incorpo-
rar las palabras nuevos significados, como ocurre con la palabra vino
usada para referirse a bebidas fermentadas de maíz y otras frutas, y el
del náhuatl maçatl, ‘venado’, para nombrar a los caballos. Parodi llama
a este tipo de palabras signo bicultural. La segunda etapa se caracteriza
por un bilingüismo con diglosia, situación compleja, pues la diglosia se
presentó en diferentes niveles, entre el español y el neolatín en el
ámbito de la enseñanza; entre el español y las lenguas indígenas y entre
las lenguas indígenas donde el prestigio lo tenía el náhuatl. Además,
como resultado del contacto, el español se indianizó y las lenguas indí-
genas se hispanizaron. La situación sociolingüística se fue modificando
a lo largo de la Colonia y en la tercera etapa (siglo XVIII) que describe
Parodi, la de la expansión del español, el neolatín desaparece dejando
al español literario el estatus de variedad alta frente al español hablado
como variedad baja. Igualmente, el multilingüismo presente en todos
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RESEÑAS 241

los grupos étnicos –a saber, españoles, criollos, mestizos e indígenas–


disminuyó a causa de las políticas de castellanización y propició diglo-
sia sin bilingüismo en muchas zonas del territorio.
En el capítulo 7, “La función social de la lengua poética en el virrei-
nato” (págs. 347-402), Martha Lilia Tenorio se enfoca en la lengua
escrita y en el papel de la poesía, el género literario más cultivado en
la Nueva España, como “vínculo con la vida cultural y la literatura de la
península”. La autora muestra que la Nueva España se convirtió en un
motivo literario en la poesía de algunos españoles ahí radicados (Juan
de la Cueva, Eugenio de Salazar y Bernardo de Balbuena). Describe el
gusto por este género entre la población, pues, si bien un sector mino-
ritario era letrado, la poesía se recitaba en diversos eventos públicos
como relaciones festivas, arcos y pompas fúnebres y, sobre todo, en los
certámenes de poesía que fueron tan concurridos durante la Colonia.
Los capítulos 8 y 9 tienen como tema común la normalización de las
lenguas indígenas y el papel que desempeñaron las órdenes religiosas
en el análisis, codificación y descripción lingüísticas durante la
Colonia. En el primero de ellos, “La codificación de las lenguas indí-
genas durante la Colonia” (págs. 403-449), Pilar Máynez analiza los
procesos escriturales de las lenguas. Como se sabe, a la llegada de los
españoles existía ya una tradición textual en códices con inscripciones
pictóricas que fue incorporando elementos nuevos, como las glosas en
castellano. Aunado a esto, la existencia de tlahcuilos dedicados a docu-
mentar asuntos administrativos como los nacimientos y la posesión de
tierras favoreció que tempranamente todos los cabildos tuvieran un
escribano. Por otra parte, la necesidad de evangelización motivó a
los frailes a escribir sermones en lenguas indígenas, a alfabetizar a los
indios y a aprender sus lenguas. De modo que, en los primeros años del
contacto se cuenta ya con documentos de lenguas indígenas escritos en
alfabeto latino. Si bien la primera cartilla para enseñar a leer se publi-
ca en 1569, hay testimonios de que estas circulaban desde antes de
1531. Destaca Máynez la época temprana en que se empezaron a escri-
bir gramáticas de diversas lenguas y cómo la necesidad de describir los
rasgos lingüísticos de las lenguas condujo a los frailes a acuñar térmi-
nos metalingüísticos, a reflexionar sobre la variación dialectal y sobre
la traducción de términos religiosos en doctrinas, confesionarios, ser-
monarios y vidas de santos. Desgraciadamente, este fructífero periodo
de registro y uso de las lenguas indígenas concluye con la guerra de
independencia, en que se tiende a la hispanización. En el capítulo 9,
“La trilogía catequística: artes, vocabularios y doctrinas en la Nueva
España como instrumento de una política lingüística de normaliza-
ción” (págs. 451-482), Thomas Smith Stark plantea la importancia de
las órdenes religiosas en la historia de la lingüística descriptiva mexi-
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cana a través de lo que llama la trilogía catequística –conformada por


doctrinas, artes y vocabularios–, ya que fue gracias a Juan de Zumá-
rraga, promotor de la escritura de doctrinas en español y en lenguas
indígenas, que se publicaron doctrinas, artes y vocabularios en lenguas
como el náhuatl, purépecha, huasteco, kaqchikel, matlazinca, mixteco,
zapoteco, tzeltal, otomí, maya y chochona de Cuextlahuaca. El papel
de los frailes en la normalización de las lenguas fue decisivo debido a
que ellos solían escoger las variantes de más prestigio para describir
una lengua y con ello contribuyeron a establecer una norma escrita
que se retomó incluso en documentos civiles.
En opinión de Smith Stark, es necesario el análisis conjunto de la
trilogía, ya que, si bien los estudiosos se han interesado sobre todo en
el estudio de artes y vocabularios, el dejar de lado las doctrinas “obsta-
culiza un aprecio adecuado del corpus de material disponible, su géne-
sis y su función social”, pues su hipótesis es que las doctrinas sirvieron
como corpus para escribir artes y vocabularios.
La difusión del español en el norte del territorio novohispano se des-
cribe en los capítulos 10 y 11. En el primero, el énfasis está en la des-
cripción histórica, mientras que el segundo se centra más en la historio-
grafía multicultural, de modo que ambos capítulos se complementan y
nos muestran miradas diferentes de este proceso. Everardo Mendoza
Guerrero, “Conflicto lingüístico y expansión del español en el norte de
México” (págs. 483-544), describe en el capítulo 10 los factores que inci-
dieron en que la expansión del español en el norte de México fuera dife-
rente a la del centro del país. La extensión de los territorios, la disper-
sión de la población en pequeños asentamientos y el nomadismo de sus
habitantes se incrementó con el exterminio característico de las expedi-
ciones comandadas por Nuño de Guzmán en el occidente y noroeste
(zona que va de Guadalajara a Culiacán), pues los pocos sobrevivientes
de los pueblos que eran asolados huían a zonas alejadas. Con la lle-
gada de los jesuitas las poblaciones comenzaron a reducirse en las llama-
das misiones, en las que hablantes de diversas lenguas convivían y en
donde la lengua de comunicación solía ser una de las lenguas locales o el
náhuatl como lengua franca, de modo que en esa zona se redujo la diver-
sidad lingüística y no hubo un proceso temprano de castellanización.
En el Capítulo 11, “Colonización y política del lenguaje: el norte de
México” (págs. 545-603), Zarina Estrada Fernández y Aarón Grageda
Bustamante discuten la pertinencia de estudiar la expansión del español
en el norte de México desde el enfoque de la historiografía lingüística
intercultural. Distinguen tres etapas en este proceso. En la primera ini-
cia el proceso de aculturación de los habitantes de esa región, pues si
bien las interacciones entre los indígenas y los españoles fueron frena-
das por el confinamiento en las misiones, los frailes se ocuparon de
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RESEÑAS 243

inculcar a los indígenas las nuevas prácticas religiosas. Además, la inte-


racción legal con las autoridades debía darse en el marco institucional
de la Corona; en esta época, las “tres unidades colonizadoras más impor-
tantes […eran] la misión, el real de minas y el presidio”. Una segunda
etapa la constituyen el asentamiento de población castellanohablante en
Sinaloa y Ostimuri, la entrada de los franciscanos a la región y la realiza-
ción de artes de algunas de las lenguas habladas en la región (tegüima,
cahita, tarahumara, tepehuana, eudeva y nevome), que en opinión de
los autores, contribuirían en este proceso de aculturación, al difundir
entre la población la religión de la Corona. En la tercera etapa que dis-
tinguen tiene lugar la salida de los jesuitas de la región, el abandono de
las misiones, la implementación de la política lingüística de castella-
nización de los Borbones y su política de aculturación, de modo que
los procesos de contacto lingüístico con la lengua española y el mesti-
zaje ocurren en una época tardía con respecto al centro del país.
Cierra este volumen el capítulo 12, “Lenguas, relaciones de poder y
derechos lingüísticos” (págs. 605-658), en el que Dora Pellicer parte de
la discusión jurídica y religiosa sobre los derechos de los naturales a la
llegada de los españoles al Nuevo Mundo, mostrando cómo las dife-
rentes posiciones sobre la pertinencia del dominium sobre los indígenas
tienen su raíz en el imperio cristiano. El papel de intérpretes y escri-
banos destaca también en este capítulo. De acuerdo con la autora,
la primera política lingüística de las Indias es la de Colón al tomar la
decisión de mantener en cautiverio a algunos indios para que apren-
dieran el castellano y fungieran como intérpretes. Posteriormente, esta
política desempeñó un papel determinante durante la conquista y
colonización del territorio de la Nueva España, incidiendo también en
usos y costumbres que permitieron que los indígenas tuvieran derecho
a intérpretes en el manejo de asuntos jurídicos y administrativos donde
también los escribanos eran una pieza central. Sin embargo, la presen-
cia de intérpretes y escribanos no se debió a una concesión de dere-
chos lingüísticos sino a la necesidad de legislar.
En mi opinión, esta Historia sociolingüística de México es ya una refe-
rencia obligada no solo para quienes deseen conocer la situación socio-
lingüística del periodo estudiado, sino también para entender cabal-
mente el presente; además, esta Historia invita a que se escriban otras
tantas pues, como señalan los coordinadores del volumen, algunos pro-
blemas apenas se esbozan y valdría la pena estudiarlos con detalle.
Esperemos, entonces, que esta sirva de inspiración para futuras histo-
rias en las que los hablantes sean los protagonistas.

LEONOR OROZCO
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REBECA BARRIGA VILLANUEVA y


PEDRO MARTÍN BUTRAGUEÑO (dirs.),
Historia sociolingüística de México, vol. 2,
México contemporáneo,
México, El Colegio de México, 2010.
[Índices analíticos:
Carlos Ivanhoe Gil Burgoni].

Este volumen, compuesto por diez capítulos,


abarca el México contemporáneo, desde el siglo
XIX hasta el siglo XXI. El material aquí reunido
ahonda en los factores políticos, sociales, cultu-
rales, económicos y geográficos que han forjado la situación lingüística
de México, desde el momento en que dejó de ser una colonia española
para convertirse en una nación independiente hasta el momento actual,
en el que diversos medios de comunicación influyen en el habla. En este
volumen, el lector podrá encontrarse con una prolija investigación de
datos históricos y demográficos entrelazada con datos léxicos, sintácti-
cos, fónicos y morfológicos. En estas páginas no hay una línea metodo-
lógica única; los directores de este proyecto fueron cuidadosos al reunir
un grupo de especialistas que desde distintas perspectivas pudiera dar
cuenta de los recovecos de un escenario lingüístico complejo y diverso,
en el que actúan el español como lengua mayoritaria y sesenta y ocho
lenguas indomexicanas distribuidas por todo el territorio mexicano.
Este trabajo conjunto es valioso no solamente por congregar dos-
cientos años de la vida lingüística de México, sino por la plural rique-
za de la información. Se describen con detalle estados de la cuestión
de conceptos cruciales para el análisis lingüístico (lengua, dialecto,
contacto lingüístico) y balances de investigaciones vinculadas tanto con
la sociología del lenguaje (bilingüismo, diglosia, desplazamiento lin-
güístico y revitalización de lenguas) como con la variación lingüística
(cambio lingüístico, tiempo real, aparente, variación fonética, sintácti-
ca y morfológica). El libro está ilustrado con mapas en los que puede
observarse la distribución de lenguas, rasgos y fenómenos lingüísticos,
y complementado con varias tablas y gráficas comparativas que permi-
ten comprender los cambios de la situación lingüística, social y demo-
gráfica de México.
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RESEÑAS 245

Frida Villavicencio, en su capítulo “Entre una realidad plurilingüe y


un anhelo de nación. Apuntes para un estudio sociolingüístico del
siglo XIX”, explica el contexto histórico de los acontecimientos que
marcaron el inicio de la vida de México como país independiente. La
autora describe las condiciones sociales de comunicación desarrolladas
tras el surgimiento de las formas capitalistas de producción, así como
la pugna entre los grupos liberales y conservadores. Se enfoca en el
perfil sociolingüístico de la sociedad decimonónica, caracterizada por
la diversidad de la población y por la continua movilización de los gru-
pos sociales. Analiza el caso de los pueblos purépechas y explica el
movimiento de grupos étnicos de las zonas rurales hacia las urbanas.
Revisa también las políticas lingüísticas que dan paso al reconocimien-
to del español como lengua nacional y al consecuente desplazamiento
de las lenguas indígenas. El siglo XIX era una época en la que había una
convivencia continua entre hablantes de distintas lenguas en un mismo
territorio. Esto propiciaba el contacto lingüístico y una influencia
mutua entre lenguas y dialectos, lo cual se observa en la difusión de
ciertos rasgos, en el desarrollo del bilingüismo y multilingüismo, y en
el desplazamiento de lenguas. Los espacios públicos fueron cambian-
do; la iglesia, la escuela y el mercado fomentaron la aparición de redes
sociales amplias y el uso mayoritario de la lengua española, sobre todo
en las zonas urbanas. El nuevo entorno político promovió cambios eco-
nómicos y el surgimiento de actores sociales que interactuaban tanto
en el campo como en la ciudad. La literatura costumbrista de la época
se encargó de retratar, entre otras características, el habla de estos per-
sonajes que se movían en varias redes sociales, como las yerberas, que
tenían contacto tanto con proveedores como con clientes, o como los
arrieros, que transportaban mercancía y recorrían varias poblaciones.
Rafael Olea Franco examina el panorama lingüístico decimonónico
a través de tres textos literarios en “En busca de una lengua nacional
(literaria)”. Las obras que compara son El Periquillo Sarniento de
Joaquín Fernández de Lizardi, Astucia de Luis G. Inclán y Los bandidos
de Río Frío de Manuel Payno. Durante el siglo XIX, los conservadores
pugnaban por mantener las normas tradicionales de la lengua caste-
llana, mientras los liberales aplaudían el enriquecimiento de esta a tra-
vés de voces regionales. Las novelas examinadas por Olea Franco abra-
zaron la diversidad cultural mexicana de la época, reflejaron las cos-
tumbres y modos de vida y retrataron el habla de todos los sectores de
la sociedad. Como estrategia literaria, para aumentar el realismo en la
construcción de personajes, los autores incluyeron voces y frases que
señalaran las diferencias entre el habla de la gente refinada y la de la
gente inculta, o permitieran que el lector se diera cuenta del contras-
te entre el habla de las zonas urbanas frente al de las rurales.
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En El Periquillo, Fernández de Lizardi pone en boca de uno de sus


personajes palabras como “efetuar”, en lugar de efectuar, “probe”, en
vez de pobre y representa la aspiración de /s/ a través de la j y transcri-
be “quije” para quise. En Astucia, Inclán narra las aventuras del líder de
una banda de contrabandistas. Joaquín García Icazbalceta usó esta
novela como fuente principal para redactar el Vocabulario de mexicanis-
mos. Olea enumera frases populares contenidas en Astucia que aún se
usan en México, como “estar como agua para chocolate” para hacer
referencia a un estado colérico, o “llamarada de petate” para aludir a
algo de poca duración. Señala algunas palabras vigentes en el reperto-
rio léxico mexicano como catrín para una persona bien vestida y cha-
chalaca, para referirse a alguien que habla demasiado. Payno estaba
consciente de que Los bandidos de Río Frío llegaría a ojos no mexicanos.
Por tal motivo, incluyó notas a pie de página para explicar detalles his-
tóricos, geográficos y lingüísticos de México y agregó un apartado de
“Notas” para describir voces mexicanas aún no reconocidas por la Real
Academia Española, como tortillas “especie de galletas que se hacen
con el maíz”.
“Diversidad lingüística: variación dialectal actual” es un capítulo
escrito por Yolanda Lastra, en el que se explica la pluralidad, conside-
rando las lenguas indígenas de México. Lastra repasa las definiciones
de lengua y dialecto de autores como Vendryes, Meillet, Bloomfield,
Hockett, Campbell y Martinet. De este último, enfatiza la idea de que
el contacto con otras variedades es la posible causa del cambio lingüís-
tico y de Meillet, que el cambio lingüístico se explica a través del cam-
bio social. La autora resume el trabajo en el que Weinreich, Labov y
Herzog esbozan su teoría sobre el cambio lingüístico: el cambio se
transmite en una comunidad como un todo y los factores lingüísticos y
sociales se interrelacionan. Este capítulo explica también algunas de
las propuestas metodológicas labovianas que revolucionaron el estudio
de la variación lingüística. Lastra hace referencia a los estudios de
diversificación dialectal en las lenguas yutozatecas, otopames, zapoteco
y purépecha. Se plantea el problema de grupos étnicos que supuesta-
mente hablan la misma lengua, cuando en realidad se trata de lenguas
emparentadas que no son mutuamente inteligibles. Describe los resul-
tados de las pruebas de comprensión realizadas por el Instituto
Lingüístico de Verano para enmarcar el criterio de inteligibilidad entre
diversas variedades. Señala que el criterio es relativo, pues la compren-
sión no es mutua y las actitudes negativas hacia el habla vecina inter-
fieren en el resultado. Detalla algunas investigaciones que explican la
variación y las similitudes entre algunas lenguas y correlacionan varian-
tes dialectales con su distribución geográfica. En el caso del náhuatl,
Lastra expone cómo una serie de análisis fonológicos y morfológicos
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motivó la clasificación de cuatro áreas dialectales divididas en subáreas.


Los estudios de Lastra sobre el otomí permitieron determinar que la
ininteligibilidad entre las variantes aumenta cuando la distancia geo-
gráfica entre los pueblos es mayor.
Los conceptos diglosia y bilingüismo son examinados por Klaus
Zimmermann en “Diglosia y otros usos diferenciados de lenguas y
variedades en el México del siglo XX: entre el desplazamiento y la revi-
talización de las lenguas indomexicanas”. El autor describe las formas
del uso diferenciado del español y las lenguas indígenas en México.
Revisa las investigaciones que analizan el concepto de diglosia.
Compara las ideas de Psichari, quien acuñó el término, con las de
Ferguson, quien establece criterios para la definición de diglosia.
Fishman se refiere a diglosia cuando se trata del uso de dos lenguas en
una comunidad y, a bilingüismo, para aludir al habla individual (saber
dos lenguas). Zimmermann se apega a la propuesta de Martinet y pre-
fiere hablar de bilingüismo colectivo. A manera de preguntas, propo-
ne una serie de criterios para la descripción del bilingüismo y explica
que bajo el término bilingüismo colectivo se pueden establecer tres
tipos: diglosia, situación de opción entre dos lenguas y situación de asi-
milación. Tras el dominio español en los ámbitos administrativo, polí-
tico, cultural, religioso y lingüístico se estableció una repartición digló-
sica global. Las tablas sobre la evolución de la diglosia en México son
muy ilustrativas en este capítulo.
Zimmermann plantea 29 parámetros para la descripción del uso
diferenciado de lenguas en comunidades indígenas mexicanas y expli-
ca que el menosprecio a la identidad promueve el deseo de asimilarse.
La asimilación fomenta el bilingüismo. Tras el contacto con el español,
han desaparecido algunas lenguas, otras han sido desplazadas y unas
más, restringidas para usarse solamente en ciertas comunidades. El
autor concluye que para que las lenguas indomexicanas sobrevivan
debe construirse un contexto en el que habiten dos lenguas y cada una
tenga un valor propio, a la par. La sociedad debe enorgullecerse de su
riqueza lingüística y apoyarla.
Martha Muntzel describe en “Lenguas originarias en riesgo: entre el
desplazamiento y la vitalidad” el fenómeno del desplazamiento lin-
güístico o muerte de las lenguas indígenas mexicanas y analiza los fac-
tores que fomentan esta situación. La desaparición puede estudiarse
desde distintas perspectivas, entre ellas, el contacto, el bilingüismo, la
adquisición de lenguas a través de la migración, las actitudes lingüísti-
cas, la identidad y las políticas del lenguaje. Una lengua puede desa-
parecer por la exterminación de los hablantes (guerras, epidemias) o
a través de un proceso gradual de aculturación, en la que la lengua
dominante desplaza a la subordinada. Generalmente, la desaparición
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es precedida por una etapa intermedia de bilingüismo. La discrimina-


ción favorece la adaptación a las normas estándar cuando ser hablante
de una lengua identifica al individuo como miembro de un grupo
“inferior”. Así, mientras las actitudes negativas y las etiquetas pueden
provocar crisis identitarias entre los hablantes de una lengua, el orgu-
llo por la lengua materna, las políticas de pureza lingüística, la resis-
tencia al cambio y el aislamiento geográfico, pueden favorecer la super-
vivencia de una lengua subordinada.
Este capítulo describe los tipos de cambio que puede experimentar
una lengua en vías de desaparecer. Entre los cambios a nivel fonético y
fonológico puede haber variación libre e introducción de nuevas
variantes, pérdida de oposiciones fonológicas, reglas que se vuelven
optativas o generalizadas y mezcla de procesos. En el nivel morfofóni-
co y morfológico puede observarse simplificación y pérdida de reglas,
irregularidades, mezcla de procesos y pérdidas o usos incorrectos de la
flexión. En el léxico hay pérdidas y sustituciones de términos o présta-
mos de la lengua dominante. Muntzel enlista las lenguas mexicanas en
vías de desplazamiento como el paipai, el kiliwa, el ocuilteco, el acate-
co, el ixcateco, el popoluca de Oluta, y señala que su revitalización es
urgente.
Los cambios sociales y lingüísticos que surgen a partir del creci-
miento de las ciudades son abordados por Pedro Martín Butragueño
en “El proceso de urbanización: consecuencias lingüísticas”. Las ciuda-
des son el contexto en el que se advierten en forma más evidente las
diferencias lingüísticas entre los grupos socioculturales, entre los
niños, los jóvenes y los adultos, entre mujeres y hombres. Martín
Butragueño hace un recorrido histórico y demográfico del crecimien-
to de las ciudades mexicanas, desde la época prehispánica hasta la
actualidad. En tablas comparativas se muestra cómo México dejó de ser
mayoritariamente rural; en cien años se transformó en un territorio en
el que hay alrededor de trescientas cincuenta ciudades que miden su
tamaño por el número de habitantes.
La relación económica de las ciudades, el flujo migratorio entre sus
habitantes y la desigualdad social son factores de gran peso en la difu-
sión de procesos variables y cambios lingüísticos. Este capítulo, además
de señalar algunos fenómenos que permiten comprender las relacio-
nes sociolingüísticas entre los grupos de hablantes, hace propuestas
metodológicas para estudiar sociolingüísticamente una ciudad. Por
ejemplo, la zona metropolitana de la ciudad de México incluye varias
entidades conurbadas pertenecientes al Estado de México y áreas se-
mirrurales del Distrito Federal; para el “Proyecto de variación y cambio
lingüístico en la ciudad de México” se ha procurado obtener datos de
personas que residan en diversas áreas, debido a la correlación entre
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los rasgos sociales y su distribución en el entorno urbano. La presencia


de inmigrantes ocasiona contactos lingüísticos urbanos. Algunos rasgos
lingüísticos sobreviven mientras que se desarrolla una nueva identidad,
pero en ocasiones pueden perderse. El grado de integración al nuevo
entorno lingüístico es variable y depende de diferentes factores, como
la edad de llegada, el nivel educativo, la distancia entra las lenguas y el
mercado lingüístico en el que el individuo se desenvuelve. En México
puede haber varios tipos de contacto, como la presencia de lenguas
indígenas y hablantes de lenguas extranjeras (inglés, francés, chino,
árabe, por ejemplo). El contacto puede darse entre dialectos internos
y dialectos de otros países hispanohablantes. En la última parte de este
capítulo, Martín Butragueño expone una serie de fenómenos lingüís-
ticos que permiten ejemplificar todo lo que el estudio de los entornos
urbanos pueden decir de las lenguas y sus hablantes.
El nacionalismo y el purismo, presentes en la enseñanza del español
en México, el peso de la historia en la enseñanza del español, los suce-
sos históricos que han impactado en la manera de concebir y planear
la enseñanza, el papel de la lectoescritura, los métodos y planes de estu-
dio con los que se ha enseñado el español como lengua materna o
como segunda lengua a los hablantes de lenguas indígenas, son los
temas que aborda Rebeca Barriga Villanueva en “Una hidra de siete
cabezas y más: la enseñanza del español en el siglo XX mexicano”.
Barriga Villanueva se centra en la enseñanza del español en la prima-
ria. Llama a esta situación la Hidra porque no ha habido un Hércules
que pueda decapitarla y modificar la enseñanza en aras del aprendiza-
je de la lengua. Las siete cabezas son el español, el niño, los maestros,
la familia, la escuela, el gobierno y los libros de texto.
Describe algunos de los acontecimientos históricos que han influi-
do en la concepción de la transmisión del conocimiento de la lengua
escrita; su revisión va desde la Colonia y los procesos de desplazamien-
to y conservación de las lenguas indomexicanas, hasta la creación de la
Secretaría de Educación Pública y la aparición de los libros de texto
gratuitos. Tras la creación de esta Secretaría, en 1920 hubo una cam-
paña de alfabetización que no tuvo el impacto esperado porque care-
cía de planificación, de personal capacitado, de materiales, y tenía un
trasfondo amenazador, pues existía el rumor de que los maestros eran
“comunistas”. Un cuarto de siglo después, vuelve a intentarse otra cam-
paña de alfabetización, que tampoco dio buenos resultados. A finales
de los cincuenta se distribuyeron los libros de texto gratuitos, que eran
además, únicos y obligatorios. Barriga Villanueva hace una fina com-
paración entre las distintas generaciones de los libros de texto gratui-
tos de español: 1959, los libros de la patria; 1972, los libros del estruc-
turalismo; 1993, los libros del enfoque comunicativo y los libros del
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2000, con una nueva concepción de la cultura escrita. Anexa unas


tablas que permiten cotejar cuáles eran los propósitos, los contenidos,
el acercamiento a la expresión oral y a la expresión escrita, la ortogra-
fía, la lectura, la literatura y la reflexión sobre la lengua en los libros de
5º de primaria de cada una de las generaciones señaladas. Reflexiona
sobre los resultados alcanzados hasta hoy, como la antipatía hacia el
español como asignatura, el desdén por la gramática, las carencias para
comunicarse de manera oral y escrita, los errores en la comprensión de
lectura y la incapacidad para reflexionar. La problemática se acrecien-
ta cuando se trata de la enseñanza del español como segunda lengua a
los hablantes de lenguas de diferentes familias lingüísticas, con carac-
terísticas morfosintácticas, fonéticas y léxicas tan distintas. La autora
subraya la necesidad de repensar la manera de enseñar el español, y
promover que la lengua sea vista como parte intrínseca del individuo,
por ser esta la columna del pensamiento y del sentimiento.
José G. Moreno de Alba hace un minucioso y extenso recuento de
voces extranjeras introducidas en distintos momentos del español en
“El papel de los modelos culturales: el tránsito del galicismo al angli-
cismo en el español mexicano”. Explica que los primeros galicismos
ingresaron al español en la Edad Media. Entre ellos podemos mencio-
nar arnés, dardo, flecha, corcel, malla, ruiseñor, doncella, linaje, hostal, duque,
dama, ligero. Entre los siglos XII y XV hay registro de occitanismos como
batalla, homenaje, bailar, capitel, enojar, estuche, antorcha, burdel, fraile.
En el siglo XVI la corte francesa se convirtió en un modelo distin-
guido de trato social, y entraron en el vocabulario español voces refe-
rentes al vestuario (por ejemplo, moda, etiqueta, peluca, pantufla), ade-
más de otras alusivas a la vida militar (coronel, barricada, calibre) y a la
vida pública (bufete, carpeta, servilleta, crema). En los siglos XIX y XX, al
incrementarse las actividades comerciales, bancarias y de administra-
ción, el español adoptó voces francesas que el español americano aco-
gió sin vacilaciones. Las ciudades de propagación galicista eran Buenos
Aires, Madrid y Barcelona. En los últimos doscientos años la incorpo-
ración de palabras francesas es abundante. Algunos ejemplos son chal,
frac, blusa, chaqueta, chic, rouge, franela, crepé, toilette, consomé, flan, bebé,
garaje, bicicleta, popurrí, boutique. En México hubo una importante
influencia francesa durante el porfiriato, la cual se pudo advertir en las
ciencias y las artes, especialmente en la arquitectura. Los galicismos se
hicieron presentes, pero Moreno de Alba aclara que no parece haber
galicismos de uso exclusivo en México. En cambio, hay algunos galicis-
mos en Sudamérica que no se usan en México, como bretel, placard y sur-
menage.
El inglés, aunque hoy es una lengua presente en todas las varieda-
des dialectales, influyó tarde en el español. Algunas voces inglesas en-
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traron a través del francés, como yate, bote, mitin, líder, tenis, golf. En las
escuelas no se enseñaba inglés, sino francés y es a partir de mediados
del siglo xx cuando comienza a incrementarse el número de anglicis-
mos en el español. Las regiones americanas que recibieron mayor
influencia fueron las Antillas, Centroamérica y México. Algunas voces
son suéter, coctel, esmoquin, claxon, lunch, rock, jazz. Los préstamos del
inglés (algunos castellanizados, otros no), se usan por igual en España
y en América, como bloc, comics, gay, aunque hay palabras que no se
usan en España, como plomero, ponchar, switch, convertible. A diferencia
de los galicismos, parece haber anglicismos que solamente se usan en
México, como brassiere, rin y vulcanizar. Entre los que se usan solo en
España están beicon, donuts, puzzle y jersey.
“Las lenguas y los medios: una historia de más de cinco siglos”, de
Raúl Ávila, aborda cómo la imprenta facilitó la divulgación de un mode-
lo escrito estandarizado de la lengua, que actuó como factor de identi-
dad nacional. La escritura ha sido un elemento importante para la uni-
ficación de las lenguas debido a que permanece. Los medios de comu-
nicación como radio, televisión e Internet han logrado la difusión masi-
va de la lengua hablada. La radio tiene una enorme penetración en el
auditorio. En comparación con los medios impresos que se enfrentan
al problema de la distribución en lugares apartados, la radio es una
inversión de bajo costo que permite que los mensajes se difundan ins-
tantáneamente, incluso en lugares apartados. Los programas radiales
establecen una comunicación constante y variada con el público.
La televisión, al tener un elevado costo de producción, buscó llegar
a una audiencia más grande; transmitía una lengua unitaria y nacional
y, con los años, trascendió las fronteras y fomentó la internacionaliza-
ción de las lenguas. Internet es el medio de comunicación de mayor
crecimiento en nuestros días; tiene la ventaja de transmitir tanto letras
como imágenes y sonidos, de manera que permite el conocimiento glo-
bal de lo que sucede en otras comunidades lingüísticas. Gracias a los
medios escritos y orales, la lengua española ha desarrollado una uni-
dad que le permite ser comprendida por todos los hispanohablantes.
Ávila explica que en la radio y la televisión de difusión internacional
podemos escuchar tres normas convergentes (alfa, beta y gamma), que
corresponden en primer lugar a la Ciudad de México y a Bogotá; en
segundo, a Caracas y Buenos Aires, y en tercero a Madrid o Salamanca.
En ocasiones, locutores, comentaristas y actores que no viven en sus
lugares de origen deben adaptarse a su nuevo espacio lingüístico, y a
veces, incluso por exigencias de la empresa donde trabajan, deben
modificar su pronunciación para evitar los acentos regionales. El léxi-
co que se usa en estos medios es comprensible para todos los hispano-
hablantes, aunque en Internet el español estándar se mantiene en
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páginas de empresas grandes, en sitios informativos o científicos y en


la publicidad. En contraste, las páginas individuales poseen más varia-
ción regional.
En “Significado y filiación de las políticas de lenguas indoamerica-
nas. ¿Diferente interpretación y regulación de las hegemonías socio-
lingüísticas?”, Héctor Muñoz Cruz hace una revisión de los actuales
debates en materia de políticas lingüísticas. Comenta cómo los debates
son trabajos discursivos de los que emergen concepciones e indicado-
res sobre el lenguaje, delimitan el contexto de acción intercultural y
proporcionan a los hablantes contenidos que reflejan la objetividad
legal y legitimidad de las instituciones, lo cual debería considerarse en
el diseño y ejecución de las políticas del lenguaje.
Como puede apreciarse, las páginas de este volumen de Historia
sociolingüística de México ofrecen una amplia y diversa perspectiva histó-
rica, social, cultural y lingüística del México contemporáneo. Los auto-
res discuten conceptos, revisan importantes investigaciones, dan a
conocer datos políticos, económicos y demográficos, y comparan y exa-
minan momentos históricos en los que diversos factores sociales, len-
guas y variantes dialectales, confluyen para dar origen a la actual situa-
ción sociolingüística de un país multicultural.

DINORAH PESQUEIRA
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey,
Campus Ciudad de México
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MANUEL DÍAZ-CAMPOS (ed.),


The Handbook of Hispanic Sociolinguistics,
Wiley-Blackwell, Hoboken NJ, 2011.

1. INTRODUCCIÓN

The Handbook of Hispanic Sociolinguistics


(Manual de sociolingüística hispánica, de aquí
en adelante HHS, por sus siglas en inglés),
coordinado y editado por Manuel Díaz-
Campos de la Universidad de Indiana (Esta-
dos Unidos) es la edición más reciente de la
conocida serie de Blackwell Handbooks in Linguistics. Díaz-Campos iden-
tifica la sociolingüística hispánica, es decir, la sociolingüística que estu-
dia las comunidades hispanohablantes, como “un sub-campo indepen-
diente” (pág. 1), con raíces tanto en la sociolingüística norteamerica-
na (la laboviana), como en la larga y rica tradición de estudios dialec-
tales procedentes del mundo de habla española.
No cabe duda de que son muchos los trabajos sociolingüísticos, den-
tro de las múltiples ramas del campo, que han aparecido sobre el espa-
ñol en las últimas décadas. Dado el actual aumento de interés en la
sociolingüística del mundo hispanohablante, así como la frustración
que sienten muchos profesores e instructores a la hora de presentar
una visión panorámica de un área en particular, cuando la gran mayo-
ría de los libros introductorios se dirigen casi exclusivamente a un
público interesado en el inglés, el presente volumen es una aportación
necesaria y bienvenida a la serie de los Handbooks.
HHS es un tomo grande –unas 764 páginas, más el índice– que
incluye treinta y cinco capítulos, escritos por expertos en el campo,
sobre diferentes aspectos de la sociolingüística del español. El libro se
divide en seis secciones: 1. La variación fonológica consta de una colec-
ción de capítulos que abarcan los métodos, los factores externos e
internos que influyen en la pronunciación o la variación fonológica en
España y Latinoamérica, con capítulos escritos por Laura Colantoni;
Antonio Medina-Rivera; Francisco Moreno-Fernández; John Lipski; y
José Antonio Samper Padilla; 2. La variación morfosintáctica presenta un
resumen de los estudios variacionistas sobre la morfosintaxis, los pro-
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cesos de gramaticalización, y la variación morfosintáctica en los países


de habla española, con capítulos de Scott A. Schwenter, Rena Torres
Cacoullos, Paola Bentivoglio y Mercedes Sedano, y María José Serrano;
3. La lengua, el individuo y la sociedad es una sección que habla del papel
de los factores externos (como la edad y el género) en la variación, y
de la lengua como una manera de interactuar con la sociedad en gene-
ral; incluye el uso de los pronombres de tratamiento, la adquisición de
las normas sociolingüísticas por los niños y por los estudiantes de espa-
ñol como segunda lengua, así como las aportaciones de la sociolin-
güística moderna al estudio de la variación histórica, con capítulos de
Richard Cameron, Jonathan Holmquist, Diane R. Uber, Manuel Díaz-
Campos, Donald N. Tuten y Fernando Tejedo-Herrero y Kimberly
Geeslin; 4. El español en contacto explica los procesos por los que una
lengua puede llegar a influir sobra otra, ejemplificados con estudios
sobre el español en contacto con lenguas indígenas (quechua y guara-
ní), otras lenguas romances (catalán y portugués), y con el criollo hai-
tiano y el árabe, con capítulos de Anna María Escobar, Shaw N. Gynan,
José Luis Blas Arroyo, J. Clancy Clements, Patricia Amaral y Ana R.
Luís, Luis A. Ortiz López, Armin Schwegler y Lotfi Sayahi; 5. El español
en los Estados Unidos, como lengua de herencia y como segunda lengua trata
diferentes aspectos del español en los Estados Unidos, como el cambio
de códigos y los marcadores de discurso bilingües, la convergencia lin-
güística, el contacto entre dialectos del español; y cuestiones sobre la
preservación del español, los hablantes de herencia y las actitudes
hacia el español, con capítulos de Lourdes Torres, Ricardo Otheguy,
Almeida Jacqueline Toribio, Norma Mendoza-Denton y Bryan James
Gordon, Kim Potowski, Guadalupe Valdés y Michelle Geoffrion-Vinci,
Jorge Porcel y Adam Schwartz. Y la última sección, 6. La política/plani-
ficación lingüística, las actitudes y la ideología, aborda cuestiones de plani-
ficación lingüística, de actitudes y de identidad, con temas como la
irrupción del español como lengua global, la educación bilingüe, la
conexión entre la variación lingüística y las expresiones de identidad o
el imperialismo lingüístico, con capítulos escritos por Ofelia García,
Serafín M. Coronel-Molina y Megan Solon, Juan Manuel Hernández-
Campoy, Mercedes Niño-Murcia, y Clare Mar-Molinero y Darren Paffey.

2. EVALUACIÓN

En términos generales, HHS presenta un colosal esfuerzo por parte


del coordinador para cumplir con el objetivo de proporcionar “una
amplia exposición del campo mediante la inclusión de artículos en las
áreas más investigadas de la sociolingüística hispana, con orientaciones
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tanto cuantitativas como cualitativas” (pág. 3, la traducción es mía).


Aunque sin duda algunos investigadores individuales podrían encon-
trar que su área de estudio en particular no resulta tratada de una
forma satisfactoria, nadie puede negar que este volumen incluye la
mayoría de las áreas que los profesores necesitan cubrir en sus cursos
de sociolingüística hispánica o que los estudiantes de posgrado tienen
que repasar para sus exámenes de la materia, dos de los objetivos decla-
rados en la introducción del libro (pág. 4). Asimismo, los autores
representan una amplia gama de métodos y enfoques dentro del
campo y, a lo largo del libro, se presenta una mezcla equilibrada de
datos y teoría. Algunos capítulos servirán principalmente como obras
de referencia, dando una visión panorámica del campo hasta la fecha
(como los capítulos de Lipski, Samper Padilla, Toribio; y la mayoría de
los capítulos de la sección sobre el contacto, entre otros), mientras que
otros provocarán el debate sobre cuestiones teóricas y/o metodológi-
cas (véanse los capítulos de Colantoni, Otheguy y Schwarz, entre
otros). En este sentido, HHS sí logra el objetivo expuesto más arriba.
Además de unos cuantos errores tipográficos o de redacción –que
son en realidad muy escasos, teniendo en cuenta la longitud del volu-
men y el número de autores–, existen algunas áreas que podrían mejo-
rarse. En primer lugar, algunas secciones gozan de una mayor cohe-
rencia que otras y, a veces, las diferencias de enfoque dentro de la
misma sección dificultan la comparación entre variedades, como es el
caso de los capítulos sobre la variación morfosintáctica en España y en
Latinoamérica. Compárense, por ejemplo, los capítulos sobre la varia-
ción fonológica en las dos áreas geográficas, que se complementan
muy bien, puesto que siguen más o menos el mismo formato para
explicar la variación fonológica en América Latina y en España. Esto
no sucede de manera tan obvia en los capítulos correspondientes a la
variación morfosintáctica. Tal tipo de inconsistencia puede ser el
aspecto más negativo de estos grandes manuales generales –debido, en
gran parte, a la heterogeneidad del público al que van destinados
(estudiantes, personas ajenas a la materia, especialistas, etc.), lectores
que requieren distintos niveles de detalle y poseen diferentes grados de
conocimientos previos.
Del mismo modo, mientras que la sección 3 proporciona una cober-
tura completa de la edad o del género como variables sociolingüísticas,
no se atiende a la tercera variable “clásica”: la clase socioeconómica.
Hubiera sido útil para los investigadores/profesores y para los estu-
diantes incluir un capítulo sobre la clase social (es decir, las dificulta-
des para definirla, la aplicabilidad de los modelos norteamericanos o
europeos al estudio de la clase en Latinoamérica, las diferentes mane-
ras en que se ha implementado la clase social como variable en estu-
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dios sobre el mundo hispanohablante, etc.). Si bien los profesores


especializados pueden complementar las lecturas de HHS en esta área
(incluso con lecturas de otros manuales de la misma serie, como el
capítulo de Sharon Ash (2002) en The Handbook of Language Variation
and Change), sería deseable también un tratamiento comprensivo de
esta variable con datos del español.
En suma, a pesar de que algún ámbito concreto podría gozar de una
mayor consistencia o de una cobertura más amplia, el HHS representa
una contribución muy importante al campo de la sociolingüística his-
pánica. De hecho, personalmente he incluido muchos de sus capítulos
como lecturas obligatorias en mis cursos y hay muy pocos capítulos de
los que no haya aprendido algo novedoso e interesante. No cabe duda
de que el Handbook of Hispanic Sociolinguistics será una obra muy con-
sultada, recomendada y citada en los años venideros.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
ASH, SHARON (2002): Social class, en J. K. Chambers, Peter Trudgill y Natalie
Schilling-Estes (eds.), The Handbook of Language Variation and Change, Oxford,
Blackwell, págs. 402-422.

JIM MICHNOWICZ
North Carolina State University
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