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Aniyar-de-Castro,-Lola Pp. 343-378

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CAPÍTULO XXII

CRIMINOLOGÍA REGRESIONISTA DEL _ .... 'Uf.I.J'V'


LA CONTRARREFORMA HUMANÍSTICA

Antecedentes del Siglo XX. El marco histórico y cultural. Riesgo, miedo y enemigo. "La
Criminología Actuarial", La Globalización. ¿Mundo globalizado igual a mercado insti-
tucional globalizado? Castigar a "el otro". Los nuevos enemigos internacionalizados:
el inmigrante, el diferente, el terrorista. Endureciendo el control social. Gobernanza y
sistema penal. La peligrosidad del sistema penal. El sentido de los Derechos Humanos
para la Criminología: una mirada ética. El castigo adicional alosgrupos de riesgo.

Antecedentes del Siglo XX

Ya en el siglo XX se había iniciado un movimiento de retroceso en las teo-


rías y sus consiguientes políticas criminales. Ellas surgen como contrapeso
de la abundancia de posiciones teóricas iushumanistas y c~íticas que fueron
surgiendo, planteando una sociedad y un Estado mejores, las que, aunque
nunca se dieron totalmente en la práctica, fueron al menos un programa de
acciones civilizadas que lograron en gran parte insertarse en los instrumen-
tos legales y en la dogmática, abriendo una conciencia nueva y refrescante. .
Un ejemplo son los llamados "realistas" que, según los denominaron',
fueron, unos los "nuevos realistas de izquierda" (Taylor, Walton, Young, ya
mencionados, que habían hablado de la necesidad de "pensar seriamente"
el delito); y otros, "realistas de derecha". Vamos a referirnos sucintamente a
estos últimos, que son tal vez los que de manera más intensa se plantearon
políticas criminales profundamente violatorias de los principios, occidental-
mente elaborados sobre los Derechos Humanos.
Judith Wilks y Robert Martinson publican un artículo con el título: "¿Es
realmente necesario el tratamiento de los delincuentes?" l. Marlene Lethinen
plantea que la pena de muerte puede constituir un eficaz efecto disuasivo,

1 "Is the Treatment of Criminal Offenders really necessary?", en Federal Probatíons, 40, 1976.

Ver sobre todos estos antecedentes el Trabajo de Tony P1att y Pau1 Takagi, "Crítica a los nuevos
realistas", en Capítulo Criminológico, N° 6, ob. cit.
344 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

sólo si se verifican unas tres mil ejecuciones al añ0 2 • Todo esto fue muy
popular en las revistas y periódicos de la época, de divulgación para la gente
común. La más publicitada fue la obra de James Q. Wilson: Gran cambio
en las prisiones: Castigar, no reformm-3. Hasta en New York Times hubo un
columna de Jackson Toby, donde proponía que los "incorregibles deben ser
privados de libertad sin fijación previa de su duración". Se trata de Profeso-
res de buenas Universidades. con investigaciones financiadas por sustan-
ciosos recursos 4 • Durante el período de la Gran Depresión (años treinta),
proliferaron, sin embargo, programas de inclusión social, como las becas de
trabajo, entrenamiento vocacional y recreación. como los mencionados antes
del Chicago Area Project, y el Cambridge-SomerviHe. El Estado norteameri-
cano dedica esfuerzos a una política penal correccional sólo después de la
segunda Guerra Mundial. A partir de los años cincuenta, se introducen las
Cajas de Trabajo penitenciario, para quienes estaban en libertad provisional,
subsidios a los Distritos para alentar la supervisión local como alternativa a
la prisión; clasificación para los diferentes niveles de delincuencia, y progra-
mas de tratamiento intramuros, algunos experimentales.
En 1963, el Consejo Nacional para el Crimen y la Delincuencia reco-
mienda la adopción de un Acta Modelo para las Sentencias (Model Sentencing
Act) , mediante la cual la mayoría de los no considerados peligrosos podían
estar bajo supervisión no institucional. Los Estados que los aceptaron tuvie-
ron menos problemas de violencia intracarcelaria.
A aquellas tentativas del pragmatismo punitivo. se deben las Teorías.
más recientes, de Cero Tolerancia y de la Ventana Rota, y el gran negocio que
Bratton instaló a través de franquicias bien pagadas en muchos países lati-
noamericanos, de un programa que (aunque se discute que fuera de verdad
así) habría logrado disminuir la violencia en el Metro de Nueva York.
Muy interesantes han sido los experimentos de los alcaldes de Bogotá
y de Medellín 5 , que durante tres períodos sucesivos de Gobierno municipal
lograron disminuir la violencia en dos ciudades que eran, paradigmática-
mente, de las más violentas del mundo, simplemente haciendo enormes
inversiones en calidad de vida y gestión cultural (por ejemplo, bibliotecas de
alto nivel, campos deportivos de primera clase, salas de conciertos, sistemas

2 Lethinen, Marlene, ''The value of life. An argument for the Death Penalty", en Crime and
Delinquency, 23 de julio de 1977, pp. 237-252.
3 "Big Change in prisons: Punish not reform", en US News and World Report, agosto 25, 1975.
4Por ejemplo, las Fundaciones Ford y Rockefeller, aunque también se enfrentaron a los que
denominaban "abogados utópicos".
5 Los Alcaldes Mokus, Fajardo y Peñaloza.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 345

modernos de movilidad) en las barriadas más caóticas y depauperadas de


esas dos ciudades 6 •

El marco histórico y cultural·

El siglo XXI se nos había anunciado como uno portador de progresos tec-
nológicos y también espirituales. Aun cuando ya el siglo anterior había anun-
ciado presagios de que la memoria humana podía ofrecer agujeros negros
sobre una historia reciente de sangre, destrucción, odios y guerras, y que su
desarrollo progresista pudiera encontrar frenazos coyunturales; las imágenes
documentadas de los espantosos exterminios genocidas, y las experiencias
paranoides de los autoritarismos, aunados a la desaparición de la Guerra
Fría, por el rechazo que despertaron, permitían copserVar las esperanzas.
Son precisamente el desarrollo tecnológico, la globalización, la falsa des-
aparición de las fronteras, la sustitución de la Guerra Fría por otro sistema
de odios y enfrentamientos los que han comenzado a. definir un panorama
oscuro sobre el futuro de la humanidad. Esto no podía sino reflejarse en las
políticas penales y criminales. De hecho, para explicar y legitimar ciertas
políticas regresivas se nos remite a la Teoría de la· Sociedad del Riesgo, en
la cual se generarían temores y ansiedades generalizados. El Riesgo sería el
signo de la centuria en que vivimos. Es el inicio de la Era del Miedo (The Age
ofFear). Yel Riesgo, como veremos, es el partero del miedo y la insolidaridad.
En la modernidad tardía 7 , según esa Teorías, y en virtud de las nuevas
tecnologías y de las imprevistas catástrofes naturales que se han desencade- .
nado, se estarían produciendo riesgos que, aunque en buena parte artificia-.
les o construidos, tendrían la capacidad de generar destrucciones masivas.
En una Sociedad del Riesgo no existiría la posibilidad de establecer patrones·
de regularidad o normalidad. En ella todo sería incierto, y no habría forma.
de manejar signos confiables de previsibilidad y calculabilidad9 • Es innegable

6 Siendo este un Manual de Teorías Criminológicas y no de Políticas Criminales, nos remiti-


mos a Aniyar de Castro, Lola, CrúTIinología de los Derechos Humanos ... , ya citada, donde hay
referencias a estos temas y un amplio capítulo dedicado a la seguridad dentro de una estrategia
de Derechos Humanos.
7 Son muy interesantes los libros publicados recientemente en español sobre el debate en la
criminología anglosajona. Ver Young, Jock, El vértigo de la modernidad tardía, Buenos Aires,
Didot, 2012; O'Malley, Pat, Riesgo. neoliberalismo y justicia penal, Buenos Aires, Ad Hoc, 2011.
8 Ver Beck, Ulrich, La sociedad ... , ob. cit.; Rodriguez de Assis Machado, Marta, Sociedade do
risco e Direito Penal. Uma avaliacao das novas tendencias politico-criminais. San Pablo, IBCCrim,
2005.
9 Ver De Giorgi, Raffaelle, "O risco na Sociedad e Contemporanea", Revista Sequencia. Revista

do Curso de Pós-Graduayáo em Directo da Universidad e Federal de Santa Catarina, N° 28,


346 LoLA AN¡YAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

que. producto o no del recalentamiento global, la naturaleza se nos ha vuelto


vindicativamente hostil: la amenaza de huracanes y tormentas, deslaves e
inundaciones parece haber aumentado. Por otra parte, las prácticas del capi--
talismo salvaje asoman amenazas de hambruna n1undial por escasez de ali-
rnentos. o de destrucción del Amazonas y su potencialidad de producir el
sustento de las generaciones futuras; los lTIovimientos políticos y sociales
emergentes de vocación violenta, el terrorismo, las guerras económicas, o
religiosas, étnicas, o tribales; las crisis financieras de las economías vir-
tuales del primer mundo que arrastran en su caída a todos los países; la
voracidad del mundo petrolero; el peligro de la desaparición del planeta,
de las amenazas de guerras nucleares, de las religiosidades fanatizadas y
genocidas, de las armas sólo-mata-gentes y de los aviones no tripulados,
característicos de los enfrentamiento bélicos de la época: todo ello conforma
un panorama apocalíptico. El Riesgo se extiende, entonces, como un con-
cepto más allá de lo tecnológico: el pasamiento posmoderno. como hemos
visto. postuló relatividades y flexibilidades que eran inevitables. Las técnicas
de comunicación, informatizadas o no, hicieron realidad la predicción de la
aldea global. Pero ésta, con el agregado de su nueva herramienta de incon-
trolables redes sociales, aunque por una parte se parece a la uniformidad
anunciada; por la otra, al no poderse contener las tensiones internas, se
ha producido una masa bastante informe de razones suficientes para gene-
rar miedo. Por ejemplo, la amenaza del terrorismo no se circunscribe ya a
objetivos geográficos o políticos específicos, pero el miedo sí. Así, al ponerse
de moda enemigos similares para todos los países, se van creando nuevos
temores: todos tenemos miedo de todo.
A su vez, se genera la necesidad de producir chivos expiatorios, de iden-
tificar enemigos, y odios indefinidos que buscan hacia dónde dirigirse. Las
propuestas en ciertos sectores del planeta han llegado a ser las de exterminar
a "los otros".
Por su capacidad de generalizar las víctimas, aunque algunos autores
han dicho que estos riesgos implicarían una "democrática" tendencia iguali-
taria, lo cierto es que en este tipo de sociedad existe más bien una fuerza de
atracción entre la extrema pobreza y los riesgos extremos, de manera que, en
la práctica, las personas desprotegidas en mayor grado son precisamente las
víctimas más generalizadas 10. Esto puede constatarse al trasladarse el con-
cepto del riesgo al ámbito criminológico. En efecto, allí encontramos que ni
el sentimiento de inseguridad ni la inseguridad real están en relación directa

Floríanópolis, junio de 1994.


10 Ver las obras citadas de Beck y Rodriguez de Assis Machado.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLíTICA 347

con la posesión de bienes de fortuna, y el porqué, por el contrario, a veces lo


hallamos expresado con mayor intensidad en los estratos más carentes.
El "riesgo", como nueva de ha espa-
cios criminológicos. Se habla hoy de una Criminología basada en
cálculos de probabilidad a la manera corno lo hacen las empresas de
Un vocabulario neopositivista ha sustituido al del positivismo arcaico. En
vez de hablarse de peligrosidad social, se habla ahora de Grupos de Riesgo.
En realidad, es lo mismo. Sólo que no solamentese temea·las personas en
su dimensión individual, sino también en su capacidad de agruparse, y por
eso se han desbordado las leyes y previsiones sobre la llamada (mal llamada.
según muchos) delincuencia organizada, el armamentismo y el terrorismo.
Vivimos, entonces, en un mundo globalmente aterrorizante, que se nos
presenta como casi totalmente transgresor. Las cifras negras se han
de moda, y las encuestas de victimización también, porque las cifras oficia-
les de esas transgresiones son insignificantes o meramente sirnbólicas. Las
denuncias y acusaciones son mínimas, los conflictos se resuelven al margen
del sistema penal (nacional o internacional). Las relaciones sociales se redu-
cen, las interacciones urbanas son las indispensables para sobrevivir. De la
mano del autoritarismo, el Leviatán ha regresado. Y el fascismo también.

La construcción del miedo en los espacios locales

Los miedos, reiteramos, son construidos, aunque no falten razones para


crear ansiedades. El crimen se ha vuelto un valiosísimo recurso de entre-'
tenimiento televisivo y cinematográfico, en su mayoría generado en los pai-
ses centrales, aunque muchos países del margen los clonan o modifican
según sus circunstancias culturales, recurso sin el cual ya las industrias del
entretenimiento y las comunicaciones no sobrevivirían. Ahora como nunca'
se intensifica la famosa regla de Oro para el mercadeo de escenas y noti-
cias: sexo, deporte y crimen. Ya nadie hace aquellas viejas investigaciones de
cuántos delitos aparecen en una semana de televisión o de cine. Las cifras
son innecesarias. Lo que habría que computar es cuáles son, por el contrario,
los programas, filmes, juegos electrónicos, noticias nacionales e internacio-
nales, que no son violentos o destructivos. Aun en la cotidianidad de la vida
privada, la desconfianza recíproca se instala.
348 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

LOS MEDIOS
• Seleccionan
• Divulgan
• Ocultan
.. Convierten acontecimientos en sucesos
• Comercializan el delito al venderlo con otros "objetos de
consumo"
• De esta manera, espanden el miedo

El Miedo ll , convertido en el monstruo de las pesadillas modernas, arras-


tra, por su parte, perversas consecuencias en lo que se refiere tanto a la
democracia como a los mecanismos del control formal. Y como todo lo que
se relaciona con la Criminología es profundamente político (lo son la Justicia
Penal, la legislación penal, las políticas criminales y penales, el mal llamado
"espíritu del legislador" , y la criminalización efectiva, pilares que sustentan la
mesa de la gobernabilidad), ello va a reflejarse sobre los derechos y garantías
que el Derecho está llamado a proteger 12 •

Mundo Globalizado igual a Mercado institucional globalizado

¿Hay un mundo globalizado? En realidad, ese manoseado término se


reduce a la globalización del mercado, con sus correspondientes equipajes
cultural e institucional.
Aquí también presenciamos una esquizofrenia activa: la unidimensiona-
lidad cultural, que hace ya casi medio siglo fue demonizada por los filósofos
frankfurterianos, parecería hoy acentuada en virtud del enérgico campo de

11 También se recurrió al miedo en épocas anteriores para permitir las persecuciones de muje-

res definidas como "brujas". Ver Delumeau, Jean, La peur en Occident, París, Fayard, 1978;
traducción española: El miedo en Occidente, Madrid, Taurus, 2012.
12 Casos novedosos de violación del derecho a la intimidad y a la privacidad se conocen en

2013, relacionados con la penetración del espionaje político, en algunos casos oficial, de los
mensajes y comunicaciones a través de Internet; cuya denuncia, adicionalmente, ha generado
persecuciones internacionales y requerimientos de asilo político de los denunciantes.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 349

una información virtual y comunicacional cada vez más centralizadas en el


ámbito internacional. En el terreno institucional, esta globalización se cris-
taliza, entre otras cosas, en la búsqueda de un uniformizado y
eficiente control, tanto penal como social. Este control supuestamente
tiza al mercado sociedades de consumo, las cuales serán estables, TTl'.:Jnp,·c,_
bIes y predecibles. Así tenemos reformas procesales, de menores,
policiales. que tienen poco que ver con nuestra realidad institucional de base
(y que tampoco cuentan con instituciones de apoyo adecuadas), Al .igual que
legislaciones internacionales sobre la delincuencia organizada, la tendencia
a tener cárceles y policías privadas; y por supuesto, también las teorías del
control basadas en la Tolerancia Cero y los "factores de riesgo"13,

La globaUzación en el terreno ins,titucional

4& Se impulsan las mismas reformas penales procesales,


de menores, policiales;
• Las legislaciones internacionales sobre la delincuencia .
organizada;
• La tendencia a tener cárceles y policías privadas;
• Las teorías del control basadas en la Tolerancia Cero y en ,
los "factores de riesgo",

13 Un informe del ex Ministro francés Sarkozy, antes de ser Presidente, que presentó a la

Asamblea Nacional, se basó en una investigación del Instituto Nacional para la Salud y la Inves-
tigación Médica (INSERM), y solicitaba establecer medidas de seguimiento a niños que, desde
el Jardín de Infancia, podrían ser tempranamente detectados, y por lo tanto, ser considerados
sospechosos de conductas indebidas en el futuro. Esto ha estado apoyado en nuevas investi-
gaciones sobre niños muy pequeños, diagnosticados por parientes y maestros, no por médicos,
con hiperactividad o déficit de atención, a los cuales se les estigmatizaría por su potencialidad
de conductas disruptivas.
350 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

La contrarreforma y sus consecuencias

Parte de la contrarreforma se apoya en la indiferencia -cuando no la


aprobación- de la población ante los hechos. El rniedo legitima la barbarie,
y esta se reproduce tarnbién en leyes penales.
Por su parte, el tan debatido Derecho Penal del Enemigo pierde su sen-
tido· específico al extenderse a todo tipo de legislación adnlinistrativa, donde
resulta más difícil rastrear la pérdida de garantías. Hay que invertir dema-
siado esfuerzo en mantener al menos algunos de los principios del viejo Dere-
cho Penal Liberal, que ya no nos sirven sino para los relativamente escasos
juicios penales formales que aún se realizan. En la práctica, el control formal
se convierte en un pulpo de muchos brazos, inicio institucional de la capi-
laridad del control social, que deja reducido. como nunca, el Dere~ho Penal
convencional a su más limitada expresión simbólica.
Como vimos en el capítulo XXI, la Criminología se hace de esta manera
cada vez más regresiva: vuelven los viejos abandonados estudios genéticos y
las investigaciones cerebrales; y hasta el concepto de poblaciones vulnera-
bles, mal utilizado, se hace amenazador, al identificar la vulnerabilidad con
elementos característicos de la pobreza.
La sociedad del riesgo es pues, fundamentalnlente, riesgo para la libertad.
Adicionalmente, los organismos internacionales de Derechos Humanos
funcionan con lentitud, y con dificultades para ser realmente eficaces. Los
juicios por Crímenes contra la Humanidad tardan muchos años en su reco-
rrido judicial, hasta el punto de que los imputados se ponen tan viejos o
enfermos que entonces son ellos quienes solicitan medidas humanitarias.
La Criminología Primermundista ahora se debate entre una izquierda
que así se denomina por su tendencia humanista (aunque en muchos países
autodenominados de izquierda el contenido humanista suele ser falso por su
expresión vertical, autoritaria y punitiva); y una derecha que se caracteriza
por rasgos fascistas.

Endureciendo el control penal

El miedo y la globalización arrastrarán medidas penales, que serán regre-


sivas y oportunistas.
Hemos mencionado investigaciones que demuestran cuánto ha aumen-
tado recientemente el volumen de personas que opinan que la policía tiene
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 351

derecho a matar 14 , Pero, además, hemos presenciado el juego cosmético, en


el fondo hipócrita, de aprobar leyes supuestamente protectoras de derechos,
que tienen su contrapeso en realidades no concordantes: las nuevas
para el control de acciones transgresoras del menor y del adolescente, por
ejemplo, traían lo que hemos definido como un caballo de Troya, la
nución de la edad de la penal, nlientras para los
Inenores instituciones de reclusión sirnilares a las prisiones, aunque nuevos
especialistas parajuridicos estén hipotéticamente actuando; La exper:iencia en
nuestros países es de un progreso muy precario, y de reprodueción del horror
y la ineficacia penitenciarios. Las leyes de protección al derecho de -la mujer a
una vida libre de violencia no sólo no se acompañan de la instalación de una
cultura de la no violencia contra la mujer, con lo cual las acusaciones siguen
siendo insignificantes en relación con la realidad total,. Sino que las casas de
abrigo son prácticamente inexistentes (en Venezuela sólo hay dos, y apenas
con capacidad de diez personas cada una). Pero la sobrecriminalización la
"mirada permanente" (y autorizada) de la comunidad inmediata sobre
espacios íntimos han sustituido las políticas de m~diación; empoderamiento,
escuelas para padres y otras labores de promoción cultural.

El enemigo

El miedo viene de la mano de un nuevo protagonista de'la vida planeta-


ria: el enemigo. Los nuevos enemigos internacionalizados son el inlnigrante
y el terrorista, asociados a los conceptos del Otro (diferencia u otredad) y al
del Riesgo; más un sentimiento sólidamente construido: el Miedo. Una poco
Santísima Trinidad que representa tres divinos peligros en uno sólo. Y. que
confunde a la prevención con un mecanismo de guerra destructiva.

14 Declaraciones del SOCo Roberto Briceño León en el seminario realizado por Venamcham

sobre Represión del Delito y Derechos Humanos, El Nacional, 16-06-2005. Por su parte. Liliana
Ortega, representante de Cofavic. anota que el 80% de estos casos no llega a juicio. y los que
llegan son absueltos. y acusa a la impunidad como prornotora de esos hechos.
352 LOLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

Desde la vieja Criminología Positivista se ha venido aseve-


rando que el delincuente suele primero legitimar su acción
degradando, a través de sus racionalizaciones, el valor y el
significado de su víctima.
Ahora el sentimiento de alteridad genera víctimas por dife-
rencias de grupo, ideología, color, religión, etnia, género o
clase social.
Es principio del fascismo la necesidad de castigar, elimi-
nar o segregar al diferente, despojándolo ideológicamente
de sus cualidades humanas y, por lo tanto, de su dignidad
y sus derechos.

Los inmigrantes nuevos enemigos: el inmigrante como diferente

Desde la vieja criminología positivista se ha venido aseverando que el


delincuente suele primero legitimar su acción degradando, a través de sus
racionalizaciones, el valor y el significado de su víctima. Otra cosa, sin
embargo, es que el mismo sentido de alteridad genere víctimas por la diferen-
cia de grupo, ideología, color, religión, etnia, género o clase social. El principio
del fascismo se ha fincado en la necesidad de castigar, eliminar o segregar al
diferente, despojándolo ideológicamente de sus cualidades humanas y, por lo
tanto, de su dignidad y sus derechos. Las diferencias culturales caracterizan
los enfrentamientos básicos del mundo actual.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 353

Latinos
Negros
Musulmanes
Delincuentes

No reconocemos al diferente, y las guerras actuales, además de losirtfere-·


ses económicos que las sustentan, tienen mucho que ver con esas diferencias
legitimantes, que hacen de la cacareada "globalización" una gran mentira.
Es el caso de las migraciones, fenómeno acentuado por la pobreza mundial,
que hoy hace que doce millones de latinoamericanos "ilegales" se encuentren
luchando por derechos en los Estados Unidos, por una parte; y por la apari-
ción de nuevos bloques nacionales, como la Unión Europea, por otra.
La lucha de clases ha sido sustituida por la guerra internacional, en
espacios internos, de nacionales contra inmigrantes, o viceversa.
En el campo de los Derechos Humanos se han ido produciendo, cada
vez con mayor rigor, modificaciones esquizofrénicas: por una parte, los orga-
nismos internacionales desarrollan cada vez más bienes protegibles por las
declaraciones o convenciones de Derechos Humanos. Y por otra, los países
que los aprueban y los recogen no están dispuestos a protegerlos en la prác-
tica. O los ratifican sólo aquellos que producen más víctimas por estas viola-
ciones de Derechos. A veces, como veremos, en la formulación de los derechos
354 LolA AN¡YAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

que aparecen en estas Declaraciones, hay excepciones sorprendentemente


significativas, como por ejemplo, que los inmigrantes ilegales no tienen algu-
nos derechos humanos. ¿Cómo pueden hacerse Convenciones que al otorgar
Derechos Hunlanos se aprovechan para quitárselos a otros?

La "Convención de Naciones Unidas para la Protección de


los Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y Miem-
bros de sus Familias" se hizo vigente luego de que más de
veinte países lo ratificaran en marzo de 2003.
Reconoce que los inmigrantes legales tienen legitimidad
para reclamar más derechos que los indocumentados,
pero que los derechos fundamentales de éstos también
deben ser respetados, como seres humanos que son.
Los países que ratificaron la 90nvención son básicamente
aquellos de los cuales son originarios los inmigrantes
(México. Marruecos y Filipinas).

• Ningún país occidental receptor de inmigrantes ha


ratificado la Convención, aunque la mayoría de éstos
viven en Europa y en Norteamérica. Tampoco otros
importantes países receptores la ratificaron, como
Australia, los países del Golfo y la India.

Podríamos citar muchas investigaciones norteamericanas y europeas que


intentan explicar sus delincuencias a través de rasgos étnicos, o antropológi-
cos, o culturales (los límites de esos conceptos son movibles) de los migrantes
del tercer y cuarto mundo.
La Criminología se vuelve más positivista, se llena de estudios sobre gru-
pos étnicos migran tes de países marginales.
Es así como, aun cuando sólo una conducta intencional, y gravemente
dañina, debe ser considerada delito, las migraciones ilegales se han convertido
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 355

en un asunto criminológico. Como suele suceder, los problemas de goberna-


bilidad se traducen en términos de criminalización. Es fácil ver sus efectos en
las cifras de criminalización de extranjeros, y en su privación de libertad en
lugares para depositar a estos "extraños". que son prisiones. aunque
se las denomine de otro modo.
La situación es tan grave y significativa, que se ha acunado un término
especial para referirse a las relaciones entre inmigración y delincuencia:
"Crimmigration". En el debate sobre inmigración, se ha dicho, el término
de "ilegal" ha arropado a seres humanos que no son delincuentes, sino que
han violado normas administrativas. Ninguna persona, por el hecho de serlo,
puede ser considerada "ilegal". Y ese simple calificativo, que crea el estereo-
tipo de personas que siempre están violando las leyes, sirve para legitimar
medidas que violan Derechos Humanos. Ha servido también para crear una
cultura de temor, como evidenció una. encuesta délaño 2000, según la cual
un 75% de los norteamericanos sentía que los "latinos" .estaban involucra-
dos en el incremento de las tasas del delito. Sin embargo, Robert Sampson
demostró que no era cierto. La tasa de encarcelamiento de nacionales era
cinco veces mayor que la de los extranjeros. Otros hah demostrado que,
aunque en las ciudades fronterizas, como El Paso y San Diego, en los años
noventa la entrada de inmigrantes subió en un 500/0, las cifras delictivas se
redujeron significativamente. Sin embargo, desde 1998 el presupuesto para
apresar y deportar inmigrantes se incrementó en un 600%, constituyendo la
mayor cantidad de casos en el sistema penal, muchísimo mayor que el tráfico
de armas y de drogas.
Como explica Wacquant, como consecuencia de los Tratados de Schengen .
y de Maastricht, que se orientaron a acelerar la integración jurídica para
asegurar una efectiva libre circulación de sus ciudadanos, la inmigración fue
definida por sus autoridades como un problema de seguridad continental, del·
mismo nivel que el crimen organizado y el terrorismo. Según este autor, esta.
privación de libertad en depósitos de extranjeros es más un encarcelamiento
de diferenciación que un encarcelamiento de seguridad 15 • Como el mismo
autor cita, el aumento del peso de los extranjeros en la población encarcelada
en Francia depende exclusivamente del aumento tres veces mayor en los últi-
mos años de prisioneros que han violado sus normas de permanencia en ese
país 16 • Y, como puede verse en las cifras que él presenta, hay una situación
similar en toda Europa. También informa que:

15 Wacquant, Loi:c, Les prisons de la mise re, París, Raisons D'agir, 1999. Ver también Tournier,
Pierre, "La délinquance des étrangers en France: analyse des statistiques penales" en Palidda,
Salvatore, Délit d 'immigration. Immigrant delinquency, Bruselas, Comision Europeenne, 1996,
p.158.
16 Wacquant, LoIc, Les prisons ... , ob. cit., p. 111.
356 lotA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

.. .la evolución de la población penitenciaria estadounidense [testimonia]


el ennegrecimiento constante de la población detenida, que hace que,
desde 1989, y por primera vez en la historia, los afroamericanos sean
mayoritarios entre los nuevos ingresados en las prisiones estadales,
aunque no representen más del 12% de la población del país (. .. ) Los
latinos son el grupo cuya tasa de encarcelamiento creció más rápido
en el período reciente. Esta "desproporcionalidad racial" L.. ) es aún más
pronunciada entre los jóvenes (. .. ) porque, en todo momento, más de un
tercio de los negros de 18 a 29 años están en la cárcel, o bajo la autori-
dad de un juez de aplicación de penas, o de un agente de vigilancia peni-
tenciaria, o bien a la espera de presentarse ante un tribunaP7.

Se ha revivido la teoría ecológica de la Escuela de Chicago y el concepto


de "desorganización social". Así, frente a una "derecha" que buscaría encon-
trar rasgos delictivos en barrios latinos de los Estados Unidos, partiendo de
la hipótesis -implícita o formulada- de que allí hay valores negativos. hay
una "izquierda" también funcional-positivista que aduce que en los barrios
donde residen personas de una misma proveniencia nacional, los vínculos
con los valores de las familias del mismo origen resultan ser más bien buenos
controles de la delincuencia. La teoría del conflicto de culturas de Sellin, ha
sido de nuevo puesta sobre el tapete. aunque aún no resulta ser reivindica-
dora de la diferencia.
Mientras en Europa los perseguidos y sospechados provienen de África o
el mundo musulmán. en los Estados Unidos los peligrosos por etnicidad son
los latinosl 8 •

El terrorismo

Un nuevo elemento se asocia al "Riesgo". para aumentar el miedo: el


terrorismo.

17 Wacquant, Lo'ic, Les prisons ... , ob. cit., p. 98.


18 En 2011, la administración de Obama completó 1,1 millones de deportados. Un estudio
hecho en departamentos policiales de Florida encontró que sus agentes utilizaban el nombre,
la etnicidad, el idioma y el lugar de nacimiento como base para recomendar su deportación. Un
estudio de casos citado por Sharada, miembro fundador Del Proyecto Stanford sobre Derechos
de los Inmigrantes, mostró que un 96% de los arrestados por los policías eran latinos. Y, sin
embargo, de ellos, sólo un 2% había realizado hechos graves. Y un 45% de esa población fue
condenado por el cargo de estar "Presentes sin Admisión" (PWA), lo que no significa un historial
delictivo.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOC!OPOLiTICA 357

El terrorismo produce un sentimiento de amenaza general.


Las estrategias contra el terrorismo tienden a ~"",,".U_L~"'''
grosamente los valores básicos que son herencia cOl;nún
la humanidad.

• Algunas técnicas especiales de investigación amenazan el


derecho a la privacidad y las garantías políticas (escuchas
telefónicas: Suecia, Inglaterra, EE. UU.).·
.. Guantánamo: tierra de nadie.
.. Potenciación de la cultura de la guerra.
.. Se obvian organismos internacionales.
• Se crean nuevos enemigos: los "otros" .
.. Se contagia el estereotipo (perseguir y asesinar a un bra-
sileño en las calles de Londres por su color, sospechoso de
pertenecer a etnia considerada peligrosa).

Gobernanza y Sistema penal. El sentido de los Derechos Humanos para


la Criminología: una mirada ética

Gobernanza es "Buen Gobierno". Se agrega con esta palabra un requisito


valorativo a la muy pragmática "gobernabilidad".
358 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRlGO CODlNO

Son arquetipos de represión


y persecución enclavados
en el subconsciente colectivo
Estereotipos y mediáticamente inflados.
del malo
o peligroso:
"el otro" Clases sociales. naciones. países
y hasta religiones estigmatizadas,
son el núcleo central del "enemigo
para destruir".

La libertad, la igualdad y la seguridad en riesgo

Acotemos que el sentimiento de inseguridad, en general, es tanto o más


peligroso en sus consecuencias sociales y políticas que la inseguridad real.
Buen Gobierno es el que respeta y activa los Derechos Humanos. Así
que tiene que preocuparse de evitar que las políticas criminales desplacen su
foco de la Prevención a la Seguridad. Esto significa ir de la planificación y las
políticas sociales al inmediatismo del control y la represión. Veamos cómo se
está manifestando en la actualidad.

El castigo adicional a los grupos de riesgo

Bajo el disfraz de coartadas neopositivistas, corno la de pertenecer a "gru-


pos de riesgo" o a estereotipos de "enemigos", no se permiten medidas alter-
nativas a la pena privativa de libertad. En la cárcel se somete a los reclusos
a una especie de "segundo juicio" administrativo, en manos de expertos no
jurídicos, que decidirán si otorgan o no salidas anticipadas o alguna otra
medida limitativa del encierro, todo ello sin un debido proceso o garantías.
Por otra parte, las formas de atrapar al Enemigo se han ido haciendo
cada vez más peligrosas: lo vernos en la autorización de las escuchas telefó-
nicas, en las recompensas al denunciante, en los carteles que difunden sus
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 359

rostros. en la pérdida de la privacidad comunicacional o electrónica; e, inclu-


sive a través del estímulo a la población para que se organice en acciones
de verdadera inteligencia social y hasta política. Los ejemplos v9-n desde la
Patriot Aci, hasta el Decreto-Ley del Sistema Nacional de Inteligencia y Con-
trainteligencia que había sido aprobado en mayo de 2012, en Venezuela 19,
y que convertía a todos los ciudadanos, así como a las organizaciones comu-
nitarias, por obligación, en agentes de inteligencia política.
También las restricciones para obtener y difundir información de lo que
sucede en el interior de algunos países20 hacen más expeditas y siniestras las
dificultades para ejercer garantías y defensas. La libertad de expresión limi-
tada o mediatizada cierra puertas.
La reciente ley antiterrorista argentina de 2011 pena al autor de un acto
que tenga por finalidad aterrorizar a la población, u obligar a las autorida-
des públicas nacionales o gobiernos extranjeros o agentes de una organiza-
ción internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo. Con exactitud,
Alejandro Alagia sostiene que lo que produce escalofrío es el mayor castigo,
por meras disposiciones internas, es decir, por finalidades ocultas como la de
aterrorizar a la población, que el juez observa como síntomas de un potencial
enemigo. "Puro derecho penal de ánimo y de peligro. Una variante normativa
del viejo peligrosismo racista". Nunca antes el Congreso, agrega, desde la
recuperación de la democracia, delegó tanto poder punitivo ~n favor de fuer-
zas de seguridad y de jueces.
No hay nada más equivocado que consolarse con la imagen de banqueros
o poderosos perseguidos o presos. Es desconocer la naturaleza selectiva
del poder punitivo. Esta grave habilitación de más trato c:ruella .sufrirán
grupos vulnerables de la población sin que se afecte en 10 más mínimo el·
lavado de dinero o la financiación del terrorism021 •

En el Sistema Penal, han surgido nuevos puntos de vista regresivos: el


Derecho Penal del Enemigo, concepto de Jakobs, quien define a ese enemigo
como a alguien que se ha puesto voluntariamente al margen de la sociedad
y que, por lo tahto, no puede ser objeto de protecciones o garantías. Y el de
Silva Sánchez y otros, que nos han hablado de un Derecho Penal de una, o
dos, o hasta tres velocidades, traducibles en cantidad de garantías y dere-
chos suspendidos; o el del beisbolístico término de la política del "one, two,
three strikes and you are out".

19 Mortunadamente retirada por su proponente, el Presidente de la República, después de la

protesta popular.
20 Venezuela es uno ellos.
21 Alagia, Alejandro, "Otra vez una ley antiterrorista", Página 12, 22 de diciembre de 2011.
360 LoLA ANIYAH DE CASTHO - RODHlGO CODINa

El uso del sistema penal (gracias a un Poder Judicial sin autonomía real
por su provisionalidad, decretada en la práctica, y a un Ministerio Público
partidista) para perseguir y destruir enemigos políticos es otro tema que en
este momento se debate en Venezuela; y uno podría preguntarse en cuáles
otros países el sistema se convierte también en letal arma política para
destruir al enemigo.
y así, en variados sentidos. Podliamos sugerir un nuevo concepto de peli-
grosidad: la peligrosidad del sistema penal.
Por otra parte. considerar que los muertos en enfrentamientos entre ban-
das o grupos no deberían contabilizarse como cifras de homicidios realiza-
dos 22 , es negar el valor de la vida humana y acentuar su desprotección así
como la agresión al Estado de Derech0 23 .
Hemos visto que la protección de los Derechos Humanos debe ser
el objeto y a la vez el límite del poder punitivo del Estado; así como que el
objetivo por construir es un Derecho Penal Mínimo, (llamado por algunos
autores Derecho Penal Axiológico o Derecho Penal de la Constitución)24. La
contrarreforma institucional que estamos experimentando, es exactamente
la inversión de los principios postulados por los Derechos Humanos. Ningún
principio iushumanista se ha abandonado más que el del Derecho Penal
Mínimo: el Derecho Penal no sólo deja de ser mínimo, sino que hasta ha
dejado de tener, al admnistrativizarse, la apariencia formal del Derecho
Penal. Parece, pues, que ha llegado el momento para que una renovada
Criminología Crítica que enfrente al Estado policial-penal máximo y a su
lenguaje de guerra, proclame que el Derecho Penal Mínimo debe ser consi-
derado como un Derecho Human0 25 .
Sin embargo, en nuestra Región hay actualmente ataques recientes
orientados a hacer desaparecer a los organismos internacionales encargados

22 Así lo expresó el Ministro de Relaciones y Seguridad de Venezuela, Rodríguez Chacín, en

junio de 2008.
23 En la Argentina, las cifras parecen no ser alarmantes respecto de las muertes en cárceles,
aunque suelen señalarse algunos casos de "zorta liberada" en algunas prisiones que permiten
el ajuste de cuentas entre reclusos bajo la mirada complaciente de la autoridad penitenciaria.
24 Como Baratta, que afirma: El Derecho Penal debe ser "el espacio residual que queda para
la intervención punitiva dentro de la política integral de protección de los derechos, cuando esa
intervención se considere inevitable para responder a gravísimas violaciones de derechos funda-
mentales". Ferraioli también ha escrito muchas páginas sobre el tema.
25 Ver Benito, Mauricio: como forma de contener la crisis social generada como consecuencia

del creciente número de marginados, se ha apostado por una política represiva asentada sobre el
principio de más Estado Penal. Esto nos lleva a la situación de contar con "Estado mínimo" para
las políticas sociales y económicas y "Estado máximo" en materia policial-penal.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 361

del respeto a los Derechos Humanos 26 , los cuales, por la distancia que
tienen con los poderes locales, podrían tener una imparcialidad superior.
Estos poderes pretenden así evitar el control de los desmanes realizados,
precisamente, a través del sistema penal, para neutralizar. castigar o ate-
rrorizar a sus enemigos políticos 27 . Y es que el uso del sistema a pesar
de los procesos espurios que realiza, da una máscara de legitimidad a esos
desmanes.
Por eso también se hace cada vez más urgente considera!" la independen-
cia del Poder Judicial como un derecho humano.
Pero ya el eslogan de "guerra contra el crimen" no es sólo un asunto de
lenguaje: no solamente las policías y las actividades de contraterrorismo. las
políticas contra las drogas o las instituciones que manejan el crimen organi-
zado se han ido militarizando, sino que también se está solicitando que las
policías y las actividades del control formal de la delincuencia convencional
tengan una organización interna militarizada, cuando no que se refuercen
con presencia o prácticas militares. La violencia está también presente en
el lenguaje de los gobiernos y de los políticos que se ofrecen en elecciones28 •
y como la violencia se aprende, la violencia que pudiera aparecer en la socie-
dad se retroalimenta también con los discursos oficiales.
Al ser un proyecto exclusivamente de segundad, el proyecto de la socie-
dad del riesgo implicará diferentes clases de leyes y de jurisdicciones, así
como una Criminología dispuesta a diseñar parámetros de una política cri-
minal más dura.
Es, igualmente, el momento en el cual la Criminología ha dejado de ser.
"ciencia auxiliar del Derecho Penal", al colocarlo a éste sólo como uno de
los diversos objetos de su estudio y análisis crítico. Como se ha dicho, 'una
Criminología como Teoría Crítica del Control Social, la cual no es más que
una Criminología de los Derechos Humanos, al ser axiológica, no es diferente.
de la Política Criminal. Y es parte de su tarea tanto el estar vigilante de las
desviaciones que se produzcan en el terreno de los valores como tener bajo
observación los movimientos de las relaciones de poder.
Hay ya una larga lista de situaciones en las cuales podemos identificar
esas desviaciones. Quedan por agregar las muchas que se están produciendo
en los ámbitos internos e internacionales. Entre otras cosas, las guerras que

26 Como la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.


27 Venezuela, en 2012, se excluye de esa jurisdicción que vigilaba los abusos y manipulaciones
del Poder Judicial, incómoda para el Poder Ejecutivo.
28 "Peñonazos", "guerra" contra el crimen, "mano dura", por ejemplo, son expresiones caracte-
rísticas en las campañas electorales de Venezuela y de la Argentina.
362 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

se producen como formas de castigo a presuntas transgresiones que no han


sido siempre verificadas ni legitimadas. Ese Control Penal Internacional, que
a veces elimina más vidas que los homicidios de la calle, sumados, de todos
los países. Un criminólogo de los Derechos Humanos debe estar alerta frente
a las tendencias que, aun subrepticiamente, están destruyendo una demo-
cracia que ha costado mucha sangre construir.
CAPÍTULO XXIII

El neopositivismo: el regreso del biologicismo con tambores. La Genética y Las Neuro-


ciencias. El elefante en el bazar: la Sociobiología. Neurociencias, Genética y estudios
cerebrales. Cosas nuevas y parcialmente esperanzadoras. ¿Cómo explicar los crímenes
de masa? Las investigaciones biológicas, los factores de riesgo y sus consecuencias.

El neOll'0S1t1'V1S,m~[): el re~~re~;o del DU:~10l!!lClSIlno. La ti4:~ne~tl(:a y


las Neurociencias

El regreso de Lombroso viene con tambores. Lo triste es que los solda-


dos del mundo de las ciencias humanas están recogiendo apresuradamente
sus banderas. Tiene que ver con la permanente necesidad de legitimarse
mediante el prestigio de la palabra "ciencia". En laboratorios, todavía, doc-
tores de bata blanca se ejercitan en los ritos de una verdad supuestamente
incontestable, cargada de la respetabilidad que produce toda aproximación al
conocimiento que traiga fórmulas numéricas o imágenes extraídas del cuerpo
humano. La única certeza o, al menos, aproximación a layerdad, provendría,.
según el mito, de las ciencias naturales l .
No podemos dejar de ponerle comillas a la palabra "ciencia", indepen-
dientemente de que, al obedecer a técnicas ajenas a las del mundo social,
prácticamente exóticas y, además, casi herméticas para los no nativos de esa'
lengua especial, se pretenda conferirle ese estatus a algo tan poco lineal como
la complejidad del mundo político, social, psicológico y antropológico. Pues,
como reiteradamente hemos dicho en estas latitudes, no se pueden abarcar
desde los microscopios las razones del espíritu2 •

Esto último lo habíamos advertido hace algún tiempo: las propuestas de


algunos criminólogos anglosajones presentadas en los simposio s internacio-
nales de Estocolmo de los últimos años, los Premios obtenidos, como también
otras difundidas en libros y revistas especializadas en los Estados Unidos y

1 Aniyar de Castro, Lola, Criminología de los Derechos Humanos ... , ob. cit., p. 133.
2 Ibídem.
364 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

en Europa, demuestran un regreso triunfal de las investigaciones biológicas


sobre la conducta delictiva, es decir, un retorno al paradigma etiológico de la
mano de estudios genéticos y cerebrales3 .
Es inquietante, porque hoy en día, a diferencia de lo que ocurría a lo largo
del siglo precedente, la Genética y las Neurociencias ya no hablan de inter-
venir sobre los efectos patológicos de las conductas, sino en sus hipotéticas
causas. Es la primera vez en la historia de la Medicina que nuestra espe-
cie intenta conocer y modificar los factores determinantes de la existencia
humana. Con este objetivo se comienzan a reemplazar las terapias clásicas
por las terapias génicas, incluso autorizando, desde los años noventa, tanto
en los Estados Unidos como en Europa, los trasplantes de genes.
El crimen sirve como lnodelo para estas "ciencias" que, a partir del aná-
lisis de los comportamientos violentos, ven en los delincuentes materia para
formular una hipótesis como la que sigue:
Todos nos comportamos de forma impulsiva e irresponsable, pero la
mayoría de nosotros tenemos la capacidad de mantenernos alejados de
la criminalidad rotunda. Por el contrario, es mucho más probable que
el comportamiento privado de inhibiciones sociales por razones neuro-
lógicas pueda traspasar el límite. Las violaciones extremas de las nor-
mas humanas de comportamiento nos chocan intuitivamente como algo
anormal; que son anormales, por definición, es una tautología. No es
una coincidencia que utilicemos la palabra "enfermo" para describir tales
comportamientos 4 •

El criminal aparece así de nuevo considerado como alguien anormal, es


decir, como un enfermo, como sucedió en el siglo XIX; se trata de alguien que
padece de alguna anomalía genética o cerebral. El acto criminal queda redu-
cido de esta manera a una causa natural anómala que habría que identificar
y suprimir o, al menos, controlar.
Cuando vemos que el modelo etiológico tiende a ser dominante, que
pertenece a un grupo poderoso y cerrado de académicos que no deja ren-
dijas a otro tipo de criminología, a la que mira con sospechas por su posi-
ble, hipotético y estereotipado, agregado activismo social y político, miramos
con simpatía el pasado, y aun el presente latinoamericano, donde cualquier
cosa progresista desde la esquina iushumanista era y sigue siendo posible.
En este nuevo mundo, con sus características históricas, se construyeron

3 Ibídem, p. 13l.
4 Goldberg, Elkhonon, El cerebro ejecutivo. Lóbulos frontales y mente civilizada, Barcelona,

Crítica, 2001, p. 197.


MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 365

marcos sociopolíticos para un pensamiento e investigaciones alternativos 5 •


Aun cuando se diga, no sin sesgo autoritario, que la Criminología Crítica está
en retroceso, en este continente no hemos dejado de utilizar" como metodo-
logía las determinaciones históricas de nuestros controles penales y socia-
les. Por eso nuestro interés en teorizar en un marco transdisciplinario gran
amplitud -el cual es una perspectiva integradora de historia, política, intere-
ses, definición y controZ- sigue estando vigente.

Ciertamente, en el mundo anglosajón, la mirada pragmática dé la inves-


tigación universitaria sobre la prevención ha obedecido al .clamor público
y electoral por la seguridad, pero no es solamente un asunto de tradición. Hay
mucho poder detrás de esto: poder médico, poder de· gobiernos que pagan
investigaciones o las estimulan comprando a buen precio sus resultados en
forma de asesorías; poder universitario que consolida y reproduce algunas
mafias académicas e intereses del mercado electora16 •
Claro que las fórmulas mágicas, especialmente las más codificadas, por
ser inexpugnables para los no especialistas, ayudan a" aplaudir propuestas
peligrosas.

El elefante en el bazar

Podemos decir, entonces, que los biólogos y neuro '¡científicos" han


entrado al mundo de la Criminología como un elefante entra en una tienda
de cristal. Traen sus banderas cargadas de radiografías, sus exámenes mole-
culares, sus muestras de ADN, sus neuroimágenes y sus fórmulas de dudosa.
aplicación científica al complejo escenario social y político. Y las roturas, que.
ocasionan están generando consecuencias incalculables en la generación de
medidas autoritarias.
Zaffaroni dice que los criminólogos suelen experimentar un pánico histó- .
nco cuando encuentran en su camino a la Psiquiatría. Ello obedece, según él,
al souvenir de una Criminología Psiquiátrica que pretendió pato~ogizar todo
el campo del delito y de la propia disidencia política, y cayó en un reduccio-
nismo genético, y legitimó aberraciones, masacres, genocidios, abusando de
la manicomialización y empleando métodos dolorosos, torturantes, represi-
vos, intrusivos y deteriorantes 7 •

5 Nos referimos en páginas anteriores al Grupo de Criminología Crítica Latinoamericana. Ver


Aniyar de Castro, Lola, Criminología de los Derechos Humanos ... , ob. cit., p. 131.
6 Ibídem, p. 132.
7 Zaffaroni, E. Raúl, Lapalabra... , ob. oit., p. 339; Ídem, "Criminología y Psiquiatría ... ", ob. cit.,
pp. 263-274.
366 LoLA ANIYAH DE CASTRO - RODRIGO CODINO

Pese a que pueda pensarse que esto pertenece al pasado, Zaffaroni


señala la permanencia de ciertas prácticas temibles en la actualidad. como
la utilización de una especie de chalecos quím,icos (psicotrópicos o simila-
res) repartidos generosamente por toda la población; y que no faltan quienes
aprovechan los avances de las neurociencias 8 para propugnar un completo
reduccionismo biológico, esta vez impulsado por empresas trasnacionales
productoras de fármacos 9 , lo cual, según la hipótesis de este autor, justifica
el interés de los laboratorios en fomentar investigaciones para la producción
de medicamentos que modifiquen los estados mentales, sexuales y compor-
tamentales lO •
Se han puesto de moda investigaciones longitudinales sobre la hiperacti-
vidad infantil, desde meses de edad en adelante, vinculadas al déficit de aten-
ción, y que no ocultan su inención contralora, por supuesto estigmatizante.
antes de que ninguna conducta tipificada se hay realizado.

La Sociobiologia

El viejo proceso positivista se reinicia con la Sociobiología. La sociobiología


humana (pues hay una sociobiología animal) aparece como forma moderna
del determinismo biológico en dos obras de Edward Wilson 11, catedrático en
la Universidad de Harvard y, en 1975, fundador de la Sociobiología como dis-
ciplina. Indudablemente, no son las únicas obras relevantes de esta forma de
pensamiento, pero sí son las más representativas, junto con El gen egoísta,
de Richard Dawkins l2 •

8 Para el Premio Nobel de Medicina Eric Kandel, la tarea de las neurociencias es aportar expli-
caciones de la conducta en términos de actividades cerebrales, explicar cómo actúan millones
de células nerviosas individuales en el encéfalo para producir la conducta y cómo, a su vez,
estas células están influidas por el medio ambiente, incluyendo la conducta de otros individuos
(Kandel, Eric; Schwartz, James y Jessel, Thomas, Neurociencia y conducta, Madrid, Prentice
Hall, 2005, p. 6).
9 Zaffaroni, E. Raúl, La palabra... , ob. cit. p. 339.
10 Andrieu, Bernard, "L'anomalie ... ", ob. cit., p. 412.
1JSociobíología. La nueva síntesis, Barcelona, Omega, 1980; y Sobre la naturaleza humana,
México, FCE, 1983.
12 En este libro, Dawkins dice: "Los genes siguen marchando (oo.) ese es su oficio. Ellos son

los reproductores y nosotros somos sus máquinas de supervivencia. Cuando hemos cumplido
nuestra finalidad, se nos hace a un lado. Pero los genes son los habitantes del tiempo geológico:
los genes son eternos (. .. ) Cual eficaces pistoleros de Chicago, nuestros genes han sobrevivido,
en algunos casos durante millones de años, en un mundo sumamente competitivo. Esto nos
autoriza a prever ciertas calidades en nuestros genes. Aduciré que una previsible cualidad pre-
dominante en un gen eficaz es un egoísmo implacable". '
MANUAL DE CRIMINOLOGíA SOCIOPOLÍTICA 367

Wilson define la Sociobiología como el "estudio sistemático de las bases


biológicas (genéticas) de todo comportamiento social", lo que significa que
todo comportamiento humano. en su dimensión social, tiene un fundamento
genético. La función de la Sociobiología, dice Wilson, en lo que respecta a los
seres humanos, es entonces situar las ciencias sociales dentrode un marco de
referencia biológico, marco erigido a partir de una síntesis entre estudios de
la evolución, Genética, Biología poblacional, Ecología. comportamiento ani-
mal, Psicología y Antropología. Tesis sin duda reduccionista que promueve
de nuevo la idea del determinismo biológico de que todo rasg0 físico o de con-
ducta es necesariamente producto de la selección natural.

Las críticas no faltaron:


El asunto está en que, como dice Daniel Soutullo: "cue'stiones tan varia-
das como la de las razas humanas, la eugenesia; las implicaciones biológi-
cas de la teoría darwiniana o, más recientemente,elproyecto del genoma
humano, entre otros temas, pueden ser abordadas desde el punto de vista de
las relaciones entre biología e ideología"13.
En efecto, como dice Roberto Ruiz, el concepto de "selección natural"
ha sido asimilado progresivamente a la teoría de la acción social típica del
mercado competitivo. Concebida a la imagen del sistema de mercado, la
naturaleza ha sido usada para explicar el orden social humano, y viceversa,
en un intercambio recíproco sin fin entre dalwinismo sodal y capitalismo
natural. Se dice que la Sociobiología es sólo la última fase de este ciclo: la
fundamentación del comportamiento social humano en una idea de la evo-
lución orgánica, que sería la representación de una forma cultural de acción.
económica. Es decir, que la Sociobiología, como dice Sahlins, pretende dotar
de legitimidad científica la ideología capitalista 14 •
Esta última explicación quizás no sea la respuesta pretendida por Marvin
Harris, quien señala la necesidad elaborar una teoría sociocultural coherente,'
de mayor poder explicativo, frente a las teorías elaboradas por la Sociobio-
logía, pero posiblemente aclara el auge de esta disciplina en e~te contexto
socioeconómico mundial 15 •

13 Soutullo. Daniel, "Prefacio". Biología. Cultura y Ética. Madrid. Talasa. 2005.


14 Ver Sahlins, Marshall. The use and abuse 01 Biology. Londres. Tavistock, 1977. Es decir,
que la Sociobiología, como dice Sahlins, pretendería dotar de legitimidad científica la ideología
capitalista.
15 Marvin Harris decía que la Sociobiología había logrado una popularidad instantánea, en
parte, porque las más. conocidas estrategias de investigación de la ciencia social no pueden
ofrecer soluciones causales científicas. para los perennes enigmas que rodean a fenómenos
como la guerra, el sexo, la estratificación social y los estilos de vida culturales (Harris, Marvin,
368 LoLA AN¡YAR DE CASTRO - RODRIGO CODlNO

No obstante esto, la Sociobiología en los Estados Unidos goza de una


implantación política y académica que debería preocupar; y que comienza a
irradiar un auge progresivo también en Europa desde su constitución como
disciplina.
Lo cierto es que, como veremos, también sirve para justificar las medidas
de encierro alargado, si no indeterminado, útiles para satisfacer miedos y
propuestas del moderno populismo punitivo.

Las neurociencias

Luego se pusieron de moda las neurociencias. La Frenología o Craneolo-


gía, fundada por Franz Joseph Gall l6 fue un antecedente importante de las
actuales neurociencias, según Antonio Damasio, profesor de Neurociencia de
la Universidad de Southern California l7 • Retomar como antecedente el anti-
guo positivismo biológico es interesante, porque permite a Damasio rechazar
la noción de fatalidad en la conducta humana y elude el problema del deter-
minismo diciendo que no siempre el individuo con una inclinación delictiva
pasaba al acto: el hombre es libre.
La inclinación a la agresividad, dice, podía estar asociada a otras faculta-
des superiores -como el coraje, entre otras- que pueden debilitarla y evitar,
de este modo, el acto delictivo. Así, un estudiante que goza atormentando y
matando a los animales puede neutralizar su inclinación homicida dedicán-
dose a la cirugía; un boticario que tiene el deseo irrefrenable de matar, se
hace verdugo; el hijo de un comerciante que encuentra su felicidad matando,
se puede convertir en carnicero.
Por eso, algunos autores han dicho que la violencia es un excedente de la
agresividad institucionalizada, que no ha sido legalmente autorizado.

"Sociobiología y reduccionismo biológico", en Montagu, Ashley (coord.), Proceso a la Sociobiolo-


gía, Buenos Aires, Tres Tiempos, 1982, p. 347.
16 Gall (médico austríaco que llegó a París hacia 1807) sentó las bases de una nueva disciplina
al afirmar la existencia de funciones específicas en las distintas partes del cerebro, una de las
cuales tendría relación con el delito, que serían definidas por protuberancias en el cráneo. Junto
con su discípulo J. G. Spurzheim, se establece en París, en donde comienzan a diseccionar crá-
neos en público; aunque difícilmente obtienen una legitimidad científica; incluso su publicación
(Investigaciones sobre el sistema nervioso en general y del cerebro en particular) fue mal recibida
por la comisión que la evaluaba, en unjurado que estaba integrado, entre otros, por el psiquiatra
P. Pinel. Más tarde, Spurzheim se separa, pero expande el sistema de Gall en los países anglo-
sajones: en Inglaterra yen los Estados Unidos. En 1801, el emperador Francisco II (1768-1835)
prohibió sus conferencias y cursos en Viena porque el materialismo enseñado era contrario a los
principios de la moral y de la religión.
17 Damasio, Antonio, El error de Descartes, Buenos Aires, Drakontos, 2008, p. 33.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 369

Pensemos en el boxeo, la pelea de gallos, el toreo, el rugby, el futbol


mismo, y su enorme carga de agresividad tolerada.

La aenenca

En lo relativo a las investigaciones genéticas, se ha revivido la investiga-


ción sobre gemelos univitelinos, que en los años setenta, sin evidencias con-
elusivas en relación con la delincuencia, hizo Christiansen, y, mucho antes,
en 1929, también sobre el vínculo entre herencia y delincuencia en gemelos
univitelinos y bivitelinos, Johannes Lange (El crimen como destino).
Es interesante apuntar lo que el mismo Christiansen deCía en esos años:
Antes de que plantee algunas suposiciones, y adulito que son generaliza-
ciones especulativas, sobre algunas -de las consecuencia.s.de este estudio
de mellizos delincuentes, debo subrayar que no soy psicólogo (. .. ) Es evi-
dente que algunas expresiones de agresión son muy condenadas abierta-
mente, otras son criticadas, algunas son bastante aceptadas, y algunas
se consideran expresiones de valiosas cualidades humanas (... ) la tole-
rancia de diversas formas de agresión difiere según el tiempo y lugar,
por ejemplo, con la cultura (. .. ) yo desearía que Los psicólogos sociales
ayudasen a resolver esos problemas, si es que no tienen ya resultados en
las manos1 8 •

UnainvestigacióndeTerrieMofitt 19 presentadaenelStochkhoZm Criminology


Symposium, en 2006, y ganadora del Premio Estocolmo en Criminología,
señala que la conducta antisocial infantil podría ser explicada en gemelos
por influencias genéticas comunes.
Pero en otra parte de su exposición, la autora aduce que existe 'una
interacción entre el ser víctima de un abuso de menores y la predisposi-
ción genética a una baja expresión de monoamino oxidas a A, una enzima_
que regula importantes neurotransmisores en las sinapsis de las neuronas
cerebrales20 . Así, quienes no tienen esta predisposición (más una historia
de abusos sexuales en la infancia), tendrían menores niveles de conducta
violenta que quienes han presentado ambos factores. La autora reconoce
que esta investigación es experimental, que no ha sido duplicada por otros
especialistas y que puede ser refutable.

18 Christiansen, Kirk O., "La génesis de la conducta agresiva. Implicaciones de un estudio del
delito en un estudio de mellizos daneses", en Aniyar de Castro, Lola y Tineo, Audelina (comps.),
Los rostros ... , ob. cit., pp. 268-269.
19 Mofitt, Terrie, "Program and Abstracts", Stochkholm Criminology Symposium, 4 de junio de
2006, p. 16.
20 Ibídem.
370 LotA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

Aun al margen del determinismo etiológico, no es discutible que los abu-


sos sexuales infantiles puedan tener alguna relación con trastornos de con-
ducta. aunque éstos no sean necesariamente delictivos; pero no está daro
que la baja existencia de la enzima monoamino oxidasa A tenga. en la con-
ducta violenta, una nlayor influencia que los abusos sexuales.
En la nueva investigación de Moffit21 sobre niños gelnelos se invoca la
influencia de lo ambiental al afirmar que "el gen permanece silente" en un
gemelo que ha sido tratado con cariño por los progenitores -en tanto que
quien ha sido tratado con desprecio o falta de amor pueda desarrollar vio-
lencia-; lo que demuestra es que lo que impulsa la violencia es la carencia
del amor parental y de la autoestima generada en la infancia. Es más, los
múltiples acontecimientos y experiencias sociales que rodean el desarrollo de
una personalidad, y no necesariamente el tratamiento afectivo de los padres,
tendrían tal vez mucho que ver también con el tipo de conducta realizado.

Los estudios cerebrales

La resurrección y gloriosa ascensión de Lombroso la venlOS también apa-


recer en las actuales investigaciones cerebrales. Tanto en los simposios inter-
nacionales como en ciertas publicaciones, vemos extender mapas de cortes
cerebrales y un vocabulario que no se escuchaba desde la época del antiguo
y reputado profesor italiano Benigno Di Tullio. Recordemos su intervención
al celebrarse el segundo Congreso Internacional de Criminología en París, en
octubre de 1950, en la que parecía reducir la conducta criminal a un fenó-
meno cerebral. Una de las principales causas de la criminalidad residía, para
este autor, en una anomalía cerebral, es decir, había que analizar el vínculo
del desarrollo ontogenético del cerebro y las funciones internas de los lóbulos
frontales 22 •
La relación entre lóbulo frontal, violencia y criminalidad vuelve con fuerza
en el libro cuyo título es representativo: El cerebro ejecutivo. Lóbulos frontales
y mente civilizada, del actual profesor de Neurología de la Universidad de
Nueva York, Elkhonon Goldberg.
Para este autor, la relación entre el daño en el lóbulo frontal y la crimi-
nalidad es particularmente intrigante y compleja. Se sabe, dice, que el daño
en los lóbulos frontales provoca el deterioro de la intuición, del control del

21 Ver Caspi, Avshalom; Moffit, Terrie; Morgan, Julia y otros, "Maternal expressed emotion pre-
dicts children's antisocial behavior problems using mz-twin differences to identify environmental
effects on behavioral development", en Developmental Psychology, N° 40, 2004, pp. 149-161.
22 Di Tullio, Benigno, "Bio-criminogenese", ob. cit., pp. 5-23.
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCJOPOLÍTICA 371

impulso y de la prevlslon, que, a menudo, conduce a un comportamiento


socialmente inaceptable. Los pacientes que sufren este síndrome "pseudop-
sicopático" son tristemente famosos por su demanda de gratificación espon-
tánea y no se ven limitados por costumbres sociales o miedo al . Es
lógico entonces, dice, que de estos estén pre-
dispuestos al criminal. se si
evidencia de que individuos procesados, convictos o sentenciados, sean de
hecho casos no reconocidos de daño en el lóbulo frontal.
Con argumentos sorprendentes, este autor sostiene lo siguiente:
Varios grupos marginales en la sociedad muestran el rasgo peculiar de
delegar sus funciones ejecutivas en instituciones externas; donde sus
opciones están limitadas al máximo, y el poder de toma. de decisiones
sobre ellos es ejercido por otras personas. Algunospadentes psiquiátri-
cos crónicos se sienten incómodos fuera de las inlStituciones mentales y
buscan su readmisión; algunos criminales se sienten incómodos en el
mundo exterior y buscan la forma de ser encarcelados de nuevo. Esto
podría imaginarse como una forma peculiar de automedicación, como
un intento de compensar un déficit ejecutivo que les hace incapaces de
tomar sus propias decisiones 24 •

Nos preguntamos si esos "grupos marginales" tienen carencias cogniti-


vas por precariedad educacional, y sólo son efecto de la. escasez de oportu-
nidades. En el caso de la cárcel, esto se ha. considerado un síndrome de la
prisionización.
También son inquietantes las conclusiones a las que recientemente llega,
en sus investigaciones, Adrian Raine, profesor de la Universidad de Pennsyl-
vania. Sobre la base de varios estudios publicados, este autor ha sugerido
que la lesión cerebral es mucho más alta entre criminales que en la población'
en general, y más en criminales violentos que en criminales no violentos25 •.
No sabemos cuántos cerebros ha observado Raine, ni si todos los que poseen
esa deficencia han cometido delitos. Por su parte, Goldberg considera que ni .
siquiera es necesario un daño directo en los lóbulos frontales para producir
una disfunción significativa; bastan a veces lesiones de carácter kve que pro-
ducen también esta disfunción 26 •
Adrian Raine y otros autores estudiaron los cerebros de asesinos con-
victos mediante tomografía de emisión de positrones (PET) y encontraron

23 Las cursivas nos pertenecen.


24 Goldberg, Elkhonon, El cerebro ... , ob. cit., p. 198.
25Raine, Adrian, The Psychopatology 01 crime: criminal behavior as a clinical disorder, San
Diego, Academic Press, 1993.
26 Goldberg, Elkhonon, El cerebro ... , ob. cit., p. 199.
372 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

anormalidades en la corteza prefrontaF7, Del mismo modo, estudiaron los


cerebros de hombres con trastorno antisocial de la personalidad y encon-
traron una reducción del 11 % en la materia gris de sus lóbulos frontales 28 ,
La causa de esta reducción es incierta, pero Raine cree que es, al menos en
parte, congénita, antes que pueda ser atribuida a factores ambientales tales
como abusos o maltratos de los padres, Si esta afirmación fuera cierta, dice
Goldberg, entonces parece que las personalidades con ciertas formas congé-
nitas de disfunción cerebral podrían estar particularmente predispuestas a
comportamientos antisociales, lo cual para él no sería implausible 29 • Habría
que hacer estudios control de asesinos sin estas características, o de perso-
nas de conducta intachable con ellas.
La investigación sobre la prevención del homicidio mediante una mejor
nutrición a base de pescado (Omega 3), presentada por Raine en el Simposio
Internacional de Criminología en Estocolmo del 2006, y también en el del
2013, merece ser reseñada por la sorprendente conclusión. Según el investi-
gador, el componente Omega 3 ayudaría a evitar el deterioro de la estructura
cerebral. Lo cita como abono del "descubrimiento" de que los húngaros, que
comen menos pescado, cometen más homicidios que los japoneses, quienes,
a su vez, consumen más productos del mar.
¿Podría eso significar que todos los pueblos que consumen menos pes-
cado son más peligrosos o que los niños que lo consumen no serán violentos?
Pasemos revista a nuestros países: el consumo casi exclusivo de carne
vacuna en la Argentina, ¿cómo explica la relativamente baja tasa de homici-
dios en ese país? O, acaso, ¿será la disminución del consumo de pescado la
que indica el aumento de la violencia homicida en Venezuela en el siglo XXI,
o en algunos países de América Central, en el período post conflicto bélico?
Evidentemente, no sólo la simplicidad, en realidad verdadero reduccio-
nismo, del esquema de una conducta que es producto de muchas componen-
tes sociales, sino también la eliminación de las variables tanto definicionales
como culturales, generan cuestionamientos serios a estos trabajos30.

27 Raine, Adrian; Buchsbaum, Monte y LaCasse, Lori, "Brain abnormalities in murderers


indicted by positron emission tomography", Biological Psychíatry 42, N° 6, 1997, pp. 495-508
(citado por Goldberg, Elkhonon, El cerebro ... , ob. cit.).
28 Rain e , Adrian; Lencz, Todd; Bihrle, Susan; LaCasse, Lori y Colletti, Patrick, "Reduced pre-
frontal gray matter volume and reduced autonomic activity in antisocial personality disorder",
Archives oJ General Psychiatry 57, N° 2, 2000, pp. 119-129 (citado por Goldberg, Elkhonon,
El cerebro .. " ob. cit.).
29 Goldberg, Elkhonon, El cerebro ... , ob. cit.
30 Aniyar de Castro, Lola, Criminología de los Derechos Humanos ... , ob. cit., p. 134.
MANUAL DE CRIMINOLOGíA SOCIOPOLÍTICA 373

Cosas nuevas y esperanzadoras

Notemos que muchas cosas han variado hoy en el tema de las neu-
rociencias y la genética. En efecto, hoy se hace una
Psicoanálisis (que enfoca el mundo del subconsciente) y las en
un sentido diferente a lo causal-explicativo biológico. El enfrenta-
miento tradicional entre Psicoanálisis y Neurociencias, en el cual el primero
acusaba a éstas de ser reduccionistas, mecanicistas y estáticas, al negar
la subjetividad y la historia personal; y éstas a su vez aaqu,él, sepalándolo
como mera mitología, aparece actualmente con una colaboración ~xplicativa
de ambos puntos de vista, entre un psicoanalista y un neurólogo, en el libro
A cada cuaZ su cerebro. Plasticidad e inconsciente, de Fran~ois Ansermett y
Pierre Magistretti 31 • .

Allí se explica cómo la huella de la experiencia. personal-la memoria-,


influye significativamente en la modulación de lasihapsis (o trasmisión
de informaCión) entre las neuronas, modificando su formá y dinámica, en
una fenómeno que denominan de "plasticidad" {lo c6iürario a la rigidez).
De manera que la historia individual interviene. en la modificación de la con-
ducta, la cual ya no estaría predeterminada por un funcionamiento cerebral
autónomo.

¿Y la macro violencia?

El impacto que esas investigaciones están teniendo sobre la Criminolo-


gía, en un momento histórico en el que se acentúan los racismos y el miedo .
"al otro", nos plantea ciertos interrogantes.
¿Cómo habrá que considerar a las personas con baja monoamino oxidasa
A, con historia de abusos sexuales en la infancia; a los sujetos con trauma-
tismos de cráneo con lesión en el lóbulo frontal e incluso aquellos que tienen .
golpes leves: peligrosos o enemigos? ¿Qué tipo de prevención o de persecu-
ción habrá que extender sobre ellos para evitar que sean homicidas? ¿Será
la pena de muerte?
Podríamos preguntarnos también: ¿Se habrá hecho un estudio semejante
en los policías o soldados que en muchos países se deleitan en violencias y
torturas? ¿Se sabe si hay una presencia baja de esa enzima en los jueces,
presidentes o ministros o en los líderes políticos? ¿Podría decirse que fueron
golpes en la cabeza o lesiones en sus lóbulos frontales la causa de la violencia
extrema en las conductas de los dictadores Videla y Pinochet?

31 Buenos Aires-Madrid, Katz, 2012 (1 ed. en 2006).


374 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

Por otra parte, ¿es que todas las conductas violentas son conductas
delictivas o, como decía Christiansen, muchas de ellas son simplemente
cotidianas, toleradas, legales o necesarias en la vida del siglo XXI (como los
citados mataderos y carnicerías, boxeo, fútbol, cirugía, para citar las más
aceptadas)?
Si consideramos que la agresión es significativa en sí misma, deberíamos
concluir que no puede explicarse con el genoma humano ni con los estudios
cerebrales el tenebroso paisaje de la macro violencia, como los crímenes de
odio, las guerras, "la limpieza de sangre", el genocidio o exterminio, los crí-
menes políticos, el terrorismo, la tortura, para seguir el orden de nocividad de
la conducta agresiva. Que todos tengamos genes que inducen a la agresión
no significa que los genes la produzcan sin que haya variables del entorno
que estén presentes en la asociación. Lo mismo puede decirse con respecto
a ciertas disfuncionalidades cerebrales. El entorno es demasiado complejo
para incluirlo en un resultado que se pretende científico, ni aun visto a través
de imágenes cerebrales, del cristal de las probetas, o de las retortas de las
ciencias naturales.

Otras investigaciones biológicas

Hay otro tipo de investigaciones biológicas que pueden ser aun más temi-
bles, porque se refieren directamente a la capacidad de autodeterminación y,
por lo tanto, a los controles que los investigadores han considerado necesa-
rios para la anunciada peligrosidad.
Tal vez la más significativa es la del profesor Gerhard Roth, neurobiólogo
de la Universidad de Bremen, rector del colegio hanseático, quien dice:
La sensación de que yo soy dueño de mis actos, sujeto consciente que
actúa, es ilusoria. El cerebro decide antes de transmitirme la sensación
de que quiero hacer lo que me dispongo a hacer (... ) No hacemos lo que
queremos -comenta el doctor Wolfgang Prinz, director del Instituto Max
Planck de Munich para la investigación psicológica-, sino que queremos
lo que hacemos. O dicho de otro modo: "el hombre propone y el cerebro
dispone". Las investigaciones parten de que los sentimientos son sólo
una interpretación subjetiva de lo que estimula a nuestro cerebro. Al
intentar contn?larlos racionalmente, el sistema límbico, encargado de las
emociones, consigue evitarlo.

De esta manera, Gerhard Roth llega a calificar el control racional de los


sentimientos como una ilusión, ya que todos aquellos estímulos que procesa
el cerebro racional han sido evaluados previamente por el sistema límbico.
MANUAL DE CRIMINOLOGíA SOClopoLiTICA 375

Como Henrik Walter, de la Universidad de Frankfurt, se podría decir que


somos más un "animal emocional" que un "animal racional".
Los autores continúan "'''''''''rl', ..... ·'''' ..... r l r .

Es posible que el libre albedrío sea un ejemplo del mismo tipo de ceguer~
en que cae quien es sólo un pequeño engranaje de una gran organización
burocrática: aunque se limite a poner el sello en decisiones que otros
más altos tomaron antes, él a 10 mejor se cree dueño de las palancas del
poder.
Como consecuencia. una proposición: hay que hacer resonancias magnéti-
cas a todos los sospechosos y encerrar a todos los criminales en potencia, de la
misma manera como se encierra a quienes tienen enfermedades contagiosas.
Eso viene de otras investigaciones: Hans H. Kornhuer y Lüder Decke
(1965) se propusieron investigar, con. ayuda del EEG, la. relación entre los
movimientos voluntarios de la mano y el pie, y las ondas cerebrales. Así des-
cubrieron que un segundo antes de que el sujeto experimental moviera la
mano o el píe, la gráfica de las corrientes cerebrales presentaba una inflexión
característica. Ellos llamaron a esta especie de señal "potencial de alerta".
Benjamín Libet, neurofisiólogo de la Universidad de California, San Francisco,
se preguntó: "¿Cómo percibe la conciencia ese segundo escaso? ¿Cuánto
tiempo transcurre entre la decisión consciente del cerebro y el acto propia-
mente dicho?". Piensa que no puede ser un segundo, pues., de lo contrario,
nos moveríamos por el mundo en cámara lenta. La única explicación que le
pareció posible fue que el potencial de alerta para la acción se ha instaurado
en el cerebro antes de que decidamos la acción conscientemente. Como con-
clusión: pone en duda que seamos dueños de nuestros sentidos y nuestros -
actos. Entonces, "ese libro albedrío no sería más que una. apariencia"'. Es-
decir que el cerebro decide como sistema autónomo y no necesita para nada
nuestra libre voluntad. A la luz de toda su experiencia, el cerebro decide de .
manera fulminante qué alternativa de acción conviene a nuestro organismo .
y qué otra puede perjudicarlo.
Otras investigaciones cerebrales (como la de Lutz Jenke), y algunas basa-
das en tests aplicados, señalan que hay personas que no reflejan capacidad
de empatía o emociones particulares frente a escenas especialmente terri-
bles; o que se muestran impasibles en experimentos con simulaciones elec-
trónicas capaces de generar emociones en personas "normales" (por ejemplo,
en violentos desplazamientos en montañas rusas). Estos son casos de verda-
deros "sociópatas", dicen (tal vez, por cierto, una de las adjetivaciones más
cuestionables desde el punto de vista sociológico), y su conducta delictiva
sería fácilmente previsible.
376 LoLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

Las investigaciones biológicas, los factores de riesgo y


sus consecuencias

Aunque, desde luego, no somos especialistas en materia tan específica, sí


sabemos de la complejidad del mundo social y político, como también conoce-
mos las terribles consecuencias que pueden tener para la libertad y los dere-
chos humanos las descripciones y definiciones que hemos querido transcribir
textualmente. Nuestro propósito es formular un llamado de atención urgente
sobre lo que estas investigaciones significan.
La pregunta que se hacen los autores de esos estudios la tienen ya res-
pondida: "No sabemos si los delincuentes violentos que presentan algunas
deformaciones del cerebro pueden o deben reintegrarse a la vida social".
¿Esto significa prisión de por vida o exterminio de peligrosos irredimibles?
A pesar de que los investigadores de biogenética han respondido a las
críticas diciendo que los estudios en paralelo (longitudinales). el trabajo sobre
los genes, sobre los déficits cognitivos y neurológicos, y las interacciones
ambientales, son sólo correlaciones, riesgos y probabilidades, no consecuen-
cias inevitables, el estímulo de este tipo de investigaciones y la aceptación
acrítica de sus resultados han tenido y pueden aún tener influencias irrever-
sibles sobre los derechos humanos.
De hecho, el regreso triunfal del peligrosismo positivista ya ha producido
en Inglaterra una nueva legislación (2003) que prevé una sentencia adicional
(indejinite public protection) para quienes han sido considerados con alta pro-
babilidad de reincidencia. En 2005, apenas dos años después, se reportó que
mil personas recibieron una sentencia indefinida.
Siguiendo este camino, en el futuro, especialistas parajurídicos deberán
elaborar un diagnóstico, a la manera más tradicional de la Criminología Clí-
nica, de lo que en inglés se llama DSPD (desórdenes de personalidad severos y
peligrosos). Generará sin duda también efectos sobre las medidas de libertad
condicional y permisos de salida32 .
Como se dijo, Sarkozy, antes de ser presidente de Francia, ya había sos-
tenido que era necesaria una ley para registrar menores con problemas de
conducta, de manera de hacerles un seguimiento, nada más y nada menos,
que desde la edad de la educación preescolar (tres años)33.

32 Ver Soutullo, Daniel, "Prefacio", ob. cit. Los llamados modelos cognitivo-comportamentales
han contribuido a sistematizar, para el futuro del control, las diferentes personalidades juveniles
e infantiles.
:13 Tengamos presente que el Centro de Estudios de Crimen y Justicia del King's College de
Londres rechazó las investigaciones del tipo de Moffit y otras basadas en los modelos genéticos
MANUAL DE CRIMINOLOGÍA SOCIOPOLÍTICA 377

No es de extrañar, entonces, que la repercusión de estas investigacio-


nes tengan su versión latinoamericana. Ello se manifiesta en el Programa de
Neurociencia y Criminología que fue en la
de América en 2001, con de estos "h,,:>t-Hrr,c
u..'.YIJ'-"~"''0'>J morfológicos del encéfalo de delincuentes y criminales en ...... _____ _
estudiar la capacidad de y determinar el grado de
determinar los aspectos neuropsicológicos de los individuos con peligrosidad
predelictuosa o "social" y delictuosa o "criminal"34.
Es que se ha olvidado el asunto central de lo definicionai. es
que es homicidio, qué no lo es.
La eugenesia, en un futuro próximo, podría ser una de las
derivadas. Por otra parte, estas teorías no sólo son susceptibles de violar los
derechos humanos de los jóvenes, sino que oscurecen las relaciones sociales
de exclusión y conflicto en la vida urbana. Otras consecuencias temibles son
la explicación de las diferencias de género para justificar el sometimiento de
la mujer, las castraciones y las diferencias de razas y clases sociales.
No son menos importantes las políticas que esto
como la justificación naturalizada del orden social' establecido.
No se trata de oponernos a programas que pudieran reflejarse en la pre-
vención de conductas insolidarias o violentas. Hay, ciertamente, poblaciones
que son vulnerables porque sus derechos y "necesidades reales fundamen-
tales"35 no han sido satisfechos. La buena nutrición, un ambiente familiar
saludable y bien orientado, y la calidad del proceso educativo, aunque no
sean recetas infalibles, deberían favorecer, entre otras cosas, una personali- .
dad adecuada a la convivencia social.
Esta afirmación, por supuesto, no es un regreso a la etiología.

y cognitivo-comportamentalistas: "Promueven un fundamentalismo genético y una creencia


mítica, no es una real genética. Ya anunciaban acerca de los usos políticos autoritarios de los
llamados 'perfiles de riesgo'''.
34 Tornese, Elba y Ugarte, René, Neurociencia aplicada a la conducta criminal y corrupta, Bue-

nos Aires, Salerno, 2008, pp. 101-102. En este libro con título inquietante, por cierto, resume
algunas propuestas actuales en la Psiquiatría argentina, que parecen regresar al positivismo
lombrosiano del siglo XIX. Su primer capítulo comienza con una cita de José Ingenieros en donde
este autor manifestaba que "igualar a todos los hombres seria negar el progreso de la especie
humana. Negar la civilización misma" (p. 17). Además, da cuenta de un estudio realizado en
una prisión de Corrientes sobre ciento noventa y cinco reclusos entre tatuados y no tatuados,
y señala que "las características predominantes de agresividad fueron más frecuentes en tatua-
dos" (pp. 99-100). Esto fue estudiado por Lombroso. Lo que no hicieron fue relacionar esa práctica
con el medio machista de individuos que se mueven en vecindarios deteriorados, posiblemente
de carácter violento, y que expresan a través del tatuaje una conveniente resistencia al dolor.
35 Como las conceptualizaba Baratta.
378 LOLA ANIYAR DE CASTRO - RODRIGO CODINO

En primer lugar. dejemos asentado que correlación y asociación no equi-


valen a causación. En la correlación bivariable. no siempre se puede saber
cuál variable influye sobre la otra. En segundo lugar. una cosa es considerar
que existen poblaciones vulnerables (y anótese que no nos referimos sólo
a poblaciones en estado de pobreza), por carencias o por exclusiones que
pueden ser remediadas con programas sociales o educativos, que deben ser
grupales o generales -antes de proceder a solucionar sus carencias por otros
medios de carácter discriminatorio o estigmatizante-; y otra es la afirmación
causal-explicativa y, como consecuencia. la persecución de personas indivi-
dualmente clasificadas y registradas por sus condiciones genéticas, biológi-
cas, raciales o sociales. con las consecuencias que esto pudiera generar en
la hoja de vida de quien nunca debería dejar de ser considerado ciudadano.
El fundamentalismo positivista requiere. entonces, y esta es nuestra
principal conclusión, un revival de la discusión epistemológica y política en
Criminología.

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