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Resumen Completo. DEONTOLOGÍA JURÍDICA. YR

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

Duodécimo Semestre – Turno Mañana

Nombre del Estudiante:

………………………………………………………………………………
Yaquie Escobar - Rodrick González. Duodécimo Semestre - TM - Delegados 2021.

DEONTOLOGÍA JURÍDICA

CAPITULO 1: LA DEONTOLOGÍA PROFESIONAL.


DEFINICION DE DEONTOLOGÍA PROFESIONAL: La deontología es:
la ciencia del deber ser y se refiere en particular a los deberes
que corresponden a determinadas situaciones sociales.
Según la definición de Bataglia: “es aquella parte de la
filosofía que trata del origen, la naturaleza y el fin del deber”.
Aplicada a las profesiones intelectuales, la deontología
designa el conjunto de reglas y principios que rigen determinadas
conductas del profesional de carácter no técnico. Es en sustancia,
una especie de urbanidad del profesional.
Su carácter ético se evidencia en mayor grado en las
profesiones de trasfondo humanitario, como el arte forense y el
arte médico.
Es importante señalar, que cuando decimos “profesión” nos
referimos al ejercicio habitual y continuado de una actividad
laboral desarrollada con la finalidad de sustentarse.
En cuanto al contenido de las normas deontológicas, estas
tienen un carácter preferentemente ético y presentan puntos de
contacto con las normas de la costumbre y tienden a transformarse
en normas jurídicas.
Su contenido substancialmente moralista no autoriza, sin
embargo, a considerarlas como normas de carácter moral.
De manera general, todo comportamiento del profesional que
no tenga un carácter meramente técnico, pero que esté vinculado de
cualquier forma al ejercicio de la profesión, entra en el ámbito de
la normativa deontológica. En consecuencia, incluso la conducta
privada del profesional puede ser tomada en consideración.
Por lo demás, sabido es que las leyes profesionales exigen
como condición para conceder la inscripción colegial, el requisito
de la buena conducta (profesional y cívica), que ha de ser estimada
discrecionalmente por el consejo del orden o colegio (para los
abogados las leyes forenses requieren expresamente “una conducta
distinguidísima e inmaculada” Italia).
SU CARÁCTER ESPIRITUAL: La deontología ha sido también
considerada, desde más allá de un estricto punto de vista moral,
desde una perspectiva religiosa, especialmente con respecto a
algunas confesiones (la católica, la protestante) en relación a
algunos problemas de conciencia que surgen con ocasión del ejercicio
profesional.
Se ha dicho con justicia que la característica más notoria
de la deontología es su espiritualidad, y ésta se evidencia
especialmente en una concepción religiosa de la existencia; pero
las normas deontológicas se dirigen indistintamente a cualquier
sujeto, prescindiendo de sus orientaciones religiosas, políticas,
filosóficas, etc.
LA MORAL PROFESIONAL EN GENERAL: La moral es la ciencia que
trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su
bondad o malicia. El concepto de moral se ha especificado de varias
formas, así se habla de moral burguesa, moral marxista, moral laica,
etc. A ello se ha añadido la moral profesional (referido a cualquier
profesión), y este mismo concepto se ha vuelto a diversificar para
cada tipo de profesión. Así tendríamos una moral del médico, del
abogado, del notario, etc. Y ha llegado más lejos al distinguir en
la misma profesión.
Así habría una moral para el abogado penal y otra para el
abogado civilista. No obstante, la deontología de una determinada
profesión no puede ser concebida más que unitariamente, salvo
algunas adaptaciones marginales que en ocasiones exige la
especialización profesional.
EL ETHOS ESPECIFICO PROFESIONAL CON ESPECIAL REFERENCIA AL
ARTE FORENSE: Ethos= cultura profesional. El ethos comprende
aquellos comportamientos que caracterizan una cultura o a un grupo
profesional, en cuanto que este (el grupo) promueve un tipo de

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conducta sometido a ciertos valores o a cierta jerarquía de valores.


Al hablar de “ethos” implica un concepto de pertenencia a
una determinada profesión entendida como “vocación”, en el sentido
de servicio imprescindible para la comunidad, que persigue el logro
de los valores más que el beneficio económico.
LA VOCACION PROFESIONAL: En los congresos, se ha discutido
sobre las relaciones entre la deontología, el aspecto humanista de
la profesión y la llamada vocación profesional.
El concepto de vocación profesional ha sido reducido a un
juego de palabras o a una verdadera hipocresía o bien, cuando menos,
a un simple estado de ánimo.
Los sociólogos han estudiado ampliamente su origen y su
fundamento sin llegar a conclusiones concretas. Son poquísimos los
casos en los que el profesional quiere efectiva y decididamente
cumplir el papel de apóstol o de misionero, impulsado por motivos
de orden religioso, filosófico o social, la llamada vocación
profesional es generalmente un concepto vacío de contenido.
Más bien podría interpretarse como una ESPECIAL APTITUD
ESPIRITUAL para desempeñar una actividad intelectual (artística,
profesional o política) con preferencia a otras.
En el sector de las profesiones, tal aptitud se adquiere por
regla general ex post, es decir, de alguna experiencia profesional
feliz que ilusiona al que la realiza, le produce satisfacción y le
afirma en la competencia frente a sus colegas.
O bien es consecuencia de singulares condiciones Subjetivas:
con relación al entorno familiar especialmente, así el hijo de un
abogado bien asentado en el campo profesional se inclina a menudo
a seguir la misma profesión del padre, pero probablemente más por
consideraciones utilitaristas que por vocación adquirida en virtud
de lo que le rodea; y Objetivas.
El concepto de aptitud profesional (que es preferible
utilizar en lugar de vocación) es considerado desde varios puntos
de vista. Normalmente constituye la capacidad laboral que se
manifiesta en sus aplicaciones prácticas, por la pasión, el
entusiasmo y la facilidad con que el sujeto acierta a resolver los
problemas profesionales (técnicos y humanos) de una determinada
profesión.
Lo mismo puede decirse de la profesión de abogado, en tanto
esta se perfila esencialmente como un arte, y por ello, es
importante los valores humanos del sujeto. Que después éste sea
interprete fiel de las reglas deontológicas ya es otra cuestión.
Las reglas deontológicas están situadas por encima de las
condiciones subjetivas del individuo, hacen referencia a modelos
abstractos de comportamiento a los que el individuo debe adecuarse
de buena o mala gana, prescindiendo de sus inclinaciones personales.
LA ENSEÑANZA DE LA DEONTOLOGIA EN LAS FACULTADES DE DERECHO:
Refiriéndonos especialmente a la profesión de abogado, sabemos que
hoy el acceso a las facultades de derecho es más fácil que en otros
tiempos, pueden acceder a ella no solo los que han cursado sus
estudios clásicos (y que se presume que están en posesión de un
cierto grado de cultura humanista), sino también los que provienen
de institutos de enseñanza científica, o sea, los que están dotados
de un tipo de cultura diferente.
Añádase a ello que la liberalización de los planes de estudio
de las facultades universitarias (por tanto, también las jurídicas)
deja al estudiante en libertad de seguir la orientación científica
que más le convenga y que puede estar bastante distanciada de la
investigación filosófica, histórica y humanística.
De ahí se deduce la necesidad de la enseñanza de la
deontología profesional en el recinto universitario, eventualmente
perfeccionable con ocasión del desempeño de la pasantía. Parece
correcto afirmar que tal enseñanza es especialmente conveniente en
las facultades de derecho, habida cuenta que la deontología se
presenta como un corpus normativo interrelacionado con el
ordenamiento jurídico y que en relación con las finalidades que se

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propone, llega a vincularse a otras materias (filosofía del derecho,


teoría general del derecho, derecho procesal, derecho laboral)
contribuyendo con ellas a una más completa formación del estudiante
de derecho.
La enseñanza de la deontología constituye ciertamente uno
de los remedios a proponer con ocasión de la reforma en curso de
los estudios universitarios. Los congresos forenses han reconocido
que los jóvenes abogados a causa de la inexperiencia, violan a
menudo de buena fe las reglas deontológicas por la simple razón de
que las desconocen, hasta tal punto que ciertos procedimientos
disciplinarios promovidos por causa de incorrecciones, abusos o
falta de cumplimiento de los deberes profesionales, la juventud y
la inexperiencia del inculpado han sido considerados como eximentes
o atenuantes.

CAPITULO 2: DEONTOLOGIA PROFESIONAL.


MORAL, ÉTICA, DEONTOLOGÍA Y DERECHO: La Deontología Jurídica
comprende las reglas del deber y, como tal, tiene la misión de
regular el proceder correcto y apropiado del abogado en su ejercicio
profesional. Esta función la realiza desde el ámbito de los llamados
Códigos Deontológicos que regulan toda la actividad de la Abogacía,
los que a su vez se nutren, indiscutiblemente, de la Moral y la
Ética. La deontología no es más que la ética profesional aplicada,
donde sus contenidos normativos son de acatamiento obligatorio para
todos los abogados a los cuales se dirigen. Existen muchos
principios rectores de la Deontología Profesional, entre los más
importantes encontramos la justicia, la independencia profesional,
la libertad profesional, la ciencia y conciencia, así como la
probidad profesional. Estos principios brindan contenido y vigencia
práctica a la Deontología Jurídica, desde su eminente carácter
preventivo, el cual algunas veces se muestra vulnerado por
actuaciones indebidas de los abogados y surge, irremediablemente,
la posibilidad extrema de imponer sanciones disciplinarias a éstos.
La moral es “un conjunto de principios, preceptos, mandatos,
prohibiciones, permisos, patrones de conducta, valores e ideales de
vida buena que en su conjunto conforman un sistema más o menos
coherente, propio de un colectivo concreto en una determinada época
histórica ... la moral es un sistema de contenidos que refleja una
determinada forma de vida”. Se puede definir a la moral como el
conjunto de convicciones y pautas de conducta que guían los actos
de una persona concreta a lo largo de su vida. En este sentido,
estos modos de vida, individuales y comunitarios, se concretan en
tradiciones, religiones y sistemas filosóficos que en algunas
ocasiones se llaman moral en la medida en que son modos de vida
concretos.
La ética es una ciencia y, como tal, explica las cosas por
sus causas. En efecto, no se trata aquí de emitir una opinión más
acerca de lo bueno o lo malo; se trata de emitir juicios sobre la
bondad o maldad moral de algo, pero dando siempre la causa o razón
de dicho juicio, entonces, se puede definir la Ética como una
ciencia práctica y normativa que estudia racionalmente la bondad y
maldad de los actos humanos”
La deontología es aquella parte de la filosofía que trata
del origen, la naturaleza y el fin del deber. La deontología
profesional es el conjunto de las reglas y principios que rigen
determinadas conductas del profesional (v. gr.; abogado, médico,
ingeniero, etc.) de carácter no técnico, ejercidas o vinculadas, de
cualquier manera, al ejercicio de la profesión y a la pertenencia
al grupo profesional.
ETICA PROFESIONAL:
 Etimología; ethos, modo de ser.
 No normativa, no contiene sanciones.
 Conciencia individual.
 Amplitud en su formulación.

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 Propone motivaciones da sentido.


DEONTOLOGIA:
 Etimología; deon, deber.
 Normas, códigos deontológicos, prevé sanciones.
 Aprobada por un colectivo.
 Profesionales.
 Mínimos exigibles a los profesionales.
 Exige actuaciones, comportamientos.
LA REGULACIÓN DE LAS PROFESIONES JURÍDICAS. A) SISTEMA COLEGIAL.
B) SISTEMA LEGAL: VIGENTE EN LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY.
SISTEMA COLEGIAL: La tendencia actual es la colegiación. En
ella el control del Estado sobre el ejercicio profesional se
transfiere a los Colegios Profesionales. La Colegiación puede ser
optativa u obligatoria, previa al ejercicio profesional; la
tendencia en los países del primer mundo es que sea obligatoria, o
que se llegue a ella pasando previamente pasando por la optativa.
Se funda en dos principios fundamentales: El principio de
subsidiariedad, mediante el cual el Estado delega en los Colegios
Profesionales de Ley la misión de organizar un sistema de
convivencia que individual y colectivamente sirva para la
realización en dignidad del grupo social que conforman y a su vez,
constituyan un medio de contribución al bien común en general, o
sea la compresión del segundo principio esencial: la solidaridad.
El Colegio de Abogados del Paraguay conjuntamente con la
Coordinadora de Gremios Universitarios, impulsa la sanción del
proyecto de Ley que Regula el Ejercicio Profesional y crea el
Registro Nacional de Colegios Profesionales, que se encuentra en
estudio en el Parlamento Nacional. El proyecto de ley regula
adecuadamente el ejercicio profesional y de conformidad con la
tendencia actual, respetando principios fundamentales en la
materia, como son:
1) el reconocimiento de los Colegios como entidades de derecho
público;
2) el control de la matrícula por los Colegios en virtud de un acto
de delegación por parte del Estado;
3) la autonomía de los Colegios;
4) la matriculación obligatoria;
5) la exclusividad territorial;
6) la autogestión financiera a través de la percepción de un canon
razonable;
7) el control del correcto funcionamiento de los Colegios por
organismos del Estado;
8) la garantía de la participación democrática de los asociados en
la vida del Colegio;
9) la defensa de los intereses de consumidores y usuarios de los
servicios;
10) la protección y representación por los Colegios de los intereses
gremiales;
11) la prestación de servicios sociales a sus miembros;
12) la reglamentación simple y clara de las cuestiones
fundamentales;
13) el respeto a los derechos adquiridos, etc.
SISTEMA LEGAL: Hasta hoy, en nuestro medio, el control y
supervisión del ejercicio profesional está a cargo de organismos
del Estado (Corte Suprema de Justicia en los aspectos legales,
éticos).
En este aspecto, el Art.42 de la Constitución Nacional de
la República del Paraguay, consagra: que "Toda persona es libre de
asociarse o agremiarse con fines lícitos, así como nadie está
obligado a pertenecer a determinada asociación. La forma de
colegiación profesional será reglamentada por ley. Están prohibidas
las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar”.
Se torna obvio entonces, que la norma constitucional, al par

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de consagrar el principio de la libre y voluntaria asociación,


distingue claramente el concepto de colegiación de las profesiones,
no vulnerando la voluntad individual, sino ubicando al profesional
universitario dentro de una estructura social que forma parte de la
organización del Estado. Y en este sentido el Código de Organización
Judicial establece:
Art.27.- La Corte Suprema de Justicia, además de la potestad
de juzgar, ejercerá la superintendencia, con poder disciplinario
sobre los Tribunales, Juzgados, Auxiliares de la Justicia y las
oficinas dependientes del Poder Judicial.
Art.29.- En ejercicio de su potestad de superintendencia le
corresponde: l) disponer la inscripción en la matrícula de los
profesionales auxiliares de la justicia;
LA APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DEONTOLÓGICOS EN UNO Y EN
OTRO SISTEMA.
SISTEMA COLEGIAL: Los principios de colegialidad y de
solidaridad.
SISTEMA LEGAL: Los principios de independencia y de libertad
profesional.
LOS DEBERES PROFESIONALES DE LOS JURISTAS. LA DISCUSIÓN
DEONTOLÓGICA: Los deberes, como imponencias indeclinables que
forman parte de la responsabilidad del individuo.
 El abogado debe cultivar sus virtudes profesionales y formación
integral mediante el estudio y el seguimiento de las normas
morales. Nos referimos en este aspecto al estudio y
actualización del abogado como ente impulsador del cambio en
la sociedad. Esto lo llevará a proponer soluciones que estén
orientadas al bien en todos los aspectos que sea posible. Esto
va de la mano de su capacidad, talento y experiencia al
servicio de la justicia.
 Debe ser disciplinado, firme y sensible en su vida profesional
y privada.
 Debe abstenerse del uso de recursos improcedentes: Los abogados
son profesionales que dominan el manejo técnico de los
procedimientos judiciales, los cuales representan los
instrumentos necesarios para probar razonamientos y convencer
a un juez sobre determinado asunto. Sin embargo, valerse de
esos recursos procesales sólo con el deseo de entorpecer,
dilatar o distorsionar la verdad en los litigios, es una
conducta de mala fe.
 Debe ser un fiel intérprete de la ley, un guardián y defensor
de los principios jurídicos, de la justicia y la verdad.
 Debe ser responsable, puntual.
 Debe actuar con serenidad y fe en la causa de su cliente.
 Debe ser honesto, veraz, prudente.
 Debe ser digno de fiar y de respeto, incapaz de cometer fraude.
 En cuanto al cliente, el abogado tiene un compromiso especial
con el cliente, debe actuar con responsabilidad y diligencia.
Debe estar atento de los plazos legales respecto de los actos
del procedimiento. Debe comprometerse a poner todo su esmero,
su saber y habilidad para realizar una defensa útil.
 Secreto Profesional.
 Honorarios adecuados.
 Lealtad hacia el cliente: Es obvio que quien contrata los
servicios de un abogado necesita sentir que éste le será fiel
desde el principio, que no lo va a abandonar o traicionar, y
que siempre utilizará toda su imaginación, creatividad e
inteligencia para contrarrestar los argumentos del litigante
opositor.
 Debe adoptar una actitud de servicio. Si por su negligencia
pierde una causa es evidente que con ello comete una
injusticia.

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CAPITULO 3: ARTE FORENSE.


Forense es todo lo que concierne al foro, a los tribunales
y sus audiencias. Lo jurídico en lo general (Osorio).
EL ARTE FORENSE Y SUS VALORES HUMANOS: El ejercicio de la
profesión forense, puede valorarse desde el punto de vista de la
vida técnica jurídica y también desde el doble aspecto humanista-
humanitario.
Este último punto, supone una serie de comportamientos
inspirados en un cálido sentido de humanidad, de comprensión, de
solidaridad social, que comprende todos los valores del espíritu.
Por eso exige al abogado, además de una adecuada preparación
técnica, la posesión de una vasta cultura humanista, así como la
predisposición al aprendizaje de cualquier ciencia, de manera que
pueda adaptarse con facilidad a los más variados aspectos de la
actividad de la defensa.
Es especialmente en base a la realización de los valores del
espíritu por lo que el ejercicio de la abogacía se convierte en un
arte.
Por ejemplo el abogado cuando esta en contacto con su
cliente: tiene que escucharlo con paciencia, intentar comprender no
sólo los motivos inmediatos sino también los móviles mas o menos
remotos del comportamiento, conocer la posición y las reacciones
previsibles de la parte contraria y en todo caso colocarse por
encima del debate y separarse del litigio objetivamente, al efecto
de no crear una excesiva carga emotiva en el propio trabajo de
defensor o de no hacer suscitar un interés personas en el resultado
del pleito.
Arte forense, que implica la posesión de cualidades técnicas
y morales y que permite atemperar el interés del cliente,
considerando el marco de los intereses superiores de la
colectividad.
Es así que el abogado, en su función de defensor, no puede
olvidar la de colaborador del juez en la búsqueda de la verdad
procesal, en el control de la aplicación correcta de la ley, que en
definitiva permitan al juez, dictar una sentencia aceptable, además
de jurídicamente intachable. Para desempeñar estas obligaciones
está claro que ciencia y arte deben proceder unidas.
LA ADMINISTRACION DEL CLIENTE: También entra en la esfera
de la función del abogado como colaborar de la justicia la actividad
de “amigable composición de la litis”.
Tal actividad se aplica ante todo al estudio de la causa, a
la valoración de los pros y contras, a la consideración objetiva
del interés del cliente con relación al riesgo que afrontaría si
insistiere en la controversia y finalmente en la acción de
persuasión del cliente al que se han de señalar las ventajas y los
inconvenientes correspondientes, y llegado el caso, la conveniencia
de proceder a una amigable composición, si bien ello puede suponer
algún sacrificio .Se realiza de este modo la llamada “administración
del cliente”.
LA SOLEDAD DEL ABOGADO EN LA CONVIVENCIA HUMANA Y EL TRABAJO
EN EQUIPO: Dentro de los preceptos deontológicos que regulan el
comportamiento del abogado tanto con el cliente, como con la parte
contraria o terceros, Collignon ha puesto en relieve dos de ellos:
- No hagas a los demás lo que no quisieras que te fuese hecho a ti
mismo
- Haz por los demás lo que quisieras que los demás hagan por ti.
Estos preceptos desarrollan todo su valor con ocasión de los
contactos humanos del abogado, cuando éste se encuentra frente a
frente con el cliente o con cualquier implicado en la causa, cuando
debe elegir el camino a seguir obedeciendo exclusivamente a su
propia conciencia. Este estado de ánimo se manifiesta como la
“soledad del abogado”.
El abogado debe basarse siempre en sus propias fuerzas y en
su capacidad profesional, incluso si se encuentra inserto en un

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equipo de trabajo, al que contribuirá con su preparación de la que


sólo él es responsable.
DIFERENTES ESPECIES DE TEMPERAMENTOS DE LOS ABOGADOS:
Candian ha diseñado un vivo bosquejo en donde ha diferenciado al
abogado:
- El atrabiliario, escorbútico y permanentemente irritado.
- el lleno de autosuficiencia y persuadido de que es el único
depositario de la verdad jurídica.
- El fraudulento del que es preciso desconfiar.
- El condescendiente, dispuesto a renunciar a una excepción
procesal para favorecer al colega distraído.
- Atérmico, frío sutil, distante y probablemente mal colega
- Superhombre invencible que se comporta como inmodesto y
prepotente.
Finalmente, Candian pasa a tratar los rasgos de otros tipos
o temperamentos de abogados en atención a su iniciativa personal en
el desempeño de su actividad profesional.
- intervencionista (habitual o ocasional)
- No intervencionista (neutralista o pseudoneutralista)
También existen otros tipos de abogados, de más agradable
colorido:
- el entusiasta de su profesión, enamorado de la causa y de las
cuestiones jurídicas inherentes a ella
- el altruista, dispuesto a renunciar de buen grado a sus honorarios
en los casos piadosos
- el fraternal, que ayuda al colega inexperto e imposibilitado
El temperamento congénito del abogado puede ser corregido y
educado debidamente por él mismo mediante un esfuerzo interior, con
el fin de adecuarlo a los principios éticos y las reglas de la
deontología.
LA FUNCION SOCIAL DE LA PROFESION FORENSE:
A) Derecho a la defensa.
B) composición amigable (del litigio).
C) mantenimiento del profesional y su familia.
La abogacía cumple una función social de notable importancia
que se explicita sobre todo a través de una obra de MEDIACION entre
el que juzga y el que es juzgado, entre intereses contrapuestos de
todo tipo.
Esta mediación permite al ciudadano ejercitar un derecho
fundamental de libertad, que es el derecho a la defensa (art. 16 de
la defensa en juicio y 17 de los derechos procesales de la CN) pero
también permitiendo a través del contacto humano que se establece
entre el abogado y el cliente, la eventual amigable composición de
la controversia o del conflicto de intereses.
La profesión forense cobra también relieve, desde el punto
de vista social, como desarrollo de una actividad laboral, que
permite el mantenimiento del profesional y su familiar.
El art. 236 del COJ: La fórmula del juramento aparte de
efectuar una remisión a los conceptos de lealtad, honor y
diligencia, descubre el fin último de la profesión forense, la cual
es “los fines de la justicia y por los intereses superiores de la
nación”.
Se ha dicho que la abogacía no puede cumplir plenamente su
función sino en régimen de completa libertad. Hoy en día además de
la manera tradicional de ejercer la profesión (en forma individual
e independiente), se ejerce en forma conjunta como por ejemplo las
asesorías jurídicas organizadas, existentes junto a grandes
organismos públicos o privados y en las que surge la figura del
abogado-empleado. Estas nuevas formas del arte forense pueden
modificar, al menos en parte, incluso algunas reglas de
comportamiento establecidas ya por la deontología.
Existen diversas clases de abogados (algunas alteraciones
en las reglas deontológicas que deberán adaptarse a la forma de

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trabajar de los profesionales:


- abogado individualista e independiente
- sociedades de abogados, o asesorías jurídicas
- el abogado-funcionario del Estado
ASPECTOS JURIDICOS PARA EL EJERCICIO DE LA PROFESION DE
ABOGADO EN EL PARAGUAY: La legislación vigente (COJ) establece los
requisitos y las incompatibilidades para el ejercicio de la
profesión de abogados y procuradores (art. 87 y sgtes).
CAPITULO II
Articulo 87 y siguientes del COJ.
DE LOS ABOGADOS Y PROCURADORES
Art. 87.- Toda persona física capaz puede gestionar personalmente
en juicio, bajo patrocinio de abogado, sus propios derechos y los
de sus hijos menores, cuya representación tenga. Fuera de estos
casos quien quiera comparecer ante los Juzgados y Tribunales de la
República debe hacerse representar por procuradores o abogados
matriculados.
Art. 88.- Los Jueces y Tribunales no darán curso a los escritos que
se presentaren sin cumplir este requisito. Quedan exceptuadas las
actuaciones ante la Justicia de Paz y las del recurso de Habeas
Corpus, y de Amparo, y otros casos establecidos por leyes
especiales.
Art. 89.- Para ejercer la abogacía ante Jueces y Tribunales se
requiere:
a) título de abogado expedido por una Universidad Nacional, o
extranjera debidamente revalidado; y
b) mayoría de edad, honorabilidad y buena conducta debidamente
justificadas.
Art. 90.- Para ejercer la procuración judicial se requiere título
de procurador judicial o notario expedido por una Universidad
Nacional o extranjera, debidamente revalidado, o haber estado
matriculado con anterioridad a este Código o haber desempeñado con
buena conducta el cargo de Secretario de Juzgado de Primera
Instancia o de un Tribunal, cuando menos dos años.
Art. 91.- A más de los requisitos exigidos en los artículos
anteriores, los abogados y procuradores deberán estar inscriptos en
el libro de matrícula, y haber prestado juramento ante la Corte
Suprema de Justicia. Esta inscripción es de carácter permanente y
sólo podrá ser casada o anulada en los casos y en la forma previstos
en este Código.
Art. 92.- En la solicitud de inscripción, el abogado o procurador
manifestará bajo juramento que no lo afectan las incompatibilidades
previstas por este Código para el ejercicio de la profesión.
Art. 93.- Cumplidos los requisitos enunciados, la Corte Suprema de
Justicia, previo examen de los documentos presentados, concederá o
denegará la inscripción dentro de los ocho días. Transcurrido este
plazo sin que la Corte se pronuncie se reputará inscripto en la
matrícula al profesional. Contra la Resolución denegatoria, que
debe ser fundada, corresponderá al recurso de reposición. Concedida
la inscripción se fijará días y hora para que el recurrente preste
juramento de ley ante el Presidente o un Miembro.
Art. 94.- La Corte Suprema de Justicia casará o anulará la matrícula
del abogado o procurador por mala conducta, faltas graves en el
ejercicio de la profesión, incapacidad física o mental inhabilitante
debidamente comprobada, o por condena judicial que importe
inhabilitación para el ejercicio de la profesión, o por la
existencia de alguna de las incompatibilidades previstas en este
Código.
El procedimiento para la casación de la matrícula será
establecido por la ley para el enjuiciamiento de magistrados
judiciales, sin perjuicio de la suspensión del abogado o procurador
en el ejercicio de su profesión durante la substanciación, cuando
mediaren presunciones graves.
Art. 95.- Los abogados y procuradores tienen el derecho de cobrar
honorarios por sus servicios profesionales en la forma que

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determinen las disposiciones legales respectivas.


Art. 96.- Los abogados y procuradores responderán a sus mandantes
de los perjuicios que les causaren por falta, descuido, negligencia
o infidelidad en el desempeño de su mandato.
INCOMPATIBILIDADES
Art. 97.- El ejercicio de la profesión de abogado o procurador es
incompatible con la calidad de funcionario público dependiente del
Poder Ejecutivo o Judicial, o miembro de las Fuerzas Armadas y
Policiales en servicio activo.
Esta prohibición no rige:
a) cuando se trate de asuntos propios o de sus padres, esposas,
hijos menores de edad, o personas bajo su tutela o curatela;
b) para el ejercicio de la docencia; y,
c) para los asesores jurídicos del Poder Ejecutivo y de entidades
autónomas o autárquicas, y para los abogados incorporados al
Servicio de la Justicia Militar.
No podrán matricularse como abogado quienes ejercen la
profesión de Notario y Escribano Público.
Art. 98.- Las incompatibilidades previstas en este Código que
afecten a los abogados y procuradores, podrán ser denunciadas al
magistrado de la causa por las partes, quien después de oir al
afectado elevará la denuncia a la Corte Suprema de Justicia a los
efectos que hubiere lugar.
El abogado, finalmente, tiene el deber de convertir la norma
jurídica abstracta en concreta, aplicándola a caso singular, dentro
de los límites establecidos por principios, intereses y valores
consagrados en el sistema de salvaguarda y la defensa de los
derechos del hombre.

CAPITULO 4: LA NORMACION DEONTOLOGICA DE LA PROFESION FORENSE.


EN EL SISTEMA COLEGIAL. EL PROBLEMA DE LA CODIFICACION DE
LA NORMAS DEONTOLOGICAS: Se discute si es oportuno proceder a la
codificación de las normas deontológicas. Este problema se ha tomado
en consideración en algunos sectores profesionales. Por lo que
respecta a la profesión forense, existen algunas colecciones de
principios, reglas y sugerencias en materia deontológica elaboradas
separadamente por algún consejo de la orden e incluso por
particulares.
A cargo de algunos Consejos de la Orden forense se han
realizado colecciones deontológicas, entre las que podemos citar:
- las del Consejo de la Orden de Padua.
- la de Pistoia.
- Avezzano.
- Vibo Valentia.
- Ferrara.
- Roma.
- Bari.
- Parlemo.
- Mondoví.
El código deontológico de contenido más amplio es el
redactado en 1969 por diez Consejos de la Orden forense en
LOMBARDIA.
También es importante señalar una “colección de normas de
comportamiento profesional” sugerida por una comisión de abogados
de Milan, que contiene reglas, consejos y sugerencias de carácter
práctico referentes a los comportamientos del abogado, expuestos
según los principios de la ética forense.
Existe también un Código Internacional de Deontología
Forense aprobado en el congreso de Oslo en 1956.
Critica: Contra la codificación se ha expuesto que corre el
riesgo de cristalizar principios y reglas relativos a
comportamientos que exigen, por el contrario, una gran elasticidad
de autodeterminación. En efecto, la deontología, si bien esta

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anclada en las exigencias de la vida profesional, está también


directamente unida a la moral usual, la cual es mutable y varía
según las circunstancias.
A favor: Tal situación, por otra parte, no impide que se
puedan determinar unos puntos firmes de referencia a los que adecuar
el propio comportamiento según las necesidades del caso.
Crítica: Se ha objetado también que al atribuir al ente
profesional la obligación de dictar normas en materia deontológica
profesional, se corre el riesgo de dar lugar a abusos o lagunas.
A favor: Este problema de técnica jurídica queda resuelto
si se tiene presente la exigencia de proceder democráticamente a la
formulación de las normas que regulan aspectos nuevos de la vida
profesional, mientras que para los demás se ha de seguir el normal
procedimiento de verificación.
LAS NORMAS DE LA DEONTOLOGIA JURIDICA FORENSE Y SU
NATURALEZA JURIDICA: El problema de la juridicidad de las normas
deontológicas se ha planteado y resuelto de varias maneras.
- Quienes contestan su juridicidad se basan en una observación
elemental, al constatar que aquéllas no provienen del Estado,
sino del ordenamiento profesional.
- Otros, remitiéndose a la intrínseca juridicidad de este último
(considerado como institución u ordenamiento jurídico particular)
o recurriendo a la teoría del hecho normativo, llegan a
conclusiones opuestas.
Ahora bien, si es cierto que el ordenamiento profesional es
una institución en sentido técnico-jurídico, reconocida por el
Estado, que en sus leyes hace una remisión expresa a criterios y
conceptos de naturaleza deontológica, dejando al ente profesional
la tarea de concretarlas para la valoración de los comportamientos
del profesional, de ello se deduce que el ente profesional no sólo
tiene el poder de enjuiciar y reprimir los comportamientos
computados lesivos a sus fines institucionales, sino también el
deber de sacar a la luz y hacer públicos, previa verificación, los
criterios y normas que presiden tales comportamientos.
Bajo este aspecto no se puede negar, la intrínseca
juridicidad de tales normas, además la juridicidad formal y
sustancial según el ordenamiento jurídico general.
En cuanto al intento de clasificación de las normas
deontológicas mediante su inserción en las categorías jurídicas
tradicionales, es necesario considerarlas en relación al origen. La
muy compleja situación hace difícil la catalogación de las normas
deontológicas, se podrían incluir en la muy amplia y elástica
categoría de las llamadas “REGLAS SOCIALES” o en la igualmente
flexible “NORMAS INTERNAS”, o quizás mejor, entre los “REGLAMENTOS
ADMINISTRATIVOS INTERNOS”.
DESTINATARIOS Y EFICACIA DE LAS NORMAS DEONTOLOGICAS: Los
destinatarios de la normativa deontológica son solamente LOS
INSCRIPTOS en el registro profesional.
Quedan, pues excluidos de ella sus clientes y los abogados
egresados no inscriptos.
La eficacia de tales normas depende, ante todo, de su
naturaleza:
Legal= tiene eficacia general e inderogable a causa de su naturaleza
imperativa.
Profesional= las normas internas dictadas por el ente profesional
que, como se ha dicho, limitan su eficacia a los inscriptos en el
registro profesional, son coercitivas indirectamente a través de
sanciones disciplinarias.
Consuetudinaria= las normas no escritas, en cuanto que estén
consolidadas como costumbres o uso normativo profesional, gozan de
la misma coercibilidad.
RELACIONES ENTRE EL ORDENAMIENTO JURIDICO ESTATAL Y
EXTRAJURIDICO PROFESIONAL: El ejercicio de la profesión forense en
el Paraguay se encuentra legislado en el capítulo II art. 87 al 96

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del COJ (auxiliares de la justicia).


CAPITULO II: DE LOS ABOGADOS Y PROCURADORES.
Art.87.- Toda persona física capaz puede gestionar personalmente en
juicio, bajo patrocinio de abogado, sus propios derechos y los de
sus hijos menores, cuya representación tenga. Fuera de estos casos
quien quiera comparecer ante los Juzgados y Tribunales de la
República debe hacerse representar por procuradores o abogados
matriculados.
Art.88.- Los Jueces y Tribunales no darán curso a los escritos que
se presentaren sin cumplir este requisito. Quedan exceptuadas las
actuaciones ante la Justicia de Paz y las del recurso de Habeas
Corpus, y de Amparo, y otros casos establecidos por leyes
especiales.
Art.89.- Para ejercer la abogacía ante Jueces y Tribunales se
requiere:
a) título de abogado expedido por una Universidad Nacional, o
extranjera debidamente revalidado; y
b) mayoría de edad, honorabilidad y buena conducta debidamente
justificadas.
Art.90.- Para ejercer la procuración judicial se requiere título de
procurador judicial o notario expedido por una Universidad Nacional
o extranjera, debidamente revalidado, o haber estado matriculado
con anterioridad a este Código o haber desempeñado con buena
conducta el cargo de Secretario de Juzgado de Primera Instancia o
de un Tribunal, cuando menos dos años.
Art.91.- A más de los requisitos exigidos en los artículos
anteriores, los abogados y procuradores deberán estar inscriptos en
el libro de matrícula, y haber prestado juramento ante la Corte
Suprema de Justicia. Esta inscripción es de carácter permanente y
sólo podrá ser casada o anulada en los casos y en la forma previstos
en este Código.
Art.92.- En la solicitud de inscripción, el abogado o procurador
manifestará bajo juramento que no lo afectan las incompatibilidades
previstas por este Código para el ejercicio de la profesión.
Art.93.- Cumplidos los requisitos enunciados, la Corte Suprema de
Justicia, previo examen de los documentos presentados, concederá o
denegará la inscripción dentro de los ocho días. Transcurrido este
plazo sin que la Corte se pronuncie se reputará inscripto en la
matrícula al profesional. Contra la Resolución denegatoria, que
debe ser fundada, corresponderá al recurso de reposición. Concedida
la inscripción se fijará días y hora para que el recurrente preste
juramento de ley ante el Presidente o un Miembro.
Art.94.- La Corte Suprema de Justicia casará o anulará la matrícula
del abogado o procurador por mala conducta, faltas graves en el
ejercicio de la profesión, incapacidad física o mental inhabilitante
debidamente comprobada, o por condena judicial que importe
inhabilitación para el ejercicio de la profesión, o por la
existencia de alguna de las incompatibilidades previstas en este
Código.
El procedimiento para la casación de la matrícula será el
establecidos por la ley para el enjuiciamiento de magistrados
judiciales, sin perjuicio de la suspensión del abogado o procurador
en el ejercicio de su profesión durante la substanciación, cuando
mediaren presunciones graves.
Art.95.- Los abogados y procuradores tienen el derecho de cobrar
honorarios por sus servicios profesionales en la forma que
determinen las disposiciones legales respectivas.
Art.96.- Los abogados y procuradores responderán a sus mandantes de
los perjuicios que les causaren por falta, descuido, negligencia o
infidelidad en el desempeño de su mandato.
La estructura y el funcionamiento de sus respectivos órganos
profesionales no están regulados, sino por los ESTATUTOS SOCIALES
DE LAS ENTIDADES O ASOCIACIONES GREMIALES DE ABOGADOS.
La CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ejerce la SUPERINTENDENCIA y
LA POTESTAD DISCIPLINARIA (art. 232 al 237 COJ).

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Art. 232.- La Corte Suprema de Justicia ejerce superintendencia y


potestad disciplinaria sobre todos los Tribunales, Juzgados y demás
oficinas del Poder Judicial.
La Superintendencia comprende las siguientes atribuciones:
a) dictar los Reglamentos Internos de la Administración de Justicia,
para asegurar el orden, disciplina y buen desempeño de los cargos
judiciales;
b) dictar disposiciones para la ordenada tramitación de los juicios
y el pronunciamiento de los fallos en los términos de ley;
c) cumplir y hacer cumplir dichos reglamentos y disposiciones;
establecer y aplicar medidas disciplinarias en los casos de
infracción;
d) exigir la remisión de memorias demostrativas del movimiento y
otros informes a los Juzgados, Tribunales y oficinas de su
dependencia;
e) otorgar o denegar licencias a los Miembros de los Tribunales,
Jueces, Miembros de la Defensa Pública y empleados subalternos;
Notarios y Escribanos Públicos; y,
f) determinar los deberes y atribuciones de los funcionarios y
empleados subalternos cuyas funciones no estén establecidos en la
ley.
Art. 233.- La Corte Suprema de Justicia sancionará los actos
ofensivos al decoro de la Administración de Justicia, la
desobediencia de sus mandatos y la negligencia en el cumplimiento
de sus deberes de los Miembros de los Tribunales, Jueces, Defensores
y empleados subalternos, imponiéndoles medidas disciplinarias, que
podrán consistir en amonestaciones o apercibimiento, en multas hasta
treinta jornales mínimo legal para actividades diversas no
especificadas en la Capital de la República y suspensión temporaria
que no exceda de un mes.
Art. 234.- Los Tribunales y Juzgados en su respectivo orden
jerárquico, podrán sancionar disciplinariamente las mismas faltas.
Los Jueces pueden ser pasibles de apercibimiento o multas que no
excedan de quince jornales mínimo legal para actividades diversas
no especificadas en la Capital de la República, y los empleados
subalternos de las mismas sanciones o la de suspensión temporaria
aplicada por la Corte Suprema de Justicia.
Art. 235.- Los Jefes del Ministerio de la Defensa Pública y del
Ministerio Pupilar ejercerán la superintendencia directa sobre los
funcionarios dependientes de ellos y velarán por el cumplimiento de
sus deberes, examinando las quejas que se promuevan contra éstos
por inacción o retardo en el ejercicio de sus funciones.
Podrán apercibirlos y amonestarlos y solicitarán, cuando fuere
necesario, su suspensión temporaria u otras medidas disciplinarias
a la Corte Suprema de Justicia.
Art. 236.- Los Tribunales y Juzgados podrán sancionar con
apercibimiento, multas o arrestos las faltas de los litigantes, sus
abogados o procuradores u otras personas cometan contra su autoridad
o decoro en las audiencias, en los escritos, en el diligenciamiento
de sus mandatos u órdenes, o en cualquier otra circunstancia con
motivo del ejercicio de sus funciones.
Las multas no podrán exceder de treinta jornales mínimo
legal para actividades diversas no especificadas en la Capital de
la República ni el arresto de veinte días. Este último podrá ser
domiciliario.
Los Jueces de Paz podrán aplicar apercibimientos y multas
hasta quince jornales mínimo legal para actividades diversas no
especificadas en la Capital de la República.
El importe de las multas será depositado en el Banco Central
del Paraguay en una Cuenta Especial abierta a la orden de la Corte
Suprema de Justicia, y destinado a mejoras en la administración de
justicia.
Art. 237.- La Policía en la sede del Poder Judicial estará bajo las
órdenes de la Corte Suprema de Justicia. Sin perjuicio de ella,
cuando los Tribunales y Juzgados funcionaren en otros locales, la

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Policía de éstos corresponderá al Tribunal o al Juzgado, en su caso.


EN EL SISTEMA LEGAL: Los Artículos: 259 de la Constitución
Nacional.
Artículo 259 - DE LOS DEBERES Y DE LAS ATRIBUCIONES: Son
deberes y atribuciones de la Corte Suprema de Justicia:
1. ejercer la superintendencia de todos los organismos del Poder
Judicial y decidir, en instancia única, los conflictos de
jurisdicción y de competencia, conforme con la ley;
2. dictar su propio reglamento interno. Presentar anualmente, una
memoria sobre las gestiones realizadas, el Estado, y las necesidades
de la justicia nacional a los Poderes Ejecutivo y Legislativo;
3. conocer y resolver en los recursos ordinarios que la ley
determine;
4. conocer y resolver, en instancia original, los hábeas corpus,
sin perjuicio de la competencia de otros jueces o tribunales;
5. conocer y resolver sobre inconstitucionalidad;
6. conocer y resolver en el recurso de casación, en la forma y
medida que establezca la ley;
7. suspender preventivamente por sí o a pedido del Jurado de
Enjuiciamiento de Magistrados por mayoría absoluta de votos de sus
miembros, en el ejercicio de sus funciones, a magistrados judiciales
enjuiciados, hasta tanto se dicte resolución definitiva en el caso;
8. supervisar los institutos de detención y reclusión;
9. entender en las contiendas de competencias entre el Poder
Ejecutivo y los gobiernos departamentales y entre éstos y los
municipios, y
10. los demás deberes y atribuciones que fije esta Constitución y
las leyes.
Art. 27 del Código Organización Judicial.
Artículo.27.- La Corte Suprema de Justicia, además de la potestad
de juzgar, ejercerá la superintendencia, con poder disciplinario
sobre los Tribunales, Juzgados, Auxiliares de la Justicia y las
oficinas dependientes del Poder Judicial.
Ejercerá la facultad de superintendencia a través de los
Tribunales de Apelación de las Circunscripciones Judiciales del
interior sobre los Juzgados y oficinas existentes en dicha
jurisdicción.
Art. 3º inc. b) de la Ley 609/95 “Que organiza la Corte
Suprema de Justicia”.
Artículo 3°.- Deberes y atribuciones. Son deberes y atribuciones de
la Corte Suprema de Justicia, en pleno:
a) Interpretar, cumplir y hacer cumplir la Constitución, la ley, el
reglamento interno, las acordadas y las resoluciones; y velar por
el cumplimiento de los deberes establecidos para los jueces;
b) Dictar su propio reglamento interno, las acordadas, y todos los
actos que fueren necesarios para la mejor organización y eficiencia
de la administración de justicia.
c) Designar de las ternas respectivas, a los miembros de los
tribunales, jueces y agentes fiscales.
d) Suspender preventivamente, por sí o a pedido del Jurado de
Enjuiciamiento de Magistrados por mayoría absoluta de votos de sus
miembros, en el ejercicio de sus funciones, a magistrados judiciales
enjuiciados, hasta tanto se dicte resolución definitiva en el caso,
sin perjuicio de las medidas que puedan ser adoptadas con motivo
del ejercicio de facultades disciplinarias;
e) Recibir en sesión plenaria o por intermedio de su Presidente o
de cualesquiera de los vicepresidentes, el juramento o promesa de
magistrados judiciales, agentes fiscales y de otros funcionarios
previstos en la Constitución o las leyes.
f) Designar a los Ministros de la Corte Suprema de Justicia que
integrarán el Consejo de la Magistratura y el Jurado de
Enjuiciamiento de Magistrados;
g) Conocer y decidir en la recusación con causa, excusación e
impugnación de excusación de sus ministros, cuando éstos actúen en
pleno. Toda excusación deberá ser fundada. En ningún caso se

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admitirá la recusación sin expresión de causa


h) Conocer y decidir de conformidad con la ley, en única instancia,
en los conflictos de jurisdicción; en las contiendas de competencia
entre el Poder Ejecutivo y los Gobiernos Departamentales, entre
éstos entre sí; entre los Gobiernos Departamentales y las
Municipalidades, y las suscitadas entre éstas. Igualmente decidirá
las contiendas de competencia entre los fueros civil y militar
i) Conocer y decidir en procedimiento sumarísimo en los recursos y
acciones que se interpongan o promuevan contra resoluciones del
Tribunal Superior de Justicia Electoral, de acuerdo con el artículo
275 de la Constitución y en los casos previstos en la legislación
electoral;
j) Elaborar el anteproyecto de presupuesto del Poder Judicial.
k) Presentar en el mes de febrero una memoria de las gestiones
realizadas durante el año anterior, sobre el estado y las
necesidades del Poder Judicial, a los Poderes Ejecutivo y
Legislativo.
l) Iniciar y presentar proyectos de ley que tengan relación con la
organización y funcionamiento de la administración de justicia y de
los auxiliares de la justicia.
m) Conocer en las cuestiones que deriven del derecho de asilo y en
los casos de adquisición y readquisición de nacionalidad, así como
sobre la suspensión de la ciudadanía.
n) Designar a los funcionarios y empleados del Poder Judicial.
ñ) Nombrar, a propuesta del Consejo de Superintendencia de Justicia,
al Superintendente General de Justicia.
o) Remover al Superintendente General de Justicia.
p) Los demás deberes y atribuciones que establezcan la Constitución
o la ley, y no correspondan a los de alguna de sus salas.
Art. 306 del Código Penal en vigor desde el 26 de Noviembre
de 1998.
ART. 306. TRAICION A LA PARTE: El abogado o procurador que
debiendo representar a una sola parte, mediante consejo o asistencia
técnica, prestará servicios a ambas partes en el mismo asunto
jurídico, será castigado con pena privativa de libertad de hasta 5
años o multa.
EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO: POSIBILIDAD Y CONVENIENCIA: Un
código deontológico es un conjunto de normas y deberes dirigidos a
un colectivo de profesionales para guiar el ejercicio de su
profesión desde una perspectiva ética. Por tanto, en un documento
de esta índole no se hace referencia necesariamente a como son los
hechos de las cosas, sino a como debieran ser, a cuáles son los
valores que deben alumbrar nuestra práctica diaria. No se trata
ahora de establecer cuál es la mejor técnica o como funciona tal o
cual material, se trata de definir lo que está bien o lo que está
mal, aquél comportamiento que es el más correcto en nuestra
actividad profesional.
Los códigos deontológicos quizás sean los mecanismos de
autorregulación más conocidos que se pueden poner en marcha en el
ámbito de la comunicación social, la psicología, la medicina, entre
otras profesiones, pero no son el único instrumento: libros de
estilo, estatutos de redacción, convenios, etc. todos contribuyen
a que una comunidad profesional fije sus propios límites, en muchos
países esta regulación es a través de colegios profesionales.
Toda comunidad profesional trata de mantener determinados
niveles de exigencia, de competencia y de calidad en el trabajo.
Por ello, controla y supervisa, de alguna manera, la
integración de nuevos miembros y el adecuado ejercicio de las tareas
propias de su profesión. En este sentido, algunas profesiones
elaboran códigos profesionales donde se especifican consideraciones
morales acerca de aspectos complejos de la vida profesional y donde,
generalmente, se contemplan sanciones para el supuesto caso de que
alguien viole abiertamente el espíritu de dicho código deontológico.
Por supuesto, los códigos deontológicos no siempre se
cumplen, y aunque se respeten, no queda muy claro quién esté

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encargado de velar por su cumplimiento ni cuáles son las sanciones


para quienes los vulneren, ni quién debe imponerlas. Para mantener
el cumplimiento del código deontológico de las distintas profesiones
es habitual la creación de un colegio profesional. Las normas
dictadas en el código deontológico son previamente pactadas y
aprobadas de manera común y unánime por todos los miembros de la
profesión para la que se elaboran. Son, por tanto, pautas de
conducta a seguir cuyo objetivo es realizar un determinado trabajo
de forma correcta, adecuada y eficiente.
CÓDIGO INTERNACIONAL DE DEONTOLOGÍA FORENSE: ARTÍCULO 1.
Este Código de Etica Internacional no intenta en modo alguno derogar
las reglas nacionales o locales vigentes de ética legal ni las que
se adopten ocasionalmente. Un abogado no sólo deberá cumplir los
deberes que le imponen sus leyes nacionales y locales, sino que
deberá también esforzarse por observar las leyes vigentes en los
demás países en que actúe cuando intervenga en un caso de carácter
internacional.
ARTÍCULO 2. Un abogado deberá en todo momento mantener el honor y
la dignidad de su profesión.
Deberá, tanto en su actividad profesional como en su vida privada,
abstenerse de toda conducta que pueda redundar en descrédito de la
profesión a que pertenece.
ARTÍCULO 3. Un abogado deberá conservar su independencia en el
cumplimiento de su deber profesional.
Un abogado no deberá aceptar ningún otro negocio u ocupación si al
hacerlo ha de dejar de ser independiente.
ARTÍCULO 4. Un abogado deberá tratar a sus compañeros con la máxima
cortesía y caballerosidad.
Un abogado que se compromete a prestar ayuda a un compañero
extranjero tendrá siempre en cuenta que su compañero extranjero
tiene que depender de él en una proporción mucho mayor que cuando
se trate de dos abogados del mismo país. Por consiguiente, su
responsabilidad es mucho mayor tanto al asesorar como al actuar en
un asunto.
Por esta razón no se debe aceptar un caso para el que, por
cualquier motivo, el abogado en cuestión carece de competencia, o
un caso que no pueda despachar con rapidez necesaria, debido, por
ejemplo, a la premura de otros trabajos.
ARTÍCULO 5. Se reconocerá a toda comunicación oral o escrita entre
abogados un carácter confidencial a menos que en ella se hagan
ciertas promesas o se reconozca algo en nombre de un cliente.
ARTÍCULO 6. Un abogado deberá siempre guardar el debido respeto al
Tribunal.
Un abogado deberá defender sin temor los intereses de su
cliente y sin tener en cuenta cualesquiera consecuencias
desagradables que puedan derivarse para él o para otra persona.
Un abogado no suministrará nunca información inexacta al
Tribunal.
Un abogado no defenderá nunca un caso de cuya justicia no
esté firmemente convencido ni dará un consejo que en cualquier
aspecto sea contrario a la Ley.
ARTÍCULO 7. Se considerará incorrecto en un abogado el ponerse en
comunicación, en un caso particular, directamente con cualquier
persona que él sepa que está representada en dicho caso por un
abogado. Esta regla se aplica tanto a la parte contraria como a los
clientes en cuyo nombre ha sido consultado por otro abogado.
ARTÍCULO 8. Un abogado no deberá nunca pedir un asunto y no debe
consentir nunca en encargarse de un caso, a menos que ello sea a
petición directa de la parte interesada. Sin embargo, es correcto
en un abogado encargarse de un caso que le sea confiado por un
organismo competente o que le sea enviado por otro abogado, o del
cual se encargue por cualquier otro modo admitido por sus leyes o
reglas locales.
ARTÍCULO 9. Un abogado deberá dar siempre a su cliente una opinión
franca sobre cualquier asunto. Prestará su ayuda con cuidado y

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diligencia escrupulosos. Esto se refiere también al caso en que sea


nombrado abogado de una persona indigente. Un abogado deberá ser
libre en todo momento de rehusar o aceptar un asunto, a menos que
sea nombrado para el mismo por un organismo competente.
Un abogado debe retirarse de un asunto durante su
tramitación sólo por un motivo justificado y a ser posible de tal
manera que los intereses del cliente no resulten perjudicados. La
defensa leal del asunto de un cliente no debe impulsar al abogado
a no ser completamente sincero o a ir contra la ley.
ARTÍCULO 10. Un abogado deberá siempre esforzarse por llegar a una
solución mediante un arreglo extrajudicial antes que iniciar un
procedimiento judicial.
Un abogado no debe estimular nunca a que se vaya a pleito.
ARTÍCULO 11. Un abogado no debe adquirir ningún interés económico
en un asunto que está dirigiendo o que ha dirigido. Tampoco deberá
adquirir, directa o indirectamente, bienes respecto de los cuales
pende un litigio ante el Tribunal en que él actúa.
ARTÍCULO 12. Un abogado no debe representar nunca intereses
opuestos. Esto se aplicará también a todos los miembros de una firma
o sociedad de abogados.
ARTÍCULO 13. Un abogado no debe revelar nunca lo que le ha comunicado
confidencialmente como tal abogado, ni siquiera después de haber
terminado de asesorar a su cliente. Este deber se extiende a sus
socios, pasantes y empleados.
ARTÍCULO 14. En materias pecunarias, un abogado debe ser puntual y
diligente en extremo.
No deberá mezclar los fondos de los demás con los suyos y
deberá estar en condiciones, en todo momento, de devolver el dinero
que tiene en nombre de otros.
No deberá retener el dinero que ha recibido para su cliente
durante más tiempo que el que sea absolutamente necesario.
ARTÍCULO 15. Un abogado puede pedir que se constituya un depósito
para cubrir sus gastos; pero el depósito estará de acuerdo con la
cantidad que se calcule para sus honorarios y probables gastos y
trabajos requeridos.
ARTÍCULO 16. Un abogado no debe olvidar nunca que no debe poner en
primer lugar su derecho a que le paguen sus servicios, sino el
interés de su cliente y las exigencias de la administración de
justicia. Su derecho a pedir un depósito o a demandar el pago de
sus servicios, sin lo cual él puede apartarse de un asunto o negarse
a hacerse cargo del mismo, no se debe ejercer nunca en un momento
en que el cliente o presunto cliente no pueda obtener otra ayuda a
tiempo de impedir que se le cause un daño irreparable. A falta de
tarifas oficiales, o si éstas son aplicables, los honorarios de los
abogados se deben fijar teniendo en cuenta la cuantía del asunto
discutido y el interés que el asunto represente para el cliente, el
tiempo y el trabajo exigidos y todas las demás circunstancias
personales y de hecho del asunto.
ARTÍCULO 17. Un contrato sobre honorarios aleatorios o contingentes,
donde la ley lo admita, deberá ser razonable teniendo en cuenta
todas las circunstancias del asunto, incluso el riesgo e inseguridad
del pago, y estará sujeto a la revisión del Tribunal en cuanto a si
es o no razonable.
ARTÍCULO 18. Un abogado que encargue a un colega extranjero que le
aconseje en un asunto o que coopere en llevarlo es responsable del
pago de la cuenta del último.
Cuando un abogado envíe un cliente a un colega extranjero, no será
responsable del pago de la cuenta del último, pero tampoco tendrá
derecho a una participación en los honorarios de este colega
extranjero.
ARTÍCULO 19. Es contrario a la dignidad de un abogado recurrir al
anuncio.
ARTÍCULO 20. Ningún abogado deberá permitir que se use su nombre o
sus servicios profesionales de cualquier modo que haga posible la
práctica del derecho a personas que no están legalmente autorizadas

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para hacerlos.
EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL COADEM (COLEGIOS DE ABOGADOS DEL
MERCOSUR): En la sesión plenaria del COADEM (Colegios y Ordenes de
Abogados del MERCOSUR) celebrada en Ciudad del Este, (República del
Paraguay), en abril de 1995 se resolvió proyectar un código de
normas de Etica para Abogacía del Mercosur, designándose a tal
efecto un comité con representantes de los cuatro estados parte
para cumplir ese cometido.
El Comité trabajó sobre la base de las siguientes fuentes:
1.- CODIGO DEODONTOLOGIA JURIDICA DE LA COMUNIDAD EUROPEA.
2.- PROYECTO DE CODIGO DE ETICA PROFESIONAL DE LA ABOGACIA
IBEROAMERICANA (UIBA), APROBADO EN MAR DEL PLATA (R.A.) EL 24 DE
NOVIEMBRE DE 1984.
3.- NORMAS DE ETICA PROFESIONAL DEL ABOGADO DE LA FEDERACION
ARGENTINA DE COLEGIOS DE ABOGADOS.
4.- CODIGO DE ETICA Y DISCIPLINA DE LA ORDEN DE ABOGADOS DEL BRASIL,
APROBADO EL 13 DE FEBRERO DE 1995.
5.- NORMAS DEONTOLOGICAS FUNDAMENTALES DEL COLEGIO DE ABOGADOS DEL
URUGUAY (1986).
El proyecto elaborado, reproduce en forma textual varias de
las normas de las fuentes citadas, por considerar que debe tenderse
a una unificación posible de textos.
El proyecto que se elevó consta de:
1.- PREAMBULO
2.- REGLAS PARA LA APLICACIÓN DE ESTE CODIGO
3.- DEBERES DEL ABOGADO
4.- RELACIONES CON EL CLIENTE
5.- DE LOS HONORARIOS
6.- DEBERES CON LOS COLEGAS
7.-DISPOCICIONES GENERALES
8.- PROCEDIMIENTOS DISCIPLINARIOS
9.- REGISTRO CENTRALIZADO DE SANCIONES DISCPLINARIAS
CODIGO DE ETICA DE LA ABOGACIA DEL MERCOSUR: PREAMBULO.
Misión del abogado en el ámbito comunitario: Conscientes de
que los abogados del Mercosur, están llamados a jugar un relevante
papel en el proceso de formación de un mercado comunitario, tanto
en el asesoramiento de los agentes que han de impulsarlo, como en
la solución de controversias que el mismo genere; pero también en
la consolidación de este espacio comunitario bajo el imperio del
derecho, el respeto de los derechos humanos y la vigencia de la
democracia.
Objetivo de este Código: Los abogados del Mercosur hemos
acordado el Código de Normas de Etica destinado a regir la conducta
de los abogados de los Estados Parte, adoptando y haciendo suyos
todos los principios y normas deontológicos contenidos en los
códigos y reglamentos nacionales, prácticas y costumbres y los
enunciados en el Código Común de Etica Profesional para los
abogados de Iberoamérica, aprobado en Mar del Plata, República
Argentina el 24 de noviembre de 1984 por la Unión Iberoamericana de
Colegios y agrupaciones de Abogados.
Impulsor de este Código: Las organizaciones nacionales de
los Estados Partes del Mercosur, integrantes de COADEM, herederos
de una tradición común consensúan el presente Código de Normas
Eticas para la Abogacía del Mercosur el que es aprobado y sancionado
por el Comité Ejecutivo del COADEM, con mandato especial para cada
representación nacional.
REGLAS PARA LA APLICACIÓN DE ESTE CODIGO. 1.- Ambito de
aplicación. 1.1.- Ambito temporal. El presente Código entrará en
vigencia cuando lo hayan aprobado las organizaciones de abogados de
al menos tres de los Estados Partes y a los noventa días de su
sanción por el Comité Ejecutivo. 1.2.- Ambito personal: Las
disposiciones de este Código son aplicables a todos los abogados
integrantes de los Colegios y/o ordenes y/o Asociaciones de Abogados
del Mercosur, sin perjuicio de las de sus propios reglamentos y
costumbres en materia disciplinaria. 1.3.- Ambito normativo: El

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presente Código no deroga los Códigos o Normas de Etica vigentes en


cada estado parte, las que tendrán preferente aplicación en dichos
ámbitos. 1.4.- Ambito material: Se consideran, a los efectos de
este Código, como actuaciones transfronterizas del abogado, las
siguientes:
a) toda relación profesional con un abogado de otro Estado Parte
b) las actividades del abogado en otro Estado Parte, incluso si el
abogado no llega a trasladarse a dicho Estado.
Definiciones: A los efectos de la aplicación de este Código
se establece el significado de los siguientes términos:
Abogado: profesional habilitado para el ejercicio del patrocinio,
representación y asesoramiento en materia legal y judicial;
Actuación nacional del abogado: es aquella actuación profesional
orientada a tener efectos directos en otro Estado Parte de origen
del abogado actuante;
Actuación Transfronteriza del abogado: es aquella actuación
profesional orientada a tener efectos directos en otro Estado Parte
distinto del de origen del abogado actuante;
Lugar de actuación del abogado: es el lugar al cual está destinado
su asesoramiento, representación o patrocinio;
Medio fehaciente: es aquél cuya datación o realización pueda
acreditarse de manera efectiva;
Estado Parte de Origen: es el Estado Parte del Mercosur o asociado
a éste, al cual pertenece el abogado actuante;
Estado parte de Acogida: es el Estado Parte del Mercosur o asociado
a éste, diverso del Estado de Origen al cual pertenece el abogado
actuante;
Domicilio Habitual: es el Estado Parte del Mercosur o asociado a
éste donde el abogado tiene instalado su estudio para funcionar de
manera habitual.
DEBERES DEL ABOGADO: - Principios generales reconocidos por
la abogacía del Mercosur: Es misión del abogado actuar en la defensa
de la dignidad de la persona, de los derechos humanos, el estado de
derecho, y las instituciones democráticas, respetando el orden
jurídico del Estado Parte en el cual actúa.
- Deberes que rigen la actuación transfronteriza de los
abogados del Mercosur: 1.- Preparación para la actuación
transfronteriza: Solo podrán ejercer la abogacía en el Mercosur
aquellos abogados que hubieren obtenido la habilitación en alguno
de los EP, respetando el presente CE y las normas de ética que rigen
en el EP de Acogida. Cuando tuviere dudas acerca de su existencia
o su alcance, deberá consultar a la organización de abogados
competente acerca de las mismas.
El abogado deberá conocer las normas que rigen las
relaciones jurídicas comunitarias, y las normas nacionales del EPA;
en caso de duda deberá solicitar el concurso de colegas
pertenecientes al EPA. 2.- Actuación transfronteriza: En el supuesto
que el abogado actúe en el EPA, con el patrocinio, representación
o asistencia de un abogado del EPO, deberá previamente celebrar por
escrito el convenio que fije con todo detalle, las relaciones entre
ambos colegas, referidas a asunto, o asuntos, honorarios,
información recíproca y trato con el o los clientes, como así
también toda otra particularidad referida a la futura actuación.
3.- Asociaciones entre abogados: Los abogados de los EP podrán
asociarse para ejercer la profesión con sujeción a las normas
legales y colegiales locales del lugar donde se instalen. Dicha
asociación deberá ser comunicada fehacientemente al Colegio u Orden
de Abogados local. Sólo en la medida que lo autoricen las
disposiciones legales y costumbres locales se podrán habilitar
estudios multidisciplinarios. 4.- Deberes generales: Es deber del
abogado actuar con independencia, honestidad, decencia, veracidad,
lealtad, dignidad y buena fe. Velar por su reputación personal y
profesional y estimular la conciliación entre los litigantes,
evitando, siempre que sea posible, la promoción de litigios. 5.-
Incompatibilidades: El abogado que asegure la representación o la

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defensa de un cliente ante la Justicia o las autoridades públicas


de un EPA, observará las reglas de incompatibilidad aplicables a
los abogados en dicho EP. El abogado establecido en un EPA que desee
dedicarse personalmente a una actividad comercial o a cualquier
otra actividad distinta de su profesión de abogado, estará obligado
a respetar las reglas de incompatibilidad aplicables a los abogados
de dicho EP. 6.- Deber de asistencia: Con sujeción a las normas y
costumbres locales, el abogado debe prestar asesoramiento a toda
persona, carente de recursos, urgida o necesitada. 7.- Publicidad:
La publicidad del abogado debe ser discreta y moderada. Sólo podrá
contener su título profesional, Universidad de que obtuvo su
graduación, inscripción en el Colegio u Orden a la que pertenece,
dirección, horario de atención, especialidad de la rama del derecho
que ejerce.
El anuncio o publicación del abogado no debe mencionar
directa o indirectamente, cualquier cargo, función pública, o
relación de empleo actual o anterior.
El anuncio no debe contener fotografías, ilustraciones,
colores, figuras, diseños, logotipos, marcas o símbolos
incompatibles con la sobriedad de la abogacía, salvo aquellos que
fueren autorizados por el Colegio u Orden del lugar de actuación.
Están prohibidas las referencias a los servicios, tarifas,
facilidades o formas de pago de los honorarios.
El abogado que eventualmente participe de un programa de
televisión o de radio, de entrevistas a la prensa o de reportajes
por cualquier medio de difusión debe referirse exclusivamente a
objetivos ilustrativos, educacionales o instructivos, quedándole
vedada su promoción personal o profesional, o los métodos de trabajo
que utilice.
Está prohibido al abogado pronunciarse a través de los
medios de comunicación sobre asuntos que estén bajo su patrocinio,
o sobre la actuación de otros colegas, salvo que sea para cumplir
los fines previstos en el párrafo anterior. 8.- Secreto profesional:
La obligación del secreto profesional se extiende a las confidencias
del cliente, a las del adversario, a las de los colegas, a las que
resulten de entrevistas para conciliar, mediar, o transar y a las
de terceras personas, hechas al abogado en razón de su ministerio.
La obligación de secreto profesional cede a las necesidades
de defensa personal del abogado, cuando es acusado por su cliente,
empleados, o terceros, en cuyo caso podrá revelar lo indispensable
a su defensa.
RELACIONES CON EL CLIENTE: 1.- Información: El abogado debe
informar al cliente en forma clara y precisa los eventuales riesgos
de sus pretensiones y las consecuencias de su actuación,
absteniéndose de pronosticar el resultado de su gestión o el éxito
de la misma. 2.- Comunicaciones: Se presumen confidenciales las
comunicaciones epistolares entre abogado y cliente, las que no
pueden ser reveladas a terceros.
DE LOS HONORARIOS: 1.- Normas legales: Los honorarios
profesionales se ajustarán a las normas legales o usos y costumbres
del lugar de actuación del abogado. Se considera prudente que sean
pactados por escrito con antelación a asumir la representación o el
patrocinio. 2.- Pacto de cuota Litis: En caso de celebrarse pacto
de cuota litis, el mismo no podrá exceder el tope de las normas
legales o los usos y costumbres del lugar de actuación.
DEBERES CON LOS COLEGAS: 1.- Ayuda al nóvel abogado: El
abogado con antigüedad en el ejercicio profesional debe prestar
orientación, y el consejo desinteresado a los noveles abogados que
se lo requieran. 2.- Confidencialidad: La correspondencia entre
abogados es estrictamente confidencial. 3.- Sustitución de un
colega: El abogado no debe aceptar un asunto de quien ya tenga un
abogado anterior, sin previo conocimiento por escrito que deberá
dar a quien reemplace, salvo el caso de medidas urgentes o
improrrogables. 4.- Conflicto entre abogados: Cuando surja un
conflicto personal de carácter profesional entre abogados de

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distintos EP, deberán en primer lugar intentar llegar a una solución


conciliadora. En su defecto, deberán procurar que los colegios u
órdenes a los cuales pertenecen, arbitren los medios para solucionar
el conflicto.
DISPOSICIONES GENERALES: 1.- Modificaciones: Las normas de
este Código sólo podrán ser modificadas por una mayoría absoluta de
las delegaciones nacionales y siempre que las propuestas de
modificación hayan sido enviadas al COADEM con una antelación no
anterior a cuatro meses. 2.- Adhesiones: El presente Código queda
abierto a la adhesión de las organizaciones de las abogacías de los
países asociados al Mercosur.
Procedimiento Disciplinario: Las denuncias por violación a
las normas de ética del lugar donde actúa el abogado del País
miembro de acogida tramitarán ante los Tribunales de Ética y/o
Disciplina, y/o Honor y/o Órgano correspondiente al Colegio, Orden,
Asociación o Delegación Local, con conocimiento previo del Colegio,
Orden o Asociación a que pertenezca el denunciado.
Los procedimientos de la causa serán los que rijan en el
lugar del juzgamiento así como las sanciones que se apliquen serán
las que establezcan las Normas de Etica, Leyes, o Estatutos
correspondientes al Colegio, Orden o Asociación Local.
El Tribunal que juzgue la conducta del abogado del país
miembro de acogida aplicará las normas legales y usos y costumbres
del lugar, las del presente Código y las del Código común de Ética
Profesional de la U.I.B.A.
Registro Centralizado de Sanciones Disciplinarias: Los
Colegios, Órdenes y Asociaciones de Abogados del Mercosur y sus
Delegaciones, deberán comunicar al Comité Ejecutivo del COADEM, las
sanciones disciplinarias impuestas a los abogados, una vez que las
mismas se encuentren firmes y consentidas. La comunicación deberá
efectuarse dentro de los diez días de quedar firme la sanción.
El comité Ejecutivo del COADEM llevará un Registro Centralizado de
las sanciones que les sean comunicadas.
El Registro será de carácter reservado y únicamente se
otorgará información a las autoridades de los Colegios, Órdenes,
Asociaciones de Abogados del Mercosur o sus Delegaciones, a
requerimiento de las mismas.
ANEXO
Modelo de convenio entre abogados de distintos países
miembros.
Entre el Doctor ...matriculado en el Colegio y/u Orden, y/o
Asociación de Abogados de ..., República..., según lo acredita con
el certificado emanado de la Institución que se agrega y forma parte
del presente, constituyendo domicilio especial en la calle...,
ciudad..., República..., en adelante llamado Abogado del país
Miembro de Acogida; y el Doctor..., matriculado en el Colegio y/u
Orden, y/o Asociación de Abogados de..., República ...,según lo
acredita con el certificado emanado de la Institución, que se agrega
y forma parte del presente, constituyendo domicilio especial en la
calle ..., ciudad ..., República ..., en adelante llamado el Abogado
del País Miembro de Origen, se acuerda celebrar el presente
Convenio:
Primero. El Abogado del País Miembro de Acogida encomienda al
Abogado del País Miembro de Origen, la atención del siguiente asunto
Segundo. El Abogado del País Miembro de Origen, ejecutará los
siguientes actos
Tercero. El Abogado del País Miembro de Origen deberá consultar al
abogado del País Miembro de Acogida, antes de su ejecución sobre
las siguientes medidas..........................................
Cuarto. Todas las consultas se formularán y evacuarán por escrito
con indicación clara y precia de las instrucciones requeridas e
indicadas.
Quinto. Ambas partes asumen la obligación de comunicarse
recíprocamente por escrito las entrevistas y resoluciones que tengan
y tomen con el cliente cuyo o cuyos asuntos son objeto del presente

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convenio.
Sexto. El Abogado del País Miembro de Origen se obliga a informar
por escrito al Abogado del País Miembro de Acogida, cada treinta
días hábiles sobre el estado del o de los asuntos encomendados.
Séptimo. El importe de los honorarios del o de los asuntos
encomendados asciende a la suma de ............. dólares
estadounidenses, los que serán coparticipados en las siguientes
proporciones: Abogado del País Miembro de Acogida ...%, Abogado del
País Miembro de Origen...%.
Octavo. El Abogado del País Miembro de Origen formulará una
estimación de los gastos que demande la atención del o los asuntos
y una vez conformada dicha estimación por el Abogado del País
Miembro de Acogida, será suscripto el presente convenio.
Noveno. La Forma de pago de los honorarios convenidos será la
siguiente
Décimo. El Abogado del País Miembro de Acogida deberá celebrar con
su cliente, por escrito, el Convenio de Honorarios, por duplicado,
indicando las proporciones que corresponderán a cada profesional,
y la forma de pago, el que será agregado al presente convenio.
Undécimo. Las comunicaciones entre ambas partes de este convenio,
serán de absoluta reserva y confiabilidad.
Duodécimo. El incumplimiento de cualquiera de las cláusulas del
presente, facultará a la parte cumplidora a dar por resuelto el
mismo, siempre que ello no afecte los intereses del o de los asuntos
que están tramitándose.
Decimotercero. Las partes declaran conocer y someterse a las normas
del Código de Etica para la Abogacía del Mercosur.
Decimocuarto. Para toda cuestión que se suscite sobre la ejecución,
la interpretación y/o resolución de este convenio las partes se
someten a la jurisdicción y competencia del Tribunal General de
Arbitraje entre particulares de COADEM.
Decimoquinto. Cualquiera de las partes, si lo creyere necesario
podrá registrar este convenio en el Colegio y/u Orden y/o Asociación
en la que se encuentre matriculado.

CAPITULO 5: LOS PRINCIPIOS UNIVERSALES DE LA DEONTOLOGIA.


1) OBRA SEGÚN CIENCIA Y CONCIENCIA.
2) EL PRINCIPIO DE PROBIDAD DE LA PROFESION.
PRINCIPIOS UNIVERSALES Y PRINCIPIOS SECTORIALES DE LA
DEONTOLOGIA: La deontología profesional se caracteriza por la
presencia de dos principios de muy amplio alcance, que son
aplicables a todas las profesiones intelectuales libres y se
refieren a múltiples manifestaciones del comportamiento no técnico
del procesional. Ambos son considerados como principios
deontológicos universales.
Junto a ellos existen otros que, aunque tienen un contenido
bastante amplio, no alcanzan las dimensiones de los dos primeros y,
si bien son parte común a varias profesiones, asumen aspectos
particulares cuando van referidas a cada una de ellas, especialmente
en relación a la función social de la actividad tomada en
consideración, por lo que podrían denominarse principios generales
sectoriales. (por ejemplo, el principio de corrección que, aunque
tiene una base común con el de otros sectores profesionales,
presenta caracteres particulares con respecto al ejercicio del arte
forense o la reserva por citar otro). Estos pues son principios
generales caracterizados por su sectorialidad y presentan
obviamente contenido específico más restringido que el de los
llamados universales.
Hay finalmente unos cuantos principios generales que tienen
la característica de ser típicos o exclusivos de una determinada
profesión, por ejemplo, el principio de lealtad procesal, que es
exclusivo de la profesión forense.
OBRA SEGÚN CIENCIA Y CONCIENCIA: Se lo puede definir como
un “principio marco”, porque en su ámbito pueden concluir todos los
comportamientos del profesional.

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La ciencia va referido al ejercicio, efectivo o potencial,


de la profesión, según las reglas técnicas, doctrinas científicas
y experiencias o investigaciones que se refieren al aspecto técnico
de la profesión; por el contrario, la individualización del concepto
de “conciencia” ofrece una mayor dificultad. Sin embargo, resulta
indispensable su vinculación con el de ética profesional.
La conciencia profesional no se separa tampoco del
conocimiento, por tanto, de la autorresponsabilidad del
profesional. Este, ciertamente debe actuar no sólo con rigurosa
atención a las normas técnicas, sino también con conocimiento de
todas las consecuencias que derivan de su aplicación, incluso hasta
más allá de los límites de la relación profesional, teniendo en
cuenta el interés individual del cliente y el general de la
colectividad en relación a la función social desarrollada por la
profesión.
¿Qué es la Conciencia?: El concepto de conciencia
profesional no se limita al aspecto voluntarista. El profesional no
sólo quiere actuar como sabe que puede actuar, sino que actúa de un
determinado modo que ha escogido de antemano conformándose en un
imperativo ético que tienen en cuenta el interés del cliente y el
interés general.
La deontología toma en consideración la conciencia del
profesional en cuanto que es persona humana inserta en el complejo
social y subraya la exigencia del conocimiento que aquél debe tener
de los valores esenciales de su profesión, pero también de los
subjetivos (referidos a sí mismo, al cliente, a los terceros con
quienes entra en contacto) y a la colectividad en general.
EL PRINCIPIO DE PROBIDAD PROFESIONAL: SIGNIFICADO: PONER A
PRUEBA, OBRAR CONFORME A LO QUE SE PIENSA.
El principio de probidad profesional se integra en el
concepto general de probidad (honestidad) y tiene carácter universal
para la deontología, es decir, se aplica a todas las profesiones
intelectuales libres.
Puede considerarse como una manifestación singular de aquel
concepto universal “honeste vivere” que procede del derecho romano.
El deber de comportarse de conformidad con el principio de
probidad profesional es, para el abogado, consustancial a la
obligación que le impone la ley forense de observar constantemente
una conducta “distinguidísima e inmaculada” que es condición para
su inscripción y permanencia en el registro profesional y constituye
el presupuesto ético- jurídico del ejercicio del arte forense.
(arts. 51, 52, 53 CPC). El Código Procesal Civil establece:
CAPITULO II
DE LOS DEBERES DE LAS PARTES.
Art. 51.- Buena fe y ejercicio regular de los derechos. Las partes
deberán actuar en juicio con buena fe, y no ejercer abusivamente
los derechos que les conceden las leyes procesales.
Art. 52.- Mala fe. Repútase litigante de mala fe, a quien:
a) omita o altere manifiestamente la verdad de los hechos;
b) provoque o consienta el diligenciamiento de medidas cautelares
decretadas a su pedido, en forma evidentemente innecesaria y no
adopte en tiempo oportuno medidas eficaces para evitarla; y
c) use el proceso con el fin de conseguir un objeto o beneficio
ilícito.
La enumeración precedente es taxativa.
Art. 53.- Ejercicio abusivo de los derechos. Ejerce abusivamente
sus derechos, la parte que en el mismo proceso:
a) haya promovido dos o más impugnaciones de inconstitucionalidad,
rechazadas con costas;
b) haya promovido y perdido tres incidentes con costas;
c) fuere sancionada más de una vez con medidas disciplinarias; y
d) formule pretensiones o alegue defensas que, juzgadas, resulten
manifiestamente desprovistas de fundamento o innecesarias para la
declaración o defensa del derecho.
El principio de probidad profesional, a causa de su

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amplitud, se extiende también a la conducta privada del profesional.


De hecho, ésta puede repercutir de manera indirecta sobre la
reputación personal del profesional, cuando por ejemplo un abogado
contrae deudas con terceros y no les paga, esta conducta lesiona no
sólo la reputación personal del profesional, sino también el
prestigio de la categoría profesional entera y puede justificar la
intervención del Consejo del Orden con carácter disciplinario.
CASUISTICA:
a) El consejo nacional forense ha encontrado violación de la ética
profesional en la conducta del abogado que, renunciando a su
mandato e invitando al cliente a procurarse un defensor, requiera
a dicho cliente para que extinga una deuda contraída por él con
un tercero, ahora asistido por el abogado renunciante, con
amenaza de proceder jurídicamente.
b) Se consideró infringido el principio de probidad profesional por
pactar un co- interés en el resultado económico de una
controversia.
c) Con bastante frecuencia, un mismo comportamiento es considerado
lesivo no sólo del señalado principio de probidad, sino también
de otros principios. Así, se consideró que había violado los
principios de probidad, lealtad, dignidad y decoro profesional
el abogado que dejo transcurrir inútilmente un plazo para apelar,
comunicando al cliente la notificacion falsa de que la apelación
seguía su curso y, posteriormente, que había sido dictada una
sentencia favorable de la que se entregaba una copia, inventado
por sí mismo su contenido.

CAPITULO 6: PRINCIPIOS GENERALES SECTORIALES. LOS PRINCIPIOS


DE LA INDEPENDENCIA Y LA LIBERTAD PROFESIONAL.
EL PRINCIPIO DE LA INDEPENDENCIA PROFESIONAL: El principio
de independencia profesional, no solo tiene relieve deontológico,
sino también se configura jurídicamente como uno de los bienes
materiales de que es titular el ente profesional, que ha sido dotado
del poder-deber de salvaguardarla.
NOTA: En el Paraguay esta función se reserva al “Colegio de
Abogados del Py”.
En el estatuto social del “Colegio de Abogados del Py, en
la parte de los FINES DEL COLEGIO ABOGADO se cita: “Defender la
libertad e independencia de los abogados en el ejercicio de su
profesión, inconcebible sin la correlativa independencia del Poder
Judicial y los magistrados que lo integran”.
Referido a la profesión forense, el concepto de
independencia se entiende como ausencia de toda forma de injerencia,
interferencia, de vínculos y presiones de cualquiera, que sean
provenientes del exterior y que tiendan a influenciar, desviar o
distorsionar la acción del ente profesional para la consecución de
sus fines institucionales y la actividad desempeñada por los
colegiados en el ejercicio de su profesión.
LA INDEPENDIENCA DEL ABOGADO. SITUACIONES CONCRETAS:
a) Mantenerse en un plano de perfecta objetividad en el cumplimiento
de prestaciones profesionales, sin ceder a presiones de terceros
o del mismo orden.
b) La cooperación con el Consejo de Orden en relación a las
directrices o instrucciones que dicte para salvaguardar la
independencia de la profesión.
c) La omisión de comportamientos lesivos.
LA INDEPENDENCIA PROFESIONAL Y SU EVENTUAL TUTELA A TRAVES
DE LA LLAMADA HUELGA DE ABOGADOS: La independencia de la profesión
pude ser tutelada o comprometida de muy diversas formas.
Se ha discutido si el ejerció del derecho de huelga por los abogados,
puede ser un medio para reforzar la independencia de la profesión
o si en cambio es un instrumento que oprime y viola dicha
independencia.
Hay que hacer una distinción: para los abogados
profesionales libres no es correcto hablar de “huelga” (sino PARO)

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y la razón de ello es totalmente evidente (no son empleados).


El abstenerse de participar en las audiencias y el cierre
de los despachos podrá considerarse en todo caso como una
manifestación colectiva de protesta de carácter político tendiente
a ejercer una presión sobre los órganos de gobierno o sobre el
parlamente para obtener una determinada disposición de la actividad
profesional.
Por lo que respecta al cliente que tiene un procedimiento
en curso u otras acciones a llevar a cabo con el concurso de
abogados, podrá dar lugar a la responsabilidad civil de éste último
según el derecho común.
En cuanto a los abogados empleados, que trabajan en las
asesorías jurídicas organizadas al servicio de entes públicos o
privados, puesto que son trabajadores subordinados que realizan su
trabajo bajo la dependencia y dirección de un empresario, no se ve
razón alguna para negarles el derecho de HUELGA, siempre que lo
ejerciten en tutela de un interés profesional y que la huelga sea
proclamada legalmente.
Se ha discutido si es legítimo el rechazo de la prestación
de su actividad cuando están ejerciendo un servicio de necesidad
pública o cuando son defensores de oficio en procesos penales o en
procedimientos civiles a favor de individuos que gozan del beneficio
de pobreza.
El arma de la huelga no tiende a tutelar un interés
individual, sino el interés colectivo de un sector. En nuestro caso,
ese interés colectivo choca con el interés general al funcionamiento
normal y regular de la administración de justicia, del que el
abogado es colaborador necesario.
Como puede verse, ni siquiera el recurso a la deontología
puede dar respuesta segura a estas preguntas. No se puede negar,
sin embargo, que debiendo plantear el problema desde un punto de
vista ético en vez del económico como hacen los sindicatos, tienen
primacía, los valores espirituales de la profesión, que invitan a
buscar otros remedios para la solución de los problemas generales
por lo que se pretendiera recurrir a la huelga.
Quizá con menores dificultades se podría acceder a la
solución contraria en el caso de reivindicaciones de carácter
económico o estrictamente profesional exigidas por los sindicatos
de abogado- empleados, dejando siempre a salvo la obligación de
tomar todas las precauciones necesarias en interés del cliente para
impedir la prescripción de plazos o derechos.
EL PRINCIPIO DE LA LIBERTAD PROFESIONAL: El principio de
libertad profesional, aunque presta afinidades con el de
independencia, se diferencia de él en cuanto que se refiere a la
libertad de autodeterminación del profesional en orden a su conducta
en el ejercicio de la profesión.
Mientras que el principio de independencia supone sobre todo
una garantía del ente profesional individualmente considerare frete
a intromisiones arbitrarias de terceros; el principio de libertad,
en su aspecto deontológico, concierne en particular al
comportamiento del abogado con relación a su cliente y tiende a
atemperar las exigencias de las normas del arte forense con el
interés del asistido y con la dignidad profesional de quien lo
asiste.
Así, la libertad de autodeterminación en torno a la conducta
técnica a seguir en relación con el principio “obra según ciencia
y conciencia” encuentra limitaciones que solo la deontología puede
sugerir. Por ejemplo: entre dos procedimientos a escoger, ambos
abocados a un mismo resultado, se deberá elegir el menos costoso y
más rápido; la libertad de aceptar un encargo en determinadas
condiciones en vez de otras mejores, cuando intervengan razones de
socializad, de conveniencia, de amistad; la libertad de
autodeterminación en la conducta privada, salvo que ésta en
cualquier forma pueda afectar el decoro o prestigio de la profesión.

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LIMITACIONES AL PRINCIPIO DE LA LIBERTAD PROFESIONAL. LA


OBLIGACION DEL PROCURADOR DE PRESTAR SUS SERVICIOS: El principio de
libertad profesional encuentra una serie de limitaciones especiales
por lo que se refiere a la ACEPTACION DE ENCARGO. Aparte de las
defensas de oficio, se puede afirmar en líneas generales que el
abogado está obligado siempre a asistir al cliente que se dirija a
él, salvo que exista una justa causa de rechazo.
En el paraguay la obligación de prestar servicios a quien
lo solicite esta legislado en el COJ para los Escribanos públicos,
no así para los abogados.
Nótese también que la obligación de asistir, no implica la
obligación de aceptar el encargo, o en su caso, el convertirse en
mandatario.
OTRAS LIMITACIONES. LA DEFENSA DE OFICIO: En nuestro país,
la DEFENSA DE OFICIO, se refiere a la situación del DEFENSOR DE
POBRES, AUSENTES del Fuero Civil y al DEFENSOR DE REOS POBRES del
Fuero penal.
Obviamente estos funcionarios no pueden negarse a aceptar,
determinado encargo, debido a que la naturaleza de sus funciones
así lo establecen. Es decir, han sido nombrados para cumplir tal
función, a encargo del Estado.
CASOS DE CONCIENCIA. EL CLIENTE DE MALA FE: ¿Qué hacer cuando
el cliente que solicita la asistencia del abogado pretende aducir
en su defensa testimonios o documentos falsos? ¿Se ha de aceptar o
rechazar un encargo cuando el cliente pretende hacer falsas
declaraciones ante el juez o inventar ingeniosos expedientes para
engañar? ¿Podrá el abogado sostener de buena fe, la inocencia del
cliente acusado de un delito cuando éste, confiando en el respeto
al secreto profesional, le ha confiado que es el autor?
He aquí algunas de las muchas interrogantes que hacen surgir
problemas de conciencia. En éstos casos, no se puede invocar, como
justificación del trabajo del abogado que quiere defender a toda
costa a su asistido, el amparo de una moral superior, son que más
bien debería hablarse de una moral deteriorada con relación al
profesional que, por el hecho de no perder a un cliente y unos
sustanciosos honorarios, se rebaja a comprometerse con su propia
conciencia y a colaborar con el cliente en una tortuosa defensa en
base a la cual triunfaría la injusticia.
Una buena medida es que el abogado escuche y tome nota de
cuanto se le expone, evitando en un primer momento emitir un juicio
cualquiera y esperando verificar lo que se le ha referido. A menudo
el cliente actúa de mala fe y oculta la verdad a su defensor,
protestando por considerarse inocente o victima, suponiendo que el
abogado pondrá mayor empeño en su defensa.
Es verdad que el Estado garantiza a todos, el derecho a la
defensa (art. 16CN), sin ninguna distinción objetiva ni subjetiva
y, asimismo, es verdad, que la deontología confirma, como una
máxima, éste principio, pero adviértase que lo que se discute no es
el derecho a ser defendido por abogado, sino más bien EL MODO DE
ASUMIR Y EJERCER LA DEFENSA.
Por tanto, el abogado debe conformarse a los principios
universales y generales de la Deontología, actuando un sistema de
defensa que se inspire en el obrar según CIENCIA Y CONCIENCIA y en
los principios de probidad profesional y de diligencia, a fin de
que pueda realizarse en el caso concreto una justicia sustancial.
EL ABOGADO FRENTE A LA CAUSA INJUSTA Y FRENTA A LA LEY
INJUSTA O INICUA: Por lo que respecta a la causa o litigio injusto,
el concepto de injusticia debe ser tomado desde el punto de vista
sustancial y no formal. La injusticia hay que encontrarla en la
FINALIDAD ILICITA O INMORAL que el litigante propone alcanzar
sirviéndose de normas legales que por sí mismas no son injustas, o
bien cuando recurre a medios de pruebas (documentos, testimonios,
pruebas periciales) falsas. El abogado deberá rechazar este tipo de
encargos.
Si el cliente pretende hacer oír un juicio en su propia

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defensa a testigos que van a declarar en falso (y el abogado conoce


esta circunstancia) se ha considerado que el defensor no debe
oponerse a ello, en base a que no es posible excluir a priori la
posibilidad de que dichos testigos digan la verdad a último momento.
De cualquier forma, si la iniciativa procede del cliente,
no parece que el abogado contraiga una responsabilidad moral ni
que, por otra parte, pueda impedir al testigo decir lo que quiera.
El comportamiento que le está prohibido es el de animar o
sugerir al cliente la utilización de tales medios. Al contrario,
deberá disuadirlo recordándole las responsabilidades penales que el
falso testigo y el cliente pueden contra él.
En caso de que el cliente quiera emprender un litigio
absolutamente desprovisto de fundamento, el abogado deberá
rectificar los errores en que haya caído su cliente, que no conoce
las reglas del derecho; pero, si éste insiste, deberá rechazar el
encargo. Evidentemente priman en éste sentido los principios de
probidad y de dignidad profesional.
Por lo que concierne al problema de las causas fundadas en
una ley considerar injusta o en una ley inicua, conviene distinguir
las dos hipótesis: Se considera injusta una ley que opera una
discriminación de trato entre sujetos, que en relación la igualdad
de la situación jurídica en que se hallan, deberían tener el mimo
trato o bien un trato semejante en base al principio de igualdad.
Se considera inicua una ley que viola los principios fundamentales
de la persona humana (por ejemplo, las leyes sobran la
discriminación racial).
LA VERACIDAD DE LAS PRUEBAS: En cuanto a la constatación de
la ilegitimidad de las pruebas ofrecidas por el cliente, no se exige
al defensor una investigación ética sobre tales hechos o pruebas.
Pero si éstas aparecen ictu oculi como falsas, el abogado
puede negarse a servirse de ellas y, en última instancia, deberá
renunciar al mandato, sin perjudicar por ello los intereses de su
asistido.
EL LITIGIO DE FONDO POLITICO: El supuesto de hecho de un
proceso penal o de una causa civil puede tener en ciertos casos un
trasfondo político, en el sentido que se presta a una especulación
política y por tnato el defensor, según su personal orientación
ideológica, puede ser compelido a aprovecharse de la ocasión para
hacer propaganda política o labor de proselitismo. Esta claro que,
por el contrario, debe mantenerse absolutamente objetivo,
distanciado del litigio y de las presiones políticas que el caso
comporta, en armonía con el principio de independencia profesional
y par ser coherente con su dignidad profesional.
Debera tener también el valor de rechazar las intromisiones
y presiones ilícitas de los grupos u hombres políticos, solicitando
llegado el caso la intervención del Consejo de la Orden.

CAPITULO 7: EL PRINCIPIO DE DIGNIDAD Y DECORO PROFESIONAL.


CONSIDERACION UNITARIA DEL PRINCIPIO DE DIGNIDAD Y DECORO
PROFESIONAL. LA REPUTACION PERSONAL Y EL PRESTIGIO DE LA PROFESION:
EL principio de dignidad y del decoro profesional puede ser
considerado unitariamente, si bien los conceptos de dignidad y
decoro no coinciden perfectamente entre sí.
El citado principio tiende a orientar al abogado en su
conducta profesional y privada, con el fin de que no resulte dañada
la reputación personal, así como para que no disminuya por reflejo
el prestigio de la profesión y el decoro de que de ella se deriva
para todos los profesionales inscriptos en el registro.
Semejante a ellos es el concepto de honor profesional, que
es una especificación del honor y de la reputación profesional;
otro tanto puede decirse del prestigio profesional, que refleja en
la especial estimación que se reconoce por la generalidad de los
ciudadanos a un determinado profesional, a causa de sus dotes de
capacidad y moralidad profesional y cívica y de su consiguiente
consolidación en el campo profesional.

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RELEVANCIA DE LA CONDUCTA PRIVADA Y CASUISTICA: La conducta


del abogado puede tener relevancia para la deontología, a condición
de que la misma llegue a disminuir el prestigio de la profesión.
Ejemplos:
A) Haberse comportado equívocamente (mediante silencios, reservas
mentales, mentiras) con el objeto de diferir el pago de una
deuda garantizada con letra de cambio.
B) Haber indicado con un letrero situado en el exterior de un
edificio y haber usado papel con cabecera en l que se incluía
un número de teléfono falso al objeto de señalar un despacho
jurídico no existente en realidad.
C) Haber dejado sin pagar plazos de compra de un objeto.
D) Haber usado el título de abogado sin estar inscripto en el
correspondiente registro.
LA AUTO PROPAGANDA Y LA PUBLICIDAD: La publicidad que el
abogado hace de sí mismo se considera TRADICIONALMENTE inconveniente
e indecorosa. En épocas bastante próximas a la nuestra se castigaba
disciplinariamente con un rigor que hoy puede parecer excesivo.
Conviene previamente entender el termino publicidad, por una
cosa es hacer público (es decir, ostensible al público en forma
lícitas y decorosas) el propio nombre con las calificaciones
profesionales adquiridas y con las indicaciones indispensables para
la individualización del despacho) y otra cosa es hacerse publicidad
en sentido comercial, es decir, auto anunciarse, sirviéndose de
sistemas publicitarios utilizados en el comercio.
Causídica: ha sido sancionado disciplinariamente un abogado
que hizo público en anuncios de un diario una inscripción redactada
así “abogado casacionista defiende causas ante Corte de Casación,
separación, alimentos, herencias”. La redacción de esta inscripción
no parece indecorosa de por sí y además respondía a la verdad. La
indecorosidad fue estimada (con criterio algo riguroso) al hecho de
que figuraba en los anuncios económicos (los más baratos).
A propósito de la AUTOPROPAGANGA, se previene contra la
inserción en la prensa de informaciones, comentarios o relaciones
de procesos en los que haya intervenido el abogado y contra la
promoción de entrevistas con objeto de hacerse publicidad directa
o indirectamente.
OBSERVACIONES CRITICAS EN TORNO AL VIGOR CON QUE SE PROHIBE
LA PUBLICIDAD: Creemos que en adelante no deberían continuar
rigiendo los rigurosos criterios adoptados en esta materia en el
siglo pasado. Lo importante es que el abogado se haga conocer con
la mayor objetividad, sin generar equívocos o incertidumbres y sin
dañar el decoro profesional.
Una forma de publicidad objetiva, seria y decorosa es
indispensable para que se den a conocer, a la posible clientela,
los jóvenes abogados y los que se trasladan de un colegio a otro en
circunscripciones distintas.
EL ACAPARAMIENTO DE LA CLIENTELA: El principio de decoro y
de la dignidad profesional se infringe gravemente mediante una serie
de comportamientos que se resumen en la expresión “acaparamiento de
clientela”.
Sabemos de abogados que se dirigen personalmente a los
hospitales públicos o a los ambulativos o que mandan a sus propios
emisarios, para conversar con los accidentados ofreciendo sus
servicios profesionales y aprovechándose de estado de confusión y
depresión psíquica en que se hallan para negociar la cesión de la
presumible indemnización., ofreciendo empréstitos a restituir una
vez vencida la causa con cargo a la indemnización y pretendiendo
cobrar un interés elevado.
Análogamente merece reprobación el abogado que se sirve de
cazadores a sueldo para atraer clientes a su despacho. Estos
hombres, son a menudo, empleados de entes públicos. (los que dan
los nombres de los juristas para la resolución de sus asuntos).
La procuración de la clientela puede efectuarse también por
medio de la competencia desleal con relación a los colegas o a

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través de formas incorrectas de publicidad en los periódicos o con


otros medios de comunicación.
VARIOS COMPORTAMIENTOS INDECOROSOS Y EN PARTICULAR LOS
OFENSIVOS: Otros supuestos de comportamiento lesivos al decoro y la
dignidad profesional son los siguientes:
a) el control de las declaraciones hechas fuera del proceso por
eventuales testigos que han se ser oídos en la causa, poniéndolos
en contacto con un empleado del despacho, con el fin de que ellos
sirva de instrumento indirecto de presión para hacer mantener al
testigo la versión que ha relatado.
b) dirigir ofensas o expresiones inconvenientes contra los colegas,
la parte contraria o los magistrados.
c) propalar insinuaciones, calumnias, injurias respecto de los
mismos.
d) comportarse irrespetuosamente, haciendo gestos o adoptando
actitudes inconvenientes o indecentes, pronunciado frases
vulgares o bajas.
e) la aceptación de encargos ilícitos.
f) Amenazas.
Como sabemos, las ofensas adquieren mayor gravedad si se
pronuncian en público o si se contienen en periódicos o
publicaciones destinadas a la difusión.
CONDUCTA PRIVADA Y ASUNCION DE DEUDAS: Los comportamientos
de la vida privada del abogado no son revisables (por lo menos en
principio) por el ente profesional, pero como se ha dicho, también
la esfera de la intimidad privada del jurista puede ser
deontológicamente relevante en un aspecto negativo, es decir,
aquella no debe verterse al exterior de modo que pueda comprometer
la reputación personal del abogado, así como redundar en perjuicio
del decoro y del prestigio de la profesión.
Así, contraer deudas y no pagarlas, firmar cheques sin
fondos, apropiarse de sumas pertenecientes al cliente y confiadas
al abogado para determinados fines, o cobrada por el abogad en
nombre del cliente y no restituirlas a éste. Tales hechos tienen
relieve por sí mismos, prescindiendo de sus eventuales consecuencias
judiciales cuya existencia, por otra parte, agrava la posición del
abogado.
LOS HONORARIOS Y LA SACRA AURI FAMES (SACRILEGA E INSACIABLE
SED EL DINERO): El principio de decoro y dignidad profesional puede
ser dañado por la exigencia al cliente de honorarios excesivos o,
por el contrario, irrisorios.
Disciplinariamente se reprime más o menos severamente, el
comportamiento incorrecto del abogado que pretende honorarios en
medidas desproporcionadas a la entidad de sus prestaciones. También,
del mismo modo como se reclaman éstos puede tener un carácter de
incorrección o indecorosidad.
LA LEY 1376/88 ARANCEL DE ABOGADOS Y PROCURADORES
TITULO I
NORMAS GENERALES
Artículo 1º. - Los honorarios profesionales de abogados y
procuradores matriculados, por trabajos profesionales realizados en
juicios, gestiones administrativas y actuaciones extrajudiciales,
cuando no hubiera contrato escrito, serán fijados de acuerdo con
esta ley.
Es nulo el contrato sobre honorarios inferiores a los establecidos
en este arancel, como la renuncia anticipada, total o parcial de
los mismos.
Artículo 2º. - Los honorarios de abogados son libres de gastos
realizados en el desempeño de la gestión profesional. Si la atención
de un trabajo requiriera el traslado del profesional fuera de su
sede, serán a cargo del cliente los gastos realizados en traslado
y viáticos, en un nivel de acorde con la dignidad de la profesión.
Los adelantos realizados por el abogado para gastos causídicos deben
serle reembolsados por el cliente.
Artículo 3º. - Cuando intervengan varios profesionales

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representando a una misma parte o persona, los honorarios se


establecerán en conjunto; si la intervención hubiera sido sucesiva,
de ese total se asignará la parte que corresponda a cada profesional
en particular, atendiendo a su participación proporcional en el
caso. También se hará constar cuál de ellos tiene la dirección o
patrocinio de la gestión profesional, correspondiéndole a éste el
doble de honorarios al que ejerciere la procuración.
Artículo 4º. - Si los honorarios hubieren de calcularse en base a
equivalencias de jornales mínimos, se entenderá que son los que
corresponden a actividades diversas no especificadas de la capital.
Artículo 5º. - La participación ocasional de un abogado en juicio,
bastanteando un escrito, asistiendo a una audiencia judicial o
administrativa, o realizando otra diligencia, será regulada por los
jueces atendiendo a la eficacia del trabajo, complejidad del asunto
y monto de la cuestión debatida, pero en ningún caso será menor a
tres jornales.
Artículo 6º. - Es obligatorio el patrocinio de abogado en todo
asunto propio, judicial o administrativo, la representación por
mandato será por abogado o procurador matriculado.
Ni los jueces o tribunales, ni las autoridades administrativas,
darán curso a presentación alguna que no se ajuste a lo dispuesto
en este artículo.
Artículo 7º. - El juez no dará trámite a la ejecución o cumplimiento
de sentencia ni dispondrá o autorizará la extracción o transferencia
de fondos, el levantamiento de medidas cautelares u otras similares,
sino cuando al pedido se acompañase el recibo de pago de los
honorarios del abogado o procurador de la parte vencedora o del que
haya solicitado la medida. El abogado o procurador, acreedor de
esos honorarios, podrá consentir que el juez provea la solicitud
sin el cumplimiento de esta exigencia.
Artículo 8º. - Los abogados podrán cobrar honorarios si intervienen
personalmente en causa propia, cuando su oponente hubiera sido
condenado en costas. Si para el efecto fueren patrocinados por otro
profesional, se observará la regla establecida en el artículo 3º,
última parte.
Artículo 9º. - En todos los procesos, el Juez, de oficio, regulará
los honorarios al dictar resolución definitiva, procederá de igual
modo, en las cuestiones incidentales.
Artículo 10º. - El plazo y la forma de concesión de recursos
interpuestos contra la resolución que regula honorarios, son los
mismos que corresponden cuando se recurren de la resolución dictada
en el principal.
Artículo 11º. - Los honorarios regulados de acción al profesional
para exigir el pago, a su opción. A la parte condenada en costas o
a su mandante. Este último podrá repetir de aquella que hubiese
pagado, subrogándose en los derechos del profesional.
Artículo 12º. - Si se hubiese pactado una retribución periódica por
la prestación permanente de servicios profesionales, el abogado no
percibirá honorarios de su contratante en los casos en que éste
fuera condenado al pago de las costas, salvo que se tratare de
asuntos ajenos a aquella relación.
PACTO DE CUOTA LITIS: Es un convenio por el cual quien debe
comparecer en juicio para patrocinar o representar a otro, ejecuta
su trabajo a cambio de una parte de lo que corresponda a su cliente
en caso de triunfar en el litigio.
La Ley N° 1.376/88 de ARANCEL DE HONORARIOS DE ABOGADOS Y
PROCURADORES señala en su Artículo 16 que:
Art. 16º. - Los abogados y procuradores podrán celebrar con sus
clientes pactos de cuota litis, con sujeción a las siguientes
reglas:
a) Se redactarán en tantos ejemplares como partes hubieren;
b) No podrán afectar el derecho del cliente sino hasta el cuarenta
y cinco por ciento del resultado líquido del juicio, cualquiera
fuese el número de pactos celebrados por aquel;
c) Comportará la obligación de los profesionales de responder

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directamente, por las costas y gastos causídicos del adversario en


proporción a la participación que tengan en el pacto;
d) No podrán ser objeto de pacto de cuota litis los juicios
alimentarios y laborales.
Art. 17o. - El pacto solamente podrá ser rescindido:
- Por mutuo consentimiento, o resuelto;
- Por negligencia manifiesta del profesional, declarada por el Juez
o Tribunal. En este caso el profesional no tendrá derecho a
remuneración alguna; y,
- Por pago al profesional del máximo
COMPORTAMIENTOS MALICIOSO Y SUPUESTOS QUE HAN PROBADO LA
EXPULSION COLEGIAL: También los comportamientos maliciosos del
abogado, dañan el principio de dignidad y decoro profesional.
CAUSISTICA:
A) hacerse “patrocinar” por otro colega, sin conocimiento del
cliente.
B) El referir vagamente que los honorarios profesionales son
establecidos por el juez, en base a la ley de honorarios
profesionales de abogados y procuradores, sin explicar al cliente,
los alcances de dicha ley.
EN OTROS PAISES DONDE FUNCIONAN LAS COLEGIATURAS Y EL
CONSEJO DE ORDEN, ésta clase de comportamiento de los abogados, han
determinado la expulsión de ellos del colegio respectivo.

CAPITULO 8: LOS PRINCIPIOS DE DILEGENCIA, CORRECCION Y


DESINTERES.
LA DILIGENCIA COMO CARACTERISTICA DEL CUMPLIMIENTO DE LA
OBLIGACION CONTRACTUAL Y DE LOS DEBERES DEL COMPORTAMIENTO SEGÚN LA
DEONTOLOGIA: El principio de DILIGENCIA es ambivalente, porque tiene
relevancia desde el punto de vista jurídico y deontológico.
En el concepto intrínseco de diligencia se distinguen varios
aspectos o actitudes penales, que son la premura, el celo, el
interés, la escrupulosidad, el cuidado, la atención y otros que
afloran de cuando en cuando bien en la ejecución técnica de las
prestaciones, bien en todos los comportamientos que la rodean, que
son del dominio de la deontología y adquieren relevancia sobre todo
en las obligaciones de hacer (o de servicios) que en el sector del
arte forense constituyen prioritariamente el objeto de la prestación
de obra intelectual.
Por tanteo, el criterio jurídico y el deontológico,
confluyen en la referencia de un tipo ideal de buen abogado, que no
sólo es capaz técnicamente sino también honesto, correcto, leal,
reservado y celoso de la protección de los intereses del cliente.
LA NEGLIGENCIA: Los comportamientos contrarios a la
diligencia se consideran NEGLIGENTES, es decir, culposos (según el
derecho) ero se concretan de manera distinta, incluso en el aspecto
voluntarista, por la deontología y en consecuencia se sancionan en
forma distinta en vía disciplinaria.
Por ejemplo: ha sido declarado negligente el abogado que
mantuvo durante mucho tiempo y sin rendir cuentas de ello, grandes
sumas que el cliente le había consignado para que las entregase a
la parte contraria, pero el mismo comportamiento ha sido considerado
en otros supuestos semejantes lesivo a los principios de probidad,
dignidad profesional y corrección.
Sabemos que el cumplimiento inadecuado de las obligaciones
puede ser atribuido no solo a una deficiente preparación técnica,
sino a descuido, desatención o falta de preocupación, es decir, en
sustancia, la negligencia es considerada culpa leve.
Por ejemplo: haber dejado transcurrir el plazo perentorio
prescrito para la interposición de un recurso administrativo no
sólo importa desde un punto de vista técnico sino también
deontológico.
El ponerse al día, entra en el deber de diligencia, aunque
se conforma también a los principios de dignidad y decoro
profesional. De hecho, el abogado que ignora la evolución doctrinal,

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legislativa y jurisprudencial no sólo daña su propia reputación,


sino también el prestigio de la categoría profesional.
OBLIGACION JURIDICA Y DEBER DEONTOLOGICO DE CORRECCION: El
principio de corrección presenta un contenido bastante amplio.
Desde un punto de vista deontológico profesional se
especifica en una serie de comportamientos inspirados en los usos
profesionales, en la tradición y en las reglas de la costumbre por
lo que respecta especialmente a los contactos que los abogados
mantienen con los clientes, colegas y con terceros, y que deben
caracterizarse por su seriedad, discreción, reserva, cortesía,
honestidad y rectitud moral.
CASUISTICA SOBRE EL TEMA DEL DEBER DE CORRECCION: A)Se ha
decidido que viola el deber de corrección el abogado que,
aprovechándose de su posición de prestigio social y público, o
sirviéndose encubiertamente de servicios públicos trata de
procurarse clientela o de anunciar su propio despacho.B)Se ha
calificado como acto de incorrección profesional conceder
entrevistas a los diarios sobre supuestos procesales en los que
están interesado el entrevistado.C)El que procura el acaparamiento
de la clientela.
LA CORRECCION CON EL CLIENTE EN PARTICULAR: En cuanto a las
relaciones con la clientela, debemos subrayar la particular gravedad
de los comportamientos incorrectos del abogado, porque éste se
aprovecha de su posición de superioridad respecto del cliente, que
desconoce las reglas del derecho y las de la deontología y, por
tanto, se convierte más fácilmente en víctima de la poca seriedad
y de la incorrección de su patrocinador.
Se ha sancionado por incorrección: a)al abogado que instigó
a su cliente a falsificar la firma de su padre para cobrar de una
compañía de seguros una indemnización que le correspondía; b)al que
retuvo sumas pertenecientes al cliente, entregándole a cambio.
LA INCORRECCION GRAVE EN EL SISTEMA COLEGIAL: El principio
de corrección tiene ocasión de manifestarse especialmente en las
relaciones entre colegas. Algunos supuestos tienen especial
gravedad, como:
a) el tomar contacto directamente con la parte contraria sin
advertir al colega adversario o sin tener su autorización.
b) el abogado que no informa a su colega sobre los puntos acordados
c) el que actúa en juicio sustituyendo de hecho a un colega que ha
sido expulsado del colegio, ignorando completamente el contenido
del proceso.
d) El que mantiene sus relaciones con el cliente, no de un modo
directo, sino sirviéndose de terceros.
e) El que provoca artificialmente la proliferación de causas, con
el solo fin de acrecentar sus honorarios.
ATENUANTES Y EXIMENTES: a)las faltas atribuidas al abogado,
que fueron cometidas en un período turbulento y atormentado de su
existencia, que era consecuencia de una enfermedad debido a un
trauma cerebral. b)Por la inexperiencia (abogado joven). c)Por una
enfermedad Terminal que requería fondos para su tratamiento.
EL PRINCIPIO DEL DESINTERES: El principio del desinterés es
ciertamente uno de los más característicos de la deontología
forense. Inspira los comportamientos del abogado en virtud de un
imperativo categórico de orden ético caracterizado por su especial
rigor, en cuanto impone al profesional el sacrificio de sus
intereses y aspiraciones personales, incluso si son legítimos y
honestos, frente al interés de cliente y al superior de la
colectividad general.
Este principio pone en evidencia que la actividad forense
debe desarrollarse de tal modo que los intereses personales del
abogado queden separados de toda consideración egoísta con el fin
de realizar la función social de la profesión.
Por ello, el principio del desinterés presupone, por un lado, la
independencia y la libertad profesional, y por el otro, la presencia
en el abogado de dotes morales sólidos que se manifiesten en una

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conducta “distinguidísima e inmaculada”.


LA INCLINACION DE LA DEONTOLOGIA FORENSE HACIA LA AMIGABLE
COMPOSICION DE LITIGIO: El deber del abogado de intentar
constantemente la amigable composición de la litis, como se deduce
de la deontología forense y como también se subraya en las
colecciones de reglas deontológicas.
Se debe admitir que el litigio constituye un mal que conviene
eliminar del mejor modo posible, intentando restablecer el acuerdo
entre las partes a través de la composición de sus intereses
contradictorios. A tal efecto, un entendimiento amistoso u una
transacción razonable pueden eliminar la materia contenciosa.
Los intentos que el abogado debe procurar apenas se vea en
la posibilidad, responden a una indicación bien de la moral usual,
bien de experiencias sociales de la deontología forense, que se
orienta claramente a esa dirección.
El abogado deberá renunciar casi siempre a su interés
personal (económico y moral) directamente ligado al desarrollo del
proceso (no tendrá los honorarios que derivan de un litigio largo,
no se realizara su reputación profesional).

CAPITULO 9: LOS PRINCIPIOS DE INFORMACION Y RESERVA.


EL PRINCIPIO DE INFORMACION Y EL CONSENTIMIENTO DEL CLIENTE:
El principio de información se refiere al deber deontológicamente
relevante que tiene el abogado de poner en conocimiento del cliente,
y eventualmente de los colegas interesados, las noticias que tengas
referencia con la controversia. En particular, el abogado deberá
informar sumariamente al cliente de las orientaciones de la doctrina
y la jurisprudencia relativas a los problemas de derecho que se
plantean en la controversia para hacerle conocedor de las
posibilidades de éxito o fracaso, aunque sea parcial, y por tanto
de los riesgos y de los gastos que supone, con el fin de colocarlo
en situación de poder dar su consentimiento consciente para el
inicio o la continuación de las actuaciones legales.
El principio de información es aplicable también en lo que
toca al abogado mismo, como cargo de auto información. Así, deberá
pedir al cliente toda noticia, dato o documento útil para la defensa
de sus intereses y, eventualmente, deberá informarse antes terceros,
entes públicos o privados, ya que controlar la veracidad de cuanto
le ha sido referido por el cliente, ya para completar sus
informaciones, ya finalmente para decidid si va a aceptar el encargo
que se le ofrece.
Desde el punto de vista jurídico se puede hablar de la carga
de la información, en los sentidos ya señalados, que el abogado
tiene en los contactos pre contractuales (en los que el abogado
debe comportarse de buena fe) y en el desempeño del encargo como un
elemento normal del mismo. Según la deontología, en tales supuestos
el abogado debe comportarse con discreción, reserva y diligencia.
Por lo que se refiere a la información con el colega
adversario, la misma es obligatoria deontológicamente en ciertas
circunstancias como en el caso de aplazamiento de oficio e la causa
si no se dispone en presencia de ambos defensores.
EL CONTENIDO DE LA INFORMACION: Al proceder a informar al
cliente, el abogado no está obligado a requerir su consentimiento
sobre la línea de conducta técnica a seguir, pues está dotado a
este respecto de una amplia facultad discrecional, si bien vinculada
a las reglas del arte y al fin específico que el cliente se propone
seguir. Sin embargo, se deben tener en cuenta las instrucciones del
cliente, siempre que no perjudiquen la reputación profesional del
abogado.
Es obligado, según la deontología, a aconsejar la solución
más sencilla, más breve y menos costosa, así como instruir a los
clientes sobre el comportamiento correcto que debe observar ante el
juez y ante la parte.
EL PRINCIPIO DE RESERVA: El principio de reserva no solo
impone al abogado mantener en secreto todo lo que de cualquier forma

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ha llegado a su conocimiento con ocasión del desempeño del encargo


profesional que el cliente le confirió, sino que le impone también
observar una conducta inspirada en la discreción y reserva absoluta.
El deber de reserva no se refiere a cuento tiene que ver con
las vicisitudes de la controversia o del asunto, sino que se
extiende a cualquier otra circunstancia en la que los citados
sujetos estén directa o indirectamente implicados. Por ello, desde
un punto de vista deontológico, el deber de reserva presenta un
contenido más amplio del que normalmente se le atribuye al secreto
profesional al que se refiere el cod. Penal.
Las confidencias que el cliente hace al abogado sirven para
la defensa y están destinadas a ser divulgadas, observación que no
es del todo cierta, porque el abogado tiene la obligación de
distinguir lo que es conveniente o posible utilizar en la labor de
defensa de aquello, que, en cambio, debe permanecer secreto.
Se podría decir que el principio de reserva contradice el
principio de información, pero, considerándolo bien, la
contradicción no existe, porque éste último principio (info) se
refiere al conocimiento de noticias, de hechos, de cosas y de
circunstancias que sirven a la tarea de la de la defensa, mientras
que las noticias que de dan al cliente sobra la marcha de la causa
quedan confinadas entre abogado y asistido.
De cualquier forma, la regla general es la conservación del secreto,
sobre todo con relación a terceros.
RESERVA Y SECRETO PROFESIONAL: Entre la regulación jurídica
del secreto profesional y el principio de reserva existen vínculos
estrechos.
Los conceptos de justa causa de revelación del secreto, de
disciplina y se orden de autoridad pública de revelar el secreto,
no pueden dejar de desplegar su eficacia también para el deontologo.
La autorización de revelar un secreto, dada por el propio
cliente no es suficiente para hacer lícita la revelación. De hecho,
el cliente, titular del secreto, no está vinculado por ningún deber
de reserva, pero el abogado sí.
Diferente es la hipótesis de que el cliente le confiera al
abogado un mandato expreso de revelar el secreto a determinadas
personas. Entonces será conveniente que el abogado haga entregar al
efecto un escrito en forma de autorización.
LA TRANSMISION DEL SECRETO: La transmisión del secreto se
produce cuando las noticias reservadas deben ser comunicadas a otras
personas interesadas igualmente en el desarrollo del asunto, por
ejemplo, cuando el abogado elegido por un cliente, por razones
diversas, es sustituido por otro. En estos casos es evidente que el
abogado que sustituye a su colega, necesita conocer todos los
extremos de la situación procesal o del problema a resolver y el
abogado saliente puede confiarle la información reservada con el
requisito de que el cliente no se oponga a ello.
VARIAS HIPOTESIS DE COMPORTAMIENTO DE RESERVA:-El abogado
debe tratar sus asuntos profesionales en su despacho y no en lugares
públicos (cafés, calles, etc).-Prohibición de tratar al cliente con
excesiva confianza e intimidad.-Los documentos u objetos
depositados en el despacho del abogado, por razón del litigio o del
asunto están destinados a quedar cubiertos por el secreto.
LA ABSTENCION DE PRESTAR TESTIMONIO: Una forma especial de
tutela legislativa del secreto profesional es la facultad que se
concede al abogado de abstenerse a atestiguar, sobre todo, lo que
le fue confiado o que ha llegado a su conocimiento por razón del
desempeño de su actividad profesional.
UTILIZACION DE INFORMACIONES RESERVADAS COMUNICADAS EX
ADVERSO (fuera del litigio): Una especial manifestación del deber
de reserva (que tiene relevancia también a propósito del deber de
colegialidad) y que es la prohibición establecida de hacer uso o de
verter en juicio, informaciones, correspondencia o documentos
reservados comunicados amistosamente por el abogado de la parte
contraria, o bien propuestas de carácter transaccional, para

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prevalerse de ellas con fines de defensa.


ART. 147 DEL CÓDIGO PENAL PARAGUAYO: Art. 147. REVELACION
DE UN SECRETO DE CARÁCTER PRIVADO:
1º El que revelará un secreto ajeno:
1) llegado a su conocimiento en su actuación como:
a) médico, dentista o farmacéutico
b) abogado, notario o escribano público, defensor de causas penales,
auditor o asesor de hacienda;
c) ayudante de profesional de los mencionados anteriormente o
persona formándose con ellos en la profesión.
2º respecto del cual le incumbe por ley o en base a una ley la
obligación de guardar silencio, será castigado con pena privativa
de libertad de hasta 1 año o multa.

CAPITULO 10: EL PRINCIPIO DE LEALTAD PROCESAL.


EL CONCEPTO DE LEALTAD REFERIDO A LOS COMPORTAMIENTOS DE LOS
ABOGADOS: En nuestro ordenamiento jurídico se toma en consideración
la obligación genérica de comportarse lealmente en materia
contractual desde el punto de vista de LA BUENA FE y de la
CORRECCION. (art. 51 cpc).
Donde el deber de lealtad asume una gran importancia es en
el sector de las profesiones intelectuales libres, y en particular
en la profesión forense, en donde se toma en consideración, tanto
por derecho como por la deontología. Bajo este último aspecto, el
principio de lealtad se une a otros principios generales como los
de corrección, reserva, colegialidad. Prácticamente se refiere a
todos los comportamientos que el abogado suele tener en sus
relaciones intersubjetivas y que tienen un cierto nexo con el
ejercicio de la profesión, que resulta del DEBER DE MANTENER LA
PALABRA DADA, DE OBRAR ABIERTAMENTE, HONESTAMENTE Y RESPETANDO LAS
REGLAS DEL JUEGO.
En el sector del arte forense el principio de LEALTAD
desempeña un notable papel, sobre todo en las situaciones
procesales, en las relaciones con colegas, con los jueces, con el
cliente y con la parte contraria y con el mismo orden profesional.
LOS COMPORTAMIENTOS SEGÚN LA LEALTAD Y PROBIDAD DE LOS ARTS.
51, 52 Y 53 DEL CPC y 56 del CPT: Los comportamientos del abogado
inspirados en el principio de lealtad se toman en consideración
especialmente en el desarrollo del proceso.
CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL (CPC) - DE LOS DEBERES DE LAS
PARTES:
Art. 51.- Buena fe y ejercicio regular de los derechos. Las partes
deberán actuar en juicio con buena fe, y no ejercer abusivamente
los derechos que les conceden las leyes procesales.
Art. 52.- Mala fe. Reputase litigante de mala fe, a quien:
a) omita o altere manifiestamente la verdad de los hechos;
b) provoque o consienta el diligenciamiento de medidas cautelares
decretadas a su pedido, en forma evidentemente innecesaria y no
adopte en tiempo oportuno medidas eficaces para evitarla; y
c) use el proceso con el fin de conseguir un objeto o beneficio
ilícito.
La enumeración precedente es taxativa.
Art. 53.- Ejercicio abusivo de los derechos. Ejerce abusivamente
sus derechos, la parte que en el mismo proceso:
a) haya promovido dos o más impugnaciones de inconstitucionalidad,
rechazadas con costas;
b) haya promovido y perdido tres incidentes con costas;
c) fuere sancionada más de una vez con medidas disciplinarias; y
d) formule pretensiones o alegue defensas que, juzgadas, resulten
manifiestamente desprovistas de fundamento o innecesarias para la
declaración o defensa del derecho
EL CODIGO PROCESAL DEL TRABAJO. ART. 56 (CPT)
ART- 56 “Los litigantes deberán comportarse con lealtad y probidad
durante el proceso. El juez tendrá la facultad para desestimar toda
petición o acto que implique dilación manifiesta del litigio o fuere

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superfluo para la protección eficaz de los intereses debatidos”


ARTICULOS 112 AL 114 DEL COD. PROCESAL PENAL - DEBERES DE
LAS PARTES:
ART. 112 BUENA FE: Las partes deberán litigar con buena fe, evitando
los planteos dilatorios y cualquier abuso de las facultades que
este código le concede. No se peticionará la prisión preventiva del
procesado cuando ella no sea absolutamente necesaria para asegurar
las finalidades del procedimiento. Las partes no podrán designar
durante la tramitación del procedimiento, apoderados o
patrocinantes que se hallaren comprendidos respecto del magistrado,
en una notoria relación para obligarlo a inhibirse por cualquiera
de las causales enumeradas en el art. 50 de este código. Los jueces
cancelarán todo nombramiento o patrocinio que se haga infringiendo
esta prohibición.
ART. 113 PODER DE DISCIPLINA: Los jueces velarán por la regularidad
del litigio, el ejercicio correcto de las facultades procesales y
la buena fe. No podrán bajo pretexto de incurrir en faltas
disciplinarias, restringir el derecho de la defensa o limitar las
facultades de las partes. En todo lo demás serán aplicables a la
naturaleza del procedimiento penal, las normas previstas en el CPC.
ART. 114. SANCIONES: Cuando se compruebe la mala fe o se litigue
con temeridad, los jueces podrán sancionar hasta con 100 días de
multa en casos graves o reiterados, y en los demás casos con hasta
50 días multa o apercibimientos. Para la aplicación de la multa
regirá lo establecido en el cod. Penal. Antes de imponer cualquier
sanción procesal se oirá al afectado. Las sanciones procesales son
apelables con efecto suspensivo.
PRECEPTIVIDAD DE LOS ART. 51 DEL CPC Y 112 DEL CPP ¿DERIVA
LA OBLIGACION DE DECIR LA VERDAD?: Se ha dicho que el art. 51 del
CPC (BUENA FE) es una norma desprovista de sanción y que no tiene
naturaleza preceptiva. Debemos rechazar esta opinión, en realidad
en cuanto a la sanción basta leer las disposiciones de los arts. 52
y 53.
En cuanto al carácter preceptivo del art. Se deduce del
contenido del mismo que se remite a dos conceptos de contenido ético
y deontológico. Las dificultades prácticas de aplicación concreta
no excluyen su relevancia jurídica bajo el aspecto de la
coercibilidad y la preceptibilidad. La falta de intervención del
juez frente a las violaciones de los deberes de lealtad y probidad
en el proceso no impide al consejo del orden tomar la iniciativa
para reprimir disciplinariamente las faltas y los abusos del abogado
ART. 51 CPC DERIVA DE ESTE ART. LA OBLIGACIÓN DE DECIR LA
VERDAD: Se ha sostenido que de esta norma deriva para las partes y
sus defensores una llamada obligación de verdad, o sea, de decir la
verdad o al menos no mentir. Por el contrario, algunos han objetado
estas opiniones porque no pueden sostenerse en cuanto que no está
justificada por la estructura del proceso, que se entiende como una
lucha regulada por el derecho y que se basa en la habilidad de cada
parte para hacer valer los elementos que le son favorables, por lo
que el deber de lealtad se reduce a se un límite al comportamiento
procesal considerado como un “juego entre las partes”, por lo que
debe considerarse desleal el que miente con perjuicio de otro,
mientras que las partes que alteren conjuntamente la verdad no dañan
a nadie, puesto que la ley les concede el poder dispositivo, y por
tanto, tampoco pueden considerarse desleales respecto al juez.
Desde el punto de vista deontológico no nos parece que se
puedan compartir estas opiniones. La concepción del proceso civil
como supuesto de guerra en el que la victoria corresponde al más
hábil y no al que tiene razón, no puede aprobarse. Los citados
comportamientos mentirosos de las partes pueden, de hecho, desviar
al juez de la verdad, es decir, de una exacta comprensión del
supuesto y por tanto inducirle a dictar una sentencia no conforme
a la verdad.
Tales comportamientos violan los principios de la ética
forense y comprometen la función social de la profesión.

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En realidad, el abogado, si bien destinado a tutelar los


intereses del cliente, no debe obstaculizar el desarrollo de la
actividad judicial, precisamente porque es un colaborador necesario
de la administración de la justicia.
DESLEALTAD Y DOLO PROCESAL: El comportamiento procesal del
abogado, contrario a los deberes de lealtad y probidad, pueden tener
múltiples manifestaciones que es imposible catalogar. En
determinadas circunstancias podrá señalarse un supuesto de dolo
procesal tendiente a defraudar a la justicia, además de dañar a la
otra parte.
Pueden constituir comportamientos unilaterales de
deslealtad, por ejemplo, la falsa indicación de la residencia de
una parte al objeto de impedir a la parte contraria oponer la
excepción de incompetencia por razón del territorio; la falta de
comunicación a tiempo de las conclusiones, la presentación a última
hora de un nuevo documento no comunicado al adversario, la
alteración de un documento presentado en la causa, el intento de
sobornar testigos, etc.
También las excepciones meramente dilatorias, la
interposición de actos de apelación con fines de aplazamiento y el
inicio de causas absolutamente desprovistas de fundamento,
constituyen violaciones de los deberes de lealtad y probidad
procesal y asimismo la presentación de documentos falsos de mala
fe.
ART. 31 DE LA LEY 1376/88: ARANCEL DE HONORARIOS DE ABOGADOS
Y PROCURADORES: ART. 31: No procederá la regulación de honorarios
a favor del profesional apoderado o patrocinante de la parte que
hubiera incurrido en plus petitio manifiesta (consiste en pedir de
mas en orden a la cuantía), declarada en la sentencia. Tampoco
procederá la regulación cuando por resolución fundada, el Juez o
Tribunal califique de negligente la conducta observada por el
profesional, lo reputase litigante de mala fe o que hubiere
ejercitado abusivamente los derechos. A los efectos de la regulación
no serán considerados los escritos y trabajos notoriamente
inoficiosos.
PROHIBICION DE USAR EXPRESIONES INCONVENIENTES U OFENSIVAS:
Cae dentro del deber de lealtad y probidad procesal el comportarse
según las reglas del decoro, de la corrección y de la buena
educación, bien en los contactos humanos, con los colegas, con las
partes litigantes, con los jueces y con los funcionarios de las
secretarías, bien en los escritos defensivos, en las alegaciones,
en los informes orales y en las conclusiones.
El supremo colegio (FLORENCIA – ITALIA) ha introducido una
distinción entre el concepto de expresiones ofensivas – que hieren
al honor, decoro y reputación de aquél a quien va dirigida- y el
concepto de expresiones inconvenientes- que repercuten en el decoro
de quien las pronuncia y al grupo social al que éste pertenece.
ART. 17 DEL C.P.C. FACULTADES DISCIPLINARIAS, DE LOS JUECES
Y TRIBUNALES: Art.17.- Facultades disciplinarias. Los jueces y
tribunales deberán sancionar en resolución fundada las faltas o
incorrecciones que los litigantes, sus abogados o procuradores u
otras personas cometan en juicio, en el diligenciamiento de sus
mandatos u órdenes, o con motivo del ejercicio de sus funciones,
contra su autoridad o dignidad, contra el respeto debido a los
funcionarios, a los otros litigantes, sus representantes o
patrocinantes. Además de las sanciones previstas en el Código de
Organización Judicial, los jueces y tribunales mandarán testar en
los escritos presentados las palabras o frases ofensivas o
indecorosas, y excluirán de las audiencias a quienes las perturben
con su comportamiento incorrecto. Serán apelables el
apercibimiento, la multa y el arresto, conforme a lo dispuesto por
el artículo 400, segundo párrafo. El arresto sólo podrá ser
domiciliario o cumplido en el local del juzgado o tribunal.
ART. 56 DEL C.P.C: SANCIONES EN CASO DE MALA FE O EJERCICIO
ABUSIVO DEL DERECHO: Art.56.- Sanciones en caso de mala fe o

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ejercicio abusivo de los derechos. Sin perjuicio de otras sanciones


que pueda prever la ley, la admisión de mala fe o de ejercicio
abusivo de los derechos importará una presunción juristantum contra
la parte a la que se imputen, cuando haya duda sobre el derecho
invocado, o insuficiencia de prueba.
Aunque la parte culpable de mala fe o ejercicio abusivo de
los derechos resulte vencedora en lo principal, serán a su cargo
las costas del proceso. Los jueces y tribunales, al regular los
honorarios de los letrados de la parte contraria, los aumentarán
hasta el cincuenta por ciento, según la gravedad de los hechos. La
parte perjudicada podrá, además, responsabilizar a la otra por los
daños y perjuicios, conforme con lo dispuesto por el Código Civil.

CAPITULO 11: EL PRINCIPIO DE LA COLEGIALIDAD.


EL GRUPO PROFESIONAL CONSIDERADO DESDE UN PUNTO DE VISTA
HISTÓRICO Y SOCIOLÓGICO COMO UNA COMUNIDAD Y DEBERES QUE PERTENECEN
A ÉL: El principio de colegialidad tiene orígenes antiguos y se
basa en tradiciones profundamente enraizadas en la vida profesional.
El concepto mismo de la colegialidad presupone la unión de
varias personas ligadas entre sí por sus intereses comunes que, en
nuestro caso, se refieren al ejercicio de la misma actividad
profesional.
Un colegio profesional o colegio oficial es una corporación
de derecho público de carácter gremial integrada por quienes ejercen
las llamadas profesiones liberales y que suelen estar amparados por
el Estado. Sus miembros asociados son conocidos como colegiados.
Etimológicamente el término colegialidad también da idea de
vinculo interno de sujetos, tanto más si se reúnen formalmente en
una organización de base corporativa.
Históricamente las corporaciones profesionales, varias de
las cuales (como la de médicos, abogados, notarios y otros) tienen
orígenes antiquísimos y nobles tradiciones (como los estatutos de
las corporaciones medievales de artes y oficios). A través de la
evolución de estas instituciones jurídicas el núcleo fundamental de
la corporación quedó inalterado, mientras que cambiaron sus poderes,
sus atribuciones y en parte sus finalidades.
Los ordenamientos jurídicos modernos han heredado, puede
decirse la regulación estatutaria de estas corporaciones y la han
adaptado a las exigencias del moderno estado de derecho. El grupo
profesional resultante de los inscriptos en el registro se organiza
en el Orden que es una institución técnico- jurídico. Ésta, bajo el
aspecto sociológico presenta rasgos de una comunidad necesaria cuyos
miembros tienen intereses iguales o comunes que perseguir. Tales
intereses, aunque tienen carácter sectorial o categorial, son
relevantes también para el Estado a causa del reconocimiento que
éste ha hecho de la función social de determinadas profesiones.
Está claro que los miembros del grupo están ligados entre
si por un vinculo orgánico que les estimula y les obliga a tener
determinados comportamientos homogéneos al objeto de salvaguardar
el bien común sectorial. Según la tradición tales comportamientos
se caracterizan por los conceptos de fidelidad, lealtad,
camaradería, confianza recíproca y solidaridad que pueden
considerarse concluyentes en el concepto genérico de colegialidad.
LOS VINCULOS DE LA COLEGIALIDAD SEGÚN LA DEONTOLOGIA: Entre
los miembros de las antiguas corporaciones profesionales existía
una férrea cohesión, garantizada por el poder disciplinario
enérgicamente ejercitado por la corporación.
El poder ejercitado hoy por los entes profesionales no es
más que un pálido reflejo de otros tiempos, aunque también hoy,
como entonces, las faltas contra el deber de colegialidad se
castigan vía disciplinaria.
La colegialidad no puede invocarse para cubrir con cortinas
de humo los comportamientos ilícitos de un colega por el sólo hecho
de que provengan de un colega, que ha de ser defendido a toda costa.
El principio de colegialidad está ampliamente impregnado de un

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sentimiento solidario, pero no siempre coincide con el concepto de


solidaridad. Por ejemplo, desempeña una labor solidaria el abogado
que fuera del proceso sale espontáneamente en defensa de un colega
calumniado. En cambio, no entra dentro del principio de solidaridad
el informar al colega adversario de eventuales errores que haya
incurrido o en los que vaya a incurrir, pero entra dentro del si no
se trata del colega adversario.
PRINCIPIOS QUE SUSTENTAN A LA COLEGIATURA: - Principio de
Subsidiaridad. -Principio de Solidaridad
COLEGIALIDAD Y ENFRENTAMIENTO EN EL EJERCICIO DE LA
PROFESION FORENSE: El temperamento personal del abogado tiene
ocasión de manifestarse claramente y a veces con exhuberancia en
las situaciones procesales y en las relaciones profesionales en
general cuando se enfrenta con colegas de temperamento semejante o
contrario. El principio de colegialidad opera entocnes como freno
o correctivo.
LA COMPETENCIA ENTRE COLEGAS: El comportamiento malicioso
que constituye una grave ofensa al principio de colegialidad es al
COMPETENCIA DESLEAL entre colegas, que presenta como
manifestaciones principales la sustracción dolosa de clientes
habituales de un determinado colega y la realización de hechos que
provocan la desviación de clientela con daño a varios colegas, sobre
todo en determinadas especialidades.
Es bien sabido que la clientela es un bien fluctuante por
naturaleza. Corresponde al abogado saber conservarla, sin que pueda
hipotecarla a su favor. Sin embargo, cae dentro del deber de la
colegialidad que el abogado al que se dirige por primera vez un
cliente debe indagar con discreción si éste ha tenido ocasión de
servirse de otro colega para dicho asunto o para asuntos distintos,
y es buena regla el advertir al colega que le haya precedido que ha
recibido un encargo de un antiguo cliente suyo.
Realiza actos de competencia desleal el abogado que recurre
a contactos personales directos con el cliente de un colega haciendo
una labor de persuasión para que se sirva de su propio trabajo,
levantando dudas sobre la capacidad profesional de su colega, opero
aun arrojando descrédito sobre él, bien en orden a su conducta
moral, bien con relación a sus dotes profesionales.
¿ES LICITO APROVECHARSE DEL DESCUIDO DE UN COLEGA
ADVERSARIO?: Se discute si aprovecharse del error o descuido del
colega adversario para mejorar la posición del cliente propio
constituye un acto de violación al principio de colegialidad. Es
necesario ante todo introducir una distinción entre.
DESCUIDO: Hay que hacer u distinción, si es resultado de la falta
de atención supone negligencia, es decir una culpa leve y como tal
no se debería perdonar, pero si se trata de una desatención banal
en la que cualquiera puede caer, entonces el comportamiento del
abogado descuidado puede ser tomado con mayor comprensión
ERROR DE LAS NORMAS JURIDICAS: en este caso no hay dudas, el abogado
que ha errado, debe hacerse cargo de las consecuencias de su error.
CASUISTICA: A)infringe el deber de colegialidad el abogado
que se pone directamente en contacto con la parte contraria y trata
con ésta en ausencia de su abogado o si su previa autorización.
B)El que trata descortésmente a sus colegas. C) El que no ofrece
condiciones decorosas en su despacho y no retribuye adecuadamente
a sus dependientes y/o colegas.
LA INFORMACION A LOS COLEGAS: El abogado debe informar a su
cliente y a su colega del desarrollo del proceso. La información
con respecto a los colegas entra evidentemente también en el deber
de colegialidad.
En caso de sustitución del defensor por otro está obligado
a informar al abogado sustituto sobre el estado del proceso y de
todas las circunstancias que lo rodean y que pueden ser útiles para
la defensa de los intereses del cliente.
LIMITES DEL DEBER DE COLEGIALIDAD: El principio de
colegialidad debe realizarse en función social de la profesión. En

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éste sentido, la citada función opera como límite del deber de


colegialidad que, por lo demás, no puede justificar comportamientos
de complacencia o de connivencia con colegas que no están
legitimados para el ejercicio de la profesión o que al ejercerla se
comportan de modo incorrecto.
Ejemplo: el abogado deberá abstenerse de prestar su nombre
y su actividad a colegan que han sido expulsados o borrados del
registro o suspendidos en el ejercicio de la profesión.
USO DE LAS INFORMACIONES Y ESCRITOS RESERVADOS COMUNICADOS
AL COLEGA ADVERSARIO: Son lesivos al principio de colegialidad y de
reserva, el abuso de informaciones o escritos intercambiados
confidencialmente entre abogados adversarios y destinados a ser
reservados, pero que en cambio se invocan o presentan en el proceso
o en las transacciones entre las partes, con el fin de apoyar la
tesis defensiva propia o de obtener mejores condiciones en el asunto
a favor de su cliente.
La prohibición del uso de tales informaciones o escritos se
basa en estos principios: a)el abogado es un colaborador de la
administración de la justicia. b) el abogado debe colocarse en un
plano de separación con respecto al litigio o asunto.
c) porque crearía desconfianza en el abogado adversario y no
existiría la posibilidad de entablar útiles contactos
extrajudiciales para llegar a una composición amistosa.

CAPITULO 12: LAS RELACIONES ENTRE ABOGADOS Y CLIENTES.


CONOCIMIENTO Y CONFIANZA RECIPROCOS: La relación entre el
abogado y el cliente puede considerarse desde varios puntos de vista
JURIDICO: respecto de los derechos y obligaciones que derivan de
las partes del contrato de prestación de obra intelectual.
SOCIOLOGICO: respecto al comportamiento que las mismas partes
observan con ocasión del desarrollo de la relación profesional.
DEONTOLOGICO: por lo que concierne al modo de actuar no técnico del
abogado frente al cliente, y en atención a la ética forense.
Es especialmente a éste respecto cuando salta a los ojos el
carácter personal de la relación profesional, a causa del contacto
humano que tiene lugar entre las partes.
En dicha relación es indispensable un mutuo conocimiento
entre las dos partes, cliente y abogado, que debe lograrse con
reciprocidad, si bien no siempre homogénea, con vistas a conseguir
la necesaria compenetración. Es la llamada “exploración del
cliente”, el abogado como se deduce de la deontología, debe
comportarse con la máxima limpieza, probidad y reserva.
EL DEBER DE FIDELIDAD DEL ABOGADO: Desde el punto de vista
de la deontología puede afirmarse la existencia de un deber de
fidelidad del abogado, sobre todo porque entre la normativa estatal
(cod. Civil y cod. Penal) y la deontología existen vínculos
evidentes en la cuestión y en segundo lugar porque hay una estrecha
relación entre el otorgamiento de la confianza del cliente al
abogado y la dedicación de éste último con respecto a su asistido.
El código Penal establece como tipo legal la traición a la parte.
DIVERSAS APLICACIONES DEL PRINCIPIO DEL INTERES: Uno de los
principios de la deontología es el del DESINTERES. En virtud del
mismo, el abogado debe renunciar a toda ventaja de interés personal,
moral o económico que pueda derivar directa o indirectamente de la
aceptación del encargo.
El abogado está obligado a asistir a su cliente con el mismo
grado de diligencia, y con igual empeño, prescindiendo de su clase
social, de sus condiciones económicas y de su raza o religión.
La abogacía no puede configurase como un instrumento de
enriquecimiento o de especulación y por ello el abogado no debe
subordinar la aceptación del encargo a la previsión de la
compensación más alta posible.
BUENA FE, ACTUALIZACION CIENTIFICA Y OTROS COMPORTAMIENTOS
OBLIGATORIOS CON RELACION AL CLIENTE:Las relaciones intersubjetivas
entre abogado y cliente deben caracterizarse por la BUENA FE. Este

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deber tiene un doble origen: legislativo y deontológico.


Un comportamiento caracterizado por este deber, consiste en
rechazar el encargo que parezca superior a las propias fuerzas. Sin
embargo, con el consentimiento del cliente, el abogado puede
asociarse con un colega más experto o un especialista en la materia
en cuestión.
De acuerdo con la legislación civil, el profesional debe
ejecutar exactamente y diligentemente su prestación, en atención a
la naturaleza técnica de la misma, puesto que la inobservancia de
éstas obligaciones comportaría la disminución de su reputación
profesional y decoro para la profesión. Para cumplir con estos
deberes es necesario que el abogado no ignore la evolución
legislativa, doctrinal y jurisprudencial, pues en caso contrario
correría el riesgo de causar graves daños al cliente y ofendería su
propio decoro y el prestigio de la profesión.
Otros aspectos en la relación del abogado con el cliente:
- El abogado debe pedir información al cliente sobre si ha existido
una relación precedente con otro colega que versase cobre el mismo
objeto e informar al colega.
- Efectuar las entrevistas y reuniones con el cliente en el despacho
y no en lugares públicos (reserva).
- Señalar la posibilidad de una solución amigable con el adversario
- Elegir los medios menos costosos y más rápidos para conseguir el
fin deseado.
ACEPTACION FORMAL DEL ENCARGO: La aceptación del encargo
debe ir precedida de un cuidadoso examen de la licitud, incluso
desde un punto de vista moral, del objeto de la controversia.
La aceptación del encargo debe realizarse con mucha claridad por el
abogado, incluso si, como ocurre de ordinario, no se redacta un
contrato por escrito, salvo la redacción del poder “ad litem”.
Lo que cuenta es que la aceptación del encargo debe hacerse
con conocimiento de las responsabilidades que derivan de ello, por
tanto, el encargo debe ser cumplido personalmente con la debida
diligencia y según los intereses contractuales en el marco de los
comportamientos obligatorios en virtud de los principios y de las
reglas de la deontología forense, en el interés del cliente y en el
general.
La aceptación del encargo se fuente de responsabilidades
hacia el cliente, pero también hacia uno mismo y hacia el gremio
profesional.
DESARROLLO DE LA RELACION: Durante el desarrollo de la
relación operan los principios deontológicos generales:
- El cliente debe ser informado del desarrollo del proceso.
- instruir al cliente cuando su participación personal sea
requerida por el juez.
- Presentar periódicamente una rendición de cuentas si el cliente
ha entregado sumas de dinero.
- Evitar demostraciones de excesiva intimidad o familiaridad.
- deberes de discreción y reserva.
- el abogado no debe ser un instrumento de su cliente ni tampoco
imponer su voluntad.
EL PATROCINIO DEL ABOGADO: Ley 1376/88. Art. 6.- Es
obligatorio el patrocinio de abogado en todo asunto propio, judicial
o administrativo, la representación por mandato será por abogado o
procurador matriculado.
Ni los jueces o tribunales, ni las autoridades
administrativas, darán curso a presentación alguna que no se ajuste
a lo dispuesto en este artículo.
LA REPRESENTACIÓN PROCESAL EN EL DOBLE CARÁCTER: Abogado
Patrocinante: Sólo puede ser patrocinante el profesional abogado.
El abogado que actúa como mero patrocinante no tiene la
representación de su cliente y su misión consiste únicamente en
conducir el litigio y aconsejar las soluciones legales que considera
convenientes. El patrocinante es un asistente jurídico que actúa
como asesor o consultor de su cliente. En el papel de asesor o

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patrocinante el abogado se encuentra tan sólo obligado a poner toda


su pericia, conocimientos, diligencia y prudencia, a los efectos de
obtener un resultado exitoso (obligación de medios); y en este
sentido el actor actúa por propio derecho propio y suscribe los
escritos junto con el patrocinante.
Abogado Procurador: Toda persona que goza de capacidad procesal
tiene el derecho de postulación procesal: “poder de ejecutar
personalmente todos los actos procesales inherentes a la calidad de
parte”. Este derecho puede ser delegado a un tercero, configurándose
un contrato de mandato o apoderamiento (representación voluntaria
o convencional). Este apoderado o procurador, como representante,
nunca es parte sino participante, es decir, participa, interviene
en el proceso realizando la actividad que le corresponde a su
representado, en su nombre e interés; es el que decide
independientemente en el proceso, es decir, asume las decisiones
tanto jurídicas como determinantes en cuanto al direccionamiento de
“contenido” del pleito (obviamente dentro de las instrucciones
recibidas).
CESE DE LA RELACION: La cesación del encargo coincide
normalmente con la finalización del asunto (emisión de una sentencia
definitiva, conclusión del proceso).
El encargo puede cesar también antes de tiempo por
desistimiento unilateral de una de las partes de la relación.
PROFESIONAL: Ha de tener lugar, sin embargo, tan solo por justa
causa (que puede ser también por motivos éticos como por ejemplo si
considera que es dañado en su honor profesional por la conducta
irrespetuosa de su cliente) y sin perjudicar al cliente (el abogado
debe tomar oportunas precauciones para evitar cualquier daño a su
asistido). La renuncia al mandato debe efectuarse también en el
caso de que el abogado se preste a hacer de testigo en la misma
causa en que es representante de la parte (por orden del juez o
iniciativa de ésta).
CLIENTE: este puede concretarlo incluso prescindiendo de una justa
causa o bien indicando un motivo. Pero cuando el desistimiento se
declara bruscamente sin motivo plausible (no declarado) y de manera
irrespetuosa, se puede considerar, según las circunstancias que con
ello se daña el honor del profesional.
Al final de la relación el abogado presenta una minuta
(liquidación) de los gastos y honorarios. Tiene la opción de
solicitar la regulación de honorarios profesionales de acuerdo a la
ley 1376/88.
DECALOGO DE COUTURE: 1.Estudia. 2.Piensa. 3.Trabaja.
4.Lucha. 5.Se leal. 6.Tolera. 7.Ten paciencia. 8.Ten fe. 9.Olvida.
10.Ama tu profesión.
DECALOGO DE OSORIO: 1.No pases por encima de tu conciencia.
2.No aceptes una convicción que no tengas. 3.No te rindas ante la
popularidad ni adules la tiranía. 4.Piensa siempre que tu eres para
el cliente y no el cliente para ti. 5.No procures ser más que los
magistrados, peor no consientas ser menos. 6.Ten fe en la razón que
es lo que prevalece. 7.Por la moral por encima de las leyes.
8.Aprecia como el mejor de los textos al sentido común. 9.Procura
la paz como el mayor de los triunfos. 10.Busca siempre la justicia.

CAPITULO 13: LAS RELACIONES CON EL ENTE PROFESIONAL Y CON


LOS MAGISTRADOS.
LAS RELACIONES CON EL ENTE EN GENERAL: Las relaciones que
se establecen entre los inscriptos en el registro y el ente
profesional se configuran por la doctrina como las relaciones
jerárquicas de subordinación particular que se basan en la inserción
del profesional a un grupo comunitario organizado en el que el
inscripto asume la cualidad de miembro orgánico.
Estas relaciones tienen relevancia desde un triple punto de
vista: JURIDICO: el legislador se ha preocupado de dar a las
relaciones que se desarrollan dentro del ordenamiento profesional
el carácter de la democraticidad. SOCIOLOGICO: los miembros contraen

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deberes de lealtad, fidelidad, colaboración, respeto mutuo y


camaradería, ya en base a la tradición, en base a la naturaleza
institucional del grupo mismo al que el legislador a dotado de
personalidad (en los países donde funciona la colegiatura
obligatoria). DEONTOLOGICO: los propios miembros del grupo, deben
caracterizar sus comportamientos y por tanto sus relaciones
recíprocas por los principios deontológicos de corrección,
colegialidad, lealtad etc.
ART. 67 DEL C.P.C. DIGNIDAD DEL ABOGADO: Art.67.- Dignidad
del abogado. Deberá guardarse a los abogados, en su actuación
profesional, el mismo respeto y consideración debidos a los jueces.
EL ART. 412 DEL CP.C. REQUERIMIENTO PREVIO Y DEBER DE
UNGIMIENTO: Art.412.- Requerimiento previo y deber de urgimiento.
Cuando transcurrido el plazo legal para dictar resolución, el juez
o el tribunal no lo hubiere hecho podrá ser requerido por cualquiera
de los interesados en el proceso.
El apoderado está obligado a pedir pronto despacho a los
jueces o tribunales, y si no obtuviere pronunciamiento, deberá
retirar el pedido dentro de los diez días siguiente. El
incumplimiento de éste deber será sancionado con multa equivalente
a diez días de salario mínimo legal establecido para actividades
diversas no especificadas en la Capital cuando se omitiere el
segundo. Si dentro de los veinte días siguientes el juez o el
tribunal no dictaren resolución, deberá ocurrir en queja ante el
superior, salvo cuando el tribunal moroso fuese la Corte Suprema
Justicia, bajo pena de suspensión de seis meses en el ejercicio de
la profesión. El control en el cumplimiento de este deber lo
realizará la Corte Suprema de Justicia mediante el informe a que se
refiere el artículo 197 del Código de Organización Judicial, en el
cual los jueces y tribunales deberán consignar los fallos
pendientes, indicando las carátulas de los respectivos juicios.
EL COLEGIO DE ABOGADOS DEL PARAGUAY. ESTATUTOS. ÓRGANOS: El
Colegio de Abogados del Paraguay es el organismo rector de la
abogacía paraguaya, fue fundado el 5 de Junio de 1942, con
personería jurídica reconocida por Decreto Nº 17.296 del 2 de marzo
de 1943. Constituyendo originalmente una asociación civil, podrá
cumplir funciones de derecho público en cuanto así lo autorice la
legislación nacional.
Es una entidad de bien común y durará mientras subsistan los
fines que persigue. El domicilio del Colegio es la ciudad de
Asunción, Capital de la República del Paraguay.
Los Fines del Colegio de Abogados son:
- Promover y defender la causa de la justicia para cuya concreción
bregará por la instauración y efectiva vigencia del Estado de
Derecho fundado en los principios de la democracia;
- Defender la libertad e independencia de los abogados en el
ejercicio de su profesión, inconcebible sin la correlativa
independencia del Poder Judicial y los magistrados que lo integran;
- Ejercer la representación y defensa de la abogacía ante los
poderes públicos, autoridades jurisdiccionales o de otra
naturaleza, entidades públicas o privadas, con la legitimación para
intervenir en cuanto a litigio o causa afecte los intereses de la
profesión;
- Ordenar la actividad profesional, conforme a las leyes,
administrando la matrícula, ejerciendo facultades disciplinarias,
bregando por la observancia de normas éticas de la profesión, el
honor, la dignidad y el respeto a los abogados para el cumplimiento
de su rol en la sociedad;
- Promover la exigencia de una formación jurídica de alto nivel
como condición de acceso a la profesión, y al propio tiempo
organizar la capacitación profesional permanente de sus miembros
mediante acciones de carácter cultural, científico y académico;
- Participar en los planes de estudios brindados por las
universidades;
- Crear organismos y desarrollar acciones que fomenten la

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solidaridad, la asistencia mutua y la recíproca consideración de


sus miembros, organizando servicios y el establecimiento de
condiciones materiales acordes con la dignidad de la profesión;
- Promover la armonía y la colaboración entre los colegiados
impidiendo la competencia desleal, defendiendo sus intereses contra
el intrusismo de personas no habilitadas, arbitrando conciliaciones
y resolviendo las discrepancias que suscite el desempeño de los
profesionales;
- Defender las incumbencias legítimas de los abogados, exigir el
libre acceso a actuaciones que pudieran afectar cualquier
justiciable, así como exigir el tratamiento decoroso y respetuoso
del abogado en cualquier instancia y de parte de cualquier autoridad
o funcionario, como partícipe en la administración de la justicia;
- Promover el mejoramiento de la legislación general del país,
prestando la colaboración que a tal efecto recaben los poderes
públicos o ejerciendo el derecho de petición. En particular
coadyuvar y promover el mejoramiento de los servicios de la
Administración de la Justicia;
- Defender de manera intransigente los Derechos Humanos y en
especial el derecho de toda persona de acceder en condiciones de
igualdad a la Justicia, a ser juzgado públicamente ante tribunales
competentes, naturales, independientes, e imparciales con adecuada
asistencia profesional;
- Promover la educación legal del pueblo y ejercer las demás
acciones que deriven de los antecedentes fines o sean dispuestas
por la legislación.
- Asociarse o establecer relaciones con organizaciones
profesionales internacionales, con mira a la instauración de un
orden internacional justo que garantice a escala mundial el respeto
a la dignidad de la persona humana, y la paz.
De los Socios:
Art. 5º.- Habrá cuatro categorías de socios: Activos, Simples,
Correspondientes y Honorarios.
Art. 6º.- Son socios activos aquellos abogados ejercientes de la
profesión, que reúnan los siguientes requisitos:
a) Poseer título habilitante y hallarse matriculado para el
ejercicio de la profesión;
b) No desempeñar puesto público remunerado con el erario fiscal o
municipal;
c) No hallarse afectado por incompatibilidades o inhabilidades que
le impidan el ejercicio de la profesión y;
d) Ser aceptado en tal carácter por el Colegio. Esta aceptación es
revocable cuando sobrevenga incompatibilidad o inhabilidad.
Art. 7º.- La calidad de socio activo es incompatible con:
a) El desempeño del puesto público indicado en el inciso b, del
artículo anterior;
b) El ejercicio de profesiones auxiliares de la administración de
la justicia, tales como Peritos, Martilleros, Oficiales de Justicia,
Traductores y demás que pudieran establecerse;
c) La función notarial y la materia como Procurador;
d) La condición de integrante, en servicio activo, de las Fuerzas
Armadas o Policiales de la Nación.
e) El ejercicio de cargos lectivos.
La condición de asesor jurídico de un ente público no genera
incompatibilidad, a condición de que al efecto se hallen instituidos
por mandato asentado en escritura pública.
Art. 8º.- Están inhabilitados para formar parte del colegio:
a) Los abogados que hubiesen sido condenados por delitos comunes que
afecten la dignidad o decoro profesional, que lleven como sanción
accesoria la inhabilidad, mientras subsistan las sanciones;
b) Los excluidos del Colegio por sanción disciplinaria;
c) Los fallidos no rehabilitados.
Art. 9º.- Para ser socio activo además de los requisitos
establecidos en el artículo 6º, se requiere que resida y ejerza la
profesión dentro de la circunscripción judicial de la Capital.

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Los profesionales asociados a Colegios de Abogados de ciudades


circunvecinas pueden ser socios del Colegio de Abogados del
Paraguay, pero una vez que en tales ciudades se establezca, cuando
menos un juzgado de 1º Instancia, deberán optar por continuar como
socios activos del Colegio de la respectiva ciudad o de la entidad
matriz.
Art. 10º.- Son socios simples los abogados no ejercientes de la
profesión y por tanto no matriculados, o afectados de
incompatibilidades, que soliciten su asociación al Colegio. Tendrán
todos los derechos y prestaciones de seguridad social, en cuanto
así se organice, salvo el ejercicio del derecho de voto en las
Asambleas.
Art. 11º.- Son socios residentes los abogados residentes en el
extranjero o en otras circunscripciones judiciales, designados en
tal carácter por el Consejo Directivo. Hallándose en Asunción
gozarán de todas las prerrogativas de los socios, salvo el ejercicio
de derecho de voto en las Asambleas.
Art. 12º.- Son socios honorarios los abogados nacionales o
extranjeros así nominados por una Asamblea del Colegio en atención
a sus contribuciones científicas o méritos sobresalientes en defensa
de la Justicia y el Derecho.
Art. 13º.- Los socios simples y correspondientes, sin prejuicio de
su inelegibilidad, podrán desempeñar comisiones o integrar las
comisiones que establezca el Consejo Directivo.
De los órganos del Colegio:
Art. 16º.- Son órganos del Colegio:
a) Las Asambleas ordinarias o extraordinarias de sus socios activos;
b) El Consejo Directivo;
c) El Tribunal de Conducta;
d) El Consejo de Ex Presidentes;
e) Las comisiones creadas por el Consejo Directivo;
f) El Tribunal Electoral;
g) Los Colegios regionales.
CÓDIGO DE ÉTICA VIGENTE EN ESTE COLEGIO: CÓDIGO DE ÉTICA
PROFESIONAL – COLEGIO DE ABOGADOS DEL PARAGUAY.
SECCIÓN I
NORMAS GENERALES
Art. 1º: Causa que sirve la abogacía. El abogado debe ejercer su
noble oficio, poniendo todo su empeño en servir la Justicia,
cooperando para el efecto con los Jueces y dirigiendo y aconsejando
a sus clientes con estricta sujeción a las normas jurídicas y
morales. Debe defender el prestigio de la Abogacía, la dignidad de
la magistratura, el perfeccionamiento de las instituciones y el
orden jurídico, con desinterés y valentía.
Art. 2º: Honor profesional. El abogado tiene la obligación
fundamental de cumplir su función con absoluta probidad, con alta
dignidad y gran decoro.
Art. 3º: Aceptación de asuntos. El abogado tiene plena libertad
para aceptar o rechazar los asuntos, salvo en los casos en que por
expresa disposición de la ley esté obligado aceptarlos. En su
decisión no debe influir para nada la cuantía o el provecho
personal. Tampoco debe influir el miedo a los riesgos personales,
el de desagradar a las autoridades, o el de afrontar la
impopularidad. La defensa de un acusado es libre, cualquiera sea la
opinión que el profesional tenga sobre la responsabilidad de su
defendido.
Art. 4º: Deber de decencia. El Abogado debe tratar a los magistrados
con respeto, con cortesía, y con entera independencia, y evitar en
los escritos el uso de expresiones injuriosas y de ataques
personales.
Art. 5º: Secreto profesional. El secreto profesional es un deber y
un derecho, con relación a los hecho confiadosle en razón de su
oficio, y subsiste aun después que el abogado haya dejado de prestar
servicios. No puede intervenir en asuntos que pueda importar la
utilización de confidencias recibidas en el ejercicio de la

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profesión, contra el confidente, salvo que la revelación del secreto


sea indispensable para su propia defensa. No puede aconsejar o
representar a una de las partes, después de aconsejar o recibir el
mandato y el secreto de la otra en el mismo asunto.
Art. 6º: Actividades Ilícitas. El abogado no podrá trabajar asociado
con persona que ejerce ilícitamente la profesión, ni prestar su
firma para el tráfico ilícito y desleal de gestores oficiosos, ya
se trate de personas físicas o de organizaciones.
Art. 7º: Oficinas jurídicas. Toda oficina o estudio jurídico debe
estar bajo la dirección y responsabilidad de uno o más abogados,
cuyos nombres no deben desaparecer bajo el emblema de la
organización. El abogado no es comerciante, y no puede, por tanto,
usar su nombre de fantasía, ni prestar sus servicios en forma
anónima.
Art. 8º: Formación de clientela. El Abogado debe evitar la
solicitación directa o indirecta de clientela. En este orden, debe
abstenerse de toda publicidad sospechosa o excesiva, y la mediación
de agentes o corredores. Se recomienda que los avisos profesionales
se limiten a la indicación de títulos, especialidades, sede del
escritorio y horas de consultas, en textos corrientes y no
llamativos.
Art. 9º: Soborno e influencias políticas. Incurre en una grave falta
de ética profesional, el Abogado que, prevalido de la influencia
política o el soborno, coaccione sobre los magistrados y demás
funcionarios de la Administración Publica, para hacer primar sus
pretensiones sujetas a decisión judicial.
Ningún Abogado debe poner en juego o utilizar influencias sobre el
Juez, ya sea inter poniendo su amistad, o recurriendo a
recomendaciones, o a cualquier otro medio incorrecto que no sea el
análisis razonado de la causa.
Art. 10º: Acto nulo. - El Abogado no puede patrocinar la invalidez
de un acto jurídico en cuya formación haya intervenido.
Art. 11º: Reconocimiento de responsabilidad. - El Abogado debe
reconocer espontáneamente su responsabilidad en los casos que ella
resulte comprometida por un error inexcusable, negligencia o dolo.
Art.12º: Defensa gratuita. - El Abogado tiene la obligación de
atender gratuitamente a los pobres, a solicitud de éstos siempre
que el caso sea a su criterio defendible, o por nombramiento
judicial, en cuyo caso lo hará incondicionalmente.
Art. 13º: Intervención de ex - Magistrados. - Ningún Abogado debe
aceptar el patrocinio de asuntos en que intervino el magistrado.
Tampoco debe patrocinar, intervenir ni influir en modo alguno en
los asuntos en que hubiese intervenido como Asesor Jurídico de la
Administración Publica, o como funcionario.
Art. 14º: Escribano Publico. - El Abogado que sea al mismo tiempo
Escribano Publico y que opte por el ejercicio de esta última
profesión, no puede ejercer simultáneamente la Abogacía, ya sea en
forma directa o indirecta.
SECCIÓN II
RELACIONES DEL ABOGADO CON SU CLIENTE
Art.15º: Obligaciones. - Debe el Abogado servir a su cliente con
todo celo y estricta lealtad, poniendo a su servicio todos los
recursos de su saber, el empeño necesario para hacer valer sus
derechos, y actuar con toda decisión y con entera libertad sin
recurrir a medios prohibidos o inmorales.
Art.16º: Prudencia en el consejo. - Debe el Abogado evitar toda
exageración sobre las probabilidades de éxito, aconsejando con toda
prudencia al cliente, haciéndole conocer los riesgos, las
incertidumbres o cualquier otra circunstancia que pueda influir
sobre el resultado de la causa.
Art. 17º: Incitación a litigar. - Debe del abogado evitar toda
incitación al cliente a litigar, prometiéndole ganar el pleito.
Debe estar siempre dispuesto a facilitar un amigable avenimiento
entre las partes, procurar una justa transacción en cuanto se
presente una oportunidad favorable.

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Art.18º: Incorrección de cliente. - Debe el abogado procurar en la


medida que le sea posible, que el cliente guarde el debido respeto
y corrección con los magistrados, los colegas, y la contraparte. Si
el cliente persiste en su conducta incorrecta, el abogado debe
renunciar al mandato o al patrocinio, y ningún otro podrá
substituirle hasta que aquel guarde la debida corrección, o o se
obligue a guardarla.
Art.19º: Recepción de bienes o valores. - Debe el abogado que recibe
bienes o valores para su cliente, comunicarle inmediatamente, y
entregárselos sin demora alguna. Al termino del mandato debe rendir
cuanta al cliente que lo solicite, y no le es permitido retener
documentos, bienes o valores sino en los casos permitidos por la
ley.
Art. 20º: Renuncia al patrocinio o mandato. - No debe el abogado
renunciar intempestivamente a su cargo y sin justa causa
sobrevenida, una vez que lo haya aceptado. Después de la renuncia,
debe poner cuidado de no dejar indefenso al cliente.
Art.21º: Publicidad. - No debe el abogado proceder a la publicidad
del caso debatido, especialmente si atañe a la vida privada o las
relaciones de familia, sin la previa autorización del cliente, salvo
que se trate de publicaciones con fines científicos o en órganos
especializados en estudios jurídicos. Omitiendo los nombres de los
litigantes.
Art.22º: Adquisición de bienes litigiosos. - Fuera del “pacto de
cuota litis” admitido legalmente, el abogado no puede adquirir
directa o indirectamente los bienes en litigio, ni celebrar con su
cliente los contratos prohibidos por las leyes.
Art.23º: Honorarios. - Debe el abogado estimar sus honorarios con
moderación, pero sin ningún caso por menos del mínimo establecido
en la ley de Aranceles. Debe evitar cuidadosamente todo conflicto
sobre honorarios con el cliente, y en caso que ello sobrevenga, es
aconsejable dar intervención a otro colega.
SECCIÓN III
RELACIONES DEL ABOGADO CON SUS COLEGAS
Art. 24º: Camaradería y respeto mutuo. - En la relación de los
Abogados entre si debe primar un sentimiento de camaradería, de
solidaridad y de respeto, por encima de las pasiones que
frecuentemente animan a las partes. Nunca debe emplear contra el
colega procedimientos de mala fe y medios ilícitos, como ser la
sustracción o adulteración de documentos agregados al proceso, o la
sustracción del proceso mismo.
Art.25º: Deber de corrección. - Constituye un deber elemental la
observancia de una estricta decencia con el colega, debiendo
evitarse en los debates el uso de un lenguaje grosero o injurioso,
y las alusiones y ataques personales.
Art.26º: Substitución. - El abogado no debe intervenir en asuntos
ya iniciado por otro colega, sin previa comprobación de que el
cliente ha notificado el cambio a su antecesor, salvo caso de
denuncia o de una imposibilidad sobrevenida para continuar
ejerciendo su función. El Abogado sustituyente tiene la obligación
de cooperar con el sustituido para un justo arreglo de sus
honorarios.
En ningún caso el Abogado que sustituye debe aprovecharse del
trabajo realizado por el colega para pretender honorarios,
constituyendo una grave inmoralidad la sustitución procurada o
aceptada con ese objeto.
Art.27º: Gestiones para desplazar al colega. - Constituye un acto
indigno realizar gestiones para desplazar al colega del ejercicio
de sus funciones profesionales. Tampoco es correcto inmiscuirse en
los asuntos que dirige, sin previa conformidad.
Art.28º: Coparticipación de honorarios. - Solo entre Abogados esta
permitida la distribución o participación de honorarios, fundada en
el trabajo común. No es permitida esta coparticipación cuando uno
de los abogados pone únicamente de su parte su influencia para
obtener asuntos. También es factible la coparticipación de

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honorarios con los Procuradores.


SECCIÓN IV
DISPOSICIONES FINALES
Art.29: Las disposiciones de este Código obligan a todos los socios
del Colegio de Abogados del Paraguay, pero el Colegio podrá
pronunciarse sobre la conducta de cualquier Abogado no socio en el
caso que se compruebe la violación de sus disposiciones.
Art.30º: Corresponde al Tribunal de Honor entender y resolver las
infracciones de ética profesional, y sus resoluciones serán dadas
a una amplia publicidad.
Art.31º: Las denuncias deben ser formuladas con comedimiento,
discreción y sin ninguna clase de publicidad.
Art.32º: Las disposiciones de este Código entraran a regir desde la
fecha.
LAS RELACIONES CON LOS MAGISTRADOS: Se han propuesto algunas
reglas de comportamiento del abogado en su relación con los jueces,
tales como:
a) No incitar al juez a que haga mal uso de sus poderes.
b) Pedir dignamente encargo al a autoridad judicial.
c) Hacer reparar al juez de los errores en que haya caído.
El principio de dignidad profesional no impide que el
abogado pueda valerse de medios lícitos permitidos para llamar la
atención de los superiores jerárquicos del magistrado sobre
comportamientos de éste último, que sean contrarios a las leyes y
al ordenamiento judicial en relación directa con su actuación en el
proceso.
LA ASOCIACION DE MAGISTRADOS: Nombre, Constitución y
Domicilio:
Art.1º.- La Asociación de Magistrados Judiciales, fundada el veinte
y ocho de febrero de mil novecientos cincuenta y ocho, es una
entidad que nuclea a todos los Magistrados Judiciales de la
República.
Art. 2º.- Su domicilio estará en la Asunción Capital de la
República.
Propósitos:
Art 3º.- Son sus propósitos:
a) representar a los asociados en la defensa de sus legítimos
intereses gremiales;
b) propender que los en la Magistratura sean llenados por el sistema
de ascensos, en atención a una buena Administración de Justicia;
c) velar por el respeto a la dignidad de la Magistratura Judicial;
d) propiciar la organización de un régimen de previsión, mutualidad,
ayuda, ahorro o seguro en beneficio de sus asociados;
e) proponer al progreso de la legislación en general a fin de que
responda a las necesidades del país, al mejoramiento de la
Administración de Justicia;
f) auspiciar la institución de un Estatuto de Magistrados Judicial;
g) crear una biblioteca y propiciar y divulgar estudios de interés
jurídico y forense;
h) estrechar vínculos de camaradería entre los asociados;
i) mantener relaciones con entidades similares extranjeras.
Prohibiciones:
Art. 4º.- Bajo ningún concepto, la Asociación se inmiscuirá en
cuestiones política partidaria, ni se admitirá en ella
discriminaciones de orden religioso, racial o político.
Duración y Disolución:
Art. 5º.- La Asociación no tiene limitación de tiempo para su
existencia.
Art. 6º.- Podrá disolverse si así lo resolviese una Asamblea
Extraordinaria convocada a este efécto en votación nominal del 75%
de la totalidad de los socios activos. En caso de disolución los
bienes tendrán el destino que la Asamblea resuelva darle.
De los Socios:
Art. 8º.- Se establecen tres categorías de socios;
a) socios fundadores;

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b) socios activos; y
c) socios honorarios.
Art. 9º.- Para ser socio se requiere la condición de Magistrado
Judicial. A los efectos de este estatuto son Magistrados Judiciales:
los Miembros de la Excma. Corte Suprema de Justicia, de las Excmas.
Cámaras de Apelación; y del Tribunal de Cuentas, los Jueces de
Primera Instancia, los Jueces de Instrucción, el Fiscal General del
Estado, los Miembros del Ministerio Público, los Defensores de
Pobres y Ausentes, de Reos Pobres, de Menores e Incapaces, y sus
Procuradores.
Art. 10º.- Son socios fundadores todos los Magistrados que hayan
firmado el acta de fundación.
Art. 11º.- Son Socios Activos, los Magistrados nombrados en el
artículo 9º, mientras estén en el ejercicio de sus cargos.
Art. 12º.- Son Socios Honorarios, los ex. magistrados nacionales
que hayan cumplido un período judicial en el cargo, que no hayan
sido removidos del mismo por mala conducta y los Magistrados
extranjeros que por sus cualidades morales e intelectuales, sus
méritos extraordinarios o sus colaboradores en beneficio de la
Asociación se hagan acreedores de ésta distinción, a criterio de la
Asamblea y a propuesta de la C.D.
Art. 13º.- La calidad socio activo se adquiere al ser nombrado para
el desempeño de cualquiera de los cargos especificados en el
artículo 9º., salvo voluntad expresa en contrario manifestada por
escrito a la C.D.
Art. 14º.- La categoría de socio activo se pierde por renuncia al
cago o remoción, cumplimiento del período judicial, renuncia escrita
a la Asociación presentada a la C.D. o por negativa expresa del
descuento de la cuota social. El socio activo que haya perdido dicha
calidad por renuncia o negativa a efectuarse de el descuento podrá
reincorporarse como tal, previa solicitud a la C.D., derecho del
que podrá hacer uso una sola vez.
Art. 15º.- La categoría de socio activo y honorario se pierde
también por resolución de la Asamblea, atendiendo a hechos graves
que a su criterio inhabilite al socio para mantener dicha calidad.
EL CÓDIGO DE ÉTICA JUDICIAL: LOS ÓRGANOS CREADOS PARA SU
APLICACIÓN: Art. 49. COMPETENCIA. Corresponde al Tribunal de Ética
Judicial entender y resolver en los procesos de responsabilidad
ética, de conformidad con las normas de este Código y el Reglamento
interno dictado por el mismo.
Art. 50. INTEGRACIÓN. El Tribunal de Ética Judicial estará
integrado por:
1) Tres ex jueces que hayan ejercido la Magistratura Judicial
durante quince años, como mínimo.
2) Un abogado que haya ejercido la abogacía durante veinte años,
como mínimo.
3) Un docente universitario que ejerza, o haya ejercido, la docencia
en materias de ética jurídica, deontología jurídica o filosofía del
derecho, como profesor escalafonado durante quince años, como
mínimo.
La condición de miembro del Tribunal de Ética Judicial es
incompatible con la de miembro del Consejo Consultivo.
Art. 51. DISPOSICIONES APLICABLES AL TRIBUNAL DE ÉTICA
JUDICIAL. En materia de designación, juramento, duración, remoción,
solvencia, carácter de la función, incompatibilidades y
excusaciones, son aplicables, análogamente, a los Miembros del
Tribunal de Ética Judicial lo dispuesto en los Arts. 43 al 48 de
este Código, para los integrantes del Consejo Consultivo.
DEBERES ÉTICOS DEL JUEZ CON ABOGADOS Y JUSTICIABLES Art. 20.
DIGNIDAD DEL ABOGADO COMO AUXILIAR DE LA JUSTICIA. Es deber del
juez dispensar al profesional abogado un tratamiento digno y acorde
con su condición de auxiliar de la justicia. En tal sentido, deberá
constituirse en modelo de respeto, cortesía, formalidad, decencia
y vocación de servicio.
Art. 21. COMPORTAMIENTO DEL JUEZ. Es deber del juez asumir

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un comportamiento personal y funcional que infunda a los abogados


y justiciables un profundo sentimiento de confianza y respeto en la
administración de justicia.
En particular debe:
1) Velar para que el tratamiento que le sea dispensado, resulte
coherente con la naturaleza propia de la investidura judicial.
Adoptará, conforme con la ley, las medidas correctivas que fuesen
pertinentes para corregir y sancionar disciplinariamente -en el
proceso o con motivo del ejercicio de sus funciones-, las
inconductas que afecten su autoridad y dignidad, o el respeto debido
a los funcionarios judiciales, las partes, sus representantes y
demás auxiliares de la justicia.
2) No mantener reuniones ni comunicaciones privadas con las partes
litigantes, o con personas que actúen directa o indirectamente por
ellas en relación con procesos sometidos a su cargo.
3) Salvo norma legal que lo permita, le está prohibido al juez
recibir en audiencia privada en su despacho a una de las partes o
sus representantes, sin la presencia de la parte contraria para
tratar cuestiones vinculadas con los litigios. En casos
excepcionales, de urgencia o necesidad acreditadas, podrá hacerlo
brevemente y siempre en presencia del actuario judicial.
4) No incurrir en polémicas con los abogados o justiciables acerca
de los fundamentos o del sentido de justicia o legalidad de las
decisiones adoptadas en procesos a su cargo.
5) Rechazar proyectos de resoluciones elaborados por abogados u
otras personas extrañas a la estructura judicial. Igual conducta
deberá asumir respecto de documentos que fuesen extraños al
expediente.
6) No inhibirse injustificadamente y con facilidad en las causas en
las que debe intervenir por razón de su competencia. En las
excusaciones, tiene el deber de consignar la causa legal de la
inhibición y una relación circunstanciada de la misma, especialmente
cuando invoca como causal el decoro, la ética o la delicadeza. El
ejercicio del derecho contenido en el Art. 39 de este Código no
podrá ser utilizado para excusarse de un proceso.
7) No discriminar, bajo ningún concepto, a los justiciables ni a los
abogados en el desempeño de la función judicial. Particularmente,
no atenderá pedidos o recomendaciones especiales de trato en los
procesos, ni permitirá a los abogados, litigantes u otras personas,
que por las funciones que pudieran ejercer, gozan de fueros o
inmunidades, comportamientos, actitudes o pretensiones en
detrimento del principio de igualdad de las partes en los juicios.
8) No atender peticiones relacionadas con procesos judiciales a su
cargo fuera de los cauces legales, en horarios no habilitados, o en
lugares impropios de la función judicial.
9) Mantener el secreto de las opiniones o votos relacionados con los
procesos sometidos a su propia decisión o a la de otro magistrado.
OBLIGACIONES DEL DENUNCIANTE SOBRE FALTAS ÉTICAS DEL JUEZ:
Art. 52. LEGITIMACIÓN. Toda persona física o jurídica directamente
agraviada, o la Corte Suprema de Justicia, podrán denunciar a un
juez por violación de las normas éticas previstas en este Código.
Se requerirá el patrocinio letrado de abogado matriculado, si el
denunciante no lo fuere. Las personas jurídicas sólo podrán promover
la denuncia por medio de un abogado de la matrícula con poder
especial.
Art. 53. RADICACIÓN Y FORMA DE LA DENUNCIA. La denuncia será
radicada por escrito ante el Tribunal de Ética Judicial. El escrito
de denuncia deberá contener:
1) La indicación de los nombres y apellidos del denunciante y del
denunciado.
2) La indicación del domicilio real y procesal del denunciante y del
domicilio legal del denunciado.
3) La explicitación clara, concreta y circunstanciada de los hechos
relativos al caso.
4) La enunciación expresa de las normas éticas de este Código

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violadas por el denunciado en perjuicio del denunciante.


5) La presentación de los documentos y demás elementos de juicio
relacionados con la denuncia.
6) La firma del denunciante, o apoderado si lo hubiere, y la del
letrado patrocinante, con indicación del número de matrícula.
Art. 54. RESPONSABILIDAD DEL DENUNCIANTE. El denunciante no será
parte en el procedimiento de responsabilidad ética y no incurrirá
en responsabilidad alguna, salvo que las imputaciones sean
manifiestamente infundadas, falsas, maliciosas, temerarias o
carentes de seriedad, cuya calificación deberá efectuar el Tribunal
de Ética Judicial al decidir la causa.
Art. 55. RECHAZO LIMINAR DE LA DENUNCIA. El Tribunal de Ética
Judicial desestimará in límine la denuncia, si no fuere promovida
directamente por el agraviado, o si no cumpliere con los requisitos
formales exigidos para su presentación, o cuando estimase que ella
se encuentra afectada por los vicios señalados en el artículo
anterior. La desestimación liminar es irrecurrible.
PROCEDIMIENTO: Art. 56. TRÁMITE SUMARIO DE LA DENUNCIA.
Admitida la denuncia por el Tribunal de Ética Judicial, éste
dispondrá una investigación sumaria de carácter reservado acerca de
los hechos contenidos en aquélla. La investigación se desarrollará
de acuerdo con los principios que hacen al debido proceso,
hallándose facultado el Tribunal para flexibilizarlo y orientarlo
conforme a la naturaleza y exigencias propias del juicio de
responsabilidad ética. El juicio deberá concluir en un plazo no
mayor de sesenta días hábiles contados a partir de la fecha de
admisión de la denuncia. La falta de pronunciamiento por parte del
Tribunal de Ética Judicial, dentro del citado plazo, provocará de
pleno derecho el archivo automático de todas las actuaciones que ya
no podrán ser renovadas o reproducidas por la misma causa, con
efecto absolutorio y dejando plenamente a salvo el buen nombre y el
honor del denunciado.
Art. 57. CESE AUTOMÁTICO EN EL CARGO. La falta de pronunciamiento
expreso del Tribunal de Ética Judicial en el plazo previsto en el
artículo precedente en tres oportunidades dentro del mismo año
calendario, producirá el cese automático de sus integrantes en el
cargo.
Art. 58. DICTAMEN DEL CONSEJO CONSULTIVO. EFECTO. El Consejo
Consultivo deberá ser oído en todas las denuncias y, a requerimiento
del Tribunal de Ética Judicial. Para dictar la resolución, emitirá
un dictamen cuyo contenido se limitará a declarar, si en el caso en
estudio ha habido o no violación ética por parte del juez
denunciado. No tiene facultades decisorias, ni podrá recomendar o
solicitar la aplicación de sanción alguna. El Tribunal de Ética
Judicial hará saber el dictamen del Consejo Consultivo al juez
denunciado, quien, en un plazo no mayor de cinco días hábiles, podrá
formular consideraciones o pedir aclaratoria sobre su contenido.
Si el Consejo Consultivo dictamina que en el caso en estudio no ha
habido violación ética, el Tribunal de Ética Judicial sólo podrá
apartarse del mismo por unanimidad de todos sus miembros.
Art. 59. DESISTIMIENTO DE LA DENUNCIA. El denunciante podrá desistir
de su denuncia ante el Tribunal de Ética Judicial. El desistimiento
no vincula al Tribunal, que podrá proseguir de oficio el juicio de
responsabilidad ética. El desistimiento no importa exoneración de
la responsabilidad prevista en el Art. 54 de este Código.
Art. 60. INDEPENDENCIA DEL PROCESO DE RESPONSABILIDAD ÉTICA. El
juicio de responsabilidad ética es independiente de los procesos de
responsabilidad administrativa, civil, penal o política que
pudieran iniciarse por los mismos hechos.
Art. 61. NORMAS PROCESALES SUPLETORIAS. Se aplicarán
supletoriamente al proceso de responsabilidad ética las
disposiciones del Código Procesal Civil en cuanto fuesen pertinentes
y compatibles con las normas de este Código.
CLASES DE MEDIDAS. ALCANCE DE LAS MISMAS: Art. 62.
RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL DE ÉTICA JUDICIAL. Una vez en estado de

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resolución, no podrán presentarse escritos en el proceso, ni


agregarse documentos, ni solicitarse diligencias, sin perjuicio de
lo que dispusiese el Tribunal de Ética Judicial como medidas
ordenatorias.
El Tribunal de Ética Judicial dictará resolución fundada
dentro del plazo previsto en el Art. 56, adoptando una de las
siguientes decisiones:
1) Rechazar la denuncia por improcedente, con la declaración expresa
de que la misma no afecta el buen nombre y la dignidad del juez
denunciado. Si la denuncia desestimada, además de improcedente,
fuese calificada con algunos de los vicios señalados en el Art. 54
de este Código, se remitirán los antecedentes al Consejo de
Superintendencia de la Corte Suprema de Justicia, para la aplicación
de las medidas o sanciones disciplinarias pertinentes al letrado
denunciante.
2) Hacer lugar a la denuncia promovida y, en consecuencia, aplicar
al juez denunciado una de las siguientes medidas:
a) Recomendación;
b) Llamado de atención; o
c) Amonestación.
La medida de amonestación, una vez firme, se anotará en el
legajo del juez habilitado al efecto por el Tribunal de Ética
Judicial.
LOS MANDAMIENTOS DEL ABOGADO: SAN IVO:
1. El abogado debe pedir ayuda a dios.
2. Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos.
3. El abogado no debe cargar al cliente con gastos excesivos.
4. Ningún abogado debe utilizar medios ilícitos o injustos.
5. Debe tratarse el caso de cada cliente como si fuese el suyo
propio.
6. No debe evitar trabajo ni tiempo para obtener la victoria del
caso que tenga encargado.
7. Ningún abogado debe aceptar mas causas de las que el tiempo le
permite.
8. El abogado debe amar la justicia y la honradez.
9. La demora y la negligencia causan perjuicio al cliente y cuando
eso acontece debe indemnizarlo.
10.Para hacer una buena defensa el abogado deber ser verídico,
sincero y lógico.
SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO:
1. Jamás es lícito aceptar causas injustas.
2. No debe defender causa alguna con medios ilícitos.
3. No debe imponer al cliente pagos que no sean obligados.
4. Se debe tratar la causa del cliente con el mismo cuidado que las
cosas propias.
5. Es preciso entregarse al estudio de los procesos a fin de que de
ellos se pueda deducir los argumentos útiles para la defensa de las
causas que son confiadas a los abogados.
6. las demoras y negligencias de los abogados son perjudiciales para
los intereses del cliente, deben ser reembolsados al cliente.
7. El abogado debe implorar el auxilio a dios.
8. El abogado no debe aceptar causas superiores a su talento, sus
fuerzas o su tiempo.
9. El abogado debe ser siempre justo y honesto.
10.Un abogado que pierde una causa por su negligencia es deudor de
su cliente y debe reembolsarle los perjuicios ocasionados.
LOS MANDAMIENTOS DEL JUEZ (JUAN CARLOS MENDOCA):
1.Se honesto.
2.Se sobrio.
3.Sé paciente.
4.Se trabajador.
5.Se imparcial.
6.Se respetuoso.
7.Se justo.
8.Ama al derecho.

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9.Se independiente.
10.Defiende la libertad.

CAPITULO 14: SISTEMA DISCIPLINARIO DEL PODER JUDICIAL.


ACORDADA Nª 709 DE FECHA 18 DE JULIO DE 2011 DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA QUE REGULA EL SISTEMA DISCIPLINARIO DEL PODER
JUDICIAL. FUNDAMENTOS: Que es necesario contar con una regulación
única y completa sobre infracciones que generan responsabilidad y
sanciones aplicables a los magistrados, funcionarios judiciales y
auxiliares de justicia, sujetos a la potestad disciplinaria de la
Corte Suprema de Justicia, como asimismo con reglas que permitan la
medición de la gravedad de la infracción para la determinación de
las medidas disciplinarias aplicables.
La presente Acordada tiene por objeto reglamentar el régimen
disciplinario a los Magistrados, Funcionarios y Auxiliares de
Justicia que despeñan sus funciones en el Poder Judicial. Comprende
normas de fondo, así como normas procesales, que fueron tomadas en
su mayoría de las leyes vigentes y de la Acordada Nº 470/2007. Por
último, contempla cuestiones generales que pueden contribuir a una
interpretación adecuada en orden a su aplicación.
La Corte Suprema de Justicia se halla facultada para dictar
Acordadas que reglamentan el funcionamiento interno del Poder
Judicial. Esta facultad le está conferida por mandato constitucional
y legal. En efecto el Art. 259 de la Constitución Nacional establece
que esta máxima instancia ejerce la Superintendencia de todos los
organismos del Poder Judicial -inc.1)- y tiene atribuciones para
dictar su propio reglamento interno.
Que el artículo 3° de la Ley N° 609/95 ”Que organiza la
Corte Suprema de Justicia” establece en su inc. b) como deberes y
atribuciones de la misma, dictar su propio reglamento interno, las
acordadas y todos los actos que fueren necesarios para la mejor
organización y eficiencia de la administración de justicia”.
Por tanto, en uso de sus atribuciones,
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
A C U E R D A:
ART. 1º.- APROBAR el Reglamento que regula el Sistema
Disciplinario del Poder Judicial.
PRINCIPIOS GENERALES DEL RÉGIMEN DISCIPLINARIO: (ART. 7 AL
14): Art. 7°. Principios de Legalidad y Tipicidad. Las sanciones
establecidas en el régimen disciplinario sólo podrán ser aplicadas
por la autoridad competente.
Ningún sujeto obligado podrá ser sancionado
disciplinariamente sin que la falta y la sanción aplicable se hallen
determinadas en una disposición normativa con anterioridad a la
acción u omisión que la motive.
Las sanciones no serán susceptibles de aplicación analógica.
No se harán interpretaciones extensivas para sancionar al infractor.
Art. 8°. Principio de Proporcionalidad. En la imposición de
sanciones se deberá guardar la debida adecuación entre la gravedad
del hecho constitutivo de la falta y la sanción aplicada.
Art. 9°. Principio de Responsabilidad. Sólo podrán ser
sancionadas por hechos constitutivos de faltas disciplinarias las
personas que resulten responsables de los mismos.
La responsabilidad administrativa disciplinaria no excluye
las responsabilidades civil, penal y ética que pudieran derivar de
los mismos hechos.
La pérdida de la condición de sujeto obligado no libera de
la responsabilidad civil o penal contraída por faltas cometidas
durante el tiempo en que se ostentó aquélla.
Art. 10. Principio de Igualdad. En el ejercicio de la
potestad disciplinaria, los sujetos obligados serán tratados sin
discriminación alguna por razones de género, preferencias
políticas, religión, raza, condición social, orientación sexual o
por cualquier otro motivo que vulnere el principio constitucional
de igualdad ante la ley.

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Art. 11. Principio de Presunción de Inocencia. Se presume


la inocencia de los sujetos obligados hasta tanto no hayan sido
sancionados por resolución dictada en el correspondiente
procedimiento disciplinario, sin perjuicio de las medidas
cautelares de urgencia adoptadas por el Consejo de Superintendencia
de Justicia.
Art. 12. Principio de Non Bis in Idem. Ningún sujeto obligado
será sometido a un procedimiento disciplinario ni sancionado
disciplinariamente más de una vez por el mismo hecho. La sanción
administrativa es independiente de la penal.
Art. 13. Principio de Iniciativa en el Procedimiento. La
iniciativa, impulso y carga de la prueba en el procedimiento
disciplinario corresponderá, en todos los casos, a la
administración. En ningún caso, se trasladará dicha responsabilidad
al denunciante, sin perjuicio de que éste colabore con la
investigación.
Art. 14. Debido Proceso e Inviolabilidad de la Defensa. En
el procedimiento disciplinario se garantizará al sumariado el
derecho a la defensa y al debido proceso, de conformidad con la
Constitución de la República del Paraguay.
ÁMBITO DE APLICACIÓN: CAPÍTULO III. FALTAS DE ABOGADOS Y
PROCURADORES Y SANCIONES APLICABLES. FALTAS GRAVES (ART. 24).
SANCIONES (ART. 27): CRITERIOS PARA LA GRADUACIÓN DE LAS SANCIONES:
Art. 15. Bases para la graduación. Salvo que la ley o una
Acordada establezcan una sanción específica para una falta
disciplinaria, se tendrán en cuenta para la graduación de la medida
aplicable al caso concreto, las circunstancias generales del hecho
y en especial las siguientes:
a) La intencionalidad;
b) La forma de la realización, los medios empleados, la
importancia del daño causado o del peligro generado, y las
consecuencias del hecho;
c) Los antecedentes del infractor;
d) La conducta posterior a la realización del hecho;
e) La reiteración; y
f) La reincidencia.
FALTAS DE ABOGADOS Y PROCURADORES Y SANCIONES APLICABLES:
Art. 24. Faltas graves. Serán faltas graves de abogados y
procuradores las siguientes:
a) Promover en distintos expedientes más de diez incidentes,
incluidos los de recusación, rechazados con costas, en el lapso de
un año.
b) Promover en el mismo expediente más de cinco incidentes,
incluidos los de recusación, rechazados con costas, en el lapso de
un año.
c) Ocasionar inhibiciones por causa de enemistad,
formulación de denuncia, promoción de querella o demanda, de más de
cinco magistrados, en el lapso de un año;
d) Realizar actos de violencia, amenazas, injurias o
maltrato a magistrados, funcionarios, otros profesionales u otras
personas, durante el ejercicio de su actividad forense, ya sea de
palabra o por vías de hecho, siempre que la falta no sea de
competencia de los jueces y tribunales conforme con el art. 236 del
Código de Organización Judicial y 17 del Código Procesal Civil;
e) Ejercer la profesión existiendo alguna incompatibilidad,
prohibición o suspensión;
f) Ofrecer obsequios, propinas o comisiones a magistrados y
funcionarios para realizar, abstenerse, ejecutar con mayor esmero
o con retardo cualquier acto inherente a sus funciones;
g) Incurrir en negligencia en el cumplimiento de sus deberes
o en inobservancia de obligaciones o prohibiciones previstas en las
leyes.
h) Faltar al deber de reserva en los casos establecidos en
la ley, violar el secreto profesional o cometer infidelidad en el
ejercicio de la representación o el patrocinio.

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i) La reiteración o la reincidencia en las faltas


sancionadas por la Corte Suprema de Justicia, los Tribunales y
Juzgados.
Art. 25. Registro de las Recusaciones, Inhibiciones e
Incidentes. A los efectos previstos en el artículo precedente, los
tribunales y juzgados remitirán una copia de las resoluciones
referidas a incidentes, recusaciones e inhibiciones mencionadas en
el inciso c), a la Dirección General de Auditoria de Gestión
Judicial.
Art. 27. Sanciones por faltas graves. Las faltas graves de
abogados y procuradores podrán ser objeto de las siguientes
sanciones:
a) Suspensión en el ejercicio de la profesión hasta un año;
b) Casación de matrícula.
FALTAS LEVES (ART. 26). SANCIONES (ART. 28): Art. 26. Faltas
leves. Serán faltas leves de abogados y procuradores las siguientes:
a) Solicitar intervención en procesos en curso en violación
al art. 23 del Código Procesal Civil;
b) Abandonar el mandato sin causa justificada o ejercer la
representación o el patrocinio con notoria negligencia;
c) Retener sin causa justificada expedientes y documentos
en su poder;
d) Faltar el debido respeto a magistrados, otros
profesionales, funcionarios u otras personas, en el ejercicio de
sus funciones, cuando el hecho no sea de tal entidad que constituya
una falta grave;
e) No observar las obligaciones o prohibiciones previstas
en acordadas y resoluciones del Consejo de Superintendencia de
Justicia.
g) Provocar la realización de diligencias procesales, en
forma evidentemente innecesaria o excesiva, con el manifiesto
propósito de dilatar los procesos;
Art. 28. Sanciones por faltas leves. Las faltas leves de
abogados y procuradores podrán ser objeto de las siguientes
sanciones:
a) Amonestación;
b) Apercibimiento con constancia en su legajo;
c) Suspensión en el ejercicio de la profesión hasta tres
meses.
MEDIDAS CAUTELARES DICTADAS EN UN PROCESO PENAL CONTRA
AUXILIARES DE JUSTICIA (ART. 50). CASOS DE CONDENA (ART. 51), DE
AUXILIARES DE JUSTICIA. EFECTOS: Art. 50. Medidas cautelares
dictadas en un proceso penal contra Auxiliares de Justicia. En los
casos en que se hubiere dictado una medida cautelar que impida
materialmente al auxiliar de justicia ejercer sus funciones, el
mismo no podrá ejercerla mientras dure dicho impedimento. Queda a
salvo lo establecido en el Art. 156 del Código de Organización
Judicial.
Art. 51. Casos de condena. Si en el proceso penal hubiere
recaído sentencia condenatoria firme contra funcionarios o
contratados del Poder Judicial, o auxiliares de justicia, el Consejo
de Superintendencia de Justicia dispondrá, en virtud de las
facultades que le confiere la Ley 609/95, las medidas y
determinaciones establecidas en el Código de Organización Judicial
y leyes concordantes, para cada tipo de auxiliar de justicia,
funcionario o contratado, en lo atinente a la tipificación de la
falta, su gravedad y sanción, en consonancia con las
reglamentaciones contenidas en esta acordada.
TITULO IV. PROCEDIMIENTO DISCIPLINARIO. PLAZOS (ART.
59):Art. 59. Plazos. En los sumarios administrativos todos los
plazos serán perentorios. Se computarán solo los días hábiles.
El sumario deberá concluir en un plazo no mayor de noventa
días, que deberá computarse desde el día siguiente de la
notificación al sumariado de la resolución de instrucción, hasta el
dictamen conclusivo del Juez Instructor. El incumplimiento

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injustificado de este plazo por el Juez Instructor será pasible de


sanción, sin que ello afecte el curso del sumario o implique su
extinción.
Se suspenderá el plazo previsto en este artículo en los
siguientes casos:
a) cuando se hubiese dispuesto la suspensión del sumario de
conformidad con los artículos 56 y 57 de esta Acordada; y
b) cuando se hubiese planteado recusación, de conformidad
con el artículo 68 de esta Acordada.
c) cuando se planteen excepciones dilatorias o incidentes
que suspendan el procedimiento conforme con el Art. 67 de esta
acordada.
El cómputo del plazo se reanudará una vez que se resuelva
lo planteado y las actuaciones vuelvan al Juez Instructor o éste
resuelva las cuestiones previstas en el inciso c).
AUTORIDAD QUE ORDENA LA INSTRUCCIÓN DEL SUMARIO. CONTENIDO
DE LA RESOLUCIÓN (ART. 60 y 61): Art.60. Orden de instrucción del
sumario. La instrucción del sumario, ya sea de oficio o ante
denuncia formal, será ordenada por el Consejo de Superintendencia
de Justicia, por resolución del mismo o por providencia de su
Presidente, refrendada por el Secretario.
En ningún caso, podrá Magistrado alguno invocar denuncia
elevada sobre su persona, como dentro de las causales enunciadas en
los artículos 20 del Código Procesal Civil y 50 del Código Procesal
Penal, para su excusación o inhibición. Igual disposición es
extensiva a los Secretarios Actuarios.
Art. 61. Instrucción del sumario. Recibida la orden del
Consejo de Superintendencia de Justicia y sus antecedentes, el Juez
Instructor deberá instruir el sumario correspondiente dentro de los
dos días.
El sumario será instruido por resolución fundada, la cual
deberá contener lo siguiente:
a) La individualización del presunto responsable de la
comisión de la falta y de su domicilio; si éste fuere legal, se
deberá individualizar además su residencia.
b) La descripción precisa y detallada de los hechos, y la
indicación de la falta que se atribuye al presunto responsable, con
individualización de la norma infringida.
c) La fundamentación de hecho y de derecho de los cargos que
se le imputan, con la expresión de los elementos de convicción que
la motivan, conforme con la orden del Consejo de Superintendencia
de Justicia.
d) La declaración del inicio del sumario, la designación del
secretario y la fijación de días de notificaciones;
e) La citación y emplazamiento al sumariado por el plazo de
nueve días para que ejerza su defensa.
f) La fecha, y las firmas del Juez Instructor y del
secretario.
CONTESTACIÓN. PLAZO (ART. 65.): Art. 65. Contestación. El
sumariado dispondrá de un plazo de nueve días hábiles perentorios
e improrrogables para presentar su escrito de defensa, con el cual
deberá acompañar la prueba documental y ofrecer todas las demás.
En todo caso será aplicable el Art. 107 del Código Procesal
Civil.
Si el sumariado se allanare, quedará concluida la
instrucción del sumario y se dictará la providencia de autos para
dictamen conclusivo.
EXCEPCIONES E INCIDENTES (ART. 66): Art. 66. Excepciones e
incidentes. Las excepciones dilatorias serán tramitadas y resueltas
como previas por el Juez Instructor, cuya decisión causará
ejecutoria, salvo el recurso de aclaratoria.
Las excepciones perentorias se opondrán conjuntamente con
la contestación del traslado y serán resueltas en la resolución
definitiva por el Consejo de Superintendencia de Justicia.
Las cuestiones de constitucionalidad sólo podrán ser

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planteadas por vía de acción.


Los incidentes planteados durante el transcurso del sumario
serán resueltos en la resolución definitiva; empero, aquellos que
por su naturaleza impiden el curso normal del sumario, conforme lo
define el Art. 181 del Código Procesal Civil, serán resueltos por
el Juez Instructor y causarán ejecutoria, salvo el recurso de
aclaratoria.
No procederán los recursos de apelación y nulidad contra las
resoluciones dictadas durante el curso del sumario.
RECUSACIONES (ART. 67): Art. 67. Inhibiciones y
recusaciones. Serán causas de inhibiciones las previstas en el
artículo 20 y 21 del Código Procesal Civil. Serán causa de
recusación solamente las previstas en el Art. 20 del mismo cuerpo
legal. No se admitirán recusaciones sin expresión de causa.
Planteada la recusación, el juez instructor elevará los
autos al Consejo de Superintendencia con un informe sobre los hechos
alegados, en un plazo de tres días contados a partir de la
presentación de la recusación.
El Consejo de Superintendencia se pronunciará sobre la
recusación en un plazo de cinco días, contados a partir de la
recepción del expediente.
Si el recusado fuere un miembro del Consejo de
Superintendencia de Justicia, éste remitirá informe a los demás
miembros, en un plazo de tres días quienes resolverán la recusación
si ello fuere posible. En caso de imposibilidad por falta de
integración o por discordia, el Consejo de Superintendencia de
Justicia se integrará con el Vicepresidente y el Vocal de la Sala
del Miembro separado, en ese orden.
PRUEBA (ARTS. 68, 69, 70 Y 71): Art. 68. Prueba. Si el
sumariado controvirtiere los hechos o se hallare en rebeldía, y
hubiere hechos que probar, el Juez Instructor dispondrá la
producción de las pruebas ofrecidas y admitidas, que fueran
pertinentes y conducentes. El plazo de prueba no excederá de veinte
días computados a partir de la notificación de la providencia de
apertura de la causa a prueba. No se admitirá el plazo
extraordinario de prueba.
Los testigos no podrán exceder de cinco por cada parte, sin
perjuicio de la regla establecida en el artículo 318 del Código
Procesal Civil. La citación y comparecencia de los testigos se
regirá por lo dispuesto en el Art. 322 del Código Procesal Civil.
No será admisible la prueba de absolución de posiciones.
Sin perjuicio del principio de la carga de la prueba de la
administración, el sumariado deberá impulsar la producción de las
pruebas ofrecidas por su parte.
Art. 69. Audiencia de producción de pruebas. Las pruebas
ofrecidas y admitidas se diligenciarán en una audiencia a ser fijada
por el Juez Instructor dentro del plazo de prueba. En caso de
necesidad se declararán cuartos intermedios.
Los testigos declararan de viva voz, salvo lo establecido
en el Art. 341 del Código Procesal Civil, y se dará lectura a los
documentos e informes. El secretario labrará un acta de la
audiencia.
Art. 70. Atribuciones ordenatorias e instructorias. Sin
perjuicio del derecho del sumariado de ofrecer las pruebas que
guardan relación con su defensa y de las indicadas en la resolución
de instrucción, el Juez Instructor podrá, de oficio, ordenar todas
aquellas diligencias tendientes al esclarecimiento de los hechos
investigados, con noticia al sumariado.
Art. 71. Cierre del periodo probatorio. Producidas todas las
pruebas, o vencido el periodo probatorio, el Juez Instructor, previo
informe del actuario, dispondrá de oficio el cierre del mismo y
dictará la providencia de autos para emitir el dictamen conclusivo.
No procederá la presentación de alegatos ni el plazo suplementario
de pruebas, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo precedente.

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RESOLUCIÓN DEL CONSEJO DE SUPERINTENDENCIA DE JUSTICIA.


(ART. 73): Art. 73. Resolución del Consejo de Superintendencia de
Justicia. Una vez recibido el expediente, el Secretario del Consejo
de Superintendencia llevará los autos al despacho del Presidente en
el día. El Consejo de Superintendencia de Justicia dictará
resolución definitiva en un plazo que no excederá de sesenta días,
contados a partir del dictado de la providencia de Autos. Cada
Ministro integrante del Consejo tendrá un plazo de quince días para
emitir su opinión, adherirse a alguna expuesta anteriormente o
manifestar su disidencia. Este último plazo se computará desde la
recepción del expediente en el Gabinete del Ministro. Si alguno no
se expidiese en el plazo estipulado, de ello dará cuenta la
Secretaria del Consejo y sin otro trámite
se integrará con el Vicepresidente de la Sala que integrará
ese Magistrado y así sucesivamente. La resolución definitiva, además
del pronunciamiento sobre la absolución o condena, deberá incluir
los requisitos previstos en los incisos a) y b) del artículo
precedente.
RECURSO DE RECONSIDERACIÓN Y SUS EFECTOS (ART. 74): Art. 74.
Recurso de Reconsideración y sus efectos. Contra las resoluciones
definitivas del Consejo de Superintendencia de Justicia, recaídas
en sumarios, podrá interponerse el recurso de reconsideración,
dentro del plazo de 5 días contados a partir de la notificación
respectiva. El recurso deberá ser interpuesto en forma fundada y
por escrito.
La interposición del recurso no interrumpe los efectos de
la resolución recurrida. El Consejo de Superintendencia de Justicia
resolverá el recurso dentro de un plazo de quince días a partir de
su presentación. Transcurrido dicho plazo sin pronunciamiento del
Consejo de Superintendencia de Justicia, se considerará rechazado
el recurso y agotada la vía administrativa.

CAPITULO 15: PROCEDIMIENTO PARA EL ENJUICIAMIENTO Y REMOCION


DE MAGISTRADOS.
ART. 253 DE LA C.N: PRESUPUESTOS PARA EL ENJUICIAMENTO Y
REMOCIÓN: Artículo 253 - DEL ENJUICIAMIENTO Y DE LA REMOCIÓN DE LOS
MAGISTRADOS:
Los magistrados judiciales sólo podrán ser enjuiciados y
removidos por la comisión de delitos, o mal desempeño de sus
funciones definido en la ley, por decisión de un Jurado de
enjuiciamiento de magistrados.
EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO. INTEGRACIÓN: a) Dos ministros
de la Corte Suprema de Justicia. b) Dos miembros del Consejo de la
Magistratura. c) Dos senadores y dos diputados; éstos cuatro últimos
deberán ser abogados.
LEY Nª 3.759/09 “QUE REGULA EL PROCEDIMIENTO PARA EL
ENJUICIAMIENTO Y REMOCIÓN DE MAGISTRADOS.”: CAUSALES DE
ENJUICIAMIENTO (ART. 12, 13 Y 14). CAUSALES DE ENJUICIAMIENTO –
SUSPENSION DEL ENJUICIADO:
Artículo 12.- Son causales de enjuiciamiento la comisión de
delitos o el mal desempeño de las funciones definidas en la presente
Ley.
Artículo 13.- Si la causa de enjuiciamiento fuere la
comisión de delitos, el Jurado podrá determinar que el magistrado
o agente fiscal acusado sea puesto a disposición del Juez
competente, a quien le pasará los antecedentes de la cuestión. En
este caso, el proceso de enjuiciamiento quedará suspendido hasta
que recaiga sentencia definitiva en el juicio penal.
Habiéndose dictado en el fuero penal auto de prisión o de
apertura a juicio oral y público contra el enjuiciado o si
existieren presunciones graves contra el mismo por el mal desempeño
de sus funciones, el Jurado dispondrá de oficio su suspensión y
comunicará a la Corte Suprema de Justicia dicha resolución para que
ésta la haga efectiva en el perentorio plazo de quince días, con o
sin goce de sueldo, dependiendo de la gravedad del hecho.

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Si el enjuiciamiento fuere por la comisión de delitos y el


mal desempeño de sus funciones, el Jurado podrá proseguir la
tramitación del proceso hasta dictar sentencia, en lo relativo a la
segunda causal.
Sin perjuicio de lo establecido por el Artículo 255 de la
Constitución Nacional, si por la comisión de delitos se presentare
ante la justicia ordinaria, denuncia o querella criminal contra un
magistrado o agente fiscal, el Juez elevará los antecedentes al
Jurado mediante auto fundado. El Jurado examinará el mérito de la
acusación y, en su caso, pondrá al enjuiciado a disposición del
Juez de la causa, a los efectos de lo establecido en el párrafo
primero del presente artículo.
Artículo 14.- Constituye mal desempeño de funciones que
autoriza la remoción de magistrados judiciales y agentes fiscales:
a) no observar las incompatibilidades previstas en el
Artículo 254 de la Constitución Nacional, o incumplir lo establecido
en los Artículos 104 y 136 de la misma;
b) incumplir las obligaciones y garantías previstas en la
Constitución Nacional, códigos procesales y otras leyes referidas
al ejercicio de sus funciones;
c) no conservar la independencia personal en el ejercicio
de sus funciones y someterse, sin que ley alguna les obligue, a
órdenes e indicaciones de magistrados de jerarquía superior o de
funcionarios de otros poderes u órganos del Estado;
d) dictar dos sentencias definitivas que fueran declaradas
inconstitucionales en un lapso de un año judicial. El Jurado
evaluará los antecedentes de cada caso;
e) no dictar sentencia definitiva dentro del plazo que el
superior le hubiese fijado en el incidente de queja por retardo de
justicia en por lo menos dos casos en el lapso de un año judicial.
Si se trata de magistrados integrantes de órganos colegiados solo
se eximirán de responsabilidad los que acrediten haber realizado
las gestiones a su alcance para que el órgano dicte sentencia y las
haya comunicado a la Corte Suprema de Justicia;
f) haber admitido el Tribunal de alzada tres quejas por
retardo de justicia durante el año judicial;
g) mostrar manifiesta parcialidad o ignorancia de las leyes
en juicio;
h) cometer actos u omisiones que constituyan inmoralidad en
su vida pública o privada y sean lesivos a su investidura;
i) cometer actos de desacato contra la Corte Suprema de
Justicia o la Fiscalía General del Estado, según sea magistrado o
agente fiscal el enjuiciado, cuando éstas actúen en ejercicio de
sus funciones de superintendencia;
j) frecuentar y participar reiteradamente en juegos de azar
en lugares públicos;
k) delegar la elaboración intelectual de sentencias,
resoluciones o dictámenes, o encomendar la redacción material de
ellos a personas u otros funcionarios extraños a la institución
respectiva, salvo las providencias de mero trámite;
l) ejercer el comercio, la industria o cualquiera otra
actividad profesional o cargos oficiales o privados, o actividad
política en partidos o movimientos políticos;
m) participar en manifestaciones públicas cuando tales actos
pudieran comprometer seriamente su independencia o imparcialidad,
como también el uso de distintivos e insignias partidarias;
n) proporcionar información, formular declaraciones o hacer
comentarios a la prensa o a terceros, sobre los juicios o
investigaciones cuyo trámite estén a su cargo, cuando ellos puedan
perturbar su tramitación o afectar el honor, la reputación o la
presunción de inocencia establecidas en la Constitución Nacional;
ñ) faltar injustificadamente al despacho o abandonarlo sin
causa justificada en los días y horas establecidos por la
institución respectiva;
o) recibir dádivas o aceptar promesas u otros beneficios,

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directa o indirectamente de las personas que de cualquier manera


tengan o puedan tener intervención o interés en los juicios o
investigaciones a su cargo;
p) permitir o tolerar a sus dependientes o subordinados, que
infrinjan leyes, reglamentos, acordadas u órdenes en el desempeño
de sus funciones;
q) abstenerse de su excusación en un juicio o investigación,
a sabiendas de que se halla comprendido en algunas de las causales
previstas por la ley, si de ello resulte grave perjuicio o si dicha
actitud menoscabe ostensiblemente la investidura del magistrado o
agente fiscal;
r) inhibirse de entender en casos de su competencia, sin
causa debidamente justificada. Se tendrá como tal la inhibición que
busque evadir la responsabilidad de entender en los juicios o
investigaciones que le correspondiesen y, en consecuencia, hubiese
sido rechazada por el Órgano de Alzada o la Fiscalía General del
Estado, cuando la causal alegada haya sido la de decoro y
delicadeza, sin que ella se funde en hechos o situaciones concretas
que la motiven y se hayan expresado en la resolución respectiva.
El Jurado podrá prescindir del requisito de la impugnación
para proceder a la remoción cuando, a criterio del mismo, los
fundamentos de la causal de decoro y delicadeza sean notoriamente
insuficientes;
s) contraer obligaciones pecuniarias con sus subalternos o
con litigantes o letrados que tengan juicio o investigación
pendiente en que intervengan;
t) la incapacidad física o mental sobreviniente que
inhabilite al magistrado o agente fiscal para el ejercicio del
cargo, previo dictamen de una junta de médicos integrada por tres
calificados especialistas de reconocida honorabilidad y capacidad,
designados de oficio por el Jurado.
Cuando la incapacidad fuere transitoria, el Jurado podrá
proceder a la suspensión del encausado. Si transcurrido el plazo de
seis meses, el magistrado o agente fiscal suspendido será sometido
a un nuevo examen; y en el caso de que la incapacidad persistiere,
procederá a su remoción.
INICIO DEL PROCEDIMIENTO (ARTS. 16 AL 20): DEL PROCESO DE
ENJUICIAMIENTO: Artículo 16.- El juicio será iniciado ante el Jurado
de Enjuiciamiento de Magistrados por acusación del litigante o del
profesional afectado, quien podrá hacerlo personalmente o mediante
mandatario con poder especial; por acusación de la Corte Suprema de
Justicia, del Ministerio Público, de la Cámara de Senadores, de la
Cámara de Diputados, del Consejo de la Magistratura y de oficio por
el propio Jurado.
Cuando el enjuiciamiento fuere de oficio, el Jurado
designará por sorteo a un asesor de la Institución, para que éste
asuma el rol de acusador, con todas las facultades inherentes a la
función de agente fiscal. El mismo estará sujeto a lo dispuesto en
los Artículos 19, 20 y 21 del Código Procesal Civil.
El Jurado podrá disponer la información sumaria previa sobre
los hechos denunciados o imputados de oficio y disponer la
comparecencia del investigado a solicitud del funcionario que ejerza
la investigación o la acusación, según el estado del proceso.
Cuando se tratare de un caso de la comisión de delito, las
personas y entidades citadas en el primer párrafo del presente
artículo, podrán limitarse a formalizar una denuncia ante la
Fiscalía General del Estado, la cual, de considerarla procedente,
formulará la acusación correspondiente.
REQUISITOS PARA LA PROMOCION DEL ENJUICIAMIENTO: Artículo
17.- El acusador particular, sea el litigante o el profesional
afectado, deberá acreditar como primera medida la condición
invocada, así como su solvencia económica para garantizar las
resultas del enjuiciamiento; requisito cuya exigencia quedará a
criterio exclusivo del Jurado. En caso de que el acusador particular
no pueda demostrar su solvencia económica, el Jurado podrá

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dispensarlo de este requisito, previa comprobación de la


verosimilitud de la acusación y la gravedad de los cargos. Cuando
el acusador actúe con temeridad o malicia, se le condenará a pagar
los daños y perjuicios si la otra parte lo hubiese solicitado; todo
ello sin perjuicio de lo que dispone el Artículo 22.
Artículo 18.- Presentada la denuncia ante el Fiscal General
del Estado, previo estudio del mérito de las imputaciones atribuidas
al denunciado, si correspondiere, éste presentará la acusación ante
el Jurado.
Podrá ordenar también una investigación previa sobre los
hechos denunciados, para verificar su veracidad. Si de esas
actuaciones no surgieren indicios notorios de la existencia de
causales de remoción, no asumirá la acusación y archivará la causa,
con noticia al denunciante.
Artículo 19.- El escrito de promoción del enjuiciamiento
ante "el Jurado" deberá contener:
a) el objeto del enjuiciamiento;
b) el nombre y domicilio real y legal del acusador;
c) el nombre y domicilio legal del acusado;
d) la enunciación circunstanciada de los hechos en que se
funde;
e) las normas legales infringidas;
f) el petitorio claro y preciso; y,
g) la acreditación de los extremos exigidos por el Artículo
17, para el acusador particular, sea litigante o profesional.
Con el mismo escrito, el acusador deberá:
a) acompañar todos los documentos relacionados con la
acusación, que se hallasen en su poder, o indicar el lugar donde se
encuentren;
b) ofrecer las pruebas que hagan a su derecho y solicitar
las medidas necesarias para que ellas se produzcan; y,
c) acompañar copia para el traslado.
Artículo 20.- La presentación que no cumpla las condiciones
exigidas en el artículo precedente o que contuviere una acusación
de notoria improcedencia, será rechazada "in límine". Si los
defectos fueren exclusivamente de forma, se emplazará al acusador
para que los subsane dentro del plazo de cinco días. Todo ello sin
perjuicio de que el Jurado de oficio ordene la prosecución del
juicio.
REGLAS DEL PROCEDIMIENTO (ARTS. 21 AL 30): DISPOSICIONES
GENERALES DEL PROCESO DE ENJUICIAMIENTO: Artículo 21.- El
procedimiento del juicio de responsabilidad se regirá por las
disposiciones de la presente Ley y, supletoriamente, por las normas
del Código Procesal Civil y leyes complementarias, en cuanto le
sean aplicables. Durante la substanciación del juicio deberán, sin
embargo, observarse las siguientes disposiciones:
a) en el juicio de responsabilidad, ninguna cuestión que se
introduzca es de previo y especial pronunciamiento, salvo las
recusaciones fundadas;
b) serán admitidos todos los medios de prueba que prevé el
Código Procesal Civil;
c) todos los plazos son perentorios para las partes;
d) las vistas y traslados que no tengan un plazo determinado
se correrán por tres días hábiles;
e) en ningún caso, los autos podrán ser retirados por las
partes;
f) las sentencias definitivas, resoluciones y providencias
que dicte el Jurado son irrecurribles ante otro órgano, salvo lo
dispuesto en el Artículo 33. Se admiten los recursos de reposición
y de aclaratoria, los que se resolverán por el Jurado dentro de
quinto día, por auto fundado;
g) los incidentes y recursos que fueran deducidos en la
audiencia pública de vista de la causa, serán resueltos durante la
misma;
h) el Jurado tendrá potestad para impulsar de oficio el

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procedimiento y disponer en cualquier estado de la causa las


diligencias que fueren necesarias para el esclarecimiento de los
hechos;
i) las audiencias de substanciación serán orales y grabadas
magnetofónicamente;
j) posteriormente serán asentadas en actas y agregadas al
expediente;
k) las actuaciones del juicio de responsabilidad están
exentas del pago de todo tipo de tributo;
l) el impulso del procedimiento tendrá lugar a pedido de
parte o de oficio;
m) se podrá hacer comparecer a los testigos, bajo
apercibimiento de que si no lo hicieren, se les hará comparecer con
el auxilio de la fuerza pública; y,
n) en cualquier estado del juicio, el Jurado podrá solicitar
informes y documentos de instituciones públicas y privadas, bajo
apercibimiento de que si así no lo hicieren en el plazo previsto
por el Jurado, se ordenará el secuestro de los mismos con el auxilio
de la fuerza pública.
Artículo 22.- El desistimiento de la acusación no obstará
que el Jurado resuelva la prosecución del enjuiciamiento hasta la
sentencia, sin perjuicio de las sanciones previstas en la ley para
los litigantes que hubieren obrado con temeridad o malicia.
Artículo 23.- Admitida la acusación, se correrá traslado de
ella al acusado, quien deberá contestarla por escrito, por sí o por
apoderado, dentro del plazo de nueve días, con observancia de los
requisitos establecidos en el Artículo 19 de esta Ley. Si el acusado
no contestare el traslado en el plazo fijado, su derecho a contestar
decaerá automáticamente y el procedimiento seguirá su curso, sin
perjuicio del derecho del enjuiciado de participar en el juicio
hasta su conclusión.
Artículo 24.- En caso de allanamiento del encausado, el
Jurado dictará sentencia removiéndolo de su cargo al acusado. En
caso de renuncia, cancelará el procedimiento. Si la acusación o
denuncia fuese por la comisión de delitos, el Jurado remitirá los
antecedentes a la justicia ordinaria en la forma establecida en
esta Ley, aun cuando el acusado hubiere sido removido o hubiere
renunciado.
Artículo 25.- Vencido el plazo para contestar la acusación,
el Jurado:
a) si no existieren hechos controvertidos, declarará la
cuestión de puro derecho;
b) si el caso pudiere ser resuelto con las constancias del
expediente, así lo resolverá; y,
c) en ambos casos, en la misma resolución llamará a autos
para sentencia, la que será dictada dentro de los treinta días de
ejecutoriado el llamamiento de autos.
Artículo 26.- Vencido el plazo para la contestación de la
acusación, si existiesen hechos controvertidos, el Jurado abrirá la
causa a prueba y admitirá las pruebas ofrecidas por las partes
siempre que fuesen conducentes a la solución del caso.
En la misma resolución ordenará el diligenciamiento de la
prueba y señalará audiencia pública y oral de vista de la causa, de
forma tal que se produzcan en ella todas las pruebas orales y que
ya estén producidas con anterioridad las no orales.
Esta resolución se notificará dentro del tercer día
personalmente o por cédula.
Si la parte acusadora litigante o profesional afectado no
compareciera a la audiencia de vista de la causa, se la tendrá por
desistida de la acusación, sin perjuicio de lo dispuesto en el
Artículo 22. La audiencia de vista de la causa se llevará a cabo
aunque el acusado no comparezca.
Artículo 27.- Por causa de recargo de trabajo o fuerza mayor,
el Jurado podrá postergar la sustanciación de la audiencia pública
de producción de las pruebas y en resolución motivada fijará nueva

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audiencia, dentro del plazo de diez días.


Artículo 28.- El Jurado tendrá las facultades disciplinarias
previstas en el Código Procesal Civil y el de Organización Judicial,
durante la tramitación del enjuiciamiento.
Artículo 29.- En la audiencia de vista de la causa, que se
llevará a cabo con la presencia de por lo menos cinco miembros del
Jurado, se producirán todas las pruebas que puedan realizarse en
forma oral, incluso las precisiones y aclaraciones que sean
requeridas a los peritos por las partes o el Jurado.
Si no fuere posible recibir todas las pruebas en el acto de
la audiencia, el Presidente del Jurado la prorrogará para un día
hábil siguiente y así sucesivamente hasta que ellas sean producidas
íntegramente, sin necesidad de otra citación.
Artículo 30.- Inmediatamente después de substanciada las
pruebas, las partes producirán oralmente sus alegatos en la misma
audiencia de vista de la causa; no obstante, el Jurado podrá fijar
una audiencia para la recepción de los alegatos dentro de los diez
días hábiles siguientes.
Recibidos los alegatos, el Jurado deliberará y emitirá su
fallo, dentro de los quince días hábiles.
EFECTOS DE LA SENTENCIA DEFINITIVA (ARTS. 31 AL 35):
SENTENCIA DEFINITIVA DEL JURADO: Artículo 31.- La sentencia del
Jurado podrá consistir en la remoción, el apercibimiento o la
absolución del enjuiciado.
En caso de remoción, ella deberá ser comunicada a las Cámaras
del Congreso, a la Corte Suprema de Justicia y al Consejo de la
Magistratura.
El Jurado se pronunciará sobre las costas del juicio.
El Juicio deberá concluir dentro de los ciento ochenta días
hábiles, contados desde su iniciación.
Artículo 32.- Finiquitado en la jurisdicción penal el
proceso al imputado por comisión de delitos, sea la sentencia
absolutoria o condenatoria, el Jurado dispondrá la prosecución del
enjuiciamiento hasta dictar sentencia definitiva.
DE LOS RECURSOS CONTRA LA SENTENCIA DEFINITIVA DEL JURADO:
Artículo 33.- Contra la sentencia definitiva del Jurado podrá
interponerse además del recurso de aclaratoria, la acción de
inconstitucionalidad, que será resuelta por el pleno de la Corte.
DE LAS RESPONSABILIDADES DE LOS LITIGANTES: Artículo 34.-
Los acusadores o denunciantes quedan sujetos a las responsabilidades
por falsa querella. Asimismo, serán aplicables las disposiciones
del Código Procesal Civil en materia de responsabilidad de los
litigantes de mala fe y por el ejercicio abusivo del derecho, sin
perjuicio de las responsabilidades civiles y penales emergentes del
hecho.
DE LA PUBLICACION DE LA SENTENCIA: Artículo 35.- Si la
acusación fuere desestimada, el Jurado podrá de oficio o a petición
de parte, disponer la publicación de la parte dispositiva de la
sentencia en dos diarios de circulación nacional, a cargo de quien
hubiese formulado la acusación.

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