Morfo Primera Expo
Morfo Primera Expo
Morfo Primera Expo
Integrantes:
Victor Nava C.I: 30.573.205 (Tutor)
Albert Fuénmayor C.I: 31.017.425
Marilyn Soto C.I: 13.130.884
Nelson Mavarez C.I: 30.815.938
SUPERFICIE ENDOCRANEAL.
Calvaria:
Está constituida por la zona superior del frontal, los parietales, la parte más superior de
la escama de los temporales y la escama del occipital hasta la protuberancia occipital externa.
Recorriendo su superficie en sentido anteroposterior observamos en la línea mediana la
cresta frontal y el surco para el seno longitudinal superior. Por lateral y en relación a este
surco se encuentran las fositas granulares donde se alojan las granulaciones aracnoideas.
Cerca del ángulo posterosuperior del parietal se ubican los agujeros parietales
Por lateral a estas estructuras observamos las fosas frontal, parietal y occipital.
En relación a la fosa parietal se reconocen los surcos para la arteria meníngea media y sus
ramas. Además en esta superficie endocraneal resaltan las suturas coronal por anterior y
lambdoidea por posterior.
Base:
En la base del cráneo se distinguen tres regiones o fosas craneales: Anterior, media y
posterior.
Fosa Craneal Anterior:
Sus límites están dados por anterior el plano convencional que la separa de la calvaria.
Por posterior partiendo desde lateral su límite sigue el borde posterior de las alas menores del
esfenoides, los procesos clinoides anteriores y finalmente el limbo esfenoidal que limita por
anterior el surco prequiasmático (donde se apoya el quiasma óptico) y por anterior a la fosa
hipofisiaria que aloja a la glándula hipófisis. Esta fosa presenta en su parte mediana al
proceso crista galli y al agujero ciego situado por anterior a ella. Por lateral a ellos se
observan los surcos olfatorios con la lámina cribosa del etmoides, que presenta agujeros que
serán atravesados por el nervio olfatorio. En la zona más anterior de la lámina cribosa del
etmoides se reconocen dos agujeros uno lateral: el agujero etmoidal que da paso al nervio
etmoidal anterior y a una rama de la arteria etmoidal anterior hacia la cavidad nasal. Por
medial a él se encuentra la hendidura etmoidal, accidente que en el vivo aloja a una
prolongación de la duramadre.
Por posterior a la lámina cribosa se encuentran de anterior a posterior: una superficie
lisa que une ambas alas menores del esfenoides: el yugo esfenoidal por posterior a él se
ubica el limbo esfenoidal que limita por anterior al surco prequiasmático, el cual termina por
lateral en los canales ópticos que por su situación comunican a la fosa craneal media con la
órbita permitiendo el paso del nervio óptico y la arteria oftálmica.
Por lateral a la lámina cribosa del etmoides reconocemos las eminencias orbitarias en
cuya parte posterior se observa la sutura frontoesfenoidal. Esta zona además presenta
elevaciones y depresiones generadas por los giros y surcos del lobo frontal del cerebro.
En la unión de la lámina cribosa del etmoides con las eminencias orbitarias pueden
observarse los orificios de los canales etmoidales anterior y posterior que comunican esta fosa
con la órbita, permitiendo el paso de los vasos y nervios del mismo nombre; continuando
hacia anterior al canal etmoidal anterior se reconoce el surco etmoidal, que llevará a los
elementos hacia el agujero etmoidal situado anteriormente en la lámina cribosa del etmoides.
Fosa Craneal Media:
Está comprendida entre el límite posterior de la fosa craneal anterior, el borde superior
del dorso de la silla del esfenoides y los bordes superiores de las porciones petrosas de los
huesos temporales con el surco para el seno petroso superior.
En su parte central y mediana destaca la fosa hipofisiaria limitada en sus cuatro
ángulos por los procesos clinoides anteriores y posteriores, por anterior a la fosa se
encuentra el surco prequiasmático en cuyos extremos laterales se inicia el canal óptico, por
lateral encontramos el surco para el seno cavernoso y por posterior el dorso de la silla la que
se continua hacia posterior en la fosa craneal posterior con el clivus.
Por lateral a la fosa hipofisiaria se observan dos excavaciones profundas llamadas
fosas esfenotemporales que contienen a los lobos temporales del cerebro. En la conformación
de estas fosas participan la cara inferior de las alas menores del esfenoides, sus alas mayores
y las caras cerebrales de las porciones petrosas del temporal, por tanto en esta última zona
reconoceremos una elevación determinada por el canal semicircular superior: la eminencia
arcuata o arqueada, anteromedial a ella, una superficie lisa que corresponde a la pared
superior de la caja timpánica conocida como tegmen timpani o techo del tímpano,
anteromedial a estas formaciones se observan los hiatos para el nervio petroso mayor y los
hiatos accesorios para los nervios petrosos menor y profundo. Cerca del vértice de la porción
petrosa del temporal observamos la impresión trigeminal que alojará al ganglio trigeminal.
Por lateral y hasta su límite con la calvaria la fosa craneal media está constituida por la
superficie endocraneal de la escama del temporal.
En relación a esta fosa encontramos distribuidos de anterior a posterior los siguientes
agujeros: la fisura orbitaria superior que la comunica con la órbita y permite el paso de los
nervios motores del ojo (oculomotor, troclear y abductor), el nervio oftálmico o sus tres ramos
y la vena oftálmica superior. Le siguen hacia posterior el agujero redondo que comunica con
la fosa pterigopalatina y permite el paso del nervio maxilar; el agujero oval que comunica con
la región infratemporal y da paso al nervio mandibular; el agujero petroso (inconstante) por el
cual transcurre el nervio petroso menor y el petroso profundo; el agujero espinoso que da
paso desde la región infratemporal a la arteria meníngea media que al ingresar al endocráneo
se dirige hacia anterolateral impresionando un surco en el ala mayor del esfenoides; el
agujero venoso (inconstante) para el paso de una vena emisaria.
Siguiendo la línea de articulación del borde anterior de la porción petrosa del temporal con el
ala mayor del esfenoides se constituye el agujero rasgado que permite el paso del nervio del
canal pterigoideo; finalmente se encuentra, en relación al vértice de la porción petrosa del
temporal el orificio superior del canal carotídeo que permite el ingreso al cráneo de la arteria
carótida interna y su plexo simpático perivascular.
Fosa Craneal Posterior:
Limitada hacia anterior por el borde superior del dorso de la silla y los bordes
superiores de las porciones petrosas del temporal por posterior se extiende hasta el plano
convencional que separa la base de la calvaria a nivel de la protuberancia occipital externa.
Es conveniente hacer notar que no siempre la protuberancia occipital externa coincide en
altura con la protuberancia occipital interna, por esta razón los surcos de los senos
transversos en ocasiones son límite de la fosa craneal posterior y en otras se encuentran
incluidos en ella.
En esta fosa de anterior a posterior podemos describir en la zona mediana el clivus,
constituido por el esfenoides y el occipital, formación en la que se apoya el puente y el bulbo;
el agujero magno que comunica el endocráneo con el canal vertebral; la cresta occipital
interna que presta inserción al falce cerebelar y la protuberancia occipital interna.
Hacia lateral encontramos las fosas cerebelares para los hemisferios cerebelares,
estas están constituidas por la cara cerebelar de la porción petrosa del temporal, parte de la
escama del temporal y la concha del occipital. De esta manera podemos reconocer al surco
del seno petroso superior para el seno del mismo nombre, el surco para el seno petroso
inferior y el surco para el seno sigmoideo )(continuación del surco del seno transverso) en
cuya porción vertical se puede ver el agujero mastoideo destinado a una vena.
Además en la cara cerebelar de la porción petrosa del temporal observamos: el poro
acústico interno, que nos permite la entrada al meato acústico interno, al cual ingresan el
nervio vestibulococlear, el nervio facial e intermedio y la arteria laberíntica.
Unos cuantos milímetros superior y posterior al poro acústico interno se observa la fosa
subarcuata la que presenta una hendidura donde se abre el canal petromastoideo. Alrededor
de 1 cm. posterior al poro acústico interno se encuentra la fosa ungueal en la que se abre el
acueducto del vestíbulo.
En relación a la zona del agujero magno podemos reconocer el orificio del canal del
hipogloso (para el nervio del mismo nombre). En relación a la articulación del borde posterior
de la porción petrosa del temporal con el borde anteroinferior del occipital se conforma el
agujero yugular que da paso a los nervios glosofaríngeo, vago y accesorio, como también a la
vena yugular interna como continuación del seno sigmoideo y finalmente al seno petroso
inferior que busca abrirse en la vena yugular interna en el exocráneo.
SUPERFICIE EXOCRANEAL
Calvaria:
Partiendo por anterior y en la línea mediana observamos la sutura frontal mediana,
también conocida como metópica, la cual desaparece con la edad.
Luego la sutura sagital la que se relaciona hacia posterior con los agujeros parietales;
finalmente la concha del occipital. Por lateral encontramos las tuberosidades frontal, parietal y
occipital, que se corresponden con las respectivas fosas endocraneales, entre ellas las
suturas coronal y lambdoidea.
Lateral a lo anterior encontramos la línea temporal (continuación hacia posterior del
proceso cigomático del hueso frontal, esta línea, en las cercanías de la sutura coronal, se
divide en una línea temporal superior e inferior que delimitan por superior a la región temporal.
Esta región por tanto se ubica en parte en la calvaria y en la pared de la base del cráneo.
Base:
En su visión exocraneal la base del cráneo es dividida en tres zonas por dos líneas
transversales: La primera se extiende de un tubérculo cigomático anterior al otro (línea
bicigomática); la segunda se traza del vértice de un proceso mastoideo al otro (línea
bimastoidea). De esta manera describiremos una zona anterior o facial, una media o yugular
y una posterior u occipital.
Zona anterior o Facial:
La zona facial ubicada por anterior a la línea bicigomática corresponde a la región del
cráneo que se articula con el macizo facial. Por tanto, para su observación deben retirarse los
huesos de la cara.
De anterior a posterior y en la línea mediana encontramos:
La espina nasal del frontal, la lámina perpendicular del etmoides. y la cresta
esfenoidal inferior.
Por lateral observamos el techo de la cavidad nasal formado por la lámina cribosa del
etmoides por anterior y la cara inferior del cuerpo del esfenoides por posterior. Lateral a la
lámina cribosa encontramos la cara inferior del laberinto etmoidal del cual se desprenden de
su cara medial las conchas superior y media y el proceso unciformes.
Lateral a estas estructuras se ubica el techo de la cavidad orbitaria, constituida por la cara
orbitaria del frontal y la cara inferior de las alas menores del esfenoides, junto con esto vemos
parte de la pared medial de la órbita que está constituida por la lámina orbitaria del laberinto
etmoidal.
En ella encontramos por medial la fosita troclear (para la polea de reflexión del
músculo oblicuo superior del bulbo ocular) y por lateral la fosa lagrimal (para alojar a la
glándula del mismo nombre).
En esta zona se encuentran los siguientes agujeros:
En relación a la lámina cribosa del etmoides, observamos los agujeros olfatorios, la
hendidura y el agujero etmoidal (elementos ya vistos por el endocráneo) y el ostium del seno
esfenoidal. Por lateral y en relación a la cavidad orbitaria encontramos los agujeros etmoidales
anterior y posterior, el canal óptico y la fisura orbitaria superior. En relación al borde
supraorbitario se observa la incisura supraorbitaria, la que puede presentarse también como
agujero dando paso a los vasos supraorbitarios y al ramo lateral del nervio supraorbitario;
medial a ella se encuentra la incisura frontal para los vasos supratrocleares y el ramo medial
del nervio supraorbitario.
Zona Media o Yugular:
La zona media está comprendida entre las líneas bicigomática y bimastoidea presenta:
En la línea mediana la superficie basilar del occipital con el tubérculo faríngeo, que presta
inserción a la fascia faringobasilar y la fosita navicular por anterior a él.
Por lateral a esta zona se conforman dos cuadriláteros. Cada uno de estos presenta, en sus
cuatro ángulos, cuatro eminencias óseas: el tubérculo cigomático, el proceso pterigoideo por
anterior; el cóndilo del occipital y el proceso mastoideo por posterior. Una serie lineal de
crestas y eminencias extendidas desde el proceso mastoideo a la base de la lámina lateral del
proceso pterigoideo: proceso estiloides con su proceso vaginal , la espina del esfenoides y
una lámina ósea prolongación del borde medial del ala mayor del esfenoides) divide el
cuadrilátero en dos triángulos: uno anterolateral y otro posteromedial. El triángulo anterolateral
contiene el conducto auditivo externo , la fosa mandibular. y el tubérculo articular del temporal,
la fisura tímpano escamosa, el agujero espinoso y el oval. El triángulo posteromedial
presenta a su vez: el agujero estilomastoideo (para el nervio facial y la arteria
estilomastoidea); el agujero yugular y la fosa yugular; el orificio inferior del canal carotídeo; la
fosita petrosa y el canal timpánico (para alojar el ganglio superior del glosofaríngeo y el nervio
timpánico respectivamente); posteromedial al agujero yugular y en relación a los cóndilos del
occipital se observa el orificio del canal del hipogloso. Por anterior, en la zona de los procesos
pterigoideos se ubican el canal pterigoideo, la fosita escafoidea (para el origen del músculo
tensor del velo palatino) y el agujero rasgado.
Zona Posterior u Occipital:
La zona posterior está ubicada por posterior a la línea bimastoidea hasta la
protuberancia occipital externa y las líneas nucales superiores.
En la línea mediana observamos al foramen magno, los cóndilos del occipital y la
protuberancia occipital externa unidos entre sí por la cresta occipital externa.
Por lateral se ven dos líneas curvas: la línea nucal superior (que va de la protuberancia
al proceso mastoideo) y la línea nucal inferior que parte de la mitad de la cresta occipital
externa hacia lateral hasta el proceso yugular del occipital), ambas líneas y la superficie
rugosa entre ambas están destinadas a inserciones de músculos posteriores del cuello. Por
medial al proceso mastoideo se observa la incisura mastoidea, que presta inserción al vientre
posterior del músculo digástrico y por medial a ella encontramos el surco para la arteria
occipital.
Huesos del tronco:
1) Columna Vertebral
2)Tórax
3) Costillas
1) Columna Vertebral
Es un conjunto de huesos situados en su mayor extensión, en la parte media posterior del
tronco y va desde la cabeza ( a la cual sostiene)
Pasando por el cuello y la espalda hasta la pelvis a la cual le da soporte.
Torax:
Es la parte del cuerpo humano que está entre la base del cuello y el diafragma.
Contiene a los pulmones, el corazón, voluminosos vasos sanguíneos, linfáticos y la arteria
aorta (ascendente, arco y descendente), la vena cava inferior, la cadena ganglionar simpática
de donde salen las ramas esplácnicas, las venas ácigos (mayor y menor), el esófago y
el conducto torácico. Su división fundamentalmente consiste en el mediastino y las dos
cavidades pulmonares.
Las Costillas:
La caja torácica consta de 24 costillas (2 grupos de 12), que están unidas a un hueso
largo y plano ubicado en el centro del pecho y llamado esternón. Las costillas están
conectadas con el esternón mediante un material resistente y algo flexible llamado cartílago.
La caja
torácica tiene la particularidad de ser expansible, permitiendo la inspiración (inhalación).
Además, su último par de costillas son flotantes, ya que están unidas solo a las vértebras, en
la parte posterior, lo que permite su ensanchamiento en el embarazo.
Cadera: La pelvis ósea es una estructura compleja con aspecto de cuenca la cual
forma el marco esquelético de la región de la pelvis donde se encuentran diversos
órganos pélvicos.
La pelvis se divide en dos regiones anatómicas diferentes entre sí, estas son la
cintura pélvica y la columna vertebral a nivel de la pelvis. La cintura pélvica, también
conocida como el hueso coxal, está conformada por la fusión de tres huesos: el ilion, el
isquion y el pubis.
Se desarrollan por centros de osificación individuales y en los niños están unidos
únicamente por cartílago. Cuando se llega a la pubertad, las partes de la pelvis ósea se
fusionan completamente para formar el complejo y compacto hueso coxal.
La columna vertebral a nivel de la pelvis por su parte corresponde a la porción posterior
de la misma, se encuentra por debajo de la columna lumbar y está constituida por el sacro y
el cóccix.
La pelvis juega un papel de suma importancia en varias funciones del cuerpo humano.
Para comenzar, se encarga de soportar todo el peso de la parte superior del cuerpo,
proporcionando estabilidad y transmitiendo dicho peso a las extremidades inferiores
La pelvis juega un papel de suma importancia en varias funciones del
cuerpo humano. Para comenzar, se encarga de soportar todo el peso de la
parte superior del cuerpo, proporcionando estabilidad y transmitiendo dicho
peso a las extremidades inferiores.
Muslo: El esqueleto del muslo sólo consta del fémur. Es un hueso largo, par,
oblicuo de arriba hacia abajo y de fuera a adentro , articula con el coxal en la
parte superior y con la tibia en la parte inferior. Se compone de un cuerpo o
diáfasis y dos extremidades o epífisis.
La rodilla es la articulación del fémur y la tibia, pero hay un tercer hueso
que interviene en esta articulación, que no pertenece ni al muslo ni a la pierna:
la rótula o patela es uno de los huesos de la pierna y que entendiendo la rodilla
cómo región anatómica, es la región a la que pertenece este hueso.
ASTRÁGALO
Es el segundo hueso más grande del pie y se sitúa justo encima del
calcáneo. El astrágalo se encaja con la tibia y peroné para formar la articulación
del tobillo, que nos permite plantarflexionar (bajar la punta del pie) o dorsiflexionar
(llevar la punta del pie hacia arriba).
CUÑAS.
En el pie tenemos 3 cuñas en total: cuña medial, cuña intermedia y cuña lateral.
Junto con el cuboides forman la articulación tarsometatarsiana o de lisfranc,
conectando con los metatarsos por sus caras anteriores.
FALANGES
En total poseemos 14 falanges en cada pie. En su base, las falanges
proximales se articulan con los metatarsos.