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RESUMEN DEL LIBRO N03

La aplicación de un enfoque conductual al tratamiento de problemas de pareja es un desarrollo


reciente y creciente. Aunque este fenómeno probablemente se deba en parte a la explosión que ha
experimentado la ciencia del comportamiento en los últimos años, no podemos utilizar otro tipo de
factores para explicar por qué la terapia de pareja se ha vuelto cada vez más común. una forma
popular de tratamiento.
Un factor muy importante es casi seguro el cambio en la estructura familiar que se ha producido en las
últimas décadas. De hecho, la creciente industrialización de la sociedad, la liberalización de las
costumbres, el desarrollo de las reivindicaciones feministas… cambiaron los roles de los cónyuges y
facilitaron el surgimiento de estos conflictos. Las mujeres comienzan a ingresar a la educación, al
mundo del trabajo, cuestionan su papel de madres "sacrificadoras" y mujeres "sumisas" y exigen
igualdad y respeto; Ahora habla más de sus intereses y aborda su realidad de manera más crítica e
independiente. El hombre, en cambio, en la medida en que su papel es cuestionado, sufre de alguna
manera por esta situación.
La sociedad industrial conocida contiene otros factores que rigen los hábitos de vida y las relaciones
humanas que no son suficientes para lograr una comunicación eficaz.El rápido crecimiento
desenfrenado de la vida urbana y la cantidad de uso excesivo y el número de horas de trabajo y
transporte son algunos de los más representativos. Estas condiciones de vida limitan en gran medida
lo que llamamos conductualmente redes sociales de refuerzo. En otras palabras, no hay tiempo para
visitar a amigos, vecinos y familiares. La red de personas que brindan apoyo social (elogios, afecto,
relaciones) se reduce al mínimo: los miembros restantes de la pareja, y cada parte de esos pasa a
depender casi exclusivamente del refuerzo social. de otro Es así como se crean los fundamentos
sociológicos necesarios para la insatisfacción en la vida conyugal como parte de la insatisfacción
individual y colectiva en la sociedad que crea estas condiciones de vida. Especialmente en el caso de
la pareja, esta “dependencia” a la que nos referimos, determina a menudo exigencias mutuas de amor
y atención tan elevadas que resulta difícil para ambos satisfacerlas. Por otro lado, el uso limitado del
tiempo libre y el tiempo libre ya abusa de la televisión, lo que trae "silencio del espectador" a los
hogares y minimiza las oportunidades de conversación y cuantas actividades placenteras se puedan
imaginar.
Sin duda, existen otros elementos sociológicos que probablemente suman más factores explicativos
para entender esta creciente necesidad de ayuda profesional de las parejas. Uno de estos elementos es
la debilidad de un miembro del par en relación con el otro. A pesar de las reivindicaciones feministas
y los avances sociales, la situación de discriminación hacia los hombres continúa en el ámbito
educativo, laboral y de la sociedad en general. Si para ella las oportunidades de contacto y refuerzo
social son significativamente limitadas, entonces en el amplio sector femenino alcanzan un nivel
rayano en el aislamiento social real. La mujer se convierte así en una criatura más dependiente del
refuerzo social que le proporciona el otro. No es raro que nuestras consultas tengan mujeres con
síntomas depresivos que se las arreglan con relativa facilidad después de aumentar el contacto social y
fortalecer a sus parejas.
En otros casos, cuando una mujer tiene la posibilidad de trabajar fuera del hogar, no es raro que
trabaje en dos turnos, porque las tareas domésticas suelen seguir siendo sus deberes .
Todas estas circunstancias presionan y fomentan el conflicto entre la pareja. A veces se manifiesta por
síntomas depresivos en uno de ellos, generalmente mujeres o ambos; y otros a través de
confrontaciones, conflictos o declaraciones directas de "¡No podemos seguir así!". Hasta hace poco, y
aún hoy, cuando tenemos una tímida introducción a la profesión de la psicología, el conflicto era
tratado desde posiciones muy simples y saturadas de gran misticismo e ideología. El que fuera
canónigo E. Enciso de Vitorio en se preguntaba (Ferrándiz y Verdú, 197): "¿Por qué hay tantos
matrimonios infelices y tantos otros que no son felices sin llegar exactamente al nivel de la
infelicidad?" respondió: "...porque hay muchas mujeres casadas que no saben callar, ceder, sonreír... la
culpable es la mujer... Dios le dio al hombre el poder de puños y para compensar a mujeres el poder
de una sonrisa.» En otro lugar (Ferrándiz y Verdú, 197) recomienda "técnicas" muy concretas para
superar los problemas de los cónyuges: "... ya lo sabes: cuando estés cansada, nunca te enfrentarás a él
y resistirás a su genio. Tu genio y su indignidad la tuya. Cuando se enoja, callas; cuando te llamo,
bajas la cabeza sin responder; si te exijo, cederás, si tu conciencia cristiana no te lo impide.En esta
ocasión, no ríndete, pero tampoco luchas directamente: uno evita el golpe, se hace a un lado y deja
pasar el tiempo. Amar es llevar".

Conceptos Básicos
El comportamiento humano no es aleatorio ni impredecible, no sucede “porque sí” o porque hay algo
interno en el individuo que lo hace comportarse como lo hace. Si nos fijamos bien, necesariamente
debemos verificar el hecho de que el comportamiento del individuo mantiene una regularidad en su
interacción con el medio. Este hecho es precisamente el elemento empírico básico que nos permite
construir la ciencia del comportamiento y crear la psicología como tal. La teoría moderna del
aprendizaje social, basada en la observación y la medición cuidadosa, es uno de los fundamentos
teóricos más importantes de esta ciencia. Esta teoría afirma que la mayoría de los determinantes del
comportamiento humano pueden ubicarse en la relación dialéctica y continua que existe entre el
individuo y su entorno. Al analizar las condiciones ambientales que responden sistemáticamente a las
reacciones y el comportamiento del individuo, es posible crear predicciones específicas sobre la
repetición del comportamiento posterior. Cuando hablamos de "determinantes", no pretendemos
concluir una relación causal entre fenómenos, sino simplemente describir una relación funcional entre
ciertas características de un determinado fenómeno (frecuencia, latencia, intensidad) y ciertas
características de fenómenos anteriores.

Determinantes ambientales

Todo comportamiento ocurre en el contexto de un ambiente precedido y seguido por condiciones y


eventos. El término básico que usamos para describir las condiciones y eventos que influyen en su
comportamiento es estímulo.
Los estímulos pueden ser antecedentes y consecuencias según precedan o sigan a la conducta en
cuestión. Ambos tienen un efecto dominante en el comportamiento. Por ejemplo, un perro ladrando
puede ser señal o señal de que un extraño se acerca a la casa; El ambiente agradable (música, comida
favorita, velas, las palabras "Te preparé algo maravilloso"...) que encuentra la Sra. X cuando llega a
casa puede indicar que es probable que se desarrolle una relación afectiva o íntima. sexual. En el
primer caso, "ladridos" y en el segundo "ambiente agradable" son los estímulos anteriores, indicando
la probabilidad de ocurrencia de "acercamiento de extraño" e "iniciación sexual", respectivamente.
Por el contrario, si el perro comienza a mover la cola o la Sra. X se encuentra con su compañero con
"palabras exigentes y gestos de mal humor", lo que probablemente suceda en primera instancia es que
un conocido se presente y comience una conversación. en segundo lugar. Estos estímulos previos
adquieren el valor de señales discriminativas porque han sido repetidamente asociados con la
conducta previa en el pasado. Y tales señales tienden a alentarlo. Sin duda, la mayoría de nosotros
podemos testimoniar cómo ciertos lugares evocan ciertos sentimientos positivos porque hemos estado
allí antes para hacer algunas actividades muy agradables o interactuar con la gente.
Intercambio de reforzamiento

Lejos de ser una explicación vaga y simplista del amor, es un término que, en nuestro marco
conceptual, describe un conjunto complejo de comportamientos que pueden implementarse a través de
comportamientos cognitivos, emocionales y motores específicos.
Decimos que una pareja "está enamorada" cuando el intercambio de conductas entre ellos fortalece o
deleita en algún nivel. La ciencia del comportamiento afirma que el desacuerdo o conflicto en una
pareja es una función directa del bajo nivel de reforzadores positivos intercambiados entre las partes.
Sin embargo, esta hipótesis no requiere necesariamente una explicación de tipo etiológico. En otras
palabras, podemos decir que las parejas con problemas se sienten menos satisfechas que las parejas
sin problemas, sin que ello afecte a la formación de estas diferencias. Esta hipótesis de
comportamiento está respaldada por estudios observacionales de interacciones tanto en entornos de
laboratorio como en la vida real. En el caso de las parejas anteriores, se ha demostrado que las parejas
en relaciones pendencieras o conflictivas exhiben consistentemente niveles más altos de conducta
punitiva o desafiante que las parejas sin conflicto. La investigación basada en observaciones de
parejas del mundo real encontró que las parejas en conflicto estaban menos "satisfechas" y eran más
"punitivas" que las parejas sin conflicto. Estos últimos tienden a registrar conductas comunicativas
significativamente más positivas y menos negativas que los miembros de una pareja en conflicto.

Habilidad de comunicación y de resolución de problemas

La comunicación no debe entenderse como un concepto vago que podría definir una combinación más
o menos misteriosa de eventos, que también es difícil de realizar. En el sentido que le damos al
término aquí, deberíamos entender más bien un conjunto de comportamientos verbales y no verbales
definibles. Ambos cónyuges se comunican entre sí de muy diversas maneras para transmitir
sentimientos o emociones, oraciones, alabanzas... Hablan, se tocan, sonríen, sonríen, gritan, lloran...
Ambos actúan como emisor y receptor de mensajes.
En el receptor. Es muy frecuente, en parejas con relaciones deterioradas, que exista cierta inhabilidad
para escuchar o atender los mensajes del otro.
En el emisor. Como dijimos antes, un déficit en la recepción facilita una emisión inadecuada de
mensajes tanto a nivel verbal como no verbal.
En el m ensa je. El requisito fundamental que debe cumplir el mensaje es que sea reconocible y
comunicable por ambos miembros de una pareja.
Por otra parte, las parejas desgraciadas carecen de la habilidad para resolver los múltiples problemas
que la convivencia y la relación con los hijos diariamente plantea. Estas parejas, cuando intentan
resolver un problema específico, mezclan en sus discusiones toda una gama de otros problemas
secundarios e irrelevantes que suelen ser fuente habitual de conflicto. El discurso se convierte en una
larga lista de acusaciones mutuas que les aparta de su objetivo. En general, las dificultades provienen
del déficit de los miembros de la pareja en algunos de los componentes básicos necesarios para la
resolución de problemas. Estos componentes son:
1. Especificación o selección de los componentes del problema.
2. Especificación de los cambios concretos que se desean.
3. Formulación de posibles soluciones.
4. Ser capaces de llegar a un acuerdo.
Modificación del intercambio conductual

Los medios de contacto social también matizan el intercambio de conductas sostenido en una pareja.
El nivel de satisfacción y refuerzo mutuo depende de factores como la disponibilidad de tiempo libre,
recursos económicos, etc. Por ejemplo, la posibilidad de recompensar mutuamente turnos disminuye
para aquellas parejas en las que uno o ambos tienen que trabajar muchas horas. Por un lado, no tienen
tiempo libre para dedicarse a actividades placenteras, por otro lado, el agotamiento físico de tal día
impide el disfrute de relaciones cuando se presentan. En otros casos, la falta de fondos puede generar
situaciones de estrés y conflicto, que aumentan significativamente las reticencias.

Evaluación

La evaluación del comportamiento de los problemas de relación es nueva en el campo de la ciencia


del comportamiento. Puede decirse que la investigación en este campo no supera las décadas en los
países pioneros y en España es algo desconocido para la mayoría de los estudiantes de psicología y
muchos profesionales . La evaluación debe servir para varios propósitos.Primero, debe ser capaz de
conocer los problemas específicos de una pareja en particular y planificar un tratamiento "a la
medida". El modelo conductual de conflicto de pareja asume que el intercambio conductual falta o es
insuficiente en las parejas que experimentan problemas.
A fin de garantizar que la entrevista inicial resulte lo más eficaz y productiva, aconsejamos cierta
estructuración. Con este propósito sugerimos un esquema-guía que viene a completar y enriquecer el
propuesto por Peterson (1977). Este esquema para estructurar la entrevista clínica de pareja es como
sigue:
1. Cómo empezó la relación.
2. Cambios importantes durante el curso de la relación.
3. Entendimiento afectivo
4. Relación autoritarismo/dependencia.
5. Los problemas principales en la vida de pareja.
6. Áreas de incompatibilidad-compatibilidad con la pareja.
7. Secuencias, frecuentes en la actualidad, de interacción problemática:
- Número, intensidad y duración.
- Descripción detallada de las situaciones en que ocurre.
- Lugar y situación.
- Qué han dicho y hecho.
- Sentimientos en relación con el otro.
- Cómo se influyen respectivamente.
- Cómo terminan. Resultado.

Evaluación del proceso terapéutico

La evaluación entendida como un proceso continuo requiere una comparación regular de los índices
iniciales y actuales del fenómeno del objeto de evaluación. En otras palabras, tras una razonable
experimentación y realización de determinadas tareas y ejercicios, conviene evaluar el efecto del en el
cambio de comportamiento de la pareja. Esto explica el proceso que nos permite:
- proceder con las hipótesis descritas anteriormente si los datos reflejan un éxito razonable.
- Comprobar cuándo se puede utilizar una estrategia alternativa más eficiente y económica.
- Reemplazar las hipótesis originales con otras alternativas si los datos no indican cambios o incluso
daños. Mahoney (1977) sugiere que en esta etapa de expansión, revisión o reemplazo, antes de pasar
a opciones alternativas, se considere:
a) la validez de los datos, es decir, si existe o no confianza. sobre la exactitud de la información
objeto de la evaluación.
b) Idoneidad o realización de alternativas y objetivos. A veces las metas están bien planeadas pero el
plan para lograrlas falla. ¿La pareja hace las tareas del hogar? Si no es, ¿qué les impide ejecutarlos?
¿Has tenido suficiente entrenamiento con un terapeuta? Estas y otras preguntas similares deben
hacerse para evaluar si la implementación de los programas propuestos ha sido adecuada.
c) Período de prueba. En ocasiones, el tiempo transcurrido entre el inicio de los ejercicios y la
verificación de la evaluación es mínimo e insuficiente para obtener datos relevantes.

Intervención
El modelo conductual del conflicto de pareja capta este intercambio de conductas inapropiadas como
un proceso que se da entre los dos componentes anteriores. Lejos de conceptualizaciones
deterministas e idealistas que incentivaría la pasividad, si no la impotencia, de ambos cónyuges frente
al conflicto, la perspectiva conductual enfatiza la modificabilidad del tipo de relación afectiva a través
de cambios realizados por cada parte de la pareja. adopta voluntariamente en su conducta. Por lo
tanto, el objetivo central de la intervención es hacer que la pareja participe activamente en la solución
de sus problemas y lograr una comprensión funcional del amor y su intercambio afectivo.

Fase Conceptual
La pareja recibe información detallada y una explicación de lo que les sucede a la luz de las ciencias
del comportamiento y del modelo conductual desarrollado en el primer capítulo. Se les explica que el
comportamiento se aprende, que una persona no nace "así" y por lo tanto podemos aprender nuevos
comportamientos más satisfactorios y efectivos para lograr el objetivo de una mejor relación. Con
socios. Al comprender los mecanismos y leyes del comportamiento, la pareja no solo cambia y
resuelve sus problemas actuales, sino que aprende, lo más importante, las habilidades para prevenir y
resolver problemas futuros relacionados con la audición autónoma y evitar adicciones prolongadas.
con un terapeuta.

Fase Experimental
El propósito de esta fase es que las parejas prueben por sí mismas la hipótesis que discutimos en la
fase anterior, y así tomen conciencia de la reciprocidad y la importancia del intercambio. Aquellas
parejas que acuden habitualmente a terapia tienen una visión negativa de la otra persona y de la
relación, es decir, tienden a centrarse en el comportamiento negativo del otro y olvidan los aspectos
positivos que pueden existir a pesar de ellos. por lo general siempre presente en el comportamiento de
un individuo.

Trabajando y profundizando en los objetivos conductuales


En la fase de experimentación algunas parejas aprenden fácilmente a incrementar los intercambios
positivos y a generar una atmósfera de relación adecuada para solucionar muchos de los problemas
que tienen planteados. Sin embargo, en otras muchas esto no ocurre tan fácilmente y es necesario
continuar trabajando y afianzando los objetivos conductuales, profundizando puntualmente en las
áreas-problema que se han detectado en la evaluación y desarrollando habilidades para su manejo. En
casos especiales suele ser, además, necesario realizar un control estimular específico en la relación de
contingencias que se establecen en la pareja.

TÉCNICAS EMPLEADAS EN LA INTERVENCIÓN


1. Planificación de las contingencias de reforzamiento.
2. Modelado.
3. Moldeamiento.
4. Role-playing.
5. Ensayo de conducta.
6. Feedback.
7. Control estimular.
8. Instrucción.
9. Reestructuración cognitiva.
10. Técnicas asertivas.
11. Asignación de tareas.

Apéndice A Esquema guía de sesiones en el proceso de evaluación e intervención

Esta guía de sesiones que ofrecemos a continuación tiene el objetivo de servir de orientación sobre el
contenido básico que puede tener un proceso estándar de evaluación e intervención. Obviamente este
contenido es variable según el caso de que se trate y las exigencias de ritmo y contenido que las
peculiaridades del mismo planteen.
Primera sesión
1. Evaluación inicial.
a) Determinar los objetivos generales.
b) Determinar el grado de compromiso de cada uno con el otro y con el proceso terapéutico que se
inicia.
c) Determinar las áreas-problema generales:
- Especificación. Planteamiento del nuevo vocabulario interpersonal.
- Naturaleza. - Proceso de la interacción problemática.
- Expectativas:
• De tratamiento.
• Dé la relación de su pareja (pareja ideal).
2. Despertar expectativas positivas de cambio.
a) Reestructuración cognitiva dirigida a eliminar sentimientos derrotistas, de culpabilidad y de
impotencia.
b) Explicación del amor en términos conductuales y alentar expectativas ofreciendo alternativas de
cambio.
3. Normas generales.
a) Asistir a todas las sesiones.
b) Centrarse en el presente y futuro. Evitar discusiones sobre el pasado.
c) Utilizar un lenguaje operativo.
4. Asignación de tareas.
a) Completar cuestionarios en casa, por separado.
b) Delimitar, por separado, el matrimonio ideal o perfecto en cuanto a la comunicación, intercambio
sexual y afectivo, dependencia e independencia, labores domésticas, etc.

Segunda sesión
1. Revisión de tareas.
a) Reforzar discriminativamente el cumplimiento de las tareas.
b) Revisar cuestionarios.
c) Especificar las áreas-problema y objetivos de cambio según los cuestionarios y las descripciones
realizadas sobre el «matrimonio ideal». Confeccionar «listas a medida».
2. Introducción del modelo conceptual.
a) Entrega de «Guía de trabajo para mejorar las relaciones de pareja».
b) Explicación del principio de reciprocidad.
3. Ejercicios de reciprocidad en la sala de entrenamiento social (en su defecto, realizar ensayo
conductual en presencia del terapeuta).
a) Darse cuenta del efecto que el comportamiento de uno tiene sobre el comportamiento del otro. 4.
Asignación de tareas. a) Leer y discutir la «Guía de trabajo».
b) Ejercicio «Pille a su pareja haciendo algo agradable».
Tercera sesión
1. Revisión de tareas.
a) Reforzar discriminativamente el cumplimiento de las tareas.
b) Revisar «Pille a su pareja haciendo algo agradable».
c) Discutir y aclarar cuestiones que sobre la «Guía de trabajo» pueda plantear la pareja.
2. Practicar el dar, recibir y reconocer las conductas gratificantes registradas en el ejercicio «Pille a su
pareja haciendo algo agradable».
a) El terapeuta modela y moldea las conductas apropiadas.
b) El terapeuta anima al feedback mutuo, es decir, sugiere a la pareja que se informen mutuamente de
cómo lo hacen y cómo se sienten cuando realizan esos ejercicios. Si alguno no ha tenido oportunidad
de pillar a su pareja haciendo o diciendo algo agradable, se le anima a que sugiera a su pareja alguna
conducta de su agrado.
c) El terapeuta explica y comenta la importancia de la comunicación verbal y no verbal en el
intercambio conductual.
d) El terapeuta explica cómo los sentimientos y emociones se aprenden.
e) El terapeuta ayuda a la pareja a ampliar la lista de refuerzos intercambiables.
3. Desarrollo del modelo conceptual apoyándose en las experiencias iniciadas por la pareja.
a) Bases teóricas del aprendizaje social.
b) Interdependencia comportamental. Reciprocidad.
c) Objetivos generales a la luz del modelo:
- Incrementar intercambios mutuamente gratificantes.
- Reducir intercambios mutuamente aversivos.
d) Aprendizaje de objetivos instrumentales:
- Adquirir un nuevo vocabulario interpersonal.
- Adquirir habilidades de comunicación y de resolución de problemas.
4. Explicar compromisos derivados del modelo.
a) Responsabilización en cada uno del comportamiento del otro.
b) Observación y delimitación de objetivos de cambio y de negociación.
c) Enseñanza mutua en el proceso de cambio.
d) Participación en los ejercicios.
e) Cumplir la asignación de tareas.
5. Asignación de tareas. Experimentar algunas hipótesis.
a) Ejercicio «Día del amor».
b) Ejercicio «Pille a su pareja haciendo algo agradable».

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