Diálogo Ecuménico 1999 Tomo 34 N.º 109 110 Páginas 429 447 El Sentido Espiritual Del Sábado Según La Carta Apostólica Dies Domini
Diálogo Ecuménico 1999 Tomo 34 N.º 109 110 Páginas 429 447 El Sentido Espiritual Del Sábado Según La Carta Apostólica Dies Domini
Diálogo Ecuménico 1999 Tomo 34 N.º 109 110 Páginas 429 447 El Sentido Espiritual Del Sábado Según La Carta Apostólica Dies Domini
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Cf. E. Levine, Un judio lee el Antiguo Testamento (Madrid 1980)
294-299.
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Véase por ejemplo: Santo Tomás, Summ.Th. II-II q. 122 a. 4.
" Véase W. Rordorf, El domingo. Historia del día de descanso y
de culto en los primeros siglos de Ia Iglesia (Madrid 1971) 155-173. La
Carta apostólica alude también a este proceso incluso con el mismo
nombre de «sabatización»: cf. DD 23
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Cf. K. Hruby, «La célébration du sabbat d'après les sources jui-
ves», L'Orient Syrien 7 (1962) 435-463; 8 (1963) 55-86.
8
San Ignacio de Antioquia, Ad Magnes, 9, 12. Cf. L. Maldonado,
«El cristiano en busca de un significado para el sábado». Phase 164 (1988)
125-136.
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Como señala el Catecisnío de Ia Iglesia Católica, el sábado se
convierte de este modo en «memorial de Ia liberación de Israel" (CCE
2170; cf. Ex 20,1; Dt 5,6) y en «signo de Ia alianza inquebrantable» (CCE
2171).
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Juan Pablo II, Carta apostólica *Tertio Millennio Adveniente«,
10 de noviembre de 1994, n. 12. Pero hay además otras consecuencias
de tipo personal: *El sábado interrumpe los trabajos cotidianos y conce-
de un respiro. Es un día de protesta contra las servidumbres del traba|o
y del culto al dinero (cf. Ne 13.15-22; 2 Cro 36,21)» (CCE 2172).
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Cf. J. López Martín, 'En el Espíritu y Ia verdad«, 1. Introducción
teológica a Ia liturgia (Salamanca 1994) 264-268.
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-El poder prodigioso que Dios da al hombre sobre Ia creación
correría el peligro de hacerle olvidar que Dios es el Creador, del cual
depende todo. En nuestra época es mucho más urgente este reconoci-
miento, pues Ia ciencia y Ia técnica han extendido increíblemente el
poder que el hombre ejerce por medio de su trabajo» (DD 65).
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CCE 2172; cf. 2184.
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«Oh Dios,
poder inmutable y luz sin ocaso,
mira con bondad a tu Iglesia,
sacramento de Ia nueva alianza,
y, según tus eternos designios,
lleva a término Ia obra de Ia salvación humana;
que todo el mundo experimente y vea
cómo Io abatido se levanta,
Io viejo se renueva y vuelve a su integridad primera,
por medio de nuestro Señor Jesucristo,
de quien todo procede«21.
Aquí radica por tanto el misterio del sábado por volun-
tad divina. Conocer este misterio y contemplarlo desde Ia
visión cristocéntrica de Ia creación y de toda Ia historia de
Ia salvación permite comprender porqué el sábado dies
Domini, institución característica de Ia primera Alianza,
preanunciaba el día sagrado de Ia nueva y definitiva, es
decir, el día de Ia resurrección de Cristo, el domingo: «El
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